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Discurso25 Mayo

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Discurso : 25 DE MAYO

Nos encontramos reunidos una vez más para conmemorar aquel 25 de mayo de 1810.     
Podríamos pensar que ésta es sólo una celebración más, que, como lo marca la costumbre,
vamos a oír y ver lo mismo que otros años con matices diferentes. Sin embargo, por unos
instantes nos vamos a detener a evaluar por qué recordamos esta fecha y así, entonces,
comprender la magnitud de su importancia.      Lo que recordamos en este día es el acto
“fundante” de nuestra Nación. “Fundante” deriva del verbo “fundar” que significa asentar,
afirmar sobre una base, poner los cimientos, construir, edificar; y el verbo “recordar” quiere
decir, en su acepción más antigua, “volver a pasar por el corazón”. Y es en este punto donde
se encuentra lo que distingue esta celebración de otras.   
  En mayo, hace 199 años, se hizo realidad el anhelo de libertad de un puñado de mujeres y
hombres. La hazaña que llevaron a cabo por la sola fuerza de sus ideas, de su voluntad, de su
determinación, en la pequeña aldea que era entonces Buenos Aires, asiento de las
autoridades de último virreinato fundado por el imperio español. 
    En mayo, “el pueblo quiso saber de qué se trataba”, marcando un rasgo diferencial de su
carácter.      Hoy conmemoramos la presencia del pueblo en la Plaza Mayor, reclamando por
sus derechos: a la información, a ser escuchado, a la participación en la construcción de su
propio destino, en suma, a la libertad.     
Ser argentinos es reconocernos herederos de aquellos hombres que lucharon por sus
ideales, que sortearon todas las dificultades, que se congregaron hace casi dos siglos, el 25
de mayo de 1810, para tomar el futuro en sus manos.         
 Recordemos, es decir, volvamos a sentir en el corazón a aquellos hombres de claras ideas y
férreo tesón patrio. Nosotros somos su legado.       
   Seamos constructores de la Patria Grande que soñaron aquellos que sentaron las bases
para hacer de este suelo un territorio libre y soberano.   
  Seamos dignos de su ejemplo. Para engrandecer la Patria, basta con hacer con
responsabilidad las pequeñas cosas de todos lo días. Vale la pena entonces que todos
luchemos para que cada mañana, brille sobre el suelo en que nuestros hijos crecerán, un Sol
de justicia, Paz, Trabajo y Dignidad. S Seamos personas de bien, iluminados por Cristo. Solo
así podremos vivir en paz y disfrutar de nuestra libertad. No fue sencillo conseguirla.
Defendámosla y cuidémosla de verdad.

Discurso del 25 de Mayo


Cuando un pueblo toma la iniciativa de encarar un proyecto que implicará la transformación
total de su idiosincrasia, dos ingredientes se hacen indispensables:

VALOR Y DECISIÓN. VALOR para llevar a cabo una empresa que pone en riesgo la seguridad
de un estilo de vida y DECISIÓN para actuar con firmeza en las situaciones extremas. Para los
criollos esa situación extrema se produjo en mayo de 1810, cuando llegaron a Buenos Aires
las noticias de un clima caótico en la Metrópoli: el Rey legítimo Fernando VII había sido
encarcelado por Napoleón y sustituido por el hermano de éste.

Criollos y españoles se unieron entonces para formar un gobierno de emergencia frente al


usurpador francés. Pero los criollos ya tenían en sus corazones el germen del espíritu
independiente y democrático que alcanzaría su punto culminante en el Cabildo abierto del 22
de mayo.

Es a partir de ese momento que el país se plantea dejar de ser colonia para formar una
verdadera Nación bajo la guía de ilustres figuras con grandes cualidades: el valor y las
condiciones militares de Saavedra, la pasión democrática de Moreno, la decisión de Juan
José Paso, la valentía y la inteligencia de Manuel Belgrano, la erudición de Castelli, la
consagración total de Alberti, la vocación republicana de Azcuénaga y la generosidad de
Matheu y Larrea. Sin embargo no debemos caer en la falsa ilusión de un 25 de Mayo con
paraguas y cintas celestes y blancas.

La revolución no fue tan pacífica como aparentó y muchas veces se impuso con violencia
ante sus opositores. Como toda ruptura, ella trajo aparejada temores, desgarros y dolor.
Como cada año, desde l813 (fecha en que la Asamblea instituye el 25 de Mayo como Fiesta
Patria) festejamos un cumpleaños en el que todos imprimimos en esos ideales de 1810
nuestros nuevos ideales de 2013.

Como ciudadanos responsables y dueños de nuestras elecciones, formando parte y siendo


partícipes de una sociedad democrática, comprometámonos desde nuestras obligaciones y
derechos a conseguir y mantener día a día la independencia que define cada acto y quehacer
de nuestra vida. Que cada argentino que pise este suelo haga suya la idea de construir desde
su lugar una Argentina libre, pujante y esperanzadora. Velemos y defendamos la paz y
libertad que se supo conseguir.

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