Mega Fauna
Mega Fauna
Mega Fauna
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En zoología terrestre, el término megafauna (del griego antiguo megas "grande" + el latín fauna
"animal") se refiere a animales "gigantes", "muy grandes" o "grandes". El término está
especialmente asociado en la literatura científica actual a la megafauna del Pleistoceno tardío y el
Holoceno que ha venido extinguiéndose en un proceso conocido como extinción masiva del
Cuaternario12 desde hace 50.000 años hasta la actualidad. Incluye así a los animales grandes o
gigantes que se consideran arquetípicos de la última edad de hielo como por ejemplo los mamuts
en el hemisferio norte y los gliptodontes en América del Sur.3 El umbral más comúnmente usado
para incluir un taxón en el término megafauna es 44 kilogramos45 o 100 kilogramos.56 Por lo
tanto esto incluye a muchas especies que no son popularmente consideradas como especialmente
grandes, como el ciervo de cola blanca y el canguro rojo, e incluso a los humanos, aunque también
se utiliza el criterio más restrictivo de aplicarlo a aquellos animales cuya masa excede una tonelada
métrica (un millón de gramos o megagramo).7
Otros usos comunes recaen en las especies gigantes acuáticas, como las ballenas, cualquier animal
terrestre salvaje o domesticado como los antílopes y los toros, y los dinosaurios y otros reptiles
gigantes extintos.
Índice
1 Estrategia ecológica
3.2.3 Cronología de las extinciones de megafauna en Oceanía, las Américas y los grandes
archipiélagos
5 Ejemplos
6 Galería
6.1 Extintos
7 Referencias
8 Bibliografía recomendada
9 Enlaces externos
Estrategia ecológica
Megafauna —en el sentido de los mayores aves y mamíferos— son animales generalmente
estrategas de la K, con una prolongada longevidad, una baja tasa de crecimiento poblacional, bajas
tasas de mortandad, y pocos o ningún depredador capaces de matar a un adulto. Estas
características, aunque no son exclusivas de dicha megafauna, los hacen altamente vulnerables a
la sobreexplotación humana, lo que se cree que la habría podido llevar a fenómenos de extinción
masiva en todos los continentes a excepción del África subsahariana y Asia meridional, los únicos
lugares del planeta que conservan hoy en día una parte importante de la megafauna terrestre
habitual en la mayor parte de los ecosistemas antes de nuestra expansión durante el Pleistoceno.8
Una observación que se ha hecho acerca de la evolución del tamaño corporal grande, dice que las
tasas rápidas de incremento que se observan frecuentemente en intervalos relativamente cortos
de tiempo no son sostenibles durante periodos mucho más prolongados. En un examen de las
masas corporales de los mamíferos a través del tiempo, el máximo incremento posible en un
intervalo de tiempo dado encontrado fue una escala con la longitud del intervalo elevado a la
potencia 0,25.9 Se cree que esto refleja la aparición, durante una tendencia de aumentar el
tamaño máximo del cuerpo, de una serie de restricciones anatómicas, fisiológicas, ambientales,
genéticas y de otro tipo que deben ser superadas por las innovaciones evolutivas antes de que
posteriores incrementos de tamaño sean posibles. Una tasa de cambio sorprendentemente rápida
se encontró para grandes disminuciones en la masa corporal, como la que pueden estar asociadas
con el fenómeno del enanismo insular. Se encontró que cuando se normaliza la longitud de la
generación, la tasa máxima de grandes reducciones de masa corporal es 30 veces mayor que la
tasa máxima para los grandes incrementos de masa corporal.9
En mamíferos terrestres
Grandes mamíferos terrestres comparados con uno de los mayores dinosaurios saurópodos,
Patagotitan.
Tras la extinción masiva del Cretácico-Terciario que eliminó a los dinosaurios hace cerca de 66
millones de años, los mamíferos terrestres experimentaron un casi exponencial aumento del
tamaño corporal a medida que se diversificaban para ocupar los nichos ecológicos que quedaron
vacantes.10 Comenzando desde solo unos kilogramos antes de la extinción, su tamaño máximo se
incrementó a 50 kg unos pocos millones de años después, y llega a 750 kg a finales del Paleoceno.
