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CUENTOS - de Mateo

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CUENTOS

CUENTO DE NAVIDAD
La maestra se dirigió a sus alumnos y les dijo:

-vamos a conocer lo que piensa cada uno de ustedes de lo que es la Navidad.

Principio interrogando a Raú l, que era uno de los alumnos má s grandes de la clase y le
pidió que expresara de viva voz lo que la Navidad era para él.

El niñ o principio su narració n diciendo que era una noche de regalos. Que él recibía de
parte de sus padres diferente clases de juguetes, algunos bastantes caros, porque sus
padres tenían dinero.

Uno por uno los alumnos fueron indicando a la maestra la forma en que ellos veían y
disfrutaban la Navidad.

- yo, maestra -dijo-, jamá s he recibido un regalo; ni mis hermanos tampoco porque mis
padres son pobres y aun cuando sabemos que nos quieren mucho, aunque lo deseen,
no pueden regalarnos nada.
EL ARCO IRIS
Prudencio se sentaba todas las tardes en lo alto del cerro y con nostalgia, suspirando a
cada instante, contemplaba el horizonte, sintiendo en algunas ocasiones sensacionales
de bienestar al recibir de lleno, en pleno rostro, el suave viento al pesar por sus oídos
le dejaba siempre el mismo mensaje y le decía quedamente.

Una tarde decidió hacerlo caso al viento y bajando a su mirador acostumbrado, tomo
su machete, su morral y su sombrero de paja y emprendió el camino. Sabia a donde
iría y lo que tenía que buscar con todo su entusiasmo, dedicació n y esmero.

La tarde era fresca clara y apropiada para su propó sito. Había caminando una
considerable distancia, cuando de pronto se encontró con un hombre que se hallaba
caminando a lo largo y a lo ancho sobre una buena franja de tierra morena y perfil,
como lo es todo el suelo que conforma Guatemala.
EL NIÑO Y EL QUETZAL
Hace muchos añ os, en un rincó n lleno de vegetació n verde y frondosa, uno de los
lugares má s bellos y de mayor altura en alta Verapaz, escogido para vivir por nuestra
ave símbolo, el quetzal, se había armado un alboroto entre los habitantes de la aldea y
todos gritaban al mismo tiempo, demostrando así su inconformidad y dando rienda
suelta a una airada y general protesta.

Resulta que Rafael, un niñ o de 14 añ os de edad, alumno regular del sexto grado de la
escuela rural de ese lugar, había llegado ese día sosteniendo entre sus manos el
cuerpo inerte de un verde y hermoso quetzal.

Algunos vecinos aseguraban hacer visto a Rafael en el preciso momento que le quitaba
la vida al bello y pacifico ejemplar. Varios de ellos pedían al alcalde, como má ximo
autoridad, que le impusiera un castigo para que nadie, siguiendo el mal ejemplo, lo
repitiera.
EL SOLDADO
Mariquita iba de la mano su madre cuando de pronto se quedó parada y ya no quiso
caminar. Pasaba en ese momento frente a la Guardia de Honor que es un cuartel de
soldados del Ejército de Guatemala, que está situada frente al Campo de Marte, en la
zona diez de la capital de la repú blica.

-mariquita –dijo la mama- ¿Por qué no caminas? ¿Qué te pasa?

-¡mira mama! –respondió la niñ a-; esos señ ores está n vestidos de verde y con las
manchas negras que tienen sus trajes, casi no se ven. ¿Por qué visten asi, mama?

La madre inmediata le respondió :

-esos señ ores, hija mía protegen a todos los guatemaltecos, cuidan la patria y la
defienden, como dice el Himno Nacional de invasiones extranjeras. En ese trabajo
exponen sus vidas, para que tú , tus hermanitos, tu papá y yo, podamos trabajar y vivir
en paz.
EL LEON TRIZTON

Había una vez, un pequeñ o leoncito que vivía en una preciosa selva llena de agua y de
vida a su alrededor. Sin embargo, Tod, que así se llamaba el leoncito, era un leó n
triste.

Cuando Tod era só lo una cría de leó n, un día caminando con su manada, se adentraron
en una parte de la selva que todos los animales conocían como “La selva negra“. Casi
sin darse cuenta, toda la manada de leones se habían puesto en peligro, pues en la
selva negra habitaban unos seres peligrosos que se comían a todos los seres vivos que
se cruzaran en su camino.

