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Arqueoastronomia y Semiotica La Imagen D

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Egiptología 2.0 | 85
A lo largo de las últimas tres décadas, la arqueoas-
tronomía ha despuntado como disciplina con
personalidad propia dentro de las ciencias históricas.
La visión que los antiguos tenían del cielo nos ayuda
a comprender mejor el desarrollo de su cultura y de
su sociedad en términos generales; a mayores, en-
WUDQGRDYDORUDUDVSHFWRVPiVHVSHFt¿FRVVHWUDWD
de una herramienta útil a la hora de despejar algu-
nas incógnitas detectadas en las cronologías y da-
taciones tradicionales. En otro orden de cuestiones,
la arqueoastronomía ha demostrado tener solvencia
VX¿FLHQWH FRPR SDUD HVFXGULxDU HQ HO RULJHQ \ IRU-
mación de mitos y creencias religiosas. Su aplica-
ción depende, por tanto, de la suma equilibrada de
conocimientos provenientes de diversas especialida- Juan Antonio Belmonte Avilés. | I. A. C.
des, erigiéndose en la perfecta combinación de las efecto. Este modelo se ha enriquecido más tarde
ciencias exactas, como la física y las matemáticas, y mediante la inclusión de nuevos elementos, igual-
las ciencias sociales, como la historia, la antropolo- mente imprescindibles, como código, ruido, referen-
gía y la etnología. Para el caso concreto del antiguo te y retroalimentación. Aplicando estas etiquetas y
Egipto, dos de los mayores activos en el ámbito his- partiendo del Libro de los Muertos, por ejemplo, se
panohablante son la prueba misma de este carác- puede obtener que nosotros nos hemos convertido
ter multidisciplinar de la arqueoastronomía: el mur- en depositarios indirectos de una concatenación de
ciano José Antonio Belmonte Avilés (1962), Doctor fórmulas religiosas (mensajes) que los escribas del
en Astrofísica por la Universidad de La Laguna, y el antiguo Egipto (emisores) pusieron por escrito (ca-
valenciano José Lull García (1972), Doctor en Geo- QDO HQOHQJXDMHURJOt¿FDPRQXPHQWDO FyGLJR KDFH
grafía e Historia por la Universitat de València. Fruto miles de años, si bien los destinatarios originales (re-
de su colaboración, pronto verá la luz la monografía ceptores) de estos sortilegios fueron las almas de los
Ancient Egyptian Astronomy, culmen de sus traba- GLIXQWRVD¿QGHTXHéstas lograsen sortear los obs-
jos previos, a los que cada uno de ellos ha sabido táculos que hacían peligrar su pervivencia en el más
aportar el aprendizaje recibido en materias, en teoría allá (efecto). Se plantea aquí la primera complica-
dispares, en la práctica auxiliares, como la astrono- ción, al escrutar y dar hoy sentido a un mensaje que
mía y la arqueología. Acerca de esta complementa- no se ha concebido realmente para nosotros y que,
riedad ha dicho Lull lo siguiente, al ser entrevistado por lo tanto, no comparte la cosmovisión propia de
por Carmen del Puerto Varela para Voces, proyecto nuestro tiempo, de la que tan difícil nos resulta des-
divulgativo desarrollado por el Instituto Astrofísico de pojarnos. Como seres sociales que somos, inmersos
Canarias: “Formamos un buen equipo, pues su for- en el mundo de las comunicaciones globales, recibi-
mación profesional como astrofísico y su pasión por mos a diario cientos de impactos informativos que
el antiguo Egipto se complementan perfectamente transponemos, automáticamente, a la lógica vigente
con mi formación profesional como egiptólogo y mi en la actualidad: de ahí la tendencia, cada vez ma-
pasión por la astronomía. En mi opinión, esta com- yor, de sojuzgar el pasado a través de los valores y
binación es una fórmula ideal para abordar muchos criterios intrínsecos al presente. Venimos, por así de-
de los problemas que ofrece la antigua astronomía FLUORFRQXQDFRQ¿JXUDFLyQSUHLQVWDODGDSRUGHIHFWR
egipcia”.

En este mosaico de interdisciplinariedad pretendo


encajar, a nivel particular, como teórico de la comuni-
cación (o comunicólogo). De ahí que mi aproximación
a la egiptología y a la astronomía (y su conjugación
a través de la arqueoastronomía en el antiguo Egip-
to) se produzca a través de la lingüística, esto es,
mediante el análisis de cómo los antiguos egipcios
emplearon la astronomía de cara a la construcción
GHPHQVDMHV\ODFUHDFLyQGHVLJQL¿FDGRV(QFRQVH-
cuencia, mi punto de partida no puede ser otro que
HO SDUDGLJPD GH /DVVZHOO IRUPXODGR HQ  D ¿Q
GHHVWDEOHFHU\FRQ¿JXUDUORVHOHPHQWRVLQKHUHQWHV
a cualquier proceso comunicativo: emisor (o comu-
nicador), receptor (o audiencia), mensaje, canal y
José Lull García. | I. A. C.

86 | Egiptología 2.0
Triángulo semiótico. | María Rosa Gallego López.

que no coincide con la existente en el antiguo Egipto.

(VWD GL¿FXOWDG VH DJUDYD DO H[DPLQDU RWUR GH ORV


elementos del proceso comunicativo: hablamos del
referente, uno de los miembros más mutables del
paradigma de Laswell. En efecto, nuestro modo de
comunicar con la cultura egipcia depende totalmente
de lo que denominamos triángulo semiótico, cuyos
tres vértices están conformados por los conceptos
VLJQL¿FDQWH VLJQL¿FDGR \ UHIHUHQWH ,PDJLQpPRQRV
por un momento, un Ferrari F40 con su carrocería
chapada en rosso corsa. En castellano, la idea de
este superdeportivo biplaza se plasma mediante una
palabra compuesta por dos sílabas y cinco letras, c, Place des Écritures, en Figeac, réplica monu-
o, c, h y e. Como sucesión de grafemas y fonemas, mental de la Piedra de Rosetta. | Comiviajeros.
dependiendo de su transmisión escrita u oral, “co- UHV GH VLJQL¿FDQWHV VHJXLGRV GH VXV UHVSHFWLYRV
FKH´HVHOVLJQL¿FDQWH(QFXDQWRDVXVLJQL¿FDGROD VLJQL¿FDGRVSHURHQHOODVQRVHHQFRQWUDUiQLXQPt-
5HDO$FDGHPLD(VSDxRODGH¿QHHVWHYRFDEORFRPR sero referente. Lo mismo nos sucede con la lengua
“automóvil destinado al transporte de personas y con hablada por los antiguos egipcios: el desciframien-
capacidad no superior a siete plazas”. Finalmente, WR GHO VLVWHPD MHURJOt¿FR FRQVXPDGR HQ  SRU
el referente lo constituye la idea del “coche” en sí Jean-François Champollion (1790-1832) merced a
misma, en su medio natural, tal y como lo habíamos sus profundos conocimientos del copto y al hallazgo
imaginado previamente: un Ferrari F40 de color rojo de la inscripción trilingüe de la Piedra de Rosetta,
de carrera. Pero se da la circunstancia de que el re- nos ha permitido acceder a todo un universo de sig-
ferente no es estático, sino que varía en función del QL¿FDQWHV \ VLJQL¿FDGRV SURSLRV GH OD WLHUUD GH ORV
espacio y del tiempo: así, la expresión “voiture rouge” IDUDRQHV$VRFLDPRV HO VLJQL¿FDQWH pr con el signi-
evocará una imagen mental distinta en un futbolista ¿FDGR ³FDVD PRUDGD´ OR PLVPR TXH OHHPRV anx y
francés que esté leyendo dicha frase en 2021 a la traducimos “vida”, si bien nos encontramos ante la
que habría visualizado un granjero estadounidense SDUDGRMD GH TXH XQD HVFULWXUD WDQ JUi¿FD FRPR HV
al deletrear “red car” en 1945. No hay, por así decirlo, HOFDVRGHORVMHURJOt¿FRVHJLSFLRVVLJDUHVLVWLpQGR-
dos lecturas idénticas de una misma oración, pues se a entregarnos sus referentes. Se debe, en gran
cada sujeto, en función de su tiempo y de su espa- medida, a que el mundo al que aluden dichos signi-
cio, le imprime ciertas connotaciones y denotaciones ¿FDQWHV\VLJQL¿FDGRVIHQHFLyKDFHDxRVWUDV
DXQPLVPRVLJQL¿FDQWHGDGRTXHFDGDSHUVRQDHQ el suicidio de Cleopatra VII Thea Filopátor (69-30 a.
particular cuenta con referentes propios, estrecha- C.). Para comprender mejor la magnitud de este lap-
mente vinculados a una cultura, a una sociedad y a so temporal, cabría recordar que la propia Cleopa-
una época determinadas. tra se sitúa 600 años más cerca del primer vuelo en
aeroplano (protagonizado en 1903 por los hermanos
Cualquier diccionario, básico para la comprensión :ULJKW TXHGHODHGL¿FDFLyQGHODSULPHUDSLUiPLGH
de un idioma, solo contiene dos de los tres vértices (en tiempos de Dyeser, cuyo reinado se debe datar
del triángulo semiótico: sus páginas recogen milla- hacia el año 2570 a. C.). A diferencia de Herodoto

Egiptología 2.0 | 87
das rocas del Sinaí en busca de valiosas turquesas,
que para los acomodados sacerdotes de Amón que
servían a su dios entre los ornamentados muros de
su templo en Karnak? En lo que respecta a la cons-
WUXFFLyQGHPHQVDMHV\DODFUHDFLyQGHVLJQL¿FDGRV
estos ligeros cambios de interpretación gozan de
una importancia vital, variando la carga informativa
de los párrafos, igual que una misma partitura de pia-
no ve acrecentados sus matices en función de quién
es el músico que la ejecuta o de cuál es el estado de
Sandalias de Nefertari. | Museo Egizio di Torino. ánimo que éste atraviesa.

de Halicarnaso (484-425 a. C.), que visitó y escribió Por seguir ahondando en este ejemplo, el signo S34
sobre el país del Nilo cuando todavía se trataba de del listado de Gardiner, anx, representa la correa de
una civilización viva, lo que la Piedra de Rosetta no una sandalia, con la lazada que se anuda alrededor
puede proporcionar a la egiptología del siglo XXI y del tobillo y las tres tiras de cuero (dos laterales y una
a los modernos investigadores es la esquematiza- que baja por el empeine hasta la comisura entre los
ción conceptual de la mentalidad egipcia propiamen- GHGRVJRUGR\VHJXQGR ,GHRJUi¿FDPHQWHIXQFLRQD
te dicha a través de sus referentes, aparentemente como “correa de sandalia”, alfabéticamente, como el
derogados hace más de dos milenios. Y así, la com- sustantivo “vida” o el verbo “vivir”. Pero, ¿qué tiene
prensión del discurso egipcio, más allá de su sim- que ver lo uno con lo otro? La clave parece estar en
ple literalidad (o interpretación exegética), resultaría la imagen de esta sandalia, vista desde arriba, ya
una quimera: toda traducción que podamos hacer de sin suela. Como si en el anx se hubiera completado
los textos legados por las civilizaciones antiguas se el discurrir de la existencia y, por ende, la base del
vuelve torpe y pierde frescura, al verse desnudada, calzado se hubiese deshilachado hasta desaparecer
cada palabra, de las connotaciones y denotaciones totalmente. Se nos muestra, entonces, la vida como
que en su cultura de origen saltarían a la vista y que un proceso, del cual cada vez resta menos según la
para nosotros resultan inimaginables. Más que tra- vamos viviendo, lo mismo que la suela se desgasta
ducciones, se trata de auténticos “artefactos egipto- según se camina. Y cuando esta suela desaparece
lógicos”, apelando a la expresión acuñada por el teu- por completo, como en el signo S34, la vida llega
tón Jan Assmann (1938) para referirse a la forma en a su momento culminante, justo antes de empren-
que transliteramos y pronunciamos el antiguo egip- der el viaje al más allá. No en vano, rizando más
cio y que, no cabe duda alguna, dista bastante de la y más esta alegoría, los faraones llegaron a crear
sonoridad real que antaño, cuando todavía estaba SDUDVXVKRPEUHVGHPD\RUFRQ¿DQ]DHOFDUJRKR-
viva, hubo de tener esta lengua, hoy por hoy muerta. QRUt¿FRGHSRUWDVDQGDOLDVGHO5H\(VWRVFRUWHVDQRV
se encargaban de acompañar y guiar al monarca en
Es posible que la palabra pr, “casa, morada”, escrita sus decisiones, en sus pasos, en sus discursos, en
sobre los murales de una tumba en el Valle de los VX DJHQGD R¿FLDO HQ VX YLGD S~EOLFD« 'H DKt TXH
Reyes por los artesanos de Deir el-Medina, recrease los portasandalias llevasen anudado al cuello un pe-
para sus autores la imagen mental de las viviendas queño cajetín con el sello del faraón, a propósito de
de este mismo poblado, cuyo diseño conocemos HVWDPSDUVX¿UPDHQWRGRVORVGHVLJQLRV\PDQGDWRV
bastante bien gracias a las excavaciones arqueo- reales.
lógicas practicadas en este yacimiento. ¿Pero esta
misma palabra, pr, tallada sobre las mastabas de la Resulta del todo imposible e impensable trasladar
IV Dinastía en Guiza, no habría hecho alusión al ur- esta cosmovisión al papel, cada vez que translitera-
banismo prototípico de la aldea de los constructores mos el signo S34 en una frase y nos vemos obligados
de las pirámides, descubierta en 1998 por Mark Le- a traducirlo simplemente como “vida”. Y exactamen-
hner (1950)? Es más, las lecturas “casa” y “morada”, WH OR PLVPR RFXUUH FRQ HO UHVWR GH ORV MHURJOt¿FRV
que solemos utilizar de forma indistinta, evocan reali- VREHUELDPH]FODGHHVFULWXUDDOIDEpWLFDHLGHRJUi¿FD
dades muy diferentes, cada una con sus peculiarida- que trajo de cabeza a aquel genio que osó descifrar-
des: “casa” parece limitarse a nombrar la estructura la y a todos aquellos que trataron lo mismo con dis-
DUTXLWHFWyQLFD DO HGL¿FLR HQ Vt PLHQWUDV ³PRUDGD´ tinto éxito. Ante este sesgo, lo idóneo desde el punto
implica un uso habitacional para dicha construcción, de vista semiótico sería que cada traductor, antes
llegando a manifestar, incluso, una implicación per- de llevar a cabo su particular traducción, desvelase
sonal entre el habitante y el habitáculo, al aportarle el en base a qué tipo de referentes socioculturales ha
calor y el sentimiento de lo hogareño. ¿No ocurre lo condicionado la lectura de los textos en lengua ver-
mismo con anx, “vida”? ¿Hubo de representar lo mis- nácula de cara a la reconstrucción de los mismos
mo la “vida” para aquellos mineros que se la jugaban en una lengua extranjera. Por ejemplo, todavía en
a diario trabajando a duras penas entre las escarpa- la actualidad los cristianos de todo el orbe terráqueo

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Ruinas de Troya, en la península de Anatolia.
| iStock.

practican el belenismo, reconstruyendo cada 25 de restaurar su sentido primigenio. Pues un texto sin
diciembre un diorama donde se muestra la escena contexto, no es más que un pretexto.
del nacimiento de Jesús de Nazaret en un establo.
Se debe a que, cuando San Jerónimo (340-420) ver- 1RKD\TXHROYLGDUTXHOD¿QDOLGDGGHFXDOTXLHUSUR-
tió la Biblia a la lengua del Tíber, por orden del Papa ceso comunicativo es la acertada comprensión del
San Dámaso I (304-384), la conocida Vulgata Latina, mensaje por parte de su receptor. Pero que ésta sea
utilizó la palabra praesepium, pesebre, para referirse la vocación de un mensaje no equivale a que siem-
al espacio donde fue depositado Jesús de Nazaret pre satisfaga su cometido: de ahí que al paradigma
WUDV VX QDFLPLHQWR 6LHQGR ¿HOHV DO JULHJR GH VLQD- de Lasswell se haya añadido un elemento denomina-
goga semítico en que está escrito el Evangelio se- do “ruido”, cuya función no es otra que entorpecer la
gún San Mateo, la frase se leería algo así como “lo FRPXQLFDFLyQ\DVHDGL¿FXOWiQGRODHQSDUWH\DVHD
acostó en un abrevadero, por no haber otro sitio en interrumpiéndola por completo. Un corte de energía
la estancia”, si bien la lectura que ha perdurado es en el suministro eléctrico que deja en suspenso la
“lo colocó en un establo, por no haber otro lugar en la emisión de un programa de televisión, un goterón
posada”. Dos mil años después de su redacción, dis- de tinta que emborrona varias líneas de un pergami-
WLQWRVUHIHUHQWHVKDQLQVSLUDGRGLVWLQWRVVLJQL¿FDQWHV no, un accidente aéreo que destruye todo el correo
OR PLVPR TXH GLVWLQWRV VLJQL¿FDQWHV KDQ SURGXFLGR SRVWDODERUGR«(OUXLGRQRVHUH¿HUHVRODPHQWHDO
GLVWLQWRVVLJQL¿FDGRV'HDKtTXHODWUDGXFWRORJtDVH estruendoso sonido del martillo hidráulico de una re-
haya convertido en estudio universitario, especial- troexcavadora opacando una conversación hasta el
mente vinculado a las relaciones internacionales, a punto de convertirla en un diálogo de besugos: rui-
¿QGHHYLWDUFXDOTXLHUFULVLVGLSORPiWLFDFDXVDGDSRU do también es lo que se produce cada vez que un
XQ LQVLJQL¿FDQWH \ IiFLOPHQWH HQPHQGDEOH HUURU GH referente extraviado, o directamente desconocido,
traducción o de interpretación. Y, aunque no vaya conduce a un error de traducción o de interpretación.
a estallar ninguna beligerancia entre nosotros y los La arqueología en general, y la egiptología en parti-
antiguos egipcios, no estaría de más, aprovechando cular, no es ajena a este tipo de ruidos. El magnate
el carácter multidisciplinar de la arqueoastronomía, prusiano Heinrich Schliemann (1822-1890) no des-
sumarle también el campo de la semiótica, al me- cubrió las ruinas de Troya por azar: desde su niñez
QRVDODKRUDGHUHGH¿QLU\FODUL¿FDUORVUHIHUHQWHV estuvo convencido de que los escenarios homéricos
de aquellos discursos de naturaleza astronómica, ya descritos en la Ilíada estaban asociados a un refe-
sea a nivel textual o subtextual, que contribuyan a rente real, mientras que para la mayoría de los histo-

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riadores decimonónicos estos paisajes y paisanajes dad de Sidney, Nicola Harrington, al observar que los
formaban parte únicamente de un relato mítico cuyo restos óseos de sus propietarios comparten lesiones
UHIHUHQWH¿FFLRQDOKDEUtDEURWDGRGHODLPDJLQDFLyQ típicas de bailarines profesionales, es de la opinión
del más célebre de los aedos de la Época Arcaica de de que se trataría de miembros de una comunidad al
Grecia. La perspectiva de estos otros académicos, servicio de los dioses, actuando entonces tales toca-
su enfoque personal, constituyó un ruido entre ellos dos como iconos distintivos de su condición. No falta
mismos y los versos de Homero. en este nuevo repertorio de soluciones el argumento
de la fecundidad: ³2WUD¿QDOLGDGGHORVFRQRVSRGUtD
Valgan también como muestra los mal llamados co- estar relacionada con la fertilidad o la sensualidad
nos de perfume. En las pinturas murales de los ente- femeninas, ya que su iconografía, por lo menos en
rramientos del antiguo Egipto no es extraño localizar Amarna, aparece asociada a escenas de carácter fa-
a algún personaje luciendo, sobre su cabeza, un to- miliar y de nacimiento. También en el yacimiento han
cado cónico de tonalidad macilenta que, durante lar- aparecido estatuillas que representan mujeres des-
gos años, se ha tenido por una porción de grasa o de nudas portando dichos elementos. «La rareza de los
cera aromática cuyo derretimiento, por causa de la conos, su asociación con, al menos, una mujer adul-
temperatura ambiente o con el propio calor corporal, ta y las preocupaciones centradas en la familia en
OLEDUtDVREUHVXSRUWDGRUGHIRUPDSDXODWLQDXQHÀX- los cultos personales en el antiguo Egipto convierten
vio suave y refrescante. Ahora bien, la reciente apa- la fertilidad y el remedio a los problemas vinculados
rición de un par de estos objetos en sendos esquele- a ella en un intento de explicación de la presencia de
tos de la necrópolis sur de Amarna ha puesto en tela los conos en estos enterramientos», concluyen los
de juicio la explicación tradicional: “Los objetos fue- autores de este interesante estudio” (Muñoz, 2020).
ron sometidos a un análisis espectroscópico con un Diáfano ejemplo de cómo el acceso al referente ori-
equipo portátil que reveló que no eran sólidos, sino JLQDO SXHGH DOWHUDU OD VLJQL¿FDFLyQ DWULEXLGD D WRGD
huecos, y estaban elaborados, casi con seguridad, una categoría de objetos.
con cera de abejas. Los análisis, sin embargo, no han
permitido hallar restos de ninguna esencia en ellos” Hallazgos similares ocurren con relativa frecuencia
(Muñoz, 2020). Se han sugerido nuevas respuestas, en instituciones museísticas de todo el planeta, a
conectando estos conos con la reforma religiosa de causa de la errónea catalogación de reliquias his-
Ajenatón, apelando al enclave donde han sido loca- tóricas o la inadecuada elucidación sobre su uso y
lizados. Por su parte, la arqueóloga de la Universi- VLJQL¿FDGR 7RPDQGR HQ FRQVLGHUDFLyQ HVWD SUHFD-

Varias mujeres, portando conos de perfume. | Werner Forman.

