1 - Pulso-Escrituras Escénicas Universitarias 2
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pulso
escrituras escénicas
universitarias 2
Lucía Ruiz Mendoza. Belleza y estilo | 1
198 | Pulso. Escrituras escénicas universitarias 2
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4 | Pulso. Escrituras escénicas universitarias 2
Lucía Ruiz Mendoza | Luis Coloma |
Evelyn Cordero Neyra
pulso
escrituras escénicas
universitarias 2
Pulso. Escrituras escénicas universitarias 2
© Los autores: Lucía Ruiz, Luis Coloma y Evelyn Cordero Neyra
ISBN: 978-612-4276-16-3
Belleza y estilo 14
Lucía Ruiz
Los tres son textos que exploran, desde puntos de vista muy personales,
temas que nos conciernen a todos y que nos tocan como seres humanos.
Son obras que cuestionan diversos aspectos de esta sociedad que todos
queremos mejorar. En Belleza y estilo las necesidades económicas obligan
a un personaje a enfrentar sus prejuicios sin saber que así conseguirá
encontrar su lugar en el mundo y una trinchera para enfrentarlo. En
Manicomio, concierto para crecer el propio autor de la obra desafía, desde
la teatralidad de un texto casi autobiográfico, a una sociedad violenta y
represiva. Finalmente, en La historia de Bruno (y la temible sombra que lo
perseguía) un niño debe amistarse con el miedo que le genera el abando-
no de su padre.
L o que más me gusta del teatro es que nos presenta un mundo con sus
propias reglas, parecido al nuestro y al mismo tiempo original, nue-
vo, un mundo que —por arte de magia teatral— existe en el escenario
durante la función y luego se desvanece, solo para armarse nuevamente
en la siguiente. La radiografía de este mundo, sus huesos, son el texto
teatral.
Gonzalo Rodríguez Risco (Lima, 1972) cuenta con más de veinte años de carrera como
escritor teatral, guionista y traductor. Tiene una maestría en Dramaturgia de la Escue-
la de Drama de la Universidad de Yale. Ha escrito más de veinte obras teatrales, con
montajes en Lima, Arequipa, Cusco, Nueva York y Río de Janeiro. Asimismo, ha sido
guionista de seis largometrajes nacionales y ha traducido más de quince obras de teatro
y musicales.
Elenco
Patricio Villavicencio – Fabricio
Paris Pesantes – Sergio
Sergio Cano – Andrea
Héctor Cabrera – Ariel
Bailarines
Edwin Sosa
Oscar Villafuerte
Jonathan Yalicuna
Gerson Aloche
Lugar
Lima, Perú
Tiempo
Época actual
FABRICIO
Entonces eres bachiller.
ARIEL
Estoy a puertas de graduarme de mi facultad.
FABRICIO
Me gustaría saber un poco más de ti.
ARIEL
Me especializo en la rama de publicidad, pero también manejo la parte
de marketing digital. Trabajé para el área de diseño de mi universidad y
hago trabajos freelance todo el tiempo.
FABRICIO
¿Qué te atrae de este hermoso salón? ¿Por qué trabajarías con
nosotros?
ARIEL
Honestamente, no tengo claro qué están buscando. El anuncio decía
que necesitaban un comunicador o publicista creativo que pueda
trabajar en horario flexible.
FABRICIO
¿Eso es todo lo que decía? ¿No decía que se buscaba un jefe de
producto para manejar el marketing y la publicidad? Con conocimiento
en edición, manejo de redes y, si es posible, con cartera de clientes
para trabajar en un prestigioso salón de belleza.
FABRICIO
Ya veo.
Entra Sergio.
SERGIO
Le encargaste el anuncio a Andrea. ¿Qué esperabas?
A Ariel.
SERGIO
Buenos días, Sergio.
ARIEL
Ariel, mucho gusto.
SERGIO
Agradece que por lo menos puso «publicista y comunicador» y no
«hombre alto, fuerte, metro ochenta. Por favor, enviar fotos antes de la
entrevista para preaprobarlo».
FABRICIO
Sergio es mi socio y estilista como yo.
ARIEL
Entonces son dos estilistas y una...
ARIEL
Entiendo. (Anota en su hoja). Son un aproximado de cinco estilistas
hombres y tres mujeres.
SERGIO
Claro...
Ingresa Andrea al local bailando y cantando «Crazy in love» de Beyonce. La música sale del
altavoz de su celular.
FABRICIO
Andrea, ¿era necesario el baile?
ANDREA
Dijiste que querías que dé una muy buena impresión hoy.
SERGIO
No hoy. En general, debes verte bastante alegre y gentil si vas a estar
en el lobby. ¿Recuerdas?
ANDREA
¡Ay!, pero qué falta de glamour. Yo no nací para estar detrás de un
escritorio aburrido. (Voltea a mirar a Ariel). ¡Fabricio! Qué churro tu
amigo, no nos lo habías presentado.
SERGIO
Fabricio los tiene escondidos siempre.
FABRICIO
Andrea, a tu puesto, por favor.
ANDREA
Ah, bueno. Entonces ya no te enseño las fotos de cómo quedó el
maquillaje de mi clienta ayer.
SERGIO
Después.
Andrea sale.
FABRICIO
Ariel, disculpa la interrupción. Te explico: el salón está estancado y
por eso necesitamos una estrategia de publicidad, generar un concepto
de diseño atractivo y dar a conocer nuestro salón a nuevos públicos.
ARIEL
Entonces, mire, le voy a ser honesto. Yo no tengo mucha experiencia
en lugares como este, pero sí entiendo lo que están buscando...
ANDREA
Coffe gay... Digo coffe break.
SERGIO
Gracias, reina.
FABRICIO
Gracias.
ANDREA
Café orgánico con un poco de edulcorante para cuidar la línea.
ARIEL
Gracias.
Ariel está a punto de recibir el café y Andrea le guiña el ojo. Ariel baja la mirada, no recibe bien
la taza y se le cae todo encima del pantalón y la camisa.
ARIEL
Cuidado.
ANDREA
Te ayudo.
FABRICIO
Andrea.
ARIEL
¡No, gracias! Yo puedo. (Intenta alejarse). Ya se manchó mi última
camisa nueva.
ANDREA
Sé exactamente cómo salen esas manchas. Solo te quitas tu camisa y lo
soluciono.
ARIEL
No, no, gracias de verdad, gracias.
SERGIO
Andrea, preciosa. No es el momento.
FABRICIO
Déjanos a solas.
Andrea se retira.
ANDREA
Un vodka tonic, uno solo y caes, bebé. (Le guiña el ojo a Ariel).
SERGIO
Ya vas a aprender a manejarla.
FABRICIO
Es decir, Andrea va a comportarse mejor. ¿No es cierto, Sergio?
ARIEL
Disculpen, señores. Con todo respeto, este es un lugar distinto y no
veo la manera en la que podría encajar.
FABRICIO
¿Qué quieres decir?
ARIEL
Eh, sí, que yo no, no soy... y veo que es importante dado el ambiente...
Usted entiende a lo que me refiero, ¿verdad?
ARIEL
No soy... A mí no me gustan los..., yo no..., es decir, no entro en esta
dinámica de... Me intento explicar, un segundo, deseo encontrar las
palabras adecuadas.
FABRICIO
Tranquilo, tómate tu tiempo.
ANDREA
Fabri, ¿el niño y tú ya son novios?
Se escuchan las risas de Andrea. Sergio intenta mantenerse serio, pero se le ve la risa en la cara.
ARIEL
Definitivamente yo no entro en esto. (Se pone de pie). ¡No! Espere, sí. Yo
sí entro. Sí, claro que sí. Yo le entro, pero no le entro a estas cosas. No
es que me guste no entrar. Yo entro. Soy yo el que entro. Yo... quiero
aclarar que le entro a las mujeres. Me encantan las mujeres. Solo
mujeres. Sí, eso quería manifestarle.
ARIEL
Discúlpeme.
ARIEL
Como le digo, fue un error. Yo solo vi la flexibilidad de horario.
SERGIO
Un error.
ARIEL
Sí, definitivamente no soy el adecuado.
FABRICIO
Necesitas flexibilidad.
ARIEL
Me pago la universidad. Realmente necesito un trabajo para cubrir los
gastos. Busqué todos los anuncios en periódicos y redes y el de ustedes
era el único que me permitía trabajar y estudiar.
FABRICIO
Estudias y trabajas.
ARIEL
Sí, y no pensé que... Les agradezco su tiempo. Con permiso.
FABRICIO
Ha habido un error en el pago mensual que aparece aquí.
FABRICIO
Ariel, ¿tú tienes 25 años?
ARIEL
24.
FABRICIO
Y debes asumir tu universidad y tus pagos personales solo.
ARIEL
Sí, ya hace varios meses que sí.
FABRICIO
Entonces, cada trabajo que te ha salido, por muy pequeño, lo has
tomado, ¿verdad?
FABRICIO
Bueno, el sueldo es de 1300 mensuales. No 850.
FABRICIO
Andrea no solo decidió ponerle mucho color a la publicidad, sino que
también modificó el pago mensual.
FABRICIO
¿Te interesa el puesto?
Ariel duda.
ARIEL
Bueno, lo que sucede es que...
SERGIO
Ni siquiera está seguro el chiquito.
FABRICIO
Si las cosas van bien, podemos hablar de comisiones también.
Recuerda que nos adecuamos a tus horarios y no tienes que venir
después de las siete de la noche. Yo confío en que vas a hacer muy bien
tu trabajo.
FABRICIO
El puesto está disponible. Nosotros ya deberíamos empezar con lo
nuestro. Son las diez.
ARIEL
Bueno, si es así, me interesa el puesto. Sí. Puedo aprender.
FABRICIO
Prueba. Vas a ver que te vas a acostumbrar fácilmente. Confío en ti.
FABRICIO
¿Te estás riendo de nosotros?
ARIEL
No, señor, es que... es la primera vez que me dicen que confían en mí.
FABRICIO
¿Cuento contigo?
Sergio regresa.
SERGIO
Gonza está en el teléfono. Insiste en que tiene algo que coordinar algo
importante contigo...
FABRICIO
No es el momento, lo llamo después.
SERGIO
Es urgente. Toma.
FABRICIO
Discúlpame, Ariel. ¡Andrea!
ANDREA
Dime.
FABRICIO
Guía a Ariel para que conozca el salón.
ANDREA
Encantada de mostrarle absolutamente todo.
SERGIO
Ve con ella, Ariel.
Escena 2
Andrea ingresa con unas toallas, bailando.
SERGIO
Preciosa, un favor: ¿puedes enseñarme cómo vamos en ventas hoy en
el sistema?
SERGIO
¿Y este viene a ser el total de ventas entonces?
ANDREA
Exacto.
SERGIO
¿Eso es todo?
SERGIO
Pero eso no alcanza.
ANDREA
No.
SERGIO
Qué locura.
ANDREA
Mira, con este total alcanza exacto para los sueldos y a las justas
para los servicios de agua y luz. No alcanza ni para el internet ni
mantenimiento ni para nada más.
SERGIO
Ya sabía. Y Fabricio perdiendo el tiempo con sus estúpidas entrevistas
a las que nadie vino y se lo advertí. Le dije no te aloques, pero...
ANDREA
¿Se te ocurre una solución para este mes?
SERGIO
No. (Pausa). A ver... ¿Por qué cerramos los días lunes?
ANDREA
Porque es nuestro único día de descanso.
SERGIO
Sí, pero una cosa no tiene que ver con la otra.
SERGIO
Que se hagan turnos rotativos. Que todos rotemos el día de descanso.
Así una semana descansas lunes, la otra martes o miércoles. De tal
manera que el salón queda abierto de lunes a domingo. Varios salones
hacen eso.
ANDREA
No es el momento, Sergio.
SERGIO
¿Por qué?
ANDREA
Porque no es momento de hacer cambios en la dinámica del trabajo.
SERGIO
Es una manera de aprovechar el salón al máximo.
ANDREA
Todos están bastante fastidiados con los recortes que se han hecho.
Ya van cinco semanas quejándose de que las tijeras ya no tienen tanto
filo y hay que cambiarlas. Las toallas están un poquito percudidas,
deberíamos comprar nuevas. Los guantes siempre hay con las justas.
Ahora pretendes ignorar todo eso y además decirles que vamos a
trabajar de lunes a domingo con turnos rotativos.
SERGIO
Es una idea razonable.
SERGIO
¿Qué esto?
ANDREA
El dinero de todas estas fiestas para cubrir lo que nos falta.
SERGIO
De ninguna manera. Ese dinero no lo podemos tocar.
ANDREA
A ustedes parece que no les importa el salón. No están equilibrando las
cosas.
SERGIO
No es eso, Andrea.
ANDREA
Necesitamos que el salón se estabilice y sea rentable. Mes a mes las
cosas están peor, Sergio. No veo the light at the end of the tunnel.
SERGIO
He conversado con Fabricio, pero tú sabes cómo es él. Incluso ahora
cree que descubrió la pólvora contratando al niñito ese. Te juro que lo
voy a matar...
ANDREA
¿Me vas a dar una solución?
Silencio.
ANDREA
¿Esa es tu solución a todos los problemas?
SERGIO
Yo voy.
ANDREA
¡No te demores! Tienes que probarte el vestuario para el viernes.
SERGIO
Fabricio, he estado conversando con Andrea y voy a tener que cambiar
estas...
Ingresa Ariel.
SERGIO
Ah, sigues con el púber.
FABRICIO
Espérate un momento, por favor. Gracias por venir, Ariel. Es suficiente
por hoy. Empezamos el lunes. No te olvides de mandarme tu horario
para organizarnos.
ARIEL
Gracias a usted.
FABRICIO
Si pierdo a este joven será por culpa exclusiva de ustedes.
SERGIO
Es un niño tonto sin experiencia que se irá tarde o temprano
despavorido de este lugar.
FABRICIO
Él es bastante tecnológico. Nos ayudara a refrescar nuestras ideas.
Incluso es hétero.
SERGIO
¿Ahora ser gay es un problema?
FABRICIO
No. (Ríe sarcásticamente). Una bendición de dios.
Sergio sale.
Escena 3
Fabricio siembra una semilla en un bol transparente. Está realmente afligido. Ingresa Sergio
respondiéndole a Andrea (que no está en escena).
SERGIO
Definitivamente ese laciado había resecado mucho su cabello. Hay que
hacerle una mascarilla de hidratación profunda. (Se percata de Fabricio).
Aquí estás.
Fabricio en silencio.
SERGIO
¡Oye! Debiste tener un poquito de consideración y avisarme que nos
ibas a dejar botados a todos.
FABRICIO
¿Qué todos? No te contesté el teléfono a ti. A nadie más en realidad,
pero tú fuiste el único que se puso intenso con las mil llamadas y
mensajes de WhatsApp.
SERGIO
Era urgente.
FABRICIO
¿Cuál era la urgencia, si se puede saber?
SERGIO
Ayer tuvimos la fiesta con la temática pop y rock de los 90. Se
presentaban Vilma Palma e Vampiros. Pero solo estaban los
«e Vampiros» haciendo el ridículo sin Vilma Palma.
FABRICIO
¿Ayer tocaba fiesta? Pero si estamos recién martes.
SERGIO
Estamos sábado.
FABRICIO
¡Dios! Se me pasó. Me equivoqué en mirar la fecha. Pensé que
estábamos... Discúlpame.
FABRICIO
Nada, nada Sergio, confundí las fechas. Nunca me pasó algo así.
Entiéndeme, no volverá a ocurrir.
SERGIO
No me lo digas a mí, sino a ti. ¿Es tu proyecto, no?
FABRICIO
Pensé que era nuestro.
SERGIO
Es mío también. Pero no soy yo el que no está cumpliendo con su rol.
(Pausa). Te vuelvo a preguntar: ¿qué te está pasando?
FABRICIO
Nada.
Silencio.
FABRICIO
¿Me quieres?
SERGIO
Sin lugar a duda.
FABRICIO
¿Me harías daño?
SERGIO
Jamás. No adrede, por lo menos.
FABRICIO
¿Cómo salió la fiesta?
SERGIO
Solo hemos recaudado cuatro mil soles.
FABRICIO
Menos que la fiesta anterior.
SERGIO
Y eso que ahora tenemos un auspicio de vasos y por poner su marca
nos regalaron los insumos para los tragos.
FABRICIO
¿Hace mucho frío, no? ¿Por qué han prendido el aire tan fuerte?
SERGIO
No han prendido el aire. No te vayas a resfriar. Mejor te traigo una
chompa.
FABRICIO
Ocho.
SERGIO
¿Ocho qué?
FABRICIO
Ocho cuadritos en total.
SERGIO
No puedo ser como tú.
SERGIO
Llevar la cuenta. Poner sus fotos en cuadritos y coleccionarlos en la
entrada. Es un martirio innecesario.
FABRICIO
No es eso. En mi colección están atrapados sus mejores momentos. Sus
alegrías. Sus cuerpos sanos. Me conmueve mirarlos y pensar que ahora
son felices en donde quiera que estén. La vida pende de un delgado
hilo que tarde o temprano se rompe, así que yo necesito detener el
tiempo para capturar todos esos momentos tan hermosos que vivieron
en algún momento, aunque sea solo en fotografías.
SERGIO
Debiste ser fotógrafo.
FABRICIO
¿Y morirme de hambre? Nadie paga por hacer unas ridículas fotos de
gente sonriendo.
SERGIO
¿Qué tiene?
FABRICIO
Tiene que aquí uno se dedica a lo que le dé de comer y punto.
SERGIO
Ya, dime que te está pasando.
FABRICIO
Nada que tú puedas mejorar, Sergio.
FABRICIO
¿Qué sabes? ¿Has estado revisando mis cosas?
SERGIO
No. Pero sé por qué estás preocupado.
SERGIO
No creas que no me doy cuenta. Es solo que intento..., no lo sé, seguir
adelante, distraerme con el trabajo y no decirte que...
FABRICIO
¿Ya lo sabes?
SERGIO
Que a pesar de que no nos alcanza el dinero, yo sé que vamos a salir
adelante.
SERGIO
Ten fe. Como tú siempre has dicho, lo importante es que estamos
juntos. Tú, yo y Andrea. Se nos va a ocurrir algo.
SERGIO
Tal vez sería una buena idea también, como dice ella, por un par de
meses enfocarnos en el salón nada más.
