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Barbetta Psicoterapia y Familia

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Psicoterapia y Familia

Año 2012, Vol 25, No 1: 1-3

EDITORIAL

El presente número abarca temas importantes en la terapia familiar; incluye


trabajos de autores de México, Italia, Costa Rica y Estados Unidos. Están agrupados
de la siguiente manera: dos trabajos fundamentalmente teóricos; tres relacionados
con clínica; uno con investigación; y dos constituyen aportes varios.
En la sección de TEORÍA y CLÍNICA, tenemos en primer lugar el trabajo
de Pietro Barbetta y María Nichterlein: RE-APRENDER NUESTRO ALFABETO.
Se analizan y conectan conceptos de Deleuze y de Bateson, lo que nos lleva a una
interesante interrelación entre conocimiento, ciencia y práctica. Se analizan ideas
de Deleuze sobre alcoholismo, conectándolas con las mas conocidas de Bateson. Si
bien Deleuze es menos conocido en nuestro campo, como dicen los autores, sí
ha tenido influencia en autores narrativos por sus esfuerzos para interrogar el
concepto de multiplicidad. Dice, por ejemplo: “Nuestras vidas están atravesadas
por múltiples líneas de subjetivación.” Para él la realidad es siempre múltiple,
siempre sujeta a variaciones complejas.
En segundo lugar, en esta sección tenemos el trabajo de Clara Garza-Hume
y Francisco Avilés: MODELOS MATEMÁTICOS EN LAS RELACIONES DE
PAREJA. Basado en un taller realizado en el congreso de la AMTF en Querétaro,
en 2008, se presenta un modelo matemático, propuesto originalmente por J.
Gottman, que se ha utilizado para estudiar relaciones de pareja. Lo utilizan los
autores para investigar diversas fuentes de tensión en parejas mexicanas contem-
poráneas. Analizan los cambios en la pareja a partir de segunda mitad del siglo XX,
la ruptura del modelo tradicional complementario y el surgimiento de modelos que
están en construcción.
Agrupados como trabajos CLÍNICOS propiamente dichos, tenemos tres
de autores de diferentes nacionaldades. De EEUU, Hillary Stephenson y Bradford
Keeney: EXTERNALIZACIÓN EN LA TERAPIA NARRATIVA: UN RE-
SURGIMIENTO MODERNISTA DEL EXORCISMO. Como bien dicen los
autores, la técnica de la externalización se “inventó” en el caso, hoy ya justamente
famoso, de Sneaky Poo. Implicó la cura de una condición tan dolorosa y vergonzosa
como lo es la encopresis para los niños que la padecen. Se trataba de una técnica
(no de un concepto teórico) utilizada por Michael White en su etapa de terapeuta
infantil. Su creatividad era ya entonces semejante a la que conocimos y valoramos
tanto en Bradford Keeney, cuando hace unos años nos visitó en México.
Sin embargo, el concepto de externalización dejó de ser una técnica de la
psicoterapia infantil, para convertirse, al decir de Karl Tomm, en el concepto

1 Psicoterapia y Familia
teórico mas importante de la Narrativa. Desde mi perspectiva, es el concepto central
de ese campo de la psicoterapia, equivalente al de inconciente en el psicoanálisis, o
al de estructura, en la terapia familiar de Salvador Minuchin.
La externalización, apoyada en el diseño de la Cinta de Moebius, que nos
enseña que hablar de externo o de interno es siempre una elección en un campo
relativo, alude a una intervención que, lejos de esclavizar como ocurre con tantas
de inspiración religiosa, libera. Y, al decir de Michel Foucault, libera de los
forzamientos del Poder Moderno. Esto dio lugar a lo que Michael White llamó, más
adelante, política, así, con minúscula. Resulta un excelente concepto, a partir del
cual se facilita el trabajo con víctimas. Éstas, lejos de estar en ánimo de bailar, por
lamentables mecanismos bien estudiados, están muchas veces listas para adjudi-
carse la responsabilidad de su propio sufrimiento.
De Costa Rica, está el trabajo de Sylvia Sánchez Oller: UNA PAREJA QUE
BAILA Y LA PSICOTERAPIA CON-MUEVE: CASO CLÍNICO. Sánchez Oller
comienza planteando que la psicoterapia es un “espacio de privacidad lleno de
emoción”, y que a través de la espontaneidad misma del paciente surge
la creatividad del terapeuta. Y ahí plantea un polémico tema: ¿hasta qué
punto conviene que el terapeuta comparta sus emociones con los pacientes, y de
qué manera? Por ejemplo, cuando dice a modo de devolución: “Me sentí triste por
ese momento tan doloroso que lamentablemente has tenido que vivir, si viste, se me
salieron las lágrimas como parte del dolor que yo sentí...” O “me sentí aburrida...”
Bien dice Matteo Selvini que un terapeuta que se mantenga emocionalmente distante
no será nunca un buen terapeuta; la manera de trabajar con esa emotividad es lo que
tantas veces está en cuestión.
Y el tercer trabajo lo escribió una autora mexicana, Ana Lilia Trejo:
PATRONES TRIGENERACIONALES DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:
UNA MIRADA DESDE EL ENFOQUE DE MILAN. A partir de su análisis clínico,
siguiendo los lineamientos del grupo de Milan, confirma una vez más que la violencia
familiar pasa de una generación a la siguiente, inevitablemente. Padres violentos,
que no asumen y corrigen su violencia, sólo tienen dos expectativas racionales: que
sus hij@s, al crecer, ejerzan violencia, o que busquen quien la ejerza con ell@s.
En el área de INVESTIGACIÓN, un trabajo de Juana Camarena Arredondo
y colegas de León, Guanajuato: FUNCIONAMIENTO FAMILIAR Y FACTORES
DE RIESGO-PROTECCIÓN PSICOSOCIAL EN ESTUDIANTES. Utilizando
un cuestionario validado por la OPS (1996), demuestran que en un grupo de
estudiantes se presenta un adecuado funcionamiento familiar, así como bajos niveles
de vulnerabilidad y altos escudos de protección psicosocial en los estudiantes
encuestados. Sería interesante extender el estudio a quienes lleven un par de años
de graduados, dada la grave situación de riesgo que sí afecta a la mayoría

Año 2012, Vol 25, No 1 2


de los egresados de nuestras universidades.
En la última sección, un par de trabajos vinculados a nuestra realidad psicosocial.
El primero, de Ruth Tawil de Asse, ¿A QUÉ SE DEBEN LOS PROBLEMAS DE
SUS HIJOS? LLAMADO A LOS PADRES. A partir de los primeros renglones, usa
una expresión que nos acerca a grandes polémicas: “Nuestro mundo está lleno de
violencia. Es más, nuestro mundo se creó con violencia”. Apoyándose en la teoría
creacionista, o evolucionista, saldrán distintas líneas de investigación para entender
y hacer algo en relación con este grave problema que Tawil nos plantea. El segundo,
de Flora Aurón: SI TUS ANCESTROS HABLARAN, es un poético recordatorio
de que en México, hoy, vivimos una situación política y moralmente insostenible.

Ignacio Maldonado
ILEF

3 Psicoterapia y Familia
CONSEJO MEXICANO DE TERAPIA FAMILIAR

RECERTIFICACIÓN

Dado el constante avance de los conocimientos en el campo de la Terapia Familiar,


el CONSEJO MEXICANO DE TERAPIA FAMILIAR ha tomado la resolución de
iniciar el proceso de la RECERTIFICACIÓN de sus especialistas certificados, con
base en su participación activa en el proceso de educación continua.

1) La RECERTIFICACIÓN se llevará a cabo cada cinco años.


2) Podrán aspirar a la RECERTIFICACIÓN aquellos especialistas
certificados por el Consejo que se mantengan activos en la práctica de la
Terapia Familiar, ya sea en forma institucional y/o privada.
3) La RECERTIFICACIÓN se hará con base en el puntaje atribuido a
diferentes actividades que pongan de manifiesto el interés sostenido del
especialista ya certificado, en la actualización de sus conocimientos.
4) Los aspirantes a la RECERTIFICACIÓN deberán reunir un mínimo
de 250 horas/crédito durante los últimos cinco años de su ejercicio
profesional, de acuerdo con los puntajes señalados adelante.
5) El CONSEJO MEXICANO DE TERAPIA FAMILIAR entregará un
diploma –constancia en el que estará estipulada la fecha de su expedición
y la de su vencimiento (5 años).

El CONSEJO MEXICANO DE TERAPIA FAMILIAR hará llegar una solicitud a


todos aquellos especialistas que tengan cinco o más años de haber obtenido la cer-
tificación, para que se recertifiquen.

El especialista por recertificarse deberá llenar la solicitud correspondien-


te con la información requerida y anexará, en el momento de entregar el for-
mato, la copia de la ficha de depósito por la cantidad de $2,500.00 (DOS MIL
QUINIENTOS PESOS) depositados en el Banco HSBC, en la cuenta No.
4004857199, Sucursal 0039, a nombre de Consejo Mexicano de Terapia Familiar.
La documentación que acredite las actividades realizadas durante los últimos cinco años
de su ejercicio profesional será revisada y conservada por el CONSEJO MEXICANO
DE TERAPIA FAMILIAR durante el proceso de dictaminación. Una vez comunicado
el dictamen se conservarán los documentos por 30 días más, durante los cuales el solic-
itante podrá recuperarlos. Después de ese plazo los documentos podrán ser destruidos.

Año 2012, Vol 25, No 1 4


Psicoterapia y Familia
Año 2012, Vol 25, No 1: 5- 23

RE-APRENDER NUESTRO ALFABETO: REFLEXIONES


SISTÉMICAS UTILIZANDO EL PENSAMIENTO DE
DELEUZE Y BATESON*1

Pietro Barbetta**y Maria Nichterlein***

Resumen
En este artículo se analizan conceptos del proyecto filosófico de G. Deleuze y sus posibles
aplicaciones en la terapia sistémica, conectando ideas de Deleuze con las de G. Bateson: una crítica
afirmativa de la comprensión dominante de conocimiento, ciencia y práctica. C Con el anti-psiquiatra
F. Guattari, Deleuze usó el término plateau – una referencia explícita a Bateson – para desarrollar
una filosofía de vida y creatividad, con posibilidades heurísticas en nuestro campo, y expande las
revelaciones de Bateson. También se propone una descripción general del proyecto de Deleuze y
la posible integración de conceptos clave a la práctica sistémica, a través de la exploración clínica
y concreta del alcoholismo. La conexión directa es con la letra B (“B de boisson [bebida]”), en el
Abécédaire de Deleuze. Esto permite reflexionar sobre lo que reporta Deleuze sobre el alcoholismo,
informado por la noción cibernética del yo de Bateson. También se hace una referencia a la noción
de dispositivo de Foucault. Deleuze, Bateson, Foucault: no aún “los sospechosos de siempre”, y muy
diferentes en sustancia y en estilo pero, sin embargo, compartiendo la misma botella.
Palabras clave: Bateson, Deleuze, terapia, psicoanálisis, terapia sistémica

Abstract
Some concepts that shape the philosophical project of G. Deleuze and their possible applications in
the field of systemic therapy are explored and Deleuzian ideas are connected to the more familiar
ideas of G. Bateson. They are an affirmative critique of the dominant understanding of knowledge,
science and practice. In his work with the anti-psychiatrist F. Guattari, Deleuze used the term
plateau – an explicit reference to Bateson – to develop an entire philosophy of life and creativity that
has significant heuristic possibilities in our field and expands Bateson’s early insights. The paper
proposes an overview of Deleuze’s project and a possible integration of some concepts into systemic
practice, through the concrete clinical exploration of alcoholism. The direct connection is with the
letter B (“B for boisson [drink]”) in Deleuze’s Abécédaire. This us to reflect on Deleuze’s account
of alcoholism, informed by Bateson’s notion of the cybernetics of self. Reference is also made to
Foucault’s notion of dispositive. Deleuze, Bateson, Foucault: not yet “the usual suspects”, and very
different in many ways, as to substance and style, but sharing the same bottle nevertheless.
Key words: Bateson, Deleuze, therapy, psychoanalysis, systemic therapy
__
*Este artículo primero se publicó en inglés: (Re)Learning our Alphabet: Reflecting on Systemic
Thought Using Deleuze and Bateson, en Human Systems: The Journal of Therapy, Consultation &
Training. (21) 3: 399-419. Traducción al español: Mariana L. Ortiz Quezda. Correo de los autores:
Barbetta@mediacom.it
iacom.it y m.nichterlein@bigpond.com
** Centro Milanese d’Terapia de la Famiglia y Universita di Bergamo, Italia.
*** AIM/CAMHS, Austin Hospital en Melbourne y University of New South Wales, Australia.

5 Psicoterapia y Familia
El problema en el hombre no es ser esto o aquello, sino más bien el llegar
a ser humano (convertirse en humano), desde un universal llegar a ser
(convertirse en) animal: No entenderse como bestia, sino de deshacer
la organización humana del cuerpo, para atravesar tal o cual zona de
intensidad en el cuerpo, cada uno descubriendo las zonas que realmente
son suyas, y los grupos, las poblaciones, las especies que lo habitan
(Deleuze, 1973)

Gilles Deleuze es un filósofo casi desconocido en el campo de la terapia familiar.


Perteneció a la generación de la cual surgieron Jacques Derrida y Michel Foucault
en el medio filosófico francés pero, a diferencia de ellos, no tuvo tiempo para viajar
o asistir a conferencias. Se percibió a Deleuze – como a Gregory Bateson – como un
pensador abstruso y al margen. Sin embargo, tal visión de él no es muy considerada
ni respetuosa, porque él, más que muchos de esta generación (de mayo del ’68),
hizo filosofía con mucha inocencia (Derrida, 2001, p.193) y, como un niño, estuvo
profundamente comprometido con el optimismo y el poder ((puissance) esbozado
en el proyecto revolucionario de la Ilustración (Foucault, 1984). 2
Entonces, ¿por qué Deleuze parece tener una presencia tan crítica en los
tiempos actuales? Ésta es una pregunta importante, porque se dirige a una cuestión
ética fundamental que surge de la lectura de Deleuze: ¿Cómo se podría vivir? La
introducción de May a la obra de Deleuze (May, 2005, pp. 4-5) indica que ésta es
una cuestión filosófica relevante en nuestro tiempo, por los efectos que han tenido
pensadores como Nietzsche y Sartre en formar la mentalidad occidental.3
La conexión entre Deleuze y Guattari es importante. Félix Guattari fue un
anti-psiquiatra renombrado, con (aunque fue entrenado con Jacques Lacan) una
relación ambivalente con el psicoanálisis. Pensaba más positivamente con respecto
a lo que ofrecía el campo emergente de la terapia familiar (Guattari, 1989).
Su primer libro colaborativo Anti-Edipo (Deleuze y Guattari, 1983) – el
primero de dos volúmenes de Capitalismo y Esquizofrenia – fue muy influyente
(Colebrook, 2002, p.xiii). En el prólogo, Foucault lo define: “el primer libro de ética
en Francia, en mucho tiempo”, una “introducción a la vida no fascista” (Foucault,
1983, p.xiii). El libro, de estilo apasionado, ofrece una fuerte crítica Nietzscheana
a las ideas marxistas y psicoanalíticas sostenidas por los círculos intelectuales
franceses de la época. La crítica fue dirigida al inconsciente psicoanalítico: “No es
teatro sino una fábrica que produce el delirio que llamamos realidad [...] una fuerza
activa y productiva de deseo” (Foucault y Raulet, 1983, p.446). Su crítica también
invoca la función vital e íntima que tenía el psicoanálisis de aquellos tiempos con la
maquinaria capitalista, obligando a que la interpretación regrese a la familia,4 y los
viajes expansivos y creativos de la máquina de deseos son capturados en un molde

Año 2012, Vol 25, No 1 6


pre-establecido que corresponde al estado en el que vive el individuo.5
Estas ideas en Anti-Edipo ya habían sido preformadas en la tesis doctoral
de Deleuze – Diferencia y repetición (Deleuze, 1994) – donde hizo una crítica al
pensamiento representacional – lo que él llamó una imagen estática de pensamiento
– y su manifestación: el sentido común. Realizó esta crítica cuestionando el
predominio de identidad y afirmando que lo central en la vida no es la estabilidad de
una imagen/pensamiento, sino diferencia y variación. Así, el pensamiento ya no es la
representación de una realidad estable – de identidades y cantidades bien definidas
– sino un encuentro activo y productivo con el exterior: un exterior experimentado
como un problema en busca de una respuesta. El exterior se tiene que presentar
como problema porque es fluido, fragmentado y esencialmente indeterminable.
Por lo tanto, no importa la imagen que uno tiene del mundo, tarde o temprano se
encuentra una diferencia, un límite a su aplicabilidad. El pensamiento, entonces, es
un proceso complementario al exterior: una respuesta, una solución al problema de
vivir. Y como el exterior al que se refiere, este pensamiento alternativo es igualmente
fluido y fragmentado; en consecuencia su nombre: Nómada.
Deleuze distingue entre el pensamiento estático – parecido al estado – el cual
permite gobernabilidad, y el pensamiento nómada, que está conectado íntimamente
con la vida. Esto está más claro en su segundo volumen, Mil Mesetas (Deleuze y
Guattari, 1987), publicado ocho años después de Anti-Edipo: un “proyecto muy
diferente y mucho más complejo que Anti-Edipo” (Deleuze, 1984, p.239), quizá
complementándolo como proyecto intelectual. En lugar de presentar una crítica, como
en el libro anterior, propone un proyecto positivo; su aspecto más interesante quizá
es su apertura estructural. Está compuesto de plateaux6 juguetones. Cada plateau
articula un campo entero de resonancias e intensidades que canalizan corrientes
a diferentes formas de organizaciones y conjuntos. Hay un número infinito de
plateaux potenciales que se pueden formar, siendo su única condición de existencia
que “funcionen”. Esta noción de multiplicidades de plateaux existentes resuena con
otro de sus conceptos, que es más popular en nuestro campo (Hoffman, 2008): el
rhizome (Deleuze y Guattari, 1987, pp.3-25). El rhizome es un tipo de conocimiento
descentralizado pero altamente contingente y contextual. El pensamiento nómada
definido por Deleuze en su tesis se organiza a través de rhizomes, constantemente
expandiéndose en maneras impredecibles pero muy complejas.

Preocupante/Problematizar la clínica
Antes de dirigirnos a la respuesta que dio Deleuze a la pregunta anterior – ¿cómo
se podría vivir? – vemos más valor en referirnos a lo que no nos muestra como
profesionistas en nuestro campo. Al fin y al cabo, parece que la pregunta de Deleuze
no nos refiere ni a la familia ni al pensamiento como lo conocemos.

7 Psicoterapia y Familia
pre-establecido que corresponde al estado en el que vive el individuo.5
Estas ideas en Anti-Edipo ya habían sido preformadas en la tesis doctoral
de Deleuze – Diferencia y repetición (Deleuze, 1994) – donde hizo una crítica al
pensamiento representacional – lo que él llamó una imagen estática de pensamiento
– y su manifestación: el sentido común. Realizó esta crítica cuestionando el
predominio de identidad y afirmando que lo central en la vida no es la estabilidad de
una imagen/pensamiento, sino diferencia y variación. Así, el pensamiento ya no es la
representación de una realidad estable – de identidades y cantidades bien definidas
– sino un encuentro activo y productivo con el exterior: un exterior experimentado
como un problema en busca de una respuesta. El exterior se tiene que presentar
como problema porque es fluido, fragmentado y esencialmente indeterminable.
Por lo tanto, no importa la imagen que uno tiene del mundo, tarde o temprano se
encuentra una diferencia, un límite a su aplicabilidad. El pensamiento, entonces, es
un proceso complementario al exterior: una respuesta, una solución al problema de
vivir. Y como el exterior al que se refiere, este pensamiento alternativo es igualmente
fluido y fragmentado; en consecuencia su nombre: Nómada.
Deleuze distingue entre el pensamiento estático – parecido al estado –, el cual
permite gobernabilidad, y el pensamiento nómada, que está conectado íntimamente
con la vida. Esto está más claro en su segundo volumen, Mil Mesetas (Deleuze y
Guattari, 1987), publicado ocho años después de Anti-Edipo: un “proyecto muy
diferente y mucho más complejo que Anti-Edipo” (Deleuze, 1984, p.239), quizá
complementándolo como proyecto intelectual. En lugar de presentar una crítica, como
en el libro anterior, propone un proyecto positivo; su aspecto más interesante quizá
es su apertura estructural. Está compuesto de plateaux6 juguetones. Cada plateau
articula un campo entero de resonancias e intensidades que canalizan corrientes
a diferentes formas de organizaciones y conjuntos. Hay un número infinito de
plateaux potenciales que se pueden formar, siendo su única condición de existencia
que “funcionen”. Esta noción de multiplicidades de plateaux existentes resuena con
otro de sus conceptos, que es más popular en nuestro campo (Hoffman, 2008): el
rhizome (Deleuze y Guattari, 1987, pp.3-25). El rhizome es un tipo de conocimiento
descentralizado pero altamente contingente y contextual. El pensamiento nómada
definido por Deleuze en su tesis se organiza a través de rhizomes, constantemente
expandiéndose en maneras impredecibles pero muy complejas.

Preocupante/Problematizar la clínica
Antes de dirigirnos a la respuesta que dio Deleuze a la pregunta anterior – ¿cómo
se podría vivir? – vemos más valor en referirnos a lo que no nos muestra como
profesionistas en nuestro campo. Al fin y al cabo, parece que la pregunta de Deleuze
no nos refiere ni a la familia ni al pensamiento como lo conocemos.

Año 2012, Vol 25, No 1 8


En Anti-Edipo, así como en otros ensayos y entrevistas (Lapoujade, 2004;
2006), Deleuze y Guattari critican el modelo de familia del psicoanálisis – el
triángulo edípico de mamá-papá-niño – porque es un gesto totalizador: critican su
pretensión de que la familia es el origen de todo en la vida psicológica. Como ya lo
indicamos, el psicoanálisis para Deleuze y Guattari no es una representación de la
psique humana sino un reduccionismo del niño,7 a quien – creciendo – le interesa
más entender cómo funciona el mundo exterior en toda su complejidad (consultar
“Qué dicen los niños” [“What children say”] en Deleuze, 1997).
Con esto en mente, se puede argumentar que la cuestión Anti-Edipo es la
siguiente: ¿Hay algo en la esfera de la vida que huya (la famosa línea de fuga) del
Edipo psicoanalítico? O sin confrontar tanto: ¿Hay manera de que el psicoanálisis
pueda trascender los peligros del “familiarismo”? Y, quizá una pregunta más directa
y relevante para nosotros en este campo: ¿Es la terapia familiar una nueva ruta de
escape de la edipización de todo? La respuesta ofrece una apertura interesante:
la terapia familiar no ha sido capaz de contestar completamente a esta pregunta,
porque de muchas maneras sigue ligada a la idea de que todo en la vida pasa en la
familia: “familiarismo”, como lo llaman Deleuze y Guattari. Por lo tanto, todavía
tenemos la necesidad de una línea de fuga para la terapia. Pero ¿qué es una línea
de fuga?
Al igual que con los otros conceptos de Deleuze, no existe una definición
simple y directa. Una respuesta puede indicar que, al considerar la expresión “línea de
fuga”, tenemos que contemplar la idea de derivación en matemáticas8 y la variación
en la repetición. Como ya se mencionó, para Deleuze la vida no es una línea recta
con un mundo ordenado que se puede entender racionalmente por un individuo
independiente. Aunque la vida social aparece como una línea recta y ordenada, la
vida es una línea sinuosa e indefinible, como un vagabundeo de clases; no una línea
recta, sino una línea que se pliega, pero que socialmente es tratada como una línea
recta9. Tratar la vida como lineal es el resultado de una “manipulación” social;
los efectos de vivir dentro de lo que Foucault define como Dispositives: una serie
de elementos heterogéneos, socialmente coordinados, los cuales comprenden una
multitud de líneas, incluyendo líneas de fuga.10 Tal definición contribuye a articular
la tensión sutil y dinámica involucrada en la constitución de nuestras subjetividades,
donde la subjetividad es inherentemente social e inevitablemente transitoria. Por
eso, tales definiciones forzosamente terminan y cambian en nuestra continua
relación con el mundo (como conjunto). Por lo tanto, vivir una vida significa que
necesitamos estar abiertos a línea(s) de derivación, cuidando de no atorarnos.

Conectando con Bateson


Como se ha indicado anteriormente, estamos atorados en el “familiarismo”. Quizá

9 Psicoterapia y Familia
confirmando la fuerza intelectual de Bateson en este campo, podemos encontrar
en su idea del Doble Vínculo algo que nos puede ayudar a avanzar. Hay muchas
conexiones que atraviesan las obras de Bateson y Deleuze que nos ayudan a entender
el poder del doble vínculo como línea de fuga. Éstas son:
1. La noción de pensamiento como proceso
En nuestra opinión, Bateson no estaba interesado en la teoría sistémica sino en el
pensamiento sistémico; es decir, no le interesaba definir contenidos específicos. Su
atención se centró más bien en el proceso y el mecanismo que da cuenta de lo que
observamos, también una prioridad para Deleuze (como anteriormente se indicó).
Hay otra variación en este punto; tanto Bateson como Deleuze consideraban que
el pensamiento no sólo está íntimamente conectado con el mundo – no es una
actividad separada con base en el cerebro – sino que es fundamentalmente dinámico.
El pensamiento no trata sobre realidades estáticas, sino sobre procesos evolutivos
(para Bateson) o trayectorias nómadas (para Deleuze).
2. La centralidad de la diferencia
Un segundo punto en común entre Bateson y Deleuze es la importancia que los dos
le atribuyen a la Diferencia. La sentencia batesoniana de “una diferencia que hace
la diferencia” es famosa en el campo: cualquier diferencia hace otra diferencia, ves
una diferencia y tal diferencia hace una diferencia en tu propia mente, creando un
significado. Deleuze no está muy lejos de esta posición en sus propias investigaciones,
que parecen haberse desarrollado alrededor de la misma época. Como ya se indicó,
su tesis mayor fue un intento de posicionar la diferencia (en lugar de identidad y
representación) en el centro de la investigación filosófica.
3. La actualización de las particularidades
Deleuze nos advierte sobre los peligros de las metáforas de identidad y la
representación de manera similar a la de Bateson sobre el uso de las explicaciones
físicas para describir el mundo de Creatura – el mundo de las diferencias (Bateson,
2002, p.7). El mundo no es un mundo estático donde seres estables luchan para
expresar sus identidades. Muy similar a la noción batesoniana de una ecología
evolutiva de la mente, el entendimiento del mundo de Deleuze es como una totalidad
orgánica que se está actualizando constantemente cuando emergen particularidades
únicas que cambian y difieren constantemente.
Tomando de Spinoza (Deleuze, 1992) y de Nietzsche (Deleuze, 1986),
entonces, para Deleuze, “lo que es” no tiene que ver identidades sino con la
fuerza de la diferenciación. En consecuencia, no es el individuo quien es estable,
sino la integridad de este mundo a través de sus infinitos y siempre cambiantes
manifestaciones. En lugar de una personalidad estable, una representación más
precisa de nuestra condición es la de una personalidad ambigua y fluida, la cual
esta íntimamente conectada con sus circunstancias. En otras palabras, nuestra

Año 2012, Vol 25, No 1 10


condición involucra una disposición para estar abierto a infinitas oportunidades
para ser diferente. Es este potencial – más que una esencia estable – el que es de
valor para nuestro trabajo como terapeutas y, por lo tanto, es importante no quedar
atrapados en imágenes “ya hechas” que se presentan en la sesión sino deshacer estas
imágenes en sus partículas que las construyen – las emociones, los comportamientos
y sus contextos – para poder buscar combinaciones alternativas. En este contexto
las palabras de Bateson – “El que quiere hacerle el bien a otro tiene que hacerlo
en pequeños detalles” (las cursivas son nuestras, Bateson, 1966, p. 445, donde cita
a William Blake) – tienen sentido. También, en este contexto, Bateson y Deleuze
posicionan cuestiones prácticas – práctica, incluyendo la praxis clínica – como
cuestiones de estilo.
4. La noción de Plateaux.
También existe una gran afinidad entre Deleuze y Bateson respecto a sus intereses
y métodos de investigación. Por eso, es lógico afirmar que hay similitud entre la
idea de ensamblaje de Deleuze y Guattari, las ideas de Foucault sobre el Dispositivo
y la idea batesoniana de Sistema. Ni a Deleuze, ni a Foucault, ni a Bateson les
interesó la constitución como tal de los sistemas.11 A Bateson, como a Deleuze,
le intrigaba la observación y la descripción del funcionamiento de los sistemas,
y encontrar sus líneas inmanentes de fuga.12 En un giro irónico, Deleuze escoge
Plateaux directamente de la obra de Bateson (Deleuze y Guattari, 1987, pp. 21-
22), quien utiliza este concepto para describir algunos de los fenómenos que estaba
identificando en su investigación etnográfica; escribe: “algún tipo de plateau de
intensidad continua se substituye por el clímax” (Bateson, 1949, p. 85). Deleuze y
Guattari citarán esta declaración en Mil Mesetas ((A Thousand Plateaux), traduciendo
la palabra clímax como orgasmo (Deleuze y Guattari, 1987, p. 22.) En la versión
inglesa, la traducción añade “[sexual]” delante de clímax.13 La ironía es doble al
recordarnos que, de hecho, la observación tuvo que ver con interacciones entre
madre-hijo: un regreso al Edipo y al problema de la interpretación psicoanalítica.
Deleuze y Guattari sugieren una línea de fuga para ver hasta dónde se puede
explorar la vida fuera del Edipo; a esto le llaman Esquizoanálisis (Schizoanalysis). En
muchos sentidos, es una línea similar a la que Bateson tomó cuando se distanció del
movimiento estratégico para trazar una conexión entre locura y creatividad; surgió
del famoso pleito entre Bateson y Jay Haley sobre el “poder” como constitutivo de
la patología, y sobre el uso de poder terapéutico (Bateson, 1969, pp.462-3).