 | Egiptología 2.0
riedad en la lectura de los mensajes antiguos, es in- cas que sus dogmas de fe traen aparejados median-
dubitable que, en el intervalo de más de tres milenios te la legislación mosaica.
y medio que nos separa de la confección del Libro
de los Muertos, ruidos similares habrán ensombreci- No obstante, yendo más allá de esta primera lectu-
GRHOVLJQL¿FDGRGHPXFKDVGHVXVIUDVHVKDELHQGR ra, el egiptólogo alemán Rolf Krauss (1941) propu-
ocurrido otro tanto en multitud de textos mágico-re- so una lectura en clave astronómica, que conseguía
ligiosos del antiguo Egipto. No se trata de atacar a dotar de coherencia interna a muchos de los pasajes
los traductores ni a sus resultados, sino de enfatizar que con anterioridad resultaban bastante oscuros y
la complejidad de su trabajo y las trabas a las que que, ahora, ya no parecerían serlo tanto, gracias a
estos profesionales se enfrentan al pretender redes- la publicación de Astronomische Konzepte und Jen-
cubrir y conectar con el mensaje original, haciendo seitsvorstellungen in den Pyramidentexten. Como en
auténticos esfuerzos para conseguir el mayor de los un antiguo aparato de radio, donde el dial se despla-
UHVSHWRV\ODPD\RUGHODV¿GHOLGDGHVKDFLDVXVLJ- za por un amplio rango de frecuencias, la emisión
QL¿FDGR(VXQSDQRUDPDIUXVWUDQWHGRQGHODFRMHUD solamente se puede sintonizar correctamente cuan-
del triángulo semiótico por causa de la pérdida del do el dial coincide con la frecuencia exacta en la que
referente se asemeja a la de un trípode, incapaz de se está emitiendo la transmisión, mientras que en las
mantener el equilibrio luego de que se le haya roto frecuencias restantes solamente se logra escuchar
uno de sus tres puntos de apoyo. Es aquí donde ruido blanco. Pues bien, cuando el traductor de un
más actúa el savoir faire de cada traductor, al suplir escrito mágico-religioso del antiguo Egipto ubica su
y compensar esta cojera, remendando el contexto campo referencial en el ámbito de la astronomía, los
LQYLVLEOHD¿QGHYROYHUORYLVLEOHSDUDTXHODWUDGXF- mensajes cobran, de repente, un sentido comple-
ción resulte lógica y coherente consigo misma: sin mentario que mejora notablemente comprensión del
duda, su experiencia previa lo ayuda, pero también texto en su conjunto. Cada vez que las inscripciones
lo condiciona, a la hora de recuperar y desentrañar mencionan al dios Ra, la mente del lector se deba-
el espíritu primigenio del texto o, al menos, lo que el WHHQWUHGRVSRVLEOHVUHIHUHQWHVSULPHURXQD¿JXUD
propio traductor considera que debería ser el espíritu hieracocéfala, con un orbe solar sobre su cabeza;
primigenio del texto, sabiendo que no es lo mismo segundo, el Sol, simple y llanamente. Otro tanto su-
un texto religioso, que uno médico, uno matemático, cede ante cada alusión a Osiris, donde las opciones
uno novelesco o uno poético… En gran medida, el lo sitúan entre una silueta humana, con la piel teñi-
género literario orienta la clave de cifrado a través de da de verde, envuelta en un sudario y ataviada con
la cual se debe efectuar el desciframiento, ponien- los atributos de poder, o la constelación de Orión.
GRGHPDQL¿HVWRORVLQWHUHVHVGHODXWRU\OD¿QDOLGDG Y así sucesivamente, con los distintos personajes
con que se le presenta un mensaje al lector. Aunque del panteón egipcio. Aquí se ha preferido siempre
a veces, un profundo conocimiento sobre el género la segunda alternativa –la cosmocéntrica-, frente a
OLWHUDULRHQFXHVWLyQQRUHVXOWDVX¿FLHQWHSDUDFRP- la primera –la antropocéntrica-, considerando que la
pletar exitosamente esta tarea. astronomía ha demostrado ser una de esas frecuen-
cias que nos permiten ponernos en perfecta sintonía
Han pasado más de dos décadas desde la primera con el pensamiento de los antiguos egipcios: el refe-
vez que leí los Textos de las Pirámides¸ otro tanto rente (la idea subyacente) que faltaba para comple-
con los Textos de los Sarcófagos y el Libro de los tar un triángulo semiótico donde ya teníamos media-
Muertos y, bajo su capa de literalidad, sigue dándo- QDPHQWHFODURVORVVLJQL¿FDQWHV ODVSDODEUDV \ORV
me la impresión de que muchas de sus descripcio- VLJQL¿FDGRV ODVDFHSFLRQHV 
nes evocan una realidad que trasciende más allá de
ORFRWLGLDQR8QDQiOLVLVVXSHU¿FLDOGHVXVOtQHDVSR- 7UDVORVSDVRVGH6HQHQPXW
dría arrojar, de buenas a primeras, que no es mucho
Hecha esta aclaración sobre la necesidad de ana-
lo que en ellas se puede descubrir acerca de la vida
lizar los textos discursivos sobre astronomía en el
diaria en el antiguo Egipto; incluso, para consistir en
antiguo Egipto tomando en consideración la cons-
un compendio de carácter religioso, las menciones a
WUXFFLyQGHPHQVDMHV\ODFUHDFLyQGHVLJQL¿FDGRV
las deidades del panteón egipcio resultan caóticas y
SRGHPRV VXPHUJLUQRV HQ XQ HMHPSOR HVSHFt¿FR \
hasta tangenciales. Se podría decir, más bien, que
tratar de sustraer la semiótica subyacente. Para el
los Textos de las Pirámides conforman un pastiche
caso, qué mejor que uno de los primeros testimo-
de ideas religiosas, puestas en boca del faraón di-
nios arqueoastronómicos de carácter explícito: la
funto, de cara a orientar el rumbo de sus pasos en
techumbre astronómica de la tumba secreta de Se-
el más allá; a diferencia, por ejemplo, de la Teogonía
nenmut en Deir el-Bahari. Más allá de los elementos
de Hesíodo, donde de forma organizada, siguien-
ornamentales de este hipogeo, tal monumento en sí
do una estructura cohesionada, se narra la historia
mismo ha espoleado la imaginación de los investi-
de las estirpes divinas de la mitología griega; o del
gadores, pues extraña que Senenmut, factótum de
Pentateuco, a través del cual se establece el origen
Tebas en tiempos de la XVIII Dinastía, mandase ex-
legendario de la religión hebrea, así como las prácti-

Egiptología 2.0 | 91
tre ambos espacios, puede ponerse en concurso con
la persecución sufrida por la memoria de Hatshepsut
D ¿QDOHV GHO UHLQDGR GH VX KLMDVWUR SHUtRGR GXUDQ-
te el cual también se habría vandalizado cualquier
vestigio que ensalzase al valido de la reina, como
cómplice necesario de sus políticas.

Antes de proseguir, cabe ofrecer algunas pinceladas


sobre la biografía de Senenmut que ayuden a esbo-
zar la difusa imagen que de él nos ha llegado. Hubo
de ser un hombre de orígenes humildes, teniendo en
cuenta que sus progenitores, Ramose y Hatnefer, no
SUHVXPHQGHQLQJ~QWtWXORKRQRUt¿FRHQVXVHSXOWX-
ra, descubierta intacta en Sheij Abd el-Qurna durante
la temporada arqueológica de 1935-1936, gracias a
los trabajos de Hayes y Lansing, bajo el mecenazgo
del Metropolitan Museum of Art de Nueva York. El
hecho de pertenecer a un escalafón bajo dentro de
la pirámide social egipcia no parece haber supues-
to un inconveniente irresoluble de cara al ascenso
y encumbramiento que acabaría protagonizando, al
erigirse como uno de los miembros más destacados
GHODFRUWH\PiVLQÀX\HQWHVGHOSDtVHQWHUR(QDO-
gún momento dado, sus dotes y cualidades debieron
de llamar la atención de sus superiores, aupándolo
entonces a la dignidad de “gobernador de la casa
de la hija real” de Aajeperkara Tutmosis I, esto es,
Hatshepsut, cuando todavía era princesa de Egipto.
Senenmut, en el Staatliches Museum Ägyptis- Este nombramiento ha llevado a pensar que Senen-
cher Kunst, de Munich. | Wikimedia Commons. mut habría hecho carrera hasta las altas instancias
militares, pues la preceptoría de los hijos reales so-
cavar, por separado, su cámara mortuoria (DB353) y lía adjudicarse a aquellos compañeros de armas del
su capilla funeraria (TT71), emplazando ésta última faraón que se habían distinguido a su servicio en el
en la necrópolis de Sheij Abd el-Qurna, cerca del en- campo de batalla, dando visos de su clarividencia
terramiento donde habían sido inhumados su padre como estrategas y de su arrojo en el uso de la espa-
y madre. La capilla es conocida desde tiempos an- da contra el enemigo.
tiguos: el deterioro es tal que apenas subsisten de
su decoración algunos fragmentos del techo, a base La precoz muerte de Tutmosis I hubo de situar en el
de hermosos motivos geométricos, con rombos y trono a un faraón relativamente joven e inexperto,
espirales que invitan a la memoria del espectador todavía falto de nervio y temperamento, Aajeperenra
a merodear por el arte minoico, como si estuviesen Tutmosis II: es más, el nuevo rey pasaba a ostentar
inspirados en los frescos del palacio de Cnosos. En HOFHWUR\HOÀDJHORUHDOFRPRFRQVHFXHQFLDGHXQD
ORWRFDQWHDODWXPEDHVWiFDPXÀDGDHQHOLQWHULRU funesta carambola del destino, con razón de haber
del circo rocoso de Deir el-Bahari, en el fondo de una perecido previamente dos de sus hermanos mayo-
antigua mina de arcilla, varios metros por debajo del res, Amenmose y Wadjmose, a él antepuestos en la
nivel de la planicie, cerca del muro perimetral que línea sucesoria. A resultas de esta coronación, los
delimita la primera sección de los jardines aterraza- hombres fuertes de su padre se hubieron de hacer,
dos del Dsr Dsrw, “lo sublime de entre lo sublime”. El probablemente, todavía más fuertes y, entre ellos, el
pasaje desciende con una pendiente próxima a 25º, propio Senenmut que, medraría hasta el punto de
adentrándose en el subsuelo unos sesenta metros ver actualizadas sus funciones, convirtiéndose en-
hasta llegar a la cámara ‘A’, la cual “contiene mapas tonces en “administrador de los bienes de la Gran
del cielo y representaciones astronómicas. Además Esposa Real”. Pero el mandato de Aajeperenra Tut-
GH VX VLJQL¿FDGR VLPEyOLFR TXH LPSOLFD HO DVFHQ- mosis II tampoco se extendió demasiado en el tiem-
so del alma de Senenmut al círculo inmortal de las po, muriendo éste antes de lograr un hijo varón de
HVWUHOODV ¢SRGHPRV D¿UPDU TXH HYRFDQ ORV FRQR- su matrimonio con su hermana y Gran Esposa Real,
FLPLHQWRV FLHQWt¿FRV GHO PDHVWUR GH REUDV"´ (Jacq; Hatshepsut. Solamente les nació una hija, la prince-
1998:89). El penoso estado de conservación que sa Neferura, a cuya sangre quedaba ligada la futura
presenta este doble enterramiento, el cual funciona- legitimidad del trono de Egipto y con la que, segura-
ría como una unidad a pesar de la distancia física en- mente, estaba destinado a desposarse el primogéni-

92 | Egiptología 2.0
Hatshepsut ofreciendo vino.
| Metropolitan Museum of Art. Egiptología 2.0 | 93
to de los hijos del faraón surgido de su concubinato
con otra de las esposas secundarias del harén real, a
saber, el príncipe Tutmosis III, luego coronado como
Menjeperra. Pero ambos, tanto Tutmosis III como la
princesa Neferura, se encontraban a la muerte de su
padre en la más tierna de las infancias, obligando a
la constitución de un consejo de regencia presidido
por la propia viuda del faraón, Hatshepsut, la cual
encarnó el nuevo rostro del poder en Egipto.

Este hito marcaría un antes y un después en la tra-


yectoria de Senenmut, pues desde aquel instante su
protegida no paró de colmarlo de favores, ofrecién-
dole las más altas facultades potestativas con las
que un plebeyo jamás podría haber soñado: “Eran
muchos los títulos de los que era portador; único
amigo, servidor de Maat, el que conoce los secre-
tos de Amón y del santuario, gobernador de la casa
del faraón, el que conoce los misterios de la casa de
la mañana, maestro de obras de todas las construc-
ciones del faraón, encargado de graneros, campos,
rebaños y jardines de Amón. De este gran personaje
de múltiples responsabilidades se dice que pronun-
FLDEDSDODEUDVEHQH¿FLRVDVSDUDHOUH\TXHSRVHtD
la facultad de expresarse con rectitud, sabía guardar
silencio cuando convenía y que le hicieran partícipe
de los secretos de Estado. No cabe ninguna duda
TXH6HQHQPXWIXHHOFRQ¿GHQWHGH+DWVKHSVXW\XQR
de sus principales ministros” (Jacq; 1998:88). Como
UHVSRQVDEOHGHODHGXFDFLyQGH1HIHUXUDVXLQÀXHQ-
cia estaba destinada a dejar huella en las generacio-
nes venideras; como tesorero real, la economía del
estado egipcio quedaba bajo su supervisión; como Senenmut, tomando medidas con la cuerda del
máxima autoridad administrativa del clero de Amón, agrimensor. | Dagli Orti / Art Archive.
los gastos e ingresos de sus recintos sagrados que-
darían en concurso y complementariedad con los a partir de más de un millar de pequeños fragmen-
de la corona; como gobernador de palacio, no se tos, como si de un enorme puzzle de piedra en tres
le escapaba ninguno de los movimientos efectua- dimensiones se tratase.
dos por el resto de cortesanos –ya fuesen aliados o
La meteórica carrera de Senenmut, desde la in-
competidores-; como supervisor de los trabajos rea-
trascendencia de un plebeyo a la autoridad de un
les, controlaba la imagen pública que la reina-faraón
estadista, y desde la reverenciación absoluta hasta
transmitía a su pueblo a través de sus obras. Pero
el más absoluto y destructivo de los desprecios, ha
como visir, su ideario y consejos llegarían a ejercer
invitado a pensar a numerosos estudiosos que de-
un ascendente especial sobre las decisiones toma-
trás de tal anomalía subyace una secreta historia de
das por Maatkara Hatshepsut en el ejercicio de su
amor. Así, se ha querido reconocer en Senenmut a
regia labor. En otras palabras, en los 16 años en que
un indiscreto amante de la reina, conspirando entre
Senenmut se mantuvo en primera línea de poder, el
EDPEDOLQDVD¿QGHGHVKDFHUVHSULPHURGH7XWPRVLV
sustancial acúmulo de cargos ejecutivos le permitió
,,±RUTXHVWDQGRVXSUHPDWXUR¿QDO\OXHJRGH7XW-
desenvolverse a ojos de los egipcios como un “ver-
mosis III –menguando o, directamente, anulando las
dadero rey sin corona”. Y, como “verdadero rey sin
competencias del rey niño mediante la metamorfosis
corona”, fue el único egipcio de la XVIII a quien se
de Hatshepsut, desde regente hasta soberana-, todo
le permitió disponer para sí mismo de un sarcófago
HOOR SDUD FHUWL¿FDU HO DVFHQVR GH OD KLMD TXH D HV-
de cuarcita –privilegio exclusivo de los reyes y sus
paldas del pueblo, Senenmut habría engendrado en
consortes- siguiendo el mismo esquema decorativo
el útero de Hatshepsut, atribuyendo mentidamente
de un auténtico sarcófago faraónico. Este elemen-
la paternidad de esta criatura al faraón difunto. Es
to fue objeto de la más brutal de las iras: la expedi-
una de las lecturas que se ha querido extraer de las
ción patrocinada por el Metropolitan Museum of Art
cariñosas representaciones de Senenmut y su discí-
de Nueva York, en cuyas dependencias se conserva
pula, como la de granodiorita expuesta en el British
(Número de acceso: 31.3.95), hubo de reconstruirlo

94 | Egiptología 2.0
Museum de Londres (EA174) o la estatua-cubo de
granito que exhibe el Ägyptisches Museum de Berlín
(Inv. 2296). Ahora bien, esta folletinesca versión de
su vida es producto de la concepción romántica de la
historia, a la que tanto apelaron los historiadores del
siglo XIX y del primer tercio del siglo XX, a la hora de
rellenar aquellas lagunas a las que no dan respuesta
las fuentes documentales, lo mismo que también se
pergeñó una rocambolesca novela para responder
al misterio de la tumba intacta, pero sin momia, de
la reina Hetepheres en Guiza (Jacq; 1998:38-39) o
que se teorizó sobre la relación pasional tenida entre
la reina Nefertiti y el escultor Dyehutymose, luego de
que el egiptólogo berlinés Ludwig Borchardt (1863-
1938) descubriese el fabuloso busto de la soberana
en su taller, endosando a este artesano la paternidad
de las dos hijas menores de la pareja real de Amar-
na e incriminando a este DႇDLUH amoroso la caída
en desgracia de Nefertiti y la de su favorito (Rachet;
1995:189).

3DUDHQWHQGHUELHQOD¿JXUDGH6HQHQPXWKD\TXH
comprender previamente la excepcionalidad de su
época. En el milenio y medio que separa las dinas-
tías I y XVIII, muy pocas mujeres se habían desen-
vuelto en el papel de reina-faraón y tan solamente
una de ellas con plena certeza: Sebekkara Sebekne-
feru, última gobernante de la XII Dinastía. Por ello, la
iconografía del faraón estaba, a base de costumbre
\ GH UHSHWLFLyQ OLJDGD H LQVSLUDGD HQ OD ¿VRQRPtD
masculina, tal que Hatshepsut hubo de adoptar un Senenmut, como tutor de la princesa real
aspecto rayano en lo hermafrodita para su repertorio Neferura. | Eric López Contini.
HVFXOWyULFR FRPR VH YHUL¿FD UiSLGDPHQWH HFKDQGR
un vistazo a los famosos colosos osiríacos de Deir ción de la masculinidad de Hatshepsut, absorbiendo
el-Bahari, tocados con la barba ritual. Esta exacerba- el paradigma que la precedía en el trono, tuvo un
claro objetivo sociopolítico: el de encajar al máximo
con un puesto diseñado por hombres para un hom-
bre, sin renunciar del todo a su femineidad. “En su
condición de Gran Esposa Real, la reina Hatshepsut
estaba casada con Tutmosis II; en su condición de
faraón debía reconstituir una pareja real. Sin embar-
JR +DWVKHSVXW QR OOHJy D FDVDUVH ¢VLJQL¿FD HVR
que traicionó la regla principal de la institución faraó-
nica, según la cual ésta debía encarnarse en un mo-
narca y una gran esposa real? De ninguna manera.
Lo que ocurre es que todos los faraones masculinos
reinaron en compañía de una esposa ritual, mientras
que las mujeres faraones permanecieron ‘solteras’.
Al ascender al rango de reyes, adquirían la condición
de hombre, siendo ellas mismas su propia esposa
y constituyendo en sí mismas la pareja real” (Jacq;
1998:86). En esta logia masculina, donde ella hubo
de ser percibida como un elemento discordante, y
hasta transgresor, tuvo que echar mano de aquellos
hombres a los que mejor conocía y de los cuales con-
WDEDFRQODVHJXULGDGGHTXHVXFRQ¿DQ]DHVWDUtDD
buen recaudo. Y Senenmut, como administrador de
Rostro de Hatshepsut, con la barba ritual. los bienes de Hatshepsut en tiempos de Tutmosis II,
| Araldo de Luca. era uno de estos hombres. Ya por amistad sincera,

Egiptología 2.0 | 95
ya por simple adhesión, con amor secreto o sin él,
con hija espuria o sin ella…

6HDFRPRIXHUHOD¿JXUDGH6HQHQPXWVHGHVYDQH-
ció hacia el año 16 del reinado de Hatshepsut: fue
un annus horribilis para la soberana egipcia, en que
perdió a tres de sus más allegados y férreos apoyos
en la corte. Junto a Senenmut también se esfumaron
de los registros escritos la princesa Neferura, sueño
de perdurabilidad de la dinastía; así como el Sumo
Sacerdote de Amón, Hapuseneb, mano derecha de
la reina en los asuntos teológicos y posible ideólo-
JR GH OD WHRJDPLD D ¿Q GH OHJLWLPDU VX HQWURQL]D-
ción, primero mediante el dictamen oracular del dios
Amón, asegurando luego que había sido esta misma
divinidad la que, adoptando el cuerpo de Tutmosis I,
depositara en el vientre de su consorte la semilla de
la que nacería Hatshepsut. Por lo general, en las ins-
cripciones del antiguo Egipto, la súbita desaparición
de algún personaje suele ser sinónima de su muerte,
atendiendo a que rara vez se listaban los nacimien-
tos o defunciones de forma expresa. Se deduce que
la reina-faraón no solamente tuvo que simultanear
la ausencia de sus tres principales baluartes y más
acérrimos colaboradores, sino que enfrentarse en
solitario al declive del régimen que gracias a ellos
había instaurado, todo ello en paralelo a su propio
TXHEUDQWRItVLFRHOH[DPHQGHODPRPLDLGHQWL¿FD-
da como Hatshepsut (KV60a) muestra a una mujer
Estatua Ka de Hapuseneb, en el Museo Civico calva y obesa, enferma de diabetes y con una pési-
Archeologico de Bologna (KS 1822). ma salud bucodental, que parece haber sucumbido
| Museo Civico Archeologico. a consecuencia de un cáncer de mama, o tal vez de
hígado, probablemente derivado, o cuando menos
empeorado, por los agentes cancerígenos detecta-
dos en las lociones y afeites que sus sirvientas le
aplicaban como parte de sus continuos tratamientos
dermatológicos, a los que Hatshepsut se sometía
para suavizar la picazón que sufría por mor de un
mal cutáneo, quizás eczema, puede que psoriasis.
Los últimos años de su reinado se antojan un cami-
QRHVSLQRVRSHUIHFWRUHÀHMRGHODGHFDGHQFLDGHVX
vigor físico y la pérdida de su protagonismo político,
fagocitado gradualmente por su sobrino, a medida
que se fueron estrechando en torno a él los verdade-
ros círculos de poder.

(O³3UR\HFWR6HQHQ0XW´

'HVSXpV GH HVWD VRPHUD DSUR[LPDFLyQ D OD ¿JXUD


Senenmut, cabe pasar revista al entorno constructi-
vo donde se inserta la techumbre astronómica objeto
del presente estudio, analizando el mausoleo en su
conjunto, con antelación a sumergirnos de lleno en
HO PHQVDMH HVSHFt¿FR FRQWHQLGR HQ VX cámara ‘A’.
La llamada tumba secreta de Senenmut (DB353) fue
descubierta por el egiptólogo norteamericano Her-
bert Eustis Winlock (1884-1950) durante la campaña
Estatua cubo de Senenmut, con Neferura.
de excavaciones promovidas por el Metropolitan Mu-
| Wikimedia Commons. seum of Art de Nueva York, en la temporada 1925-

96 | Egiptología 2.0
personaje. No obstante, el aspecto inacabado que
VHDGYLHUWHHQHOSURJUDPDLFRQRJUi¿FRGHHVWH\D-
cimiento, así como el hallazgo del sarcófago en un
terrible estado de fragmentación, alrededor de la
capilla de Senenmut en Sheij Abd el-Qurna (TT71),
parecen contrariar la posibilidad de que la DB353
VHOOHJDVHDXWLOL]DU¿QDOPHQWHFRPRHWHUQROXJDUGH
reposo para los restos mortales Senenmut. Que el
óbito del visir se feche hacia el año decimosexto de
Hatshepsut, a falta de un lustro para la conclusión de
su reinado, no obstaculizaría, a priori, la categoría y
dignidad de sus honras fúnebres, como quizás sí po-
dría haber sucedido si a la sazón el trono lo ocupa-
se, ya en solitario, Tutmosis III. Con independencia
de la época en que fue perseguida drásticamente la
memoria de Senenmut, los planos de la DB353 se
hubieron de bosquejar mucho antes, estando vivo,
cuando gozaba de una especial preeminencia sobre
el resto de la corte. Como tal, y por lógica, si la cá-
mara ‘C’ contiene el nicho, la cámara ‘B’ tuvo que
proyectarse, cuando menos en la mente del artista,
como antecámara destinada a almacenar los distin-
tos elementos del ajuar funerario de su propietario.

