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Conceptos Diciembre 2020 - Iur-33269 - Fallo 2 Sala D. Trato Irrespetuoso y Agresion Fisica A Concejal de Bucaramanga

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jFALLO SEGUNDA INSTANCIA-Irregularidades del alcalde de Bucaramanga por

palabras irrespetuosas y agresión física a concejal de esa ciudad.

RECURSO DE APELACION-Competencia disciplinaria.

La Sala Disciplinaria de la Procuraduría General de la Nación es competente para revisar,


por vía de apelación, el fallo de primera instancia proferido el 20 de diciembre de 2019, contra
RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, en su calidad de alcalde de Bucaramanga, por la
Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia Administrativa, con fundamento en el
numeral 1.º del artículo 22 del Decreto Ley 262 de 2000 y el artículo 171 de la Ley 734 de
2002, que faculta revisar los aspectos impugnados y los que estén inescindiblemente
vinculados a ésta, toda vez que el recurso de apelación fue presentado en forma oportuna.
La Sala Disciplinaria, en virtud del artículo 7.º, numeral 19, inciso 2, del Decreto Ley 262 de
2000, tiene la competencia para conocer y fallar en segunda instancia el presente proceso
disciplinario, al ser el superior funcional de quien tomó la decisión en primera instancia,
según el artículo 25, numeral 1, literal c), del Decreto Ley 262 de 2000, en concordancia con
los artículos 4.º y 19 de la Resolución 017 de 2000.

NULIDAD DEL PROCESO DISCIPLINARIO-Análisis sobre la validez de la


actuación.

El artículo 143 de la Ley 734 de 2002 establece, dentro de las causales de nulidad del
proceso disciplinario, las siguientes: La falta de competencia del funcionario para proferir el
fallo. La violación del derecho de defensa del investigado. La existencia de irregularidades
sustanciales que afecten el debido proceso.

PROCESOS DISCIPLINARIOS CONTRA SERVIDORES DE ELECCION


POPULAR-Competencia de la procuraduría general de la nación para investigar y
sancionar.

Así las cosas estima esta Autoridad Disciplinaria que, si bien, en el precitado auto no se
efectuó aclaración de la sentencia emitida el 15 de noviembre de 2017, sí se reafirmó en la
misma que los efectos de aquella son inter partes y no erga omnes, de suerte que no se le
quitó competencia a la Procuraduría General de la Nación para imponer sanciones que
impliquen la restricción a los derechos políticos de los servidores públicos de elección
popular, las cuales son consecuentes con las conclusiones que extrajo el a quo de la
decisión. Por las anteriores razones, la Sala Disciplinaria considera acertada la postura que
adoptó el a quo en el fallo de primera instancia, en cuanto a que no se pueden hacer
extensivos al presente caso los efectos jurídicos de la sentencia proferida por el Consejo de
Estado a favor del señor GUSTAVO PETRO URREGO, el 15 de noviembre de 2017, con lo cual
no se está desatendiendo el control de convencionalidad. Igualmente, la Sala Disciplinaria
aprecia que no le asisten razón a la defensa en su afirmación de que la Procuraduría General
de la Nación no es competente para limitar los derechos políticos de su defendido, ya que
los hechos investigados constituyan actos de corrupción. Entonces, la Procuraduría no está
desconociendo el artículo 23 de la CADH sino que se acoge a la interpretación que ha
realizado en varios pronunciamientos el Alto Tribunal llamado a interpretar la
correspondencia, entre los tratados internacionales y la Carta Política. Sin que la premisa
anterior, comporte una contradicción con lo sostenido por la Corte Constitucional en la
sentencia C-225 de 1995, en la que se abogó por la incorporación automática de las normas
de derecho internacional humanitario al bloque de constitucionalidad en el ordenamiento
Radicación n.° 161 – 7752

jurídico colombiano y su validez en todo tiempo. Es plenamente válida la mención que el a


quo hizo en el fallo de primera instancia del fallo de tutela T-433 del 24 de septiembre de
2019, en el que trajo a colación el fallo que emitió el Consejo de Estado el 28 de marzo de
2019, por medio del cual negó la tutela y revocó el amparo dado por el Tribunal
Administrativo de Santander el 17 de enero de 2019, mediante la cual se había accedido a
las pretensiones del señor HERNÁNDEZ SUÁREZ, que expresó con claridad que la
Procuraduría General de la Nación tiene la competencia para investigar y sancionar a
servidores públicos sin estar restringida a las faltas relacionadas con corrupción, según el
artículo 277.6 de la Constitución Política, la Ley 734 de 2002, y las sentencias de
Constitucionalidad C-028 de 2006, C-500 de 2014, C-101 de 2018, C-106 de 2018 y C-086
de 2019, que hicieron tránsito a cosa juzgada y tiene carácter vinculante. Subrayando
además que el órgano de cierre en lo contencioso administrativo, posteriormente expidió
sentencias en las que reconoce la competencia plena de este ente de control disciplinario
para imponer sanciones. Lo cual sucederá mientras subsista la norma que dio lugar a las
sentencias que constituyeron el precedente. Por lo tanto, no tiene ningún sustento lo
afirmado por la defensa respecto a que el Ministerio Público emprendió una fuerte campaña
de auto fortalecimiento de su doctrina, tomando partido en los escenarios judiciales en los
que tiene presencia, a fin de extender su doctrina en materia de faltas disciplinarias y de
derechos políticos y ha logrado que se modifique la jurisprudencia en varios tribunales de lo
contencioso administrativo en contra de la jurisprudencia de la jurisdicción convencional. La
Sala Disciplinaria puede concluir que la Procuraduría General de la Nación es competente
para disciplinar a los funcionarios de elección popular, por lo cual no procede declarar la
nulidad de la actuación por dicha causa.

DOLO-Basado en pruebas que fueron allegadas debidamente al proceso, además,


de ser pruebas documentales conducentes, pertinentes y útiles/FALTA
DISCIPLINARIA-Modalidades y circunstancias/SANCION DISCIPLINARIA-
Dosificación fundamento legal.

De acuerdo con lo anterior, es patente para la Sala Disciplinaria que no tiene soporte el
argumento expuesto por la defensa, de que el dolo endilgado a su defendido no tenía soporte
en prueba real y concreta que sustentara la intencionalidad de su conducta, pues el a quo
citó el video en el que consta el incidente ocurrido entre el alcalde de Bucaramanga,
RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, y el concejal de la misma ciudad, JOHN JAIRO CLARO
ARÉVALO; así mismo, citó la entrevista que el investido rindió en Caracol, con fundamento en
la cual reiteró que el disciplinado tenía conocimiento que su actuar no era acorde a la
condición que ostentaba a la fecha de los hechos. Entonces, las pruebas descritas como
pilar del elemento volitivo del comportamiento doloso endilgado al investigado estuvieron
basados en pruebas que fueron allegadas debidamente al proceso, además, de ser pruebas
documentales conducentes, pertinentes y útiles. Por otra parte, añadió la defensa que en el
auto de cargos no se analizó si el investigado actuó en estado de ofuscación originado en
circunstancias o condiciones de difícil prevención y gravedad extrema, debidamente
comprobadas, como lo señaló el defensor, y en el fallo de primera instancia. La doctrina ha
instruido acerca de las modalidades y circunstancias en que se cometió la falta, criterio
contenido en el numeral 6.º del artículo 43 de la Ley 734 de 2002, que contribuye a la levedad
de la falta que se hubiese cometido la falta en estado de ofuscación, originado en
circunstancias o condiciones de difícil prevención y gravedad extrema, en tanto debilitan la
capacidad de autodeterminación sin excluir la culpabilidad. La vulneración de los derechos
fundamentales no es un criterio para determinar la gravedad y levedad de la falta, conforme
al artículo 43 de la Ley 734 de 2002, sino para dosificar la sanción, según el artículo 47 de
la misma norma. Ante el argumento de la defensa de que era un derecho fundamental del
investigado hacer respetar el derecho al libre desarrollo de la personalidad, la autoestima, el

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Radicación n.° 161 – 7752

amor y el respeto propios, a pesar de tener toda la carga en relación con sus deberes como
funcionario público, dicho argumento será analizado con el fin de determinar la configuración
de una causal de exclusión de responsabilidad. Si la autoridad disciplinaria, al momento
elaborar el auto de cargos, no citó ninguna de las modalidades y circunstancias de
realización de la falta como criterio para determinar su gravedad o levedad, tal circunstancia
no genera la vulneración del debido proceso o del derecho de defensa (que por consiguiente
configure la nulidad de la actuación), porque para ese momento la calificación de la falta es
provisional.

CULPABILIDAD-Fundamento legal/PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD-La


falta grave que recibe el mayor reproche es la falta gravísima con culpa grave y,
dentro de esa escala, la que menor reproche recibe es la falta leve con culpa grave.

Por otra parte, la doctrina disciplinaria en torno a la culpabilidad (como criterio para
determinar la gravedad de la falta), ha dicho a tono con el artículo 4, numeral 1, de la Ley
734 de 2002, que es un criterio de naturaleza subjetiva, de acuerdo con el principio de
proporcionalidad, la falta grave que recibe el mayor reproche es la falta gravísima con culpa
grave y, dentro de esa escala, la que menor reproche recibe es la falta leve con culpa grave.
Con respaldo en la postura en precedencia, la Sala Disciplinaria asevera que la culpabilidad
es un criterio significativo para determinar la gravedad de la falta, por lo cual, no desconoce
el principio de proporcionalidad que una falta grave realizada con dolo se califique como
grave, y con mayor razón si se refirió que concurrió otro criterio como, en este caso, la
jerarquía y mando del servidor público en la respectiva institución. Entonces, si en el auto de
cargos los citados elementos fueron los que se tuvieron en cuenta para calificar
provisionalmente como grave la falta disciplinaria, no se vulneró el debido proceso y el
derecho de defensa.

TIPICIDAD-Las faltas disciplinarias reprochadas son tipos disciplinarios de mera


conducta, es decir, se configura por la inobservancia de los deberes.

La tipicidad en materia disciplinaria es un componente del debido proceso y del principio de


legalidad, pues supone la existencia previa de una ley que establezca el comportamiento
como falta disciplinaria y la adecuación típica de los supuestos fácticos en las conductas
descritas como faltas. No obstante, en el proceso disciplinario no es exigible el mismo grado
de rigurosidad que se exige en materia penal, sino que admite mayor flexibilidad, en razón
a «la naturaleza de las conductas reprimidas, los bienes jurídicos involucrados, la teleología
de las facultades sancionatorias, los sujetos disciplinables y los efectos jurídicos que se
producen frente a la comunidad». Entonces, la categoría dogmática de tipicidad en el
derecho disciplinario depende de la consagración previa del comportamiento como falta y a
su adecuación a la conducta allí descrita, la cual puede estar determinada por la ley como
gravísima o le corresponde a una de menor entidad, en aplicación a los criterios del artículo
43 de la Ley 734 de 2002, calificarse como grave o leve. Por lo anterior, para verificar si se
cumple con la tipicidad es necesario analizar si los supuestos fácticos del comportamiento
desplegado por el investigado se encuadran en la conducta descrita como falta, pues, en
principio, de ello depende si corresponde o no a una falta de las descritas como gravísimas
o no. (…). Por lo tanto, para la Sala Disciplinaria quedó claro en el fallo de primera instancia
que para la tipificación de las faltas disciplinarias que fueron imputadas al investigado no es
necesario que los hechos se desarrollen en estricto desarrollo de las funciones asignadas a
los cargos que desempeñan, toda vez que las faltas disciplinarias reprochadas son tipos
disciplinarios de mera conducta, es decir, que la falta se configura mediante la inobservancia
de los deberes descritos en ellas, sin que se requiera que se produzca un resultado, como

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la mayoría de los tipos disciplinarios, al incumplir el deber que se tiene al tener la calidad de
servidor público. Entonces, no es un elemento necesario para la configuración típica de la
falta disciplinaria que se hubiese identificado la función o servicio público involucrado en la
entrevista efectuada por el señor CLARO ARÉVALO al alcalde, como tampoco, que se hubiese
expedido un acto administrativo, se estuviese frente a una operación administrativa,
declaración pública o gestión institucional, por lo tanto, no se vulneraron los principios de
legalidad, inocencia e imparcialidad que deben regir el proceso disciplinario. Del análisis
efectuado al acervo probatorio es posible concluir que la conducta realizada por el señor
RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, en su calidad de Alcalde de Bucaramanga, se tipifica en la
falta disciplinaria consagrada en el artículo 23 de la Ley 734 de 2002, al incumplir el deber
de tratar con respeto, imparcialidad y rectitud al concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO,
persona con la que tenía relación por razón del servicio, toda vez que en la discusión que
sostuvieron le expresó palabras irrespetuosas que afectaron su dignidad, con lo cual
también inobservó su deber de tratarlo de manera imparcial u objetiva. Adicionalmente, con
el comportamiento realizado por el señor RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, en su condición de
alcalde de Bucaramanga, también se tipificó en la falta disciplinaria inserta en el artículo 23
de la Ley 734 de 2002, por incurrir en la prohibición del artículo 35, numeral 6, de la misma
norma, porque en el transcurso de la discusión el alcalde le propinó a este un golpe en la
nuca, lo cual fue suficientemente demostrado en las pruebas valoradas en el proceso.

ILICITUD SUSTANCIAL-Culpabilidad a título de dolo del presente cargo, toda vez


que se encuentra fundamentada en las pruebas obrantes en el proceso.

CALIFICACIÓN DE LA FALTA-Culpabilidad y jerarquía y mando del servidor público


en la respectiva institución.

El apoderado postuló en el recurso de apelación que no se efectuó un análisis razonable e


imparcial de los criterios para calificar la falta disciplinaria, contenidos en el artículo 43 del
CDU, como es el numeral 6, ya que no se probó el dolo y la sola jerarquía del investigado
no puede soportar la calificación de la falta disciplinaria como grave, como se dijo en una
decisión emitida por la Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia Administrativa, en
el fallo 1395 del 22 de febrero de 2005 en el proceso radicado con el n.° 70-1397-03.
Respecto de la conducta reprochada en el fallo de primera instancia la falta se calificó
definitivamente como grave, habida cuenta que la falta disciplinaria se tipificó en el
incumplimiento del deber contemplado en el artículo 34 numeral, 6, de la Ley 734 de 2002,
de tratar con respeto al concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, al utilizar frases irrespetuosas
e indignas, así como incurrir en la prohibición de ejecutar actos de violencia. El artículo 43
de la Ley 734 de 2002 consagra los criterios para determinar la gravedad y levedad de la
falta, el cual es aplicable cuando no se trata de faltas gravísimas, pues estas están
taxativamente descritas en la ley, salvo lo dispuesto en el numeral 9 de la citada norma,
cuando se trate de «La realización típica de una falta objetivamente gravísima cometida con
culpa grave, será considerada falta grave». Uno de los criterios establecidos para determinar
la calificación de la falta disciplinaria, es la culpabilidad, la cual, según el análisis en el
numeral anterior se determinó a título de dolo, el cual, como se estudió en el acápite de la
culpabilidad, está debidamente demostrado. La doctrina disciplinaria ha dicho respecto de
la culpabilidad, como criterio para determinar la gravedad de la falta, del artículo 4, numeral
1, de la Ley 734 de 2002, que es un criterio de naturaleza subjetiva que de acuerdo con el
principio de proporcionalidad y en la postura que ha tenido la Sala Disciplinaria, la
culpabilidad es un criterio significativo para determinar la gravedad de la falta, por lo cual, no
desconoce el principio de proporcionalidad que una falta grave realizada con dolo se califique
como grave, y con mayor razón si se refirió que concurrió otro criterio como, en este caso,

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Radicación n.° 161 – 7752

la jerarquía y mando del servidor público en la respectiva institución. Sin embargo, no fue el
único criterio tenido en cuenta para determinar la calificación de la falta disciplinaria, pues
también lo fue la jerarquía del investigado, toda vez que, el alcalde de Bucaramanga,
RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, desempeñaba el cargo de más alta jerarquía dentro de la
administración municipal de Bucaramanga. Por lo tanto, este criterio no fue el único tenido
en cuenta para la calificación de la gravedad de la falta disciplinaria, como lo planteó la
defensa. Con esta postura, asumida por el a quo, no se desconoció lo señalado por la
Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia Administrativa, en el fallo 1395 del 22 de
febrero de 2005, radicado 70-1397-03, que citó la defensa, toda vez que, como se indicó,
desempañar un cargo de alta jerarquía en la entidad no fue el único criterio que se tuvo en
cuenta para calificar la naturaleza de la falta disciplinaria como grave. En cuanto al
planteamiento de la defensa de que no se analizó, para establecer la naturaleza de la falta,
la concurrencia del criterio establecido en el numeral 6 del artículo 43 de la Ley 734 de 2002,
referente a que, si la presunta falta se cometió en «estado de ofuscación originado en
circunstancias o condiciones de difícil prevención y gravedad extrema, debidamente
comprobadas», como es el caso que se vio sometido su defendido y que fue debidamente
demostrado en el proceso. La doctrina enseña sobre las modalidades y circunstancias en
que se cometió la falta, criterio contenido en el numeral 6 del artículo 43 de la Ley 734 de
2002, que contribuye a la levedad de la falta que se hubiese cometido la falta en estado de
ofuscación originado en circunstancias o condiciones de difícil prevención y gravedad
extrema, en tanto debilitan la capacidad de autodeterminación sin excluir la culpabilidad. El
a quo consideró que no se había referido el numeral 6 porque no se estaba frente a
circunstancias o condición de difícil prevención y gravedad extrema, argumento que
corresponde con los hechos demostrados en el proceso, toda vez que para que el estado
de ofuscación pueda considerarse como un criterio que indique la levedad de la falta
disciplinaria, es necesario que dicho estado de ofuscación se origine en circunstancia o
condiciones de difícil prevención y gravedad extrema. En el presente caso, concurren en los
hechos investigados circunstancias de difícil prevención, por cuanto la situación ocurrida no
fue sorpresiva o inesperada, pues el alcalde sabía que el concejal había solicitado una cita
con él, sabía el motivo de la reunión y, de acuerdo con la entrevista que concedió a Caracol
Radio, que en la cita que tuvo con el concejal este empezó a repetir lo mismo que decía
todas las veces para fastidiarlo y descontrolarlo. Puede verse claramente que si este ente
de control consideró que no concurría el citado criterio no está contrariando su contenido, ni
es porque se tenga la premisa de que un funcionario público no tenga el derecho de
defenderse o tomar una actitud de firmeza cuando sea objeto de conductas agresivas e
irrespetuosas, ni que esté sometido a un deber de impasividad absoluta frente a los malos
tratos de los cuales pueda ser objeto, que no tenga el derecho al trato digno y no se le
respete el derecho al libre desarrollo de la personalidad, como lo señaló la defensa, y porque
en los hechos investigados no existió la conducta agresiva e irrespetuosa ni el mal trato de
parte del concejal hacia el alcalde. Según el artículo 43 de la Ley 734 de 2002, la vulneración
del derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad no es un criterio para
determinar la gravedad y levedad de la falta, sino para dosificar la sanción, según el artículo
47 de la misma norma. En conclusión, este órgano colegiado comparte la determinación de
la naturaleza de la falta que realizó el a quo en falta grave.

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Radicación n.° 161 – 7752

SALA DISCIPLINARIA

Bogotá D.C., dieciocho (18) de agosto de dos mil veinte (2020)


Aprobado en acta de Sala n.° 35

Radicación n.º (161–7752) IUS E-2018 – 588537/IUC-D- 2018-


1215897
Disciplinado RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ
Cargos y entidades Alcalde de Bucaramanga
Quejoso De oficio
Fecha del informe 28 de noviembre de 2018
Fecha de los hechos 28 de noviembre de 2018
Asunto Fallo de segunda instancia

P.D. PONENTE: JUAN FERNANDO GÓMEZ GUTIÉRREZ

I. ASUNTO POR TRATAR

En virtud de la función asignada en el numeral 1.° del artículo 22 del Decreto


262 de 2000 y en el recurso de apelación interpuesto por la defensa del
disciplinado, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, la Sala Disciplinaria revisa la
decisión proferida el 20 de diciembre de 2019, por la Procuraduría Primera
Delegada para la Vigilancia Administrativa, en la que lo declaró responsable
del cargo formulado, imponiéndole sanción disciplinaria consistente en
suspensión del ejercicio del cargo e inhabilidad especial por el término de ocho
(8) meses.

II. HECHOS

El alcalde de Bucaramanga - Santander, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, el 28


de noviembre de 2018 a las 9:30 de la mañana, tuvo un encuentro en su
despacho con el concejal de esa misma ciudad, JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO,
en donde, en el desarrollo de la conversación se generó una discusión en la
que el señor alcalde le expresó algunas palabras irrespetuosas y le propinó
un golpe.

III. RECUENTO PROCESAL

La Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia Administrativa tuvo


conocimiento, en varias publicaciones realizadas por diferentes medios de
comunicación en sus páginas web, el 28 de noviembre de 2018, sobre
presuntas agresiones verbales y físicas desplegadas por el alcalde de
Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, al concejal del mismo municipio

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Radicación n.° 161 – 7752

JOHN JAIRO CLARO, al parecer en las instalaciones de la Alcaldía de


Bucaramanga.

El 29 de noviembre de 2018, la misma Procuraduría Delegada promovió la


apertura de investigación disciplinaria en contra del señor RODOLFO
HERNÁNDEZ SUÁREZ, en su condición de alcalde de Bucaramanga –
Santander, y ordenó la suspensión provisional en su cargo por el término de
tres (3) meses.1

El gobernador de Santander, mediante Resolución 19598 del 30 de noviembre


de 2018, ordenó acoger la decisión emitida por la Procuraduría General de la
Nación, en el sentido de suspender al alcalde de Bucaramanga, RODOLFO
HERNÁNDEZ SUÁREZ, por el término de tres (3) meses.2

El trámite de la consulta que se estaba adelantando en la Sala Disciplinaria se


suspendió el 19 de diciembre de 2018, hasta que se resolviera la acción de
tutela que había sido instaurada.3

El Tribunal Administrativo de Santander, el 17 de enero de 2019, emitió fallo


de tutela amparando los derechos fundamentales al debido proceso y al
sufragio pasivo del señor RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, como alcalde de
Bucaramanga y suspendió los efectos del auto que ordenó su suspensión
provisional, así como de la Resolución 19598 del 30 de noviembre de 2018,
emitida por el Gobernador de Santander obedeciendo la decisión de
suspensión provisional del citado funcionario.4

La investigación disciplinaria se cerró mediante providencia del 25 de enero


de 20195, el cual se notificó por estado el 11 de febrero de 2019.6

El 19 de febrero de 2019, la Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia


Administrativa emitió auto de cargos contra el alcalde de Bucaramanga,
RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ.7 Se designó apoderado de oficio el 28 de
febrero de 20198, a quien se le notificó el auto de cargos el 1 de marzo de
2019.9

El 13 de marzo de 2019, el apoderado de confianza solicitó retirar el


apoderado de oficio designado a su poderdante, adjuntó una ratificación del

1 Confrontar folios 97 a 107 del cuaderno 1.


2 Confrontar folio 467 del cuaderno 3.
3 Confrontar folio 288 y 289 del anexo 1.
4 Confrontar folio 474 a 482 del cuaderno 3.
5
Confrontar folio 313 del cuaderno 2.
6 Confrontar folios 318 del cuaderno 2.
7 Confrontar folios 320 a 332 del cuaderno 2.
8 Confrontar folio 349 del cuaderno 2.
9 Confrontar folio 350 del cuaderno 2.

7
Radicación n.° 161 – 7752

poder que le había sido conferido y manifestó que presentaría oportunamente


los descargos10, los cuales presentó el 15 de marzo de 2019.11

El 28 de marzo de 2019, el Consejo de Estado revocó el fallo emitido el 17 de


enero del 2019 por el Tribunal Administrativo de Santander.12

El 26 de abril de 2019, la Procuraduría Delegada de conocimiento ordenó el


traslado de alegatos de conclusión.13 El 30 de abril de 2019, ese mismo
despacho declaró la nulidad del auto que corría traslado para alegar de
conclusión.14

El 6 de mayo de 2019, la Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia


Administrativa ordenó el sometimiento a lo dispuesto por el Consejo de
Estado, en el sentido de expedir copias con destino a la Gobernación de
Santander y a la Sala Disciplinaria para que adoptaran las medidas que les
correspondieran.15

El mismo día, la Gobernación de Santander expidió la Resolución 5915,


plegando su proceder a la decisión tomada por el Consejo de Estado y dispuso
reiterar la vigencia y los efectos jurídicos de la Resolución n.º 19598 del 30 de
noviembre de 2018, por medio de la cual se había acogido la decisión de
suspensión provisional emitida por la Procuraduría Primera Delegada para la
Vigilancia Administrativa.16

El 14 de mayo de 2019, la Sala Disciplinaria de la Procuraduría General de la


Nación, confirmó la medida cautelar de suspensión provisional del cargo de
RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ como alcalde de Bucaramanga.17

El 23 de mayo de 2019, se corrió traslado para alegar de conclusión18, los


cuales se presentaron el 10 de junio de 2019.19

Mediante Resolución 7944, del 10 de junio de 2019, el Gobernador de


Santander designó al alcalde encargado de Bucaramanga.20

El 12 de junio de 2019, se declaró la nulidad de la actuación desde la


formulación del pliego de cargos emitido el 19 de febrero de 2019.

