L1 Vargas 2004
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Capítulo 1
Antecedentes de la tetapia sistémica
Una aproximación a su tradición
de investigación científica
Introducción
l propósito de este primer capítulo es bosquejar históricamente las If-
E neas de influencia necesarias para comprender las premisas concep-
tua.les que fundamentan la terapia sistémica. Queremos sugerir que a partir
de ellas se puede pensar en la conformación de un campo de investigaci6n
ciendfica que comparta un marco conceptual que clasifique y explique lo
que hay en el mundo (una afirmación ontológica), donde se enumeren
los métodos apropiados, técnicas y herramientas de investigación para el
estudio de objetos relevantes en el dominio de sus aplicaciones (aspecros
metodológicos); fina.lmente, los proponentes dentro de este campo de in-
vestigación se vincularían a un juego de objetivos cognitivos que los pro-
ponentes de Otras campos no aceptarlan totalmente (presupuestos. com-
promisos y va.lores) (Laudan, 1977. 1993; Labros y Musgrave. 1975; Kuhn.
1991).
En la primera parte se habLará de la importancia de los antecedentes
históricos como el compois que guía a.I marino en la inmensidad del mar,
para asegurarle su arribo con bien a pueno, pues es frecuente encontrar-
nos confusiones y equívocos a.I querer situar la tradición intelectual de la
terapia sistémica.
En un segundo .apan.ado se mostrará cómo l.as ideas y propuestas de
explicación que comenzaron a desarroll.arse en el seno del grupo ciberné-
tico, influyeron de m.anera definitiva. en l.a comprensión del compon.a-
Las interrogantes surgen: ¿es lo mismo terapia breve que terapia fami-
liar sistémica? ¿La terapia familiar es terapia sistémica? ¿Puedo hacer tera-
pia familiar sistémica sin la familia? ¿Constructivismo o construccionis-
mo? En ocasiones, las dudas sobre demarcaciones particulares evidencian
una seria ausencia de contexto histórico y filosófico: ¿es Erickson un tera-
peuta sistémico? ¿Bateson es posmoderno? ¿Ha sido Minuchin en realidad
un terapeuta de enfoque narrativo?
Frente a estas interroganres, es importante iniciar una labor de inves-
tigación y comenur a dar reconocimiento al linaje intelectual en el que
nos queremos situar.
El grupo cibernécico
Mayo II de 1942, Nueva York. En esta fecha ruvo lugar la primera de una
serie de conferencias auspiciadas por la Fundación Josiah Maey Ir. El nom-
M
bre de aquella primera conferencia fue el de "Inhibición ccrebral que al ,
decir de Bateson era una forma más bien elegante para hablar de hipnosis
(Brand, 1976). El tema que floraba en el aire durante aquella conferencia
era el trabajo conjunto de Arturo Rosenbluerh, Norbcrr Wiener y Julian
Bigelow 1 acerca de la imponancia de los procesos de retroalimentación en
la comprensión de la conducra intencional. Dicho trabajo nos explicaba el
modo en que una unidad orgánica se mantiene a través del tiempo y, más
aún, cómo su conducta se da en función de una cierta finalidad a la que
tiende en todo momento sólo para corregirse y de este modo autorregularse.
Este modelo remplauba la relación causa-efecto tradicional de un es-
tímulo que lleva a una respuesta, por una causalidad circular que requiere
de retroalimentación negativa.
Hay que poner esto en contexto. Para los años cuarenta, tener una ex-
plicación que permitiese explicar la dinámica de interacción de un con-
jUntO de dementos agrupados bajo algún tipo de condición diferente del
azar, resultaba muy interesante, Se sabía que los organismos se automan-
E",~ ... b.jo, "Beb.vior. [\upo nd TeJcoIogy". fue publi<:.do como mkulo en 1943. HistlÍ-
ri<:>rncn'~, ~t.
publicación n<>cid. romo el p.im" docum~mo d~ lo quc par> final.. de
esa mi.m. década .. Ilam" ci¡""";';'4.
tenían por sr mismos, pero el cómo se lograba esro resultaba ya m;{s bien
oscuro.