SERGIO
Un tiempo dejar las fiestas o usarlas para cubrir deudas del salón.
FABRICIO
¿Dejar de lado nuestro proyecto? ¿El proyecto por el cual trabajamos?
¿El proyecto que nos mantiene vivos? No.
SERGIO
Solo sería por un tiempo.
FABRICIO
Si no hacemos el proyecto, no me interesa mucho el salón.
SERGIO
Ahora no te importa ni el salón ni tu profesión.
FABRICIO
¡Soy uno de los mejores estilistas del país!
SERGIO
Lo sé.
FABRICIO
Trabajo día a día parado más de diez horas. Sin descansos. Sin
feriados. Sin vacaciones. Y no lo hago por la plata.
SERGIO
No lo haces. Lo hacemos juntos, Fabricio.
SERGIO
Yo te entiendo. Tranquilízate, por favor. Yo lo sé.
FABRICIO
¿Entonces por qué me propones esa idiotez?
Fabricio se atora.
SERGIO
Porque tú mismo lo has dicho. Tú has hecho este salón para poder
solventar la ayuda que hacemos. Entonces entiende algo. Si no hay
salón, no hay cómo ayudar. Aquí lo que necesitamos es estabilizar el
negocio.
FABRICIO
Pero no dejar de hacer el proyecto.
SERGIO
No. Bueno, no se me ocurre ninguna estrategia.
FABRICIO
Un publicista y para eso está Ariel.
SERGIO
Tu nueva brillante adquisición. Disculpa, lo había olvidado.
FABRICIO
Deberías escuchar más las ideas que yo puedo tener, en lugar de
perder el tiempo con las locuras de Andrea.
FABRICIO
Hemos probado varias cosas, pero no hemos evaluado la posibilidad
de una ayuda externa.
SERGIO
No, Fabricio. Es más personal.
FABRICIO
Un jefe de producto que va a trabajar la publicidad y el marketing del
salón es muy útil.
SERGIO
Es un sueldo más.
FABRICIO
Sí, pero él va a generar ingresos que los cubran, así como mucha más
clientela.
SERGIO
Un sueldo más nunca es una buena idea.
FABRICIO
Sí lo es, Sergio. Yo hace días que le doy varias vueltas y es una buena
idea.
SERGIO
No estoy de acuerdo. Ya te lo dije y se lo dije al mismo Ariel.
FABRICIO
Probemos. ¿O me vas a poner trabas para intentarlo? Es mejor eso que
simplemente mandar todos nuestros sueños al tacho. ¿No te parece?
Escena 4
Andrea maquilla a Fabricio y Sergio observa. La planta que Fabricio sembró ahora está más
grande y verde.
ANDREA
Y finalmente los polvos et voilà.
SERGIO
También que no duermes, pues, Fabricio. ¿Así cómo no vas a tener
ojeras?
FABRICIO
Es el salón lo que me tiene así. El salón.
SERGIO
Creo que hay que bajarle el drama a todo. Si sigues así, te vas a
enfermar.
ANDREA
No logras nada poniéndote así, Fabricio. Te ves demacrado para las
clientas. Eso no puede ser. Ya sé, necesitamos música.
FABRICIO
Me duele la cabeza, Andrea. No necesitamos bulla.
ANDREA
¿Y el señor? (señala a Fabricio).
ARIEL
Buenos días. ¿Por qué están bailando?
SERGIO
Porque estamos estresados, Ariel. Tú no lo entiendes porque solo estas
acá porque...
ARIEL
No van a terminar nunca con esa broma, ¿no? Andrea, gracias, pero
no deseo bailar.
SERGIO
Bueno, bueno, Arielito, no te molestes tampoco. Es solo un bailecito.
¿O le tienes miedo a Andrea?
ARIEL
No, no se trata de miedo o rechazo. Yo no tengo nada de esa
incomodidad que seguro me estás insinuando.
ARIEL
El problema entre Andrea y yo no es de inclinación sexual o
transfobia, sino de proxemia.
ANDREA
Yo no soy ninguna proxeneta.
ARIEL
¡Proxeneta no! Proxemia. La distancia física que empleas conmigo no
es una distancia que me haga sentir cómodo, ya que la distancia a la
que estoy acostumbrado, no solo yo sino el resto de nuestra sociedad,
es esta.
FABRICIO
Bueno, ya se acabó. A empezar el turno todo el mundo.
SERGIO
Ariel está hablando en difícil para demostrar que es muy inteligente.
ARIEL
Solo estoy usando el término adecuado.
FABRICIO
¿Se pueden callar?
FABRICIO
¡Andrea, al lobby!
FABRICIO
Ariel, por favor, necesito que para mañana hayas investigado mucho
sobre salones de belleza en Europa. Cuál es la tendencia y qué colores
están de moda para la publicidad...
ARIEL
Estoy justo viendo las tendencias.
ANDREA
Sergio, te necesita una clienta, aplicación de mechas y retoque de
bótox capilar.
SERGIO
Voy, bella.
FABRICIO
He revisado los looks de la temporada y pienso que debemos subir
artículos de eso a la página.
ARIEL
Sería interesante que se hable de trucos de belleza y tendencias, como
para volverla un beauty blog que de manera interactiva y virtual haga
sentir a las clientas mucho más conectadas con el salón.
FABRICIO
Muy bien, Ariel. Tú sabes que yo confío en ti. Lánzate con esa página.
FABRICIO
No. Ariel, tú enfócate solo en lo que te he pedido. Para lo demás está
Sergio y estoy yo. Mira, tengo muchos problemas hoy y no me da la
vida para tus propuestas.
ARIEL
Pero, Fabricio, siempre me dices lo mismo y no me das la oportunidad
de mostrarte...
FABRICIO
Entiende, no hay nada que ya no hayamos probado con respecto al
salón.
FABRICIO
(Yéndose). Me revienta la cabeza.
Escena 5
Meses después, Sergio y Andrea con su celular usan la aplicación Tinder.
SERGIO
Mmmm, muy gordo.
ANDREA
La tiene chiquita.
SERGIO
Next.
Ríen. Fabricio ingresa con una maceta vacía en las manos y la coloca al lado de su planta, que
ha crecido notoriamente.
FABRICIO
¿Empezamos?
ANDREA
¿Y el niño?
ANDREA
Le doy a este. Like.
SERGIO
Que te den mejor.
ANDREA
«Dame tu cosita ah ah».
ARIEL
Qué bueno que por fin estén todos. Aquí les entrego sus carpetas.
ARIEL
Como pueden ver acá, el punto de equilibrio se había logrado hasta
hace cuatro meses. Ahora, el tema es simple. Sí, lo que se necesita es
más clientes. Se necesita no solo atacar al sector A1, sino también al
SERGIO
¿Estás hablando de bajarles el costo? ¿Regalar el servicio? Estás
equivocado, Ariel. Así no es rentable.
ARIEL
No. Hablo de realizar campañas mucho más interesantes. Aquí, como
ven, armé estos paquetes de descuento. Por ejemplo, los martes los
laciados tienen 25% de descuento, y si vienes con una acompañante es
35% para ti y 25% para ella. Eso nos permite realizar más laciados y así
tener más servicios los martes, que de por sí son días bajos.
FABRICIO
¿Ya armaste esos paquetes?
ARIEL
Sí, claro. Aquí están. Sería cuestión que los aprueben para yo hacer un
diseño y subirlo a la web. Luego me comunicaré con el proveedor de
impresiones para imprimir las artes lo antes posible y estén a la vista
en la entrada.
FABRICIO
Bueno, no sé qué opinan los demás, pero a mí me parece razonable.
Podemos probar por un tiempo estas estrategias y nos regimos por los
resultados.
SERGIO
Exacto. Tendríamos que probar la efectividad de su plan de acción.
ARIEL
Bueno, pero también tengo un tema pendiente. Es una estrategia un
tanto distinta para ustedes. Se trata de «heterosexualizar» el salón.
ARIEL
¡Masculinizar! No sé si existe el término o solo es una invención mía,
pero fue una estrategia que se me fue metiendo en la cabeza luego de
observar a los clientes.
FABRICIO
Ajá.
ARIEL
El punto es hacer que el público desligue la idea de «belleza igual tema
de mujeres». De ese modo los señores vendrán no solo a cortarse el
pelo, sino a ver sus manos, sus pies, un facial, unos masajes, qué sé yo.
Varios lo hacen, es cierto, pero hay que atacar la publicidad por ese
lado. Para que cuando ellos vean los anuncios digan: «¡Ah! ¡Sí! Debo ir
más seguido a la peluquería». Y no se sientan medio «raros» o lo hagan
solapa.
FABRICIO
Suena lógico.
SERGIO
A mí nada de esto me suena lógico.
ARIEL
En ese sentido, debemos proyectar una imagen más pro en el local.
SERGIO
A mí me parece que todo se ve bien como está.
ANDREA
No entiendo qué está tratando de decirnos con eso de cambiar todo.
ARIEL
Lo que sucede, Andrea, es que...
ANDREA
Niño, a mí me buscan porque soy una excelente maquilladora. No por
cómo me visto o qué música pongo en mi lugar de trabajo.
SERGIO
Eso es cierto.
ANDREA
Realmente no comprendo por qué nos guiaríamos de una mirada...
Discúlpame, precioso, que te lo diga directamente. De una mirada
ingenua y un poco intolerante de un chibolo Frutimix.
ARIEL
Son estrategias muy bien diseñadas.
ANDREA
¿Diseñadas por ti?
Fabricio a Andrea.
FABRICIO
En ese sentido, debemos darle crédito a Ariel. Es cierto lo que dice de
otros salones.
SERGIO
A ver, a ver.
ARIEL
¿Puedo, por lo menos, acabar de exponer mis estrategias?
SERGIO
Estamos perdiendo el tiempo con todo esto.
ARIEL
¿Me podrían dejar...?
FABRICIO
Momento, momento. (Deja su planta en la nueva maceta). Escucho
estrategias, planes, investigaciones. Aunque me parece interesante tu
análisis, Ariel, no podemos olvidar nunca que esto, más que un salón o
una casa de belleza, es nuestro hogar.
ARIEL
Es nuestro lugar de trabajo.
SERGIO
Es casi inconcebible lo que nos pides, Ariel.
ARIEL
¿Qué es lo inconcebible?
SERGIO
Estás pidiendo que prácticamente neguemos nuestra identidad para
complacer a los clientes.
ARIEL
No. Estoy pidiendo que separen su vida personal del trabajo.
ANDREA
No voy a cambiar mi estilo de vestir. Incluso me he comprado dos
calzones que...
ARIEL
Ustedes necesitan que esto salga adelante. Esta es su inversión. Yo solo
les estoy dando las pautas para que no les vaya regular sino excelente.
Confíen un poco en mí.
FABRICIO
Confiamos en ti. Por eso te daremos más tiempo para que organices
estrategias menos...
SERGIO
Nazis.
ANDREA
Y para lograr eso nos vestimos de negro. ¡Y, colorín colorado, los
clientes han llegado!
ARIEL
Ustedes entienden a lo que me refiero. Deberían tomárselo
seriamente.
SERGIO
Lo hacemos.
ARIEL
Esta no es su casa. Tampoco es un hogar. No lo vean así, porque eso les
ha hecho perder el horizonte.
SERGIO
¿Cómo así?
ARIEL
Miren, les daré un ejemplo concreto. Ustedes están tan metidos en
sus asuntos privados que ni se han percatado de que hay objetos
personales, como los cuadros de sus amigos, exhibidos en el salón.
¿Qué tienen que hacer ahí? Nada. No tiene sentido. Los clientes
vienen y encuentran una especie de altar en la sala de espera. Hay que
sacarlos porque distraen. Ese tipo de cosas distraen.
FABRICIO
De ninguna manera.
FABRICIO
Vuelvan a trabajar todos. Se acabó la reunión. ¡Vamos! A trabajar.
ANDREA
Fabri, ¿no tienes clientas que atender?
Fabricio no contesta.
ANDREA
Fabri.
FABRICIO
Parezco un anciano.
ANDREA
Estás muy bien. ¿Por qué dices eso?
FABRICIO
Me siento un anciano.
ANDREA
Manejar un salón es muy estresante para cualquiera, y con todos estos
líos que tenemos es... Pero no te tenses, que te vas a arrugar.
ANDREA
Yo prefiero tener toda clase de problemas aquí, que tener una «vida»
como tú dices afuera y no sentirme segura.
FABRICIO
¿Cuándo nuestras vidas se volvieron así de complicadas?
ANDREA
Cariño, es circunstancial. Además...
Ingresa Sergio.
SERGIO
La señora que se está haciendo masajes ya acabó. Desea que le des
unos tips para su cambio de color, Fabri.
SERGIO
¿Qué te dijo?
ANDREA
No entendí.
SERGIO
Ven, ayúdame un ratito.
Escena 6
Han pasado varios meses. Ariel ingresa al local hablando por celular, muy preocupado, con
unos documentos en la mano que luego guardará hasta conversar con Fabricio. Durante la con-
versación por teléfono se choca con la planta de Fabricio que está bastante más grande, y decide
ponerla en el piso para que no estorbe.
ARIEL
No, no soy Fabricio. Soy Ariel, uno de sus asistentes..., pero el
documento que han enviado... (Entra una llamada al fijo del local y
contesta, dejando en espera la otra llamada). Salón Belleza y Estilo, buenas
tardes. ¿Qué servicio desea realizarse? Perfecto, a las cinco. No hay
problema, muchas gracias. (Cuelga el teléfono del local y regresa a la
llamada por celular). Disculpe. Sí, como le decía, hemos recibido un
documento de la municipalidad y yo quería saber con qué área puedo
conversar para que podamos... ¿Aló? ¡Aló!
ARIEL
Qué bueno que llegaste. Quería conversar un momento contigo.
FABRICIO
No estoy para atender a nadie ahora.
Silencio.
FABRICIO
Vengo del velorio de mi amigo Gonzalo.
ARIEL
Él es Gonzalo con Sergio, y...
FABRICIO
Y yo.
ARIEL
No te reconocí. Discúlpame.
FABRICIO
Antes era más gordo.
ARIEL
Cuenta conmigo para lo que necesites.
FABRICIO
De ser ese el caso, necesito entender. Hoy sentado mirando el cajón
de mi amigo sentí la muerte tan cerca. La muerte siempre me rodea.
Me aprisiona. Me recuerda a gritos que somos efímeros. Yo sé, todos
en algún momento moriremos. Pero hoy con Gonzalo no lo logré
entender.
FABRICIO
¿Qué loco, no? Venir a la vida esperando, qué sé yo, tantas cosas. Y
de pronto te dicen: No, para, compadre, aguanta. Mira, tienes esta
enfermedad de mierda, es un virus. Sigue tu tratamiento, es superfácil,
ARIEL
¿Qué proyecto?
FABRICIO
Ese virus. Un virus. Un pequeño virus que entra por tu sangre. Desata
una bomba de tiempo en tu cuerpo. En un par de años empieza a
hacer estragos y tú no te das cuenta. ¿Cómo este pequeño virus puede
acabar con la vida de alguien?
ARIEL
Virus.
FABRICIO
Como el VIH. ¿Es realmente ese pequeño virus el que acaba con la
persona que lo tiene?
ARIEL
Con las defensas del cuerpo.
FABRICIO
Acaba con el cuerpo, sí, pero no con el alma. Yo veo que el alma
se desvanece mucho antes. Cuando una persona se enferma no es
culpa de nadie. Pobre joven, le dio cáncer. Pobre señora, tiene un
tumor maligno. Pero cuando tienes VIH las personas te culpan. Estás
enfermo y a punto de morir porque tú quieres. Es tu culpa. No vales
nada. Eres un simple apestado sin alma. ¿Qué me querías decir?
ARIEL
Ve a descansar. Yo me puedo ocupar de todo.
Escena 7
Horas después, Andrea llega al local con efectos de alcohol. Sergio la sostiene para que no se
caiga. Andrea llama a Fabricio desde antes de entrar a escena.
ANDREA
¡Fabri! ¡Fabricio! ¡Hemos venido a seguir brindando contigo! (Ríe).
¡Por nuestro futuro! ¡Por el salón! No. Porque no nos va bien. ¡Por la
vida! Espera, vengo de un velorio. ¡Por mí! Brindemos por mí.
FABRICIO
¡Dejen de gritar! Andrea, basta de escándalos, ¿quieres?
Andrea coge el vaso que Ariel le alcanzó antes a Fabricio y le sirve alcohol.
ANDREA
¡Brindemos por nosotros! Toma, Fabricio. (Le alcanza el vaso).
SERGIO
No, Andrea, deja eso. Estás incomodando a Fabricio.
ANDREA
¿En qué momento nos volvimos tan aburridos? Y tú no debiste irte.
¿Acaso quieres estar solo?
ANDREA
¿Y qué hacen acá juntos los dos solos? Juntos solitos, juntitos...
SERGIO
Ven, Andrea. Siéntate, no te muevas. ¿Sí? Ya se te va a pasar.
ARIEL
Sergio, ¿podemos...?
SERGIO
Ariel, por favor, ¿me puedes alcanzar un vasito con agua para Andrea?
ARIEL
Sí. Claro.
FABRICIO
¿Qué te has metido, Andrea?
SERGIO
Qué no se ha metido es la pregunta.
ANDREA
Toma. (Le entrega unas pastillas a Fabricio). Te van a hacer muy bien,
créeme.
ANDREA
Son calmantes, no drogas. ¡Por dios!
SERGIO
La verdad no esperaba que otra vez desaparecieras.
Andrea se levanta, canta y se mueve a un ritmo sin sentido. Sin percatarse, casi bota el bol con
la plantita de Fabricio.
ANDREA
La la la, la comadreja dormía callada, la comadreja moría callada, la
comadreja asesinada, la comadreja.
FABRICIO
¡Silencio, Andrea! ¡No seas irrespetuosa!
Fabricio coge el bol con la plantita. Ariel regresa otra vez sumamente preocupado.
SERGIO
¿Estás bien?
ARIEL
(Guarda los papeles). Sí. Solo que... hay una señora que quiere confirmar
la cita de las ocho de la noche con Fabricio y Andrea, para su hija que
se va a casar.
FABRICIO
Invéntate lo que sea y cancélale.
FABRICIO
¿Pueden dejarme un rato tranquilo? ¡Todos!
