Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Teoría Del Conocimiento Específico de Dominio: Característicos

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

La 

teoría sensorio-funcional, propuesta por Warrington, Mc-Carthy y Shallice, explica


las disociaciones encontradas en los pacientes con trastornos en ciertas categorías
semánticas. Según esta teoría, no existe una separación de categorías semánticas en el
cerebro, sino que los conceptos están representados en él en función de sus rasgos
característicos.
De manera más detallada, dicha teoría asume que el conocimiento conceptual está
organizado de acuerdo con subsistemas semánticos de modalidad específica. Por lo tanto,
el conocimiento de una categoría semántica estaría localizado cerca del área sensorio-
motora del cerebro que procesa sus propiedades. Estos autores suponen que las
propiedades sensoriales y funcionales tienen una importancia diferencial en la identificación
de los miembros de las categorías de seres vivos y objetos inanimados. Así, en la categoría
de seres vivos los atributos sensoriales cumplirán un rol principal (las rayas del tigre, el
rojo del tomate, etc.), mientras que en la categoría de objetos inanimados las propiedades
asociativo/funcionales serán primordiales para su reconocimiento (sirve para cortar, se
utiliza con un clavo, etc.). Puesto que el daño cerebral producirá un déficit en un sistema
sensorio-motor que puede subyacer a varias categorías, entonces pueden verse afectadas
conjuntamente distintas categorías semánticas.

Teoría del conocimiento específico de dominio


Según esta teoría, la propia evolución del cerebro humano ha determinado la
organización del sistema conceptual.
Contrariamente a la teoría sensorio-funcional, Caramazza y Shelton sostienen que el
sistema conceptual está organizado en amplios dominios como resultado del desarrollo de
mecanismos neuronales destinados al procesamiento de tipos específicos de estímulos.

Habría una serie de categorías de gran valor adaptativo


que se han consolidado a lo largo de la evolución de la
especie y ellas serían vulnerables al daño selectivo. De
acuerdo a este modelo, las presiones evolutivas
condujeron a la generación de sistemas cerebrales
especializados en la representación de determinadas
categorías. Esto se basa en el supuesto de que ha sido
fundamental para la supervivencia poder diferenciar
entre aquello que constituía alimento de los posibles
predadores, así como reconocer aquellos elementos que
podrían ser útiles para facilitar una tarea.

Es por esto que el dominio de seres vivos parece ser


fundamental. Este dominio incluye tanto la comida
(vegetales y animales), como los posibles predadores
(animales peligrosos para el hombre). Los objetos
inanimados representan la ayuda para conseguir la
comida (herramientas), así como para orientarse sobre
el terreno (rocas, cuevas, ríos, etc.). 

Modelos
Modelo de doble ruta de Hickok y Poeppel
En el año 2004, Hickok y Poeppel expusieron su Modelo de la Doble Ruta para tratar de
dar una explicación más pormenorizada del circuito cerebral subyacente a las afasias.
Hickok y Poeppel pensaron que con el lenguaje ocurría exactamente lo mismo, y que la
conexión entre el área de Broca y la de Wernicke no se reducía únicamente al fascículo
arqueado que recorre el lóbulo parietal y el lóbulo frontal posterior, si no que existía otra
ruta que conectaba ambas áreas y que se localizaba en el lóbulo temporal. A la ya
conocida conexión a través del fascículo arqueado la llamaron ruta dorsal, encargada de
las funciones de producción y repetición del lenguaje (expresión) y, con ello, relacionada
con la fonología, la gramática y la articulación. A la nueva ruta que se localizaba en el
lóbulo temporal la llamaron ruta ventral, encargada de la comprensión de los
significados (comprensión).

Es decir, al igual que las rutas del “qué” y el “dónde”, cuando el ser humano
escucha una palabra (estímulo auditivo verbal), esa palabra es codificada por el
área de Wernicke, y enviada a través de la ruta ventral a regiones del lóbulo
temporal para añadirles significado en base a nuestra propia experiencia.

Este Modelo de Doble Ruta, permite explicar por qué determinadas lesiones que
no implican a las áreas de Broca y Wernicke ni al fascículo arqueado provocan
deterioros en ciertos niveles del lenguaje, o por qué personas que sufren lesiones
en dichas áreas mantienen ciertas funciones conservadas.

Modelo de Friedericci
Posteriormente, Friedericci (2013) llevó a cabo una reconceptualización del modelo
haciendo una descripción más específica de las dos rutas del lenguaje. En el caso de la
ruta dorsal, encargada de la producción del lenguaje, diferenció entre dos estructuras
cerebrales diferentes que se ocuparían de funciones diferentes en la producción: el
fascículo arqueado, que se encargaría de los aspectos gramaticales, y el fascículo
longitudinal anterior, que sería el sustrato biológico de los aspectos fonológicos y de
repetición. En el caso de la ruta ventral, encargada de la comprensión de significados,
estarían implicadas también dos regiones cerebrales diferentes en procesos del lenguaje
diferentes: el fascículo uncinado intervendría en la comprensión gramatical, mientras que
el fascículo inferior occipito-frontal lo haría en la comprensión semántica verbal.

