Madurez
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LA MADUREZ DE LA PERSONA
Presentación:
Somos el matrimonio Grasselli, Franco y Stella, hace seis años y medio que estamos casados y
tenemos dos preciosos hijos Virginia de 6 años y Gino de 3 años.
El año pasado hicimos el encuentro de matrimonios y queremos compartir con ustedes como Dios
entró en nuestras vidas y desde entonces descubrimos que él siempre estuvo obrando en ellas,
solo faltaba que nosotros lo hiciéramos presente.
Nos toca compartir con ustedes el tema de la Madurez de la persona. Queremos dejar en claro
que no es algo que nosotros hayamos alcanzado en su totalidad, de hecho preparando el tema
fuimos viendo que había cosas que nos faltaban, tuvimos nuestras diferencias en la formas de
exponerlo, como adolescentes que preparan una charla para clases, pero salió algo bueno, nos
dimos cuenta que era lo que nos faltaba y lo más importante, que aún estamos a tiempo,
podemos seguir trabajando diariamente para lograrlo.
Dios nos presenta un “Modelo de Familia” y nos enseña a saber encontrar nuestra responsabilidad
como personas, como esposos y como padres.
Para llegar a esas personas adultas y responsables primero debemos conocernos, aceptarnos y
querernos tal cual somos, siendo sinceros con nosotros mismos. Si no somos sinceros con
nosotros mismos tampoco lo seremos con los demás y podemos lastimar a nuestros seres
queridos, cónyuge, hijos y familia amplia.
En eso consiste también la MADUREZ.
Les proponemos dividirnos en grupos y compartir la siguiente actividad a partir de esta pregunta:
¿Cuáles son las actitudes maduras e inmaduras de cada uno hacia los demás?
Para hablar sobre la Madurez, fue necesario saber que significaba para nosotros, y que era lo
correcto.
Buscando una definición encontramos que:
convicciones personales, evita las ocasiones que pueden conducirlo al mal y busca las
oportunidades para hacer el bien. Una persona centrada en su vida, sabe cuáles son sus metas
personales, familiares y profesionales a corto, mediano y largo plazo; y con plena libertad fijará sus
planes de vida e irá dando pasos firmes hacia esos objetivos.
Y ya en la vejez, la madurez será demostrada por medio de las experiencias vividas en todas las
etapas anteriores de nuestra vida.
Si algo podemos descubrir es que la mayoría de nuestras decisiones siempre las vamos a tomar en
virtud lo que creamos adecuado, correcto a nuestras emociones; y en eso no se puede negar que
se verá reflejado también la niñez que hayamos tenido. Lo que hayamos “mamado” en nuestra
infancia,
Cuando hablábamos de que la clave de tener una buena formación afectiva y un crecimiento
adecuado en el aspecto emocional estaba en el amor que les demos a esos futuros adultos lo
decíamos porque eso los va a marcar a ellos como personas.
Este amor que le propiciemos a ellos a través de gestos y palabras, pueden recibirlo como una
ACEPTACION CONDICIONAL o INCONDICIONAL; o también POSITIVA o NEGATIVA.
Al hablar de ACEPTACIÓN CONDICIONAL, nos referimos a cuando uno le demuestra afecto y amor
al niño únicamente si hace algo bien, o algo que nos reconforte, si saca una buena nota en el
colegio. De esta forma condicionamos al niño, pretendiendo a veces que sea algo que nosotros
queremos o esperamos y no teniendo en cuenta que son personas con poder de decisión siempre
de acuerdo con su edad.
Cuando hablamos de ACEPTACION INCONDICIONAL nos referimos al reconocimiento y amor al
niño por encima de todo lo que pueda hacer bien o mal. Ellos van aprendiendo a amarse,
respetarse y aceptarse a sí mismos, obtienen seguridad emocional. Por ejemplo: si se portó mal,
saber corregirlo con paciencia y amor; hacerle saber de sus errores pero también que nuestro
cariño no va en función de lo que pueda hacer, ofrecer o saber.
Y con respecto a la división entre reconocimiento POSITIVO ó NEGATIVO, éste será según se alabe
o se critique al niño; se lo acepte o se lo rechace.
El tipo de aceptación que ayuda a una mayor maduración afectiva y emocional es el POSITIVO
INCONDICIONAL.
Cuando esta aceptación no fue suficiente, se produce en la persona un HUECO AFECTIVO que le
hace sentirse inferior a los demás, creándole una baja autoestima; genera personas inseguras,
desconfiadas e incrédulas; ya que al no ser valoradas por sus padres piensan que nadie lo hará.
De esto deducimos que de nuestra de forma de tratar a nuestros hijos se establecen los cimientos
sobre los cuales ellos desarrollaran su personalidad y su trato con la sociedad.
