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L1 Vargas 2004

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Vargas, P. (2004).

Antecedentes de la Terapia Sistémica: Una aproximación a su


tradición de investigación científica. En L. Eguiluz (Ed.). La Terapia Familiar. Su
uso hoy en día. (pp. 1-27). México: Pax.

Capítulo 1
Antecedentes de la tetapia sistémica
Una aproximación a su tradición
de investigación científica

Ftdro Yárgas Áuaú»

Introducción
l propósito de este primer capítulo es bosquejar históricamente las If-
E neas de influencia necesarias para comprender las premisas concep-
tua.les que fundamentan la terapia sistémica. Queremos sugerir que a partir
de ellas se puede pensar en la conformación de un campo de investigaci6n
ciendfica que comparta un marco conceptual que clasifique y explique lo
que hay en el mundo (una afirmación ontológica), donde se enumeren
los métodos apropiados, técnicas y herramientas de investigación para el
estudio de objetos relevantes en el dominio de sus aplicaciones (aspecros
metodológicos); fina.lmente, los proponentes dentro de este campo de in-
vestigación se vincularían a un juego de objetivos cognitivos que los pro-
ponentes de Otras campos no aceptarlan totalmente (presupuestos. com-
promisos y va.lores) (Laudan, 1977. 1993; Labros y Musgrave. 1975; Kuhn.
1991).
En la primera parte se habLará de la importancia de los antecedentes
históricos como el compois que guía a.I marino en la inmensidad del mar,
para asegurarle su arribo con bien a pueno, pues es frecuente encontrar-
nos confusiones y equívocos a.I querer situar la tradición intelectual de la
terapia sistémica.
En un segundo .apan.ado se mostrará cómo l.as ideas y propuestas de
explicación que comenzaron a desarroll.arse en el seno del grupo ciberné-
tico, influyeron de m.anera definitiva. en l.a comprensión del compon.a-

I,lal fla PI" loo :lar has ato'


1 • PlDROllAAGASÁVAlOS

miemo)' del proceso de cambio en la terapia sis!~mica. Para ello utilizare-


mos la ponencia de uno de los participantes en las conferencias: Grt'gory
Batcson.
En la tercera parle ~ hará referencia a la Unt'a de influencia en la p~c­
tica de la terapia sist~mica. El u'l.bajo de MillOn H. Erickson fue esta ins-
piraci6n para la realizaci6n de acciones terapc!uricas y para la focaliuci6n
en el proceso de cambio como una preocupaci6n imponame.
En la cuarta paree se señalad. cómo influye en otra vertiente d des-
arrollo de las explicaciones interaccionales en las ciencias sociales, en par*
ticular con la aparici6n de la escuda de Chicago y su propuesta llamada
inUro((ionismo simbólico. Esta línea de influencia permite comprender la
aparici6n de las aproximaciones interaccionistas en la psicoterapia en con*
sonancia con el pragmatismo de William James y su alumno John Dcwey,
para pasar, a partir de dIos, por Sapir), Whorf hasta Harry Stack Sutlivan,
y de ahí a OtrO de Jos fundadores de la terapia familiar sistémica: O. Jackson.
Finalmente se: resumir.in las posibilidades por vislumbrar de hacer
confluir estas lineas con miras a la comprensión de los antecedentes de la
terapia sistémica; para ello nos servircmos de un ejemplo brc:vc: de invesri-
g<lci6n hist6rica sobre la teoría general de sistemas de von Bcrtalanffy

El comexto actual y la importancia


de los ameccdcmes históricos
Es interesante observar que al hacer una revisi6n general de las diversas ver-
siones de lo que se: considera parte de la historia de la psicología de este
siglo. no se encuentra referencia a la terapia sistémica como una de las p~c­
ticas psicoterapc!uticas en la psicología cllnica (De: la Rosa, Mcu, Vázquc:z,
1988; Garcfa Vega, Santo),o, 1993; Lcahc:y, 1992; Lcary, 1990; Richard-
son, 1993). Sin embargo, en un inventario que realizaron a principios de los
noventa, Sayene y Maynem (1990) señalan cómo se ha prcsc:mado de ma-
nc:ra sobresaliente la inclusi6n de dos campos en los currfculos de educa-
ción superior: la psicología de: la salud y la terapia familiar.
La introducción de la terapia familiar sistémica en las inStituciones
académicas de educación superior ha propiciado de manera natural la re-
flexi6n sobre sus procedimientos, técnicas, anrcccdentes tc6ricos y funda-
ANTECEOEN'HS [)( lJI HRAl'IA SlSTÍMICA • 1

memos (Eguiluz, 1998,2001). En este comcxro académico, la compren~


sión disciplinar de la terapia sistc!mica como una práctica profesional den~
trO de la psicolog'a es una demanda cotidiana.
En esta !fnca de comprensión disciplinar, pueden identificarse en la li~
teratura diferentes aproximaciones a la descripción de estas dimensiones,
tantO en el plano de las prácticas psicotetapélHicas como en el plano de la
fundamentación teórica. Ejemplos de esto Jos tenemos en trab.ajos como
los de Lynn Hoffman (1987) con Fundamentos de tmtpÚlfamiliar, el de
Dora Fricd Schnitman (1994) con MulIOs paradigmas. cultura J subjnilli~
dad; el de Inmaculada Ochoa de A1da (1995) con Enftqun m tnapia fa~
miliar sist!mi.a; el de Brian Cade y Bill O'Hanlon (1995) con Gul4 bmN
tÚ terapia brnJe; el de Fred Piercy, Douglas Spenkle y }oscph WetchJer
(19%) con Family ThmtpJ Souruboolr, el de Bradford Kc:ency (1987,
1991) con Estltüa del.ambio y 'ONtrueciÓn tÚ tmlpÚU familia," sistbni~
.as; el de Mony Elka"im (1998) con LA tmtpia familiar m trrznsformiUión;
el de Giorgio Nardone y Paul Wanlawic.k (992) oon TmlpÚl brrw:fiwJIJ-
fla J arU; el de Hclm Stierlin (199n El individuo (11 el sistema, y el de Da~
niel S~nchcz y Gutic!rrn (2000) Tmtpia familiar: modelos J tkni.4S, por
mencionar algun05 de 105 mú representativos.
En estas aproximaciones encontramos la intención de dar un panora~
ma gcnen.l de aspectos tcóricos y tc!cnicos del campo de la terapia sisté-
mica (Piercy a al, Ochoa de Alda, Hoffman, Cade y O'Hanlon. Sánchcz
y Gutiérrn), o bien aspecros de una perspectiva conoeptual yepistemoló-
gica (Kc:ency. Fricd Schnitman. Eika1m, Stierlin, Nardone y Wanlawick).
Se senalan en ellos: perlod05 históricos, antecedentes de la pclaica psica-
terapc!ueica y conceptos tcóricos que caraaeriun a las escuelas de la terapia
sistc!mica; por ejemplo: del MRJ (véase tambic!n Wiuczaele y Garda, 1994),
la escuda de Mil~n, las terapias orientadas a las soluciones, la terapia es~
tratégica, las terapias narrativas, los enfoques colaborativo-reflexivos e in~
cluso el enfoque estcuaun.l, la programación neurolingüistica, los enfo-
ques ericksonianos y a la terapia familiar en general.
Sin embargo, al confrontar lu diferentes tipeJoglas y demarcaciones
(terapia breve, terapia familiar, terapia sistc!mica, terapias posmodernu, te~
rapias poscstruaun.listas), el fárrago que enfrentamos es digno del mejor
trabajo ericksoníano de inducción con lc!cnica de confusión.
• • P1'O~OVAAGAS AVAlOS