10 Confrontar folios 354 y 355 del cuaderno 2.


11 Confrontar folios 356 a 414 del cuaderno 2
12 Confrontar folio 506 a 511 del cuaderno 2.
13 Confrontar folios 416 del cuaderno 2.
14 Confrontar folios 423 del cuaderno 2.
15 Confrontar folio 513 del cuaderno 3.
16
Confrontar folios 591 y 592 del cuaderno 3.
17 Confrontar folios 319 a 326 del cuaderno 4.
18 Confrontar folio 614 del cuaderno 3.
19 Confrontar folios 636 a 685 del cuaderno 3.
20 Confrontar folios 708 a 710 del cuaderno 4.

8
Radicación n.° 161 – 7752

El 16 de julio de 2019, la Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia


Administrativa se abstuvo de estudiar y resolver la solicitud de revocatoria
presentada por el defensor del investigado y se dispuso dar cumplimiento a lo
dispuesto por el Juzgado 5 Laboral de Circuito de Bucaramanga, el 21 de junio
y confirmado por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bucaramanga,
mediante fallo del 12 de julio de 2019, que ordenó dejar sin efectos el artículo
tercero del auto del 29 de noviembre de 2018.21

Se profirió pliego de cargos en contra del disciplinado, el 22 de julio de 2019,


el cual se le notificó personalmente el 29 de julio de 201922, y el apoderado
presentó los descargos el 12 de agosto de 2019.23

El 30 de octubre de 2019, se ordenó el traslado para alegar de conclusión24,


el cual se presentó el 20 de noviembre de 201925. El 20 de diciembre de 2019,
la Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia Administrativa emitió el
fallo de primera instancia.26 El defensor interpuso en su contra recurso de
apelación, el 16 de enero de 202027, el cual fue concedido el 21 de enero de
2020.28

IV. FALLO IMPUGNADO

El 20 de diciembre de 2019, la Procuraduría Primera Delegada para la


Vigilancia Administrativa profirió fallo de primera instancia contra RODOLFO
HERNÁNDEZ SUÁREZ, en su condición de alcalde municipal de Bucaramanga –
Santander.29

En la providencia se consignaron los antecedentes, actuaciones procesales,


individualización del implicado, el cargo imputado, los descargos, los alegatos
de conclusión, el acervo probatorio y en las consideraciones se desarrollaron
temas como la competencia de la Procuraduría General de la Nación, la
potestad disciplinaria de este órgano de control, la competencia del a quo, la
tipicidad, la ilicitud sustancial, la calificación de la falta, el análisis de la
culpabilidad y la dosificación de la sanción.

V. DEL RECURSO DE APELACIÓN

El defensor del investigado instauró recurso de apelación en contra del fallo


de primera instancia, con los siguientes argumentos:

21 Confrontar folios 406 y 407 de cuaderno 4.


22 Confrontar folios 813 a 826 del cuaderno 4.
23 Confrontar folios 840 a 898 del cuaderno 4.
24 Confrontar folios 907 del cuaderno 4.
25
Confrontar folios 912 a 965 del cuaderno 4.
26 Confrontar folios 967 a 994 del cuaderno 4.
27 Confrontar folios 1003 a 1047 del cuaderno 4
28 Confrontar folio 1049 del cuaderno 4.
29 Confrontar folios 967 a 994 a 135 del cuaderno 4.

9
Radicación n.° 161 – 7752

La Procuraduría General de la Nación no tiene competencia para limitar,


restringir o suprimir el ejercicio de los derechos políticos a los funcionarios de
elección popular, porque la investigación consistió en hechos que
constituyeran actos de corrupción, y el reproche no se desarrolló en ejercicio
de ninguna función administrativa ni de gobierno local. Por tanto, se quebrantó
el artículo 23 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, se
violó el derecho fundamental a su mandante del ejercicio de sus derechos
políticos, la Procuraduría violó el principio del juez natural al asumir una
vocación extra constitucional a favor de la ampliación supra orgánica de sus
funciones transformadas en potestades.

Sostiene que se violó el debido proceso, el derecho de defensa y


contradicción, así como los principios pro homine e indubio pro disciplinado,
porque no se hizo un análisis detallado y suficiente sobre las razones para
calificar la falta como grave, pues no se probó el dolo, no se analizó si el
investigado actuó en estado de ofuscación originado en circunstancias o
condiciones de difícil prevención y gravedad extrema, debidamente
comprobadas y la sola mención de los numerales 1 y 4 del artículo 43 de la
Ley 734 de 2002 no eran suficientes para calificarla como grave.

Agregó que era un derecho fundamental hacer respetar el derecho al libre


desarrollo de la personalidad, fuero de la autoestima, el amor y respeto
propios, al derecho a la defensa de la dignidad personal y familiar.

Se dijo que se había incurrido en la formulación anfibológica del cargo, porque


si bien se enumeraron algunas expresiones, no fueron a título de ejemplo, en
el cargo no se precisaron las razones para calificarlas como irrespetuosas y el
uso del término como indica que pueden existir otras expresiones.

Respecto de la dosificación de la sanción señaló que se violó el derecho de


defensa y el debido proceso, porque se impuso una sanción de suspensión
por el término de 8 meses, sin explicación ni justificación alguna que permita
ejercer el derecho de defensa y contradicción sobre esta decisión; que no se
tuvo en cuenta para la dosificación el periodo en que estuvo su mandante a la
decisión de suspensión provisional adoptada en este mismo proceso,
conforme a lo dispuesto en la parágrafo del artículo 157 del CDU.

Con el fallo de primera instancia se violaron normas superiores, pues se


desconocieron los principios de legalidad, inocencia e imparcialidad, porque
no se demostró cuál fue la función o servicio que se afectó. La entrevista no
fue un encuentro personal, no se demostraron los elementos de la
responsabilidad disciplinaria, de acuerdo con los artículos 4, 5, 8,13, 23, 34,
numeral 6, y 35, numeral 6, de la Ley 734 de 2002, al no probar la existencia

10
Radicación n.° 161 – 7752

de la tipicidad de la conducta, como tampoco que se haya quebrantado la


función pública porque el comportamiento no se dio en el cumplimiento de ella.

Señala que no se quebrantó el bien jurídico tutelado: la función pública, porque


el comportamiento no se dio en el cumplimiento de aquella a cargo del
investigado o de un deber funcional como alcalde ni tampoco del concejal.

Sostiene que se configuraron las causales de exclusión de responsabilidad


consagradas en los numerales 5.º y 6.º del artículo 28 de la Ley 734 de 2002.

Respecto de la dosificación de la sanción agregó que se violó el derecho de


defensa y el debido proceso.

Sostiene que en el fallo impugnado no se encuentra acreditado el dolo


endilgado al investigado.

En la calificación de la falta no se analizaron, detallada y suficientemente, las


razones para calificar la falta como grave, y al no ser debidamente
determinada, se violaron los derechos de defensa y contradicción y no se
tuvieron en cuenta los principios pro homine y pro in dubio pro disciplinado.

VI. CONSIDERACIONES DE LA SALA

Se entrará a estudiar el recurso de apelación instaurado contra el fallo de


primera instancia haciendo referencia a: I) la competencia; II) análisis sobre la
validez de la actuación; y, III) cargo formulado al investigado. En el último
acápite se analizarán - de acuerdo al recurso- los elementos configurativos de
la falta disciplinaria como son la tipicidad, la ilicitud sustancial y la culpabilidad,
así como la calificación de la falta y la sanción.

6.1 Competencia

La Sala Disciplinaria de la Procuraduría General de la Nación es competente


para revisar, por vía de apelación, el fallo de primera instancia proferido el 20
de diciembre de 2019, contra RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, en su calidad de
alcalde de Bucaramanga, por la Procuraduría Primera Delegada para la
Vigilancia Administrativa, con fundamento en el numeral 1.º del artículo 22 del
Decreto Ley 262 de 2000 y el artículo 171 de la Ley 734 de 2002, que faculta
revisar los aspectos impugnados y los que estén inescindiblemente vinculados
a ésta, toda vez que el recurso de apelación fue presentado en forma
oportuna.

La Sala Disciplinaria, en virtud del artículo 7.º, numeral 19, inciso 2, del
Decreto Ley 262 de 2000, tiene la competencia para conocer y fallar en
segunda instancia el presente proceso disciplinario, al ser el superior funcional

11
Radicación n.° 161 – 7752

de quien tomó la decisión en primera instancia, según el artículo 25, numeral


1, literal c), del Decreto Ley 262 de 2000, en concordancia con los artículos
4.º y 19 de la Resolución 017 de 2000.

6.2 Análisis sobre la validez de la actuación

El artículo 143 de la Ley 734 de 2002 establece, dentro de las causales de


nulidad del proceso disciplinario, las siguientes:

1. La falta de competencia del funcionario para proferir el fallo.


2. La violación del derecho de defensa del investigado.
3. La existencia de irregularidades sustanciales que afecten el debido
proceso.

Las razones por las cuales la defensa aduce que se vulneraron el debido
proceso, el derecho de defensa y contradicción se concretan en los siguientes
puntos: I) La Procuraduría General de la Nación no tiene competencia para
investigar y sancionar a servidores públicos de elección popular; II)
formulación anfibológica de los cargos; III) falta de motivación en la calificación
de la falta; III) falta de justificación de la dosificación de la sanción; IV) ausencia
de imparcialidad en el fallo; y V) conclusión parcial.

6.2.1 Falta de competencia de la Procuraduría General de la Nación para


investigar y sancionar a servidores públicos de elección popular

Añade la defensa que la Procuraduría General de la Nación no tiene


competencia para limitar, restringir o suprimir el ejercicio de los derechos
políticos a los funcionarios de elección popular, porque la investigación
consistió en hechos que constituyeran actos de corrupción, y el reproche no
se desarrolló en ejercicio de ninguna función administrativa ni de gobierno
local.

Por tanto, se quebrantó el artículo 23 de la Convención Interamericana de


Derechos Humanos, se violó el derecho fundamental a su mandante del
ejercicio de sus derechos políticos, la Procuraduría violó el principio del juez
natural al asumir una vocación extra constitucional a favor de la ampliación
supra orgánica de sus funciones transformadas en potestades.

La defensa no comparte, en palabras de ella, la visión estrecha y fuera del


marco constitucional y convencional adoptada por la Procuraduría, con el
aparente aval de la jurisdicción que desconoce la doctrina constitucional
expresada por la Corte Constitucional sobre el alcance del Bloque de
Constitucionalidad y la prevalencia de los tratados internacionales sobre
derechos humanos, en el denominado derecho convencional y ecuménico.
Afirmó que se desconoció el derecho común constitucional y convencional

12
Radicación n.° 161 – 7752

latinoamericano en el que las cortes dialogan en un ejercicio multinivel en


procura de fortalecer las democracias y los estados constitucionales de
derecho.

En el fallo de primera instancia, el a quo señaló que la Procuraduría General


de la Nación es competente para investigar y sancionar a los servidores
públicos de elección popular, por cuanto las disposiciones legales facultan al
Procurador General de la Nación de ejercer poder disciplinario sobre los
servidores públicos e inclusive sobre algunos particulares, estableciendo
taxativamente las sanciones que podría imponer en ejercicio de dicha función,
así mismo, porque el artículo 23 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos es compatible con la facultad de sancionar a los servidores de
elección popular, con fundamento en las sentencias de la Corte Constitucional
C-028 del 26 de enero de 2006, SU-172 de 2013 y C- 111 del 13 de marzo de
2019, y las sentencias emitidas por el Consejo de Estado en Sala Plena el 15
de noviembre de 2017 y el 13 de febrero de 2018, así como la sentencia del
23 de agosto de 2018 emitida por la sección segunda, subsección A, de la
misma corporación; adicionalmente, para el caso concreto, el fallo de tutela T-
433 del 24 de septiembre de 2019.

Esta colegiatura ha citado en algunas decisiones30 la sentencia C- 028 de


2006 proferida por la Corte Constitucional31, en la cual se sostuvo que el
derecho disciplinario, como parte del derecho sancionador, tiene como
objetivo «prevenir y sancionar» las conductas que atenten contra los deberes
funcionales, conforme a los artículos 277 y 278 de la Constitución Política, que
los servidores públicos solamente deben realizar los comportamientos que le
están permitidos en la ley, la sanción de inhabilidad es uno de los más eficaces
instrumentos para combatir a quienes desconocen los principios de la función
pública, por lo que los tratados internacionales deben interpretarse coherente
y sistemáticamente.

Se indicó, que lo mismo se aplica en el caso del artículo 23 de la Convención


Americana sobre Derechos Humanos, pues las restricciones legales al
ejercicio de los derechos políticos deben interpretarse armónicamente y
sistemáticamente con un conjunto de instrumentos internacionales de
cooperación, como la Convención de la Organización de Estados Americanos
contra la Corrupción, porque la Constitución reenvía a otras normas que
amplían su influencia, pero que no prevalecen sobre la Carta; y especificó que
la interpretación armónica y sistemática del artículo 23 de la CADH y el artículo
40 de la Constitución es que la limitación de los derechos políticos de acceso
a cargos públicos con una sanción disciplinaria es razonable, en cuanto
persigue fines constitucionalmente válidos, como garantizar la moralidad

30 Procuraduría General de la Nación. Sala Disciplinaria. Fallo del 3 de mayo de 2019, Exp. 161-7332 (IUS-2017-
609915/IUC-2017 -968528). D.P. Jorge Enrique San Juan Gálvez.
31 Corte Constitucional. Sentencia C-028 de 26 de enero de 2006, M.P. HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO

13
Radicación n.° 161 – 7752

pública, y se justifica al perseguir un fin legítimo, la lucha contra la corrupción,


por lo tanto, no se opone a que la ley determine sanciones disciplinarias que
suspendan el derecho a acceder a cargos públicos; y concluyó que la
Procuraduría General de la Nación tenía competencia constitucional y legal
para investigar y sancionar disciplinariamente a los servidores públicos de
elección popular.

Es importante destacar que la sentencia C- 028 de 2006, al declarar exequible


la sanción de inhabilidad general contenida en el artículo 44, numeral 1.º, de
la Ley 734 de 2002, constituyó cosa juzgada constitucional respecto de la
vulneración de los artículos 23 de la CADH y 40 de la Constitución, decisión
de aplicación erga omnes, como lo reafirmó la misma Corte Constitucional en
la sentencia C- 500 de 2014, en la cual analizó el alcance del citado artículo
de la CADH acudiendo a varias sentencias emitidas por la Corte IDH32.

En el mismo sentido, la Corte Constitucional se ha pronunciado en otras


decisiones con la misma fuerza vinculante. En la sentencia de unificación SU-
712 de 201333, que revisó la decisión de tutela sobre la vulneración de los
derechos fundamentales de la excongresista PIEDAD ESNEDA CÓRDOBA RUÍZ,
destituida e inhabilitada por la Procuraduría General de la Nación, en la que
se dijo que el artículo 23 de la CIDH no contiene una prohibición para que los
Estados determinen en sus normas internas otro tipo de restricciones a los
derechos políticos y mucho menos si sus respectivas constituciones lo
establecen, si se observan algunas reglas en su regulación.

La sentencia de unificación SU-355 de 201534 constituyó cosa juzgada


constitucional, sobre la validez de la competencia para destituir e inhabilitar
servidores públicos, incluso de elección popular, en la cual la Corte
Constitucional revisó la tutela sobre la posible vulneración de los derechos
fundamentales del ciudadano GUSTAVO PETRO URREGO, quien fue destituido e
inhabilitado por la Procuraduría General de la Nación, en la cual se citó como
precedente la sentencia de unificación SU-712 de 2013.

Por su parte, el Consejo de Estado, el 15 de noviembre de 2017, en el caso


del ex alcalde de Bogotá GUSTAVO PETRO URREGO,35 interpretó que la
sentencia C-028 de 2006 contenía una exequibilidad parcial, solamente
referida a los hechos en que el servidor público de elección popular realizara
actos de corrupción, por lo cual, efectuó el control convencional respecto de
los hechos que no implicaran actos de corrupción. También afirmó que las
recomendaciones de la CIDH tienen efectos inter partes, por lo cual, la
Procuraduría General de la Nación conserva su competencia y la facultad para

32
Corte Constitucional. Sentencia C-500 de 2014.
33 Corte Constitucional. Sentencia de revisión de tutela SU-712 de 2013. M.P.
34 Corte Constitucional. Sentencia de revisión de tutela SU- 355 de 2015. M.P.
35 Confrontar la decisión de la Sala Plena de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, proveído del 13 de febrero de

2018. Radicado 110010325000201400360 00 (No. Interno 1131-2014).

14
Radicación n.° 161 – 7752

destituir e inhabilitar a servidores públicos de elección popular para combatir


la corrupción, mientras se adoptaban los ajustes internos, dada la vigencia del
régimen jurídico.

La misma Corporación agregó, tiempo después, en otra decisión, al revisar la


sanción disciplinaria de destitución e inhabilidad para el ejercicio de un cargo
de congresista, que la competencia de la Procuraduría no puede ponerse en
entredicho con el argumento de que la conducta no es un acto de corrupción,
porque sus atribuciones para investigar y sancionar a dichos servidores
públicos no se han restringido, modificado ni suprimido mediante la sentencia
del 15 de noviembre de 2017.36

Posteriormente, la Corte Constitucional reiteró que la Procuraduría General de


la Nación es competente para investigar y sancionar a servidores públicos de
elección popular37 y, además, tiene la facultad de adoptar la medida cautelar
de suspensión provisional, aún en el caso de que el servidor público sea de
elección popular, lo cual es compatible con los artículos 29 de la Constitución
Política y 23 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

La misma corporación constitucional38, en otra sentencia subsiguiente, ratificó


la constitucionalidad de la competencia otorgada por el legislador a la
Procuraduría General de la Nación para imponer la sanción de destitución e
inhabilidad general a los servidores públicos de elección popular por la
comisión de faltas disciplinarias, declarando exequible la palabra «elección»,
contenida en el artículo 45.1, literal a, de la Ley 734 del 2002 y 49.1, literal a,
de la Ley 1952 del 2019, por la naturaleza especial de órgano autónomo y de
control, porque las decisiones disciplinarias están sujetas al control judicial,
cuando afectan la moralidad pública y la imparcialidad de la administración,
porque sus actos no se asimilan a los emitidos por la administración pública ni
a los que fueron objeto de decisiones de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.

Puede verse claramente, que el máximo órgano que garantiza la guarda y el


marco de aplicación de la Constitución Colombiana ha conservado una línea
de interpretación consecuente con la competencia de la Procuraduría General
de la Nación para investigar y sancionar a los servidores públicos elegidos por
voto popular.

Dichas decisiones de la Corte Constitucional son coherentes con las


reiteradas39 sentencias de constitucionalidad que esa misma corporación ha
36 Consejo de Estado. Sección Segunda – Subsección A. Sentencia del 23 de agosto de 2018. Rad.
110010325000201200227600 (1016-2012). C.P. WILLIAM HERNÁNDEZ GÓMEZ.
37
Corte Constitucional. Sentencia C-086 del 27 de febrero de 2019, M.P. LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ.
38 Corte Constitucional. Sentencia C-111 del 13 de marzo de 2019, M.P. CARLOS BERNAL PULIDO.
39 Corte Constitucional. Sentencias C-225 de 1995, C-358 de 1997, C-191 de 1998, C-582 de 1999, C-10 de 2000, C-177 de

2001, C-774 de 2001, T-1319 de 2001, C-200 de 2002, C-802 de 2002, C-067 de 2003, C-097 de 2003, C-148 de 2005, C-
401 de 2005, C-028 de 2006, C-047 de 2006, C-291 de 2007 y C-425 de 2008; C-488 de 2009, C-936 de 2010.

15
Radicación n.° 161 – 7752

emitido en relación con la fuerza vinculante de los tratados internacionales


sobre derechos humanos no susceptibles de ser suspendidos en estado de
excepción y el bloque de constitucionalidad, porque en ellas se ha dicho que
«no detentan mayor jerarquía normativa que la Constitución Política ni tampoco esta
se encuentra supraordinada (sic) a aquellos, sino que las disposiciones
internacionales se integran (sic) articulado de la Carta, en virtud de la remisión que
esta prevé en los artículos 93, 94, 44 y 53 de manera que los dos conjuntos de
normas se fusionan y forman un bloque de constitucionalidad» y poseen en mismo
poder vinculante.40

La misma Corte Constitucional ha sostenido que sus sentencias en las que se


realiza un control abstracto de constitucionalidad tienen una alta fuerza
vinculante, pues, por regla general, tienen efectos de cosa juzgada
constitucional absoluta41, al tener carácter definitivo, incontrovertible e
inmutable, por lo que la interpretación judicial allí consignada es imperativa y
estricta y es más intensa la obligación de acatar el precedente constitucional,
con fundamento en el artículo 243 de la Constitución Política que les confiere
efectos erga omnes, es decir, que la misma constitución las considera fuente
formal de derecho con carácter vinculante.

Por tanto, entiende la Sala Disciplinaria que no le corresponde en


desatamiento del recurso de apelación, analizar los cuestionamientos que la
defensa tiene frente a las sentencias de exequibilidad que sobre este tema ha
emitido la Corte Constitucional, entre ellos, que no ha tenido una posición
uniforme sobre la materia y que solamente procede cuando la falta consiste
en la comisión de un delito o de un acto de corrupción.

En el caso de las sentencia proferidas por el Consejo de Estado, como la que


emitió la Sala Plena el 15 de noviembre de 2017, en el caso del ex alcalde de
Bogotá GUSTAVO PETRO URREGO,42 agrega la defensa que la misma tiene
efectos inter partes, pese a que se trata de una sentencia de unificación la cual
además goza de una marcada fuerza vinculante (art. 102 Ley 1437 de 2011),
aun así las autoridades administrativas podrían en algunos casos, en forma
motivada, apartarse de extender sus afectos a terceros43, lo cual, no pueden
hacer -y ello lo resalta- respecto de las sentencias de constitucionalidad
emitidas por la Corte Constitucional, las cuales tienen que acatar
obligatoriamente.

De esta manera, no es jurídicamente admisible, conforme al ordenamiento


jurídico colombiano, el planteamiento que realiza la defensa, respecto a que
la sentencia emitida por la Sala Plena del Consejo de Estado del 15 de

40 Corte Constitucional. Sentencia C-469 del 31 de agosto de 2016, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
41
Corte Constitucional. Sentencia C- 107 del 31 de octubre de 2018, M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez; C-249 de 2012 y
C-176 de 1993.
42 Confrontar la decisión de la Sala Plena de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, proveído del 13 de febrero de

2018. Radicado 110010325000201400360 00 (No. Interno 1131-2014).


43 Corte Constitucional. Sentencia C-588 del 25 de julio de 2012, M.P. Mauricio González Cuervo.

16
Radicación n.° 161 – 7752

noviembre de 2017, en el caso del ex alcalde de Bogotá GUSTAVO PETRO


URREGO,44 haya limitado la competencia de la Procuraduría General de la
Nación para imponer sanciones a los servidores públicos de elección popular.

Tampoco tiene cabida la tesis según la cual las sentencias de unificación


jurisprudencial, emitidas por el Consejo de Estado, dejen sin vigencia la
jurisprudencia constitucional, ya que sobre estas deben observarse con
preferencia los precedentes de la Corte Constitucional, como se expresó en la
sentencia C- 588 de 2012.45

Sobre la interpretación de la Convención Americana de los Derechos


Humanos que realiza la Corte IDH, la Corte Constitucional dijo que es un
criterio hermenéutico relevante en la interpretación constitucional interna,
porque es un órgano de carácter judicial que la interpreta de manera
autorizada, lo cual conlleva a que la interpretación de la Constitución Política
de Colombia y la Convención Americana de los Derechos Humanos debe ser
lo más armónica y conciliadora posible con el fin de ampliar el ámbito de
aplicación de los derechos y mantener la idea de unidad que permanece en
dichas normas.46

La defensa punteó en el recurso de apelación, que la aclaración del 13 de


febrero de 2018, a la que se hizo referencia en el fallo de primera instancia,
creó la falsa imagen de que se efectuó una aclaración a la citada sentencia
del 15 de noviembre de 2017, cuando en realidad, en la parte resolutiva, se
dispuso negar la solicitud de aclaración.

