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Segura Jose

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CIUDAD, SUBJETIVIDAD Y DESEO: LA CONFIGURACIÓN

HOMOSEXUAL

CIUDAD, SUBJETIVIDAD Y PLACER: LA


CONFIGURACIÓN DEL HOMOSEXUAL
MASCULINO EN VILLAVICENCIO

JOSÉ MIGUEL SEGURA GUTIÉRREZ

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL


FACULTAD DE EDUCACIÓN
MAESTRIA EN DESARROLLO EDUCATIVO Y SOCIAL
BOGOTÁ, COLOMBIA
2017
CIUDAD, SUBJETIVIDAD Y DESEO: LA CONFIGURACIÓN
HOMOSEXUAL

CIUDAD, SUBJETIVIDAD Y PLACER: LA


CONFIGURACIÓN DEL HOMOSEXUAL
MASCULINO EN VILLAVICENCIO

JOSÉ MIGUEL SEGURA GUTIÉRREZ

Trabajo de grado para obtener el título de Magister en


Desarrollo Educativo y Social

Asesor: JORGE ELICER MARTÍNEZ POSADA


Licenciado en Filosofía

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL


FACULTAD DE EDUCACIÓN
MAESTRIA EN DESARROLLO EDUCATIVO Y SOCIAL
BOGOTÁ, COLOMBIA
2017
FORMATO

RESUMEN ANALÍTICO EN EDUCACIÓN - RAE


Código: FOR020GIB Versión: 01

Fecha de Aprobación: 10-10-2012 Página 1 de 4

1. Información General
Tipo de documento Tesis De Grado De Maestría De Investigación
Acceso al documento Universidad Pedagógica Nacional. Biblioteca Central
Ciudad, subjetividad y placer. La configuración del homosexual masculino
Título del documento
en Villavicencio
Autor(es) Segura Gutiérrez, José Miguel
Director Martínez Posada, Jorge Eliécer
Publicación Universidad Pedagógica Nacional, 2017. 33 p.
Unidad Patrocinante Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano-CINDE
Palabras Claves CIUDAD; HOMOSEXUALIDAD; PLACER Y SUBJETIVIDAD

2. Descripción

Ésta tesis de grado, busca discutir la relación entre ciudad y placer como elementos claves en el proceso de
constitución subjetiva de un grupo de varones homosexuales del municipio de Villavicencio (Colombia). Para
ello, se entrecruzan algunas descripciones de la ciudad como escenario social, junto a testimonios y
referencias bibliográficas sobre la experiencia homosexual masculina vivida en la ciudad. Lo anterior, con el
fin, de mostrar cómo los diversos flujos existenciales, prácticas sexuales y modos de vida gestados por
hombres homosexuales al interior del espacio citadino, no solo posibilitan la constitución de
representaciones sociales frente al cuerpo y la subjetividad, sino a su vez, la aplicación de dispositivos de
poder -instituciones y reglas-, sobre el cuerpo y el placer de sus agregados. Lo anterior, a través de un
proceso dinámico que transita entre la individuación singular y la modulación social.

3. Fuentes
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4. Contenidos
La introducción se realiza una aproximación a la importancia que la ciudad y el placer han tenido para la
producción académico-intelectual al interior de las ciencias sociales. Resaltando en ella, su cariz
socializador y de configuración subjetiva en los individuos.
El apartado El capitalismo como modelo de gestión urbana: se realiza un ejercicio de reflexión frente a
cómo el modelo económico capitalista, impacta en las estructuras administrativas públicas del gobierno
local, generando enclaves y engranajes que no solo afectan el ejercicio del poder público sino la
administración misma de la vida de los individuos en las ciudades.
Ciudad y sexualidad. La configuración del sujeto y su subjetividad: el acápite desarrollo la tesis de que la
ciudad como marco institucional y dispositivo de poder, no solo modela la conducta y comportamientos de
sus ciudadanos en términos públicos, sino también en el ejercicio de sus prácticas socios sexuales, a partir
de la definición de espacios, lugares y recorridos donde se toleran tales conductas siempre y cuando se
realicen en la intimidad. Pero que terminan rivalizando, por ejemplo con el ejercicio de autonomía
individual, el deseo y la opción de libertad (vida) de cada sujeto que habita la ciudad.
El placer sexual en la ciudad mercado: este capítulo aborda el tema del placer, desde una dimensión de
sensibilidad práctica cuyo origen reside en el sujeto, y los acoples que este hace de la experiencia urbana
y la interrelación con otros individuos. Ya que, el placer no solo transita entre lo íntimo, semipúblico y
público, sino que ahora, este debe atender a los diferentes eventos, procesos y aprendizajes donde el
sujeto participa, a través de sus devenires homosexuales.

5. Metodología
Como ruta metodológica para dar cuenta de los diversos flujos y espacios que desde la ciudad se ofrecen
para el devenir de los sujetos, se seleccionó y mapeo un lugar de encuentro sexual ubicado en pleno
centro de Villavicencio y mediante seguimientos a distancia, marcó los lugares y trayectos sobre los que
avanzaron los involucrados en dicho encuentro. El lugar fue seleccionado por la alta afluencia de hombres
de diverso ciclo generacional y posición socioeconómica en horas de la noche, la forma en que se ubican
a lo largo y ancho del espacio, los recorridos que agencian y las formas en que establecen contacto con
otros individuos.

Con relación a la forma de abordaje de los informantes en terreno, estuvo mediada por el ofrecimiento de
algún comentario o bebida, que simulará un interés inicial, que con el pasar del tiempo y el diálogo
desprevenido, consintió aflorará la confianza necesaria para avanzar en un recorrido espacial y dialógico,
que termino por dar cuenta de la producción social de la sexualidad y el espacio citadino, además de la
existencia de un circuito del placer homosexual en el centro de Villavicencio.

Como segundo recurso, se consideró la selección de informantes desde un portal web www.manhunt.net,
a los cuales se aproximó a través de un mensaje de chat generado por el investigador, o como respuesta
al guiño emitido por otro usuario. Abierto el espacio dialógico, este tuvo como fin informar a los
cibernautas del objeto de este estudio y la necesidad de contar con su consentimiento frente al registro
inmediato y futuro de algunos fragmentos de sus relatos.

Los participantes fueron dos estudiantes universitarios matriculados en diferentes instituciones de


educación superior, y tres hombres adultos. Todos escogidos por su conocimiento de la ciudad, pero
también por presentar aspectos diversos —origen, estrato socioeconómico, experiencia de vida—. Las
edades de estos colaboradores están comprendidas entre los 18 y 35 años y sus nombres fueron
alterados, para mantener la confidencialidad de los mismos.
6. Conclusiones

La ciudad como la sexualidad, son formas de institucionalización que estabilizan y recrean ciertas
categorías identitarias en el tiempo. Por tal motivo, acercarse desde una actitud reflexiva a los efectos de
poder que dichos marcos producen en la constitución de los sujetos homosexuales y sus prácticas,
involucre ratificar la idea de que la sexualidad es un constructo social, que dentro de la cultura occidental
moderna ha servido como escenario para ejercer control y generar discursos de verdad sobre los
individuos y la administración de sus vidas.

Incluso frente a las prácticas sexuales entre personas del mismo sexo, el dispositivo de sexualidad las
define e identifica bajo una condición diferenciada, que marca una subjetividad, además de ejercer una
función de constitución de saberes y normas, que limitan el libre fluir de tales individuos y su posibilidad de
transformarse en sujetos. Esto en virtud, a que el individuo deviene en sujeto, dada su vinculación
espacio-temporal.

Tanto así, que desde la perspectiva de Castro-Gómez (2010):


“[…] lo que se considera sustancialmente personal no es otra cosa que un cierto tipo de sensación
que se efectúa a través de un particular poder que ya no opera normalizando la subjetividad
mediante el confinamiento de los individuos, sino modulando sus deseos en espacios abiertos”
(p.212).

La experiencia identitaria-subjetiva de los sujetos, se halla mediada por el conjunto de relaciones, que los
atraviesan y ofrecen un conocimiento de sí mismo, y que en la condición capitalista se halla caracterizada
por hacerse “empresario de sí mismo”. Iniciativa, que visibiliza el doble movimiento del devenir subjetivo,
es decir lo instituido que hay en él, junto a la capacidad de agencia para luchar contra aquello que lo limita
-las prácticas de coerción, señalamiento y encerramiento que configuran hoy la subjetividad de los
individuos-.

En la condición capitalista-neoliberal, el cuerpo-sujeto es organizado en un dispositivo-persona, que


subjetiva no solo su fisiología, sensibilidad y potencia vital, sino que lo convierte en útil y productivo para el
sistema, desde el apocamiento de las fuerzas que constituyen su diversidad. Ahora, el sujeto homosexual,
se unifica como empresario de sí, y vive bajo una continua relación con los excesos, el rendimiento y la
competencia.