Las interrogantes surgen: ¿es lo mismo terapia breve que terapia fami-
liar sistémica? ¿La terapia familiar es terapia sistémica? ¿Puedo hacer tera-
pia familiar sistémica sin la familia? ¿Constructivismo o construccionis-
mo? En ocasiones, las dudas sobre demarcaciones particulares evidencian
una seria ausencia de contexto histórico y filosófico: ¿es Erickson un tera-
peuta sistémico? ¿Bateson es posmoderno? ¿Ha sido Minuchin en realidad
un terapeuta de enfoque narrativo?
Frente a estas interroganres, es importante iniciar una labor de inves-
tigación y comenur a dar reconocimiento al linaje intelectual en el que
nos queremos situar.

El grupo cibernécico
Mayo II de 1942, Nueva York. En esta fecha ruvo lugar la primera de una
serie de conferencias auspiciadas por la Fundación Josiah Maey Ir. El nom-
M
bre de aquella primera conferencia fue el de "Inhibición ccrebral que al ,

decir de Bateson era una forma más bien elegante para hablar de hipnosis
(Brand, 1976). El tema que floraba en el aire durante aquella conferencia
era el trabajo conjunto de Arturo Rosenbluerh, Norbcrr Wiener y Julian
Bigelow 1 acerca de la imponancia de los procesos de retroalimentación en
la comprensión de la conducra intencional. Dicho trabajo nos explicaba el
modo en que una unidad orgánica se mantiene a través del tiempo y, más
aún, cómo su conducta se da en función de una cierta finalidad a la que
tiende en todo momento sólo para corregirse y de este modo autorregularse.
Este modelo remplauba la relación causa-efecto tradicional de un es-
tímulo que lleva a una respuesta, por una causalidad circular que requiere
de retroalimentación negativa.
Hay que poner esto en contexto. Para los años cuarenta, tener una ex-
plicación que permitiese explicar la dinámica de interacción de un con-
jUntO de dementos agrupados bajo algún tipo de condición diferente del
azar, resultaba muy interesante, Se sabía que los organismos se automan-

E",~ ... b.jo, "Beb.vior. [\upo nd TeJcoIogy". fue publi<:.do como mkulo en 1943. HistlÍ-
ri<:>rncn'~, ~t.
publicación n<>cid. romo el p.im" docum~mo d~ lo quc par> final.. de
esa mi.m. década .. Ilam" ci¡""";';'4.

pr< ido por der


ANTlCEDENTlS DE LA r[AAI'\A S1SrÚoOiCA • s

tenían por sr mismos, pero el cómo se lograba esro resultaba ya m;{s bien
oscuro.
La presentación de Rosenblueth entusiasmó enormemente a los cien-
tÍficos que participaron en dla, entre otros d matem;{tico John von Neu-
man, d fisiólogo mexicano Rafael Lorente de No, el neuropsiquiatra Wa-
r~n McCulloch, los antropólogos Gregory Bateson, Margaret Mead, Mil-
ron H. Erickson y Lawrence Kubie. Desafortunadamente, el comienzo de
la Segunda Guerra Mundial imposibilitó que se continuaran emonces los
trabajos. Sin embargo, esta primera reunión fue la que dio pie a la organi-
zación de una serie de conferencias que tuvieron que esperar cuatro años.
Hacia 1946, Frank Frccmont Smith, director de la fundación Macy,
urgió a McCulloch para reanudar las conferencias y seguir explorando las
ideas presentadas por Rosenblueth cuatro años atrá.s. Cabe señalar que
otro de los principales animadores de estas confe~ncias fue G~gory Bate-
son, que también insistió a McCulloch para que organizase las conferen-
cias (Brand, 1976), e incluso se encargó jumo a Margaret Mead y La-
wrencc Frank, de invitar al encuentro a muchos de los participantes en las
llamadas ciencillJ blanda!.
El trabajo de organización permidó que el 8 Y9 de marzo de ese año
diera comienzo el ciclo de conferencias "The Feedback Mechanisms and
Circular Causal Systems in Biology and Social Scienccs~ (Los mecanismos
de retroalimemación y los sistemas de causalidad circular en la biología y
las ciencias sociales).
Estas reuniones son ahora las llamadas conferencias de Macy; en ellas
participaron científicos pertenecientes tanto a las ciencias duras como a las
ciencias sociales. Podemos mencionar entre los participantes a dos de los
matem;{ticos m;{s importantes del siglo xx: Norbert Wiener y John von
Neuman; a los neurofisiólogos mexicanos Arturo Rosenblueth y Rafael
Lorente de No; al matem;{üco autodidacta Walter Pim, al neuropsiquia-
tra Warren McCulloch, al psicólogo Kart Lewin y a los anrrop6logos Mar-
garet Mead y Gregoty Bareson, por mencionar a algunos de los m;is im-
porrames que fueron del grupo base que asistÍa a todas las confe~ncias;
adem;{s, como invitados que parriciparon en algunas de ellas est;{n: Heinz
van Focrster (quien se integró a partir de la quima conferencia como se-
cretario y relator de las sesiones), Nathan Ackerman, Ross Ashby, Leon

M pr id0 oar
6 • P(ORO VARGAS AVAlOS

Festinger, Claude Shannon, Eric Erikson, Roman Jacobson y AJex Bavelas


(Heims, 1991; Dupuy, J.-P., 2000).
Se ha considerado que las conferencias propiciaron uno de los giros
epistemológicos más imporrames en el ~mpo de la ciencia, pues se pro-
pusieron nuevas formas de explicación no sólo en el campo de la ingenie-
ría sino también en la biología y el área social.
Mencionemos algunas de estas aponaciones conceptuales que circula-
ron por vez primera durante estos encuentros:
En la reunión de 1946, Wiener y van Neuman imrodujeron la dife-
rencia entre las claves analógicas y digitales.
Se comenzó a hablar de retroalimentación negativa y positiva, de la
medición de la información y de la relación de ésta con el concepto de en-
tropCa (la información como el equivalente de la negentropCa, el orden).
Se examinaron las teorlas tipológicas de Russell (más popularmente
conocidas como teoría de los tipos lógicos).
Se habló también en esas conferencias de las oscilaciones "patológicas"
de una computadora frente a la paradoja russeliana, y de cómo los siste-
mas de comunicación dependen de la información y no de la energía.
Wiener habló de cómo es posible comprender la comuniación en
distintos niveles de tipo lógico (o niveles de abstracción) (Heims, 1986,
1991; Dupuy, 2000).
Se puede observar que muchos de estos concepros son de uso común
en el discurso de Batesan, y por supuesto en los practiantes de la terapia
sistémica. Recordemos el caso del libro de Wanlawick Trona tk la comu-
nicación humana (1987). Una revisión de los capCtulos 1, 2, 3 y 6 denota-
rá el uso masivo de esros conceptos para comprender la interacción en un
circuito autocorrectivo. Esro es lo que Bateson asumía como la comunia-
ciÓn.
De las ideas formuladas durante las conferencias Maey de marzo de
1946 hasta la última ocurrida en abril de 1953, y de los trabajos realiu-·
dos en forma independiente en esas mismos años, surgieron innovaciones
teórico-conceptuales que bosquejaron un nuevo marco conceptual de re-
ferencia: la cibernética, cuyo objeto de estudio se enfocó a los procesos de
retroalimentación y control en el ser humano y las máquinas. Con la ci-
bernétia se encontró un lenguaje interclisciplinario que permitió ranto

