Ejercicio Gestalt
Ejercicio Gestalt
Ejercicio Gestalt
Note las dificultades y resistencias que surgen. ¿Por qué dejó de hacer este
ejercicio cuando lo hizo? ¿Estaba cansado? ¿Se quedó con la mente en blanco y
dejó de formar frases? ¿Se puso a fantasear o a deambular en ensoñaciones? Si es
así ¿A dónde tiende a ir? (Algunas personas encuentran que es como si estuvieran
en el pasado o en el futuro, sin darse cuenta de que es aquí y ahora donde
recuerdan el pasado o anticipan el futuro).
Repita el ejercicio de nuevo utilizando todos sus sentido, describa todo lo que está
pasando y si usted se siente distante, cercano o dentro. Entonces reflexione sobre:
¿Cuál es su realidad? ¿La puede sentir? ¿Puede sentir que es suya?
Con la práctica, ya no será necesario que verbalice de esta manera para mantener
la disciplina de la conciencia del aquí y ahora. Para volver a adquirir la plena
sensación del momento, diríjase a lo verdaderamente relevante, esa es una
experiencia de gran impacto. La sensación de miedo por la compresión de la
realidad de estar vivo es superada. Ya no es necesario modificar o suprimir la
verdad. Practique el ejercicio fuera de sesión en circunstancias diversas, pero
mantenga un registro por escrito para abordarlo más tarde.
Para que algo se note, se debe distinguir del fondo. Bajo esta idea, no seríamos
conscientes de muchos acontecimientos si sus contrarios no existieran; si el día no
se pudiera distinguir de la noche, esta distinción no se hubiese hecho y nos
faltarían las palabras correspondientes.
Con algunos pares es posible que usted haya encontrado que había fenómenos
que encajaban en posiciones intermedias. Por ejemplo, “comienzo - fin” tiene un
rango intermedio, “medio”; el “pasado - futuro” tiene “presente”; “amor - odio”
tiene “indiferencia”. Esto constituye un punto “neutral” o “cero” en la continuidad.
En una escala numérica los valores disminuyen hasta llegar a cero, más allá de
cero, se incrementan de nuevo como valores negativos. En el punto cero de un
continuo (o dicotomía de alternativas) uno se da cuenta y se interesa por las
posibles situaciones que se extienden en ambas direcciones. Uno se siente atraído
a actuar, pero todavía no está comprometido hacia ninguna de las partes.
El trabajo de los ejercicios de este libro está destinado a darse cuenta de los
conflictos dentro de su propia personalidad y cuáles son las circunstancias que los
reactivan. El objetivo es reintegrar las partes desintegradas para poder así
incrementar la elección de puntos de vista y acciones posibles. Una de las ventajas
de desarrollar su capacidad de ver las cosas de manera inversa, al considerar a los
contrarios sin comprometerse, es el poder hacer sus propias evaluaciones
libremente.
Ejercicio 3: Concentración
Así, los dos obstáculos para el darse cuenta espontáneo son: las figuras demasiado
fijas y los fondos demasiado cargados. Entre más completo sea el contacto entre
usted y su entorno, y entre más honesto sea al expresar sus sentimientos de
deseo, aversión, frío, aburrimiento, rechazo, admiración, etc., con las personas y
cosas con las que usted se relaciona, más posibilidades tendrá de darse cuenta de
aquello que está escondido (cargado y reprimido), intenciones opuestas que
pueden resultar en ideas fijas y juicios.
Ejercicio 4: Asimilación
Ahora reflexione sobre otras cosas que usted asocia con esa silla. ¿Qué se lleva
con una silla? Tal vez una mesa, una comida o una persona cansada, etc. Por
último considere qué características tiene en común con otros objetos, es decir,
qué clasificaciones le pertenecen: muebles, objetos artesanales, artículos de
madera, escultura, cosas que se mantienen en pie, objetos de cuatro patas, etc.
Para que ocurra cualquier tipo de reconstrucción creativa, primero tiene que haber
una deconstrucción de lo existente. Las partes presentes de un objeto
determinado, actividad o situación, deben ser recombinadas para satisfacer las
necesidades del aquí y ahora. Esto no necesariamente implica que se devalúen los
componentes, sino más bien, que se realiza una reevaluación de cómo éstos
pueden ir juntos de la mejor forma posible.
