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Fobia

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Ficha de Cátedra N2° Trastornos de Ansiedad. Fobia.

Carrera: Psicopedagogía.
Año: 3ero.
Psicopatología Evolutiva:
Profesora: Verónica Barrios.

Índice: de temas a trabajar

1- Definición del diccionario de fobia


2-¿De dónde proviene el Significado de la Palabra Fobia?
3-Tipos de tratamientos.
4-¿Qué le pasa al cuerpo en la fobia y qué es una conducta fóbica?
5-Clases de Fobias.
6-Fobia Escolar.
7-¿Cómo explica el psicoanálisis la conformación de una fobia?
8-Historial clínico del caso Juanito.
9-Analisis del caso Juanito.

Definición del diccionario de fobia…

-Temor intenso e irracional, de carácter enfermizo, hacia una persona, una cosa o una
situación. "Las distintas formas de fobias o temores esconden, bajo la concreción en que se
manifiestan, el significado que el sujeto confiere a aquello que le causa el temor"
Odio o antipatía intensos por alguien o algo. "no puedo con ella, le tengo auténtica fobia"

¿De dónde proviene el Significado de la Palabra Fobia? …


-Palabra que deriva de Fobos, que en griego antiguo significa pánico, personificación del
miedo del temor y el horror. Era el hijo de Ares, dios de la sangre y la guerra y Afrodita,
diosa del amor. La figura de Fobos en la mitología aparecía antes de cada batalla,
refiriéndose al miedo y pánico de los combatientes para luchar, estos luchadores, aterrados,
huían de la batalla o fingían su muerte para luego escapar. Deimos, hermano de fobos, hacia
1
su aparición después que este, presentándose en los luchadores que por miedo quedaban
paralizados ante el terror al dolor o la muerte.
Tras las múltiples interpretaciones de Fobos, se popularizó la imagen de un ser
sobrehumano con una misión siempre de destrucción hacia la raza humana o las amenazas,
ordenada por Ares y que intentará cumplir junto a Deimos. En la aparición final de Deimos y
Fobos para cumplir el objetivo que Ares les ha impuesto, aparece una escena en la que
Fobos se plantea las órdenes y decide no cumplirlas, manteniéndose al margen y salvando
así a la raza humana.

Como hijo del amor y la guerra, en él confluían el temor y la pasión, ambos, conceptos
abstractos e irracionales, difíciles de controlar, de ahí, la fobia, definida como "miedo
intenso e irracional" ante situaciones, personas u objetos.

Tipos de tratamientos…
Las fobias han sido estudiadas en la psicología desde sus inicios. Freud (1929) maneja las
fobias desde dos fases del proceso neurótico. "La primera es la represión de la libido y su
transformación en angustia, fase que queda ligada a un peligro exterior. Durante la segunda
se van constituyendo todos los medios de defensa destinados a impedir un contacto con
este peligro, que queda como un hecho exterior".
Las fobias específicas son un tipo de trastorno de ansiedad, en el cual una persona puede
sentirse extremadamente ansiosa o tener un ataque de pánico cuando es expuesta al objeto
del miedo. Las fobias específicas son uno de los trastornos psiquiátricos más comunes. Una
de cada 23 personas en el mundo sufre de alguna fobia, 11.2 millones de estadunidenses
padece de fobia social, un miedo persistente e irracional ante situaciones que puedan
involucrar el escrutinio y juzgamiento por otros, tales como fiestas y otros eventos sociales.
Las fobias empiezan a desarrollarse en promedio a los 13 años. Las mujeres son dos veces
más propensas que los hombres a sufrir fobias.
Algunas técnicas de "inmersión" o las terapias graduadas de exposición, entre las que se
encuentra la Desensibilización Sistemática (DS) se enmarcan en el enfoque de la terapia
cognitivo-conductual (TCC). En algunos casos, también pueden ser de ayuda los
medicamentos ansiolíticos. La mayoría de las personas que tienen fobias entienden que
están sufriendo de un miedo irracional o desproporcionado, aunque este reconocimiento no
impide que sigan manifestando esa intensa reacción emocional ante el estímulo fóbico.
La exposición graduada y la TCC trabajan con la meta de desensibilizar a la persona y de
cambiar los patrones de pensamiento que están contribuyendo a su miedo. Las técnicas
basadas en la TCC son las más eficaces, siempre y cuando la persona con este problema esté
dispuesta a someterse a un tratamiento que puede durar algunos meses (en ocasiones
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semanas). Hay otras orientaciones terapéuticas, como el psicoanálisis que intenta ubicar las
causas inconscientes del miedo al objeto fóbico.
La programación neuro-lingüística (PNL) que abordan estos problemas clínicamente, pero
tienen mayor duración y menor efectividad.8
En las fobias, el sistema de alarma del miedo es demasiado rígido: siempre es excesivamente
sensible. En la terapia se enseñará al paciente a modular todo esto mediante técnicas
psicológicas específicas. Por una parte, ayudándole a que se esfuerce a mirar lo que le asusta
y no a vigilar tanto su entorno. Por la otra, procurando que aprenda a regular sus
interpretaciones automáticas. No es fácil, pues la capacidad de razonamiento de las
personas fóbicas se encuentra bajo el efecto de sus procesos emocionales: nuestra
inteligencia se encuentra pues bajo la influencia de esos procesos.
Las fobias específicas suelen tratarse mediante psicoterapia, que, a la vez que le enseña al
paciente las causas de su fobia, le aporta técnicas para ir dominando la ansiedad ante el
estímulo desencadenante. Las técnicas para controlar la respiración y la tensión muscular
también pueden ser de gran utilidad.

