Cancer de Mamas 2
Cancer de Mamas 2
Cancer de Mamas 2
La mama está formada por 10 o 20 secciones llamados lóbulos. Cada lóbulo está dividido en secciones
más pequeñas llamadas lobulillos. Los lobulillos contienen las glándulas encargadas de producir la
leche durante la lactancia. La leche fluye del lobulillo al pezón por unos tubos llamados ductos. El
espacio entre las lobulillos y los ductos está lleno de grasa y tejido fibroso.
Además, las mamas tienen vasos linfáticos que van a unos órganos pequeños redondos, los ganglios
linfáticos, que tienen como función la protección, atrapan bacterias, células tumorales y otras sustancias
nocivas (los vasos y ganglios linfáticos están presentes por todo el cuerpo).
El drenaje linfático de las mamas se produce fundamentalmente a los ganglios linfáticos axilares.
Definición
El cáncer de mama consiste en la proliferación acelerada e incontrolada de células del epitelio
glandular. Son células que han aumentado enormemente su capacidad reproductiva.
Las células del cáncer de mama pueden diseminarse a través de las sangre o de los vasos linfáticos y
llegar a otras partes del cuerpo. Allí pueden adherirse a los tejidos y crecer formando metástasis.
El cáncer de mama puede aparecer en mujeres y hombre pero más del 99% de los casos ocurre en
mujeres.
Epidemiología y factores de riesgo
El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en la mujer.
La edad de máxima incidencia está por encima de los 50 años, pero aproximadamente un 10% se
diagnostica en mujeres menores de 40 años.
La supervivencia media relativa del cáncer de mama tras cinco años es del 89.2% de forma global. El
estadio en el que se ha diagnosticado el cáncer influye en la supervivencia. La supervivencia en el
estadio I es de más del 98% y en cambio en los estadios III la supervivencia desciende al 24%.
La causa o causas que producen un cáncer de mama todavía no están aclaradas, sin embargo sí se han
identificado numerosos factores de riesgo asociados al cáncer de mama. La mayor parte de los ellos se
relaciona con los antecedentes reproductivos que modulan la exposición hormonal durante la vida.
Los factores de riesgo para padecer un cáncer de mama son:
1. La edad es el principal factor de riesgo para padecer un cáncer de mama, el riesgo aumenta al
aumentar la edad.
2. Historia personal de cáncer de mama invasivo (las mujeres que han tenido un cáncer de mama
invasivo tienen más riesgo de padecer un cáncer de mama contralateral), carcinoma ductal in situ o
carcinoma lobulillar in situ.
3. Historia personal de enfermedad proliferativa benigna de la mama.
4. Historia familiar de cáncer de mama en un familiar de primer grado (madre, hija, hermana).
5. Portadoras de mutaciones en los genes BRCA 1 y 2 o en otros genes que aumentan el riesgo de
padecer un cáncer de mama.
6. Densidad mamaria elevada en las mamografías.
7. Factores reproductivos que aumentan la exposición a los estrógenos endógenos, como la aparición
temprana de la primera regla , la menopausia tardía o la nuliparidad (no haber estado embarazada
nunca).
8. El uso de terapia hormonal sustitutiva después de la menopausia aumentan el riesgo de cáncer de
mama, al igual que lo hace el uso de una combinación de las hormonas estrógeno y progesterona
posterior a la menopausia
9. La exposición a radiaciones ionizantes, sobre todo durante la pubertad, y las mutaciones hereditarias
relacionadas con el cáncer de mama, aumentan el riesgo.
10. El consumo de alcohol.
11. La obesidad.
Le recomendamos que contacte con su Oncólogo médico o Unidad de Consejo Genético en caso de
cumplir con alguno de los criterios anteriores.
Diagnóstico
Cuando existe una sospecha de cáncer de mama bien por la exploración física (tanto por la paciente
como por un médico) o bien por una mamografía de rutina, se inicia un estudio para confirmar o
descartar esa sospecha. Las pruebas de imagen orientaran sobre el diagnóstico pero el diagnóstico de
certeza de cáncer de mama requiere siempre una confirmación con biopsia.
Pruebas de imagen que estudian la mama:
Mamografías: son imágenes de rayos X que detectan zonas anómalas en la mama. No tienen un 100%
de fiabilidad por lo que pueden dar imágenes sospechosas que finalmente no sean malignas (falsos
positivos) o dejar de diagnosticar algún tumor maligno (falsos negativos).