Material 'lOS je autol


ANTECED[NTE!; o[ lA TERAPIA SlSTl'MlCA • 1

construir sistemu artificiales como entender sistemu nalUrales (Pakman,


1991; Heims, 1975; 1977; 1991).
Con la apliaci6n de lu nociones cibernl!ticas (circularidad, informa-
ci6n, reuoalimentaci6n, regulaci6n, autoorgani1.3ci6n, etcétera) a diversos
campos científicos, se hizo posible pensar en una nueva manera de abor-
dar los problemas e incluso se pu6 a hablar en años posteriores de una ci-
bernl!lica de segundo orden (Franchi, Güzeldere, Minch, 1995; Pakman,
1991).
De manera particular, la cibernl!tia prob6 ser una [eoría atractiva pa-
ra [os investigadores interesados en las relaciones entre individuos y gru-
pos humanos. la cibernüica se torn6 el soporte teórico de un ampo
emergente, donde confluyeron la explicaci6n interaccional y la aparici6n
de la terapia familiar. Dentro de este desarrollo, Gregory 8atesan desem-
pefi6 un papel fundamental para llevar los conceptos de la cibernl!tica a la
explicaci6n del comportamiento.
Para aquellos más familiarizados con [a terapia sistl!mica, nombrar a
8aleson es ya tal vez una acci6n obligada. Es en el contato de lu confe-
renciu de Macy que Baleson se adueña de una gran cantidad de herra-
mientas conceptuales que le serán útiles m;is tarde para plantear consuuc-
tos como el ~doble vinculo en su investigaci6n sobre la comunicación en
n

pacientes esquizofrl!nicos. Fue en estas conferencias cuando adopt6 la


perspectiva de una epistemologla cibernl!tica para su trabajo. Y fue sin du-
da en las conferencias de Macy donde se gest6 el tipo de pensamiento que
anicula lo que ahora llamamos terapia sistl!mica.

Gregory Bateson y la terapia familiar


Los aportes que Gregory Bateson leg6 constituyen la base teórica más im-
porunte en el desarrollo de la terapia familiar sisrl!mica. Batesan introdu-
jo herramientas teóricas de corte anuopol6gico y de la cibernl!tica en el
ampo de la comprensión del comportamiento (Bateson, 1976a, 1982;
1993; Bateson y Baleson, 1989).
El vinculo de Bateson con los eventOS de Macy fue la amistad que 10
unla, junto con su esposa Margaret Mead, a Lawrence Frank, economisla,
psic61ogo y alumno de John Dewey. Frank estaba por ese entonces al fren-
re del Departamento de Relaciones Sociales de la Universidad de HalV2rd,

M pr id0 oar
8 • P(ORQVARCAS AVAlOS

y era seeretario de la Fundación Magr con vCnculos muy fuertes con la es-
cuela de Chicago, donde habCa impartido seminarios en colaboración con
Harry Stack Sullivan y Edward Sapir (mancuerna de la que hablaremos
más adelante), entre otros. En la ¿poca de las conferencias de Magr, cu-
riosamente, tambi¿n era el casero del departamento en Nueva York en el
que vivían el matrimonio Bateson-Mead (Heims, 1991, Barcson, 1989).
Bateson tomó las ideas de Wiener con gran entusiasmo, y de hecho
dejó correr su imaginación con las posibles aplicaciones que podría tener
en el campo de las ciencias sociales el uso de tüminos tales como retroali-
mentación, calibración u Otros conceptos claves de la cihcrn¿tica. Bateson
incluso ~nombró a Wiener... su mentor en los conceptos en el vocabulario
de las computadoras, de la teoría de la comunicación y de la lógica formal~
(Heims, 1977).
Bateson retomará estas nociones y las aplicará a la comprensión de sis-
remas imeraccionalcs y socialcs. Como ejemplo de la retroalimemación,
Bateson suele citar el caso del termostato. Un sistema de calefacción es
controlado por un termostato: cuando b. temperatura fluctuante excede
los límites del termostato calibrado, se activa en cl horno un mecanismo
que lo enciende o apaga, haciendo volver la temperatura al intervalo den-
tro del cual debe mantenerse. AsC pues, el sistema vigila su propio desem-
peño y es autocorrectivo. En una familia, por ejemplo, una pelea entre dos
miembros puede intensificarse, como la temperatura de la casa, hasta al-
canzar un umbral moiximo intolerable; este último es a veces regulado o
definido, igual que el termOSlato, por la conducta de otro miembro que
detiene la pelea. Un hermano y una hermana pueden discutir entre si has-
ta que el perro de la familia empieza a ladrar; la conducta del perro distrae
a los hermanos, que se le aproximan y empiezan a jugar con él (Bateson,
1976a).
La anterior es la forma en que Batcson pensó que en las interacciones
humanas se corporiz.an los procesos de retroalimentación como eran des-
critos en la cibernüica. &tos proceso de retroalimentaci6n son los que da-
rlan la estabilidad a la organiz.aci6n descrita (sea una familia, una pareja o
incluso una cultura). &ta organiz.ación se puede mantener gracias al con-
uol de los fragmentos intensificados de conducta; se dice que tal organi-
zaci6n o sistema perdura debido a que es autocorrectivo.

M pr do por óer
AN'HCEDENTlS DE LA TtItAPlA SlSTtMlcA • 9

Esta condici6n de estabilidad de un sistema siempre ha de ser anali-


zada a la luz de los cambios que permiten tal estado. La cibernc!tica nos su-
giere que todo cambio puede entenderse como el empeño en mantener
una cierra constancia, y puede interpretarse que toda conS[ancia se man-
tiene a trav6 del cambio. Para dar cuenta de estos juegos de estabilidad y
cambio se ha utilizado el tc!rmino homrostasÍJ. Wiener propuso de manera
original que la estabilidad y el cambio son explicables por diferentes 6rde-
nes de control de la retroalimentaci6n. En OtrOS {üminos, ~la retroali-
mentaci6n puede referirse al 6i[0 o fracaso de un acto simple. o bien pro-
ducirse en un nivel más alto, en el cual se retroalimenta la informaci6n co-
rrespondiente a toda una modalidad de conducta o pauta de comporra-
miento. permitiendo así al organismo cambiar la planificaci6n estratc!gica
de su acci6n furura" (Rosenblueth, citado en Wiener, 1967 p. 276). Esta
retroalimentaci6n de orden superior suele ofrecer una manera de preservar
y de cambiar una determinada organizaci6n social.
El inter6 de Bateson consistía en pensar de qué manera la culrura se
perpetúa a si misma. El aprendizaje no es un fen6meno de un nivel úni-
co, sino que la persona también aprende a aprender y esto influye en el ni-
vel más amplio de la cultura y en su mantenimiento.
Este interés en los niveles de aprendizaje y de sistemas de clasificación
lo lleY;J. a investigar la naturaleza general de la comunicaci6n en términos
de niveles: los llamados niveles lógicos de Russcll, y es esta discontinuidad
entre niveles <clase/miembros> el ámbito donde ocurre la paradoja.
En este momento, la invitación que le hizo el psiquiatra suizo Jurgen
Ruesch a panicipar en un estudio sobre la comunicación humana marcó
un giro hacia una nueva visión en este campo de la psiquiatría.
Bateson se instaló en la clínica psiquiátrica Langley Poner de San
Francisco en 1949; realizó entrevistas y observaciones etnográficas en el
contexro psiquiátrico, con el propósito de identificar detalles sobre el in-
tercambio de mensajes en el transcurso de una psicoterapia eficiente y con
la cual se obtuvieran cambios favorables. A decir de Bateson, era investi-
gar la naturaleza de la comunicación en la tribu de los psiquiatras (Lipset,
1991).
Los puntOS de vista epistemológicos más importantes de sus entrevis-
tas aparecieron en un libro que publicó junto con Rucsch en 1951: Co-
municación: la matriz socia! dr la psiquiatrla (Ruesch y Bateson, 1984). El