Bajo ese orden de ideas, afirmar que la subjetividad es producto de la socialización a la que no escapa
ningún individuo, haya sido el pretexto para acercarse a la comprensión de la producción subjetiva
homosexual en la ciudad, desde sus técnicas de gestión y dispositivos de control. Si de algo, no hay duda
es que el sujeto homosexual bajo el contexto capital, vive en los márgenes de su libertad, en el goce y la
competencia por constituirse en el actor de su propia vida, y gestar desde allí un hábitat, que supere lo
precario, líquido y desconocido que para él mismo constituye el tiempo actual.

Esto en virtud, a que en la estandarización de la subjetividad, la imagen y potencia vital de los sujetos, es
considerada un recurso valioso, en la activación del placer y las prácticas de consumo, toda vez, que
permite desprenderse del propio cuerpo, y así participar de la organización social de la experiencia sexo-
erótica y su satisfacción.

Elaborado por: José Miguel Segura Gutiérrez


Revisado por: Jorge Eliecer Martínez

Fecha de elaboración del Resumen: 13 02 2017


Ciudad, subjetividad y placer
La configuración del homosexual masculino en Villavicencio

José Miguel Segura Gutiérrez1

Resumen: En el artículo se discute la relación entre ciudad y placer como elementos claves en el proceso
de constitución subjetiva de un grupo de varones homosexuales del municipio de Villavicencio (Colombia).
Para ello, se entrecruzan algunas descripciones de la ciudad como escenario social, junto a testimonios y
referencias bibliográficas sobre la experiencia homosexual masculina vivida en la ciudad. Esto con el fin, de
mostrar cómo los diversos flujos existenciales, prácticas sexuales y modos de vida gestados por hombres
homosexuales al interior del espacio citadino, no solo posibilitan la constitución de representaciones sociales
frente al cuerpo y la subjetividad, sino a su vez, la aplicación de dispositivos de poder -instituciones y reglas-,
sobre el cuerpo y el placer de sus agregados. Lo anterior, a través de un proceso dinámico que transita entre
la individuación singular y la modulación social.

Palabras clave: Ciudad, homosexualidad, placer y subjetividad

1
Especialista en gerencia social, administrador público. Correo electrónico: josemielsegura@gmail.com

7
Introducción

Discutir en torno a la relación existente entre la homosexualidad como expresión subjetiva


de ser, estar y presentarse ante el mundo, con otras realidades sociales como la ciudad y el
poder, constituye hoy en Colombia un productivo campo de estudio frente a la comprensión
de la sexualidad. Ejemplo de ello, son los trabajos adelantados por Bustamante (2004,
2008), Gil (2013) y Segura (2008, 2014, 2015) quiénes desde un mismo espacio —la
universidad—, pero anclados a sus respectivos campos disciplinares, buscan visibilizar la
aplicación de dispositivos de poder sobre el cuerpo y la subjetividad de aquellos sujetos,
cuya enunciación ha estado orientada a reivindicar identidades y prácticas socioculturales
no alineadas a la heterosexualidad.

El homosexual, al decir de Bustamante (2004), es un sujeto/objeto aparecido en el


contexto del saber colombiano, a mediados de 1930. Pero que dada la exacerbación actual
del placer sexual, a través de la publicidad y los medios de comunicación, ha terminado por
llamar de nuevo la atención frente a cómo se agencian procesos de modulación social ante
los flujos moleculares de tales individuos en la ciudad.

Con respecto a la configuración del homosexual masculino en la ciudad, se tiene


que la “oferta” de cuerpos masculinos desplegados, a través de sus diferentes lugares, no
dan descanso a la vista y sí precipitan la búsqueda de personas y escarceos sexuales,
mediante el acceso a portales de internet www.manhunt.net o uso de redes sociales Grindr,
que aunque en apariencia reducen la incertidumbre frente a quién aún no conozco, no
logran avanzar, más allá de una noche de placer y gastos económicos derivados del
preludio amatorio.

La homosexualidad y sus prácticas, ha sido vista desde la ciudad como una forma de
sociabilidad vinculada al sexo y consumo de servicios de índole mercantil, que al
articularse con el espíritu neoliberal, esboza líneas de homogeneidad, que no sólo restringen
las posibles heterogeneidades en las formas y valores, que presentan los individuos
homosexuales en el conjunto de interacciones sociales. Sino que además, hacen pensar que
en la mayoría de encuentros, la emoción surgida a partir de las sensaciones visuales, lo que
se ha generado es una liberación de la imaginativa sexual hacia el placer corporal, pero sin
permitir la reflexión en cómo son afectados por tales situaciones.

De ahí, que al plantear el interrogante frente a ¿Cómo se configura la subjetividad


homosexual masculina en la ciudad de Villavicencio bajo la condición capitalista-
neoliberal? No solo se revele, la experiencia de un sujeto (homosexual) dentro del binomio
capital-vida que caracteriza a la ciudad, sino también, el conjunto de fuerzas de poder que
intervienen en las diversas formas de relacionamiento social, y que bajo la dinámica
económica comercial citadina, hacen de la búsqueda del placer una forma activa para
relacionarse con otros y consigo mismo.

En el caso de los varones homosexuales que habitan la ciudad, su constitución como


sujetos ha estado marcada por las experiencias de género, relaciones sociales y aprendizaje
entre pares, que suceden al interior de dicho espacio socio territorial. Esto sin descartar, su
condición como lugar de dominación y reproducción de formas de control a lo desconocido
y considerado abyecto (Segura, 2008).

Según Butler (2005) “[…] el homosexual es alguien cuya definición se deja a otros,
alguien a quien se niega el acto de su propia definición con respecto a su sexualidad,
alguien cuya autonegación es un requisito indispensable” (p.178). Esto incluso, cuando los
procesos de construcción de las subjetividades homosexuales, parten de espacios de
socialización —familia, escuela, espacio laboral—en los que los individuos logran
identificarse como homosexuales, pero sin las garantías para manifestar libremente su
opción sexual. De acuerdo con Segura (2015):

[…] la ciudad, representa en sí misma la materialización de la hegemonía heterosexual, en pro del


bienestar social -integración y aceptación- de sus asociados dentro de ciertos acuerdos
preestablecidos, pero que imprimen penas y castigos para aquellos individuos que se mueven dentro
de la clandestinidad de algunos de sus recovecos. (p.85)

Aun, cuando en Villavicencio se han dado algunas experiencias sociales vinculadas


al tema de diversidad sexual (Segura,2014) y en su territorio establecido bares Blue
Martini, Candi bar, discotecas Zoggga club saunas Club burlesque, además de centros
comerciales como Unicentro2, Villacentro y Primavera, que sirven de plataforma para
dinamizar tendencias y agenciar prácticas en aquellos cuerpos que asisten y circulan al
interior de la ciudad. La problemática de las minorías sigue estando relacionada con su
carácter polimorfo, dentro de unos marcos institucionales cuya base sociocultural descansa
en el binarismo de género y la sexualidad de corte heterosexual.

De ahí, que como ruta metodológica se intentó dar cuenta de los diversos flujos y
espacios que desde la ciudad se ofrecen para el devenir de los sujetos. Situación, que
demando la selección y mapeo un lugar de encuentro sexual (Figura N.º1) ubicado en pleno
centro de Villavicencio y mediante seguimientos a distancia, marcar los lugares y trayectos
sobre los que avanzaron los involucrados en dicho encuentro (Figura N.º2). Además de
visitar otros espacios de interacción socio-sexual marcados por el elemento comercial.

Figura N. º 1
Plaza los Libertadores

Fuente: Elaboración propia (2015) 1-árbol 2-Gobernaciòn del Meta 3-Fuente

Con respecto a la primera figura nº 1, el lugar fue seleccionado por la alta afluencia
de hombres de diverso ciclo generacional y posición socioeconómica en horas de la noche,
la forma en que se ubican a lo largo y ancho del espacio, los recorridos que agencian y las
formas en que establecen contacto con otros individuos. Situación que dejo ver, de acuerdo
con Martínez (2010) como “en el marco de prácticas y reflexiones históricas específicas

2 De acuerdo con lo expresado por algunos de nuestros colaboradores, los nombres de los centros comerciales
han sido resignificados, a partir de la identidad que expone el visitante y al uso que este hace del
espacio comercial - Unigay, Vivagayy Villagay-. Tanto así, que durante la realización de esta
investigación, fue posible observar como grupos de jóvenes y adultos ocupan las unidades de baño y
orinales de dichos centros comerciales, a la espera del ingreso de otros hombres, con los cuales puedan
satisfacer su apetito sexual o al menos proyectar sus fantasías. Esto, incluso cuando saben de la disposición
de cámaras de video instaladas en el lugar.
(…) el cuerpo se produce, es decir se construye desde intereses económicos-políticos de
sometimiento y utilidad” (p. 37).