Ecografía: técnica que utiliza los ultrasonidos para producir una imagen y que puede distinguir
lesiones quísticas (rellenas de líquido, normalmente no tumorales) de lesiones sólidas (más
sospechosas). Muchas veces esta técnica complementa a la mamografía. La ecografía también puede
valorar el estado de los ganglios de la axila que son el primer sitio de diseminación del cáncer de
mama.
Resonancia magnética nuclear (RMN): es una exploración radiológica que utiliza la acción de un
campo electromagnético para la obtención de imágenes. Puede ser necesaria en mujeres con tejido
mamario denso, mujeres con mutación del gen BRCA o mujeres portadoras de prótesis de silicona.
Si se sospecha un cáncer de mama el siguiente paso es tomar una muestra de tejido del mismo para
analizarlo.
Biopsia: consiste en la extracción de una muestra del tejido de la zona sospechosa para analizarlo en el
microscópico y poder determinar las características benignas o malignas del mismo, así como el tipo de
células tumorales, el grado de agresividad de las mismas y algún otro parámetro de interés a la hora de
tomar decisiones sobre el tratamiento.
La biopsia puede hacerse por palpación directa o guiada por ecografía, esto puede hacerse con una
aguja fina (PAAF) o con aguja gruesa (BAG) para obtener mayor cantidad de tejido. En ocasiones,
puede ser necesaria una biopsia en el quirófano.
A veces, cuando la zona sospechosa sólo se ve en pruebas de imagen (y no hay alteraciones en la
exploración física), se marca la zona sospechosa con una aguja guiada por alguna técnica de imagen
para que pueda ser identificada después por el cirujano.
Pruebas que valorarán si existe diseminación de la enfermedad a otros órganos
Tras la confirmación del diagnóstico de cáncer de mama con biopsia se realizan otras pruebas
radiológicas para asegurarse que no existen metástasis en otros órganos. Estas exploraciones suelen
recomendarse para estadios II o superiores. En las pacientes con tumores pequeños y ganglios
negativos (estadio I) estos estudios no son necesarios.
Radiografía de tórax: normalmente se realiza antes de la cirugía y sirve para descartar afectación
pulmonar por el tumor.
Ecografía abdominal: imagen del abdomen, conseguida utilizando ultrasonidos. Se utiliza para
valorar el hígado y resto de estructuras abdominales.
Gammagrafía ósea: es un examen que detecta áreas de aumento o disminución en el metabolismo de
los huesos y se utiliza entre otras cosas para valorar si el tumor se ha extendido a los huesos.
Tomografía axial computerizada (TAC). Es otra técnica radiológica que sirve para descartar
afectación a distancia de la mama (ganglios, hígado, pulmones, hueso).
Anatomía patológica
El diagnóstico definitivo de cáncer de mama lo establece el especialista en anatomía patológica al
observar células malignas bajo el microscopio a partir de la muestra de la biopsia.
El examen patológico clasificará el cáncer como invasivo o no invasivo. Los cánceres no invasivos
también se denominan in situ y son áquellos que no se han extendido fuera del conducto (ductales in
situ) o del lobulillo (lobulillares in situ).
El patólogo analiza varios aspectos de la pieza que recibe y así define el tumor y establece algunos
factores importantes para determinar el pronóstico y la respuesta a determinados tratamientos:
Tamaño tumoral: cuanto mayor sea el tumor más riesgo tiene de recidiva.
Tipo histológico: depende de las células de las que derive el tumor. El carcinoma ductal es el tipo más
frecuente (80%) y deriva de los conductos por donde fluye la leche, el siguiente en frecuencia es el
carcinoma lobulillar que deriva de las células del lóbulo (donde se produce la leche).
Grado histológico: describe el grado de diferenciación (maduración) de las células del tumor. Las que
son más diferenciadas (grado I), son más maduras y menos agresivas en oposición a las menos
diferenciadas (grado III).
Afectación ganglionar: el número de ganglios afectados es el factor pronóstico más importante de
forma que cuanto mayor es el número de ganglios afectos, mayor es el riesgo de recaída. Por ello,
cuando se opera un cáncer de mama es fundamental el análisis de los ganglios linfáticos de la axila
puesto que se considera el primer sitio de extensión del tumor.