La vida como experimentación en plateaux.. V


Vivir como un autor
¿Cómo se podría vivir? Es la pregunta que expusimos al inicio de este artículo
y que tal vez ahora podemos empezar a abordar. Para Deleuze, la vida es una
experimentación, un compromiso activo con el mundo en la constitución de

11 Psicoterapia y Familia
un chaosmos a la manera de James Joyce: “un caos compuesto, ni previsto ni
preconcebido” (Deleuze y Guattari, 1991, p. 204). La vida es un devenir ético – el
artista no busca crear individuos sino individuaciones que están siempre en proceso
de devenir. Éste es un concepto similar al de Heinz von Foerster cuando dice:
“Human Becoming instead of Human Being” (Cecchin, Barbetta y Toffanetti, 2005;
Barbetta y Toffanetti, 2006).
A esto se refieren Deleuze y Guattari con su concepto de devenir, que
siempre se “deviene otro”, se está llegando a ser otro; no se enfatiza la expresión
de “lo que somos” sino la creación a través del encuentro con el otro, con lo que
podríamos devenir. Este proceso de experimentar con nuestra vida se evalúa a través
de la habilidad de engendrar relaciones únicas – no conocidas antes – con el afuera,
las cuales no sólo funcionan (tienen sentido) sino también eluden, evaden, formas
establecidas de conocimiento. Y al igual que las ideas de Bateson, la individuación
de la que habla Deleuze no puede pensarse si está separada de su ecología; y su
devenir también es el devenir del ensamblaje, pues no hay un devenir del individuo
que no implique un proceso igual del otro lado: el devenir de uno mismo está
emparejado con el devenir del otro, de tal manera que una distinción entre estos dos
procesos es altamente arbitraria. El self y el mundo son subproductos de la misma
máquina deseante (Deleuze y Guattari, 1983, p. 2).
Para Deleuze, devenir es una individuación que no está centrada en el self
sino en el acontecimiento; constituye una “lógica de individuación impersonal
en lugar de una individualización personal” (Rajchman, 2001, p. 8). Un devenir
deleuzeano transciende a la persona y presenta una singularidad – un momento y
una circunstancia – que está única e íntimamente asociada con un tiempo y un lugar
en el afuera: una “ráfaga de viento” (Deleuze, 2001; 1995, p. 26).
Deleuze y Guattari (1983, p. 2) comentan que quizá una imagen más
adecuada de la vida es la de un esquizofrénico que anda paseando – encontrándose
con el exterior: continentes, razas y políticas – en lugar de la imagen de un neurótico
acostado en el sillón del analista, completamente preocupado con una interioridad
que no tiene otra referencia externa que su familia nuclear. En esto, nuevamente,
Deleuze y Guattari están cerca de lo que dice Bateson y de su interés por entender
la mente dentro de una ecología más grande que la del individuo; una ecología
que continúa en serio peligro por la obsesión de cortar, enajenar y explotar. Como
Deleuze, que aclara que su concepto de esquizofrenia es de una clase diferente a
la presentación clínica – la que para ellos es un proceso esquizofrénico fallido14
– Bateson reconoció en el Doble Vinculo un molde que no sólo explica la patología,
sino que también puede ser profundamente terapéutico (Bateson, 1997, en particular
la parte III).
El devenir que Deleuze y Bateson requieren a través de sus teorías,

Año 2012, Vol 25, No 1 12


obstinadamente afirma la vida sin ningún humanismo heroico. Tal vez su mejor
ejemplificación está en una de las obras preferidas de literatura de Deleuze, Bartleby
el escribano: Un cuento de Wall-Street por Herman Melville. El cuento termina
con la exclamación algo exasperada del narrador de la historia, el abogado a quien
empleó el escribano: “¡Ah, Bartleby! ¡Ah, humanidad!” (Melville, 1853, p.74).

Un abécédaire batesoniano: ¿Un feliz encuentro?


En los últimos años de su vida, Deleuze fue filmado en un documental en el que
fue entrevistado por Claire Parnet. Le pidieron que usara las letras del abecedario
– en francés: abécédaire.15 Para él, fue una oportunidad de presentar sus ideas en
un formato accesible. Nadie había pensado en entrevistar a Bateson de la manera en
que Claire Parnet entrevistó a Deleuze. Sin embargo, Bateson fue capaz de acabar
mucho de su proyecto gracias a Mary Catherine Bateson (Bateson y Bateson, 1987),
Rodney Donaldson (Bateson, 1991), y, más recientemente, Nora Bateson, quien
acaba de terminar un documental acerca de su padre (Bateson, 2010).
Escogimos empezar con la letra B del abécédaire de Deleuze, porque
encontramos un tipo de voz única conectando la Cibernética del self (Bateson,
1971) con la palabra Boisson en el abécédaire de Deleuze (como referencia en
inglés consultar a Stivale, 2000). Es como si las dos piezas vibraran en un plateau
común de intensidad, sin jamás alcanzar el clímax. Un pensamiento vivo, algo a lo
que siempre es posible agregarle nuevas perspectivas, como en el perspectivismo
de Nietzsche (Nietzsche, 1990). Además, nuestra elección de Boisson de entre las
otras letras en su abécédaire no es casual, porque nos refiere a otro punto en común
entre Bateson y Deleuze: su manera de considerar el alcoholismo como una vida
enredada en una paradoja.

B como Bebida/Borrachera (inglés: Drink/Booze – francés: Boisson)


Boisson
“B es algo particular… se refiere a “boisson” (bebida/borrachera).

Bueno…, usted ha tomado y ahora ha dejado de hacerlo. Quiero
saber qué significaba cuando tomaba. ¿Significaba placer? ¿Qué era?

Claire Parnet planteó esta pregunta: “Ha tomado mucho… ¿qué significaba cuando
tomaba?” La pregunta está planteada a un filósofo, a una persona que crea conceptos;
al mismo tiempo está planteada a un alcohólico, a una persona que tomaba mucho.
Deleuze fue, por un periodo de su vida, un gran bebedor. En esta pregunta las dos
cosas se enlazan: un filósofo alcohólico, un alcohólico filosófico.16
El alcohólico sabe que todo es cuestión de cantidad. No es que un bebedor
no tenga una bebida favorita. Al contrario: cada bebedor tiene su propia
preferencia cualitativa, una especie de elección. Sin embargo, para el alcohólico el

13 Psicoterapia y Familia
problema tiene que ver con la cantidad y la repetición; la última es la repetición de
la primera y viceversa. Y ¡qué importante es el penúltimo ((pain-you’ll-with-mate)
en esta lista! El dolor de quedarse con mi compañero: la botella, la simetría con la
botella. Como filósofo, Deleuze crea un concepto, una síntesis de la experiencia
anteriormente descrita. Crea la maravillosa declaración: “Un alcohólico nunca deja
de cesar de beber, nunca cesa de extender la mano para alcanzar la última bebida.”
Un concepto filosófico acerca del alcoholismo, la filosofía del alcoholismo: No hay
suelo; estoy habitado por un abismo. El centro del abismo es el penúltimo vaso.
Bateson argumenta que no hay tal “self-making-man” (el hombre que se
hace a sí mismo), el que alcanza el propósito consciente de dejar de beber. Desde
Naven (Bateson, 1958), Bateson intentaba demostrar que ideas como el self y el
ego eran una construcción cultural del mundo occidental. A partir de Naven, estaba
convencido que en arché (al inicio) había logos: la palabra griega que viene del
verbo legein, que, entre otras cosas significa “enlace”, “vínculo” o “conexión.”
¿Qué tiene que ver todo esto con la bebida/borrachera (boisson)? Si
aceptamos la invitación de Deleuze-Guattari y nos deshacemos del triángulo edípico
(madre-padre-hijo) como modelo universal, repensaremos cada fenómeno social
como una consecuencia de contextos múltiples (Pearce, 2009), como perteneciente
a un Dispositivo. No es que en otros mundos culturales la gente no beba; también
han de sufrir las consecuencias físicas del consumo de alcohol, como la enfermedad
de Korsakoff, el delirium tremens, la cirrosis hepática, y probablemente también
morirán.
A pesar de esto, esta dinámica no es necesariamente un drama social. Para
que el beber sea un drama social, necesitamos el contexto cultural de atravesar la
frontera que separa a un self exitoso de un desastre social. Por decirlo así, la frontera
entre Estados Unidos/Puerto Rico. Por supuesto que no es una frontera geográfica;
pero tiene un uso, como pronto veremos. En este sentido, la palabra frontera debe
entenderse como una metáfora, como cuando hablamos de “borderline” (límite,
frontera), palabra ampliamente usada – si no abusada – desde el DSM (Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) hasta Joni Mitchell.17
Así, Puerto Rico puede considerarse como un país borderline (línea
fronteriza) y Massachusetts como un país viejo, maligno y narcisista que se ha
convertido en un país curativo/perfecto/académico, con fantasmas dando vueltas
por doquier, como nos enseñó Nathaniel Hawthorne.18
Con este espíritu, vamos a presentarles una narrativa de una sesión familiar,
observándola desde la posición de un antropólogo batesoniano/deleuzeano: Una
familia Puertorriqueña que vive su vida en Massachusetts; una vida común y
corriente que vive la vida en calidad de extraño.

Año 2012, Vol 25, No 1 14


Un mes de Gracia (Una historia “clínica” y reflexiones)
En el siguiente relato trabajaremos con diferentes niveles de discurso, y usaremos
cursivas cada vez que hagamos referencia a palabras que no son “nuestras”
(diferenciándolas de las cursivas utilizadas para indicar títulos de libros o de
párrafos introductorios o frases que no pertenecen al castellano. Nota del traductor).
Con esto, intentamos ponernos en una posición irónica hacia el Dispositivo. O sea,
las cursivas significan que estamos usando el discurso de los Sistemas de Bienestar
(Welfare System, en esta traducción llamado Seguro Social) con el fin de construir
un tipo de Heteroglossy (Bakhtin, 1981).
Uno de nosotros (Pietro) recuerda una consulta en Massachusetts con una
familia Puertorriqueña.19 La familia estaba recibiendo asistencia del Seguro Social
por muchas razones. Julio (el nombre que le dimos al padre) era un alcohólico en
remisión, y tenía (según su expediente clínico) un retraso cognitivo leve [¡sic!].
Gracia (el nombre que escogimos para la madre) era obesa y parapléjica (otra vez,
según su expediente clínico; por suerte tenía suficiente inteligencia, por lo menos
de acuerdo con los estándares de Massachusetts). La pareja tenía dos sobrinas
adolescentes (Linda y Madalena) y un niño de cinco años (Pedro), viviendo con
ellos. Una de sus sobrinas no estuvo allí con ellos porque desapareció estando
embarazada. Pedro, el niño de cinco años a quien cuidaban, era hijo único de una
mujer adicta al crack. Informaron que la mujer estaba apoyaba el cambio de una
situación de tutela a una de adopción.
Como se puede ver en esta breve descripción, estaban reportando los
problemas del Seguro Social con Pietro, y utilizaban el mismo lenguaje que el
Seguro Social normalmente usa cuando valora este tipo de situaciones: grupos
estandarizados que destruyen cualquier tipo de relación y donde está borrado
cualquier tipo de particularidad referente al sujeto. Esos son los tipos de prácticas
de subjetificación que se llevan a cabo en hospitales, cárceles, asilos y, quizá en su
manifestación más terrorífica, en campos de concentración.
La primera parte de la conversación fue llevada a cabo por personas de
origen puertorriqueño que estaban subjetivadas en Massachusetts, y hasta Pietro
compartió esta subjetisación en este inicio. Pietro era un extraño allí, quizá más
extraño que ellos. Él era profesionista, como la gente del Seguro Social, y sentía
una ambigüedad dentro de sí mismo; el momento para extender una línea de fuga,
pues aunque no había necesidad de movimiento, todos tenían algo en común que
podría crear esta posibilidad: él tenía algo en común con el Seguro, a pesar de no
usar su lenguaje clasificador, y ellos también tenían algo en común con el Seguro,
ya que usaban su lenguaje, pensando quizá que era el lenguaje que él entendería.

15 Psicoterapia y Familia
Líneas de fuga (lines of flight)
En la terapia, la familia estaba hablando con Pietro de varias cuestiones:
1. La posibilidad de transformar la tutela del niño en adopción. Pietro no tenía
poder para hacer algo al respecto. Por su posición de extranjero, no podía integrarse
al Instituto de Massachusetts de Subjetificación. Eso era la primera línea de fuga:
“Si no puedo hacer nada acerca de su situación social, ¿por qué estamos aquí?” A
partir de este punto, ellos podían haber considerado inútil esta conversación, algo
irrelevante, pues no estaba relacionada con el “Seguro Social real”.20 Pero no lo
abandonaron; fueron generosos con Pietro: le dieron la bienvenida. Y puesto que
Pietro no les era útil, ni al sistema en el que estaban enredados, él no podía imponer
nada, ni siquiera podía liberarlos. Así que crearon un espacio (in)útil para la libertad
de expresión.
2. El bienestar de Madalena. En la segunda parte de la conversación, Gracia y Julio
se mostraron preocupados por Madalena, la joven embarazada que se había ido.
Fue la primera oportunidad para hablar sobre los elementos afectivos (deseantes)
del diálogo. Fue una conversación difícil para Pietro, porque no entendía ni una
palabra de español, y necesitaba un traductor, pero Linda – la hermana de Madalena
– hablaba inglés con fluidez. Mientras Pedro – el niño de cinco años – dormía en
una silla, Linda explicó que Madalena seguido se iba y luego regresaba a la casa,
como si nada hubiera pasado, y estaba segura de que esta vez sería igual.
Pietro sintió que en esta parte del coloquio hubo un cambio: estaban
hablando sobre cómo vivir la vida en términos deleuzeanos. Una hermana sabe
cómo opera la otra; comparten algo, tienen algo en común. Linda entiende la manera
de vivir de Madalena, sus relaciones con la gente, las decisiones que toma. Tal vez
pueda considerarse que Madalena está secretamente en contacto con su hermana.
Desde este punto de observación, inmediatamente todo se vuelve fascinante. Linda
habla rápido, suena muy americana. A veces, a Pietro le cuesta seguirla aunque lo
comprende todo. La percibe inteligente y sensata, con toda una vida por delante;
podría llegar a ser artista, académica, científica. Pietro no puede dejar de pensar:
“¡Que fantástica Wille zur Macht (voluntad de poder) ella está esparciendo!”
3. El tercer y más importante argumento fue la exigencia de Julio de regresar a
Puerto Rico, a lo que Gracia se opuso con fuerza: “si regresamos, perdemos todos
los beneficios que recibimos de Massachusetts, y ¡él empieza a tomar de nuevo!
¡Jamás haremos eso! Él es peligroso: ¡tratando de destruirse, nos arruina a todos!”
He aquí el conflicto entre Gracia (que toma la parte de Massachusetts) y Julio (el
Puertorriqueño); un conflicto que involucra las políticas del cuerpo y de la mente:
el cuerpo de Gracia y la mente de Julio… y también el cuerpo de Julio y la mente
de Gracia.
En cierto sentido, podríamos ver a Julio como un cuerpo social formado por

Año 2012, Vol 25, No 1 16


el Seguro Social de Massachusetts. Su manera de hablar – “¡Tengo cuarenta y siete
años, trabajé toda una vida y me van a negar un vaso de ron!”, “Bueno me quedo
aquí, me gusta el baseball y me consuela la nostalgia de mi casa”21 – era típica de
un niño que hace rabietas que luego intenta reparar. Sus expresiones, su manera de
sonreírle a Pietro, “el Doctor”, su manera de moverse y mirar a su alrededor; todos
estos gestos parecían hechos para mantenerse por debajo de los límites de tolerancia
del dispositivo del Seguro Social. Y su manera de sujetarse tenía éxito. Al parecer,
sabía hasta qué límite podía expresar sus afectos y estados de ánimo. Pietro pensó
que no tenía ningún retraso mental en Puerto Rico; llegó a ser retrasado mental en
Massachusetts. Fue una mala-medida: estaba pagando el precio por ser aceptado en
Massachusetts, una discriminación benévola (gentile
( ).
Pietro pensaba para sí mismo: muchos años antes, había estado allí en un
periodo de estudios. En ese entonces, no hablaba un inglés decente y tampoco
conocía mucho sobre el estilo de vida de allí. En otras palabras, tenía malos
modales y, como Julio, se portaba inapropiadamente. Y mientras observaba a Julio,
en un fluir de la (in)consciencia, seguía las conexiones a través de las cursivas
– decente, malos modales, inapropiadamente –. De repente, sintió la disonancia
que había sentido cuando estuvo allí en 1991: una persona que había vivido hasta
ese momento en otro lugar, un extranjero que supuso que su manera de vivir la
vida era correcta – y apropiada al entorno social – y que, de repente, se da cuenta
que lo que daba por hecho – aun con una frase sencilla como “Conocí a una chica
que estudia antropología” – ya no estaba a su disposición, pues los académicos a
su alrededor – sus compañeros en su nuevo entorno – se reían en secreto porque la
palabra “chica” no era apropiada, etcétera.
En ese instante, Pietro sintió que compartía algo con Julio, porque él también
– allá en 1991 – a veces sintió la misma actitud infantil de necesitar preguntarle a
otros – en este caso a sus colegas – si se había portado apropiadamente haciendo tal
o cual cosa. Al fin y al cabo, no eran tan diferentes: ambos eran extranjeros, y en el
sentido más amplio de la palabra, latinos. Pero el Pietro infantil – a diferencia de
Julio – era un estudiante listo y ansioso por aprender buenos modales.
Pietro, entonces, estaba en la buena posición de ser el consejero, mientras
que Julio estaba en la mala posición de ser el retrasado mental. En esta posición Julio
puede expresar su deseo de regresar a Puerto Rico sin que haya consecuencias, pues
uno se puede imaginar al Sistema Social – el Dispositivo – comentando: “¿Conoces
a este hombre...? Tiene un retraso mental; no sabe lo que dice y sus afirmaciones no
tienen consecuencias. Podemos continuar financiando a la familia.”
Después de más de una hora de conversación, Pietro decidió hablar con sus
colegas en el equipo, que estaba compuesto de muchos latinos. Cristóbal Bonelli,
terapeuta familiar y antropólogo de Chile, dijo algo que emocionó mucho a Pietro,

17 Psicoterapia y Familia
probablemente de gran ayuda para la familia. Fue una especie de discurso delirante,
una visión. Pongamos sus palabras a la manera de un poema:
Veo un túnel que conecta
y desconecta
dos lugares
A la salida de un lado
veo un hospital
y eso es Massachusetts.
Al otro lado
veo un bar,
y eso es Puerto Rico.

Él se mantenía, como en un sueño, en el núcleo de todos los problemas que


se iban esparciendo en la conversación. Además, durante el intervalo después de
la sesión, una colega de Puerto Rico se acercó a Pietro para disculparse en nombre
de la familia. Lo conmovió. Y sintió que había una especie de marca en el cuerpo
de ella, una libra de carne [frase del Mercader de Venecia de Shakespeare. Nota de
traducción] de mujer que venía de su pertenencia a la comunidad Puertorriqueña
en Massachusetts. Pensó: “¿Y yo? ¿Qué me hubiera pasado a mí si hubiera seguido
la consulta de otro colega con una familia italiana, digamos hace cincuenta años,
hubiera tenido yo que disculparme? Probablemente. Entonces, ¿cómo responder
para no reproducir estos mecanismos infinitos de subyugación? Uno podría decir:
“Estaría orgulloso de pertenecer a un grupo de personas deleuzeanas, que son tan
creativos que hacen contacto y se distancian de los Estados Unidos de una manera
tan creativa y desterritorializada. Quizá sean traidores, pero no tramposos.”

Desterritorializaciones adicionales
María escuchó el caso de Pietro como lo hacemos muchos profesionales: como
una reflexión y en medio de una conversación (de profesionales), como parte de la
redacción de este artículo. María no podía dejar de apreciar su belleza – la belleza de
un momento agraciado (Gracia) (¿de un mes? ... Julio) – y de preguntarse sobre las
posibilidades infinitas que este acontecimiento nos ofrece, una vez que nos alejamos
de la historia oficial – el caso clínico descrito por el sistema de expedientes, con
definiciones clínicas de esta familia. Como en todas las industrias de servicios, el
expediente representa más que un paciente, porque cada una de las definiciones
suponen que alguien – los expertos – define al paciente, usando herramientas de
evaluación y observación estandarizados. Como Pietro indicó anteriormente, es
un dispositivo institucional muy efectivo – como diría Foucault – que asigna
estatus y espacio a todas las partes. Las personas son reclutadas para estos roles

Año 2012, Vol 25, No 1 18


con una docilidad espantosa. No sólo los clientes reciben los llamados beneficios
sino también los profesionistas, cuyas prácticas les permiten obtener un salario
(que en parte paga los beneficios). Todos actúan de buena fe, esperando que sus
esfuerzos ayudarán en algo, sin sospechar que sus acciones no son tan inocentes e
inseguras como lo desearían. La institución no está “allá afuera”, su participación,
su docilidad... y la nuestra la actualizan.
Para Deleuze, difícilmente hay un poder de resistencia en el estado moderno
más grande que el ilustrado en Bartleby, el escribano de Melville. Bartleby dice
“Prefiero no hacerlo” ((I prefer not to), y esta negativa abre el espacio para una
respuesta que suspende las certezas y los guiones demasiado ensayados.
Como terapeuta y miembro de este colectivo en busca de una salida
creativa, ésta es una posición interesante. Porque si el plateau de Deleuze tiene
algún poder es que, integrada a la definición constitutiva de cualquiera de estos
dominios (territorios), hay una línea de fuga posible – o desterritorializaciones –
que se abre a variaciones, a devenir otra historia, diferente a la de cuerpos dóciles
que se construyen entre ellos/nosotros como médicos o pacientes en posiciones
(anti)heroicas. Quizá es lo que quiso decir Humberto Maturana, hace muchos
años, cuando comentó que tal vez más que preguntar qué quieren cambiar nuestros
clientes deberíamos preguntar qué quieren mantener.
Sólo para abrirse más a tales posibilidades – pues Pietro ya había comentado
sobre un sueño que atraviesa culturas y tiempos – María comentó que todavía nada
se había dicho acerca de cómo esta familia de personas aparentemente desfiguradas
puede funcionar a través del tiempo y el espacio y presentar una forma de vida que
permite a un niño dormir (¿Podemos pensar en un gesto más inocente?).
Esto le recordó a María una familia que había visto hacía muchos años
en Chile: los abuelos maternos y el nieto. El nieto se fue a vivir con sus abuelos
después de que su madre empezó una nueva relación. Era un arreglo mejor para el
niño y todas las partes estaban felices, hasta que la madre se enfermó y se mudó a la
casa de los abuelos para que la cuidaran. Los abuelos sintieron que, por amor a su
hija y a su nieto, ellos “tenían que distanciarse un poco para que la madre llegara a
ser madre de su hijo.” Pero la madre se enojó y el niño fingió que ni madre ni hijo
querían cambiar el arreglo. María les mencionó esto a los abuelos y el niño – quien
no había querido hablar hasta ese momento – empezó a llorar. Le preguntó si su
interpretación había sido correcta; él asintió con la cabeza. Y como Pietro, atrapado
en una serie de recursiones reflexivas, ella pensó que mientras veía a esta familia
leía El temor de los Ángeles ((Angel Fear) de Bateson (Bateson y Bateson, 1987);
entonces recordó una frase escrita por Bateson que su hija – Nora – incluyó en su
reciente sitio de internet: “los principales problemas del mundo son el resultado de
la diferencia entre cómo funciona la naturaleza y la forma de pensar de las

19 Psicoterapia y Familia
personas”. Casi treinta años después de haber visto a esta familia, el gesto del niño
todavía tiene mucho sentido.
Pietro resuena con esto y comenta que en Se questo É Un Uomo de Primo
Levi (Levi, 1947), hay una descripción de un prominente (palabra que usó Levi
para describir a una persona que trataba de sobrevivir, usando cualquier recurso
etológico): Henri. Henri aprendió rápido la forma de obtener la compasión de “tipo
“son
“ son ty
hijo” (“son pe”); siempre pudo mantenerse por debajo del umbral de lo que los
type”
Nazis consideraban tolerable, y su fingir pronto llegó a ser lo que él creía. Henri
puede considerarse el opuesto del “Prefiero no hacerlo” de Bartleby. Henri era
traficante; obtenía mercancía del campo del sector inglés; se hacía amigo de todos
de los que se podía aprovechar para sobrevivir. El alma de Julio contiene a ambos:
Bartleby y Henri. Es decir: este caso no se puede entender a través de la narrativa de
Edipo, al pensar en el triángulo de Julio con su madre y su padre, y de cómo estaba
apegado/abandonado por su mamá, o de cómo su padre era autoritario/ausente de
la familia, etcétera. Parece que pasó lo mismo en la sesión de María con el niño y
sus abuelos. Esto tiene que ver con las fronteras culturales – no con las fronteras
“reales”, pues sabemos que Puerto Rico es una isla (entre dos lugares y/o), como
en el caso de la familia Chilena – con series de definiciones. Demos por hecho que
Julio tenía una madre abandonadora y un padre alcohólico. Sucede a menudo en
estos casos. ¿Importa esto mucho en una línea de observación deleuzeana? Si es así,
la cuestión es: ¿Por qué Julio no es Charles Bukowski, Antonin Artaud o Marilyn
Monroe? Ésta podría ser un cuestionamiento deleuzeano. Julio no puede vivir otra
vida que la de retrasado mental en Massachusetts. Sólo tiene una oportunidad –
regresar a Puerto Rico – pero ésta está atrancada (bar-red). El retraso mental es la
línea de fuga que acepta, para no desperdiciar su vida recogiendo propinas en un
bar de Massachusetts, a cambio de bebidas que no puede tomar.
La referencia es el hospital, donde la familia vive ahora, no el bar atrancado.
Pero el hospital es el dispositivo que le da forma a la familia como es ahora. Para el
hospital, quizá el alcoholismo es el problema más importante; no por el problema
del alcoholismo sino porque – en el orden del discurso del Seguro Social – si Julio
toma, ellos pierden todo. Así que el alcoholismo es el orden del discurso en el cual
están enredados. A la vez, la abstinencia es la única manera para seguir viviendo en
Massachusetts y, por supuesto, beber la única manera para regresar a Puerto Rico:
tretium non datur – un sistema atorado –, decía Gianfranco Cecchin.
¿Pero, hay un truco en el hospital (no en los profesionistas enredados en el
sistema)? Sí, porque al imponer la abstinencia como condición (una especie de línea
muerta, sin fecha límite) para vivir en Massachusetts, el hospital (es decir, el Seguro
Social) se comporta como institución humanitaria: los protege económicamente,
cuidando obesidad, paraplejía, retraso mental, problemas sociales, lingüísticos y

Año 2012, Vol 25, No 1 20


culturales, para que la familia se vea obligada a adoptar a Pedro como un
Puertorriqueño de segunda generación en Massachusetts.
Gracia trata de cooperar. Ella sabe que tienen que sobrevivir, que la vida
tiene que continuar. Pero tiene marcas en su cuerpo: está parapléjica y obesa. Pero
permanece en la sesión como siempre, con su silla de ruedas y – supone Pietro – con
sus 80 libras de exceso, sólo para quedarse atorada. Tal es la gracia de Gracia: Si
tuviera el cuerpo de una bailarina y si estuviera bailando en algún bar en Puerto
Rico, probablemente sería una des-gracia. No poder caminar y estar gorda son
metonimias para su cuerpo que mantienen a Julio fuera de un bar y salvan sus
vidas. Un mes de gracia, “la Montaña Gracia”, con un túnel, que no va “realmente”
a Puerto Rico, pero que crea una línea de fuga para Linda y Madalena; ellas todavía
pueden volar; tienen buenas alas todavía..
La única manera en que la institución puede arreglar este caso - lidiar con esta
presentación de la vida – es definir por grupos: retrasado mental, alcohólico, obesa,
parapléjica... Estas personas necesitadas se someten, contestan la interpelación,
comportándose como si fueran estas definiciones, adaptándose y disponiéndose
como cuerpos dóciles. No hay salida usando la realidad y la racionalidad: lo racional
es real y lo real es racional (escribió Hegel): el doble vínculo del Estado Ético.
El sueño de Cristóbal es una manera poética de describir el sistema, y para
descarrilarlo de la realidad a lo imaginario ahora ellos pueden continuar fingiendo:
como fingir ser bienvenidos en un hospital cómodo – Massachusetts. No nos dejemos
engañar pensando que esto sólo les sucede a los latinos en Massachusetts. Sería un
alivio si éste fuera el caso, por lo menos para algunos. Las dinámicas del Orden
del Discurso, los regímenes y los dispositivos que transforman nuestros deseos y
nuestros sueños en cuerpos dóciles no pertenecen a un lugar concreto, pertenecen a
un estilo de vida que no respeta nuestra ecología de la mente.

Notas al final de la página


1
Artículo original en inglés: Queremos agradecer a John Morss por pulir nuestra gramática inglesa y
ayudarnos en formar el estilo literario de este artículo. Deleuze nos advierte que debe separarse este
proyecto revolucionario de revoluciones reales, que por consolidar un régimen totalitario acaban en
la miseria. Foucault indica que el espiritu revolucionario que Deleuze invoca es más proximo a la
definición de Ilustración de Kant.
3
May clarifica que ya no es la pregunta de la filosofía antigua – ¿cómo se debe vivir?- sino que se
transformó durante el periodo moderno en ¿cómo se debe actuar?
4
Esto se realiza leyendo la actividad inconsciente, como los deseos perversos, los cuales
fundamentalmente tienen que ver con mamás y papás; la psique edípica del psicoanálisis.
5
Esto se conecta mucho a la idea de Foucault de la construcción de cuerpos dóciles y gobernables.
6
Un concepto que tomaron de Bateson. Más adelante en el artículo, regresaremos a este punto.
7
El mismo argumento también se utiliza para adultos.
8
Un concepto que Deleuze seguramente tomó prestado de Bergson.
9
Foucault argumentaría que esto se hace con el proposito de gobernabilidad y, como tal, no

21 Psicoterapia y Familia
necesariamente se logra por completo.
10
Ésta es una definición singular. Para Deleuze, como individuos – especialmente en la sociedad
globalizada en que vivimos – estamos constituidos como multitud, y como tal, co-existimos en una
multitud de tales dispositivos.
11
Puede entenderse esto sabiendo que muchos terapeutas en psicoanálisis y terapia familiar han
adoptado el enfoque estructural funcionalista de Parsons a los sistemas, vs la opinión de Bateson.
12
La inmanencia de sistemas es central para ambos pensadores: un respeto fundamental a la
autonomía de los sistemas observados. Se puede argumentar que esto es un hilo que conecta a lo
largo de la historia de ideas radicales que definieron la terapia familiar.
13
Eso ha sido la razón por la que muchos estudiantes de Deleuze y Guattari, y de Bateson, han
pensado que eran relaciones hetero-sexuales, comparando prácticas occidentales con orientales.
14
Con todos los elementos de un proceso esquizofrénico no funciona, colapsa en un montón.
15
Mantenemos la palabra francesa porque es bien reconocida entre académicos anglosajones.
16
Otra vez en un giro de ironía, Bateson también comenta que “los alcohólicos son filósofos en el
sentido universal, que son guiados por principios altamente abstractos” (Bateson, 1971, p. 291).
17
¡Su canción tiene un uso mucho más rico e interesante en comparación con el DSM!
18
A través de novelas como The Scarlet Letter y the House of the Seven Gables.
19
La consulta se llevó a cabo en un programa organizado por Marcelo Pakman. No mencionamos
ni el nombre del programa ni el periodo o los lugares involucrados para preservar la privacidad de
la gente involucrada.
20
Un buen ejemplo de los efectos totalizadores que tiene “lo real”. En éste lo “real”(realidad) no
tiene distinción de lo “real” (realeza).