Pero, ¿qué se sabe entonces sobre la funcionalidad


de la cámara ‘A’? Desde luego, este espacio consti-
tuye una llamativa excepción con respecto al resto
del hipogeo: “Está completamente decorada y en sus
DB353, a las puertas del recinto sagrado de
muros están esculpidos en relieve inciso, en general
Deir el-Bahari. | Michael J. Fuller.
en columnas verticales, textos seleccionados de los
1927. Se trata de una sucesión de tres corredores Textos de las Pirámides, Textos de los Féretros (o
escalonados, ‘a’, ‘b’ y ‘c’, cada uno de los cuales Sarcófagos), Libro de los Muertos, y otros especial-
FRQGXFH D XQD FiPDUD LGHQWL¿FDGD FRQ OD OHWUD HQ mente redactados para ser inscritos en este monu-
mayúscula de su correspondiente corredor de acce- mento. En el muro oeste hay esculpida una estela de
so, ‘A’, ‘B’ y ‘C’, de las cuales arranca el siguiente falsa puerta. La cámara posee dibujado en el techo
pasillo. En total, se adentra 97’36 metros en el ma- con tintas negra y roja un mapa celeste que muestra
cizo rocoso, alcanzando una profundidad máxima las constelaciones septentrionales y meridionales,
GH¶PHWURVEDMRODVXSHU¿FLH'HODVWUHVVDODV los decanes, ciertas estrellas y cuatro planetas, así
principales, las dos últimas cámaras son anepígra- como la representación de los doce meses lunares
fas, otorgándole a este entorno la apariencia de ha- del calendario egipcio. Se trata del techo astronómi-
ber quedado inconcluso. De entre ambas, hubo de co más antiguo del mundo, que se conoce” (Martín
ser la ‘C’, cubierta por una bóveda de cañón, la que Valentín y Bedman; 2009). Como veremos, nada,
VH SODQL¿FDUtD FRPR OHFKR VHSXOFUDO GH 6HQHQPXW absolutamente nada en su decoración es fruto de la
disponiendo para él un pozo funerario, ubicado en casualidad.
la esquina noreste, que se hunde 1’43 metros más
bajo el suelo de la cámara. Aunque el acceso a la La intervención más reciente y exhaustiva en la tum-
DB353 está fuera del recinto sagrado de Hatshepsut ba de Senenmut ha sido la practicada por la misión
en Deir el-Bahari, la última sección de esta tumba se arqueológica española, capitaneada en su día por el
encuentra bajo la vertical de la primera terraza de Instituto de Estudios del Antiguo Egipto de Madrid,
dicho templo; concretamente, las cámaras ‘B’ y ‘C’, bajo la batuta de Francisco Javier Martín Valentín y
HOWUDPR¿QDOGHOFRUUHGRUµE¶\HOFRUUHGRUµF¶tQWHJUR de Teresa Bedman. Se encargarían de codirigir y lle-
Teniendo en cuenta que Senenmut no solamente var a buen puerto el “Proyecto Sen-en-Mut (TT353)”,
coordinó los trabajos de construcción de su propia HQWUH\D¿QGHSRQHUHQYDORUHVWHHQWH-
WXPEDVLQRTXHIXHHODUWt¿FHGHOGLVHxRGHODsr Dsrw, rramiento y por requerimiento formulado en 2001 por
en absoluto pudo ser ajeno a esta circunstancia. los responsables del Supreme Council of Antiquities
of Egypt. En horizonte, “las prioridades de las autori-
No hay duda de que la cámara ‘C’ se concibió como dades egipcias eran reexcavar y limpiar de restos el
recipiente del sarcófago de Senenmut, con la premi- interior del hipogeo, depositados allí por las inunda-
sa de salvaguardar en su interior el féretro de este ciones sufridas en la zona a causa de las tormentas

Egiptología 2.0 | 97
parte subterránea excavada en la montaña del mo-
numento funerario del rey Mentu-Hotep II (Neb-he-
pet-re), (2055-2004 a.C.), en Deir El Bahari (TT 281)”
0DUWtQ 9DOHQWtQ \ %HGPDQ  $O WRSRJUD¿DU OD
zona para elaborar la planimetría geofísica, la misión
española se percató de la presunta desviación del
eje longitudinal de la DB353, en comparación con la
alineación idéntica que presentan los demás templos
de este enclave, ya sean los mandados levantar por
Nebhepetra Mentuhotep II, Hatshepsut y Tutmosis III
en Deir el-Bahari, ya sea el Templo de Amón-Ra en
Karnak en la orilla opuesta del río Nilo, todos ellos
Francisco Javier Martín Valentín y Teresa Bed- enfocados hacia el orto solar del solsticio hiemal.
man, directores del “Proyecto Sen-en-Mut”.
Esta aparente anomalía detectada en el trazado de
| Diputación de Pontevedra.
la DB353 no resultaría ser tal, pues “el eje de la cá-
de lluvia caídas en el año 1997; hacer los pertinentes mara ‘A’, coincide con el vertical de la ‘falsa puerta’,
trabajos de restauración y consolidación del monu- y, a su vez, está orientado en relación a la cámara in-
mento, y dotarle de elementos funcionales que pro- terior de la capilla de Hathor en el recinto del templo
tegieran sus partes más delicadas (…) y facilitasen de Hatshepsut en Deir El Bahari” (Martín Valentín y
el acceso de los especialistas a su interior” (Martín Bedman; 2009), con un margen de error de apenas
Valentín y Bedman; 2009). Además, para prevenir en 2’’.
lo venidero que este hipogeo fuese escenario, tal y
Si en un plano de Deir el-Bahari se prolonga de
como aconteció en el pasado, de nuevos niveles de
IRUPDLQGH¿QLGDODWUD\HFWRULDGHOFRUUHGRUµD¶GHOD
riada o de desprendimientos pétreos provenientes de
tumba secreta de Senenmut, se observa cómo esta
la montaña circundante, se encomendó igualmente la
recta traspasa, en primer término, la estela de falsa
instalación de obra civil exterior especialmente idea-
puerta de la cámara ‘A’, donde estratégicamente se
da para la protección de todo el monumento. Así, a lo
ha representado el Doble Ojo de Horus (wDAt). Lue-
largo de seis campañas, entre los años 2003 y 2008,
go, la línea continúa en diagonal a través de la pri-
el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto se dedicó
mera terraza del templo de Hatshepsut, cruzando la
a satisfacer tal cometido, procediendo al estudio y
DYHQLGDGHHV¿QJHV\ODSDVDUHODDVFHQGHQWHSDUD
documentación de la DB353, colocando rampas de
franquear, acto seguido, la sección meridional de la
GHVFHQVR\SXQWRVGHOX]DUWL¿FLDOHQVXLQWHULRUGH
segunda terraza. Aquí, esta recta se tropieza de lleno
cara a su ulterior musealización, ampliando los ca-
con el atrio de la Capilla de Hathor, yéndose a empo-
nales de drenaje de aguas, insertando mecanismos
trar contra una segunda pareja de ojos de Horus, de-
de control de temperatura y humedad para vigilar la
liberadamente añadida a los motivos ornamentales
estabilidad ambiental, realizando, así mismo, “una
de su muro exterior norte. El eje no se detiene, sino
copia facsímil de la llamada cámara ‘A’ del monu-
que prosigue hasta la fachada norte del santuario
mento en la que se encuentra el ‘techo astronómico’,
rupestre, donde nuevamente se le interpone una ter-
para su exhibición al público en un pabellón instala-
cera pareja de ojos de Horus, en perfecta simetría.
do en los alrededores del hipogeo”, destinado a fun-
Se interna en la montaña y alcanza su destino: la
cionar como centro de visitantes (Martín Valentín y
pared posterior del sagrario, reservada para “la últi-
Bedman; 2009).
ma escena del culto de Hator, la consagración de la
Una de las novedades más interesantes que han reina, que lleva la corona doble y la barba ritual, por
ofrecido los informes técnicos del “Proyecto Sen-en- parte de Amón y Hator” (Siliotti; 1997:102). Se trata
Mut” es la demostración de que la DB353 forma una de la metempsícosis de Hatshepsut, la captación en
unidad indivisible junto con el Dsr Dsrw. No se trata piedra del instante mismo de su transcender, su evo-
de proyectos independientes entre sí, sino de espa- lución de mujer a diosa, su progresión desde simple
cios comunes, con múltiples vasos comunicantes y mortal hasta sacrosanta reina-faraón. Un trance que
un simbolismo compartido, redundando en una crea- Hatshepsut no afronta en soledad, sino en compa-
FLyQGHVLJQL¿FDGRRULJLQDO\XQLWDULD$VtHOHTXLSR ñía de su amigo más íntimo y más leal servidor. En
de Martín Valentín y Bedman “ha concluido que el un rincón, furtiva, casi desapercibida, se vislumbra la
hipogeo TT 353 forma parte del conjunto del templo piadosa silueta del visir, en recogimiento: “La parte
de Hatshepsut en Deir El Bahari, como cripta subte- construida en la roca consiste en un vestíbulo con
rránea, cuya cámara ‘A’ queda fuera del recinto del dos columnas desde el cual se accede al Santua-
templo, mientras que las ‘B’ y ‘C’ se encuentran den- rio propiamente dicho, donde tenían lugar las partes
tro del mismo, excavadas bajo su primera terraza. más secretas de los rituales religiosos; consiste en
El hipogeo parece tener innegables paralelos con la la primera sala estrecha y larga con techo above-
dado y cuatro nichos pequeños en las paredes del

98 | Egiptología 2.0
Ka de Mentuhotep II. En la vertical de este pozo se
yergue el gran túmulo de la terraza superior –del cual
se desconoce a ciencia cierta si encarnó una peque-
ña pirámide, un obelisco parejo al de los templos so-
lares de la V Dinastía, una mastaba o una recreación
de la colina primigenia donde se posarían por vez
primera los rayos solares-, rodeado por una exquisi-
ta columnata a modo de deambulatorio. A mayores
GHHVWHFHQRWD¿RHOWHPSORIXQHUDULRGH0HQWXKRWHS
II disponía de un segundo corredor subterráneo: el
patio porticado al que se llega luego de sobrepasar
el gran túmulo consistía, en realidad, en un enorme
dromos cuyo corredor penetra en la montaña a lo
largo de 150 metros en plano inclinado, hasta aden-
Parapeto moderno, guardando la entrada de la trarse a una profundidad de 45 metros bajo el nivel
tumba de Senenmut. | Michael J. Fuller. del rasante, donde se excavó la cámara mortuoria,
con una capilla de alabastro en forma de santuario
norte y del sur, desde donde se puede entrar en la pr wr, como símbolo del Alto Egipto. Al disponer de
última cámara. Las paredes están cortadas por dos estos dos hipogeos, el uno dedicado a ensalzar los
nichos grandes y en la esquina de uno de ellos, bien atributos del Bajo Egipto, el otro los del Alto Egipto,
escondido, aparece inesperadamente el retrato de Mentuhotep II recuperaba para el Imperio Medio la
Senmut, como si el arquitecto hubiera deseado parti- ancestral costumbre del doble enterramiento faraó-
cipar mágicamente, junto con la reina, en los rituales QLFRTXHGDWDGHORVWLHPSRVGHODSULPHUDXQL¿FD-
más secretos del culto de Hator” (Siliotti; 1997:102). ción. El universo subterráneo de Deir el-Bahari se
Es una meta ya señalada por el eje longitudinal de la enriquecería con la DB353, a imitación del serdab de
tumba de Senenmut: así, su destino no es otro que Mentuhotep II.
profesar a su señora la más acendrada de las devo-
ciones; asistir, con discreción, pero para todo tiempo De este modo, la tumba secreta de Senenmut, no
IXWXURDODJORUL¿FDFLyQGHVXDPDVHUSRUVLHPSUH SDUHFHKDEHUVLGRWDQVHFUHWD<DOLJXDOTXHODH¿-
jamás, el dilecto siervo al que se le está permitido gie sedente de Mentuhotep II, guarda una curiosa
contemplar en primera persona el rostro de una divi- relación con el Heb Sed: “Los trabajos de epigrafía
nidad… Y perdurar con ella. \WUDGXFFLyQGHORVWH[WRVUHYHODURQTXHORVJUD¿WRV
hieráticos inscritos en diferentes partes de los muros
¿Interés romántico o mero servilismo de cara a la de la cámara ‘A’, que consignan el día veintinueve
posteridad? Cualquiera que haya sido la motivación, (referido a su medianoche, dando paso al día treinta)
no altera el resultado. En lo tocante a la articulación del cuarto mes de Ajet (estación de la inundación),
conjugada de la DB353 y el templo de millones de VH UH¿HUHQ H[DFWDPHQWH DO GtD DQWHULRU DO GHO LQL-
años de Hatshepsut en Deir el-Bahari, la misión es- cio del Jubileo de la reina Maat-Ka-Ra Hatshepsut”
pañola señaló sus concomitancias con el jardín botá- (Martín Valentín y Bedman; 2009). La reina-faraón
nico y templo funerario de Mentuhotep II, de cuyo es- celebró su Jubileo Real durante el año decimosex-
tilo arquitectónico bebería Senenmut sin tapujos. El to de su reinado, lo que situaría la confección de la
recinto sagrado de Mentuhotep II cuenta con varios cámara ‘A’ hacia el año 1463 a. C., suponiendo que
conductos subterráneos: es el caso de Bab el-Ho- la muerte de Tutmosis II se haya producido hacia
san, la “puerta del jinete”, zanja en la que zozobró el el año 1479 a. C., en lo que coincide la práctica to-
caballo de Howard Carter (1874-1939) durante una talidad de los investigadores. Tal y como veremos
inspección de esta zona. Se accede a esta oquedad más adelante, el egiptólogo alemán Christian Leitz
por la gran explanada inferior, conduciéndose me- (1960), al estudiar el orden de las constelaciones y
diante un pasillo descendente que, sorteando varios planetas de la techumbre astronómica de Senenmut
requiebros, se abre paso hasta un pozo funerario, para su Studien zur ägyptischen Astronomie, llegó
GRQGHVDOLyDODOX]XQDH¿JLHHQWURQL]DGDGHOIDUDyQ a la discutida conclusión de que muestran escenas
cortada de arenisca, donde el rey luce los atavíos reales del planisferio celeste hacia el año 1463 a.
propios del Heb Sed, además de la corona roja del C., adecuándose a la perfección a la datación tradi-
Bajo Egipto, mostrando su piel una pigmentación ne- cional para este período. Esto ofrece un marco con-
gra, color que, a imagen de la tierra limosa de la ribe- textual idóneo para tratar de recuperar el mensaje
ra nilótica de la que dependía el renacimiento anual FRGL¿FDGRHQHVWDHVWDQFLDWDQWRHQODHOHFFLyQGH
de las cosechas, fue vinculado al concepto de lo cí- citas provenientes del corpus religioso, como en su
clico y regenerativo. Esta estatua sedente recuerda LQWHUDFFLyQFRQODHVWDPSDGHO¿UPDPHQWRQRFWXUQR
al Ka de Dyeser que se emplazó en su serdab de Cosa distinta es dilucidar si la fecha inscrita en la cá-
Saqqara, de ahí que a veces se la nombre como el mara ‘A’ se ha seleccionado por corresponderse con

Egiptología 2.0 | 99
Doble Ojo de Horus en la estela de falsa puerta
de Senenmut, en el Neues Museum de Berlín.
 | Egiptología
| Osama Shukir2.0
Muhammed Amin.
la cabeza del carnero en el solsticio de invierno, has-
ta que el disco solar llegó a encajar perfectamente
en medio de su cornamenta, tal y como muestran las
representaciones de Amón-Ra con la corona atef”
(Fernández Pousada; 2019:119).

No fue el clero de Amón el que inventó esta metáfora


en tiempos de Mentuhotep II, sino que sincretizó una
antigua creencia asociada al dios Jnum presente ya
HQ ORV DOLQHDPLHQWRV DVWURQyPLFRV SODQL¿FDGRV GX-
rante la IV Dinastía en Guiza: “La nomenclatura de
la Gran Pirámide es xwfw Axt, “Horizonte de Keops”,
lema rematado por el determinativo mr, con el sig-
QL¿FDGR GH ³SLUiPLGH´ &RQ UHVSHFWR DO 7HPSOR GH
Vista aérea de la Capilla de Hathor. | Emad Soly. Mentuhotep II, el sintagma nominal escogido por su
DUWt¿FHHVnb Hpt ra Axt stw, “Los lugares del Horizon-
la muerte del visir, con el Heb Sed de Hatshepsut, te de Nebhepetra” (a veces escrito imn Axt stw, “Los
con ambos eventos o con ninguno de ellos. OXJDUHVGHO+RUL]RQWHGH$PyQ´ DO¿QDOGHOFXDOVH
VXPD WDPELpQ HO GHWHUPLQDWLYR HVSHFt¿FR SDUD ODV
(OFRQWH[WRDVWURQyPLFRHQ'HLUHO%DKDUL
estructuras piramidales, mr” (Fernández Pousada;
El mapa estelar de Senenmut no es una isla en me- 2020:150). La intertextualidad entre Deir el-Bahari y
dio de ninguna parte. Todo el entorno de Deir el-Ba- Guiza busca ofrecer a Mentuhotep II el mismo desti-
hari, donde se integra la DB353, transpira un simbo- no astronómico que Keops procuraba para su alma
lismo astronómico desbordante y premeditado, cuyo en el más allá, si bien éste último deseó entrar en
lenguaje podría aplicarse a la mejor comprensión del comunión con su santo patrono, Jnum-Ra, mientras
elemento pictórico elegido para el techo de la cáma- que Mentuhotep II echó mano del panteón tebano, al
ra ‘A’. Por orden cronológico, el primer monumento GHFDQWDUVHSRUOD¿JXUDGH$PyQ5D(QODQHFUySR-
establecido en este enclave es el templo funerario de lis de Guiza, varias veces al año, la luz del crepús-
Mentuhotep II, cuyo eje longitudinal coincide con la culo corona con el disco solar la frente de la Gran
posición del Sol en el horizonte al rayar el alba duran- (V¿QJH DXQTXH VROR HQ GRV PRPHQWRV ±HO RFDVR
te el solsticio de invierno. Belmonte Avilés ha incidido del solsticio estival y el orto del solsticio hiemal- este
en el hecho de que hacia la XI Dinastía, época que fenómeno permite recrear, en síntesis con las pirámi-
engloba a este faraón, este determinado punto de la des de Keops y Kefrén, el signo Axt, otorgándole ple-
órbita terrestre hubo de coincidir con la festividad de nitud a la nomenclatura de este complejo funerario.
año nuevo dentro del calendario deslizante egipcio,
La mañana del 21 de diciembre, “el horizonte se abre
justo en el ecuador de un Ciclo Sotíaco. A nuestro
para expulsar al Sol desde las entrañas de la tierra,
modo de ver, a esta valiosa razón hay que sumarle
desde las cavernas del inframundo, en comunión con
otra circunstancia más, puesto que en dicha fecha,
la constelación del dios criocéfalo Jnum, el carnero
el Sol se solapa con una constelación que redondea-
celestial, balizando el instante mismo de la transmu-
ría este sentido: “El hecho de que el solsticio de in-
tación de Keops, xnmw xufu, “el protegido del dios
vierno acaeciese en el tercer milenio a.C. con el Sol
Jnum” en un espíritu luminoso, Ax, bajo la apariencia
situado sobre la constelación de Capricornio, donde
de Jnum-Ra: “El Rey está vinculado al lado oriental
los egipcios creían reconocer un carnero, debió de
del cielo, porque el Rey fue concebido allí y el Rey
haber inspirado la conexión entre este momento del
nació allí” (Declaración 668)” (Fernández Pousada;
año con el dios criocéfalo Amón. Esta divinidad, de
2020:155-56). En el caso del templo funerario de
las menores del panteón egipcio, cobró verdadera
Mentuhotep II en Deir el-Bahari, al estar encastra-
relevancia a partir de la dinastía XI, cuyo comienzo
do en un acantilado rocoso, solamente es viable la
se suele situar hacia el año 2150 a.C., cuando se fu-
alineación con el solsticio de invierno, manteniendo
VLRQyFRQHOGLRVVXSUHPRJHQHUDQGROD¿JXUDPL[WD
el mismo simbolismo, aunque sustituyendo la encar-
Amón-Ra, representación que muestra a un hombre
nación celeste del faraón: Amón, en lugar de Jnum.
con cabeza de carnero, tocado con el disco solar. Se
En sintonía con lo anterior, a las puertas del templo
WUDWDGHODH[SUHVLyQJUi¿FDGHO6ROVREUHHOFDUQHUR
de Mentuhotep II, éste ordenó cultivar un bosquecillo
es decir, el astro rey sobre la constelación que se
GHWDPDULVFRVHVSHFLHFDGXFLIROLDTXHÀRUHFHDPH-
extendía entre las estrellas de Acuario (el vientre y
diados del verano, el cual hubo de recrear durante
cuartos traseros) y Capricornio (la cabeza y los cuar-
los meses de invierno, con su desnudez, un para-
tos delanteros). A medida que la precesión de los
je marchito esperando a que, al crecer las horas de
equinoccios fue espoleando al Sol a través del plano
luz diarias, renaciesen también sus brotes verdes,
de la eclíptica, Ra fue acercándose cada vez más a
lo mismo que el faraón difunto, así como todas las

Egiptología 2.0 | 


Reconstrucción del posible aspecto del templo
de Mentuhotep II en Deir el-Bahari.
| Brian J. McMorrow.

Alineación del eje central de Deir el-Bahari con


el solsticio de invierno. Brenan Dew.
| Museum of Applied Arts & Sciences.

demás semillas latentes, a buen recaudo, bajo tierra.


Se trata de uno de los primeros ejemplos de arqui-
tectura vegetal de la historia y, por supuesto, fue una
decisión tomada sin dejar margen para el azar.

Otra novedad con respecto a los monumentos fune-


rarios del Imperio Antiguo es la disposición del ser-
Estatua Ka, sedente, de Mentuhotep II; en el dab. Las mirillas del de Dyeser, en Saqqara, están
Museo Egipcio del Cairo (JE 36195). dirigidas escrupulosamente hacia Kocab, una de las
| Djehouty. estrellas principales de la constelación de la Osa Me-

 | Egiptología 2.0


Templo funerario de Hatshepsut en Deir el-Ba-
hari. | Kenneth Garrett.

nor, replicando esta orientación uno de los canales


astronómicos de la Gran Pirámide: “Por una parte,
Kocab es el cabezal de la azuela celeste: representa
el punto exacto de la herramienta de metal que los
sacerdotes de Upuaut utilizaron durante los rituales
de “Apertura de la boca” para golpear los órganos vi-
tales de la momia y devolverles, así, la sensibilidad.
La luz titilante y mortecina de Kocab, penetrando a
WUDYpVGHORVGRVRUL¿FLRVGHOVHUGDEGHODSLUiPLGH
escalonada de Saqqara, vendría a devolver la vista
a los ojos inertes del ka de Dyeser, al estimularlos
una vez por noche, como la manecilla de un reloj
que completa su giro diario alrededor de la estrella
polar de aquel entonces, Thuban. Por otra parte, es
exactamente la misma estrella con la que se alinea
el canal norte de la Cámara de la Reina de la Gran
Pirámide, posiblemente, a propósito de cumplir el
mismo cometido” (Fernández Pousada; 2019b:39).
De esta asociación entre la inmortalidad y las estre-
llas del círculo polar no queda ni el más mínimo ves-
tigio en “Los lugares del horizonte de Amón”, donde
dicho dios ha absorbido en sí mismo todo este sim-
bolismo, acaparando por completo la liturgia sobre
el renacimiento astral, como orbe solar, elevándose
HQHOÀDQFRRULHQWDOGHOFLHOR'HDKtTXHWRGRVVXV
pasillos se encaramen sobre el eje este-oeste, sin
prestar atención a las coordenadas boreales.

Dejando a un lado el templo de Mentuhotep II, en el Sistema de cajas de luz de Deir el-Bahari, orien-
caso de Hatshepsut nos encontramos ante un es- tadas hacia el 1 de febrero. | David Furlong.