En el fallo de primera instancia se dijo lo siguiente:

En ese sentido, la aclaración de la sentencia de (sic) 13 de febrero de 2018


estableció que “la sentencia de 15 de noviembre de 2017 que declaró la
nulidad de los actos administrativos sancionatorios proferidos por la
Procuraduría General de la Nación con fundamento en la facultad prevista en
el artículo 44.1 de la Ley 734 de 2002, no despoja de competencia al
órgano de control, al que le corresponde, dentro del andamiaje
institucional del Estado Colombiano, combinar el flagelo transnacional de
la corrupción.”

Por los efectos inter partes del presente fallo, las condiciones de aplicabilidad
del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, en particular, de las
recomendaciones de la Comisión Interamericana, la vigencia del régimen
jurídico estatal, y mientras se adoptan los ajustes internos, la Procuraduría
General de la Nación conserva la facultad para destituir e inhabilitar a
servidores públicos de elección popular en los términos de esta providencia.

44 Confrontar la decisión de la Sala Plena de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, proveído del 13 de febrero de
2018. Radicado 110010325000201400360 00 (No. Interno 1131-2014).
45 Corte Constitucional. Sentencia C-588 del 25 de julio de 2012, M.P. Mauricio González Cuervo.
46 Corte Constitucional. Sentencias C- 469 del 31 de agosto de 2016, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; C-010 de 2000.

17
Radicación n.° 161 – 7752

Para este órgano colegiado es palmario que al revisar la providencia emitida


el 13 de febrero de 2018 por el Consejo de Estado47 se nota que en efecto
dicha providencia niega la solicitud de aclaración que formuló el señor
Procurador General de la Nación, en ello tiene razón la defensa, empero la
cita efectuada en el fallo de primera instancia corresponde a las razones por
las cuales esa corporación tomó dicha decisión, las cuales se basaron en el
contenido de la sentencia.

En efecto, el Consejo de Estado expresó que no había lugar a aclarar el fallo


por lo dispuesto en el artículo 189 del CPACA, que indica que los efectos de
la sentencia en un proceso de nulidad y restablecimiento del derecho, son inter
partes, es decir, que no había duda sobre los efectos de la sentencia del 15
de noviembre de 2017, además, porque en la sentencia no se modularon los
efectos de la decisión para fijar reglas de competencia con efectos erga
omnes, al contrario en forma expresa se indicó en la parte motiva que los
efectos de la providencia eran inter partes.

Además se dijo que, en la sentencia del 15 de noviembre de 2017, la Sala


Plena del Consejo de Estado, como juez de convencionalidad, examinó para
ese proceso la competencia de la Procuraduría General de la Nación con
fundamento en las normas convencionales, porque consideró que la sentencia
C-028 de 2006 de la Corte Constitucional constituyó cosa juzgada
constitucional de manera parcial, que no se estudió la competencia de la
Procuraduría General de la Nación para imponer sanciones de destitución e
inhabilidad a los servidores púbicos elegidos popularmente.

También expresó, sobre el control de convencionalidad, lo siguiente:

[S]olo surte efecto directo entre las partes del proceso, lo que quiere decir,
que el criterio hermenéutico que adoptó la Sala sobre la interpretación del
artículo 44.1 de la Ley 734 de 2002 conforme a la norma convencional, no
puede significar que esta hubiere hecho un pronunciamiento con vocación
erga omnes respecto a la pérdida de vigencia de las normas de derecho
interno que fijan la competencia de la Procuraduría general del Nación para
imponer sanciones que comportan restricción a los derechos políticos de los
servidores públicos de elección popular.

Los jueces nacionales están en la obligación de “velar porque el efecto útil de


la Convención no se vea mermado o anulado por la aplicación de leyes
contrarias a sus disposiciones, objeto y fin, sin embargo, en ejercicio de ese
control, los jueces no están facultados para declarar la invalidez de las
normas, expulsándolas del ordenamiento jurídico interno.

En otras palabras, la sentencia de 15 de noviembre de 2017 que declaró la


nulidad de los actos administrativos sancionatorios proferidos por la
Procuraduría General de la Nación con fundamento en la facultad prevista en

47 Consejo de Estado. Sala Plena de lo Contencioso Administrativo. Auto de 13 de febrero de 2018 por el cual no se accedió
a la solicitud de aclaración de la sentencia emitida el 15 de noviembre de 2017, C.P. César Palomino Cortés.

18
Radicación n.° 161 – 7752

el artículo 44.1 de la Ley 734 de 2002, no despoja de competencia al órgano


de control, al que le corresponde, dentro del andamiaje institucional del
Estado Colombiano para combatir el flagelo transnacional de la corrupción

Así las cosas estima esta Autoridad Disciplinaria que, si bien, en el precitado
auto no se efectuó aclaración de la sentencia emitida el 15 de noviembre de
2017, sí se reafirmó en la misma que los efectos de aquella son inter partes y
no erga omnes, de suerte que no se le quitó competencia a la Procuraduría
General de la Nación para imponer sanciones que impliquen la restricción a
los derechos políticos de los servidores públicos de elección popular, las
cuales son consecuentes con las conclusiones que extrajo el a quo de la
decisión.

Por las anteriores razones, la Sala Disciplinaria considera acertada la postura


que adoptó el a quo en el fallo de primera instancia, en cuanto a que no se
pueden hacer extensivos al presente caso los efectos jurídicos de la sentencia
proferida por el Consejo de Estado a favor del señor GUSTAVO PETRO URREGO,
el 15 de noviembre de 2017, con lo cual no se está desatendiendo el control
de convencionalidad.

Igualmente, la Sala Disciplinaria aprecia que no le asisten razón a la defensa


en su afirmación de que la Procuraduría General de la Nación no es
competente para limitar los derechos políticos de su defendido, ya que los
hechos investigados constituyan actos de corrupción.

Entonces, la Procuraduría no está desconociendo el artículo 23 de la CADH


sino que se acoge a la interpretación que ha realizado en varios
pronunciamientos el Alto Tribunal llamado a interpretar la correspondencia,
entre los tratados internacionales y la Carta Política.

Sin que la premisa anterior, comporte una contradicción con lo sostenido por
la Corte Constitucional en la sentencia C-225 de 199548, en la que se abogó
por la incorporación automática de las normas de derecho internacional
humanitario al bloque de constitucionalidad en el ordenamiento jurídico
colombiano y su validez en todo tiempo.

Es plenamente válida la mención que el a quo hizo en el fallo de primera


instancia del fallo de tutela T-433 del 24 de septiembre de 2019, en el que trajo
a colación el fallo que emitió el Consejo de Estado el 28 de marzo de 2019,
por medio del cual negó la tutela y revocó el amparo dado por el Tribunal
Administrativo de Santander el 17 de enero de 2019, mediante la cual se había
accedido a las pretensiones del señor HERNÁNDEZ SUÁREZ, que expresó con
claridad que la Procuraduría General de la Nación tiene la competencia para
investigar y sancionar a servidores públicos sin estar restringida a las faltas

48 Corte Constitucional. Sentencia C-225 del 18 de mayo de 1995, M.P. Alejandro Martínez Caballero.

19
Radicación n.° 161 – 7752

relacionadas con corrupción, según el artículo 277.6 de la Constitución


Política, la Ley 734 de 2002, y las sentencias de Constitucionalidad C-028 de
2006, C-500 de 2014, C-101 de 2018, C-106 de 2018 y C-086 de 2019, que
hicieron tránsito a cosa juzgada y tiene carácter vinculante.

Subrayando además que el órgano de cierre en lo contencioso administrativo,


posteriormente expidió sentencias en las que reconoce la competencia plena
de este ente de control disciplinario para imponer sanciones. Lo cual sucederá
mientras subsista la norma que dio lugar a las sentencias que constituyeron el
precedente.

Por lo tanto, no tiene ningún sustento lo afirmado por la defensa respecto a


que el Ministerio Público emprendió una fuerte campaña de auto
fortalecimiento de su doctrina, tomando partido en los escenarios judiciales en
los que tiene presencia, a fin de extender su doctrina en materia de faltas
disciplinarias y de derechos políticos y ha logrado que se modifique la
jurisprudencia en varios tribunales de lo contencioso administrativo en contra
de la jurisprudencia de la jurisdicción convencional.

La Sala Disciplinaria puede concluir que la Procuraduría General de la Nación


es competente para disciplinar a los funcionarios de elección popular, por lo
cual no procede declarar la nulidad de la actuación por dicha causa.

6.2.2 Formulación anfibológica del cargo

La defensa expresó que se había incurrido en formulación anfibológica del


cargo, porque se enumeraron algunas expresiones de su defendido, pero en
el auto de cargos no se precisó adecuadamente las razones para tildar estas
frases o palabras como irrespetuosas, y el uso del término «como» indica que
pueden existir otras expresiones consideradas en la formulación del cargo
imputado, contrario a lo dicho en el fallo.

Sobre el argumento de la defensa, atinente a que la redacción con la que se


atribuyó al investigado haber dicho unas frases en forma irrespetuosa, quedó
claro que existen otras frases o palabras que la Procuraduría califica como
irrespetuosas, pero que no las hizo explícitas en la formulación de cargos, lo
que deriva en una formulación anfibológica; y al no revelarlas, se quebranta
del derecho de defensa, fue que «la enumeración de las frases propinadas por el
investigado no fueron expuestas a “modo de ejemplo”», en razón a como se
confeccionó el cargo, que «no da lugar a pensar que existen otras frases para este
despacho, ya que las mismas, fueron tomadas textualmente del video que sirvió de
sustento para el inicio de la presente actuación disciplinaria».

Al revisar el auto de cargos y el fallo de primera instancia, observa esta


colegiatura que el cargo único imputado al alcalde de Bucaramanga, señor
RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, fue el siguiente:

20
Radicación n.° 161 – 7752

Usted, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, en su condición de Alcalde


Municipal de Bucaramanga, probablemente incumplió con el deber de tratar
con respeto y dignidad al cabildante JHON JAIRO CLARO ARÉVALO, por
cuanto el 28 de noviembre de 2018 en la sala de juntas de Alcaldía Municipal,
durante una cita oficial se refirió a él con frases irrespetuosas, como: “usted
está pegado de la “politiquería”, “sinvergüenza”, “miente hijueputa”, “falsos
hijueputas”, “malparido hijueputa”, así como haber ejecutado un acto de
violencia contra ese mismo servidor público, lo cual se tradujo en el hecho de
propinarle un golpe en la nuca, pronunciamientos y acto que al parecer
afectaron la dignidad e integridad de Concejal

Al respecto, en el concepto de violación expuesto en el auto de cargos se dijo


lo siguiente:

Así, conforme a la conducta endilgada de cara a las disposiciones legales que


se tildan en principio infringidas, habría incurrido el señor Hernández Suárez
en falta disciplinaria contenido en los (sic) numeral 6 del artículo 34 de la Ley
734 de 2002, ya que posiblemente incumplió su deber de tratar con respeto y
dignidad al Concejal JHON JAIRO ARÉVALO al utilizar frases como por
ejemplo: “usted está pegado de la politiquería”, “sinvergüenza”, “miente
hijueputa”, “falsos hijueputas”, “malparido hijueputa”, pronunciamientos que al
parecer, pudieron haber afectado la dignidad del cabilante

En el fallo de primera instancia se dijo lo siguiente, en relación con las


expresiones emanadas del investigado:

[…] [E]l actuar del Alcalde Municipal de Bucaramanga debió estar sujeto en
todo momento a lo ordenado por la Constitución y la ley, es decir que su trato
hacia el Concejal Jhon Claro debió ser con (sic) respetuoso49, imparcial50 y
recto51; …; es así, como con el hecho acaecido el 28 de noviembre de 2018,
y conforme a lo que se ha expuesto con relación al material probatorio obrante
en el expediente, el burgomaestre no trato (sic) con respeto al Concejal Claro,
en tanto lanzo (sic) palabras indignas se (sic) irrespetuosas en su contra …la
cual se ve claramente en el video tomado y aportado por el cabildante, aunado
a los relatos relacionados en las declaraciones juramentadas rendidas
durante el proceso

Se agregó, que «la enumeración de las frases propinadas por el investigado no


fueron expuestas a “modo de ejemplo”», como quedó consignado en el cargo, lo
que «no daba lugar a pensar que existían otras frases para este despacho, ya que
las mismas fueron tomadas textualmente del video que sirvió de sustento para el
inicio de la presente actuación disciplinaria».

De los anteriores apartes del auto de cargos y del fallo de primera instancia,
esta Autoridad Disciplinaria advierte que en el auto de cargos se consignaron

49
Respeto: 2. Miramiento, consideración, deferencia. https://dle.rae.es/?id=WC6OLMQ
50 Imparcialidad: 1.f. Falta de designio anticipado o de prevención en favor o en contra de alguien o algo, que permite juzgar
o proceder con rectitud. https://dle.rae.es/?id=VWaU7sJ.
51 Recto: 3. Adj. Dicho de una persona: Severa, consigo y con los demás, en el cumplimiento de normas morales y de

conducta. 4. Adj. Dicho del carácter o de la moral de una persona: Justo o severo.

21
Radicación n.° 161 – 7752

las frases dichas por el señor alcalde de Bucaramanga que se califican como
irrespetuosas y con fundamento en las cuales se le endilgó haber incumplido
su deber de tratar con respeto al concejal JOHN JAIRO ARÉVALO. Previo a los
apartes en los que se hizo alusión a las citadas frases se incluyó, en una
ocasión, la palabra «como» y, en otra, «como por ejemplo», que son expresiones
equivalentes utilizadas para ilustrar lo que se ha dicho52, es decir, para dar luz
al entendimiento o aclarar un punto o materia con palabras.53

Conforme al significado de las citadas alocuciones, lo que se hizo en el auto


de cargos fue aclarar la imputación consistente en referirse con frases
irrespetuosas e incumplir el deber de tratar con respeto y dignidad a un
concejal, citando las palabras y expresiones dichas por el investigado.

Si bien el a quo en el fallo dilucidó que la enumeración de las frases dichas


por el investigado no se hizo a modo de ejemplo y que no había lugar a pensar
que existían otras, estima la Sala Disciplinaria que, en gracia de discusión,
para la confección adecuada del cargo, no era imprescindible que se
insertaran todas las manifestaciones del investigado que pudieran califcarse
como irrespetuosas, pues, con algunas de ellas, se cumplía el propósito de
ilustrar el reproche efectuado.

En cuanto al argumento expuesto por la defensa, en lo que atañe a que en el


auto de cargos no se precisaron adecuadamente las razones para tildar esas
frases o palabras como irrespetuosas, esta instancia subraya que en el auto
de cargos se esgrimió que al parecer afectaron la dignidad del concejal, lo
cual, sin duda alguna, constituye una motivación para considerar las
expresiones efectuadas por el investigado como irrespetuosas, toda vez que
lo son las alocuciones con carga valorativa contraria a la dignidad humana54 y
esta se desplega a favor de la persona en garantía de la vida sin tratos
degradantes o humillantes mediante el respeto a la integridad moral.55

Así, es posible concluir que no se incurrió en formulación anfibológica del


cargo, por lo que no se produjo vulneración al debido proceso ni al derecho de
defensa, y, por consiguiente, no hay lugar a declarar la nulidad de la actuación
por dicha causa.

52 Diccionario de la Real Academia Española. Por ejemplo. 1.loc.adv.U. cuando se va a poner un ejemplo para comprobar,
ilustrar o autorizar lo que antes se ha dicho. https://dle.rae.es/ejemplo?m=form 9/07/2020 11:24 a.m.
53 Diccionario de la Real Academia Española. Ilustrar. 1.tr. Dar luz al entendimiento. 2. tr. Aclarar un punto o materia con

palabras, imágenes o de otro modo.


54 Corte Constitucional. Sentencia C- 042 del 1 de febrero de 2017. En esta sentencia se dijo son inconstitucionales las

expresiones contenidas en las normas que resulten despectivas, discriminatorias y con una carga valorativa claramente
contraria a la dignidad humana.
55
Corte Constitucional. Sentencia C- 458 de 2015, M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. En esta sentencia se dijo que una de las
formas de desplegar la dignidad humana es que la persona no sufra tratos denigrantes o humillantes; y sentencia C- 635 del
3 de septiembre de 2014, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, decisión en la que se sostuvo que la dignidad humana, en
su contenido mínimo, equivale a reconocer el derecho de todos los seres humanos a un mínimo respeto, entre otros, por la
integridad moral.

22
Radicación n.° 161 – 7752

6.2.3 Falta de motivación de la calificación de la falta

El apoderado sostuvo en el recurso de apelación que se violó el debido


proceso, el derecho de defensa y contradicción, así como los principios pro
homine e indubio prodisciplinado, porque no se hizo un análisis detallado y
suficiente sobre las razones para calificar la falta como grave, pues no se
probó el dolo, no se analizó si el investigado actuó en estado de ofuscación
originado en circunstancias o condiciones de difícil prevención y gravedad
extrema, debidamente comprobadas, y la sola mención de los numerales 1.º
y 4.º del artículo 43 de la Ley 734 de 2002 no eran suficientes para calificarla
como grave.

Sostuvo que es un derecho fundamental hacer respetar el libre desarrollo de


la personalidad, el fuero de la autoestima, el amor y respeto propios, el
derecho a la defensa de la dignidad personal y familiar.

En el auto de cargos se indicó lo siguiente sobre los criterios para la gravedad


de la falta56:

Ahora bien, como criterios para determinar la gravedad o la levedad de la falta


conforme al artículo 43 de la Ley 734 de 2002, será, en principio, tenido en
cuenta los siguientes (numerales 1 y 4):

1.- El grado de culpabilidad: Tal y como en adelante se indicará, la falta


disciplinaria al parecer la cometió el disciplinado a título de DOLO, toda vez
que profirió de manera reiterada, voluntaria y con conocimiento de que su
actuar no debía ser el de un funcionario de su categoría, frases soeces contra
el cabildante, las cuales repercutirían de manera directa en la dignidad y honra
tanto en el cargo ostentado por el quejoso, como en su entorno social y
familiar, así como al ejecutar actos de violencia en contra de la persona del
concejal CLARO.

4.- La jerarquía y mando que el servidor público tenga en la respectiva


institución: Tal y como se desprende del acopio probatorio, el señor
SUÁREZ HERNÁNDEZ, funge como alcalde Municipal de Bucaramanga, y el
señor CLARO ARÉVALO como Concejal Municipal, en consecuencia, se
esperaba de él como “(…) jefe de la administración local y representante legal
de la entidad territorial(…)”1 , un trato respetuoso y recto hacia el servidor
público, y que bajo ninguna circunstancia, le genera situaciones de estrés por
recibir frases irrespetuosas e indignas, así como no debió haber ejecutado
acto (sic) de violencia física en contra del señor CLARO.

De acuerdo a (sic) expuesto se determina provisionalmente incurrió en (sic)


señor SUÁREZ incurrió en falta GRAVE.

De lo trazado en el auto de cargos, puede ver esta colegiatura que, contrario


al dicho de la defensa, sí se hizo un análisis detallado y suficiente de los dos
criterios que en ese momento se tuvieron en cuenta para calificar la gravedad

56 Confrontar folios 813 a 826 del cuaderno 4.

23
Radicación n.° 161 – 7752

de la falta: el grado de culpabilidad y la jerarquía y mando que el servidor


público tenía en la respectiva institución.

Lo anterior habida cuenta que, respecto a la culpabilidad, no solamente se dijo


que se había calificado a título de dolo, sino que también se expusieron las
razones por las cuales se consideró la configuración de dicha modalidad. Por
otro lado, en cuanto a la jerarquía y mando del servidor público en la
institución, se dijo que se desempeñaba como alcalde de Bucaramanga, jefe
de la administración local y representante legal de la entidad territorial, y el
comportamiento que se esperaba de quien ejercía tan importante cargo en la
entidad territorial.

La defensa señaló que no se probó el dolo. Pero, además de lo dicho, al


momento de califica la gravedad de la falta, en el auto de cargos se registró lo
siguiente sobre las razones por la cuales se efectuó dicha calificación del
elemento subjetivo:

[…] [C]on su comportamiento, presuntamente, el señor SUÁREZ HERNÁNDEZ


incurrió en la falta a título DOLO, toda vez que profería de manera reiterativa
y voluntaria, frases irrespetuosas e indignas en contra del Concejal CLARO
ARÉVALO con la intención de afectar su dignidad y de causarle malestar e
indignación, así como también se evidencia que el golpe quería lograr un
resultado, el cual en sus palabras consistía en retirarlo de la oficina.

Sumado a lo anterior, no se puede entender de otra forma la conducta, ya


que, en un ambiente de trabajo, donde deben colaborarse armónicamente en
pro de la comunidad bumanguesa, referirse a alguien con palabras
irrespetuosas e indignas aunado el contacto físico para causar daño, está
proscrito dentro de las relaciones en sus diferentes niveles, ya que se crea
afectación y rompe el respeto y la rectitud que debe siempre guiar las
relaciones, especialmente en el sector público

En el fallo de primera instancia, el análisis de la culpabilidad se realizó de la


siguiente manera:

En este escenario el Despacho se mantiene en los argumentos expuestos en


el presente acápite, así como también se rechaza el argumento expuesto por
el apoderado en relación a que su actuar fue consecuencia del accionar
premeditado del quejoso, reiterando que al disciplinado se le exija un mayor
comportamiento de acuerdo al cargo ostentado y a su deber de velar por la
conservación de los derechos constitucionales de sus administrados fuera
estos particulares u otros servidores públicos.

Ahora bien, en relación a los elementos constitutivos de dolo se observa que


frente al elemento cognoscitivo, no le era extraño para el burgomaestre que
el no tratar con respeto a otros con ocasión al servicio constituía una conducta
de reproche disciplinario, pues ya este órgano de control había iniciado
actuaciones disciplinarias en su contra por hechos similares, a saber: i)
realizar comentarios en sus reuniones con la comunidad estigmatizando a sus
colaboradores propiciando la animadversión de la ciudadanía frente a ellos tal

24
Radicación n.° 161 – 7752

y como lo refería el sindicato del municipio de una queja; ii) tildar de «vago
con sueldo, a usted deberían medicarlo (…)» a un ciudadano en el programa
radial «Hable con el Alcalde» a finales del años 2017; iii) la ocurrida en octubre
de la presente anualidad, en la que el alcalde Hernández estando en el parque
Solón Wilches del barrio Sotomayor de Bucaramanga, se habría dirigido a un
ciudadano, en términos desobligantes y en repetidas ocasiones, al calificarlo
entre otros como «(…) usted es un lavaculos de la politiquería»57, entre otros,
los cuales fueron fundamento para decretar la suspensión provisional
mediante auto del 28 de noviembre de 2018; así como es de amplio
conocimiento que no le es dable a un funcionario público ejecutar actos de
violencia contra otros.

Frente al elemento volitivo, el video del encuentro entre el burgomaestre y


el cabildante se ve que la exteriorización de las palabras irrespetuosas e
indignas del disciplinado al quejoso fueron hechas de manera voluntaria y
reiterada, así como se observa el golpe que proporcionado de manera
voluntaria por el señor HERNÁNDEZ al quejoso, hecho que es confirmado por
el investigado en la entrevista otorgada a CARACOL RADIO, largamente
citada en el presente fallo, en el que reconoce haberle propinado un golpe al
señor CLARO, y haber expresado “pues sacarlo a empujones y eso fue lo que
hice porque fue en el despacho, y eso lo planificaron todo”

Entonces, si bien, en el auto de cargos, al analizar la calificación subjetiva de


la falta disciplinaria no se citaron las pruebas con fundamento en las cuales se
fincaron los juicios esgrimidos, en el fallo de primera instancia se hizo alusión
a los elementos probatorios que consideró fundamentaban dicha calificación
subjetiva de la falta, razón por la cual no puede decirse que no se hizo alusión
a ningún elemento probatorio.

Ahora bien, en cuanto a que no hay prueba de la calificación del elemento


subjetivo a título de dolo, se constata en el fallo que, para soportar los
elementos cognoscitivo y volitivo, se citaron como estribo algunas pruebas que
es necesario analizar.

En el fallo de primera instancia el elemento cognoscitivo se motivó en que el


investigado conocía que no tratar con respeto a otros con ocasión del servicio
era un comportamiento descrito como falta disciplinaria, porque este órgano
de control había iniciado actuaciones disciplinarias en su contra por hechos
similares, criterio que fue demostrado de la siguiente forma:

i) realizar comentarios en sus reuniones con la comunidad estigmatizando a


sus colaboradores propiciando la animadversión de la ciudadanía frente a
ellos tal y como lo refiriera el sindicato del municipio en una queja; mi) tildar
de «vago con sueldo, a usted deberían medicarlo (…)» a un ciudadano en el
programa radial «Hable con el Alcalde» a finales del año 2017; iii) la ocurrida
en octubre de la presente anualidad, en la que el alcalde Hernández estando
en el parque Solón Wilches del barrio Sotomayor de Bucaramanga, se habría

57Situación registrada en diferente medio de comunicación, tales como http//rionoticias.co/video-yo-se-que-usted-es-un-


lavaculs-de-la-politiqueria-alcalde-de-bucaramanga-a-un-veedor/

25
Radicación n.° 161 – 7752

dirigido a un ciudadano, en términos desobligantes y en repetidas ocasiones,


al calificarlo entre otros como «(…) usted es un lavaculos de la politiquería»58,
entre otros, los cuales fueron fundamento para decretar la suspensión
provisional mediante auto del 28 de noviembre de 2018; así como es de
amplio conocimiento que no le es dable a un funcionario público ejecutar actos
de violencia contra otros.

