Segura Jose
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HOMOSEXUAL
1. Información General
Tipo de documento Tesis De Grado De Maestría De Investigación
Acceso al documento Universidad Pedagógica Nacional. Biblioteca Central
Ciudad, subjetividad y placer. La configuración del homosexual masculino
Título del documento
en Villavicencio
Autor(es) Segura Gutiérrez, José Miguel
Director Martínez Posada, Jorge Eliécer
Publicación Universidad Pedagógica Nacional, 2017. 33 p.
Unidad Patrocinante Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano-CINDE
Palabras Claves CIUDAD; HOMOSEXUALIDAD; PLACER Y SUBJETIVIDAD
2. Descripción
Ésta tesis de grado, busca discutir la relación entre ciudad y placer como elementos claves en el proceso de
constitución subjetiva de un grupo de varones homosexuales del municipio de Villavicencio (Colombia). Para
ello, se entrecruzan algunas descripciones de la ciudad como escenario social, junto a testimonios y
referencias bibliográficas sobre la experiencia homosexual masculina vivida en la ciudad. Lo anterior, con el
fin, de mostrar cómo los diversos flujos existenciales, prácticas sexuales y modos de vida gestados por
hombres homosexuales al interior del espacio citadino, no solo posibilitan la constitución de
representaciones sociales frente al cuerpo y la subjetividad, sino a su vez, la aplicación de dispositivos de
poder -instituciones y reglas-, sobre el cuerpo y el placer de sus agregados. Lo anterior, a través de un
proceso dinámico que transita entre la individuación singular y la modulación social.
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4. Contenidos
La introducción se realiza una aproximación a la importancia que la ciudad y el placer han tenido para la
producción académico-intelectual al interior de las ciencias sociales. Resaltando en ella, su cariz
socializador y de configuración subjetiva en los individuos.
El apartado El capitalismo como modelo de gestión urbana: se realiza un ejercicio de reflexión frente a
cómo el modelo económico capitalista, impacta en las estructuras administrativas públicas del gobierno
local, generando enclaves y engranajes que no solo afectan el ejercicio del poder público sino la
administración misma de la vida de los individuos en las ciudades.
Ciudad y sexualidad. La configuración del sujeto y su subjetividad: el acápite desarrollo la tesis de que la
ciudad como marco institucional y dispositivo de poder, no solo modela la conducta y comportamientos de
sus ciudadanos en términos públicos, sino también en el ejercicio de sus prácticas socios sexuales, a partir
de la definición de espacios, lugares y recorridos donde se toleran tales conductas siempre y cuando se
realicen en la intimidad. Pero que terminan rivalizando, por ejemplo con el ejercicio de autonomía
individual, el deseo y la opción de libertad (vida) de cada sujeto que habita la ciudad.
El placer sexual en la ciudad mercado: este capítulo aborda el tema del placer, desde una dimensión de
sensibilidad práctica cuyo origen reside en el sujeto, y los acoples que este hace de la experiencia urbana
y la interrelación con otros individuos. Ya que, el placer no solo transita entre lo íntimo, semipúblico y
público, sino que ahora, este debe atender a los diferentes eventos, procesos y aprendizajes donde el
sujeto participa, a través de sus devenires homosexuales.
5. Metodología
Como ruta metodológica para dar cuenta de los diversos flujos y espacios que desde la ciudad se ofrecen
para el devenir de los sujetos, se seleccionó y mapeo un lugar de encuentro sexual ubicado en pleno
centro de Villavicencio y mediante seguimientos a distancia, marcó los lugares y trayectos sobre los que
avanzaron los involucrados en dicho encuentro. El lugar fue seleccionado por la alta afluencia de hombres
de diverso ciclo generacional y posición socioeconómica en horas de la noche, la forma en que se ubican
a lo largo y ancho del espacio, los recorridos que agencian y las formas en que establecen contacto con
otros individuos.
Con relación a la forma de abordaje de los informantes en terreno, estuvo mediada por el ofrecimiento de
algún comentario o bebida, que simulará un interés inicial, que con el pasar del tiempo y el diálogo
desprevenido, consintió aflorará la confianza necesaria para avanzar en un recorrido espacial y dialógico,
que termino por dar cuenta de la producción social de la sexualidad y el espacio citadino, además de la
existencia de un circuito del placer homosexual en el centro de Villavicencio.
