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Epilepsia Trabajo

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UNIVERSIDAD PÚBLICA DE EL ALTO

AREA DE CIENCIAS SOCIALES

CARRERA DE PSICOLOGIA

DOCENTE: DR. TYRONE ERNESTO TORREZ GEMIO

INTEGRANTES: CARPIO ANDRADE RITA

QUISBERT MAMANI ANA MARÍA

TERÁN FLORES KEYKLIN JHOAMEL

VISALUQUE CHURA MARTHA EVA

PARARLELO:

4 “A” SEMESTRE TURNO MAÑANA

ASIGNATURA:

NEUROPSICOLOGÍA II
INTRODUCCIÓN:

La epilepsia es una enfermedad crónica del sistema nervioso central, que se


manifiesta en forma de crisis inesperadas y espontáneas, desencadenadas por
una actividad eléctrica excesiva de un grupo de neuronas hiperexcitables.

Que también es un trastorno en el que se interrumpe la actividad de las células


nerviosas en el cerebro, lo que provoca convulsiones, también que la epilepsia
puede ocurrir como resultado de un trastorno genético o una lesión cerebral
adquirida, como un traumatismo o un derrame cerebral.

Durante una convulsión, una persona experimenta comportamientos, síntomas


y sensaciones anormales, incluso la pérdida del conocimiento, la epilepsia afecta
tanto a hombres como a mujeres de todas las razas, grupos étnicos y edades.

DESARROLLO:

Los síntomas de las convulsiones pueden variar mucho, algunas personas con
epilepsia simplemente permanecen con la mirada fija por algunos segundos
durante una convulsión, mientras que otras mueven repetidamente los brazos o
las piernas.

Para hablar de epilepsia hay que haber padecido, al menos, dos crisis.

Más ampliamente la epilepsia es una enfermedad crónica del cerebro que se


manifiesta en forma de crisis epilépticas con tendencia a repetirse.

Las crisis epilépticas por sí mismas no son una epilepsia, sino que son un
síntoma o trastorno motivado por múltiples causas que producen irritación y
funcionamiento anormal transitorio de las neuronas, la epilepsia es un trastorno
del cerebro caracterizado por una predisposición duradera a generar crisis
epilépticas y por las consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y
sociales de esta condición.
Se amplía así el concepto de epilepsia, que incluye no solo la presencia de crisis
epilépticas, sino también sus repercusiones físicas, psicológicas y sociales.

Se considera que una persona tiene epilepsia, cuando queda demostrada su


predisposición a sufrir crisis epilépticas espontaneas en una de las dos
siguientes maneras:

• Cuando ha presentado más de una crisis epiléptica, con intervalo mayor


de 24 horas entre una y otra, sin que exista un factor causante directo.
• Cuando ha presentado una sola crisis epiléptica espontanea, es necesario
demostrar con los medios diagnósticos habituales que las crisis
epilépticas tengan tendencia a repetirse.

Tener una sola convulsión no significa que tengas epilepsia. Normalmente, es


necesario que ocurran al menos dos convulsiones sin un desencadenante
conocido (convulsiones no provocadas) con una diferencia de al menos 24 horas
para tener un diagnóstico de epilepsia.

El tratamiento con medicamentos, o en ocasiones la cirugía, puede controlar las


convulsiones en la mayoría de las personas que tienen epilepsia. Algunas
personas requieren tratamiento de por vida para controlar las convulsiones, pero,
para otras, las convulsiones desaparecen con el tiempo. Algunos niños con
epilepsia también pueden superar su afección con la edad.

CLASIFICACIÓN DE CRISIS EPILÉPTICAS:

Las convulsiones que aparentemente se producen en todas las áreas del cerebro
se denominan crisis generalizadas. Hay seis tipos de crisis generalizadas.

• Crisis de ausencia.

Las crisis de ausencia, previamente conocidas como "crisis de tipo pequeño


mal" (epilepsia menor), suelen ocurrir en niños. Se caracterizan por episodios
de mirada fija en el espacio con o sin movimientos corporales sutiles como
parpadeo de los ojos o chasquido de labios, y solo duran entre 5 y 10 segundos.
Pueden ocurrir en grupo, con una frecuencia de hasta 100 veces al día, y
causar una pérdida breve de la consciencia.

• Crisis tónicas generalizadas.

Las crisis tónicas generalizadas causan rigidez muscular y pueden afectar el


conocimiento. Generalmente, afectan los músculos de la espalda, brazos y
piernas, y pueden provocar caídas.