Esta tendencia de aumento de la masa corporal parece estabilizarse hace cerca de 40 millones de
años (en el Eoceno tardío), lo que sugiere que habían alcanzado restricciones ecológicas o
fisiológicas, después de un incremento de masa corporal de tres órdenes de magnitud.10 Sin
embargo, si se considera desde el punto de vista de la tasa de aumento del tamaño de cada
generación, se encuentra que el aumento exponencial continuó hasta la aparición de
Paraceratherium hace 30 millones de años. (Dada las escalas de tiempo de generación de masa
corporal 0,259 , aumentando los tiempos de generación con el aumento de tamaño causan que el
registro de la masa en función del tiempo forme una curva a la baja desde un ajuste lineal.)9
Los megaherbívoros eventualmente obtuvieron una masa corporal de más de 10.000 kg. Los
mayores de estos, los indricoterios y los proboscídeos eran fermentadores del intestino grueso,
que se cree que tenían una ventaja sobre los fermentadores del intestino delgado en términos de
ser capaces de acelerar el tránsito gastrointestinal para poder acomodar la ingesta de enormes
cantidades de comida.11 Una tendencia similar aparece cuando se comparan las tasas de máximas
masas corporales por generación para distintos clados de mamíferos (usando tasas promediadas
sobre las escalas de tiempo macroevolutivas). Entre los mamíferos terrestres, las tasas más rápidas
de incremento aparecen en los perisodáctilos, seguidos por los roedores y proboscídeos,9 todos
los cuales son fermentadores del intestino grueso. La tasa de incremento para los artiodáctilos fue
cerca de un tercio de la de los perisodáctilos. La tasa para los carnívoros fue levemente menor,
mientras que los primates, quizás restringidos por sus hábitos arborícolas, tuvieron la tasa más
baja entre los grupos de mamíferos estudiados.9
Los mamíferos terrestres carnívoros de varios grupos de euterios (el mesoniquio Andrewsarchus,
los creodontos Megistotherium y Sarkastodon, y los carnívoros Amphicyon y Arctodus) alcanzaron
un tamaño máximo de cerca de 1.000 kg10 (aparentemente Arctotherium era algo más grande). El
mayor carnívoro metaterio, Proborhyaena gigantea, aparentemente alcanzaba 600 kg, también
cerca de este límite.12 Un límite de tamaño máximo teórico ha sido predicho basándose en la tasa
metabólica de los mamíferos, el costo energético de obtener las presas, y la tasa máxima estimada
de consumo de presas.13 También se ha sugerido que el tamaño máximo de los mamíferos
carnívoros se ve restringido por el esfuerzo que el húmero puede resistir durante la máxima
velocidad a la carrera.12
El análisis de la variación del tamaño corporal máximo en los últimos 40 millones de años sugiere
que la caída de las temperaturas y el incremento del área de tierras continentales están asociados
con el incremento del tamaño. La primera correlación podría ser consistente con la regla de
Bergmann,14 y podría estar relacionada con la ventaja termorregulatoria de una mayor masa
corporal en los climas fríos,10 la mejor habilidad de los organismos grandes para hacer frente a la
disponibilidad de comida,14 u otros factores;14 la última correlación podría ser explicable en
términos de limitaciones de rango y recursos.10 Sin embargo, los dos parámetros están
interrelacionados (debido a las caídas en el nivel del mar que acompañan el incremento de las
glaciaciones), lo que hace que la razón principal de las tendencias de aumento de tamaño sean
más difíciles de identicar.10
En aves no voladoras
Durante el Paleoceno, debido al tamaño pequeño inicial de los mamíferos, los nichos de
superpredador fueron frecuentemente ocupados por miembros de otros grupos, como los
crocodilianos terrestres (como Pristichampsus), grandes serpientes (Titanoboa), lagartos
varánidos, o aves no voladoras10 (como Gastornis en Europa y Norteamérica, Paleopsilopterus en
Suramérica). En los continentes del norte, las grandes aves depredadores fueron desplazadas
cuando evolucionaron los grandes carnívoros euterios. En la aislada América del Sur, los
forusrácidos no pudieron ser desbancadas por los carnívoros metaterios esparasodontes locales y
siguieron siendo dominantes hasta que los depredadores euterios llegaron desde Norteamérica
(como parte del Gran Intercambio Biótico Americano) durante el Plioceno. Sin embargo, ninguna
de las mayores aves depredadoras (Brontornis), posiblemente omnívoras (Dromornis15) o
herbívoras (Aepyornis) del Cenozoico crecieron más allá de los 500 kg, y por lo tanto nunca
alcanzaron el tamaño de los mayores depredadores mamíferos, sin mencionar el de los mayores
mamíferos herbívoros. Se ha sugerido que el incremento en el grosor de las cáscaras de los huevos
de ave en proporción a masa del huevo con el incremento en el tamaño del mismo implica un
límite máximo para el tamaño de las aves.16 La mayor especie de Dromornis, D. stirtoni, puede
haberse extinguido después de haber obtenido la masa corporal aviana máxima y fue después
desplazada por los marsupiales diprotodontes que evolucionaron a tamaños varias veces
mayores.17
El evento de extinción del Cuaternario tardío comprende todas las extinciones masivas de
megafauna registradas en los últimos 50.000 años, después de la aparición del ser humano
moderno. Estas extinciones masivas de megafauna comenzaron en el Pleistoceno tardío, en Asia
tropical y Oceanía, siguieron en la Europa meridional entre 40.000 y 20.000 años atrás, tuvieron
otro máximo al final del último período glacial (la glaciación de Würm) cuando se extinguieron el
resto de animales gigantes de la región holártica, como el mamut lanudo, en América y Eurasia, y
continuaron después en islas y archipiélagos de todo el mundo, siendo las últimas grandes
extinciones masivas de megafauna la de Nueva Zelanda hace entre 900 y 500 años2 y las que están
ocurriendo en el África subsahariana y Asia tropical en la actualidad.18 Las extinciones de
megafauna conocidas como la extinción del Holoceno y extinción del Pleistoceno hoy tienden a