Así se denominan algunos Tratamientos:

1-Técnica de exposición: En ésta, poco a poco, los profesionales confrontan al paciente con
la situación tan temida. El estímulo gradual y progresivo hace que las personas de a poco
vayan controlando sus temores.
2-Desensibilización sistemática: En el cual en lugar de estímulos se recurre a la imaginación
del paciente, que va proyectando en su mente al estímulo temido. En ambos ejemplos de
tratamiento, la exposición o la imaginación del estímulo se detiene cuando el paciente no
puede controlar su ansiedad, y se recomienza cuando se ha tranquilizado. De a poco, logra
resistir períodos más largos y así se va perdiendo el miedo.
3-Terapia cognitiva: En el cual se le da al paciente mucha información sobre aquella
situación a la que teme, para que de esta manera vaya cobrando confianza (este tratamiento
se utiliza mucho con pacientes que padecen de aerofobia –miedo a volar- y que sin embargo
necesitan poder subirse a un avión debido a motivos laborales).
4-Métodos de choque: (terapias conductuales donde se produce una exposición forzada al
estímulo, hasta que el paciente controle su ansiedad). El uso de psicofármacos no suele ser
recomendado en el tratamiento de las fobias, debido a que, si bien puede paliar los síntomas
de ansiedad, no elimina el problema.
5-Programación neurolingüística: Se ha puesto de moda como tratamiento ante
determinadas fobias, pero los resultados de la misma aún no han sido científicamente
comprobados.Otros tratamientos alternativos incluyen las terapias con flores de Bach, los
libros y grupos de autoayuda y la hipnosis.
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¿Qué le pasa al cuerpo en la fobia y qué es una conducta fóbica?…
-Importante incremento de la activación vegetativa: taquicardia, sudoración,
vasoconstricción periférica, enrojecimiento, palidez, malestar estomacal, sequedad dela
boca, diarrea, etc. (reacciones a nivel del sistema fisiológico).
-Conducta de evitación o escape: cuando el sujeto se encuentra inesperadamente en la
situación temida, si el sujeto es forzado a mantenerse en dicha situación, entonces pueden
aparecer perturbaciones de la ejecución motora a nivel vocal y/o verbal: voz temblorosa,
muecas faciales, movimientos extraños de las extremidades, rigidez, difluencias, etc.
(reacciones a nivel de sistema motor).
-Anticipación de consecuencias favorables o catastróficas: es la evaluación negativa de la
situación y/o de las propias capacidades, la preocupación por las reacciones semánticas y los
pensamientos de escape o evitación (reacciones a nivel del sistema cognitivo).

Clases de fobias…
A cada uno se le asigna un nombre científico. A continuación algunos ejemplos: acrofobia
(miedo a la altura), agorafobia (miedo a los espacios abiertos), algofobia (miedo al dolor)
androfobia (miedo a los hombres), anteopofobia (miedo a la gente),autofobia (miedo a estar
solo) aracnofobia (miedo a las arañas) batofobia (miedo a la profundidad), catagelofobia
(miedo al ridículo), claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), cinofobia (miedo a los
perros), demofobia (miedo a las multitudes), eritrifobia (miedo al color rojo), entomofobia
(miedo a los insectos), ginofobia (miedo a las mujeres), hidrofobia (miedo al agua),
hodofobia (miedo a los viajes), iofobia (miedo a los venenos), misofobia (miedo a las
inmundicias), nictofobia (miedo a la oscuridad), patofobia (miedo a la
enfermedad),tanatofobia (miedo a la muerte), traumatofobia (miedo a los accidentes),
zoofobia (miedo a los animales), hipnofobia (miedo al sueño), pedofobia (miedo a los niños).

Fobia escolar…
Este tipo de miedo es importante por su especial relevancia y relación con el rendimiento
escolar. Méndez y Maciá (1990) hacen referencia a que muchos autores utilizan esta
etiqueta para referirse a cualquier problema de asistencia al colegio debido a la gran
ansiedad experimentada por el niño en el contexto escolar, tanto si el miedo principal es
debido a la separación de sus padres, como si es debido a algún aspecto específico de la
situación escolar. Otros autores, por el contrario, prefieren hablar de rechazo escolar para
referirse a la no asistencia del niño o niña a la escuela, ya sea por la presencia de una fobia
escolar, ya sea debido a un trastorno por ansiedad de separación, insistiendo en que son
problemas distintos, ya que las situaciones que lo desencadenan son distintas. La fobia
escolar se refiere al rechazo prolongado que un niño experimenta a acudir a la escuela por
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algún tipo de miedo relacionado con la situación escolar. Con todo, según Ollendick y Mayer
(1984), en la fobia escolar hay dos tipos de variables: a) factores relacionados con la
escolaridad, como el miedo a algún profesor, bajo rendimiento escolar, problemas con las
relaciones con los compañeros, problemas por la apariencia o defectos físicos, etc, y b)
sucesos vitales negativos, enfermedad prolongada, separación de los padres, fallecimientos,
etc. La fobia escolar se manifiesta a través de tres sistemas de respuesta:

¿Cómo explica el psicoanálisis la conformación de una fobia?


El abordaje de la fobia desde el psicoanálisis revela la importancia de dos conceptos
fundamentales, que están estrechamente ligados con ella: el de objeto y el de angustia.

En las fobias el estado emotivo es siempre la angustia.

La fobia está hecha para sostener la relación con el deseo, bajo la forma de angustia, allí
donde está en juego el carácter insostenible del objeto.

La angustia es la vía que permite acceder a lo que es anterior al deseo y a su objeto.

El objeto fobígeno es un significante que protege al sujeto del acercamiento al deseo. Vale
decir ante la prueba del deseo del Otro, el significante comodín cumple una función de
defensa.La verdadera función de la fobia está en sustituir al objeto de la angustia por un
significante que provoca temor.

En la fobia no vale el mecanismo de la sustitución, sólo se encuentra angustia que no


proviene de una representación reprimida. El enlace del afecto liberado aprovecha cualquier
representación, pero es secundario.

Una vez establecido el despertar de ese representante psíquico, es la condición capital para
que aflore la angustia.

En el campo de la angustia, el objeto de la fobia vela la abertura realizada en el intervalo


donde amenaza la presencia real.

Nunca se encuentra otra cosa que la angustia que no proviene de una representación
reprimida y que por una suerte de elección ha puesto en primer plano todas las ideas aptas
para devenir objeto de una fobia.

Vale decir, la angustia se enlaza con un contenido de representación o de percepción, el


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estatuto del objeto, y el despertar de ese contenido psíquico es la condición capital para que
aflore la angustia.

