Jurisprudencia Lucro Cesante
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Jurisprudencia Lucro Cesante
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sobre el particular, se deben aplicar las normas del derecho común por resultar
compatibles.
Señala que en casos similares se ha asentado una interpretación distinta,
que sostiene que el régimen laboral tiene su propio régimen indemnizatorio, por lo
que no resultan aplicables las indemnizaciones del derecho común. Indica que es
la tesis que desarrolla la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de
Valparaíso en los antecedentes N° 219-2019, en cuanto establece que “las
indemnizaciones a que da lugar el despido injustificado, indebido e improcedente,
son aquellas que expresamente contempla el artículo 168 ya citado, razón por la
cual habiéndose ejercido la acción de despido injustificado, solo procede el
rechazo de lo pretendido por la actora a título de daño moral y lucro cesante, por
improcedente”.
Acompañó, también, la sentencia dictada por esta Corte en los
antecedentes N° 2017-2011, pero que refieren a la indemnización por daño moral,
que no es materia de este juicio.
Solicita tener por interpuesto el recurso, y que esta Corte lo acoja y deje sin
efecto la sentencia recurrida y dicte una en reemplazo en unificación de
jurisprudencia, declarando que se rechaza la demanda en aquella parte que
reclama por concepto de indemnización por lucro cesante la suma de
$4.106.500.-, manteniendo en lo demás plena vigencia y eficacia de la sentencia
definitiva.
Tercero: Que del análisis de la sentencia de contraste que se acompaña,
aparece que se establece como correcta la interpretación que estima
improcedente en materia laboral la indemnización del lucro cesante, consistente
en el pago de las remuneraciones que le hubiera correspondido percibir al
trabajador de no mediar el incumplimiento contractual de la empleadora, por
cuanto el régimen a que se sujetan las indemnizaciones en esta materia es aquel
establecido en el Código del Trabajo. El examen de la sentencia impugnada, a su
turno, permite apreciar que, en lo que interesa al presente recurso, luego de
reseñar los antecedentes, señala que “No hay, en este sentido, una concurrencia
disyuntiva, sino acumulativa entre las normas. Desde que las indemnizaciones
reguladas en las normas que se invocan como violadas, constituyen una tasación
que la ley hace del perjuicio sufrido por el trabajador frente al perjuicio, no puede
compartirse la idea, incompatible con la función anterior, de que estemos en
presencia de penas asociadas a la terminación del trabajo. Un sistema de
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reparación de daños tasado se caracteriza siempre, por lo demás, porque la
víctima puede acceder a otras indemnizaciones, conforme a las normas del
Derecho común. Y, es aquí donde se encuentra el fundamento de la
indemnización por lucro cesante, cuyo supuesto de aplicación es la naturaleza del
contrato cuya terminación anticipada ha sido declarada indebida o improcedente.”
Y más adelante concluye que “Frente a un contrato por obra o faena el juez está
autorizado a otorgar la indemnización por lucro cesante y nada indica que ésta
deba ser conferida en subsidio de alguna otra herramienta procesal”.
Cuarto: Que, como es posible advertir, la interpretación que realizan ambas
sentencias en torno a la materia de derecho consultada, es divergente, desde que
mientras para la impugnada es posible otorgar la indemnización por lucro cesante
en materia laboral, la de contraste sostiene que no procede dicho pago.
Quinto: Que, en consecuencia, existiendo distintas interpretaciones sobre
una misma materia de derecho, corresponde que esta Corte se pronuncie acerca
de cuál es la acertada.
Para dilucidar el punto se seguirá la línea jurisprudencial establecida, en lo
pertinente, por esta Corte en sentencias de unificación de jurisprudencia de los
antecedentes N°13.849-2014 y N° 34.362-2016.
Sexto: Que para determinar si procede la indemnización solicitada, se debe
tener presente que la noción de lucro cesante surge a propósito de la clasificación
del daño que hace el artículo 1556 del Código Civil, (dentro del Título de Los
Efectos de las Obligaciones) atendiendo a la forma en que el incumplimiento
contractual afecta el patrimonio del acreedor, a cuyo efecto distingue entre el daño
emergente y el lucro cesante. Mientras el primero consiste en una disminución
patrimonial, el segundo alude al hecho de haberse impedido un efecto patrimonial
favorable. Hay lucro cesante, en consecuencia, cuando se deja de percibir un
ingreso o una ganancia. En el caso específico que nos ocupa, el incumplimiento
del contrato consistió en ponerle término anticipado al contrato por obra o faena
que vinculaba a las partes, en forma injustificada, es decir soslayando el sistema
reglado que contempla el código laboral. En consecuencia, y como al suscribir el
contrato las partes convinieron recíprocamente la prestación de un servicio
personal bajo subordinación y dependencia, por un tiempo específico que está
dado por la conclusión de una determinada obra, y el pago de una remuneración
por dichos servicios, el empleador queda obligado a pagar al trabajador las
remuneraciones que habría percibido de no haber mediado dicho incumplimiento;
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vale decir, el efecto dañoso que esta conducta generó es que el trabajador dejó de
percibir un ingreso al cual el empleador se había obligado, por lo que procede que
se le indemnice con la suma correspondiente a dicha pérdida patrimonial.
Séptimo: Que, por lo reflexionado, esta Corte reafirma el criterio sostenido
en las sentencias dictadas en los antecedentes N°13.849-2014 y N° 34.362-2016,
en cuanto estima que la interpretación acertada es aquella que establece la
procedencia del lucro cesante en materia laboral y, en tal circunstancia, acierta la
Corte de Apelaciones de Antofagasta cuando rechaza el recurso de nulidad
interpuesto por la demandada, estableciendo que debe pagar la indemnización por
lucro cesante a que fue condenada, lo que conduce a desestimar el recurso de
unificación de jurisprudencia deducido en los términos antes referidos.
Por estos fundamentos, disposiciones legales citadas y lo preceptuado en
los artículos 483 y siguientes del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de
unificación de jurisprudencia deducido por la parte demandada contra la sentencia
dictada con fecha nueve de julio de dos mil dieciocho.
Regístrese y devuélvase.
N° 20.576-18
Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros
señor Ricardo Blanco H., señora Gloria Ana Chevesich R., señor Mauricio Silva C.,
y los Abogados Integrantes señora Rosa María Leonor Etcheberry C., y señor
Iñigo de la Maza G. No firman los Ministros señores Blanco y Silva, no obstante
haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar con licencia médica
el primero y por estar con feriado legal el segundo. Santiago, veinticinco de
septiembre de dos mil diecinueve.
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En Santiago, a veinticinco de septiembre de dos mil diecinueve, se incluyó
en el Estado Diario la resolución precedente.