Por lo cual, viendo nuestras realidades personales, sabiendo los gestos o carencia de ellos que
hayamos tenido; cuando descubramos las inmadureces que se originaron por nuestro hueco
afectivo; lo importante no es ir y reprochar a nuestros padres por lo que haya pasado, o sentirnos
malos educadores de nuestros hijos, no sigamos siendo inmaduros; sabemos ahora qué es lo
correcto y qué es lo que podemos hacer con nuestros hijos. SEAMOS MADUROS DE UNA VEZ, y
pongámonos en acción. Saquemos provecho de los errores pasados y comencemos el cambio.
El rol que desempeñemos como padres, es la semilla que germinará en la persona de nuestros
hijos.
Son muchas las cualidades y aspectos que abarca la Madurez. Sólo es posible alcanzarla a través
del esfuerzo constante para lograr la capacidad de tomar decisiones prudentes y opciones
definitivas (sabe que es lo que está bien y lo que no y ello se traduce en la firmeza y coherencia de
sus determinaciones), la estabilidad de espíritu (tiene paz y serenidad), la integración serena de
las fuerzas emotivas y de los sentimientos bajo el dominio de la razón y la voluntad (ha adquirido
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La vida nos va proponiendo diversas situaciones, realidades, a veces nos complace, y en otras
nos disgusta; pero la actitud madura está en aceptarla, hacerle frente y vivirla. Quienes hemos
encontrado a Dios, sabemos que su mano está siempre y el camino a seguir son sus huellas.
TEMA MUSICAL:
CHARLA MADUREZ
Madurez es la habilidad de controlar la ira
y resolver las discrepancias sin violencia
o destrucción.
Madurez es paciencia, en la voluntad de
posponer el placer inmediato en favor de un
beneficio de largo plazo.
Madurez es perseverancia, es la habilidad
de sacar adelante un proyecto o una situación
a pesar de fuerte oposición y retrocesos decepcionantes.
Madurez es la capacidad de encarar disgustos
y frustraciones, incomodidades y derrotas sin queja
ni abatimiento.
Madurez es la capacidad de encarar disgustos
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Aprenderás
Con el tiempo… aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a alguien, aprenderás que
amar no significa apoyarse y que compañía no siempre significa seguridad.
Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un
niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir todos tus caminos sobre el
presente, sabiendo que el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la
costumbre de caer en el vacío.
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Con el tiempo… aprenderás que el sol quema si te expones demasiado, y aceptarás que incluso las
buenas personas pueden herirte alguna vez y que sólo necesitas perdonarlas…
Aprenderás que compartir puede aliviar los dolores del alma. Descubrirás que se tarda años en
construir la confianza y apenas unos segundos en destruirla y que tú también puedes hacer cosas
de las que te arrepentirás el resto de la vida.
Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no
importa qué es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia
que nos permitimos elegir.
Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los
amigos cambian.
Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier
cosa o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía.
Con el tiempo… descubrirás que muchas veces no acabas de apreciar a las personas que más te
importan y por eso tendrás que aprender a decirles que las amas… nunca podemos estar seguros
de cuándo será la última vez que las veamos.
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros,
pero finalmente somos nosotros los únicos responsables de nuestras decisiones y actos.
Con el tiempo… aprenderás que no nos debemos comparar con los demás, que sus vidas y sus
virtudes sólo deben servirnos de inspiración.
Descubrirás que se necesita mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser y que el
tiempo es corto.
Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán a ti, y que ser flexible no significa ser
débil o no tener personalidad, porque no importa cúan delicada y frágil sea una situación: siempre
existen dos lados, dos posturas, dos mentalidades.
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las
consecuencias y que la paciencia sólo se adquiere con mucha práctica.
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea
una de las pocas que te ayuden a levantarte.
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Con el tiempo… comprenderás que madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las
experiencias, que con la cantidad de años vividos.
Descubrirás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que pensabas. Que nunca se debe decir a
un niño que sus sueños son tonterías, porque si te creyera sería una tragedia, porque le estarías
robando la esperanza.
Aprenderás que cuando sientes rabia, estás experimentando un estado emocional propio y que
esto no te da derecho a ser cruel.
Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que tú quieres, no significa que no te
ame con todo su corazón y que también hay personas que nos aman, pero que no saben cómo
demostrarlo…
No siempre es suficiente que los demás te perdonen, algunas veces tendrás que aprender a
perdonarte a ti mismo.
Con el tiempo… comprobarás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y
hasta es posible que seas condenado.
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos se partió tu corazón, puedes estar seguro de que
el mundo no se detendrá para que lo arregles.
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu
propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
Con el tiempo… sabrás realmente lo que puedes soportar; comprobarás que eres fuerte y que
puedes ir mucho más lejos de lo que pensabas.
Entenderás que realmente la vida vale la pena cuando tienes el valor de enfrentarla.
Pero lo más importante, es que puedes experimentar que no tienes que enfrentar la vida tú solo,
porque Dios ha estado y está a tu lado para acompañarte y darle sentido a todo lo que has ido
aprendiendo… con el tiempo.