Troyaa
Troyaa
Troyaa
Los
arqueólogos transformaron el mito en realidad. Hoy sabemos que la "Iliada" tiene razón. Troya
ha existido. Las excavaciones efectuadas han demostrado la existencia de la ciudad,
ampliamente fortificada, con numerosas avenidas y lujosos palacios, que constituyen un gran
Emporio en los siglos XII y XIII a.C.
De este modo, súbitamente, la leyenda de los héroes homéricos, el largo asedio, la destrucción
final de Troya, emergía del mito para adquirir una desconcertante realidad histórica. Si bien es
cierto que Schliemann sufrió un error en su primera identificación de los estratos "homéricos"
de Troya, las excavaciones e investigaciones realizadas hasta la fecha en Hissarlik y en todo el
litoral mediterráneo, atestiguan, sin lugar a dudas, que realmente existió en la historia una
guerra de Troya. Es decir, que hacia el año 1260 a.C. (o poco antes) una coalición de griegos
combatió contra los troyanos y sus aliados, consiguiendo, al fin, destruir la ciudad.
excavación.
Desde la antigüedad, Troya empezó a ser venerada como una especie de triunfo y un
lugar de peregrinaje nacional. De hecho, según Heródoto, cuando el rey persa Jerjes iba a
cruzar el Helesponto desde Asia hacia Europa en el 448 a.C. tuvo un fuerte deseo de ver
Troya, o incluso Alejandro Magno hizo su reverencia patente hacia 334 a.C., proclamándose
descendiente del propio Aquiles. Hacia el 300 a.C., los griegos reconstruyeron en toda la
región, donde supuestamente se encontraba la antigua Troya, una nueva ciudad moderna, la
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En tiempos de los romanos, siglo I a.C., la ciudad se encontraba casi en ruinas. Pero Julio
César, reivindicó al troyano Eneas como ancestro suyo, y en el 48 a.C., visitó Troya e hizo la
Con la caída del imperio romano de occidente, 476 d.C., ya en el siglo VI, el territorio
troyano fue azotado por un terremoto que provocó el derrumbe de los edificios más
dehesa, labrantío y desierto. Tras la caída de Constantinopla en 1453, la zona permaneció bajo
exacta de Troya se sumó en el olvido. Las ruinas de la ciudad no pudieron encontrarse, pues
estaban ocultas bajo la tierra y los escombros. Así, Troya y su mito estimularon la fantasía de
los poetas.
tesoros que podían estar ocultos bajo tierra, marcando un inicio en la búsqueda deliberada de
la ciudad homérica. Hasta que finalmente, en el siglo XIX, Troya fue redescubierta y
Los Calvert eran de procedencia inglesa, pero vivían en la Tróade, por su fascinación
familia Calvert, como hemos mencionado, estaba fascinada por la historia de Troya y los tres
hermanos Calvert están relacionados con ella. Frederick Calvert, pensaba que la Troya de la
que Homero habla en su Ilíada se situaba a unos ocho o nueve kilómetros del emplazamiento
Frank, en 1850, defendió una teoría apoyada por otros especialistas, consideraba que
corroboraron que la Troya de Homero no se encontraba allí, hecho que propició que Frank
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Calvert adquiriese la zona norte de Hisarlik para realizar diversas prospecciones, pues ya
intentó excavar Ilium para el Museo Británico en 1853, pero su proyecto fue rechazado, a
Encontró los restos del templo clásico de Atenea y la muralla de la ciudad helenística
erigida por Lisímaco, un general de Alejandro Magno. Se quedó a pocos metros del gran
bastión nororiental que denominamos hoy como Troya VI. Así mismo, llegó hasta la muralla
de la ciudad, a la que consideró del período clásico. Además, descubrió niveles de la Edad de
una excavación de mayores dimensiones que requería una inversión mayor, inversión que no
poseía.
a Hisarlik como el lugar donde se había producido la historia épica que nos ha dejado
Homero, y tampoco que una excavación arqueología pudiese zanjar el misterio de Troya.