Una opción para evaluar los ganglios es la técnica del ganglio centinela (ver en sección de tratamiento)
que permite conservar la mayoría de los ganglios axilares para evitar complicaciones secundarias
debidas a la extirpación de toda la cadena ganglionar.
Receptores hormonales: el patólogo analiza si las células del tumor presentan receptores para dos
tipos de hormonas, los estrógenos y la progesterona. Esto tiene su interés por que su expresión confiere
mejor pronóstico y porque indican que las pacientes que los tienen van a responder a la terapia
hormonal.
HER-2 (receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano): es una proteína que participa en el
crecimiento de las células. Está presente en células normales y en la mayoría de los tumores, pero en un
15-20% de los tumores de mama se encuentra en concentraciones elevadas y esto confiere al tumor
mayor agresividad. Estos tumores con sobreexpresión de HER-2 son con mucha frecuencia sensibles al
tratamiento con tratamientos anti-HER 2.
Ki 67: KI 67 es una proteína que se halla en el núcleo de las células cuando se dividen. KI 67
determina el índice de proliferación. Los tumores con índices de proliferación altos (>14%) tiene peor
pronóstico.
Plataformas moleculares o perfiles de expresión génica. En la biopsia puede cuantificarse la
expresión de diversos genes expresados por el tumor. Estas plataformas pueden ayudar a predecir el
riesgo de recaída y el beneficio de la quimioterapia adyuvante en los tumores luminales. En la
actualidad existen varias plataformas comercializadas.
El patólogo también informara del estado de los márgenes tras la cirugía para saber si el tumor se ha
extirpado por completo. Si los márgenes son positivos quiere decir que no se ha extirpado todo el tumor
en su totalidad y es posible que tenga que realizarse una nueva cirugía.
Morbimortalidad
Si morbilidad es el índice de personas que padecen enfermedad en una región y período determinado,
y si la mortalidad es el número de defunciones, también en una población y tiempo determinados, la
morbimortalidad se refiere al conjunto de enfermedades mortales que han afectado a una cantidad de
personas en un tiempo y lugar determinados.
Cáncer inflamatorio de mama: El tumor se ha diseminado hasta la piel de la mama que aparece
enrojecida, hinchada y caliente. Esto se produce porque las células tumorales bloquean los vasos
linfáticos de la piel. A veces puede tener una apariencia de hoyos que se compara con la “piel de
naranja”. Puede estar en estadio IIIB, IIIC o IV.
Modalidades de tratamiento
El tratamiento del cáncer de mama debe individualizarse y se basa en múltiples factores. El tratamiento
óptimo requiere de la colaboración de un equipo multidisciplinar: cirujanos, oncólogos médicos y
oncólogos radioterapeutas.
Clásicamente en los estadios iniciales el tratamiento del cáncer de mama se iniciaba con la cirugía y
posteriormente se administraba el tratamiento sistémico y la radioterapia (tratamiento adyuvante). En la
actualidad, se puede ofrecer previamente a la cirugía y la radioterapia tratamiento sistémico
(tratamiento neoadyuvante). Esta estrategia puede facilitar una cirugía conservadora en algunos casos
en que esta no es posible de entrada, así como proporcionar información sobre la respuesta “in vivo”
del tumor para individualizar el tratamiento posterior en función de dicha respuesta.
En los estadios avanzados, el tratamiento principal será sistémico, aunque puede emplearse la cirugía o
la radioterapia en situaciones concretas.
Cirugía
El objetivo de la cirugía es extirpar el tumor y analizar los ganglios de la axila.
Existen dos opciones de cirugía en las mujeres con un cáncer de mama localizado:
1. Cirugía conservadora. Se extirpa el tumor con una pequeña cantidad de tejido sano alrededor.
Con esta cirugía se conserva la mama, pero en general se debe administrar radioterapia después
con objeto de eliminar las células tumorales que pudieran quedar tras la cirugía en la mama.
La posibilidad de realizar una cirugía conservadora depende de varios factores como la
localización del tumor, el tamaño del tumor y de la mama o los deseos de la paciente.
2. Mastectomía. En esta cirugía se extirpa toda la mama. Las pacientes que se someten a una
mastectomía pueden reconstruirse la mama. La reconstrucción puede hacerse en el momento de
la mastectomía (reconstrucción inmediata) o después de finalizar todos los tratamientos
(reconstrucción diferida). Para decidir el momento ideal de la reconstrucción deben valorarse
muchos factores relacionados con el tratamiento (si va a recibir radioterapia, que tipo de
reconstrucción se va a hacer) y por supuesto de las preferencias de la paciente. La
reconstrucción puede realizarse con tejido propio de la paciente o mediante el uso de implantes.