Ahora bien, con relación a la forma de abordaje de los informantes en terreno,


estuvo mediada por el ofrecimiento de algún comentario o bebida, que simulará un interés
inicial, que con el pasar del tiempo y el diálogo desprevenido, consintió aflorará la
confianza necesaria para avanzar en un recorrido espacial y dialógico, que termino por dar
cuenta de la producción social de la sexualidad y el espacio citadino, además de la
existencia de un circuito3 del placer homosexual en el centro de Villavicencio, conformado
por parques, moteles y en algunas ocasiones bares, saunas y discotecas. Escenarios donde la
forma en que se hacen las cosas y el actuar de los individuos, sugiere la existencia de unos
regímenes de verdad y poder en la ciudad.

Dentro de esos otros lugares, que configuran el circuito de placer homosexual en el


centro de Villavicencio, pero además, favorecen la singularización de la realidad subjetiva a
nivel individual, están la parte media del cerro Cristo Rey, un lote abandonado en el sector
del resbalón Parque Infantil, y la calle del zodiaco -zona de residencias-. Así como la
discoteca Zogga y el Club Burlesque (sauna), que aunque no se encuentran relacionados de
manera próxima en el espacio, si gracias a los tránsitos e intenciones, que manifiestan
nuestros colaboradores. Espacios, que dejan ver como la ejecución de prácticas
homosexuales ha llevado a que en la ciudad se reconfiguren espacios y dinamicen otros
formas de percibir la ciudad.

Figura Nº2
Lugares y trayectos del placer homosexual en el centro de Villavicencio

3
Entiendo por circuito la disposición de puntos convergentes entre sí, con entradas y salidas que facilitan el
encuentro e interacción entre agentes. Para el caso, tiene que ver con cómo la configuración de la subjetividad
homosexual masculina, encuentra en la ciudad y sus lugares un punto de arranque, para su desarrollo, pero
que dada su adscripción a un régimen heterosexual, termina por objetivar a sus miembros, desde la ocupación
de espacios para la visibilidad, y el cuestionamiento frente a lo que traerá la noche y cuáles serán sus
desempeños, dentro de un contexto marcado no solo por la acumulación de riqueza, la fragilidad de los
vínculos sociales, el culto a la belleza, sino también por los usos que esos mismos sujetos hacen del cuerpo y
el sexo como factores duales (integración-lucha).
Fuente: Elaboración propia (2015)

Como segundo recurso, se consideró la selección de informantes desde un portal


web www.manhunt.net, a los cuales se aproximó a través de un mensaje de chat generado
por el investigador, o como respuesta al guiño emitido por otro usuario. Abierto el espacio
dialógico, este tuvo como fin informar a los cibernautas del objeto de este estudio y la
necesidad de contar con su consentimiento frente al registro inmediato y futuro de algunos
fragmentos de sus relatos, los cuales iniciaron con la caracterización de los sujetos, y la
exposición de acontecimientos en torno al desarrollo, transformación y vivencia de su
condición sexual en la ciudad. Esto para reafirmar, la idea que los marcos institucionales no
están fuera del individuo, pues este sin darse cuenta ya ha adoptado formas para organizar
su cuerpo.

Los participantes fueron dos estudiantes universitarios matriculados en diferentes


instituciones de educación superior, y tres hombres adultos. Todos escogidos por su
conocimiento de la ciudad, pero también por presentar aspectos diversos —origen, estrato
socioeconómico, experiencia de vida—. Las edades de estos colaboradores están
comprendidas entre los 18 y 35 años y sus nombres fueron alterados, para mantener la
confidencialidad de los mismos.

El capitalismo como modelo de gestión urbana

Nunca como hoy la ciudad en tanto constructo social ligado al territorio, había reafirmado
su condición de espacio de interacción sociocultural e intercambio económico-comercial,
como bajo el modelo capitalista-neoliberal. Es decir, por una forma de poder disciplinario
que de acuerdo con Hardt y Negri (2000) gobierna la vida de las personas, a través de la
estructuración de parametros y límites al pensamiento y la práctica, sancionando y
prescribiendo los comportamientos normales y/o desviados.

Por esa razón, que al observar cómo al interior de la ciudad los colectivos humanos
que la habitan han plegado su libertad, a un modelo de gestión administrativa frente a la
forma de vivir en comunidad y administrar la vida misma, de cuenta según Hard y Negri
(2000) que “la sociedad disciplinaria es aquella en la cual el comando social se construye a
través de una red de dispositivos o aparatos que producen y regulan costumbres, hábitos y
prácticas productivas(p.25)”.

El planteamiento del capitalismo en la ciudad, consiste en modelar al gobierno y


reducir las posibilidades de producción de aquello que se requiere para ser libre, ya sea
mediante el despliegue de algunas situaciones cuyo objeto es la producción y reproducción
de la vida con sus diferentes grados de libertad, o como posibilidad para que emerjan
procedimientos de control, coerción y coacción, a modo de contrapeso a esas mismas
libertades. Como afirmará Foucault “Gobernar es siempre un difícil y versátil equilibrio,
con conflictos y complementariedades, entre las técnicas que aseguran la coerción y los
procesos a través de los cuales el “uno mismo” es construido y modificado por sí mismo”
(2010, p.34).

El cultivo de sí, es una práctica en la cual las relaciones de uno consigo mismo se
han intensificado y valorizado en tal medida, que el individuo ahora deviene en sujeto, dada
su propia experiencia sensible, vivida a través de diferentes tiempos y espacios. Ya que
habitar la ciudad, es estar inmerso en un ambiente de configuración subjetiva, que para el
caso homosexual, se relaciona con el ofrecimiento de espacios de sociabilidad para la
seducción, el encuentro sexual y la liberación del Yo. Según Roa et al. (2013):
a.)El sujeto no está terminado, está en constante constitución cotidiana, teniendo en cuenta que la
subjetividad está dada por la experiencia, esta se define como una apertura que genera una
modificación sobre sí mismo y de lo que se ha determinado en el modo de ser, de estar y de actuar
en el mundo, es decir los modos de subjetivación. (p.143)

Al explorar, cómo un modo de vida en la mayoría de veces solo asociado a la


ejecución de prácticas sexuales, genera distintas tensiones frente al ejercicio de autonomía
y libertad individual dentro de marcos sociales preestablecidos, confirme que la
subjetividad está modelada esencialmente desde el registro social que reconoce un cuerpo.
Según Pacheco (2005) “La ciudad, como espacio de civilización, requiere normas
específicas de comportamiento. Esas normas se refieren a la homogeneización de los
movimientos corporales y la domesticación de los instintos” (p.166).

Esto en razón, a que el placer como aspecto clave en la conformación de las


subjetividades, hoy se ha transformado hacia una vivencia constitutiva de la vida sexual de
los individuos, que dado el modelo neoliberal termina por objetualizar el conocimiento y
prácticas sexuales de los individuos, en tanto mercancías. Un ejemplo de ello, lo constituye
el siguiente perfil.

Campamento gay
Debido al gran éxito de las 4 versiones anteriores, lanzamos el “5 encuentro llanero de amigos” esta
vez enmarcado en el día del orgullo LGBTI, junio 27, 28, 29. Ven a nuestra finca del placer en un
ambiente totalmente campestre y disfruta de nuestras grandes sorpresas: 3 tipos de alojamiento en las
únicas y auténticas pesebreras VIP de Colombia, en carpas de camping y en habitaciones
compartidas. Salón de los potrancos desbocados. Nuevo pasillo de las terneras huérfanas. Nuevo nido
de las vacas muertas. Hamacas para becerras voladoras. Zona para lluvia dorada de toretes. Gran
fiesta de espuma por el orgullo gay en la piscina. Fogata y canelazo bajo las estrellas de nuestro
llano. Juegos erótico-sexuales. Caminata ecológica. Ven y disfruta de un fin de semana inigualable
en el único retiro sexual gay de los llanos orientales.
Fuente: www.manhun.net (Ingreso 24 de junio de 2015)

La ciudad, expresa una trama compleja de historias, tiempos y recorridos, que


coexisten junto a otros modos de relacionarse de sus habitantes e incluso consigo mismos,
lo cual revela la existencia de una dinámica relacional entre los ámbitos global y local, que
ajustada a diversos ritmos y temporalidades del plano capital, ratifican como la constitución
de la subjetividad individual obedece a procesos sociales y materiales que se entrecruzan,
para permitir la singularización del individuo, pero no así su exclusión del engranaje
económico-comercial. Incluso desde lo espacial, la configuración de la subjetividad,
involucra definir un lugar fijo para el control y registro de las actuaciones y modos de
relacionarse de los individuos en sociedad.

La idea de gobernar la sociedad, descansa en la implementación de prácticas de


gestión, que buscan disciplinar el cuerpo individual dentro del territorio, para luego
incluirlo dentro del aparato productivo, y de esta manera servir de eslabón a la cadena
mercantil globalizante que es el modelo capitalista-neoliberal al interior de las ciudades. De
acuerdo con Pacheco (2005) “La ciudad actual contribuye a la conformación de
subjetividades mundiales, no porque en sí pertenezca a circuitos planetarios sino porque
coloca a los sujetos como vitrinas desde donde ven y son vistos” (p.70).

