M14. U3. S7. Actividad 2. Temas y Conflictos en El Derecho Internacional Público
M14. U3. S7. Actividad 2. Temas y Conflictos en El Derecho Internacional Público
M14. U3. S7. Actividad 2. Temas y Conflictos en El Derecho Internacional Público
Temas y
conflictos en el Derecho
Internacional Público.
Estudiante: Fernando Avila Castro.
Matrícula: ES162000250
Escuela: UnADM.
Programa educativo: Licenciatura en Derecho.
Nivel: Licenciatura.
Módulo 14: Internacionalización del Derecho en su ámbito público.
Unidad 3: El Derecho Internacional Público ante los desafíos actuales.
Sesión 7: Problemáticas internacionales.
Actividad 2: Temas y conflictos en el Derecho Internacional Público.
Docente: Mtro. Alberto Vega Hernández.
Fecha: 17 de septiembre de 2018
Desarrollo
La experiencia mexicana en la solución de controversias internacionales
Registro Sanitario
INFORME Final del caso El Salvador vs México-Medidas vigentes y/o tendientes para el
otorgamiento del registro sanitario y acceso a medicamentos.
El 29 de junio del año 2000 se suscribió el Tratado de Libre Comercio entre los Estados
Unidos Mexicanos y las Repúblicas de El Salvador, Honduras y Guatemala (TLC). En la
misma fecha se suscribieron por parte del Doctor Herminio Blanco Mendoza, Secretario
de Comercio y Fomento Industrial de México, y el Ingeniero Miguel Ernesto Lacayo,
Ministro de Economía de la República de El Salvador, las cartas de entendimiento (Cartas
Paralelas) en relación con los procedimientos para otorgar el registro sanitario para los
bienes que lo requieran de conformidad con el capítulo XV, Medidas Relativas a la
Normalización, del TLC.
“México publicará, en un plazo no mayor de dos años a partir de la entrada en vigor del
Tratado, las reformas necesarias para permitir que los fabricantes de medicamentos de El
Salvador, Guatemala y Honduras, directamente, o por conducto de sus comercializadores
o distribuidores, puedan solicitar, y en caso de cumplir con los requisitos establecidos en
la legislación nacional, obtener el registro de medicamentos en condiciones que
garanticen el trato nacional, de conformidad con el artículo 15 – 10 del Tratado.”
[ CITATION DOF06 \l 2058 ]
Sin embargo, el fruto de la globalización neoliberal que lideran y defienden los grandes
ejes e imperios de dominio económico, político y financiero a escala mundial, ha
incrementado la desigualdad y la brecha existente entre los países y ha provocado una
expansión de la pobreza, de la exclusión, de la sobreexplotación de recursos.
Así pues, a pesar de que la globalización se ha ido solidificando y condensando dentro del
sistema económico mundial, ha sido centro de muchas críticas, no sólo desde la periferia
sino también desde su mismo yacimiento.
Es necesario reorientar las políticas internas de tal forma que se enfoquen, no en evadir el
actual proceso, sino en afrontarlo y poder crear las bases y cimientos para insertarse y
adaptarse a los constantes cambios mundiales.
En este orden de ideas, dicha realidad permite proponer y buscar una vía alternativa al
proceso de globalización, ya que los problemas que impactan a la mayoría de las
economías se agudizan y se transmiten rápidamente; es por ello que el proceso de
integración se presenta como una política que se discute con asiduidad ya que dicha
estrategia busca que las economías suprimidas por el actual contexto mundial puedan
entrar firmes en el plano de un desarrollo sustentable y sostenido que sea además
armónico y simétrico con el resto de las economías desarrolladas, para poder equilibrar y
subsanar la desigualdad que predomina y se acrecienta en algunos países.
En efecto, la integración se concibe como una estrategia que va más allá de una óptica
centrada exclusivamente en el ámbito comercial; implica además una corriente donde el
desarrollo humano y el bienestar de los pueblos sean el norte de todos los objetivos.
Ello, sin embargo, no implica eludir o ignorar los esfuerzos e intentos que se han
manejado en algunas regiones; se ha comenzado por tomar esta iniciativa como una
salida viable y factible a la actual situación de recesión e inestabilidad del crecimiento
mundial.
Es por ello que se considera urgente y necesario plantear dentro del proceso de
planificación regional de cada país esta política, como mecanismo que pueda, no sólo
neutralizar los efectos nocivos, sino también fortalecer y absorber los efectos positivos del
inevitable proceso de globalización.