Puede ver esta instancia que no fueron allegadas al proceso las pruebas que
se citaron para demostrar el elemento cognoscitivo con algunos
comportamientos similares al objeto de este proceso por los que también se
estaba investigando al alcalde de Bucaramanga, como la denuncia efectuada
por el sindicato del municipio de realizar comentarios en reuniones con la
comunidad estigmatizando a sus colaboradores y propiciando la
animadversión de la ciudadanía hacia ellos; a finales del año 2017, calificar a
un ciudadano en su programa «Hable con el Alcalde» como «vago con sueldo, a
usted deberían medicarlo (…)»; y, por lo ocurrido en el parque Solón Wilches
ubicado en el barrio Sotomayor de Bucaramanga en el que el alcalde de
Bucaramanga, Rodolfo Hernández, se dirigió a un ciudadano en términos
desobligantes y en repetidas ocasiones como «(…) usted es un lavaculos de la
politiquería»59, los cuales fueron obtenidos en noticias o artículos publicados
por diferentes medios de comunicación a través de internet, como «Situación
registrada en diferentes medios de comunicación, tales como http://rionoticias
.co/video-yo-se-que-usted-es-un-lavaculos-de-la-politiqueria-alcalde-de-
bucaramanga-a un veedor/;
http://www.elfrente.com.co/web/index.php?ecsmodule=frmatasection&ida=53&idb=
93&idc=30369; https://www.publimetro.co/co/noticias/2018/10/28/alcalde-
bucaramanga.insulto-ciudadano-le-pidio-no-talaran arbol.html;
http://caracol.com.co/emisora/2018/10/27 bucaramanaga/1540641800 379887.html;
https://www.pulzo.com/nacion/alcalde-bucaramanga-tilda-lavaculos-politiqueria-
veedor-PP581654, entre otras», aunque las citadas referencias de internet
fueron mencionados en la decisión mediante la cual se dispuso la suspensión
provisional del investigado.

El artículo 128 de la Ley 734 de 2002, dispuso que «Toda decisión interlocutoria
y el fallo disciplinario deben fundarse en pruebas legalmente producidas y aportadas
al proceso por petición de cualquier sujeto procesal o en forma oficiosa. La carga de
la prueba corresponde al Estado».

De acuerdo con dicha disposición, las pruebas en las que se fundamenten las
decisiones interlocutorias y los fallos disciplinarios deben ser legalmente

58 Situación registrada en diferentes medios de comunicación, tales como http://rionoticias .co/video-yo-se-que-usted-es-un-


lavaculos-de-la-politiqueria-alcalde-de-bucaramanga-a un veedor/;
http://www.elfrente.com.co/web/index.php?ecsmodule=frmatasection&ida=53&idb=93&idc=30369;
https://www.publimetro.co/co/noticias/2018/10/28/alcalde-bucaramanga.insulto-ciudadano-le-pidio-no-talaran arbol.html;
http://caracol.com.co/emisora/2018/10/27 bucaramanaga/1540641800 379887.html; https://www.pulzo.com/nacion/alcalde-
bucaramanga-tilda-lavaculos-politiqueria-veedor-PP581654, entre otras.
59 Situación registrada en diferentes medios de comunicación, tales como http://rionoticias .co/video-yo-se-que-usted-es-

un-lavaculos-de-la-politiqueria-alcalde-de-bucaramanga-a un veedor/

26
Radicación n.° 161 – 7752

producidas y aportadas al proceso, en forma oficiosa o por petición de los


sujetos procesales.

Entonces, como las publicaciones efectuadas en internet que fueron citadas


como soporte de noticias de hechos similares a los investigados en este
proceso, por los que el alcalde de Bucaramanga RODOLFO HERNÁNDEZ
SUÁREZ, también estaba siendo investigado, para que pudieran tenerse como
prueba dentro del proceso debían ser legalmente incorporadas al proceso
disciplinario, lo cual no ocurrió, por lo tanto, la mención que hizo el a quo de
ella no puede hacer parte del fallo de primera instancia.

Según el criterio expuesto por la Corte Constitucional 60 en la sentencia SU-


159 de 2002, el remedio constitucional para evitar que los derechos de
quienes participan en actuaciones judiciales y administrativas se vean
afectados por la admisión de pruebas que no fueron practicadas conforme al
debido proceso es su exclusión, que implica su no utilización ni valoración
dentro de la actuación, sin que conlleve la nulidad del proceso, siempre que la
incidencia de la prueba no sea definitiva en la decisión, es decir, que su
exclusión produzca la variación de misma.

En consecuencia, la información será excluida del presente proceso y por ello


no se considerará dentro de esta decisión, medida que no tendrá que
extenderse a otras pruebas porque de ellas no se derivó ninguna otra
evidencia.

Pese a lo anterior, no es razón para que deba revocarse el fallo por defecto
fáctico, por cuanto al excluir la mención de dicha información en la decisión de
primera instancia, no conduce a modificar la decisión tomada, toda vez que
como se estudiará en el análisis probatorio, en el proceso obran otras pruebas
que fueron debidamente allegadas al proceso que sostienen la imputación de
la culpabilidad a título de dolo, como son, la publicación efectuada en la página
web del periodico El Tiempo, https://eltiempo.com/colombia/otras-
ciudades/alcalde-de-bucaramanga-insulta-a-veedor-286122, el 26 de octubre
de 2018, titulado «Alcalde de Bucaramanga acusó a veedor de ser ‘lame
perros’»61; de Las 2 Rodillas, https://las2rodillas.co/post/video-alcalde-de-
bucaramanga-protagonista-de-insultos-a-un-veedor, el 28 de octubre de 2018,
titulada «Video: Alcalde de Bucaramanga Protagonista de Insultos a un veedor»62,
la denuncia publicada el 5 de octubre de 2017 por
www.bluradio/Bucaramanga, titulado «Trabajadores de la Alcaldía internados en
clínicas de reposo denuncian acoso laboral»63; denuncia publicada el 5 de octubre
de 2017 por www.bluradio/Bucaramanga, titulado «Trabajadores de la Alcaldía

60 Corte Constitucional. Sentencia SU- 159 de 2002 y fallo de tutela T-916 de 2008
61 Confrontar folios 63 a 65.
62 Confrontar folios 66 y 67.
63 Confrontar folios 81 a 86.

27
Radicación n.° 161 – 7752

internados en clínicas de reposo denuncian acoso laboral»64 y la certificación


emitida por el comité de convivencia laboral, en la cual se relacionó a cuatro
funcionarios que había puesto en conocimiento del Comité de Convivencia y
Acoso Laboral queja contra el ingeniero RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, por
presuntas agresiones verbales e injurias, en las cuales no hubo conciliación y
fueron remitidas a la Procuraduría General de la Nación.65

En cuanto al elemento volitivo del comportamiento del ingeniero RODOLFO


HERNÁNDEZ SUÁREZ, alcalde de Bucaramanga, se plasmó en el fallo de
primera instancia lo siguiente:

[E]l video del encuentro entre el burgomaestre y cabildante se ve que la


exteriorización de las palabras irrespetuosas e indignas del disciplinado al
quejoso fueron hechas de manera voluntaria y reiterada, así como se observa
el golpe que (sic) proporcionado de manera voluntaria por el señor
HERNANDEZ al quejoso, hecho que es confirmado por el investigado en la
entrevista otorgada a CARACOL RADIO, largamente citada en el presente
fallo, en el que reconoce haberle propinado un golpe al señor CLARO, y haber
expresado «pues sacarlo a empujones y eso fue lo que hice porque fue en el
despacho, y eso lo planificaron todo»

De acuerdo con lo anterior, es patente para la Sala Disciplinaria que no tiene


soporte el argumento expuesto por la defensa, de que el dolo endilgado a su
defendido no tenía soporte en prueba real y concreta que sustentara la
intencionalidad de su conducta, pues el a quo citó el video en el que consta el
incidente ocurrido entre el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ
SUÁREZ, y el concejal de la misma ciudad, JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO; así
mismo, citó la entrevista que el investido rindió en Caracol, con fundamento
en la cual reiteró que el disciplinado tenía conocimiento que su actuar no era
acorde a la condición que ostentaba a la fecha de los hechos.

Entonces, las pruebas descritas como pilar del elemento volitivo del
comportamiento doloso endilgado al investigado estuvieron basados en
pruebas que fueron allegadas debidamente al proceso, además, de ser
pruebas documentales conducentes, pertinentes y útiles.

Por otra parte, añadió la defensa que en el auto de cargos no se analizó si el


investigado actuó en estado de ofuscación originado en circunstancias o
condiciones de difícil prevención y gravedad extrema, debidamente
comprobadas, como lo señaló el defensor, y en el fallo de primera instancia.

La doctrina ha instruido acerca de las modalidades y circunstancias en que se


cometió la falta, criterio contenido en el numeral 6.º del artículo 43 de la Ley
734 de 2002, que contribuye a la levedad de la falta que se hubiese cometido

64 Confrontar folios 81 a 86.


65 Confrontar folio 189.

28
Radicación n.° 161 – 7752

la falta en estado de ofuscación, originado en circunstancias o condiciones de


difícil prevención y gravedad extrema, en tanto debilitan la capacidad de
autodeterminación sin excluir la culpabilidad.

La vulneración de los derechos fundamentales no es un criterio para


determinar la gravedad y levedad de la falta, conforme al artículo 43 de la Ley
734 de 2002, sino para dosificar la sanción, según el artículo 47 de la misma
norma.

Ante el argumento de la defensa de que era un derecho fundamental del


investigado hacer respetar el derecho al libre desarrollo de la personalidad, la
autoestima, el amor y el respeto propios, a pesar de tener toda la carga en
relación con sus deberes como funcionario público, dicho argumento será
analizado con el fin de determinar la configuración de una causal de exclusión
de responsabilidad.

Si la autoridad disciplinaria, al momento elaborar el auto de cargos, no citó


ninguna de las modalidades y circunstancias de realización de la falta como
criterio para determinar su gravedad o levedad, tal circunstancia no genera la
vulneración del debido proceso o del derecho de defensa (que por
consiguiente configure la nulidad de la actuación), porque para ese momento
la calificación de la falta es provisional.

Ello se ratificó en el fallo primera instancia frente al mismo argumento


defensivo, al requerir que se analicen los nueve criterios, cuando para el caso
solamente consideró como aplicables los numerales 1 y 4, y no había referido
el numeral 6 porque se entendió que no se estaba frente a circunstancias o
condición de difícil prevención y gravedad extrema.

La defensa adujo también que la sola mención de los numerales 1 y 4 del


artículo 43 de la Ley 734 de 2002 no eran suficientes para calificarla como
grave.

Con la anterior postura que asumió el a quo no se desconoció lo enunciado


por la Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia Administrativa, en el
fallo 1395 del 22 de febrero de 2005, radicado 70-1397-03, que citó la defensa,
toda vez que, como se indicó, desempañar un cargo de alta jerarquía en la
entidad no fue el único criterio que se tuvo en cuenta para calificar la
naturaleza de la falta disciplinaria como grave.

Por otra parte, la doctrina disciplinaria en torno a la culpabilidad (como criterio


para determinar la gravedad de la falta), ha dicho a tono con el artículo 4,
numeral 1, de la Ley 734 de 2002, que es un criterio de naturaleza subjetiva,
de acuerdo con el principio de proporcionalidad, la falta grave que recibe el

29
Radicación n.° 161 – 7752

mayor reproche es la falta gravísima con culpa grave y, dentro de esa escala,
la que menor reproche recibe es la falta leve con culpa grave.66

Con respaldo en la postura en precedencia, la Sala Disciplinaria asevera que


la culpabilidad es un criterio significativo para determinar la gravedad de la
falta, por lo cual, no desconoce el principio de proporcionalidad que una falta
grave realizada con dolo se califique como grave, y con mayor razón si se
refirió que concurrió otro criterio como, en este caso, la jerarquía y mando del
servidor público en la respectiva institución.

Entonces, si en el auto de cargos los citados elementos fueron los que se


tuvieron en cuenta para calificar provisionalmente como grave la falta
disciplinaria, no se vulneró el debido proceso y el derecho de defensa.

6.2.4 Falta de justificación en la dosificación de la sanción

En lo que alude a la dosificación de la sanción increpa el rerurrente, que se


violó el derecho de defensa y el debido proceso, porque se impuso una
sanción de suspensión por el término de 8 meses, sin explicación ni
justificación alguna que permita ejercer el derecho de defensa y contradicción
sobre esta decisión; y porque no se tuvo en cuenta para la dosificación el
periodo en que estuvo su mandante sujeto a la suspensión provisional
adoptada en este mismo proceso, conforme el artículo 157 del CDU.

Al revisar el fallo de primera instancia, puede verse que en dicha decisión se


explicó y se justificó la imposición de la sanción, pues de acuerdo con el
artículo 47 de la Ley 734 de 2002, que establece los criterios para su
graduación, se acudió a los literales h) y j) del numeral 1 del artículo 47 de la
Ley 734 de 2002, diciendo que «habiendo pertenecido el disciplinado al nivel
directivo de la Alcaldía Municipal de Bucaramanga y la afectación de derechos
fundamentales del Concejal JHON JAIRO CLARO AREVALO».

El artículo 47 de la Ley 734 de 2002 es la norma que instituye los criterios para
la graduación de la sanción, razón por la cual, puede decirse que la imposición
de la sanción en el fallo de primera instancia estribó en los criterios legales
para su tasación, acogiendo dos de ellos como los que le desfavorecían al
investigado, situación que lleva a concluir que por este hecho no se vulneraron
el debido proceso ni el derecho de defensa.

En cuanto al planteamiento de la defensa referente a que no se tuvo en cuenta


para la dosificación el periodo en que estuvo su mandante sujeto a la decisión
de suspensión provisional adoptada en este mismo proceso, a tono con el
parágrafo del artículo 157 del CDU, se considera que de acuerdo con el

66GÓMEZ PAVAJEAU, Carlos Arturo. Dogmática del Derecho Disciplinario. Universidad Externado de Colombia.
Tercera Edición, febrero de 2004, pág. 429.

30
Radicación n.° 161 – 7752

artículo 47 de la Ley 734 de 2002, el periodo de tiempo en que el investigado


haya sido objeto de suspensión provisional no es uno de los criterios fijados
para su tasación, razón por la cual no es irregular que no se haya tenido en
cuenta para ello.

Otra cosa es que el parágrafo del artículo 157 de la Ley 734 de 2002 rece:
«Cuando la sanción impuesta fuere de suspensión e inhabilidad o únicamente de
suspensión, para su cumplimiento se tendrá en cuenta el lapso en que el investigado
permaneció suspendido provisionalmente. Si la sanción fuere de suspensión inferior
al término de la aplicada provisionalmente, tendrá derecho a percibir la diferencia».

Al revisar el fallo de primera instancia se advierte que, pese a que la sanción


impuesta fue de suspensión no se tuvo en cuenta el lapso en que el
investigado permaneció suspendido provisionalmente, ya que consta en el
proceso que el investigado, RODOLFO HERNÁNDEZ SUAREZ, fue suspendido
provisionalmente, en virtud del auto emitido por la Procuraduría Primera
Delegada para la Vigilancia Administrativa.

De acuerdo con el parágrafo del artículo 143 de la Ley 734 de 2002, la


declaratoria de nulidad debe sujetarse a los criterios del artículo 310 de la Ley
600 de 2000:

ARTICULO 310. PRINCIPIOS QUE ORIENTAN LA DECLARATORIA DE


LAS NULIDADES Y SU CONVALIDACION […]

5. Sólo puede decretarse cuando no exista otro medio procesal para subsanar
la irregularidad sustancial.

Si bien, en la decisión de primera instancia no se dio aplicación a lo dispuesto


en el parágrafo del artículo 157 de la Ley 734 de 2002, dicha omisión no
configura una causal de nulidad, en virtud del principio de residualidad, que
rige la declaratoria del proceso penal, dado que en el presente caso la
situación irregular es susceptible de solucionar al resolver el recurso de
apelación, por lo tanto, declarar la nulidad no es la única forma de enmendar
el agravio.

En consecuencia, no hay lugar a ordenar la declaratoria de nulidad del fallo de


primera instancia por dicha causa, pero se procederá a realizar el respectivo
ajuste en la presente decisión de segunda instancia.

6.2.5 Ausencia de imparcialidad en el fallo

Aseguró la defensa que es evidente la ausencia de imparcialidad en el fallo


disciplinario, pues se censuró al ingeniero RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ por
el trato que denominó como no respetuoso, imparcial y recto respecto del
Concejal CLARO ARÉVALO, pero no se exigió al concejal igual trato respetuoso,
imparcial y recto respecto de su poderdante, pese a ser evidente en el video

31
Radicación n.° 161 – 7752

que obra en el proceso el lenguaje, grosero, ofensivo y lacerante manoteo,


utilizado por el concejal.

Al revisar el fallo de primera instancia la Sala Disciplinaria puede ver que en


la decisión se hizo una transcripción de la discusión sostenida entre el alcalde
de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, y el concejal de la misma
ciudad, JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, que obra en el video; también se citaron
los testimonios rendidos por el referido concejal67, LAURA JULIANA REYES
VILLAMIZAR68, asistente del alcalde de Bucaramanga, ALFONSO SIERRA
RODRÍGUEZ69, quien le prestaba protección al alcalde, LUZ JENNIFER GARCÍA
RODRÍGUEZ70, camarógrafa y fotógrafa de la Alcaldía de Bucaramanga, FÉLIX
GUILLERMO CRISTANCHO GARCÍA71, periodista de la Alcaldía de Bucaramanga,
JESÚS RODRIGO FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ72, asesor de la Alcaldía de
Bucaramanga, y ORLANDO CANCELADO SÁNCHEZ73, con fundamento en los
cuales el a quo concluyó que «el burgomaestre no trato (sic) con respeto al
Concejal Claro, … aunado a la agresión física ocasionada contra la humanidad del
mismo» y que ejecutó actos de violencia contra él; así mismo, se fundamentó
en la entrevista que el alcalde, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, concedió a
Caracol Radio74, de lo cual se puede concluir que el a quo apreció
adecuadamente el referido acervo probatorio que en la discusión sostenida
entre el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, y el concejal,
JOHN JAIRO CLARO AREVALO.

Entonces, del espectro probatorio y su valoración en el fallo de primera


instancia no se colige ausencia de imparcialidad por no haber exigido al
concejal igual trato respetuoso, imparcial y recto respecto de su poderdante,
ya que, según el video del incidente, el Concejal CLARO no tuvo trato
irrespetuoso o violento con el ingeniero RODOLFO HERNÁNDEZ, y aunque no se
analizaron independientemente las palabras dichas por él, aún es posible que
dicha apreciación se realice en esta decisión.

6. 2. 6 conclusión sobre la validez de la actuación

Al analizar la validez de la actuación es factible concluir que no hay lugar a


declarar la nulidad de la actuación disciplinaria.

67 Confrontar folios 233 a 237.


68 Confrontar folios 248 a 251.
69 Confrontar folios 252 a 254.
70
Confrontar folios 256 a 259.
71 Confrontar folios 260 a 263.
72 Confrontar folios 266 a 167
73 Confrontar folios 594 y 595.
74 Confrontar folios 142 A.

32
Radicación n.° 161 – 7752

6.3 Cargo formulado al investigado

Al investigado, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, alcalde de Bucaramanga -


Santander, se le formuló el siguiente cargo:

Usted, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ en su condición de Alcalde


Municipal de Bucaramanga, probablemente incumplió con el deber de tratar
con respeto y dignidad al cabildante JHON JAIRO CLARO ARÉVALO, por
cuanto el 28 de noviembre de 2018 en la sala de juntas del (sic) Alcaldía
Municipal, durante una cita oficial se refirió a él con frases irrespetuosas,
como: “usted está pegado de la politiquería”, “sinvergüenza”, “miente
hijueputa”, “falsos hijueputas”, “malparido hijueputa”, así como haber
ejecutado un acto de violencia contra ese mismo servidor público, lo cual se
tradujo en el hecho de propinarle un golpe en la nuca, pronunciamientos y
acto que presuntamente afectó la dignidad e integridad del Concejal […]

Se citaron como normas violadas los artículos 23, 34, numeral 6, y 35 numeral
6 de la Ley 734 de 2002, y se calificó provisionalmente la presunta falta como
grave a título de dolo.

6.3.1 Análisis jurídico probatorio

El señor RODOLFO HERNÁNDEZ SUAREZ fue electo como alcalde de


Bucaramanga - Santander, para el periodo comprendido entre el 1 de enero
de 2016 hasta el 31 de diciembre de 201975, se posesionó en el cargo el 28
de diciembre de 2015, con efecto a partir del 1 de enero de 2016.76

Está demostrado que el señor JOHN JAIRO CLARO, para el 28 de noviembre de


2018, estaba desempeñándose como concejal de Bucaramanga, conforme a
la declaratoria de elección para el periodo comprendido entre el año 2016 a
201977, cargo en el cual se posesionó el 2 de enero de 2016.

La defensa señaló que en el fallo no se explicó cómo el uso de un lenguaje


llano y directo, empleado por su mandante, es irrespetuoso y viola la
imparcialidad y rectitud como elementos originadores de una sanción
disciplinaria, no se tomó en cuenta el carácter espontáneo y directo propio del
ingeniero HERNÁNDEZ; se desconoció que es un ser humano, un adulto
mayor78, sujeto de protección especial, que se vio afectado emocionalmente
en su interacción con el señor CLARO ARÉVALO, quien utilizó un lenguaje y
comportamiento burlón, agresivo, ofensivo, coloquialmente grosero y vulgar,

75 Confrontar folio 179. Formulario E-27 expedido por la Comisión Escrutadora Municipal, por medio del cual se declaró la
elección de Rodolfo Hernández Suárez como alcalde de Bucaramanga.
76 Confrontar folio 180 a 182. Copia de la Escritura Pública No. 7746 del 28 de diciembre de 2015 de la Notaría Séptima

del Círculo de Bucaramanga.


77 Confrontar folio 198. Copia del formulario E-27 expedido por la Comisión Escrutadora Municipal a favor de John Claro

Arévalo como concejal de Bucaramanga. En los folios 199 a 209 se encuentra la copia del acta 001 de la Plenaria del
Concejo Municipal de Bucaramanga del 2 de enero de 2016.
78 Ley 1251 de 2008, artículo 3.

33
Radicación n.° 161 – 7752

pasó del fuerte ataque político a la agresión personal y de la dignidad familiar


de su defendido, embate personal que soportó el investigado hasta el punto
en que respondió sus ataques personales expresando su opinión de sus
opiniones políticas sobre él, sin llegar a la injuria ni a la calumnia, sino a una
fuerte controversia personal y política, con expresiones directas y llanas
dichas en ejercicio del derecho a la libre expresión.

Para sopesar los argumentos de la defensa es necesario hacer alusión al


contenido del aparte en el que se produjo la discusión entre el concejal JOHN
JAIRO CLARO ARÉVALO y el alcalde RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, ocurrida el
28 de noviembre de 2018, en la oficina contigua al despacho del alcalde
municipal de Bucaramanga, que se observa en el video79 y fue consignada en
el fallo de primera instancia:

- RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ (RHS): ¿Bueno, pero me va a dejar hablar?