Como segundo recurso, se consideró la selección de informantes desde un portal web www.manhunt.net,
a los cuales se aproximó a través de un mensaje de chat generado por el investigador, o como respuesta
al guiño emitido por otro usuario. Abierto el espacio dialógico, este tuvo como fin informar a los
cibernautas del objeto de este estudio y la necesidad de contar con su consentimiento frente al registro
inmediato y futuro de algunos fragmentos de sus relatos.
La ciudad como la sexualidad, son formas de institucionalización que estabilizan y recrean ciertas
categorías identitarias en el tiempo. Por tal motivo, acercarse desde una actitud reflexiva a los efectos de
poder que dichos marcos producen en la constitución de los sujetos homosexuales y sus prácticas,
involucre ratificar la idea de que la sexualidad es un constructo social, que dentro de la cultura occidental
moderna ha servido como escenario para ejercer control y generar discursos de verdad sobre los
individuos y la administración de sus vidas.
Incluso frente a las prácticas sexuales entre personas del mismo sexo, el dispositivo de sexualidad las
define e identifica bajo una condición diferenciada, que marca una subjetividad, además de ejercer una
función de constitución de saberes y normas, que limitan el libre fluir de tales individuos y su posibilidad de
transformarse en sujetos. Esto en virtud, a que el individuo deviene en sujeto, dada su vinculación
espacio-temporal.
La experiencia identitaria-subjetiva de los sujetos, se halla mediada por el conjunto de relaciones, que los
atraviesan y ofrecen un conocimiento de sí mismo, y que en la condición capitalista se halla caracterizada
por hacerse “empresario de sí mismo”. Iniciativa, que visibiliza el doble movimiento del devenir subjetivo,
es decir lo instituido que hay en él, junto a la capacidad de agencia para luchar contra aquello que lo limita
-las prácticas de coerción, señalamiento y encerramiento que configuran hoy la subjetividad de los
individuos-.
Bajo ese orden de ideas, afirmar que la subjetividad es producto de la socialización a la que no escapa
ningún individuo, haya sido el pretexto para acercarse a la comprensión de la producción subjetiva
homosexual en la ciudad, desde sus técnicas de gestión y dispositivos de control. Si de algo, no hay duda
es que el sujeto homosexual bajo el contexto capital, vive en los márgenes de su libertad, en el goce y la
competencia por constituirse en el actor de su propia vida, y gestar desde allí un hábitat, que supere lo
precario, líquido y desconocido que para él mismo constituye el tiempo actual.
Esto en virtud, a que en la estandarización de la subjetividad, la imagen y potencia vital de los sujetos, es
considerada un recurso valioso, en la activación del placer y las prácticas de consumo, toda vez, que
permite desprenderse del propio cuerpo, y así participar de la organización social de la experiencia sexo-
erótica y su satisfacción.
Resumen: En el artículo se discute la relación entre ciudad y placer como elementos claves en el proceso
de constitución subjetiva de un grupo de varones homosexuales del municipio de Villavicencio (Colombia).
Para ello, se entrecruzan algunas descripciones de la ciudad como escenario social, junto a testimonios y
referencias bibliográficas sobre la experiencia homosexual masculina vivida en la ciudad. Esto con el fin, de
mostrar cómo los diversos flujos existenciales, prácticas sexuales y modos de vida gestados por hombres
homosexuales al interior del espacio citadino, no solo posibilitan la constitución de representaciones sociales
frente al cuerpo y la subjetividad, sino a su vez, la aplicación de dispositivos de poder -instituciones y reglas-,
sobre el cuerpo y el placer de sus agregados. Lo anterior, a través de un proceso dinámico que transita entre
la individuación singular y la modulación social.
