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Colegio Nacional

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COLEGIO NACIONAL “MEJÍA”

TRABAJO DE CULTURA ESTÉTICA

Biografía y obras de
Gonzalo Endara Crow

Lic.: Luis Villarroel

Elaborado por Faustino Alonso


Carrasco Carrasco

Papá del alumno Kennet Alonso


Carrasco Aldaz

2012- 2013
GONZALO ENDARA CROW

Notable artista nacido en Bucay, provincia del Guayas, el 17 de mayo de 1936, hijo del
Sr. Arsenio Endara -quien trabajaba en esa estación del ferrocarril- y de la Sra. Zoila
Crow.

Sus estudios primarios y secundarios los realizó en la ciudad de Riobamba, sin


descubrir su vocación por las artes plásticas, más tarde realizó diferentes actividades
hasta que, por 1971 -cuando había cumplido los 35 años de edad y se había radicado
en Quito- se encendió dentro de él la llama artística e ingresó a la Escuela de Artes de
la Universidad Central; pero su espíritu libre no aceptó las obligaciones académicas y,
repudiando las enseñanzas tradicionales a las que consideró retrógradas y obsoletas,
pronto se retiró sin lograr ningún título, para dedicarse por su cuenta a buscar nuevas
formas y colores que colmaran sus conceptos pictóricos.

Cinco años más tarde su nombre ya se pronunciaba en las principales salas de arte y su
fama crecía al amparo de la policromía de sus maravillosos colores. Brotaron
entonces, de su imaginación y fantasía sin límites, obras de inigualable colorido que
vendrían a revolucionar los conceptos del arte ecuatoriano.

“La pintura de Endara no es naif. Tiene, eso sí, notas primitivistas -hábilmente
orquestadas-. Es pintura mágica. En la línea del realismo maravilloso americano, cuya
tarea es rasgar capas de epidermis para develar sueños, miedos, ilusiones, obscuras
confabulaciones compensatorias o premonitorias. Endara Crow es una suerte de mago
que en el yermo de lo cotidiano hace brotar globos de colores luminosos, hombres con
alas, huevos gigantescos y extrañas aves violetas, caballos azules, rubicundas
manzanas anunciadoras de prosperidad, enormes campanas milenariamente perdidas,
trenes que llegan trayendo descomunales peces o que cruzan cielos límpidos entre
brillantes nevados, arcoiris de los cuales las gentes pueden llevarse a casa un
pedazo…” (Hernán Rodríguez Castelo.- El Siglo XX en las Artes Visuales de Ecuador,
Banco Central de Guayaquil).

Para 1980 ya había alcanzado la consagración definitiva, y su obra se exhibía en las


principales galerías, no solo del Ecuador, sino de América y Europa.

Esa obra, brillante, alucinante, desconceptuante; que con maravillosos colores muestra
una “realidad irreal”, le abrió las puertas de Europa donde fue acogido con
emocionado entusiasmo en los prestigiosos círculos naif de Suiza, donde en 1982 fue
designado miembro del grupo “Henry Rousseau” y obtuvo la Medalla de Plata del
“Premio Suizo de Pintura Naif Internacional”; y de Yugoslavia, donde obtuvo la
Medalla de Plata en el XVI Congreso de Artistas Naives, en Trobnje. De igual manera
su obra fue solicitada en las principales capitales de Latinoamérica, y en 1984 obtuvo
el Primer Premio del Público en la Primera Bienal de La Habana, Cuba.

Para 1987 cuando su obra ya había sido conocida en México y Colombia- Anne
Horton, asesora de Arte Latinoamericano de Sotheby’s, disidió llevarla a New York
donde su éxito fue mayor que el esperado, al grado de que su obra formó parte de las
grandes casas de subastas como Cristhie´s, Habsburg Feldman y la misma Sotheby’s,
que lo había presentado inicialmente.

Sus cuadros alcanzaron entonces cifras que superaban los ocho mil dólares. Tres años
más tarde la envidia de los mediocres asestó aleve puñalada al maestro que había
alcanzado las cimas de la fama internacional, y sus colaboradores y “talleristas”, esos
que comían de la mano del maestro, lo acusaron de “plagiador” sus de ideas.

A pesar de ello y rodeado de la admiración de propios y extraños, Endara Crow


continuó realizando su maravillosa obra pictórica, que fue interrumpida por una
gravísima enfermedad que en poco tiempo acabó con su vida, en Quito, el 14 de abril
de 1996.

Su obra más reconocida es "El Tren Volador”. De niño, Endara Crow quedo
asombrado por los trenes desde que su padre trabajó en el ferrocarril, esto se convirtió
en una inspiración para su obra maestra, en la que muestra a un tren en vuelo, de ahí
el título, que combina con un paisaje montañoso de colores. Otro motivo surrealista
común en sus pinturas lluvia, campanas o esferas como en su obra Sin título de fecha
29 de julio 1988.

Endara fue también escultor, con dos monumentos importantes esculpidos en


Sangolquí. Estos dos monumentos son "El Choclo" y "El Colibrí", ambos representan la
belleza natural, así como la importancia de la agricultura de la Sierra ecuatoriana.
Estilo

Varios historiadores del arte y los críticos se han referido a su trabajo como realismo
mágico, un término que se utiliza a menudo cuando se habla de la literatura del siglo
XX de América Latina. Al igual que en los textos del realismo mágico, los cuadros de
Endara Crow tratan de ampliar las categorías de lo real a fin de abarcar el mito. La
magia y otros fenómenos de carácter extraordinario - todos los que están excluidos por
la cultura europea - encuentran su lugar en la pintura de Endara Crow. El realismo
mágico en la pintura se puede distinguir por la forma en que se mezclan la realidad y
fantasía. Cualquier distinción entre los dos se borra a través de la combinación de
elementos de fantasía y mitología con la ficción de una manera poco realista. Como en
los textos del realismo mágico de Gabriel García Márquez, las pinturas de Gonzalo
Endara Crow tejen los elementos fantásticos con presentación inexpresiva
OBRAS DE ENDARA CROW.
TREN VOLADOR
TREN VOLADOR
CAMPANAS O ESFERAS
HUEVOS
COLIBRÍ
EL CHOCLO

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