• Crisis generalizadas atónicas. Las crisis generalizadas atónicas, también


conocidas como convulsiones de caída, causan la pérdida del control
muscular. Debido a que afecta más que nada a las piernas, puede provocar
caídas o colapsos repentinos.

• Crisis generalizadas clónicas. Las crisis generalizadas clónicas se


asocian con movimientos musculares repetitivos o rítmicos y
espasmódicos. Generalmente afectan el cuello, la cara y los brazos.

• Crisis mioclónicas. Las crisis mioclónicas generalmente aparecen como


movimientos espasmódicos breves repentinos o sacudidas y suelen afectar
la parte superior del cuerpo, brazos y piernas.

• Crisis tónico-clónicas generalizadas. Las crisis tónico-clónicas


generalizadas, previamente conocidas como "crisis de tipo gran mal"
(epilepsia mayor), son el tipo más intenso de crisis epiléptica. Pueden
causar pérdida abrupta del conocimiento y rigidez, espasmos y sacudidas
del cuerpo. En ocasiones, pueden causar pérdida del control de la vejiga o
mordedura de la lengua.

CRISIS FOCALES SIN ALTERACIÓN DE LA CONCIENCIA (CRISIS


PARCIALES SIMPLES)

Sus manifestaciones dependen del área cerebral afectada:

• Motoras: son aquellas en las que la principal manifestación son movimientos


involuntarios, posturas anómalas o parálisis de una parte del cuerpo.
• Sensitivas: se produce una alteración de la sensibilidad en forma de
hormigueo, sensación de calor o frío, olores intensos, alteraciones visuales o
dolor que afecta a una parte del cuerpo.
• Autonómicas: son aquellas que afectan a la llamada función “autonómica” y
se manifiestan en forma de cambios de temperatura, sudoración, salivación
excesiva o pilo erección (“piel de gallina”).
• Cognitivas: se pueden manifestar en forma de dificultad para expresarse o
comprender, con vivencia de recuerdos, sensación de deja-vu (ya vivido), o
sensación de pensamiento impuesto o repetitivo.

• Emocionales: se manifiestan en forma de emociones intensas y sin relación a


la situación que se está viviendo como miedo muy intenso. Es frecuente que
durante las crisis se presenten varios de estos síntomas ya que la actividad
eléctrica anómala suele ir recorriendo diferentes áreas cerebrales, activándolas
y originando las manifestaciones correspondientes.

ESPASMOS EPILÉPTICOS:

Aparecen en niños con meses de edad, y son raras tras el segundo año de
vida. Consisten en una flexión o extensión brusca del cuerpo y de la cabeza
durante 1 a 5 segundos. Suelen aparecer en salvas y habitualmente son muy
frecuentes, a veces de forma casi permanente.

Convulsiones Focales:

Las convulsiones que aparentemente se producen a causa de la actividad


anormal en una sola parte del cerebro se denominan convulsiones localizadas.
Estas se agrupan en dos categorías:

• Convulsiones localizadas sin pérdida del conocimiento. Antes


llamadas convulsiones parciales simples, estas convulsiones no causan la
pérdida del conocimiento. Pueden alterar las emociones o cambiar la
manera de ver, oler, sentir, saborear o escuchar. Este tipo de convulsión
también puede provocar movimientos espasmódicos involuntarios de una
parte del cuerpo, como un brazo o una pierna, y síntomas sensoriales
espontáneos como hormigueo, mareos y luces parpadeantes.

• Convulsiones localizadas con alteración de la consciencia. Antes


llamadas crisis parciales complejas, estas convulsiones involucran un
cambio o la pérdida del conocimiento o de la consciencia. Este tipo de
convulsión puede parecer como si estuvieras soñando. Durante una
convulsión localizada con alteración de la consciencia, es posible que mires
fijamente al espacio y no respondas con normalidad a tu entorno o realices
movimientos repetitivos, como frotarte las manos, mascar, tragar o caminar
en círculos.

Los síntomas de las convulsiones localizadas pueden confundirse con otros


trastornos neurológicos, como migraña, narcolepsia o enfermedades mentales.
Se deben hacer análisis y pruebas diagnósticas minuciosas para distinguir la
epilepsia de otros trastornos.

FACTORES DE RIESGO:

Algunos factores pueden aumentar el riesgo de padecer epilepsia:

• Edad. La aparición de la epilepsia es más frecuente en los niños y los


adultos mayores; sin embargo, la afección puede ocurrir a cualquier edad.