Egiptología 2.0 | 


cenario mucho más complejo y elaborado, puesto más interiores del santuario, entre los días 10 y 11
que en él el uso de la astronomía no persigue úni- de noviembre, repitiéndose este fenómeno entre el
camente garantizar la pervivencia ultraterrena de la 31 de enero y el 1 de febrero. Esta última fecha está
reina-faraón en conjunción con el Sol y las estrellas, directamente relacionada con el oráculo que sirvió
sino que aspira a legitimar sus derechos dinásticos, para anunciar su inminente proclamación como rei-
al concederle, para su vindicación del trono, un justo na-faraón: así, según el bloque 287 de la Capilla
título de índole teológica que le evitase ser encasi- Roja, “el gesto del dios Amón señalando a Hatshep-
llada, por juicio popular, en el papel de usurpado- sut como legítima gobernante de Egipto se produ-
ra. Además, para la XVIII Dinastía, el Ciclo Sotíaco jo el día 29 de Pa-en-Mejer, el segundo mes de prt,
había hecho girar la rueda de las estaciones hasta hacia el año 1477 a.C., que en nuestro calendario
ubicar el solsticio de invierno de regreso en las an- JUHJRULDQRKDEUtDVXFHGLGRHQWUH¿QDOHVGHHQHUR\
típodas del año nuevo, más o menos, a mediados comienzos de febrero, más o menos, a la par que la
de año. Así, el alineamiento del eje longitudinal del segunda iluminación de Deir el-Bahari” (Fernández
Dsr Dsrw con el solsticio hiemal, en vez de plasmar Pousada; 2019:127). En base al Ciclo Sotíaco con
HOUHQDFLPLHQWRSyVWXPRGH+DWVKHSVXWHVFHQL¿FD- apocatástasis en el año 1295 ± 3 a. C., calculado a
ría su engendramiento divino: “Gracias al programa partir del año sidéreo de 365’256363 días, el 29 de
arquitectónico planeado por Senenmut, Amón-Ra, el Pa-en-Mejer habría ocurrido, precisamente, a 1 de
Sol en la constelación del carnero, habría saludado febrero; mientras que en base al Ciclo Sotíaco con
a su hija en Deir el-Bahari, mediante un baño de luz, apocatástasis en el año 1322 ± 3 a. C., fundamen-
en cada solsticio de invierno, de igual forma que un tado en el año juliano de 365’25 días, el oráculo de
rayo de luz solar, habiendo alcanzado el útero de Amón-Ra habría sido pronunciado un 24 de enero,
Isis, como vaca, convirtió a esta diosa en madre del algo más lejos de coincidir con la segunda de las efe-
sagrado toro Apis” (Fernández Pousada; 2019:121- mérides astronómicas concretadas para Deir el-Ba-
22). Y si en esa fecha, Amón-Ra, tomando la apa- hari (Fernández Pousada; 2019:127-28).
riencia de Tutmosis I, había depositado su simiente
en el útero de la reina consorte, nueve meses más (OPDQWRTXHORFXEUHHVHOFLHORHVWUHOODGR
tarde, durante el equinoccio de otoño, asistiríamos
El título de este apartado se corresponde con la últi-
a la feliz culminación de la preñez, con la llegada
ma frase pronunciada por el personaje de Tom Hanks
del delicado momento del parto: “La coincidencia del
DO ¿QDO GH El Código Da Vinci, aunque bien podría
equinoccio de otoño con la Bella Fiesta de Opet a
haberse predicado de la cámara ‘A’ de la DB353. Su
comienzos del reinado de Hatshepsut es, cuando
techumbre está dividida en dos paneles, con cinco
menos, llamativa: de hecho, los registros más an-
OtQHDVGHMHURJOt¿FRVHQVXGLYLVRULD/DSODQFKDPiV
tiguos que se conservan de esta ceremonia datan
norteña muestra doce círculos, que se han puesto en
precisamente de su época, siendo descrita de for-
correlación con los doce meses del calendario egip-
ma pormenorizada en los bajorrelieves de la Capilla
cio –cuyos nombres se le han asignado a través de
Roja que la reina-faraón mandó erigir en el Templo
XQDV HWLTXHWDV HQ OHQJXD MHURJOt¿FD DVt FRPR FRQ
de Amón-Ra en Karnak (…). El sentido mismo de
un grupo de constelaciones –el toro, el escorpión, la
esta celebración, la Bella Fiesta de Opet, gira en
hipopótama con el cocodrilo a sus espaldas, el noray,
torno al nacimiento divino del faraón, como dilecto
el arponeador, el león, entre otras- asociadas a la
hijo de Amón-Ra” (Fernández Pousada; 2019:128).
sección circumpolar de la bóveda celeste. En cuanto
Tanto en el cielo como en la tierra se representaría
al panel meridional, éste recoge el repertorio de los
entonces el mismo drama ritual, embarcando el Sol
decanos –semanas de diez días- correspondientes
a bordo de la constelación de la barca al tiempo que
al período de un año, además de varias constelacio-
$PyQ5DKDFHORSURSLRGXUDQWHODSURFHVLyQÀXYLDO
nes –como la barca, el carnero y el huevo-, segui-
entre Karnak y Deir el-Bahari: “El traslado de Amón-
das por Sah-Orión, Sepedet-Sirio, la representación
Ra a bordo de su barca procesional, llamada User-
de los planetas y los llamados decanos triangulares.
KDW³ODJUDQSURD´UHÀHMDHOFXUVRGHO6RODWUDYpVGHO
Dado que las órbitas planetarias discurren por el
mascarón de proa de la barca sagrada, extendida
llamado plano de la eclíptiFDODVLGHQWL¿FDFLRQHVGH
sobre las constelaciones de Libra, Escorpio y Sagi-
esta plancha se han procurado cerca de esta franja
tario, haciendo de Userhat una réplica terrenal de la
estelar en concreto, de ahí que varias de sus cons-
barca celestial, sobre la que Amón-Ra proseguirá su
telaciones se hayan vinculado a las zodiacales. Su
viaje cósmico durante los tres meses subsiguientes,
principal atractivo es su carácter novedoso: nunca
hasta rondar las vísperas del solsticio de invierno”
antes los egipcios habían representado zodíacos en
(Fernández Pousada; 2019:130).
los techos de sus monumentos funerarios, si bien en
Por otra parte, a través de un perspicaz sistema de las décadas siguientes, esta costumbre se implanta-
cajas de luz, el templo de Hatshepsut en Deir el-Ba- ría hasta el punto de encontrar ejemplares de este
hari contaría con una segunda alineación astronómi- WLSR FRQ XQ DFDEDGR PDJQt¿FR FRPR RFXUUH HQ OD
ca, la cual se traduce en la iluminación de las salas cámara mortuoria de Menmaatra Seti I (KV17) o en

 | Egiptología 2.0


el año 3000 a. C., “cuando el equinoccio vernal se
encontraba en Tauro y el ecuador celeste cruzaba
las Pléyades, el orto helíaco de las Pléyades y de
las Híades ocurría casi exactamente al este de Te-
bas y era seguido –dos decanos a continuación de
Aldebarán o cuatro después de las Pléyades, prácti-
camente en el mismo sector del horizonte- por el orto
helíaco de Betelgeuse. Con estas explicaciones en
mente, no sería difícil contemplar en las techumbres
de Senenmut y Seti I una representación bastante
correcta de las Pléyades y las Híades, precediendo
a Orión y Sirio”. El examen de la DB353 sirvió a Pogo
para corregir las equivalencias estelares dadas para
el cielo circumpolar en 1921 por la astrónoma holan-
desa Rebekka Aleida Biegel (1886-1943) y que esta
víctima colateral del Holocausto –se suicidó junto a
su hermana para evitarse los horrores del campo
de concentración al que iban a ser conducidas- ex-
puso en su obra Zur Astrognosie der alten Ägypter;
las ideas de Biegel fueron rebatidas a conciencia en
1931 por su colega ruso, mediante el artículo “Zum
3UREOHPGHU,GHQWL¿NDWLRQGHUQ|UGOLFKHQ6WHUQELOGHU
der alten Aegypter”, que Pogo remitió a la revista Isis.

Por su parte, más o menos al mismo tiempo, en


Techumbre astronómica de Senenmut. 1930, el arqueólogo norteamericano Charles Kyrle
| Metropolitan Museum of Art.

la segunda sala hipóstila del Rameseo.

El primero en estudiar a fondo esta representación


fue el astrónomo ruso Alexander Pogo (1893-1988),
menos de un lustro después de su descubrimiento.
Así, en octubre de 1930 vio la luz su artículo “The
astronomical ceiling-decoration in the tomb of Sen-
mut”, publicado en el número 14 de la revista Isis. Al
efectuar la comparativa con los dos techos astronó-
micos citados en el párrafo anterior, ya conocidos a
la sazón, Pogo concluyó que la DB353 compartiría la
misma tradición que más adelante se recogió nueva-
mente en el Rameseo, entreviendo al primero como
prototipo del segundo, a diferencia de los postulados
presentes en la KV17, los cuales beberían en otra
FRUULHQWHGHSHQVDPLHQWR\FRQRFLPLHQWRFLHQWt¿FR
en base a elementos de distinta antigüedad. Coligó
las dos líneas que convergen en un enorme punto
rojo en la constelación del toro con el ritual de es-
tiramiento de la cuerda, practicado durante la fun-
GDFLyQ GH ORV HGL¿FLRV VDJUDGRV GH FDUD D FDOFXODU
VX FRUUHFWD RULHQWDFLyQ JHRJUi¿FD FRQ UHVSHFWR D
los puntos cardinales, considerando que el orbe rojo
encarnaría la culminación superior de la estrella Mi-
]DU,JXDOPHQWHSURFHGLyDODLGHQWL¿FDFLyQGHRWUDV
estrellas y constelaciones, partiendo de la latitud de
Tebas e incluyendo en la ecuación los efectos de la
precesión de los equinoccios. A su modo de ver, la
FRQ¿JXUDFLyQGHO¿UPDPHQWRHQODWXPEDGH6HQHQ-
mut recrearía una imagen real del cielo nocturno, tal
y como hubo de ser contemplado desde Tebas hacia Constelaciones circumpolares del diagrama este-
lar de Senenmut. | Metropolitan Museum of Art.

Egiptología 2.0 | 


Wilkinson (1897-1986), llevó a cabo una meticulosa
reproducción facsimilar de la cámara ‘A’, de témpera
VREUH SDSHO \ D HVFDOD  SDUD OD VHFFLyQ JUi¿FD
del Metropolitan Museum of Art de Nueva York (Nú-
mero de acceso: 48.105.52), bajo cuyo mecenazgo
se había localizado y excavado esta tumba. También
se ocupó de esta techumbre astronómica el egiptólo-
go británico Herbert Chatley (1885-1955), quien a lo
largo de su carrera dedicó bastantes páginas a des-
cifrar la articulación de las constelaciones tal y como
eran vistas por los antiguos egipcios, desarrollando
esta labor en artículos como “Notes on Ancient Egyp-
tian Astronomy”, en el número 779 de la publicación
The Observatory; “Sirius and the Constellation of the
Bow”, en el volumen 145 de Nature; “The lunar man-
sions in Egypt”, en el volumen 31 de la revista Isis;
“The Egyptian Celestial Diagram”, en el número 790
de The Observatory; “Egyptian Astronomy”, en el vo-
lumen 26 de The Journal of Egyptian Archaeology;
“Ancient Egyptian Star Tables and the Decans”, en
el número 817 de The Observatory; así como la co-
rrespondencia sobre estos asuntos que mantuvo con
el historiador del arte austríaco Robert Eisler (1882-
1949), que vio la luz en el volumen 27 de The Journal
of Egyptian Archaeology; estudios publicados, todos
ellos, entre 1939 y 1943, donde, lejos de indagar en
el simbolismo religioso atribuido a los diagramas ce-
lestes representados en las mansiones de los muer-
tos, se limitó a fabricar un catálogo de corresponden- Sirio, Orión y las constelaciones zodiacales y Cír-
cias entre nuestras estrellas y las del antiguo Egipto. culos mensuales. | Metropolitan Museum of Art.

Es más o menos lo mismo que hizo Sir William Ma- tas, constelaciones y zodíacos, así como las lámi-
tthew Flinders Petrie (1853-1942) en Wisdom of the nas de los mismos, haciendo de esta monumental
Egyptians, una de sus últimas obras, impresa en colección una obra de consulta imprescindible sobre
1940, donde al compendiar los logros de la civiliza- esta materia. Debido a su visión integradora de las
FLyQGHO1LORHQP~OWLSOHVGLVFLSOLQDVFLHQWt¿FDVGH- GLVWLQWDVWUDGLFLRQHVFLHQWt¿FDVDEUD]DGDVSRUHODQ-
dicó los dos primeros capítulos, precisamente, a glo- tiguo Egipto, la aproximación a la techumbre de Se-
sar, sin demasiado detalle, el grado de desarrollo que nenmut se realizó en consonancia con el resto de los
alcanzaron en la astronomía, tanto observacional conocimientos astronómicos de que hicieron gala los
como instrumental. De especial interés son las dos sacerdotes horarios. De ahí que, por ejemplo, Par-
láminas en las que Petrie desarrolla su concepción ker y Neugebauer asociasen los doce círculos de las
DFHUFDGHODV¿JXUDVGHO]RGtDFRHJLSFLRHQWUHFUX- mensualidades con el antiguo calendario lunar o que
zando los planos de la eclíptica y del ecuador celes- reconociesen en el cortejo de deidades benefacto-
te, y destacando en una de las planchas la conste- ras, escoltando a las constelaciones circumpolares,
lación del gigante, Nejt, y en la otra a la hipopótama, a varios de los sacrosantos patronos de los festiva-
Reret; si bien constituye un análisis generalista que, les que, a diario, se celebraban durante el mes lunar.
aun extrapolando datos provenientes de la DB353 y Al ahondar en el listado de los decanos, se toparon
de otras fuentes primarias egipcias, ni siquiera cita con que parecía derivar del Grupo V de los deca-
de modo expreso la tumba de Senenmut. nos inscritos en sarcófagos del Imperio Medio, con-
cretamente, en aquellos enterramientos efectuados
Fruto de la colaboración mantenida entre el egiptó- HQWUH\D&(QSUXHEDGHHVWD¿OLDFLyQ
logo estadounidense Richard Anthony Parker (1905- DSRUWDURQHYLGHQFLDV¿OROyJLFDVGHVFXEULHQGRHQOD
1993) y el astrónomo austríaco Otto Eduard Neuge- cámara ‘A’ de la DB353 términos y grafías propias
bauer (1899-1990), surgió, en la década de los 60, GHODOHQJXDMHURJOt¿FDGHPHGLDGRVGHOD;,,'LQDV-
la ambiciosa tetralogía Egyptian Astronomical Texts, WtD$XQDVt\GDGRDOLQÀXMRTXHHMHUFLyHOVLVWHPD
bajo el paraguas de la Universidad Brown, en Provi- elegido por el visir de Hatshepsut durante los siglos
dence, en cuyos cuatro volúmenes se exploran, con posteriores, Parker y Neugebauer bautizaron a la ca-
gran profusión de detalle, los decanos tempranos, tegoría de listados compatibles con éste como fami-
los relojes estelares ramésidas, los decanos, plane- lia decanal de Senenmut, en contraposición con las

 | Egiptología 2.0


Sala de mapas de Tanis, según “Indiana Jones: En busca del Arca Perdida”. | JC Richard.

familias decanales de Seti IA, Seti IB, Seti IC y Tanis. Proción y Gomeisa, las estrellas más brillantes del
Can Menor, oscureciendo así la hipotética solución
En 1968, el jurista británico Rupert Seeley Gleadow de Gleadow.
(1909-1974), tras documentarse a fondo durante sie-
te años, dio a conocer la que es, quizás, su mono- El mismo empeño que movió a Petrie a publicar en
grafía más reputada, The Origin of the Zodiac. Pese 1940 Wisdom of the Egyptians, guio también al es-
a no ser un experto en la materia, su curiosidad, por tadounidense Marshall Clagett (1916-2005), histo-
mero afán divulgativo, lo llevó a recabar toda la infor- riador de la ciencia, a abordar tal asunto a partir de
mación disponible sobre el modo en que las distintas 1989, aunque de modo mucho más pormenorizado,
civilizaciones, de las épocas más dispares, en regio- en su trilogía Ancient Egyptian Science: A Source
QHVJHRJUi¿FDVEDVWDQWHDSDUWDGDVHQWUHVtKDEtDQ BookRULJLQDOPHQWHSODQL¿FDGDFRPRXQDWHWUDORJtD
observado las estrellas, dibujando múltiples siluetas que luego dejó inconclusa, cuyo primer volumen está
sobre una misma materia prima, creando alrededor GHGLFDGRDOR¿FLRGHOHVFULED\DODVLQVWLWXFLRQHVGL-
de estos puntos de luz un interminable catálogo de dácticas en el antiguo Egipto; el segundo al cómputo
mitos y supersticiones. En sus páginas se pasa re- del tiempo y la astronomía de dicha civilización; y el
vista a los logros astronómicos alcanzados por los tercero a sus fórmulas y operaciones matemáticas.
observadores del lejano Oriente, en países como Con respecto a la cámara ‘A’ de la DB353, Clagett
China, el Tíbet, la India o Persia; así como también esbozó primero una descripción pródiga en detalles,
los de la América precolombina, al otro lado del para traducir después, palabra por palabra, sus pa-
charco. Rastrea en la Biblia y explora la convicción neles meridional y septentrional, esmerándose en
profesada por los astrólogos babilonios sobre si la completar esta información a través de comentarios
GLVSRVLFLyQGHORVDVWURVLQÀX\HHQHOGHYHQLUGHORV destinados a mejorar la comprensión de toda la se-
acontecimientos, contemplando el cielo como una cuencia astronómica.
valiosa veta de oro a través de la cual precisar los
escrutinios acerca del futuro. Como no podía ser de 3HVHDUHFRQRFHUDELHUWDPHQWHODVGL¿FXOWDGHVTXH
otra manera, el cribado que hace Gleadow del con- coartan la exacta correlación entre las constelacio-
tinente africano pasa necesariamente por el Antiguo nes egipcias y las de nuestro moderno catálogo de
Egipto, a cuyas nociones sobre astronomía dedica estrellas –más allá del consenso existente a la hora
íntegramente el capítulo duodécimo de la menciona- de vincular la Osa Mayor con el Muslo de Seth-, no
da obra. En lo tocante a la techumbre astronómica renunció del todo a la posibilidad de que las concor-
de la DB353, Gleadow adopta las teorías del astrólo- dancias esgrimidas por Pogo en su día sean, si no
go irlandés Cyril Fagan (1896-1970), paladín del lla- ciertas, cuando menos, razonables, pese a rechazar
mado zodíaco sideral frente al tropical, el cual fechó la asimilación de Cisne con Anu y poner en duda las
su composición hacia el 16 de julio del año 2767 a. propuestas de Chatley, especialmente en lo que toca
C., fundándose en las tablas del matemático James a los límites de la hipopótama. En muchos aspectos,
Hynes, cuando se solapó el orto helíaco de Sirio con Clagett se erige en seguidor de las ideas presenta-
la jornada de año nuevo para la latitud de Heliópo- das décadas atrás por Parker y Neugebauer. Y en lo
lis. Según Gleadow, hacia el solsticio de verano del concerniente a las 24 porciones en que se dividen
año 2767 a. C., Marte, Júpiter, Saturno y Venus se los círculos mensuales del cielo boreal, este autor
habrían encontrado en conjunción, a escasos 7º de las compatibilizó con 12 pares de estrellas asocia-
longitud de la elevación de Asellus Australis y Ase- das a las 12 horas nocturnas de los días primero y
OOXV%RUHDOLVOXFHURVTXHpOLGHQWL¿FDEDFRQStwy, la decimosexto del mes egipcio, a semejanza de as 24
constelación de las Dos Tortugas. Hoy por hoy, las WDEODVXWLOL]DGDVHQORVUHORMHVUDPpVLGDVD¿QGHED-
Dos Tortugas se equiparan, con bastante certeza, a lizar el tránsito y culminación de los decanos.

Egiptología 2.0 | 


Frente al amplio margen temporal que tanto Pogo especuló con la posibilidad de que el Ojo de Horus,
como Gleadow entrevieron para la datación del te- presente como divinidad asociada a uno de los de-
cho astronómico de Senenmut y la construcción de canos de Sah-Orión, pudiese simbolizar un eclipse.
la DB353, el egiptólogo alemán Christian Leitz (1960) En este sentido, el danés apuntó dos opciones: ora
trató en 1991 de reajustar ambas fechas, aportando un eclipse lunar registrado el 22 de mayo (5 de junio
una cronología novedosa, compatible con la XVIII del calendario juliano) del año 1534 a. C., hacia las
Dinastía. Lo hizo en “Studien zur Ägyptischen As- 22:30 h., hora local de Tebas; ora un eclipse solar,
tronomie”, artículo incluido en el volumen 49 de la prácticamente imperceptible a simple vista, aunque
publicación Agyptologische Abhandlungen. Su línea muy cerca de la longitud de Sirio y, por lo tanto, en
argumental radicó en contemplar cada plancha por las inmediaciones de Orión, acaecido el 7 de mayo
separado, coligiendo que las constelaciones del cie- del año 1534 a. C., hacia las 10:02 h., hora local de
ORERUHDOUHSURGXFtDQXQDFRQ¿JXUDFLyQUHDOFRUUHV- Tebas.
pondiente a la noche del 19 de marzo del año 1463 a.
C. En lo tocante a los doce círculos, equiparables a El astrónomo norteamericano Donald Vernon Etz
los meses del calendario lunar, representarían el orto (1929-2016) se interesó en 1997 por el planisferio de
helíaco de Sirio, cerca de 120 días más tarde, el 16 6HQHQPXWFHQWUiQGRVHHQODGLYLVLyQGHO¿UPDPHQ-
de julio de aquel mismo año. Finalmente, el listado to a ojos de los egipcios y su organización median-
de decanos, planetas y constelaciones del mediodía, te constelaciones. Sus conclusiones fueron dadas a
PRVWUDUtDODFRQ¿JXUDFLyQGHOFRVPRVWDO\FRPRVH FRQRFHUHQ³$QHZORRNDWWKHFRQVWHOODWLRQ¿JXUHVLQ
pudo contemplar desde Tebas el 14 de noviembre de the celestial diagram”, artículo incluido en el volumen
D&RWURVGtDVPiVWDUGHMXVWL¿FDQGROD 34 del Journal of the American Research Center in
ausencia de Marte entre los objetos del Sistema So- Egypt (Q  %RMDQ 1RYDNRYLü 'RFWRU HQ &LHQ-
lar en la invisibilidad del planeta rojo durante aquella cias Planetarias y miembro del Departamento de
madrugada. Estas fechas, explayadas a lo largo de Astronomía de la Universidad de Belgrado, se unió
ocho meses, fueron calculadas por Leitz atendiendo al reducido grupo de estudiosos del visir de Hats-
al calendario juliano. Curiosamente, 120 días era, hepsut, a través de una breve investigación, titulada
para en el antiguo Egipto, la duración de cada una “Senenmut: An Ancient Egyptian Astronomer” e in-
de sus estaciones. corporada al volumen 85 del boletín Publications of
the Astronomical Observatory of Belgrade. Novako-
No convencido con esta datación, el danés Christian YLü PiV DOOi GH H[SORUDU HO WUDVIRQGR GHO WHFKR DV-
2YH :LOKHOP YRQ 6SDHWK   GLVHxDGRU JUi¿FR tronómico de la DB353, se centró en evaluar el nivel
de profesión, llevó a cabo su propio estudio sobre la IRUPDWLYRGH6HQHQPXW\ORVR¿FLRVTXHIXHGHVHP-
cámara ‘A’ de la tumba de Senenmut. En el año 2000 peñando a lo largo de su dilatada carrera administra-
dio a conocer su trabajo “Dating the oldest Egyptian tiva como funcionario al servicio de la corona egip-
star map”, en el número 42 de la revista Centaurus. cia, para determinar si ejerció o no como auténtico
Como punto de partida, consideró que Marte sí es- DVWUyQRPRDVSHFWRTXHQRFRQ¿UPDFDWHJyULFDPHQ-
taba retratado en el panel meriodional, aunque de te sino que, en su lugar, remite a futuras investiga-
forma indirecta, bajo la apariencia de la constelación ciones que puedan aclarar este punto. Se inclina, en
de la barca, en pleno episodio de retrogradación. todo caso, a favor de adscribir esta representación a
Esta deducción la hizo en base al nombre de uno ODFRQ¿JXUDFLyQSODQHWDULDUHJLVWUDGDHQHODxR
de los decanos de dicho asterismo, conocido como a. C., advirtiendo que Senenmut podría haber es-
“La roja de Khentet”, una denominación que von tado vivo ya por aquel entonces. De haber ocurrido
Spaeth asoció con la gama cromática de la super- realmente así, no cabe duda de que esta imagen del
¿FLHPDUFLDQD$FRQWLQXDFLyQUHFRSLOyODVFXDUHQWD FLHORGHEHUtDFRQWDUFRQXQDHVSHFLDOVLJQL¿FDFLyQ\
\FXDWURRFDVLRQHVYHUL¿FDGDVHQWUHORVDxRV trascendencia para Senenmut. Es cierto que los 71
a. C. y 100 d. C., en que Júpiter, Saturno, Mercurio DxRVTXHVHSDUDQHVWDFRQ¿JXUDFLyQSODQHWDULD\VX
y Venus estuvieron en conjunción dentro de los 30º desaparición de la vida pública, coincidiendo con su
con respecto la longitud de Sirio. Ahora bien, de este más que probable óbito, en torno al decimosexto año
medio centenar de eventos astronómicos, solamen- de Hatshepsut, se sitúa bastante por encima de la
te cinco serían factibles para fechas de la XVIII Di- esperanza de vida promedio en el Antiguo Egipto: la
nastía: entre abril y mayo del año 1534 a. C., entre única opción viable sería, entonces, que esta excep-
mayo y junio del año 1533 a. C., entre mayo y junio cional techumbre mostrase su personal horóscopo,
del año 1475 a. C., entre mayo y junio del año 1415 esto es, la visión del cielo en el momento preciso del
a. C., y entre abril y mayo del año 1356 d. C. Y de nacimiento terrenal de Senenmut. La principal obje-
estas cinco, solamente una coincide con la posición ción es que los egipcios parecen haber desconocido
retrógrada de Marte: la del año 1534 a. C., lo que la astrología, más allá de haber dividido los días del
KD OOHYDGR D HVWH DXWRU D ¿MDU OD HVTXHPDWL]DFLyQ año en fastos y nefastos, atribuyendo a los neonatos
LFRQRJUi¿FD GH OD '% HQ GLFKD DQXDOLGDG %XV- un destino más prometedor o aciago en función de
FDQGRXQDFRQ¿UPDFLyQLQGHSHQGLHQWHYRQ6SDHWK la efeméride a conmemorar en cada jornada del ca-