Con esta afirmación se aventuró la posibilidad de que la historia de Homero podría tener una
de Hisarlik. Así mismo, consiguió excavar con éxito en los yacimientos de Micenas y Tirinto,
Schliemann posee una de las historias con mayor éxito de la arqueología, pues fue
azúcar en Crimea, lo cual le permitió acumular una gran fortuna, haciéndose con otra durante
la Fiebre del Oro de California en 1851. Hecho que le permitió, a los 45 años de edad,
convertirse en millonario, momento que, según él, estaba esperando desde niño para iniciar la
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búsqueda y demostración de la existencia de Troya, pues en su época, la mayoría de los
Schliemann hizo que su equipo excavase lo más rápidamente posible, pues suponía que
Troya, al tener 3000 años de antigüedad, se encontraría a una gran profundidad. De este
modo, penetraron una capa tras otra de antiguos asentamientos correspondientes a otras
ciudades, pues su arquitecto, Wilhelm Dörpfeld, le ayudó a identificar, diez años más tarde,
restos de numerosas ciudades construidas una sobre otra. Hecho que le llevó a Heinrich
Schliemann considerar que existiesen seis o siete ciudades en Hisarlik. Pero la realidad es que
después de un siglo de excavación, hubo un total de nueve ciudades junto con sus subfases
correspondía con la ciudad quemada, la segunda de las nueve ciudades que había
desenterrado
en el yacimiento. Sin embargo, el equipo del arqueólogo alemán excavó de una manera muy
precipitada, atravesando sin miramientos todas las capas superiores. Sólo durante las últimas
campañas fue algo más cuidadoso, pues fue aconsejado por expertos, aunque siguió
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Micenas y Tirinto, que había descubierto en Troya VI y VII, lo que significaba que estos
niveles pertenecían al mismo período de tiempo durante el Bronce Reciente y, por tanto,
Troya II era mil años anterior, y que Troya VI o Troya II se asemejaban más a la época de la
Guerra de Troya.
Por un lado, Frank Calvert intentó, durante años, mostrarle esto a Schliemann y
cualquiera que estuviera dispuesto a hacerle caso, pero era demasiado tarde, pues había
arrasado todas las capas superiores. Por otro lado, no se dio cuenta que los griegos y los
romanos ya habían rasurado la parte más alta de Hisarlik para construir templos y otras
estructuras, permitiendo que la Troya de Príamo se encontrase más cerca de la superficie que
de excavación. Así mismo, no reconoció su deuda arqueológica con Frank Calvert, hombre
que le enseñó el yacimiento de Hisarlik, considerado como la antigua Troya. Incluso, se tiene
la creencia de que su narración sobre el descubrimiento del Tesoro de Príamo es falsa, pues es
más probable que ni fuese Príamo, ni un tesoro, sino una recopilación de utensilios valiosos
En los primeros años en los que Schliemann estuvo en Hisarlik, destruyó todos los
restos de los asentamientos anteriores que se encontraron por encima, a unos niveles
pero no tenía claro si era la segunda o la tercera ciudad construida en el yacimiento, es decir,
si era Troya II o Troya III, como las conocemos hoy en día. Su intuición le hizo pensar que se
trataba de la segunda, pero persuadido por otros e incluso Frank Calvert, la identificó
erróneamente en su libro Ilios (1881), como la tercera. Sin embargo, en 1882, Dörpfeld
demostró que su intención había sido la correcta y que se trataba de la segunda ciudad, y no
de la tercera.
incluía cerca de nueve mil piezas individuales; anillos de pocos milímetros, pequeñas 30
estrellas, dados, laminitas, botones, un escudo, un vaso de cobre y varios de oro y plata, trece
puntas de lanza, catorce hachas de guerra, puñales, una espada y otros objetos de cobre o
bronce. Pero probablemente, el objeto más famoso fuera el doble vaso de oro de Néstor
tesoro junto a su mujer, Sofía, y lo trasladaron a su casa de Atenas, donde adornó a su esposa
con las joyas de oro y le realizó una fotografía, antes de anunciar al mundo que había
encontrado el Tesoro de Príamo. Pero está claro, que hay muchas falsedades en la narración
que hizo Schliemann sobre el hallazgo del tesoro. De hecho, Sofía ni siquiera se encontraba
en Hisarlik el día que afirmaba haber encontrado el tesoro; sus propios diarios afirman que su