Bloque 2
Bloque 2
Bloque 2
Los primeros núcleos de resistencia cristiana se consolidan entre los siglos VIII y X en
la Cordillera Cantábrica y los Pirineos, y desde allí, Don Pelayo, proclamado rey en el 718,
extendió su poder a Galicia y País Vasco. En el 910, Alfonso III trasladó la capital a León,
haciendo a Castilla independiente en el 930, y cuyo primer conde fue Fernán González. En
el siglo X, el reino de Navarra se consolidó, inició su expansión por La Rioja y fue
convertido en el más poderoso de los reinos cristianos por Sancho III; y el reino de Aragón
(rey Ramiro I) incorporó los condados de Sobrarbe y Ribagorza. Y en los siglos IX y X, los
Condados catalanes se independizan del reino Franco gracias a Wilfredo y Borrell II.
La Reconquista, iniciada en el norte y extendida hacia el sur, fue un proceso que duró
ocho siglos. Del siglo VIII al X: los cristianos avanzaron sobre el valle del Duero. De los
siglos XI al XIII: los reinos de León y Castilla ocuparon el valle del Tajo y de Aragón y los
Condados catalanes el del Ebro. En 1085, Alfonso VI conquista Toledo, y Alfonso I en 1118
Zaragoza. Entre 1150 y 1212, se conquistó el curso medio del río Guadiana; el reino de
León se extendió por Extremadura, el de Castilla por la sub-meseta sur y el de Aragón por
Teruel. En el siglo XIII, el reino de Castilla reconquistó el valle del Guadalquivir y Murcia,
Alfonso VIII derrotó a los almohades en Navas de Tolosa en 1212 y en 1248, Fernando III
tomó Sevilla. La Corona de Aragón conquistó el reino de Valencia (Jaime I en 1236) y
Baleares. Así, solo quedaba el reino de Granada, conquistado finalmente por los Reyes
Católicos en 1492.
Durante los siglos XI, XII y XIII, la monarquía tiene poco poder sobre los territorios de su
reino, los reyes son incapaces de imponer su poder sobre los señores feudales, ya que no
disponen de recursos para mantener un ejército y una administración en todo el territorio.
En el s.XIII los monarcas aprovechan el crecimiento económico y el auge de la burguesía
para imponer su poder sobre la nobleza feudal y garantizar la unidad del territorio.
La Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y el Reino de Navarra presentan una
estructura política similar, basada en tres instituciones: Monarquía, Cortes(reunión de
nobles, clérigos y estado llano para discutir y votar las peticiones del rey) y Municipios (en
manos de la oligarquía urbana. En Castilla y Aragón: Concejo, en Cataluña: Consell.
Existían algunas diferencias en la política ya que Castilla y Navarra formaban un único
estado, con las mismas Cortes y la misma ley y Aragón era una monarquía pactista, una
asociación de estados, cada uno con leyes e instituciones de gobierno propias.
La sociedad en los reinos cristianos era estamental. Dividida en tres estamentos: los que
luchan (nobleza), los que rezan (clero) y los que trabajan (campesinos). Los privilegiados
son los dueños de la tierra y están exentos de pagar impuestos. Son los nobles Tienen el
poder jurisdiccional en sus tierras, poseen grandes propiedades llamadas “señoríos” que
trasmite por el sistema de mayorazgo y el clero que se divide en alto clero , los obispos y
arzobispos; y el bajo (pueblo llano. Los no privilegiados se denominan pecheros, pagan
tributos. Es el grupo más numeroso, la mayoría campesinos. En las ciudades aparece la
burguesía, dedicados a tareas artesanales y comerciales. Las dos minorías religiosas son:
los judíos y los mudéjares, musulmanes que viven en territorio cristiano. Era una sociedad
agraria y como resultado de las relaciones de dependencia personal surge el régimen
señorial.
2.6. Organización política de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y del Reino de
Navarra al final de la Edad Media.
En los siglos XIV y XV, en la Corona de Castilla son continuos los enfrentamientos
entre la monarquía y la nobleza. Se producen enfrentamientos civiles en la época de Juan
II y Enrique IV. Finalmente, en la Corona de Castilla se impuso el autoritarismo real sobre
la nobleza. Los enfrentamientos desaparecen en 1474, inicio del reinado de los RRCC, que
establecen una Monarquía Autoritaria. Las principales instituciones de Castilla son:
monarquía, las Cortes y los municipios. Las Cortes son un órgano consultivo, sin
capacidad de legislar, las convoca el rey para asuntos económicos. Las Cortes se
profesionalizaron y se creó la Cancillería, departamento burocrático para la
documentación regia, y el Consejo Real para las tareas de gobierno. Las Audiencias o
Chancillerías tienen función de Tribunal de Justicia, la Hacienda es el órgano de
administrar la economía, el órgano municipal más importante es el Concejo, dominado
por la oligarquía local. En la administración territorial, destacan las merindades y
adelantamientos. El gobierno de los municipios recae en los Regidores y en el s. XIV
surge la figura del Corregidor, representante del Rey en las ciudades.
La Corona de Aragón no era un Estado único, sino una unión de estados (Cataluña,
Valencia, Baleares, Aragón), en la que cada uno conservaba instituciones y leyes
particulares. La debilidad del poder real se manifiesta en el pactismo, por el que se
respetaban fueros y privilegios en esos territorios y los nobles tenían libertad y autonomía
en sus señoríos. En la administración central destacan el Consejo Real, las Cortes, con
poder legislativo; las Diputaciones, órgano de vigilancia de las Cortes para que se cumpla
lo aprobado, a mediados del siglo XIV se crea la Generalitat : comisión permanente de las
cortes catalanas que vigila el respeto de sus leyes. En la administración territorial, en
cada reino el rey tenía un lugarteniente o gobernador (virrey en Mallorca). Los territorios
se dividían en honores, en Cataluña en veguerías. Aragón vivió varias crisis políticas: al
morir Martin I en 1410 sin descendencia, en la ciudad de Caspe se reúnen
compromisarios de cada reino firmando EL Compromiso de Caspe de 1412 en el que
Fernando I de Trástamara es nombrado rey de Aragón.
En Navarra, las instituciones representativas fueron las siguientes: el Rey, las Cortes, el
Consejo Real, la Corte mayor o Cort general y la Cámara de Comptos. Durante los siglos
XIV y XV por motivos matrimoniales está más orientado a Francia que a los reinos
hispanos. A la muerte de Dña. Blanca a mediados del s. XV, comienza una guerra civil. En
1512 Fernando el Católico conquista Navarra y la incorpora al Reino de Castilla. La
incorporación de Navarra a Castilla se hizo bajo el principio de que Navarra conservaba su
condición de Reino (virrey) y sus instituciones privativas.