Cuando codificamos una palabra que se presenta auditivamente, nuestro cerebro


realiza un análisis acústico de la misma. En el caso de que se hayan afianzado las
correspondencias estímulo auditivo-fonema, pero aún no se haya formado una
representación de la palabra con significado que forme parte de nuestro sistema
semántico (léxico fonológico), podremos reconocer esos fonemas en las palabras
y repetirlos, aunque sea una producción carente de significado. Es decir, somos
capaces de producir la palabra pero no la comprendemos. Sin embargo, si ya
existe una representación con significado de esa palabra en nuestro léxico, en
nuestro sistema semántico, entonces escucharemos la palabra y
la comprenderemos. Pero además, que en nuestro sistema semántico existan
representaciones de palabras con significado nos permite acceder a nuestro
léxico para hacer producciones conscientes que nos permiten comunicarnos
para transmitir información, ideas, pensamientos, intenciones, etc.

Cuando codificamos una palabra que se presenta de forma escrita, nuestro


cerebro realiza un análisis visual de la misma. Si se ha producido una correcta
asimilación de las reglas de conversión fonema-grafema/grafema-fonema, pero
no existe una representación con significado en nuestro sistema semántico de la
palabra que estamos leyendo (léxico ortográfico), podremos leerla aunque no
comprendamos qué es lo que estamos leyendo. Sin embargo, si sí que existe esa
representación, podremos leer las palabras y comprenderlas, dotando de
significado a las palabras escritas. Y no sólo eso, también podremos acceder al
léxico ortográfico para escribir palabras con la intención de transmitir
conocimientos, ideas, intenciones etc.; así como denominar objetos del entorno.

El modelo también señala que, en función de qué parte de proceso falle, aparecerá una u
otra alteración del lenguaje. Por ejemplo, si no se han establecido correctamente las
correspondencias fonema-grafema/grafema-fonema, tendremos dificultades para leer y
escribir al no poder hacer la trascripción adecuada de letras a sonidos o de sonidos a
letras (Dislexia fonológica). Sin embargo, si tenemos dificultades de acceso al léxico,
entonces nos resultará difícil hablar al no poder acceder a las palabras de forma directa
(Anomia). Éstos son solo dos ejemplos, pero las alteraciones del lenguaje pueden ser
muchas y muy variadas en función de qué parte del proceso esté comprometida.

Modelo de tres rutas propuesto por Morton y Patterson

Morton y Patterson (1985) describieron un modelo de tres rutas. Primero se encuentra la


ruta no léxica para ensamblar las pronunciaciones a partir de la conversión subléxica de
grafema a fonema. Esta ruta está compuesta por dos subsitemas. Un mecanismo de
conversión grafema a fonema estándar complementado con un subsistema del cuerpo que
utiliza la información sobre las correspondencias entre rimas ortográficas y fonológicas.
Este subsistema se necesita para explicar los efectos léxicos de la pronunciación de las
palabras inexistentes. Segundo, la ruta directa que se divide en una ruta directa semántica y
otra no semántica.

El modelo de tres rutas explica los datos de la siguiente manera. Los efectos léxicos de las
palabras inexistentes y los efectos de la regularidad de las palabras reales se explican por
una comunicación de doble sentido entre la ruta léxica y la no-léxica. Son posibles dos
tipos de interacción: la interferencia durante la recuperación, y el conflicto en la resolución
de múltiples formas fonológicas tras la recuperación.

Según el modelo, la dislexia superficial es la pérdida de capacidad de lograr un contacto


directo con el lexicón ortográfico, y la dislexia fonológica es la pérdida de la ruta indirecta.

Modelo de McCloskey, Caramaza y Basili

El modelo de McCloskey (1992; McCloskey, Caramazza, y Basili, 1985) constituye el primer intento serio desde la
neuropsicología cognitiva de descripción de los procesos psicológicos implicados en el procesamiento numérico y
aritmético, desde el reconocimiento de números en sus distintas formas de expresión y su producción hasta el
cálculo de operaciones. Aunque ha sufrido alguna pequeña variación desde su elaboración inicial (McCloskey et al.,
1985), mantiene su estructura básica (McCloskey, 1992).

McCloskey ,Basili y Caramazza (1985) afirman que el sistema de procesamiento numérico


incluye los siguientes componentes:

 De procesamiento sintáctico: procesamiento de las relaciones entre los


elementos para comprender o producir los números como un todo.
 De procesamiento fonológico: para comprender y producir números
hablados.
 De procesamiento grafémico: para producir y comprender números
escritos.

Los autores proponen que estas representaciones del número se procesan por tres
módulos que se pueden llegar a alterar, y éstos son: un módulo en el cual entra la
información, el siguiente módulo se encarga de procesar la información y el tercer
módulo es una salida para la información. Si existe alguna perturbación o lesión
cerebral se presentarán problemas en las habilidades matemáticas.

Algunas de las características que presentan los módulos que integran a dicho modelo son:
existe una codificación para el procesamiento de números arábigos (por ejemplo 435); una
codificación  para el procesamiento verbal de números (cuatrocientos treinta y cinco); y un
procesamiento lexical para la producción de elementos individuales en un número (3 o tres)
(McCloskey y Caramazza, 1985).