El papá de Tod, que era un leó n muy valiente dio un gran rugido para avisar a toda la
manada que saliera corriendo de allí lo antes posible, pues esos extrañ os seres
peligrosos, se estaban acercando muy rá pido. Todos salieron corriendo y pudieron
ponerse a salvo.

El pequeño Tod, también salió corriendo para ponerse a salvo, pero se había despistado y
corrió en otra dirección distinta a la del resto de la manada
LEYENDAS

LEYENDAS DE LA YUCAS
Thoil el dueñ o y señ or de las elechas emplomadas calibres de la guerra a solo campos y
sementeras primero mando plagas de agredidos susanos medidores y gusanos peludos
después de una polvorienta he aquí seguida e un huracá n sin ojo cejado por soles de fuego.

Los sompopos colorados con sombreros de hojas acarreaban hacia el corazó n de la tierra
toda clase de gramos desde los de casi microbios hasta los del frijol gigante para abono y
alimento de mis ojos blancos a veces por equivocació n algunos zompopos llevaban quiebra
palitos y hojas rasquines del monte.

MOJARRITA TZUNZUN Y EL CALIZ DE PLATA


Mojarrita tzunzun era una linda muchacha quinceañ era de pura raza Quiche que iba mañ ana y
tarde por el puente de Ameca que como en un sueñ o unía las dos má rgenes de turbo lento y
parlero río ican prodigo de peces camarones y cangrejos iba a efectuar trabaos de planchado
iba dado en la cocina señ orita de los Alvarado el río como un cuchillito de plata partía en dos
el corazó n de la parcialidad de los coyotes llamada ahora casa de coyotenango dejando el
vario indígena en la oría derecho y del varío de los españ oles a la izquierda .
EL HERMANO PEDRO
Vino a la ciudad de las perpetuas vasar nombre que se le da a la antigua Guatemala donde
lucen a cada paso las paredes de piedra las grandes puertas con clavos forjados y los balcones
salidizo vino en una barda religiosos Franciscano y Paulinos casi como polizonte y ahí caso el
señ or con su red cazar mariposas que no otra cosa era el alma rutilante de pureza de aquel
humilde siervo de Dios que sin una vacila siguió los caminos que un dia trazo con sus
sandalias el pobrecito y dulce hermano Francisco.

LA CAJA VACÍA
Cuenta esta leyenda que la gente de una tribu notó con gran preocupació n que sus vacas
estaban dando menos leche. No se explicaban que esta que estaba sucediendo pues siempre
las cuidaba con esmero.

Un joven de la aldea se ofreció e velar toda la noche para ver que podía estar pasando.
Después de varias horas en la oscuridad oculto tras un á rbol vio algo extraordinario.
FABULAS
EL PELON Y LA MURTE

Un hombre consulto con Dios sobre su futuro suerte y este le respondió :

Mañ ana mismo vendrá por ti la muerte. No conforme con la disposició n divina, el hombre
pensó escapar de la muerte y para ello se disfrazó , rasurá ndose el bigote y cortá ndose el
cabello hasta quedar completamente lizo como una calabaza.

La muerte lo busco en el lugar previsto y no vio que buscaba si no otra persona sin cabellos.
Entonces dijo. –Aunque sea a este peló n me llevo-

NADIE PUEDE ELUDIR LA JUSTICIA DIVNA.

EL RÍO Y LOS NARRADORES

Corría un hermoso rio de claras aguas .parado desde una Orilla cortada a pico .saltaban
los nadadores gozando entre la posa fresca .

Uno de los nadadores parados en la alta orilla, no se animaba a dar el salto y la sumbullida.

¡Tírate, tírate! Le decía los amigos.

Pero el nunca se decidió , pese a su desea vehemente, y decía: ¿qué tal cuando del asunto el río
se apartó de un lado? Caería el seco y me descalabraría.

POR VARIOS TEMORES ALGUNOS HOMBRES DEJAN DE REALIZAR LO QUE MÁ S QUE DESEA
EL CAMELLO Y EL SAPO

En la orilla de un río, un camello se quejaba de tener muy largo el cuello, mientras que, en la
otra, un sapo absorto se quejaba de tener el cuello corto.

Procura , pues lector, yo te lo encargo, no tener el cuello ni muy corto ni muy largo.