- JHON JAIRO CLARO ARÉVALO (JJCA): No Alcalde, yo lo dejo ahí para que hable
después.
- RHS: Yo me retiro porque no deja hablar, es una dictadura lo que usted tiene.
- JJCA: (risas)
- RHS: (…) usted no quiere hablar, es un sinvergüenza que le hace juego a ellos,
usted es un sinvergüenza y además se hizo elegir diciendo mentiras, que usted era
profesor de la universidad, mentira, usted no es profesor, usted vende unas horas a
la universidad, de catedra, no diga mentiras.
- JJCA: Cállese la boca, cállese la boca, cállese la boca.
- RHS: No diga mentiras
- JJCA: Su discurso excremental no me convence
- RHS: Me voy porque usted es…
- JJCA: Su discurso excremental no me convence
- RHS: A mí tampoco, está pegado de la politiquería
- JJCA: ¿Cuál politiquería?, diga nombres, ¿qué le he pedido a usted?
- RHS: Lo mismo que todos
- JJCA: No le he pedido nada alcalde, alcalde no le he pedido nada
- RHS: La misma vaina que todos
- JJCA: ¿Dígame, tenga el coraje, tenga las cuarumpias bien puestas, diga que le he
tenido que pedir yo?
- RHS: Ustedes no me encaraman allá.
- JJCA: ¿A mi si me va a encaramar?
- RHS: Yo no lo estoy encaramando
- JJCA: Me está encaramando.
- RHS: Usted váyase para el concejo y hágame todos los debates, pero no aquí en mi
casa.
- JJCA: Vaya para el concejo y allá hablamos
- RHS: Para allá voy, para el concejo
- JJCA: Vaya, vaya, vaya
- RHS: No sea sinvergüenza
- JJCA: No, sinvergüenza usted
- RHS: Usted es un sinveguenza igual
- JJCA: Usted es un pícaro, no fue este señor socio de Fredy Anaya en entorno verde?
…Socio

79 Confrontar disco compacto obrante a folio 271 del cuaderno 2, archivo denominado «MVI_0208».

34
Radicación n.° 161 – 7752

- RHS: Sí, eso lo sabe la gente


- JJCA: Y quien es Fredy Anaya?
- RHS: Qué, ¿qué?
- JJCA: ¿No fue su hijo miembro de la Junta Directiva?
- RHS: Miente hijueputa, no es así
- JJCA: Respéteme alcalde, respéteme.
- RHS: ¿Cuándo? Qué dijo, ¿qué dijo? (se observa golpe en la nuca del alcalde al
concejal), hijueputa, jueputa, ¿qué dijo, por qué son tan falsos hijueputas?
- JJCA: Respete Alcalde, estamos aquí con el alcalde donde me agrede, me paga (sic)
porque estoy diciendo la verdad, y la verdad no tiene color, raza y credo.
- RHS: Me está ofendiendo, muéstreme la sentencia de mi hijo, malparido, hijueputa,
muéstreme la sentencia (…) usted está diciendo que es un pícaro en donde está la
sentencia …saque a ese hijueputa de aquí. (negrillas y subrayado fuera de texto)

Como se dijo anteriormente, en el auto de cargos y en el fallo de primera


instancia se consignaron las frases dichas por el señor alcalde de
Bucaramanga que se calificaron como irrespetuosas e indignas, con
fundamento en las cuales se le endilgó haber incumplido su deber de tratar
con respeto al concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, cuando le dijo:
«sinvergüenza», «politiquero», «hijueputa», «jueputa» y «malparido» y por
haberle proporcionado un golpe en la nuca, ya que está proscrito ejecutar
actos de violencia contra el servidor público.

Entonces, frente al argumento defensivo respecto a que en el auto de cargos


no se precisaron adecuadamente las razones para tildar esas frases o
palabras como irrespetuosas, el uso de un lenguaje llano y directo por parte
del ingeniero HERNÁNDEZ SUÁREZ, pues no se tomó en cuenta el carácter
espontáneo y directo propio de él.

Este órgano colegiado observa que en el auto de cargos y en el fallo además


de indicar las expresiones por las cuales se discurrió que el alcalde RODOLFO
HERNÁNDEZ SUÁREZ había irrespetado al concejal, las cuales fueron citadas
dentro de la transcripción de la discusión (y que obedecen a su literalidad),
también se incorporaron las razones para considerarlas como tales, cuando
se expresó que dichas palabras habían afectado la dignidad del concejal, toda
vez que son irrespetuosas las alocuciones con carga valorativa contraria a la
dignidad humana80 o a un trato degradante o humillante.81

Para la Sala Disciplinaria es claro que las palabras que el alcalde de


Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ le dijo al concejal JOHN JAIRO

80 Corte Constitucional. Sentencia C- 042 del 1 de febrero de 2017, M.P. Aquiles Arrieta Gómez. En esta sentencia se dijo
son inconstitucionales las expresiones contenidas en las normas que resulten despectivas, discriminatorias y con una carga
valorativa claramente contraria a la dignidad humana.
81
Corte Constitucional. Sentencia C- 458 de 2015, M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. En esta sentencia se dijo que una de las
formas de desplegar la dignidad humana es que la persona no sufra tratos denigrantes o humillantes; y sentencia C- 635 del
3 de septiembre de 2014, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, decisión en la que se sostuvo que la dignidad humana, en
su contenido mínimo, equivale a reconocer el derecho de todos los seres humanos a un mínimo respeto, entre otros, por la
integridad moral.

35
Radicación n.° 161 – 7752

CLARO ARÉVALO en la discusión que sostuvieron, «sinvergüenza»82,


«politiquero»83, «hijueputa»84, «jueputa»85 y «malparido»86 son palabras
irrespetuosas87 e indignas, como categóricamente lo sostuvo el a quo, pues
se infiere de su significado que dichas palabras en el idioma español son
insultos, y así son conocidas por el conglomerado social.

Por lo tanto, el que el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ,


le haya dicho las referidas palabras al concejal, JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO,
no corresponden a la utilización de un lenguaje llano88 y directo, como lo afirma
la defensa, toda vez que el uso de esta forma de expresión no incluye utilizar
ofensas e improperios, así el señor HERNÁNDEZ SUÁREZ tenga una carácter
espontáneo y directo, ordinariamente no sea una persona agresiva y le guste
hablar claro, como lo dijo en su testimonio el señor JESÚS RODRIGO FERNÁNDEZ
FERNÁNDEZ.

En el fallo de primera instancia se dijo que el trato que el alcalde municipal de


Bucaramanga le dio al concejal JOHN JAIRO CLARO no solamente fue
irrespetuoso, apuntando que el respeto es «Miramiento, consideración,
deferencia», sino también imparcial y recto, y se citó el significado de estas dos
palabras. Se dijo que imparcial signficaba «Falta de designio anticipado o de
prevención en favor o en contra de alguien o algo, que permite juzgar o proceder con
rectitud. https://dle.rae.es/?». Recto significa «Dicho de una persona: Severa,
consigo y con los demás, en el cumplimiento de normas morales y de conducta»,
explicando que se había incumplido dichos preceptos por la siguiente razón:

[C]on el hecho acaecido el 28 de noviembre de 2018, y conforme a lo que se


ha expuesto con relación al material probatorio obrante en el expediente, el
burgomaestre no trato (sic) con respeto al Concejal Claro, en tanto lanzo (sic)
palabras indignas se (sic) irrespetuosas en su contra, aunado a la agresión
física ocasionada contra la humanidad del mismo la cual se ve claramente en
el video tomado y aportado por el cabildante, aunado a los relatos
relacionados en las declaraciones juramentadas rendidas durante el proceso

Entonces, puede ver este órgano colegiado que el a quo explicó las razones
por las cuales consideró que se vulneró el respeto, la imparcialidad y la
rectitud, elementos configuradores de la falta disciplinaria imputada, con la
conducta realizada por el investigado.

82 Diccionario de la Real Academia Española. Sinvergüenza: «1.adj.Pícaro, bribón. U.t.c.s. 2. Adj. Dicho de una persona:
Que comete actos ilegales en provecho propio, o que incurre en inmoralidades. U.t.c.s.».
https://dle.rae.es/sinverg%C3%BCenza 18/07/20 6:53 p.m.
83 Diccionario de la Real Academia Española. Politiquero: «1. Adj. Que politiquea. U.t.c.s»
https://dle.rae.es/politiquero?m=form 18/07/20 6:58 p.m. Politiquear: …3.intr. Am. Hacer política de intrigas y bajezas.»
https://dle.rae.es/politiquear?m=form 18/07/20 7:00 p.m.
84 Diccionario de la Real Academia Española. «hijo, ja de puta: 1. M. y f. Mala persona. U.c. insulto.
85 Forma coloquial de decir «hijo, ja de puta».
86
Diccionarios.com. Malparido, a: «adj./s. vulgar Que es despreciable».
87 Diccionario de la Real Academia Española. Irrespeto: «1. …Falta de respeto». https://dle.rae.es/irrespeto?m=form 18/07/20

9:17 p.m. https://www.diccionarios.com/diccionario/espanol/malparido 18/07/20 9.18 p.m.


88 Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Llano: … 3. Adj. Dicho de una persona: Accesible, sencilla, sin

presunción. 4. Adj. Libre, franco». https://dle.rae.es/llano?m=form 18/07/20 9:55 p.m.

36
Radicación n.° 161 – 7752

Por otra parte, frente al argumento de la defensa referente a que no se explicó


en el fallo las razones por las que el lenguaje utilizado por el concejal con su
mandante sí fue digno y respetuoso, la Sala Disciplinaria encuentra que
contrario a lo pensado por la defensa, en la decisión se hizo una transcripción
de la discusión entre el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ
SUÁREZ, y el concejal de la misma ciudad, JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, que
obra en el video, en la cual se observa diáfano las palabras dichas por los
interlocutores.

Posteriormente, se hizo alusión a los testimonios rendidos dentro del proceso,


en los cuales se hizo mención a lo dicho por el concejal JOHN JAIRO CLARO
ARÉVALO89, LAURA JULIANA REYES VILLAMIZAR90, asistente del alcalde de
Bucaramanga, ALFONSO SIERRA RODRÍGUEZ91, quien le prestaba protección al
alcalde, LUZ JENNIFER GARCÍA RODRÍGUEZ92, camarógrafa y fotógrafa de la
Alcaldía de Bucaramanga, FÉLIX GUILLERMO CRISTANCHO GARCÍA93, periodista
de la Alcaldía de Bucaramanga, JESÚS RODRIGO FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ94,
asesor de la Alcaldía de Bucaramanga, y ORLANDO CANCELADO SÁNCHEZ95,
con fundamento en los cuales el a quo concluyó que «el burgomaestre no trato
(sic) con respeto al concejal CLARO, en tanto lanzó palabras indignas se (sic)
irrespetuosas en su contra, aunado a la agresión física ocasionada contra la
humanidad del mismo», con lo cual se había desconocido el numeral 6 del
artículo 34 de la Ley 734 de 2002.

Adicionalmente, sostuvo el a quo que el investigado ejecutó actos de violencia


en contra el servidor público, concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, para lo cual
citó como prueba la entrevista que el alcalde, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ,
concedió a Caracol Radio96, el día en que ocurrieron los hechos, en la cual el
investigado reconoció que su interlocutor era un servidor público, que el
concejal le pidió una cita, cuando lo atendió empezó a repetir lo mismo que
dice todas las veces para fastidiarlo y llevarlo a unos niveles de descontrol,
como el que tuvo esa mañana, del cual pidió excusas, pero que tenía que
reconocer que reaccionó y le pegó un coscorrón, pero que si alguien iba a
insultarlo en su casa, a decirle mentiras sin tener pruebas y a atacar a su
familia, lo saca a empujones, como lo hizo. Afirmó que lo planificaron todo para
sacarlo de quicio porque saben que él tiene esa debilidad, que es sanguíneo
y reacciona.

89 Confrontar folios 233 a 237.


90 Confrontar folios 248 a 251.
91 Confrontar folios 252 a 254.
92
Confrontar folios 256 a 259.
93 Confrontar folios 260 a 263.
94 Confrontar folios 266 a 167
95 Confrontar folios 594 y 595.
96 Confrontar folios 142 A.

37
Radicación n.° 161 – 7752

También señaló el a quo que son «subjetivas las afirmaciones hechas por la
defensa del investigado en cuanto a que la conversación fue provocada y
presuntamente “libretiada y premeditada”, pues …. lo que se reprocha por parte de
este (sic) Delegada, es el trato irrespetuoso hacia una persona con la que tenía
relación por razón del servicio».

Del fallo de primera instancia se infiere inexorable, que el a quo apreció


adecuadamente del referido acervo probatorio que en la discusión trabada
entre el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, y el concejal,
JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, que el primero fue quien no trató con respeto al
segundo, porque le dijo palabras indignas e irrespetuosas, aunada a la
agresión física que le propinó, conclusión que lleva a deducir que lo expresado
por el concejal no fue calificado por la primera instancia como irrespetuoso o
indigno en el fallo, como tampoco en ninguna otra etapa de la actuación.

Para este órgano colegiado dicha inferencia es una consecuencia lógica del
contenido del video, así como del testimonio rendido por el concejal JOHN
JAIRO CLARO ARÉVALO97: «yo empecé a hablar en un tono alto para hacerme oír, le
hablaba sin insultos, sin improperios, sin groserías», como se pasará a estudiar a
continuación.

Ahora, para analizar el argumento esbozado por la defensa, se verificará lo


dicho por el concejal CLARO ARÉVALO. En tal sentido, la Sala Disciplinaria
observa que el concejal, utilizó dentro de la controversia un lenguaje corriente,
salvo algunas expresiones que se pasarán a comentar.

El concejal usó la expresión «su discurso excremental no convence»98. En el


testimonio que rindió señaló al respecto que lo dijo «cuando él se refiere a mi
como un sinvergüenza y como mentiroso cuando afirma que yo no era profesor de
la universidad sino que le vendía unas horas catedra (sic) a la universidad, yo le digo
que su discurso excremental, es también decirle de una manera distinta que está
diciendo mentiras», porque asegura que fue profesor de cátedra.

Lo dicho por el concejal es consecuente con el significado de la palabra


excremental99 o excremento100, que significa «residuos del alimento que,
después de hecha la digestión, el cuerpo despide», por lo cual, junto con las reglas
de la experiencia indica que en el lenguaje usado en Colombia en forma
coloquial, dicha palabra no puede calificarse de por sí como un insulto,
depende del contexto y la forma en que se digan por lo que resulta válida la
explicación que ofreció concejal.

97 Confrontar folios 233 a 237.


98 Confrontar disco compacto obrante a folio 271 del cuaderno 2, archivo denominado «MVI_0208».
99 Diccionario de la Real Academia Española. https://dle.rae.es/excremental?m=form 20/07/20 8:47 p.m.
100 Diccionario de la Real Academia Española. https://dle.rae.es/excremento?m=form 20/07/2020 9:07 p.m.

38
Radicación n.° 161 – 7752

Otra expresión que el concejal le dijo al alcalde, que vale la pena estudiar
atendiendo al planteamiento de la defensa fue la siguiente: «dígame, tenga el
coraje, tenga la cuarumpias bien puestas, diga que le he tenido que pedir yo?». La
alocución «tenga las cuarumpias», al no encontrarse en el diccionario es un
modismo que, según la declaración rendida por el señor ORLANDO CANCELADO
SÁNCHEZ101, de acuerdo con la costumbre popular de la región quiere decir
«que tenga los testículos bien puestos».

Esta instancia puede ver que, de acuerdo con la frase completa dicha por el
concejal, este le exigió al alcalde, de diferentes maneras, que tuviera el valor
de decirle que le había pedido él, toda vez que el alcalde previamente le había
dicho «está pegado de la politiquería», el concejal le respondió «cuál politiquería?,
diga nombres, qué le he pedido a usted?», a lo que alcalde respondió «lo mismo
que todos».102

Entonces, la señalada frase fue una exigencia de total precisión respecto de


una afirmación general y amplia del alcalde, por lo cual, tampoco puede ser
considerada como un insulto o que atente contra el buen nombre de su
interlocutor.

Al avanzar la discusión, se ve que cuando el alcalde le dijo al concejal que no


fuera sinvergüenza, el concejal le respondió «no, sinvergüenza usted», lo cual,
conforme a las reglas de la experiencia, solo puede calificarse como una
reacción a la agresión verbal que estaba recibiendo de parte del alcalde, lo
cual hizo, exactamente con las mismas palabras que le había dicho aquel, de
esta manera no sería una conclusión lógica decir que ello constituye un insulto
de parte del concejal hacia el alcalde.

A continuación, el alcalde le increpa al concejal «usted es un sinvergüenza


igual», y el concejal le responde «usted es un pícaro, no fue este señor socio de
FREDY ANAYA en entorno verde?».

La alocución «pícaro» que contiene la primera parte de la frase tiene un


significado diverso: «1. adj. Listo, espabilado…2. Adj. Tramposo y
desvergonzado… 3. adj. Que implica cierta intención picante…4. adj. Dañoso y
malicioso en su línea …5. m. y f. personaje de baja condición, astuto, ingenioso y de
mal vivir, protagonista de un género literario surgido en España en el siglo XVI»103,
lo cual lleva a este órgano colegiado a colegir que dicha palabra, en el contexto
de la discusión, si bien es desobligante, no justifica la reacción del disciplinado.

En cuanto a la segunda parte de la frase104, el concejal preguntó «este señor


fue socio de Fredy Anaya en entorno verde?», a lo cual respondió el alcalde «Sí,

101 Confrontar folios 594 y 595.


102 Confrontar disco compacto obrante a folio 271 del cuaderno 2, archivo denominado «MVI_0208».
103 Diccionario de la Real Academia Española. https://dle.rae.es/p%C3%ADcaro?m=form 21/07/20 11:33 a.m.
104 Confrontar disco compacto obrante a folio 271 del cuaderno 2, archivo denominado «MVI_0208».

39
Radicación n.° 161 – 7752

eso lo sabe la gente», a continuación dijo el concejal «y quien es Fredy Anaya?»,


interrogante al que el alcalde contestó «qué, qué?», y el concejal nuevamente
le hace otra pregunta «no fue su hijo miembro de la junta directiva?», a lo cual le
contesta el alcalde «miente hijueputa, no es así». Se apreciará las
manifestaciones efectuadas, junto con las demás pruebas que obran en el
proceso, habida cuenta que además la defensa afirmó que al investigado se
le tendió una trampa y reaccionó como lo hizo porque el concejal lo ofendió a
él y a su familia.

Sobre esta parte de la discusión el concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO dijo
en su testimonio:

Es bien claro que nunca acusé ni lancé improperios tanto al alcalde como a
su hijo (sic) porque si el alcalde me hubiera escuchado con detenimiento que
la pregunta de su hijo era relacionada con entorno verde y jamás como se ha
dicho que fue por Vitalogic, jamás; como el alcalde venía ofuscado,
decepcionado por mi postura frente a la moción de censura que mi voto no
era favorable frente a la secretaria de hacienda y por consiguiente para él,
ocurrió lo que ocurrió, hay que anotar que esa afirmación o esa pregunta que
yo le hacía al señor alcalde la escribió el actual alcalde interino MANUEL
FRANCISCO AZUERO en su columna el 4 de marzo de 2012, cuyo título es: Los
patrones de Chocoa, el mismo MANUEL AZUERO dice en esa columna de (sic)
RODOLFO HERNÁNDEZ, fue miembro de la Junta Directiva de entorno
verde…Quiero anexar también unos documentos que es el acta de entorno
verde S.A. acta de la asamblea de accionistas, donde consta que el alcalde y
su hijo eran miembros de la junta directiva, así mismo anexo la columna de
MANOLO AZUERO, “Los patronos de Chocoa”, donde habla de los vínculos que
tenía el alcalde con FREDY ANAYA en un folio; anexo también los whatsapp
que me envía el alcalde interino MANUEL AZUERO donde tiene un claro interés
que vote a favor de la doctora Chacón y por ende de la administración para
que no prospere la moción de censura, esto fue antes del incidente, cinco (5)
folios con capturas de pantalla de una conversación de whatsapp y anexo por
si quedan dudas una entrevista que le hizo JULIO ACELAS en octubre al señor
Fredy Anaya donde el mismo FREDY en sus palabras dice que fue socio de
una empresa con el alcalde, que él fue el gestor minuto 28 con 43 segundo,
anexo 2 cds

El concejal CLARO ARÉVALO, para soportar su dicho, aportó a su declaración la


copia de un escrito llamado Los Patronos de Chocoa, publicado el 4 de marzo
de 2012, en la página web
http://vanguardia.com/opinión/columnistas/manolo–azuero/manolo-
azuero/146285-los-patronos-de-chocoa en la cual se dice que la empresa que
el entonces alcalde de Bucaramanga, LUIS FRANCISCO BOHÓRQUEZ, solicitó
que se levantara la medida cautelar sobre el relleno sanitario Parque Chocoa,
pues para el mandatario parece ser la única salida frente al inminente cierre
del Carrasco, petición que fue negada por la justicia administrativa, pero
ordenó practicar una visita al terreno que sería decisiva para darle vía libre al
proyecto, «[d]e ser así no sólo festejará el Alcalde, quien saldrá de un problema que

40
Radicación n.° 161 – 7752

heredó. También celebrarán sus aliados de época electoral que se harán por fin a un
jugoso negocio».

Agregó el concejal CLARO ARÉVALO que los Patronos de Chocoa era la


empresa que desarrollaba el relleno sanitario del Parque de Chocoa
denominada Entorno Verde S.A., que dentro de los miembros de la Junta
Directiva estaban RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ y RODOLFO JOSÉ HERNÁNDEZ
OLIVEROS, que la otra miembro de la junta directiva, TATIANA VILLAREAL
CARREÑO, trabajaba para FREDY ANTONIO ANAYA, es decir, «resulta
representante del controvertido político». Sobre RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ y
su hijo RODOLFO JOSÉ HERNÁNDEZ OLIVEROS se dijo que eran aliados del
alcalde en campaña, que el señor HERNÁNDEZ SUÁREZ, dueño de la
constructora HG, impulsó la campaña del entonces alcalde. 105

Al verificar el contenido de dicha columna y cotejarlo con lo que dijo el concejal


en la discusión que sostuvo con el alcalde, en cuanto a que el alcalde era socio
del señor FREDY ANAYA, en efecto lo dicho por aquel coincide con la referida
publicación.

Como el concejal adjuntó a su declaración fotocopia de un acta de Asamblea


de Accionistas del 1 de diciembre de 2013, documento que demuestra que
RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ era miembro principal de la junta directiva de la
empresa Entorno Verde y que JOSÉ RODOLFO HERNÁNDEZ OLIVEROS, hijo del
primero, era miembro suplente de la junta directiva de la misma empresa.
También, se observa que dentro de los asistentes a la Asamblea de
Accionistas está la empresa Valores Inmobiliarios HG S.A., y otras empresas,
pero no se registra dentro de los accionistas asistentes como persona natural
el señor FREDY ANAYA y tampoco se sabe si en alguna de las empresas que
allí se consignan como accionistas en ellas sea socio el referido señor.

De todas maneras, no advierte esta colegiatura que esté demostrada la


afirmación del concejal de que el alcalde RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ fuese
socio del señor FREDY ANAYA hubiese constituido una provocación, pues como
el mismo alcalde respondió «Sí, eso lo sabe la gente».

Lo qué si está demostrado con las anteriores pruebas, es que en la discusión


el concejal afirmó que el alcalde y su hijo eran miembros de la junta directiva
de Entorno Verde, empresa que fue mencionada por el concejal, pero no de
la empresa Vitalogic, que fue mencionada por el alcalde en su versión como
la mentira que utilizó aquel para sacarlo de control.

Conforme al anterior análisis probatorio, puede concluirse que la valoración


probatoria que realizó el a quo para considerar que en la discusión que
sostuvieron el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, y el

105

41
Radicación n.° 161 – 7752

concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, el alcalde impartió un trato no


respetuoso para con el concejal (acorde con lo demostrado en los elementos
probatorios allegados al proceso), y, contrario a lo sostenido por la defensa, el
concejal no tuvo un comportamiento ni lenguaje burlón, agresivo, ofensivo,
coloquialmente grosero y vulgar; tampoco incurrió un fuerte ataque político,
agresión personal ni a su dignidad, como le atribuye la defensa.

Puede concluirse que en el fallo de primera instancia no se desconoció que el


investigado es un ser humano y un adulto mayor106, sujeto de protección
especial, según la Ley 1251 del 27 de noviembre de 2008, ya que, como se
analizó, no se encontró que el lenguaje ni en el comportamiento del concejal
JOHN JAIRO CLARO, en el incidente ocurrido el 28 de noviembre de 2018, fuese
burlón, agresivo, ofensivo, coloquialmente grosero y vulgar, tampoco incurrió
en el fuerte ataque político que plantea la defensa, tampoco lo agredió
personalmente ni a su familia, por lo tanto, aunque el alcalde de Bucaramanga,
RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, sea un adulto mayor, por tener más de 60 años,
sus derechos como tal no fueron vulnerados en el incidente ocurrido.