1
Especialista en gerencia social, administrador público. Correo electrónico: josemielsegura@gmail.com
7
Introducción
La homosexualidad y sus prácticas, ha sido vista desde la ciudad como una forma de
sociabilidad vinculada al sexo y consumo de servicios de índole mercantil, que al
articularse con el espíritu neoliberal, esboza líneas de homogeneidad, que no sólo restringen
las posibles heterogeneidades en las formas y valores, que presentan los individuos
homosexuales en el conjunto de interacciones sociales. Sino que además, hacen pensar que
en la mayoría de encuentros, la emoción surgida a partir de las sensaciones visuales, lo que
se ha generado es una liberación de la imaginativa sexual hacia el placer corporal, pero sin
permitir la reflexión en cómo son afectados por tales situaciones.
Según Butler (2005) “[…] el homosexual es alguien cuya definición se deja a otros,
alguien a quien se niega el acto de su propia definición con respecto a su sexualidad,
alguien cuya autonegación es un requisito indispensable” (p.178). Esto incluso, cuando los
procesos de construcción de las subjetividades homosexuales, parten de espacios de
socialización —familia, escuela, espacio laboral—en los que los individuos logran
identificarse como homosexuales, pero sin las garantías para manifestar libremente su
opción sexual. De acuerdo con Segura (2015):
De ahí, que como ruta metodológica se intentó dar cuenta de los diversos flujos y
espacios que desde la ciudad se ofrecen para el devenir de los sujetos. Situación, que
demando la selección y mapeo un lugar de encuentro sexual (Figura N.º1) ubicado en pleno
centro de Villavicencio y mediante seguimientos a distancia, marcar los lugares y trayectos
sobre los que avanzaron los involucrados en dicho encuentro (Figura N.º2). Además de
visitar otros espacios de interacción socio-sexual marcados por el elemento comercial.
Figura N. º 1
Plaza los Libertadores
Con respecto a la primera figura nº 1, el lugar fue seleccionado por la alta afluencia
de hombres de diverso ciclo generacional y posición socioeconómica en horas de la noche,
la forma en que se ubican a lo largo y ancho del espacio, los recorridos que agencian y las
formas en que establecen contacto con otros individuos. Situación que dejo ver, de acuerdo
con Martínez (2010) como “en el marco de prácticas y reflexiones históricas específicas
2 De acuerdo con lo expresado por algunos de nuestros colaboradores, los nombres de los centros comerciales
han sido resignificados, a partir de la identidad que expone el visitante y al uso que este hace del
espacio comercial - Unigay, Vivagayy Villagay-. Tanto así, que durante la realización de esta
investigación, fue posible observar como grupos de jóvenes y adultos ocupan las unidades de baño y
orinales de dichos centros comerciales, a la espera del ingreso de otros hombres, con los cuales puedan
satisfacer su apetito sexual o al menos proyectar sus fantasías. Esto, incluso cuando saben de la disposición
de cámaras de video instaladas en el lugar.
(…) el cuerpo se produce, es decir se construye desde intereses económicos-políticos de
sometimiento y utilidad” (p. 37).
Figura Nº2
Lugares y trayectos del placer homosexual en el centro de Villavicencio
3
Entiendo por circuito la disposición de puntos convergentes entre sí, con entradas y salidas que facilitan el
encuentro e interacción entre agentes. Para el caso, tiene que ver con cómo la configuración de la subjetividad
homosexual masculina, encuentra en la ciudad y sus lugares un punto de arranque, para su desarrollo, pero
que dada su adscripción a un régimen heterosexual, termina por objetivar a sus miembros, desde la ocupación
de espacios para la visibilidad, y el cuestionamiento frente a lo que traerá la noche y cuáles serán sus
desempeños, dentro de un contexto marcado no solo por la acumulación de riqueza, la fragilidad de los
vínculos sociales, el culto a la belleza, sino también por los usos que esos mismos sujetos hacen del cuerpo y
el sexo como factores duales (integración-lucha).
Fuente: Elaboración propia (2015)
Nunca como hoy la ciudad en tanto constructo social ligado al territorio, había reafirmado
su condición de espacio de interacción sociocultural e intercambio económico-comercial,
como bajo el modelo capitalista-neoliberal. Es decir, por una forma de poder disciplinario
que de acuerdo con Hardt y Negri (2000) gobierna la vida de las personas, a través de la
estructuración de parametros y límites al pensamiento y la práctica, sancionando y
prescribiendo los comportamientos normales y/o desviados.