Ejercicio 5: Recordar
La barrera para vivir las experiencias por completo, es la tendencia a asumir como
propio lo que uno hace deliberadamente y “a propósito”. De todas las otras
acciones no nos damos cuenta. Así, el hombre moderno aísla su “voluntad” de su
cuerpo y de su entorno, y habla de “fuerza de voluntad” como si pudiera invocarse
sin tener contacto a través de la carne y las circunstancias mundanas. Esta es la
escisión de la Mente-Cuerpo.
Seleccione una memoria que sea lejana o difícil, por ejemplo, recuerde la
visita a la casa de un amigo. Cierre los ojos. ¿Qué es lo que ve? ¿La puerta?
Alguien que la está abriendo? ¿Muebles? ¿Otras personas? No intente descubrir lo
que está en su mente, aquello que usted supone que debería estar ahí, tan sólo
ubíquese en el lugar del recuerdo y dese cuenta de lo que está ahí, como un
observador. Si permanece en el contexto del recuerdo elegido, se formará la figura
/ fondo sin su intervención deliberada. No piense en razones como estas: “Debe
haber habido sillas, ¿donde están?”. Solamente mire. Relaciónese con las
imágenes como si estuvieran presentes en sus sentidos aquí y ahora, y obsérvelas
con abstracción detallada, tal y como lo hizo con la pintura. Muy pronto los detalles
olvidados aparecerán con naturalidad.
Si usted tiene poca memoria visual, la habilidad de ver vívidamente con los “ojos
de la mente”, es probable que le haya sucedido porque construyó un muro de
palabras y pensamientos entre usted y su entorno. El mundo no se puede
experimentar genuinamente si no entramos en contacto con él lo suficiente como
para activar las abstracciones verbales previamente adquiridas. El intelecto
reprime la participación activa. Mientras tanto, usted debe insistir como si en
verdad estuviera visualizando. Es posible que en la mayor parte de la experiencia
usted sólo vea sombras de los eventos que recuerda, pero de vez en cuando habrá
destellos de visiones. Esta resistencia se mantiene por la tensión de los músculos
oculares, como cuando miramos fijamente. Puede ayudar que se tape los ojos con
las palmas de las manos, a la vez que ve con ellos la profundidad de la oscuridad.
Se puede aplicar el mismo tipo de entrenamiento al oído y los otros sentidos. Note
su resistencia en tratar de recordar las voces de las personas. Si usted no
logra hacer esto, puede estar seguro que nunca las escuchó cuando estaban
hablando. Tal vez estaba preocupado por lo que iba a decir cuando tuviera
oportunidad, o tal vez le desagradaba quien estaba hablando más de lo que usted
suponía.
Así que ahora recuerde la experiencia como antes, pero ahora integre tantos
sentidos como le sean posibles, no sólo lo que vio, sino también lo que
escuchó, olió, saboreó, tocó y sintió en sus movimientos, y dese cuenta del tono
emocional y los cambos de tono que sucedieron en esa experiencia. ¿Prefiere
evitar el recuerdo de alguna persona en particular? ¿La escena se mantiene
estática o hay movimiento? ¿Hay drama en la escena? ¿Sólo puede ver imágenes
fugaces o puede continuar hasta ver los detalles sin perder el panorama completo?
Note que los procesos se están llevando a cabo, y que usted está involucrado y es
afectado por ellos. La noción de que los pensamientos entran a su mente debe ser
sustituida por el insight de que es usted quien piensa sus pensamientos.
Comprender esta continua implicación no es fácil, y la mayoría de las personas se
evaden de aceptarlas como propias, por identificarse sólo con aquellos procesos
que son deliberados. El objetivo es ampliar los límites de lo que usted identifica
como usted mismo, para incluir cada aspecto que lo compone, de tal forma que
será capaz de hacer, sin esfuerzo, mucho de lo que antes le era imposible.