• Antecedentes familiares. Si tienes antecedentes familiares de epilepsia,


es posible que presentes un mayor riesgo de padecer un trastorno
convulsivo.

• Lesiones en la cabeza. Las lesiones en la cabeza son la causa de algunos


casos de epilepsia. Puedes reducir el riesgo mediante el uso del cinturón
de seguridad mientras conduces un automóvil y el uso del casco al andar
en bicicleta, esquiar, andar en motocicleta o realizar otras actividades que
impliquen un alto riesgo de sufrir una lesión en la cabeza.

• Accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades vasculares. Los


accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades de los vasos
sanguíneos (vasculares) pueden causar daño cerebral y ocasionar
epilepsia. Puedes tomar algunas medidas para reducir el riesgo de sufrir
estas enfermedades, como limitar el consumo de alcohol y evitar los
cigarrillos, tener una alimentación saludable y hacer ejercicio de forma
regular.

• Demencia. La demencia puede aumentar el riesgo de padecer epilepsia en


adultos mayores.

• Infecciones cerebrales. Infecciones como la meningitis, que provoca la


inflamación del cerebro o de la médula espinal, pueden aumentar el riesgo.

• Convulsiones en la infancia. A veces, la fiebre alta en la infancia puede


asociarse con convulsiones. Los niños que tienen convulsiones como
consecuencia de una fiebre alta no suelen padecer epilepsia. El riesgo de
tener epilepsia es mayor si el niño tiene una convulsión relacionada con una
fiebre alta prolongada, otras afecciones del sistema nervioso o
antecedentes familiares de epilepsia.

CAUSAS:

La epilepsia no tiene una causa identificable en aproximadamente la mitad de


las personas que padecen la afección. En los otros casos, la afección puede
deberse a diversos factores, entre los cuales se incluyen:

• Influencia genética. Algunos tipos de epilepsia, que se clasifican según el


tipo de convulsión que se padece o la parte del cerebro que resulta
afectada, son hereditarios. En estos casos, es probable que haya influencia
genética.

Los investigadores han asociado algunos tipos de epilepsia a genes


específicos, pero, en la mayoría de los casos, los genes son solo una parte
de la causa de la epilepsia. Algunos genes pueden hacer que una persona
sea más sensible a las condiciones ambientales que desencadenan las
convulsiones.
• Traumatismo craneal. Un traumatismo craneal como consecuencia de un
accidente automovilístico o de otra lesión traumática puede provocar
epilepsia.

• Anomalías cerebrales. Las anomalías en el cerebro, incluidos los tumores


cerebrales o las malformaciones vasculares, como las malformaciones
arteriovenosas y las malformaciones cavernosas, pueden causar epilepsia.
Los accidentes cerebrovasculares son la causa principal de epilepsia en
adultos mayores de 35 años.

• Infecciones. La meningitis, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH),


la encefalitis viral y algunas infecciones parasitarias pueden causar
epilepsia.

• Lesiones prenatales. Antes del nacimiento, los bebés son sensibles al


daño cerebral que puede originarse por diversos factores, como una
infección en la madre, mala nutrición o deficiencia de oxígeno. Este daño
cerebral puede provocar epilepsia o parálisis cerebral infantil.

• Trastornos del desarrollo. A veces, la epilepsia puede estar asociada a


trastornos del desarrollo, como autismo.

SÍNTOMAS:

Dado que la epilepsia se debe a la actividad anormal en el cerebro, las


convulsiones pueden afectar cualquier proceso coordinado por este órgano.
Estos son algunos de los signos y síntomas de las convulsiones:

➢ Confusión temporal

➢ Episodios de ausencias

➢ Rigidez en los músculos

➢ Movimientos espasmódicos incontrolables de brazos y piernas

➢ Pérdida del conocimiento o la consciencia

➢ Síntomas psicológicos, como miedo, ansiedad


Los síntomas varían según el tipo de convulsión. En la mayoría de los casos,
una persona con epilepsia tiende a tener el mismo tipo de convulsión en cada
episodio, de modo que los síntomas serán similares entre un episodio y otro.

Generalmente, los médicos clasifican las convulsiones como focales o


generalizadas, en función de cómo y dónde comienza la actividad cerebral
anormal.

COMPLICACIONES:

Tener convulsiones en momentos determinados puede con llevar circunstancias


peligrosas para ti o para otras personas.

• Caídas. Si sufres alguna caída durante una convulsión, puedes lastimarte


la cabeza o romperte un hueso.