Lo que el sujeto teme encontrar es una cierta suerte de deseo.

En las fobias, la angustia no proviene de un recuerdo cualquiera, es de origen sexual. Lo que


el enfermo teme es el advenimiento de ese ataque de angustia, en circunstancias
particulares, en las que cree que no podrá evitarlo. La fobia es el miedo al nacimiento de la
angustia.

En primer lugar, la angustia no proviene de la represión de la libido, sino que manifiesta el


peligro en que se siente el yo.

A lo largo de todas las ilustraciones clínicas, hay un hecho indiscutible y es que el material
fobígeno es siempre reconocido como un elemento extraño al sujeto.

En el caso de la fobia, ésta tomará la forma de una plataforma giratoria donde el objeto
fóbico es llamado como significante destinado a suplir el defecto del Nombre-del-Padre, es
decir, a hacer de muralla al goce.

Como señala Lacan, el objeto fóbico es un significante para todo uso, para subsanar la falta
del Otro, un significante/objeto que sostiene la metáfora paterna en tanto restaura al padre
a la vez que lo invoca.

La angustia en las fobias tienen una estructura mas complicada que los ataques de angustia
simplemente somáticos. En ellas la angustia, se enlaza posteriormente con una
representación, que vale como objeto y el miedo la dosifica.Mientras las fobias privilegian el
vínculo con el objeto miedo, anticipando la relación angustia-peligro exterior, la neurosis de
angustia, en cambio acentúa el vínculo con la acumulación de la excitación, debido a una
insuficiente satisfacción, que no admite derivación psíquica y que se libera como angustia.

El fenómeno del terror facilita el acercamiento peligro exterior-angustia neurótica. Freud lo


intuye al sostener "que el hombre se protege del horror mediante la angustia.

La angustia neurótica, introduce la espera, un estado de alerta, de atención, de preparación,


"la constitución de lo hostil". Una angustia libremente flotante, dispuesta a prenderse de
cualquier representación pasajera. Dicho estado de alerta, con angustia, influye sobre el
juicio, escoge expectativas y acecha la oportunidad de justificarse.

Tomando en cuenta las dos teorías acerca de la angustia que formuló Freud podemos decir
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que en la 1º el representante de la pulsión es reprimido por el peligro que representa, lo que
el sujeto teme no proviene de una amenaza externa sino de su propia libido. Y en la 2º este
proceso lógico se invierte: no es la represión quien causa la angustia, sino la angustia quien
causa la represión.

Lucía SerranoPsicoanalista

Historial Clínico del caso Juanito.