Bilbiografía
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23 Psicoterapia y Familia
Psicoterapia y Familia
Año 2012, Vol 25, No 1: 24-33

MODELOS MATEMÁTICOS
EN LAS RELACIONES DE PAREJA

Clara E. Garza-Hume* y Francisco Avilés-Gutiérrez**

Resumen
El presente trabajo está basado en un taller realizado durante el X congreso de la Asociación
Mexicana de Terapia Familiar (AMTF), en Querétaro, en noviembre del 2008. En este taller se
analizaron algunos aspectos relacionados con el aumento en la tasa de divorcios en México. Se
presentó un modelo matemático que se ha utilizado para estudiar relaciones de pareja y se discutieron
algunas fuentes de tensión en las parejas mexicanas contemporáneas. Se concluye con algunas
recomendaciones para el trabajo clínico.
Palabras clave: modelos matemáticos, relaciones de pareja, estresares

Abstract
This paper is based on a workshop that took place during the Xth Congreso of the Mexican
Association of Family Therapy (AMTF) in Querétaro, in November 2008. In this workshop we
analyzed aspects related to the increase in divorce rates in Mexico. We presented a mathematical
model that has been used to study marital relations and discussed sources of tension in Mexican
contemporary couples. Some suggestions for therapy are given.
Key words: mathematical models, couple relations, stressors

Es una realidad estadística que el número de separaciones y divorcios se ha


incrementado considerablemente en las últimas décadas en el mundo occidental.
México no es la excepción. Las causas de este fenómeno son de naturalezas diversas
y exigen enfoques multidisciplinarios para su comprensión. El presente trabajo está
basado en el taller “Las matemáticas del Matrimonio” que se llevó a cabo durante
el X Congreso de la Asociación Mexicana de Terapia Familiar AMTF, Querétaro, 15
de noviembre del 2008. En el taller se presentó el modelo matemático de Gottman-
Murray para el estudio de las relaciones de pareja y se analizaron las fuentes de
tensión en las parejas mexicanas contemporáneas de acuerdo a la experiencia clínica
de los terapeutas familiares participantes.

_____________________________
* Se agradece la colaboración de Ramiro Chávez en la figura 3 y de Claudia Fájer por sus comentarios
y recomendaciones al manuscrito.
** Doctora. Matemáticas y Mecánica, Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en
Sistemas (IIMAS), UNAM. *** Doctor en Psicología. Maestro en Terapia Familiar y supervisor.
UAM-X, IFAC, Presidente de la AMTF 2005-2006 y 2012-2013. francisco_aviles@mac.com

Año 2012, Vol 25, No 1 24


Planteamiento del problema y objetivos
El estudio de las relaciones de pareja utilizando modelos matemáticos es relativamente
reciente. Uno de los grupos pioneros en esta dirección fue el encabezado por los
doctores John Gottman, terapeuta de parejas y James Murray, matemático. En 1992
comenzaron un estudio en el estado de Washington, EUA, con 700 parejas de
recién casados. Se colocaba a cada pareja en un cuarto y se les pedía que discutieran
un tema conflictivo de la relación. Sin la presencia de nadie más, discutían durante
15 minutos. Esta conversación se videogrababa y posteriormente se analizaban
tanto las expresiones faciales y corporales como las palabras para asignar una
calificación a cada turno al habla, con base en los conceptos de negatividad y
positividad definidos por los autores. Este procedimiento se utilizó para clasificar
a los sujetos en parejas de bajo riesgo y parejas de alto riesgo y para pronosticar ya
sea divorcio o infelicidad dentro del matrimonio. Sorprendentemente el pronóstico
de divorcio fue acertado en un 94% de los casos (Murray, 2004).
Para tratar de entender este resultado desde otro punto de vista, el Dr.
Gottman consultó al Dr. D. Murray, un reconocido matemático, quien desarrolló,
con base en modelos establecidos en biomatemáticas, un modelo para analizar las
interacciones de las parejas. Los resultados de esta colaboración fueron publicados
en el libro The Mathematics of Marriage. Dynamic Nonlinear Models (Gottman,
Murray, Swanson, Tyson y Swanson, 2005). A partir de esta obra, nos surgió el interés
de presentar las ideas básicas de este modelo y discutir su aplicabilidad clínica en
el contexto mexicano. Para avanzar en esta dirección nos propusimos desarrollar el
taller arriba mencionado.
Un objetivo fue generar una discusión en un grupo de terapeutas familiares
sobre los modelos de relaciones de pareja que encontraban cotidianamente en
su práctica clínica y sobre la posibilidad de utilizar modelos matemáticos para el
análisis y comprensión de algunos aspectos de las dinámicas de pareja. Un objetivo
complementario fue discutir acerca de las tendencias del cambio cultural, cómo este
cambio afecta los valores y las expectativas de las parejas y posteriormente generar
recomendaciones para el trabajo clínico. Para guiar esta discusión se plantearon las
siguientes preguntas:
¿Cuáles son los principales estresores que influyen en la generación de
conflictos?
¿Qué variables intervienen hoy en día para generar satisfacción y estabilidad en el
matrimonio?
¿Cuáles son las principales expectativas de las parejas con respecto a su relación?
¿Cuál es la influencia de la familia extensa?
¿Cuál es el papel de las creencias religiosas?
¿Qué efecto tiene en las parejas una mayor flexibilidad sexual?

25 Psicoterapia y Familia
¿Cómo pueden los terapeutas ayudar a crear contextos que generen estabilidad y
satisfacción?
A continuación presentamos brevemente el modelo de Gottman-Murray y
posteriormente resumiremos los resultados del taller.

Modelo Matemático
En el experimento original de Gottman arriba mencionado se asignaba una
calificación a cada turno al habla de la esposa y el esposo en una conversación sobre
un tema de conflicto; por ejemplo, a una manifestación de cariño se le asignaba un
valor de +4, al lloriqueo un valor de -1, al desagrado un -3 y al desprecio un -4. La
calificación era la positividad menos la negatividad (o la razón entre positividad y
negatividad). A esta calificación acumulada a lo largo de la conversación se le llama
Variable de Gottman-Levenson (Gottman et al, 2005)
A partir del análisis de los resultados se construía una gráfica tipo ``Dow
Jones’’. Resultó sorprendente el poder predictivo de esa variable y se decidió
construir un modelo matemático para comprender el fenómeno. La ventaja de los
modelos matemáticos, a diferencia de los estudios estadísticos, es que permiten
entender los mecanismos subyacentes y los parámetros fundamentales del fenómeno
en cuestión.

Figura 1. Gráficas de una conversación de una pareja típica de bajo riesgo y una de alto riesgo.

Hay una larga historia de modelación en biología. En particular, en el

Año 2012, Vol 25, No 1 26


contexto de poblaciones animales que interactúan, están los modelos de dinámica
de poblaciones (Lotka-Volterra) en los cuales el tamaño de una población en cada
momento está en función de la otra. (Véase [M]). Murray propuso un modelo similar
para el contexto de las relaciones de pareja que se describe a continuación. La
herramienta usual para la modelación de los cambios es el Cálculo y las Ecuaciones
Diferenciales ó en diferencias.

Si denotamos por y los puntajes de comportamiento de la esposa


y el esposo, respectivamente en el turno , entonces los puntajes al tiempo
siguiente dependen de los puntajes de ambos en la interacción inmediata anterior.
Matemáticamente la sucesión de puntajes está dada por un par alternante de
ecuaciones en diferencias que se escriben de la siguiente forma:

donde y determinan la manera en que los nuevos puntajes dependen de los


puntajes anteriores; esa manera depende de cada pareja, no es algo que se sepa a
priori. Por lo tanto la forma de las funciones debe determinarse experimentalmente,
a partir de las gráficas de la interacción. La asimetría en los índices se debe a que
se está suponiendo, sin pérdida de generalidad, que la esposa habla primero. Para
poder determinar y se hacen ciertas hipótesis. Se supone que el puntaje de una
persona es la suma de dos componentes: (1) la influencia interpersonal, a la que se
llama “comportamiento influenciado” y (2) la dinámica individual de cada persona,
a la que se llama “comportamiento no influenciado”.

Supusieron que el comportamiento no influenciado tiene la forma


,
para la esposa y el esposo respectivamente, donde representan la inercia
emocional de cada uno. Si se denota por a la influencia del estado de
la persona A al tiempo sobre la persona B entonces la afirmación de que el estado
al turno es la suma de la influencia interpersonal y la dinámica individual
se traduce en la siguiente expresión matemática:

Las funciones de influencia se determinan suponiendo la forma general que

27 Psicoterapia y Familia
deben tener con base en la experiencia con parejas y determinando los parámetros
libres a partir de los experimentos. Es importante señalar que este enfoque es
diferente al enfoque estadístico. ( Véase GM cap. 9). Como primera aproximación
se usaron dos formas básicas para la función de influencia, una con dos pendientes
y una constante por tramos:

Figura 2. Dos posibles tipos de funciones de influencia.

Teniendo la forma de las funciones de influencia se pueden estimar los


parámetros necesarios y resolver las ecuaciones. Las soluciones suelen representarse
en lo que se conoce como plano fase que en este caso sería la gráfica del estado de
un cónyuge contra el estado del otro. Uno de los aspectos importantes es analizar
los puntos de equilibrio, que son aquellos que no cambian con el tiempo. La figura
(3) muestra un ejemplo de plano fase.
En las Figuras 3 que vemos a continuación, en el lado izquierdo se muestra
en qué regiones del plano fase están contentos o tristes la esposa y el esposo. En el
lado derecho se muestra un ejemplo de plano fase con un punto de equilibrio en la
zona donde ambos cónyuges están “felices.” Los puntos representan el estado de
la pareja conforme avanza el tiempo y van “fluyendo” en la dirección que marcan
las flechas, que a su vez está determinada por las ecuaciones.

Año 2012, Vol 25, No 1 28


Figura 3.

El análisis de las soluciones al sistema (Figuras 3) sugirió varios puntos:


- En los matrimonios de alto riesgo lo que se observa es una incompatibilidad en
las funciones de influencia, es decir, en la forma de discutir.
- En matrimonios de bajo riesgo la influencia hace más positivos a los puntos de
equilibrio, en matrimonios de alto riesgo los hace más negativos.
- En matrimonios de alto riesgo la inercia, es decir la tendencia al no cambio, es
mayor.
- Cuando hay más de un punto de equilibrio en la relación, la condición inicial
determina en cuál de ellos termina la discusión por lo cual es crucial empezar
positivamente para poder terminar positivamente.
Sin embargo, podría repararse una interacción que ha empezado mal.

29 Psicoterapia y Familia
-Surge una posible interpretación sobre los cambio de primer y segundo
orden: en los de primer orden la pareja sólo se aleja del punto de equilibrio pero tarde
o temprano tiene que regresar a él; en los cambios de segundo orden se cambian
las funciones de influencia, por lo tanto también las posiciones de los puntos de
equilibrio y este es el tipo de cambio deseable en un proceso terapéutico.
-Otro punto importante es que el tener un modelo matemático permite hacer
predicciones acerca del comportamiento del sistema en condiciones diferentes a
aquellas en las que se midió, permitiendo proponer intervenciones terapéuticas en
las parejas para generar cambios positivos.
A partir del modelo, Gottman y Murray diseñaron experimentos específicos que
llevaron a las siguientes recomendaciones para las parejas que quieran mejorar su
relación:
• Empezar las discusiones con suavidad.
• Usar frases tipo “yo”; que cada quien hable por sí mismo.
• Controlar las emociones , las actitudes negativas y en particular la violencia
verbal y física.
• Eliminar el desprecio y la burla hacia el otro.
• Conectarse emocionalmente en forma positiva.
• Incrementar los aspectos positivos y gratificantes de cada uno y de la
relación. No basta con disminuir la negatividad. Los divorcios tempranos
suelen asociarse más con la negatividad, mientras que los tardíos (16-20
años ó más) se asocian más con la falta de positividad.
• No ignorar los mensajes, necesidades y reclamos de la pareja.
• Analizar con más profundidad el significado simbólico de los temas que
generan discusión.

Aportaciones del taller y discusión


Después de la presentación dimos paso a una discusión con base en las preguntas
iniciales. El tema central giró en torno a la identificación de las fuentes de tensión
(estresores) que refirieron los terapeutas presentes en el taller, que trabajan con
parejas mexicanas contemporáneas.
Algunas de las fuentes generadoras de conflicto que se mencionaron fueron
el dinero, el manejo del poder y la autoridad, los juegos de roles, las dinámicas
de competencia y colaboración; la disponibilidad y administración del tiempo,
la distribución de tareas y responsabilidades; el individualismo, el consumismo,
el inmediatismo; la influencia de terceros (que pueden ser los hijos, la familia
extensa, los amigos, los hobbies, las mascotas, las dependencias al juego, a las
drogas-alcohol y otras). Los participantes más jóvenes mencionaron también los
conflictos asociados a la vida sexual de las parejas, otras relaciones afectivas con

Año 2012, Vol 25, No 1 30


o sin sexo o relaciones sexuales extramaritales con o sin afecto. Contrariamente a
nuestras expectativas, el tema de la religión no apareció ni como generador ni como
inhibidor de tensión.
Cuando las parejas buscan ayuda profesional lo hacen por una sensación
de insatisfacción y conflicto a veces generalizados y a veces focalizados que no
logran resolver por sí mismas. Consideramos que los aspectos generadores de
estrés en la dinámica relacional de las parejas contemporáneas tienen que ver, entre
otras cosas, con los valores personales y del medio sociocultural en el que se vive.
Los valores que se tienen determinan tanto las prioridades como las expectativas
de las personas y esto puede darse de manera conciente y explícita, conciente e
implícita o en forma inconciente (Sager, 1994). Una falta de claridad en cuanto a
prioridades y expectativas así como la falta de modelos definidos de identificación
y la diversidad de posibilidades para las mujeres y hombres de hoy puede generar
tensión y conflicto en las interacciones.
Por todo esto consideramos que el trabajo clínico y terapéutico incluyera las
siguientes recomendaciones:
1. Determinar cuáles aspectos del conflicto son contextuales, cuáles son
personales y cuáles son relacionales. En este proceso es importante tomar
en cuenta la etapa del ciclo vital en que se encuentran cada uno y la relación
de pareja.
2. Tomar conciencia de las expectativas, necesidades y deseos personales así
como del proyecto de vida individual y metas a corto, mediano y largo
plazo. Estar consciente del costo personal y para la pareja que representaría
la realización de este proyecto.
3. Aprender a comunicar en forma clara y directa, propositiva y constructiva
así como a escuchar activa y respetuosamente.
4. Conocer las expectativas, necesidades y deseos así como el proyecto de vida
y metas a corto, mediano y largo plazo de la pareja.
5. Valorar si las expectativas de ambos son viables dentro del contexto. En
caso contrario analizar si se puede cambiar el contexto o si será necesario
ajustar las expectativas de ambos para hacerlas viables.
6. Desarrollar habilidades de negociación para co-construir soluciones ganar-
ganar y “quid pro quo”, disminuir las fuentes de tensión, negociar acuerdos,
definir compromisos y tareas y trabajar en forma colaborativa.
7. Aprender a regular conjuntamente el nivel de negatividad y agresión que se
deriva de las diferencias de opinión. Incrementar la tolerancia y aprender a
manejar las situaciones de no cambio (que podrían ser numerosas).
8. Cultivar el bienestar, tanto individual como relacional a través del
intercambio abundante y cotidiano de expresiones emocionales de bienestar,

31 Psicoterapia y Familia
reconocimiento y apoyo mutuos y limitar la expresión de afectos de malestar
en la medida de lo posible.
9. Reevaluar periódicamente el cumplimiento de los acuerdos, los resultados
obtenidos y verificar si se han alcanzado niveles aceptables de estabilidad y
satisfacción.
10. Si no se puede llegar a niveles aceptables de estabilidad y satisfacción,
valorar otras opciones, tales como una buena separación, que también tendrá
que definirse, negociarse y construirse.

Independientemente de cuál sea la fuente de conflicto, es indispensable poder


comunicar y negociar, dentro y fuera de un proceso terapéutico. Hay parejas que lo
hacen naturalmente, otras que pueden aprenderlo; pero siguiendo a Gottman, hay
otras para las cuales será mucho más difícil, dado que tienen estilos incompatibles
de interacción por lo cual les resulta muy complicado pasar del punto número 6, lo
que acarrea un incremento en la frustración y disminuye las expectativas de cambio.
Queda por responder la pregunta de si los estilos de interacción son modificables
a partir del ejercicio de la voluntad y se pueden aprender o están determinados en
mayor medida por el temperamento de las personas y no son modificables.

Conclusiones
Los cambios acelerados en los roles de género, las expectativas y los esquemas
de relación de pareja a partir de la segunda mitad del siglo XX trajeron como
consecuencia una ruptura del modelo de relación tradicional complementario para
dar lugar a modelos que están todavía en construcción.
En los últimos años se ha complicado aún más el panorama como resultado
de los vertiginosos cambios tecnológicos en las comunicaciones y la aparición
de nuevos universos virtuales. A nuestro juicio estos cambios han generado
bienestar y satisfacción en algunos temas como logros individuales, más tiempo
para uno mismo, más oportunidades de crecimiento intelectual y desarrollo de
habilidades profesionales para ambos en la pareja, mayor autonomía económica,
mayor autonomía para tomar decisiones, entre otros. No obstante en otros temas
se ha generado confusión dado que cada pareja debe construir sus propias reglas
de interacción a partir de sus valoraciones, expectativas explícitas e implícitas
y su contexto sociocultural lo cual implica un mayor nivel de responsabilidad
y autodeterminación en la medida en que la sociedad, la religión y la familia
extensa no ejercen ya el nivel de influencia que ejercían hace apenas unos años
para mantener a las parejas unidas. No es claro aún si el aumento en el número de
separaciones y divorcios se debe a que hay mayor insatisfacción e inestabilidad
o a que hay otras opciones de convivencia más flexibles y que muchas de las

Año 2012, Vol 25, No 1 32


necesidades individuales se pueden satisfacer en ausencia de una pareja y un estilo
de convivencia formalmente definido.
Algunos de los dilemas que deberán resolverse en el futuro próximo son:
el equilibrio entre las necesidades individuales y el compromiso con la pareja y
la familia, la distribución de tareas y responsabilidades, la atención y educación
de los hijos, el significado de compartir, enamorarse y amar, de comprometerse,
el significado de fidelidad, lealtad, solidaridad, necesidad, equidad, prioridad,
autoridad, ejercicio del poder, colaboración, responsabilidad, derechos y obligaciones
por nombrar sólo algunos.
Cabe señalar que se pretende formar individuos funcionales cuando estamos
inmersos en una sociedad disfuncional que sólo garantiza el bienestar para una
minoría de la población de todas las edades. Además, la vida en pareja enfrenta
grandes contradicciones: por un lado se busca la satisfacción y la permanencia
en la pareja cuando las valoraciones sociales tienden a enfocarse más en el éxito
y el desarrollo individual. Finalmente, hay que tener claro que las relaciones de
pareja así como todos los fenómenos físicos tienden a aumentar la entropía a menos
que se haga algo para evitarlo. Consideramos que toda relación está destinada a
la desintegración a menos que se hagan esfuerzos colaborativos y cotidianos para
evitarlo; esto bien podría ser una definición operativa del amor.

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33 Psicoterapia y Familia
Psicoterapia y Familia
Año 2012, Vol 25, No 1: 34-49

EXTERNALIZACIÓN EN LA TERAPIA NARRATIVA:


UN RE-SURGIMIENTO MODERNISTA DEL EXORCISMO

Hillary Stephenson* y Bradford Keeney**

Resumen
Se compara la técnica de “externalización” de la terapia narrativa con el exorcismo medieval,
donde se ve la causa del sufrimiento como algo maléfico que necesita extraerse de la persona,
al atacarlo y vencerlo. Por lo tanto, a las campañas tipo cruzada de la externalización se le opone
una forma alternativa de relacionarse con los problemas, cuya raíz yace en la sabiduría sistémica.
Al proponer un posible avance para los terapeutas narrativos, se escribe una carta terapéutica a los
problemas que ha castigado la terapia narrativa; y se les pide su perdón y su colaboración futura.
Finalmente, a los problemas se les permite hablar con la terapia narrativa, pidiéndole que permita
más libertad interaccional y participación, para así poder regresar a la sabiduría relacional y al know-
how interaccional terapéutico.
Palabras clave: externalización, terapia narrativa, exorcismo, sabiduría sistémica
Abstract
Narrative therapy’s technique of “externalization” is compared to medieval exorcism, where the
cause of suffering is regarded as something evil that needs to be called out of a person, attacked, and
vanquished. An alternative way of relating to problems, rooted to systemic wisdom, is contrasted
with the crusade-like campaigns of externalization. Addressing a possible breakthrough for narrative
therapists, a therapeutic letter is written to the problems that narrative therapy has chastised, asking
for their forgiveness and future collaboration. Finally, problems are given an opportunity to speak
to narrative therapy, asking them to allow more interactional freedom and participation in cases in
service of a return to relational wisdom and therapeutic interactional know-how.
Key words: externalization, narrative therapy, exorcism, systemic wisdom

El chiste, a la Foucault, es cómo ir en contra de las formas de dominación


Sin re-introducir los peores efectos de las prácticas de empoderamiento.
Aquí es donde este libro falla ((Las
Las vidas de los terapeutas narrativos )…
narrativos)…
Me temo que puedo oler el incienso de la Iglesia nueva que busca conversos
No terapeutas que piensan libremente, y que buscan la salvación, no la
sabiduría…
í
ía…
Stagoll, 1998, p. 67.
_____
*Ph.D. Co-Directora de Circulus, Universidad de Louisiana.
** Ph.D. Co-Director de Circulus, Universidad de Louisiana. Pionero de la terapia creativa,
profesor universitario, cibernético social, antropólogo de la tradición de curanderos, analista de
la conversación. Honorary Senior Research Fellow del Rock Art Institute de la Universidad de
Witwatersrand, Johannesburg, Sud Africa. Correo: bradkeeney@earthlink.net.
Traducción de este artículo: Rosemary Eustace Jenkins

Año 2012, Vol 25, No 1 34


La terapia narrativa ha promovido una relación no-colaborativa con los llamados
“problemas” o “síntomas”; ha establecido un dualismo que lleva a culpar y a atacar
un problema que ha sido reificado, un “Problema-como-otro” ((problem-as-other).
Esta orientación es el eco de un recuerdo del pasado medieval que ha sido olvidado
– el ritual católico del exorcismo, donde se le pide al demonio interno que salga del
cuerpo de la víctima; se le regaña y se le ordena que se vaya y que nunca regrese.
Nos preguntamos si la terapia narrativa, al prometer un cambio significativo de
“sistema” a “interpretación”, y al utilizar técnicas prescritas y un moralismo
simplista, no es un ejemplo de la facilidad con la que el terapeuta y el cliente(s)
se pierdan en el juego interminable de “uno no puede no interpretar”, donde las
sesiones concluyen en una extracción y un exilio.
Marek Tamm (2003), en su ensayo “Santos y Demonios: Ritos de exorcismo
en la Europa Medieval”, afirma: “Al practicar el exorcismo, un santo también se
involucra en la lucha contra Satanás” (p. 22). Consideremos, pues, un paralelo
contemporáneo: Al practicar la externalización, el terapeuta narrativo se involucra
en la lucha contra la opresión social. Para ambos, exorcista y terapeuta narrativo,
el individuo no tiene culpa alguna. En parte, el demonio interior surge debido a la
agencia del mal, que es más poderosa. Aquí, la terapia es más que una profesión
que se limita a trabajar con los problemas, es una cruzada socio-cultural empeñada
en “librar (a los clientes) del peso opresivo de las grandes narrativas culturales
dominantes” (Doan, 1998, p. 379). Y se descalifica a quien no apoya esta cruzada
(Crago y Crago, 2000; Doan, en Flaskas, Stagoll, Larner, Hart, Doan, Wingarten,
Loth, Hayward y Pocock, 2000).
Tamm (2000) señala: “el exorcismo es, ante todo, una especie de terapia
verbal” (p. 13). A las palabras del demonio se les llamaba “palabras dialógicas”,
e inspiraban al exorcista a preguntarle al demonio que quién era, de dónde venía,
por qué había entrado en la víctima humana... (Brown, 1981, p.109; Grässlin, 1991,
pp. 9 y 10; Boulhol, 1994, pp. 274-276). Así pues, un exorcismo, al igual que una
terapia narrativa, tiene lugar enteramente dentro del lenguaje. Michel de Certeau
(1979) dice: “el lenguaje es tanto el arma como el campo de batalla” (p.64). Y para
los terapeutas narrativos, los significados lingüísticos contienen tanto problemas
como la capacidad de respuesta a la terapia.
El Rituale Romanum ((Ritual Romano) se publicó en 1614; Narrative Means
to Therapeutic Ends, de M. White y D. Epston, lo fue en 1990. Poco ha cambiado
en la forma de hacer un exorcismo, como puede verse en la carta que un terapeuta
narrativo le escribió al síntoma (demonio) de la anorexia nervosa, carta que luego
le enseñó a su cliente como parte de su terapia:
… me desperté a medianoche… mi mente hervía íía con una rabia furibunda contra la anorexia.
Pensé,
éé, “¡Anorexia, tú otra vez! Así que disimuladamente te has metido en la vida de otra inocente

35 Psicoterapia y Familia
más,
áás, haciéndote pasar por su amiga, justo cuando está atravesando por grandes cambios…
¡Vampiro! ¿No has obtenido lo suficiente? ¿No estás áás satisfecha con la cantidad de jóvenes que has
depredado, primero robándoles su grasa, luego su carne, luego su fuerza… su vida misma?” Si no
fueras tan viciosa y maléfica,
ééfica, seríía para morirse de risa… Pero, ¿sabes qué, anorexia?, no lo vamos
a tolerar (Maisel, Epston y Borden, 2004, p. 160).