ANDREA
(Canta). La comadreja dormía callada, la comadreja moría callada, la
comadreja asesinada, la comadreja.
FABRICIO
¡Andrea! ¿Por qué no estás en tu casa? Estás haciendo el ridículo acá.
SERGIO
Andrea está aquí porque yo la traje y tiene todo el derecho a venir
cuando quiera.
FABRICIO
¡Entonces que se calle! Es mejor que vuelva al velorio de Gonzalo. No
debí venir para acá.
SERGIO
No, Fabricio. Ya acabó todo. Ariel, debemos cancelar los servicios que
no sean citas de hoy y, bueno, deriva las citas a los otros chicos. ¿Me
podrías ayudar con eso, por favor?
ARIEL
Por supuesto.
Ariel camina hacia la recepción, se detiene un momento y regresa hacia donde está Sergio.
SERGIO
¿Qué estás hablando?
ANDREA
¡Comadrejas!
ARIEL
Es una orden municipal. Acá dice (lee el papel) por falta de
documentación en regla, manejo inadecuado de objetos inflamables,
mal cableado, poca señalización de zonas de emergencia, falta de
pago de arbitrios y porque no cuenta con un seguro contra incendios
vigente.
FABRICIO
¿Cómo saben que no pagamos el seguro?
SERGIO
¿No pagamos el seguro? Pero si yo te avisé, Fabricio.
FABRICIO
Sí, lo sé, pero la plata se tuvo que destinar para otra cosa. Tú
entiendes, Sergio.
SERGIO
No nos pueden clausurar así. Nos tendrían que haber notificado antes.
ARIEL
Nos han notificado antes.
SERGIO
¿Y por qué yo no sabía nada?
ARIEL
Se lo dije a Fabricio.
FABRICIO
¿Para qué alarmarte si de una u otra manera lo iba a solucionar? Tarde
o temprano íbamos a estabilizarnos.
SERGIO
¿Pero tenías el dinero reunido?
ARIEL
Ustedes saben que cuentan con mi apoyo. Pero no sé de dónde
podríamos conseguir el dinero.
SERGIO
Voy a intentar ordenarme.
ARIEL
Lo sé, pero tenemos 72 horas para regularizar los pagos. ¿No existe la
posibilidad de un préstamo? ¿Crédito?
SERGIO
Existe un dinero que cada cierto tiempo recaudamos. Es una buena
cantidad...
ARIEL
¿Qué dinero?
FABRICIO
Nada, dije lo que sea. Creo que tengo fiebre.
SERGIO
Fabricio, tomate un Panadol Antigripal y ve a dormir. Yo arreglo esto
con Ariel.
FABRICIO
¡Es mi salón, Sergio! Ariel está actuando como un completo idiota al
hablar de dinero y cuentas en un momento como este.
SERGIO
Sí, pero tu luto no tiene por qué atacarnos a nosotros.
FABRICIO
¿Por qué me hablas así?
ARIEL
Por favor, ¿podemos por esta única vez enfocarnos en lo trascendente
de la situación?
SERGIO
En verdad, Fabricio, ¿qué carajo te pasa? Mira todo lo que está
pasando a tu alrededor. ¿No te das cuenta de que estamos cagados?
SERGIO
Y tú sí.
ANDREA
Acaban de llegar a armar el escenario para la fiesta.
ARIEL
¿Qué fiesta?
FABRICIO
Tengo VIH. Lo tengo hace más de cinco años.
Silencio.
ANDREA
¿Pero por qué no lo dijiste antes? Bueno. (Pausa. Andrea respira
profundamente intentando recuperarse de su estado). ¿Pero te estás tratando?
Eso es lo importante. Claro, te estás tratando y no encontraste el
momento para decírnoslo, ¿no?
Silencio.
FABRICIO
No.
ANDREA
Bueno, cada uno reacciona distinto. Algunos no lo dicen al inicio.
ANDREA
Sergio, Fabricio está hablando sin sentido. ¿Puedes decirle algo?
FABRICIO
No, Andrea. Yo no soy Gonzalo. Yo no voy a luchar y terminar como
él.
ANDREA
Fabricio, nosotros sabemos cómo tratar esto. Gonzalo era doce años
mayor que tú. Cuando él empezó la ciencia era distinta, todo era
distinto. Además, en su caso había complicaciones hereditarias. ¿Por
qué te estas comparando con él?
FABRICIO
Tú no entiendes. ¡No me miren así! Vamos a seguir con la fiesta.
Tenemos que seguir con el proyecto y...
ANDREA
(Intentando recuperarse y no trabarse al hablar). Sergio, explícale a Fabricio
que en este momento es más importante que él entre en razón. Él es
primero. Luego vemos su proyecto. ¡Díselo!
SERGIO
Váyanse todos a la mierda.
Sergio sale.
ANDREA
Ariel.
ANDREA
¡Ariel!
ARIEL
Un momento.
ANDREA
Ariel, por favor, ¿me puedes...?
ANDREA
Ariel, ¿tienes la llave del almacén?
ARIEL
No.
ANDREA
Yo te la di y necesito sacar un felpudo nuevo.
Silencio.
ANDREA
¡Oye! Te estoy hablando.
ARIEL
Nada. Estoy sacando cuentas.
ANDREA
Sí, pero también me estás ignorando.
ARIEL
Prefiero no hablar.
FABRICIO
¿Por qué?
ARIEL
No entiendo por qué siguen empecinándose en hacer una fiesta en un
momento como este. No tiene ningún tipo de lógica.
FABRICIO
¿Creo que podemos confiar en ti, no?
ARIEL
Sí.
ARIEL
¿Hacen fiestas? Pero, Fabricio, estás enfermo.
FABRICIO
Hacemos fiestas para recaudar fondos para ayudar a las personas con
escasos recursos que tienen VIH.
ARIEL
Pero ahora debemos enfocarnos en que te cures más que en otra cosa.
FABRICIO
¿Ves cómo automáticamente soy un simple apestado?
ARIEL
No, Fabricio. Al contrario, me preocupo por tu vida.
FABRICIO
Nos van a clausurar. Toda una vida de esfuerzo por salir a delante se
terminó.
ARIEL
Lo importante es que te cures.
FABRICIO
Durante toda la vida uno lucha por un sueño o por un ideal. Yo
marqué mi ideal, algo ambicioso, sí, seguramente, pero era mi ideal.
Tener VIH es realmente una reverenda mierda, pero tener VIH y ser
pobre, pobre de verdad, Ariel, no como tú, ni como ahora yo.
FABRICIO
Soñaba con ayudar a estas personas doblemente castigadas por la
vida. Claro, nunca pensé que yo sufriría lo mismo. Jamás imaginé que
siendo como soy y haciendo lo que hago me pasaría a mí lo mismo y
peor.
ARIEL
¿Por qué no se lo dijiste a nadie?
FABRICIO
¿Cómo, Ariel? Si yo soy la cabeza de este proyecto, yo hablo de
afrontar sin miedo lo que les sucede, les hablo de fortaleza, de lucha,
les prometo que el dinero no será un obstáculo, porque para eso
estamos nosotros con nuestras recaudaciones. Les mentí, les fallé.
¿Cómo digo que yo también tengo miedo? ¿Por qué si siempre dije que
lo mejor era hablarlo y tratarlo, y yo no pude? ¿Por qué lo encuentro
sumamente injusto, Ariel?
ARIEL
No puedes juzgarte a ti mismo. Fue algo que escapó de tus manos.
FABRICIO
¿Por qué yo? ¿Es una maldición? ¿Por qué merezco todo esto si soy
un buen ser humano? Me he sacrificado por los demás. Mira todas las
barbaridades que estoy diciendo. Yo no soy mejor que nadie, yo no
soy lo que yo esperaba de mí mismo. Me doy vergüenza a mí mismo:
hablé de tomar la sartén por el mango y tiré la toalla desde el primer
momento.
ARIEL
Sí, disculpa. Ya me lo llevo. Fabricio...
FABRICIO
Verdad, se te ha hecho tardísimo. Si te tienes que ir, anda nomás. No
me tienes que explicar nada de lo que me contaste hace un momento.
(Fabricio hace un gesto a Ariel para que le siga la corriente con Andrea).
ARIEL
Sí. No. Me puedo quedar un rato si me necesitan.
ANDREA
¡Ariel quiere hacer pijamada en el salón!
FABRICIO
Ve a descansar. Ya tuviste suficiente. ¿O necesitas algo?
ARIEL
No, yo estoy bien.
ANDREA
No te creo nada. Yo te conozco. Dinos qué tienes.
ARIEL
No tengo adónde ir. Pero, Fabricio, yo quería terminar la conversación
diciéndote que...
ARIEL
Es que ya no me alcanza. Entre la universidad, los servicios, la comida
y el pasaje, ya no tengo para el alquiler.
FABRICIO
¿Y cómo has estado haciendo?
ARIEL
Me atrasé y mi arrendatario está molesto. Como ya van a ser tres
meses, me escondo de él en casa de un amigo o un familiar para que
no me cobre. Solo que hoy no coordiné con nadie.
ANDREA
Nos hubieses dicho.
ARIEL
Llegué con esa intención, pero...
FABRICIO
Pero te abrumamos con nuestros problemas.
ARIEL
Voy a llamar a un amigo que vive cerca.
Ariel hace ademán de irse y se acerca a Andrea para llevarse sus maletas, pero Andrea no se
las da.
ARIEL
No, imposible.
ANDREA
Hay mucho espacio arriba. Yo hago que te sientas como en casa.
ARIEL
Muchas gracias. Entonces..., acordemos un monto mensual.
FABRICIO
No tienes que pagar nada. Te dije que este no era un simple salón
de belleza, ¿recuerdas? Este es un hogar, con belleza y estilo, pero un
hogar.
ANDREA
Yo te ayudo a decorar tu habitación, ¿ya? Voy a llevar tus cosas.
ARIEL
Gracias, Fabricio, pero insisto en aportar. Incluso creo que no es el
momento de cargarte con problemas. Al contrario, debemos darte
soluciones o buscarlas al menos...
FABRICIO
Bueno, hay una fiesta que terminar y si seguimos en esto no podremos
hacerla. Puede que sea la última que podamos realizar.
ARIEL
¡Eso! ¡Las fiestas! ¿Y si volviéramos pública la verdadera razón de estas
fiestas? ¿Si le dijéramos al mundo lo que estás haciendo aquí? Estoy
seguro de que hay más gente como tú comprometida con esta causa.
ANDREA
El problema es que este tema es muy delicado, Ariel. Cuando le
dices «ayuda» a la gente, quiere saber a quién ayudas y tienen todo el
derecho de saberlo.
ARIEL
Les explicamos que es para personas con VIH que necesitan apoyo.
No damos más información. No identidades, por lo menos.
FABRICIO
No es tan sencillo, Ariel. Van a hacerse preguntas.
ANDREA
«¿Por qué en un salón de belleza?». «¿Cómo vamos a comprobar que
realmente donan ese dinero?». «¿Y si esos cabros solo quieren llamar la
atención con la fiesta?».
Sergio regresa y entra a escena con los ojos llenos de lágrimas. Abraza fuertemente a Fabricio.
FABRICIO
Ya, tranquilo. Tranquilo.
ARIEL
Tienen que confiar en mí. Yo tengo algunos contactos en la prensa.
Podemos encontrar auspicios. Mediatizar esta obra humanitaria nos va
a beneficiar. Denme un mes. Haremos un gran evento.
ANDREA
¿Hacer otra fiesta más?
SERGIO
Ariel, fuera de estas paredes las cosas no se solucionan tan fácil.
ARIEL
Es que es una buena causa. No hay cómo fracasar. Ustedes tienen
buenas intenciones, pero no tienen a alguien que mediatice y organice
todo para lograr una mejor recaudación. Yo he aprendido eso en la
universidad.
FABRICIO
No es así de sencillo.
ARIEL
Miren, igual estamos por perderlo todo. Si no conseguimos recaudar
el dinero de algún modo, nos van a clausurar y sin local no tenemos
fiestas. Y yo me quedo sin casa antes de que Andrea empiece a decorar
mi habitación. Un último intento. Hagamos hoy esta fiesta tal y como
la organizaron, pero no se desalienten con los resultados. El próximo
mes tendremos el megaevento. El próximo mes vamos a lograrlo.
FABRICIO
Hagámoslo.
SERGIO
Arriesguémonos.
ANDREA
¡El maestro! Ya debe haber terminado de instalar las luces.
Apagón en el escenario.
Escena 9
Luces de colores iluminan al público. Suena una canción pop. Se escucha la voz de Ariel desde
un micrófono.
ARIEL
Buenas noches y... ¡bienvenidos a la fiesta sexy pop del siglo! Les
agradezco infinitamente su presencia masiva. Esta noche nos
acompañan grandes marcas auspiciadoras. Tendremos barra libre
con vino y pisco del viñedo iqueño Lobendo. También tendremos
sushi all you can eat de nuestros amigos de Zelki. La pista de baile, la
iluminación y el DJ llegan gracias a Gorben Producciones y Asociados.
Y, sin más, recordarles que este evento profondos llega gracias a la
producción general de nuestro salón Belleza y Estilo, el cual, con
mucho esfuerzo, mes a mes realiza estas fiestas para apoyar a las
familias de escasos recursos que luchan día a día contra el virus del
VIH. Esta vez hemos decidido tirar la casa por la ventana. Gracias por
su asistencia y sobre todo por su colaboración con este megaevento.
Con ustedes nuestra ya conocida fiesta temática «¡Sexy pop en inglés!».
Cambio de luces. Ingresan los bailarines desde el público hacia el escenario y hacen una coreo-
grafía con la canción «Lady Marmalade» de Christina Aguilera.
ARIEL
Sexo homosexual, desenfreno, odio entre la comunidad gay. Basura.
Basura. Basura.
Andrea entra y hace un sonido. Ariel se percata de la persona que está de espaldas.
ARIEL
Disculpe, señor, no hay atención. ¿No ve que el local está clausurado?
ANDREA
Así parece.
ARIEL
Andrea.
ANDREA
Andrés, Andrés Prieto de la Rosa.
ARIEL
Discúlpame, es que así no te reconocí.
ANDREA
Deja de ver esas estúpidas noticias.
ARIEL
No puedo. No quiero. Es que no lo entiendo. ¿Cómo...?
ANDREA
Fabricio está internado.
ANDREA
No. No he podido.
ARIEL
Yo te llevo.
ANDREA
Es decir, no he querido verlo. No así.
ARIEL
Andrea...
ANDREA
Yo conocí a Fabricio hace más de quince años. No puedo verlo ahora.
No puedo. (Llora).
Ariel la abraza. Se prende una luz que solo ilumina en el costado del escenario a Fabricio y a
Sergio en un pasillo de una clínica.
SERGIO
Por supuesto que vas a lograrlo.
FABRICIO
Y podremos seguir con nuestro proyecto.
SERGIO
Vamos a salvar el local. Andrea va a tener el nuevo maquillaje que
tanto necesitaba. Ariel va a ser nuestro jefe de marca de manera
profesional. Vamos a tener muchos clientes. Muchísimos.
FABRICIO
Podríamos hacer una fiesta con la temática al estilo Grease. Con batido
en el pelo. Con milkshake de chocolate gigante para todos.
SERGIO
Y tú bailando como John Travolta.
ANDREA
Al día siguiente, cuando me levanté, me encontraba en una casa
muy precaria, acostada en un mueble. Fabricio me empezó a hablar
mientras Sergio me servía un té. Me explicaron que me encontraron
tirada en la calle. Que me tenían que llevar a una clínica, pero no
tenían plata en ese momento y además se morían de miedo de
llevarme por cómo estaba vestida.
FABRICIO
Tal vez no pueda bailar.
SERGIO
Sí. Hacemos la coreografía de «Tell me more» cuando ya estés
recuperado. Vas a ver que todo saldrá bien.
ANDREA
Dos angelitos con ese extraño don para ayudar. Ese don es cada
vez más extraño en estos días. Dos angelitos que aparecieron en el
peor momento de mi vida. Dos angelitos que, sin pedirme nada, me
ayudaron. ¿Quién hace eso por alguien que no conoce?
SERGIO
Te amo, Fabricio. Quédate conmigo, por favor.
FABRICIO
Juntos. Siempre juntos.
ARIEL
De verdad creí que funcionaría mi plan. Hice todo como debía
hacerlo. No había forma de malinterpretar nada. ¿Cómo pudieron
tergiversar todo de esta manera? He llamado a las editoriales, ¿sabes?
ANDREA
No deberían de gastar su tiempo en eso.
ARIEL
Conversé seriamente con cada editor de cada publicación. Les dije que
sin fundamentos no podían decir toda esa sarta de mentiras sobre una
acción benéfica y sobre Fabricio.
ANDREA
¿Y qué te dijeron?
ARIEL
En resumen, que ellos podían publicar lo que quisieran, pues son solo
diarios sensacionalistas y no el servicio secreto de inteligencia. Uno se
atrevió a contestarme que él sabía cómo hacer que su periódico venda
tanto y que si yo podía contar una historia que llame más la atención al
público que la suya, pues adelante, me daba empleo. ¿Te das cuenta?
ARIEL
¿Pero cómo que era lo más lógico? ¿Viste las noticias? Andrea, yo solo
tenía la intención de ayudar.
ANDREA
El infierno está lleno de buenas intenciones.
ARIEL
¿Crees que nos vamos a ir al infierno?
ANDREA
Este es nuestro infierno. ¿No lo ves? Nuestra cruz por ser distintos.
ARIEL
Por amar distinto.
ANDREA
Cualquier cobarde abre las piernas, pero solo los valientes abren el
corazón. Fabricio siempre lo decía. (Pausa). Realmente no quisiera
estar en pellejo ni de Fabricio ni de Sergio en este momento. Creo que
tampoco quiero estar en el mío.
ARIEL
Igual te ves hermosa. Te quiero mucho.
ANDREA
Tengo mucho miedo de quedarme sola.
ARIEL
Yo te voy a cuidar, ¿sí? Pero ahora debo ir a ver a Fabricio.
ARIEL
No me voy a esconder en este momento y tú menos. Vamos a ir juntas
(Ariel acentúa la letra A mientras le pone una vincha en la cabeza y le da un
beso en la frente) a cuidar a Fabricio.
