Circulación Capilar
Circulación Capilar
Circulación Capilar
En cualquier momento solo el 5% de la sangre circulante se halla en los capilares, pero este
5% es en un sentido la parte más importante del volumen sanguíneo, pero es a través de las
paredes de los capilares que entra el oxigeno y los nutrientes al líquido intersticial, y el
dióxido de carbono y los productos de desechos pasan a la sangre. El intercambio a través
de las paredes de los capilares es esencial para la supervivencia de los tejidos.
Los capilares son vasos muy finos que forman una red de paredes delgadas que enlazan en
el organismo las venas. Su función más importante es el intercambio de materiales
nutritivos, gases y desechos entre la sangre y los tejidos.
Resistencia capilar
Los capilares presentan una resistencia considerable al flujo, pero dicha resistencia no
reviste gran importancia para la función cardiovascular, por dos razones:
A pesar del hecho de ser los capilares realmente más estrechos que las arteriolas, el
gigantesco números de capilares le proporcionan el flujo, y el área de corte
transversal es tan grande que la resistencia total de todos los capilares es
considerablemente inferior a las de las arteriolas.
Dado que, los capilares no poseen músculo liso, su radio y por lo tanto su
resistencia no está sujeta a control activo, y se refleja simplemente el volumen de
sangre que le llega por las arteriolas (y el volumen que sale a través de las vénulas).
Velocidad capilar
Las sustancias liposolubles se difunden a través de las paredes capilares con mayor
facilidad que las insolubles, como los lípidos. Probablemente pasando de manera directa a
través de las células endoteliales.
J = Dx Ax Dc
Dx
En donde:
No hay activo de soluto a través de la pared capilar y los materiales cruzan por simple
difusión pasiva. El paso de la membrana puede ocurrir por difusión o transporte
intervenido, el desplazamiento transcapilar ocurre siempre por difusión.
Filtración Capilar
La pared capilar se comporta como un filtro poroso a través del cual el plasma, libre de
proteínas se desplaza por flujo masivo, proceso denominado ultrafiltración, bajo la
influencia de un gradiente de presión hidrostática. La tasa de filtración en cualquier punto a
lo largo de un capilar depende de un equilibrio de fuerza, llamadas fuerzas de Starling.
Absorción Capilar.
En los capilares: La magnitud de la fuerza de Starling que son fuerza del gradiente
de presión hidrostática y la del gradiente de presión osmótica; junto a un cualquier
capilar muscular típico. El líquido se mueve hacia el espacio intersticial en el
extremo arteriolar del capilar donde la presión de filtración a través de su pared
excede a la presión oncótica y hacia el interior del capilar en el extremo venular,
donde la presión oncótica excede a la presión de filtración.
Relación que existe entre el área de sección transversal, la velocidad del flujo
y la resistencia al curso de la sangre.
Los efectos de la reducción en, el calibre de un solo vaso son muy diferentes de los
que se ven en una reducción correspondiente del calibre de muchos conductos que se
ramifican. Una sección constreñida (o en estado de vaso constricción) en un solo tubo da
como resultado resistencia mucho mayor (caída de la presión por unidad de longitud) y un
flujo de mucha mayor velocidad.
El mismo volumen del líquido que fluye a lo largo de un gran segmento debe
acelerarse a lo largo de un segmento más corto. En contraste, la velocidad del curso de la
sangre, la resistencia al flujo y el gradiente de presión por unidad de longitud se reducen
grandemente a medida fluye por una región de área de sección transversal muy aumentada.
CIRCULACIÓN VENOSA
La sangre fluye por los vasos sanguíneos incluyendo, las venas, primordialmente
debido a la acción bombeante del corazón, aunque el flujo venoso es ayudado por los
latidos cardiacos, por el incremento en la presión intratorásica negativa durante cada
inspiración y por las contracciones de los músculos esqueléticos que comprimen las venas.
Una de las principales funciones de las venas es actuar como conductores de bajas
resistencias al flujo sanguíneo en su regreso de los tejidos hasta el corazón. También
realizan una función secundaria de regular su capacidad total para ajustar las variaciones
del volumen sanguíneo.
