Gomel Transmision Generacional Familia y Subjetividad Cap 6
Gomel Transmision Generacional Familia y Subjetividad Cap 6
Gomel Transmision Generacional Familia y Subjetividad Cap 6
pítul
l es e e en la
clínica los
LA EXTERIORIDAD VINCULAR
,
l
reabra a su vez sobre la construcción de dicha dimensión para cada
uno de los sujetos del conjunto.P Emerge en primera instancia la
osibi d falta resistente a toda. unificación, erigida
sin embargo --{) tal vez debido a eso- en factor motorizanto del vín-
¡
culo. Negatividad radical sobre la cual la prohibición del incoxl.o cri
t:
I ()~I
¡il'ñ los pilares de lo simbólico." Se trata de un men de invisibili-
dad a ser apartado en el armado del lazo de parentesco, que debe
excluirse para así plasmar el "estar-juntos", y demanda incluso un
punto de intersección en las estrategias subjetivas frente a la castra-
ción. Imposible refiere a la plenitud vincular como eterno señuelo nos-
tálgico: curioso modo de añorar lo no sido. También se ubica en este
punto lo perdido para siempre del otro -tope inexpugnable- y la aje-
nidad en uno mismo: sostener un vínculo no sólo implica soportar lo
incognoscible del otro, sino lo incognoscible propio jugado con ese
otro. 9:1
A partir de estaajenidad fundante, lo exterior al vínculo queda
definido a través de pactos y acuerdos y presenta horizontes múltiples:
ajenidades heterogéneas e incluso antagónicas, resultado de diversas
operatorias psíquicas." ~1 lazo social se fundamenta en la renuncia
pulsional que, a partir de una pérdida de goce, abre la promesa del vín-
1.110 de recuperar tal vez de modo efímero algo del encanto de lo per-
clido ];lara siempre. Campo de lo prohibido, espacio motorizante de la
trama cleseante, lo inconsciente jugado en la vincularidad puede ser
nsideraclo como una exterioridad interior fundamentada en la efec-
tivización de la interdicción. del objeto endogámico y la prescripción de
la exogamia, propiciante de contextos de significación inéditos a través
de nuevos vínculos.
Sabemos no obstante que lo pulsional cava circuitos en la vincu-
laridad, pues la familia se encuentra atravesada no sólo por el tabú
sino también por las diversas estratagemas para burlarlo. La organi-
zación simbólica no supone el barrido de la satisfacción; perdura un
goce, insistencia de marcas enlazadas al enfrentamiento familiar con
lo pulsional y eterno señuelo para su tramitación. Para afianzarlo será
necesario apartar aquellas representaciones que puedan hacer peli-
grar dicho goce, apelando a diversos mecanismos: negación, represión,
desmentida, repudio. Estrategias conjuntas, presentifican las oscila-
ciones entre el deseo acorde a la Ley y el goce tumultuoso: Ubico aquí
lo no admitido al conjunto representacional en generaciones pretéritas
que, al transferirse falto de reescrituras psíquicas, configura el borde
de lo traumático transgeneracional. .
-a
. ¿Qómo pensar entonces el concepto de!refOl!Ha .;u~él.Ciel ehtrá-
niago?JExisten diversas formas de reaparición y cada una de ellas exhi-
be al producirse la impronta de las operatorias que han "arrojado fuera"
la representación intolerable. Intolerable para la subsistencia del vín-
culo y pa.:r;ael sostenimiento de las psiques enlazadas en él. (t1i ñóclfóñ .
e~~etapsÍcei)r0gia.tra'nsúb~tiva'" apunta a procesos en los
cuales un mecanismo psíquico singular,' se encontraría soste-
110
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ACERCA DE LA HISTORIA
112
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lo desmentido y repudiado, lo traumático, pueden a veces quedar en
un cono de sombra, con una existencia en paralelo a la versión oficial.
Silenciamiento de sucesos impedidos de tramitarse, con sus vincula-
ciones cortadas del resto de la cadena historizante. Hechos sucedidos
con frecuencia en un tiempo anterior a la alianza, fragmentos desliga
dos inelaborados cuya resignificación no se ve favorecida por los nuo-
vos vinculas, y merodean por la psique de sus miembros.