Los exorcistas del tiempo de las Cruzadas, al afirmar enfáticamente


que liberaban a las personas de la opresión del pecado y que buscaban el bien
mayor con gran devoción, únicamente demostraron cuán peligroso es apegarse
demasiado a una interpretación que traduce el significado de las historias que nos
contamos como si fuese un campo entre el bien y el mal. Cuando esto se degenera
políticamente, y se convierte en una causa moral de liberación, promulga y alimenta
al monstruo con quien se cree estar luchando. Por eso podríamos preguntar. Cuando
Maisel et al (2004) alientan a los terapeutas a que le expresen a sus clientes su
“indignación moral” ante problemas aparecidos en las sesiones, ¿no se asemeja esto
al fundamentalismo de los cruzados? Al sonar como el llamado de la trompeta de la
Inquisición Española, Maisel et al (ver la portada de su libro) “muestran la forma en
que se pueden sacar a la luz tácticas de la anorexia/bulimia y sus mentiras, la forma
en que se puede romper su encanto y desafiar su tiranía” (p.158).
Por ahora, nuestra intención no es explorar cómo un movimiento de reforma
editorial es iatrogénico, ni cómo la hegemonía de la interpretación promueve la
paradoja del habla pura sin un caminar corporalizado, ni cómo las batallas dualistas
en contra de “otros reificados” perpetúa personalidades autoritarias e interlocutores
sujetos a cultos. Estos temas, también importantísimos, van más allá del alcance de
este ensayo crítico. Lo que nos ocupa es la reaparición del exorcismo disfrazado de
externalización, una técnica que promueve una escuela de terapia.
En gran parte, la historia de la psicoterapia es un juego de caza del culpable,
donde los debates se organizan a través del villano que se va a poner en evidencia.
Por lo tanto, el (la) terapeuta intenta resolver, conquistar o exorcizar el problema por
malo, loco o enfermo. Pero el tratamiento es el mismo, aunque cambie la metáfora y
la interpretación, sea que se busque luchar en contra de una educación mediocre, un
trastorno bioquímico, una psicopatología, un trauma infantil, una opresión cultural,
historias saturadas de problemas, demonios o posesión de espíritus. Es decir, se
lucha contra el mal, como en una especie de inquisición medieval.
Algunas tradiciones culturales con una larga historia de hacer exorcismos
tienen un enfoque radicalmente distinto al enfoque de la terapia narrativa y del
Ritual romano, en lo que respecta el encuentro con el “otro” problemático. Por
ejemplo, algunos curanderos (sanadores) tradicionales Zulu, los sangomas, evitan
los dualismos: el blanco/negro (either/or); han aprendido que si atacan al presunto
demoníaco probablemente se esconderá o, lo que es peor, regresará de una manera

Año 2012, Vol 25, No 1 36


todavía más amenazante (Keeney, 2001). Al igual que un terapeuta interaccional
y estratégico, tácitamente consideran que el encuentro simétrico equivale a un
patrón que mantiene el problema y que lleva a una escalada.
Pero no se necesita llamar vampiro o demonio o cualquier otra variable
del mal encarnado al problema, o gritarle hasta llegar al paroxismo para que deje
de poseer, dominar o victimizar; existe una alterantiva. La sabiduría sistémica y
cibernética que hace años disolvió esta ilusión, y que la terapia narrativa sobre lo
“internalizado” y lo “externalizado” no ha tomado en cuenta. Paradójicamente,
externalizar el problema mantiene la visión del mundo que tan saturada está de
problemas y que algunos terapeutas narrativos intentan desvanecer (White y Epston,
1990). Sucede lo mismo cuando se capitaliza la palabra “problema” (Epston, 2011,
p.2) como si fuera un monstruo que nos acecha. Al celebrar la victoria del cliente
sobre sus problemas, paradójicamente se alimentan los paradigmas culturales
sedientos de guerra – precisamente algo que los terapeutas narrativos dicen querer
eliminar, insinuando que son los únicos en poder hacerlo, ya que tienen conciencia
de ello.
Sin embargo, en la terapia, la diferencia que hace una diferencia liberadora es
cuando cesa la caza del culpable. En este escenario, toda comunicación, incluyendo
la definida como problemática, desempeña un rol vital en el drama. El (la) terapeuta
se alía con el problema – o el síntoma – y entiende que apunta hacia el crecimiento,
el cambio, la transformación. El terapeuta ayuda a que la gente se mueva con
espontaneidad, impredeciblemente, sin seguir lineamientos rígidos o maniobras
técnicas limitadas; le resta importancia a causas subyacentes y a interpretaciones;
no libra batallas acérrimas en contra de una parte de la experiencia humana.
Así pues, el terapeuta que no cree en las cruzadas no le es leal a un reino
terapéutico y supone que no existe un enemigo en la vida de su cliente. Por el
contrario, respeta todo lo que se presenta y, paradójicamente, puede ser que se
responsabilice aún más y sea un mejor agente de cambio, al mismo tiempo que tiene
la suficiente humildad para no saber cómo lograrlo. Colabora, así, con el misterio de
la existencia humana en lugar de hacerlo a través de la narrativa, la explicación o la
comprensión de su cliente. Esto siempre es reduccionista; no abarca la circularidad
más compleja de la experiencia humana y del cambio. Por otro lado, cabe señalar:
mientras el cruzado sabe exactamente lo que hay que hacer en cualquier situación,
nuestro terapeuta le impone a su cliente su teoría de liberación, le guste o no.
Cualquier forma de exorcismo, entonces, sea la tortura medieval o el combate
interpretativo, no respeta la complejidad relacional; parece ignorar la tradición de
sabiduría – que incluye a todas las grandes religiones del mundo que nos advierten
sobre la escalada dualista y la confrontación simétrica. Por eso, este tipo de terapia se
aleja de la red interactiva, cuando: [1] utiliza la culpabilización– sean moléculas

37 Psicoterapia y Familia
cerebrales, comportamiento, familia u opresión cultural; 2) crea un número limitado
de técnicas o formas de entender el mundo que aplica a toda situación clínica; [3]
solidifica una narrativa totalizadora o una gran explicación (que paradójicamente
puede incluir una polémica en contra de los discursos privilegiados). Estas tres
condiciones terminan por construir una terapia parcial o totalmente aislada del
contexto más abarcativo.
Re-examinemos y recordemos la historia del aislacionismo en la terapia
narrativa. Por ejemplo, Stagoll, al criticar a Michael White, acota que aunque su
libro “intenta abordar lo ético y lo político, cae peligrosamente en el olvido y el
desmembramiento, al insistir estridentemente en separar la terapia narrativa de la
cultura psicoterapéutica de donde surgió…” (en Flaskas et al, 2000, p.124.) La
“política exclusiva de la terapia narrativa” incluye el hecho de que White rehusó
dialogar con los colegas de su propio país (Larner, en Flaskas et al, 2000, p. 142).
Stagoll se lamentó: “¿Por qué no le responde a los terapeutas australianos?
¿Por qué no puede dialogar” (p.124.) Quizás, el recuento fantaseado que hace de
las ideas de Bateson – que no se asemeja en nada a la cibernética (White y Epston,
1990, pp. 2-3) – o las creencias re-imaginadas de los terapeutas sistémicos que el
medio de la narrativa trivializa, o el cachondeo generalizado con todo movimiento
políticamente correcto que no ha logrado alcanzar la meta congruentemente,
terminan en un aislacionismo que bloquea posibilidades correctivas. A final de
cuentas, la terapia narrativa acaba siendo el ejemplo perfecto de cómo una visión del
mundo que “todo lo interpreta” no ve que hay que interactuar con los que piensan
y actúan de manera diferente. Demuestra cómo la ambición-por-salvar-al-mundo,
el saber cuestionable y las técnicas de memorización adquieren una verbosidad que
pide a gritos ser editada, pues está empaquetada decontextualizadamente y, ciega,
presume ser significativamente original, en palabras y en obras.
A veces, los terapeutas, incluyendo los que se dedican en cuerpo y alma al
arte de contar historias, también requieren de una cura. Podríamos argumentar que
una prueba útil por la que debe pasar toda terapia es aplicársela tanto al terapeuta
como al cliente. En el caso del terapeuta narrativo-exorcista, ¿por qué no prescribirle
una dosis de su propia medicina? Podría parecerse en algo a esta carta basada en sus
propias palabras:
Me desperté a medianoche… mi mente hervía íía con una rabia furibunda contra la terapia
narrativa. Pensé: “¡Otra vez, tú, terapia narrativa! Así que disimuladamente te has metido en la vida
de un clínico
íínico inocente máás, haciéndote pasar por su amiga cuando está atravesando por grandes
cambios…! Vampiro, terapia narrativa, ¿no has chupado lo suficiente? ¿No estás áás satisfecha con la
gran cantidad de clínicos
íínicos que has depredado, primero robándoles sus posibilidades creativas, luego
su imaginación, su ingenio…, su vida terapéutica misma? Si no fueras tan viciosa y maléfica ééfica sería
í
para morirse de risa… Pero, ¿sabes qué, terapia narrativa? No lo vamos a tolerar.

Cualquier terapeuta o crítico cultural, al ver cómo la terapia narrativa

Año 2012, Vol 25, No 1 38


tiende a perpetuar dualismos, exorcismos y cruzadas culturales, estaría tentando
a mandarle un mensaje así. Sin embargo, como cualquier ataque a un problema
externalizado, sólo estimularía un breve moratorium de plática externalizante
sobre el problema, promoviendo a la vez una visión que mantiene justamente los
supuestos de los que surge más de lo mismo…Consideremos, pues, una carta más
colaborativa y estratégica: El Vusamazulu Credo Mutwa, de los zulu sangoma y
sanusi (Keeney, 2001), explica que un sanador jamás le grita a un fantasma que
se aparece en el kraal familiar; propiciaría que el fantasma insistiese en quedarse.
Por el contrario, hay que establecer una relación amistosa con el fantasma, explorar
cuidadosamente cómo podría ser más feliz en otro lugar. He aquí una carta dirigida
a los problemas y los síntomas que algunos de nuestros colegas han ofendido:
Queridos Problemas y Síntomas:
í
íntomas:
A nombre de la comunidad dde sanadores (curanderos) y terapeutas, queremos disculparnos
por la falta de respeto de los llamados terapeutas narrativos. No nos unimos a sus calificativos.
Nos da mucha pena que hayan sido el objeto de una demonización, de que se les haya llamado
vampiros – entre otros nombres que nos da vergüenza repetir. Estos terapeutas están mal orientados,
como muchos de sus ancestros que fueron a las cruzadas para salvar al mundo de porciones de la
experiencia humana que ellos decidieron eran maléficas.é
éficas.
Esperemos que se acuerden de todos los sanadores y terapeutas que los han respetado.
Reconocemos que cada parte de la ecología íía – incluyendo la enfermedad y la muerte misma – forma
parte de la totalidad sagrada. Esto no significa que algunas veces no tengamos que luchar para
vivir. Pero queremos decirles que ustedes son parte de nosotros mismos y que no estamos aquí para
destruirlos, sino para entender que nos traen un regalo, una enseñanza, un recurso. Les prometemos
aceptar afablemente esta ofrenda para que puedan seguir su camino.
Recuerden, por favor, queridos problemas, que en los primeros tiempos de la terapia
sistémica se les reconocíaíía como una parte necesaria del todo. Siguiendo a Whitaker (Keeney, 1983),
los honrábamos como un “motor de crecimiento”, “co-terapeutas” que nos invitaban a jugar.
Aceptábamos su liderazgo, sin desilusionarnos jamás á con los sorprendentes viajes que surgían
ás íían de
improviso – a menudo sin interpretación o comprensión alguna. Aceptábamos su comunicación
metaf rica, entendiéndola como una forma en que un sistema puede expresarse, como una señal en
metafó
el camino que nos aconseja ddónde hemos de interactuar.
Ningún pensador sistémico cabal piensa literalmente que un sistema necesita un problema,
como lo proponen White y Epston (1990, p. 3). Los hábitos que se convierten en círculosíírculos viciosos
– cuando se establecen – se movilizan sin razón aparente, salvo que disparan una señal que actúa
como un switch que inicia un acto coreografiado. Y sin importar cómo se originan, una vez que crean
el hábito, tocan, sin necesitar el mandato de ritmos o razones. Tienden a ser un acto organizado
circularmente más áás que un cuento que hay que editar.
Pretender que el problema existe porque el discurso y los significados problemáticos
mantienen su presencia implica caer en un truismo que no avanza en nada a la hermenéutica y
la pragmática terapéuticas. Hace poco, invitamos a David Epston a que observara una sesión en
video de Don Jackson y que hiciera comentarios sobre ella. Nos respondió que necesitaba varios
meses para volver a leer a Jackson y entender sus ideas con el fin de hacer comentarios pertinentes
sobre alguna de sus sesiones (un email a David Epston via Marcela Polanco, septiembre, 2011).
Su respuesta revela una carencia en la terapia narrativa: no enfatiza ni la observación ni la
improvisación interactiva. Sin embargo, los pioneros de la terapia familiar a menudo se observa-

39 Psicoterapia y Familia
ban mutuamente al trabajar; buscaban detallar la danza interaccional; no se regodeaban con el
análisis teórico.
rico. En cambio, hoy en ddííía,
a, los terapeutas narrativos interpretan. Se puede predecir,
entonces, que un terapeuta narrativo va a estar menos atento a la danza que surge dentro de la inte-
racción y sugerirá que se comprenda más áás la situación antes de llevar algo al acto (performance).
Captar la circularidad interaccional de la cibernética tica es muy dif difííícil;
cil; es como terminar
una conversación con un roshi zen sin recibir un golpe en la cabeza. Tenemos que entender que
el terapeuta narrativo no ha dado el salto que lo plante en la interactividad improvisacional. Se
regresó a la forma convencional de percibir el mundo: para actuar primero necesitas saber. Stagoll
(1998) lo dice así: la terapia narrativa tan solo emprendió la retirada ante el dif difííícil
cil reto de ser un
terapeuta familiar interaccional. Toma mucho tiempo aprender a ver la interacción, y más áás tiempo
aún improvisar una vez que se llega a estar en el interior mismo del movimiento interaccional. Pero la
terapia narrativa enfatiza que hay que trabajar con la interpretación y el relato, y prescribe maneras
rutinarias que le dan sentido a problemas y soluciones. Así, íí, clientes y terapeutas siguen atrapados
en una visiónn del mundo donde el observador independiente busca la sanación (cura (cura) a travéés de
una computación más áás correcta y liberadora de la realidad externa. Éste es el juego terapéutico más á
ás
antiguo, el que nos remonta a Viena. SSólo que ahora el “trauma cultural” (colonialismo, opresión
patriarcal, etcétera) reemplaza al trauma infantil. Y una misión arqueológica descubrirá los hechos
e iluminará la interpretación sagrada que, se supone, libera a la gente.
Desgraciadamente, subrayar la interpretación tiene un costo muy alto: típicamente íípicamente lleva
a la caza del culpable. En la terapia, la explicación ubica la causa del problema (nota: cualquier
reificación de un relato o de una explicación revela inmediatamente una epistemología íía que no es ni
circular ni ecosistémica). Aquí es donde entra el exorcismo: hay que sacrificarse para que triunfe
una y otra vez la obra narrativa que ensalza la moral.
Queremos que todos los problemas del mundo sepan esto: algunos nos liberamos del enojo,
la culpa y el ataque cuando las ideas sistémicas – sin importar qué tan limitadas eran en ese entonces
– nos guiaron hacia una complejidad mayor de la organización contextual y transcontextual. Hay
que perdonarle a esta generación post-sistémica el que haya perdido sus raíces, ííces, haciendo una
regresión a campos de batalla cubiertos de interpretaciones reduccionistas.
Sepan, por favor, que estamos conscientes de la bastardización de las ideas sistémicas
y comunicacionales hecha por los nuevos exorcistas. Por un lado, hay un rechazo abierto a la
epistemología íía cibernética de Gregory Bateson; por el otro, esquivamente se pretende que Bateson
inspiró la definición de la terapia como “todo sobre la interpretación” (White y Epston, 1990, p. 2).
¿Se vale que nos atrevamos a preguntar si esta usurpación de Bateson corresponde a la confusión
de un propagandista, y que simplemente tiene que ver con citar a una figura de autoridad como un
medio narrativo con el fin de alcanzar legitimidad en pos de fines políticos? í
íticos?
Por ejemplo, cuando Bateson utilizó la distinción de Korzybski, el mapa no es el territorio,
jamásáás insinuó que toda comunicación es una interpretación o una regresión infinita de mapas
(White y Epston, 1990, pp. 2-3). Bateson (1972) siempre mantuvo la tensión entre lo “observable”
(
(observables) y lo “fundamental” (fundamentals). Lo observable es una transformación de lo que
tradicionalmente se conoce como “datos”; lo fundamental es una metáfora ááfora de la “teoríía formal”. Él
pensaba que los “principios dormitivos” no son ni lo uno ni lo otro, sino abstracciones cocinadas a
medias que promueven falacias en el pensamiento, algo que él observaba en todas las escuelas de
terapia, especialmente aquéllas que enfatizaban la interpretación. La contribución de Bateson al
campo de la terapia es primordial tanto por su lúcida observación del comportamiento como por
sus merodeos teóricos.
Por eso les pedimos, queridos problemas, que reconsideren colaborar con los terapeutas
que no buscan secuestrarlos o externalizarlos hasta que se olviden completamente de ustedes. Les

Año 2012, Vol 25, No 1 40


pedimos que reestablezcan las líneasííneas de comunicación, que trabajemos conjuntamente y que nos
volvamos a tener confianza. Cuando se destruye o no se respeta una parte de la ecología, íía, se ve
amenazada toda su interactividad, lo que nos lleva a una mono-cultura terapéutica homogénea.
Gracias por darnos la oportunidad de comunicarnos con ustedes una vez más. á
ás.
Pero la próxima, mejor bailemos. Es más áás divertido jugar que interpretar. Por favor, sepan
que si un terapeuta sonríe,
ííe, canta y hasta se rííe y canta, probablemente no será él (ella) quien quiera
destruirlos. Es la pose exagerada con finta de humildad la que nos remonta a los antiguos agentes
de la Inquisición…
Nos reiremos juntos, entonces, la próxima vez que traten de exorcizarlos. Digan iigan que
prefieren jugar con un terapeuta que tenga un buen sentido del humor, más áás creatividad y más
capacidad de asombro…
Si así lo desean, con gusto escribiremos una carta en su nombre, pidiendo que se deje
de dicotomizar. Es innecesario. Diremos lo que ustedes nos enseñaron hace mucho tiempo: que
ustedes son los maestros que nos dan una cachetada para recordarnos que no podemos crear un
relato que dé cuenta de la complejidad. ¿Qué tal si componemos una comedia musical sobre la
forma tan absurda de actuar que tienen los terapeutas narrativos, como regresándose a la época
medieval? Imagínense
íínense un coro de bailarines haciendo su show, mientras que un equipo terapéutico
exorciza un problema externalizado. O un regreso de la compañía ñía de Monty Python que canta una
ñí
vez más: “¡Nadie espera el regreso de la Santa Inquisición!”, junto con su canción sobre hacer que
la tortura sea “peor al gritar mucho”.
Esperamos verlos nuevamente en un terreno más áás amistoso – el campo de juegos de la vida,
ése que no necesita ser contado, ni interpretado, ni comprendido, ni moralizado monstruosamente.
Sinceramente,
Terapeutas que quieren jugar

William Faulkner escribió: “Cuando viví en Nueva Orleáns, todos hablaban


de Freud, pero yo nunca lo he leído.” Tampoco lo leyó Shakespeare. Dudo que
Melville lo haya hecho, y estoy seguro de que Moby Dick nunca lo hizo” (entrevista
con Jean Stein van den Heuvel en el Paris Review, primavera de 1956). Inspirado por
esta cita, en un momento, uno de lo que esto escribe, Keeney, dio cursos doctorales
sobre terapia familiar sin utilizar texto alguno; sólo se leían novelas, cuentos y
poemas – de Gary Znyder a Joanne Greenberg, Fyodor Dostoevsky, Leon Tolstoi,
Walker Percy, Eudora Welty, James Joyce y William Faulkner, entre otros. No hubo
conferencias que interpretaban estas lecturas. En clase, se permitía que casi todo
surgiera, incluyendo las estrategias que tanto confunden al mundo terapéutico. Las
cosas se hacían como si todos estuvieran dentro de una novela.
El rechazo de la literatura a hervir la vida a una sola narrativa o a aplanarla
permite que emita radiaciones verdaderamente polifónicas y contradictorias,
radiaciones que no conducen fácilmente a interpretaciones. Esto no impide que
se sigan dando interpretaciones y narraciones que las reducen a uno que otro gran
significado trivial, y a que aparezcan protocolos simplistas que llevan a una acción
moral correctiva y propositiva.
El llamado de Susan Sontag (1961) a ir en contra de la interpretación es un

41 Psicoterapia y Familia
antídoto a la adicción de los terapeutas interpretativos incapaces de controlar su
compulsión a probar que todo drama humano tiene una trama subyacente que ellos
se responsabilizan por sacar a la luz. Necesitamos recuperar experiencias que no
estén ahorcadas por comentarios interminables que vienen del exterior. Gabriel
García Márquez siempre se molesta cuando alguien trata de encontrarle un sentido
subyacente a su obra; hace lo imposible para frustrar los esfuerzos de su lector por
encontrar significados. Señala:
La mayoríaíía de los crííticos no se dan cuenta de que una novela como Cien años de soledad
es en parte una broma; está llena de señales personales a amigos cercanos; creen que tienen un
derecho predestinado para pontificar y se abocan a decodificar mi libro, arriesgándose a quedar
como unos tontos (García Márquez y Apuleyo Mendoza, 1983, p.72).

La alternativa a la interpretación es la vida. La vida no es un cuento, como


lo espera el terapeuta narrativo que escribe una carta. La vida respira dentro de
la experiencia misma, incluyendo la narrativa, y está en el juego de todos los
participantes, un juego que no destierra a ningún demonio o fantasma o evocador
de misterios.
Tendríamos que buscar estar menos constreñidos por la camisa de fuerza en
la que nos meten las interpretaciones interminables; intentar que todo participante
tenga la libertad de actuar y de sorprender al otro y sorprenderse, aun cuando dé un
paso en falso saliéndose de sus hábitos tan predecibles, conscientes o inconscientes.
Por lo menos, que por obtener un relato mejor narremos e interpretemos menos.
Mejor bailar que explicar. Hay más vida en una risa que en una trama. La
música comunica lo que no logran las palabras de una canción. Hay que brincar
con ritmo en lugar de verse paralizado ante la falsa elección entre internalizar y
externalizar. Hay que honrar la tontería, la falta de sentido, lo que no se entiende.
Es la semilla que le dará sentido al mañana. Comerse un relato para que el melón
hable. Jugar con los dioses en lugar de quedar esclavizado por “ory” (o: ofensivo;
r: realidad; y: yarn-cuento) de la teoría. No hay necesidad de hablar o de escribir
a menos que sea sin tener razón alguna. No hay necesidad de tomar tan en serio
las narrativas y las interpretaciones terapéuticas; sólo contribuyen a solidificar la
terapia en lugar de crear una solidaridad participativa. Hagamos una purga de toda
teoría y modelos de terapia y permitamos que se conviertan en una obra de arte. Ya
hemos sufrido más de cien años de soledad narrativa. Como nos recuerda García
Márquez: “Ustedes los críticos son los que no entienden, porque buscan lo que
está ahí, y no hay nada…” (Márquez, 2011). Ya es hora de regresar a la magia no
interpretada.
Sontag (1961) nos recuerda nuevamente: “la experiencia más temprana del
arte tiene que haber sido mágica; el arte era un instrumento del ritual – por ejemplo,
las pinturas en las cuevas de Lascaux, Altamira, Niaux, La Pasiega”(p. 3).

Año 2012, Vol 25, No 1 42


Más tarde, los filósofos griegos inventaron la teoría del arte, proponiendo
que el arte era un mapa, o sea, una imitación de la realidad. Esto nos dejó con mapas
de mapas, envolturas en capas que nos distancian de nuestra experiencia. Lo mismo
sucede cuando se exalta la terapia como interpretación narrativa. ¿Dónde queda el
espacio para la experiencia? Sontag apunta que necesitamos olvidar la hermenéutica
y adentrarnos en la erótica del arte. Necesitamos, pues, una erótica del arte de la
terapia que permita que surja la experiencia sin que el narrador la estrangule y la
sofoque.
En su ensayo “Contra la Narratividad”, Galen Strawson (2004) lanza un reto
a la pretensión popular de que construimos y vivimos una narrativa – a la idea de
que la vida es un relato. La narración no es necesariamente una parte importante de
nuestra vida, dice, y lo demuestra al evaluar su propio sentido del self
self:
Como todo ser humano, tengo un pasado; y sé perfectamente que tengo un pasado. Tengo
un caudal respetable de conocimiento concreto sobre él y, como dicen los filósofos, también recuerdo
experiencias pasadas que vienen “de mi interior”. Sin embargo, no poseo en absoluto el sentido de
que mi vida es una narrativa, ya sea con alguna forma o sin ella. En absoluto. Y mi pasado tampoco
me interesa tanto. Ni mi futuro (p. 433).

El Duque de Shaftesbury dice esto mismo pero de diferente manera:


Los metaf
metafííísicos…
sicos… afirman que si la memoria desaparece se pierde el self. [Pero] ¿qué
importa lla memoria? ¿Qué tengo yo que ver con ella? Mientras sea yo [subrayado por el autor],
soy lo que debo ser, ¿qué más
áás me importa? Así pues, si pierdo un self cada hora, y soy veinte selves
sucesivamente, o nuevos selves, “me importa poco: siempre y cuando no pierda mi capacidad de
opinar [o sea, mi visión general, mi carácter, mi identidad moral]. Si cargo esto conmigo, todo está
bien… – El ahora; el ahora. Recuerden esto: en esto está todo (en Strawson, 2004, p. 438).

Esto tiene una resonancia con el aquí y ahora de los que hacen terapia
breve interaccional. Ellos no niegan la historia, simplemente no le dan importancia
interpretativa y narrativa. Lo que importa de la historia está presente en el presente.
Maturana lo llama la cibernética del tiempo-cero (Keeney, 2009). Repetimos, no es
fácil aprender a participar en un presente no interpretado. Nuestro incesante hábito
de interpretar desea cazar toda experiencia y comérsela. No nos debe sorprender,
entonces, que los terapeutas narrativos crean que los problemas necesitan
continuamente una dieta saturada de significados. Ellos nos proporcionan esta
interpretación, y lo hacen para que su ideología permanezca viva. Sucedió lo
mismo con la Inquisición. Cuando uno cree que el demonio está allá afuera, actúa
para probarlo. Y el intérprete sigue exorcizando a los demonios que percibe. Así
mantiene la solidez de su entendimiento.
Sin embargo, los terapeutas que improvisan se hacen preguntas sobre lo que
hacen – incluyendo el acto de interpretar – para que surja una experiencia. Cambian
su conducta con el fin de plantar semillas que darán lugar a otra realidad. Los

43 Psicoterapia y Familia
terapeutas familiares estructurales de la vieja escuela hacían que los adultos que
formaban parte de la vida de un niño calificado como problemático lo observan
detrás del espejo, mientras que el terapeuta estructural intentaba precipitar un
comportamiento competente. Sin discutir siquiera un solo significado, la acción
llevaba a un cambio en el entendimiento: “actúa diferente para interpretar de
diferente manera.” Invitemos, pues, a un terapeuta narrativo a que tenga mayor
libertad de acción; alentémoslo a ser más flexible en sus interpretaciones, a que no
le dé tanta importancia a una puntuación contextual específica.
Strawson (2004) argumenta: “entre más recuerdas, más vuelves a relatar y
más te narras a ti mismo; por lo tanto, más riesgo corres de alejarte de un auto-
conocimiento más preciso, de la verdad de tu ser”. Y lo que es peor. Cuando
constantemente, “con gran gusto y de forma novelesca”, le relatas “tu experiencia
cotidiana a los demás,” te alejas “cada vez más de la verdad” (p.447). Y llega a la
conclusión: “la psicoterapia no tiene que ser una narrativa o un proyecto narrativo”
(p. 448), porque tienden a falsificar las verdades más importantes de nuestro vivir.
“Vivimos”, observa el gran escritor de cuentos cortos, V.S. Pritchett (1979), “más
allá de cualquier cuento que escenifiquemos al azar” (p. 47).
Ya sea que privilegiemos o no alguna narrativa, esto desconcierta menos que
la violencia que se perpetúa cuando intentamos someter una experiencia humana
a una purga. La terapia narrativa, cuya externalización de los problemas es tan
conocida, ha recurrido a la versión modernista del exorcismo para borrar partes de
la experiencia humana que justifican sus cuentos heroicos donde lo recto utiliza el
poder para luchar en contra de alguna plaga desconcertante. Ha llegado la hora de
que la narratividad confronte la complejidad, la incertidumbre, la interactividad;
y quizás más importante aún, que juegue – no con mapas interpretativos sino con
territorios donde pueda tener una existencia creativa.
La terapia narrativa, en su mayoría, es la historia de terapeutas perdidos que
buscan sentirse vivos creyendo en una gran cruzada, ésa que culpa a otra historia por
oprimir y empobrecer a muchos. Sin embargo, sólo ha conseguido repetir el fracaso
de las terapias interpretativas psicodinámicas. Es más, su campaña que consta de
externalizar problemas contribuye al desmembramiento dualista del mundo de la
experiencia, algo que no evoca sabiduría – ni transformaciones significativas. Sólo
sirve para forjar propaganda teórica en lugar de arte – el extraordinario arte del
cambio terapéutico. En ella no encontramos la revolución que nos libera de la
tiranía de la narrativa griega. Y ha llegado la hora de actuar para entender que
la interpretación es un círculo vicioso de auto-engaño, no un lugar de liberación
del self. Ha llegado la hora de terminar con la colonización del relato sobre la
experiencia. Para finalizar, permitámosles la última palabra a los problemas, a los
síntomas y al sufrimiento.