Por esa razón, que al observar cómo al interior de la ciudad los colectivos humanos
que la habitan han plegado su libertad, a un modelo de gestión administrativa frente a la
forma de vivir en comunidad y administrar la vida misma, de cuenta según Hard y Negri
(2000) que “la sociedad disciplinaria es aquella en la cual el comando social se construye a
través de una red de dispositivos o aparatos que producen y regulan costumbres, hábitos y
prácticas productivas(p.25)”.
El cultivo de sí, es una práctica en la cual las relaciones de uno consigo mismo se
han intensificado y valorizado en tal medida, que el individuo ahora deviene en sujeto, dada
su propia experiencia sensible, vivida a través de diferentes tiempos y espacios. Ya que
habitar la ciudad, es estar inmerso en un ambiente de configuración subjetiva, que para el
caso homosexual, se relaciona con el ofrecimiento de espacios de sociabilidad para la
seducción, el encuentro sexual y la liberación del Yo. Según Roa et al. (2013):
a.)El sujeto no está terminado, está en constante constitución cotidiana, teniendo en cuenta que la
subjetividad está dada por la experiencia, esta se define como una apertura que genera una
modificación sobre sí mismo y de lo que se ha determinado en el modo de ser, de estar y de actuar
en el mundo, es decir los modos de subjetivación. (p.143)
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Fuente: www.manhun.net (Ingreso 24 de junio de 2015)
Sin embargo, preguntar por el trasfondo que subyace a esas formas de poder
racionalizado al interior de la ciudad, requiera identificar el conjunto de posiciones y
estrategias que han influido en la consolidación de los esquemas de género y de diferencia
sexual en que se basan las relaciones interpersonales y procesos de singularización. La
ciudad no solo ha limitado las formas de construcción sociocultural del cuerpo de las
personas, sino también su sensibilidad, a partir de una configuración psíquica que se debate
entre lo real-legitimado y lo fantástico-por construir que guarda el placer sexual.
En palabras de Borja (2003) “[…] la ciudad renace cada día, como la vida humana,
y nos exige creatividad para inventar las formas deseables para la nueva escala territorial
y para combinar la inserción en redes con la construcción de lugares” (p.24). La
configuración del homosexual en la ciudad, ha estado relacionada con el multiuniverso de
espacios de consumo, auspiciados por el mercado y favorables al contacto físico-
conversacional, entre tales individuos. Además, del autoreconocimiento a las posibilidades
relacionales con que estos mismos cuentan para constituirse en sujetos (belleza, status,
nivel de educación, rol sexual). De acuerdo con Foucault (2010b):
La vida entra en juego de esta forma, apropiada y administrada por un poder que es cada vez más el
derecho de intervenir para hacer vivir, e interviene también sobre la manera de vivir y sobre el cómo
de la vida. (p. 224)
Cuestión esa, que para Foucault justificaría la importancia del tema de la sexualidad,
al afirmar que “a diferencia de la mayor parte de los otros grandes sistemas de
interdicciones, el que concierne a la sexualidad ha sido emparejado con la obligación de
un cierto desciframiento de uno mismo” (Foucault, 2010, p. 35). Desciframiento que se
alcanza, a través de la aplicación de tecnologías del yo:
Aquellas técnicas que permiten a los individuos efectuar un cierto número de operaciones en sus
propios cuerpos, en sus almas, en sus pensamientos, en sus conductas, y ello de un modo tal que los
transforme a sí mismos, que los modifique, con el fin de alcanzar cierto estado de perfección, o de
felicidad, o de pureza, o de poder sobrenatural (Foucault, 2010, pp.35-36).
El telos del capitalismo es consolidar un patrón de civilización que permee todos los
planos de la existencia social. Para lo cual, se hace necesario constituir circuitos
territoriales, que configuren vínculos de interacción que afecten la experiencia corporal de
los sujetos y los modele. Los modos en que se estructura la sociabilidad de las personas
homosexuales en la ciudad, descansa en representaciones culturales de diferencia sexual e
integración a la normalidad, que a su vez, dinamizan prácticas normativas y performativas
dentro de formaciones espaciales culturalmente significativas para el sujeto y su
subjetividad. Cuestión, que sugiere como “La vida de la ciudad se manifiesta por medio del
cambio, de la diferencia y del conflicto” (Borja,2003,p.27).