MUY POCAS PERSONAS ESTAN CONFORMES CON LO QUE TIENEN, LO QUE ALGUNAS LE
SOBRAN A OTRAS LES FALTAN.

LAS DOS OLLAS

Por la correntada de un río, por las torrenciales lluvias había inundado varios poblados y
arrastrado toda a su paso navegaban dos ollas: una era de barro y otra cobre de metal.

La de barro siempre iba adelante por ser má s ligera. Es decir menos pesada, de la cobre se
quedaba muy atrá s.

La olla de cobre le gritaba a la de barro que le esperaba, para poder ir juntas, platicando. Pero
la olla de barro le contestaba que no, porque el movimiento de las aguas podía chocar y
quebrarla.

NO CONBIENE TENER COMPARO A LOS MÁ S FUETES, PUE ESTOS PUEDEN CAUSAR DAÑ O
SIN EBIRLO.
CANCIÓN DE CUNA
1.) “dormite mi niñ o cabeza de ayote si no te dormís, te come el coyote”.

LA FIESTA PATRONAL
2.) ¡Qué alegre es la feria! Me gusta subirme a los caballitos y a la curda de Chicago.
También jugar a la lotería y al tiro al blanco. Sin dejar asistir a la misma y la procesió n.

3.) 15 DE SEPTIEBRE Es la fiesta de mi patria. Llego temprano a la escuela. La banda


empieza a sonar. Desfilaré con mucha alegría. Y, con mucho fervor cantaremos el
himno nacional.

4.) NAVIDAD ¡vean el nacimiento de mi casa! Yo coloque los pastores. Mamá colocó las
bombas y las estrellas ¡qué lindo quedó ! El niñ o Dios ha nacido ya.
RONDAS

EL BARQUITO CHIQUITITO

Había una vez un barquito chiquitito,


que no sabía, que no podía, que no podía navegar,
pasaron un, dos, tres,
cuatro , cinco, seis semanas,
pasaron un, dos, tres,
cuatro, cinco, seis semanas,
y aquel barquito y aquel barquito
y aquel barquito navegó .

y si esta historia, parece corta,


volveremos, volveremos, a empezar,
había una vez un barquito chiquitito
que no sabía, que no podía, que no podio, navegar.....
SOY CAPITÁN

Soy capitá n,
soy capitá n
de un barco Inglés
y en cada puerto
tengo una mujer.

La rubia es
fenomenal
y la morena
tampoco está mal.

Si alguna vez
me he de casar,
me casaré
con la que me guste má s.
TENGO, TENGO, TENGO
Tengo, tengo, tengo.
Tú no tienes nada.
Tengo tres ovejas
en una cabañ a.

Una me da leche,
otra me da lana,
y otra me mantiene
toda la semana.

Caballito blanco
llévame de aquí.
Llévame hasta el pueblo
donde yo nací
EL UNO
El uno es un soldado
haciendo la instrucció n,
el dos es un patito
que está tomando el sol,
el tres una serpiente,
el cuatro una sillita,
el cinco es una oreja,
el seis una guindilla,
el siete es un bastó n,
el ocho son las gafas
de mi tío Ramó n.
El nueve es un globito
atado de un cordel,
el cero una pelota
para jugar con él.
INSTITUTO NORMAL MIXTO POR COOPERATIVA
SAN MATEO IXTATÁN.

NOMBRE:
Mateo Pablo Santizo

CURSO:
Comunicació n y Lenguaje y su aprendizaje.

CATEDRATICO:
Marcos Pérez Gó mez

TEMA:
Cuentos Infantiles

GRADO:
5to. Magisterio

SECCION:
“B”
INTRODUCCION
El presente trabajo se trata sobre los cantos infantiles esto nos
deja una enseñ anza y nos deja a saber y conocer má s, tanto para
los niñ os pequeñ os en las escuelas esto es ú til para nosotros y
dá rselos a ellos.
CONCLUSION
El trabajo nos llega a emocionar tanto en el amor, sentimientos y
dolor o melancolía suele tener un carácter y un lenguaje de gran
admiración.
COMENTARIO
Lo que yo comento sobre este trabajo es bueno poner en
prá ctica para motivar a los niñ os para que no se aburren en las
clases para que así se puede educarlo en una buena forma.

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