Cecap Teoria
Cecap Teoria
Cecap Teoria
valorar el estado del paciente
Constantes vitales
Las constantes vitales valoradas inicialmente en un
animal hos- pitalizado son la temperatura, la frecuencia cardíaca, el
tiempo de repleción capilar y la frecuencia respiratoria.
No
obstante, de- be realizarse una valoración general del estado del anima
l, en la que se explorarán ojos, nariz, orejas, ano,
vulva o pene y estado del pe- laje. Debe averiguarse si
el paciente presenta nistagmo, ataxia y ani- socoria, y los hallazgos
deben registrarse en una ficha clínica pa- ra cada animal.
Temperatura
La temperatura interna del paciente es una pista útil sobre el es- tado de salud de
un animal. Es posible que la temperatura sea ele- vada
(pirexia) en caso de infección o sepsis, o en casos de golpe de calor. Por otra parte,
la temperatura puede ser inferior a la normal en animales que han pasado por
una cirugía agresiva con aneste- sia general o en casos de hipotermia.
Para tomar la temperatura del animal se utiliza un termóme- tro digital o de
mercurio. Los termómetros digitales tienden a ser ligeramente mejor tolerados,
ya que el extremo insertado es algo más estrecho que el de
un termómetro de mercurio. Si se utiliza uno de mercurio, es importante
asegurarse de que el mercurio haya bajado a la base antes de
su uso. A continuación, se introduce en el ano, utilizando un gel lubricante, como
vaselina, y se deja un mi- nuto. Debe
girarse con cuidado al introducirlo y sostenerlo en un li- gero ángulo para que no
se registre la temperatura de las heces que pueda haber en el recto.
Si se rompe un termómetro de mercurio, debe consultarse el caso enseguida con
un supervisor sanitario, ya que el mercurio es una sustancia
peligrosa. También es importante verificar la unidad de medida al registrar una
temperatura. Los termómetros miden las temperaturas en grados tanto
Fahrenheit como Celsius, mien- tras que los digitales tienden a utilizar sólo una de
las dos escalas.
Pulso
Es una medición básica de la frecuencia cardíaca mediante un estetoscopio, con
el que se ausculta el tórax. Puede llevarse a ca- bo colocando el estetoscopio
sobre la cara lateral del tórax, justo por detrás del punto inferior de la escápula
(fig. 16.1). En esta zo- na también pueden detectarse posibles irregularidades del
latido cardíaco, como arritmias sinusales o soplos cardíacos. La palpación de los
pulsos periféricos da alguna pista, por ejemplo, sobre el esta- do de la circulación
periférica de un animal.
El pulso puede palparse en varias zonas del cuerpo de un ani- mal. En un animal
anestesiado, puede utilizarse el pulso lingual. En animales conscientes, los puntos
más utilizados son el pulso femoral (porción medial del fémur; figura 16.2A), el
pulso digital (cara palmar del carpo; figura 16.2B) y el pulso tarsiano (cara me- dial
de la porción media del tarso; figura 16.2C).
Puede utilizarse un pulsioxímetro para determinar la frecuen- cia cardíaca y la
saturación de oxígeno de la sangre. Este peque- ño aparato contiene un par de
sensores que se aplican sobre una mucosa o zona de piel, como los pliegues
interdigitales o los pa- bellones auriculares. La lengua puede utilizarse en
animales anes- tesiados o comatosos. La medición depende de que haya un nivel
mínimo de circulación periférica para que los sensores obtengan una lectura, y no
es útil en pacientes con grave insuficiencia cir- culatoria.
Respiración
Infección.
• Sepsis.
• Actividad convulsiva.
Existen diversas formas de enfriamiento de un animal, pero
en uno críticamente enfermo algunos métodos pueden no ser
apropiados. Por ejemplo, pueden administrarse líquidos a temperatura
ambiente, pero no fríos; asimismo, un enema de hielo picado
puede funcionar en situaciones extremas en que las temperaturas
se acerquen a los 41-42 ºC. El enfriamiento del organismo
se consigue mejor sumergiendo al animal en agua fresca pero no
fría; si el agua está demasiado fría, puede producirse vasoconstricción
periférica, que ralentizará el proceso de pérdida de calor.
La hipotermia puede indicar:
• Shock.
• Hipovolemia/colapso circulatorio.
• Animal moribundo.
Es de importancia crucial calentar a estos animales cuanto antes.
Cuando la temperatura empieza a bajar por debajo de 36 ºC,
el animal debe calentarse de forma activa desde el centro del organismo.
La administración de líquidos a temperaturas de no más
de 40 ºC por vía intravenosa puede funcionar. Los líquidos pueden
calentarse en baño de agua caliente antes de la administración
o sumergiendo parte del tubo de gotero en un cuenco de agua caliente
durante la administración del líquido.
La vejiga también puede utilizarse para la administración de
líquidos; se inserta una sonda vesical de forma aséptica en la vejiga
y se administran bolos de solución salina estéril a no más de
28-40 ºC. Se observará un efecto óptimo si el líquido se deja al
menos 30 minutos, se extrae y a continuación se administra otro
bolo. Puede observarse aumentos de temperatura de hasta un grado
cada vez con este método.
En un animal en shock hipovolémico, el calor directo está
contraindicado porque produce vasodilatación, lo cual potencia
la irrigación de partes no vitales del sistema circulatorio, como los
vasos cutáneos. El organismo no las considera importantes en
momentos de crisis circulatoria.
Frecuencia cardíaca
El pulso puede palparse en cualquier parte en que haya una arteria
cercana a la superficie del cuerpo, y suele hacerse en la arteria
femoral tanto en el perro como en el gato. Si
un animal críticamente enfermo está en shock hipovolémico, los
pulsos periféricos serán los primeros afectados. En estas situaciones,
la palpación y lectura de pulsos periféricos puede ser un buen