encuadrarse por la mayoría de los científicos dentro del evento de extinción del Cuaternario
tardío, también conocido como QME (Quaternary Megafauna Extinction) por sus siglas en inglés.1
219202122
Esta extinción megafaunal redujo en más de la mitad el número de mamíferos de gran tamaño en
el mundo,23 incluyendo grandes herbívoros, depredadores y carroñeros. Australia perdió el 86%
de su megafauna, la mayor parte entre hace 50.000 y 40.000 años, coincidiendo en el tiempo con
la llegada del ser humano.2324 En el caso de ambas Américas la extinción afectó a decenas de
especies de megafauna, con una extinción masiva que supuso la desaparición del 73% de las
especies de megafauna en Norteamérica y al 80% en Sudamérica, siendo la opinión más
ampliamente aceptada hoy, que también la extinción masiva americana coincidió con la llegada
del ser humano al Nuevo Mundo.23 Así, desde hace al menos 50,000 años y comenzando por
Asia19 y Australia, aproximadamente 2/3 de todos los géneros de mamíferos terrestres mayores
de 50 kilogramos se han extinguido en Eurasia, norte de África, Oceanía, las Américas y los
archipiélagos de todo el Mundo.2 Varias teorías han intentado atribuir las diversas olas de
extinciones de megafauna de los últimos 50.000 años a causas no antropogénicas como cambios
climáticos, enfermedades desconocidas (ninguna enfermedad conocida ha causado la extinción
simultánea de familias, órdenes e incluso infraclases totalmente distintas, discriminando además
las especies en función de su tamaño), un posible impacto extraterrestre (no registrado por los
geólogos), entre otras.22526
Hipótesis climática
La hipótesis climática, que fue dominante durante la mayor parte del pasado SXX, no es capaz de
explicar de forma consistente estos patrones de extinción masiva por varias razones:
La hipótesis climática no explica la asincronía regional de las extinciones. Los eventos climáticos
relacionados con los últimos ciclos glaciales fueron acontecimientos planetarios que afectaron a
todo el globo al mismo tiempo: los picos fríos por ejemplo estaban vinculados a períodos secos en
regiones tropicales. Sin embargo, las extinciones ocurrieron en periodos completamente distintos
en diferentes lugares del mundo.2
Hubo más de 30 ciclos glaciales a lo largo del Pleistoceno al menos tan intensos como el último,
pero sin extinciones masivas asociadas en el registro fósil.20
Las extinciones en Europa meridional, Asia tropical, Oceanía y casi todas las islas del planeta no
coincidieron con los picos glaciales ni con los cambios de ciclo glacial, sino con periodos estables
climáticamente.23
La hipótesis climática implicaría muchas extinciones de plantas, que suelen verse más afectadas
por los cambios climáticos que los animales, pero esta predicción falla ostensiblemente: no hubo
ola de extinciones florísticas masivas en el Cuaternario.2
Las extinciones presentan una selectividad de tamaño sin precedentes en el registro fósil, ya que
afectan casi exclusivamente a especies de megafauna, cuando los últimos estudios han revelado
que son las especies más pequeñas las más vulnerables y las que se extinguen en mayor
proporción bajo perturbaciones medioambientales provocadas por el clima.227
Los fósiles muestran en el periodo inmediatamente anterior a la extinción una reducción drástica
en la edad de madurez sexual de las especies de megafauna, que no se corresponde con lo
registrado en extinciones debida a factores climáticos, pero que sí se ha estudiado y comprobado
en repetidas ocasiones en poblaciones de mamíferos sujetos a una elevada presión cinegética.20
Por último los cambios climáticos no pueden explicar por qué las extinciones han sido
sistemáticamente más recientes en las islas que en los continentes, cuando ante un cambio
climático lo esperado es justo lo contrario: las poblaciones insulares, sin posibilidades de emigrar
como las continentales, y con un número de ejemplares y un pool genético mucho menores,
debieron extinguirse en primer lugar. Sin embargo, las extinciones en las islas ocurrieron ya bien
entrado el Holoceno, varios miles de años después del cambio climático (hasta hace 5000 años en
el caso de los perezosos gigantes en el Caribe, 4000 años en el de los mamuts siberianos y los
elefantes europeos, y hasta el s. XVIII en el caso de la vaca marina de Steller en el Mar de Bering).1
Por el contrario, sí parece existir una correspondencia cada vez más clara entre las fechas de
llegada de los humanos con las de la extinción de la megafauna en cada masa terrestre.12192026
Hipótesis antropogénica o de caza excesiva
Se generaron igualmente 41 modelos GLMM (modelo mixto lineal generalizado), que abarcaban
una gama de intervalos de tiempo de entre 1000 y 5000 años. Cuando se utilizó cualquiera de los
proxis de temperatura para representar la variación climática para todo el planeta, el antártico de
2H detectó un efecto climático más fuerte que el groenlandés de 18O, pero la llegada humana
tuvo un efecto aún más potente en ambos casos. Utilizando cada proxy para representar la
variación climática en su propio hemisferio, el momento de mayor variación climática se relacionó
significativamente con la extinción de la megafauna en solo 1 de los 41 intervalos. En marcado
contraste, la fecha de llegada humana fue el mejor predictor de la extinción de la megafauna, con
un efecto significativo en 40 de los 41 intervalos. En los modelos que consideraban la interacción
entre ambos factores, el término de interacción fue significativo en solo 4 de los 41 intervalos. Por
lo tanto, GLMM proporcionó una mayor evidencia de efectos antropogénicos que climáticos, y
poca evidencia de una acción sinérgica de los dos factores.
Estos resultados proporcionaron un claro apoyo a la hipótesis de que los impactos antropogénicos,
en lugar de la variación del clima, fueron el principal impulsor de las grandes extinciones
cuaternarias de megafauna.