Escena 11
Tres meses después la planta que sembró Fabricio está muerta en el escenario. El salón casi des-
ocupado y muchas cajas alrededor. Las cajas al lado derecho tienen una hoja blanca pegada que
dice «Frágil». Las cajas a la izquierda tienen una hoja blanca pegada que dice «Basura». Sergio
selecciona las cajas de mudanza que no tienen ningún papel pegado con la palabra «Frágil» o
«Basura», según corresponda. Abre una caja en la que encuentra los cuadros de Fabricio. Los
saca y mira con detenimiento uno de ellos. Cierra rápidamente la caja y se desespera. Andrea,
fuera de escena, conversa con él.
SERGIO
No importa si mezclas algunos productos en las cajas. Igual al llegar
los vamos a revisar.
ANDREA
Sí, pero vamos a perder mucho tiempo haciendo eso. Déjame que las
ponga de manera ordenada.
SERGIO
Solo hazlo rápido. Pretendo salir de aquí lo antes posible.
ANDREA
Sergio, por favor, no tenemos que irnos hoy mismo de aquí.
ANDREA
Ni hablar, pero no es fácil hacer una mudanza en tacos.
SERGIO
Podrías habértelos quitado.
ANDREA
Antes muerta que sencilla.
Ariel llega.
ARIEL
¿Qué es todo es...?
SERGIO
Se vendió. Por fin.
ARIEL
Hemos tenido algo de suerte. Habrá que llamar a un camión de
mudanzas. Mañana puedo ver ese tema.
SERGIO
No es necesario. Ya estamos terminando de empacar.
ARIEL
Pero no puedes hacer una mudanza tan rápido. Si recién hoy has
podido vender el salón, debes...
SERGIO
Hoy es el día. Hace ocho meses estamos intentando que nos compren
el local y hoy lo han hecho, así que hoy me voy de acá.
ARIEL
De todas formas, no debemos hacerlo todo a la loca y desorgani...
SERGIO
¿Ahora qué vas a hacer? ¿Necesitas que te consiga donde vivir? Yo creo
que podría preguntar a algunos amigos si por un tiempo...
ARIEL
No, Sergio. De eso no te preocupes. Ya he estado buscando.
SERGIO
Sí, pero no te avisé con tiempo y ahora te estoy dejando en la calle.
ARIEL
Despreocúpate y muchísimas gracias por los meses que viví gratis.
Jamás pensé que conocería gente tan buena como ustedes, pero yo
puedo resolver mis cosas ahora.
SERGIO
¿Te fue bien en la entrevista?
ARIEL
Sí. Parece que le caí bien al jefe. Me dijo que estaban interesados en
mí. Tengo una segunda entrevista en cuatro días con el directorio.
ARIEL
¿También piensas hacerme la lonchera cuando trabaje?
ANDREA
Si me lo pides, claro que sí.
SERGIO
¿Azul o verde?
ARIEL
¿Perdón?
SERGIO
Estoy pensando en el color de mi nuevo local. ¿Azul o verde?
ARIEL
¿Van a abrir un nuevo local? ¿Dónde?
SERGIO
Azul. Es un color frío. Me agrada.
ARIEL
Tengo esto para ti. No es mucho, pero tómalo. Sé que lo necesitas más
que yo.
SERGIO
Tú no tienes donde vivir, Ariel.
SERGIO
Voy a abrir un nuevo salón de belleza en Cajamarca, la provincia
donde nací. Lo prefiero así, lejos de la ciudad, la bulla, los pagos de
arbitrios exorbitantes...
SERGIO
Este nuevo salón va a ser azul. Azul con tonos grises. Tal vez un poco
de verde agua para combinar los colores.
ARIEL
Se van a ver muy bonitos los cuadritos allá.
SERGIO
Se van a quedar acá. Ya no me interesan.
ARIEL
No es justo todo esto.
SERGIO
Justo, no justo. Da igual. No nos hagamos las víctimas. Odio que nos
hagamos las víctimas. Asumamos siempre nuestras responsabilidades.
Silencio.
SERGIO
Dejaré el estilo vintage. Bueno, supongo que este es el adiós.
ANDREA
No va a dar marcha atrás, Ariel.
ARIEL
Yo voy con ustedes. En un par de semanas acabo la universidad y voy.
Me van necesitar, vamos a trabajar los tres juntos...
SERGIO
No, Ariel. Tú tienes tus propios sueños. Persíguelos.
ANDREA
No seas tan duro.
ARIEL
Mi sueño era pagarme la universidad y llegar a ser comunicador.
Ahora que ya lo soy, quiero decirle al mundo todo lo que ocurrió en
este lugar.
ANDREA
Ya no nos necesitas.
ARIEL
Hace mucho tiempo que dejé de necesitarlos, Andrea. Ahora solo los
quiero. Son mi familia.
SERGIO
Basta.
SERGIO
Estamos recomponiendo con Andrea. Así que no me atormenten, no
me pregunten, no sé cómo, pero vamos a hacer que esto funcione. Un
nuevo salón, un nuevo negocio, el mismo objetivo. Es lo único que sé
hacer y aquí ya no puedo.
Ariel le pone el papel blanco con la palabra «Frágil» a la caja de los cuadros.
ARIEL
Sergio, Fabricio va a estar siempre con nosotros.
Ariel le alcanza la caja a Sergio, que cierra los ojos llenos de lágrimas.
SERGIO
¿Dónde, Ariel? ¿Dónde? ¿En estas cajas? ¿En estas paredes? ¿En esta
miserable planta que se marchitó? A pesar de haberla regado todos
los días desde que Fabricio nos dejó. ¡No está, Ariel! Se fue, aunque yo
lo sienta y lo vea. ¡No está! (Pausa). Si él no lo logró es porque estaba
quebrado y yo no lo vi. No estoy hablando de su estúpida enfermedad.
Hablo de su pena y su cansancio por la vida. No lo vi. Estaba enfocado
en el dinero para salvar a otras personas y no lo salvé a él.
ARIEL
Entonces no abandones lo que queda.
SERGIO
Esto se terminó, Ariel. Voy a empezar de cero sabiendo perfectamente
cómo debo vivir y tú debes hacer lo mismo con tu vida.
ARIEL
A diferencia tuya, yo no sé cómo vivir mi vida ahora.
SERGIO
¿Saben algo? Algunas veces solo cierro los ojos, dejo de pensar y sueño.
En ese sueño ideal estas tú, Andrea, radiante, con tu nuevo maquillaje
finísimo enseñándonos de qué manera vernos espectaculares. Ariel,
tú estás feliz porque te han entregado tu diploma de bachiller. Yo
estoy observando que el estado de cuentas del salón está en verde y
Fabricio vive y solo sonríe mientras nos mira orgulloso. En mi sueño lo
logramos. ¡Lo logramos! Salvamos el salón, salvamos nuestro proyecto
de ayuda y por sobre todo nos salvamos a nosotros. (Sergio cierra la caja
con los cuadros). ¿Y ustedes? (Mirando al público). ¿Aún sueñan?
-FIN-
«Me sigue doliendo mucho, pero me has hecho más fuerte. Te perdono.
Me perdono».
¿Qué variaciones surgirán del alma del espectador luego de este con-
cierto?
Ficha técnica
Manicomio, concierto para crecer se presentó en setiembre de 2018, dentro
del V Festival de Egresados Escena Sur de la Carrera de Artes Escénicas
de la Universidad Científica del Sur, en el Teatro de la Alianza Francesa
de Miraflores. El equipo artístico y técnico fue el siguiente:
Elenco
Luis Coloma – Luis
Axel Rengifo – Axel
Humo. Luz. Luis y Axel tocan mientras entra el público. Luis los mira. La música se genera
con un cajón y luego con guitarra, pandereta, armónica y maracas. Tono lento. La tonada se
expande. Terminan.
LUIS
Gracias.
escena 1
Música 2. Bienvenida.
LUIS
Gracias por estar aquí. Hoy es un día muy especial. De verdad muchas
gracias por venir. Hoy en este lugar es día de visita y todos ustedes
están aquí visitándonos. ¡Qué lindo! Gracias, mamás; gracias, papás;
gracias, amigos. Yo soy Luis y él es Axel. (Axel saluda). Lo conozco
desde los 5 años y es el mejor amigo que puedo tener. Está aquí
porque me va a ayudar a contarles algo muy importante. Cuando
yo tenía 5 años conocí a Axel y mi abuelo me regaló esta pelota. Me
dijo: «Toma, para que juegues». Desde ese momento esta pelota no
ha dejado de dar botes de arriba abajo, como un juego, como una
montaña rusa, como mi vida.
LUIS Y AXEL
¡Teletransportación!
LUIS
Y seguido de eso corríamos a toda velocidad hasta el otro extremo
del parque y ya estaba, nos habíamos teletransportado. Buscábamos
por todo el parque alguna rama caída para usarla de espada, para
defender, para pelear, para vencer a lo que nosotros pensábamos que
era el mal. Esta pelota era la bala de mi cañón, la lanzaba y salvábamos
al mundo, corríamos y salvábamos al mundo.
Fin de música 2.
Música 3. Madrugadas
LUIS
Estoy aquí en mi habitación con el mejor amigo. Íbamos jugando a
las guerras. Llegaba la noche eterna, usando linterna. La bienvenida
a la familia, la alegría pasándola bien. La despedida al atardecer. La
despedida y el amanecer.
El amanecer, el amanecer y el amanecer y el amanecer.
El amanecer y el amanecer y el amanecer y estábamos bien. Amigos,
estábamos locos, pues.
Eso somos. Ellos somos.
Fin de la música.
LUIS
Eso éramos a los 5 años. Inocencia, el principio de un viaje, un viaje
largo en donde luego fueron apareciendo las subidas y bajadas, las
curvas y los gritos.
Subía.
Subía, hasta los 8 años, el carrito de la montaña rusa en donde he
venido viajando. Subía.
Subía con inocencia. Subía con alegría. Subía con juego. Subía con
ilusión.
¿Ilusión?
¿Inocencia?
LUIS
Sábado 8 de febrero de 2003. Hoy vendrá Manuel... No, no, no,
Manuelito. (Saca un corazón de papel que está dentro del cuaderno y escribe).
Luis y Manuelito.
Tiempo, observa.
LUIS
¿Qué pasa, mami?... ¿Qué pasó, por qué me hablas así?... Nada... Estoy
jugando... Un juego, mamá... No te puedo mostrar... Porque no...
Pero..., pero lo hice de juego... Es una broma... De verdad... Es una
apuesta para el colegio. Un chiste... No estoy mintiendo... Pero, mamá,
no lo voy a romper, lo tengo que llevar al colegio para que lo vean
y... No te molestes... ¿Por qué me vas a sacar del colegio?... No estoy
haciendo nada malo... No es nada malo... No me grites, por favor...
Está bien... Está bien... No voy a volver a escribir sonseras... Pero no lo
voy a romper... No. ¿Por qué?... Ya, está bien, está bien.
Rompe el corazón de papel en dos y guarda en su bolsillo la parte que dice «Manuelito».
Música 4. Marcha
Suena el cajón, es una marcha. Luis ahora adopta una postura y voz militar.
LUIS
Batallón, firmes. Descanso. Atención.
¿Adónde vamos?
¡Al psicólogo!
¿Por qué?
¡Por maricón!
¿Por qué?
¡Porque mi mamá me quiere cambiar!
LUIS
Era un señor enorme y me daba miedo. La verdad, me hacía sentir
nervioso. Me decía:
—A ver, Luis. yo te voy a explicar. Las mujeres tienen vagina y
nosotros los hombres tenemos pene. Así es, no hay más.
Esperen, a los 8 años eso yo obviamente ya lo sabía. No entendía
por qué me tenían que llevar a que un completo extraño intentará
darme clases de Anatomía 1.0. Vagina más pene... Anatomía, ustedes
saben. Ellos pensaban que yo era un niño confundido, pero no. Yo
a esa edad ya sabía lo que me gustaba y lo que no. Desde el primer
recuerdo que tengo de mi vida he sabido que me gustan los niños y
no las niñas, pero para mi mamá las cosas no podían ser así. Bueno,
puedo imaginarla con miedo, tal vez confundida, muy preocupada.
Alguien inventó la palabra gay para describir a una persona que siente
atracción por alguien de su mismo sexo, y aún cuesta entender que
esto es algo normal, natural. Y tal vez su mejor manera de intentar
protegerme (con ironía) de no salirme del «carril» fue empezando a
tratarme con más firmeza. ¡Como varón!
LUIS
¡Me convertí en uno de los soldaditos de plástico con los que jugaba!
Tal vez así dejaría de pensar esas cosas.
LUIS
Manuelito. Mi abuelo siempre fue mi héroe, era la persona que
siempre me rescataba. Cada vez que él y mi abuela iban a visitarnos,
se quedaban todo el día y era divertido. Mi abuelo era muy gracioso.
Hacía tantos chistes que mi abuela y yo no dejábamos de reírnos. La
pasaba tan bien que el soldadito triste se convertía en sonrisa y luego
Tiene 8 años.
LUIS
¡No quiero volver a ser un soldado!
¡No quiero marchar!
¡No quiero seguir marchando!
Mi abuelo, como todo un héroe, se quedaba conmigo, seguía haciendo
bromas y no me dejaba llorar. Estar con él era algo que me hacía
sentirme protegido siempre. Como una magia que no se puede
describir en palabras.
—No llores, sonríe siempre y no te preocupes que el batallón descansa
esta noche.
Mi abuelo siempre quería verme sonreír y aun cuando tenía que irse
se quedaba conmigo por unas horas más, hasta que le pasaba la posta a
mi abuela.
Cuando estoy con mi mama el cadete sigue siendo niño, un niño
consentido al que le gusta que le cuenten historias, que le hagan
cosquillas, que le canten.
¡Los diez perritos!
Canta.
LUIS
Chistes, bromas, historias y reír, sobre todo reír y reír sin explicaciones
sobre el fin de los géneros, la humanidad, el procrear y el origen de los
árboles genealógicos.
Abuelo, tengo que dibujar un árbol genealógico, para entender que,
a pesar de que sea un árbol fragmentado, sus partes son unidas por la
biología.
Huevadas.
Suena la marcha.
LUIS
El bombo del batallón, como el ejército de mi madre: que resuena, que
grita y me rompe los tímpanos.
Batallón, gritos, ranas, planchas, marchas y clases de Biología que me
joden, que me cagan, que me cortan las alas, pero que no bastan y no
bastarán, no bastarán nunca.
escena 3
Luis dibuja en el árbol.
LUIS
A los 12 años empecé a hacerme muchas interrogantes. Una de
ellas era si existían personas que se sentían igual que yo. A esa edad
solo quería hablar con alguien, decirle cómo me sentía sin tener
que ocultarme. Para mi suerte mis papás acababan de comprar una
computadora. ¡El internet! Ahí empecé a buscar y encontré que no
estaba solo: había muchos chicos y chicas como yo que querían sonreír.
Finalmente conocí a Ariel, un chico un año mayor que yo. Me gustaba.
Nos gustábamos... Axel terminó enterándose de todo. Además, debía
saberlo y yo siempre le hablaba de él. Ella.
LUIS
Axel, necesito contarte algo... Es algo muy importante... Esteeee... ¿Te
acuerdas de pececita, la chica que te conté? Ahora sí te voy a decir
su nombre. Se llama Ariel... Sí, yo sé que es un bonito nombre, pero
cuando te lo conté estaba muy nervioso y no quería decirte cómo se
llamaba y en lo primero que pensé fue en la Sirenita de Disney y por
eso le puse ese apodo... La cosa es que pececita es... es un hombre.
Axel lo abraza.
LUIS
Axel es mi mejor amigo, nunca me juzgó por nada. Al contrario,
cuando me veía con Ariel me acompañaba. Axel siempre me ha
acompañado en todo, a pesar de todo. Por eso está aquí.
Ariel y yo éramos una especie de enamoraditos o algo así. Me decía
que en su casa todos sabían que él era gay y que no tenían ningún
problema con eso, lo apoyaban y hasta querían conocerme.
A esa edad deseaba tanto que mi mamá pudiera entenderme, pero yo
seguía siendo el cadete de su escuela militar, que debía estar siempre a
sus órdenes.
Luis y Axel.
LUIS
Cinco, cuatro, tres, dos, uno. ¡Feliz Año Nuevo!
Mami, quiero comenzar este 2007 contándote algo muy importante...
Ya no tienes que preocuparte más por mí. Voy a ser muy sincero
contigo... Te he estado mintiendo y no me gusta hacerlo, no quiero
hacerlo más... Mamá, yo no estoy mal, no estoy enfermo, hay más
personas como yo... A mí..., a mí..., a mí me gustan los chicos, mamá.
Tú lo sabes, y Ariel y yo estamos saliendo... En su casa todos saben y...
¿Por qué? Voy a seguir viéndolo, mamá. No me lo puedes prohibir...
¡Yo ya estoy grande, mamá!... A ver, quiero que me entiendas. Estoy
siendo sincero contigo... Es que yo soy así, mamá... Sí, pero las mujeres
no me gustan, me gustan los hombres... No me vas a cambiar... No
me puedes cambiar... ¿Entonces los chicos con los que he conversado
y entienden que no estoy mal también están enfermos, también están
locos? ¡Sí, mamá, porque tú eres la única que no entiende!... No
Un tono de cajón.
LUIS
Una semana después estaba sentado ahí, obligado. Entraron mis
padres primero, hablaron, salieron y luego entré yo. Se suponía que
después entraríamos los tres juntos, pero no quise. Entré, la psicóloga
me miró y me preguntó:
—¿Qué haces acá?
—No lo sé. Pero esto me parece una pérdida de tiempo. ¿Ya puedo
irme?
—Luis, acabas de sentarte y, bueno, estás sentado justamente ahí
porque tus papás quieren que vuelvas al camino correcto. Bueno, tu
mamá. Tu papá ni siquiera hablaba, así que no sé. Luis, lo que estás
haciendo no está bien. Tal vez estás confundido. Es normal que a tu
edad, a los 12 años, en la flor de la pubertad, cuando las hormonas se
disparan como locas, las confusiones sobre nuestra orientación sexual
sean normales. A ver, Luis: tú eres un niño lindo, lindo, lindo, y a los
niños lindos, lindos, lindos, les gustan las niñas lindas, lindas, lindas;
no los niños lindos. Es como que a un perro le guste un cocodrilo. No
pues, se acabó.