M pr id0 oar
10. PEOROVARGASÁVAlOS

análisis principal de este libro se centrÓ en la comunicación como la ma-


triz donde encajan todas las actividades humanas. 2
En d libro, Satesan puso especial ~nfasis en la interacción dd hom-
bre con su entorno en d sentido amplio, que se efectúa a trav~s de la co-
municación. Resaltó que en los procesos de interacción, d demento que
defermina las reacciones y d comportamiento es d paso de informaciones
así como los procesos que ese:!.n implicados en su tratamiento. Bateson
afirmó que todo sistema se organiz.a alrededor de la comunicación. Todo
suceso es un mensaje y lo que cuenta es qu~ ripo de transmisión de infor-
mación se está llevando a cabo. Bareson introdujo tambi~n la idea de los
niveles jerárquicos dd mensajei refirió que cada mensaje contiene por lo
menos dos niveles: un nivd de contenido y un nivd de significado. t.1 fue
uno de los primeros investigadores en sostener la importancia de la fun~
ción jernrquica de los niveles de abstracción o ripos lógicos de la comuni-
cación (Sateson, 1976a).
De manera paralela al trabajo con Reush, Bateson había estado tam-
bi~1l trabaj:mdo en el Hospital de la Adminisrración de Veteranos de Palo
Alto desde 1949, y para 1952 inició un proyecto de investigación sobre los
procesos de clasificación de mensajes y la forma en que pueden dar lugar
a paradojas. Puso en marcha el proyecto en colaboración con John Wea-
kland, de formación ingeniero quCmico y ex disdpulo suyo; con Jay Ha-
ley, estudiante de posgrado en artes, y con el psiquiatra William Fry (Lip-
set, 1991).
El equipo analizó, entre O[ra.'j cosas, c:l entrenamiento de perros para
ciegos, el diálogo entre un ventrílocuo y su marioneta, d discurso esqui-
wfr~nico en "ensalada" de palabras, así como rambi~n el tipo de comuni-
cación que empleaba d siquiatra esladounidense Millon Erickson3 (Lip-
set, 1991; Sluzki y Ransom, 1976). Por su parte, Bateson se abocó al es-
tudio de las nutrias con objeto de observar si entre estoS animales existÍa

l Id~. qu~, 1> f«h. p<",":oI«~.n ¡;r>n P"" d.l.. inves,igacion.s sob,. l. l~..pi. f.miliar si>l~­
m~.

j Millo" H. Erichon pnoclicó l. '."'pi. desdo firules d.l....nos 20 h.... ¡¡n.la d. los 70. Du-
ra" .. bu.". P'"'' <k ..... :oIios. d psico.,,:l.I¡sis do.rninab.l. psi<OI"r>pi.: sin "mb>lgo. Erid<>on
."'OI"ró su propio m"odo l~r>plUlico I~j", <k l. co<';.",••n.lftico princip:ol (O' H."I,," Y
Wi~ncr_D.vi$, 1990). mós ..Id."•• habl...mos d. 11.

Material 'lOS je autol


ANHCEOíNT(S Dl'1,AT(RAPlA S1STWICA • 11

una comunicación que los hiciera distinguir un comportamiento lúdico


de uno de comb:lle. El investigador sospechaba que los seres humanos (y
tal vez muchos animales) llegan a reconocer las señales que intercambian
identifidndolas exactamcnte como señales (B:ueson, 1976b).
En el año de 1953, el grupo comenzó a examinar de manera más
profunda la práctica en psicoterapia. Existía el interés por el trabajo con
paciemes esquirofrénicos y por la comunicación que se daba entre ellos.
Dentro de esta orientación se propuso que la conducta del pacienlc esqui-
rofrénico se debla a una incapacidad par;;¡ codificar mensajes pautados tra~
dicionalmente, y que no hadan una diferencia emre fantasía y realidad;
confundlan una declaración metafórica con una literal.
Los trabajos y las observaciones de los miembros del proyecto. fueron
publicados hasta el año 1956 en la revista Bthavioral Scirnu gracias a las
gestiones de Donald de Ávila Jackson, psiquiatra integrado al equipo en
1954.~ Jackson representó un giro en la evolución del grupo de Sataon.
fue un terapeUla talentoso y un hombre trabajador e infatigable. El apor~
IÓ credibilidad clínica al grupo y lo introdujo de manera importante en el
mundo de la psiquialría, pues tenfa una sólida formación y habla pasado
por la supervisión de Sullivan y Fromm-Reichmann. El artículo de Bate-
son, Haley, Jackson y Weakland (1976) titulado -Hacia una tcorla de la
esquizofrenia" trató de dar respuesta a la pregunta: (existe alguna indica-
ción de que ciertas formas de psicopatología se caraaerizan por anomalías
en el manejo que: el pacienre esquizofrénico hace de los niveles de abstrac-
ción y paradojas de los mensajes?

Una explicación imeraccional de la psicoparologfa:


la teoría del doble vínculo
La aparición del ardculo -Hacia una lcorfa de la esquizofrenia" fue todo
un suceso en el ;lmbito de la psiquiatría. En él se afirmaba por primera vez