• Ahogo. Si sufres epilepsia, tienes de 13 a 19 veces más probabilidades de


ahogarte mientras estás nadando o dándote una ducha con respecto al
resto de la población, debido a la posibilidad de tener una convulsión
mientras estás en el agua.

• Accidentes automovilísticos. Una convulsión que causa pérdida de


conciencia o de control puede ser peligrosa si se está conduciendo un
automóvil u operando maquinaria.

• Complicaciones en el embarazo. Las convulsiones durante el embarazo


pueden ser peligrosas tanto para la madre como para el bebé, y ciertos
medicamentos antiepilépticos aumentan el riesgo de defectos al nacer. Si
tienes epilepsia y estás pensando en quedar embarazada, habla con tu
médico mientras planees tu embarazo.

La mayoría de las mujeres con epilepsia pueden quedar embarazadas y


tener bebés saludables. Es necesario que estés bajo un estricto control
durante el embarazo, y es posible que los medicamentos que tomas deban
ajustarse. Es muy importante que colabores con tu médico para planificar
tu embarazo.
• Problemas de salud emocional. Las personas con epilepsia son más
propensas a tener problemas psicológicos, especialmente depresión,
ansiedad y pensamientos y conductas suicidas. Los problemas pueden ser
el resultado de dificultades para lidiar con la afección y de los efectos
secundarios de los medicamentos, pero incluso las personas con epilepsia
bien controlada tienen un mayor riesgo.

Otras complicaciones de la epilepsia que ponen en riesgo la vida son poco


frecuentes, pero suceden. Algunas de ellas son:

• Estatus epiléptico. Esta afección ocurre si te encuentras en un estado de


actividad convulsiva continua que dura más de cinco minutos, o bien si
tienes convulsiones recurrentes con frecuencia sin recuperar el total
conocimiento entre ellas. Las personas con estatus epiléptico tienen un
mayor riesgo de sufrir daño cerebral permanente o la muerte.

• Muerte súbita e inesperada en la epilepsia. Las personas con epilepsia


también tienen un pequeño riesgo de muerte súbita inesperada. Se
desconoce la causa, pero algunas investigaciones indican que puede
ocurrir debido a afecciones cardíacas o respiratorias.

Las personas con crisis tónico-clónicas generalizadas frecuentes o cuyas


convulsiones no estén controladas con medicamentos pueden tener un
mayor riesgo de muerte súbita e inesperada en la epilepsia. En general,
aproximadamente el 1 % de la población con epilepsia fallece por muerte
súbita e inesperada en la epilepsia. Es más común en las personas con
epilepsia grave que no responden al tratamiento.

CUÁNDO CONSULTAR AL MÉDICO

Busca ayuda médica inmediata en los siguientes casos:

• La convulsión dura más de cinco minutos.


• La respiración o el conocimiento no retornan una vez que finaliza la
convulsión.

• Se produce una segunda convulsión de inmediato.

• Tienes fiebre alta.

• Estás embarazada.

• Tienes diabetes.

• Sufriste una lesión durante la convulsión.

• Sigues teniendo convulsiones a pesar de estar tomando los medicamentos


anticonvulsivos.

DIAGNÓSTICO DE LA ENFERMEDAD

Identificar el área donde ocurre la convulsión Open pop-up dialog box

Para diagnosticar tu afección, el médico revisará tus síntomas y tus antecedentes


médicos. El médico puede pedir varias pruebas para diagnosticar la epilepsia y
determinar la causa de las convulsiones. La evaluación puede incluir lo siguiente:

• Un examen neurológico. El médico puede examinar tu comportamiento,


tus habilidades motrices, tu función mental y otras áreas para diagnosticar
la afección y determinar el tipo de epilepsia que puedes tener.

• Análisis de sangre. El médico puede tomar una muestra de sangre para


determinar la presencia de signos de infecciones, afecciones genéticas u
otras afecciones que puedan estar asociadas a las convulsiones.

El médico también puede sugerir pruebas para detectar anomalías en el cerebro,


por ejemplo:

• Electroencefalograma (EEG). Este es el tipo de estudio más frecuente que


se utiliza para diagnosticar la epilepsia. En esta prueba, los electrodos se
fijan al cuero cabelludo con una sustancia pastosa o una tapa. Los
electrodos registran la actividad eléctrica del cerebro.
Si tienes epilepsia, es común que presentes cambios en tu patrón normal
de ondas cerebrales, incluso cuando no estés sufriendo una convulsión. El
médico puede monitorearte en video cuando realice
un electroencefalograma mientras estás despierto o dormido, para registrar
cualquier convulsión que tengas. Registrar las convulsiones puede ayudar
al médico a determinar qué tipo de convulsiones tienes o descartar otras
afecciones.