—¡Deje de explicarme las cosas que usted cree como si yo fuera un
tonto! Escúcheme, yo no estoy haciendo nada mal. Primero, usted ha
dicho que mis hormonas están disparándose como locas y, por ende,
debo deducir que yo también estoy loco. Segundo, me está juzgando
sin antes preguntarme cómo me siento. Y tercero, se lo diré: me siento
estúpido sentado aquí, me aburre escucharla. ¿No se supone que los
Música 5. Váyanse.
Zampoña.
LUIS
Me estamparon la marca de confundido mental y a los 12 años
regresó y se quedó. No se fue, me siguió por muchos años más. Las
curvas y bajadas de esa montaña rusa me llevaron a otros lugares, a
escena 4
LUIS
Como parte de mi rebeldía, a los 12 años seguí buscando en internet y
conocí un mundo diferente, el mundo real. Ese que, sin tener que salir
de mi internado militar, encontraba dentro de mi computadora, en el
mundo virtual. Ahí puedes encontrar todo lo que quieras: puedes ver
el mundo, podía ver el mundo. Conocía desde lo más bello hasta lo
más retorcido, oscuro, sombrío y macabro.
Ese mundo que no ves, pero en donde vives, donde sobrevives.
Esta vez me topé con un hombre mucho mayor que yo. Pensé: ningún
adulto a mi alrededor me toma en cuenta. Necesito hablar con
alguien que conozca esto, que me entienda, que me pueda orientar.
Hablábamos casi todos los días por internet, teníamos charlas enormes
sobre lo que es la vida y cómo se debería vivirla. Un día nos vimos.
—¿Adónde vamos?
—Te voy a llevar a ver algo muy interesante. No te asustes, no te
voy a hacer nada. A las ocho estamos de regreso y así tu mamá no se
preocupa.
Mentí, le dije que tenía 15. Pensaba que nadie querría hablar con
alguien de 12 años. Realmente me sentía muy solo y curioso por
conocer nuevas cosas, conocer el mundo. Ya no volví a ver a Ariel
nunca más y no sabía con quién hablar. ¿Axel? No sé. Me parecía que
era muy pronto para contarle cosas así. Es mi mejor amigo, pero no
sabía cómo tocar esos temas con él. Ya varios años atrás se me había
introducido un miedo extraño y espantoso a ser juzgado por mis seres
queridos. Y hablar con este nuevo amigo me hacía bien. Sabía que las
cosas serían diferentes. Confiaba en él.
Llegamos al centro de Lima. Era un edificio antiguo. La fachada se
veía horrible. Lo que sea que hubiera dentro no sería algo bueno.
Igual entramos por un pasadizo largo, negro y casi oscuro, solo
LUIS Y AXEL
¿Qué estoy haciendo aquí? Rojo.
¿Qué estás haciendo aquí, Luis? Rojo.
Soy un idiota, no debería estar aquí. Rojo.
Este señor me va a hacer algo. Este señor me va a matar.
No debí haberme visto con él. Rojo.
No, tranquilo. Él dijo que esto era un cine. Él es tu amigo.
Rojo.
No, él no es tu amigo. Esto no es un cine.
Esto no es un cine, Luis. Rojo.
¡Corre!
¡Sal de aquí!
¡Muévete, imbécil!
Solo Luis.
LUIS
Rojo, rojo, rojo, rojo, rojo, ¡ROJO!
Al final de ese pasadizo, al final del túnel, no encontré ninguna luz.
Solo negra, oscuridad negra.
Fin de la danza.
Escapé, puedo decir que escapé antes que fuera peor, que fue
demasiado espantoso estar ahí. Grité y siguió siendo espantoso.
Grité y vi cómo las macabras manos negras de ese lugar me seguían
persiguiendo.
No se fueron y me siguieron por muchos años más: por internet, por
teléfono, por las calles, por todos lados.
¡Largo!
¡Largo!
¡Largo!
Luis ha muerto.
Sus dedos hinchados están inertes, petrificados.
Como juguete de viuda exhala sin respirar, pero no.
escena 5
Acompañamiento musical. Sample 1. Cajón (festejo).
LUIS
¿Alguna vez han estado tan enamorados, mejor dicho, estupidizados
por alguien que para colmo ni siquiera les hace caso? Cuando esa
persona no te hace caso, ¿qué haces? Además de babearte la ropa,
claro. Bueno, simple: lo que sea. Como escribirle cartitas cursis en
papelitos de colores.
LUIS
«Ya sabes todo lo que siento por ti.
¿Ya entiendes por qué te miro así?
Tus ojos, tu boca, todo me hace feliz, no puedo dejar de pensar en ti».
Y si eso no te funciona, pues sigues ahí como un endemoniado
esperando una señal para actuar. A los 16 años babeaba por un
amigo del colegio e hice lo que sea para que se interesara en mí... Le
escribí cartas, le escribí poemas, le escribí canciones, lo dibujaba en
mis cuadernos del colegio, en mis cuadernos de High School Musical...
Mis cuadernos, además de estar llenos de ceros, estaban llenos de
corazoncitos pintados con lapicero rojo por todas partes. Un día, él
vino y me dijo:
—Luis, me han invitado a una discoteca, pero tengo miedo de ir. ¿Me
acompañas?
—Espera, ¿qué? ¿Que yo te acompañe?
Esta era mi oportunidad.
¡Bien!
Me arreglé, me puse más guapo y flaco que de costumbre y lo
acompañé. Obviamente, yo también me moría de miedo, pero
pensaba: «¡Hoy nos vamos a besar por fin! ¡Esta noche campeonas!».
LUIS
«Cada vez te siento más cerca de mí y ahora todo lo que hago y pienso
es en ti».
De verdad que yo le escribía esas cosas...
La última carta.
«You are all that I need, I need you in my life. You are all that I want, I
want you in my soul. You are all that I love».
Sí, también le escribía cosas en inglés, era el único curso que me
gustaba y aprobaba, así que de paso practicaba.
—¿A cuál discoteca iremos?
—A una en el centro de Lima.
Ah, mira tú. Qué lindo, que bonito... Qué exótico el centro de Lima,
me encanta, me trae muy buenos recuerdos.
—Bueno, vamos. Yo te cuido.
¿Yo te cuido? Yo era fan de High School Musical, me creía Sharpay. ¿A
quién podría cuidar?
Llegamos y estaba repleto de gente. No sé cómo logramos entrar si
éramos menores de edad. En la barra había hombres musculosos,
calatos bailando y yo no sabía adónde mirar... A la derecha un
musculoso calato, a mi izquierda el poto de un musculoso calato
bailando... Pero frente de mí estaba él: guapo, hermoso, radiante.
Bailamos un rato y de pronto la voz del DJ dijo:
AXEL
«Este domingo, este domingo en tu discoteca favorita, noche de
APAGÓN y perreo, perreo, perreo INTENSO».
Fin de reggaetón.
LUIS
Mami, soñé feo... No sé, una pesadilla... No lo sé, siempre sueño lo
mismo, pero cuando me despierto no recuerdo nada... Son todas las
noches, mamá... No, no lo sé... De verdad no sé por qué despierto
gritando... No me gusta la noche... Me da miedo la oscuridad... No
me ha pasado nada, mamá. Solo no me gusta, me da mucho miedo,
pero no sé por qué... No apagues la luz, ¿ya? O mejor no te vayas. Por
favor, no te vayas... Quédate... Quédate, por favor... ¿Puedo dormir
contigo?... Por favor... Quédate.
Humo. Luz. Luis y Axel tocan la música de los bongós y las maracas se expanden, terminan.
escena 6
LUIS
A los 18 años empecé mi primera relación amorosa. El internet de
alguna forma seguía siendo un refugio para mí y, a pesar de las
consecuencias traumáticas que me produjo, ahí conocí a quien sería
mi primer novio. Duramos casi tres años. Tres años de amor y de
tormento.
Él era fotógrafo y me quería mucho y yo a él. Me encantaba verlo
tomándome fotos. Lo admiraba. Después de un tiempo su exploración
artística empezó a cambiar. Ahora tenía temáticas sexuales, temáticas
eróticas, tomaba fotos de desnudos, y empezó a entrar en lugares de
sexo clandestino y hacer fotos ahí también. Todo lo que yo no podía
soportar. Vivía, sin quererlo, rodeado de esa mancha todos los días y
todas las noches, donde todo empeoraba. Las manos negras aparecían
para buscarme, para tocarme, querían volver a asfixiarme, querían
volver a taparme la boca y no dejarme gritar. No lo soporté más. Se lo
conté y me llevó a ver a un psicólogo.
Tercer psicólogo.
Un tono de cajón.
LUIS
Mire, yo intento hacer lo que usted me dice... Sí, cuando siento mucho
estrés hago esas respiraciones que me enseñó, pero no me funcionan...
No, no me funcionan... Usted no me está ayudando... Me ha hecho
como seis pruebas y no sé cuáles son los resultados. No me los quiere
decir. Lo único que me dice es: «Respira que todo llega a su tiempo,
paciencia»... ¡Me cago en la paciencia, yo ya perdí la paciencia!... Ya
no tengo tiempo... ¿Acaso no ve que estoy desesperado?... No sé cómo
dejar de tener miedo... No sé cómo dejar de tener pesadillas... No sé
cómo dejar de sentir que me persiguen cuando camino por la calle...
Música 8. Suicidio.
Un tono de guitarra.
escena 7
Saca una carta.
LUIS
Mami, después de todo este tiempo me he dado cuenta de que te
quiero mucho, que te amo, que tú eres la única persona que me puede
ayudar... Me han pasado muchas cosas, mamá. Ir al psicólogo no
Lee.
Música 9. Violación.
Tono de ukelele.
LUIS
Mamita querida, mamita adorada, por mucho tiempo mi vida se ha ido
manchando de mierda, una mierda, espesa, apestosa y realmente fea.
Mamita querida, mamita adorada, tengo mucho miedo de seguir así,
de despertar asustado, golpeando, llorando y morirme de pena.
Mamita querida, mamita adorada, en las noches tengo pesadillas y
despierto gritando, y es porque sueño con unas manos negras que me
siguen, que me atrapan y ya no puedo soportarlo.
Ayúdame, mamita querida, mamita adorada, mírame, estoy
sangrando. Quisiera gritarlo, ayúdame a soportarlo, ayúdame a
olvidarlo.
Mamita querida, mamita adorada, hay algo dentro de mí que me
destruye, que me quema, que me pesa.
Mamita querida, mamita adorada, quiero decirte que... que... que...
Se mancha la ropa de rojo.
Tono de ukelele.
LUIS
Decirle a mi mamá que a los 16 años sufrí una violación, que las manos
negras finalmente me alcanzaron, que tenía miedo, que no quería que
nadie se enterara, que me culpara, que por mucho tiempo pensé que
De la bolsa de tela que está en una de las raíces del árbol saca y arroja envoltorios de pastillas
como pica pica que está dentro. Rumba. Baila.
LUIS
¡Primer psiquiatra!
¡Segundo psiquiatra!
¡Tercer psiquiatra!
¡Cuarto psiquiatra!
Música termina.
LUIS
¿Qué tal fiesta, no? Acabo de recordar una de las mejores fiestas que
he tenido en mi vida. ¿Quiénes aquí conocen el Cusco? El Cusco es
una de las ciudades más hermosas sobre la Tierra. ¿Por qué? Pues
porque si tienes algún mal, en el Cusco desaparece. De pronto el estrés
desaparece, la angustia desaparece, la depresión desaparece, y hasta
la diarrea causada por el pan que te dieron en el avión desaparece.
Después de ver a tantos psicólogos y psiquiatras, decidí ir al Cusco y
hacer allí mi propia terapia. Ah, porque el Cusco también es terapia.
Decidí pasar 2015 ahí y empezar de cero, convertido en un mejor
hombre. Un hombre lleno de la energía positiva del inca. Pero no, no
pasó así, tuve una crisis en pleno Año Nuevo, la peor de toda mi vida.
Ah, pero no fue cualquier crisis, fue una crisis causada por una ridícula
peleíta con mi novio, el fotógrafo. Claro, porque no importa el lugar
donde estés, siempre vas a estar peleando con el novio. ¿O no? En
donde sea, hasta en el baño se puede pelear. No hay reglas.
Era Año Nuevo, como decía, y quería celebrar y me emborraché, y
bailé y bailé y bailé y bailé y seguí bailando hasta que de pronto mi
novio, muy serio, me dice:
—Vámonos.
En ese momento tú sabes que algo no está bien y respondes:
—¿Por qué? Si la estoy pasando mostro.
Él te vuelve a decir:
—Luis Antonio, vámonos.
Dice tu nombre completo, te asustas, sabes que las cosas no irán bien,
pero te haces el que no te importa y respondes:
—Ay, qué pesado eres. ¿Qué pasa? Ya, vamos.
Salen y él te dice:
—¿Qué hacías bailando con esa chica?
—¿Perdón? ¿Estás sintiendo celos de una chica? Oye, mírame, a mí no
me gustan las mujeres. Me gustan los hombres, me gustas tú.
LUIS
Un tipo está enfermo y toma drogas sin parar, Sertralina, clonazepam.
Ahora entra a un hospital y grita: ¡Ayuda, me van a internar, aquí solo
me moriré! Luego hace muecas de zombi, porque en sus venas drogas
hay a mil. Ese tipo es como yo: el enfermizo, el pobre tipo, yo.
El enfermizo, el pobre tipo, como yo.
La mente está hecha de cristal y a veces uno se quiere matar, a menos
que, como dije recién, sea el pobre tipo, el enfermizo, como yo.
A sanar, me voy a sanar, no más miedos, no más miedo ya, a sanar. Un
mal viaje que me encerró.
Las manos negras que me acecharon. La mente de un niño la
destruyó.
La inocencia en miedo se convirtió. Me caí, golpeé el cemento.
Desorientado, con aún más miedo. Matarme fue casi un suceso.
Pero estoy aquí contando el cuento. El ansiolítico puede calmar.
Ocho al día para empezar. Dime tú si no está mal.
Pero siento algo poderoso más allá. Fue algo que nunca presentí.
Apareció dentro de mí.
Rompía cosas como una fiera. Pedía a gritos que me quisieran. Ahora
tranquilo caminando voy.
Calmando al barco para zarpar al fin. Y reírme de todo como un
arlequín. Que lo que quiere ahora es vivir. Para calmar, para abrazar.
¿Qué más haría si no soy el juez?
De la mano con mi niñez.
Abro un camino de colores sonriéndole a mi adultez.
Salí del hospital y ya me sentía mejor. Tenía una sonrisa en el rostro,
como si eso significara esperanza. Todo se veía mejor. Seguí tomando
pastillas. Fue inevitable dejar la universidad y me dediqué a sanarme.
escena 9
Va hacia el muñeco que está a un lado y le habla.
LUIS
Él es alguien que ha estado conmigo desde el comienzo de todo hasta
ahora. Él es como tú. Una persona más que tal vez tiene o conoce a
algún familiar o amigo con alguna enfermedad, diagnóstico, problema
o padecimiento de salud mental. Una etiqueta no más, una etiqueta
que no te hace ser quien eres realmente.
Él no me abandonó, se quedó aquí, con todo su amor y con la sonrisa
que se necesita para limpiarse.
escena 10
Se sienta en una silla.
LUIS
Miércoles 13 de setiembre de 2017.
Hoy tengo programada una cita con una de las psiquiatras con las que
llevo chequeo. Es a las 10 de la mañana, son casi las 11 y aún no me
atienden... Siempre tengo que esperar. Todos aquí venimos esperando
por un largo tiempo.
Sí, doctora, estoy muy bien, me siento muy bien, la verdad... Además,
estoy haciendo lo que me gusta, sigo pintando, estoy aprendiendo a
tocar armónica y he escrito una obra de teatro. Sí, es un unipersonal
y me gustaría interpretarlo. Es para mi proyecto final de carrera. Me
emociona mucho todo esto... Me siento bien con todo lo que me está
pasando. La obra se llama Manicomio, concierto para crecer, porque es un
concierto... Bueno, la verdad es que sí he estado tomando mis pastillas,
pero... algunos días sí, otros no... No sé, me olvido y eso que tengo
alarmas para recordarlo. No lo siento necesario, la verdad... Pero...
¿De verdad? ¿En serio? (Una pausa). Seré muy sincero con usted.
Le juro que no me gusta venir a este lugar, no quiero venir más, no
quiero volver a verla... O sea, usted me entiende, ¿verdad? No quiero
tomar más pastillas, quiero vivir tranquilo. Por mucho tiempo sufrí
porque mi mamá no me aceptaba. Ahora lo hace, me acepta y eso me
gusta, pero ¿sabe qué? Realmente nadie debería decirme lo que soy o
lo que debo ser. Yo sé quién soy y eso es lo único que importa. Quiero
dedicarme a hacer cosas por mí, quiero crecer, quiero ser un mejor
Luis. Me esforzaré por estar bien. Estoy bien y quiero seguir pintando,
quiero actuar, quiero viajar, quiero jugar como cuando era un niño.
Quiero ser libre, ser libre de todo y vivir. Vivir. Me iré a vivir al Cusco.
Por ahí empezaré.
Guitarra. Bolero.
En este momento se saca la bata, arroja las pastillas del plato y borra los dibujos.
LUIS
Y ahora no necesito esto (se refiere a la bata) ni esto (se refiere a las
pastillas). Esto sí (se refiere al plato), porque ahora sí quiero comer.
Mucho menos necesito recordar esto (rompe el polo).
Hoy sé que siempre supe que podría arreglarme solo. Hoy sé que el
miedo te consume.
Hoy sé que la juventud podría haber sido una enfermedad que se cura
con el tiempo, pero el tiempo sigue y es tan lindo ser joven.
Hoy me miro, reconozco mis grietas y las quiero.
Hoy viajo a mi interior y encuentro al Luis de 8 años, lo rescato y lo
ayudo a crecer.
Si no conocieras el mal, ¿podrías acercarte al bien? Depresión.
Anorexia. Depresión. Grave TLP.
Trastorno límite de la personalidad. Borderline.
Borderline esquizoide. Paranoia. Hipersensibilidad.
Suicidio. Paz.
Paz. Paz.
Hoy soy paz.