Ahora que acepta todo lo que abarca su darse cuenta, empiece a diferenciar lo
siguiente: Primero atienda los eventos externos: lo que ve, sonidos, olores,
movimientos, etc., pero sin suprimir otras experiencias. Después, en claro
contraste, concéntrese en sus procesos internos: imágenes, tensiones musculares,
emociones, pensamientos. En tercer lugar, uno por uno, distinga estos diferentes
procesos internos, concentrándose en ellos individualmente, reconociendo sus
funciones, cualidades, naturalezas y partes que los componen, y la manera en que
cambian y responden al contexto que los rodea.
Si nota una discrepancia entre el concepto verbal del ser y el darse cuenta que
siente al ser, ahí hay una neurosis. Así que note la diferencia mientras recorre de
una parte a otra, y no se engañe pensando que siente más de lo que en verdad
siente. Vale la pena invertir muchas horas en este ejercicio (en dosis moderadas).
Es la base para disolver las tensiones musculares en las que están ancladas las
resistencias, y también es el medio para resolver las enfermedades
psicosomáticas.
La emoción está siempre en el fondo en tanto uno esté vivo, pero se convierte en
figura cuando hay un interés y preocupación en lo que uno está experimentando.
Es decir, la naturaleza de la emoción sentida está determinada por la propia
evaluación de los acontecimientos. Debido a que la emoción energiza las medidas
adecuadas, o la búsqueda de lo que es apropiado.
En su mente, vuélvalo a vivir una y otra vez, en cada ocasión recobre más detalles
y profundidad del sentimiento; experiencias que conlleven una fuerte carga
emocional. ¿Cuál es la experiencia más aterradora que puede recordar? Siéntala
otra vez tal y como sucedió. Otra vez y otra vez. Utilice el tiempo presente.
Cuando aparezcan las palabras, repítalas en voz alta una y otra vez, escúchese
decirlas y sienta como las expresa. ¿En qué ocasión sufrió la peor humillación?
Vuelva a vivir esa experiencia en repetidas ocasiones. Mientras lo hace, note si le
sirve para recordar una experiencia anterior del mismo tipo. Si es así, muévase
hacia ésta y trabájela en varias ocasiones.
Haga lo mismo para muchas otros tipos de experiencias emocionales. ¿Tiene usted
alguna situación de tristeza que no ha concluido? Cuando murió alguien querido,
¿fue capaz de llorar?, si no ¿lo podría hacer ahora? ¿Puede usted imaginar estar al
lado del ataúd y darle la despedida? De igual manera recuerde cuando estuvo
furioso, avergonzado, culpable, etc. Vuelva a vivir la experiencia ahora. ¿Puede
sentir la experiencia por completo? Si no, ¿puede sentir lo que hace para
bloquearla?
Ejercicio 8: Verbalizar
Cuando un niño aprende el idioma, hablar en voz alta sucede antes que suceda el
habla interior, pero más tarde ubica este lenguaje adquirido para su uso privado
como “pensamiento”. La mayoría de los adultos consideran al pensamiento como
algo que sucede antes del discurso y que es independiente de ellos. “Es fácil
pensar, pero es difícil expresar los pensamientos”. Esto se debe al temor del cómo
reaccionarán los demás cuando expresamos nuestros pensamientos. Una vez que
la persona se prepara para hablar de su tema, pierde el miedo y deja de ensayar
su discurso. En el momento en que se hace evidente que no hay nada que temer,
el pensamiento y el habla se vuelven idénticos. Con el fin de integrar el
pensamiento verbal y nuestra existencia, debemos ser conscientes de ello.
Tenga en cuenta que su forma de hablar es una parte de usted, pero hay más que
eso, la mayor parte no-verbal en usted es la que se da cuenta de que se da
cuenta. Cuando haya dominado la escucha interior, continúe al paso definitivo: la
producción de silencio interior. No confunda el silencio interior con oscuridad, estar
en trance, o el cese de la conciencia. Por el contrario, sólo el habla es silencio;
todo el resto del darse cuenta persiste, con una mayor claridad.
Con frecuencia un niño sale perdiendo ante un hostil y más fuerte entorno. Pero no
somos niños. Somos más grandes, fuertes, y tenemos derechos que le son
negados a los niños. Seguramente en estas circunstancias, ¡vale la pena hacer un
intento por tomar de nuestro entorno aquello que necesitamos!