El examen se puede realizar en el consultorio de un médico o en el hospital.


Si es apropiado, también puedes hacerte
un electroencefalograma ambulatorio, que se usa en casa mientras
el electroencefalograma registra la actividad de las convulsiones en el
trascurso de unos pocos días.

El médico puede indicarte que hagas algo que provoque las convulsiones,
como dormir poco antes del estudio.

• Electroencefalograma de alta densidad. En una variación de una prueba


de electroencefalograma, el médico puede recomendar
un electroencefalograma de alta densidad, que sitúa los electrodos más
estrechamente que el electroencefalograma convencional, con una
separación de aproximadamente medio centímetro.
El electroencefalograma de alta densidad puede ayudar al médico a
determinar con mayor precisión qué áreas del cerebro se ven afectadas por
las convulsiones.

• Exploración por tomografía computarizada. Una tomografía


computarizada utiliza rayos X para obtener imágenes transversales del
cerebro. La tomografía computarizada puede revelar la presencia de
anomalías en la estructura del cerebro que podrían causar convulsiones,
como tumores, sangrado y quistes.

• Imágenes por resonancia magnética. Una resonancia magnética usa


poderosas ondas radioeléctricas e imanes para crear una vista detallada
del cerebro. Es posible que el médico pueda detectar lesiones o anomalías
en el cerebro que podrían causar convulsiones.
• Imágenes por resonancia magnética funcional. La resonancia
magnética funcional mide los cambios en el flujo sanguíneo que ocurren
cuando determinadas partes del cerebro están en actividad. Los médicos
pueden usar la resonancia magnética funcional antes de la cirugía para
identificar las ubicaciones exactas de funciones críticas, como el habla y el
movimiento, de modo que los cirujanos eviten causar lesiones en esas
áreas durante la operación.

• Tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en


inglés). En la tomografía por emisión de positrones se utiliza una pequeña
cantidad de material radioactivo en una dosis baja que se inyecta en una
vena para ayudar a visualizar la actividad metabólica del cerebro y detectar
anomalías. Las áreas del cerebro con baja actividad metabólica pueden
indicar dónde ocurren las convulsiones.

• Tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT, por


sus siglas en inglés). Este tipo de estudio se usa principalmente si ya te
han realizado una resonancia magnética y un electroencefalograma que no
precisaron la ubicación del cerebro en la que se originan las convulsiones.

En una tomografía computarizada por emisión de fotón único se utiliza una


pequeña cantidad de material radioactivo en dosis baja que se inyecta en
una vena para crear un mapa tridimensional detallado de la actividad del
flujo sanguíneo en el cerebro durante las convulsiones. Las áreas con un
flujo sanguíneo superior al normal durante una convulsión podrían indicar
dónde se producen las convulsiones.

• Pruebas neuropsicológicas. En estas pruebas, los médicos evalúan las


habilidades del pensamiento, la memoria y el habla. Los resultados de las
pruebas ayudan a los médicos a determinar qué áreas del cerebro están
afectadas.

Junto con los resultados de tu prueba, el médico puede usar una combinación
de técnicas de análisis para ayudar a determinar con precisión en qué parte del
cerebro comienzan las convulsiones:
• Mapeo paramétrico estadístico. El mapeo paramétrico estadístico es un
método para comparar las áreas del cerebro que tienen un aumento del
flujo sanguíneo durante las convulsiones con cerebros normales, lo que
puede dar a los médicos una idea de dónde comienzan las convulsiones.

• Imágenes de fuentes eléctricas. Las imágenes de fuentes eléctricas


consisten en una técnica que toma datos del electroencefalograma y los
proyecta en una resonancia magnética del cerebro para mostrarles a los
médicos dónde se producen las convulsiones.

• Magneto encefalografía. La magneto encefalografía mide los campos


magnéticos producidos por la actividad cerebral para identificar posibles
áreas de inicio de convulsiones.

El diagnóstico preciso del tipo de convulsión y de dónde comienzan las


convulsiones te da la mejor oportunidad de encontrar un tratamiento eficaz.

TRATAMIENTO:

Los médicos generalmente empiezan por tratar la epilepsia con medicamentos.


Si los medicamentos no curan la enfermedad, los médicos pueden proponer una
cirugía u otro tipo de tratamiento.