Humo. Luz. Luis y Axel tocan. Improvisan. La música se expande. Fiesta. Terminan.
Soy paz.
Y el viaje sigue.
-FIN-
César De María
César De María (Lima, 1960) es autor de tragicomedias que cuestionan los problemas
sociales del país y retratan el desamparo de niños, artistas, ancianos o enfermos menta-
les. ¡A ver, un aplauso!, Dos para el camino, El último barco, Superpopper o Escorpiones mirando
al cielo son algunas de sus piezas más recordadas.
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 131
Ficha técnica
La historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) se presentó en
setiembre de 2018, dentro del V Festival de Egresados Escena Sur de
la Carrera de Artes Escénicas de la Universidad Científica del Sur, en el
Teatro de la Alianza Francesa de Miraflores. El equipo artístico y técnico
fue el siguiente:
Elenco
Juan Carlos Mendoza
Alí Bravo
Tracy Alcántara
Salomé Reyes
Jorge Black
A Ivi, de 11 años, castigada al lado del tacho de basura del salón por
estar siempre distraída.
A los valientes jóvenes Jorge y Cecilia de 1992, empezando la aventura
de ser mis padres.
A Paola de 1996. Hermana, has nacido y los amigos imaginarios
desaparecieron.
Eres y serás mi eterna y perfecta compañera.
A Mari y Juan Ca, cómplices de esta locura.
Y, con especial amor,
a Leo, de 5 años.
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 133
Personajes
Asistentes de producción
El elenco
Actor 1
Actor 2
Actor 3
Actriz 1
Actriz 2
En la obra interpretan a:
Bruno (28 años y luego 7 años)
Silvia (28 años)
Miguel (7 años y medio)
Maestra Oneth Jarihuela (58 años)
Sombra (todos los años)
Lugar
Lima, Perú
Tiempo
Camino hacia Navidad
Escena 0
El elenco que representa la obra invita al público a ocupar sus asientos. En el espacio hay una
gran sábana que cuelga desde el techo a modo de carpa. Al medio del escenario hay un rectán-
gulo marcado que delimita el espacio de representación. Fuera de él está el espacio de tránsito
en el que el elenco espera cuando no les toca actuar. Una vez que todo el público está en su sitio,
el elenco se desplaza al espacio de tránsito. Los asistentes de producción atraviesan el espacio
revisando los últimos detalles para empezar.
ACTOR 1
(A uno de los asistentes de producción). ¿Estamos listos?
Asistente de producción hace una señal a cabina para que cambien las luces. Luego, da señal al
actor 1 para empezar. Fanfarria de presentación. Se dan ánimo entre todos e ingresa por el medio
al espacio de representación el actor 1, seguido del resto del elenco.
ACTOR 1
¡Hola! Somos El Elenco y hoy les presentamos una obra...
ACTRIZ 1
¡Divertidísima!
ACTRIZ 2
¡Dramatiquísima!
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 135
ACTOR 2
Aburridísima...
Todos miran al actor 3. Nunca habla. Solo se comunica mediante gestos y sonidos. Hace un
gestito y todos lo entienden.
ACTOR 1
(Refiriéndose a lo que «dijo» el actor 3). ¡Eso es! ¡De terror!
El actor 1 se retuerce y ríe macabramente. Las luces hacen un efecto de relámpago tenebroso. El
actor 1 desborda tanto que todos le piden que se calme. El actor 3 hace su gestito y el actor 1
reacciona.
ACTOR 1
(Recobrando la compostura). Perdón... (Hace una señal a la cabina). Luces,
por favor.
ACTOR 1
¡Eso es! Hoy les presentaremos una obra de terror... ¡llamada! (Pide la
respuesta del público). ¿Cómo se llama la obra?
El elenco motiva al público a responder. Por ser un nombre extenso, el actor 3 se cansa y hace su
gestito. El elenco lo entiende perfectamente.
ACTOR 1
(Refiriéndose a lo que «dijo» el actor 3). ¡Eso es! La historia de Bruno y...
ACTRIZ 1
La temible...
ACTRIZ 2
Sombra...
ACTOR 1
¡Niños y niñas del mundo! ¿Están listos para...?
De pronto suena un celular. Todos se miran y buscan en el público. Es de la actriz 1, que res-
ponde sin que la vean. Mientras habla, el actor 3 aprovecha las distracción y saca una bolsa con
canchita de su bolsillo. El actor 1 nota que el problema no está en el público y hace que todos
fijen su atención en la actriz 1 y el actor 3.
ACTRIZ 1
(Notando que la descubrieron). ¿Un selfie?
Actor 1
¡BASTA! (quitándole el celular a la actriz 1 y dándoselo a alguien del público).
Me lo guarda, por favor. ¡Y tú!...
ACTOR 1
Se los he dicho mil veces: ¿creen que si estamos comiendo o viendo el
celular la historia se va a entender? ¡Por favor, somos profesionales!
Miren al público. A ellos no les digo nada porque esto ya lo saben
perfectamente... Pero bueno, luego de lo que acaba de ocurrir, no me
queda de otra. ¡¡Detectores!! ¡¡Ahora!!
Los asistentes de producción pasan por el público con dispositivos metálicos y linternas.
ACTOR 1
Estos son dispositivos de alta tecnología que detectan celulares
prendidos. Así que ¡apaguemos los celulares!
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 137
ACTOR 1
¡Gracias!
ACTOR 1
Al salir, sí hacemos toda la bulla del mundo, nos vamos todos a comer.
(A la actriz 1). ¡Y nos tomamos selfies!
ACTRIZ 1 y ACTRIZ 2
(Haciendo un # con sus dedos). Hashtag #BrunoylaSombra.
ACTOR 1
Entonces, señoras y señores, niños y niñas, creo que podemos empezar
esta historia ¡de terror!
El actor 1 se retuerce y ríe macabramente. Las luces hacen un efecto de relámpago tenebroso. El
elenco celebra a su estilo y todos unen las manos para el grito inicial. Tratan de ponerse de acuer-
do rápido, cuentan hasta tres y el grito sale fatal. Cada uno dice cosas diferentes y a destiempo.
Se dan ánimos de igual forma y corren a su lugar para empezar.
Escena 1
El actor 1 está al centro del escenario de espaldas al público. El resto del elenco le ayuda a
ponerse la ropa de Bruno adulto. Le alcanzan una caja con adornos navideños. El actor 2 se
para junto a él de cara al público. Prende una linterna y se alumbra el rostro desde abajo y
habla terroríficamente.
ACTOR 2
¿Alguna vez han escuchado una historia de Navidad? Esos lindos
cuentos con duendes y un hombre barbudo que vive en el Polo
Norte. La historia que hoy les vengo a contar es eso, una historia de
Navidad..., aunque no es como cualquiera. (Haciendo girar a Bruno de
un chasquido). Él es Bruno y esta Navidad va a ser papá. Bruno es el
mejor escritor de historias de terror del mundo. ¿Pero saben qué le
El actor 2 da nuevamente un chasquido. La gran sábana sobre sus cabezas empieza a defor-
marse. Apaga su linterna y sale del espacio escénico. Bruno es atraído por la sábana y, aunque
lucha, esta termina por tragárselo.
Escena 2
Imaginación: se extiende la sábana nuevamente y Bruno está bajo un extremo de ella. Ya no
tiene su ropa de adulto, ahora tiene 6 años. De pronto, se escucha un sonido, como un susurro,
y aparecen en la sábana las siluetas papá y mamá frente a frente.
BRUNO
¡Abrí los ojos! ¿Ya es de día o sigo soñando? ¡Babeando! ¡Roncando!...
¿Mamá?... Hace demasiado silencio... ¿Papá?...
BRUNO
¡No! ¡Me hice la pichi otra vez! ¡Por qué! Papá se molestará conmigo.
(Espiando detrás de la sábana). ¡Ahí están!
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 139
BRUNO
(Saliendo de la sábana). ¡Ahí viene mamá!... No entró. ¿Se han olvidado
de despertarme? (Pensando en la palabra). O l v i d a d o, olvidado...
(Hacia atrás de la sábana). ¿Papá?
BRUNO
¡Qué... está... pasando!
Imaginación: la luz cambia. Sombra se hace pequeña, casi desaparece, y se mueve siniestra-
mente.
BRUNO
¿Qué es eso?... ¿Papá?
Escena 3
Suena el timbre del colegio. En el salón de clases hay dos carpetas. En una está Bruno y en la
otra Miguel, su irreverente mejor amigo. Escriben en sus cuadernos mientras la maestra Oneth
Jarihuela lee un texto escolar y camina al lado de ellos. Su caminata es como una marcha mili-
tar. Los observa y resopla. Es una mujer temible y amante de la disciplina.
MIGUEL
(Susurrando). Oye... ¡Oye! ¡Bruno!
MIGUEL
(Susurrando). ¡Pss! ¡Bruno!
MIGUEL
(Susurrando). ¡Pss! ¡Oye, Bruno! ¿Por qué faltaste ayer?
MIGUEL
(Susurrando). Que por qué faltaste.
BRUNO
(Susurrando). Mi mamá no me trajo porque... ¡Te tengo que contar!
¡Un monstruo se llevó a mi papá! Ha desaparecido y...
MIGUEL
¿Desapanecido?
BRUNO
¡Desaloperiso!
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 141
y, para terminar este largo año de una manera muy educativa, vamos
a tener un concurso de... (A Miguel). A ver, de qué crees, Albertito...
(Antes de que hable). ¡De Navidad! Organizado por la miss Consuelito.
MIGUEL
Mi miss favorita...
BRUNO
(A Miguel). Ella sí es muy linda...
BRUNO Y MIGUEL
Sí, maestra Oneth Jarihuela.
MIGUEL
¡Te la perdiste! ¡Ayer fue día de Mocohuela! ¡La Larvahuela tenía un
moco gigante aquí, en este hueco! ¡Y no sabes! (Aguantándose la risa).
¡Cada vez que se molestaba, respiraba como un caballo! ¡Así! Y el moco
le bailaba... ¡Así, así, así! Mira, aquí la dibujé...
MIGUEL
(A una persona del público). Manuel, te hablan...
MIGUEL
Pero..., pero..., maestra Jarihuela...
MIGUEL
Mi nombre es Mi-miguel... No Manuel...
La maestra lo mira con ESA mirada. Miguel va castigado al lado del basurero y se lleva su
dibujo con él.
BRUNO Y MIGUEL
Lo lamento, maestra Larva...
La maestra se sobresalta.
BRUNO Y MIGUEL
Jarihuela.
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 143
Imaginación: tintinean las luces y, de pronto, se ve a Sombra detrás de la tela. Solo Bruno la ve.
Se escucha su sonido como un susurro y desaparece.
BRUNO
¡No!
BRUNO
Es que...
BRUNO
(Susurrando). Circunferencia..., circunvalencia, cirpedolencia, cir...
Miguel le lanza su papel a Bruno sin que la maestra lo note. Este lo abre. Hay un dibujo
titulado...
BRUNO
«LARVAHUELA BAILARINA».
Imaginación: de pronto, estalla la música caribeña de la mente de Bruno, las luces cambian y
la Maestra empieza a bailar. Miguel también baila.
Imaginación: la maestra baila una coreografía increíble. Llega bailando hasta la carpeta de
Bruno. Se para frente a él y la música se detiene. Las luces vuelven a la normalidad.
En el plano de la realidad solo Bruno baila. Miguel le hace señas para que reaccione, pero él
está perdido en su alucinación musical.
Imaginación: ingresamos a la imaginación de Bruno otra vez. Cambian las luces, estalla la
música y todos vuelven al baile. Bruno se divierte.
Regresamos a la realidad.
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 145
Imaginación: vuelven al baile. Se exacerba cada vez más. Bruno maneja a la maestra como su
marioneta.
Regresamos a la realidad.
Imaginación: vuelven al baile, pero a partir de lo último que ha dicho la maestra, Bruno se pone
nervioso y aparece Sombra. Se acerca a Bruno, que quiere seguir divirtiéndose, pero no puede.
La música se distorsiona. Cuando Sombra ya está muy cerca, Bruno se paraliza del miedo. Se
va la música y la luz.
BRUNO
¡En el planeta Tierra!
Suena el timbre del recreo. Sale la maestra. Miguel y Bruno corren al patio.
Escena 4
Bruno sienta a Miguel a un extremo del espacio como espectador de lo que le va a pasar. En el
espacio ahora hay una mesa y tres sillas. Es el comedor de la casa de Bruno. Silvia, su mamá,
está sentada en una de las sillas. Tiene la mirada perdida. Llega Bruno corriendo.
BRUNO
¿Mami? Tuve una pesadilla...
BRUNO
¿Estás enferma? ¿Por qué tus ojos están así?
SILVIA
Me ha dado alergia de la mañana...
BRUNO
¿Por qué no he ido al colegio?
SILVIA
Bruni, todo está bien... No me hagas preguntitas. Ahora no puedo...
BRUNO
¿Y papá?
SILVIA
¡Te digo que nada de preguntas, Bruno, por favor!
BRUNO
Perdón... ¿Sigue dormido? ¿Está enfermo y no quieres que haga bulla?
¿Qué tiene? (Susurrando). Tiene, viene, Irene, sostiene...
SILVIA
No está enfermo.
BRUNO
Voy a preguntarle...
SILVIA
¡No!
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 147
BRUNO
¿No?
SILVIA
No está.
BRUNO
¿Dónde está?
Silencio.
BRUNO
¡Ah! ¡Están jugando! ¿Se ha escondido, no? ¡Yo lo voy a encontrar!
¡Papá, voy en la misión de rescate...!
SILVIA
¡Silencio, Bruno! No... ¡Sí! ¡Está jugando! Ha jugado a esconderse...
Solo que esta vez no es para que lo encuentren. Vamos a esperar a que
se aburra y nos diga dónde se escondió... ¿Está bien?
BRUNO
Así no se juega...
SILVIA
Pero ya sabes cómo es él, siempre inventando juegos nuevos...
BRUNO
¡No me gusta este juego!... Dile que venga...
SILVIA
No puedo, amor.
SILVIA
Bruni, no sé cómo explicarte.
BRUNO
¡No quiero jugar a esto!
Escena 5
Bruno llega corriendo donde Miguel, que lo ha estado escuchando y tiene colgada su mochila,
en la que cuida algo con recelo.
BRUNO
Por eso falté ayer... ¿Entendiste?
MIGUEL
No...
BRUNO
Yo tampoco.
MIGUEL
¿Y dónde crees que está tu papá?
BRUNO
Yo tengo una teoría... Creo que a papá se lo ha llevado un monstruo.
Yo lo vi esta mañana. No le dije nada a mamá para que no se asuste,
pero... ¿Cómo va a creer que papá está jugando a las escondidas? Se ve
que no entiende nada.
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 149
MIGUEL
Definitivamente no entiende nada.
BRUNO
¡Pero nosotros lo vamos a salvar!
MIGUEL
¡Increíble! Pero... ¿De qué tipo de monstruo estamos hablando?
Podemos usar la trampa para fantasmas de rayos gama, el arma
paralizadora, las bombitas hiperespaciales de magnetismo lunar, el
láser de superpoder de...
BRUNO
No lo sé... Este era un monstruo diferente...
MIGUEL
¡Debe de ser un monstruo espacial intergaláctico! ¡Existen infinitos
subtipos, es imposible identificar a todos!
BRUNO
¡Así es! ¡Papá debe estar luchando con él en este momento para salvar
al universo! ¡Prepárate, Miguel! ¡Tenemos que salvar a la galaxia!
¡Falaxia! ¡Axila!
MIGUEL
¡Pera, aquí no! ¿Vamos a las escaleras de secundaria?
BRUNO
¿Estás loco? Está prohibidísimo.
MIGUEL
Ahí no hay nadie, todos están en sus salones. (Refiriéndose a lo que
guarda en la mochila). Si los de sexto la ven, me la van a quitar.
MIGUEL
¡Silgibosos!
BRUNO
¡Silbabosos!...
Salen.
Escena 6
Bruno lucha con su nave de papel contra la de Miguel, que es muy moderna.
MIGUEL
(Destruyendo la nave de Bruno). ¡Muere! ¡Nadie puede contra los
rebeldes! (Risa macabra).
BRUNO
¡Me pulverizaste con tu rasho láser!... (Tomando la nave de Miguel). ¡Ya!
¡Ahora me toca!
MIGUEL
(Quitándole la nave). ¡Nada! Perdiste, así que me toca de nuevo. (Risa
macabra).
BRUNO
¡Pero así voy a perder siempre! ¡Quedamos una tú, una yo!
MIGUEL
¡No quedamos!
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 151
BRUNO
¡Presta!
Miguel se lanza sobre él con su risa macabra y lo ataca con su nave. Se divierte mientras pelean
y le termina ganando. Bruno lo empuja.
MIGUEL
¡Ya no seas picón! Te la presto... ¡Pero eso no habíamos quedado, ah!
Tienes que ser más sincero contigo mismo...
BRUNO:
¡Está bravaza! ¿Y te la regalaron así nomas? ¿De la nada?
MIGUEL
¡No, pues! Este ya es mi regalo de Navidad. Como mi papá viaja con
Nancy todo el tiempo, para Navidad se irán a Las Vegas, así que ya me
dio mi regalo.
BRUNO
¿No pasas Navidad con tu papá?
MIGUEL
No, vamos donde la mamama con mi mamá y mis hermanas. ¡Ya
quiero que sea 24! ¡Comemos buenazo!
BRUNO
¿No te da pena?
MIGUEL
¿Qué? ¿Comer tanto? El pavo me da un poco de pena. ¿Has pensado
cuantos pavos matan a fin de año?... ¿Si los pavos celebraran Navidad,
comerían humanos?
MIGUEL
¡Ah! ¡Eso! Nunca lo he pensado... Analicemos la situación... (Se queda
pensando un momento). ¡Naah! La Navidad siempre la pasamos donde la
mamama, no recuerdo alguna Navidad con mi papá. Entonces no me
da pena, creo...
BRUNO
Ah... Si no descubro adónde se llevaron a papá, creo que mi Navidad
va a ser igual...
MIGUEL
¡Prepárate, que vamos a rescatarlo! (Arma la nave de papel).
BRUNO
Esta es la nave de la muerte. Prepárate...
MIGUEL
(Terminando de armar la nave de papel). ¡Pera, pues!