Año 2012, Vol 25, No 1 44


Queridos terapeutas que quieren jugar:
Gracias por hacer contacto con nosotros. Siempre hemos estado al tanto de sus preocupa-
ciones. Es un placer poder conversar con ustedes. Ahora podemos confesarles algo que nos ha
tomado años decir: nosotros somos los que creamos la terapia narrativa. Creímos íímos que la terapia
sistémica estaba deslizándose hacia más áás y má
ás posturas interpretativas, en lugar de llevar a cabo un
acto (performance) de improvisación. Y nos preguntamos cómo detener esta tendencia mortífera. í
ífera.
Entonces, uno de nuestros jefes mayores propuso que encontráramos a profesionales
ambiciosos que anhelaran vehementemente tener su propio modelo de terapia y su reino de devotos.
Así que escogimos a varios terapeutas de todas partes del mundo y los inoculamos con el virus
de la narratividad. Sabíamos
ííamos que inmediatamente iniciaríían una cruzada sagrada de narrativismo
que podría enloquecer a la profesión, a medida que cientos de alumnos ingenuos se enfilarían í
ían
ofreciendo su sangre para la fiesta de un vampiro interpretativo.
Todos deberíamos cooperar con la puesta en acto de un problema, que incluye el momento
tan breve en el escenario popular que ha tenido la terapia narrativa, para que actúe hasta reducirse
al absurdo y termine en el silencio. Cuando la torre inclinada se sigue haciendo cada vez más áás alta
se desmorona. Nosotros esperábamos que ustedes dijeran “Basta” y que defendieran la libertad
terapéutica que no se limita a una sola interpretación, aun cuando pretenda ser polifó polif nica. De serlo,
estaría cambiando de forma constantemente, contradiciéndose, erradicándose, convirtiéndose en
una forma distinta cada vez, hasta liberarse completamente de toda forma.
Agradezcámosle, pues, a la terapia narrativa que haya sido el cordero del sacrificio.
Ofreció su vida para mostrar qué tan ffácilmente seduce el embaucador, el contador de cuentos.
Como lo propone el mito de los Kalahari – nómadas sudafricanos –, el embaucador (Trickster)
surge durante la segunda creación, cuando se inventa el lenguaje. En la primera creación no existía í
ía
la enfermedad ni la muerte, todo estaba en constante transformación (de una forma a otra). Pero el
acto de nombrar detuvo al mundo; y todo empezó a enfermarse y a morir, a torcerse cada vez que
las palabras o los relatos o las narrativas adquirían íían el poder (Keeney, 2010).
Y como lo sugiere nuestra cultura viviente más áás antigua, la única forma de salir del paso es
reírnos
íírnos de cada interpretación, burlarnos de cada narración – lo que se conoce como “insultar a la
carne” (Keeney, 2010, p.85). C Cambien la historia cada vez que la cuenten, sin darle importancia al
actuar la vida, sean terapeutas, clientes, letrados o antiguos cazadores de la edad de piedra. Que
las palabras y las historias se transformen constantemente, sin permitirle a nadie que las posea a
perpetuidad. Esperemos que se vuelvan tan resbaladizas que no puedan solidificarse.
Pero aún con esto no basta. Hacer malabarismos con la relatividad narrativa es otra
forma de jugar con las palabras que nos atrapa en una reificación interminable de creación de
significados. El maestro zen pone sus ojos en blanco cuando escucha algo que tiene que ver con
dichos, narraciones, interpretaciones, conocimiento. Lo que necesita decirse sobre el no decir no
puede decirse, pero puede evocarse al exclamar lo que no es, simplemente apuntando con el dedo
para que se actúe de manera distinta.
Para salirse del pantano interpretativo hay que bailar, cantar, reír,íír, permitir que el corazón
nos guíe.
ííe. La mente de la terapia debe rendirse ante el corazón de la terapia; que la inspiración y el
amor la templen, no la construcción ddel poder a travéés de la mente. Los Kalahari dicen: alejémonos
de la primera estación del poder, la que metaf
metafórica y somáticamente reside en el vientre. Allí, todos
creen que no existe nada más áás que la lucha por el poder. Y confrontan el abuso del poder con el poder
de corregir, para luego reificar una interpretación del poder que los dejará atorados dentro de la
manera de actuar que ésta les prescribe; así mantienen viva la visión que han elegido.
Nosotros, los problemas y el sufrimiento con los que ustedes han hecho contacto, no somos lo que
aparentamos. Somos los embaucadores sagrados y poseemos la sabiduría que no puede transmi-

45 Psicoterapia y Familia
tirse a travéséés de las palabras. y posee Lo que vamos a decir ahora no debe contenerse dentro de
un círculo
íírculo hermenéutico; son los suspiros de tradiciones de sabiduría íía cuyas voces pocas veces se
escuchan en la terapia – sea la que fuere. Y lo vamos a decir sabiendo que pocos van a escuchar.
Pero debe decirse; lo escucharan aquellos que estén esperando ser liberados.
Un terapeuta debe ser algo más áás que un intérprete o un improvisador; debe despertar su
corazón de sanador-curandero. Los profesionistas de la salud mental aseguran de boca para afuera
que le dan prioridad a la diversidad cultural, pero rara vez se adentran en otras culturas y averiguan
cómo se ha llevado a cabo la cura durante miles de años. Hasta los terapeutas entrenados en la
universidad pertenecientes a culturas que no son europeas rara vez honran sus propias tradiciones
culturales. Regresan a su país íís con el modelo europeo de interpretación que prescribe cómo deben
liberarse de la opresión. Usan los instrumentos del opresor que los ha colonizado. Éstos incluyen
la construcción continua del “otro” reificado – sea problema o persona – que está separado de
ellos y de la totalidad más áás abarcativa, un grito de batalla moralista en contra de características
indeseables que alimentada la ideología íía de la salvación y la interminable categorización del mundo
en dicotomías.
í
ías.
¿Qué hacer ante esta ideología íía de supremacíía expresada por los terapeutas narrativos
que se oponen a la opresión? ¿Reír? ¿Llorar? Aparentemente, creen que su cruz es curar al mundo,
dándole su visión narrativa. Esto nos mistifica. Nos confunde escuchar cómo algunos terapeutas
narrativos dan a entender que estar “en el frente”, o sea, atacando a la anorexia/bulimia apoya el
llamado feminista a la liberación de la mujer que está en contra de narrativas patriarcales dañinas
(Maisel y colaboradores, 2004, p.7). ¡Si son llas feministas las que sostienen que el énfasis en la
dominación, la violencia y la guerra como una solución viable a los problemas es producto de
paradigmas patriarcales! Así pues, nuevamente, el feminismo, como la cibernética de Bateson y la
historia de la terapia familiar sistémica, está puesto de cabeza para servir a los que encabezan a la
terapia narrativa.
Sin embargo, sugerir que los países no europeos regresen a sus tradiciones de sanación es
demasiado simplista. Y romántico. Nosotros, los problemas, también somos parte de una epistemología í
ía
circular. Y, como problemas, tenemos que aceptar el crédito – aunque sea parcial – por inspirar
la molestia de Bateson hacia las ciencias sociales que lo llevó, en parte, a utilizar la teoría íía de los
tipos lógicos. Quería que viésemos los errores lógicos en los que incurrimos al confundir órdenes de
diferencia. Si viviese, posiblemente le recordaría íía a los terapeutas que la cultura, el género, la teoríaí
ía
postcolonial, la feminista y la de liberación, son de un diferente tipo lógico que la epistemología. í
ía.
Esta última marca distinciones constante y recursivamente, dentro de un contexto siempre “nuevo”
y actual. Les ofrecemos, pues, una probadita de una orientación no discriminatoria: Todos los seres
humanos – independientemente de las categorías íías que les encanta construir basadas en el lenguaje,
el color de la piel, la historia pasada, la ubicación geográfica ááfica – pueden tener una epistemología í
lineal y reductiva y sentir apego por un conocimiento fundamentalista. Nosotros estamos quí para
que se den cuenta de que existe el baile ecológico y recursivo del ser, y puede estar tan vivo en un
pueblito en Bali como en un consultorio en Nueva York.
Históricamente hablando, el síntoma ííntoma de la encopresis inspiró, en parte, el nacimiento de
la terapia narrativa. Michael White (1984) alentó a los niños a que externalizaran su problema de
ensuciar su ropa con sus heces al llamarlo “Sneaky Poo” (Popo socarrón). Así, se alienta al niño
a que se enoje con Sneaky Poo, a quien le encanta jugar a las escondidas. La meta terapéutica
es que el niño sea más áás socarrón que Sneaky Poo, un caso rutinario en el consultorio de un
terapeuta estratégico.
é
égico. Sin embargo, al reificar esta maniobra y convertirla en una técnica llamada
“externalización”, se eliminó la habilidad natural del terapeuta a improvisar, al igual que se eliminó
la defecación espontánea. Si se hubiera considerado a Sneaky Poo como un maestro sabio en

Año 2012, Vol 25, No 1 46


lugar de un demonio, se podría haber aprendido una lección de espontaneidad, y el costo de “hacer
popó” a destiempo hubiera podido terminar en algo más áás interesante. El llamado al dualismo, al
combate, al exorcismo del terapeuta narrativo no se parece en nada al llamado del terapeuta sabio,
pues ééste busca una interacción juguetona que improvisa nuestra puesta en acto dentro de sistemas
complejos.
Una vez, un monje zen le preguntó a Ummon: “¿Qué es el Buda?” Y Ummon le respondió:
“Es un palo de excremento seco” (Yamada, 2004, p.102). En algunas ocasiones, esto se traduce como
“algo con el cual te limpias el culo”. Y con el mismo respeto que se le dio al Buda, preguntamos:
“¿Qué es la terapia narrativa?” Si ponen atención, quizás áás escuchen la respuesta de Ummon: “Es
Sneaky Poo”. Es socarrona y le gusta esconder sus propósitos. Hace que los terapeutas sean tan
predecibles como un niñoo que ya ha aprendido a controlar sus esf esfííínteres.
nteres. Pero lo ha aprendido a
costa de su creatividad, su libertad y su juego interaccional. Y aunque no queremos deshacernos de
nuestro control de esfesfííínteres,
nteres, representa un desastre para el arte de la terapia.
Nosotros, la voz del sufrimiento – los problemas que llegamos a su consultorio y los
hacemos sentirse, a ustedes y a sus clientes –, nosotros queremos contarles lo que las tradiciones
ancestrales de sanación tienen que decirle a todos los sanadores-curanderos y a todos los terapeutas
del mundo. Sin embargo, necesitamos cantar nuestras palabras, pues son algo más áás que poesíía; son
una invitación a que escuchen, no con su mente sino con los algoritmos de su corazón.
SSalgan de la primera estación del poder y suban a la estación más áás alta del amor. Para
lograrlo, canten y bailen en lugar de interpretar. No se trata de un entretenimiento social trivial.
Este canto requiere que se sientan vivos, que su cuerpo tiemble de goce. Esta música contiene el
ééxtasis que transforma el poder en amor. Aquí empieza la cura. Es el camino al que apuntan casi
todas las tradiciones antiguas de sanación, la razón por la cual se espera que el sanador-curandero
tenga una canción y no un diploma; porque sin una canción no puede practicar su arte.
La letra de la canción, es decir, su narrativa, debe detenerse para que la música se pueda
tocar.. Y cuando el ritmo atrape su cuerpo y la melod
tocar melodíííaa despierte su alma, entonces, y sólo entonces,
reaparecerá la letra. La letra cantada tiene alma y sentimiento, lo que los Kalahari llaman asumir
el sentimiento de poder curar (Keeney, 2010, p. 268). En este nuevo lugar, la terapia encuentra su
corazón, lista para reivindicar a la palabra. Esta vez, sin embargo, la palabra alimenta la música
que lleva a la interacción que cura; donde la narrativa no oprime, donde el terapeuta se convierte
en curandero, el instrumento de los dioses cambiantes de una complejidad inconocible. En este
cabaret, óópera y teatro de la transformación, la terapia no tiene modelos, ni teorías, íías, ni técnicas que
se han convertido en rutina.
¿Qué queda? El juego de la improvisación que libera los corazones para que puedan
abrazar y amar, haciendo que desaparezca el sufrimiento cotidiano. ¿Que no lo entienden? No hay
nada que entender. Hay que vivirlo. Hay que sentirlo. Una y otra vez tenemos que dejar atrás áás la
seducción del poder y penetrar de lleno en corazón mismo de la cura. De lo contrario, posar como
cruzados sociales nos conveierte en vampiros interpretativos cuyos exorcismos políticos ííticos le chupan
la sangre a la vida, perpetuando así las cruzadas de la narrativa que está muerta en vida.
Grandes líderes
ííderes como Martin Luther King Jr. sabíían que la única forma de escapar al
sufrimiento y a la opresión era a través éés del amor. No el tipo de amor que sólo aparece cuando
se satisfacen ciertas condiciones, sino el amor más áás abarcativo que surge cuando se reconoce la
circularidad en la ecología ííaa de las relaciones. Ll
Lláámenlo un amor ecosistémico, el abrazo auténtico
de Gaia que atesora tanto el excremento como el néctar de las flores, el león gruñón, el cachorro
mimoso.
Externalizar, batallar, conquistar a un “otro” - sea persona, problema o sistema de leyes -
quizás ofrezca un descanso temporal. Pero no hace que las personas se acerquen al corazón de la

47 Psicoterapia y Familia
sanación, que es el que ofrece las lecciones más
áás duraderas sobre el arte de amar, de amar al otro y
a uno mismo, tanto en las altas como en las bajas de la vida.
Nosotros, los problemas, queremos cantar en lugar de gritarles a los terapeutas narrativos:
“No es personal. Pero aunque hoy nos ahuyenten al llamarnos demonios o vampiros, en algún
momento regresaremos… y nos escucharán. ¿O qué? ¿Quieren una cruzada terapéutica que marcha
de batalla en batalla? ¿No prefieren aprender a enamorarse de la vida, de la vida entera? Como
problemas, traemos el corazón del sufrimiento que es inseparable del corazón de la cura. ¿Por qué
es inevitable que formemos parte de su vida y que, a su vez, es justamente lo que los acerca al corazón
curativo del amor? No lo sabemos. Pero, a todos aquellos que nos aman con la fuerza necesaria
para mantenernos en el lugar que nos corresponde, gracias; somos los bajos indispensables que
responden a sus altos, la noche obscura que anuncia la aurora, la nota desafinada que les recuerda
cuidar de sus instrumentos musicales.

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Publications.

RAYMUNDO MACÍAS AVILÉS


recibió, el 9 de abril del 2012, el
Premio Nacional de Salud Mental Ramón de la Fuente.
Es un necesario reconocimiento a una vida de esfuerzo,
trabajo y logros en beneficio de un sinnúmero
de familias en nuestro país.
El Dr. Macías es el fundador de la Terapia Familiar
en México, maestro de cuarenta generaciones de
terapeutas familiares y goza de un reconocido prestigio
nacional e internacional.
Es justo reconocer a quien ha aportado tanto.
¡Enhorabuena querido maestro!
IFAC, AMTF y PSICOTERAPIA y FAMILIA

49 Psicoterapia y Familia
Psicoterapia y Familia
Año 2012, Vol 25, No 1: 50-55

UNA PAREJA QUE BAILA Y LA PSICOTERAPIA


CON-MUEVE: CASO CLÍNICO

Sylvia Sánchez Oller

Resumen
La psicoterapia es un espacio de privacidad y lleno de emotividad. Esta emoción la trae el paciente
y es transmitida a un psicoterapeuta a quien le deposita la confianza y la “fantasía” de que le va a
ayudar a encontrar soluciones a lo que le agobia. En este espacio existe un tiempo, lleno de pasado,
que se vive en el presente y que se proyecta en un porvenir. A traves de la espontaneidad misma
del paciente, surge la creatividad del terapeuta, que se atreve a construir un espacio metafórico, que
puede ser el juego, la poesía o el baile y lograr conmover los más profundos afectos.
Palabras claves: Psicoterapia, sentimientos,espontaneidad, creatividad, juego, poesía, música,
baile, abuso, agresión, violencia
Abstract
Psychotherapy is a private space and full of emotion. This emotion is brough by the patient and is
transmitted to a psychotherapist who would deposit trust and “fantasy” that will help him/her/them
to find solutions about overwhelms. In this space there is a time full of past, which lives in the
present and projected in future. Through spontaneity of the same patient, there is the therapist ́s
creativity, who dares to build a metaphorical space that can be play, poetry or dance and to move to
achieve the deepest affections
Key Words: Psychotherapy, feelings, spontaneity, creativity, play, poetry, music, dance, abuse,
aggression, violence

Como psicoterapeuta cada vez me cautiva más y más la espontaneidad que se vive
en el espacio terapéutico y la forma de informar acerca de los sentimientos íntimos
que transmiten los pacientes, y lo que cabe preguntarse como persona-terapeuta:
- ¿Esta historia me recuerda a algún pasaje de mi propia familia?
- ¿Esta pareja me recuerda a la pareja de mis padres?
- ¿Esta pareja me refleja a mi propia pareja?
Y es que cada familia nos habla de nuestra propia familia. Por eso es fácil
reconocer el discurso... De alguna manera, la única verdad que importa es la que

_______
Doctora en Psicología. Profesora de la Escuela de Psicología (Universidad de Costa Rica). Máster
en Terapia Familiar y en Psicopatología Infanto-Juvenil (Universidad Autónoma de Barcelona,
España).. 207 Sandpiper Court, Hotspur Street, Tynemouth. North Shields. NE30 4EW. Inglaterra.
Tel. 00441914292989 e.mail: sylvia.sanchez@gmail.com

Año 2012, Vol 25, No 1 50


descubrimos solos.
La hora de terapia representa un pequeño capítulo del drama familiar: no todo
está dicho, pero se ha depositado lo dicho, para que nosotros como psicoterapeutas
retomemos esa palabra: ¿para qué se expone?, ¿por qué en este momento y no en
otro?, ¿delante de quién?, ¿después de qué se ha dicho?... la hora de terapia es un
pequeño cosmo de la vida del paciente.
Los sentimientos del terapeuta hacia el paciente también son transmitidos...
y hay una intencionalidad de la palabra del terapeuta cuando habla, es con una
razón terapéutica: ¿para qué lo pregunta?, ¿por qué en este momento y no en
otro?, ¿delante de quién?, ¿después de qué se ha dicho?... la palabra terapéutica es
estratégica: tiene un sentido y una dirección.
También yo como terapeuta puedo definir mis sentimientos durante ese
encuentro en la devolución de la sesión:
− Me sentí contenta de que lograras hablar con tu madre y que ella te recibiera
de esa manera de apertura.... ¡es un gran comienzo!
− Me sentí triste por ese momento tan doloroso que lamentablemente has tenido
que vivir, si viste, se me salieron las lágrimas como parte del dolor que yo sentí ante
lo que me explicabas de tu sufrimiento.
− Me sentí aburrida de que me contarás una vez más ese episodio de la oficina,
y pienso que también ese episodio te tiene muy cansado a vos y a tu esposa, puede
ser que me equivoque, pero pareciera como que el trabajo absorbe otros capítulos
en tu vida.
Y así lo resume Matteo Selvini: “Sin embargo, un terapeuta inteligente e
intuitivo, pero que se mantiene emocionalmente distante, no será casi nunca un
buen terapeuta, y decepcionará a quien intente confiar en él” (pág. 7). De manera
que escuchar es un proceso creativo, fuente de esperanza para ese alguien de que
conseguirá comprensión, en el cual mostrar interés en aquello que nos comunica
el paciente y reelaborar de una forma diferente lo que nos quiere transmitir, ofrece
un sentido más armonioso de lo que le ocurre y a la vez, se siente contenido en su
angustia.
La hora terapéutica transcurre y el reloj marca el tiempo... ¡Opa!... Como
terapeuta no me percaté en qué momento pasaron ya 54 minutos... Y admito que
la psicoterapia es una vida de servicio: es estar con el otro y para el otro; es estar
juntos para hablar de lo importante que es su vida, su historia, su familia, su pareja,
su perro de peluche... es su tiempo.
Luigi Boscolo y Paolo Bertrando, en Los tiempos del tiempo (1996), afirman
que el pasado, el presente y el futuro conforman un anillo autorreflexivo, donde el
presente determina la descripción que se le dé al pasado que se hace en un presente.
Entonces, los tiempos del paciente no son los tiempos del terapeuta.

51 Psicoterapia y Familia
La psicoterapia se convierte en un espacio de encuentro en el aquí y ahora,
el el que, como experiencia de vida, se eligen las palabras para ser depositadas
en el psicoterapeuta, quien se hace cargo de darles dirección hacia posibles
soluciones, ofreciendo una dosis de esperanza. Esto se logra a través de la creación
de intensidad, connotaciones positivas del síntoma y de los logros alcanzados,
reencuadre de los protagonistas del evento, positivismo mediante la reformulación
de aquellas vivencias de maltrato que han llevado al paciente a este encuentro con
la psicoterapia.
Se requiere técnica para aprender a tocar el piano, pero a la larga, si uno
quiere hacer música, debe trascender la técnica aprendida y confiar en la propia
espontaneidad ((2002, p. 53), afirma Irvin Yalom, en El don de la terapia (2002),
con esa sabiduría que los años les da a los terapeutas. Cuando la psicoterapia da
para poesía, para cantar, para bailar... (¿es que no lo han echo sus pacientes?) me
parece un acto de profunda expresión natural humana.

Caso clínico
Ana y Jorge son una pareja que había pasado más de ocho años en una separación
de cuerpos bajo el mismo techo. Jorge llegó a terapia individual, posesionado en su
rol de víctima en una relación de violencia doméstica: totalmente sucumbido en su
dolor, atemorizado de que Ana supiera de que estaba recibiendo terapia individual.
Pasaron cuatro sesiones de convencimiento, para que transformaran la terapia
individual en terapia de pareja.
Esto se había convertido para mí en un reto terapéutico; la terapia de pareja
sería de difícil manejo, debido a la “desventaja” que se había construido en el
proceso de trabajar con un solo miembro de la pareja. En un artículo sobre “alianza
terapéutica” Corbella y Botella (2003) afirman que este constructo se da tanto
por las variables del terapeuta (independientemente de la escuela terapéutica a la
que pertenezca) como por la postura del paciente, y que el desarrollo del proceso
terapéutico rige la importancia atribuida a la alianza terapéutica. Ponen, así, de
manifiesto la relevancia de la dimensión relacional entre terapeuta y paciente,
en cuanto a que puede facilitar o dificultar la relación, el entendimiento y la
compatibilidad.
Tapia Villanueva, Bernales, Campos, Erazo, Fuentes y Sánchez, en “La
primera entrevista en terapia de pareja (2001), aseguran:
Los terapeutas debemos centrarnos en el proceso. Entendemos por proceso una clase
de interacción de un nivel recursivo superior que da cuenta de cómo se organizan las pautas
de relación, con sus respectivos contenidos repletos de atribuciones y significados, las
emociones correspondientes y como este devenir cursa en una determinada temporalidad.
Así proceso y contenido no se oponen sino que pertenecen a niveles lógicos diferentes. Esto
es, el proceso contiene al contenido y al emocionar (p. 57).

Año 2012, Vol 25, No 1 52


De manera que seguir trabajando en sesión individual se hubiera convertido
en un isomorfismo desplegado hacia el proceso psicoterapéutico que poco favor
hubiera hecho.
Y Ana llegó sola a la quinta sesión. Me pareció una mujer encantadora,
simpática y seductora. Se ubicó en el papel de mujer dura y reclamando el vacío
existencial que había desde el nacimiento de su último hijo, nueve años atrás. Le
planteé que todo lo que se había hecho en esos años conllevaba a una relación
deteriorada como en la que estaban; que incluso el intento de psicoterapia que
ambos habían llevado años atrás - ambos desertandodo en una segunda sesión -
les había confirmado el diagnóstico de “Violencia Doméstica”, y cada uno había
tomado su rol muy en serio. Por lo tanto, le propuse hacer psicoterapia breve y con
ello el fundamento principal que sostiene la teoría: poner en práctica cosas que
siempre habían soñado y nunca habían hecho como pareja.
¡Vaya sorpresa! A la próxima sesión, Ana y Jorge se presentaron a la sesión,
por primera vez juntos sentados ante mi consultorio. Les dije:
− Esto es un desafío también. Tendremos que hacer cosas diferentes en este
espacio.
Ellos hablaron de sus quejas y resentimientos, de las ofensas recibidas cada
uno para con el otro; se acusaron mutuamente del maltrato, no sólo entre ellos, sino
para con sus hijos también... Y despúes de media hora, les dije:
− ¿Qué es lo diferente que han hecho en la última media hora? ¿Qué es lo
diferente que hicieron esta semana?
Se quedaron en silencio por un rato y ella aclamó:
− Nos hemos matriculado en clases de baile... Hoy será nuestra primera lección
después de la terapia.
− Pues quiero un anticipo de esa clase... ¿Podrían?
Él se levantó de su silla, extendió su brazo y le dijo, con gesto caballeroso:
− Bailemos: “Lo que el viento se llevó”...
Y en una danza suave y en silencio, los dos cuerpos se movieron en un son,
con la calidez de dos almas que se encuentran; bailaron despacio, lentamente
y en armonía, como si no se conocieran y quisiesen acoplarse al otro... Era
conmovedor.
− ¿Qué será lo que se lleva el viento? pregunté.
− Tanto dolor, tanta tristeza, no podemos seguir viviendo así... afirmó Jorge con
la voz entrecortada.
− ¡Dile que ella no se merece tanto dolor...! le dije a Jorge, apoyando mi mano
en su hombro, y él repitió la frase:
− ¡No te mereces tanto dolor, Ana!
Ella lo abrazó fuertemente, mientras bailaban al son de la música silenciada.

53 Psicoterapia y Familia
Le pedí a ella que le dijera lo mismo, y ella replicó:
− ¡No te mereces tanto dolor, Jorge!
Y Jorge lloró como un niño. Sacó su pañuelo y volvieron a la danza, abrazados...
Y le pregunté a Jorge:
− ¿Qué percibes del cuerpo de Ana?
− Está sudando... me está abrazando... la siento cálida, contestó.
− ¿Qué percibes del cuerpo de Jorge? Le pregunté a Ana.
− Siento el palpitar de su corazón, contestó.
− Pues sigan en esa calidez y escuchando el corazón, comenté.
Y así pasaron tal vez uno o dos minutos, y antes de que se cansaran de su baile
les aseguré:
− Esto no ha terminado, aun falta la parte de Ana... Reafirmando la posición
conyugal le pregunté a Ana:
− ¿Qué canción elegirás para esta danza inicial?
− Aquella canción de los años 70 ́s, de Palito Ortega, que decía: “Perdón si te
hice daño, perdón si te ofendí...”
− “No quiero que te vayas, quédate junto a mí. Verás que todo pasa mañana
otra vez. Yo te diré soñando... Te quiero. Te quiero amor. Te quiero, te quiero más
que ayer...”
ayer...”, Jorge prosiguió cantando al oído de Ana.

¡Buah! ¡Qué hermosa sesión! ¡Qué encuentro de personas! Aproveché


para hacer término de la sesión. En la devolución le dije a la pareja que la sesión
había tenido dos espacios: uno de quejas y otro de encuentro; que me sentía como
terapeuta conmovida por los dos espacios, porque en el primero permitía entrever lo
importante que es en una pareja “no guardar facturas por años” y poder hablarse de
lo que no gusta en el momento, y por el dolor que cada uno había podido expresar,
el daño que había recibido y el respeto que el otro le había dado a ese espacio para
escucharle; y la segunda parte, porque me había parecido la ternura más profunda
de la danza sin música, simplemente el movimiento, escuchar el corazón y el calor
humano que había cada uno ofrecido para al otro.
De nuevo hago referencia al artículo de Yalom: Cuando la psicoterapia se
convierte poesía... Quizá pudo ser...: Cuando la psicoterapia se convierte juego,
como con el caso de una niña que trae a terapia su muñeco de peluche y la sesión
se estructura con ese objeto metafórico que cobra vida para la pequeña. Así, esta
terapia de pareja pudo haberse llamado “Cuando la psicoterapia se convierte baile.”,
de igual manera conmovió los afectos.
Entonces, leyendo una entrevista que le hicieron recientemente a Joan Manuel
Serrat, un hombre que combina el arte de la música y la poesía, el periodista le
pregunta:

Año 2012, Vol 25, No 1 54


- ¿Qué es conmover?
Responde el cantautor:
- Conmover es un acto en el que hay comunión; un acto de echar pa ́fuera un
montón de cosas que uno mantiene en su interior y compartirlas con los demás. (La
(
Nación, p. 4).
Por mi parte, termino afirmando: Conmover es enternecer.

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invitan a la presentación del libro
EL CASO DEL PAPA
Casa LAMM
22 de marzo 2012

55 Psicoterapia y Familia
Psicoterapia y Familia
Año 2012, Vol 25, No 1: 56-67

PATRONES TRIGENERACIONALES DE VIOLENCIA


INTRAFAMILIAR: UNA MIRADA DESDE EL ENFOQUE DE
MILÁN

Ana Lilia Trejo Arteaga*

Resumen
Mediante el modelo de Milán, que siempre está en constante evolución, se otorgó tratamiento
en 10 sesiones a una familia con violencia intrafamiliar constituida por madre, padre, hijo e hija
adolescentes. Se establecieron dos hipótesis circulares: 1) si la hija se siente abandonada por los
padres buscará la manera de llamar su atención y/o de buscar un vínculo que no encuentra en casa;
y 2) si el padre no encuentra en la madre la dote afectiva que espera reaccionará con violencia,
repitiendo lo que vivió en su familia de origen. Se comprobaron ambas hipótesis. El trabajo terapéutico
enfatizó la transmisión intergeneracional de la violencia y la carencia, las pautas trigeneracionales,
el sufrimiento de los padres en la familia de origen y la elección de pareja, siguiendo ciertas técnicas,
como un intento de neutralidad, connotación positiva, cuestionamiento circular y separación entre
los subsistemas. El resultado fue que la madre decidió irse de casa, llevándose a su hija para que
ambas se protegieran de la violencia. Algunos patrones trigeneracionales fueron: violencia, incesto,
parentalización de los hijos. Se propone identificar algunos indicadores que permitan prevenir la
repetición de patrones que transmiten la violencia.
Palabras clave: Milán, patrones, violencia, intrafamiliar, transmisión integeneracional
Abstract
A treatment of 10 sessions was given to a family with family violence using the Milan model, which
is constantly evolving. The family consisted of mother, father, a son and a teenage daughter. Two
circulars hypotheses were established: 1) if the daughter feels abandoned by her parents, then she’ll
try to get their attention and/or she’ll seek a bond that she can’t find at home; and 2) if the father
doesn’t find in the mother the love that he desires, then he will react with violence, repeating what
he lived in his family of origin. Both hypotheses were proved. The therapeutic work emphasized the
transmission of violence and lack of affection through the generations, trigenerational patterns, the
parents´ suffering in their family of origin, the choice of a partner, and certain techniques such as
neutrality, positive connotation, circular questioning and separating the subsystems, were used. The
result was that the mother left home, taking her daughter with her so that both would be protected
from violence. Some trigenerational patterns were: violence, incest, children that take on the parents´
responsibilities. Some indicators were identified that might prevent the repetition of patterns that
transmit violence are suggested.
Key words: Milan, patterns, violence in the family, generational transmission
“Cuando me enojo y grito mi familia se asusta y
reaccionan como –ratitas asustadas-”
César Fabián
______________________________________
* Maestra en psicología. Residencia en terapia familiar (UNAM). Da atención familiar en el CRIT
Hidalgo. Correo: trejo@teleton-hgo.org

Año 2012, Vol 25, No 1 56


Introducción
Según las investigaciones hechas por la American Psychological Association (1993,
en Corsi, 2003), cuando existe violencia en la familia de origen, la probabilidad de
que un niño se involucre en comportamientos abusivos o violentos también aumenta
cuando se convierte en adulto. El caso clínico que se describe a continuación -
que está incluido en el Reporte de Experiencia Profesional de la autora que fue
presentado para defender el grado de Maestra en Psicología (Trejo, 2008) - muestra
este proceso en una familia con un patrón trigeneracional de violencia.
Se llevó a cabo, pues, un tratamiento familiar de acuerdo a ciertos
lineamientos del Modelo de Milán (Selvini-Palazzoli, Boscolo, Cecchin y Prata,
1980, 1988; Selvini, Cirillo, Selvini y Sorrentino, 1999), un modelo que ha ido
evolucionando con el tiempo. Éste se considera adecuado para identificar patrones
trigeneracionales de violencia y afrontar el sufrimiento de los padres en su familia
de origen, lo que sentó las bases para generar la empatía necesaria para resolver, de
alguna manera, los problemas de violencia en esta familia nuclear.
La familia consta de padre, madre y dos hijos adolescentes (los nombres
han sido cambiados para proteger la privacía de la familia). El padre, César Fabián,
tiene 42 años y es médico veterinario. La madre, Fátima, tiene 43 años y tiene la
licenciatura en trabajo social, pero no ejerce su profesión. La pareja se casó hace
19 años y han procreado dos hijos: César Abraham, de 18 años, quien estudia el
último semestre del bachillerato, y Fátima Marisol, de 16 años, quien cursa el tercer
semestre del bachillerato. La familia trabaja en una veterinaria donde el padre se
encarga de las cirugías mientras su hijo le ayuda; la madre se desempeña cortando
el pelo a las mascotas, mientras la hija está a cargo del acuario.
La familia asistió a consulta porque, en 2006, cuando Fátima, la madre,
estaba en Oaxaca con sus padres, Fernando, el primo de Marisol, abusó sexualmente
de ella. Sin embargo, pronto se observó que había un problema de violencia
intrafamiliar, razón por la que la pareja había tenido cuatro separaciones durante las
cuales Fátima se iba a Oaxaca con sus padres. El tratamiento terminó en la décima
sesión cuando ella decidió separarse de su pareja, llevándose a su hija consigo.