MEDICAMENTOS:

La mayoría de las personas con epilepsia pueden dejar de tener convulsiones al


tomar un medicamento anticonvulsivo, al que también se lo llama medicamento
antiepiléptico. Otras personas pueden disminuir la frecuencia e intensidad de las
convulsiones al tomar una combinación de medicamentos.

Muchos de los niños con epilepsia que no presentan síntomas pueden con el
tiempo suspender los medicamentos y llevar una vida sin tener convulsiones.
Muchos adultos también pueden suspender los medicamentos después de dos
años o más sin tener convulsiones. El médico te aconsejará sobre el momento
adecuado para dejar de tomar los medicamentos.
Encontrar el medicamento y la dosis correctos puede resultar complejo. El
médico considerará tu afección, la frecuencia de las convulsiones, tu edad y otros
factores al elegir qué medicamento recetarte. También revisará cualquier otro
medicamento que pudieras estar tomando para asegurarse de que los
medicamentos antiepilépticos no interactúen con estos.

Existen más de 20 tipos diferentes de medicamentos anticonvulsivos


disponibles. El medicamento que elija tú médico para tratar la epilepsia depende
del tipo de convulsiones que tengas y de otros factores como la edad y otras
enfermedades.

Es posible que estos medicamentos tengan algunos efectos secundarios.


Algunos de los efectos secundarios leves incluyen los siguientes:

• Fatiga

• Mareos

• Aumento de peso

• Pérdida de densidad ósea

• Sarpullidos

• Pérdida de la coordinación

• Problemas del habla

• Problemas de memoria y razonamiento

Algunos de los efectos secundarios más graves, pero menos frecuentes,


incluyen los siguientes:

• Depresión

• Pensamientos y comportamientos suicidas

• Sarpullido grave

• Inflamación de determinados órganos, como el hígado


Para lograr el mejor control posible de las convulsiones con medicamentos, toma
estas medidas:

• Toma los medicamentos exactamente según la prescripción.

• Siempre llama al médico antes de cambiar a una versión genérica del


medicamento o de tomar otros medicamentos de venta con o sin receta
médica, o a base de hierbas.

• Nunca dejes de tomar el medicamento sin hablar con el médico.

• Infórmale al médico de inmediato si notas nuevos sentimientos de


depresión o si estos aumentan, si tienes pensamientos suicidas o si hay
cambios inusuales en tu estado de ánimo o comportamiento.

• Infórmale al médico si tienes migrañas. Los médicos pueden recetar uno de


los medicamentos antiepilépticos que pueden prevenir las migrañas y tratar
la epilepsia.

Al menos la mitad de las personas con un diagnóstico reciente de epilepsia


dejarán de tener convulsiones con el primer medicamento. Si los medicamentos
antiepilépticos no dan resultados satisfactorios, el médico quizás recomiende
cirugía u otras terapias.

CIRUGÍA:

Cirugía para tratar la epilepsia

Cuando los medicamentos no proveen un control adecuado de las convulsiones,


la cirugía podría ser una opción. En la cirugía para la epilepsia, el cirujano extrae
la parte del cerebro que provoca las convulsiones.

Los médicos suelen recurrir a la cirugía cuando las pruebas indican que:

❖ Las convulsiones se originan en una zona pequeña y bien definida del


cerebro;
❖ La zona del cerebro que se operará no interfiere con las funciones vitales,
como el habla, el lenguaje, la función motora, la visión o la audición.

Para algunos tipos de epilepsia, los enfoques mínimamente invasivos, como la


ablación láser estereotáctica guiada por resonancia magnética, pueden ser un
tratamiento eficaz cuando un procedimiento abierto podría ser demasiado
riesgoso. En estos procedimientos, los médicos dirigen la sonda láser térmica
hacia la zona específica en el cerebro donde se producen las convulsiones para
destruir ese tejido y así tratar de controlar mejor las convulsiones.

Si bien muchas personas siguen necesitando algunos medicamentos para


ayudar a prevenir las convulsiones después de una cirugía exitosa, es probable
que puedas tomar menor cantidad de medicamentos y reducir las dosis.

En pocos casos, la cirugía para la epilepsia puede provocar complicaciones,


como la alteración permanente de las capacidades de razonamiento (cognitivas).
Habla con tu cirujano sobre su experiencia, las tasas de éxito y los índices de
complicaciones relacionados con el procedimiento que estés considerando.

TERAPIAS:

Estimulación del nervio vago Open pop-up dialog box

Además de los medicamentos y la cirugía, estas terapias potenciales pueden ser


una alternativa para el tratamiento de la epilepsia:

• Estimulación del nervio vago. Durante la estimulación del nervio vago, los
médicos implantan un dispositivo llamado estimulador del nervio vago bajo
la piel del pecho, similar a un marcapasos. Se conectan los cables del
estimulador con el nervio vago del cuello.