Resistencia
Las venas de gran calibre ofrecen poca resistencia al flujo sanguíneo cuando están
distendidas, mientras que cuando están comprimidas en muchos puntos por tejidos,
órganos, presiones, etc., ofrecen una considerable resistencia a esta
Capacidad Venosa.
La presión venosa central puede ser medida directamente solo insertando un catéter
en las grandes venas torácicas. Para medir la presión venosa periférica; una aguja unida a
un manómetro que contiene solución salina estéril es insertada en una vena del brazo.
La distancia vertical entre la aurícula derecha y el sitio donde la vena se colapsa (el
lugar donde la presión en ella es Cero), se mide la presión venosa en mm de sangre. La
presión venosa central esta disminuida durante la respiración con presión negativa y el
choque.
Retorno Venoso.
El volumen en total de sangre bombeada por el corazón por minuto se llama gasto
cardiaco. Se define como:
Asi el corazón late 72 veces por minuto y eyecta con cada latido 0,07L de sangre en
la aorta, entonces:
Gasto cardiaco = 72 latidos por minuto x 0,07 litros de sangre por latido
Gasto cardiaco = 5 litros por minuto
La gravedad. Cuando una persona está de pie, por efecto de la gravedad, la sangre
venosa de la cabeza y el cuello está favorecida en su retorno, no así en la sangre de
los miembros inferiores.
Capilar sanguíneo
Un capilar es un tipo de vaso sanguíneo formado por la terminación de las ramas de las
arteriolas que pierden las células musculares lisas que rodean al tubo endotelial. Estos vasos
sanguíneos se ramifican y se anastomosan con muy pequeño o ningún cambio de su
diámetro formando extensas redes capilares.
Histología [editar]
La pared capilar está formada por una capa de células endoteliales extremadamente
aplanadas, una lámina basal y una pequeña red de fibras reticulares. Pueden asociarse a la
pared capilar algunas células mesenquimaticas indiferenciadas. En algunos puntos, las
células pericapilares se diferencian más y tienen unas prolongaciones ramificadas que se
extienden circularmente en torno al capilar. Estas células llamadas pericitos, se piensa que
puedan ser contráctiles. Las propias células endoteliales pueden contraerse después de un
estímulo mecánico y por eso parece innecesario atribuir variaciones del tamaño de la luz a
células especiales de la pared capilar.
El calibre de los capilares de las diferentes partes del cuerpo varía dentro de límites
relativamente estrechos, entre 8 y 12 micras, y permite el paso con dificultades de las
células sanguíneas. En los órganos que están en un estado de actividad funcional mínima,
muchos capilares están estrechados de tal modo que apenas circula sangre por ellos. De
ordinario, sólo el 25 por 100 del lecho capilar total del cuerpo está abierto, pero cuando
aumenta la actividad, los capilares se abren y se restaura el flujo para atender a las
necesidades locales de oxígeno y nutrientes.
En los cortes transversales de los capilares pequeños, una célula endotelial puede
extenderse alrededor de toda la luz. En los capilares mayores, la pared puede estar
constituida por parte de dos o tres células.
Se estima que la longitud total de todos los capilares del cuerpo humano es de unos 40.000
kilómetros.
Tipos de capilares [editar]
Capilar Venoso: Encargado de llevar sangre desoxigenada hacia el corazón por
medio de las vénulas donde se encuentran las venas para que luego éste lo bombee a
las distintas partes del cuerpo.
Capilar Arterial: Encargado de transportar la sangre oxigenada a los diferentes
tejidos y órganos.
Sin embargo, con la resolución que proporciona el microscopio de luz, los capilares de los
diferentes tejidos y órganos parecen muy semejantes, pero con el microscopio electrónico
han podido distinguirse sobre la base de las diferencias del endotelio al menos dos tipos
morfológicos distintos.
El flujo de sangre de los capilares viene regulado por las arteriolas que presentan
musculatura en su pared, mediante vasoconstricción o vasodilatación.