BRUNO
¡Ya, pero apúrate!
MIGUEL
¡Ya!
BRUNO
... Prepárate para morir. ¡Llegó tu fin, Sombra!
MIGUEL
¿Sombra?
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 153
BRUNO
Así se llama el monstruo. (Riendo macabramente). ¡Esto lo pagarás con tu
vida!
MIGUEL
¡Toma! ¡Ataque láser a la milésima potencia!
BRUNO
Supervelocidad extrema. ¡Ahora!
BRUNO
¡La nave que me compre mi papá será enorme! ¡Mucho más grande
que esta! ¡Y nunca nadie volverá a ganarnos! ¡Ahora debe estar en
un planeta lejano, luchando con Gorilas! ¡Sí! ¡Gorilas espaciales! ¡De
nueve ojos! ¡Yo te cubro, papá! ¡Toma! ¡Toma, Sombra horrorosa!
MIGUEL
Pero en el espacio no puede haber sombras. ¿O sí?
BRUNO
¡Sígueme! Vamos a entrar a un túnel. Él entró por aquí. ¡Dice que lo
sigamos!
MIGUEL
¿Tu papá? Yo no vi que... ¿Ya encontramos a tu papá? ¡Vas muy
rápido, Bruno!
MIGUEL
Listo, capitán Bruno. Tenemos la velocidad turbo máxima de poder
máximo de la luz lista para ser activada y escapar.
BRUNO
¿Listo? ¡Con el poder máximo de la luz acabaremos con la Sombra!
MIGUEL
¡Listo!
BRUNO
¡Velocidad turbo máxima de poder máximo de la luz! ¡Ahora!
MIGUEL
¡Ala! ¡Ala! ¡Ala!
BRUNO
¡Sí! ¡La sombra llora como un bebé y papá salva la galaxia!
MIGUEL
¡Oe, tu papá es bien chido!
BRUNO
Sí, él trabaja escribiendo las mejores historias. Inventábamos cuentos
juntos para ir a dormir... Pero ahora llega tarde y ya no podemos ni
jugar ni nada. Y luego está feliz, pero su boca huele raro... No me
gusta, no me hace caso... Creo que se aburrió de mí...
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 155
MIGUEL:
Mmmm, sí, puede ser. Bueno, cuando lo veas, cuéntale la historia de él
y el espacio y la Sombra. No se puede aburrir con eso. ¡Promesa! (Pone
el puño para chocar con Bruno, pero cuando él lo va a chocar, lo quita). ¡Te la
creíste! Vamos, que la Larvahuela ya debe estar en el salón... Oye, hay
que jugar a tu papá más seguido...
Escena 7
En el salón. Ingresa la maestra. Bruno y Miguel están sentados en sus carpetas entre risas.
MIGUEL:
Psss... Psss... Psss... ¡ Psss!
BRUNO
¡Qué!
MIGUEL
¡Participa!
MIGUEL
¡Es el mejor plan en el mundo mundial!
BRUNO
¿Cuál?
MIGUEL
¡Haz un cuento! Crea uno así como hoy en el recreo y tu papá va a
venir. Todos los papás van a las premiaciones. Mi abuelo iba cuando mi
mamá ganaba premios en natación. Siempre hablan de eso, van para
tomar fotos y mostrarlas a sus amigos.
BRUNO
¿Tu papá va a tus premiaciones?
MIGUEL
¡Claro!... Iría... si es que ganara algo... Pero lo digo porque...
BRUNO
¡A mi papá se lo ha llevado la Sombra! ¡No es que no quiera venir!
MIGUEL
... Estoy seguro de que ganarías el primer puesto.
BRUNO
No voy a ganar.
MIGUEL
¡Es un cuento! Lo haces al toque...
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 157
BRUNO
¡Tú no sabes nada de crear historias! No son cualquier cosa.
MIGUEL
¡Pero tú sí! ¿Ya ves? ¡Por eso ganarás! ¡Así crees cualquier cochinada,
será mejor que los otros!
BRUNO
¡Que no! ¡No molestes!
MIGUEL
¡Eres un gallina!
BRUNO
¡A mí nadie me dice gallina!
MIGUEL
¡Eres una gallinita! ¡Eres un huevito de gallinita! ¡Eres un pollo pelado
y miedoso!
BRUNO
¡Déjame en paz!
Se lanzan a pelear.
Sale Miguel.
Sale Bruno.
Escena 8
Bruno y Miguel fuera del salón.
MIGUEL
Idiota.
BRUNO
¡Cállate!
MIGUEL
¡No me callo! Mira cómo hablo, gallinita. (Hace sonidos de gallina).
BRUNO
¡No te escucho! ¡Ya cállate!
MIGUEL
¿Por qué te molestas si no me escuchas? ¡Eres la gallina más gallina
y más pelada del mundo! Es que es el mejor plan del mundo y tú no
quieres...
BRUNO
¡Que no!
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 159
MIGUEL
Ya.
BRUNO
Ya.
MIGUEL
¡Ya!
BRUNO
¡¡¡Ya!!!
Silencio.
MIGUEL
(Ganando). ¡¡¡Ya!!!
Silencio.
BRUNO
Miguel, creo que la Sombra ahora quiere venir por mí...
MIGUEL
¡Oe! ¿Ya no le ganamos a la Sombra en el recreo? Poder turbo
máximo de poder máximo de la luz... ¿Te acuerdas? Y tú sigues con la
Sombra... ¿Acaso estás atravesando un bloqueo creativo?
MIGUEL
(Silenciando a Bruno de golpe). ¡Shhh! Estrés, lo que tienes es estrés.
Pero, a ver, a ver, a ver, yo te voy a ayudar. Imagínate, si participaras
en el concurso, que ya sé que no vas a participar, pero si participaras,
imagínate... ¿Qué historia harías?
BRUNO
Empezaría como toda historia... en un libro. En él habría... ¡una
montaña, grande, grande! En ella una casita pequeña y, dentro de la
casa, una familia. Es Navidad y están rezando antes de comer. ¿Y sabes
qué es la cena? Un pavo enorme, lleno de dulces y todos los purés, de
manzana, de papita, de camote y... la familia está feliz, todos comiendo,
no falta nadie...
MIGUEL
¡Y qué más!
BRUNO
(Enfrentando el miedo que le da la presencia de Sombra). Y de pronto...
MIGUEL
¡Qué más! ¡Qué más!
BRUNO
(Con fuerza contra Sombra). ¡El pavo baila! ¡Así!
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 161
Bruno imita a un pavo que cobra vida tétricamente. Miguel y Bruno empiezan a bailar. Sombra
desaparece. Miguel y Bruno bailan y la música de sus mentes empieza a sonar cada vez más
fuerte. Llega a un punto de clímax y se apagan las luces.
Imaginación: se enciende una luz y aparece un pavo en escena frente a Bruno. Miguel se queda
bailando en cámara lenta y Bruno es atraído por el pavo. Va hacia él lentamente y el pavo se
empieza a alejar. Bruno lo sigue gateando y el pavo se aleja cada vez más hacia el lado oscuro
del escenario. Poco a poco se empieza a iluminar el espacio oscuro y Sombra está parada ahí,
frente a él. Bruno se paraliza.
BRUNO
(Casi sin poder mover la boca). Ayu... da...
Sombra se lanza para atraparlo. Miguel, que seguía bailando en un ritmo más lento, nota que
Bruno está paralizado, pero no ve a Sombra. Corre a ver qué le sucede y se para entre Sombra
y Bruno.
MIGUEL
¡Oe! ¡Te congelaste!
BRUNO
¿Ah?
MIGUEL
¡Te pusiste así! Congelado..., como mi mamá cuando ve su serie de
policías ...
BRUNO
Es que ahí...
Bruno señala el lugar donde estaba Sombra, pero ahora está vacío.
BRUNO
Ahí... (Notando que ya no está Sombra). Nada... Ahí no hay nada...
Escena 9
La maestra Oneth Jarihuela y Silvia conversan en la puerta del colegio. Bruno espera al otro
extremo del escenario
SILVIA
Gracias, maestra Oneth Jarihuela. Yo conversaré con Bruni, no se
preocupe.
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 163
MAESTRA ONETH JARIHUELA
(Despidiéndose desde lejos). Cuídate, Bruni. ¡Nos vemos mañana! ¡Me
cuentas qué te dijo tu mami!
Bruno corre hacia su mamá. Silvia trata de decirle algo antes de que
Bruno escuche.
SILVIA
Mire, maestra, pasa que...
SILVIA
Ya vendré a hablar con usted, tengo que correr a la lavandería...
Despídete, Bruni.
BRUNO
Hasta mañana, maestra Larvahuela.
SILVIA
¡Disculpe, maestra Larvahuela! ¡Digo, Jarihuela! ¡Nos vemos!
SILVIA
¿Cómo se te ocurre llamar así a la maestra? ¡Dice que te estás portando
mal en clase!
SILVIA
Quiero que prestes atención, Bruno. No es tan difícil...
SILVIA
No es posible que... (mirando el celular) para decirme que... (duda
si contestar). ¿Me estás escuchando, no? (Contesta). Espérame... (Por
celular). ¿Aló?... Sí, perdón, tuve que salir antes, sí, es que la maestra
de Bruno... Discúlpame, Florcita bella, te juro que va a ser la última
vez que me cubres... Sí, lo dejo en la casa y regreso para terminar con
la ropa de los Salazar... ¿Qué? ¿Justo ahora llama?... ¿Qué dijo?... Toda
la mañana he llamado a este abogado y solo he hablado y hablado con
la secretaria. ¿Ahora quiere que lo llame? ¿Cómo? Si ya no tengo... Sí,
sí, me apuro... O más bien, ¿me prestas saldo? Ahora que regreso me...
¡Que si me puedes prestar saldo!... ¿Flor, me escuchas?... ¡Flor!...
Se le apaga el celular.
SILVIA
¡Encima se apaga la porquería esta!... Y tú agarrándote a golpes con
Miguel. Mira, Bruno, no quiero que te metas en problemas. ¡Y menos
ahora que...! ¡A estas alturas del año! Voy a hablar con la mamá de ese
niño, seguro él es el que... ¿Qué se dice, Bruno?
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 165
BRUNO
(Sin intención). Lo siento, mamá.
SILVIA
No quiero que la maestra Oneth te jale en algún curso. No tengo
dinero para una maestra particular...
SILVIA
¿Me estás escuchando, Bruno? Hay momentos en que los adultos
tomamos decisiones y son muy complicadas de entender para los
niños... Cuando eres grande la vida es difícil, muy difícil.
SILVIA
(Al público). Crees que las personas van a cambiar, pero no. Te haces
expectativas. Sientes que todo depende de ti, que tienes que ser y
estar todo el tiempo para los demás, que así todos te van a querer.
(Casi hablando consigo misma). En un momento lo tienes todo, amor,
comodidades, pero luego creces, tomas decisiones y en un abrir y
cerrar de ojos ya no te queda nada de eso y realmente...
Bruno se agarra del brazo de Silvia. Ella se da cuenta de lo que está diciendo y busca su mirada.
SILVIA
Discúlpame, no sé bien lo que digo. Yo te tengo a ti y eso es lo más
importante, mi vida.
SILVIA
¿Qué pasa, mi amor? Dime, ¿qué pasa?
SILVIA
No lo entiendes ahora, pero así vamos a estar bien. Me esforzaré
mucho para que así sea, mi vida. El trabajo en la lavandería es
momentáneo. Encontraré algo mejor y tendremos más tiempo juntos.
¿Sí? ¿Qué pasa? Dime. ¿Qué, Bruni?
BRUNO
Tengo miedo...
Bruno se va corriendo.
Escena 11
En el patio de recreo. Bruno está solo e ingresa Miguel al espacio buscándolo.
MIGUEL
¡Por fin! ¿Dónde estabas? Te perdiste la pelea de los de sexto...
BRUNO
En el baño.
MIGUEL
¡Igual me dijiste en el primer recreo! ¿Qué? ¿Tienes diarrea?
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 167
BRUNO
¡No!
MIGUEL
¡Sí! Hace días te pasas el recreo en el baño. He tenido que juntarme
con Elmer Piojos para no estar solo y creo que se me están pegando.
(Se rasca la cabeza). ¿Por qué faltaste ayer?
BRUNO
Mi mamá se quedó dormida y ya no me trajo.
MIGUEL
Deberían pagarle a la señora Amparito. Ella me trae todas las mañanas
y su carro tiene bocadillos incorporados.
BRUNO
¿Cómo es eso?
MIGUEL
Incorporado significa que es una cosa que está como que en una cosa,
pero no es de la cosa, sino que está puesto.
BRUNO
¡Eso ya lo sé! ¡Que cómo así tiene bocadillos!
MIGUEL
Ahhh, es que los asientos de atrás están llenitos de huecos. Entonces,
ahí meto un dedo y siempre encuentro una canchita o pedacitos de
galleta de los niños da la tarde. ¿Cochinos, no? ¡Pero mejor para mi
barriga!
BRUNO
Ahhh... No, no creo que mi mamá le pague a la señora Amparito. No
tiene dinero.
BRUNO
No sé. Solo me dice que no puedo tener maestra en casa porque no
tiene dinero, que no haga problemas porque no tiene dinero... Que
no me coma los mocos porque no tiene dinero. Solo sé que está triste
porque no tiene dinero y es horrible.
MIGUEL
Ahh... Mi papá tiene mucho dinero. Por eso trabaja todo el tiempo.
Siempre me lo dice. ¡Ah, ya sé! ¡Por eso se fue tu papá!
BRUNO
¿Qué?
MIGUEL
¡Sí! Se fue por eso, ahora va a tener mucho dinero y con ese dinero va
a comprar una casa nueva y va a vivir en esa casa, y tu mamá en otra
casa. Tendrás doble regalo de Navidad, doble regalo de cumpleaños
y te llevarán a comer dos veces por cualquier celebración, como a
mí. Hasta puede que tengas más hermanos. Papá dice que pronto
tendré un hermanito nuevo. ¡Por fin un hermanito! ¡Mis hermanas
me quieren usar de muñeca todo el tiempo! ¡Imagina! ¡Yo con mi
hermano! ¡Tú con el tuyo! ¡Y ellos solo nos admirarán a nosotros!
Vamos a poder jugar a...
BRUNO
¡Cállate!
MIGUEL
¿Qué tienes?
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 169
BRUNO
¡Que te calles!
MIGUEL
¡Oye! ¿Estás loco, no? ¡Lo que te digo es bueno!
BRUNO
Bueno para ti, porque tu familia es así. ¡La mía no!
MIGUEL
¿Mi familia es «así»?
BRUNO
¡Mi papá no se fue! ¿No entiendes? ¡Se lo llevó Sombra!
MIGUEL
¿Qué quieres decir con que mi familia es «así»? ¡Nadie dice que mi
familia es «así»!
BRUNO
¡Son todos raros! ¡Todos separados en Navidad! ¡Yo no quiero eso! ¡Y
quiero jugar solo! ¡Sin que me molestes!
MIGUEL
¡Bien! ¡Yo tampoco quiero jugar contigo! ¡Lloras todo el tiempo!
BRUNO
¡Vete, pues! ¡Tú eres el que está llorando!
BRUNO
(Al público). Hola... Me siento muy extraño, no quería estar con Miguel
en el recreo, no sé cómo me encontró. ¿Qué? No creo que haya
querido ayudar. ¿Qué es tan difícil de entender? Sombra se llevó a
mi... (A Miguel, que ya se ha ido, como si lo tuviera en frente). ¡Vas a ver,
Miguel! Papá va a vencer a Sombra, y vendrá en una nave enorme.
Me llevará con él y haremos historias. No necesitaré a nadie más.
Ni a Miguel, ni a mamá, ni a la Larvahuela. ¡A nadie! Ni vendré a la
escuela. Nos iremos lejos. Lejos también de esa Sombra... Esa pesadilla,
o no sé qué es...
BRUNO
¿Hola?... ¿Por qué no hay nadie en el recreo? ¡No escuché el timbre!
¡Tengo que correr!
BRUNO
No... no puedo... mo... moverme... ¡Ayuda!... ¡A... yu... da!
Bruno no puede mover la boca. Aparece Sombra, se acerca y se desplaza lentamente rodeando
a Bruno. Emite su sonido, como un susurro. Las luces empiezan a tintinear. El susurro de
Sombra incrementa y se lanza sobre Bruno. Él grita y detiene a Sombra del rostro mientras esta
se encuentra sobre él.
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 171
BRUNO
¡Déjame!
Mientras detiene a Sombra con sus manos, logra ver su rostro. Nota su mirada. Algo sorprende
a Bruno.
BRUNO
¿Qué?
Escena 12
Parte I
Imaginación: la sábana enorme que cuelga del techo desciende. Bruno está bajo la sábana.
Tiene una lámpara y con ella empieza a buscar en la oscuridad. Sale de la sábana y hay tres
personas de pie en el espacio. Bruno se acerca y las alumbra una a una. Son Silvia, la maestra
y Miguel. Los tres con actitud espectral. Bruno se asusta. Ellos empiezan a girar alrededor de
Bruno y hablan al mismo tiempo, cada uno su propio texto.
MIGUEL
¡Estás mal de la cabeza! ¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! ¡Eres un loco! ¡Todos lo
dicen! ¡No quiero ser tu amigo nunca! ¡No tienes amigos porque eres
un raro! ¡Nadie quiere ser tu amigo!
SILVIA
¡Nunca pensé que me decepcionarías tanto! ¡Estoy esperando tu
apoyo! ¡Tu comprensión! ¡En el colegio tienes pésimas notas! ¿Qué
pasa si jalas el año?
BRUNO
¡Ya! ¡Paren! ¡Paren, por favor!
Bruno llora y todos se callan. Se retira lentamente hacia la oscuridad de manera espectral. Cae
al suelo exhausto.
BRUNO
¡No! ¡No me dejen! ¡No me dejen aquí!
BRUNO
¡Qué quieres! ¡Quién eres!
BRUNO
¡Waaaaaaah!
Escena 12
Parte II
Imaginación: ingresamos a un universo más profundo. Todo es proyección de sombras. Solo se
escucha la voz de Bruno, pero ya no lo vemos. Se ven los miedos de Silvia, Miguel y la maestra.
BRUNO EN OFF
¿Dónde estoy? No veo nada...