Lo no ligado ancestral -dije antes- retorna bajo el sesgo do 111
compulsión a la repetición, perforando la capacidad representativu dI'
una psique. Al mismo tiempo, si suponemos que contec ~~)en un
miembro de la familia lo no escrito como historia para ese aparato psí-
quico y para la familia en su conjunto, aparece una oportunidad única
de enfrentar el blanco de significación allí instalado. FREUD bordea 111
cuestión al formular su hipótesis acerca del asesinato de Moisés ;¡
manos del pueblo judío. ién entos de lu. tml{Cdi(J
ehistó i (el sesin del p d e p ) es b n h su
c pli iento. ece que c eciente concienc de culp se 1/11./)(11
pode del pueblo judío, de todo el uniue so u.(! <.:ll{/f//{J, .t.
quel tie p ec del eto no del contenido e iini.ls). 1I
Aparecen en este párrafo varios términos enlazados con la (;IIC'HJ.lI)J I
del retorno a partir de lo transgeneracional. Prehistoria, eVCllL()H ¡ICHI'I'1
dos en épocas anteriores a la existencia de documentos escritos: J)f'('IJi:¡
toria vincular, sucesos no metabolizados como hechos históricos, iL1sl'
mantizados y en consecuencia trawnáticos.tQQric),éhcju de c1I190, Lr
. ,,~y~e;]-ci5~11?l.~.prel~ción a un p;inwn c9meticto e¡,\ otros Lion 1~(Jé que
rerorpér~)f~twesen~ Y¡ ~&,.regQ¡,lJ.o ílÍ d'O,CÓ1lLoll1c.lóli J'(.J~I'in\l(J()K
beio.las Ü&.'U~'M
1~¡;:.~1.1):iira 16gi.caldelhac.er, dQlu dOt:¡mon~ldl1O CYWlpU
.di9,tLOs fragmentos' de la prehistoria vincular obstaculizados de
transformarse en hechos históricos, "esfuerzan hacia su cum-
plimiento" por la vía del hacer, cn gcnerncioncs con Frecuencia
alejadas de aquéllas que protagoniznron los hechos. La memo-
ria anida también en los cuerpos y en los actos.
Circulan en el interior del sistema familiar'" dos archivos diferen-
ciales: a)~uir~aJ. h:i..vQ de la hls'tpda";29 en el cual se ubican los aCOl1-
tecimientosEonvertidos en hechos históricos, con posibilidades de
establecer conexiones lógicas, causales, temporales; acontecimientos
* Llamaré archivo no a la totalidad de los textos que han silla conservados pOI'
una civilización, o al conjunto de las huellas que pudieron salvarse de sus desastres.
sino al juego de las reglas que determinan en una cultura la aparición y la dcsapa
rición de los enunciados, Sil remanencia y su eclipse, su existencia paradójica de
acontecimientos y de cosas." M. FOUCAULT, citado en referencia 29.
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demarcadores de una genealogía en la cual cadL4!tto de los sujetos
puede ubicarse en un ~nte~ y un después. No impor;¡ cuán ajustada
a 108 hechos sea esta historia en tanto funde una certeza acerca de un
tiempo pasado, ineludible para el sostén de la identidad, telón de
fondo sobre el cual podrán escribirse las biografías singulares." iTb)
'i5ñ "archivo de lo '1'eRl", sostén de la exterioridad vincular posibili-
Ora del vínculo -lo lmposible=- y también de su perfil obstaculi-
zante, de lo no traspuesto al campo representacional. En su calidad
de7ímpresentaélo 17untúa el espacio de lo rechazado a través de cliver-
sos mecanismos, articulables a los recursos vinculares puestos en
juego frente al mandato de la cultura, El fragmento resulta desliga-
do y no puede simbolizarse, provocando una confusión de tiempos
ntre un pasado no perdido, un presente como repetición de ese pasa-
Io y un futuro incierto.
Resurge la importancia de la construcción de una historia fami-
1iar que anude los hilos de los recuerdos, los olvidos y las omisiones,
para posibilitar la organización subjetiva del pasado. Si bien 10 vivido
se encuentra signado por los avatares de la historia personal entre-
tejidos en la realidad psíquica, es indispensable que la diferencia en
las vivencias del pasado para cada uno de los sujetos ligados vincu-
larmente no sobrepase un cierto umbral: si así no ocurriera, la mode-
lización del pasado de uno podría desestructurar el tiempo del otro,
Es nece o p ón e ción del
do de p todo sujeto l doble e de que debe n
go un p e de tos e i es os eso ... (el o) en-
de bien que l histo el n l sólo puede esc ib se en -
bo ión con ot o 97
En los vinculas opera con frecuencia un modo drástico de excluir
algo del cliscurso y de la memoria; fragmentos bajo el estatuto de lo no
acaecido, imposición transgeneracional bloqueante de la historia del
propio pasado. Cuando un hijo intente construir su propia historia,
correrá el riesgode erosionar las certezas identificatorias de otro miem-
bro de la familia, generalmente ubicado en una generación precedente,
Las diferentes formas de retorno de lo que fuera apartado, pue-
den correlacionarse con la existencia de estos "archivos"; archivo de la
historia o archivo de lo real, circunscriben respectivamente las pro-
ducciones vinculares del decir y las precipitaciones del hacer, como
modalidades diferenciales de reaparición en la clínica vincular.