La cantidad de sangre que los órganos reciben en un momento dado, varía de acuerdo con
su actividad. Así, por ejemplo, el número de capilares en un músculo en reposo aumenta 3 a
200 veces durante su contracción. En general, en un tejido u órgano en reposo la sangre
pasa (por estar relajados sus esfínteres precapilares) sólo por un 2% a 5% de sus capilares.
Se estima que normalmente sólo un 4% de la sangre total se encuentra en el territorio
capilar. En algunos casos patológicos, en que se produce relajación generalizada de las
arteriolas, metaarteriolas y esfínteres precapilares, la sangre fluye prácticamente en la
totalidad de los capilares. En estas condiciones, las venas pueden albergar una gran parte o
casi la totalidad de la sangre. La circulación capilar se hace, por consiguiente,
extremadamente lenta, disminuyendo considerablemente el retorno de la sangre al corazón,
y, consecuentemente, el volumen-minuto y la presión arterial. Se produce así, el estado
llamado shock circulatorio, que, si no es tratado oportunamente, puede provocar, en corto
plazo, la muerte. Normalmente la dilatación de las arteriolas, metaarteriolas y esfínteres
precapilares en un territorio, se acompaña de su contricción en otras áreas. Esto constituye
un importante mecanismo de compensación que asegura tanto una adecuada presión arterial
como la distribución de la sangre a los órganos y tejidos de acuerdo con sus necesidades.
El examen microscópico de la estructura vascular muestra que las fibras musculares que
rodean las arteriolas y metaarteriolas, terminan en la parte final de éstas, donde forman el
esfínter precapilar. La metaarteriola, como puede verse en la figura 5 I A, desemboca en el
capilar arteriovenoso, carente de fibras musculares y formado por una capa única de células
endoteliales. Los capilares arteriovenosos (AV) desembocan finalmente en las vénulas y
representan el camino más corto entre arteriolas y vénulas. Es importante hacer presente
que las arteriolas y metaarteriolas son capilares desde el punto de vista físico, pero no
funcionalmente. Sólo los capilares verdaderos pueden ser considerados tanto funcional
como físicamente como tales. Los capilares verdaderos se originan también de las
metaarteriolas y al anastomosarse entre sí, forman una red capilar. Su pared está formada
por una sola capa de células endoteliales. Se distingue en ellos una porción arterial
proximal a la metaarteriola y una porción venosa que se continúa con la vénula
correspondiente.
De acuerdo con mediciones directas, la presión en la parte arterial del capilar oscila entre
20 y 48 mm de Hg y en su parte venosa entre 6 y 18 mm de Hg. Esta diferencia de presión
entre capilar arterial y venoso es de gran importancia, ya que es la causante del intercambio
de líquido entre sangre capilar y liquido intersticial. De acuerdo con la hipótesis de Starling,
en la porción arterial del capilar se filtra cierto volumen de líquido hacia el espacio
intersticial, volumen que retorna a la sangre en la parte venosa del capilar. El volumen
filtrado depende de la diferencia entre presión hidrostática intracapilar (Z) y la que
prevalece en el espacio intersticial (P¡). La presión oncótica del plasma, es decir, la fuerza
con que las proteínas plasmáticas atraen el agua, es de dirección opuesta, es decir, tiende a
impedir que el agua pase al espacio intersticial. La presión oncótica del plasma (KP) es
mayor que la del liquido intersticial (K.).
La presión de filtración efectiva (P1) puede, por consiguiente, representarse por la siguiente
ecuación:
En la parte arterial del capilar predomina la presión hidrostática, que expulsa líquido libre
de proteínas hacia el intersticio. La presión hidrostática disminuye progresivamente hacia el
capilar venoso debido a la salida de líquido; al mismo tiempo se hace mayor la
concentración de las proteínas de la sangre capilar y aumenta, por lo tanto, la presión
oncótica. A causa de estos cambios en el capilar venoso predomina la presión oncótica y se
produce la reabsorción de líquido desde el espacio intersticial hacia la sangre.
Hay que hacer notar, sin embargo, que ni la calidad ni la cantidad de las proteínas en el
líquido intersticial son iguales a las del plasma. Su concentración intersticial es inferior a la
plasmática, debido al mayor volumen del espacio intersticial. Es así como el líquido
intersticial carece, por ejemplo, de fibrinógeno (por lo tanto no se coagula), el cual por su
gran tamaño molecular no puede atravesar la membrana capilar.