El padre de Juanito le comunica a Freud lo siguiente:"Estimado profesor: Le envío otro
fragmento sobre Juanito, pero esta vez, desdichadamente, son contribuciones para un
historial clínico. Como lo leerá usted, en los últimos días se le ha desarrollado una
perturbación nerviosa que nos tiene muy intranquilos a mi mujer y a mí, porque no podemos
hallar ningún medio para eliminarla. Me tomaré la libertad (?) de visitarlo mañana lo cual (?)
le anticipo por escrito el material disponible.Sin duda ha sido una hiperexcitación sexual por
ternura de la madre, pero no sé indicar el excitador de la perturbación. El miedo de que un
caballo lo muerda por la calle parece entramado de alguna manera con el hecho de que le
asusta un pene grande. Como usted ya sabe por una nota anterior, en su momento él reparó
ya en el pene grande del caballo, y entonces sacó la conclusión de que la mamá, puesto que
es tan grande, por fuerza ha de tener un hacé-pipí como el de un caballo.No atino a hallar
nada pertinente. ¿Habrá visto en alguna parte a un exhibicionista? ¿O el todo se anuda
solamente a la madre? (?). Salvo el miedo de andar por la calle y su desazón al atardecer
sigue siendo el mismo niño divertido y alegre".
Freud propone dejar el juicio en suspenso y prestar atención pareja a todo el material
comunicado.He aquí las comunicaciones iniciales del año 1908 cuando Juanito tiene 4 años y
9 meses: Aparece a la mañana llorando; la mamá le pregunta porqué llora y él dice: "Cuando
dormía he pensado que tú estabas lejos y yo no tengo ninguna mami para hacer cumplidos"
("cumplidos" es la expresión de Juanito para "acariciar").En esta ocasión usa el término
"pensado" en lugar de "soñado".Al otro día, como de costumbre, va a un parque municipal
de Viena con la niñera; en un momento empieza a llorar y pide que lo lleve a casa, dice que
quiere "hacer cumplidos" con la mamá. Cuando en casa le preguntan por qué no quiso
seguir y se puso a llorar, no dijo nada. A la tarde está alegre como de costumbre, pero al
anochecer tiene visible angustia, llora y no se lo puede separar de la mamá, quiere hacerse
cumplidos con ella.En este momento no puede localizar la angustia. No dice a qué tiene
miedo, porque tampoco él lo sabe, con lo cual, no es miedo, sino angustia; ya que su estado
carece de un objeto.Al día siguiente, la madre lo saca de paseo, para ver que pasa con él. De
nuevo empieza a llorar, tiene miedo y no quiere seguir camino. Finalmente continúa, pero es
visible que siente angustia. En el viaje de regreso, tras mucha renuencia, dice a la madre:
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"Tuve miedo de que un caballo me mordiera".Al anochecer, ya en su casa, dice llorando: "Sé
que mañana me llevarán de nuevo a pasear", y luego dice: "El caballo entrará en la pieza".
Ese mismo día la mamá le pregunta: "Te pasas la mano por el hacé-pipí?". Y sobre eso, él
dice: "Sí cada anochecer cuando estoy en la cama". Al día siguiente, antes de la siesta, le
previenen que no se pase la mano. Preguntado al despertar, dice que se la pasó durante un
ratito.
Sería ese, pues, el comienzo de la angustia, así como el de la fobia. La perturbación se
introduce con unos pensamientos tiernos-angustiados y luego con un sueño de angustia.
Contenido de este último: perder a la madre y que él ya no pueda hacerse cumplidos con
ella. Dice Freud que, el fenómeno básico de su estado radica en que la ternura hacia la
madre se le ha acrecentado enormemente y súbitamente, se le ha volcado en angustia; es
decir ha sucumbido a la represión.Al anochecer, aumenta su angustia, pues antes de
meterse en la cama lo asalta, reforzada, la libido cuyo objeto es la madre y cuya meta podría
ser dormir junto a ella. Es que ha hecho la experiencia de que en Gmunden podía mover a la
madre a que lo acogiera en su lecho y le gustaría conseguir lo mismo en Viena.Vale la
aclaración de que en Gmunden estaba a veces solo con ella, pues el padre no podía pasar ahí
las vacaciones íntegras.Dice Freud, la angustia corresponde entonces a una añoranza
reprimida, pero esta añoranza no es la misma que se puede mudar en satisfacción plena
aportándole el objeto ansiado; para la angustia esa terapia no sirve, porque esta añoranza
permanece aunque pueda ser satisfecha. Ya no se la puede volver a mudar plenamente en
libido; es decir, ya no se la puede cancelar aportándole el objeto ansiado.Es lo que se
muestra en Juanito a raíz del segundo paseo, cuando la madre lo acompaña. Ahora está con
ella, a pesar de lo cual tiene angustia, es decir, hay una añoranza de ella no saciada. Vale
decir, que ahora, la angustia, se ve precisada a hallar un objeto. En este paseo se exterioriza
por primera vez el miedo a ser mordido por un caballo.
En este estado de las cosas, Freud, propuso al padre de Juanito internarse por el camino del
esclarecimiento sexual, para sustraerlo de su deseo de ver el hacé-pipí de la mamá,
comunicándole que ésta y todas las personas del sexo femenino, como podía saberlo de
haber visto a Hanna, no poseían hacé-pipí alguno.Luego de este esclarecimiento, que el
padre le hace, sigue un período más tranquilo en que es posible mover a Juanito, sin gran
dificultad, a que vaya de paseo al parque todos los días.Su miedo a los caballos se muda más
y más en la compulsión a mirarlos y dice: "Tengo que ver a los caballos y entonces me da
miedo".Después de una gripe que lo postra en cama por dos semanas, la fobia vuelve a
reforzarse tanto que no se lo puede mover a salir.Luego esto cede y puede volver a salir,
pero se repite este reforzamiento cada vez que por alguna afección se tiene que quedar a
reposar en la casa.Un día, en el camino hacia la estación ferroviaria, mientras el padre
intenta explicarle a Juanito que los caballos no muerden, él le dice: "Pero los caballos
blancos sí; en Gmunden hay una caballo blanco que muerde. Si uno le acerca los dedos
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muerde".Después cuenta la siguiente historia:"Cuando Lizzi tuvo que partir de viaje, un
carruaje con un caballo blanco se detuvo frente a su casa; iba a llevar el equipaje a la
estación" (Lizzi es una niña que vivía en una casa vecina, en Gmunden). "El padre de Lizzi