Tabla N. °3
Histórico de empresas matriculadas en
Villavicencio (2005-2015)
Años 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Matriculados 8.157 7.667 7.473 7.655 8.719 8.319 9.010 11.060 9.395 8.021 8.495
Fuente: Cámara de Comercio de Villavicencio (2015)
5Desde el Plan de Desarrollo Municipal de Villavicencio. Sin miedo “Gobierno de la ciudad” (2012-2015),
y particularmente desde el desafío estratégico No.2, se tiene como objetivo buscar el mejoramiento de las
condiciones socioeconómicas de los ciudadanos de Villavicencio, a través de la entrega de herramientas para
el apoyo a la consecución de nuevos empleos, consolidación de mercados, y establecimiento de formas de
desarrollo industrial, y tecno-científico, que promueva la creación de nuevas empresas. Para ello, el gobierno
municipal ha precisado, a través del programa tres (Villavicencio emprendedora) subprograma siete -Aprende
y Emprende- el desarrollo de la cátedra de emprendimiento ante la Secretaria de Educación Municipal, como
estrategia formativa de empresarios de sí mismos.
pequeños. Actividades con un bajo matiz comercial, pero posibilitadoras del intercambio
social y conocimiento de sí mismo.
Abordar el tema de la subjetividad homosexual masculina desde los relatos de vida, implica
de una parte advertir que la lectura de lo social se hace desde la especificidad de los sujetos,
el carácter acumulativo de sus experiencias, y la conexión que éstas tienen con ciertos
lugares y espacios, que no solo superan la noción de un único plano de posibilidades de ser
y hacer dentro de ese conjunto de prácticas y representaciones sociales sobre el sexo,
género y cuerpo que es la sexualidad, sino también, sobre la regulación social que se hace a
la vida, comportamientos y cuerpos de aquellos que se ubican por fuera de la
heterosexualidad.
Siguiendo los argumentos de Foucault, con respecto a las relaciones de poder éstas
actúan sobre un fondo de diferentes posibilidades de actuación con el fin de intentar
“conducir las conductas”, y así modelar la configuración de subjetividades mediante un
entramado de discursos y técnicas que irían conformando su factibilidad dentro de un
medio que es dinámico, cambiante. Pero que a su turno, revelarían como las líneas de fuga
en las prácticas en devenir son siempre moleculares, ancladas a la experiencia disruptiva
dentro de las líneas molares, en que se inscriben por ejemplo los participantes de un
encuentro homosexual, y en el cual uno de ellos, actúa como subordinado frente a otro,
cuya posición dominante lo convierte en penetrador no solo del cuerpo individual, sino
también, del cuerpo social que este mismo representa.
Según Deleuze (1995) “[…] los procesos de producción de subjetividad son las
diversas maneras que tienen los individuos y colectividades para constituirse como
sujetos:
esos procesos solo valen la pena en la medida en que al realizarse, escapen a los poderes
dominantes” (p.275). Es decir, a la aplicación de dispositivos institucionales, o emergencias
de tecnologías del yo, que contribuyan a transformaciones particulares en el sujeto.
Situación, que hace visible la profunda relación que tiene la sexualidad con la
construcción de la subjetividad en la ciudad, es decir con la forma como cada individuo, en
la interacción con otros se va constituyendo, a través del tiempo y los múltiples espacios a
los que asiste en sujeto. Desde la lógica mercantil, el varón homosexual citadino, hoy se
convierte en objeto de comercio, no solo por su capacidad de consumo, sino también, por la
posibilidad que tiene de convertirse en sujeto de placer sexual, al exhibir y en algunos casos
vender su cuerpo y compañía a otros hombres con mayor ingreso económico, en diferentes
lugares.