• Donald D. JrlJon hi:t(l bca....:f1l <k medicil\ll1 K apa:ializó.n psiquiaufa. 8a1..,n la inyil6
a puticipu en d ~o d. in_ip:i6n cuando lo acucM en una wnfc..,ncQ en d Haspi,a1
de VOl"""". don<k hada alw;6n ala homeoslW familiu u.. luon. 19m. Jaduon maneja la
idea de que la familia Q una unilbd y que Lu inle.....ioncs .m", tui difermlQ m;"mbros ,;"n·
de a manlmcr una ciena conaancia ..,bdonal de .ipo hOl"ACllfcilica (Winnacl. 1 Gardo. 1?9-4).
12 • PEDROVARGASAvALOS

que la esquiwfrenia podía ser considernda como un fenómeno comunica


tivo y que era e! producto de las relaciones familiares (Haley en Witrezae-
le y Garda, 1994). Las proposiciones e5rablecidas en e5te ardculo permi-
tieron pasar de una explicación psiquiárrica tradicional, que considera el
slnroma como algo inherenre al hombre, a 10 que empezaría a manejarse
como una explicación centrada en e! ámbito de la comunicación interper-
sonal o al contexto: "la enfermedad mentar empezó a considetarse dentro
de palTones e5pedficos de imeracción. Los trnbajos de Bateson y su equi.
po con las familias de los pacientes esquiwfrénicos cumplieron un pape!
importante en el de5arrollo de e5te postulado al percatarse de que la visión
que se tiene de! individuo e5 más útil y apropiada cuando se considera co-
mo parte de un contexto ecológico. Esta contribución de Bare50n supuso
entonces la "emancipación~ de! psicoanálisis. ya que e! mencionado ardcu-
lo define la locura y OtrOS símomas psiquiátricos como conductas comu-
nicativas encre las personas y no como fenómenos incrapsíquicos.
En el artículo se manejaron dos principios que con e! tiempo dieron
sentido de manera significativa a la terapia f.¡miliar sistémica. Dichos prin-
cipios fueron: 1) la familia como sistema homeostático y 2) la hipótesis de
doble vínculo.
En 1954. Jackson describió a la familia como un sistema cibernético
gobernado por reglas, que busca la e5tabilidad a través de circuitos de re-
troalimentación (fitdback) reactivados por errores; y propuso hablar de un
síntoma como si aCtuara homeostáticamente para conservar e! equilibrio
familiar. Jackson insistió en la importancia de las reglas de intercambio
que se instauran en las relaciones interpersonales: "La familia es un siste-
ma regido por unas reglas: sus miembros se comportan de una manera re·
petitiva y organizada. y este tipo de estructuración de los comportamien-
tos puede ser aislado como un principio rector de la vida familiar~ Oack-
son, 1977, p.16). Para Jackson, el sistema familiar debía ser observado de
manera concreta, en las acciones y reacciones de cada miembro de la fa-
milia con respecto a los orros. De esta manera, la atención se desplazó del
individuo en si al individuo visto como sistema, interactuando con los de-
más sistemas en e! interior de un sistema de relaciones complejo y estruc-
turado Uackson, 1968; Wiuezade y Garda, 1994).
El segundo principio (hipótesis de doble vínculo) fue plameado como
un patrÓn de comunicación que se establece entre personas atrapadas en

Material 'lOS je aulol


ANn:C{(XNllSOElATERAPlAS4ST(MICA.I)

un sislema p<:rmanente que produce definiciones conflictivas de la rela·


ción. La expresión Mdoble vínculo· alude a los mensajes duales que con·
lienen un antagonismo paradójico (Baleson, Haley, ]ackson y Weakland,
1976). Los participantes en el proyecto establecieron que una situación de
doble vfnculo se presenta cuando: a) dos o más p<:rson:u participan en una
relación intensa que tiene un gran nlor para la supervivencia f!sica y/o psi-
cológiCl de una, nrias o todas ellas, y b) cuando el mensaje escl estructu-
rado de modo que: 1) afirme algo, 2) afirme algo de su propia afirmación,
3) ambas afirmaciones.sean mutuamente excluyenles, y 4) dado el tipo de
relación que existe entre las personas,.sea imposible que alguna de ellas se
salga del marco establecido (op. cit.).
Este tipo de mensaje provoca que la p<:rsona que ocupa el nivel infe-
rior en la relación deba dudar de sus propias p<:rcepeiones y no tenga, por
tantO, acceso a metacomuni(.;¡,rse. El sujelo ame est2 siluación queda sin
ningún tipo de opción. y solamente puede salir si consigue elaborar un
mensaje en un nivel lógico distinto (Bateson, 1976).
De este modo, es tras la publi(.;¡,ción de MHacia una teoría de la esqui-
zofrenia" que se inicia el interá por la conducta mil de la familia en rela-
ción con el paciente esquizofrtnico. Y fue enlonces cuando se p<:rcibió una
grieta emre la idea de niveles de mensaje (doble vInculo) y 105 datos cru-
dos que apareclan en regim05 de audio y pellcula. Sin embargo, el equipo
de Bareson no procedió a parlir de la observación de interacciones fami-
liares; de hecho, como era costumbre en Bateson. su manera de proceder
habfa sido deductiva. Primero imaginó que eso debfa de eslar pasando y
luego fue a las interacciones para verifiCltlo. Debido a esta grieta fue evi-
dente que se necesit2ba un modelo m:ls preciso para describir a una fami-
lia en eonversaciÓn.
Para el afio 1959, el proyecto se alimentaba de un fondo otorgado pa-
ra experimentar precisamente con familias. Esto se organizó en dos :lreas
de investigación: 1) el fondo del National Inuitute of Mental Health pa-
ra un proyecto de terapia familiar y 2) un fondo para apoyar un proyecto
de inveuigación experimcnral.
La (eorCa del doble vInculo pasó emonces a formar parte del proyecto
denominado -Terapia familiar de la esquizofrenia" (Slul.ki y Ram.son,
1976).
, • • I'[l)ROVAR(;ASÁVAlOS

En un resumen del uabajo realizado por el grupo de: investigación


después de 1956, se pueden observar las siguientes direcciones de la in-
veSl igaeión:
• El doble vinculo ilustrado con datos de las transcripciones de conver-
saciones que involucraban la etiología de la esquizofrenia.
• El doble vínculo como una posibilidad de confliclO de niveles, que po-
día ser ubicado dentro de algún COntextO tc:6rico interpersonal.
• Una descripción organizacional de la familia, donde se ofreciera un
modelo que permitiese: diferenciar a las familias esquizofrénicas de OIrO
tipo de lamilias y describir entonces a la esquizofrenia de manera que
pudiera ser vista como una respuesta de adaptación a un tipo particu-
lar de sistema familiar.
• El doble vínculo y el concepto de niveles. Los miembros dc:1 proyecto
de investigación habían preferido la exploración teórica a la metodolo-
gía o a la documentación estadística~ sin embargo, c:1 fondo de 1959 (el
último del proyecto) establecido para una investigación expetimental
llevó al e:quipo a trabajar en esta ve:rtiente.
• Una investigación del cambio psicoterapéUlico en individuos y familias
desde c:l punto de vista dc:l conflicto de niveles de comunicación. A pe-
sar de que el objetivo explícito de Sateson era la observación naturalis-
ta con el mínimo de intrusión sobre los datos, c:l tema de la psicotera-
pia fue una fuente continua de estudio en c:l proyecto (Sluzki y Ram-
son, 1976).
Jay Haley recordaba hacia 1993 (Ray y De Shazcr, 1999) cómo el proyec-
to Sateson pasó de la comunicación a la terapia y la hipnosis, la psiquia-
tria y la esquizofrenia. A Sateson realmente no le interesaban ninguno de
estoS temas. Sin embargo, a partir de que el equipo asumió la idea del do-
ble vínculo la producción del uabajo escrilO se elevó mucho. Para poner
una comparación, en los primeros tres años dc:l proyc<:to se publicaron dos
attÍculos y. después de la publicación de la teoria en c:1 56, la producción
fue de más de 70 artículos en los años que restaron al proyecto (Sluzki y
Ramson.1976).
La influencia del proyecto Bareson sobre la terapia familiar o lo que
más tarde, en el propio Mental Rese:arch lnstirute, se llamó tetapia breve