El dispositivo, que funciona con baterías, envía pulsos de energía eléctrica


a través del nervio vago hacia el cerebro. No está clara la forma en la que
esto inhibe las convulsiones, pero el dispositivo puede reducirlas de un 20 a
un 40 %.
La mayoría de las personas deben seguir tomando medicamentos
antiepilépticos, aunque algunas pueden disminuir la dosis de los
medicamentos que toman. Es posible presentar efectos secundarios de la
estimulación del nervio vago, como dolor de garganta, ronquera, falta de
aire o tos.

• Dieta cetogénica. Se han reducido las convulsiones de algunos niños con


epilepsia cuando siguen una dieta estricta que contiene cantidades altas de
grasas y bajas de hidratos de carbono.

En esta dieta, llamada dieta cetogénica, el cuerpo usa las grasas en lugar
de los hidratos de carbono para producir energía. Luego de algunos años,
los niños pueden detener la dieta cetogénica (bajo estricta supervisión
médica) y no presentar convulsiones.

Consulta a un médico si tú o tu hijo están considerando una dieta


cetogénica. Es importante asegurarse de que tu hijo no sufra desnutrición
al seguir esta dieta.

Los efectos secundarios de la dieta geogénica pueden incluir


deshidratación, estreñimiento, retraso del crecimiento a causa de
deficiencias nutricionales y acumulación de ácido úrico en la sangre, que
puede causar cálculos renales. Estos efectos secundarios son poco
comunes si la dieta es adecuada y está supervisada por un médico.

Seguir una dieta cetogénica puede representar un desafío. La dieta de bajo


índice glucémico y la dieta de Atkins modificada ofrecen alternativas con
menos restricciones y proporcionan algunos beneficios para el control de
las convulsiones.

• Estimulación cerebral profunda. En la estimulación cerebral profunda, los


cirujanos implantan electrodos en una parte específica del cerebro, por lo
general, el tálamo. Los electrodos están conectados a un generador
implantado en el tórax. El generador envía pulsos eléctricos constantes al
cerebro en intervalos temporizados y puede reducir las convulsiones. La
estimulación cerebral profunda a menudo se usa en las personas a las que
las convulsiones no les mejoran con medicamentos.
• Neuroestimulación receptiva. Estos dispositivos implantables similares a
un marcapasos pueden ayudar a reducir significativamente la frecuencia
con la que se producen las convulsiones. Estos dispositivos de estimulación
receptiva analizan los patrones de la actividad cerebral para detectar las
convulsiones cuando comienzan y aplican una descarga eléctrica o un
medicamento para detenerla antes de que cause daños. Las
investigaciones demuestran que este tratamiento tiene menos efectos
secundarios y puede proporcionar alivio de las convulsiones a largo plazo.

POSIBLES TRATAMIENTOS FUTUROS:

Actualmente, los investigadores estudian muchos tratamientos nuevos posibles


para la epilepsia, entre los que se incluyen los siguientes:

• Estimulación continúa de la zona donde se originan las convulsiones


(estimulación subumbral). La estimulación subumbral, la estimulación
continua de una parte del cerebro por debajo de un nivel físicamente
perceptible, parece mejorar los resultados de las convulsiones y la calidad
de vida de algunas personas que las padecen. La estimulación subumbral
ayuda a detener la convulsión antes de que suceda. Es posible que este
enfoque de tratamiento funcione en las personas que padecen convulsiones
que se originan en una parte del cerebro que no se puede extirpar porque
afectaría las funciones motora y del habla (área elocuente), o podría
beneficiar a las personas cuyas convulsiones tienen características que
hacen que tengan bajas posibilidades de tener un tratamiento exitoso con
la neuroestimulación receptiva.

• Cirugía de invasión mínima. Las nuevas técnicas quirúrgicas


mínimamente invasivas, como la ecografía focalizada guiada
por resonancia magnética, son prometedoras para el tratamiento de las
convulsiones e implican menos riesgos que la cirugía cerebral abierta
tradicional para la epilepsia.

• Estimulación magnética transcraneal. En la estimulación magnética


transcraneal se aplican campos magnéticos focalizados en áreas del
cerebro donde ocurren las convulsiones para tratarlas sin necesidad de
cirugía. Puede usarse en pacientes cuyas convulsiones se produzcan cerca
de la superficie del cerebro y no sean candidatos a cirugía.