Tal y como se desprende del siguiente diálogo:
Llevaba varios días, saliendo en las noches al parque central y detallando que hombres mostraban
conductas extrañas y estaban solos. Luego de varias visitas, decidí acercarme a uno y ofrecerle un
café, el cual acepto sin reparo. Hola, fue su primera palabra seguida de ¿cómo está? Mi respuesta fue
contundente, aburrido de tanto man que quiere modelos y no sabe que el mercado local es de feitos y
poco adinerados. Cuestión a la cual él respondió, yo te quiero a ti bebé para ser amigos y amantes.
Nunca antes, nadie había sido tan tierno y directo. Sin embargo, para salir de esta situación acudí a
preguntar ¿Qué haces en la vida? A lo cual respondió en este momento busco empleo. Seguimos
conversando, y pronto apareció el placer verbalizado a través de la pregunta ¿Eres vergón? Mi
sonrisa, se achico y mis ojos que parecían puestos en él tomaron otro rumbo., el cual se recuperó por
las preguntas ¿vives solo?, ¿me invitas a comer algo y hablamos? Preguntas, que atine a responder
con pago arriendo y por la hora ya no puedo llevar visitas. (Diálogo 24 de diciembre de 2015
Villavicencio- Plazoleta los Libertadores 8:00 Pm).
Son estas relaciones de fuerza o poder, que actúan bajo estrategias microfísicas, las
que determinan las singularidades y subjetividades. La subjetividad, como lo bien lo
expresará Foucault pasa por un proceso de normalización, y los cuerpos no sólo son la
materia prima donde se inscribe o asienta el orden social, al disciplinarlos, sino uno de los
recursos que lo puntualizan, expresan y reproducen. Esto en razón, a que “…el sujeto se
forma a partir de una serie de procesos y sistemas que no responden a una naturaleza
originaria de la subjetividad, sino que obedecen a condiciones históricas, políticas y
sociales” (Castro2008, p.173).
Para Foucault, la categoría placer (sexual) se vincula con una experiencia vivida
desde el goce corporal indeterminado, dentro de un tiempo no lineal, cuya codificación se
da partir de la experiencia misma del sujeto en el aquí y el ahora. Cada sujeto produce su
objeto de goce, sin que exista de manera preestablecida una forma de organización
simbólico- social que lo determine. Como se observa, en el siguiente fragmento:
Colab: j??? te ha enviado un guiño
Entre: hola
Colab. Hola ¿Cómo estás?
Entre: Bien y tú que tal, ¿Cómo te trata el invierno?
Colab: bn pa, por el lado de Alkosto trabajando, pues con frío y como con arrechera
Entre: y que buscas en esta app
Colab: sexo, alguien con quien tirar, tienes wp?
(Conversación sostenida con J?? en Villavicencio el 15 de mayo de 2016).
Bajo ese orden de ideas, plantear que el placer es la experiencia corporal surgida a
partir de una fantasía sexual, cuyas referencias se ubican a través de diferentes procesos
históricos, que conllevan a la construcción de representaciones socioculturales entorno a
sujetos/objetos de deseo y la exploración misma de las fronteras normativas
convencionales, de cuenta aquí de cómo la configuración de la subjetividad homosexual en
la ciudad, se halla influida en gran parte por el carácter esporádico y contingente de sus
relaciones, la casualidad de sus encuentros y una renovada reflexividad frente a los
diferentes modos de vivir el placer sin restricciones.
Afirmación ésta, que no vacila en resaltar al sujeto individual como protagonista del
proceso de socialización, además de advierte la presencia de unas coordenadas históricas,
que irían a configurar la producción subjetiva e identitaria de los individuos, desde las
interacciones surgidas en la cotidianidad. “En la perspectiva sociológica la socialización ha
sido entendida como el proceso a través del cual el sujeto internaliza la realidad externa en
sus dimensiones natural y social, constituyéndola en realidad subjetiva” (Alvarado y
Ospina, 2009, p.57).