estaba cerca del caballo, el caballo volvió la cabeza, y él dijo a Lizzi: "No le pases los dedos al
caballo blanco, de lo contrario te morderá".Entonces, el padre le dice a Juanito: "Escucha,
me parece que no es un caballo lo que tú tienes en la mente, sino un hacé-pipí, al que no se
le debe pasar la mano".Juanito: "Pero un hacé-pipí no muerde".Al otro día, el padre le dice:
"Sabes una cosa? la tontería perderá fuerza si sales de paseo más a menudo".Juanito: "¡No!,
es tan intensa, porque me sigo pasando todas las noches la mano por el hacé-pipí".A los diez
días el padre le dice: "Si no te pasas más la mano por el hacé-pipí, la tontería se te irá
yendo".Juanito: "Pero si no me paso más la mano por el hacé pipí".Padre: "Pero sigues
teniendo ganas de hacerlo".Juanito: "Sí, vaya, pero "tener ganas" no es "hacer" y "hacer" no
es "tener ganas".Padre: "Para que no tengas más ganas, hoy te daremos una bolsa de
dormir".
Una mañana se levanta angustiado y cuando le preguntan que le ocurre, cuenta: "Me he
pasado el dedo un poquito por el hacé-pipí. Entonces, he visto a mami toda desnuda en
camisa y ella ha dejado ver el hacé-pipí. Le he mostrado a Grete" (una amiga de Gmunden)
"lo que hace mamá y le he mostrado mi hacé-pipí. Entonces he sacado rápido la mano del
hacé-pipí. Ella estaba en camisa, pero era tan corta que se lo he visto".Freud dice que esto
no es un sueño, sino una fantasía onanista. Lo que hace hacer a la mamá sirve para su
justificación "Si mami muestra el hacé-pipí, yo también puedo hacerlo".Por esta fantasía,
dice Freud, ya podemos averiguar dos cosas: la primera, que la reprimenda de la madre
surtió en su momento un intenso efecto sobre él, como amenaza de castración, y la
segunda, que al comienzo no acepta el esclarecimiento de que las mujeres no tienen un
hacé-pipí. Se aferra a él en la fantasía.Cuando él tenía 3 años y medio, la amenaza de la
madre de que el médico se la cortaría si continuaba ocupándose de él, no produjo efecto
alguno. Respondió, impávido, que entonces haría pipí con la cola.Tal amenaza de castración
adquiere vigencia ahora con efecto retardado, y él entonces, 1 año y 3 meses después, se
angustia ante la posibilidad de ser despojado de su preciado miembro.El esclarecimiento que
Juanito ha recibido hace poco, que las mujeres efectivamente no poseen ningún hacé-pipí,
no pudo tener otro resultado que el de conmoverle su confianza en sí mismo y despertarle el
complejo de castración. Si realmente existen seres vivos que no poseen un hacé-pipí, no
sería entonces tan increíble que le quitaran el suyo.
Una noche Juanito se levanta de su cama y se mete en la de sus padres. El se duerme y luego
es retirado a la suya. Al día siguiente cuando se le interroga por qué fue a la cama de los
padres, él dijo: "En la noche había en la habitación una jirafa grande y una jirafa arrugada y
la grande ha gritado porque yo le he quitado la arrugada".El padre le pide que le represente
la escena, Juanito accede y luego le pregunta: "Has tenido miedo?".Juanito: "No, seguro que
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no".Padre: "Fue un sueño el de las jirafas?".Juanito: ""No, no lo he soñado; me lo he
pensado. A todo me lo he pensado. Ya desde antes estaba levantado".(En su lenguaje, aclara
que fue una fantasía).Padre: "Qué quiere decir una jirafa arrugada? Sabes muy bien que a
una jirafa no se la puede comprimir como a un pedazo de papel".Juanito: "Sí que lo sé. Lo he
creído simplemente. Por supuesto que no hay nada así en el mundo. La arrugada está toda
tirada sobre el piso y yo la he quitado, la he tomado con las manos".Padre: "A una jirafa tan
grande se la puede tomar con las manos?".Juanito: "A la arrugada yo la he tomado con la
mano".Padre: "Y donde estaba la grande entretanto?".Juanito: "Mira, la grande estaba
parada más allá".Padre: "Qué has hecho con la arrugada?"Juanito: "La he tenido un poquito
en la mano hasta que la grande dejó de gritar, y cuando la grande dejó de gritar me le he
sentado encima".Padre: "Por qué la grande ha gritado?".Juanito: "Porque yo le había
quitado a la pequeña".
Ese día, el padre encuentra la resolución de la fantasía de la jirafa y se la comunica a Freud
diciéndole:"La gran jirafa soy yo o, más bien, el pene grande (el cuello largo); la jirafa
arrugada, mi mujer o más bien, su miembro.El todo es la reproducción de una escena que en
los últimos días se desarrolla casi todas las mañanas. Juanito siempre acude temprano a
nosotros y mi esposa no puede dejar de tomarlo por algunos minutos consigo. Sobre eso yo
siempre empiezo a ponerla en guardia, que es mejor que no lo tome consigo, y ella replica
que eso es un absurdo, que unos minutos no pueden tener importancia. Entonces, Juanito
permanece un ratito junto a ella".
Freud, agrega a la interpretación del padre, que el "sentarse encima" es probablemente la
figuración de Juanito para el "tomar posesión". Esta fantasía se anudaría con una
satisfacción por el triunfo sobre la resistencia paterna y se leería de esta manera: "Grita todo
lo que quieras, lo mismo mami me toma en la cama y mami me pertenece".
Otro día Juanito le dice al padre: "Escucha, hoy me he pensado dos cosas. La primera, que he
estado contigo en Schönbrunn junto a los carneros, y entonces nos colamos por debajo de
las cuerdas y le hemos dicho eso al guardian de la entrada del jardín y él nos ha atrapado".
La segunda la ha olvidado.Explicación del padre acerca de esto: "Cuando el domingo
quisimos ver a los carneros, ese recinto estaba cerrado con una cuerda y no pudimos pasar.
Juanito se asombró mucho de que un recinto se cerrara solo con un acuerda por debajo de
la cual uno puede deslizarse fácilmente. Le dije que los hombres decentes no se deslizan por
debajo de esa cuerda. Opinó que no obstante es facilísimo, a lo cual repliqué que entonces
puede venir el guardián y arrestarnos.En otra fantasía ha pensado que viajaba con el padre
en el ferrocarril, han roto una ventanilla y el guardia los ha llevado.
Esa tarde lo visitaron a Freud en su consultorio y, en broma, le preguntó a Juanito, si sus
caballos llevan gafas, cosa que él negó, luego si su padre las llevaba, cosa que también negó,