Dicho modelo presenta un sistema para procesar el número, después este sistema
se divide en dos sub-sistemas. El primer subsistema está compuesto por dos
dimensiones que son la léxica (número) y sintáctica (línea numérica), que tiene a
su vez vínculos con el cálculo mental y el cálculo escrito. El segundo subsistema
funciona como generador de códigos y representaciones escritas y orales del
procesamiento numérico abstracto.

Modelo de Ellis y Young

Este modelo tiene un primer estadio de reconocimiento auditivo verbal efectuado por un

primer sistema de análisis auditivo, que tiene por objetivo identificar los fonemas en la
onda

sonora del habla. Los resultados de ese análisis son transmitidos al lexicón de input
auditivo,

donde se buscará una opción equivalente entre las características de las palabras
almacenadas.

Si la opción seleccionada es adecuada, se activará la unidad de reconocimiento


correspondiente

del lexicón del input auditivo. Esta, a su vez, activará la representación del significado de la

palabra oída en el sistema semántico. En el mismo sistema semántico se inicia el proceso


de

producción verbal. También este modelo nos señala dos vías más: una expresada por
enlace

directo entre el sistema de análisis auditivo y nivel fonémico (repetición de pseudopalabras


y

palabras desconocidas), y una tercera que uniría el lexicón de input auditivo con el lexicón
de

output de habla sin pasar por el sistema semántico (palabras conocidas).


4.1.2 Modelo TRACE Desarrollado por McClelland y Elman en 1986.

Tiene una estructura característica de los modelos conexionistas, es decir, el procesamiento


de

la información ocurre a través de numerosas unidades simples de procesamiento, llamadas

nodos, que tienen un nivel de reposo, un umbral y un nivel de activación y que mantienen

conexiones excitadoras e inhibidoras. En el modelo, la red de procesamiento es dinámica,

puesto que se auto actualiza a lo largo del tiempo; interactúa, puesto que permite que la

información fluya tanto de arriba hacia abajo como de abajo hacia arriba.

El modelo se compone de tres niveles: detectores de rasgos fonéticos, fonemas y palabras.

Los tres niveles están interrelacionados mediante conexiones bidireccionales, siendo la


relaciones inhibidoras dentro de un mismo nivel y excitadoras entre los niveles. Cuando
llega

el estímulo auditivo el nivel de detector de rasgos identifica los rasgos distintivos: si el


rasgo se

adecua al nodo, el nivel de activación crece hasta acercarse al umbral de activación y


transmite

esa activación a los nodos con los que está conectado. Este modelo pone de manifiesto el
valor del contexto

en el reconocimiento de las palabras, aunque existen otros que toman este factor como una

debilidad.

Modelo básico de doble ruta de Marshall & Newcombe

El modelo básico de doble ruta fue introducido por Marshall & Newcombe (1973) y

continuado por otros investigadores como Coltheart (1981), Cuetos & Valle Arroyo (1988)
Patterson, Marshall & Coltheart (1985) y

Valle Arroyo (1989). De acuerdo con esta perspectiva, al igual que

lo que ocurre en la lectura, podrían existir dos rutas posibles para

la escritura. Una de ellas es la vía fonológica, indirecta o no léxica

que supone la aplicación de reglas de conversión fonema-grafema

(RCGF) para obtener la palabra escrita. El uso de la vía fonológica

implica “la habilidad para analizar las palabras orales en las unidades que las componen, es
decir, la capacidad para segmentar

las palabras en sus fonemas y para establecer la conexión con sus


grafemas correspondientes” (Defior Citoler, 1996: 147). Esta ruta resulta imprescindible
para la escritura de no palabras o de palabras desconocidas. Se ha postulado que en
lenguas transparentes,

la utilización de la vía indirecta debería ser suficiente para la escritura de palabras y no


palabras.

La segunda vía es la llamada vía ortográfica, y consiste en la escritura léxica o directa de


palabras conocidas y almacenadas en el

léxico mental. Esta ruta resulta necesaria para escribir palabras en

las que un sonido puede representarse con más de un grafema,

palabras homófonas y palabras irregulares.

Marshall y Newcombe reportaron un paciente incapaz de leer seudopalabras no pronunciables,


pero capaz de leer palabras pertenecientes a una clase abierta (nombres, adjetivos, verbos), y
en un menor grado, palabras pertenecientes a una clase cerrada (conectores gramaticales).
Además, este paciente presentaba un número significativo de paralexias semánticas,
morfológicas y formales. Este trastorno fue inicialmente denominado como “alexia literal”
(Hécaen, 1972), y posteriormente como "dislexia profunda" (Marshall & Newcombe, 1973).

1. Reflexión se puede definir con mis palabras después del resumen con ejemplos o se
tiene que decir aplicaciones en la vida cotidiana
2. Modelos neuropsicologicas que sin de Alexia como  marshall shallece morton que no
tan en el post
3. Si aplico apa se incrementará las páginas
4. Se tiene que citar si copio o escribo lo que dice el autor
5.

También podría gustarte