Sin embargo, preguntar por el trasfondo que subyace a esas formas de poder
racionalizado al interior de la ciudad, requiera identificar el conjunto de posiciones y
estrategias que han influido en la consolidación de los esquemas de género y de diferencia
sexual en que se basan las relaciones interpersonales y procesos de singularización. La
ciudad no solo ha limitado las formas de construcción sociocultural del cuerpo de las
personas, sino también su sensibilidad, a partir de una configuración psíquica que se debate
entre lo real-legitimado y lo fantástico-por construir que guarda el placer sexual.

En palabras de Borja (2003) “[…] la ciudad renace cada día, como la vida humana,
y nos exige creatividad para inventar las formas deseables para la nueva escala territorial
y para combinar la inserción en redes con la construcción de lugares” (p.24). La
configuración del homosexual en la ciudad, ha estado relacionada con el multiuniverso de
espacios de consumo, auspiciados por el mercado y favorables al contacto físico-
conversacional, entre tales individuos. Además, del autoreconocimiento a las posibilidades
relacionales con que estos mismos cuentan para constituirse en sujetos (belleza, status,
nivel de educación, rol sexual). De acuerdo con Foucault (2010b):

La vida entra en juego de esta forma, apropiada y administrada por un poder que es cada vez más el
derecho de intervenir para hacer vivir, e interviene también sobre la manera de vivir y sobre el cómo
de la vida. (p. 224)

En la ciudad, los homosexuales han emergido como un grupo social vinculado a


lugares y colectivos, además de ser el producto de una socialización sugerida desde el
sistema sexo/género que imprime controles frente a lo que debe ser y hacer un hombre.
Esto incluso, cuando la sociabilidad homosexual masculina, parte del establecimiento de
contactos, que luego pueden convertirse en amistades, o en círculos de amistad-placer
sexual. Dentro de los significados dados a la homosexualidad en la ciudad, destacan
aquellos asociados con la elección del objeto sexual, y la tríada género/sexo/poder. En el
primer caso, con el deseo de involucrarse sexualmente con personas de su mismo sexo, y en
segundo término, con el aspecto, tipo de actos a realizar y posición a ocupar dentro del
juego sexual.

Si bien es cierto, en el desarrollo del acto homosexual mismo, se esboza una


cartografía corporal que puede partir de la boca como máquina fuente que tensa el miembro
viril, o del descubrimiento del ano como máquina órgano receptor de simiente. Lo que hay
de fondo, es una socialización de los actores, con sus creencias, expectativas y formas de
comprender el mundo, que terminan por afectar no solo el comportamiento y estructura
psíquica del individuo, sino también sus posibles relacionamientos sociales.

Cuestión esa, que para Foucault justificaría la importancia del tema de la sexualidad,
al afirmar que “a diferencia de la mayor parte de los otros grandes sistemas de
interdicciones, el que concierne a la sexualidad ha sido emparejado con la obligación de
un cierto desciframiento de uno mismo” (Foucault, 2010, p. 35). Desciframiento que se
alcanza, a través de la aplicación de tecnologías del yo:
Aquellas técnicas que permiten a los individuos efectuar un cierto número de operaciones en sus
propios cuerpos, en sus almas, en sus pensamientos, en sus conductas, y ello de un modo tal que los
transforme a sí mismos, que los modifique, con el fin de alcanzar cierto estado de perfección, o de
felicidad, o de pureza, o de poder sobrenatural (Foucault, 2010, pp.35-36).

Con respecto a la homosexualidad como inclinación del deseo de un sujeto hacia


otra persona de su mismo sexo, se tiene que el sujeto genera una geografía corporal
favorable al placer sexual y la sociabilidad. Es decir, a la forma en que se conduce
comportamental el cuerpo dentro de ciertos regímenes de verdad, que incluso desde los
griegos, han inducido a los hombres hacia la fabricación de un cuerpo firme y musculoso,
que adornado con vestidos de alta costura, evidencian el control que ejerce el mercado
sobre las personas y el diferendo cultural existente, entre el hombre homosexual tradicional
y el hombre gay al interior de la ciudad.

La regulación de la sexualidad no parte del control estatal, sino de la autovigilancia


de la conducta personal. Es decir, de la regulación-satisfacción de los placeres. Término
que en palabras de Abraham (2001):
Se escapa de las connotaciones médicas y naturalistas inherentes a la noción de deseo, la cual se ha
utilizado como una herramienta…una medida en términos de normalidad: “dime lo que deseas y te
diré quién eres, si eres normal o no y luego puedo aprobar o desaprobar tú deseo”. Por otro lado, el
término “placer” es un territorio virgen “anormal”. Es un hecho “fuera del sujeto” o al borde del
sujeto, dentro de algo que no es cuerpo ni alma, que no está dentro ni fuera; en pocas palabras, una
noción que no está atribuida ni es atribuible a nada. (s.p)

En el caso del hombre gay, la satisfacción del placer involucra un conjunto de


vivencias que estructuran su subjetividad, y visibiliza el uso y apropiación de espacios –el
gimnasio con sus particulares rutinas de ejercicios-, para hacerse un cuerpo ideal, desde una
práctica biopolítica4cuyo mecanismo de vigilancia y autovigilancia, descansa en la
disposición de los espejos en el lugar. Y si esto no sirve, queda acudir al uso de las cirugías,
como servicio auxiliar generado por el sistema capitalista.

El telos del capitalismo es consolidar un patrón de civilización que permee todos los
planos de la existencia social. Para lo cual, se hace necesario constituir circuitos
territoriales, que configuren vínculos de interacción que afecten la experiencia corporal de
los sujetos y los modele. Los modos en que se estructura la sociabilidad de las personas
homosexuales en la ciudad, descansa en representaciones culturales de diferencia sexual e
integración a la normalidad, que a su vez, dinamizan prácticas normativas y performativas
dentro de formaciones espaciales culturalmente significativas para el sujeto y su
subjetividad. Cuestión, que sugiere como “La vida de la ciudad se manifiesta por medio del
cambio, de la diferencia y del conflicto” (Borja,2003,p.27).

Hoy Villavicencio es una de las ciudades colombianas, en donde la configuración de


una nueva geografía económica nacional, le ha obligado a enfrentarse a desafíos como el de
movilidad, desarrollo minero energético y de infraestructura vial, tal como se enmarca en el

4Desde Foucault la biopolítica nace como el disciplinamiento y la normalización en la modernidad, y se


enfoca en la protección de la vida para regularla -la proporción de los nacimientos, las defunciones, la tasa de
reproducción, la fecundidad de una población-. En ese sentido, la “sexualidad” como un modo de experiencia
históricamente singular en el cual el sujeto es objetivado para sí mismo y para los otros, a través de ciertos
procedimientos precisos de “gobierno”, permite ver el punto de contacto entre la tecnología política aplicada a
los individuos y las tecnologías que uno mismo desarrolla para conducirse dentro de estos regímenes. Según
el estudio que hace Foucault, tanto en Voluntad de saber, como en Historia de la sexualidad estas formas de
poder se introducen entre los siglos XVII y XIX, y se presentan como la regulación de los cuerpos, la
intromisión de la normalización en la sociedad. Tanto, desde una mirada interna vinculada con el saber /poder
sobre la vida, como externa, es decir de la relación de la vida con sus entornos.
documento Conpes 3797 de 2013 (DNP, 2013), pero sin desestimar la consolidación de un
amplio circuito mercantil (Tabla N.° 3).

Tabla N. °3
Histórico de empresas matriculadas en
Villavicencio (2005-2015)

Años 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Matriculados 8.157 7.667 7.473 7.655 8.719 8.319 9.010 11.060 9.395 8.021 8.495
Fuente: Cámara de Comercio de Villavicencio (2015)

La ciudad ahora, es el resultado de un proceso de socialización de las fuerzas


productivas, que sumado a la desregularización de algunas funciones estatales y la
consolidación de los sistemas de consumo individual y colectivo, hacen pensar que en el
desarrollo del capitalismo en la ciudad, no solo producen las empresas, sino también los
individuos, al desarrollar sus capacidades en dicho proceso5.

De manera significativa, ahora “[...] el gobierno es un facilitador de las acciones


urbanas actuando a veces como socio del capital privado, pero sobre todo propiciando las
condiciones para estimular la inversión privada” (Martínez,1995,p.40). Cuestión que
permite preguntar qué sucede con el capitalismo ante situaciones de amplia marginalidad,
diferencia social y dificultades frente a la garantía de derechos en la ciudad.