Cuestión, que le ha otorgado al placer una connotación negativa, en el sentido de
definir a sus protagonistas como sujetos narcisistas y azuzadores de la disolución entre
aquello que se considera normal y patológico, dado el binomio sexo/género, pero que ante
la condición capitalista advierte como:
Lo que más interesa en las tecnologías liberales no es tanto que los sujetos trabajen para satisfacer
necesidades básicas (comer, dormir, abrigarse, descansar) y adquirir objetos materiales (cosificados
como propiedad), sino que se “capitalicen a sí mismos”, es decir que logren “invertir” sus recursos
en ámbitos inmateriales como la belleza, el amor, la sexualidad, el conocimiento, la espiritualidad,
las buenas maneras, etc., pues tales inversiones contribuyen a aumentar sus posibilidades de
movilidad en una “economía abierta de mercado”. (Castro-Gómez, 2010, p. 51)
La captura que hace el capital del sujeto, termina por constituirlo como un
organismo, que a su vez es producido por la domesticación de la vida y la forma en que el
capital mismo establece modos y vivencias del placer (homosexual), objetualizándolo así
en una mercancía sexual carente de potencia creadora. Pero con posibilidades de ser
liberado, desde una apuesta cuya efectividad requiere involucrar el propio marco
institucional. El sujeto se configura desde la experiencia y prácticas que organizan su
cuerpo.
Lo que sugiere, que la estructuración de la vida misma sucede por la intervención que
se hace desde las instituciones y las prácticas sociales agenciadas dentro de un tiempo y
espacio históricamente dados. Con respecto a las instituciones, ellas se conciben como un
cuerpo de normas jurídicas, culturales que condicionan y facilitan el intercambio social.
Además, de operar las reproducciones mecánicas de los aparatos y reglas, que las
constituyen a sí mismas y le otorgan visibilidad. Las instituciones,
Son las reglas del juego en una sociedad o, más formalmente, los constreñimientos u obligaciones creadas
por los humanos que le dan forma a la interacción humana. En consecuencia, estas estructuran los
alicientes en el intercambio humano, ya sea político, social o económico. La existencia de un entorno de
instituciones, en tanto que rutinas de comportamiento, es lo que permite no tener que pensar en muchos
problemas o no tener que tomar decisiones complejas (North, 1993, p. 13).
Mientras que las prácticas sociales al decir de Abric (2001) “son, de algún modo, la
interface entre circunstancias externas y prescriptores internos de la representación social.
Comportamientos globales que evolucionan para adaptarse a los cambios de
circunstancias externas (p.45). “Las prácticas sociales son sistemas de acción socialmente
estructurados e instituidos en relación con papeles” (Abric,2001,p.195).
Razón, para que la apuesta de este apartado este enmarcada en la deriva espacial, en
los flujos de información que ofrecen los microespacios y como estos se transforman, a
través de la práctica reflexiva, en rostros, palabras, historias sobre la constitución subjetiva
en la ciudad. Si bien es cierto, la ciudad muestra disposición a aceptar la existencia de
discotecas, cafés y restaurantes con orientación gay, ésta desconoce a la homosexualidad en
tanto práctica sexual, como algo legítimo desde una perspectiva moral. Lo que lleva a
asumir, que aunque son múltiples los escenarios, discursos y prácticas que se ofrecen para
la configuración del sujeto homosexual en la ciudad, estos no son percibidos por la
ciudadanía como dinámicos y vinculados a otros entramados socioculturales.
Día de partido (11-06-2016 /8:40pm), llueve en la tarde y la noche está movida por una brisa fría
pero tolerante. El parque central está casi vacío, y a lo lejos se distinguen 4 grupos (indigentes,
bebedores de tinto, y 2 grupos de hombres.
9-15pm Luego de rodear el parque, me ubico de espaldas a la catedral y frente a la fuente. El grupo
de jóvenes, ha empezado a realizar recorridos en varias direcciones, que terminan por definir un
círculo completo. De pronto toman una sola ruta, y si más que hacer, decido seguirlos con
prudencia, para saber dónde terminarán. Los acompaño hasta las 10:00 pm, luego que deciden
adentrarse en un matorral oscurecido por la sombra de dos ceibas.
10:15, Ninguno de los chicos sale y entonces marcho hacia mi casa.