'tenal )
",NTlCWlNlES Df l'" HIUlP\.o\ SlSTlMl0\ • 1S

apenas ha sido bosquejada en los textos que presentan los anteceden res de
los modelos llamados siStémicos.
Mencionemos por ejemplo algunas de las transformaciones que se rea~
lizaron para la pdcrica clínica a partir de los rrabajos de este proyccto:
• Pasar del "pasado como la causa" a ~la situación social presenre como
la causa" de lo que era denominado psicopatología.
• Pasar de pensar ~en términos de una conducla inapropiada y desadap-
rada que era acarreada desde el pasado" a pensar en términos de una
conducta de adaptación adecuada para la situación social que vivía el
paciente.
Es importante no olvidar que estas transformaciones ocurren en los años
cincuenra, cuando dedr al paciente qué hacer o prescribir un comporta-
miento constituía una falta impemabJe para un clínico.
El inicio de estoS cambios en las premisas para la comprensión de la
psicopatologfa constituye la entrada a 10 que hoy conocemos como terapia
sistémica, y sin duda queda una buena parte de trabajo por hacet a fin de
precisar el modo en que "El proyecto Bateson" influye más específica-
mente en las escudas que identificamos en esta línea. Aun ahora tenemos
cierta penumbra cuando intentamos especificar con mayor amplitud tan-
to su comprensión del comportamiento como la lógica en que articulan el
cambio en la pr.ictica clínica.
Podemos indicat que incluso los fundadores del enfoque del Centro
de Terapia Breve del MRI Ydel grupo de Milán señalan de modo c:xpUdlO
su filiación batesoniana; Richard Fisch dice: "Nosotros somos batesonia-
nos" (Fisch, comunicación personal, 10 de septiembre de 1998), mientras
que Luigui Boscolo afirma literalmente: "Nuestra comprensión del com-
portamiento es baresoniana" (Boscolo, comunicación personal, 23 de no~
viembre de 2001).
El desarrollo de trabajo sobre esta línea es una tarea pendiente de la
que incluso son conscientes los herederos de esta tradición en el MRI mis-
mo; basta señalar el trabajo de Wendel Ray, actual direclOr del MRI, Y los
proyectos de investigación que sobre las raíces del enfoque sinémico reali-
za oon Bradford Keeney y Jeffrey Zeig, presidente de la Fundación Milton
H. Erickson.

Malenal proleg :ierecnc 00 aulor


lb. Pl'OROVARGASJ..vA'OS

Esra menci6n al legado de Ericleson en referencia a esta tradici6n de


investigaci6n y práctica clínica no es en lo absoluto fortuita; la relaci6n Sa-
rc:son-Erickson dara de 1939 cuando Margaret Mead se pone en contacto
con Ericleson por vía epistolar y le consulta sobre los hallazgos que aliado
de su entonces esposo Gregory Sateson había realizado en Sali, en parti-
cular sobre lo que llamaban "mmce religioso", La consulta inicial de Mar-
garel Mead es seguida por una serie de intercambios en los que Erick.son
comparte generosamente sus puntos de vista como experto en el campo de
la hipnosis, Su correspondencia siguió después de manera más personal
durante la segunda Guerra Mundial, y para los años cincuenta seguía ha-
biendo contacto por esta vía cuando Sateson le pide a Erickson que reci-
ba a Haley y Weakland como parte de su proyecto de investigación (Zeig
y Geary, 2000), .

La influencia de Milton H. Erickson


Milton Erick.son también se reunió, en lo que respecta al grupo de los ci-
bernéricos, con Gregory Sateson en 1942, pues fue uno de los invitados a
participar en esa primera sesión organizada por la fundación Macy
(Heims, 1991).
Por aquellos años, Erick.son se hallaba en la fase culminante de su ca-
rrera como hipnolizador y psicorerapeuta, pero sobre todo era famoso pot
su forma tan particular de hacer terapia, que se basaba en esuategias inu-
sitadas y opueslas a los procedimientos psicoterapéuticos clásicos, de los
que se diferenciaba no sólo por su originalidad operativa, sino también por
sus dIcientes resulcados (Erick.son. 1983; Zeig, 1985).
En junio de 1955, durante la investigación sobre las paradojas en la
comunicación, Jay Haley y John Weakland comem..aron a visitar semanal-
mente a Milton Erick.son (Zeig y Geary, 2000). A lo largo de las entrevis-
tas que se prolongaron hasta 1960, estudiaron extensamente el tipo de
comunicación terapéutica que empleaba Erick.son, sus estrategias terapéu-
ticas, así como sus ideas referemes a las problemáticas psicológicas y psi-
quiáuicas. Weakland y Haley utilizaron los conceptos desarrollados du-
rante "El proyecto Sateson" para describir tanto la interacción hipnotiza-
dor-sujeto como los cambios provocados por los trances terapéuticos. Las

Material 'lOS je autol


ANTECE[)I;NHS ()( lA WtAPIA SIST(MICA • '1

órdenes dadas durame los trances se presraban de maravilla a un an:ilisis


según los ripos lógicos y los niveles de comunicación (Wincuele y Garela.
1994).
El modo de hacer terapia propio de Eriekson representó para Halcy y
Weakland un material clínico fundamental. Observaron que el gran rera-
peuta, de una manera intuitiva y empírica. había preparado y uriliudo es-
trategias rerapéuticas que venian a ser la aplicación directa y anreccdeme
de muchas de las formulaciones reórico-pr:icliCl.5 que el grupo de Bateson
había formali:z.a.do como modelos. Observaron, por ejemplo. que Erick-
son, bas:lndose en su experiencia de hipnotiz.ador, utili:z.a.ba en rerapia for-
mas paradójicas de acción y prescripción. poniendo en pr:icrica una forma
de doble vinculo terapéutico (Erickson, Haley y Weakland, 1980).
Sin embargo, en sus conversaciones con Erickson, Haley y Weakland
descubrieron que si bien el an:ilisis de su trabajo se adecuaba con la teoria
que ellos proponían. ésta no le servía de reflexión para provocar los cam-
bios terapéuticos; las intervenciones de Erickson parecían Mm:igicas~ y a
conrracorriente de las ideas tradicionales sobre la terapia familiar. Erickson
no se preocupaba de conCeptOS tales como la homeosrasis. la función o el
despla:z.a.miento del síntoma. Para él, la pregunta esencial era: "¿De qué
modo. como terapeuta, puedo inducir un cambio en la persona que esr:i
ante mP~ (Wirtcuele y Gareta, 1994, p. 253).
La influencia de Erickson cs indiscurible para la consolidación de la
terapia sistémica. Diferemes escuelas lo reconocen en diversas formas. En
el MRI (Wanlawick, Wcakland y Fisch. 1994; Wanlawiek y Weakland.
1977; Wirteuele y Garda. 1994) su influencia llevó a que más que el es-
tudio de la familia como sistema homeost:idco. fuese el propio proceso de
cambio el que se convirtió en el foco de sus trabajos. En el caso de la te-
rapia estratégica, Jay Halcy publicó en 1963 la primera síntcsis de la ex-
plicación batesoniana y la pr:ictica de Erickson; el libro ~ llamó Estratt-
gias tn plicoumpia. Aunque Halcy se separó del MRI en 1967, sus visitas
como representame de él a Erickson continuaron por m:is tiempo, ya sin
Wcakland. Su cercanía se mantuvo hasta el fallecimiento de Erickson y
Halcy publicó gran parte de las transcripciones de estas entrevistas en una
serie de tres volúmencs (Haley. 1985a, 1985b. 1985c). asl como OtrOS tra-
bajos cl:isicos. como Advanud Ttchniqu~ ofHy/!noJiJ and Thmtpyen 1967
y MTerapia no convencional" en 1973. La influencia de Erickson en la