Aunque la respuesta no es inmediata, sí posibilita señalar algunas líneas de acción,


en el sentido que los habitantes homosexuales de la ciudad, ahora generan prácticas de
resistencia y autogestión de su hábitat, desde por ejemplo la reconfiguración del modo de
habitar la ciudad -actitud crítica-, que se alejan de los valores neoliberales, e influyen en la
configuración de una nueva subjetividad. Dentro de esas acciones, destacan los ciclopaseos,
caminatas, encuentros para ver películas y realizar meriendas, aunque en grupos muy

5Desde el Plan de Desarrollo Municipal de Villavicencio. Sin miedo “Gobierno de la ciudad” (2012-2015),
y particularmente desde el desafío estratégico No.2, se tiene como objetivo buscar el mejoramiento de las
condiciones socioeconómicas de los ciudadanos de Villavicencio, a través de la entrega de herramientas para
el apoyo a la consecución de nuevos empleos, consolidación de mercados, y establecimiento de formas de
desarrollo industrial, y tecno-científico, que promueva la creación de nuevas empresas. Para ello, el gobierno
municipal ha precisado, a través del programa tres (Villavicencio emprendedora) subprograma siete -Aprende
y Emprende- el desarrollo de la cátedra de emprendimiento ante la Secretaria de Educación Municipal, como
estrategia formativa de empresarios de sí mismos.
pequeños. Actividades con un bajo matiz comercial, pero posibilitadoras del intercambio
social y conocimiento de sí mismo.

El espacio citadino, se construye y objetiva en la interacción con las personas y los


lugares, siempre cargados de significados e historias, que no solo enriquecen la experiencia
humana, sino también, liberan el flujo de las diferentes prácticas que condensan los
cuerpos, las sexualidades y la misma ciudad en tanto espacio dispuesto para ser recorrido.

Reflexión, que lleva a reconocer que en la actualidad la ciudad se concibe, como un


ambiente localizado para el despliegue de innovaciones institucionales y reproducción de
políticas neoliberales, que terminan por estructurar de regímenes de vida, desde las
diferentes formas en que los individuos se apropian del espacio urbano y participan de la
dinámica económica-comercial.

La ciudad en tanto agregado de situaciones sociales, políticas y económicas


soportadas sobre un sustrato territorial, en la mayoría de casos lo que ha favorecido es la
definición de formas de administrativas estables, no-mutables, que limitan la posibilidad de
que la diversidad sexual y cultural, logre agenciar nuevas propuestas de gestión pública
desde el sujeto. En las ciudades ubicadas en la provincia, el capitalismo busca convertirlas
en modelos de espacios comerciales, a través de su enlazamiento con el centro, dentro de
unos tiempos y espacios que se enganchan, para repartir en cada individuo y lugar una
función al interior de la red comercial y mercantil que esta guarda, y que posibilitaría la
homogenización de las identidades dentro de un espacio en tránsito hacia la modernidad.
Según Margulis (2002) “la ciudad cambia por las acciones que en ella se desarrollan y por
la articulación material y simbólica de su tiempo y espacio” (p.520).

Ciudad y sexualidad. La configuración del sujeto y su subjetividad

Abordar el tema de la subjetividad homosexual masculina desde los relatos de vida, implica
de una parte advertir que la lectura de lo social se hace desde la especificidad de los sujetos,
el carácter acumulativo de sus experiencias, y la conexión que éstas tienen con ciertos
lugares y espacios, que no solo superan la noción de un único plano de posibilidades de ser
y hacer dentro de ese conjunto de prácticas y representaciones sociales sobre el sexo,
género y cuerpo que es la sexualidad, sino también, sobre la regulación social que se hace a
la vida, comportamientos y cuerpos de aquellos que se ubican por fuera de la
heterosexualidad.

La subjetividad, es el resultado de las prácticas que se insertan en el proceso de


configuración de un tipo de individuo, para lograr una definición de sí mismo, que dadas
las condiciones de espacio y tiempo, al decir de Gallego et al. (2016):
[…] perimiten inferir que se asiste a un periodo de institucionalización de la vida erótica y afectiva
en personas con prácticas homoeróticas, tal vez como señal de un proceso político más general. Este
proceso instala unos marcos de posibilidad, pero a la vez conlleva a un disciplinamiento que demarca
nuevas fronteras de moralidad sexual. (pp.185-186)

Nada en el mundo de lo social, se constituye como natural, sino que es


históricamente construido, a partir de la experiencia que poseen los individuos en tanto
dinamizadores de su propia existencia. La configuración de las subjetividades se da en
movimiento. Por un lado, desde la relación consigo mismo, y luego, desde la interacción
con el otro que me subjetiva. Lo cual, sugiere una acción múltiple hacia afuera, pero
también como posibilidad de acción en él sujeto (adentro). En palabras de Vommaro
(2012):
Los procesos de subjetivación están situados espacial y temporalmente –tienen una intensidad y una
extensión y se realizan en el territorio–, y expresan una forma de vida por la cual el individuo
deviene sujeto –se subjetiva–. Estos procesos están conformados por valores, percepciones,
sentimientos, afectos, lenguajes, saberes, deseos, concepciones, prácticas y acciones que se inscriben
en el cuerpo producido, vivido y experimentado de los sujetos. En tanto acto de ruptura o fractura
con lo instituido, la subjetivación implica un movimiento, un desplazamiento, una fuga respecto a la
normalización y homogenización que objetiva el poder. La subjetivación es también una resistencia a
la dominación (abrir una grieta, sustraerse, producir lo diverso, alterativo y alternativo). Como tal, es
también una forma de producir sujetos en relación con otros. (Vommaro, 2012, p.68)

En la constitución subjetiva del hombre homosexual citadino, no solo se


revela una geografía del placer, constitutiva de la creación de marcos prohibitivos o
laxativos que niegan o permiten la circulación de cuerpos y el desarrollo de códigos
compartidos por un colectivo social en la ciudad, sino también, un proceso de
institucionalización de formas de interacción sexual, que objetiva a los seres humanos
transformándolos en sujetos. El individuo es atravesado por un conjunto de relaciones de
poder, cuya diferenciación generan en él un control minucioso (docilidad).
Con respecto a la configuración de la subjetividad homosexual en la ciudad, ésta se
halla atravesada por elementos de carácter contextual (criminalidad, violencia, corrupción)
y actitudinal entre quienes la habitan, pero cuya consecuencia más inmediata, está en
aumentar o reducir la tensión entre la libertad que otorga el espacio citadino versus el
espectro de prácticas sociales y marcos institucionales, que atraviesan la experiencia
subjetiva de los sujetos. El cuerpo se organiza en micropolítica, para luego distribuirse en
un entramado complejo de agenciamientos que constituyen flujos de circulación y terminan
por darle al placer un cariz productivo.

Siguiendo los argumentos de Foucault, con respecto a las relaciones de poder éstas
actúan sobre un fondo de diferentes posibilidades de actuación con el fin de intentar
“conducir las conductas”, y así modelar la configuración de subjetividades mediante un
entramado de discursos y técnicas que irían conformando su factibilidad dentro de un
medio que es dinámico, cambiante. Pero que a su turno, revelarían como las líneas de fuga
en las prácticas en devenir son siempre moleculares, ancladas a la experiencia disruptiva
dentro de las líneas molares, en que se inscriben por ejemplo los participantes de un
encuentro homosexual, y en el cual uno de ellos, actúa como subordinado frente a otro,
cuya posición dominante lo convierte en penetrador no solo del cuerpo individual, sino
también, del cuerpo social que este mismo representa.

Al decir de Weeks, “Las identidades homosexuales ilustran la relación entre la


restricción y la oportunidad, la necesidad y la libertad, el poder y el placer” (1998,p.333).
Elementos potenciales, que se verifican y validan en cada una las etapas de construcción de
la identidad personal, y cuyo espectro otorga significancia personal y referencia social al
individuo, dentro de los diferentes procesos de socialización a que este tendría acceso. Hoy
se entiende, que las identidades sexuales, son el producto de una negociación histórica y de
etiquetamiento del cuerpo, que dada la normativización de la identidad, permitiría la
identificación de los sujetos y la organización de sus flujos de vida.

Según Deleuze (1995) “[…] los procesos de producción de subjetividad son las
diversas maneras que tienen los individuos y colectividades para constituirse como
sujetos:
esos procesos solo valen la pena en la medida en que al realizarse, escapen a los poderes
dominantes” (p.275). Es decir, a la aplicación de dispositivos institucionales, o emergencias
de tecnologías del yo, que contribuyan a transformaciones particulares en el sujeto.

La constitución del homosexual masculino en la ciudad, está dada por una


codificación de los circuitos territoriales y redes sociales, que termina por acercar las
fantasías y ensoñaciones de los sujetos con respecto al placer, dado el uso de las tecnologías
de la información y la comunicación. Cuestión que sugiere, la existencia de unos espacios y
tiempos no lineales, que estructuran la experiencia de tales sujetos y posibilitan plantear
que la dimensión sexo-afectiva de las personas incluidas sus prácticas, tan solo se hayan
limitadas por sus propios representaciones mentales y la aplicación de dispositivos
institucionales.

