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Ensayo Reflexivo Nota 3

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EL VÍNCULO AFECTIVO Y LAS RELACIONES AFECTIVAS COMO: MATERNAJE,

PATERNAJE Y VÍNCULOS PEDAGÓGICOS

Educación Inicial y sujeto en contexto

13, NOVIEMBRE DEL 2022


GUAYAQUIL, ECUADOR
Ensayo Reflexivo
El ser humano tiene la capacidad de crear relaciones interpersonales desde el

nacimiento y en ocasiones se puede evidenciar desde la etapa del embarazo, existe una

conexión intrínseca entre la madre y el niño e incluso los padres logran sentir

emocionalmente un vínculo formativo; Los comportamientos humanos, están dotados de

características y funciones que se describen con una interrelación entre el vínculo y las

relaciones afectivas, es decir el vínculo es la unidad mínima de análisis en la psicología

social. La misma genera esta capacidad de poder expresar empatía, a través de emociones

más fuertes y sentimientos duraderos. Con el transcurso del tiempo, se crean lazos

específicos que se muestran como el apego fijo hacia algún miembro en específico en el

hogar; ya sea, la madre, el padre o un cuidador. También, es posible observar como el

vínculo afectivo es considerado como una expresión clara de cariño, seguridad, confianza y

en general, el vínculo lleva inmerso el afecto entre dos o más personas. Por esta razón, los

vínculos afectivos son considerados formas de relación e interacción entre pares o iguales,

puede manifestarse en edades tempranas.

Sin embargo, es importante saber que el vínculo afectivo está ligado con el proceso

de aprendizaje y como este se manifiesta con frecuencia en personas que comparten de

forma especial eventos o actividades basadas en las rutinas diarias de la convivencia,

dándoles la oportunidad de desarrollar nuevas conexiones de respeto, tolerancia, alegría y

amor. Por ende, la afectividad tiene un componente característico que sirve de soporte

constante y duradero, para fortalecer y beneficiar al desarrollo y desempeño, tanto

cognitivo, emocional y social de los niño/as en edades tempranas y esto se fundamentara

hasta cuando ellos sean adultos. Tal como lo expresa, Macías Avilés “Si las funciones

psicosociales se cumplen, se logra generar un clima de bienestar. Si las funciones no logran


cumplirse, puede crearse un clima conflictivo-disfuncional” (Macías Avilés, 2020). Por

ello, es importante saber que si existe un quiebre en la relación del vínculo afectivo, esto

genera y desencadena una línea de inseguridad, evitación social, aislamiento, rechazo,

habrá un quiebre entre el individuo y el cuidador. Es así, que se debe mantener un

equilibrio balanceado para no crear espacios y ambientes inseguros, con problemas en el

desempeño del aprendizaje de cada individuo sabiendo que estos son el inicio de muchas

falencias en el desarrollo del mismo. No obstante, es vital saber que los distintos tipos de

apegos están relacionados directamente en la manera que nos desenvolvemos desde la

infancia y la personalidad que posea cada persona y como esta logra proyectarse en la

sociedad de manera segura e insegura. Desde su concepción, los niños requieren establecer

un lazo afectivo con las personas significativas en su vida, especialmente con sus padres o

cuidadores, pues dependen de ellos para su supervivencia y bienestar.

Las relaciones afectivas son aquellas manifestaciones que surgen en la familia en el

contexto natural de contraste simbólico en la cual cada niño/a aprende y se desarrolla

habilidades sociales, importantísimas en su modelo relacional básico; debido a que, la

crianza debe ser positiva y respetuosa. Se establecen relaciones afectivas entre los

individuos por la simple necesidad de generar espacios de protección, empatía y seguridad,

pues a partir de las experiencias que éstos vivan su papel principal es crear interacción

social, somos seres sociales. Dentro de una sociedad que necesita establecer vínculos

afectivos con otros, para la supervivencia física, establecer lazos de contacto y afecto; con

la finalidad de estructurar y organizar habilidades sociales. Que les permitan desarrollar

ideas y perspectivas de sí mismos y sobre el mundo y sus múltiples posibilidades de


mantener relaciones a largo plazo sin llegar hacer conflictivas, por eso es necesario que

padres e hijos logren establecer una conexión profunda, íntima y segura.

Es así, que las funciones psicosociales de la interacción familiar son las que

permiten establecer relaciones sociales con las cuales se pretende cubrir las necesidades

básicas del individuo, trabajar en el fortalecimiento de la regulación emocional. Construir

su propia identidad y su rol en la familia, que su espacio de desempeño en el aprendizaje

sea claro y colaborativo mediante la transmisión de valores que son parte esencial de la

conducta. Y todo esto se cumple mediante la dinámica familiar, a partir del maternaje y el

paternaje; en la cual, se evidencia como una acción de afecto de ser madre y padre sin

ningún interés social. Sino más bien, por el simple ejercicio de crear y transmitir una mejor

manera de criar a los hijos, ya sean propios o adoptados de una manera constante, positiva,

mas consiente y lograr un mejor manejo de la autoestima, brindarle seguridad y como el

individuo percibe de manera integral al mundo. Como lo expresa, Carrillo “Es el elemento

base para los procesos de adaptación en las diferentes etapas del ciclo vital” (Carillo,2008)

Cabe mencionar, que las relaciones afectivas se dan mediante la creación de un

vínculo de protección cuya finalidad es de proteger y mantener vivos y sanos. Aquellas

funciones dentro del maternaje y paternaje no son privativas, sino más bien estas trabajan

en relación de unas con otras y quienes desempeñen dichas funciones buscarán

complementarlas con enriquecer el autoestima-seguridad y llegar a ser capaces de

reconocer y reparar. Por consiguiente, esto permite entender la dinámica familiar y sus

conexiones, desenvolvimiento socioemocional y el trasfondo de cada una de ellas. Por

ende, los sistemas familiares por lo general están relacionados al sentido de pertenencia, los

vínculos afectivos, a la reciprocidad y dependencia. Con los cuales se observan como


sistema maneja una dinámica distinta ya sea en el sistema conyugal, parental o el fraternal;

aunque, las familias trabajen en funciones de codependencia, en ocasiones sus propias

interacciones generan intercambios con el entorno.

Estas se mantienen por un orden descritas como propiedades del sistema familiar,

en las cuales ejecutan un proceso de Homeostasis y Morfogénesis, que de no lograrse esto

generaría patologías dentro de la familia. De los cuales, se observan como periodos críticos,

de los cuales se caracterizan como cambios propios de la evolución dentro del ciclo

familiar. Es primordial que establecer que el sistema familiar está conectado con el modelo

ecológico, es así que intervienen los niveles de Brofrenbrener, donde lo micro es el

desempeño del individuo y su entorno familiar, lo macro es la cultural, la religión y sus

problemáticas sociales, el mesosistema se genera en la escuela y el exosistema está

empleado para el nexo laboral del mismo. Para finalizar, es vital establecer relaciones

afectivas saludables y seguras, en las cuales se reflejen un vínculo afectivo, el apego seguro

y una dinámica familiar favorecedora para que los niños y niñas se desarrollen sin ninguna

complicación socioemocional.

Referencias Bibliográficas

Carrillo, S. (2008). Relaciones afectivas tempranas: presupuestos teóricos y preguntas

fundamentales. En R. Pu-che-Navarro, L.

Tique -Calderón, L. T. Identidad, sujeto y subjetividad en la modernidad (2012).

Silogismos de investigación nº 10 (1), 2012 julio - diciembre ISSN 1909‐955x

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