Técnicas utilizadas del Modelo de Milán con algunos ejemplos:


- Connotación positiva: Para re-enmarcar la problemática familiar sin tener que
culpar a nadie (Selvini Palazzoli y colaboradores, 1980), se connotó positivamente a
la familia por haber asistido a terapia para tratar de resolver el problema e interesarse
en mejorar su comunicación, y se distribuyó el síntoma.
- Cuestionamiento circular: Con el fin de llevar a cabo una investigación sistémica
de los cambios y diferencias en las relaciones familiares que recursivamente apoyan
la disfuncionalidad en la familia (Selvini Palazzoli y colaboradores, 1980), se le

57 Psicoterapia y Familia
preguntó a cada miembro de la familia su opinión acerca de lo que los otros
decían. Por ejemplo, qué opinaba César Fabián acerca de la relación entre Fátima
y su familia; cómo observaba César Abraham que reaccionaban su hermana y su
madre ante los gritos de su padre; qué opinaba Marisol de que su papá golpeara a
su mamá (cuando asistieron ambas solamente); cómo observaba Fátima que reac-
cionaban sus hijos ante las agresiones de su esposo...
- Preguntas a futuro: Cuando Fátima decidió irse de su casa, se le pidió que
imaginara que ya lo había hecho y que visualizara qué tendría que ser diferente (en
comparación con otras ocasiones en que se había ido a Oaxaca) para que pudiera
protegerse mejor y proteger a su hija, y qué tendría que hacer para que su esposo
no la convenciera de regresar con él, para no ceder ante sus amenazas de suicidio e,
incluso, para trabajar en Oaxaca.
- Separación entre el subsistema parental/conyugal del subsistema fraterno: No es
una técnica específica, pero el Modelo de Milán plantea la separación de subsistemas;
en primer lugar, para quitarle la responsabilidad a los hijos de la problemática entre
los padres y, en segundo lugar, para favorecer la solidaridad en la fratría. Por eso,
en esta familia en ocasiones se trabajó con la pareja, en otras, con Marisol a solas o
con Fátima y Marisol o con César Fabián o Fátima a solas. Esto permitió trazar un
límite entre el subsistema parental y el fraterno, ya que Fátima parecía formar parte
de este último. Cuando se trabajó con Fátima y con Marisol fue importante que la
primera percibiera su propio sufrimiento en su relación de pareja y en su familia
de origen; así podría valorar la gravedad de la situación y, posteriormente, ser un
modelo más asertivo y menos deprimente, especialmente para su hija. Los espacios
que se tuvieron con César Fabián lograron que éste reconociera tanto la violencia
sufrida en su familia de origen, como la que ejercía hacia su esposa e hijos. El
trabajo con la pareja mostró cómo desde el noviazgo Fátima permitió que César
Fabián la juzgara, y él mismo admitió “tener el poder y manejar a su familia”.
Una vez trazados los límites entre subsistemas se exploró lo siguiente:
- Pautas trigeneracionales: La repetición de eventos. Cómo la violencia se repite
de generación en generación - no nadamás César Fabián había sufrido violencia
de su padre, y había visto violencia en sus abuelos, sino que ahora la ejercía sobre
su mujer y su hija. Y el abuso sexual - “lo que pasó” entre Fernando y Marisol -
también había sucedido anteriormente entre primos en la familia de César Fabían.
- Sufrimiento de los padres en la familia de origen: En una sesión familiar, se le
preguntó a César Fabián cómo le había afectado la violencia que vivió en su familia
de origen, permitiendo así que la familia completa fuera testigo del sufrimiento
vivido (el modelo de Milán plantea que el padre/madre, en este caso César Fabián,
no podrá reconocer el sufrimiento del hijo hasta que sea capaz de reconocer su
propio sufrimiento). Luego se les preguntó a Fátima, Marisol y César Abraham si

Año 2012, Vol 25, No 1 58


alguna vez habían notado que detrás de la ira de César Fabián estaba la necesidad
de que se preocuparan por su salud, que sentía carecer de interés y cariño por él. Se
investigó también la historia de Fátima en su familia de origen, encontrándose que
tanto en su familia de origen como en la actual era depositaria de humillaciones.
- Elección de pareja: Se encontró que, al casarse, las expectativas de César Fabián
eran encontrar apoyo económico y sentimental, y comprensión, que se anticiparan
a sus sentimientos. Fátima esperaba que César Fabián la respetara y que cooperara
en los quehaceres de la casa.
El manejo de la violencia fue el siguiente:
- Estrategias para controlar la violencia: Se buscó que César Fabián utilizara las
estrategias que le habían funcionado para controlar su violencia (por ejemplo, el
“tiempo fuera”).
- Empatía: Se utilizó la historia personal de César Fabián como herramienta para
buscar su empatía por lo que sienten su esposa e hijos ante su violencia.
- Poner a salvo a los receptores de la violencia: Se le preguntó a Marisol que qué
opinaría si su madre se fuera de nuevo y si se iría con ella. Para reforzar su rol
materno, se le preguntó a Fátima si se llevaría a sus hijos con ella a Oaxaca.
- Redes de apoyo: Se les preguntó a Fátima y a su hija acerca de sus redes de apoyo
para una posible emergencia, y se les pidió que los anotaran en una agenda.
- Manejo de sentimientos: Se le preguntó a César Fabián acerca de cómo se sentía
cuando su familia “no le hace caso”, y se le pidió que escribiera lo que sentía
cuando estaba enojado.
- Consecuencias de la violencia: Se trabajó cómo la violencia de César Fabián
generaba reacciones en su familia (temblor, parálisis, enojo, olvidos, etcétera.), para
enfatizar cómo su ira no le permitía ver lo que sentían los demás.
- Leyes: Se dio información concreta, haciendo explícito que hay leyes que defienden
a las personas que sufren violencia, y que lo que estaba sucediendo era muy grave,
por lo que se consideraba importante ayudar a todos los miembros de la familia a
que acabaran con la violencia. Se le proporcionó a Fátima el número telefónico de
una institución que la podía ayudar proporcionándole refugio en lo que encontraba
la manera de irse a Oaxaca. Se le sugirió que buscara asesoría legal para estar
preparada también en este ámbito.

Descripción de las etapas del proceso


I. Motivo de consulta: La familia refirió en la preconsulta que Marisol había tenido
relaciones sexuales con su primo. Ya en la terapia, Marisol dijo que su primo la
acariciaba sin su consentimiento. Pronto se descubrió que también había violencia
intrafamiliar, la cual fue necesario abordar.
II. Diagnóstico familiar: Antes de empezar el trabajo con la familia se hizo una

59 Psicoterapia y Familia
evaluación que incluyó las categorías siguientes:
A. Hipótesis circular: Si la hija se siente abandonada por los padres, entonces
buscará una manera de llamar su atención y/o de buscar un vínculo que no
encuentra en casa. Cuando se encontró que la familia era un caso de violencia
intrafamiliar, se planteó la siguiente hipótesis circular: Si César Fabián no
encuentra en Fátima la dote afectiva que espera reaccionará con violencia,
repitiendo lo que vivió en su familia de origen (patrones trigeneracionales de
violencia intrafamiliar).
B. Definición del problema (naturaleza de la disfunción): Rigidez-flexibilidad:
Se observó rigidez en los roles de pareja, pues César Fabián era el que siempre
tomaba las decisiones conyugales y familiares; ejercía una jerarquía superior
como esposo y como padre. También había rigidez en la jerarquía según los
rolesde género, ya que Marisol y Fátima se encargaban de labores con menor
status en la veterinaria. Por otro lado, había rigidez en cuanto a “lo sucedido” entre
Fernando, el primo, y Marisol, pues se tenía una idea generalizada de que habían
tenido relaciones sexuales cuando, en realidad, Fernando abusó sexualmente de
Marisol. Paciente identificado: al inicio, Marisol era la paciente identificada.
Sin embargo, en la primera sesión se distribuyó el síntoma, y la pareja refirió
que ellos ya tenían problemas. Alianzas y coaliciones: padre e hijo tenían una
coalición en contra de Marisol, pues el segundo se encargó de informarle a su
padre acerca de los mensajes (vía celular) que Fernando le enviaba a Marisol.
Asimismo, César Abraham le había dicho a su hermana que “eres buena para
la cama” y le demostró su enojo por “lo ocurrido” entre Fernando y ella,
asustándola al conducir bruscamente. Reglas: una regla fue que no podía haber
relaciones sexuales entre miembros de la familia (un rasgo sano). Otra regla
fue que cuando César Fabián hablaba se le debía contestar, aunque la familia se
atemorizaba ante sus gritos y en lugar de contestar se quedaban callados.
C. Función de la conducta problemática en el sistema (pautas y conducta): De
acuerdo a la hipótesis, si la hija se siente abandonada por los padres, entonces
buscará una manera de llamar su atención y/o de buscar un vínculo que
no encuentra en casa. Se piensa, entonces, que la función de la conducta
problemática es que lo que sucedió entre Marisol y su primo “unió” a la
familia (connotación positiva), ya que sucedió cuando Fátima se encontraba
en Oaxaca y ahora la pareja estaba unida para atender los problemas de su
hija. En cuanto a César Abraham, había quedado encubierto con “la conducta
de su hermana”, por lo que sus padres no le habían dado importancia a sus
calificaciones escolares.
D. Hipótesis de la familia acerca de por qué ocurre el problema: César Fabián cree
que lo que pasó entre Marisol y Fernando fue por “rebeldía” de ella.

Año 2012, Vol 25, No 1 60


Menciona el antecedente de que su hermano Antonio (padre de Fernando) tuvo
relaciones sexuales con una prima. A pesar de que Fátima y César Fabián
refirieron que su sobrino abusó de su hija, César Fabián aseguraba que la culpa
era de Fátima, por haber estado en Oaxaca. Finalmente, Marisol consideraba
que lo que pasó fue algo “muy malo”.
E. Hipótesis del impacto del problema en la estructura de la familia: Si la
familia supone que Marisol tuvo “relaciones sexuales” con Fernando, Mamá
permanecerá en casa y se reforzará la alianza entre padre e hijo.
F. Hipótesis del impacto del problema en el proceso de la familia: Si Marisol tiene
“relaciones sexuales” con Fernando, esto funcionará como detonador para
que se exacerben las problemáticas tanto de pareja como familiares.

Evolución del problema, ¿cómo se conformó?


Los problemas de pareja ya existían antes de lo ocurrido con Marisol. Fátima reportó
que su esposo la golpeó desde que estaba embarazada de su hijo. Por esta razón se
había ido a Oaxaca con sus padres en repetidas ocasiones. César Fabián también
ejercía violencia verbal hacia todos. Tanto Fátima como sus hijos vivían una situación
de miedo ante su violencia, lo que hacía que se paralizaran, que se les “olvidaran”
las cosas - algo de lo que siempre se quejaba César Fabián. Fátima reportó que
cuando su esposo gritaba, le empezaba a latir muy rápido el corazón, mientras que
a Marisol le dolía la cabeza y César Abraham prefería evadir la situación.

Historia de las relaciones de la familia:


César Fabián destacó que entre sus padres siempre había habido gritos y que la
situación no había cambiado. Su padre los golpeaba y él se sentía como “ratón
asustado”, aunque intervenía para defender a su madre. Su familia lo responsabilizó
desde los 14 años; él era quien se encargaba de conducir el automóvil y de vigilar
que su hermano Antonio no consumiera alcohol en exceso. A su vez, Fátima también
sufrió violencia en su familia de origen, pues su mamá, al igual que ahora lo hace
su esposo, la agredía verbalmente; fue educada para pedirle permiso a su padre y
ahora lo hacía con su esposo.

Logros de la terapia:
Se comprobaron ambas hipótesis circulares: a) al una niña sentirse la hija
abandonada por sus padres, busca un vínculo que no encuentra en casa; Fátima lo
hace al igual que Marisol; y b) al no encontrar César Fabián la dote afectiva que
espera de Fátima, reacciona con violencia, repitiendo lo que vivió en su familia de
origen (siguiendo un patrón de violencia intrafamiliar).
Al trabajar la transmisión intergeneracional de la carencia y observar la

61 Psicoterapia y Familia
relación entre violencia y carencia, se vio que la violencia de César Fabían tenía que
ver con sus vivencias infantiles, al sentirse como un “ratón asustado” ante un padre
golpeador. Al trabajar Fátima su dependencia en su relación de pareja, reconoció
que ésta era un patrón que se repetía, al igual que su aceptación de las agresiones
que recibía. Y ambos reconocieron que las expectativas (dote afectiva) que tenían
cuando se casaron no habían sido cubiertas en su relación de pareja.
El concepto de neutralidad - que el equipo de Milán destacó especialmente
cuando empezaba a desarrollar su modelo (Selvini-Palazzoli, Boscolo, Cecchin y
Prata, 1980) - desempeño un papel importante en el tratamiento de esta familia. Por
lo tanto, se establecieron alianzas con todos y se dio un espacio para que cada uno
se expresara. Además, la terapeuta y el equipo se situaron también en posición de
equicercanía (Selvini, Cirillo, Selvini y Sorrentino, 1999). Por ejemplo, cuando
Fátima trató, en sesión individual, su situación ante la violencia de su esposo, como
ella era la principal receptora, se hizo una alianza con ella para reforzar su posición
de responsabilidad como madre y explorar su decisión de irse a Oaxaca, tomando
en cuenta las instituciones en las que podía apoyarse.
Asimismo, se aclaró “lo sucedido” entre Marisol y su primo, subrayando
que no tuvieron relaciones sexuales, y que él la tocaba sin que ella estuviera de
acuerdo (lo que se definió como abuso sexual). Se pudo comprobar la hipótesis
que se tenía al principio del tratamiento: Marisol, al sentirse la hija abandonada
por sus padres, buscó un vínculo que no encontraba en casa, el cual halló en
Fernando, su “refugio”, según sus propias palabras, antes de que la acariciara sin
su consentimiento. Evidentemente, la falta de intimidad en la familia perturbó la
comunicación y desprotegió a Marisol.
Algunos de los patrones trigeneracionales que se repetían fueron: la
violencia (César Fabían es golpado por su padre y él, a su vez, golpea a su mujer),
el abuso sexual incestuoso (Antonio, el hermano de César Fabián, con su prima y
Fernando con Marisol, que también era su prima), la parentalización de los hijos
(César Fabián tiene que vigilar a su hermano y César Abraham a su hermana),
el pedir permiso a alguien que se considera una autoridad (Fátima lo hace en su
familia y lo repite de nuevo con su esposo); esto contribuye a hacerla depositaria
de humillaciones - a las que se somete, tanto en su familia de origen como en la
actual.
Otro logro fue que los padres reconocieran el sufrimiento vivido en sus
familias de origen frente a los hijos - aunque esto no tuvo un gran efecto en la
disminución de la violencia; Fátima tuvo que irse de casa para que esto ocurriera.
Uno de los logros más importantes fue que César Fabián reconoció que se le
dificultaba controlar su ira, lo cual permitió que asumiera la responsabilidad de su
violencia y no la depositara en su familia - aunque no tuvo tiempo de asimilarla y

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aprender a ejercerla. Como lo muestra el modelo de Milán, César Fabián tenía
necesidades infantiles no satisfechas y esperaba que Fátima le proporcionara apoyo
- tanto económico como sentimental - y comprensión, y que se anticipara a sus
sentimientos. Aceptó que buscó en Fátima lo que no tuvo en su familia de origen y
que, al no obtenerlo, su ira se desencadenaba en violencia física. Lo anterior ayudó
a confirmar la hipótesis respecto a la violencia: al no encontrar César Fabián la dote
afectiva que esperaba de Fátima reaccionó con violencia, repitiendo lo que vivió
en su familia de origen. Respecto a Fátima, ella reconoció que cuando se casó con
César Fabián deseaba respeto y cooperación - no los tuvo en su familia de origen y
tampoco los encontró en su esposo.
Fue muy importante señalar que las reacciones de Fátima, Marisol y César
Abraham eran de miedo; tenían en común el sentirse paralizados y “olvidar” las
cosas, pues reaccionaban como “ratitas asustadas”, justamente lo que sucedía con
César Fabián cuando su papá lo golpeaba; él fue también un “ratón asustado”. Es así
como se repite el patrón trigeneracional de violencia. Sin embargo, César Fabián,
en su situación actual, pasó de ser el “asustado” al que “asusta”. Lamentablemente,
César Abraham bien podría repetir el patrón de violencia, al igual que en la actualidad
mostraba una identificación machista de género al ser intrusivo en la intimidad de
Marisol (revisaba su celular) y de su madre (tomaba el dinero que ella tenía para
irse a Oaxaca).
Para la octava sesión, la violencia había disminuido, pero César Fabián aún
no controlaba del todo su ira; seguían los gritos y los golpes, aunque en menor
grado. Sin embargo, parecía haberse comprometido, si no con su familia sí consigo
mismo, queriendo evitar el estrés que sentía cuando se desataba su ira. Por su lado,
Marisol opinaba que su mamá sí mostraba cambios aunque su papá argumentara
lo contrario. Y Fátima reportó que su hijo estaba estudiando más y que ella, por
su parte, había estado más alerta en cuanto a la violencia. Éste fue el cambio más
significativo; hizo posible que tomara la decisión de decirle “no” a la violencia y a
salirse de casa, poniéndose ella y su hija a salvo, recuperando así su autoestima - o
costruyéndola por vez primera - colocándose en una posición más asertiva.

Análisis de resultados y conclusiones


Esta familia fue un caso grave de violencia. En ella existía una fuerte coalición
entre el padre y el hijo contra la madre y la hermana, y los estereotipos de género
estaban muy marcados. Era urgente el control de ira por parte de César Fabián.
Sin embargo, en lo que esto sucedía, quizá, fue útil que Fátima, y sus hijos, César
Abraham y Marisol, buscaran redes de apoyo. Mientras Fátima decidía separarse
o no de César Fabián, fue necesario empoderarla para que pudiera defenderse de
alguna manera. Para esto, se utilizó la posición de equicercanía de la terapeuta y

63 Psicoterapia y Familia
el equipo. Así, Fátima logró tomar consciencia de la gravedad de la violencia que
sufría y de adquirir herramientas para estar alerta. Pudo, entonces, reconocer que
encontraría personas que podrían ayudarla y que, finalmente, podría hacer un plan
y llevarlo a cabo, poniéndose ella y su hija a salvo, recuperando su autoestima y
asertividad.
Cabe señalar que para poder hablar de patrones trigeneracionales de vio-
lencia necesariamente se tiene que hacer referencia al maltrato que tanto César
Fabián como Fátima vivieron en su familia de origen. Esto es lo que condujo a
analizar y trabajar este caso de acuerdo al Modelo de Milán.
También vale la pena señalar que en esta familia hubo una transmisión in-
tergeneracional de la carencia, donde la violencia del padre, César Fabián, estaba
relacionada con su historia en su familia de origen. En su familia de origen él se
comportaba y se sentía como un “ratón asustado” ante un padre que los golpeaba.
Fátima, por su parte, también sufrió violencia en su familia de origen, historia que,
en la actualidad, repetía con su esposo. Así pues, en esta pareja, la conyugalidad fue
elegida de acuerdo a los patrones de carencia sufridos en las familias de origen de
cada uno. Debido a lo anterior, la atención fue deficiente hacia sus hijos, ya que los
padres estaban enfocados en mutuas reclamaciones de pareja.
En esta familia se presentaba, asimismo, un ciclo repetitivo del abuso (Ciril-
lo y Di Blasio, 1988 en Cirillo y Di Blasio, 1989). Respecto a las cuatro etapas de
la familia que maltrata (sólo violencia física), propuestas por Cirillo y Di Blasio, se
tiene que la familia se encontraba en la tercera, denominada “la coalición activa del
hijo”; en la cual César Abraham se había inclinado hacia su padre, lo que lo hacía
dirigir su hostilidad hacia Fátima, llegando en una ocasión a tomar el dinero que
ella tenía ahorrado para irse a Oaxaca. Su hostilidad también se dirigía hacia su her-
mana, por ejemplo, cuando le hacía comentarios como: “sólo sirves para la cama”,
lo cual denota una coalición con el padre.
Lo que hizo que la familia se situara en esta etapa fue que, una vez, César
Abraham se rebeló contra su padre y se fue a Oaxaca con su madre y su hermana, y
grande fue su desilusión cuando su madre “lo hizo quedar mal” con su padre, pues
ella y su padre se reconciliaron. Él se sintió traicionado y de allí en adelante decidió
entrar en coalición con su padre en contra de su madre
Respecto a lo anterior, se puede ver cómo César Fabián instigaba a su hijo:
hacía parecer que lo prefería al “confiar” en él para que vigilara que su mamá no
escapara y que cuidara de su hermana. Esta instigación es parte del embrollo, pues
la aparente preferencia de César Fabián por su hijo era en realidad un instrumento
para molestar tanto a Fátima como a Marisol. De acuerdo a Cirillo y Di Blasio
(1988, en Cirillo y Di Blasio, 1989), el progenitor que maltrata tiene temor a la
pérdida y al abandono, algo muy notable en César Fabián, pues cuando su esposa

Año 2012, Vol 25, No 1 64


se marchaba a Oaxaca él iba a pedirle que regresara. Vemos pues, que las reacciones
de César Fabián se debían, por un lado, a la violencia sufrida en su familia de origen
y, por otro, a la percepción confusa que tenía de que sus hijos estaban en coalición
contra él y de sentir el miedo de un posible abandono.
El juego que presenta esta familia, según Cirillo y Di Blasio (1989) es el del
“abogado defensor”: el conflicto violento que tenían César Fabián y Fátima invi-
taba a sus hijos a participar en la defensa. Primero, ambos hijos participaron; luego
Marisol se estableció como la defensora de su mamá al intervenir cuando su padre
quería golpearla. Es cuando la agresividad de César Fabián se transfirió también a
ella, por percibirla como aliada de su esposa (y en su momento, también hacia César
Abraham, cuando éste se fue a Oaxaca con su madre).
Vemos pues que, en esta familia, la figura femenina estaba devaluada,
sometida y sin apoyo. La madre estaba disminuida en la jerarquía parental y “Mari-
sol estaba ahí y Fernando se aprovechó de ella”. Clarmente, existían coaliciones en-
tre los hombres para el control de las mujeres. Las modalidades machistas de César
Abraham eran similares a las de su papá. Además, estaba parentalizado. Cuando su
madre se iba a Oaxaca huyendo de las peleas con su padre, él se quedaba encargado
de “cuidar” a su hermana - el patrón se repite, pues su padre también cuidaba de su
hermano cuando iba a fiestas - y hasta se entrometía en la intimidad de su hermana
al revisar su celular.
Una hipótesis sobre este comportamiento sería que le traía beneficios con su
padre (era aprobado) o con su madre (demostraba autoridad). Por ejemplo, obtuvo
autoridad sobre su hermana al sustituir a su madre cuando ésta se fue a Oaxaca. Y
lo único que le correspondía era ser hijo y hermano. Sin embargo, es probable que
César Abraham también controlara a su hermana para controlar sus propias inse-
guridades y afirmarse a sí mismo, o quizá porque esto funcionaba como distractor;
así sus padres no tomaban en cuenta sus calificaciones escolares. Pero, además
de desviar la atención de sus padres, Marisol le servía a César Abraham para ser
reconocido como el controlador y el vigilante.
Cabe señalar que la escuela de Milán plantea que cuando los hijos asumen
un rol parental les cuesta afirmarse en el exterior. Por lo tanto, hubiera sido intere-
sante ahondar en los vínculos de César Abraham; saber cómo se relacionaba con
su pares, si tenía amigos, novia y con qué dificultad se aproximaba a las mujeres
(*Ver nota al pie de página). Es evidente que en esta familia existía una repetición
de patrones.
Un patrón que se repite se observa en lo que pasó entre Marisol y Fernando:
el hermano mayor de César Fabián (Antonio, padre de Fernando) tuvo relaciones
sexuales con una prima - que puede considerarse una relación incestuosa que Mari-
sol y Fernando repiten, aunque entre ellos no hubo consenso, por lo que se definió

65 Psicoterapia y Familia
como abuso sexual. Otro es la violencia parecida a la que César Fabián vivió en su
familia de origen, cuando su padre lo golpeaba a él y presenciaba cómo golpeaba a
su mamá o a sus hermanos. Luego, él hizo lo mismo con su familia, y de “ratoncito
asustado” pasó a ser el que “asusta”. Otro patrón que se repite es la parentalización
del rol masculino. César Fabián refirió que en casa tuvo que hacerse responsable
desde los 14 años, porque su madre le pedía que cuidara a Antonio, su hermano;
además, estaba encargado de manejar el coche de la casa. Esta parentalización se
repite con César Abraham, al ser el encargado de vigilar a su hermana.
Por otro lado, César Fabián sufría de necesidades infantiles no satisfechas.
En consecuencia, esperaba que Fátima le proporcionara apoyo económico y senti-
mental y comprensión, que se anticipara a sus sentimientos. Pudo aceptar que buscó
en Fátima lo que no tuvo en su familia de origen y, al no obtenerlo, desencadenaba
su ira con un golpe. Esto ayudó a confirmar la hipótesis sobre la violencia: al no
encontrar César Fabián la dote afectiva que esperaba de Fátima, reaccionó con vio-
lencia, repitiendo lo que vivió en su familia de origen.
Otro patrón que se repite tiene que ver con Fátima y su dependencia; creía
tener que pedir permiso. En su familia de origen estaba acostumbrada a hacerlo,
así que lo repitió con César Fabián, su esposo. Era incapaz de reaccionar ante sus
golpes e insultos. Esto provenía de su familia de origen, en donde era la depositaria
de humillaciones. Además, fue testigo de los conflictos entre sus padres, conflictos
debidos al alcoholismo de éste; nuevamente, otro patrón que se repite. César Fabián
también bebía (al igual que su padre).
Cabe pensar que, de alguna manera, posiblemente César Fabián se sintiera
confirmado por la actitud dependiente de Fátima. Comentó que su esposa se dejaba
“manejar” y que eso le había dado poder para tomar decisiones. Sin embargo, esto
creó una incongruencia en la jerarquía, ya que Fátima figuraba más en el subsistema
fraterno que en el parental y/o conyugal.
Con respecto a las relaciones de apego, todo parecía indicar que el hijo
tenía un apego mayor hacia el padre, y el padre también parecía más enfocado en
su hijo. Por otro lado, es difícil pensar que Marisol pudo haber formado un vínculo
fuerte hacia su madre, ya que ésta se iba constantemente a Oaxaca y la dejaba con
su padre y hermano. Esto hace probable que Marisol tuviese un apego de tipo C; o
sea, poco apego hacia ninguno de sus padres. ¿Sería esto lo que la llevó a decir
que su primo era su “refugio”?
Confirmaría la hipótesis del principio: al sentirse hija abandonada buscó un
vínculo que no encontraba en casa.
Al establecer una alianza con César Fabián, pudo disminuir su violencia.
Sin embargo, cuando en la novena sesión, Fátima decidió irse a Oaxaca, su esposo
ya no quiso asistir a esa sesión: “para castigarla”. Se respaldó su decisión y se

Año 2012, Vol 25, No 1 66


le habló de sus derechos, pero ya no fue posible hacer mayor alianza con él. Sin em-
bargo, lo significativo fue que al irse a Oaxaca y llevarse a Marisol con ella Fátima
tomó la decisión de protegerse a sí misma y de proteger a su hija, iniciando así un
nuevo patrón.
Para concluir, como lo denota este caso, además de intentar entender qué
es lo que hace que la familia funcione, como lo propone el Modelo de Milán, para
prevenir que la violencia se perpetúe de generación en generación es necesario
buscar la interrupción de patrones disfuncionales y, en su defecto, la identificación
a tiempo de indicadores que transmiten estos patrones.

Nota al final de la página


(*) ¿Qué sucedió con César Abraham cuando su madre se fue con Marisol a Oaxaca y lo dejó con
su padre? ¿Cómo se relacionaron él y su padre? ¿Regresaría él también a Oaxaca? Le servirá en el
futuro la acción de su madre para aprender nuevos patrones de relación con las mujeres? Éstas son
preguntas importantes que quedan por investigar.