 | Egiptología 2.0


lendario. tos pictóricos y textuales de la cámara ‘A’, dirigiendo
OD PLUDGD KDFLD HO VHQWLGR UHOLJLRVR GH ORV MHURJOt¿-
En lengua española, la ornamentación de la cáma- cos que conforman el marco ideológico dentro cual
ra ‘A’ de la DB353 fue descrita en el año 2000 con se deben circunscribir los dos planisferios celestes:
bastante generalidad por Ángel Sánchez Rodríguez, “Los trabajos de documentación y traducción de los
en Astronomía y Matemáticas en el Antiguo Egipto, WH[WRVPRVWUDURQHVSHFLDOLGDGHV¿OROyJLFDVUHVSHFWR
aunque sin aportar ninguna novedad al respecto. de las formas tradicionales en ciertos fragmentos de
Más adelante, en 2004, se publicó La Astronomía en los textos funerarios religiosos de la cámara ‘A’. (…)
el Antiguo Egipto, donde José Lull García encaró la $GHPiVVHKDUHDOL]DGRXQQXHYRHVWXGLRHSLJUi¿FR
LGHQWL¿FDFLyQGHFDQRSRUGHFDQRGHODVSULQFLSDOHV del monumento (…). La nueva traducción integrada
estrellas de la bóveda celeste, mediante una exce- de los textos de las paredes de la cámara ‘A’, permi-
OHQWHODERUGHLGHQWL¿FDFLyQTXHVHH[WHQGHUtDLJXDO- te comprender la funcionalidad religiosa del hipogeo,
mente a las constelaciones de la plancha septentrio- destinado a obtener la transformación espiritual de
nal. Trató, así mismo, de compaginar los resultados Senenmut. Además, se ha constatado la vinculación
obtenidos con los datos extrapolables a partir de los GH ORV JUD¿WRV KLHUiWLFRV LQVFULWRV HQ ORV PXURV GH
relojes estelares diagonales y los ramésidas, para la cámara ‘A’ y de los textos de dicha cámara con
mayor consenso. Destacar que Lull García prestó es- su ‘techo astronómico’” (Martín Valentín y Bedman;
SHFLDODWHQFLyQDXQH[WUDxRDSDUDWRTXH¿JXUDWDQWR 2009).
en éste como en otros diagramas del cielo nocturno:
las dos líneas que se proyectan junto al noray y que Recientemente, en 2018, el historiador español
convergen en la última de las tres estrellas del rabo Francisco Vivas, fundador de la Sociedad Histórica
de toro (la cual, para este autor, no sería otra que Be- de Viajes y Expediciones, contribuyó al conocimien-
netnasch, en la Osa Mayor), especialmente remar- to de esta techumbre astronómica, dando un paso
cada de rojo, en una trayectoria que apuntaría ade- más en la línea de trabajo propiciada por Lull García
PiVKDFLDODVPDQRVGHOD¿JXUDGH6HUNHW TXHHO catorce años antes, tratando de responder al porqué
DUTXHyORJRYDOHQFLDQRLGHQWL¿FDFRPR.RFDEHQOD de las 24 porciones idénticas en que se dividieron los
2VD0HQRU 'H¿HQGH/XOOTXHHVWHYpUWLFHLVyVFHOHV círculos mensuales, atento al poste de madera retra-
podría representar un artilugio usado por los sacer- tado en el panel septentrional. Lo hizo en “Algunas
dotes horarios durante la observación de la bóveda observaciones en torno al calendario del monumento
celeste, cuya función “sería similar a la que, posterior- de Senenmut y el posible objeto astronómico repre-
mente en época ramésida, hacían los sacerdotes que sentado en su techo”, en una de las ediciones del
se colocaban frente al que realizaba la observación Boletín Información de Amigos de la Egiptología. El
de las culminaciones estelares. El hecho de que el número concreto de particiones ha invitado a los es-
vértice apunte descaradamente en algunos de los tudiosos a poner esta cifra en analogía con el suma-
ejemplos vistos anteriormente a la tercera estrella de torio de las horas del día y la noche, en lugar de con
la cola de Mesjetiu o a las manos de Serqet, supone el número de jornadas en que se compartimenta el
que estos dos objetivos concuerdan, en la región mes egipcio, a saber, 30 días. Para Vivas, estas rue-
circumpolar, con estrellas de referencia importantes decillas de 24 radios formarían parte del vértice isós-
«  &RQ HO LQVWUXPHQWR GHEtD YHUL¿FDUVH SXHV OD celes empleado para determinar el eje meridiano, tal
culminación, probablemente superior, de una u otra que el orbe rojo de la tumba secreta de Senenmut,
HVWUHOODFRQORTXHVHFRQ¿UPDEDODSRVLFLyQFRUUHFWD PiVDOOiGHLGHQWL¿FDUVHFRQXQDXRWUDOXPLQDULDHQ
del meridiano central o, simplemente, la orientación realidad, representaría uno de estos redondeles, en
N-S. ¿Cómo era este instrumento? Según las repre- pleno uso, ya superpuesto a la posición de la estrella
sentaciones que disponemos, éste podría haber te- circumpolar que sirve como referente al observador:
nido dos variantes principales. Pudo haberse tratado “Un círculo con veinticuatro divisiones, como los re-
de un simple poste de madera, de cierta altura, y con presentados en la TT353, ubicado en el vértice de un
el extremo superior acabado en punta, truncado o objeto astronómico de observación del eje meridia-
redondeado. La segunda variante podría haber con- no, permitiría contemplar el movimiento circular de
sistido, sin embargo, en dos palos separados en su esos astros en torno a un norte celeste, permitien-
base pero convergentes en su extremo, creando un do calcular el devenir de las horas, así como de los
vértice del que, tal vez, hubiera podido colgar una meses. Tan sólo sería necesario ubicar en el círculo
plomada. Ambos instrumentos hubieran sido útiles central, de menor tamaño, una estrella de referencia,
para calcular el momento de la culminación de estre- que podría ser Alkaid, de Meskhetyw, o Kochab, de
llas circumpolares” (Lull García; 2004:241). Serqet, y observar cómo la otra estrella se va posi-
cionando en los segmentos del círculo, demarcando
Uno de los aspectos cruciales de la misión arqueo- diferentes posiciones. De este modo, cada hora la
lógica española en Deir el-Bahari, más allá de su estrella demarcadora avanzará un segmento, per-
controvertida decisión de haber dado por buena la mitiendo calcular pasos horarios. De igual modo, si
postura de Leitz, es la correlación entre los elemen- se observan dichas estrellas todas las noches a la

Egiptología 2.0 | 


misma hora, la observación permite documentar el rio, pese a que éste sí se hace patente en la cámara
paso de los meses, pues cada quince días la estrella ‘A’FRPR\DLQ¿ULy5ROI.UDXVVHQHQVXEUHYH
demarcadora habrá avanzado un segmento, y dos ensayo “Nochmals die ägyptische Nacht vom 14./15.
segmentos al cabo de un mes” (Vivas Fernández; November”, incorporado al número 146 de la revista
2018:10-11). Göttinger Miszellen. En el segundo, porque “La roja
de Khentet”, decano integrante de la constelación
A los amantes de las aventuras de Indiana Jones les de la barca que von Spaeth asimila a Marte, ha sido
resultará familiar este artilugio, pues tiene ciertas re- LGHQWL¿FDGRVLQPDUJHQDOJXQRSDUDHOHUURUFRQOD
miniscencias con respecto al bastón de Ra, emplea- supergigante roja Antares, estrella principal de la
do por el célebre personaje de Harrison Ford durante constelación de Escorpio, desmontando la cláusula
ODVHFXHQFLDGHODVDODGHPDSDVD¿QGHDYHULJXDU sobre la cual von Spaeth plantea sus conjeturas. Así,
la localización del Arca de la Alianza, irradiando un Belmonte Avilés y Shaltout recurrieron a una expli-
baño de luz sobre la maqueta de Tanis. Nótese que cación ajena a la astronomía para resolver la ma-
los guionistas de Indiana Jones en busca del Arca yor incógnita de este planisferio celeste: la ausencia
Perdida, para dar mayor crédito a esta escena, cons- GH0DUWHHQWUHORVSODQHWDVH[WHULRUHV1RUHÀHMDUtD
cientes de los efectos del movimiento latitudinal en ningún acontecimiento astronómico real, sino un
la órbita solar, situaron a los pies de la maqueta una esquema de la bóveda celeste empleado con ante-
pequeña plataforma inclinada, dividida en cuatro rioridad para decorar relojes de agua: “La hipótesis
secciones, las tres primeras de 10 hiladas de 12 ori- que nosotros pretendemos defender en estos plie-
¿FLRVFDGDXQR\ODFXDUWDGHXQDVRODKLODGDGH gos es que la techumbre astronómica de la tumba
RUL¿FLRV 6H WUDWD GH XQD UHSUHVHQWDFLyQ HVTXHPi- de Senenmut es una copia gigante de un boceto
tica del calendario egipcio, con 360 días repartidos en papiro del diagrama celeste que habría existido
en tres estaciones, a las cuales se suman los 5 días y sido usado para su representación en clepsidras
epagómenos o supernumerarios. De este modo, (como la de Karnak). Debido a la falta de espacio,
FDGDXQRGHHVRVRUL¿FLRVHVWDUtDLGHDGRSDUD DOWUDVODGDUHOGLVHxRGHVGHXQDVXSHU¿FLHFyQLFDD
ajustar el bastón de Ra con la altura y trayectoria una plana, se perdería parte de la decoración. Éste
del Sol en cada jornada del año, si bien con la mitad podría haber sido el caso de la imagen del Rey (que
GHRUL¿FLRVEDVWDUtDSXHVODVLPHWUtDGHOPRYLPLHQ- para el caso debería haber sido Hatshepsut) hacien-
to latitudinal provoca que el Sol pase por un mismo do ofrendas a Ra-Horajty. Prueba de ello es que tan
punto dos veces al año, salvo los solsticios de invier- solo dos de los planetas exteriores han permanecido
no y verano, cuando alcanza sus cotas extremas en- HQ OD YHUVLyQ ¿QDO 3RU FRQVLJXLHQWH OD H[SOLFDFLyQ
tre los trópicos de Cáncer y Capricornio. Aunque se de la desaparición de Marte resultaría más prosaica,
trate de un utensilio apócrifo, simple atrezzo de una PHUDPHQWHLFRQRJUi¿FDHQDEVROXWRYLQFXODEOHFRQ
SHOtFXODGH¿FFLyQVXDWUDFWLYRVHPDQWLHQHLQWDFWR\ la astronomía. De hecho, nos gustaría recalcar que
no estaría de más echar un vistazo más pormenori- la hipótesis de que una techumbre astronómica pue-
zado a este curioso mecanismo en un futuro artículo, da representar el diseño extendido de una clepsidra
máxime, dadas sus similitudes con la herramienta ya fue defendida por Spalinger, si bien en referencia
astronómica propuesta por Francisco Vivas. a la techumbre astronómica del Rameseo, donde sí
se advierten los tres planetas exteriores. Por tanto,
'H IRUPD FRQVFLHQWH VH KD GHMDGR SDUD HO ¿QDO GH
ese techo en particular ya se debería corresponder
este apartado el minucioso análisis llevado a cabo
con un diseño posterior y mejorado de la decora-
por la Misión Hispanoegipcia de “Arqueoastronomía
ción de un reloj de agua”. Cabría recordar aquí que
del Egipto Antiguo”, auspiciada por el Supreme Coun-
Alexander Pogo ya percibió concomitancias entre la
cil of Antiquities of Egypt, sin duda, el más contun-
techumbre astronómica de Senenmut y la del Rame-
dente y riguroso sobre la techumbre astronómica de
seo, encuadrándolas dentro de una escuela común.
Senenmut. “The Astronomical Ceiling of Senenmut:
a Dream of Mystery and Imagination” fue divulgado 'LIHUHQFLD \ UHODFLyQ FRQ RWURV WHFKRV DVWURQy-
en 2005 bajo la pretensión de corregir algunas de PLFRV
las aserciones vertidas por anteriores investigacio-
nes y que se estaban dando por válidas, sin crítica Más allá de su indiscutible valor estético, no cabe
ni contraste de datos, incluso dentro del ámbito aca- duda de que la utilización de este recurso artístico
démico. Como objetivo primordial, Belmonte Avilés y trasciende a lo meramente ornamental. Responde,
Shaltout se propusieron tumbar las tesis de Leitz y la FXDQGRPHQRVDXQD¿QDOLGDGSUiFWLFDVDWLVIDFLHQ-
metodología de von Spaeth, anulando ambas data- GRXQDIXQFLyQHVSHFt¿FDTXH-RVp/XOOLGHQWL¿FDFRQ
ciones, tanto la del 14 de noviembre de 1463 a. C. la recreación de un mapa del más allá, por cuyas
como la del 5 de junio de 1534 a. C., demostrando la regiones debían desplazarse las almas de los muer-
inviabilidad de dichas hipótesis. En el primero de los WRVD¿QGHFRPSOHWDUVXSHUHJULQDMHSRUODVPRUDGDV
casos, porque aquella noche no se cotejó únicamen- de ultratumba: “El techo astronómico constituye un
te la invisibilidad de Marte, sino también la de Mercu- tema que, principalmente, se relaciona directamente

 | Egiptología 2.0


to preside la cámara sepulcral, cuya bóveda de arco
carpanel reconecta con la trayectoria curvilínea des-
crita por los astros: “En esta sala encontró Belzoni
un bello sarcófago de alabastro vacío cuya longitud
es de poco menos de tres metros, en el cual estaban
grabados pasajes del Libro de las Puertas, texto de
carácter mágico que relata el viaje de la barca solar
de Osiris a través de las doce horas de la noche,
navegando por el río subterráneo lleno de demonios,
y enumera las fórmulas mágicas que se requieren
para cruzar las doce puertas vigiladas por genios
y serpientes” (Siliotti, 1997:52). Sobre las paredes
GH HVWD FiPDUD VH KD HVWDPSLOODGR HQ MHURJOt¿FRV
el relato mitológico correspondiente a las primeras
horas del Amduat, donde la barca de Ra boga por
las oscuras regiones del más allá. Pero también, en
un pequeño nicho adyacente a su ángulo sudeste,
VHUHFRJHODUHSUHVHQWDFLyQ¿JXUDWLYDGHXQDGHODV
formalidades con que culminan las honras fúnebres,
pues “Anubis lleva a cabo la ceremonia de apertura
de la boca delante de Osiris, que aparece entre dos
símbolos imiut, fetiches de Anubis que consisten en
el pellejo de un animal atado a un palo metido en
una vasija” (Siliotti, 1997:54), claro indicativo de que
este reducido espacio sirvió como escenario donde
desarrollar el precitado ritual, sobre las reliquias de
Menmaatra Seti I, por última vez, antes de introdu-
FLUHOIpUHWURUHDOGHQWURGHVXVDUFyIDJRGH¿QtVLPR
alabastro; o como residencia, quizás, de una estatua
sedente del faraón, a imitación del Ka de Dyeser, so-
bre la cual se pudiese efectuar dicha parafernalia.

Según la cartografía desarrollada por Theban Ma-


pping Project, el alineamiento del eje central de la
KV17 tiene un acimut de 217º 40’ 50’’, mientras que
este nicho, al abrirse en perpendicular a la trayecto-
ria lineal de la planta de jeringa, queda orientado a
ž¶¶¶GHDFLPXW(QWRUQRDHVWHVHFWRUGHO¿U-
mamento, hacia el año 1290 a. C., fecha probable de
la muerte de Seti I y de la entronización de su suce-
VRUGHV¿ODEDQFRQVWHODFLRQHVWDOHVFRPR+pUFXOHV
Lira, Cisne, Lagarto, Casiopea, Perseo (cuya estrella
gamma se ocultaba a 309º de acimut), Auriga (cuyas
dos estrellas principales, Capella y Menkalinan, se
Menmaatra Seti I, ante Osiris. Neues Museum, de
ponían a 307º y 308º de acimut, respectivamente),
Berlín (ÄM 2058). | Neus Museum.
Lince, Leo (cuyas estrellas Zosma y Rasalas cru-
con el ámbito funerario inmediato al cuerpo del difun- zaban el horizonte noroccidental a 307º y 308º de
to faraón. Las listas de decanos y las representacio- acimut, respectivamente), Leo Menor, Cabellera de
nes de las constelaciones boreales debían ofrecer Berenice y Boyero (cuya estrella alfa, Arturo, la ter-
al difunto un conocimiento del ámbito celeste y del cera más brillante del orbe nocturno, se ocasaba,
transcurso del tiempo que, sin duda, debía serle de a la sazón, cerca de los 311º de acimut), según la
gran utilidad para su nueva vida en la duat” (Lull Gar- versión 0.18.3 del programa Stellarium. Guarda co-
cía; 2004:210). Una guía de viajes para el espíritu, herencia con el hecho de haberse reconocido en Ar-
un itinerario a través del cual circular a lo largo de las turo a la constelación egipcia del noray, que en el
yUELWDVGHO6RO\ODVGHPiVOXPLQDULDV«(VWDVLJQL¿- techo astronómico de la cámara ‘K’ de la KV17 des-
cación está en perfecta sincronía con el uso dado a empeña un importante papel, en manos de la hipo-
las techumbres astronómicas en monumentos fune- SyWDPD'HKHFKRODPD\RUSDUWHGHODV¿JXUDVGH
rarios como el de Seti I (KV17), donde dicho elemen- este diagrama se pueden conciliar con el catálogo de
constelaciones citadas en este párrafo. Si bien hu-

Egiptología 2.0 | 111


debían ser golpeados a propósito de devolverles la
vitalidad: la luz a sus ojos, el aire a su nariz, la pa-
labra a sus labios, la voz a sus oídos... Aunque no
se debe descartar a la ligera la conexión con Artu-
ro, que también apareja un profundo valor simbólico,
dado que “aparece mencionada en los Textos de las
Pirámides en el contexto del viaje astral del faraón
difunto hacia las estrellas imperecederas, en el que
el propio Noray llama al rey a ocupar su lugar entre
éstas” (Belmonte Avilés; 2012:227).

Pero existe una ruptura diametral entre la cámara ‘A’


de la DB353 y la cámara ‘K’ de la KV17: la última fue
diseñada como contenedor del sarcófago del faraón
Menmaatra Seti I, validando el antiguo uso de este
mismo recurso pictórico en los ataúdes del Imperio
Medio; no así en Deir el-Bahari, donde Senenmut es-
tipuló como lugar de enterramiento la cámara ‘C’no la
‘A’ de su tumba secreta. Se desconoce el programa
artístico destinado a orlar la cámara ‘C’ por causa de
su estado inacabado, anepígrafo, aunque fácilmen-
te se podría descartar la repetición de los mismos
motivos decorativos de la cámara ‘A’, ateniéndose
a la economía del espacio que tanto caracterizó a la
artesanía egipcia. Otro tanto se podría predicar de
la techumbre astronómica del Rameseo, el templo
IXQHUDULRGH5DPVpV,,0HULDPyQXQHGL¿FLRGHVWL-
nado “a rendir culto al rey mientras estaba vivo, divi-
nizado y asociado con el culto al dios Amón, deidad
principal del panteón tebano, cuyo hijo en la tierra
era el faraón” (Siliotti, 1997:94), pero que jamás es-
tuvo llamado a convertirse en auténtico recipiente de
sus restos mortales, honor previsto para la KV7. El
análisis del zodíaco del Rameseo ha servido para
vincularlo, ya desde tiempos de Alexander Pogo, con
el de Senenmut, copiando su mismo esquema, inclu-
so en lo tocante a su ubicación fuera de una cámara
sepulcral.

Entonces, ¿cuál fue el uso para el que se concibió


la cámara ‘A’ de la DB353? ¿Si se desvela su fun-
FLRQDOLGDGDFDVRVHFODUL¿FDUiHQODPLVPDPHGLGD
la razón por la que está ribeteada de estrellas o vi-
ceversa? A través del presente estudio se procurará
demostrar que este recinto fue ideado ex professo
para la dramatización del ritual de “Apertura de la
boca”, de ahí que se haya sacado a colación el nicho
Apertura de la boca de Osiris, por Anubis, en un excavado en el ángulo sudeste de la cámara ‘K’ de
nicho de la cámara sepulcral de la KV17. la KV17. Conviene explicar que la arquitectura del
| Theban Mapping Project / William Petty. Imperio Nuevo suprimió el serdab, un local hermé-
ticamente sellado dentro de la propia tumba, al cual
biese sido preferible que el pequeño mihrab donde los egipcios nombraron pr twt, “hogar de la estatua”,
Anubis realiza la “Apertura de la boca” sobre Osiris bastante frecuente en las necrópolis del Imperio
Jenti-Amentiu, “el primero de los occidentales”, estu- Antiguo. En su interior se colocaba una imagen del
viese perfectamente alineado sobre el eje sur-norte, propietario del enterramiento, esto es, su doble de
abriéndose paso hacia la estrella polar, por aquel en- sustitución o Ka. Por lo general, estos anexos se di-
tonces Kocab, astro que, además de presidir el sep- simulaban tras las estelas de falsa puerta y, en oca-
tentrión, también constituía el cabezal de la azuela siones, hasta se les dotaba de alguna ranura que
celeste con la que los órganos sensibles del difunto permitiese al difunto acoger aquellas ofrendas que

112 | Egiptología 2.0


Cámara sepulcral de Seti I. | Araldo de Luca.