(Fragmento diario de campo Plazoleta los Libertadores (Villavicencio)
Asunto, que abre la discusión frente a como el placer descubre esa satisfacción al
explorar el cuerpo, pero que una vez satisfecha se torna en desencanto, pues el placer es
efímero. No obstante, el placer cumple una tarea positiva a saber, la de deconstruir la
imagen del contrato sexual. Al poder utilizar el ano, no solo es posible un mejor
conocimiento de sí mismo, más libertario, sino también la superación de ciertos tabúes
sociales, que refuerzan los estereotipos sexuales y de género. El placer anal, no se
interpreta, se muestra en los claroscuros de la noche, en la liberación del cuerpo en los
cuartos oscuros, o a través de la lente de la cámara en las salas de chat. Hablo de prácticas
para constituirse a sí mismo en sujeto.
Por el ano, el sistema tradicional de la representación sexo/género se caga. La recuperación del ano
como centro contrasexual de placer tiene puntos comunes con la lógica del dildo: cada lugar del
cuerpo no es solamente un plano potencial donde el dildo puede trasladarse, sino también un orificio-
entrada, un punto de fuga, un centro de descarga, un eje virtual de acción-pasión. (Preciado,
2011,p.24)
Por ello, analizar como esos encuentros ocasionales surgidos ante la disposición de
diferentes lugares al interior de la ciudad, despiertan el interés del otro, pero luego de su
partida y consumado el acto sexual, revelan como este último, se ha convertido en algo tan
fácil de alcanzar que los homosexuales “corren el peligro de aburrirse rápidamente,
generando toda clase de esfuerzos para innovar y para crear variaciones que refuercen el
placer del acto” (Foucault,1985,p.31). Lleve a postular, que el total de la energía e
imaginación, se orientan a intensificar el acto sexual, a través del desarrollo de nuevos tipos
de prácticas sexuales, en las cuales se erotiza el cuerpo y las relaciones, como posibilidad
interna para alcanzar una experiencia sexual plena y fluida.
Como se sabe, al menos para el caso de los homosexuales, todo inicia con una
mirada que requiere complicidad entre las partes, pero que también puede estar
complementada, por persecución, exposición y contacto corporal, tal y como lo menciona
Tewksbury (1996 citado por Langarita Adiego, J. (2014).
Las normas que ordenan las prácticas sexuales, cuentan con una eficacia, que se
aloja en el propio cuerpo del individuo, y permiten que este sea capaz de conducir a otro a
la satisfacción de sus placeres. Lo cual, es susceptible de comprobarse en la observancia a
los comportamientos de los hombres que circulan por los parques y plazoletas de la ciudad
y se lanza a la cacería de otros hombres para satisfacer su apetito sexual. Esto en razón, a
que “tanto el acceso al sexo requiere de un espacio de socialización como de una
estructura social y simbólica que se encargue de organizar el deseo” (Green 2008,p.28
citado por Langarita Adiego, J. (2014).
Por tal motivo, insistir que es desde los tránsitos y recorridos que adelantan los
individuos a través de la ciudad, que se hace posible advertir un sistema de lenguaje no
verbal y más simbólico, frente a las diferentes técnicas de negociación sexual para alcanzar
el acto, de cuenta aquí, de cómo los espacios son construidos socialmente, y definidos en
razón a los recursos o capacidades que ofrecen para la gestión del goce. Un goce, que inicia
con el merodeo y el intercambio de miradas, como potencia incrementadora de las
expectativas sexuales que cada sujeto pretende realizar, dada la disposición de otros sujetos
y la relación con factores como tiempo, dinero, lugar y tipo de práctica(s) sexual(es) a
ejecutar.
Consideraciones finales
Incluso frente a las prácticas sexuales entre personas del mismo sexo, el dispositivo
de sexualidad las define e identifica bajo una condición diferenciada, que marca una
subjetividad, además de ejercer una función de constitución de saberes y normas, que
limitan el libre fluir de tales individuos y su posibilidad de transformarse en sujetos. Esto en
virtud, a que el individuo deviene en sujeto, dada su vinculación espacio-temporal.
[…] la subjetividad tiene lugar en el territorio del intercambio humano y está mediada
fundamentalmente por la diada sujeto-cultura, a través de la cual se configurará el sello particular de
cada persona” (p.1)
Referencias