contra toda evidencia, le preguntó si con lo negro alrededor de la boca del caballo quería
significar el bigote. Entonces, Freud le reveló que tenía miedo a su padre justamente por
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querer él tanto a su madre y que aunque creyera que su padre le tenía rabia, eso no era
cierto, sino que el padre le tenía cariño y podía confesarle todo sin miedo.Padre: "Por qué
crees tú que te tengo rabia, acaso te he pegado o insultado alguna vez?".Juanito: "Sí, tú me
has pegado".Padre: "Cuándo?".Juanito: "Hoy por la mañana".El padre se acordó que Juanito,
desprevenido, lo chocó con la cabeza en el vientre, tras lo cual, su padre, por reflejo le dio un
golpe con la mano. Freud explica, que quizá la interpretación de Juanito de ese hecho estaba
afectada por la necesidad de recibir un castigo del padre.
El padre cuenta que, a los pocos días, se comprueba la primera mejoría sustancial. Mientras
que hasta entonces no se lo podía mover a que permaneciera un tiempo largo ante la puerta
de calle y siempre que se acercaban caballos trotaba hacia adentro con todos los signos del
terror, esta vez permanece una hora allí, aunque pasen carruajes.Como quiera que fuese,
solo subsiste un resto de angustia, y es inequívoco el progreso realizado desde el
esclarecimiento. Al anochecer, Juanito dice: "Si ya vamos a la puerta de calle, también
iremos al parque".
Una mañana Juanito va a la cama de los padres, luego de unos días que en que se había
abstenido de hacerlo. El padre, intenta averiguar el motivo sobre los sentimientos de Juanito
hacia él y le dice: "Cuando tú estás solo tienes nostalgia de mí y vienes a mí". Juanito:
"Cuando te has ido, tengo miedo de que no vuelvas a casa".Padre: "¿Alguna vez te he
amenazado con no volver a casa?".Juanito: "Tú no, pero mami sí. Mami me ha dicho que no
vuelve más".Padre: "Te lo ha dicho porque te portabas mal".Juanito: "Sí".Padre: "Entonces
tienes miedo de que yo me vaya porque te portas mal, por eso vienes a mi".El padre cuenta
que después del desayuno se levanta de la mesa y Juanito dice: "¿Papi, no te trotes de mí!".
Padre: "Tienes miedo de que el caballo se trote de ti". A lo cual Juanito ríe.
La angustia de Juanito, dice Freud, es de doble articulación: angustia ante el padre y angustia
por el padre. En él luchan el amor al padre con la hostilidad hacia él a consecuencia de su
papel de competidor ante la madre.En el verano el padre partió repetidas veces de
Gmunden para Viena, pues así lo exigía su profesión. Entonces, en relación a esto concluye
que el hecho de que Juanito, a lo sumo, se atreva a llegar a la puerta de calle, pero no a
alejarse de la casa y vuelva atrás a mitad de camino ante el primer ataque de angustia, está
motivado por el miedo de no hallar a los padres en casa por haberse alejado de ellos. Y
agrega que hay un deseo reprimido de que su padre viaje a la estación, pues así Juanito se
queda solo con la madre. Este deseo deviene luego en angustia ante el partir de viaje los
caballos.Además, el padre agrega que, esta nueva pieza (el ánimo hostil hacia el padre) sólo
pudo salir a la luz después que supo que no le tiene rabia por tener tanto cariño a su mamá.
Cuando el padre le pregunta por qué tiene tanto miedo a los caballos, Juanito le responde:
"Tengo miedo de que los caballos se tumben cuando el caballo da la vuelta".La situación en
que está la puerta de calle de la casa de Juanito es la siguiente: Enfrente, el depósito de la
Oficina Impositiva para Artículos de Consumo, con una rampa de descarga por la cual
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durante todo el día desfilan carruajes para retirar cestas, etc. Hacia la calle una verja cierra
ese patio. En línea recta frente a la casa está el portón de entrada al patio. Desde hace ya
unos días el padre de Juanito nota que tiene particular miedo cuando salen o entran del
patio carruajes, para lo cual se ven precisados a virar.Otro tanto teme cuando los carruajes,
estacionados frente a la rampa de descarga se ponen de repente en movimiento para seguir
viaje. Además tiene más miedo a los caballos de tiro grandes, que a los caballos pequeños, a
los rústicos más que a los elegantes, a los caballos que van rápido que a los de trote corto.
Una mañana Juanito va la cama de sus padres y su padre le dice: "Mientras sigas viniendo al
dormitorio por la mañana temprano, no mejorarás de tu angustia a los caballos". Pero él
desafía y responde: "Vendré aunque haya de tener miedo".Otro día, el padre le pregunta: "A
qué caballos tienes más miedo".Juanito: "A todos".Padre: "No es verdad".Juanito: "Tengo
más miedo a los caballos que tienen algo así en la boca".Padre: "A qué te refieres? Al hierro
que llevan en la boca?".Juanito: "No, tienen algo negro en la boca" (se cubre la boca con la
mano).Padre: "Qué? Acaso un bigote?".Juanito (ríe): "Oh, no!".Padre: "Todos lo tienen?".
Juanito: "No, solo algunos".Luego, Juanito le dice: "También a un carro mudancero le tengo
más miedo".Padre: "Por qué?".Juanito: "Yo creo que si los caballos de mudanzas tiran de un
carro pesado se tumban".Padre: "Entonces, un carro pequeño no te da miedo?".Juanito:
"No, con un carro pequeño o un coche correo no me asusto. También cuando viene una
diligencia tengo más miedo".Padre: "Porque es tan grande?".Juanito: "No, porque una vez
un caballo de carruaje así se tumbó".Padre: "Cuándo?".Juanito: "Una vez cuando salí con
mami a pesar de la tontería, cuando compré el chaleco".Padre: "Qué pensaste cuando el
caballo se tumbó?".Juanito: "Ahora eso será siempre. Todos los caballos se tumbarán
siempre".
Luego el padre le pregunta: "En esa época ya tenías la tontería?".Juanito: "No, sólo ahí la he
cogido. Cuando el caballo de la diligencia se ha tumbado, me he asustado muchísimo, de
verdad!. Esa vez que he ido, me la he cogido".Padre: "Pero si la tontería era que te habías
pensado que un caballo te mordería, y ahora dices tener miedo de que un caballo se
tumbe".Juanito: "Se tumbará y morderá".Padre: "Por qué te asustaste tanto?".Juanito:
"Porque el caballo hizo así con las patas". (Se tiende sobre el suelo y le enseña el pataleo).