Contraste entre la megafauna subsahariana y la extinción en el resto del planeta: la ingenuidad
ecológica
Todas las extinciones masivas de megafauna del Cuaternario tardío parecen haber coincidido en el
tiempo con la expansión del ser humano moderno a nuevos continentes o grandes islas, siendo el
África subsahariana la menos afectada por el proceso hasta el SXIX.2 Hoy se cree que el África
subsahariana pudo mantener su megafauna gracias a que las especies africanas soportaron desde
la aparición del género Australopithecus una larga presencia de homínidos cazadores. Así estas
especies de megafauna pudieron coevolucionar con especies del género Homo y otros géneros
más antiguos, y desarrollar una respuesta instintiva para evitar el contacto con homínidos o iniciar
un ataque ante su presencia.1 La megafauna del resto del mundo o bien había estado expuesta a
una presencia de humanos primitivos menor aunque sometida a su depredación38 (es el caso
particular de la megafauna eurosiática/paleártica, cuya extinción masiva fue la más lenta de todas
tras la llegada del Homo sapiens),1 o bien no había cohabitado jamás con homínidos, por lo que no
habría desarrollado ningún mecanismo instintivo para identificarnos como depredadores. Este
ausencia de respuesta defensiva se conoce como ingenuidad insular o ingenuidad ecológica (island
tameness o island naivety en inglés) y se ha registrado como factor de extinción en numerosas
ocasiones.39 Se observa actualmente en aquellas especies endémicas de islas y continentes de
reciente descubrimiento como las Galápagos o la Antártida.220 Este comportamiento es
considerado por los ecólogos como un factor clave de vulnerabilidad de las especies autóctonas
frente a la aparición de especies alóctonas.40 Así por ejemplo, los pingüinos del continente
antártico muestran un profundo instinto de evasión frente a especies depredadoras con las que
han coevolucionado, como la foca leopardo, pero no frente al ser humano, al que no temen.41
Aunque tradicionalmente se ha incluido el Asia tropical como otra región junto al África
subsahariana donde no ha habido extinciones masivas de Megafauna, lo cierto es que también ha
tenido pérdidas megafaunales muy notables que se han pasado por alto en muchos estudios
porque no muestran un pico en el Pleistoceno Tardío y muchas especies emblemáticas han
sobrevivido hasta nuestros días.1919 El continente asiático, todas las islas grandes desde
Indonesia a Nueva Guinea, y muchas más islas pequeñas, albergaron más especies grandes de
vertebrados y mucha más biomasa de megavertebrados en el Pleistoceno de las que albergan
ahora4546 con muchas especies viendo su rango de distribución original reducido al mínimo a lo
largo de los últimos 50.000 años —al 10% de su rango máximo de distribución en el Holoceno y
aún más desde el Pleistoceno19— o directamente extintas como los elefantes Palaeoloxodon
naumanni y Stegodon sp., los rinocerontes Rhinoceros philippinensis y Rhinoceros sinensis, el
pangolín gigante asiático, el uro asiático, el tapir gigante Megatapirus augustus o los
megamarsupiales de Nueva Guinea Hulitherium, Maokopia, Zygomaturus y Protemnodon.47 Esta
región soporta un episodio de extinción masiva de megafauna en curso que amenaza a las
especies supervivientes.47
Cronología de las extinciones de megafauna en Oceanía, las Américas y los grandes archipiélagos
Fuera del territorio continental de Afro-Eurasia, donde las extinciones son más recientes cuanto
más nos alejamos de África, o de la masa continental hacia las islas, estas extinciones de
megafauna también siguieron un patrón distintivo de masa terrestre en masa terrestre, que seguía
a la expansión humana en regiones previamente no habitadas del globo, lo que como se ha
expuesto no muestra correlación con la historia climática (la cual puede ser visualizada con
gráficos sobre periodos de tiempos geológicos recientes de marcadores climáticos como isótopos
de oxígeno marino o niveles de dióxido de carbono atmosférico).4849 Australia fue afectada
primero hace cerca de 45.000 años,50 seguida por Tasmania hace cerca de 41.000 años (después
de la formación de un puente terrestre con Australia hace unos 43.000 años),515253 Japón
aparentemente hace cerca de 30 000 años,54 Norteamérica hace 13 000 años, Sudamérica cerca
de 500 años después,5556 Chipre hace 10 000 años,5758 las Antillas hace 6.000 años,59 Nueva
Caledonia60 y las islas cercanas61 hace 3.000 años, Madagascar hace 2.000 años,62 Nueva
Zelanda hace 700 años,63 las islas Mascarenas hace 400 años,64 y las islas del Comandante hace
250 años.65 Casi todas las islas aisladas del mundo podrían proporcionar ejemplos similares de
extinciones que ocurrieron poco después de la llegada de Homo sapiens, aunque muchas de estas
islas, como Hawái, nunca tuvieron una megafauna terrestre, por lo que su fauna extinta fue
menor.4849
Un análisis de las esporas del hongo Sporormiella (que se derivan mayormente del excremento de
los megaherbívoros) en núcleos de sedimentos de pantano que abarcan los últimos 130.000 años
del cráter de Lynch en Queensland, Australia muestran que la megafauna había desaparecido
virtualmente hace cerca de 41.000 años, en una época en la que los cambios climáticos eran
mínimos; el cambio fue acompañado por el incremento del carbón de origen vegetal, y fue
seguido por la transición de las selvas a la vegetación esclerófila resistente al fuego. La alta
resolución de la cronología de los cambios apoya la hipótesis de que solo la caza por parte de los
humanos eliminó la megafauna, y que el subsiguiente cambio en la flora fue muy probablemente
una consecuencia de la eliminación de los ramoneadores y del incremento de los incendios666768
El incremento de los incendios siguió a la desaparición de la megafauna por cerca de un siglo, y