Mater~ '''~
18 • ptORQVARGA5 ÁVAl05

práctica de la terapia esuatégica es palpable; se advierTe, por ejemplo, en


su focalización sobre el s{ntoma, en sus prescripciones (directivas) y en las
llamadas ordaHas. Sin embargo, queda aún por realizar un verdadero ras-
treo técnico-histórico de estas ]{neas de influencia.
En un caso más, como es el de los enfoques orientados a las soluciones
(Cade y Q'Hanlon, 1995; de Shazer, 1987, 1991, 1992; Q'Hanlon, 1990,
2001), [anTO Bil! Q'Hanlon como Steve de Shazer indican de manera ex-
plíciTa su conraclO con la psiCOTerapia, como inspirado por la lectura de los
libros de Erickson que Haley editara (Q'Hanlon, comunicación personal,
12 de diciembre de 1998; de Shazer, 1999); sin embargo, también cn es-
te caso están por hacerse los recuentos y análisis de esTa influencia en sus
procesos de construcción técnica.

Los antecedentes de la explicación interaccional


Hasta este punto hemos abordado como antecedentes de la terapia sisté-
mica el pensamiento cibernético en la versión de Gregory Bateson y el Tra-
bajo de Milton H. Erickson. Falta entonces por señalar otra vertiente de
explicación interaccional que en el curso de los primeros veinte años del
siglo XX se gestÓ en lo que se conoce como la escuela de Chicago Uoas,
1991) y que hoy encOntramos que como algunas de sus líneas se entretc-
jen con el inicio de la terapia familiar.
El antecedente intelecTUal direcTO del llamado pensamiento de la es-
cuela de Chicago es el pragmatismo de William James. A James se le re-
conoce como el fundador de la psicología académica en Estados Unidos.
Hacia principios del siglo xx, James esTUvO muy interesado en la prác-
tica dc curación que realizaban párrocos y diversos miembros de comuni-
dades religiosas. Diferentes dOCTrinas-iglesias ten{an sus propias formas de
"curar el alma enferma~. De hecho, James mismo fue atendido con estas
prácticas y encontró alivio en sus sesiones. James pensaba que lo que ex-
perimentamos como "s[ mismo~ está condicionado en su mayor parte por
el traTO social, un hombre tiene muchos s[ mismos sociales, tantoS como
M

hay individuos que le reconocen y le llevan una imagen de él en su men-


te~ (Beels, 2002). .

:ler hos Otl aulor


ANHCEOfNTtS DE LA TERAP'IA !;Isrl'MlCA • 19

Fue d alumno de james, jDhn Dewey, quien en su puesto como co-


ordinador dd Departamento de Filosofía en la Universidad de Chicago, se
encargó de situar el pragmatismo en acciones, en la forma de investigación
empírica par:a las ciencias sociales. De hecho, se considera que Dewcy guió
la expansión de las actividades dd Departamento de Filosofla hacia la psi-
cologla social, la educación, la antropologla y el análisis de la comunica-
ción (Úriz, 1993).
Cabe señalar que al lado de Dewey se encontraba otro ex alumno de
james, George Herbe:rt Mead, quien, en la aplicación de esta propuest<l del
pragmatismo, creó un moddo para d estudio detallado de la comunica-
ción humana, d lenguaje y los gestos.
Fue sobre la base de la aportación de Mead que se acuña d término
inuraecioniJmo timbó/ieo. ESta tradición concibe: lo social como un entra-
mado constituido por intercambios simbólicos, acciones o comunicacio-
nes, orientadas y constantemente redefinidas por los actores en nmción de
sus consecuencias prácticas (Úriz, 1993).
AsI pues, en la escuda de Chicago la POStUfll de estudiu estas formas
más altas de la vida menral (lenguaje, gestOS y la ideación que los acom-
pañaba) cafllcteriz.6 d enfoque fuertemente empírico de la investigación.
En este contexto, y como pute de la segunda genefllción de la escuda de
Chicago, estaba Edward Sapir. Antropólogo, lingüista, poeta y crftico [ite-
r:ario, se cspccializ.6 en la estrUCtUfll de las lenguas aborígenes de su p<lís.
Propuso, alIado de Benjamin Worf, la célebre hipótesis que lleva. d nom~
bre de ambos y según la cual d lenguaje es un proceso social que moldea.
las formas dd pensamiento Ooas, 1991). Sapir hablaba de un lenguaje de
gestos y movimientos corpol'1llcs, "un dabol'1ldo c6digo secreto que esd. es-
crilo en ningún lado y que es entendido por rodos" (Sapir, 19G8, p. 556).
Est<l propuesta es la precursora de los "aml.lisis de contexto" que pres<:nt<l-
ron Schdlen y Birdwhi51dl en los años cincuenta y sesenta (Winkin,
1984), y su más reciente heredero es d "análisis convemcional", empa-
rentado también con la escuda de Chicago a través de otros miembros dd
linaje: Irving Goffman y Harold Garfinkd Ooas. 1991; Bccls, 2002).
La gran importanci<l, considerada en est<l reseña, de los <Intecedentcs
conceptuales de la tefllpia sistémica la vemos reflejada en la influencia de
la escuda de Chicago en las explicacioncs interaccionalcs en distintos cam·
pos dd conocimiento: educación, amropologfa, lingüística y particular-
lll' ptOllOVA~Gf\SÁVAl.05

mente, hacia la década de 1920, en el trabajo de Harry Stack Sullivan. Fue


en esos años cuando se conocieron Sapir y Sullivan; este último estaba ya
desarrollando una teoría psiquiátrica que situaba el "evento interaccional"
como el eje de su pensamiento.
Aquí es el punto en el que ocurre un entrela-¡;amiento entre uno de los
participantes en las conferencias de Macy, Lawrence Frank, y Sullivan,
pues Frank era entonces s«retario de la Rockefeller Memorial y pudo apo-
yar económicamente un c:vc:nto conjunto con la Universidad de Chingo.
Dicho evento se llamó ~Fim Colloquium on Personaliry Investigation", en
el que también parricipó Sapir. Al año siguieme se realizó el segundo
(Heims, 1991) y la relación Sapir-Sullivan se fortaleció. Sapir influyó en
d pensamiento de Sullivan al mostrarle el impacto de las categorías cultu-
rales en la formación de la psicopalologfa, es decir, la importancia de los
procesos lingüísticos y simbólicos en la conformación de lo normal y anor-
mal (Beels, 2002).
Hasta este punto seguimos el linaje que viene desde d pragmatismo
de James a la escuela de Chicago y d interaccionismo simbólico, linaje que
induce a la aproximación interaccional del trabajo de SuJlivan y que sed
d punto de partida para la formación de psicoterapeutas derivados o con
influencia de la escuela de Washington, entre los que podemos mencionar
directamente a Don Jackson, Murray Bowen, Lyman Wynne y Salvadot
Minuchin (Stierlin, 1997), quienes constituyen en buena medida la pri-
mera generación de terapeutas Familiares.