La presentación de Rosenblueth entusiasmó enormemente a los cien-
tÍficos que participaron en dla, entre otros d matem;{tico John von Neu-
man, d fisiólogo mexicano Rafael Lorente de No, el neuropsiquiatra Wa-
r~n McCulloch, los antropólogos Gregory Bateson, Margaret Mead, Mil-
ron H. Erickson y Lawrence Kubie. Desafortunadamente, el comienzo de
la Segunda Guerra Mundial imposibilitó que se continuaran emonces los
trabajos. Sin embargo, esta primera reunión fue la que dio pie a la organi-
zación de una serie de conferencias que tuvieron que esperar cuatro años.
Hacia 1946, Frank Frccmont Smith, director de la fundación Macy,
urgió a McCulloch para reanudar las conferencias y seguir explorando las
ideas presentadas por Rosenblueth cuatro años atrá.s. Cabe señalar que
otro de los principales animadores de estas confe~ncias fue G~gory Bate-
son, que también insistió a McCulloch para que organizase las conferen-
cias (Brand, 1976), e incluso se encargó jumo a Margaret Mead y La-
wrencc Frank, de invitar al encuentro a muchos de los participantes en las
llamadas ciencillJ blanda!.
El trabajo de organización permidó que el 8 Y9 de marzo de ese año
diera comienzo el ciclo de conferencias "The Feedback Mechanisms and
Circular Causal Systems in Biology and Social Scienccs~ (Los mecanismos
de retroalimemación y los sistemas de causalidad circular en la biología y
las ciencias sociales).
Estas reuniones son ahora las llamadas conferencias de Macy; en ellas
participaron científicos pertenecientes tanto a las ciencias duras como a las
ciencias sociales. Podemos mencionar entre los participantes a dos de los
matem;{ticos m;{s importantes del siglo xx: Norbert Wiener y John von
Neuman; a los neurofisiólogos mexicanos Arturo Rosenblueth y Rafael
Lorente de No; al matem;{üco autodidacta Walter Pim, al neuropsiquia-
tra Warren McCulloch, al psicólogo Kart Lewin y a los anrrop6logos Mar-
garet Mead y Gregoty Bareson, por mencionar a algunos de los m;is im-
porrames que fueron del grupo base que asistÍa a todas las confe~ncias;
adem;{s, como invitados que parriciparon en algunas de ellas est;{n: Heinz
van Focrster (quien se integró a partir de la quima conferencia como se-
cretario y relator de las sesiones), Nathan Ackerman, Ross Ashby, Leon
M pr id0 oar
6 • P(ORO VARGAS AVAlOS
M pr id0 oar
8 • P(ORQVARCAS AVAlOS
y era seeretario de la Fundación Magr con vCnculos muy fuertes con la es-
cuela de Chicago, donde habCa impartido seminarios en colaboración con
Harry Stack Sullivan y Edward Sapir (mancuerna de la que hablaremos
más adelante), entre otros. En la ¿poca de las conferencias de Magr, cu-
riosamente, tambi¿n era el casero del departamento en Nueva York en el
que vivían el matrimonio Bateson-Mead (Heims, 1991, Barcson, 1989).
Bateson tomó las ideas de Wiener con gran entusiasmo, y de hecho
dejó correr su imaginación con las posibles aplicaciones que podría tener
en el campo de las ciencias sociales el uso de tüminos tales como retroali-
mentación, calibración u Otros conceptos claves de la cihcrn¿tica. Bateson
incluso ~nombró a Wiener... su mentor en los conceptos en el vocabulario
de las computadoras, de la teoría de la comunicación y de la lógica formal~
(Heims, 1977).
Bateson retomará estas nociones y las aplicará a la comprensión de sis-
remas imeraccionalcs y socialcs. Como ejemplo de la retroalimemación,
Bateson suele citar el caso del termostato. Un sistema de calefacción es
controlado por un termostato: cuando b. temperatura fluctuante excede
los límites del termostato calibrado, se activa en cl horno un mecanismo
que lo enciende o apaga, haciendo volver la temperatura al intervalo den-
tro del cual debe mantenerse. AsC pues, el sistema vigila su propio desem-
peño y es autocorrectivo. En una familia, por ejemplo, una pelea entre dos
miembros puede intensificarse, como la temperatura de la casa, hasta al-
canzar un umbral moiximo intolerable; este último es a veces regulado o
definido, igual que el termOSlato, por la conducta de otro miembro que
detiene la pelea. Un hermano y una hermana pueden discutir entre si has-
ta que el perro de la familia empieza a ladrar; la conducta del perro distrae
a los hermanos, que se le aproximan y empiezan a jugar con él (Bateson,
1976a).