Para que dicha política se lleve a cabo, se deberían tomar medidas y decisiones que giren
en torno a las necesidades y exigencias de cada uno de los miembros del proceso, de
forma tal que este sea equitativo y defienda, además, los intereses de cada una de las
partes sin perjudicar a otros; es decir, que no sea un “juego de suma cero”.
Así pues, se afirma que es casi imposible que economías débiles y sensibles exploren
caminos y tomen decisiones individuales dado que la incidencia política y económica para
influenciar en el sistema internacional es poco efectiva.
Es por este motivo que la integración ofrece los “planos” para edificar las economías
futuras, permitiendo así que dicha construcción sea un proceso de ingeniería conjunta que
permita desarrollar un bloque con potencialidades y capacidades, de manera tal que estas
regiones puedan conformar e integrar el actual comercio internacional y disfrutar de sus
beneficios.
De lo contrario, los efectos que se deriven pueden ser desventajosos para unos y
ventajosos para otros.
Es por ello que para lograr esta paridad y consonancia entre los cuerpos económicos,
debe iniciarse una serie de transformaciones y reestructuraciones internas, entre las
cuales cabe destacar la diversificación del aparato productivo, es decir, romper en cierta
magnitud con la dependencia y la deformación estructural que sucumbe y caracteriza a
los sectores productivos en regiones subdesarrolladas, como en el caso de América
Latina.
Por tal motivo, deben buscarse nuevos mercados y fortalecer las relaciones comerciales
que promuevan la integración para dilucidar nuevos horizontes.
Terrorismo
¿Qué autoridad moral tiene Arabia Saudita a la hora de acusar a Qatar de apoyar el
terrorismo y el fundamentalismo islámico?
Las acusaciones en contra de Qatar que sirvieron para justificar la reciente ruptura de
relaciones entre la pequeña nación del Golfo Pérsico y varios de sus vecinos no son
precisamente nuevas.
Pero lo que puede haber sorprendido a muchos es que fuera Arabia Saudita la que
liderara la arremetida en contra del gobierno de Doha, acusándolo de financiar grupos
islamistas y apoyar el terrorismo.
Tensión en el Golfo: seis países árabes cortan relaciones con Qatar acusándolo de
respaldar al terrorismo
Después de todo, acusaciones muy similares siempre han pesado sobre el gobierno de
Riad, en contra del cual el actual presidente de Estados Unidos también arremetió durante
la pasada campaña electoral.
"¿Quién destruyó el World Trade Center? No fueron los iraquíes, fueron los sauditas.
Miren a Arabia Saudita, abran los documentos", dijo en febrero de 2016 Donald Trump.
En su discurso el entonces candidato llegó a sugerir que funcionarios de ese país habían
sido cómplices de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Menos de un año y medio después de esas explosivas declaraciones, Trump hizo de Riad
el destino de su primer viaje oficial como presidente de EE.UU. y firmó millonarios
acuerdos para la venta de armas.
¿Significa eso que estaba errado Trump y que Arabia Saudita no hace lo mismo de lo que
acusa a Qatar y ya no apoya ni financia, directa o indirectamente, a grupos islamistas
acusados de vínculos con el terrorismo?
Gas natural, rascacielos y mucha ambición: Qatar, el pequeño emirato cuya política
exterior está sacudiendo el golfo Pérsico
Narcotráfico
Presentación del problema
El narcotráfico: un problema sin fronteras y bajo el ‘efecto globo’
Un tema habitual cuando se intenta explicar la globalización es el de los denominados
problemas sin fronteras. Se trata de problemas que tienen su origen en más de un Estado
y que, por ende, no pueden ser resueltos sin una cooperación eficaz entre los Estados
involucrados.
El narcotráfico es un buen ejemplo de un problema sin fronteras, en el cual opera además
el denominado efecto globo. Éste a su vez explica por qué la guerra contra el narcotráfico
nos hace recordar las trincheras de la Primera Guerra Mundial: tras haberse librado
durante unas tres décadas, la línea del frente permanece virtualmente en el mismo lugar.