Techumbre astronómica de Seti I.


| Wikimedia Commons.Neus Museum. Egiptología 2.0 | 113
Orión y las constelaciones zodiacales, en la techumbre astronómica del Rameseo. | Wikimedia Commons.

para su sostén eran depositadas por los vivos en la que se le brindaría en ésta última, frente a otro más
inmediata capilla funeraria. A partir del Imperio Me- privado para el que se reservaba Deir el-Bahari. Es
dio, se supliría el serdab por un simple nicho abierto, PiVFRPRYLVLUGH(JLSWRODGHL¿FDFLyQGH,PKRWHS
reservado para cobijo de la estatua Ka del difunto y su lejano antecesor en el cargo, no hubo de ser aje-
parte integrante de su ajuar funerario, sin necesidad na a Senenmut, cuya sacralización quizás pretendió
de tapiar esta sección de la tumba. emular éste último, creándose en la TT71 un cen-
tro de peregrinaje inventado a tales efectos, como
Uno de los elementos más llamativos de la cámara agregado de su verdadera tumba en la DB353. No
µ$¶GHOD'%DGHPiVGHVXPDJQt¿FRWHFKDPHQ en vano, de una prebenda similar disfrutaría poco
es la estela de falsa puerta, atributo que, como va después Amenhotep, hijo de Hapu, visir de Nebma-
dicho, estuvo históricamente vinculado con la es- atra Amenhotep III, al autorizársele la construcción
tancia que albergaba a los dobles de los muertos. de un templo funerario junto al del soberano en cuyo
Así, resulta factible que el proyecto de Senenmut UHLQDGRÀRUHFLy'HKDEHURFXUULGRDVtHODPELFLRVR
contemplase la introducción, aquí, de su mejor es- plan de Senenmut se vería truncado por su prema-
tatua, ante la cual se habrían de realizar los oportu- tura muerte y, al hallarse inconclusos los trabajos en
nos sahumerios y se ofrecerían las correspondien- la DB353, sus albaceas se habrían decantado por
tes viandas, se invocarían las oraciones de rigor y aquél, de ambos panteones, cuyas obras estuviesen
se practicaría la magia de la resurrección. Asumiría, más adelantadas, dándole entonces sepultura en la
entonces, un cometido análogo al previsto para su TT71 y quedando la cámara ‘A’ de la tumba secreta
capilla funeraria de Sheij Abd el-Qurna (TT71), dife- de Senenmut privada de su misión original.
renciándose, quizás, en el culto de carácter público

114 | Egiptología 2.0


$QWHFHGHQWHV/RVDWD~GHVGHO,PSHULR0HGLR

Pese a que esta habitación contiene el techo astro-


nómico más antiguo que hasta la fecha se ha podi-
do localizar en Egipto, lo cierto es que la iconografía Diagrama estelar del sarcófago de Heny.
empleada para representar la bóveda celeste no era | Ancient Egyptian Astronomy Database.
en absoluto desconocida para los sacerdotes hora-
hecho, varias constelaciones de la plancha septen-
rios de la XVIII Dinastía. En realidad, “los orígenes
WULRQDOGHODWHFKXPEUHGH6HQHQPXW¿JXUDQ\DHQ
del diseño de este techo deben remontarse más de
la tapa del ataúd de Heny, donde se pueden distin-
seis siglos atrás, pues de la dinastía XI procede par-
guir los nombres Hb pt (“Festival celeste”, uno de los
te de un ataúd, hoy perdido, en el que se han ob-
HStWHWRV GH OD KLSRSyWDPD FX\D ¿JXUD QR DSDUHFH
servado listas de decanos y representación de las
aquí, aunque el texto sí acompaña al poste vertical
constelaciones boreales” (Lull García; 2004:195).
triangular), msxtyw (el Muslo de Seth, en el centro,
Precisamente, la decoración de carácter astronómi-
conservándose únicamente su etiqueta, mas no su
co se inscribía en la parte interna de las tapas de
imagen), anw (palabra que aparece junto a una re-
los sarcófagos del Imperio Medio para que, cuando
presentación de esta constelación en miniatura), nTr
las momias fuesen depositadas y selladas en su in-
rwty (“León divino”, donde el determinante del felino
terior, quedasen cubiertas, a modo de falso techo,
resulta ser, por economía del espacio, el propio di-
por estos diagramas celestes. Así, la gran diferencia
bujo de esta constelación) y Htp rdwy (“el sosegado
entre las tumbas del Imperio Nuevo y los sarcófagos
de pies”, cuya etiqueta aparece junto al retrato de un
del Imperio Medio se sustancia en que la imagen del
cocodrilo, en alusión al dios Sobek). Esta visión del
¿UPDPHQWRSDVyDLPSULPLUVHVREUHHOJUDQFDMyQ OD
cielo circumpolar se muestra invertida con respecto
cámara en sí misma), en lugar de sobre el peque-
a la que aparece en el planisferio de Senenmut. Otra
ño cajón (el sarcófago), siendo, por tanto, la primera
de las diferencias entre ambos croquis es la posición
fórmula una simple transposición de la segunda, res-
del cocodrilo, que en el techo astronómico de Senen-
petando siempre el propósito de replicar la geografía
mut forma una diagonal con respecto al horizonte,
del cosmos como si, ora la tapa del sarcófago, ora el
frente al ataúd de Heny, donde está recostado sobre
techo de la cámara, estuviesen tallados de un mate-
su panza, en paralelo a él. Lo cierto es que esta di-
rial translúcido que permitiese al difunto descansar
ferencia no resulta ser tal, pues la escena se corrigió
bajo el dosel estrellado de la noche. Es común que,
en la DB353, advirtiéndose todavía los bocetos del
entre las dinastías XI y XII, estas representaciones
SURJUDPD LFRQRJUi¿FR RULJLQDO UHFUHDQGR HQ HVWH
esquemáticas del espacio sideral formasen parte de
caso, y a la perfección, la silueta de las constelacio-
los relojes estelares diagonales: se conocen hasta
nes nTr rwty y Htp rdwy tal y como campan en el ataúd
17 ejemplos de tal instrumento, bosquejados sobre
GH+HQ\OXHJRPRGL¿FDGDVSDUDLQFRUSRUDUOD¿JXUD
las tapas de otros tantos ataúdes. No parece casual,
con sus brazos en posición de ataque.
por consiguiente, que la techumbre astronómica de
Senenmut resulte ser, como ha apuntado la Misión Entre los fondos de la Universidad de Tübingen se
Hispanoegipcia de “Arqueoastronomía del Egipto custodia uno de los modelos mejor conservados de
Antiguo”, la plasmación bidimensional de una clep- reloj estelar diagonal del Imperio Medio: el de la tapa
sidra, esto es, de un reloj de agua. GHOVDUFyIDJRGH,G\XQFRPDQGDQWHGHODÀRWDHJLS-
cia inhumado en el cementerio de Asiut. A lo largo
Una de las versiones más completas de estos dia-
GHVXVGRVPHWURVGHPDGHUDVHH[WLHQGHXQD¿QD
gramas estelares, hoy por hoy extraviada, la sacó a
capa de estuco, laminada en 18 columnas de 12 hi-
la luz Gerald Avery Wainwright (1879-1964) entre los
leras cada una, divididas éstas a la mitad, 6 y 6, por
fragmentos del ataúd S1X de la necrópolis de Asiut.
un grueso hemistiquio. Cada columna equivale a un
Esta pieza, perteneciente a un mayordomo llamado
decano, lo que redunda en que este reloj en con-
Heny, se halló en 1922 a las puertas de la Tumba
creto, con sus 18 decanos, llega a comprender los
I de dicho cementerio, atribuida a un tal DfA=i-Hapi,
primeros 180 días del calendario civil egipcio, desde
siendo fechada por su descubridor en tiempos de la
el día 1 del primer mes de Ajet hasta el día 30 del
XI Dinastía; no obstante, el reciente análisis llevado
segundo mes de Peret, abarcando un semestre al
a cabo por Marcel Zitman retrasaría su confección
completo. Por su parte, cada hilera corresponde a
hasta mediados de la XII Dinastía. A este ataúd le
una de las 12 horas nocturnas –durante las cuales
dedicó Alexander Pogo el artículo “The Astronomi-
la barca de Ra transita por las 12 regiones del infra-
FDO,QVFULSWLRQVRQWKH&RႈQVRI+HQ\ ;,WK'\QDV-
PXQGRTXHDTXtVRQLGHQWL¿FDGDVPHGLDQWHODDSD-
ty?)”, editado en julio de 1932 en el volumen 18 de
rición de una estrella en particular sobre la línea del
la revista Isis, tratando de demostrar que la decora-
horizonte. Transcurridos 10 días, la misma estrella
ción astronómica de los enterreamientos del Imperio
madrugaría una hora más, rigiendo la hora anterior.
1XHYRWXYRVXRULJHQHQODVLPSOL¿FDFLyQGHOFLHOR\D
Decano tras decano, dicha luminaria iría retrocedien-
presente en los sarcófagos del Imperio Medio. De

Egiptología 2.0 | 115


Tapa del sarcófago de Idy, en el Museo de la Universidad de Tübingen. | Wuselig.

do como por una escalera, peldaño a peldaño, desde


la hora duodécima a la undécima, luego a la décima
y así sucesivamente, hasta completar un total de 12
decanos, con sus 120 días y sus 120 noches, mo-
mento en que, en lugar de ser visible al orto –la últi-
ma hora de la noche-, lo sería al ocaso –la primera-.
'HELGRDHVWHHVFDORQDPLHQWRODJUi¿FDGHODV
posiciones posibles de cada estrella describe una
diagonal, que ha terminado por dar nombre a este
tipo de relojes.

En el ataúd de Idy, la primera aparición de Sirio se


registra en la duodécima hora del decimoséptimo
decano. Este evento marca su orto helíaco, ofrecien-
do una fecha sotíaca para el día 161 del calenda-
rio egipcio. José Lull, partiendo del Ciclo Sotíaco de Detalle del panel estelar del sarcófago de Idy, en
1460 años de duración –en base al año juliano-, con Asiut. | Einsamer Schütz.
apocatástasis en 2782 a. C., atribuye un desvío de destinada a congratularse con el Sol y las constela-
640 años y sitúa la factura de este ataúd hacia el año ciones: “La inscripción nos recuerda que estamos en
2142 a. C., a comienzos del Primer Período Interme- el ámbito funerario pero también que ciertas divinida-
dio (Lull García; 2004:117). No obstante, tomando des celestes debían tenerse en cuenta para realizar
como referencia el Ciclo Sotíaco de 1423 años de ofrendas alimenticias. Ra es llamado <señor del cie-
duración –en base al año sidéreo-, con apocatásta- lo> y a él se le otorga la primera de estas ofrendas.
sis en 2719 ± 3 a. C., se produciría un lapso de dis- También leemos que Mesjetiu y Nut debían recibir
cordancia de 628 años, emplazando la confección ofrendas, así como Sah, Semed meridional y boreal
de este reloj estelar diagonal hacia el año 2091 ± 3 y <el dios que cruza el cielo>. Estas otras seis divi-
a. C., en los albores de la XI Dinastía, según la cro- nidades también están relacionadas con la bóveda
nología baja propuesta en 2006 por Hornung, Krauss celeste. Mesjetiu es la Osa Mayor, Nut es la diosa
y Warburton, en virtud de las dataciones lunares de del cielo por excelencia, Sah es nuestro equivalen-
Jakaura Senusert III extraídas del archivo real de El te a Orión, los Semed son dos decanos y el <dios
Lahun. Si bien, más allá de la mecánica subyacen- que cruza el cielo> debe referirse también a Sah, es
te a los relojes estelares diagonales y de su notable decir, a Orión” (Lull García, 2004:112-13). En oca-
contribución a elucidar la cronología de este período, siones, esta jaculatoria piadosa es algo más exten-
a la hora de defender la hipótesis contenida en estas VDLQFOX\HQGRHQWUHORVEHQH¿FLDULRVGHODRIUHQGDD
páginas resulta crucial revisar los dos aditamentos Sepedet, encarnación de la estrella Sirio, así como a
FRQ TXH VH KD FRPSOHPHQWDGR VX VLJQL¿FDGR SRU otros decanos, tales como rmn Hry, tpya spd, imy xt spd,
una parte, la plegaria recogida en el hemistiquio que Axwy, imy xt Axwy, HAt xAw, pHwy xAw, xntt Hrt y xntt Xrt,
separa las horas sexta y séptima, marcando la me- según se observa en los ataúdes de Mesjet (Cairo
dianoche; por otra, el diagrama celeste inserto entre 28118), Itib (Cairo J 36444) o Heqat (Cairo 28127=J
los decanos 11 y 12.  SRUFLWDUDOJXQRVD¿QGHTXHHVWRVOXFHURV
En primer término, la oración del hemistiquio está fuesen propicios al difunto en su viaje por el ámbito
astral.

116 | Egiptología 2.0


En otras palabras, las manecillas de un reloj estelar
diagonal repintado sobre una tapa de ataúd, seña-
laban la hora del parto divino, el instante en que se
abriría para los muertos, justos de voz, el pórtico de
la existencia eterna, en comunión con Osiris.

La fórmula 130 del Libro de los Muertos HVFHQL¿-


ca este acontecimiento, cumpliendo el objetivo de
³WUDQV¿JXUDU DO ELHQDYHQWXUDGR HQ HO GtD GHO QDFL-
miento de Osiris y hacer vivir su alma eternamente”,
cuando “el Osiris N. ha tomado la vara y se abre ca-
PLQRHQHOFLHORORVHVStULWXVVDQWL¿FDGRVOHULQGHQ
homenaje como (cuando) se levanta Aquél que no
estará ya más inerte; ensalza a Re por lo que ha
hecho por él, (porque) el Osiris N. ha apartado los
nubarrones y contemplado su perfección, ha resta-
blecido su navegación para que la barca navegue
por el cielo y que la luz aparezca de nuevo. El Osiris
N. es uno que ha sido traído por Thot, (es) un grande
que reside en su Ojo y que se sienta en la gran barca
de Khepri. El Osiris N. ha arribado a la existencia y
cuanto ha dicho se ha cumplido. El Osiris N. avanza
y recorre el cielo hasta Occidente, hacia que los ilu-
minadores de Shu se levantan con manifestaciones
Sarcófago de Cnumhotep (XII Dinastía), con la mo- de júbilo (y) toman los cordajes de Re (para darlos)
mia ladeada, mirando a través del Doble Ojo de a su tripulación” (Lara Peinado; 1993:222). La trans-
Horus. | Metropolitan Museum of Art. ¿JXUDFLyQ GHO GLIXQWR KDFLHQGR GHO QDFLPLHQWR GH
Osiris su propio renacimiento, participa de la misma
Por cierto que, como destinatarios de esta ofren-
lógica subyacente a los sortilegios inscritos en la cá-
da, dentro del catálogo decanal empleado a la sa-
mara ‘A’ de la DB353, a través de los cuales, según
zón se han primado, mayoritariamente, los decanos
los informes técnicos del “Proyecto Sen-en-Mut”, se
triangulares, esto es, los utilizados para señalar los
logra “comprender la funcionalidad religiosa del hipo-
días epagómenos o supernumerarios: por parejas,
geo, destinado a obtener la transformación espiritual
smd rsy y smd mHty constan bajo la numeración E1 y
de Senenmut” (Martín Valentín y Bedman; 2009).
E2, nTr DA pt y rmn Xry¿JXUDQFRPR(\(HQWDQ-
to que tpya spd y imy-xt spdVHLGHQWL¿FDQFRPR(\ Se da la circunstancia de que cuatro de los dioses
E7; Axwy es el decano triangular E8, aunque su par, presentes en este alumbramiento divino son repre-
imy xt Axwy, es el vigésimo decano (Lull, 2004:119). VHQWDGRVGHIRUPD¿JXUDWLYDHQORVUHORMHVHVWHODUHV
Fuera de los triangulares, además del 20, cabe in- diagonales de los ataúdes del Imperio Medio: la ma-
cluir los binomios conformados por xntt Hrt y xntt Xrt, dre, Nut, y tres de sus vástagos, Seth, Osiris e Isis.
los decanos sexto y séptimo, y por HAt xAw y pHwy Al igual que la techumbre astronómica de la cámara
xAw, los decanos 35 y 36 (Lull, 2004:119), los últimos ‘A’ de Senenmut se compone de dos paneles, ha-
del año e inmediatos predecesores de los decanos biéndose fragmentado en dos franjas el cielo septen-
triangulares. Esta elección no se antoja casual en trional y el meridional, la misma división se aprecia
absoluto, pues, de los 12 decanos seleccionados en las tapas de los sarcófagos del Imperio Medio,
(dentro de los 48 disponibles), 7 son triangulares y 2 mediante dos pequeños cuadriláteros separados por
VRQORVTXHDQWHFHGHQDORVWULDQJXODUHVDO¿QDOGHO el hemistiquio arriba dicho. El cielo circumpolar ocu-
calendario civil. Fijar la atención en los últimos 5 días pa la sección izquierda, con la diosa Nut soportando
del año es un modo sutil de reconducir la mente del HOVLJQRMHURJOt¿FRptFRQHOVLJQL¿FDGRGH³EyYHGD
lector hacia los 5 dioses más jóvenes de la Enéada celeste”, extendiendo los brazos en lo alto y acom-
Heliopolitana, Osiris, Isis, Seth, Neftis y Horus, cuyo pañada por la etiqueta “Nut, eleva tus brazos”; y con
nacimiento se conmemoraba, precisamente, en di- la constelación del Muslo junto a la leyenda “La pata
chas jornadas. Es más, tras la democratización de GHWRUR 0HVMHWLX HQHOFLHORERUHDO´LGHQWL¿FiQGRVH
las prácticas funerarias, el credo y esperanza de los con la Osa Mayor, metáfora de la pierna que Seth
egipcios pasaría por tornarse uno con Osiris en el perdió durante los combates con su sobrino, Horus.
más allá, agregando el nombre del dios a su propio La mitad sur también se expresa a través de dos so-
nombre de pila, de ahí que el cumpleaños de Osiris las imágenes: la de Osiris, descrito como “Sah en
pasase a designar, igualmente, el renacimiento espi- el cielo meridional. Sah, gira tu cabeza para que tú
ritual del difunto tras el óbito de su cuerpo terrenal. puedas ver a Osiris”, donde los griegos imaginaron

Egiptología 2.0 | 117


al gigantesco cazador Orión; y la de su consorte, Isis, techumbre astronómica de Senenmut, art es uno de
sumada del texto “Sepedet, ella da vida”, encarnan- los cinco decanos que –aquí de forma desordena-
do a la estrella que más tarde fue convertida por los da- conforman la constelación de Sah. Lo mismo se
astrónomos del Egeo en el Can Mayor, esto es, en describe en el diagrama estelar del Rameseo –pero
uno de los perros de presa de Orión, bautizado como ya dentro de su orden natural-, quedando localizado
Sirio (Lull García, 2004:113). En la tumba secreta de en su extremo más occidental. Otro tanto muestra el
Senenmut, Osiris-Orión e Isis-Sirio presiden el cor- planisferio celeste de la cámara ‘K’ de la KV17, con
tejo de los decanos en la plancha meridional, mien- la particularidad de que, en la tumba de Seti I, art
tras el Toro, una derivación del Muslo en tiempos del Ȝ7DXUL \xAw (las Pléyades) comparten la misma
Imperio Nuevo, ocupa el lugar más preponderante FROXPQDHQHOÀDQFRRHVWHGH6DKHOFXDOHQHVWD
del panel septentrional. De este modo, aunque el radiografía del cielo nocturno abarca hasta seis de-
resto de las estrellas, planetas y constelaciones de canos.
la cámara ‘A’ faciliten la recreación de una imagen
mucho más detallada de la bóveda celeste, en esen- Que los antiguos egipcios considerasen esta región
cia, se trata de una copia preciosista del esquema GHO¿UPDPHQWRFRPRSDUWHLQWHJUDQWHGHODFRQVWH-
ya empleado por los artesanos del Imperio Medio. Y lación de Sah implica que el orto helíaco de Xry aryt
también en la tumba de Senenmut ambas regiones hubo de suponer, para esta civilización, el primer
GHO ¿UPDPHQWR HVWiQ FRPXQLFDGDV D WUDYpV GH XQ avistamiento del cuerpo astral de Osiris luego de un
hemistiquio, en este caso, cubierto con cuatro pasa- breve período de invisibilidad. Al atardecer del 30 de
jes de los Textos de las Pirámides, fundamentales a abril del año 2091 a. C., durante la puesta de Sol,
ODKRUDGH¿MDUHOYDORUVHPiQWLFRGHHVWHFRQMXQWR Betelgeuse se encontraba apenas a 7º de altura so-
como luego se verá. bre el horizonte occidental, en las inmediaciones de
su ocaso helíaco, mientras que Bellatrix ya atrave-
Decanos de Idy Decanos de Senen- Equivalencia (según saba el horizonte a la par que Ra, con una altura de
mut Lull) 0º a la puesta del Sol. Un poco más elevada, a 15º
(17) spd (36) spdt Sirio de altura, se encuentra Isis-Sirio, la cual al cabo de
(16) tpya spd (35) sAH unos minutos acompaña a esposo, Osiris, y al todo-
(15) Xrt wart (34) rmn sAH Betelgeuse poderoso rey de los dioses, Ra, cruzando también
(14) abwt (33) Xry rmn sAH los umbrales del inframundo. En lo tocante a la ma-
(13) Hry rmn sAH (32) Hry rmn sAH Aldebarán ñana del primero de mayo, en el cielo levantino, a la
(12=11) Xry aryt (31) art Ȝ7DXUL hora del amanecer, poco antes de que el disco solar
M45
venza una vez más a las sombras en su eterno ciclo
(10) xAw (30) xAw
de regeneración diaria, Xry aryt resurge de entre los
El diagrama estelar presente en el ataúd de Idy se in- muertos, como una hierofanía astronómica, todavía
serta entre las columnas 11 y 12. Algunas monogra- débil a causa de la luz de alba, pero signo palpable
fías señalan que, por un error del artesano, ambas de que Osiris vive, de que ha superado con holgura
columnas están repetidas, tratándose, en realidad, su travesía por la Duat, abandonando el sepulcro y
de la misma. No obstante, esta decisión podría ha- saliendo al día. Y, junto a él, también Idy, como pro-
EHUVH WRPDGR FRQ SUHPHGLWDFLyQ D ¿Q GH UHFDOFDU pietario de este ataúd.
que el paisaje astronómico descrito entre estas co-
En la misma medida en que los paneles de la DB353
lumnas responde a la posición real de las constela-
están colocados “en su lugar correcto respecto a los
ciones cuando el decano Xry aryt preside la duodé-
ejes cardinales. Así, la sección del techo que se de-
cima hora de la noche, esto es, cuando emerge al
dica al cielo meridional está en la mitad sur de la cá-
clarear del día coincidiendo con el orto helíaco de
mara A, mientras que la del cielo boreal se encuentra
esta estrella en concreto. Al encontrarse cinco de-
en la mitad norte” (Lull García; 2004:195), también
canos por detrás de spd (Sirio), la aparición de Xry
la disposición de los ataúdes del Imperio Medio se
aryt debía de producirse, a la sazón, hacia el 1 de
DOLQHDEDFRQORVSRORVJHRJUi¿FRVVLWXDQGRORVSLHV
mayo, cincuenta días antes del solsticio de verano,
hacia el sur y la cabeza hacia el norte. La momia
a partir de lo cual debe de corresponderse con el
se ladeaba, apoyándola sobre su costado izquierdo,
decano art, que ocupa esta misma posición en el lis-
para que se mantuviese con la mirada hacia el este,
WDGRGHFDQDOGH6HQHQPXW\TXHKDVLGRLGHQWL¿FD-
el Sol naciente, razón por la cual se añadía el Do-
do, en razón de su ascensión recta, con la binaria
ble Ojo de Horus en el exterior, como si su magia
eclipsante Lambda Tauri (Lull García; 2004:251), si
le proporcionase al difunto una visión de rayos X,
bien el egiptólogo alemán Christian Leitz (1960) es
capaz de traspasar todo tipo de obstáculos físicos,
de la opinión que detrás de Xry aryt se encontraría,
empezando por el lienzo de los vendajes, pasando
o bien la gigante naranja Botein (Delta Arietis), o
por el cartonaje de la máscara funeraria, siguiendo
bien la binaria espectroscópica Ómicron Tauri (Lull
por la madera del féretro y terminando por la roca de
García; 2004:243). Según el panel meridional de la
las paredes: “Durante el Imperio Medio, los sarcófa-

118 | Egiptología 2.0


gos estaban ‘orientados’: su parte este es la sección
larga, señalada en el exterior con el doble ojo wDAt,
contemplando de forma simbólica hacia el amanecer
y el renacimiento” (Magli; 2013:190).

