Democracia Participativa y Protagónica, en Un Estado de Derecho y de Justicia
Democracia Participativa y Protagónica, en Un Estado de Derecho y de Justicia
Democracia Participativa y Protagónica, en Un Estado de Derecho y de Justicia
Así mismo, el ser humano desde que es concebido goza de todos los derechos: el
derecho a la vida, a la salud, a la educación, a la integridad física, psíquica y moral, a la
cultura, a un ambiente sano, a ser informado de manera veraz y oportuna, a la libre
expresión, a la seguridad, a la no discriminación, entre los más fundamentales resaltando
que, tal como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el
artículo 22, el no estar enunciado o nombrado algún derecho humano en instrumentos
internacionales o en la constitución, no significa que no se garantice el ejercicio del
mismo. Los Derechos Humanos son universales, inalienables e indivisibles. Son
universales, por el hecho de existir seres humanos en todo el mundo y son para el goce y
ejercicio de todos los seres humanos indistintamente donde vivan en el planeta. Los
Derechos Humanos son inalienables, porque no se puede ser despojado de ellos por
otros ni por otras y son irrenunciables ya que ninguna persona puede renunciar a sus
derechos humanos voluntariamente. Estos derechos también son indivisibles, tanto por la
inexistencia de jerarquía entre ellos - todos son igualmente necesarios para una vida
digna- como por la inadmisible posibilidad de restringir o limitar un derecho para promover
otro, por ejemplo, no puedo violar mi derecho político de participación para que se me
pueda garantizar mi derecho a la educación, sino que ambos son Derechos Humanos,
ambos se deben respetar y todos como ciudadanos y ciudadanas conscientes y
comprometidos debemos defender.
Los derechos humanos deben ser bien conocidos por todos los ciudadanos y todas las
ciudadanas. Las sociedades muchas veces se van acostumbrando a prácticas sociales en
las cuales se vulneran y violentan los derechos humanos, sin ni siquiera saberlo. La
educación no puede ser indiferente a esta situación, sino que al contrario, las instituciones
educativas deben ser espacios de ejercicio y prácticas de todos los derechos humanos y
a su vez, ser espacios de formación de tal manera que los y las estudiantes conozcan sus
derechos, los respeten y sepan defenderlos. Para poder defender nuestros derechos
humanos, debemos en primer lugar, conocerlos y reconocer cuándo se están vulnerando.
Igualmente, todo ciudadano y toda ciudadana deben conocer los mecanismos mediante
los cuales pueden defender sus derechos humanos vulnerados o violados. La
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, claramente estipula una serie de
mecanismos que permiten ejercer acciones en defensa de los derechos vulnerados o
cuando haya el temor de su vulneración.
Una nueva cultura de verdadera convivencia requiere del respeto y reconocimiento de los
derechos humanos nuestros y de los y las demás. Tal como lo expresó nuestro Libertador
simón Bolívar en 1817 “Un buen ciudadano debe siempre pensar con respecto a sí, lo que
calcularía con respecto a los demás”. Nuestra Constitución, es por excelencia garante de
los derechos humanos, por ello en el artículo 2 define al Estado como democrático y
social de derecho y de justicia, que propugna como valores superiores de su
ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la
solidaridad, la responsabilidad social, y en general, la preeminencia de los derechos
humanos.