muy probablemente resultó de la acumulación de material combustible cuando se detuvo el
pastoreo. En los siglos siguientes los pastos se incrementaron; la vegetación esclerófila se
incrementó con un intervalo de otro siglo, y el bosque de esclerófilas se desarrolló después de
otros mil años.68 Durante dos períodos de cambio climático entre hace 120 a 75 mil años, la
vegetación esclerófila también se había incrementado en el sitio en respuesta a las condiciones
más frías y secas; ninguno de estos episodios tuvo un impacto significativo en la abundancia de
megafauna.68
El gran pulso de extinción cerca del final del Pleistoceno e inicio del Holoceno fue por tanto solo
uno más de una serie de extinciones masivas de megafauna que han ocurrido desde hace 50.000
años hasta el tiempo actual en el que la megafauna superviviente de África y Asia, está viendo
también sus poblaciones drásticamente reducidas.1819 Dentro del actual ciclo de extinción masiva
en que nos encontramos, en el periodo que va desde 1970 a 2012, y de acuerdo con un análisis
global reciente, ha habido una disminución general del 58 % en los efectivos de las poblaciones de
vertebrados.69
Varias extinciones en masa habían ocurrido antes en la historia geológica de la Tierra, en la cual se
produjeron pérdidas de megafauna. La más conocida es la extinción del límite Cretácico-Terciario
en la que la mayoría de los dinosaurios y varios reptiles gigantes fueron eliminados. Sin embargo,
las extinciones en masa anteriores fueron globales y no fueron selectivas respecto a la megafauna;
es decir, infinidad de especies de otros grupos, incluyendo plantas, invertebrados de menos de 45
kilos, invertebrados terrestres y marinos70 y plancton, se extinguieron también. Por tanto, los
eventos anteriores deben haber sido causados por trastornos más generalizados en la biosfera que
la irrupción de un nuevo factor local en cada una de las extinciones por continentes e islas de los
últimos 50.000 años.
La continuación de la caza y la perturbación ambiental por parte de los humanos ha llevado a una
serie de extinciones de megafauna en el pasado reciente, y ha creado un serio riesgo de
extinciones adicionales en el futuro cercano.
Consecuencias de la extinción masiva de la megafauna
Con la extinción de la megafauna, la relación entre las diferentes especies cambia, hasta el punto
de que varias especies de plantas se extinguen, y los animales supervivientes se ven afectados de
muchas maneras. Tras la extinción de la megafauna se ha comprobado un aumento en la
acumulación de la masa vegetal que eventualmente acaba provocando grandes incendios y
cambios severos en la relación entre las especies, su diversidad y la capacidad de carga del
ecosistema. Tal vez la consecuencia más visible a día de hoy es la relativa ausencia de animales
grandes en relación a ecosistemas que conservan la megafauna original, incluso en áreas que son
abandonadas durante miles de años por el ser humano tras la extinción de la megafauna.
A modo de ejemplo se puede comparar las cifras de parques nacionales de Norteamérica sin
presencia del ser humano en la actualidad, y África. En Canadá el parque nacional Jasper contiene
aproximadamente 1300 wapitis y 150 alces. El parque tiene aproximadamente 11,000 km
cuadrados y está muy bien protegido de la caza furtiva. En contraste, el parque nacional Chobe de
tamaño similar a Jasper, en Botsuana, sufre furtivismo pero sostiene entre muchas otras especies
más de 50.000 elefantes.
El Serengeti es uno de los espacios naturales menos alterados del mundo a pesar del creciente
furtivismo que sufre actualmente. Es solo 3 veces mayor que Jasper, pero contiene 1,7 millones de
ñus, 250.000 cebras y 500.000 gacelas. Además de elefantes, hipopótamos, jirafas, rinocerontes,
etc. En términos de depredadores Jasper contiene aproximadamente 110 osos grizzly, 90 osos
negros y solo 45 lobos. El Serengeti tiene más de 3.000 leones, 8.000 hienas y 1.000 leopardos.
Estos números son aún más reseñables cuando se considera la creciente presión de la caza furtiva
sobre la fauna africana en las últimas décadas. La población de búfalos cafre en el Serengeti era de
65.000 en 1969, pero se ha reducido a 16.000 en la actualidad.
Jasper tiene una temporada de crecimiento más corta, con menos intensa luz solar, mientras que
el Serengeti sufre caza furtiva desde hace cuatro décadas y una sequía estacional severa. Sin
embargo, existe una diferencia abismal en la cantidad de animales mayores de 44 kilos que viven
en ambos parques. De acuerdo a los estudios más recientes, la razón fundamental de esta
diferencia tan elevada en el tamaño de las poblaciones de grandes mamíferos sería la reciente
extinción (inmediata en escala geológica) de la megafauna en América del Norte provocada por la
irrupción del Homo sapiens.262326272930313372
Hoy es muy difícil estimar la cantidad de animales que estarían presentes si Jasper fuera aún un
espacio intacto. Un estudio73 de restos fósiles en Rusia proporciona algunas cifras para las
praderas subárticas del norte de Siberia. Las conclusiones de la investigación sugieren
aproximadamente 1 mamut por kilómetro cuadrado en uno de los ambientes más fríos de la
tierra. También proporciona cifras para algunas otras especies de megafauna. Si se extrapolan las
cifras, Jasper pudo albergar unos 11.000 mamuts, 66.000 caballos y 165.000 ciervos. En Jasper, el
papel de los mamuts europeos se vería probablemente dividido entre los mamuts americanos y
otro enorme elefante conocido como mastodonte. El área también debería contener camellos,
perezosos gigantes, castores gigantes, leones americanos, jaguares, tigres de dientes de sable,
antílopes saiga, lobos gigantes, osos gigantes, guepardos americanos, bisontes gigantes, varias
especies de buey almizclero y berrendos.