0iVDQWHFHGHQWHV3LUiPLGHV\SLUDPLGLRQHV

(VHOPLVPROHQJXDMHTXHUHÀHMDODFDUDRULHQWDOGHO
piramidión de Nymaatra Amenemhat III, sexto faraón
de la XII Dinastía, procedente de la Pirámide Negra
de Dashur. La cronología baja para este monarca,
señalada por Krauss atendiendo a las fechas lunares
para el reinado de Senusert III, emplazaría el man-
dato de su hijo, Amenemhat III, entre los años 1818
y 1773 a. C. (Belmonte Avilés; 2012:306), situándolo Piramidión de Nimaatra Amenemhat III, procedente
unos 300 años después del ataúd de Idy. El Doble de la pirámide negra de Dashur. | Merya Attia.
Ojo de Horus, tan presente en el lateral este de los
sarcófagos del Imperio Medio, adorna esta misma descubierta en la necrópolis de Saqqara Sur. Fue
vertiente en dicho piramidión, protegiendo los cartu- éste uno de los reyezuelos de la XIII Dinastía, cuyo
chos reales, prestando sus pupilas al monarca para gobierno, según las estimaciones de Krauss, abar-
contemplar el surgimiento de un nuevo día, recrean- caría el período comprendido entre los años 1732 y
GRXQDH[SUHVLyQHQMHURJOt¿FRVTXHVHVXHOHWUDQV- 1728 a. C. (Belmonte Avilés; 2012:307), medio siglo
literar ptr nfr.w y traducir como “contemplando el después de la coyuntura de Amenemhat III, demos-
esplendor” del Sol naciente. El texto que acompaña trando que, a la sazón, seguía vigente la teología as-
dice: “Declaración: aparición pública del Rey del Alto tronómica empleada en dinastías anteriores:
y del Bajo Egipto, Señor de las Dos Tierras, Nimaa-
tra, para que presencie al Señor del horizonte cruzar “Al efectuar una lectura global de ambos piramidio-
el cielo superior. Que él haga resplandecer al Hijo de nes se observa cómo el eje este-oeste conforma un
Ra, Amehemhat, como un Dios, Señor de la eterni- todo, leído en este orden, donde el faraón renace
dad, el Hijo de Ra, que no perezca. Dicho por Ra: le cada mañana, cual el Sol de la aurora, dirigiéndose
doy cosas maravillosas y bellas al Señor de la Doble luego a sus dominios en Occidente, donde lo recibe
Corona, Iti Iwatauy. Me complazco de ello, pues es el dios [Anubis] que le permitirá regresar a la vida
mi deseo. Dicho por el horizonte: me complazco de HOGtDGHVSXpVHQXQFLFORTXHQRWLHQH¿Q3RUHO
ello, pues es mi deseo”. Se está departiendo, en rea- contrario, en el eje sur-norte, leído también en este
lidad, sobre el renacimiento matutino del soberano, VHQWLGR HO IDUDyQ HV LGHQWL¿FDGR FRQ 2VLULV FX\RV
como miembro de pleno derecho del séquito solar. miembros, piernas y esqueleto, aparentan sobrevo-
lar la tierra (Geb), representando de forma metafóri-
En cuanto a las demás escuadras de este piramidión, ca la evolución de Orión por los cielos, a través de
SRUHOODVGHV¿ODQGHLGDGHVDVWURQyPLFDVSDUWLFXODU- cuyas tres cumbres penetra el rey difunto en la Duat,
mente en el caso de la cara norte, al rememorarse proyectándose después hacia el norte, con la voca-
sobre ella cómo “se eleva el Ba del Rey del Alto y ción de convertirse allí en la estrella que domina a
del Bajo Egipto hacia las (tres) cumbres de Orión, se todas las demás, quizás Thuban, la Polar de la épo-
hermana con la Duat, se establece sobre las estre- ca, o tal vez Kocab, la punta de la azuela cósmica del
llas del norte como Hijo de Ra, Amenemhat”. Consis- Upuaut. ¿Acaso no evoca este lenguaje las mismas
te en una reducción básica, abajada a un nivel des- ideas contenidas siglos antes en los Textos de las
criptivo, del mensaje ya presente en los mapas del Pirámides? ¿Y el destino del rey, expresado en estos
cielo acuñados para los relojes estelares diagonales, GRV HMHV GH FRRUGHQDGDV JHRJUi¿FDV QR UHFXHUGD
reduciendo el sur únicamente a qAw sAH, literalmente al auxilio recibido por el alma del faraón durante su
“los (tres) montículos (o altitudes) de Sah”, segura- ascensión astral gracias al soporte de los cuatro hi-
mente una evocación de las tres estrellas del Cintu- jos de Horus, es decir, los cuatro puntos cardinales?’’
rón de Orión y excluyendo a Isis-Sirio de la ecuación; (Fernández Pousada; 2018:39).
mientras que el norte se resume como sbAw mHttw,
“las (tres) estrellas septentrionales”, sin delimitar su Esta repartición del destino estelar del rey, entre el
SHUWHQHQFLDRQRDODFRQVWHODFLyQGHO0XVOR/D¿QD- cielo del meridión y el del septentrión, se puede re-
lidad de este código astronómico persigue colaborar trotraer mucho más atrás, a la Era de las Pirámides.
en la ascensión del alma de Amenemhat III durante La más perfecta de todas ellas, la Gran Pirámide de
su viaje a la bóveda celeste, como titular y propieta- Keops, en Guiza, juega con este doble simbolismo:
rio de la Pirámide Negra de Dashur. En contenido, es de sus dos cámaras principales, conocidas popu-
bastante afín a la piedra apical de Userkara Jendyer, larmente como del Rey y de la de la Reina, parten

Egiptología 2.0 | 119


sa madre. En lo que respecta a la estrella Kocab,
como se ha comentado con antelación, “es el cabe-
zal de la azuela celeste: representa el punto exacto
de la herramienta de metal que los sacerdotes de
Upuaut utilizaron durante los rituales de “Apertura de
la boca” para golpear los órganos vitales de la mo-
mia y devolverles, así, la sensibilidad” (Fernández
Pousada; 2019b:39). El nombre más común que se
le dio a este instrumento fue, precisamente, msxtyw,
compartiendo nomenclatura con la constelación más
notoria del cielo boreal egipcio, pues su silueta repli-
ca la morfología de la Osa Menor, aunque, por proxi-
midad, acabó aludiendo al área de la Osa Mayor.
Sección longitudinal de la Gran Pirámide, mos-
trando la orientación de los conductos meridiona-
Las conexiones estelares de la Cámara de la Rei-
les hacia Sirio y Orión y de los septentrionales ha-
cia Draco y la Osa Menor. | Wikimedia Commons.
na la convierten en un espacio ideal para la restau-
ración de las constantes vitales del rey difunto. Isis
cuatro canales astronómicos, dirigidos hacia otros 6LULR IXHODDUWt¿FHGHODUHFRPSRVLFLyQGHOFXHUSR
tantos puntos de la bóveda celeste, de especial inte- fragmentario de su esposo; con su magia insondable
rés dentro de la mitología egipcia. Los dos conductos reunió sus células corrompidas por los dedos de la
que miran al sur están orientados, uno de ellos hacia muerte y las devolvió a la vida. Solamente una mujer,
la estrella Sirio (Alfa Canis Maioris), que los egipcios cuya naturaleza es capaz de alumbrar nuevas vidas,
nombraron como spdt, “la triangular” y en la cual re- podía proveer la resurrección en el antiguo Egipto;
conocieron la encarnación astral de la diosa Isis; y de ahí que las viudas y las huérfanas del difunto
el otro hacia el Cinturón de Orión, el representativo jugasen un papel primordial durante el sepelio, en
tocado de la constelación de Orión, donde entrevie- alianza con una cofradía de sacerdotisas expertas
ron la representación celestial de su consorte, Osiris, en los ritos funerarios: las plañideras. Ahora bien,
rebautizándolo como sAH. Se trata de las mismas dos este poder presente en el conducto sur se combina
¿JXUDVTXH más adelante recogerán los ataúdes del en la Cámara de la Reina con la fuerza regeneratriz
,PSHULR0HGLRSDUDVLQWHWL]DUODIUDQMDGHO¿UPDPHQ- de la azuela del Upuaut (Osa Menor), transferida a
to austral visible por las noches en Egipto, y que des- través del conducto norte, cumpliendo igualmente
pués, en el Imperio Nuevo, reaparecerán presidiendo la misión de reparar la vida y devolver la impresión
el cortejo de los decanos en la plancha meridional de a los cinco sentidos. Frente a esta función revitali-
la tumba secreta de Senenmut. Otro tanto sucede en zante, la Cámara del Rey satisfaría un objetivo di-
la DB353 con su panel septentrional, especialmente ferente y catalizador: sus conductos astronómicos,
detallista en lo que toca al cielo circumpolar, cinco de alineados al sur con el Cinturón de Orión (las tres
cuyas constelaciones ya habían sido plasmadas, en SDUWtFXODVTXHFRQIRUPDQHOMHURJOt¿FRsAH) y al norte
el Imperio Nuevo, en el diagrama del ataúd de Heny, con Thuban (la estrella polar de la época), indican
a saber: el león, el cocodrilo, el arponeador, la hipo- el destino al que se debe dirigir el espíritu de Keops
pótama y la pata de buey. WUDVFRPSOHWDUVHVXJHVWDFLyQHQHOPiVDOOiD¿QGH
convertirse en un compañero de Osiris, pero también
En coherencia, cabría presuponer que hacia estos en un hermano de las estrellas imperecederas. Así,
mismos asterismos se hayan orientado también mientras la Cámara de la Reina supone la sala más
los dos canales astronómicos de la Gran Pirámide adecuada para colocar la estatua Ka del rey difunto,
previstos en su fachada norte. De hecho, es exac- sobre la cual realizar el sagrado ceremonial de la re-
tamente así como sucede, al coincidir sus destinos vigorización; la Cámara del Rey constituye el recinto
con la declinación de las estrellas Kocab (Beta Ursæ PiVH¿FLHQWHSDUDXELFDUVXVDUFyIDJRGHVGHGRQGH
Minoris) y Thuban (Alfa Draconis). Esta última –que su espíritu puede proyectarse hacia la bóveda celes-
GXUDQWHODHGL¿FDFLyQGHHVWHPDXVROHRVHGLVWLQJXLy te; con lo que Keops dispondría de una sala para su
como estrella polar- hubo de formar parte de la cons- transformación y de otra para su tránsito. Además, el
WHODFLyQFRQH¿JLHGHKLSRSyWDPDFX\RVOtPLWHVVH pasaje de acceso a la Cámara Subterránea –quizás
extenderían cuando menos por Boyero, Hércules y un simple señuelo para despistar a los ladrones; tal
Lira, abarcando además la totalidad de Draco. Como vez un primer proyecto abandonado para emplazar
único punto inmóvil de las órbitas estelares, Thuban el lecho mortuorio-, comparte este alineamiento con
funcionaba a la sazón como el ombligo –cuando no Thuban, así como su simbolismo (salvo en lo que
ODYXOYDGHODGLRVD1XWODSHUVRQL¿FDFLyQGHOFLH- atañe al destino osiríaco del faraón).
lo; lo que concuerda bien con la interpretación que
muchos egiptólogos hacen de la hipopótama rrt, Además, las estrellas y constelaciones alrededor de
WRPiQGROD FRPR XQ DVSHFWR WHULRPyU¿FR GH OD GLR- las cuales se articula el diseño de la Gran Pirámi-

 | Egiptología 2.0


paró para sus destinos solar y estelar. Por extensión,
y dado que en muchas otras pirámides del Imperio
Antiguo se sustituyó la arquitectura simbólica por
los textos religiosos, este tipo de monumentos fu-
nerarios pudo haber servido como si de auténticos
mammisi se tratase. En realidad, este término arqui-
tectónico, mammisi, no es propiamente egipcio, sino
que fue acuñado por Jean François Champollion, el
célebre estudioso de la Piedra de Rosetta que propi-
FLyHOGHVFLIUDGRGHOVLVWHPDMHURJOt¿FR(QODOHQJXD
vernácula de los egipcios, estos santuarios recibían
OD GHQRPLQDFLyQ GH 3HU0HV SU PV FRQ HO VLJQL¿-
cado de “casa del nacimiento”. ¿Podría, entonces,
Cámara del Rey, el espacio para el tránsito.
el término Per-Mes ocultarse detrás de la palabra
| Sandro Vannini. S\UDPLV ʌȣȡĮȝȓȢ FRQTXHORVJULHJRVVHUH¿ULHURQ
a este tipo de construcciones y de la cual proviene
de de Keops parecen supeditarse a 4 de los 5 hijos nuestro actual vocablo “pirámide”?” (Fernández Pou-
de la pareja divina formada por Geb y Nut, entron- sada; 2019b:56).
cando con la tradición vigente aún en los decanos
triangulares de los ataúdes del Imperio Medio, acerca La cuádruple alineación astronómica de la Gran Pi-
del nacimiento de los miembros más jóvenes de la rámide de Keops habría resultado del todo novedosa
Enéada en torno a los últimos cinco días del año, de no ser por la salvedad de Kocab, una gigante na-
hacia el solsticio de verano y el orto helíaco de Sirio, ranja que ya cautivara la atención de Imhotep, visir y
marcadores cósmicos de la inundación. Y, como uno DUTXLWHFWRGH'\HVHUDODKRUDGHSODQL¿FDUODSULPH-
más de ellos, debía de nacer el difunto, estrenando ra pirámide que se levantó sobre suelo egipcio. La
su nueva identidad: la de Osiris. “Las cámaras inte- cronología para este soberano, segundo gobernante
riores de la Gran Pirámide funcionaron, por lo visto, de la III Dinastía, se puede establecer a partir de la
como un mammisi donde el alma de Keops se pre- datación por radiocarbono de las vigas de madera de
cedro empleadas para asentar la mampostería de su
Pirámide Escalonada, en Saqqara, hacia el año 2570
a. C., coincidiendo con el rango de fechas apuntado
por Dodson y Hilton, entre los años 2584 y 2565 a.
C., así como con el dado por Hornung, Krauss y War-
burton, entre los años 2592 y 2566 a. C., a menos de
una centuria de distancia con respecto al reinado de
Keops, fechado por Dodson y Hilton entre los años
2470 y 2447 a. C., mientras que Hornung, Krauss y
Warburton lo adelantarían a los años 2509 y 2483 a.
C. (Belmonte Avilés; 2012:304), mil años antes de
que los artesanos de Deir el-Bahari plasmasen, en
la cámara ‘A’ de la DB353, una escenografía celes-
te que parece haberse heredado, de generación en
generación, desde los remotos tiempos del Imperio
Antiguo; con los ataúdes, relojes estelares diagona-
les y piramidiones del Imperio Medio como eslabo-
QHVLQWHUPHGLRVGHXQDH[WHQVD\SUROt¿FDFDGHQD
Distintas épocas, distintos soportes, pero un único y
constante trasfondo simbólico, aparejado siempre al
ámbito funerario.

En la cámara funeraria de Dyeser, el egiptólogo


francés Jean-Philippe Lauer (1902- 2001) descu-
brió algunos fragmentos de piedra caliza, mostrando
todavía el vestigio de estrellas de cinco puntas en
bajo relieve, tratándose de la referencia más antigua
que existe sobre la presencia de techos astronómi-
cos en los templos y mausoleos del antiguo Egipto.
Cámara de la Reina, la sala de la transformación. Más tarde, el enterramiento original, con sus muros
| Sandro Vannini. de travertino y techo de caliza, fue desensamblado

Egiptología 2.0 | 121


Alinación solar de la Gran Pirámide. | I. A. C.

y remplazado por nuevas paredes, labradas a partir


de granito de Asuán, si bien la tradición acerca de
las bóvedas estrelladas se consolidaría, logrando en
algunos casos la excelencia: ejemplos notables de
la V Dinastía son, por citar algunos, la cubierta del
Templo del Valle de Sahura, en la necrópolis de Abu-
sir, suntuosamente guarnecida por una miríada de
estrellas pentagonales de color dorado sobre campo
de azur, evocando la entrada hacia la Duat; repite
este patrón la calzada procesional que comunicaba
la pirámide de Nyuserra-Iny con su Templo del Va-
lle, también en Abusir, así como la rampa interna del
Templo Solar de este mismo faraón, en el yacimiento
GH$EX *RUDE R HO PDJQt¿FR WHFKR HQ GRV DJXDV
de la pirámide de Unis, en Saqqara, muy similar al Serdab de Dyeser, al pie de la cara norte de su
programa arquitectónico por el que se decantaron pirámide, en Saqqara. | Flickr.
los monarcas de la VI Dinastía (caso de Teti, Meryra
los Monos y el Valle de las Reinas, la más hermosa y
Pepy I, Merenra Nemtyemsaf I o Neferkara Pepy
VR¿VWLFDGDH[SUHVLyQGHODVHVWUHOODVGHFLQFRSXQWDV
II), éstos, mucho peor preservados. Es más, en la
la ofrece el enterramiento de Nefertari (QV66).
pirámide de Pepy II, el pasaje de entrada se abre
en la cara norte, a semejanza de la Gran Pirámide Dyeser no solamente inauguró esta tendencia, sino
de Keops, descendiendo luego hacia una sala cuyo que la llevó mucho más allá, creándose para sí mis-
techo está decorado con cinco hileras de estrellas, mo un microobservatorio astronómico: a través de un
pintadas sobre fondo oscuro y alineadas hacia la par de pequeñas aberturas en su serdab, alineadas
puesta de Sol, indicando la ruta hacia imntt, el Leja- con Kocab, los ojos de la estatua Ka de este sobera-
no Occidente. no eran golpeados a diario por el cabezal de la azue-
la celestial, facultándolo para recuperar sus sentidos
Para Lauer, con la inclusión del cielo nocturno se
y gozar plena y eternamente de la existencia, uno
pretendía lograr la adhesión del faraón a las estrellas
más con las estrellas imperecederas: “Es exacta-
circumpolares, sinónimas de renacimiento y eterni-
mente la misma estrella con la que se alinea el canal
dad. Este recurso estilístico se mantendría en uso
norte de la Cámara de la Reina de la Gran Pirámide,
aún en la época de Senenmut: de hecho, él mismo
posiblemente, a propósito de cumplir el mismo co-
OR LQWURGXMR HQ HO UHSHUWRULR LFRQRJUi¿FR GHO WHPSOR
metido. Por correspondencia, la Cámara de la Reina
funerario de Hatshepsut en Deir el-Bahari, al deco-
pudo haber servido, quizás, como serdab de Keops.
rar así los estucos de las bóvedas de cañón que re-
La extraña hornacina que muchos buscadores de
cubren sus múltiples santuarios rupestres, como la
tesoros excavaron sin mayor fortuna podría repre-
Capilla principal de Amón-Ra, la Capilla de Hathor o
sentar, en efecto, una falsa puerta o un falso pasillo,
la Capilla Superior de Anubis (por otro nombre cono-
ser el nicho donde la momia del faraón fue objeto de
cida como la Capilla del Sol Nocturno, en contrapo-
la “Apertura de la boca” o incluso el lugar destinado
sición al patio adyacente, donde, a cielo abierto, se
a albergar la estatua del ka del faraón” (Fernández
rendía culto al Sol Diurno). De entre cuantas tumbas
Pousada; 2019b:39). En la tumba de Senenmut no
faraónicas pueblan el Valle de los Reyes, el Valle de
existe un serdab propiamente dicho; ni tan siquiera

122 | Egiptología 2.0


Estatua Ka de Dyeser, en el interior de su ser-
dab, vista a través de una de las mirillas que le
permiten al faraón contemplar la Osa Menor.
| Wikimedia Commons.

un mihrab como el adosado al ángulo sudeste de la


cámara ‘K’ de la KV17D¿QGHUHFUHDUHQVXLQWHULRU la Gran Pirámide de Keops –spdt, sAH, msxtyw y Hb pt-
el ritual de “Apertura de la boca”. Sin embargo, la ya fueron motivo de escrutinio por parte de los pre-
'% Vt TXH GLVSRQH HQ VX FiPDUD µ$¶ GH XQ ¿U- cursores del Egipto dinástico, muchos siglos antes
PDPHQWR DUWL¿FLDO DFRQGLFLRQDGR WDO YH] D ¿Q GH GH OD XQL¿FDFLyQ GH ODV 'RV 7LHUUDV (V DO PHQRV
satisfacer esta misma funcionalidad, incluyendo, la conclusión a la que llegan diversos arqueólogos y
para este propósito, la representación de las cons- astrofísicos tras décadas de investigación del asen-
telaciones que intervenían de modo determinante en tamiento de Nabta Playa, un enclave, por cierto, muy
tal ceremonia. A mayores, en el milenio que separa a apropiado para la realización de observaciones as-
Keops de Senenmut, la precesión de los equinoccios tronómicas, dado que se encuentra sobre el paralelo
alteraría la disposición del cielo circumpolar, provo- conocido como Trópico de Cancer. Se trata de una
cando que Kocab desbancase a Thuban en el polo línea imaginaria por cuya vertical discurre el Sol, en
celeste, a través de una lenta transición que tuvo su su cénit, durante el solsticio de verano en el hemis-
apoteosis alrededor del año 1793 a. C., en la segun- ferio boreal: en tal fecha, los rayos solares inciden
da mitad de la XII Dinastía. Desde entonces, Kocab en ángulo recto, sin arrojar sombra alguna sobre el
dobló su importancia, al aunar los papeles de matriz terreno. Una de las estructuras más complejas y es-
divina y arma de resurrección. pectaculares de cuantas salpimientan el paisaje de
Nabta Playa es el llamado “círculo calendárico”, con-
Por increíble que parezca, los cuatro asterimos hacia sistente en un anillo de menhires en formación, dis-
los cuales se proyectan los canales astronómicos de SXHVWRHQXQD¿JXUDRYRLGHGHDOUHGHGRUGHFXDWUR