Puede concluirse que el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ


SUÁREZ, no tuvo serios motivos para sentirse afectado emocionalmente por
las palabras que le dijo el concejal CLARO ARÉVALO y si bien tuvo un episodio
de ofuscación y descontrol, no de angustia como lo pretende encumbrar la
defensa (lo que generó una situación de estrés con dolor de pecho y disnea
que lo llevo a que lo trasladaran a la Clínica Foscal, según la declaración
rendida por VÍCTOR ALFONSO SIERRA RODRÍGUEZ y su historia clínica107, como
consecuencia de lo cual se le otorgó incapacidad médica de dos días), no fue
ocasionada por la comportamiento del concejal, sino, más bien, debido a su
temperamento sanguíneo, lo cual él mismo reconoció en la entrevista que
concedió a Caracol Radio108, cuando dijo que en la cita que tuvo con el
concejal este empezó a repetir lo mismo que decía todas las veces para
fastidiarlo y descontrolarlo, que tenía que reconocer que reaccionó y le pegó
un coscorrón, pero que él saca a empujones a quien lo vaya a insultar en su
casa, a decirle mentiras sin tener pruebas y a atacar a su familia y que él tiene
la debilidad de que lo saquen de quicio, porque «es sanguíneo y reacciona», y
«de pronto no con la responsabilidad que debo reaccionar con el cargo que me dio
la ciudadanía, yo entiendo eso, pero desafortunadamente yo soy así».

Por otra parte, como el investigado en la entrevista que concedió a Caracol


Radio109, el día en que ocurrieron los hechos, afirmó que estos fueron
planificados por el concejal para sacarlo de quicio, porque saben que él tiene
esa debilidad, el a quo en el fallo de primera instancia apreció que son:

106 Ley 1251 de 2008, artículo 3.


107 Confrontar folios 606 a 612.
108 Confrontar folios 142 A.
109 Confrontar folios 142 A.

42
Radicación n.° 161 – 7752

[S]ubjetivas las afirmaciones hechas por la defensa del investigado en cuanto


a que la conversación fue provocada y presuntamente “libretiada y
premeditada”, pues … lo que se reprocha por parte de este (sic) Delegada,
es el trato irrespetuoso hacia una persona con la que tenía relación por razón
del servicio, recuérdese que la cita fue concedida para abordar temas
relacionados con las actividades que se encontraba realizando desde sus
respectivos cargos; así como haber incurrido en la prohibición de haber
ejecutado actos de violencia contra otro servidor público, esto por tanto no
puede verse como un cruce de palabras pues dentro del mismo se encuentra
la utilización de palabras irrespetuosas e indignas contra el Concejal Claro,
aunado a que le fue propinado un golpe al mismo

La referida conclusión es una consecuencia lógica de la conversación y la


posterior discusión que sostuvieron el alcalde, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ,
con el concejal, JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, pues aunque el señor ORLANDO
CANCELADO SÁNCHEZ110 dijo que cinco días antes del incidente, en Jumbo de
la carrera 33 de Bucaramanga, el concejal le dijo «que el ingeniero no le gustaba
que lo criticaran y que entonces de ahí en adelante lo iba a seguir cuestionando para
mirar como reaccionaba…Si, yo entendí que o iba a seguir cuestionando para ver
hasta donde llegaba el alcalde», dicho testimonio solo demuestra que el
concejal, antes del incidente, caviló en continuar debatiendo con el alcalde, lo
cual, solamente demuestra la razón por la que solicitó la cita para hablar con
él y se presentó con la cámara de video en su despacho para responderle las
preguntas que el alcalde le había hecho en el Facebook Live «Hable con el
alcalde», pero no prueba que la discusión y el golpe que le proporcionó
posteriormente hubiese ocurrido por premeditación del concejal, pues de
acuerdo con la sana crítica es poco probable que pueda programarse con
exactitud la reacción de otra persona frente a un hecho.

Adicionalmente, dicho argumento se desvirtúa con el video que contienen la


discusión pues, en él puede verse que, quien comenzó a expresarse en forma
agresiva fue el alcalde y no el concejal, ya que el acalorado diálogo que se
llevó a cabo inicialmente versó sobre la respuesta que el concejal le estaba
dando al alcalde a las preguntas que le hizo en el Facebook Live respecto a
su voto en la moción de censura que el concejo municipal adelantaba contra
la secretaria de hacienda de esa ciudad.

El apoderado planteó que estaba demostrado que el concejal CLARO pidió la


cita al investigado para hacer una entrevista, que llegó con cámara y
camarógrafo y que aquella se desarrolló como entre dos conocidos sin
ninguna alteración, con fundamento en la declararon de LAURA JULIANA REYES
VILLAMIZAR y LUZ JENNIFER GARCÍA.

En efecto, LAURA JULIANA REYES VILLAMIZAR111, la asistente del alcalde, declaró


que «se le otorgó cita al señor JOHN CLARO, con la intención de que iba a

110 Confrontar folios 594 y 595.


111 Confrontar folios 248 a 251.

43
Radicación n.° 161 – 7752

entrevistarlo»; LUZ JENNIFER GARCÍA RODRÍGUEZ112, camarógrafa de la alcaldía


de Bucaramanga, FÉLIX GUILLERMO CRISTANCHO GARCÍA113, profesional en
medios de prensa de la misma entidad, quienes presenciaron el hecho,
manifestaron que cuando llegaron al despacho del alcalde ya estaba en curso
la entrevista, pues el concejal estaba acompañado de un camarógrafo.

El concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO114 también dijo en su declaración que


el propósito que tuvo al ir al despacho del alcalde fue «responderle en las
mismas condiciones que él me formuló o que él me emplazó haciéndolo con una
cámara para subirlo a mis redes ya que él lo hizo de la misma manera en aras de la
transparencia y del equilibrio de la información».

De esta manera considera la Sala Disciplinaria que acertó el a quo al valorar,


de la forma en que lo hizo, las pruebas allegadas al proceso, al apreciar el
video que contiene la reunión sostenida el 28 de noviembre de 2018, entre el
señor JOHN JAIRO CLARO, entonces concejal de Bucaramanga, y RODOLFO
HERNÁNDEZ SUÁREZ, alcalde de la misma ciudad, como una prueba lícita115, en
la que consta el encuentro ocurrido entre el alcalde RODOLFO HERNÁNDEZ
SUÁREZ y el citado concejal, en el quinto piso de la Alcaldía de Bucaramanga
en una oficina contigua el despacho del alcalde en la Alcaldía Municipal de
Bucaramanga, a las 9:30 de la mañana, hora que estaba dentro del horario
laboral de la entidad.

Si bien, no se dijo en el fallo de primera instancia que en la cita o encuentro el


concejal efectuó una entrevista al alcalde, este elemento no cambia la
estructura configurativa de las faltas disciplinarias imputadas, toda vez que en
la descripción típica del comportamiento no se requiere el incumplimiento del
deber se produzca en una determinada actividad del servicio público; así como
tampoco lo modifica que el concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO116 haya
pretendido realizarle una entrevista grabada al alcalde, para responderle el
cuestionamiento que este le había impetrado a través de su programa de
Facebook live, máxime si esta fue aceptada por el alcalde al haberle
concedido la cita para ese propósito.

Por lo tanto, si bien en el encuentro que ocurrió el 28 de noviembre de 2018


entre el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, y el concejal,
JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, se haya llevado a cabo una entrevista por parte
del segundo al primero, no puede ello comportar que no se tipifican las faltas
disciplinarias que fueron reprochadas.

112 Confrontar folios 256 y 257.


113
Confrontar folios 262 y 263.
114 Confrontar folio 233 a 237
115 Confrontar folios 233 a 237 y 271. Disco compacto en el que se halla un video denominado «MVI_0208» y se encuentra

marcado como «Video Incidente No. 28 Alcalde – Concejal B/manga».


116 Confrontar folio 233 a 237

44
Radicación n.° 161 – 7752

El a quo valoró adecuadamente las pruebas que constan en el proceso sobre


lo sucedido el 28 de noviembre de 2018, a las 9:30 de la mañana, en la oficina
contigua al despacho del alcalde, y que se ha comentado con total profundidad
en este proveído.

Por otra parte, la defensa introduce otro reproche en su recurso, según el cual
no se examinaron las circunstancias que rodearon la conducta del investigado,
bajo la premisa de que no era admisible que el actuar de un servidor público
estuviese sujeto a circunstancias previas y/o posteriores de su conducta, con
lo cual afirmó que, a tono con la sanción, los servidores públicos no son seres
humanos y les es prohibido verse afectados en su dignidad y honra.

Al revisar el fallo de primera instancia se encuentra que el a quo en el análisis


de la tipicidad de la conducta expresó que «no es admisible para un servidor
público que su actuar esté sujeto a unas circunstancias previas y/o posteriores a la
conducta objeto de investigación, toda vez que es su dignidad como servidor público
la que debe regir su proceder, y dar ejemplo con su actuar a sus administrados», no
obstante, este órgano colegiado puede ver que en el fallo de primera instancia
se hizo alusión a los hechos que antecedieron a la reunión y el motivo de la
misma, cuando el concejal JOHN JAIRO CLARO117 reafirmó en su testimonio que
el día martes 27 de noviembre de 2018 llamó a LAURA JULIANA REYES
VILLAMIZAR118, asistente del alcalde de Bucaramanga, le pidió una cita, la cual
le fue otorgada para el miércoles 28 de noviembre siguiente, para entrevistarlo
sobre unas preguntas que le realizó el alcalde en el programa de Facebook
live «Hable con el Alcalde» sobre la moción de censura que adelantada el
Concejo de Bucaramanga contra la secretaria de hacienda municipal, OLGA
CHACÓN. Esta cita también fue mencionada en la versión libre que rindió el
señor RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, con lo cual se confirmó lo dicho por el
concejal en su testimonio.

Dichos antecedentes fueron expuestos en el testimonio del concejal JOHN


JAIRO CLARO ARÉVALO119, en relación con lo ocurrido en la plenaria del
Concejo Municipal de Bucaramanga, llevada a cabo el 14 de noviembre de
esa anualidad, toda vez que se habló sobre la moción de censura a la
secretaria de hacienda del municipio. Todos los concejales intervinieron,
cuando lo hizo él cuestionó la forma en que procedió la funcionaria frente al
cobro de unos tributos de orden municipal, específicamente en la retención en
la fuente de industria y comercio a las profesiones liberales, con lo que se
transgredió la norma tributaria, Ley 1819, que determina que son los concejos
municipales quienes deben regular este tributo en los municipios.

117 Confrontar folio 233 a 237


118 Confrontar folios 248 a 251.
119 Confrontar folio 233 a 237

45
Radicación n.° 161 – 7752

Informó el concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO120 que, el 20 de noviembre


siguiente, el alcalde, el ingeniero RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, en su
acostumbrado Facebook live llamado «Hable con el alcalde», el cual hace con
una cámara y lo hace público cuando se sube a las redes, allí el alcalde se
refiere a él durante unos cinco minutos, en el cual lo emplazó públicamente y
le cuestionó su intervención en la discusión de la moción de censura en la
plenaria del Concejo de Bucaramanga, preguntándole lo siguiente:

«Concejal Claro, usted está del lado del cambio o de la politiquería, concejal
Claro usted está de lado de la dignidad o de la politiquería, concejal Claro
usted está de lado de la transparencia o de la politiquería», y que más
adelante les dijo a los concejales «que si voto la moción de censura sería un
descarado y un sinvergüenza y literalmente me dice su voto concejal claro
será un claro mensaje sobre sus convicciones, estaremos atentos y la
ciudadanía también estará atenta, yo entiendo este emplazamiento público
del señor alcalde sino (sic) una amenaza, una clara coacción a mi intención
de voto frente a la moción de censura

En consecuencia, para la Sala Disciplinaria el a quo también apreció los


antecedentes del incidente investigado.

En conclusión, conforme al análisis probatorio realizado en el fallo de primera


instancia y en la presente decisión no se presenta la duda razonable indicada
por el defensor, por el contrario, como pudo verse, las pruebas debidamente
practicadas y allegadas al proceso e integralmente apreciadas llevan a la
certeza que la conducta investigada se tipifica como falta disciplinaria, como
se pasará a puntualizar.

6.3.2 Tipicidad

Afirmó la defensa que con el fallo de primera instancia se violaron normas


superiores, pues se desconocieron los principios de inocencia e imparcialidad,
porque no se demostró cuál fue la función o servicio que se afectó, y al
considerar que la entrevista no fue un encuentro personal contrarió los
principios de legalidad, inocencia e imparcialidad que deben regir el proceso
disciplinario, al no demostrar los elementos de la responsabilidad disciplinaria,
de acuerdo con los artículos 4, 5, 8,13, 23, 34, numeral 6, y 35, numeral 6, de
la Ley 734 de 2002, al no probar la existencia de la tipicidad de la conducta,
como tampoco que se haya quebrantado la función pública porque el
comportamiento no se dio en el cumplimiento de ella.

La tipicidad en materia disciplinaria es un componente del debido proceso y


del principio de legalidad, pues supone la existencia previa de una ley que
establezca el comportamiento como falta disciplinaria y la adecuación típica
de los supuestos fácticos en las conductas descritas como faltas. No obstante,

120 Confrontar folio 233 a 237

46
Radicación n.° 161 – 7752

en el proceso disciplinario no es exigible el mismo grado de rigurosidad que


se exige en materia penal, sino que admite mayor flexibilidad, en razón a «la
naturaleza de las conductas reprimidas, los bienes jurídicos involucrados, la
teleología de las facultades sancionatorias, los sujetos disciplinables y los efectos
jurídicos que se producen frente a la comunidad».121

Entonces, la categoría dogmática de tipicidad en el derecho disciplinario


depende de la consagración previa del comportamiento como falta y a su
adecuación a la conducta allí descrita, la cual puede estar determinada por la
ley como gravísima o le corresponde a una de menor entidad, en aplicación a
los criterios del artículo 43 de la Ley 734 de 2002, calificarse como grave o
leve.

Por lo anterior, para verificar si se cumple con la tipicidad es necesario analizar


si los supuestos fácticos del comportamiento desplegado por el investigado se
encuadran en la conducta descrita como falta, pues, en principio, de ello
depende si corresponde o no a una falta de las descritas como gravísimas o
no.

La falta disciplinaria que le fue imputada al señor RODOLFO HERNÁNDEZ


SUAREZ, en su calidad de alcalde de Bucaramanga, fue el artículo 23 de la Ley
734 de 2002, en el que constituye falta disciplinaria el incumplimiento de los
deberes e incurrir en las prohibiciones, comportamiento que fue
complementado con el deber previsto en el artículo 34, numeral 6, de la Ley
734 de 2002, y con la prohibición del artículo 35, numeral 6, de la Ley 734 de
2002.

El artículo 34 numeral 6 de la Ley 734 de 2002, establece como deberes:

ARTÍCULO 34. DEBERES. Son deberes de todo servidor público […]

6. Tratar con respeto, imparcialidad y rectitud a las personas con que tenga
relación por razón del servicio.

En el fallo de primera instancia se citó la sentencia C-230 de 2012, en la cual


se afirmó que las expresiones contenidas en los numerales 2 y 6 del artículo
34 de la Ley 734 de 2002, consagra deberes generales de todo servidor
público, como es «tratar con “respeto, imparcialidad y rectitud” a las personas
con que tenga relación por razón del servicio», los cuales desarrollan normas
constitucionales que fundamentan la responsabilidad disciplinaria, como los
artículos 1, 2, 6, 122, 123, 124, 125, 150 -2 y 209 de la Carta Política, porque
son deberes y obligaciones generales y básicos que están consagrados en la
Constitución o son el desarrollo de los principios superiores fundamento de la
121CONSEJO DE ESTADO. Sec. II. Subs. “B”. Sentencia del 24 de agosto de 2018, rad n.° 05001-23-33-000-2013-01909-
01 (3169-16) C.P. Sandra Lisset Ibarra Vélez; Subsección “A” Sentencia del 23 de agosto de 2018, exp. n.° 11001-03-25-
000-2012-00377-00(1483-12). C.P. William Hernández Gómez.

47
Radicación n.° 161 – 7752

administración pública y de la responsabilidad disciplinaria, las cuales


pertenecen a la naturaleza propia de la administración pública y del buen
desarrollo del servicio público, pues el objetivo principal de todo servidor
público es el de servir al Estado y a la comunidad en estricta sujeción al
ordenamiento jurídico.

Concluyó la Corte que las anteriores normas constitucionales sustentan


plenamente el mandato de que los funcionarios públicos deben actuar
conforme a las máximas y exigencias básicas de respeto y rectitud respecto
de las personas con las que tienen trato personal o relación en razón de su
cargo o función pública que desarrollan o del servicio, que siempre deben
actuar con sujeción al principio de imparcialidad en todas las actuaciones que
le hayan sido encomendadas.

Todo lo anterior, con el fin de asegurar que sus actuaciones no vulneren los
derechos fundamentales, ni el principio de igualdad de los ciudadanos y
administrados, ya que estos deberes desenvuelven las normas
constitucionales en que descansa la responsabilidad disciplinaria.

La Sala Disciplinaria122 ha sostenido que se incumple el deber de tratar con


respeto e imparcialidad, cuando en las frases y en la forma de hablar se incurre
en una agresión verbal, y en una marcada subjetividad, lo cual lleva a no
actuar con rectitud.

El artículo 35, numeral 6, de la Ley 734 de 2002, estatuye como prohibición


de todo servidor público:

ARTÍCULO 35. PROHIBICIONES. A todo servidor público le está prohibido:


[…]

6. Ejecutar actos de violencia contra superiores, subalternos o compañeros


de trabajo, demás servidores públicos o injuriarlos o calumniarlos.

Sobre la ejecución de actos de violencia este órgano colegiado 123 ha referido


que se incurre en dicha prohibición cuando se reta o intimida a un servidor
público.

El defensor tildó de estrambótico que este ente de control haya interpretado


que el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, y el concejal,
JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, estaban ejerciendo una función pública por el
local o sitio donde se encuentra la persona, por la sede del sujeto, por la cita

122 Procuraduría General de la Nación. Sala Disciplinaria. Fallo de segunda instancia del 21 de septiembre de 2011, radicación
161 – 5136 (IUS 2010 – 149549).
123 Procuraduría General de la Nación. Sala Disciplinaria. Fallo de segunda instancia del 21 de septiembre de 2011, radicación

161 – 5136 (IUS 2010 – 149549).

48
Radicación n.° 161 – 7752

obtenida a través de la asistente del alcalde o por que la entrevista se efectuó


en la Alcaldía, lo cual no prueba el ejercicio de la función pública.

Afirmó la defensa que está probado que el concejal CLARO fue al despacho
del alcalde a fin de entrevistarlo, pues lo dijo cuando pidió la cita, se presentó
con cámara y un camarógrafo, la misma se desarrolló con fines de información
y comunicación mediática y con elementos de transferencia electrónica a las
redes sociales, pero no que fuese en ejercicio de funciones o gestión pública;
además, porque los concejales no pueden hacer entrevistas con fines de
control político ni de ninguna otra función.

En el fallo de primera instancia se adujo que los hechos investigados se


relacionaron con las funciones públicas propias del alcalde de Bucaramanga
y el concejal de la misma ciudad, y no con un encuentro personal, como lo
argumentó la defensa, a partir de los testimonio del propio CLARO ARÉVALO,
que dan cuenta de la cita solicitada por el concejal a la asistente del alcalde,
LAURA JULIANA REYES, funcionaria de la Alcaldía de Bucaramanga124, para
hablar con este sobre lo que había afirmado en el programa de Facebook leve
«Hable con el alcalde» del 26 de noviembre de 2018 sobre su voto en la moción
de censura que adelantaba el Concejo Municipal contra la secretaria de
hacienda municipal.

Afirmó el a quo que se reprochó al investigado «el trato irrespetuoso hacia una
persona con la que tenía relación por razón del servicio», ya que la cita fue
concedida para abordar temas relacionados con las actividades que se
encontraban realizando desde sus respectivos cargos.

Entonces, en el fallo de primera instancia se dijo que los hechos no fueron


solamente un encuentro personal, sino que estuvo relacionado con el servicio
atribuido al alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, el cual
tiene relación con el concejal de la misma ciudad, JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO,
y para demostrarlo citó los hechos que así lo soportaban.

Si bien, dentro de dichos elementos consideró que el concejal haya solicitado


una cita con el alcalde a su asistente en esa entidad, que la reunión se haya
llevado a cabo en las instalaciones de la Alcaldía, sobre todo, tuvo en cuenta
que el objeto de la misma era hablar sobre lo que el alcalde había tratado en
el su programa de Facebook live «Hable con el alcalde», del 26 de noviembre
de 2018, sobre su voto en la moción de censura que adelantaba el Concejo
Municipal de Bucaramanga contra la secretaria de hacienda municipal, lo cual,
sin lugar a dudas hace referencia a una situación que tiene que ver con las
funciones que el concejal desempeñaba, el control político sobre la secretaria
de hacienda municipal, la cual tenía inexorable conexión con la gestión de la
Alcaldía de Bucaramanga.

124 Confrontar folio 190 y 191. Oficio N. D.A. 756 del 10 de diciembre de 2018.

49
Radicación n.° 161 – 7752

Es importante destacar que el a quo citó una sentencia proferida por el


Consejo de Estado125, en la cual se dijo que no solamente son disciplinables
las faltas cometidas en estricto desarrollo de las funciones asignadas sino que
también lo son aquellas que comprenden «deberes de mera conducta que le
impone a ley al servidor público, tal como lo es el “Tratar con respeto, imparcialidad
y rectitud a las personas con las que tenga relación por razón de servicio” establecido
por el artículo 34 numerales 6 de la Ley 734 de 2002, en consonancia con … el
artículo 35 numerales 1 y 6».

En dicha sentencia también se dijo, respecto de la tipificación de la prohibición


descrita en el artículo 35 numeral 6 de la Ley 734 de 2002 para todo servidor
público de ejecutar actos de violencia en contra de sus pares, que para su
configuración no se requería que el comportamiento se produjera durante el
horario de oficina o en la sede de la entidad, ya que la agresión física o verbal
a otro funcionario deteriora las relaciones interpersonales al interior de la
entidad.

Por lo tanto, para la Sala Disciplinaria quedó claro en el fallo de primera


instancia que para la tipificación de las faltas disciplinarias que fueron
imputadas al investigado no es necesario que los hechos se desarrollen en
estricto desarrollo de las funciones asignadas a los cargos que desempeñan,
toda vez que las faltas disciplinarias reprochadas son tipos disciplinarios de
mera conducta, es decir, que la falta se configura mediante la inobservancia
de los deberes descritos en ellas, sin que se requiera que se produzca un
resultado, como la mayoría de los tipos disciplinarios, al incumplir el deber que
se tiene al tener la calidad de servidor público.126

Entonces, no es un elemento necesario para la configuración típica de la falta


disciplinaria que se hubiese identificado la función o servicio público
involucrado en la entrevista efectuada por el señor CLARO ARÉVALO al alcalde,
como tampoco, que se hubiese expedido un acto administrativo, se estuviese
frente a una operación administrativa, declaración pública o gestión
institucional, por lo tanto, no se vulneraron los principios de legalidad,
inocencia e imparcialidad que deben regir el proceso disciplinario.

Del análisis efectuado al acervo probatorio es posible concluir que la conducta


realizada por el señor RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, en su calidad de Alcalde
de Bucaramanga, se tipifica en la falta disciplinaria consagrada en el artículo
23 de la Ley 734 de 2002, al incumplir el deber de tratar con respeto,
imparcialidad y rectitud al concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, persona con
la que tenía relación por razón del servicio, toda vez que en la discusión que

125 Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Segunda, Subsección A, sentencia del 17 de mayo de
2018, radicado 11001-03-25-000-2013-01092-00 (2552 -13).
126 Gómez Pavajeau, Carlos Arturo. Dogmática del derecho disciplinario. Universidad Externado de Colombia. Tercera

Edición. 2004.pág. 312.

50
Radicación n.° 161 – 7752

sostuvieron le expresó palabras irrespetuosas que afectaron su dignidad, con


lo cual también inobservó su deber de tratarlo de manera imparcial u objetiva.

Adicionalmente, con el comportamiento realizado por el señor RODOLFO


HERNÁNDEZ SUÁREZ, en su condición de alcalde de Bucaramanga, también se
tipificó en la falta disciplinaria inserta en el artículo 23 de la Ley 734 de 2002,
por incurrir en la prohibición del artículo 35, numeral 6, de la misma norma,
porque en el transcurso de la discusión el alcalde le propinó a este un golpe
en la nuca, lo cual fue suficientemente demostrado en las pruebas valoradas
en el proceso.

6.3.3 Ilicitud sustancial

La defensa destaca que no se quebrantó el bien jurídico tutelado, la función


pública, porque el comportamiento no se dio en cumplimiento de ésta a cargo
del investigado o de un deber funcional como alcalde ni tampoco del concejal,
que no se detalló la función o gestión desempeñada por el Concejal y su
mandante en el momento en que el señor CLARO entrevistó al alcalde ni la
función o gestión pública, como bien jurídico que fue afectado por los hechos
materia del proceso.

El artículo 5 de la Ley 734 de 2002 consagra que la falta es antijurídica cuando


afecta el deber funcional sin justificación alguna. Según la Corte
Constitucional127 se es responsable disciplinariamente si se incumplen los
deberes funcionales, o, se vulnera el derecho disciplinario si se quebrantan
sustancialmente tales funciones, se desconoce la función social, el buen
funcionamiento del Estado y sus fines.