Algunas plantas que dependen de la megafauna para su dispersión de semillas, todavía están vivas
y sin ella se están extinguiendo lentamente. Un ejemplo bien estudiado es el naranjo de Luisiana.
Este árbol produce una fruta de gran tamaño que ningún animal americano come en la actualidad.
Para la planta esto supone una enorme pérdida de energía, ya que el propósito de cualquier fruto
es dispersar semillas a través de los animales que lo consumen. Como ningún animal moderno lo
come, el fruto cae al suelo y las semillas quedan bajo el árbol. De este modo el rango de
distribución de estas plantas se contrae, en vez de extenderse. Cuando los europeos registraron
por primera vez el naranjo de Luisiana, su área se limitaba a un pequeño territorio en el centro /
norte de Texas. Sin embargo, en el registro polínico fósil aparece extendido por todo el continente.
De hecho, hoy sabemos que había 7 especies, los otros 6 disminuyeron sus poblaciones hasta la
extinción sin la megafauna. Estos árboles de frutas grandes deberían ser mucho más comunes de
lo que son hoy debido a la extinción de la megafauna.
En Sudamérica un estudio estadístico del 2015 ha puesto de manifiesto que decenas de especies
de árboles (más de 60) cuyos frutos se cree que eran dispersados por la megafauna, han visto
drásticamente reducida su distribución desde la extinción de estos animales.21
Así otro estudio examinó el cambio de la concentración de metano en la atmósfera al final del
Pleistoceno, después de la extinción de la megafauna de Eurasia y el continente americano.
Después de que los primeros humanos llegaron a las Américas hace más o menos 13 000 años
antes del presente, su caza insostenible y otros impactos ecológicos asociados llevaron a la
extinción del 73 % de la megafauna en Norteamérica y el 80% en Sudamérica,23 al mismo tiempo
que las enormes poblaciones de mamut lanudo y otros grandes mamíferos del paleártico
desaparecían en Eurasia. Los resultados de los modelos matemáticos sugieren que esta extinción
produjo una caída en la producción de metano de ~9.6 teragramos por año. Los registros de
núcleos de hielo en los polos apoyan esta hipótesis del brusco descenso de metano en esta época.
Esto sugiere que la ausencia de emisiones de metano de la megafauna puede haber provocado el
abrupto enfriamiento climático conocido como Dryas Reciente, un repentino cambio climático que
los autores que apoyaban la hipótesis del cambio climático habían considerado como causa de la
extinción masiva de megafauna en las Américas y el paleártico, pero que a la luz de las últimas
investigaciones, probablemente fue consecuencia de la misma2202477
Ejemplos
Los siguientes son algunos ejemplos notables de animales frecuentemente considerados como
megafauna (en el sentido de "animal grande"). Esta lista no pretende ser exhaustiva:
Clase Mammalia
Infraclase Metatheria
Orden Diprotodontia
El canguro rojo (Macropus rufus) es el mayor mamífero viviente de Australia así como el mayor
marsupial con un peso de 85 kg. Sin embargo, su pariente extinto, el canguro de cara corta
Procoptodon alcanzaba 230 kg de peso, mientras que el extinto Diprotodon alcanzó el mayor
tamaño de cualquier marsupial, estimado en más de 2.750 kg. El extinto león marsupial
(Thylacoleo carnifex), con más de 160 kg era mucho mayor que cualquier marsupial carnívoro. Se
extinguieron después de la llegada del hombre.
Infraclase Eutheria
Superorden Afrotheria
Orden Proboscidea
Los elefantes son los mayores animales terrestres vivientes. Estos y sus parientes cercanos se
originaron en África, pero hasta hace poco tenían una distribución casi mundial. El elefante
africano de sabana (Loxodonta africana) tiene una altura a los hombros de 4.3 metros y pesar más
de 8 toneladas. Entre los proboscídeos recientemente extintos los mamuts (Mammuthus) eran
parientes cercanos de los elefantes, mientras que los mastodontes (Mammut) estaban mucho
menos relacionados. Se extinguieron poco después de la llegada del hombre a América. Se estima
que el mamut del río Songhua (M. sungari) pesaba hasta 17 toneladas, lo que lo convierte en uno
de los mayores proboscídeos y el segundo mayor animal terrestre después de los indricoterinos.