"Me he asustado porque él ha hecho un barullo con las patas".Otro día el padre le pregunta
que aspecto tiene eso negro en la boca de los caballos y Juanito dice: "Es como un bozal".
La mejoría de Juanito es constante, aumenta su radio de acción con la puerta de calle como
centro; incluso emprende la demostración, hasta entonces imposible para él, de cruzar
corriendo a la acera de enfrente. Todo el miedo que le resta se entrama con la escena de la
diligencia. Más tarde, dirá que también le tiene miedo a un carro carbonero, porque tiene
una carga muy pesada y los caballos tienen que tirar tanto que pueden caerse fácilmente.
Luego hay una situación con los calzones amarillos que la madre se había comprado en
donde a Juanito le da mucho asco cuando ella se los muestra al padre, lo mismo le había
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ocurrido con unos negros.Cuando el padre le pregunta por qué le da asco, Juanito le
responde que porque ha creído que tenía que hacer "Lumpf". Luego dice que ha visto a la
madre ponerse y sacarse los calzones.El padre dilucida que el ponerse y sacarse la madre los
calzones pertenece al contexto del Lumpf, porque Juanito a menudo ha estado presente en
el baño mientras su madre hace Lumpf o pipí, a lo que Juanito luego agrega que le gusta
mucho presenciar eso.
Luego el padre intenta averiguar la cuestión de ver y ser visto en relación al "hacé-pipí",
entonces, Juanito le cuenta que ha visto el del caballo y que además ha entrado al baño con
Berta cuando ella hacía pipí y ella también ha mirado cuando él lo hacía en la huerta de la
casa de Gmunden.Luego el padre le pregunta si ha deseado que Berta le pase la mano por su
"hacé-pipí", a lo que él responde que lo ha deseado muchas veces. Enseguida el padre le
dice: "Siempre que tú has hecho pipí ella ha mirado; quizá tenía curiosidad por saber como
haces pipí".Juanito: "Quizá tenía curiosidad por saber cómo era mi hacé-pipí".En relación al
Lumpf, cuando el padre le pregunta si le dio asco cuando vió el calzón de la mamá, él
contesta que él escupe, porque el calzón negro es tan negro como un Lumpf y el amarillo
como un pipí y cuando la mamá lleva los calzones él no lo ve, pues ella tiene el vestido
delante.
Otro día Juanito cuenta una fantasía y dice: "Escucha lo que me he pensado: Yo estoy en la
bañera, entonces viene el mecánico y la destornilla. Entonces toma un gran taladro y me lo
mete en la panza".Unos días más tarde, la madre le cuenta al padre de Juanito que, el niño
estuvo en el balcón y luego dijo: "He pensado que Hanna estaba en el balcón y se ha caído".
El padre le había dicho con frecuencia que si Hanna estaba en el balcón, él debía vigilar que
no se acercara mucho a la balaustrada.Luego la madre le pregunta si preferiría que Hanna no
estuviera y él responde que sí.Ya había manifestado varias veces que había que darle dinero
a la cigüeña para que no traiga ningún niño más de la gran cesta donde ellos están.
Un día el padre le pregunta: "Cómo fue, en verdad, que Hanna llegó, tras su nacimiento a la
cama de mamá".Juanito describe la teoría de la cigüeña y dice: "En fin, Hanna llegó y la
señora Kraus" (la comadrona) "la puso en la cama. Claro que ella no podía caminar. Pero la
cigüeña la trajo en el pico. Caminar, claro que no podía. La cigüeña llegó hasta el pasillo
sobre la escalera y entonces golpeó, todos estaban dormidos y ella tenía la llave justa, abrió
la puerta y puso a Hanna en tu cama y la mami estaba dormida? no, la cigüeña la puso en la
cama de ella. Ya era todo de noche, entonces la cigüeña sin hacer ruido la puso en la cama,
sin patalear, y después se puso el sombrero y después volvió a irse. No, sombrero no tenía".
Padre: "Quién se puso el sombrero? El doctor, quizá?.Juanito: "Después la cigüeña se alejó,
se fue a casa y después llamó por teléfono y toda la gente de la casa ya no durmió más. Pero
no se lo cuentes a mami, ni a Tinni" (la cocinera). "Es un secreto".Más tarde Juanito aclara
que antes de que Hanna viniera a la casa con ellos ya estaba desde hacía mucho tiempo con
la cigüeña, incluso podía caminar y que luego, la misma cigüeña la trajo en una cesta pintada
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de rojo.
Unos días más tarde, Juanito, ha jugado toda la mañana con una muñeca de goma a la que
llamó Grete. Por la abertura en que alguna vez estuvo fijado el pito de latón ha introducido
un pequeño cortaplumas y luego le abrió las piernas a la muñeca para hacer que el
cortaplumas cayera. Entonces, dijo a la niñera, señalándole entre las piernas de la muñeca:
"Mira, aquí está el hacé-pipí".El padre le pregunta: ""En verdad, a que has jugado hoy con la
muñeca?".Juanito: "Le he separado las piernas, sabes por qué? Porque ahí dentro había un
cuchillo que mami tenía. Se lo he metido adentro donde chilla el botón y luego le he
separado las piernas y de ahí ha salido".Un día el padre lo ve jugando a Juanito con sus hijos
imaginarios y le pregunta: "Cómo es que todavía viven tus hijos? Ya sabes que un varón no
puede tener hijos".Juanito: "Lo sé. Antes yo era la mami, ahora soy el papi".Padre: "Y quién
es la mami de los niños?".Juanito: "".Padre: "O sea, te gustBueno, mami; y tú eres el
abueloaría ser tan grande como yo, estar casado con mami y que ella tuviera entonces
hijos".Juanito: "Sí, eso me gustaría y la de Lainz" (su abuela) "es entonces la abuela".Dice
Freud, en lugar de eliminar a su padre, le concede la misma dicha que ansía para sí; lo
designa abuelo y también a él lo casa con su propia madre.
Otro día; Juanito, cuenta una fantasía al padre y le dice: "Escucha, me he pensado hoy una
cosa, ha venido el instalador y con unas tenazas me ha quitado primero el trasero y después
me ha dado otro, y después el hacé-pipí. El ha dicho: "Enseña el trasero", yo he tenido que
darme vuelta y él lo ha quitado y luego ha dicho: "Enseña el hacé-pipí".Padre: "El te ha dado
un hacé-pipí más grande y un trasero más grande".Juanito: "Sí".Padre: "Como los de papi,
porque te gustaría ser el papi?".Juanito: "Sí y también me gustaría tener unos bigotes como
los tuyos y ese pelo" (señala el del pecho).
En los días siguientes Juanito se reestablece de su fobia.