La anterior es la forma en que Batcson pensó que en las interacciones
humanas se corporiz.an los procesos de retroalimentación como eran des-
critos en la cibernüica. &tos proceso de retroalimentaci6n son los que da-
rlan la estabilidad a la organiz.aci6n descrita (sea una familia, una pareja o
incluso una cultura). &ta organiz.ación se puede mantener gracias al con-
uol de los fragmentos intensificados de conducta; se dice que tal organi-
zaci6n o sistema perdura debido a que es autocorrectivo.
M pr do por óer
AN'HCEDENTlS DE LA TtItAPlA SlSTtMlcA • 9
M pr id0 oar
10. PEOROVARGASÁVAlOS
l Id~. qu~, 1> f«h. p<",":oI«~.n ¡;r>n P"" d.l.. inves,igacion.s sob,. l. l~..pi. f.miliar si>l~
m~.
j Millo" H. Erichon pnoclicó l. '."'pi. desdo firules d.l....nos 20 h.... ¡¡n.la d. los 70. Du-
ra" .. bu.". P'"'' <k ..... :oIios. d psico.,,:l.I¡sis do.rninab.l. psi<OI"r>pi.: sin "mb>lgo. Erid<>on
."'OI"ró su propio m"odo l~r>plUlico I~j", <k l. co<';.",••n.lftico princip:ol (O' H."I,," Y
Wi~ncr_D.vi$, 1990). mós ..Id."•• habl...mos d. 11.
• Donald D. JrlJon hi:t(l bca....:f1l <k medicil\ll1 K apa:ializó.n psiquiaufa. 8a1..,n la inyil6
a puticipu en d ~o d. in_ip:i6n cuando lo acucM en una wnfc..,ncQ en d Haspi,a1
de VOl"""". don<k hada alw;6n ala homeoslW familiu u.. luon. 19m. Jaduon maneja la
idea de que la familia Q una unilbd y que Lu inle.....ioncs .m", tui difermlQ m;"mbros ,;"n·
de a manlmcr una ciena conaancia ..,bdonal de .ipo hOl"ACllfcilica (Winnacl. 1 Gardo. 1?9-4).
12 • PEDROVARGASAvALOS
'tenal )
",NTlCWlNlES Df l'" HIUlP\.o\ SlSTlMl0\ • 1S
apenas ha sido bosquejada en los textos que presentan los anteceden res de
los modelos llamados siStémicos.
Mencionemos por ejemplo algunas de las transformaciones que se rea~
lizaron para la pdcrica clínica a partir de los rrabajos de este proyccto:
• Pasar del "pasado como la causa" a ~la situación social presenre como
la causa" de lo que era denominado psicopatología.
• Pasar de pensar ~en términos de una conducla inapropiada y desadap-
rada que era acarreada desde el pasado" a pensar en términos de una
conducta de adaptación adecuada para la situación social que vivía el
paciente.
Es importante no olvidar que estas transformaciones ocurren en los años
cincuenra, cuando dedr al paciente qué hacer o prescribir un comporta-
miento constituía una falta impemabJe para un clínico.
El inicio de estoS cambios en las premisas para la comprensión de la
psicopatologfa constituye la entrada a 10 que hoy conocemos como terapia
sistémica, y sin duda queda una buena parte de trabajo por hacet a fin de
precisar el modo en que "El proyecto Bateson" influye más específica-
mente en las escudas que identificamos en esta línea. Aun ahora tenemos
cierta penumbra cuando intentamos especificar con mayor amplitud tan-
to su comprensión del comportamiento como la lógica en que articulan el
cambio en la pr.ictica clínica.