La elección del momento de la reconstrucción y el tipo de reconstrucción deberá discutirla con
el equipo que la atiende.
Uno de los primeros sitios donde se disemina el cáncer de mama son los ganglios de la axila. La
afectación de los ganglios de la axila es el principal factor pronóstico en el cáncer de mama, como
hemos comentado previamente.
La única forma de saber si el cáncer se ha extendido a la axila es examinar los ganglios en el
microscopio, por ello durante la cirugía es necesario extirpara algunos ganglios linfáticos para ser
analizados. Esto se conoce como linfadenectomía. La linfadenectomía debe hacerse siempre que los
ganglios están aumentados de tamaño o cuando el tumor de la mama es grande.
La linfadenectomía produce efectos secundarios como: adormecimiento temporal o permanente de la
cara interna del brazo, limitación temporal de los movimientos del brazo y del hombro o hinchazón del
brazo (linfedema).
En los casos en que los ganglios no encontramos ganglios aumentados de tamaño durante el estudio por
imagen puede realizarse la técnica de ganglio centinela. La ventaja principal de la técnica del ganglio
centinela es evitar los efectos secundarios de la linfadenectomía, sobre todo el linfedema.
Radioterapia
Se basa en el uso de rayos X de alta energía u otros tipos de radiación para destruir células tumorales o
impedir que crezcan.
1.- Como tratamiento adyuvante
Se utiliza como complemento a la terapia local (adyuvante) para eliminar las posibles células tumorales
que hayan podido quedar tras la cirugía. Tras una mastectomía hay casos en los que también está
indicada con el mismo fin, o tras la linfadenectomía para completar el tratamiento de la axila cuando
hay un cierto número de ganglios aislados afectados por el tumor.
2.- Como tratamiento paliativo
Se utiliza para aliviar síntomas como el que dolor que produce la afectación ósea o ganglionar o aliviar
la presión en el cráneo producida una metástasis cerebral.
Tipos de radioterapia:
Radioterapia externa. Una máquina fuera del cuerpo envía radiación al área donde está el tumor.
Radioterapia interna o braquiterapia. Se usa una sustancia radiactiva sellada en agujas, alambres o
catéteres que se colocan en la zona tumoral.
Los efectos secundarios más frecuentes de la radioterapia sobre la mama son el hinchazón local,
alteraciones de la piel tipo quemadura y cansancio. Estos efectos desaparecen en unos meses. Algunas
veces hay una disminución del tamaño de la mama y se muestra más firme.
Radioterapia intraoperatoria. Es áquella que se realiza en el mismo quirófano tras extirpar el tumor.
Tiene la ventaja sobre las otras formas de administración que acorta la duración del tratamiento y
reduce la toxicidad.
Quimioterapia
Es el tratamiento que utiliza drogas para parar el crecimiento de las células tumorales matándolas
directamente o haciendo que no puedan dividirse. La quimioterapia suele administrarse de forma
intravenosa, aunque hay fármacos que se administran por vía oral.
Hormonoterapia
Muchos cánceres de mama (los que expresan receptores hormonales) crecen por la acción de las
hormonas. La hormonoterapia anula las hormonas directamente o bloquea su acción haciendo que se
detenga el crecimiento del tumor. Los principales tratamientos hormonales que se administran en el
cáncer de mama son el tamoxifeno, los inhibidores de la aromatasa o los agonistas de la hormona
luteinizante (LHRH). En deterinados casos de enfermedad avanzada puede aconsejarse también quitar
los ovarios para abolir la producción de estrógenos.