Una vez que la persona descubre su actuar retroflexivo (ya que como agresión en
contra del ser, usualmente se encuentra disponible para el darse cuenta) y gana
control sobre este, el impulso bloqueado será recuperado automáticamente.
Entonces deberá expresarse y descargarse. Sentimientos poco habituales y
agresiones, pueden ser resucitados, la persona podrá entonces aprender
gradualmente a tolerarlos y utilizarlos de manera constructiva, aunque también
puede que se retraiga al estado de no darse cuenta que le produce alivio. Pero no
serán de utilidad hasta que uno pueda darse cuenta de los propios impulsos
agresivos y ponerlos en una perspectiva constructiva.
Uno puede, para empezar, descubrir y aceptar el hecho de que “la toma contra sí
mismo”. Puede darse cuenta de las emociones de la parte retroflexiva de su
personalidad, con lo que emergerá el impulso subyacente hacia afuera. Entonces
podrá redirigirlo hacia una expresión sana, ya que lo ha diferenciado y admitido
para integrarlo a la parte más madura de su personalidad. La retroflexión también
incluye lo que uno necesitaba de otros pero no lo logró conseguir; con el resultado
de que ahora, aquello que necesita de parte de otros, puede dárselo a sí mismo.
Esto puede incluir atención, amor, lástima, castigo o las otras necesidades
interpersonales que no pueden ser realistamente gratificadas por uno mismo.
Trate de entender con claridad que cuando “se pregunta” algo, se pegunta de
manera retroflexiva. Usted no sabe la respuesta o no tendría que hacerse la
pregunta. ¿Quién sabe en su entorno, o siente que debería saber? Si identifica a
esa persona, ¿puede darse cuenta de la necesidad de preguntarle? ¿Qué lo detiene
a hacerlo? ¿Es por timidez, miedo o rechazo, renuencia a admitir su ignorancia?
Cuando se “consulta a sí mismo” acerca de algo, ¿puede darse cuenta de su
motivo? Esto puede ser un juego, una burla, una consolación, o hacer un reproche.
¿Por quién se está sustituyendo?
Considere el auto reproche como culpa fingida. ¿A quién le está haciendo ese
reproche? ¿A quién quiere reformar o criticar? ¿En quién quiere despertar la culpa
que usted pretende producir en sí mismo?
Poco a poco empezará a ver el papel que desempeña en su relaciones
interpersonales, y ver cómo es que los demás lo ven. Si usted siempre está
haciéndose las demandas, usted también está, implícita o explícitamente,
exigiendo a los demás, y esta es la manera en que es visto por ellos. Si se siente
enojado consigo mismo, usted se sentirá enojado incluso con la mosca en la pared.
Al ser la “persona-le-que-dice-siempre-que-sí” a todos los demás, retroflectamos
el negativo y nos decimos “No” a nosotros mismos; a aquello que nos es
importante. En la represión retroflexiva, uno se desvincula de la conducta
reprimida y se identifica con la conducta represiva. Dado a que esto se hace de
forma desconsiderada, por motivos racionalizados, no se dará cuenta de la
conducta reprimida y esta se continuará manifestando. Debe darse cuenta y
aceptarla antes de que se convierta en agresión, que si es racional y saludable, el
reproche puede convertirse en acercamiento.
Una introyección es una “lección” que usted se ha tragado por completo sin
haberla comprendido, tal vez en relación a la autoridad, que ahora ocupa un lugar
como si fuera propia. Dado a que las introyecciones son forzadas con tanta
frecuencia en el individuo, la hostilidad es lo primero que se siente contra quien
coacciona. Debido a que este conflicto se da antes de que ésta se resuelva, la
hostilidad se retroflecta, esta es la situación normalmente conocida como
“autocontrol”.
Los neuróticos hablan mucho acerca de ser rechazados. Esto es en mayor parte la
proyección hacia otros del odio que sienten hacia sí mismos, el disgusto reprimido
que han incorporado a su propia personalidad, las miles de posibilidades no
asimiladas, alojadas como introyecciones, que no son digeridas y que tampoco son
digeribles. Digerirlas requiere del proceso de exponerlas para trabajar en ellas
como “asuntos pendientes” para después asimilarlas.