Podemos indicat que incluso los fundadores del enfoque del Centro
de Terapia Breve del MRI Ydel grupo de Milán señalan de modo c:xpUdlO
su filiación batesoniana; Richard Fisch dice: "Nosotros somos batesonia-
nos" (Fisch, comunicación personal, 10 de septiembre de 1998), mientras
que Luigui Boscolo afirma literalmente: "Nuestra comprensión del com-
portamiento es baresoniana" (Boscolo, comunicación personal, 23 de no~
viembre de 2001).
El desarrollo de trabajo sobre esta línea es una tarea pendiente de la
que incluso son conscientes los herederos de esta tradición en el MRI mis-
mo; basta señalar el trabajo de Wendel Ray, actual direclOr del MRI, Y los
proyectos de investigación que sobre las raíces del enfoque sinémico reali-
za oon Bradford Keeney y Jeffrey Zeig, presidente de la Fundación Milton
H. Erickson.
Mater~ '''~
18 • ptORQVARGA5 ÁVAl05
¡Xuticas, así como lo que se ha hecho a un lado. Todo esto of~e al estu-
dioso de la historia lecciones invaluables que no pueden ser obtenidas de
otro modo en el período de una vida. Construir a partir del trabajo de los
grandes pensadores originales nos ayuda a maximizar nuestro potencial.
Veamos un ejemplo, de un alcance mínimo debido al número res-
tringido de materiales consultados, a fin de mostrar sólo una problemati-
zación teórica abordada a través de la histOria.
Señalemos la teoría general de sistemas (TGS). Es común que busque-
mos en esta arra propuesta conceptual algunas bases o fundamentos reóri-
cos para explicarnos la terapia sist~mica¡ sin embargo, aquí es donde es ne-
cesario hacer más precisiones personales, cronológicas y conceptuales para
identificar su pertinencia o la ausencia de dla como antecedente concep-
tual.
Al hablar de la teoría general de sisremas, estamos haciendo referencia
al trabajo de Ludwig van Bcrtalanffy y su grupo, en el que están AnatOle
Rappaport, Ralph Gerard y Ross Ashby. entre otros. Bcnalanffy fecha el
inicio de su trabajo al final de los años treinta, aunque sus primeras pu-
blicaciones son de 1940. Para los creadores de la TGS, el problema funda-
mental es el de la complejidad organiz.ada. De hecho, su objetivo es d de
diseñar una teoría general de la organización. Para BenalanffY son con-
ceptoS centrales: la organización, la totalidad, la teleología y la diferencia-
ción (BenalanfFy, 1976).
En 1954, BerralanfFy funda la Sociedad para la Invesrigación General
de Sistemas, que resulta más bien contemporánea de varias obras funda-
mentales: en 1948 aparece ~Cybcrnetics~ de Wciner; en 1949, la Trorla tÚ
la información de Shannon y Weavcr, y en 1947 la TUJria tÚ jutgor de van
Neuman y Morgensten, tOdas ellas adelantadas ya en el ambiente de in-
tercambio de las conferencias Macy.
El trabajo de la Sociedad para la Investigación General de Sistemas co-
menzó a recolectar diferentes enfoques para enfrentar el problema de las
organiz.aciones complejas; estOS enfoques reprcsenun diferentes modelos
conceptuales, técnicas matemáticas y pumas de visra en general. Hacia los
años sesenla la TGS decía englobar a la cibcrn~tica, la teoría de los juegos.
la teoría de las gráficas, la teoría de las redes. la tcoria de la información, la
teoría de los autómatas y la teoría de la decisión. Al morir van Bertalanffy,
do e:n que: .se: fue:ron ddinie:ndo sus proble:mas de: trabajo y sus obje:livos
de: investigación, percibiremos los confines de: esla tradición de: investiga-
ción cie:ndfica e:n la que: suge:rimos .se: e:ncue:nlra la te:rapia siSl~mica. Con
esra tarea en perspectiva. me: gustarla recordar las palabras de: Gregory Ba-
[eson cuando le: pregunlaban: iqu~ es lo que: se: ne:cesilaba para hacc:r cie:n-
cia? futeson respondfa: "Se: ne:cc:silan dos condiciones: rigor e: imagina*
ción~ (Bareson, 1993).
p
lO • 1'l0000VAlIGASAVAlOS
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