Para el Consejo de Estado la antijuridicidad en materia disciplinaria consiste


en que la falta disciplinaria no se configura con el simple desconocimiento
formal del deber, sino que se haya producido una infracción sustancial del
mismo, por atentar contra el buen funcionamiento del Estado y sus fines.128

La doctrina129 ha sostenido que es responsabilidad objetiva sancionar sin una


verdadera y justa razón de ser, así como, cuando el comportamiento no infrinja
la función pública y sus principios consagrados en el artículo 209 de la
Constitución Política, en armonía con el artículo 22 de la Ley 734 de 2002, que
establece que la garantía de la función pública es la salvaguarda de sus
principios, a los cuales se suman, entre otros, el cumplimiento de los deberes
y el respeto de las prohibiciones.

127
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C.948 del 6 de noviembre de 2002.
128 CONSEJO DE ESTADO. Sección segunda. Subsección “B”. Sentencia del 24 de agostos de 2018, rad. 05001-23-33-
000-2013-01909-01 (3169-16), C.P. Sandra Lisset Ibarra Vélez.
129 ORDOÑEZ MALDONADO, Alejandro. Justicia Disciplinaria. De la ilicitud sustancial a lo sustancial de la ilicitud,

Bogotá. Instituto de estudios del Ministerio Público de la Procuraduría General de la Nación, 2009, p. 25,27 y 28.

51
Radicación n.° 161 – 7752

En el fallo de primera instancia se dijo acertadamente que de las pruebas


allegadas al proceso se evidenciaba que la conducta revestía ilicitud
sustancial, porque causó daño o afectación en la dignidad del funcionario JOHN
JAIRO CLARO ARÉVALO, al ser tratado por el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO
HERNÁNDEZ SUÁREZ, en forma irrespetuosa e indigna y haberlo agredido
físicamente, y que vulneró el principio de moralidad pública de la función
administrativa, contemplado en el artículo 209 de la Constitución Política.

Lo anteriormente dicho se fundamentó en la doctrina130 y en un fallo de


tutela131 que dijo que el principio constitucional de la dignidad humana
comporta un deber positivo del Estado o mandato de optimización, o un
principio de acción, según el cual todas las autoridades del Estado deben
realizar todas las conductas relacionadas con sus fines constitucionales y
legales, con el propósito de lograr las condiciones para el desarrollo efectivo
de los ámbitos de la protección de la dignidad humana, como la integridad
física y moral; además, es deber de los servidores públicos dar un trato digno
a todos los servidores públicos y a las personas, y a las autoridades limitar el
ejercicio de la fuerza, especialmente en situaciones de conflicto.

Fue contundente la cita que se hizo de la sentencia del Consejo del Estado132
en el fallo de primera instancia, en la cual se sostuvo que si un servidor público
ejecuta actos de violencia en contra de otro afecta «el servicio público, la
prestación de las labores que tienen a su cargo e incluso los deberes funcionales
que deben acatar, dentro de los cuales se encuentra no incurrir en las prohibiciones
previstas en la ley», que su infracción se considera sustancial en la medida en
que atente contra «derechos y principios de orden superior, tales como la dignidad
humana» e instrumentos internacionales que hayan propendido por el respeto
por la integridad física, psíquica y moral.

La misma sentencia refrenda que un servidor público no puede realizar


conductas que atenten contra los derechos que constitucionalmente se le
encargó proteger, como tampoco, desconocer que uno de los principios
nucleares del Estado de Derecho es el respeto a la dignidad humana, mandato
superior que rige todas las actuaciones de los servidores públicos, por lo que
su desconocimiento se califica como sustancialmente ilícito, «al ser el
fundamento del ordenamiento jurídico… pilar determinante en el Estado Social de
Derecho y en la democracia constitucional, y por tanto de los Derechos Humanos y
de los derechos fundamentales en general, y constituye una norma vinculante para
toda autoridad».

Sobre la vulneración del principio de moralidad el a quo citó el fallo de tutela


T-301 del 25 de marzo de 2004, en la que se dijo que la moralidad es un

130 Derecho Constitucional Colombiano. Manuel Fernando Quinche Ramírez, pp.53.


131 Sentencia T-881 de 2002. Consideración jurídica 24.
132 Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Segunda, Subsección A, sentencia del 17 de mayo de

2018, radicado 11001-03-25-000-2013-01092-00 (2552 -13).

52
Radicación n.° 161 – 7752

elemento adicional en la constitucionalización de los derechos de los


ciudadanos y se compone por los principios que tienen conexidad con el
Estado Social y democrático de derecho, entre otros, la dignidad humana; así
mismo, señaló que la moralidad obliga a reconocer en todo ser humano la
presencia de una dignidad que obliga a ver un fin en sí mismo y a prohibir los
tratamientos incompatibles con aquella.133

Indicó la defensa que no existe argumento jurídico ni material que sustente la


afirmación efectuada en el fallo de que su mandante quebrantó la moral
pública y citó como sustento la sentencia T-301 de 2004, que no guarda
ninguna relación con los hechos materia del proceso.

Aunque en la sentencia T-301 de 2004, la Corte Constitucional revisó las


decisiones judiciales que resolvieron negativamente el amparo de tutela
solicitado por JUAN PABLO NOGUERA VILLAR contra el Departamento de Policía
de Santa Marta, con el objeto de que se ampararan sus derechos a la igualdad,
a la integridad, al libre desarrollo de la personalidad, a la honra, al buen
nombre y a la libre circulación, en dicho fallo la Corte Constitucional analizó la
moral pública como fuente para restringir la libertad personal, diciendo que
articulaba un modo de ser y actuar que no puede soslayar a la persona
portadora de derechos, así mismo, concluyó que:

(i) es un elemento adicional en la constitucionalización de los derechos de los


ciudadanos, (ii) es fuente de limitaciones de derechos constitucionales, en
tanto permite al Estado imponer restricciones con el objeto de armonizar
proyectos de vida disímiles en el contexto de una democracia, (iii) está
compuesta por los principios que se encuentran en relación de conexidad
necesaria con la idea de Estado Social y democrático de derecho, cuales son
entre otros: dignidad humana, la búsqueda de la paz, el pluralismo y la
tolerancia

Entonces, el fallo de tutela T- 301 de 2004 sustenta la vulneración del principio


de moralidad pública cuando se violan los derechos de las personas, entre
ellos, la dignidad humana, con el pretexto de ejercer las libertades personales.

Por otra parte, no puede inferirse la no configuración de la falta disciplinara,


porque la actividad que realizó el alcalde en el encuentro con el concejal, no
está dentro del manual de funciones del alcalde, consagrado en el Decreto
0066 del 9 de mayo de 2018, porque, como ya se dijo, el desempeñarse como
servidor público conlleva la observancia de ciertos deberes como los que
fueron reprochados en el presente caso.

Observa esta colegiatura que, contrario a lo afirmado por el apoderado, en el


fallo de primera instancia se indicó que la función o servicio púbico se había
visto afectado, toda vez que el investigado con su comportamiento afectó la

133 Concepto y fundamento de los derechos humanos, Jesús González, Op. Cit, pág 36.

53
Radicación n.° 161 – 7752

dignidad del funcionario JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO al ser tratado por el señor
HERNÁNDEZ SUÁREZ en forma irrespetuosa e indigna, aunada al hecho de
haber ejecutado en su persona un acto de agresión física; así mismo, que se
vulneró el principio de moralidad pública de la función administrativa,
contemplado en el artículo 209 de la Constitución Política.

Puede concluirse que de ninguna manera, como lo afirma la defensa, la


Procuraduría General de la Nación ejerció una lectura arbitraria del material
probatorio, como tampoco omitió analizar las circunstancia que rodearon los
hechos investigados y se tuvo en cuenta que el investigado era un servidor
público, un ser humano y una persona mayor, que si bien tenía el derecho de
recibir un trato digno también tenía el deber de tratar a los demás servidores
públicos, como el concejal CLARO ARÉVALO, con respeto y absteniéndose de
ejercer sobre ellos actos violentos.

Por otra parte, aunque en el encuentro que ocurrió el 28 de noviembre de


2018, entre el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, y el
concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, se haya llevado a cabo una entrevista
por parte del segundo al primero, no lleva a concluir, como lo hace la defensa,
que como los concejales en el ejercicio de sus funciones no hacen entrevista,
no se vio afectado el deber funcional, pues por el hecho de que estuviese
realizando una entrevista al alcalde no le quitaba o quedaba en suspenso su
condición de concejal de Bucaramanga o que estaba desplegando una función
particular como comunicador o empresario artístico, máxime cuando el motivo
que lo inspiró tiene ineluctable conexión con la función como concejal y la
moción de censura que se estaba tramitando contra la secretaria de hacienda
municipal, como está suficientemente demostrado .

Por lo tanto, es claro que fue sustancialmente ilícito el comportamiento del


alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, por el trato
irrespetuoso y parcial al concejal JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO y la agresión
física que le propinó que afectó su dignidad.

6.4 Causales de exclusión de responsabilidad

Señaló la defensa que están acreditadas las causales de exclusión de


responsabilidad de que tratan los numerales 5 y 6 del artículo 28 de la Ley 734
de 2002, aunque en el fallo de primera instancia se haya dicho que no existía
prueba de su configuración, planteamiento que conduce a que nuevamente se
realice el correspondiente estudio.

6.4.1 Insuperable coacción ajena

Se dijo por la defensa que el señor CLARO ARÉVALO tuvo la intención de


molestar, provocar y ofuscar al ingeniero RODOLFO HERNÁNDEZ, como está

54
Radicación n.° 161 – 7752

demostrado en el video y en la declaración del señor CANCELADO, que dice,


respecto del ex alcalde, que es una persona mayor que reconoce tener un
carácter fácilmente alterable y perdió la compostura al ser coaccionado por la
agresión del concejal.

En el fallo de primera instancia se dijo que la defensa no había demostrado


objetivamente las razones por las cuales el investigado estaría incurso en esta
causal de exclusión de responsabilidad, como tampoco se llenaban los
elementos para su configuración, toda vez que el señor RODOLFO HERNÁNDEZ
SUÁREZ estaba frente a una situación que le era posible resistir; así como, la
cercanía del mal que amenazaba le era posible eludirla, pues según el video
y los testimonios sobre el suceso, estaban presentes uniformados y otros
funcionarios que podían haber intervenido en la situación para darle un curso
diferentes a la situación y, por tanto, la supuesta coacción ajena no era
insuperable.

Citó como fundamento un pronunciamiento de la Sala Disciplinaria en el que


se dijo que la insuperabilidad se configura a partir del examen de situaciones
de especie diversa, como la naturaleza del cargo desempañado, la posibilidad
de resistencia a la coacción y la cercanía o proximidad al mal que amenaza y
las posibilidades de su elusión, pues no es lo mismo coaccionar a un inerme
funcionario que no tiene facilidades de protección.

Que, en virtud de esta causal, el servidor público pude verse obligado a faltar
a sus deberes funcionales cuando un tercero ejerce en su contra coerción o
presión insuperable, que se concreta en violencia física o psíquica, lo cual,
genera que el servidor realice una conducta descrita como falta disciplinaria.

La doctrina134 indica que esta causal de exclusión de responsabilidad debe


cumplir los siguientes requisitos: « i) la coacción recae sobre el sujeto
disciplinable y proviene de otra persona, la cual la ejerce directamente; ii) la
coacción debe ser grave, injusta e idónea; es decir, de tal trascendencia que
se torne insuperable y no haya otra manera de evitarla; iii) la coacción debe
determinar el comportamiento del individuo, de tal manera que no le deje
alternativa para comportarse de otra manera; iv) el sujeto pasivo debe actuar
conocimiento de la acción que se ejerce contra él. En caso de no ser
insuperable la imputación continuará siendo dolosa, porque no es razón para
convertir la conducta en culposa.

La Corte Suprema de Justicia135, respecto de la insuperable coacción ajena ha


sostenido que implica la existencia de una «vis compulsiva», que consiste en
que el actuar de la persona es determinada por una coacción que domina

134 Ordoñez, Alejandro. De la ilicitud sustancia a lo sustancial de la ilicitud. Instituto de Estudios del Ministerio Público.
2009, p. 61.
135 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de 23 de noviembre de 1990, radicación No. 949, Magistrado

Ponente: Edgar Saavedra Rojas.

55
Radicación n.° 161 – 7752

totalmente su voluntad y de la cual no se puede liberar, que lo lleva a actuar


en forma diferente a como lo haría por su propia voluntad.

La Sala Disciplinaria también ha sostenido que para que se configure esta


causal de exclusión de responsabilidad el sujeto disciplinable no debe tener
otra alternativa de comportamiento 136 y se excluye la presencia de la causal
de coacción ajena cuando se demuestra que la persona determinó su propia
conducta.137

Como se analizó anteriormente, con fundamento en el video, en la declaración


de JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO138 y los testimonios de quienes estuvieron
presentes en la reunión, LAURA JULIANA REYES VILLAMIZAR139, asistente del
alcalde de Bucaramanga, ALFONSO SIERRA RODRÍGUEZ140, quien le prestaba
protección al alcalde, LUZ JENNIFER GARCÍA RODRÍGUEZ141, camarógrafa y
fotógrafa de la Alcaldía de Bucaramanga, FÉLIX GUILLERMO CRISTANCHO
GARCÍA142, periodista de la Alcaldía de Bucaramanga, JESÚS RODRIGO
FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ143, asesor de la Alcaldía de Bucaramanga, no
demuestran que el Concejal haya agredido o coaccionado al ingeniero
HERNÁNDEZ SUÁREZ, como tampoco que se le haya sometido de manera verbal
y psicológica, por tanto, no tiene ningún atril probatorio el argumento de la
defensa referente a que el investigado haya perdido la compostura
coaccionado por la agresión del señor CLARO, cuando no existió tal coacción.

Si bien, en el incidente el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ


SUÁREZ, según su historia clínica144, tuvo un momento de estrés laboral que le
ocasionó dolor en el pecho y disnea, por lo que fue incapacitado por dos días,
tal reacción no fue producida por el comportamiento del concejal, sino por su
temperamento sanguíneo, respecto del cual él mismo reconoció debía
aprender a controlar con un curso mental, según la entrevista que otorgó a
Caracol Radio145, razón por la cual resulta infundada la causal de «insuperable
coacción ajena».

136 Procuraduría General de la Nación. Sala Disciplinaria. Fallo de segunda instancia del 11 de junio de 2013, radicación 161
- 5263 (IUC D – 878 – 185214), D.P. María Eugenia Carreño Gómez.
137 Procuraduría General de la Nación. Sala Disciplinaria. Fallo de segunda instancia del 21 de noviembre de 2013, radicado

161 – 5421 (IUS 2008 – 259315), D.P. Juan Carlos Novoa Buendía.
138 Confrontar folio 233 a 237
139 Confrontar folios 248 a 251.
140 Confrontar folios 252 a 254.
141
Confrontar folios 256 a 259.
142 Confrontar folios 260 a 263.
143 Confrontar folios 266 a 167
144 Confrontar folios 606 a 612.
145 Confrontar folios 142 A.

56
Radicación n.° 161 – 7752

6.4.2 Actuar con la convicción errada e invencible de que su conducta no


constituye falta disciplinaria

Señaló la defensa que está probada la causal de exclusión de responsabilidad


de que tratan los numerales 5 y 6 del artículo 28 de la Ley 734 de 2002, aunque
en el fallo de primera instancia se haya dicho que no existía prueba de su
configuración.

Dijo el a quo en el fallo de primera instancia que no encontró mayor


profundidad en los argumentos expuestos por la defensa, respecto de la
existencia de esta causal de exclusión de responsabilidad, y después de citar
una sentencia del Consejo de Estado que trató la citada causal, afirmó que no
fueron de recibo los argumentos presentados por el apoderado, toda vez que
no se configuran los elementos para que se presente el error invencible,
porque al señor RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ le fueron abiertos diferentes
procesos disciplinarios en este órgano de control, atinentes con las faltas de
respeto que el alcalde tuvo con personas con las que tuvo relación en razón
del servicio.

También se tomó en consideración la entrevista del alcalde tantas veces


mencionada146 en la cual manifestó «saben que yo tengo esa debilidad, que soy
sanguíneo y reacciono de pronto no con la responsabilidad que debo reaccionar con
el cargo que me dio la ciudadanía, yo entiendo eso, pero desafortunadamente yo soy
así […]».

De acuerdo con el parágrafo del artículo 171 de la Ley 734 de 2002, en el


recurso de apelación otorga competencia al funcionario de segunda instancia
para revisar únicamente los aspectos impugnados y aquellos que resulten
inescindiblemente vinculados al objeto de impugnación.

Al revisar que el argumento expuesto por la defensa en el recurso de


apelación, en relación con la presente causal de exclusión de responsabilidad,
puede verse que solamente se dijo que consideraba que estaba probado,
aunque la primera instancia haya dicho que no existía prueba de su
configuración.

Al no haberse expuesto en el recurso de apelación el motivo de la impugnación


de la decisión sobre la concurrencia de esta causal, no le es posible a este
órgano colegiado pronunciarse en segunda instancia sobre este tópico, más
allá de revalidar la conformidad con lo decidido por el a quo en el fallo de
primera instancia, pues no están dados los elementos necesarios para la
configuración del error invencible, porque el señor RODOLFO HERNÁNDEZ
SUÁREZ no se encontraba frente a un error de apreciación frente a su
comportamiento, lo cual se evidencia en la entrevista que rindó a Caracol

146 Confrontar folios 142 A.

57
Radicación n.° 161 – 7752

Radio147 cuando reconoció que su debilidad era ser sanguíneo y reaccionar


sin la responsabilidad del cargo que desempeñaba.

6.4.3 Por salvar un derecho propio o ajeno al cual deba ceder el


cumplimiento del deber, en razón de la necesidad, adecuación,
proporcionalidad y razonabilidad

Aunque no se propuso expresamente la configuración de esta causal de


exclusión de responsabilidad, se analizará la concurrencia de esta por cuanto
la defensa también expuso que el comportamiento del investigado era un trato
llano y que obedeció a la defensa de la dignidad personal y familiar y al libre
desarrollo de la personalidad que fue agraviada, ofendida, maltratada y
violentada por el señor CLARO, quien se encontraba armado con la más dañina
de las armas modernas como es una cámara de video digital acompañada de
vínculos a las redes sociales.

La causal de exclusión de responsabilidad por salvar un derecho propio o


ajeno al cual deba ceder el cumplimiento del deber, en razón de la necesidad,
adecuación, proporcionalidad y razón, consiste en la colisión de un derecho
propio o ajeno y un deber que a pesar de no estar insertos en el tipo, están
sujetos a la consideración del contenido de la voluntad del sujeto disciplinable,
en consecuencia, los servidores públicos tienen la obligación de conocer y
cumplir sus deberes funcionales en debida forma con la capacidad de valorar,
en un momento determinado, cuáles de ellos son de mayor importancia para
el cumplimiento de los fines estatales.148

Los derechos que la defensa considera fueron ejercidos por el investigado


fueron los de el libre desarrollo de la personalidad, a la autoestima, el amor y
respeto propios y a la defensa de la dignidad personal y familiar, porque fue
agraviado, ofendido, maltratado y violentado por el señor CLARO, «quien se
encontraba armado con la más dañina de las armas modernas como es una cámara
de video digital acompañada de vínculos a las redes sociales».

El libre desarrollo de la personalidad, es un derecho que tiene toda persona


como consecuencia lógica del respeto de la dignidad, que protege la libertad
general de acción, involucrando el derecho a la propia imagen, a la autonomía,
identidad personal, busca proteger la potestad del individuo para
autodeterminarse, posibilidad de adoptar un modelo de vida acorde con sus
propios intereses, convicciones, inclinaciones y deseo, siempre y cuando,
siempre que se respeten los derechos ajenos y el orden constitucional.

Entonces, si bien, todas las personas tienen derecho del libre desarrollo de la
personalidad, este tiene su límite en el respeto a los derechos ajenos, lo que

147 Confrontar folios 142 A.


148 Corte Constitucional. Sentencia C- 948 del 6 de noviembre de 2002. C.P. Álvaro Tafur Galvis.

58
Radicación n.° 161 – 7752

conduce a afirmar que el deber que tienen los servidores públicos de tratar
con respeto a las personas con las que tienen relación en razón con el servicio
y de no ejercer actos violentos contra otros servidores públicos, no debe ceder
frente al citado derecho, y mucho menos porque en la situación investigada
no tiene aplicación criterios como la necesidad, adecuación, proporcionalidad
y razonabilidad, porque, como se desprende del análisis probatorio, no existió
agravio, ofensa, maltrato ni violencia del concejal CLARO ARÉVALO hacia el
alcalde RODOLFO HERNÁNDEZ, y tampoco lo es el hecho de que se hubiese
presentado con un cámara, porque como lo indicó el alcalde en su versión, fue
informado de dicha circunstancia a la llegada del concejal, lo cual fue aceptado
por él.149

En conclusión, tampoco se configura la causal de exclusión de


responsabilidad por salvar un derecho propio al cual debe ceder el
cumplimiento del deber.

6.5 Calificación Subjetiva de la falta

La defensa increpó en el recurso de apelación que la reacción de su mandante


fue totalmente emocional, razón por la cual no actuó con la racionalidad que
comporta una conducta intencionada y voluntaria, sino que lo hizo en
condiciones de sometimiento verbal y psicológico; agregó que no es prueba
del dolo la existencia de procesos disciplinarios en contra del ingeniero
RODOLFO HERNÁNDEZ ni la entrevista en la que dijo que su carácter era
reactivo.

El dolo se configura cuando el servidor público conoce que con su acción u


omisión incurre en falta disciplinaria y, no obstante, en forma voluntaria realiza
el hecho.

En varias decisiones precedentes la Sala Disciplinaria ha sostenido que como


el concepto de dolo no está en el Código Disciplinario Único, de acuerdo con
el principio de integridad normativa, consagrado en el artículo 21 de la Ley 734
de 2002, debe darse aplicación el artículo 22 del Código Penal, que dispone:
«La conducta es dolosa cuando el agente conoce los hechos constitutivos de la
infracción penal y quiere su realización. También será dolosa la conducta cuando la
realización de la infracción penal ha sido prevista como probable y su no producción
se deja librada al azar». Según dicho concepto, el dolo se configura con el
conocimiento de los elementos estructurales de la conducta y con la voluntad
de su realización.

149 Corte Constitucional. Sentencia C- 336 del 16 de abril de 2008. M.P. Clara Inés Vargas Hernández.

59
Radicación n.° 161 – 7752

También ha dicho este órgano colegiado que el dolo, en el derecho


disciplinario, hace parte de la culpabilidad y requiere, por lo menos, del
conocimiento de los elementos estructurales de la conducta, que es la armonía
entre lo que sucede en el mundo real y lo que el sujeto piensa que ejecutó, y
la voluntad de realizarla, lo cual se demuestra en forma directa a través de la
confesión o en forma indirecta mediante otras pruebas o mediante indicios.

El a quo en el fallo de primera instancia puntualizó que, atendiendo al


contenido normativo del numeral 2 del artículo 44 de la Ley 734 de 2002, la
falta se le imputaba definitivamente a título de dolo, pues se probó que el señor
RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, en su calidad de alcalde de Bucaramanga,
omitió el deber de tratar con respeto al concejal JOHN CLARO ARÉVALO «lo cual
se materializó en que de forma reiterada y voluntaria profirió frases irrespetuosas e
indignas contra este».

También dijo el a quo que se incurrió en la prohibición de ejecutar actos de


violencia contra el cabildante CLARO, lo cual manifestó en la entrevista que
rindió cuando dijo «sacarlo a empujones y eso fue lo que hice porque fue en el
despacho, y eso lo planificaron todo (…), para sacarme de quicio porque saben que
yo tengo esa debilidad, que soy sanguíneo y reacciono de pronto no con la
responsabilidad que debo reaccionar con el cargo que me dio la ciudadanía, yo
entiendo eso, pero desafortunadamente yo soy así (…)».

La primera instancia no aceptó el argumento de la defensa de que el actuar


del investigado fue consecuencia del accionar premeditado del quejoso, y
reiteró que «al disciplinado se le exigía un mayor comportamiento de acuerdo al
cargo ostentado y a su deber de velar por la conservación de los derechos
constitucionales de sus administrados», sin importar que fuesen particulares o
servidores públicos.

Puntualizó frente a los elementos constitutivos del dolo, que se colmó el


elemento cognoscitivo, toda vez que al investigado no le era extraño que el no
tratar con respeto a otros con ocasión del servicio y ejecutar actos violentos
sobre otros servidores públicos constituían conductas de reproche
disciplinario.