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67 Psicoterapia y Familia
Psicoterapia y Familia
Año 2012, Vol 25, No 1: 68-77

FUNCIONAMIENTO FAMILIAR Y FACTORES DE RIESGO-


PROTECCIÓN PSICOSOCIAL EN ESTUDIANTES DE 17 A 19
AÑOS DE LICENCIATURA EN LA UNIVA LEÓN

Juana Camarena Arredondo, Ma. Elena Fuentes Martínez, Laura Leticia Luna
Bernal, José Antonio Luna Villaseñor, Héctor Eduardo Reyes Valadéz, José Luis
Rodríguez Villalpando y Ma. del Carmen Villanueva Reyes1

Resumen
La presente investigación tuvo como objetivo conocer el funcionamiento familiar y los factores
de riesgo-protección psicosocial en estudiantes de licenciatura de la UNIVA León. En el estudio
participaron 91 estudiantes de 17 a 19 años, seleccionados a través de un censo no probabilístico
con sujetos voluntarios. El instrumento utilizado fue el cuestionario “Cómo es tu familia” (formato
para hijos de 10 a 19 años) validado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 1996). Los
resultados encontrados muestran un adecuado funcionamiento familiar, así como bajos niveles de
vulnerabilidad y altos escudos de protección psicosocial en los estudiantes encuestados.
Palabras clave: funcionamiento familiar, estudiantes, factor de riesgo-protección psicosocial

Abstract
The object of this investigation was to find out about the family functioning and the psychosocial risk-
protection factors that students had here in the UNIVA of León University. 91 students participated
in this study, ranging from 17 to 19 years of age and selected through a non probabilistic census
which relied on volunteers. The instrument used was the questionnaire Có C mo es tu familia, “What is
your family like” (format targeted to offspring aged from 10 to 19), validated by the Organización
Panamericana de la Salud (OPS) (Panamerican Health Organization, 1996). The results show an
adequate family functioning, low levels of vulnerability and high shields of psychosocial protection
in the students surveyed.
Key words: family functioning, students, psychosocial protection risk factor

Introducción
El papel de la psicología social se incrementó notablemente desde que la Organización
Mundial de la Salud (OMS, 2002) definió la salud como el estado absoluto de
bienestar físico, mental y social. A partir de ese momento, la investigación sobre
la prevención de la salud se centró en las posibles interacciones implicadas en el
proceso de enfermedad en el que los factores psicosociales, necesariamente, tienen

________________________
1
Docentes del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad del Valle de Atemajac, plantel
León. Juan Alonso de Torres 3538, Lomas del Campestre, León de Los Aldama, Guanajuato - 01
477 788 7500. juanita.camarena@univa.mx finaelena@hotmail.com

Año 2012, Vol 25, No 1 68


un papel importante. Al entender la salud como un fenómeno social interactivo,
el contexto familiar, los valores asociados de una cultura particular o grupo
socioeconómico, la socialización y la influencia del grupo se convierten en
elementos centrales de los estilos de vida saludables. Partiendo de lo anterior la
presente investigación sostiene que es posible prevenir las conductas de riesgo en
los estudiantes universitarios a partir del conocimiento del funcionamiento de las
familias de origen. Como un acercamiento a este tema se presenta información
sobre el concepto de familia, funcionamiento familiar, vulnerabilidad actual de las
familias ante las situaciones de crisis y los diferentes modelos de ajuste y adaptación
familiar, así como factores de riesgo-protección psicosocial que los estudiantes
universitarios utilizan como una forma de afrontamiento en su vida cotidiana.
En nuestra Universidad, los profesores han observado conductas de riesgo en
los estudiantes, asociadas a problemas de aprendizaje, tales como bajo rendimiento
escolar, ausentismo y deserción entre otras que impactan sus procesos de enseñanza
aprendizaje. Estos fenómenos motivaron a un equipo de investigadores de esta
universidad a indagar sobre el funcionamiento de las familias de los estudiantes
universitarios, así como los factores de riesgo – protección que se manifiestan en su
repertorio conductual.
En la mayoría de las investigaciones encontradas, se observó que las familias
presentaban un alto nivel de riesgo psicosocial lo que provoca una disfuncionalidad
alta en estos adolescentes (Santander, 2008; Castro y Llanes, 2007; Ramírez, 2007;
Jadue, Galindo y Navarro, 2005; Muñoz-Rivas y Graña López, 2001).
Marco conceptual
La presente investigación toma como referencia para el análisis de los datos la teoría
estructural de Minuchin (1983, 1999), el funcionamiento familiar de Olavarrieta
(1976, citado en Ramírez, 2007), el ciclo vital de la familia de Estrada Inda (1997),
así como los teóricos de la temática de riesgo - protección tales como Castro y
Llanes (2009) y Suárez (1993, citado en Fiorentino, 2008). En atención a los autores
anteriores, la familia es una estructura, es un sistema u organismo vivo que tiene un
proceso evolutivo.
Esto es, un grupo natural que en el curso del tiempo ha elaborado pautas de
interacción que constituyen la estructura familiar, que a su vez rige el funcionamiento
de sus miembros y cursa un ciclo vital; por su parte, Olavarrieta señala que el
funcionamiento familiar hace referencia a las interacciones como a las funciones
básicas y universales que se desarrollan al interior de la familia, es importante
mencionar que los estilos de funcionamiento familiar van a determinar las formas
en que cada familia enfrenta los eventos vitales que pueden surgir al interior de la
misma. En este sentido, Castro y Llanes (2007, 2009) apuntan que los factores de
riesgo determinan la vulnerabilidad de los adolescentes al interior de los estilos de

69 Psicoterapia y Familia
cada familia; por otro lado, es necesario mencionar que los factores de protección
fomentan el crecimiento, la prevención y un adecuado funcionamiento familiar.
Metodología
El presente estudio es de tipo descriptivo y transversal, donde el principal objetivo
es conocer el funcionamiento familiar y su relación con los factores de riesgo-
protección en estudiantes universitarios.
Participantes:
Los participantes fueron 91 estudiantes de 17 a 19 años de las diferentes licenciaturas
de la UNIVA León. La muestra estuvo compuesta por estudiantes de ambos sexos y
seleccionados a partir de un censo inicial de sujetos voluntarios.
Instrumento:
Se utilizó el cuestionario ¿Cómo es tu familia? (formato para hijos de 10 a 19 años),
validado por la Organización Panamericana de la Salud (W.K. Kellogg Foundation,
1996). Este instrumento evalúa la adaptabilidad y vulnerabilidad familiar; los
cuestionarios están diseñados para ser respondidos en forma auto-administrada
individual. Los factores que evalúa el cuestionario son: Factor A (tipo de relaciones),
Factor B (estilo de afrontamiento de problemas), Factor C (fuentes de apoyo del
adolescente), Factor D (valores), Factor E (satisfacción), Factor F (acumulación de
tensiones), Factor G (problemas de salud y comportamiento) y Factor H (recursos
de la familia).
Procedimiento:
El primer paso fue solicitar autorización para la investigación a la Dirección de
la Universidad, así como a los jefes de carrera para facilitar la recolección de los
datos. Se llevó a cabo un censo inicial no probabilístico con sujetos voluntarios,
convocando a los estudiantes en el auditorio de la universidad, para la aplicación
colectiva del instrumento, bajo la observación de los investigadores. Después de la
aplicación se llevó a cabo el análisis estadístico de los datos.

Análisis de resultados
Factor A (Tipos de relaciones): Los resultados obtenidos muestran que las rutinas
familiares permiten valorar la estructura y organización familiar; así como su
estabilidad y seguridad; en general loa hábitos familiares son percibidos por los
estudiantes como aspectos de un clima de cohesión y estabilidad que estimula entre
los miembros de la familia sentimientos de certidumbre y seguridad propiciando el
crecimiento saludable de los mismos,
Factor B (estilo de afrontamiento de problemas). Para este factor hacen referencia
a la confianza que tienen en sus familias ya que cuentan con los recursos necesarios
para afrontar situaciones problemáticas, ya que estas son definidas por ellos como
manejables y con alternativas optimistas y es probable que por ello no busquen

Año 2012, Vol 25, No 1 70


ayuda para la solución de dificultades que se presentan en su familia.
Factor C (Fuentes de apoyo del adolescente): En lo que se refiere a este factor se
pone de manifiesto que las mayores fuentes de apoyo son sus padres, seguido de
amigos, señalando que sus padres son capaces de apoyarles en momentos difíciles
de sus vidas.
Factor D (valores): El perfil de valores de las familias de los sujetos estudiados
muestran una concesión mayor a la realización en el trabajo elegido, así como tener
una familia unida, la honestidad y rectitud. Los valores de poder, dinero y sexo,
fueron los ponderados en un nivel mas bajo.
Factor E (satisfacción): se puede afirmar que este factor, es una variable fortalecida
en los sujetos estudiados ya que es un factor de protección ante situaciones de
riesgo sumamente importantes, probablemente este factor es un recurso adaptativo
ante situaciones difíciles o vulnerables.
Factor F (acumulación de tensiones): en este apartado los sujetos encuestados
muestran respuestas que se consideran adaptativas para el afrontamiento de
acontecimientos relacionados con la acumulación de tensiones, esto es, las familias
muestran buena capacidad para el manejo de tensiones aun ante factores estresantes,
representando un factor de protección psicosocial fundamental.
Factor G (problemas de salud y comportamiento): un alto porcentaje de adolescentes
de estas familias buscan o reciben tratamiento psicológico o emocional, lo que
promueve oportunidad para solucionar problemas que se presentan, por lo que
se percibe que existe un equilibrio entre esfuerzos, recursos y necesidades en las
familias de estos adolescentes, siendo éste un factor protector psicosocial.

Discusión y conclusiones
Un aspecto valioso de las familias de estos adolescentes es el alto nivel de cohesión
entre los componentes de la misma, de participación de los hijos en los problemas
familiares y la confianza para solicitar apoyo cuando se necesita. Esto constituye
un factor de protección, pues habla de un fuerte vínculo emocional y ligamiento
afectivo de los hijos con padres y hermanos (González, 2001).
El factor de comunicación entre padres e hijos es un poderoso elemento en
la evolución de la familia pues, como refieren Loayssa y colaboradores (Citado en
Gónzález de Parnalete, 2002), permite que los miembros compartan necesidades
y preferencias. En el caso de los estudiantes que nos ocupan, se percibe una alta
comunicación y confianza con la madre, pero no así con el padre, situación que
indica un grado moderado de apertura y confianza y de satisfacción en la interacción
de padres e hijos. Esta condición en la comunicación con el padre no es privativo
sólo de la población analizada, sino es una constante en las familias mexicanas,
como se confirma en los resultados de la Encuesta Nacional de Juventud (Instituto

71 Psicoterapia y Familia
de Salud Pública, 2005).
Un hallazgo más en la investigación es que aun cuando estas familias, desde
la percepción de los hijos adolescentes, tienen confianza en encontrar ellas solas
las soluciones a los problemas, no buscan apoyo social cuando se encuentran en
situaciones de crisis, condición que los pone en situación vulnerable a los cambios del
contexto pues, entre mayor búsqueda de fuentes de apoyo (servicios comunitarios,
otros familiares, amigos, profesionales de la salud, etc.) existan en el adolescente y
su familia, se tendrá un más alto nivel de eficacia para enfrentar las situaciones de
estrés, lo que contribuirá a dedicar más tiempo a aspectos comunicacionales entre
los miembros de la familia (González, 2001).
Otro resultado importante en la percepción de los universitarios encuestados,
es el hecho de considerar a la familia como la principal fuente de apoyo ante
situaciones de necesidad o estrés, condición que coincide ampliamente con los
resultados de la Encuesta Nacional de Juventud (Instituto Nacional de Salud
Pública, 2005), que señala que los jóvenes cuando se encuentran en situación de
crisis, acuden en especial a la familia, seguida de otras fuentes, como son los amigos
y, con menos importancia, otros familiares u otro adulto.
En relación al apartado de valores, se encontró que un elemento que
constituye un factor de protección para los estudiantes UNIVA entre 17 y 19 años
es la valoración que le dan tanto al nivel de estudios como a realizarse en un trabajo
u ocupación, pues esto los mueve a buscar permanentemente estrategias para su
desarrollo profesional y disminuir así la posibilidad de caer en situaciones de riesgo.
Estos resultados van vinculados a la idea cada vez más arraigada en los jóvenes de
que escalar en los más altos niveles educativos asegura una estabilidad económica
y facilita el acceso a un mejor trabajo. En este mismo rubro se encontró que los
valores de poder, dinero y sexo fueron los menos significativos para la población
estudiada.
Otro rasgo de baja vulnerabilidad en estos adolescentes y sus familias, que
por lo tanto augura una respuesta eficaz en el afrontamiento de sus problemas, es
el alto nivel de satisfacción que muestran ante diferentes aspectos de la vida, como
son: consigo mismo, con la familia, los amigos, el barrio, su situación económica,
el rendimiento escolar y el trabajo u ocupación principal. Esto habla de un nivel
adecuado de autoestima como factor de protección (Jadue, Galindo y Navarro,
2005).
Un valioso hallazgo es el alto nivel de felicidad que refieren los estudiantes
experimentar, comparándose con los demás pares, lo cual habla de un recurso de
protección. Este ambiente familiar ha capacitado al adolescente para establecer
prioridades, educarse en la prevención y modificar conductas de riesgo, para
acercarse así al Marco de Desarrollo Saludable que se espera de ellos (González,

Año 2012, Vol 25, No 1 72


2001).
Los hallazgos encontrados en cuanto a síntomas y problemas permiten
identificar, desde la percepción de los estudiantes universitarios, altos indicadores
de adaptación y bajos niveles de vulnerabilidad ante las crisis, lo que se manifiesta
en una ausencia de problemas de salud y comportamientos de alto riesgo.
En los indicadores en que se encontró alto riesgo en las familias, es
importante señalar las adicciones al tabaco y al alcohol, las que a largo plazo pueden
incrementar la vulnerabilidad de los estudiantes. En específico, los estudiantes
reportaron la importancia de cuidar la preocupación que éstos tienen con respecto a
su aspecto físico, resultados que coinciden con los que arroja la Encuesta Nacional
de Salud y Nutrición (Instituto Nacional de Salud Pública, 2006) así como con
los de la Encuesta Nacional de Juventud (Secretaría de Educación Pública, 2005),
en la cual el 55% de los jóvenes definen a la apariencia y la moda como algo
que conceptualiza el “ser joven”. Otro factor detectado con altos porcentajes es el
ejercicio activo de la sexualidad, que debe ser cuidado para evitar problemas de
salud como enfermedades de transmisión sexual o de embarazos no planeados.
Estos resultados se consideran valiosos para entender más ampliamente
al adolescente en el ambiente escolar, e incluir la percepción de ellos mismos y
su contexto sociofamiliar en los programas de desarrollo académico o de apoyo
estudiantil para promover los recursos para el aprendizaje, e identificar alumnos en
situaciones de riesgo y brindar una intervención temprana, ya que pertenecer a una
familia integrada facilita la conclusión satisfactoria de estudios superiores.
De todo lo anterior, cabe señalar que fue significativo los hallazgos
encontrados mostrando una población con altos escudos de protección desde sus
familias, lo que habla de estructuras con un adecuado funcionamiento y recursos
económicos, sociales, educativos y valorales que conforman una población con
bajos niveles de vulnerabilidad y adecuados recursos de protección psicosocial
individual y familiar.

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77 Psicoterapia y Familia
Psicoterapia y Familia
Año 2012, Vol 25, No 1: 78-87

¿A QUÉ SE DEBEN LOS PROBLEMAS DE SUS HIJOS?


LLAMADO A LOS PADRES
Ruth Tawil de Asse*

Resumen
Nuestro siglo XXI está lleno de violencia. En México, los noticieros nos inundan con relatos
de robos, secuestros, asesinatos. Y las familias se quejan mucho de los problemas con sus hijos.
Algunos dicen que siempre ha sido así. La intención de este trabajo no es, sin embargo, lidiar con
estar paradojas sino ver qué pequeña diferencia podemos hacer en este mundo que nos ha tocado
vivir. La terapia familiar, que se inauguró a mediados del siglo XX – y que ha ido evolucionando
con el tiempo – puede ser una solución. Así pues, se presentan algunas preguntas y sugerencias que
pueden ser de utilidad para los padres de familia que asisten a consulta quejándose de los problemas
que tienen con sus hijos, basadas en la teoría sistémica (modelo de Milán) y estructural (Salvador
Minuchin). Se espera que puedan ayudar a repensar la situación para ver qué es lo que se puede
controlar y, por lo tanto, resolver, y qué no. Si se acepta el reto, puede ser que las familias logren
desarrollar una habilidad de respuesta, responsabilidad, que las ayudará a resolver las dificultades
de la vida sin convertirlas en un problema.
Palabras clave: padres, hijos, dificultades, problemas, terapia familiar

Abstract
The foundations of the family therapy that has evolved from the cybernetic epistemology of Gregory
Bateson, be they systemic (the Milan Model) or structural (Salvador Minuchin), can be useful to
parents who are having problems with their children. Thus, the purpose of this article is to pose a few
questions that parents can ask themselves in order to help them re-think, thus making it possible for
the difficulties of life that every family has to face to remain simply difficulties, instead of becoming
a problem.
Key words: parents, children, difficulties, problems, family therapy

La salud de la relación con tu hijo


será modelo y premisa para todas las
relaciones futuras de él.
David Hawkins

Estamos viviendo en un siglo XXI lleno de violencia. En nuestra ciudad de México,


y en todo el país, los periódicos y noticieros nos inundan con relatos de robos,
secuestros, asesinatos… No hay familia que no haya escuchado la triste historia de
algún familiar que haya sufrido algún percance, o la haya sufrido en carne propia.
_____________________
* Terapeuta familiar (UDLA de México). Miembro de la Asociación Mexicana de Terapia Familiar.
A.C. AMTF. Miembro de Asociación Menorah, México, D.F.

Año 2012, Vol 25, No 1 78


Esto es lo que nos toca escuchar a los terapeutas familiares la mayor parte del tiempo:
historias tristes que vienen de todas partes, desde lo biológico, lo psicológico o lo
social.
Nuestro mundo, lleno de violencia, se creó con violencia. Desde el principio
se sacó orden del caos. Y si bien la violencia es un fenómeno que ha sido estudiado
a profundidad, nada lo ha podido detener. Las estadísticas lo demuestran.
Esta exposición intenta acercarse a los padres de familia que tienen
“problemas” con sus hijos, presentando una serie de preguntas y sugerencias que
puedan ayudarlos a distinguir entre dificultades y problemas. “Problemas” es
una palabra que los padres a menudo traen a consulta para explicar lo que está
sucediendo en la familia. Sin embargo, una cosa son las dificultades de la vida y
otra los problemas de la vida; las dificultades las tenemos todos, los problemas
muchas veces los vamos construyendo por medio de nuestra interacción, y aparecen
a diferentes niveles: el biológico, el psicológico y el social, hasta el cósmico. Y
todos estos niveles están interconectados.
Ésta es justamente la perspectiva sistémica en la que se basa, por ejemplo,
el modelo de Milán (Selvini-Palazzoli, Boscolo, Cecchin y Prata, 1978) y el
modelo estructural sistémico (Minuchin, 1974), perspectiva que se desprende
principalmente de la epistemología de Gregory Bateson (1972) y de la Teoría
General de los Sistemas, de Ludwig von Bertalanffy (1976); establece que todos
somos parte de una totalidad - un sistema - interconectada e interactuante. Y estos
sistemas, modelos si se quiere, como los individuos que los crean, van cambiando
con el tiempo - y con la práctica - cada uno sufriendo un “trance de crecimiento”, al
decir de Octavio Paz. Y cada sistema forma parte de un sistema mayor y, a la vez,
está organizado en subsistemas, donde cada integrante contribuye a la interacción
y a la definición de roles.
Salvador Minuchin señala que la familia es un factor muy importante en
este proceso de contrucción y de transformación. Y la familia está formada por
individuos. Pero el individuo no vive en un vacío; vive dentro de un contexto, y
ambos se determinan mutuamente por medio de la interacción. Y vemos que los
cambios en la estructura familiar cambian el comportamiento y los procesos internos
de cada miembro (subsistema) del sistema familiar. Y al aparecer el terapeuta se
forma un nuevo sistema: el sistema terapéutico (1976, p. 9).
Luigi Boscolo (2008) comenta que los años ochentas fueron difíciles
e importantes para la terapia sistémica; difíciles pero afortunados. Muchos se
dedicaron a la terapia sistémica con entusiasmo; otros la criticaron. Fue el caso de
las feministas; criticaron la idea de circularidad que parecía justificar la violencia y
el abuso especialmente hacia las mujeres y a los niños, al sostener que los miembros
de una familia - o de una sociedad - son interdependientes. Y lo son. Pero unos

79 Psicoterapia y Familia
son más responsables que otros de lo que sucede en la interacción. Así, Paul Dell
(1989), siguiendo a Bateson, en “La violencia y la visión sistémica: El problema
del poder”, subraya lo difícil que es hablar de violencia sistémicamente, porque es
un concepto lineal, no circular. Argumenta que la violencia y el poder pertenecen al
ámbito de la experiencia humana y que, por lo tanto, de ninguna manera puede la
teoría sistémica invalidarlas.
Así pues, el grupo de Milán puntualizó que los sistemas se crean y se organizan
alrededor del comportamiento y de los significados, y que el proceso terapéutico
se lleva a cabo por medio del lenguaje, por medio del comportamiento y por medio
de la conexión - la relación -, intentando reinventar una nueva realidad con objetos
que no sean tan terribles. Como puntualiza Gianfranco Cecchin: “Primero aceptas
a la familia tal y como es... después empiezas lentamente a introducir cambios:
en el lenguaje, en la historia, en los significados, en las puntuaciones... Si logras
venderles tu significado nuevo, entonces cambiará su acción... (Eustace, “Entrevista
con Cecchin”, 1988, p. 50-55). Ésta sería una forma de disminuir la acción violenta:
la destrucción y la auto-destrucción, en individuos, en familias, en sociedades.
Más recientemente, Coscenza, Gálvez, Pollak y Pompili (2006) señalaron
que el grupo de Milán intentó “transferir la epistemología cibernética de Gregory
Bateson a la práctica clínica, de pensar en forma sistémica para actuar en modo
sistémico (p. 6). Pero van más allá. Con base en el pensamiento de Juan Luis
Linares y José Antonio Marina, favorecen una posición más activa del alumno
en entrenamiento, para responder a un imperativo ético preciso: trabajar por un
mundo que pueda gustar más, lo que implica, entonces, recuperar las premisas
epistemológicas y con una co-construcción de significados, darle sentido a la
diferencia (p. 16). Vemos así que el modelo sistémico, o si se quiere, la perspectiva
sistémica, sufre una transformación más al encontrar el marco sistémico su lugar
dentro y a través del diálogo (Resendiz sobre Paolo Bertrando, 2009).
Pero nadie mejor que Luigi Boscolo y Gianfranco Cecchin para describir
la parte permanente de su enfoque: que las conversaciones terapéuticas son todas
únicas y singulares, aunque sí, parte de un sistema mayor. Y “en este proceso, no
hay una sola intervención que sea importante; lo que importa es la acumulación
de información a medida que los diferentes puntos de vista, a diferentes niveles,
son analizados y contrastados…” (Boscolo, Cecchin, Hoffman y Penn, 1987: xi),
sin olvidar los haceres y quehaceres de cada individuo en el sistema terapéutico -
padres-hijos-terapeuta. Porque no hay una verdad absoluta, objetiva y científica. El
ser humano es demasiado complejo para eso.
A propósito del poder y del control, Cecchin, Lane y Ray (1993, 1995) hablan
sobre el interesante tema de cómo los terapeutas pueden evitar ser su instrumento, y
critican el modelo intervencionista. ¿Cómo relacionarse de una manera respeutosa

Año 2012, Vol 25, No 1 80


y colaborativa? se preguntan. Y proponen: una postura de irreverencia. Porque no
existen certidumbres, sólo prejuicios, de los que tenemos que tomar conciencia;
verlos a la cara, con miedo o sin él. ¡Cuántas veces no evitamos compartir lo que
pensamos - nuestros prejuicios -, ya que pueden amenazar la armonía de nuestras
relaciones más íntimas. Aunque... nada las esconde, traspasan las apariencias y
se reflejan más en nuestros actos que en nuestras palabras. Todos nos influimos
mutuamente. Y nos podemos ayudar o nos podemos dañar. Por eso, hay que pugnar
por tener conciencia y responsabilidad, sin caer en las relaciones de poder, pues
pueden llevarnos al exerminio, dentro y fuera de la familia.
Y aunque no existe la verdad absoluta, sí existe la verdad, la realidad de la
violencia. Y esto nos atañe a todos, a los terapeutas familiares, a la familia: padres,
hijos, familia extensa, comunidad, en lo que nos viene del pasado, en lo que nos
ubica en el presente y lo que esperamos para el futuro (Tawil de Asse, 1998). Sí,
la violencia se encuentra también en la familia. Sánchez Regifo y Escobar Serrano
(2008) señalan que el concepto de la violencia, a nivel teórico, ha sido estudiada
por diversos autores; algunos destacan lo biológico, lo genético, lo innato, o los
conflictos y el poder, mientras otros privilegian los conflictos de poder, o la dignidad
humana, o lo simbólico, lo pulsional, lo intrasubjetivo, la herencia, el vínculo, el
género, los aspectos cognitivos... Sin embargo, no puede uno quedarse en lo teórico.
Hay que pasar a la práctica desde una postura inclusiva que relaciona lo biológico,
lo psicológico y lo social.
Con respecto a la práctica y una postura inclusiva, Rosario Busquets y sus
ocho colaboradoras (2008) presentan el relato posmoderno de una experiencia
colaborativa que ha creado un espacio de diálogo donde se abren nuevas posibilidades
escuchando y escuchándose. Ellas se adentran en la multiplicidad de voces que da
cuenta de los diferentes componentes - biológicos y culturales - que presionan a
las mujeres - y hombres - a hacerse violencia. Noemí Díaz y colaboradores (2007)
analizan los laberintos de violencia en la pareja, y señalan que la violencia contra la
mujer tiene sus orígenes en el sistema patriarcal, agregando que de ahí se desarrollan
diferentes tipos de relación: la paralela - que corresponde a la colaborativa -, la
simétrica y la complementaria. Estas últimas las describió Paul Watzlawick.
En el estado de Yucatán, Álvarez Cuevas y Vanega (2008) describen el
trabajo del CAIMEDE (Centro Integral del Menor en Desamparo), que se encarga
de acoger temporal o indefinidamente a niños quienes ingresan a la institución
por abandono, omisión de cuidados y/o maltrato de sus padres, quienes viven una
situación transitoria que los obliga a desprenderse temporalmente de sus hijos…”
(p. 28).
Eguiluz, Córdova y Rosales (2009) van más allá y presentan datos concretos:
“el INEGI señala que el suicidio durante los últimos diez años ha aumentado… y

81 Psicoterapia y Familia
que (en 2008) el 23% de ellos se encuentra entre los 15 y los 24 años de edad…
lo que demuestra que el 44% de los suicidios ocurridos en México corresponden
a personas jóvenes (p.82). Agregan estos autores que ciertos estudios sobre el
riesgo del suicidio, como los de Kessler, Borges y Walters, en 2002, muestran que
“pertenecer al sexo femenino, ser joven entre 15 y 24 años de edad, haber tenido
un problema reciente (con la familia o en la escuela), mantenerse aislado del grupo
social, tener una baja tolerancia a la frustración, consumir alcohol o droga, son
factores importantes” (p. 84). Esto es preocupante.
En las escuelas, es de conocimiento común que los maestros están cada
vez más preocupados por el comportamiento de sus alumnos, porque observan que
muchos de ellos buscan el camino fácil – que puede ser muy peligroso –, con pocos
alicientes para estudiar, apegados como están al continuo chat en sus celulares y
en su Blackberry, pues la prioridad es “pasarla bien” con los amigos. Y los padres
encuentran cada vez más difícil ponerles límites a sus hijos, quienes muchas veces
dicen estar confundidos con respecto a las jerarquías. ¿Qué ser? ¿Padre o amigo de
los hijos?
Cuando la conducta de un hijo es agresiva, desafiante, provocadora de
conflictos, alborotadora en la escuela o en la casa, y su rendimiento escolar es bajo
pero, además, roba, miente, hace que la situación sea ingobernable, ¿qué hacen los
padres? ¿Se preguntan por qué estará sucediendo esto? ¿No es acaso su obligación
investigarlo?
Como ya se mencionó, desde hace ya medio siglo, la terapia familiar ha
incidido de una forma importante en el trabajo con los hijos, especialmente debido
a que comprende a la familia como un sistema, donde hay una influencia mutua
entre los miembros, dada a través de sus interacciones. Así pues, la patología – que
en realidad implica el estudio del sufrimiento, de pathos, que en griego significa
sufrimiento humano normal de una persona, el sufrimiento existencial – ya no puede
ser vista como algo individual sino como algo que está más allá del individuo. Qué
importante es, entonces, observar cómo se organiza la sociedad, la familia y el
individuo, y cómo se comunica.
Los motivos de estos sentimientos y estas conductas pueden ser múltiples;
podemos entender los problemas de los hijos como síntomas que reflejan algo más
profundo que está ocurriendo en sus vidas. Clemes y Bean (1994) afirmaron que hay
dos causas principales para que los hijos se “conviertan” en un problema. Una causa
es los errores de los padres. Una segunda es el mal funcionamiento de los sistemas
sociales y educativos en los que viven. Para ellos, la conducta problemática de los
jóvenes es una respuesta a la manera en que los trata su medio ambiente en general.
Pero hay una tercera causa. Como terapeuta familiar, en base a mi experiencia
clínica, creo que esta causa - que tiene algo que ver con la primera - está

Año 2012, Vol 25, No 1 82


relacionada con la deficiente salud mental y emocional de los padres, y ésta, a su
vez, surge de la deficiente “salud mental y emocional” del medio ambiente y de las
“enfermedades” ecológicas que está sufriendo nuestro planeta. Márquez (2009)
habla de “la amenazante economía global, el acelerado cambio tecnológico y la
vertiginosa transformación psico-cultural vigente” (p. 57).
La lista de situaciones problemáticas que viven los niños y jóvenes es larga;
desde vivir en un ambiente hostil dentro del hogar y tener que escuchar discusiones,
quejas y pleitos entre los padres que son el producto de una mala relación dentro
del matrimonio o un mal divorcio, hasta cuando hay que mudarse de casa o de
país, o las rivalidades entre hermanos que a veces se torna estrepitosa. Puede ser
también que los padres sean padres ausentes o padres que simplemente muestran
poco interés en sus hijos, ocupados con su propia vida social y profesional, sin
reparar en su incapacidad de brindar el apoyo emocional y espiritual que necesitan
sus hijos. Esta actitud negligente e inmadura puede ser inconsciente o debida a la
ignorancia – sin contar que el tren de vida tan acelerado que se vive en la urbe lleva
al estrés y a la fatiga que impide ver la pequeña dificultad que se está convirtiendo
en un problema. Hoy en día, si el lector me lo permite, muchos consideramos que
esta actitud, con la información existente sobre el tema, es ya inaceptable. Pero así
somos los humanos.
Sin embargo, de alguna manera los padres necesitan entender que son –
somos – los primeros responsables de mucho de lo que les sucede a los hijos. Es
cierto. No existen escuelas que nos enseñen a ser padres y la mayoría nos casamos
sin saber la enorme responsabilidad que conlleva formar una familia. Rosa Barocio,
en su libro Disciplina con amor (2004), atinadamente señala que educar es una tarea
compleja, ya que, por un lado, es evidente que ya no funciona ser autoritarios como
lo fueron nuestros padres y maestros; sin embargo, por otro lado, la permisividad
trae consecuencias muy graves. Es más, muchos estamos convencidos de que la
permisividad es sinónimo de abandono. De acuerdo a Salvador Minuchin (1974),
la estructura de la familia se organiza alrededor de secuencias predecibles de
interacción. Esto involucra una serie de reglas, cubiertas o encubiertas, que gobiernan
las interacciones familiares. Y estas reglas, a su vez, están regidas por límites
universales e idiosincrásicos desde donde surgen ciertas funciones recíprocas o
complementarias. Además, está la historia particular de cada familia. Sin embargo,
esta estructura no es fácil de discernir. Por eso es que es importante observar la
secuencia, y ver cuál es nueva y cuál pertenece a su transmisión de generación en
generación. Si tomamos en cuenta que la familia es un sistema, podemos ver a los
hijos como un subsistema que se encuentra en una jerarquía inferior que la de los
padres – hasta que los hijos empiezan a pensar lo contrario… Aunque a veces, el
mayor problema es que no se sabe dónde empieza un subsistema y donde termina,

83 Psicoterapia y Familia
porque los subsistemas están indiferenciados. O sea, no hay límites. No hay
diferenciación. Y esto es un problema grave. Se vuelve sublime en el amor, cuando
nos dicen que dos personas se vuelven una sola carne… Y después de la luna de
miel – si no antes –, esto también se convierte en un problema. Minuchin piensa
que los problemas – el desorden y los trastornos – empiezan cuando los límites
entre los subsistemas, o sea, en este caso entre los padres e hijos, se vuelven rígidos.
La inflexibilidad no ayuda a la adaptación apropiada a los retos de la vida; tampoco
ayuda la flexibilidad exagerada. De modo que la difícil tarea de ser padres consiste
en buscar el equilibrio entre los límites adecuados y el interés y el amor a los
hijos.
¿Cómo somos padres?
Es necesario reflexionar sobre esta pregunta: ¿Soy padre o madre por verdadera
convicción y deseo consciente? ¿Sucedió por inercia? O fue para cumplir las
expectativas de la familia y de la sociedad? Si respondemos con honestidad
a los siguientes cuestionamientos, podremos darnos cuenta de qué manera nos
relacionamos con nuestros hijos:
- ¿Cómo es para mi hijo vivir con nosotros?
- ¿Qué le proporciona el ambiente familiar? ¿Aceptación? ¿Protección? ¿Es
escuchado? ¿Es tomado en cuenta? ¿Se siente querido?
-¿Qué tanto conozco a mi hijo? ¿Cuáles son sus gustos, anhelos, temores,
frustraciones?
-¿Según yo, qué atributos positivos y negativos tiene? ¿Cuáles son sus talentos?
¿Deporte? ¿Estudios? ¿Música? ¿Arte? ¿Ciencias? ¿Relaciones públicas? ¿Es
extrovertido o introvertido? ¿Cómo se desenvuelve con los amigos? ¿Es líder o le
gusta obedecer?
- ¿Si nos pusiéramos en su lugar, qué diría él/ella de nosotros?
- ¿Conocemos cuáles son los recursos, las fuerzas, de nuestra familia?
Una idea central de este ensayo es que un recurso importante para la salud de
padres e hijos es el horizonte de vida que se tiene. En cualquier crisis, los que tienen
menos visión son los que menos salen de ella. Y, ¿de dónde proviene esta visión?
Los biólogos nos dirían que de la cabeza. Los terapeutas familiares tendemos a
pensar más metafóricamente. Por lo tanto, es posible que estos horizontes vengan
de la “cabeza” de la familia, de los abuelos, de los padres. Y por supuesto, de ese
sistema mayor que es la ideología que nos envuelve… Podemos extendernos mucho
en esta definición, pero para propósitos prácticos, podíamos decir que el horizonte
de vida que tiene cada familia depende de su cabeza: los co-líderes padre y madre.
Por lo tanto, cabe la pregunta, ¿cómo funcionamos como padres? ¿Somos buenos
líderes?
Al empezar a abrirnos a lo humano en cada uno de nosotros y en el grupo

Año 2012, Vol 25, No 1 84


al que pertenecemos, nos vamos dando cuenta que no hay una raya que separe
perfectamente lo sano y lo enfermo, lo funcional y lo disfuncional. Muchos de los
factores que causan trastornos en la familia entre padres e hijos, que ya mencioné al
principio, pueden darse en familias “perfectamente normales”. Sin embargo, todo
depende cómo se vean estos factores, qué significado les damos. Y hay tres variables
interdependientes que maximizan la capacidad de la familia para trascender estos
problemas. 1.- Su capacidad para ver que la hostilidad del medio que los rodea es
proporcional a su respuesta a la amenaza. 2.- La riqueza del repertorio familiar para
responder a esta amenaza. Y 3.- la capacidad de la familia para producir un líder,
o sea, alguien que se defina como tal y que no ceda ante la angustia de la situación
(Friedman, en Karpel, 1986: 67).
Todas estas preguntas – y muchas más – son necesarias para facilitar el
descubrimiento de nuestros recursos y fuerzas. Hay que seguir la tradición de
observar e investigar (Montalvo, en Karpel, 1986: 114). Los padres, en realidad,
no conocemos a nuestros hijos porque no los observamos con atención, como
individuos y como parte de una familia. Habría que hacerlo en una diversidad de
situaciones, y no sólo en lo que están haciendo mal. Por lo tanto, también caben
las preguntas:
-¿Cómo abordamos sus problemas? ¿Nos enojamos impulsivamente y los
castigamos? ¿O analizamos el problema y las consecuencias de éste? Hay padres
que afirman haber intentado, por todos los medios, modificar la conducta de su hijo,
pero no perciben que es la manera en que lo han intentado lo que no ha funcionado.
O sea, como lo explica Paul Watzlawick: “la solución es el problema”.