Orden Sirenia
El mayor sirenio moderno con más de 1.500 kg de peso es el manatí (Trichechus manatus). La vaca
marina de Steller (Hydrodamalis gigas) era probablemente cinco veces más grande, pero
infortunadamente fue exterminada por los humanos en los 27 años siguientes a su
redescubrimiento en las remotas islas del Comandante en 1741. En época prehistórica este animal
se reproducía también en las costas del noreste de Asia y el noroeste de Norteamérica; fue
probablemente eliminado de estos lugares más accesibles por cazadores.79
Superorden Xenarthra
Orden Cingulata
Los gliptodontes fueron un grupo de xenartros grandes y fuertemente acorazados con cierto
parecido a los dinosaurios anquilosaurios y eran parientes de los actuales armadillos. Estos se
aparecieron en Suramérica, invadieron Norteamérica durante el Gran Intercambio Biótico
Americano, y se extinguieron al final del Pleistoceno.
orden Pilosa
Los perezosos terrestres fueron otro grupo de lentos xenartros terrestres, emparentados con los
actuales perezosos. Estos tuvieron una historia similar, aunque alcanzaron Norteamérica mucho
antes, y se expandieron más al norte con Megalonyx. Los mayores géneros, Megatherium y
Eremotherium, alcanzaban tamaños comparables al de los elefantes. Se extinguieron después de
la llegada del hombre a América.
Superorden Euarchontoglires
Orden Primates
El mayor primate actual, con más de 266 kg de peso, es el gorila (Gorilla beringei y Gorilla gorilla,
con tres o cuatro subespecies críticamente en peligro). El extinto lémur perezoso malgache,
Archaeoindris alcanzaba un tamaño similar, mientras que se cree que el extinto Gigantopithecus
blacki del Sureste Asiático era varias veces mayor. Algunas especies del género Homo eran
significativamente mayores que la mayoría de los actuales Homo sapiens;8081 por ejemplo, Homo
heidelbergensis en el sur de África puede haber alcanzado comúnmente tallas de 2.1 metros de
altura,81828384 mientras que los neandertales era cerca de 30% más masivos.85
Orden Rodentia
Superorden Laurasiatheria
Orden Carnivora
Los grandes felinos incluyen al tigre (Panthera tigris) y al león (Panthera leo). La mayor subespecie,
con más de 306 kg, es el tigre siberiano (P. tigris altaica), de acuerdo con la regla de Bergmann. Los
miembros del género Panthera se distinguen por características morfológicas que les permiten
rugir. Entre los mayores felinos extintos se encuentra el león americano (Panthera leo atrox) y el
dientes de sable suramericano Smilodon populator. Se extinguieron poco después de la llegada del
hombre a América.
Los osos son los mayores carnívoros del suborden Caniformia. Las mayores formas vivientes son el
oso polar (Ursus maritimus), con un peso de más de 680 kg, y el oso de Kodiak (Ursus arctos
middendorffi) de tamaño similar, ambos también consistentes con la regla de Bergmann.
Arctotherium angustidens, un oso de cara corta de Sudamérica, fue uno de los mayores mamíferos
depredadores terrestres conocidos con un peso promedio estimado en 1.600 kg.86
Los pinípedos (morsas, focas y leones marinos) son carnívoros marinos anfibios que evolucionaron
de ancestros similares a los osos. El elefante marino del sur (Mirounga leonina) de las aguas de la
Antártida y subantárticas es el mayor de todos los carnívoros, con machos adultos alcanzando una
longitud máxima de 6 a 7 metros y un peso máximo de 5000 kilogramos.
Orden Perissodactyla
Los tapires son animales ramoneadores, con una nariz prensil, algo similares a un cerdo que
parece que han cambiado poco en los últimos 20 millones de años. Estos habitan las selvas
tropicales del Sureste Asiático y de Centro y Suramérica, y están entre los mayores mamíferos
terrestres existentes de las dos últimas regiones.
Rinoceronte.
Los rinocerontes son perisodáctilos con cuernos hechos de queratina, el mismo tipo de proteína
de la se compone el pelo. Estos están entre los mayores mamíferos terrestres vivientes después de
los elefantes (los hipopótamos alcanzan un tamaño similar). Tres de la cinco especies actuales
están en peligro crítico. Sus extintos parientes del Asia central los indricoterinos fueron los
mayores mamíferos terrestres de todos los tiempos.
Las jirafas (Giraffa camelopardalis) son los más altos animales terrestres vivientes, alcanzando
alturas de cerca de 6 metros.
Los ungulados bovinos incluyen a los mayores animales sobrevivientes de Europa y Norteamérica.
El búfalo acuático (Bubalus arnee), el bisonte (Bison bison y Bison bonasus), y el gaur (Bos gaurus)
pueden crecer a pesos de más de 900 kg.
Los hipopótamos (Hippopotamus amphibius) son los artiodáctilos vivos más pesados; se cree que
este y el amenazado hipopótamo enano (Choeropsis liberiensis) son parientes cercanos de los
cetáceos. Los hipopótamos africanos están estre las especies de megafauna más peligrosos para
los humanos.87
Los Cetáceos (ballenas, delfines y marsopas) son mamíferos marinos. La ballena azul (Balaenoptera
musculus) es el mayor de los rorcuales y el mayor animal que haya vivido. El cachalote (Physeter
macrocephalus) es el mayor odontoceto, así como el animal más ruidoso y con mayor cerebro
(que es cinco veces más grande que el de los seres humanos). La orca (Orcinus orca) es el delfín de
mayor tamaño.
Clase Aves (filogenéticamente, un clado dentro de Coelurosauria, un taxón dentro del orden
Saurischia del clado Sauropsida; ver más adelante)
Orden Struthioniformes
Las ratites son un antiguo y diverso grupo de aves no voladoras que son halladas en los fragmentos
del antiguo supercontinente Gondwana. La mayor ave actual, el avestruz (Struthio camelus) fue
sobrepasada por el extinto Aepyornis de Madagascar, el más pesado del grupo, y la extinta moa
gigante (Dinornis) de Nueva Zelanda, la más alta, creciendo a alturas de más de 3.4 metros. Los
dos últimos son ejemplos de gigantismo insular.