El tema del efecto globo puede explicarse con un par de ejemplos. El primero de ellos se
refiere a las rutas de comercialización: cuando se neutraliza una, poco tiempo después se
abre otra. Hasta la década del 90, por ejemplo, la producción peruana de hoja de coca y
de pasta básica era transportada a través de avionetas hacia Colombia, donde era
convertida en cocaína antes de ser internada en los Estados Unidos, a través de rutas
que atravesaban el Caribe. Cuando el Estado peruano comenzó a cooperar con Estados
Unidos para detener (o incluso derribar) esas avionetas, y cuando el Estado colombiano
comenzó a cooperar con los Estados Unidos logrando incautar una proporción creciente
de esa droga, el negocio sin embargo no sufrió mayores estragos. La producción de hoja
de coca y de pasta básica del Perú comenzó a ser transportada hacia la costa norte del
país, para partir por vía marítima hacia México, donde nuevos carteles se encargaron de
introducir la droga al mercado estadounidense por otras rutas.
El segundo ejemplo que explica el efecto globo es el del desplazamiento en las zonas de
producción: cuando la producción se reduce a un país o una región de esa nación,
habitualmente ésta se desplaza hacia algún país vecino o hacia otras regiones del mismo
país. En el caso del Perú, por ejemplo, cuando la producción de hoja de coca en zonas
como el Alto Huallaga comenzó a reducirse por efecto de diversas políticas públicas
(desde la erradicación forzosa hasta la sustitución de cultivos), ésta se desplazó hacia el
valle de los ríos Apurimac y Ene (región conocida por las siglas VRAE).
Delincuencia organizada
Presentación del problema
La lucha contra la delincuencia organizada transnacional en las Américas: liderazgo de
México en la OEA
En los últimos años la operación de la delincuencia organizada en el orbe se ha
caracterizado por la diversificación de sus actividades ilícitas. La globalización económica
y comercial, los flujos internacionales de personas, la desaparición de controles
fronterizos, el surgimiento de nuevos mercados, la facilitación de las comunicaciones y el
auge de la Internet han sido aprovechados por los grupos criminales para la expansión de
sus actividades y la formación de alianzas para delinquir.
Aunado a lo anterior, la delincuencia organizada ha seguido valiéndose de la corrupción
como medio facilitador de sus actividades. A partir del fin de la guerra fría los Estados de
Europa del Este y Asia Central se han visto especialmente expuestos a la operación de la
delincuencia organizada. En otras regiones la delincuencia organizada agrava y coadyuva
a la generación de conflictos, contribuye a las condiciones de inseguridad y hace relativo
el control de Estado, lo que genera inestabilidad e impunidad, al grado de poner en peligro
la estructura institucional de los gobiernos y la gobernabilidad.
Un esquema de impunidad frente a grupos de delincuencia organizada favorece el
enriquecimiento ilícito de funcionarios públicos, abre auténticas industrias basadas en el
crimen, las cuales se diversifican y ocultan a través del lavado de dinero, creando
importantes mercados lucrativos en diversos sectores productivos.
Al contar con importantes recursos, la delincuencia organizada es cada vez más
difícilmente detectada. El uso de nuevas tecnologías en delitos de tráfico, como la
realización de fraudes a través de y en la Internet, representa ganancias multimillonarias
para la industria del crimen.
El tráfico de seres humanos, ya sea trata de personas o tráfico de migrantes, se ha
convertido en un negocio multimillonario en el planeta. La trata de personas, forma
contemporánea de la esclavitud, se desarrolla de manera creciente en el orbe ante la
mirada impasible de países de origen, de tránsito y, sobre todo, de destino de las víctimas
en donde son explotadas sexualmente o esclavizadas laboralmente. La industria del
secuestro es asimismo fuente de importantes ganancias para los grupos delictivos.
Mención especial merece el tráfico de armas pequeñas y ligeras, toda vez que son
herramientas esenciales para la operación de la mayoría de los crímenes antes
señalados. Con respecto a este tema existen distintas aristas que deben ser abordadas.
Por una parte, el tráfico ilícito pretende ser controlado por los Estados productores de
armas; sin embargo, la mayoría de las armas decomisadas a la delincuencia organizada
proviene del mercado lícito, puesto que son adquiridas de forma legal en los mercados
más permisivos, y posteriormente se desvían a los canales ilícitos. La operación de los
grupos de delincuencia organizada transnacional ha cambiado. Las últimas tendencias
identifican grupos pequeños de delincuentes que han desarrollado “especialidades”. De
este modo, los grupos se han ido perfeccionando y establecen alianzas estratégicas con
otros grupos especializados en determinada área de operación criminal.
[Hipótesis de trabajo]
Artículo cortesía del Dr. Asdrúbal Aguiar Aranguren: Presidente del Instituto
Latinoamericano de Bioética y Derechos Humanos
Asdrúbal Aguiar
Doctor en Derecho (Summa cum laude)
Profesor Asociado de la Universidad Católica Andrés Bello