• Estimulación externa del nervio trigémino. De manera similar a la


estimulación del nervio vago, este dispositivo estimularía nervios
específicos para reducir la frecuencia de las convulsiones. Sin embargo, a
diferencia de la estimulación del nervio vago, este dispositivo se usaría
externamente, de manera que no es necesario realizar una cirugía para
implantarlo. En los estudios, la estimulación externa del nervio trigémino
demostró mejoras en el control de las convulsiones y en el estado de ánimo.

• Toma los medicamentos correctamente. No modifiques la dosis antes de


hablar con el médico. Si sientes que tus medicamentos deberían cambiarse,
háblalo con el médico.

• Duerme lo suficiente. La falta de sueño puede desencadenar


convulsiones. Asegúrate de descansar adecuadamente todas las noches.

• Utiliza un brazalete de alerta médica. Esto ayudará a que el personal de


emergencias sepa cómo tratarte de la manera correcta.

• Haz ejercicio. El ejercicio puede ayudarte a mantenerte físicamente


saludable y a reducir la depresión. Asegúrate de beber suficiente agua y de
descansar si te cansas al hacer ejercicio.

Toma decisiones saludables en tu vida, como controlar el estrés, limitar las


bebidas alcohólicas y evitar los cigarrillos.

ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO Y APOYO:

Las convulsiones no controladas y su efecto en tu vida a veces pueden ser


abrumadores o causar depresión. Es importante no dejar que la epilepsia te
detenga. Aún puedes vivir una vida plena y activa. Para ayudarte a sobrellevarla,
puedes hacer lo siguiente:

• Infórmate e informa a tus amigos y familiares sobre la epilepsia para que


todos entiendan la afección.
• Intenta ignorar las reacciones negativas de la gente. Es útil aprender
sobre la epilepsia para conocer la información verdadera en lugar de tener
ideas equivocadas sobre la enfermedad. También, trata de mantener tu
sentido del humor.

• Vive de la manera más independiente posible. Continúa trabajando, si


es posible. Si no puedes conducir debido a las convulsiones, investiga las
opciones cercanas de transporte público. Si no se te permite conducir,
podrías considerar mudarte a una ciudad que cuente con buenas opciones
de transporte público.

• Intenta no preocuparte constantemente por si vas a tener una


convulsión.

• Encuentra un grupo de apoyo de epilepsia

Siguientes sugerencias:

❖ Gira suavemente a la persona hacia un lado para evitar atragantamiento.

❖ Coloca algo blando debajo de la cabeza.

❖ Afloja las prendas que ajusten el cuello.

❖ No intentes poner los dedos o alguna otra cosa en la boca de la persona.


Nunca nadie se tragó la lengua durante una convulsión, es físicamente
imposible.

❖ No intentes sujetar a una persona que tiene una convulsión.

❖ Si la persona se mueve, aleja los objetos peligrosos.

❖ Quédate con la persona hasta que llegue el personal médico.

❖ Observa a la persona detenidamente para que puedas brindar detalles


sobre lo que ocurrió.

❖ Controla el tiempo de las convulsiones.

❖ Quédate tranquilo durante las convulsiones.


CONCLUSIÓN:

La epilepsia es un trastorno cerebral que se caracteriza por fuertes convulsiones


debido a una atracción de la actividad cerebral en el que se prolongan por tiempo
determinado, y también que se manifiesta en forma de crisis inesperadas y
espontaneas debemos tener cuidado con la medicación y siempre actuar de
forma correcta ante una crisis epiléptica.

BIBLIOGRAFÍA:

➢ Bibliografía: Mayo Clinic Family Health Book (Libro de Salud Familiar de


Mayo Clinic) 5.ª edición

➢ Caraballo, R. H., & Fejerman, N. (2009). Tratamiento de las epilepsias.


Ed. Médica Panamericana.

➢ López-Meraz, M. L., Rocha, L., Miquel, M., Hernández, M. E., Cárdenas,


R. T., Coria-Ávila, G. A.,... & Manzo, J. (2009). Conceptos básicos de la
epilepsia. Revista Médica de La Universidad Veracruzana, 9(2), 31-37.

➢ Lopes-Cendes, I. (2008). A genética das epilepsias. Jornal de


Pediatría, 84, S33-S39.

➢ Torales J. Barrios I.Rios Gonzalez,C.M.Almiron Santa Cruz (2021).


Epilepsia y síntomas psicóticos. Revista de salud pública del Paraguay.

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