Advierte la Sala Disciplinaria que el anterior argumento se encuentra


sustentado en pruebas debidamente allegadas al proceso que sostienen el
elemento cognoscitivo de la calificación dolosa del comportamiento, como es,
la certificación emitida por el comité de convivencia laboral, el 7 de diciembre
de 2018, en la cual se relacionó a cuatro funcionarios que había puesto en
conocimiento del Comité de Convivencia y Acoso Laboral queja contra el
ingeniero RODOLFO HERNÁNDEZ, por presuntas agresiones verbales e injurias,
en las cuales no hubo conciliación y fueron remitidas a la Procuraduría

60
Radicación n.° 161 – 7752

General de la Nación150, documento con el cual se demuestra que se


remitieron a la Procuraduría General de la Nación denuncias instauradas por
servidores de la Alcaldía de Bucaramanga por agresiones verbales e injurias
ocasionadas por el alcalde, RODOLFO HERNÁNDEZ SUAREZ, hechos que se
asimilan a los investigados en el presente proceso, y prueba que el investigado
conocía que impartir agresiones verbales a servidores públicas configuraba
falta disciplinaria.

Así mismo, obran en el proceso las siguientes publicaciones realizadas en


páginas web de algunos medios de comunicación, a través de los cuales se
informó y fue cuestionado sobre agresiones verbales que el alcalde de
Bucaramanga impartió sobre otras personas sobre las que tenía relación con
el servicio:

- Publicación efectuada en la página web del periódico El Tiempo,


https://eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/alcalde-de-bucaramanga-
insulta-a-veedor-286122, el 26 de octubre de 2018, titulado «Alcalde de
Bucaramanga acusó a veedor de ser ‘lame perros’»151, en el cual se informó los
siguiente:

El alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, generó una nueva polémica


tras insultar en la tarde de este viernes al veedor que denunciaba la tala de
un árbol en el parque Solón Wilches de esta ciudad.

En un video quedó grabado el momento en el que, en medio de una discusión,


el alcalde atacó verbalmente a FERNANDO MARTÍNEZ, un ciudadano
reconocido por sus críticas a la administración local.

En las imágenes se ve cómo HERNÁNDEZ exclama “yo son la autoridad


ambiental, yo sé que usted es una ‘lavaculos’ de la politiquería, es un ‘lava
perros’ de la politiquería, de los ladrones que robaron a Bucaramanga”.

Es usual que el alcalde de Bucaramanga responda con palabras inapropiadas


ante algunas situaciones. En varias oportunidades durante su mandato se le
ha ordenado judicialmente rectificar sus afirmaciones.

- Publicación realizada en la página web de Las 2 Rodillas,


https://las2rodillas.co/post/video-alcalde-de-bucaramanga-protagonista-de-
insultos-a-un-veedor, el 28 de octubre de 2018, titulada “Video: Alcalde de
Bucaramanga Protagonista de Insultos a un veedor152, en el que se dijo lo
siguiente:

“Usted es un lavaperros de la politiquería que robó a Bucaramanga”, fue la


expresión que lanzó al alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ, a un

150 Confrontar folio 189.


151 Confrontar folios 63 a 65.
152 Confrontar folios 66 y 67.

61
Radicación n.° 161 – 7752

veedor ciudadano que lo acusaba por la supuesta tala indiscriminada de


árboles que se estaba llevando a cabo en un sector de la ciudad.

FERNANDO MARTÍNEZ, un conocido experto en movilidad de la ciudad, le


reclamó al alcalde por lo que para él era un “arboricidio”, el cual consideraba
se estaba llevando a cabo en el parque Solón Wilches, ubicado frente al
colegio San Pedro Claver, del barrio Sotomayor.

La airada respuesta se dio en medio de una discusión en la que MARTÍNEZ le


reclamaba de forma reiterada a HERNÁNDEZ. El mandatario se trasladó hasta
el sitio y se encontraba explicando a los presentes el motivo de la tala de
algunos árboles.

Pero al parecer el alcalde se salió de sus casillas y confrontó al veedor.


Ofuscado empezó a gritarlo y aseguraba que las palabras de esta persona
solo buscaban empañar la obra que se había realizado en el lugar, ya que
este pertenecía a las clases política que habían administrado la ciudad en
ocasiones anteriores y que, según HERNÁNDEZ, habían desfalcado a ciudad.

En el video que circula por las redes sociales se observa como el veedor le
dice al mandatario que la obra llegó tres años tarde y que no pueden talar
árboles de manera indiscriminada sin un concepto técnico y previa
autorización de la autoridad ambiental, a lo que este le responde: “Yo soy la
autorizada ambiental”, y asegura que MARTÍNEZ solo es un “lavaperros” de la
clase política que robo a la ciudad, expresión que generó una ovación entre
los presentes.

“No señor no sea grosero”, respondió de inmediato FERNANDO MARTÍNEZ


después de la acusación del alcalde.

La denuncia publicada el 5 de octubre de 2017 por


www.bluradio/Bucaramanga, titulado «Trabajadores de la Alcaldía internados en
clínicas de reposo denuncian acoso laboral»153, en la cual se dice que «los
funcionarios aseguraron ser víctimas de maltrato y sobrecarga laboral por parte del
alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ, quien los ha tratado de corruptos».

En cuanto al elemento volitivo del comportamiento del ingeniero RODOLFO


HERNÁNDEZ SUÁREZ, alcalde de Bucaramanga, se consignó en el fallo de
primera instancia lo siguiente:

[E]l video del encuentro entre el burgomaestre y cabildante se ve que la


exteriorización de las palabras irrespetuosas e indignas del disciplinado al
quejoso fueron hechas de manera voluntaria y reiterada, así como se observa
el golpe que (sic) proporcionado de manera voluntaria por el señor
HERNANDEZ al quejoso, hecho que es confirmado por el investigado en la
entrevista otorgada a CARACOL RADIO, largamente citada en el presente
fallo, en el que reconoce haberle propinado un golpe al señor CLARO, y haber
expresado «pues sacarlo a empujones y eso fue lo que hice porque fue en el
despacho, y eso lo planificaron todo»

153 Confrontar folios 81 a 86.

62
Radicación n.° 161 – 7752

Frente al argumento de la defensa de que el elemento volitivo del dolo


endilgado a su defendido no tenía soporte en prueba real y concreta que
sustentara la intencionalidad de su conducta, esta instancia advierte que el a
quo citó acertadamente el video del incidente, prueba válida debidamente
allegada al proceso, y la entrevista que el investigado rindió en Caracol Radio,
prueba documental que contiene la libre manifestación que realizó el alcalde
sobre su temperamento, las cuales, sin duda alguna, constituyen pruebas
conducentes, pertinentes y útiles para demostrar que el disciplinado tenía la
voluntad de actuar.

También se fundamentó adecuadamente el elemento volitivo en el


comportamiento del ingeniero RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, alcalde de
Bucaramanga, al considerar que lo demostró en el video del incidente en el
que consta que en forma voluntaria y reiterada le dijo palabras irrespetuosas
e indignas y le proporcionó un golpe al concejal, JOHN JAIRO CLARO PINZÓN,
así como en lo dicho por el investigado en la entrevista que concedió a Caracol
Radio154, en la que reconoció haberlo sacado a empujones.

Además de lo anterior, observa la Sala Disciplinaria que en la misma entrevista


el investigado dijo «yo tengo esa debilidad, que soy sanguíneo y reaccionó de
pronto no con la responsabilidad que debo reaccionar con el cargo que me dio la
ciudadanía, yo entiendo eso, pero desafortunadamente yo soy así […]», expresión
en la cual no solamente reconoció una debilidad en su temperamento, normal
en cualquier ser humano, sino que aceptó que con su forma de reaccionar
estaba atentando contra las responsabilidades de su cargo como servidor
público, hasta expresó su deseo de tomar un curso para controlar sus
reacciones y prometió no volver a reaccionar así, palabras que junto la
apreciación integral de la otras pruebas sobre el incidente que fueron
valoradas en el análisis probatorio, llevan a concluir que son soporte de la
realización del comportamiento reprochado con voluntad.

Además, hay que tener en cuenta que, para que se configure el elemento de
voluntariedad en el deber de impartir un trato respetuoso y la prohibición de
no realizar actos violentos con otros servidores públicos, para lo cual es
suficiente con que haya asistido a la cita en forma voluntaria, como de hecho
ocurrió, y que la actitud que tuvo dentro de la conversación sostenida con el
concejal, desde el principio reticente y luego ofensivo con el Concejal, puede
inferirse su intención de incumplir el deber de darle un trato respetuoso.

La Procuraduría no interpretó erróneamente que lo ocurrido en el encuentro


entre al alcalde, HERNÁNDEZ SUÁREZ, con el concejal, CLARO ARÉVALO, no fue
un tranquilo diálogo con la utilización de términos llanos y francos, como lo
quiere hacer ver la defensa, sino que fue una discusión que concluyó con la

154 Confrontar folios 142 A.

63
Radicación n.° 161 – 7752

agresión verbal y física del alcalde hacia el concejal que ha sido extensamente
analizada en esta decisión.

En estas condiciones, para este órgano colegiado no contrarió lo señalado en


la sentencia emitida por el Consejo de Estado, en la providencia del 13 de
mayo de 2014, expediente n.° 11001032500020140036000, que citó la
defensa, en la que se afirmó que la autoridad disciplinaria está en la obligación
de demostrar que el servidor actuó con culpabilidad para poder imponer la
respectiva sanción, y en cuanto al dolo deben estar plenamente probados los
elementos volitivo o intención de desconocer su deber funcional y transgredir
el ordenamiento jurídico.

La Sala Disciplinaria está de acuerdo con la determinación de la culpabilidad


a título de dolo del presente cargo, toda vez que se encuentra fundamentada
en las pruebas obrantes en el proceso.

6.6 Calificación definitiva de la falta

El apoderado postuló en el recurso de apelación que no se efectuó un análisis


razonable e imparcial de los criterios para calificar la falta disciplinaria,
contenidos en el artículo 43 del CDU, como es el numeral 6, ya que no se
probó el dolo y la sola jerarquía del investigado no puede soportar la
calificación de la falta disciplinaria como grave, como se dijo en una decisión
emitida por la Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia
Administrativa, en el fallo 1395 del 22 de febrero de 2005 en el proceso
radicado con el n.° 70-1397-03.

Respecto de la conducta reprochada en el fallo de primera instancia la falta se


calificó definitivamente como grave, habida cuenta que la falta disciplinaria se
tipificó en el incumplimiento del deber contemplado en el artículo 34 numeral,
6, de la Ley 734 de 2002, de tratar con respeto al concejal JOHN JAIRO CLARO
ARÉVALO, al utilizar frases irrespetuosas e indignas, así como incurrir en la
prohibición de ejecutar actos de violencia.

El artículo 43 de la Ley 734 de 2002 consagra los criterios para determinar la


gravedad y levedad de la falta, el cual es aplicable cuando no se trata de faltas
gravísimas, pues estas están taxativamente descritas en la ley, salvo lo
dispuesto en el numeral 9 de la citada norma, cuando se trate de «La realización
típica de una falta objetivamente gravísima cometida con culpa grave, será
considerada falta grave».

Uno de los criterios establecidos para determinar la calificación de la falta


disciplinaria, es la culpabilidad, la cual, según el análisis en el numeral anterior

64
Radicación n.° 161 – 7752

se determinó a título de dolo, el cual, como se estudió en el acápite de la


culpabilidad, está debidamente demostrado.

La doctrina disciplinaria ha dicho respecto de la culpabilidad, como criterio


para determinar la gravedad de la falta, del artículo 4, numeral 1, de la Ley 734
de 2002, que es un criterio de naturaleza subjetiva que de acuerdo con el
principio de proporcionalidad155 y en la postura que ha tenido la Sala
Disciplinaria, la culpabilidad es un criterio significativo para determinar la
gravedad de la falta, por lo cual, no desconoce el principio de proporcionalidad
que una falta grave realizada con dolo se califique como grave, y con mayor
razón si se refirió que concurrió otro criterio como, en este caso, la jerarquía y
mando del servidor público en la respectiva institución.

Sin embargo, no fue el único criterio tenido en cuenta para determinar la


calificación de la falta disciplinaria, pues también lo fue la jerarquía del
investigado, toda vez que, el alcalde de Bucaramanga, RODOLFO HERNÁNDEZ
SUÁREZ, desempeñaba el cargo de más alta jerarquía dentro de la
administración municipal de Bucaramanga. Por lo tanto, este criterio no fue el
único tenido en cuenta para la calificación de la gravedad de la falta
disciplinaria, como lo planteó la defensa.

Con esta postura, asumida por el a quo, no se desconoció lo señalado por la


Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia Administrativa, en el fallo
1395 del 22 de febrero de 2005, radicado 70-1397-03, que citó la defensa,
toda vez que, como se indicó, desempañar un cargo de alta jerarquía en la
entidad no fue el único criterio que se tuvo en cuenta para calificar la
naturaleza de la falta disciplinaria como grave.

En cuanto al planteamiento de la defensa de que no se analizó, para


establecer la naturaleza de la falta, la concurrencia del criterio establecido en
el numeral 6 del artículo 43 de la Ley 734 de 2002, referente a que, si la
presunta falta se cometió en «estado de ofuscación originado en circunstancias o
condiciones de difícil prevención y gravedad extrema, debidamente comprobadas»,
como es el caso que se vio sometido su defendido y que fue debidamente
demostrado en el proceso.

La doctrina enseña sobre las modalidades y circunstancias en que se cometió


la falta, criterio contenido en el numeral 6 del artículo 43 de la Ley 734 de 2002,
que contribuye a la levedad de la falta que se hubiese cometido la falta en
estado de ofuscación originado en circunstancias o condiciones de difícil
prevención y gravedad extrema, en tanto debilitan la capacidad de
autodeterminación sin excluir la culpabilidad.

155 GÓMEZ PAVAJEAU, Carlos Arturo. Dogmática del Derecho Disciplinario. Universidad Externado de Colombia. Tercera
Edición, febrero de 2004, pág. 429.

65
Radicación n.° 161 – 7752

El a quo consideró que no se había referido el numeral 6 porque no se estaba


frente a circunstancias o condición de difícil prevención y gravedad extrema,
argumento que corresponde con los hechos demostrados en el proceso, toda
vez que para que el estado de ofuscación pueda considerarse como un criterio
que indique la levedad de la falta disciplinaria, es necesario que dicho estado
de ofuscación se origine en circunstancia o condiciones de difícil prevención y
gravedad extrema.

En el presente caso, concurren en los hechos investigados circunstancias de


difícil prevención, por cuanto la situación ocurrida no fue sorpresiva o
inesperada, pues el alcalde sabía que el concejal había solicitado una cita con
él, sabía el motivo de la reunión y, de acuerdo con la entrevista que concedió
a Caracol Radio156, que en la cita que tuvo con el concejal este empezó a
repetir lo mismo que decía todas las veces para fastidiarlo y descontrolarlo.

El estado de ofuscación tampoco provino de una situación de gravedad


extrema, pues como se expuso en el análisis probatorio, de la apreciación
integral de las pruebas obrantes en el proceso sobre la ocurrencia del
incidente, como es el video y los testimonios rendidos por el concejal John
JAIRO CLARO ARÉVALO157, los funcionarios de la Alcaldía municipal de
Bucaramanga, LAURA JULIANA REYES VILLAMIZAR158, la asistente del alcalde,
declaró que «se le otorgó cita al señor JOHN CLARO, con la intención de que iba a
entrevistarlo»; LUZ JENNIFER GARCÍA RODRÍGUEZ159, camarógrafa de la alcaldía
de Bucaramanga, FÉLIX GUILLERMO CRISTANCHO GARCÍA160, profesional en
medios de prensa de la misma entidad, quienes presenciaron el hecho, y la
entrevista que el alcalde concedió a Caracol Radio161, se infiere de lo ocurrido
que el tema de la entrevista que se sostuvo no era una situación de extrema
gravedad, al tratar sobre la posición positiva del concejal respecto a la moción
de censura que el concejo de la ciudad estaba adelantando a la secretaria de
hacienda de la entidad territorial, como tampoco puede catalogarse como tal
las palabras que el concejal, JOHN JAIRO CLARO ARÉVALO, le replicó al alcalde
en medio de la discusión para que lo condujera al estado de ofuscación.

Puede verse claramente que si este ente de control consideró que no


concurría el citado criterio no está contrariando su contenido, ni es porque se
tenga la premisa de que un funcionario público no tenga el derecho de
defenderse o tomar una actitud de firmeza cuando sea objeto de conductas
agresivas e irrespetuosas, ni que esté sometido a un deber de impasividad
absoluta frente a los malos tratos de los cuales pueda ser objeto, que no tenga
el derecho al trato digno y no se le respete el derecho al libre desarrollo de la

156 Confrontar folios 142 A.


157
Confrontar folio 233 a 237
158 Confrontar folios 248 a 251.
159 Confrontar folios 256 y 257.
160 Confrontar folios 262 y 263.
161 Confrontar folios 142 A.

66
Radicación n.° 161 – 7752

personalidad, como lo señaló la defensa, y porque en los hechos investigados


no existió la conducta agresiva e irrespetuosa ni el mal trato de parte del
concejal hacia el alcalde.

Según el artículo 43 de la Ley 734 de 2002, la vulneración del derecho


fundamental al libre desarrollo de la personalidad no es un criterio para
determinar la gravedad y levedad de la falta, sino para dosificar la sanción,
según el artículo 47 de la misma norma.

En conclusión, este órgano colegiado comparte la determinación de la


naturaleza de la falta que realizó el a quo en falta grave.

6.6. Sanción

La defensa afirmó que en el fallo se impuso la sanción de suspensión por el


término de ocho (8) meses sin explicación ni justificación alguna, que
permitiera ejercer el derecho de contradicción y defensa; además, que no se
tomó en cuenta en la dosificación el periodo en que estuvo el investigado en
suspensión provisional adoptada en virtud de este mismo proceso.

De acuerdo con el artículo 18 de la Ley 734 de 2002, la sanción disciplinaria


debe corresponder a la gravedad de la falta cometida, en virtud de lo cual,
para la graduación deben aplicarse los criterios fijados por la ley.

En el fallo de primera instancia, se atendió a lo dispuesto en el numeral 2 del


artículo 44 de la ley 734 de 2002, que fija la sanción de suspensión en el
ejercicio del cargo e inhabilidad especial para las faltas graves dolosas, debido
a que en el cargo efectuado la falta se calificó como grave a título de dolo;
según el numeral 2 del artículo 45 ibidem, la suspensión implica la separación
del ejercicio del cargo en cuyo desempeño se originó la falta disciplinaria y la
inhabilidad especial, la imposibilidad de ejercer la función pública, en cualquier
cargo distinto de aquel, por el término marcado en el fallo; y según el artículo
46 de la Ley 734 de 2002, inciso 2, se establece que la suspensión no puede
ser inferior a un mes (1) ni superior a doce (12) meses.

Para la dosificación de la sanción, en el fallo de primera instancia, se tuvo en


cuenta en contra los criterios establecidos en los literales h) y j) del numeral 1
del artículo 47 de la Ley 734 de 2002, en los cuales se dispuso que habiendo
pertenecido el disciplinado al nivel directivo de la Alcaldía Municipal de
Bucaramanga y la afectación de derechos fundamentales del Concejal JOHN
JAIRO CLARO ARÉVALO, habrá de imponérsele al disciplinado responsable una
sanción de ocho (8) meses de suspensión en el ejercicio de cargo e
inhabilidad especial.

67
Radicación n.° 161 – 7752

No obstante, considera la Sala Disciplinaria que además de los criterios


descritos en los literales h) y j) del artículo 47 de la Ley 734 de 2002, que el a
quo tuvo en cuenta para tasar la sanción, también hay otro criterio que deben
tenerse en cuenta en desfavor, dado que, ya había sido analizado en el fallo
de primera instancia, el criterio es el descrito en el literal i) porque al estar
demostrado que elemento subjetivo del comportamiento fue a título de dolo,
también está probado el conocimiento de la ilicitud, por cuanto, conocía que
su comportamiento constituía falta disciplinaria, como se analizó en el acápite
en el que se trató la culpabilidad.

Para la Sala Disciplinaria, el a quo dosificó la sanción con fundamento en los


criterios del artículo 47 de la Ley 734 de 2002, es decir, en los razonamientos
contemplados por la ley, por lo tanto, queda desvirtuado el argumento de la
defensa consistente en que se impuso la sanción sin explicación, como se
analizó al momento de verificar la validez de la actuación.

Adicionalmente, entiende este órgano colegiado que la dosificación efectuada


en el fallo de primera instancia al ingeniero RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ,
como alcalde de Bucaramanga, está acorde con los criterios agravantes que
fueron considerados para su dosificación, dadas las circunstancias
particulares del comportamiento, motivo por el cual se confirmará la sanción
impuesta de SUSPENSIÓN EN EL EJERCICIO DEL CARGO POR OCHO (8)
MESES DE INHABILIDAD ESPECIAL.

En cuanto a la solicitud que realizó la defensa de tomar en cuenta el periodo


en el que el investigado estuvo suspendido provisionalmente en el presente
proceso, toda vez que en el fallo de primera instancia no se hizo tal reflexión,
se analizará su procedencia.

El parágrafo del artículo 157 de la Ley 734 de 2002, estableció que «[c]uando
la sanción impuesta fuere de suspensión e inhabilidad o únicamente de suspensión,
para su cumplimiento se tendrá en cuenta el lapso en que el investigado permaneció
suspendido provisionalmente».

Entonces, cuando la sanción impuesta es de suspensión e inhabilidad y el


servidor ha estado suspendido provisionalmente, el lapso de la suspensión
provisional se tendrá en cuenta para el cumplimiento de la sanción, no para
su dosificación.

Por otra parte, como el a quo, en aplicación del inciso 3 del artículo 46 de la
Ley 734 de 2002, señaló en el fallo de primera instancia que el ingeniero
RODOLFO HERNÁNDEZ ya no se desempeñaba como alcalde municipal de
Bucaramanga (Santander), dispuso que la suspensión se convertiría al monto
correspondiente al salario devengado por el disciplinado para la época de los
hechos, por lo cual, al momento de su cumplimiento, se deberá tener en

68
Radicación n.° 161 – 7752

cuenta el lapso que el investigado permaneció suspendido provisionalmente,


de acuerdo con el parágrafo del artículo 157 de la Ley 734 de 2002.

Por lo tanto, al momento de ejecutar la sanción, con la conversión de la


suspensión en el cargo al monto correspondiente al salario devengado por el
disciplinado para la época de los hechos, se deberá tener en cuenta el lapso
que el investigado permaneció suspendido provisionalmente, de acuerdo con
el parágrafo del artículo 157 de la Ley 734 de 2002.

En mérito de lo expuesto, la Sala Disciplinaria de la Procuraduría General de


la Nación, en ejercicio de sus facultades constitucionales, legales y
reglamentarias,

RESUELVE

PRIMERO: NO DECRETAR LA NULIDAD DE LA ACTUCIÓN, conforme a


las razones enunciadas en la parte motiva de la presente providencia.

SEGUNDO: CONFIRMAR el fallo proferido por la Procuradoría Primera


Delegada para la Vigilancia Administrativa, el 20 de diciembre de 2019, en
contra del ingeniero RODOLFO HERNÁNDEZ SUÁREZ, identificado con la cédula
de ciudadanía n.° 5.561.779, en su calidad de alcalde de Bucaramanga -
Santander, en el cual se le impuso la sanción de SUSPENSIÓN E
INHABILIDAD ESPECIAL por el término de ocho (8) meses.

Al momento de ejecutar la sanción, con la conversión de la suspensión en el


cargo al monto correspondiente al salario devengado por el disciplinado para
la época de los hechos, se deberá tener en cuenta el lapso que el investigado
permaneció suspendido provisionalmente, de acuerdo con el parágrafo del
artículo 157 de la Ley 734 de 2002.

TERCERO: NOTIFICAR, por intermedio de la secretaría de la Sala


Disciplinaria de la Procuraduría General de la Nación, el contenido de esta
decisión al investigado y demás sujetos procesales, de conformidad con los
artículos 101 y siguientes de la Ley 734 de 2002, advirtiéndoles que contra la
misma no procede recurso alguno.

Para efecto de realizar las notificaciones se enviarán las comunicaciones a las


siguientes direcciones que obran en los folios 997 y 1003 del cuaderno 4.

69
Radicación n.° 161 – 7752

CUARTO: INFORMAR, por la Procurador Primero Delegado para la Vigilancia


Administrativa, las decisiones de primera y segunda instancia a la División de
Registro y Control de la Procuraduría General de la Nación.

QUINTO: DEVOLVER el proceso a la citada dependencia, previos los


registros y anotaciones correspondientes.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

JORGE ENRIQUE SANJUÁN GÁLVEZ


Procurador Primero Delegado
Presidente

JUAN FERNANDO GÓMEZ GUTIÉRREZ


Procurador Segundo Delegado
Exp. 161–7752 (IUS E-2018 – 588537/IUC-D- 2018-1215897)
JFGG/lyrm

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