Situación, que hace visible la profunda relación que tiene la sexualidad con la
construcción de la subjetividad en la ciudad, es decir con la forma como cada individuo, en
la interacción con otros se va constituyendo, a través del tiempo y los múltiples espacios a
los que asiste en sujeto. Desde la lógica mercantil, el varón homosexual citadino, hoy se
convierte en objeto de comercio, no solo por su capacidad de consumo, sino también, por la
posibilidad que tiene de convertirse en sujeto de placer sexual, al exhibir y en algunos casos
vender su cuerpo y compañía a otros hombres con mayor ingreso económico, en diferentes
lugares.
Tal y como se desprende del siguiente diálogo:

Llevaba varios días, saliendo en las noches al parque central y detallando que hombres mostraban
conductas extrañas y estaban solos. Luego de varias visitas, decidí acercarme a uno y ofrecerle un
café, el cual acepto sin reparo. Hola, fue su primera palabra seguida de ¿cómo está? Mi respuesta fue
contundente, aburrido de tanto man que quiere modelos y no sabe que el mercado local es de feitos y
poco adinerados. Cuestión a la cual él respondió, yo te quiero a ti bebé para ser amigos y amantes.
Nunca antes, nadie había sido tan tierno y directo. Sin embargo, para salir de esta situación acudí a
preguntar ¿Qué haces en la vida? A lo cual respondió en este momento busco empleo. Seguimos
conversando, y pronto apareció el placer verbalizado a través de la pregunta ¿Eres vergón? Mi
sonrisa, se achico y mis ojos que parecían puestos en él tomaron otro rumbo., el cual se recuperó por
las preguntas ¿vives solo?, ¿me invitas a comer algo y hablamos? Preguntas, que atine a responder
con pago arriendo y por la hora ya no puedo llevar visitas. (Diálogo 24 de diciembre de 2015
Villavicencio- Plazoleta los Libertadores 8:00 Pm).

Conversación, donde la búsqueda de placer, reafirmación del rol de género y


satisfacción de las fantasías sexuales de corte homoerótico, marcan una experiencia
subjetiva que reproduce las identificaciones sexuales y relaciones consentidas de
subordinación, pero ahora con un aditamento especial, a saber el ejercicio de la prostitución
masculina como opción del sujeto para su subsistencia, o como resultado a la precarización
y falta de oportunidades para los jóvenes en la ciudad. En la experiencia de sí mismo, como
sujeto de una “sexualidad”, es indispensable conocer cómo se organiza socialmente el
placer, quiénes participan de él y que otras relaciones puede generar con espacios e
individuos. La apuesta aquí se orienta, a considerar el carácter fluido y ambivalente de las
relaciones entre sexo/género como elementos que conllevan a cada individuo a configurar
su propia identidad subjetiva.

Un ejemplo de ello, lo constituye el sauna gay, un lugar donde el sujeto homosexual


se convierte en empresario de sí mismo, al disponer su cuerpo hacia una actitud de
satisfacción del placer sexual, desprovista de miedos y temores, pero no liberada de
prejuicios sociales como edad, raza, asepsia y aspecto físico (varonil-afeminado). Ya que
en el fondo, este y su subjetividad, siguen siendo el producto de unos regímenes de verdad
y poder, surgidos a través de estrategias sociales de disciplinamiento, que no solo trabajan
sobre el cuerpo, sino también, sobre la administración de la vida.

La sexualidad, en tanto espacio de producción, registro y consumo de diferentes


flujos -esperma, lubricantes-, se reconfigura ahora bajo una realidad orgánica (pene–ano)
(boca-ano), que no solo revela la constitución de una geografía corporal, sino también, la
existencia de un tiempo que estructura los relatos de los presentes allí, y hace de la ciudad,
un contenedor y fuente de recursos necesarios, para que los sujetos puedan establecer
contacto con otros y definir así, un nuevo tipo posturas, actitudes y formas de autoerotismo,
que les permita a sus vidas fluir. De acuerdo, con Deleuze y Guattari (1985) “El sujeto
nace de cada estado de la serie, renace siempre del estado siguiente que le determina en
un momento (p.28)”.

Al explorar cómo se activa el placer sexual homosexual en la ciudad, se tiene que


este es posibilitador de otros procesos en la ciudad, los cuales van desde la
desterritorialización de los flujos de deseo, el favorecimiento al tránsito de los cuerpos y el
rompimiento de los convencionalismos sociales. Según Deleuze y Guattari (1985), la
sexualidad como máquina social “[...] tiene como piezas a los hombres, incluso si se les
considera máquinas, y los integra, los interioriza en un modelo institucional a todos los
niveles de acción, de la transmisión y de la motricidad” (p.147).

Son estas relaciones de fuerza o poder, que actúan bajo estrategias microfísicas, las
que determinan las singularidades y subjetividades. La subjetividad, como lo bien lo
expresará Foucault pasa por un proceso de normalización, y los cuerpos no sólo son la
materia prima donde se inscribe o asienta el orden social, al disciplinarlos, sino uno de los
recursos que lo puntualizan, expresan y reproducen. Esto en razón, a que “…el sujeto se
forma a partir de una serie de procesos y sistemas que no responden a una naturaleza
originaria de la subjetividad, sino que obedecen a condiciones históricas, políticas y
sociales” (Castro2008, p.173).

Situaciones que en el capitalismo fomentan la cultura narcisista y hedónica de los


individuos, a partir de la propia disposición a asumir una práctica de sí mismo, que ahora se
halla colonizada por la configuración de una subjetividad dócil, así como de la existencia
de un tiempo que no logra fijar a las personas, sino que por el contario, favorece su
contagio con el placer y la huida de la normalidad. Pues el placer se halla afectado por el
conjunto de intensidades e intersecciones que afectan a los sujetos y hacen que sus cuerpos
devengan.

El placer sexual en la ciudad mercado


No cabe duda que los cuerpos que asisten a la nocturna de la Plazoleta los Libertadores, en
el centro de Villavicencio como lugar público, se ubican en el adentro y afuera de una
actuación, que subvierte y transforma las normas sociales preestablecidas, a partir de la
activación de un conjunto de prácticas sociosexuales, que no solo engendra sujetos y
cuerpos cargados de placer, sino que a su vez, configura una subjetividad homosexual fuera
del territorio de la normalidad, al ampliar los sentidos y significados que para estos posee el
cuerpo en tanto materialidad para el hacer.
Situación, que no solo entraña rupturas y continuidades en lo relativo a las tensiones
producidas por la apertura a nuevas formas de búsqueda del placer, al interior de la ciudad,
sino también, ante una hegemonía fálica base del establecimiento social, pero que empieza
a ser cuestionada por no admitir ciertos estilos de vida, construidos socio-históricamente.

Para Foucault, la categoría placer (sexual) se vincula con una experiencia vivida
desde el goce corporal indeterminado, dentro de un tiempo no lineal, cuya codificación se
da partir de la experiencia misma del sujeto en el aquí y el ahora. Cada sujeto produce su
objeto de goce, sin que exista de manera preestablecida una forma de organización
simbólico- social que lo determine. Como se observa, en el siguiente fragmento:
Colab: j??? te ha enviado un guiño
Entre: hola
Colab. Hola ¿Cómo estás?
Entre: Bien y tú que tal, ¿Cómo te trata el invierno?
Colab: bn pa, por el lado de Alkosto trabajando, pues con frío y como con arrechera
Entre: y que buscas en esta app
Colab: sexo, alguien con quien tirar, tienes wp?
(Conversación sostenida con J?? en Villavicencio el 15 de mayo de 2016).

Bajo ese orden de ideas, plantear que el placer es la experiencia corporal surgida a
partir de una fantasía sexual, cuyas referencias se ubican a través de diferentes procesos
históricos, que conllevan a la construcción de representaciones socioculturales entorno a
sujetos/objetos de deseo y la exploración misma de las fronteras normativas
convencionales, de cuenta aquí de cómo la configuración de la subjetividad homosexual en
la ciudad, se halla influida en gran parte por el carácter esporádico y contingente de sus
relaciones, la casualidad de sus encuentros y una renovada reflexividad frente a los
diferentes modos de vivir el placer sin restricciones.

Afirmación ésta, que no vacila en resaltar al sujeto individual como protagonista del
proceso de socialización, además de advierte la presencia de unas coordenadas históricas,
que irían a configurar la producción subjetiva e identitaria de los individuos, desde las
interacciones surgidas en la cotidianidad. “En la perspectiva sociológica la socialización ha
sido entendida como el proceso a través del cual el sujeto internaliza la realidad externa en
sus dimensiones natural y social, constituyéndola en realidad subjetiva” (Alvarado y
Ospina, 2009, p.57).
Cuestión, que le ha otorgado al placer una connotación negativa, en el sentido de
definir a sus protagonistas como sujetos narcisistas y azuzadores de la disolución entre
aquello que se considera normal y patológico, dado el binomio sexo/género, pero que ante
la condición capitalista advierte como:

Lo que más interesa en las tecnologías liberales no es tanto que los sujetos trabajen para satisfacer
necesidades básicas (comer, dormir, abrigarse, descansar) y adquirir objetos materiales (cosificados
como propiedad), sino que se “capitalicen a sí mismos”, es decir que logren “invertir” sus recursos
en ámbitos inmateriales como la belleza, el amor, la sexualidad, el conocimiento, la espiritualidad,
las buenas maneras, etc., pues tales inversiones contribuyen a aumentar sus posibilidades de
movilidad en una “economía abierta de mercado”. (Castro-Gómez, 2010, p. 51)

La captura que hace el capital del sujeto, termina por constituirlo como un
organismo, que a su vez es producido por la domesticación de la vida y la forma en que el
capital mismo establece modos y vivencias del placer (homosexual), objetualizándolo así
en una mercancía sexual carente de potencia creadora. Pero con posibilidades de ser
liberado, desde una apuesta cuya efectividad requiere involucrar el propio marco
institucional. El sujeto se configura desde la experiencia y prácticas que organizan su
cuerpo.