Un caso particular como ejemplo de investigación:


la teoría general de sistemas
Una vez bosquejadas a grandes rasgos estas líneas de fundación o antece-
demes intd«tuales de la terapia sistémica, aún se puede preguntar: iY cuál
es la relevancia de estudiar como clínico la historia de esta aproximación
psicoterapéutica? A menos que se desarrolle una comprensión histórica, las
herramientas a las que uno puede acceder permanecen limitadas. En la
medida que uno entienda el desarrollo de los enfoques puede reconocer lo
que ha funcionado. lo que se ha perdido en d tiempo, lo que ha persis,i.
do como los pilares o piedns angulares en el trabajo de las escudas tera·
",NTICEOn<TEs Di LA TER.<.P1II SIST!MlO. • 21

¡Xuticas, así como lo que se ha hecho a un lado. Todo esto of~e al estu-
dioso de la historia lecciones invaluables que no pueden ser obtenidas de
otro modo en el período de una vida. Construir a partir del trabajo de los
grandes pensadores originales nos ayuda a maximizar nuestro potencial.
Veamos un ejemplo, de un alcance mínimo debido al número res-
tringido de materiales consultados, a fin de mostrar sólo una problemati-
zación teórica abordada a través de la histOria.
Señalemos la teoría general de sistemas (TGS). Es común que busque-
mos en esta arra propuesta conceptual algunas bases o fundamentos reóri-
cos para explicarnos la terapia sist~mica¡ sin embargo, aquí es donde es ne-
cesario hacer más precisiones personales, cronológicas y conceptuales para
identificar su pertinencia o la ausencia de dla como antecedente concep-
tual.
Al hablar de la teoría general de sisremas, estamos haciendo referencia
al trabajo de Ludwig van Bcrtalanffy y su grupo, en el que están AnatOle
Rappaport, Ralph Gerard y Ross Ashby. entre otros. Bcnalanffy fecha el
inicio de su trabajo al final de los años treinta, aunque sus primeras pu-
blicaciones son de 1940. Para los creadores de la TGS, el problema funda-
mental es el de la complejidad organiz.ada. De hecho, su objetivo es d de
diseñar una teoría general de la organización. Para BenalanffY son con-
ceptoS centrales: la organización, la totalidad, la teleología y la diferencia-
ción (BenalanfFy, 1976).
En 1954, BerralanfFy funda la Sociedad para la Invesrigación General
de Sistemas, que resulta más bien contemporánea de varias obras funda-
mentales: en 1948 aparece ~Cybcrnetics~ de Wciner; en 1949, la Trorla tÚ
la información de Shannon y Weavcr, y en 1947 la TUJria tÚ jutgor de van
Neuman y Morgensten, tOdas ellas adelantadas ya en el ambiente de in-
tercambio de las conferencias Macy.
El trabajo de la Sociedad para la Investigación General de Sistemas co-
menzó a recolectar diferentes enfoques para enfrentar el problema de las
organiz.aciones complejas; estOS enfoques reprcsenun diferentes modelos
conceptuales, técnicas matemáticas y pumas de visra en general. Hacia los
años sesenla la TGS decía englobar a la cibcrn~tica, la teoría de los juegos.
la teoría de las gráficas, la teoría de las redes. la tcoria de la información, la
teoría de los autómatas y la teoría de la decisión. Al morir van Bertalanffy,

M pr< ido por der


22 • Pl;ORQVARGASAvAlOS

la sociedad se tornó un grupo muy aislado y sus desarrollos circularon po-


co e:n d ámbitO de la cie:ncia (luhmann, 19%).
Hasta aqu{ hemos bosquejado cómo se dio en el período de los años
40 un gran entrelazamiento disciplinario: matemáticos, físicos, ingenieros,
biólogos, antropólogos, psicólogos, economistas, gente de las llamada
ciencias duras en conversación con científicos de las ciencias no tan duras.
Yen ese inte:rcambio se conforman dos grupos: d «grupo cibernético ~, con
gente como Wiene:r, von Neuman y Bateson, y el grupo de von Ikrta-
lanfTy. Comparte:n un mismo ambiente intelectual, pero cada grupo de:fi·
ne sus modelos y técnicas de modo particular.
Si uno sigue con atención la producción intde<:tual de Gregory Bate-
son, podrá obse:rvar en sus ideas la influencia del grupo de: las conferencias
de Macy y, aunque en mucha me:nor me:dida, la del grupo de: BertalanfTy.
La comprensión cibernética es de hecho la (jue Bateson señala como fun-
damental en su trabajo, y de:ja la comprensión de: las tOtalidades, por eje:m-
plo, a la lógica de la cibernética de la autorregulación de: circuitos, en di-
ferc:ntes órdenes de abstracción.
Cuando se desea rc:flexionar sobre las fuentes conceptuales de la tera-
pia sistémica, es indispensable: hablar dd pensamientO cibernético de cien-
tfficos como Gregory Bateson, Heim van Foerster, y resulta más lejana, a
la luz del rastreo histórico, la influencia (si es (jue la hay) de la Tes.
Para finaliz.ar, considerc:mos (jue el período histórico de conocimien-
to (jue deseamos cartografiar está demasiado cercano a nosotros, a la épo-
ca actual. Para señalar los limites de comprc:nsión conceptual se nos exige
precisión y amplitud. Muchos de los autores que conforman el campo de
la terapia sistémica están vivos; siguen pensando y practicando la psicOIe.
rapia, de modo que están sujetos al cambio que la variabilidad de los pa·
cientes exige. Los (jue propusieron los esquemas iniciales de los (jue par-
tieron los practicantes de la terapia sistémica han fallecido en los últimos
veinte años. De ah{ que ponderar su trabajo es tarea (jue apenas ocupa a
nuesna generación.
Para iniciar esta labor necesitamos de aproximaciones (jue nos rc:ditú-
en beneficios en la comprensión de estas categorizaciones. Nuestra pro-
puesta es aumentar nuestro conocimiento y entendimiento histórico de las
problemáticas y objetivos que asumieron aquellos (jue están vinculados a
·la práctica de lo que hoy llamamos terapia sistémica. Al reconocer el mo-

pr 1ej¡ido por oer


ANT'lClDH<Trs ()( lA TUIAl'IA SISTtMlcA • lJ

do e:n que: .se: fue:ron ddinie:ndo sus proble:mas de: trabajo y sus obje:livos
de: investigación, percibiremos los confines de: esla tradición de: investiga-
ción cie:ndfica e:n la que: suge:rimos .se: e:ncue:nlra la te:rapia siSl~mica. Con
esra tarea en perspectiva. me: gustarla recordar las palabras de: Gregory Ba-
[eson cuando le: pregunlaban: iqu~ es lo que: se: ne:cesilaba para hacc:r cie:n-
cia? futeson respondfa: "Se: ne:cc:silan dos condiciones: rigor e: imagina*
ción~ (Bareson, 1993).

p
lO • 1'l0000VAlIGASAVAlOS

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