Terapias dirigidas
Las terapias dirigidas son áquellos fármacos que identifican y atacan específicamente células tumorales
sin dañar las células normales. En el tratamiento del cáncer de mama se utilizan muchos tipos de
terapias dirigidas.
a. Anticuerpos monoclonales. Identifican sustancias que están en las células tumorales que hacen que
las células crezcan. Estos anticuerpos atacan estas sustancias para matar las células tumorales, bloquear
su crecimiento o impedir que se diseminen. Suelen administrarse de forma intravenosa y también
subcutánea. Los anticuerpos monoclonales suelen darse en combinación con la quimioterapia. Los
antucuerpos monoclonales autorizados para el tratamiento del cáncer de mama son el Trastuzumab, el
pertuzumab, TDM-1 y el bevacizumab.
b. Inhibidores de tirosin kinasas. Son pequeñas moléculas que bloquean las señales que el tumor
necesita para crecer. En el cáncer de mama disponemos del lapatinib y del neratinib.
c. Inhibidores de las ciclinas dependientes de kinasas. Son fármacos que bloquean unas proteínas
que se llaman ciclinas dependientes de kinasas que son responsables del crecimiento de las células
tumorales y que están implicadas en la resistencia a la hormonoterapia. Son ciclinas dependientes de
kinasas, que se utilizan en el tratamiento del cáncer de mama: el ribociclib, el palbociclib y el
abemaciclib. Estos tratamientos se administran en combinación con la hormonoterapia.
d. Inhibidores de mTOR. Son aquellas terapias que bloquean una proteína llamada mTOr que está
implicada en el crecimiento de las células tumorales y en el crecimiento de los vasos sanguíneos para
que el tumor crezca. El everolimus es un inhibidor de mTOR que se utiliza en el tratamiento del cáncer
de mama.
e. Inhibidores de PARP. Son terapias dirigidas que bloquean la reparación del DNA haciendo que las
células tumorales mueran al no poder reparar sus errores. Están indicados en el tratamiento de los
cánceres de mama con mutaciones en los genes BRCA. En el tratamiento del cáncer de mama están
aprobados el olaparib y el talazoparib.
Inmunoterapia
La inmunoterapia aprovecha el sistema inmune del propio paciente para luchar contra el cáncer
utilizando sustancias del propio organismo o creadas en el laboratorio para restaurar el sistema inmune
del paciente. De momento sólo está aprobado atezolizumab en el tratamiento del cáncer de mama
avanzado.
ESTADIOS AVANZADOS
Se considera estadio IV cuando el tumor se ha extendido fuera de la mama. Esto puede ocurrir durante
el seguimiento de un cáncer de mama inicialmente limitado y tratado como tal, o puede aparecer de
inicio.
Cuando el cáncer de mama se extiende a otros órganos, la curación ya no es posible y el objetivo del
tratamiento es la cronificación de la enfermedad y la paliación de los síntomas.
El tratamiento más importante en este estadio es el tratamiento sistémico (quimioterapia,
hormonoterapia y/o terapias dirigidas) y la elección sobre uno u otro depende tanto de factores que
afectan al tumor como a características de la paciente incluyendo sus deseos. El arsenal terapéutico es
muy amplio en cáncer de mama y la decisión se toma habitualmente entre el oncólogo médico y la
paciente.
Tratamiento hormonal
Sólo es útil en pacientes con tumores receptores hormonales positivos. Se considera su uso cuando sólo
hay enfermedad en los huesos o en tejido blando. También se considera cuando hay afectación de
órganos como el hígado o el pulmón pero con poca repercusión clínica (el paciente tiene pocos
síntomas derivados de la afectación).
Con respecto al tipo de tratamiento hormonal, es importante tener en cuenta si la mujer es o no
postmenopaúsica y si ha recibido tratamiento hormonal previo (por ejemplo como tratamiento
adyuvante).
La estrategia principal en mujeres premenopáusicas consiste en bloquear los ovarios con tratamiento
médico, quirúrgico o con radioterapia para conseguir que la mujer se comporte como postmenopáusica
y poder ser tratada como tal. El tratamiento actualmente indicado es una combinación con inhibidores
de ciclinas combinado con letrozol o fulvestrant tras haber bloqueado los ovarios.
Para las mujeres postmenopáusicas el tratamiento hormonal se basa en el uso de inhibidores de ciclinas
combinados con letrozol o fulvestrant.
La duración del tratamiento va a depender de la respuesta que se obtenga al mismo y de la tolerancia.
Habitualmente se mantiene el tratamiento mientras siga siendo efectivo. Cuando la enfermedad
progresa, se puede plantear un cambio de tratamiento hormonal o pasar a tratamiento con
quimioterapia.
Inmunoterapia
En las pacientes con tumores triple negativos que expresan PDL1 puede valorarse el tratmiento con
quimioterapia combinado con atezolizumab.