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Ensayo Derecho Administrativo

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LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO ADMINISTRATIVO DENTRO DE LA

ACTIVIDAD ESTATAL

El artículo 3 de la Ley 1437 de 2011 establece que las autoridades en sus decisiones
están obligadas a observar los principios de buena fe, igualdad, imparcialidad, debido
proceso, moralidad, participación, responsabilidad, transparencia, publicidad, coordinación,
eficacia, economía y celeridad, cuyo contenido y alcance interpretativo de la ley se explicitan
en la norma como directriz de obligatorio cumplimiento para los servidores públicos.

La norma es clara en su interpretación, pues ordena que todas las actuaciones y


decisiones administrativas, se deben planear y ejecutar, previendo que con aquella norma, se
cumplan las disposiciones constituciones y con ello, los fines esenciales del Estado, en pro
de sus asociados.

Pero no todo lo que la legislación muy sabiamente consagra, se cumple con total
eficacia e imparcialidad, por lo que resulta ilógico que un Estado Social del Derecho, se
cuente con un sinnúmero de servidores públicos, que en poco o nada contribuyen con una
solución pronta y suficiente, a las necesidades que por mandato legal, se les deben brindar a
los ciudadanos, generando que se torpee sobremanera, todo el aparato estatal.

Unas de las finalidades más preponderantes del derecho administrativo, es que a


través de aquel, se diriman los conflictos ocasionados entre entidades del Estado, en cabeza
de sus entidades, y los particulares, incluyendo en este último, los que siendo de naturaleza
privada, cumplen funciones gubernamentales. Pero para llevar a cabo este objetivo, es
necesario que se cumplan a cabalidad una serie de principios orientadores y reglas
procedimentales, que hagan de la función administrativa, un quehacer más dinámico y
realista al contexto social.
Todos estos menesteres se traducen en una eficiente prestación del servicio de cara al
ciudadano, ya que en cada una de las acciones que se desarrollen en todos los estamentos y
niveles, se encuentra representado el Estado, cuya finalidad “es la de proteger y garantizar
los derechos y libertades de las personas, la primacía del interés general, la sujeción de las
autoridades a la Constitución y demás preceptos del ordenamiento jurídico, el cumplimiento
de los fines estatales, el funcionamiento eficiente y democrático de la administración, y la
observancia de los deberes del Estado y los particulares” (Análisis Nuevo Código de
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo – Ley 1437 De 2011,
Contraloría General de la República, año 2012), debiendo velar por ende, por el
cumplimiento de las garantías legales y constitucionales.

Podemos definir los principios, como un conjunto de valores, creencias y normas; que
orientan el comportamiento de las personas, manifestándose como una realidad en nuestra
cultura y en nuestra forma de ser, pensar y conducirnos. Estos principios, llevados a un
contexto macro de la actividad estatal, se convierten en la guía de la actuación administrativa,
en norma rectora y de obligatorio cumplimiento, los cuales tiene su asidero en la norma de
normas, esto es, en la Constitución Política de Colombia de 1991, disposición de la que se
desprende toda nuestra legislación, siendo el horizonte y el norte, que deben observar las
entidades públicas en la prestación de sus servicios, bajo los parámetros de sujeción
normativa y gestión efectiva, actividades que a su vez se encuentran reguladas, en el código
de procedimiento administrativo y de lo contencioso administrativo.

La finalidad de estas disposiciones normativas, es proteger los derechos y libertades


de las personas, la primacía de los intereses generales, el funcionamiento eficiente de la
administración y el cumplimiento de los deberes del estado hacia los particulares. Todos estos
presupuestos deben ir encaminados a la reducción de instancias y trámite innecesarios e
ineficaces, que en vez de lograr el cometido de la administración, se convierte en un obstáculo
para el ejercicio de su actividad.
Con la Constitución Política de 1991, se creó una serie de mecanismos que hacen más
accesible para los ciudadanos, la protección de sus derechos; tal es el caso de la acción de
tutela que ha conllevado a la democratización de la norma, en aras de la materialización de
los derechos constitucionales y de hacer efectivas las garantías, valores y principios del
Estado Social de Derecho que proclama el País. Pero poco a poco, su cotidianidad y
verbalización, la han convertido en una hecatombe de dimensiones complejas, y casi en un
requisito imprescindible en los trámites con muchas entidades prestadoras de servicios,
especialmente, las EPS.

De otro lado, se observa con nostalgia la forma en la que muchos servidores públicos
atienden a los usuarios –si de esta manera se puede decir-, pues ponen una serie de trabas y
de requisitos innecesarios y en ciertos casos ilegales, que a todas luces, rayan con la norma
que regula dichos trámites, lo que genera el descontento de los ciudadanos.

El servicio público que se presta a través de los funcionarios, debe ser ágil, eficiente, versátil,
con el respeto y la consideración que en particular merece cada caso, pues cada quien va con
el deseo de encontrar una solución pronta y suficiente a la problemática que los está llevando
hacia ellos. Las calidades y cualidades exigibles a los servidores deben permitirles
transformar y humanizar día a día su labor. El trato digno y la práctica de la empatía, la
solidaridad entre otros, deben generan confianza de la comunidad hacia sus instituciones; por
ello, la importancia de establecer dentro de estas, políticas claras de sensibilización,
capacitación y seguimiento de la labor de los colaboradores, en pro de mejorar la calidad de
la atención, propendiendo además, por la versatilidad en la utilización de los medios
tecnológicos en el uso de las nuevas tecnologías.

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