10 Consejos para Ser Más Asertivo
10 Consejos para Ser Más Asertivo
10 Consejos para Ser Más Asertivo
¿Qué es asertividad?
Asertividad es una de las habilidades sociales más valiosas que podemos tener y trabajar. Se define
como la capacidad que tenemos las personas de expresar y comunicar nuestras opiniones, deseos,
sentimientos o actitudes a otras personas sin ofender. Es el equilibrio perfecto entre el respeto hacia
los demás y hacia uno mismo. Entre la pasividad de que vulneren tus derechos a la agresividad para
que se haga todo según tu voluntad.
Encontrar la manera de que nos escuchen sin que los demás se sientan dañados o airados. ¿Os
parece complicado? No os preocupéis, lo bueno de las habilidades sociales es que pueden trabajarse
para mejorar. Habrá gente que tenga de forma innata sus habilidades asertivas más desarrolladas
pero es algo que tú también puedes mejorar.
La asertividad está relacionada con la autoestima y la autoconfianza. Las personas que son asertivas
les es más sencillo defender sus derechos, sin perder de vista la empatía por el otro.
Somos seres sociales, y por tanto en muchos momentos tendremos que comunicar a alguien algo
más que información. Algo que no te gusta, algo que ha hecho mal, algo que te molesta… Hacerlo
bien o hacerlo mal pueden tener consecuencias totalmente distintas.
Mucha gente confunde la asertividad con la sinceridad. La sinceridad es decir lo que pensamos sin
ningún tipo de filtro, sin mirar el daño que causamos con nuestras palabras. Muchas personas con
la sinceridad por bandera emiten opiniones y juicios (la mayoría de las veces sin ser pedidos) que
ofenden y dañan al otro, y se quedan tan tranquilos porque como fueron “sinceros”…
Ser honestos no significa decir lo primero que se nos pase por la cabeza sin parar un segundo en
analizar las consecuencias. Ser honesto y asertivo es decir lo que pensamos y sentimos sin agredir a
nadie por el camino. En otras palabras, es mejor ser asertivo que sincero.
Si no sabes decir no, te será muy difícil marcar tus límites y negarte a peticiones que te hagan. No
hace falta decir que sí a todo para que los demás te quieran. Muchas veces decir que no a los demás,
es decirte SÍ a ti mismo. Para saber como aprender a decir que no, te dejo un artículo donde trato
en profundidad este tema.
Si eres de los que les cuesta marcar sus límites a los demás, prueba con cosas pequeñas para ir
cogiendo confianza. Cuando vayas cogiendo práctica y seguridad, prueba con situaciones más
difíciles.
A la gente con tendencia pasiva, deja pasar cosas sabiendo que son injustas o no sabe decir que no
por miedo a ser rechazados, por sentir que no tienen derecho a manifestar sus sentimientos o por
no saber expresar sus quejas o necesidades. Pero al no expresarte lo único que consigues es cerrarte
en ti mismo. Los demás no tienen el poder de leerte la mente para saber que es lo que te pasa o
que esperas de ellos por muy evidente que te pueda parecer. Con la asertividad te será mucho más
fácil explicarte y que los demás te entiendan sin tener que leerte la mente.
Si te concentras únicamente en expresar tus sentimientos te falta algo muy importante: lo que
quieres. Si estás triste, molesto, desmotivado o enfadado está bien que lo expreses pero, ¿qué
quieres conseguir con esa información? Expresar tus emociones únicamente no tiene ninguna
utilidad, a no ser que sea esa solamente tu intención. Piensa bien que es lo que quieres, porque
muchas veces tenemos emociones que no sabemos de donde vienen y porqué.
Esta técnica consiste en introducir la queja, opinión, petición o necesidad entre dos frases positivas.
Por ejemplo, imagina que quieres decirle a tu madre que no quieres que aparezca sin avisar por tu
casa. Podríamos decir algo por el estilo “mamá, me encanta estar contigo y que vengas a vernos.
Para otras veces cuando quieras venir a casa avísanos antes por si hemos hecho planes o no estamos
en casa. Me lo paso genial contigo cuando vienes”. Es imposible enfadarse o tomarse a mal algo así,
¿verdad?.
Muchas veces respondemos con emociones muy intensas y ahí no hay filtro que valga. Nos sale lo
que queremos decir de la peor manera, con una rabia desmesurada y que arrasa por donde va. Para
tener más control sobre nuestras palabras, respira profundamente unas cuantas veces e intenta
calmarte antes de reaccionar. Si hace falta vete a otra habitación o sal del sitio si estás muy airado.
Cuando estés más calmado trata de ver que es lo que quieres decir y cómo.
Sé directo y conciso
Si intentas dar muchas explicaciones parecerá que estás buscando una excusa. Sé directo, concreto,
con la información necesaria y listo. No tienes que justificar tu opinión o decisión. Puedes ensañar
antes o escribirlo para que te salga más natural.
Expón los hechos sin valoraciones. Cuando nos centramos en juicios o en calificaciones personales
es más fácil que hagamos daño al otro. Una cosa muy distinta es que alguien ha hecho algo
equivocado, a decir que esa persona es tonta. ¡La cosa cambia bastante¡
En tu mensaje es mejor que te centres en ti que en el otro. Por ejemplo alguien te pide algo en un
momento poco apropiado para ti. En lugar de decirle lo poco empático que es por pedirte algo así
en esa situación, le puedes decir “lo siento, pero no es buen momento para mí ahora mismo. ¿Por
qué no le preguntas a María si ella puede?”. Así además le estamos dando una alternativa a su
respuesta.
Con nuestro cuerpo también hablamos, acompañamos nuestras palabras con gestos que remarcan
nuestro mensaje. Para acompañar a un mensaje asertivo tu postura corporal debe transmitir
seguridad, mantente erguido y con contacto visual directo. Tu cara debe de trasmitir positividad o
neutralidad.
Nunca dejes de expresar tus opiniones, sentimientos o quejas si algo te incomoda. Siempre habrá
alguien a quien no le guste, sobre todo si están acostumbrados a que siempre hagas lo que quiere
el resto, pero te sentirás mucho mejor a la larga. Si no estás acostumbrado te costará al principio,
puede que te sientas inseguro, torpe o que no tienes derecho a expresarte. Con la práctica se
convertirá en un hábito y será parte de ti, se sentirás mejor y sabrás marcar tus límites sin ofender.
Estos consejos te servirán tanto en tu vida personal, laboral, y familiar. Cuéntanos, ¿te cuesta ser
asertivo? ¿en qué faceta de tu vida te cuesta más serlo?
Porque recuerda… tienes derecho a expresar tus sentimientos sin herir a nadie.