Análisis del Caso Juanito


 
Fue publicado en 1909 y pertenece al volumen X de las obras completas de Sigmund Freud.
En el caso de la traducción de Luis López Ballesteros y de Torres para Editorial Iztaccíhuatl
figura en el tomo XV, Historiales Clínicos I. También se le conoce como El Caso del pequeño
Hans.

Juanito, en realidad Herbert Graf, era hijo de Max Graf, musicólogo y miembro del círculo de
Freud en Viena. En la introducción Freud aclara que fue el padre del niño quien llevó a cabo
el análisis y quien le remitió las notas con sus diálogos, sueños y fantasías. A partir de estas
notas, incluidas en la primera parte del texto con breves comentarios de Freud, este lleva a
cabo un examen del desarrollo del caso mostrando cómo la evolución de Juanito corrobora
los descubrimientos expuestos en La interpretación de los sueños (1900) y Tres ensayos de

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teoría sexual (1905).

Cuando Juanito tenía cuatro años y estaba de paseo por el parque con la criada contempló
una escena aterradora: un caballo que tiraba de un pesado carro se desplomó en la calle. A
partir de ese momento padece una grave fobia hacia los caballos, y más específicamente a
que los caballos con algo negro en la boca lo muerdan. El pánico es tan grande que  le
impide salir de casa. En un primer momento, su padre interpreta que la fobia de Juanito se
debe a los excesivos cariños de su madre y al miedo al gran “hace-pipí” del animal. Freud
orienta el análisis del padre hacia la angustia que provocó en Juanito el nacimiento de su
hermanita Hanna y al misterio recurrente en las fantasías y preguntas de Juanito sobre el
origen de los bebés.  A partir de estas indicaciones el material necesario para interpretar la
fobia de Juanito va saliendo a la luz.

En primer lugar, el caballo que se desploma y muere, y que puede morderlo, es un símbolo
del padre. El caballo tiene un gran “hace-pipí” como el padre y tiene “algo negro” en la boca
que puede parecer un bigote. Juanito desea la muerte de su padre para poder estar más
tiempo a solas con su madre. Al mismo tiempo, tales deseos le producen sentimientos de
culpa y vergüenza  que se resuelven en la angustia hacia los caballos. Juanito expresa este
tipo de fantasías edípicas recurriendo a la curiosa historia de las jirafas:

"En la noche había en la habitación una jirafa grande y una jirafa arrugada, y la
grande ha gritado porque yo le he quitado la arrugada. Luego dejó de gritar, y entonces yo
me he sentado encima de la jirafa arrugada".

La gran jirafa soy yo (analiza el padre) la jirafa arrugada, mí mujer; he ahí, por tanto,
el resultado del esclarecimiento.

Sigue el padre: El todo es la reproducción de una escena que en los últimos días se
desarrolla casi todas las mañanas. Juanito siempre acude temprano a nosotros, y mi esposa
no puede dejar de tomarlo por algunos minutos consigo en el lecho. Sobre eso yo siempre
empiezo a ponerla en guardia, que es mejor que no lo tome consigo ("La grande ha gritado
porque yo le he quitado la arrugada") , y ella replica esto y aquello, irritada tal vez: que eso
es un absurdo, que unos minutos no pueden tener importancia, etc. Entonces Juanito
permanece un ratito junto a ella. ("Entonces la jirafa grande dejó de gritar, y luego yo me
senté encima de la jirafa arrugada".)

La solución de esta escena conyugal trasportada a la vida de las jirafas es, pues: él
sintió en la noche añoranza de la mamá, añoranza de sus caricias, de su miembro, y por eso
vino al dormitorio. El todo es la continuación del miedo al caballo.
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No debe extrañarnos la ambivalencia de los sentimientos de niño: ama a su padre y
al mismo tiempo desearía verlo muerto. Pero “de tales pares de opuestos se compone la
vida de sentimientos de todos los hombres”.

Y guardémonos de hallar chocante esta contradicción; de tales pares de opuestos se


compone la vida de sentimientos de todos los hombres; más todavía: acaso nunca se llegara
a la represión y a la neurosis si no fuera así. Estos opuestos de sentimiento, que al adulto por
lo común sólo le devienen conscientes de manera simultánea en la cima de la pasión
amorosa, y de ordinario se suelen sofocar recíprocamente hasta que uno de ellos consigue
mantener encubierto al otro, hallan durante todo un lapso en la vida anímica del niño un
espacio de pacífica convivencia.

Estas fantasías edípicas tienen en ocasiones un trasfondo sádico. Juanito confiesa


que le gustaría azotar a los caballos. El caballo, en este caso, vale como símbolo del padre y
también de la madre, a quien le gustaría pegar con “el batidor de alfombras”. Por un lado,
Juanito experimenta una hostilidad inevitable hacia su padre pues lo contempla como rival y,
al mismo tiempo, una “concupiscencia oscura, sádica” sobre la madre pues es la que
produce nuevos niños que pueden hacerle la competencia.

En segundo lugar, el miedo a la castración tiene su origen en una advertencia de su


madre. A la edad de tres años Juanito acostumbraba a jugar con su “hace-pipí” y la madre le
advierte de que si juega demasiado con él se lo cortarán. La amenaza permanece latente
hasta que un año más tarde el sentimiento de culpa la activa. Los efectos retardados de este
tipo de amenazas pueden llegar a abarcar “un decenio y más todavía”.

En tercer lugar, un elemento primordial en el surgimiento de la fobia está


relacionado con el nacimiento de su hermana menor. La presencia del bebé le roba aún más
tiempo de su madre lo cual provoca en Juanito el deseo de ver desaparecer a su padre y
convertirse él en el “hace-pipí” de la casa. Al mismo tiempo no puede evitar desear la
muerte de su hermanita: fantasea, por ejemplo, con que la madre la deja ahogarse en la
bañera grande.

En cuarto lugar, Juanito acostumbra a preguntarse sobre los mecanismos biológicos


asociados al nacimiento de los niños. Sabe que no es la cigüeña quien ha traído a su
hermana sino que ha salido de la barriga de su madre igual que salen los excrementos. Esto
también puede asociarse al caballo que defeca en la calle. Así, la amenazante llegada de más
niños que pueden apartarlo de su madre se transforma en fobia hacia los caballos que llevan
una carga muy pesada.

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La curación tiene lugar a partir de que los padres le explican a Juanito cómo vienen
exactamente los niños al mundo, lo cual redunda en un alivio notable de su fobia. El
proceso se completa gracias a dos fantasías de Juanito. En la primera se ve a sí mismo como
el “papi” casado con la “mami” y, en lugar de eliminar al padre, lo relega al papel de
“abuelo”.

Todo termina bien. El pequeño Edipo ha hallado una solución más feliz que la
prescrita por el destino. En lugar de eliminar a su padre, le concede la misma dicha que ansia
para sí; lo designa abuelo, y también a él lo casa con su propia madre.

La segunda fantasía repara el miedo a la castración. Un instalador llega a la casa y le


cambia su trasero y su “hace-pipí” por otros más grandes.

En 1922 el pequeño Juanito aparece por la consulta de Freud. Está “totalmente bien y no
padece de males ni inhibiciones”. El Juanito adulto, Herbert Graf, emigrará a Estados Unidos
en 1936 donde desarrollará una importante carrera como productor operístico llegando a
trabajar con Furtwängler o María Callas.

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