Lo que sugiere, que la estructuración de la vida misma sucede por la intervención que
se hace desde las instituciones y las prácticas sociales agenciadas dentro de un tiempo y
espacio históricamente dados. Con respecto a las instituciones, ellas se conciben como un
cuerpo de normas jurídicas, culturales que condicionan y facilitan el intercambio social.
Además, de operar las reproducciones mecánicas de los aparatos y reglas, que las
constituyen a sí mismas y le otorgan visibilidad. Las instituciones,

Son las reglas del juego en una sociedad o, más formalmente, los constreñimientos u obligaciones creadas
por los humanos que le dan forma a la interacción humana. En consecuencia, estas estructuran los
alicientes en el intercambio humano, ya sea político, social o económico. La existencia de un entorno de
instituciones, en tanto que rutinas de comportamiento, es lo que permite no tener que pensar en muchos
problemas o no tener que tomar decisiones complejas (North, 1993, p. 13).

Mientras que las prácticas sociales al decir de Abric (2001) “son, de algún modo, la
interface entre circunstancias externas y prescriptores internos de la representación social.
Comportamientos globales que evolucionan para adaptarse a los cambios de
circunstancias externas (p.45). “Las prácticas sociales son sistemas de acción socialmente
estructurados e instituidos en relación con papeles” (Abric,2001,p.195).

De ahí, que en:


El análisis de cualquier práctica social sean tomadas en cuenta por lo menos dos factores esenciales:
por una parte, las condiciones sociales, históricas y materiales en las que ella se inscribe, y por otra,
su modo de apropiación por el individuo o grupo respectivo. Para que una práctica social, aún
impuesta, se mantenga, es necesario todavía que pueda, con el tiempo, ser apropiada, es decir
integrada al sistema de valores, creencias y normas (Abric,2001,p.213).

Razón, para que la apuesta de este apartado este enmarcada en la deriva espacial, en
los flujos de información que ofrecen los microespacios y como estos se transforman, a
través de la práctica reflexiva, en rostros, palabras, historias sobre la constitución subjetiva
en la ciudad. Si bien es cierto, la ciudad muestra disposición a aceptar la existencia de
discotecas, cafés y restaurantes con orientación gay, ésta desconoce a la homosexualidad en
tanto práctica sexual, como algo legítimo desde una perspectiva moral. Lo que lleva a
asumir, que aunque son múltiples los escenarios, discursos y prácticas que se ofrecen para
la configuración del sujeto homosexual en la ciudad, estos no son percibidos por la
ciudadanía como dinámicos y vinculados a otros entramados socioculturales.

A la fecha el espacio citadino ha inscrito al sujeto homosexual en una lógica más


económica y menos política con respecto al modo de vida escogido, tanto que el placer
sexual homosexual en la ciudad, ha activado toda una producción comercial cuya base
descansa en el cuerpo y el sexo, en tanto elementos dinamizadores de una nueva
sociabilidad, que no escapa al control y vigilancia de aquellos cuerpos aún no dóciles.

Con respecto, a la configuración de las subjetividades sexuales en la ciudad, se tiene


que estas, han emergido como producto del ofrecimiento de diferentes ámbitos de
identificación que han posibilitado en los sujetos, un momento personal para señalar su
mismidad y continuidad en el conjunto de las interacciones sociales. Además, de revelar la
forma en que algunos de estos, reconfiguran el paisaje citadino, a partir de las prácticas de
placer que agencian. Como se evidencia a través del siguiente fragmento:

Día de partido (11-06-2016 /8:40pm), llueve en la tarde y la noche está movida por una brisa fría
pero tolerante. El parque central está casi vacío, y a lo lejos se distinguen 4 grupos (indigentes,
bebedores de tinto, y 2 grupos de hombres.
9-15pm Luego de rodear el parque, me ubico de espaldas a la catedral y frente a la fuente. El grupo
de jóvenes, ha empezado a realizar recorridos en varias direcciones, que terminan por definir un
círculo completo. De pronto toman una sola ruta, y si más que hacer, decido seguirlos con
prudencia, para saber dónde terminarán. Los acompaño hasta las 10:00 pm, luego que deciden
adentrarse en un matorral oscurecido por la sombra de dos ceibas.
10:15, Ninguno de los chicos sale y entonces marcho hacia mi casa.
(Fragmento diario de campo Plazoleta los Libertadores (Villavicencio)

La ciudad en tanto contexto de socialización, permite a las personas incorporar


modos de ser y estar en y con el espacio, dado el sentido de socialmente construido que este
guarda, pero cuya objetivación, solo es posible por la interacción que estos mismos
ejecutan con los lugares. Con respecto a la forma en que los varones homosexuales de
Villavicencio generan y buscan placer sexual, se tiene que estos ponen de manifiesto su
intención sexual, lo cual hace que cualquier acercamiento pudiera liberarlo. Un ejemplo de
ello, lo ofrece A?? miembro del portal www.manhunt.net y uno de nuestros colaboradores:
A??? es una persona de 23 años, serio, reservado, culto, educado, estudioso y simpático. Esto se trata
de ser correspondientes; Si hay gusto o interés primero lo primero " liberar fotos". Busco como
primera instancia que me conozcan y conocer, observar y que me observen y consecutivamente
que hablemos un buen rato y que nos demos confianza para que de esa manera expresemos de una
manera diferente ese gusto. En el sexo me gusta que me disfruten y disfrutar, que me toquen y tocar,
que me exciten y excitar. De un sexo suave a un sexo duro considero que el sexo no es culiar por
culiar si no vivir intensamente ese momento y sobre todo a la persona. Es una gran mentira cerrarse a
la oportunidad de encontrar a alguien especial, simplemente uno no escoge de quien enamorarse si no
es esa atracción y sentimiento que te llega por alguien. Busco conocer gente con una personalidad
sana en todo sentido, seria, reservada, educada, estudiosa, sencilla, trabajadora, cumplida, respetuosa,
masculina y que busque un buen sexo responsable y abiertos a posibilidades. Abrazos A???

Asunto, que abre la discusión frente a como el placer descubre esa satisfacción al
explorar el cuerpo, pero que una vez satisfecha se torna en desencanto, pues el placer es
efímero. No obstante, el placer cumple una tarea positiva a saber, la de deconstruir la
imagen del contrato sexual. Al poder utilizar el ano, no solo es posible un mejor
conocimiento de sí mismo, más libertario, sino también la superación de ciertos tabúes
sociales, que refuerzan los estereotipos sexuales y de género. El placer anal, no se
interpreta, se muestra en los claroscuros de la noche, en la liberación del cuerpo en los
cuartos oscuros, o a través de la lente de la cámara en las salas de chat. Hablo de prácticas
para constituirse a sí mismo en sujeto.
Por el ano, el sistema tradicional de la representación sexo/género se caga. La recuperación del ano
como centro contrasexual de placer tiene puntos comunes con la lógica del dildo: cada lugar del
cuerpo no es solamente un plano potencial donde el dildo puede trasladarse, sino también un orificio-
entrada, un punto de fuga, un centro de descarga, un eje virtual de acción-pasión. (Preciado,
2011,p.24)

Aunque, muchos de los hombres homosexuales no se declaren como tales y por el


contario se mantengan en el anonimato, es claro que su subjetividad sexual se halla
codificada por el placer, espacios y libertad que encuentran en la ciudad. Además de otros
aspectos -la belleza, la moral y el cuerpo-, que terminan por tensionar la relación con
normas sociales, actitudes éticas y diferentes circunstancias cotidianas. Cuando se habla del
placer, se hace mención a la sensibilidad práctica y polimórfica que se desprende de la
constitución individual y que configurará los acoples en los cuales los comportamientos
sexuales de un individuo, solo tendrán sentido si se hallan situados en el curso de su vida
individual y los trayectos de interacción con otras personas.

La dinámica biográfica con respecto al placer, no solo transita entre lo íntimo,


semipúblico y público, sino que ahora, ella misma debe atender a los diferentes eventos,
procesos y aprendizajes donde el sujeto participa, a través de sus devenires homosexuales.

Por ello, analizar como esos encuentros ocasionales surgidos ante la disposición de
diferentes lugares al interior de la ciudad, despiertan el interés del otro, pero luego de su
partida y consumado el acto sexual, revelan como este último, se ha convertido en algo tan
fácil de alcanzar que los homosexuales “corren el peligro de aburrirse rápidamente,
generando toda clase de esfuerzos para innovar y para crear variaciones que refuercen el
placer del acto” (Foucault,1985,p.31). Lleve a postular, que el total de la energía e
imaginación, se orientan a intensificar el acto sexual, a través del desarrollo de nuevos tipos
de prácticas sexuales, en las cuales se erotiza el cuerpo y las relaciones, como posibilidad
interna para alcanzar una experiencia sexual plena y fluida.