Sugerencias que podrían contribuir a mejorar los problemas de los hijos.


- Que encuentren los padres el tiempo necesario para sentarse a analizar los
problemas de sus hijos y planear qué hacer.
-Crear un clima propicio de convivencia familiar en el que reine la comunicación,
la comprensión, el interés y el amor, evitando tenerle temor a las confrontaciones.
Como dice el glifo chino: crisis es peligro y oportunidad.
-Establecer reglas claras pero flexibles dentro del hogar, siendo la primera regla que
haya un común acuerdo entre los padres de ser firmes – firmes pero no tiránicos
– al aplicarlas, dejando un amplio espacio para discutirlas con los hijos, claro,
dependiendo de la edad. El orden y el establecimiento de ciertos límites proporciona
seguridad a los niños, y también a los adolescentes.
-Ejercer la autoridad sin abuso. Hay una gran diferencia entre ser firme y ser cruel,
insensible o perjudicial “en nombre de la disciplina”.
Para que los hijos desarrollen una sana auto-estima, para que sean respetuosos
y responsables – consigo mismos y con los demás –, necesitan sentir seguridad,

85 Psicoterapia y Familia
estabilidad y sentido de pertenencia. De allí la importancia de que los padres estén
conscientes de que la empresa de educar a un hijo es un reto que requiere de mucha
responsabilidad, constancia, esfuerzo, y hasta sacrificio – y amor, mucho amor.

Referencias biliográficas
- Busquets, R., F. Chataj, C. Chávez, A. Cortés, E. Fernández, M.E. Ibarzábal, S. London, N. Rentería
y D. Schuster (2008). La experiencia de un grupo de trabajo utilizando el enfoque colaborativo con
personas con trastornos de alimentación. Psicoterapia y Familia. (21) 1: 19-32.
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Conversando con Luigi Boscolo. Psicoterapia y Familia. 21 (2): 74-90.
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York: Basic Books.
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en la práctica sistémica. Psicoterapia y Familia. (6) 2: 7-15.
- Cecchin, G. G. Lane y W. Ray (1995). Influencia, efecto y sistemas emergentes. Psicoterapia y
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Diana.
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estudio cualitativo que vincula la investigación y el tratamiento. Psicoterapia y Familia. 22 (2):
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The Hidden Partner in Family Therapy. M.A. Karpel, Editor. Nueva York: Guiford Press. Páginas
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Año 2012, Vol 25, No 1 86


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Family Therapy. M.A. Karpel, Editor. Nueva York: Guilford Press. Páginas 93-115.
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terapia familiar en México, hoy. R. Jiménez, P. Barrientos, D. Juárez y M. Centeno (compiladores).
Tlaxcala: Universidad Autónoma de Tlaxcala-AMTF: 55-72
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comunidad judeo-cristiana. Psicoterapia y FFamilia. (11) 2: 33-39.
- von Bertalanffy. L. (1976). Teoría General de Sistemas. México: FCE.

87 Psicoterapia y Familia
Psicoterapia y Familia
Año 2012, Vol 25, No 1: 88-89

SI TUS ANCESTROS HABLARAN…

Flora Aurón*

A propósito del asesinato del hijo de Javier Sicilia

ASESINO, PERSONA, MARIONETA O ANIMAL


¿Cómo has elegido que te llamen?
¿Cómo has decidido posicionarte en éste mundo?
¿Qué has decidido hacer con tu dignidad?
¿Cómo has decidido que quede arrasada?
Seguro animal no has decidido ser, pues como bien decía el poeta: las fieras
matan porque tienen hambre, el hombre mata sin saber por qué. Manipular y ser
manipulado, ejercer el dominio, el poder, y someter se han convertido en el pan
nuestro de cada día. ¿Qué has decidido que otros hagan con tu dignidad y voluntad?
¿Qué has generado a tu alrededor? ¿Regar dolor, ser despiadado, será la única
alternativa que tienes en la vida? ¿Destrucción como forma de vida?
¿Será que generar terror, horror, hagan que más y más personas queden a
merced de la desesperación y la desesperanza?
¿Será que el esparcir dolor por doquier sea una forma de controlar a través
del miedo y garantice, así, que más y más personas opten por recurrir a la droga
como anestésico, para intentar sobrevivir en este panorama del mundo que se ha
estado generando? ¿Acaso esto garantizará que miles de millones de dólares llenen
las arcas, cuentas y bolsillos de muchos? ¿Aunque el costo “sólo sea” que su alma,
mente y espíritu se paupericen exponencialmente?
¿Será ésta la forma que tienen de honrar o castigar a sus progenitores y sus
ancestros? Si éstos estuviesen mirando, atisbando desde el más allá, ¿estarían
contentos, regocijados de orgullo por tanto asesinato y tanta intoxicación de droga
que has logrado? ¿Por los intentos de marchitar las vidas y los espíritus de los
semejantes? ¿Sentirán vergüenza? ¿O te dirigirían acaso unas palabras para que
decidas intentar recuperar tu dignidad y la de tus ancestros que ha quedado arrasada y
denigrada? ¿Te invitarían a pensar qué decides dejar de herencia a tus descen-

_____________________________
* Doctora en psicología. Psicoanalista de grupo. Terapeuta Familiar (ILEF). Docente y supervisora.
Email: florauz05@yahoo.com

Año 2012, Vol 25, No 1 88


descendientes? ¿Sangre, dolor, dignidad, respeto o esperanza??? ¿Te dirían que el
que siembra vientos cosecha tempestades? ¿O acaso te dirían que estas acciones van
contra un orden de la naturaleza, que van en contra la ética, la moral, lo espiritual
y la conciencia?
Te invitarían a pensar, quizás, en cómo has permitido que la ilusión de poder
o la fuerza del resentimiento degraden tu dignidad a tales extremos, haciendo de
ti una marioneta que, si bien está lujosamente ataviada, se encuentra simplemente
desprovista de vida. O tal vez iluminarían tu mente, diciéndote que cuando nos
dedicamos a anestesiar la mente de los otros seguramente es porque buena parte de
la nuestra mente ha sido anestesiada y nos ha hecho perder de vista que hay otras
partes iluminadas, que pueden florecer dentro nuestro y hacer florecer a nuestro
alrededor.
¿Será que podemos elegir ser dignos de consideración con nosotros mismos
y nuestros semejantes, con nuestro mundo y nuestro ambiente? ¿Será que podemos
elegir heredar un mundo distinto?

ASESINO, PERSONA, MARIONETA O ANIMAL:


¿Cómo has elegido que te llamen?
¿Cómo has decidido posicionarte en este mundo?

89 Psicoterapia y Familia
TOMANDO NOTA

Mi libro habla de cómo el Internet forma y


deforma nuestra vida social e intelectual.
Otros tmabién tienen esta preocupación: You
are not a Gadget de Janet Lanier, sobre cómo
las redes sociales minan nuestra creatividad;
Hamlet’s Blackberry, sobre cómo el ruido
constante de los dispositivos digitales ahogan
los placeres más callados de la vida; y otros
títulos - Overconnected y The Net Delusion
- y Alone Together de Sherry Turkle, investi-
gan la inquietante posibilidad de cómo justa-
mente las tecnologías que buscan unirnos nos
desvinculan... O sea, hay grandes críticas a la
Red que vienen de personas serias y profesio-
nales. ¿Que son los smartphones sino riendas
que nos atan a ellos? Sin embargo, hay que
aceptarlos, sigue el auge del Internet. Lo que
importa, pues, es estar atentos a lo nos ben-
eficia al igual que a lo que nos daña. Y que
de las corrientes culturales poderosas surgen
justamentes otros movimientos igualmente
poderosos que se les oponen...

REJ

Esto es lo que dice Nicholas Carr en su interesante libro The Shallows:


What the Internet is doing to our Brains... libro que merece la pena
leerse - una luz de alarme en el actual debate sobre el poder y el peligro
de la tecnología... Elocuente. Esencial. Provocativo.

Año 2012, Vol 25, No 1 90


ESQUELAS

PSICOTERAPIA Y FAMILIA y la AMTF le ofrecen sus más sentidas


condolencias a nuestra colega y amiga, la Dra.
EMMA ESPEJEL ACO
por la pérdida de su sobrina:
LAURA ELENA CARRILLO ESPEJEL
México, D.F., octubre 2011

PSICOTERAPIA Y FAMILIA y la AMTF extienden su más sincero pésame


a nuestra compañera, la Dra.
MARÍA DEL PILAR MARTÍNEZ
por el sensible fallecimiento de su señora madre:
MARÍA DE JESÚS NAVARRO GÓMEZ
y de su señor padre:
MELECIO MARTÍNEZ INFANTE
México, D.F. 2 y 11 de octubre 2011

PSICOTERAPIA Y FAMILIA e ILEF le dan su más sincero pésame a


nuestra compañera y colaboradora
ADRIANA SEGOVIA URBANO
por la pérdida de su madre
ALICIA URBANO FLORES
14 de noviembre 2011

PSICOTERAPIA Y FAMILIA e ILEF se unen a la pena de


nuestra amiga y colaboradora
LILIAN NURKO
por la pérdida de su padre
ABRAHAM NURKO
fallecido el 7 de diciembre de 2011

PSICOTERAPIA Y FAMILIA, la AMTF e ILEF se unen a la pena de


nuestra colabodora y amiga, la Dra.
OFELIA DESATNIK MNIECHIMSKY
por la sensible pérdida de su señor padre
MIGUEL DESATNIK BRANTMAN
México, D.F., 22 de diciembre 2011

91 Psicoterapia y Familia
PSICOTERAPIA Y FAMILIA e ILEF
Se unen a la pena de nuestra compañera,
amiga y colaboradora
GUADALUPE ARRIAGA DIEZ
y de su familia
Por la pérdida de su madre, doña
MARÍA GUADALUPE DIEZ COSSIO
Fallecida el 30 de marzo de 2012.

PSICOTERAPIA Y FAMILIA e ILEF


Se unen a la pena de nuestra compañera,
amiga y colaboradora
ADRIANA MÉNDEZ ACOSTA
y de su familia
Por la pérdida de su madre, doña
DELIA ACOSTA
Fallecida el 2 de abril de 2012.

PSICOTERAPIA Y FAMILIA, AMTF e IFAC


Le extienden su más sentido pésame a la
FAMILIA FERNÁNDEZ
Por el fallecimiento de nuestro colaborador
ARTURO FERNÁNDEZ BONFIL
México, D.F. abril de 2012

Año 2012, Vol 25, No 1 92


ANUNCIOS

CENTRO DE TERAPIA FAMILIAR Y DE PAREJA invita:


- al DIPLOMADO INTERNACIONAL EN TERAPIA BREVE Y FAMILIAR
con Peter Fraenkel:
La paleta terapéutica: Un enfoque interrogativo en terapia de pareja.
16 y 17 XII 2011. Tels. 01 222 232 66 34 / 296 68 96 www.cefap.com
- al SEGUNDO CONGRESO INTERNACIONAL
con Giorgio Nardone, Mateo Selvini y Paolo Bertrando:
Terapia Breve y Familiar: Buscando los caminos de la integración
29-31 III 2012. http://www.cefap.com/congreso2012.html
- y, junto con la AMTF, a:
Terapia de Pareja de la Modernidad a la Posmodernidad
con Paolo Bertrando de la Escuela de Milán
27 III 2012, en el Colegio de Ingenieros Civiles de México. Tel.: 5658-0146.
Cel.: 04455-2967-5553. Correo electrónico: amtf_56@yahoo.com.mx

INSTITUTO KANANKIL y el TAOS ISTITUTE invitan:


Prácticas colaborativas más allá de las fronteras culturales
20-23 III 2012, Mérida, Yucatán. http://www.kanankil.org/esp

20th WORLD FAMILY THERAPY CONGRESS


21 - 24 de marzo 2012
Sheraton Wall Centre, Vancouver, Canada. http://www.ifta-congress.org/

Maurizio Andolfi, de la Accademia di Psicoterapia della Famiglia invita


al SEGUNDO FESTIVAL INTERNACIONAL DE TERAPIA FAMILIAR
Niños y adolescentes al margen.
Dilemas culturales para las profesiones de ayuda
en Roma, 7, 8, 9 de junio, 2012. www.accademiapsico.it
http://www.accademiapsico.it/web/festival%202012%20programma%20inglese.
pdf 00161 Roma - V. G.A. Guattani, 15. Tel. 06 44 233 273/44 233 030

GRUPO CAMPOS ELÍSEOS invita:


Una experiencia de supervisión polifónica
con Harlene Anderson, Ph.D.: 25 v 2012
www.grupocamposeliseos.com

93 Psicoterapia y Familia
El EVANSTON FAMILY THERAPY CENTER y
GRUPO CAMPOS ELÍSEOS invitan a Terapias Narrativas y Colaborativas
Con Jill Freedman y Gene Combs
9 y 10 III 2011. www.grupocamposeliseos.com

ILEF invita a los talleres de educación continua:


- Milán: Evolución y transformación del modelo en 40 años
Coordinador: Gerardo Reséndiz. Inicia 25 XII 2011
- El duelo. Una experiencia universal.
Imparte: Esther Althaus y el equipo CECFAM. 28 de enero de 2012.
- Algunas reflexiones sobre intertextualidad
Imparte: Marta Lamas. 10 II 2012
- Taller internacional con Jessica Benjamin. 24 y 25 II 2012
- Descúbrete a través de tu genograma
Coordinadoras: Esther Althaus y Sara Salzman. 2 y 3 III 2012
Des-sensibilización y reprocesamiento con estímulo bilateral terapéutico
Imparte: Luciana Weissmann. 28 III 2012.
Informes: difusion@ilef.com.mx Tel. 56 59 05 04; 55 54 56 11

IFAC invita a los talleres de educación continua.


- De lo clásico a lo contemporáneo en terapia familiar
Coordinador: Ana Laura Treviño. 22 X 2011.
- El psicodrama y la terapia familiar. Acción para una reacción.
Imparte: Alejandra Esquivel. 14 I 2012
- Neurociencias y psicoterapia
Coordinador: Jorge Miguel Ibarra Puig. 11 II 2012
Curso-Taller de investigación
Imparte: Emma Espejel. 3 III 2012
- Terapia médico familiar
Imparte: Terry Weisz Fidel. 17 III 2012
http://amtf.com.mx/mailman/listinfo/lista_amtf.com.mx

CAIPSI se complace en invitarlos a su curso taller: El arte de preguntar.


25 XI y 9 XII 2011. http://www.wix.com/patycadena/caipsi Tel. 52 116958

El Taller Internacional de Prácticas Narrativas Imparte: Maggie Carey


Puebla, Hotel Villas Arqueológicas, San Andrés, Cholula.
25 y 26 XI 2011. colectivotn@gmail.com Tel. 01 (951) 514 03 25

Año 2012, Vol 25, No 1 94


INSTITUTO PERSONAS:
Especialidad en Psicoterapia de Pareja y Familia
a partir del 27 II 2012. Informes@institutopersonas.org

IFAC:
MAESTRÍA EN TERAPIA FAMILIAR
Inicia sábado 11 y lunes 13 II 2012.
Informes: Tel. 5550-05-46 y/o 5550-47-57 Web: www.ifac.edu.mx
Correo: ifac@prodigy.net.mx ensenanza_ifac@yahoo.com.mx

CENTRO ERICKSONIANO DE MÉXICO MÉXICO:


Diplomado y maestría en hipnósis.
Av. Colonia del Valle 618, México, D.F. y Cuernavaca.
Tels.: 9500-6262, 8500-6767.
Cem@grupocem.edu.mx www.hipnosis.com.mx

CAIPSI:
Diplomado en Terapia Breve
Informes: Amatlán 51-A. Col. Condesa. México, D.F. Tel.: 52 11 69 58
correo: cadenapatricia@caipsi.com.mx

CLIMA:
Diplomado en terapéutica del síndrome de Asperger
Informes: (55) 5611 8541, 5615 0615 clima_ac@hotmail.com
www.asperger.org.mx

El INSTITUTO MEXICANO DE PSICOANÁLISIS informa:


Maestría en Psicoanálisis
Odontología # 9 Col. Copilco Universidad. Tel.: 5658-9822 o al 5659-3524.
e-mail: insmexps@prodigy.net.mx site: www.impac.org.mx

95 Psicoterapia y Familia
Margarita E. Araujo y Medicina del dolor y cuidados paliativos
invitan al Simposio precongreso de dolor preoperatorio
7 y 8 XI 2011. Centro Médico ABC. Tel. 5271-3733

CENTRO DE SALUD Y BIENESTAR CASCADA invita a:


Vivir es transformarse, para personas con enfermedades crónico-degenerativas.
- La oxidación con dióxido de clorina (C102).
Con: Dr. Luis R. Fernández: 22 II 2012
- Efectos sociales en pacientes con enfermedad crónica.
Con: Dr. Alejandro Águilar. 29 II 2012
- Relajación y visualización guiada
Imparte: Maestra Irma Gallegos. 7 III 2012
Informes: 56-58-90-60; 56 59 63 01; 56 59 82 09.

Sylvia London y Marifer Benabib, GRUPO CAMPOS ELÍSEOS ELÍSEOS,


coordinadoras del “Proyecto de bullying-convivencia escolar”, invitan al taller:
Reflexiones y aplicaciones prácticas. Imparte: Nora Rodríguez. 24 II 2012
Tel. 5280-1795 gcemex@yahoo.com

KALAMAS invita:
La prisión de los apegos y la liberación espiritual
25 II 2012. TIJUANA, B.C. en Casa Dakini
Kalamas.org kalamasadak@kalamas.org Casa Bodhi: casabodhi@gmail.com

MONTAÑA DESPIERTA: Espacio para la meditación inspirada en el Zen


Retiro Zen con Burai Rick Spencer. 9-11 III de 2012
Juárez 103 interior A. (entre Azueta y Betancourt). Xalapa, Veracruz.
Informes: 52/01-228-8183069. sstern@prodigy.net.mx http://www.mdzen.com

LA MONTAÑA te invita al Taller para Especialistas: Divorcio sin destrucción


Imparte: Dra. Elana Katz del Instituto Ackerman de la Familia de Nueva York
25 III 2012. Informes al 56168552 55505118

Tai Chi Familia Yang. Retiro Anual en México


con el Gran Maestro Yang Jun
26-29 IV 2012. www.Taichi.org.mx

Año 2012, Vol 25, No 1 96


CONSEJO MEXICANO DE TERAPIA FAMILIAR
(CON CAMBIO DE DIRECTIVOS)
NUEVO ANUNCIO (del vol 24-2)

97 Psicoterapia y Familia
IFAC

Año 2012, Vol 25, No 1 98


ILEF

99 Psicoterapia y Familia
DIPLOMDO EN TERAPIA MÉDICA FAMILIAR

La Asociación Mexicana de Terapia Médica Familiar en convenio con


el Hospital Ángeles Lomas, organiza la Cuarta Generación de un curso
vanguardista de postgrado en esta nueva disciplina en Terapia Médica Familiar,
cuyo enfoque terapéutico es basado en un modelo sistémico, psicodinamico,
biopsicosocial, colaborativo y espiritual.

Dirigido a terapeutas familiares, terapeutas de pareja, psicoterapeutas, psicólogos,


psiquiatras, médicos, fisioterapeutas, enfermeras y otros profesionales que trabajen
en el campo de la salud.

Profesores invitados:
1. Médicos Colaboradores del Hospital Ángeles Lomas.
2. Médicos especialistas del Sector Salud Publica
3. Terapeutas Medico familiares de otros países.
4. Terapeutas Familiares.
4. Docentes expertos en temas relacionados a la Terapia Médica familiar.
5. Terapeutas Médico Familiares egresados del Diplomado en TMF.
6. Docentes especializados en Medicina Complementaría.
7. Sistema de Enfermería del Hospital Ángeles Lomas.
Inauguración: martes 7 de septiembre del 2010. Duración: 22 encuentros.
Sede: Auditorio Olegario Vázquez Raña. Hospital Ángeles de Interlomas.
Informes: Unidad de Terapia Médica Familiar. Hospital Ángeles Lomas
52465000 ext. 5121
tmedfamdiplomado@yahoo.com
Coordinadora y supervisora: TMF. Terry Weisz Fidel
Asistente de la coordinación: TMF. Mauricio Aguilar

Año 2012, Vol 25, No 1 100


PERSONAS

101 Psicoterapia y Familia


INSTRUCCIONES PARA EL AUTOR

Psicoterapia y Familia es el órgano oficial de comunicación de la Asociación Mexicana de


Terapia Familiar, A.C. (AMTF). Sus objetivos son: desarrollar los campos del conocimiento y la
comunicación en terapia familiar y abarcar los diferentes sistemas que influyen en ella: la cultura,
la sociedad, la familia, la pareja y el individuo.

NORMAS PARA LA ACEPTACIÓN DE MANUSCRITOS


Se aceptan trabajos originales sobre terapia familiar y áreas afines en los campos de la salud mental
y las ciencias sociales. Los manuscritos serán recibidos en el entendido de que no han sido enviados
simultáneamente a otro medio de publicación, sea revista, libro o equivalente.

SECCIONES
TEORÍA: procesos sociales y/o culturales, familiares, de pareja, individuales y teoría de la
técnica.
CLÍNICA: análisis de casos y procesos terapéuticos.
INVESTIGACIÓN: teórica, cuantitativa, cualitativa, o ambas, y desarrollo de instrumentos;
sobre procesos sociales y/o culturales, familiares, de pareja e individuales, incluida la persona del
terapeuta, estudios de campo y estudios clínicos.
ENTRENAMIENTO: procesos de enseñanza-aprendizaje.
DIÁLOGOS: entre terapeutas, con otras disciplinas y aportaciones de estudiantes o comentarios
sobre artículos anteriores.
RESEÑA DE LIBROS: escritos en español u otro idioma.
APORTES MULTIDISCIPLINARIOS: relacionados a nuestro campo de interés.

ESTRUCTURA DE LOS MANUSCRITOS


Teoría, clínica, investigación y entrenamiento: extensión máxima de 25 cuartillas (equivalentes
a 7500 palabras o 35000 caracteres), incluida la bibliograf
bibliografía.
Resumen inicial en español e inglés de 100 palabras máximo cada uno.
Palabras clave (key words) que describan conceptos centrales del texto. Máximo cinco.
Contenido: planteamiento del problema y objetivos, introducción, marco conceptual, metodología
y/o procedimientos generales, análisis de resultados o discusiónn y conclusiones. La bibliograf
bibliografía,
al final y en orden alfabético, de acuerdo al Manual de estilo de publicaciones de la American
Psychological Association, adaptado al español por la Editorial Manual Moderno (1988).
Diálogos: extensión máxima de dos cuartillas (equivalente a 600 palabras o 2800 caracteres).
- Cada manuscrito se revisa a ciegas por 3 asesores del Consejo Editorial; es aceptado o rechazado.
- Si se envía por correo ordinario, favor de enviar cuatro copias en papel blanco bond a doble
espacio, con márgenes de 3.5 cm., renglones de 60 caracteres y páginas de 25 renglones.
- El autor conservará el original. Sólo una copia deberá incluir los datos completos de los autores,
con sus grados académicos y referencias institucionales, y cómo desean aparecer en la revista, los
cuales se marcarán en una nota al pie de la primera página a partir de un asterisco (*) que aparece
antes del nombre de los autores. Favor de anexar la dirección, teléfono, fax y correo electrónico.
- Si es posible, incluir una copia completa en disquette HD, formato de Word (doc).
- Para la redacción de manuscritos, la revista se basa en el Manual arriba mencionado. Los trabajos
deberán ser escritos de manera clara y concisa, con una gramática tica y ortograf
ortografía adecuadas, con un
mínimo de jerga coloquial y los términos en idioma diferente al texto en cursivas. Sólo las deficiencias
con respecto a lo anterior serán corregidas, puesto que la redacción, el estilo y el contenido del

Año 2012, Vol 25, No 1 102


artículo son exclusiva responsabilidad del autor (autores).
tipografía deberá ser Standard
- La tipograf Standard, o sea, Times New Roman de 12 puntos.
- La confidencialidad del paciente (pacientes) deberá ser protegida en el reporte de casos.
- El resultado de la revisión de los manuscritos se enviará por correo electrónico, y será inapelable.
- El autor (autores) tendrá quince días para hacer las correcciones necesarias.
- Una vez aceptado el artículo para su publicación, se procederá a formatearlo siguiendo el estilo de
la revista, y pasará a ser copyright de Psicoterapia y Familia.

BIBLIOGRAFÍA
La bibliograf
bibliografía es responsabilidad de los autores, a ser redactada en orden alfabético al final del
artículo, de acuerdo al Manual, y cotejada con las fuentes originales.
Referencias en el texto
- Trabajo por un solo autor: apellido y fecha de publicación. Ej.: Rogers (1994) comparó los…
- Trabajo por autores múltiples: apellidos y fecha de publicación en la primera cita. Ej.:
Wasserstein, Rosen, Zapulla y Gerstman (1994); en la siguientes: Wasserstein et al. Si son más de
cinco autores citar sólo al primero; el resto aparecerá en la bibliograf
bibliografía. Si son sólo dos, citarlos
siempre a ambos.
- Cuando se cita a un autor dentro del texto, se escribe entre paréntesis el apellido del autor (autores)
y el año de publicación. Ej.: (Rogers, 1994). Si la cita es textual, al final de ésta se pone el número
de la página(s). Ej.: (Rogers, 1994, pp 3-7).
Formas generales para la lista bibliográfica
Incluir los apellidos completos y las iniciales de todos los autores, además de los nombres y
referencias completas de revistas, libros y artículos citados. Incluir los números de las páginas de
los artículos citados.
Ejemplos
- Wasserstein, A.A., P. Rosen, J.P. Zapulla y M. Gerstman (1994). Aprendiendo a escribir artículos.
Psicoterapia y Familia. (1) 1, 13-61.
- Rogers, M. y M. Foucault (2000). El crimen y la familia. España: Paidós.
- Para citas de publicaciones electrónicas, favor de utilizar la norma del International Standard ISO
690-2. International Organization for Standarization. Ottawa, Canadá.

NOTAS
La nota debe estar señalizada con el número apropiado, colocado en la parte superior derecha
de la última letra de la palabra a la que se refiere el texto. La lista de notas, con sus números
correspondientes, deberá ser incluida al final del texto, antes de la bibliograf
bibliografía.
ENCABEZADOS
Psicoterapia y Familia emplea un formato de encabezados cortos. Dentro del texto pueden existir
tres niveles de encabezados; los principales escritos en negritas.
TABLAS E ILUSTRACIONES
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103 Psicoterapia y Familia

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