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 173
Se ve la puerta de una habitación. La luz prendida adentro. Se escucha la risa de Bruno desde
la habitación.
BRUNO EN OFF
Ese soy yo.
SILUETA DE SILVIA
¿Bruno?
Silencio.
SILUETA DE SILVIA
Bruni, a la mamá se le contesta... Ven, Bruni.
BRUNO EN OFF
Aquí estoy, ma... ¡No me ve!
SILUETA DE SILVIA
Bruno... ¿Te estás escondiendo? (Nerviosa). No quiero jugar ahora.
¡Sal! (Silvia canta nerviosa). «Cuando los ratones salen a jugar, cuidado
que viene el gato y... y...».
BRUNO EN OFF
«... Se los va a llevar».
SILUETA DE SILVIA
Qué sigue, Bruni. «Y...».
SILUETA DE SILVIA
¿Bruno?... ¡Bruno! ¡Bruno!
BRUNO EN OFF
¿Por qué está tan asustada?
SILUETA DE SILVIA
No, no, no... No te lo lleves a él. ¡A él no! ¡Él se queda conmigo!
BRUNO EN OFF
¡Mamá! Mamá piensa que me he perdido como papá. ¡Pero acá estoy!
Imaginación: aparece Miguel en la puerta de su casa. Está esperando y lleva una mochila.
BRUNO EN OFF
¡Miguel! Tampoco me ve... ¿Qué está esperando?
BRUNO EN OFF
¿Tienes celular?
SILUETA DE MIGUEL
(Contestando). Hola, pa. Sí, mi celular está bravazo, gracias. ¿Ya
vienes?... ¿Aló?... ¿Aló, pa? ¿Vienes, verdad? El sábado pasado te estuve
esperando. Me dijiste... ¿Pa?...
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 175
Imaginación: Miguel cuelga, llora y sigue esperando. Se diluye ese momento.
BRUNO EN OFF
¡No! ¡Miguel!
Imaginación: aparece la maestra Jarihuela en la sala de su casa. Está haciendo una pintura de
ella. Está en pijama.
BRUNO EN OFF
¿Estoy en la casa de la maes...? ¡No, qué horror, está en pijama. ¡Está
dibujando!
BRUNO EN OFF
¡Dibujó una larva!
Imaginación: se escuchan voces de niños con una tonada de burla diciendo «¡Larvahuela! ¡Lar-
vahuela!». Bruno se une.
BRUNO EN OFF
«¡Larvahuela! ¡Larvahuela!». Felizmente no me ve.
BRUNO EN OFF
¿La maestra es una niña?
BRUNO EN OFF
No puedo creerlo. ¡La Larvahuela llora!
BRUNO EN OFF
¿Qué me pasa? ¿Tengo pena de la Larvahuela?
Imaginación: se disuelve este momento. Se oscurece todo. Solo escuchamos la voz de Bruno.
BRUNO EN OFF
¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué veo a la miss Oneth en pijamas? ¿Qué es
todo esto?
Escena 12
Parte III
En el espacio, Bruno está desmayado. Despierta de golpe.
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 177
BRUNO
(Aliviado). Fue una pesadilla... (Al público mientras Sombra va apareciendo
por debajo de la sábana detrás de Bruno). Si aparece esa cosa otra vez, ¡no
me voy a congelar! ¡No! ¡Tengo que salir de acá! Mamá no sabe dónde
estoy, Miguel está triste y debo estar con él... Y la miss Oneth, bueno, ya
no quiero verla en pijama... (Al público). ¿Qué pasa? (Gira y ve a Sombra
enorme detrás de él. Se asusta y gira hacia el público). ¡No!
Se escucha el sonido de Sombra, como un susurro. Bruno gira hacia Sombra y decide enfrentarlo.
BRUNO
¿Qué dices? Solo se escucha. (Hace un sonido imitando los susurros). ¡Dime
qué quieres!
SOMBRA:
(Con la misma voz de Bruno). «¡Qué quieres! ¡Ya! Ya no, por favor.
¡Ayúdame! ¡Déjame!» «¡No necesitaré a nadie más! Miguel, me está
persiguiendo algo horrible ¡Por favor! ¡Ayúdeme!»
BRUNO
¡Basta! ¿Por qué me haces escuchar mis palabras? ¡Ese soy yo!
SOMBRA
(Señalando a Bruno). «Ese soy yo».
BRUNO
¡No entiendo nada! (Gritando para despertar de la «pesadilla»). ¡Quiero
salir de acá!
BRUNO
Ya, ya, ya, no grito...
BRUNO
Por eso decía, muy respetuosamente..., señor monstruo horripilante...,
eh..., ¿qué quiere de mí? ¿Quién está haciendo todo esto?
BRUNO
¿Yo? ¿Qué? Yo no hago nada... Lo haces todo tú, ¿verdad? ¿Qué eres?
SOMBRA
«Yo hago nada, lo haces todo tú».
BRUNO
¡No! ¡Si yo no estoy haciendo nada! ¡Tu apareciste y no me dejas estar
tranquilo!
BRUNO:
¡No! ¡No, perdón! Entiendo, entiendo, lo hago todo yo...
BRUNO
Pero ¿cómo? No entiendo...
BRUNO
Tu cara... estaba en el patio del colegio. Te apareciste y pensé que me
iba a morir. Te acercaste y te vi, y me pareció que...
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 179
Sombra se acerca más.
BRUNO
¿Puedo verte?
Sombra y Bruno se acercan al mismo tiempo. Tembloroso, Bruno introduce su mano en la zona
del rostro de Sombra, que está tapada por grandes telas negras. Se asusta, Sombra se sobresalta,
pero Bruno continúa hasta que logra verlo.
BRUNO
¡Eres igual a mí!
BRUNO
Esta es la pesadilla más rara que he tenido. ¿O esto es real? (Observa a
Sombra). ¿Esto es real?
BRUNO
Esto es muy raro...
BRUNO
Yo también soy raro.
Bruno se da cuenta y se atreve a hacer algunos movimientos divertidos que Sombra repite. Sin
darse cuenta, Bruno está jugando con Sombra.
BRUNO
(Ríe). Oye, te gusta jugar, ¿no? (A sí mismo). Ay, qué tonto. Si a mí me
gusta jugar, entonces... Sí, lo hago todo yo...
BRUNO
¡Eso es! (Decide hablar con Sombra). Bueno, Sombra... ¿Te puedo decir
Sombra? Te pregunto antes de que te molestes otra vez. Todavía no
entiendo muy bien cómo controlar eso. Bueno, pasa que tengo que
salir de acá. Me preocupa mi mamá. Debo ir con Miguel. Y hasta me
da pena la maestra Oneth... Entonces, se me ocurrió que, tal vez, si nos
llevamos bien, y no creces de esa manera «horripilante», me puedes
ayudar...
Silencio.
BRUNO
¿Quieres ser mi amigo? (Sombra no reacciona). ¿Tienes otros amigos? Tal
vez algunos payasos malvados.
BRUNO
Bueno, algo que hacen los amigos es no tenerse encerrados en la
oscuridad vacía y grandota. ¿Me puedes sacar de acá? (Ofreciendo su
mano para estrecharla). ¿Amigos?
BRUNO
(Entre risas). ¡Ya! ¡Somos amigos!
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 181
Escena 13
Bruno está desmayado en el patio de recreo. Entra la maestra y lo ve.
SILVIA
¡Bruno! ¿Qué pasó? (Moviendo a Bruno). ¿Me escuchas, hijo?
BRUNO
(Volviendo en sí). ¿Mamá?
SILVIA
¡Bruni! ¿Te caíste? ¿Te acuerdas si te golpeaste la cabeza?
BRUNO
(Reaccionando). ¿Mamá? ¿Eres tú? ¿Sí? ¿Y me ves, no? ¿Me ves?
SILVIA
¿Bruni, te golpeaste la cabeza? ¿Te duele algo? Maestra, creo que hay
que llamar a un médico.
BRUNO
¿La maestra? (Al reconocer que también está ahí, se lanza a abrazarla).
¡Maestra Oneth!
SILVIA
¡Bruni! ¡Qué dices!
SILVIA
(Mientras va llevándose a Bruno). ¡Sí, por supuesto, maestra Jarihuela!
Mil disculpas, Bruni no quiso decirle así. Son cosas que aprende de los
otros chicos...
BRUNO
¡Esperen! Si estoy aquí... ¡Quiere decir que sí somos amigos!
SILVIA
¿Amigos? ¿Quiénes?
BRUNO
¡Sombra y yo! ¡Debo encontrar a Miguel! (Sale corriendo).
SILVIA
Bruni, ya es tarde, ya lo recogieron... (A la maestra). Gracias, maestra
Jarihuela. Mil disculpas por...
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 183
MAESTRA ONETH JARIHUELA
Sí, sí... (Deteniéndola). Señora, hable con Bruno. Yo no suelo meterme
en estas cosas, pero, sobre lo que me contó, le recomiendo que sea
honesta con él.
SILVIA
Gracias, maestra.
Silvia sale y solo se queda la maestra en el escenario. Una vez sola, forma una honesta sonrisa
en su rostro.
Escena 14
Ingresa Miguel por el público. Se sienta. La maestra Oneth pide orden y que el público se aco-
mode para la ceremonia de clausura del año escolar.
BRUNO
(Haciendo énfasis en el correcto apellido). Gracias, maestra Oneth
Jarihuela.
MIGUEL
¡Participaste!
MIGUEL
¡Te dije que ganarías!
BRUNO
Sí... ¿Amigos?
MIGUEL
¡Claro que sí! ¡Has ganado un premio! ¡Ahora seremos populares! Y tú
que decías que no ibas a ganar. ¿No tenías miedo, gallinita?
BRUNO
Sí tengo, solo que... esa es otra historia... (Dándole su medalla). ¡Toma!
MIGUEL
¿Quieres que te la guarde para que no te la quiten los de sexto?
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 185
BRUNO
No, te la estoy dando...
MIGUEL
¿A mí? ¡Pero si es tu medalla! Cuando se entere, va a venir tu...
BRUNO
Es tuya también. Tú me dijiste que participe. Así que quédatela.
MIGUEL
¡Ala! ¡Una medalla! ¡Como las de mi mamá!
BRUNO
¡Ahora tú también tienes premio y tu abuelo se puede tomar fotos
contigo y mostrarlas a sus amigos!
MIGUEL
Sí, y le mandaré las fotos a mi papá. Va a estar feliz. ¡Pero y tú papá!
Seguro viene. (Hacia afuera del escenario). ¡Abuelo! (A Bruno). Quiero
que vea la medalla.
Miguel sale. Queda Bruno solo. La iluminación traza el recorrido de su mirada. Solo por ese
instante, se detiene a esperar un momento. A ver si, como le ha dicho Miguel, aparece su papá.
Espera. De pronto, lo vemos fijar su mirada hacia una esquina del escenario, en dirección al
público. Su rostro se ilumina y se llena de felicidad. Se ilumina esa esquina. Está parada ahí,
con postura humana, Sombra.
BRUNO
¡Sombra!
Sombra se convierte nuevamente en una criatura juguetona y corre hacia Bruno como un perrito
emocionado. Bruno le cuenta entre juegos que le regaló su medalla a Miguel mientras salen
juntos del espacio.
SILVIA
¿Bruni? ¿Ya estás listo? ¡Ven que se enfría!
SILVIA
¡Pero qué guapo este hombrecito! ¡A ver! (Sacando su celular). Espera,
te tomaré una foto.
BRUNO
(Con vergüenza). ¡Mamá!
SILVIA
¡Ya! ¡Sonríe!
BRUNO
¡Mamá, no!
BRUNO
(Con sobresalto). ¡Ah! Aquí estás.
SILVIA
(Viendo la foto). Ay, saliste chueco...
BRUNO
(A Sombra). ¡No aparezcas así!
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 187
SILVIA
¿Qué dices, Bruni?
BRUNO:
Nada, ma.
BRUNO
¡Que todavía no! ¡Espera!
SILVIA
(Viendo las fotos). ¡Qué lindo! ¡A ver, una al pavo!
BRUNO
¡Verdad, el pavo! Mamá, ¿tú crees que si los pavos celebraran Navidad,
comerían humanos?
SILVIA
Ay, Bruni, por favor. Las cosas que piensas... (Dándose cuenta de que la
pregunta es en serio, hasta para el público). Bueno, yo creo que...
SILVIA
(Al público). Los pavos no son carnívoros. Entonces, yo creo que... que
ya que los pavos no son carnívoros, si ellos tuvieran cena, serían más
amistosos que nosotros y no nos comerían, sino que nos invitarían a
cenar con ellos.
Silvia espera a ver si convence a Bruno con su respuesta. Bruno lo piensa un momento y luego
celebra.
BRUNO
¡Es cierto! ¡No lo había pensado!
BRUNO
¡Pero si hace calor!
SILVIA
Ya, yo lo tomo. ¡Tú come antes de que el pavo se vaya bailando!
BRUNO
Mami, ¿puedo invitar a alguien a comer con nosotros?
SILVIA
¿Con nosotros? ¿Ahorita? ¿Aquí?
BRUNO
Sí, me ayudó a crear el cuento con el que gané.
SILVIA
¿Y no tiene a su familia con quien pasar Navidad? No quiero que nos
metas en problemas, Bruno.
BRUNO
No, no tiene a nadie más. ¿Puede cenar con nosotros?
SILVIA
Pero ¿y a qué hora llega? ¿Cómo hacemos? Ay, Bruni, no me parece...
BRUNO
Ya está aquí. Se llama Sombra y somos amigos.
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 189
SILVIA:
Ah..., ahhh... ¡Ya! Claro, claro (Haciendo como que ve a Sombra. Mira
y saluda en otra dirección). ¡Hola, Sombra! Pasa a la mesa, come con
nosotros...
Bruno acomoda la silla para Sombra. Empieza una música que remite a villancico navideño.
Se va perdiendo gradualmente el sonido de la voz de Bruno y Silvia con la música. Empieza a
bajar la sábana sobre ellos hasta cubrirlos por completo.
Escena 16
La música de la escena anterior continúa sutilmente. La sábana escupe a Bruno adulto, que se
queda parado al centro del espacio, como suspendido en el tiempo. Regresamos a la atmósfera del
inicio de la obra e ingresa el actor 2 con su linterna. La prende y se alumbra el rostro.
ACTOR 2
(Dirigiéndose al público). Y esta fue la historia de Bruno y la temible
Sombra que lo perseguía. (Apaga su linterna). Sí, a mí también me dio
miedo. La verdad, en esa parte pensé que Sombra se lo llevaba y...
¡bueno! Luego de esa Navidad, mamá le dijo a Bruno que papá ya no
volvería. Sin embargo, eso que había creado a Sombra ya no tenía el
mismo efecto en él. (A Bruno, que no lo mira y está suspendido en el tiempo).
¿Recuerdas, Bruno? Te hiciste amigo de Sombra y con mamá cenaron
juntos en Navidad por muchos años más. Recuerda, Bruno.
El actor 2 mira al público y pide su ayuda para repetir cada vez más fuerte y como haciéndole
barra a Bruno.
ACTOR 2 Y EL PÚBLICO
¡Recuerda, Bruno! ¡Recuerda, Bruno! ¡Recuerda, Bruno!
Aparece Sombra al borde del espacio. Bruno gira y se quedan frente a frente a la distancia.
BRUNO
¿Sombra?
BRUNO
¡Sombra! ¡Ahora te recuerdo! ¡Ven acá!
Sombra toma su forma de criatura juguetona automáticamente y corre hacia Bruno como un
perrito.
ACTOR 2
Y ahora que va a ser papá, así se muera de miedo, no tiene por qué
escapar, porque a esa sombra también la podrá conquistar.
BRUNO
(A su hijo). Y cuando un día aparezcan tus sombras, te contaré que
también tengo la mía y la gran historia de cómo nos hicimos amigos.
ACTOR 2
(Cortando el momento). Eso ha sido todo. Muchas gracias por venir y no
olviden pasar la voz, ya saben...
BRUNO
Oye, pero ¡un momento! Ahora que recuerdo, esa Navidad no terminó
así. ¡Le faltó esto!
Estalla la música cariñena, sube la sábana, está la cena servida y, de pronto, el pavo baila.
Todos salen de sus personajes y vuelven a ser los actores y actrices.
ACTOR 1
¡Todos a bailar!
-FIN-
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 191
192 | Pulso. Escrituras escénicas universitarias 2
Evelyn Cordero Neyra. Historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía) | 193
Evelyn Cordero Neyra
Bachiller en Artes Escénicas de la Univer-
sidad Científica del Sur. Escritora, directora
y productora de La historia de Bruno (y la
temible sombra que lo perseguía). En la ac-
tuación se ha desempeñado en piezas como
La obra que nunca pensamos hacer de Leo
Cubas, producida por la Asociación Cultural
Manada, y en 13 Club de Luis Berninsone, di-
rigida por Ruth Escudero en el Elenco de la
Escuela de Artes Escénicas de la Científica
del Sur, así como en diversas producciones
audiovisuales. Ha trabajado en la produc-
ción de festivales de teatro internacionales,
conciertos y obras de teatro para adultos y
para toda la familia. Es también docente de
teatro para niños y adolescentes, miembro
fundador de Gusano en la Cabeza Produc-
ciones y miembro de la Asociación Cultural
Manada.
Los textos de la presente edición han sido parte del programa de asesorías
dramatúrgicas Pulso que la Carrera de Artes Escénicas de la Universidad
Científica del Sur ofrece a sus alumnos del curso final de la carrera de pregrado,
como un paso previo a la presentación de sus obras en el marco del Festival
Escena Sur. De esta forma, nuestros egresados son acompañados en el
proceso de reescritura de sus textos dramáticos por profesionales destacados
del medio, en su camino al montaje final de sus trabajos escénicos, que son
presentados al público en general durante la programación del festival. Los
montajes que aquí registramos —parte de la edición del V Festival Escena Sur
de setiembre de 2018— son Belleza y estilo de Lucía Ruiz, Manicomio, concierto
para crecer de Luis Coloma y La historia de Bruno (y la temible sombra que
lo perseguía) de Evelyn Cordero. Los tres trabajos exploran, desde puntos de
vista muy personales, temas que nos conciernen a todos y que nos tocan
como seres humanos. Son obras que cuestionan diversos aspectos de esta
sociedad que todos queremos mejorar.