Si bien es cierto, en algunas ocasiones la ansiedad expresada por parte de algunos


homosexuales ante el ofrecimiento de otros cuerpos masculinos, en algunos lugares de la
ciudad deja ver su apetito sexual, también es verdad que otros más, abrigan la idea de una
vida sencilla, donde el solo vivir sea suficiente. El placer ha producido adicciones y
obligado a sus protagonistas a experimentar una excesiva serie de riesgos y pérdidas, que
dada las dinámicas de mercado y espectáculo en la ciudad, han terminado por definir una
narrativa propia de sus vidas y de la ciudad.

Como se sabe, al menos para el caso de los homosexuales, todo inicia con una
mirada que requiere complicidad entre las partes, pero que también puede estar
complementada, por persecución, exposición y contacto corporal, tal y como lo menciona
Tewksbury (1996 citado por Langarita Adiego, J. (2014).
Las normas que ordenan las prácticas sexuales, cuentan con una eficacia, que se
aloja en el propio cuerpo del individuo, y permiten que este sea capaz de conducir a otro a
la satisfacción de sus placeres. Lo cual, es susceptible de comprobarse en la observancia a
los comportamientos de los hombres que circulan por los parques y plazoletas de la ciudad
y se lanza a la cacería de otros hombres para satisfacer su apetito sexual. Esto en razón, a
que “tanto el acceso al sexo requiere de un espacio de socialización como de una
estructura social y simbólica que se encargue de organizar el deseo” (Green 2008,p.28
citado por Langarita Adiego, J. (2014).

Por tal motivo, insistir que es desde los tránsitos y recorridos que adelantan los
individuos a través de la ciudad, que se hace posible advertir un sistema de lenguaje no
verbal y más simbólico, frente a las diferentes técnicas de negociación sexual para alcanzar
el acto, de cuenta aquí, de cómo los espacios son construidos socialmente, y definidos en
razón a los recursos o capacidades que ofrecen para la gestión del goce. Un goce, que inicia
con el merodeo y el intercambio de miradas, como potencia incrementadora de las
expectativas sexuales que cada sujeto pretende realizar, dada la disposición de otros sujetos
y la relación con factores como tiempo, dinero, lugar y tipo de práctica(s) sexual(es) a
ejecutar.

Ya no vivimos en un espacio localizable, que solo sirve de domicilio para los


individuos que asisten allí, sino que este, se ve revitalizado por el conjunto de relaciones
que esos mismos individuos desarrollan de manera diferenciada a su interior y que revelaría
la existencia de esos otros “lugares” de que se componen la ciudad. Una reflexión anclada a
la noción de heterotopías mencionadas por Foucault, y matizada hacia aquello que no cabe
en la norma (desviado), aunque sea ejecutado por otros humanos. Hablo de lugares abiertos,
pero que ocultan y generan exclusiones, ya sea por el tipo de prácticas que se realizan en su
interior, o por los requisitos a cumplir para su ingreso.
Nos hallamos en la época de lo simultáneo, nos hallamos en la época de la yuxtaposición, en la época
de lo cercano y lo lejano, del lado a lado, de lo disperso. Nos hallamos en un momento en que el
mundo experimenta, creo, no tanto como una gran vida que se desarrollaría a través del tiempo sino
como una red que relaciona puntos y que entrecruza su madeja. (Foucault, 2010a, pp.63-64)
La lógica actual de la ciudad, vincula no solo la vigilancia y control a sus
integrantes, sino también la articulación de ciertos lugares ahora localizables, a lo que se
vive en la cotidianeidad. Como bien lo afirma Díaz (2010):

[…] la vigilancia se ejerce en espacios cerrados y se limita a posibilidades humanas (observación,


escucha, acechanza), mientras que el control se expande a cielo abierto e incorpora tecnologías
digitales (cámaras, chips, radares). El control es la exacerbación de la vigilancia. (p.9)

El conjunto de interrelaciones en que se ve envuelto y participa el individuo no solo


afecta su vida personal, sino también su configuración como sujeto sexual. El sujeto
homosexual, ahora es el producto de un modo de objetivación que dada la existencia de la
ciudad- mercado, ve en sus prácticas socio-sexuales, el resultado de la aplicación normativa
y de formación de verdad, sobre su persona, además de ver limitada la problematización y
posterior comprensión frente a lo que podría llegar a entenderse como placer.

Consideraciones finales

La ciudad como la sexualidad, son formas de institucionalización que estabilizan y recrean


ciertas categorías identitarias en el tiempo. Por tal motivo, acercarse desde una actitud
reflexiva a los efectos de poder que dichos marcos producen en la constitución de los
sujetos homosexuales y sus prácticas, involucre ratificar la idea de que la sexualidad es un
constructo social, que dentro de la cultura occidental moderna ha servido como escenario
para ejercer control y generar discursos de verdad sobre los individuos y la administración
de sus vidas. Situación que de acuerdo con Martucelli (2007), lleva a que:

La cuestión no es […] saber cómo el individuo se integra a la sociedad por la socialización o se


libera por medio de la subjetivación, sino de dar cuenta de los procesos históricos y sociales que lo
fabrican en función de las diversidades societales ( p30).

Incluso frente a las prácticas sexuales entre personas del mismo sexo, el dispositivo
de sexualidad las define e identifica bajo una condición diferenciada, que marca una
subjetividad, además de ejercer una función de constitución de saberes y normas, que
limitan el libre fluir de tales individuos y su posibilidad de transformarse en sujetos. Esto en
virtud, a que el individuo deviene en sujeto, dada su vinculación espacio-temporal.

Tanto así, que desde la perspectiva de Castro-Gómez (2010):


“[…] lo que se considera sustancialmente personal no es otra cosa que un cierto tipo de sensación
que se efectúa a través de un particular poder que ya no opera normalizando la subjetividad mediante
el confinamiento de los individuos, sino modulando sus deseos en espacios abiertos” (p.212).

La experiencia identitaria-subjetiva de los sujetos, se halla mediada por el conjunto


de relaciones, que los atraviesan y ofrecen un conocimiento de sí mismo, y que en la
condición capitalista se halla caracterizada por hacerse “empresario de sí mismo”.
Iniciativa, que visibiliza el doble movimiento del devenir subjetivo, es decir lo instituido
que hay en él, junto a la capacidad de agencia para luchar contra aquello que lo limita -las
prácticas de coerción, señalamiento y encerramiento que configuran hoy la subjetividad de
los individuos-.

En la condición capitalista-neoliberal, el cuerpo-sujeto es organizado en un


dispositivo-persona, que subjetiva no solo su fisiología, sensibilidad y potencia vital, sino
que lo convierte en útil y productivo para el sistema, desde el apocamiento de las fuerzas
que constituyen su diversidad. Ahora, el sujeto homosexual, se unifica como empresario de
sí, y vive bajo una continua relación con los excesos, el rendimiento y la competencia.

Bajo ese orden de ideas, afirmar que la subjetividad es producto de la socialización


a la que no escapa ningún individuo, haya sido el pretexto para acercarse a la comprensión
de la producción subjetiva homosexual en la ciudad, desde sus técnicas de gestión y
dispositivos de control. Si de algo, no hay duda es que el sujeto homosexual bajo el
contexto capital, vive en los márgenes de su libertad, en el goce y la competencia por
constituirse en el actor de su propia vida, y gestar desde allí un hábitat, que supere lo
precario, líquido y desconocido que para él mismo constituye el tiempo actual. De acuerdo
con García (2012):

[…] la subjetividad tiene lugar en el territorio del intercambio humano y está mediada
fundamentalmente por la diada sujeto-cultura, a través de la cual se configurará el sello particular de
cada persona” (p.1)

Si se atiende a que el fin último del capitalismo-neoliberales la producción de un


sujeto nuevo, un sujeto homogenizado a causa de la lógica empresarial, competitiva, y
tecno-comunicacional, que reduce su miedo a la soledad y favorece la proximidad social,
cabe preguntar sí en dicha relación existe la posibilidad para constituir referentes
simbólicos que le permitan al individuo elaborar una política de resistencia a los
dispositivos que amarran su cuerpo y subjetividad. La codificación de la vida, no siempre
es oficial o proviene de una dimensión institucional, sino que ella, también puede surgir, a
partir del uso de un recurso comunicacional-mercantil como el chat, al solicitar una foto.

Esto en virtud, a que en la estandarización de la subjetividad, la imagen y potencia


vital de los sujetos, es considerada un recurso valioso, en la activación del placer y las
prácticas de consumo, toda vez, que permite desprenderse del propio cuerpo, y así
participar de la organización social de la experiencia sexo-erótica y su satisfacción.

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