La salida de líquido de los capilares varía de acuerdo con el órgano y con el tamaño de los
poros de la pared capilar.
Los mecanismos que regulan la circulación capilar son en realidad poco conocidos y están
relacionados íntimamente con la estructura capilar. Esta, a su vez, varía de un órgano a
otro. En algunos órganos es imposible diferenciar los capilares arteriales de los capilares
venosos.
Es innegable que los capilares poseen inervación, cuyo significado funcional, sin embargo,
se desconoce. Se acepta actualmente, como ya hemos mencionado, que el flujo de sangre
en los capilares verdaderos está regulado por la musculatura circular de las arteriolas, meta-
arteriolas y esfínteres precapilares. Esta musculatura se encuentra normalmente en un
estado de contracción permanente submáxima (tono vascular). Su relajación incrementa el
flujo en tanto que el aumento del tono reduce el flujo y puede llegar a detenerlo. El número
de capilares de un órgano por los cuales circula sangre en un momento dado es
directamente proporcional a su actividad. Este fenómeno se debe a que diversos productos
del metabolismo celular tienen una potente acción dilatadora de las arteriolas,
metaarteriolas y esfínteres precapilares. El tono vascular disminuye también en la hipoxia.
Circulacion venosa
Son de diámetro considerable, muy elásticas, con una elevada capacidad de dilatarse para
almacenar sangre en su interior. La presión de la sangre en esos vasos es muy baja. La
velocidad de la sangre es alta, no tanto como en las arterias, pero sí más que en las
arteriolas, ya que la velocidad de la sangre dependerá de la sección del vaso. Los
organismos han desarrollado adaptaciones para solucionar el problema de la baja presión en
las venas. Muchos han desarrollado un sistema de válvulas venosas en venas ascendentes,
situadas por debajo del corazón, de manera que si se produce un descenso de la presión, la
sangre no descienda de nuevo por las venas. Otro mecanismo existente consiste en bombas
musculares, de manera que los músculos situados en las extremidades, al realizar su
función normal hacen que la sangre ascienda.
Al envejecer, los vasos se dilatan y las válvulas no cierran tan bien como antes. Si ha sido
un ritmo de vida sedentario, se ha acumulado presión, puede provocar que la presión
ascienda mucho. Esto provocará que la presión de filtración aumente mucho, lo que
provocará que se acumule líquido en las extremidades, lo que podrá provocar edemas, que
se produce por un sistema de retroalimentación positiva.
Mediante los procesos de inspiración y espiración, el diafragma actúa ayudando a la sangre
a ascender hacia el corazón.
Venas
A diferencia de las arterias, las venas permiten el retorno de la sangre al corazón. Su estructura, por lo
tanto, se diferencia enormemente. Sus paredes son delgadas y lacias; suelen correr de manera paralela
a las arterias, beneficiándose de sus movimientos (contracciones y dilataciones).
Las venas superan en cantidad a las arterias, ya que por ellas circula cerca del 70% del volumen total
de la sangre. Su diámetro puede alcanzar hasta un centímetro y cada una posee una válvula interior, la
cual no es más que una expansión del mismo tejido de la pared venosa, que tiene como importante
misión evitar que la sangre "se devuelva" hacia algunas zonas por efecto de la gravedad.
La sangre que fluye por las venas posee un color diferente a la que transita por las arterias. Mientras
que las arterias impulsan una sangre rica en oxihemoglobina que le otorga un color rojo intenso, las
venas trasladan elementos de desecho y dióxido de carbono, por lo que el fluido sanguíneo de estos
conductos adquiere un color rojo azulado oscuro. Por ello, si miramos las venas superficiales que están
en nuestros brazos, notaremos un color azulado en vez de rojizo.
Al igual que las arterias, las venas disminuyen de tamaño en su recorrido y se transforman en vénulas.
Estos diminutos conductos son los encargados de recoger la sangre proveniente de la red capilar hacia
las venas mayores.