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Alejandro Rodríguez y Rosa Alvarez de Rodríguez solicitan una
entrevista para consultar por uno de sus hijos, Transcurridos unos
veinte minutos el padre dice: e p ece que no le s los n -
es y s e es de nues os hijos e tiene nu os, ej
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AI()jnnd,'O, /\lojal1drina, Alejo y Alexis ... comento: eno, p ece
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de con su propia lógica. Configuración abordable por la proxemia, teo-
ría concerniente al empleo que el hombre hace del espacio como pro-
ducto cultural específico. Algunas de las categorías trabajadas por esta
disciplina son muy interesantes para el mapa de lo vincular; tal es el
caso á8"10 ínt'íIíi.wiCf"pnviad'oy lo ¡fníbliéó.fozLo íntimo, espacio intrapsí-
quico asbéia:dó-ála~iélea de secreto, derecho a no decir y a no escuchar
determinados contenidos. Lo privado, espacio familiar o grupal, mar-
cado por la discreción. Finalmente lo público, ámbito de la sociedad del
cual se espera transparencia. Un altillo puede ser un lugar absoluta-
mente íntimo para un miembro de la familia con acuerdo de todos los
demás -cerrado con llave, se requiere golpear para entrar, etcétera-
y curiosamente en esa misma familia, la cama matrimonial pasa a con-
vertirse en un lugar público transparente, adonde todos están autori-
zados a dormir, mirar televisión o comer.
La distancia entre los cuerpos puede oscilar entre la lejanía y la
intrusión, y así producir segregación, confinamiento, autorreclusión,
hacinamiento o promiscuidad. En otras circunstancias el espacio se
transforma en nicho o en santuario, hito señalador de la presencia de
un muerto. La familia va delimitando un topos familiar como actua-
lización de una gramática propia de la lógica vincular, verdaderos
espacios de la tópica intersubjetiva desplegados en el hábitat. Campo
por demás proclive a ser infiltrado con acciones; pareciera que la deli-
mitación de los lugares de personas y objetos en el espacio vincular se
transforma con frecuencia en monumento silencioso a lo vedado de
ingresar a la tr~a representacional.
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La modelización del tiempo
-
El ejede la temporalidad atraviesa a la familia en cuanto a su fun-
dación y a su disolución: las estrategias de manejo pueden incluir el
futuro, vivir recostados en un eterno pasado, o quizá sostenerse en un
presente absoluto sin historia y sin proyecto. Los criterios de periodi-
zación o fraccionamiento temporal responden asimismo al esquema
relacional en juego. Criterios variables de familia en familia, pero con
un punto a ser respetado: me refiero al tiempo inherente a la línea
genealógica, posibilitador de la clasificación de los miembros en ante-
cesores y sucesores. aceptar este par significan te promueve el caos
genealógico -yuxtaposición de las distintas generaciones sobre los
s lugares del parentesco-- poniendo en riesgo los apoyos sim-
bólicos de la psique.
El reconocimiento que la familia pueda o no hacer sobre el paso
del tiempo configura dos modalidades: el tiempo detenido y el tiempo
que fluye. La modalidad de detención temporal se encuentra
engarzada a la dificultad de permutación de lugares en uria
línea genealógica fuertemente endogamizada, transformada
por este camino en ilusoriamente atemporal. Cuando una muer-
te viene a quebrar tan precario equilibrio, es muy difícil la aceptación
de la pérdida y se cimenta el camino para la falta de elaboración de un
duelo. Por oposición, el tiempo en su fluir marca el proyecto, horizon-
te futuro resignificador del presente y el pasado. En cuanto ala histo-
ria familiar, la realidad vincular enmarca los posibles e imposibles en
la construcción histórica. Las mudanzas, los casamientos o nacimien-
tos, los hechos disruptivos:::=:€xihos, acclaentes, enfermec1aaes-;rnUer-
te s- en fin, los criterios de selectividad en juego, son utilizados para
marcar una historia promovida en fundamento, impronta de los pro-
cesos de historización singular.
La circulación de bienes
La producción mítica
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