Orden Anseriformes
Los extintos dromornítidos de Australia como Dromornis pueden haber excedido a las mayores
ratites en tamaño. Debido a su pequeño tamaño para un continente y su aislamiento, Australia es
vista en ocasiones com la mayor isla del mundo; por tanto, estas especies podrías ser también
consideradas como gigantes insulares.
Orden Crocodilia
Los aligátores y cocodrilos son grandes reptiles semiacuáticos, el mayor de los cuales, el cocodrilo
de agua salada (Crocodylus porosus), puede crecer a un peso de 1.360 kg. Los distantes ancestros
de los cocodrilos y sus parientes, los crurotarsos, dominaron el mundo a finales del Triásico, hasta
que el evento de extinción del Triásico–Jurásico permitió a los dinosaurios sobrepasarlos. Estos
siguieron siendo diversos a finales del Mesozoico, cuando crocodiliformes como Deinosuchus y
Sarcosuchus alcanzaron longitudes de 12 m. Crocodilianos de tamaño similar, como Mourasuchus
y Purussaurus, existieron tan recientemente como el Mioceno en Suramérica.
Orden Saurischia
Los dinosaurios saurisquios del Jurásico y el Cretácico incluyen a los saurópodos, los animales
terrestres más largos (con más de 40 metros) y más pesados que se conozcan (Argentinosaurus
alcanzaba entre 80–100 toneladas métricas, así como a los terópodos, los mayores carnívoros
terrestres (Spinosaurus alcanzaba entre 7 a 9 toneladas).
Orden Squamata
Aunque el mayor lagarto viviente, el dragón de Komodo (Varanus komodoensis), otro gigante
isleño, puede alcanzar 3 metros de largo, su pariente extinto australiano Megalania podía alcanzar
más del doble de ese tamaño. Los parientes marinos extintos de los varánidos, los mosasáuridos,
fueron superdepredadores en los mares del Cretácico Superior.
Se considera que la serpiente más pesada es la anaconda verde (Eunectes murinus), mientras que
la pitón reticulada (Python reticulatus), con más de 8.7 metros, es la más larga. Una especie
extinta australiana del Plioceno de Liasis, la L. dubudingala, alcanzaba 10 metros, mientras que
Titanoboa del Paleoceno de Suramérica alcanzaba longitudes de 12–15 metros y un peso estimado
de cerca de 1.135 kilogramos.
Orden Testudines
La mayor tortuga es la amenazada tortuga laúd (Dermochelys coriacea), que pesa más de 900 kg.
Se distingue de otras tortugas marinas por su carencia de caparazón óseo. Los quelonios terrestres
más grandes son las tortugas gigantes de las islas Galápagos (Chelonoidis nigra) y el atolón de
Aldabra (Aldabrachelys gigantea), con más de 300 kg. Estas tortugas son los mayores
sobrevivientes de una variedad de especies de tortugas gigantes que estuvieron ampliamente
representadas en las masas terrestres continentales8889 y varias islas88 durante el Pleistoceno.
Clase Amphibia
Orden Temnospondyli
Clase Actinopterygii
order Tetraodontiformes
El mayor pez óseo es el pez luna (Mola mola), cuyo peso adulto en promedio es de 1.000 kg.
Aunque filogenéticamente es un "pez óseo", su esqueleto es sobre todo cartílago (que es más
ligero que el hueso). Tiene un cuerpo en forma de disco, y se impulsa con sus largas y delgadas
aletas dorsales y anales; se alimenta principalmente de medusas. En estos tres aspectos (así como
su tamaño y hábitos de buceo), se parece a la tortuga laúd.
Orden Acipenseriformes
El amenazado esturión europeo (Huso huso) con más de 1476 kg) es el esturión de mayor tamaño
(los cuales son también mayormente cartilaginosos) y se considera el mayor pez anadromo.
order Siluriformes
El pez gato del Mekong (Pangasianodon gigas), con más de 293 kg de peso, es frecuentemente
considerado el mayor pez de agua dulce.
Clase Chondrichthyes
Orden Lamniformes
El mayor pez depredador vivo, el gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias), alcanza hasta
2.240 kg de peso. Su pariente extinto C. megalodon (se debate si pertenece al género Carcharodon
o Carcharocles) era mayor por más de un orden de magnitud, y es el mayor tiburón y pez
depredador de cualquier época; cazaba ballenas y otros mamíferos marinos.
Orden Orectolobiformes
El mayor tiburón actual, pez cartilaginoso y pez en general es el tiburón ballena (Rhincodon typus),
que llega a pesar más de 21.5 toneladas. Como las ballenas, se alimenta por filtración y consume
mayormente plancton.
Orden Rajiformes
La manta raya (Manta birostris) es otra especie que se alimenta por filtración y es la mayor raya,
creciendo hasta más de 2.300 kg.
Clase Cephalopoda
Orden Teuthida
Un cierto número de criaturas de las profundidades oceánicas exhiben gigantismo abisal. Estas
incluyen al calamar gigante (Architeuthis) y al calamar colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni); se
cree que ambos cefalópodos (raramente vistos) alcanzan longitudes de 12 metros o más. El último
es el invertebrado de mayor tamaño conocido, y tiene los mayores ojos de cualquier animal.
Ambos son presas de los cachalotes.