Egiptología 2.0 | 123


antes del presente [esto es, entre 4700 y 4000 a. C.].
2WUDVPXFKDVOtQHDVGHPHQKLUHVKDQVLGRLGHQWL¿-
FDGDV \ FDUWRJUD¿DGDV DO VXU GHO iUHD SULPHUD (Q
este sentido, las mejores asociaciones paleoastro-
QyPLFDVTXHVHKDQLGHQWL¿FDGRFRUUHVSRQGHQDGRV
de estos enclaves. En primer lugar, un doble alinea-
miento de menhires a lo largo de 250 m., apuntando
hacia el lugar donde las estrellas más brillantes del
&LQWXUyQGH2ULyQİ2ULRQLV\ȗ2ULRQLVVHHOHYDURQ
entre el 6170 y 5800 antes del presente [es decir, en-
tre 4150 y 3800 a. C.]. La segunda línea, ligeramente
más corta, pero a igual distancia de las dos anterio-
UHVHVWiHQIRFDGDKDFLDODSRVLFLyQGH6LULRĮ&DQLV
Maioris, hace 6800 años [4800 a. C.] (…). El centro
Círculo calendárico de Nabta Playa. | CC. ceremonial de Nabta Playa también muestra que, al
metros de diámetro. En esta circunferencia destaca menos algunas de las raíces de las creencias de los
la presencia de cuatro pares de monolitos, estable- antiguos egipcios, como magia y religión, ya están
cidos a modo de pequeñas puertas. Dos de estos presentes allí. La estrella más brillante del Gran Ca-
pares están perfectamente orientados en dirección rro, Dubhe –señalada por las estelas del alineamien-
sur-norte, mientras que los otros dos, con un azimut to más largo– es uno de los astros con mayor im-
de 62º, forman una línea recta compatible con la po- portancia dentro de la cosmología y cosmogonía del
sición del orto solar durante el solsticio de verano antiguo Egipto, como parte de la constelación Ursa
para una época comprendida entre el 4500 y el 4000 Maior, objeto central de un conjunto de símbolos y
a.C. Por lo tanto, los constructores del crómlech de PLWRV TXH FRPELQDQ HO VDFUL¿FLR GH UHVHV ULWXDOHV
Nabta prestaron una especial atención al día del funerarios y realeza, tanto en los órdenes cósmico
solsticio de verano, hasta el punto de convertir este como humano. Por otra parte, el alineamiento dirigi-
monumento en una “calculadora astronómica”, ca- do hacia las dos estrellas más brillantes del Cinturón
paz de señalar la efeméride que resulta crucial para de Orión, Al-Nilam y Al-Nitak, indican la importancia
calibrar la duración del año solar, mediante un sis- de Orión para las citanias del desierto suroriental.
tema semejante al empleado por los constructores Orión, Sah en la antigua cosmogonía egipcia, es
del crómlech de Stonehenge, en Reino Unido, un una constelación frecuentemente asociada a Osiris,
milenio más joven que el de Nabta. A principios del como Sah-Osiris. El tercero de los alineamientos ya
siglo XX el astrónomo británico Sir Joseph Norman descritos apunta hacia el lugar de la elevación de
Lockyer (1836-1920) logró demostrar que el eje no- Sirio, o Sothis, un prominente cuerpo en los cielos de
reste de Stonehenge está alineado con el orto solar junio y julio durante el Neolítico Final de Nabta, y el
del solsticio de verano. Asimismo, los alineamientos calibrador original del calendario egipcio, ya dos mi-
creados en Stonehenge a través del pórtico mega- lenios antes del surgimiento de la I Dinastía” (Schild
lítico y los monolitos direccionales también revelan y Wendorf; 2003:12-15).
reminiscencias astronómicas referidas a las posicio- De la misma manera que el círculo calendárico de
nes de la Luna, tanto en verano como en invierno, Nabta podría servir para tasar la duración del año
FRQ¿JXUDQGR XQ FRPSOHMR FDOHQGDULR OXQDU FDSD] solar, las alineaciones múltiples enfocadas hacia un
incluso, de predecir eclipses, al tener en cuenta los mismo astro permitirían evaluar la variación prece-
ciclos de Saros, de 223 lunaciones, y el de Metón, sional de las estrellas. No se trata de unas conste-
GHPHVHVVLQyGLFRVGHGXUDFLyQ(QGH¿QLWLYD laciones elegidas al azar, si bien no queda del todo
un observatorio de tecnología punta, en términos de claro que los egipcios estuviesen familiarizados con
la Edad de Piedra. este fenómeno natural. Más allá del debate abierto
El enclave de Nabta no es ninguna excepción al res- en torno al nivel de desarrollo de los conocimientos
pecto. Muy por el contrario, las implicaciones astro- astronómicos alcanzados por esta civilización, el
nómicas del área de alineaciones megalíticas y cró- principal interés de Nabta Playa, en relación con la
mlech emplazados al sur de Egipto superan todas techumbre de Senenmut, radica en las las estrellas
las expectativas previstas para su pariente británico: allí observadas: Dubhe es el lucero más brillante del
“El paleoastrónomo John McKim Malville comprobó conjunto de las Osas, Mayor y Menor, equivalente
que la línea de megalitos estaba, de hecho, com- al cuerpo astral de Seth (msxtyw); Orión es contra-
puesta por tres sublíneas orientadas hacia el pun- partida de Osiris en el cosmos (sAH); mientras que
WRGRQGHODHVWUHOODPiVEULOODQWHGHO&DUUR0D\RUĮ Sirio es, en realidad, un sistema ternario cuyos soles
Ursæ Maioris, se elevaba en un período que abarca, encarnan el alma de Isis (spdt). El equipo de Denver
aproximadamente, desde el año 6700 hasta el 6000 Fred Wendorf (1924-2015) había, sin pretenderlo,
relacionado el primitivo observatorio de Nabta con

124 | Egiptología 2.0


tumbas, para que suplantasen sus despojos físicos
HQFDVRGHTXHpVWRVGHMDUDQ¿QDOPHQWHGHH[LVWLU
SRUPRUGHXQDPRPL¿FDFLyQIDOOLGDODHVWDWXD.D
Cada agrupación distinta de menhires vendría a se-
cuenciar una determinada estirpe de caciques loca-
les, miembros de aquellas sagas familiares que de-
tentaron el poder en la compleja sociedad de Nabta
Playa, esto es, los clanes privilegiados, propietarios
de las tierras y de los ganados: una estela, un linaje,
una generación (Schild y Wendorf; 2003:14).

'HQWURGHHVWHFHUHPRQLDOLVPRQHROtWLFRWDUGtR\¿-
nal, que varias de estas hileras de menhires se hayan
orientado hacia el cielo circumpolar, misma dirección
en que más tarde se colocó la estatua Ka de Dyeser,
Fred Wendorf, investigando el lecho de las forma- las pone en correlación con las creencias religiosas
ciones megalíticas de Nabta Playa. | Pinterest.
del antiguo Egipto, “donde las estrellas [del norte]
tres de los cuatro canales astronómicos de la Gran nunca mueren, pues allí ni siquiera existe la muerte
Pirámide de Keops, así como con los diagramas ce- (…). No se debe descartar que las rocas en forma
lestes introducidos en los relojes estelares diagona- de hongo situadas bajo las estelas fuesen tenidas
les del Imperio Medio. A mayores, entre los días 8 como lanzaderas, para proyectar al difunto, recreado
y 9 de noviembre del año 2005, Ciudad del Cabo, por los megalitos verticales, hacia la Duat” (Schild
la capital legislativa de Sudáfrica, acogió el Afri- y Wendorf; 2003:15). No existe prueba documental
can Astronomical History Simposium, una serie de alguna a favor de que, en un período tan temprano
conferencias en las que participaron los principales como el de Nabta Playa, las pompas fúnebres ya in-
especialistas mundiales en el ámbito de la etnoas- cluyesen algún rito homólogo al de la “Apertura de la
tronomía del continente negro. El primer ponente no boca”. Sin embargo, tras esta mirada al septentrión
fue otro que el astrofísico californiano John McKim podría subyacer la génesis de dicho ceremonial. Y si
Malville (1934), del departamento de Ciencias Astro- los egipcios del Imperio Antiguo brindaron sus ofren-
física y Planetaria de la Universidad de Colorado y das a los muertos, dejándolas en una pequeña mesa
DVHVRUFLHQWt¿FRGHOHTXLSRGH:HQGRUIFX\RLQIRU- ubicada cerca de la estela de falsa puerta de su
me Astronomy and Stelae at Nabta Playa puso sobre mastaba –al otro lado del serdab y, por lo tanto, de
la mesa los últimos hallazgos de Nabta en materia la estatua Ka-, el territorio de Nabta Playa consiste,
de alineaciones estalares. Entre las novedades, un en sí mismo, en una descomunal mesa de ofrendas
triple alineamiento con la estrella Arturo, calculado al aire libre, instalada junto a un serdab colectivo y
para las fechas correspondientes a 4450 a.C., 4320 sin paredes: las alineaciones de menhires se hallan
a.C. y 3780 a.C. Con esta inclusión, la constelación HQ ODV YHFLQGDGHV GHO 9DOOH GH ORV 6DFUL¿FLRV XQD
del noray, sostenida entre las manos de la hipopóta- suave garganta en cuyo curso se descubrió cerca
ma (Hb pt), resplandecería con fuerza en las obser- GH XQD GHFHQD GH W~PXORV VDFUL¿FLDOHV /DV H[FD-
vaciones de Nabta. vaciones revelaron, en su interior, la existencia de
restos de ganado inmolado: ovejas, cabras y hasta
Que sean estos cuatro asterismos –una pareja para una vaca, las más valiosas ofrendas con que una
el cielo septentrional y otra para el meridional-, pre- sociedad agroganadera del Neolítico podía agasajar
cisamente, y no cualquier otro, induce a pensar en a sus muertos, ya sea para que los espíritus de los
la herencia cultural que los nabtianos traspasaron ancestros fuesen propicios a los vivos, ya sea para
a los nilóticos. Y si, como parece, el pensamiento garantizar sus necesidades en el más allá, haciendo
egipcio tomó prestada esta anatomía del cosmos de Nabta Playa el Centro Ceremonial más antiguo
circunscribiéndola de modo particular al contexto fu- del continente africano o, cuando menos, del que
QHUDULRORLGyQHRUHVXOWDUtDTXHHVWD¿QDOLGDGIXHVH hasta la fecha se tenga noticia.
compartida ya por los habitantes de Nabta Playa. En
HVWHVHQWLGR:HQGRUISXVRGHPDQL¿HVWRFyPRPX- /DRULHQWDFLyQDVWURQyPLFDGHOD'%
chos de los megalitos verticales de este yacimiento
Queda dicho que la planta de los templos funerarios
arqueológico se han tallado en su parte posterior,
de Mentuhotep II y Hatshepsut en Deir el-Bahari se
generando auténticas ³¿JXUDV DQWURSRPyU¿FDV FRQ
diseñó persiguiendo una deliberada conexión con el
hombros, lo que sugiere que sirvieron como estelas
cosmos, alineando ambos monumentos hacia el orto
conmemorativas de los difuntos” (Schild y Wendorf;
solar durante el solsticio de invierno en el hemisferio
 SUH¿JXUDFLyQGHODVLPiJHQHVSpWUHDVHQ
boreal, cuando el astro rey orbita sobre el Trópico
representación del cuerpo incorruptible de los muer-
de Capricornio, traduciéndose este hecho en la fran-
tos que fueron introducidas por los egipcios en sus

Egiptología 2.0 | 125


para Eudora y Aldebarán) y Orión (apuntando ape-
nas a 5º al oeste del radiante de las Oriónidas). El
corredor ‘b’ nace en paralelo al corredor ‘a’ y, des-
de aquí, la más completa oscuridad se cierne sobre
dicho pasaje y las salas hacia las cuales conduce,
privadas de luz natural los 365 días del año, como
idónea representación de las cavernas que forman
parte del mundo subterráneo. No ocurre así con la
cámara ‘A’, donde se encuentra la estela de falsa
puerta, mirando hacia Levante, a través de cuyas
molduras se creía que el alma del difunto, Senen-
mut, podría salir al día con la alborada o regresar a
su lugar de reposo al atardecer, subiendo o bajando
por el corredor ‘a’. Este pasillo, con sus 25º de incli-
Aldebarán, en la mitad inferior, formando un trián- nación, recuerda, a mayor escala, a los canales as-
gulo con el resto de las Híades. | Jerry Lodriguss. tronómicos de la Gran Pirámide (45º el de la Cáma-
ra del Rey austral, 32º 28’ el de la Cámara del Rey
ja diurna más corta, frente a la nocturna más larga. boreal, 39º 30’ el de la Cámara de la Reina austral y
Comparten esta disposición otros monumentos del 26º 30’ el de la Cámara de la Reina boreal), dispues-
paisaje tebano, caso del Templo de Amón-Ra en tos estratégicamente para que el espíritu luminoso
Karnak o de los Colosos de Memnón. Ahora bien, la de Keops, toda vez divinizado, protagonizase su as-
WXPEDVHFUHWDGH6HQHQPXWVHSODQL¿FyLJXDOPHQ- censión al cosmos, en compañía de los dioses de la
te, mediante un trazado rectilíneo: el corredor ‘a’ y Enéada: “Pudieron cumplir una doble función: prác-
la cámara ‘A’ se conectan sin ángulos ni requiebros, tica –al menos los superiores-, como dispositivos de
permitiendo penetrar hasta su pavimento la luz direc- aireación de las estructuras internas del monumento,
ta del Sol. Y así, un observador situado a la entrada y simbólica, como herramientas que permitían al rey
de la cámara ‘A’ observará, en teoría, cómo la sali- difunto incorporarse al dominio de los dioses celes-
da al exterior, en el punto más elevado del corredor WHVWDQWRHQHOQRUWHFRPRHQHOVXUGHO¿UPDPHQWR´
‘a’, se convierte en una pequeña ventana a una re- (Belmonte Avilés; 2012:205). De ser así, las losetas
gión muy precisa del cielo, según Belmonte Avilés y FRQWLUDGRUHVHPSRWUDGDVDO¿QDOGHFDGDXQRGHHV-
Shaltout: “Este corredor corresponde a un acimut de tos cuatro canales asumirían el rol de la estela de
~99º, con una inclinación del pasaje descendente de falsa puerta, pese a haberse prescindido aquí de los
~25º (próxima a la latitud local). Hacia la época de relieves tan característicos que los artesanos egip-
la construcción de esta tumba, este corredor estaba cios solían cincelar sobre estas estelas, seguramen-
enfocado hacia la elevación en el cielo de Aldeba- te, a causa del reducido tamaño de dichas losetas,
rán, una estrella de gran magnitud, así como al resto de apenas 23 centímetros de lado.
de la agrupación de las Híades. Se ha especulado
EDVWDQWHDFHUFDGHFLHUWDFRQVWHODFLyQ¿JXUDGDSRU No obstante, ahondando en la posible relación entre
cuatro estrellas rodeadas por un óvalo, ubicada con la tumba de Senenmut y la estrella Aldebarán, cabe
preeminencia dentro de las constelaciones meridio- discrepar de la integración de este lucero, el más re-
nales, que recibe la denominación de ‘asterismo de fulgente de las Híades, con la constelación del hue-
agua’, el cual quizás represente las Híades (también vo, puesto que, en la techumbre astronómica de la
vinculadas con el agua en Grecia), o quizás no. Des- DB353, este último asterismo “se extiende a lo largo
afortunadamente, la clepsidra de Karnak está rota de las columnas vigésimo primera y vigésimo tercera
exactamente por donde este asterismo debería ha- y los decanos que la integran son xntw Hrw, “Khentu
berse dibujado y desconocemos si su preeminencia superior”, y xntw, “Khentu”, en la columna más oc-
entre las constelaciones es un caso único de la tum- cidental, con el apodo de 4 nwt Xt, esto es, el cuar-
ba de Senenmut o no. En el caso probable de que, to cúmulo estelar; qd, “Qed” y sAwy qd “Los dos hijos
por alguna razón, venga a representar a las Híades, de Qed”, en la columna central; y xAw “las miles”, en
entonces esta tumba haya sido orientada de acuerdo la columna oriental, con el apodo de quinto cúmulo
con ello”. estelar, 5 nwt Xt. Este último decano se correspon-
de, sin lugar a dudas, con las Pléyades y, a nuestro
Según la versión 0.18.3 del programa Stellarium, por modo de ver, resulta ser el punto más oriental de la
esta ventana, hacia el año 1463 a. C., eran obser- constelación del huevo, cuyos otros decanos más
vables las siguientes constelaciones: Unicornio, Hi- occidentales son relacionados por Lull con estrellas
GUD&UiWHUD/LEUD2¿XFR HVSHFLDOPHQWHVXHVWUHOOD ubicadas en Cetus, Aries y Andrómeda” (Fernández
Saik), Serpiente (de modo particular, Eta Serpentis), 3RXVDGD (QMHURJOt¿FRVHOSURSLRGH-
Águila (ajustándose bien al curso de Almizan I), Del- cano de Aldebarán se deletrea Hry rmn sAX, con el
fín, Pegaso, Piscis, Aries, Tauro (con pleno acierto VLJQL¿FDGRGH³OD HVWUHOODTXHHVWi HQFLPDGHOEUD-

126 | Egiptología 2.0


Coloso osiríaco de Hatshepsut en Deir el-Bahari.
| Enciclopedia Británica. Egiptología 2.0 | 127
zo de Sah”. Fiándonos de esta nomenclatura, Alde-
barán hubo de ser tenida, en la antigüedad, como
perteneciente al conjunto Sah-Orión, más que como
un apéndice de la constelación del huevo (en las
Pléyades) o, mucho menos, como su componente
nuclear: “Por la cantidad de decanos que componen
Sah, es necesario que esta constelación desborde
los límites de la actual Orión. Posiblemente, hacia
el sur, Sah ocupe zonas de Lepus pero, además, es
muy probable que abarcara también buena parte de
la constelación de Tauro. Incluso Aldebarán, podría
estar en el extremo occidental de Sah” (Lull García;
2004:251). De hecho, la imagen tradicional de Sah,
tal y como ha sido tallada en una de las caras del
piramidión de Amenemhat III, lo imagina sosteniendo
XQÀDPDQWtVLPRRUEHDO¿QDOGHVXEUD]RH[WHQGLGR
que, con práctica seguridad, se trataría de Aldebarán
(Lull García; 2004:250).

Habiendo facilitado el corredor ‘a’ de la DB353 la ele-


vación del alma de Senenmut hacia la constelación
de Sah, equivalente al cuerpo sideral de Osiris, res-
petaría las creencias religiosas del antiguo Egipto,
donde la plenitud de la vida en el Lejano Occidente
VHFRQVHJXtDJUDFLDVDHVWDLGHQWL¿FDFLyQFRQHOWR-
dopoderoso señor de los muertos. De ahí la preemi-
Colosos osiríacos de Ramsés II en Abu Simbel.
QHQFLDGDGDWDPELpQD2VLULVHQODSODQL¿FDFLyQGHO
| Pinterest.
recinto sagrado de Hatshepsut en Deir el-Bahari: no
en vano, en su templo funerario la reina-faraón se duce el famoso fenómeno de iluminación en el gran
mandó representar a imagen y semejanza de este templo de Abu Simbel” (Belmonte Avilés; 2012:150).
GLRVFRPRVHYHUL¿FDHQODPDJQt¿FDFROXPQDWDGH En ambas jornadas, al elevarse el Sol matutino, su
26 pilares que conforman la terraza superior, cada fulgor resplandece a través de una muesca en el ho-
uno de los cuales antaño estuvo jalonado por otros rizonte oriental de Tell el-Amarna, alineándose con el
tantos colosos osiríacos, donde el rostro de Osiris eje central del Pequeño Templo de Atón e iluminando
adopta las facciones femeninas de Hatshepsut, pero de forma directa el altar con las ofrendas reserva-
tocada con la barba ritual, portando la Doble Coro- das para el disco solar. Más espectacular, si cabe,
na, envuelta en el sudario, con los brazos cruzados es la hierofanía solar de Abu Simbel, cuando los ra-
sobre el pecho y sosteniendo entre sus manos el \RVGHO6ROVH¿OWUDQKDVWDODFiPDUDPiVSURIXQGD
FHWUR\HOÀDJHORUHDO0HUFHGDHVWDPHWDPRUIRVLV de este speos, alumbrando fugazmente las estatuas
con Osiris, Hatshepsut cruzaría “las puertas de la de Ramsés II, Ra-Horajty y Amón-Ra, dejando al
muerte para renacer y convertirse en un nuevo sol” PDUJHQDXQDFXDUWDH¿JLHODGH3WDK6RFDU2VLULV
(Jacq, 1998:94), rindiéndosele culto en el altar solar quien durante todo este prodigio permanece sumi-
dispuesto a tales efectos en uno de los patios descu- do en la oscuridad, como mejor corresponde a su
biertos del Dsr Dsrw. naturaleza, en calidad de sacrosanto patrono de
las sombras. A este respecto, ya se ha advertido en
Existe un segundo nexo de unión entre la tumba
otros artículos, como “El lenguaje astronómico como
secreta de Senenmut y la constelación de Orión. El
subtexto del discurso mitológico en el antiguo Egipto
acimut del corredor ‘a’, de 99º, se acerca bastante al
(Segunda Parte)” o “Muerte en Amarna: Incidencia
de otros monumentos del Imperio Nuevo: por ejem-
del Cometa Halley en el cisma religioso de la XVIII
plo, al acimut de 100º 30’ del Templo Mayor en Abu
Dinastía”, que este espectáculo coincide, cada 21 de
6LPEHOHGL¿FDGREDMRHOPHFHQD]JRGH5DPVpV,,
octubre, con el evento astronómico más notorio de
o al acimut de 103º 30’ del Pequeño Templo de Atón,
la antigua constelación de Sah: el punto álgido de
erigido siguiendo las instrucciones del faraón hereje,
la tasa horaria zenital de la lluvia de meteoros con
Ajenatón, en Tell el-Amarna. La orientación del eje
radiante en Orión, las Oriónidas, posible origen del
de este último santuario propicia una hierofanía solar
mito del desmembramiento de Osiris y parte medular
que ocurre dos veces al año, “en fechas cercanas al
de los Misterios de Abidos, un auto sacramental a
22 de octubre y al 20 de febrero (en el año grego-
partir del cual los egipcios glosaban la muerte y resu-
riano proléptico). Sorprendentemente, o quizás no,
rrección de este dios como símbolo de la renovación
estas fechas son similares a aquellas en que se pro-

128 | Egiptología 2.0


Alineación solar de Abu Simbel. | Trips in Egypt.

cíclica de la naturaleza. días II Smw 23 y II Smw 25) y 28 de septiembre (hacia


los días 100 y 102 del calendario ideal egipcio, entre
Nótese que, al igual que Hatshepsut en Deir el-Ba- el IV Axt 10 y el IV Axt 12), según la versión 0.18.3
hari, también Ramsés II se hizo representar a sí del programa Stellarium. Convendría validar in situ
mismo bajo los rasgos del dios Osiris, a través de GLFKRDOLQHDPLHQWRDVWURQyPLFRD¿QGHFRQFUHWDUHO
los 8 colosos osiríacos que escoltan la primera de día y la hora exactos en que se produce, pese a que
las salas hipóstilas de Abu Simbel. Tanto a la hiero- durante las actuaciones del “Proyecto Sen-en-Mut”
fanía solar de este templo como a la del Pequeño se procedió a instalar una marquesina en el acceso a
Templo de Atón se les atribuye un mismo abanico de la DB353, a propósito de ampararlo de riadas y des-
fechas, pese a que sus ejes distan 3º entre sí, el do- prendimientos, con que se podría haber neutralizado
EOHGHODGHVYLDFLyQTXHVHPDQL¿HVWDHQWUHORVHMHV este juego de luces.
del Templo Mayor de Abu Simbel y de la DB353. Un
pequeño margen de error, dentro de una orquilla de En función del Ciclo Sotíaco de 1460 años de dura-
2º 45’, se observa también en aquellos monumentos ción, basado en el año juliano y con apocatástasis en
asignados a una presunta orientación solsticial, caso 1322 a. C., en los 141 años que separan esta fecha
del templo funerario de Hatshepsut en Deir el-Bahari del año 1463 a. C. se habría constatado un desvío
(con un acimut de 115º 30’, similar al del templo de de 35 días, de modo que el 11 de abril se solaparía
Amenhotep I en Deir el-Medina), el Templo de Amón- con los días I Smw 18 a I Smw 20; mientras que el 28
Ra en Karnak (con un acimut de 116º 45’), el templo de septiembre quedaría emplazado entre los días III
funerario de Amenhotep III en Qurna (con un acimut Axt 5 y III Axt 7. Por otra parte, haciendo estos mismos
de 117º) o el de Mentuhotep II, también en Deir el-Ba- cálculos, partiendo del Ciclo Sotíaco de 1423 años
hari (con un acimut de 118º 15’, idéntico al Templo de de duración, en base al año sidéreo y apocatástasis
Satet, en la Isla Elefantina). La principal diferencia en 1295 ± 3 a. C., entonces, en los 168 años que
observable entre los santuarios patrocinados por Se- VHSDUDQHVWDIHFKDGHODxRD&VHYHUL¿FDUtD
nenmut, Ajenatón y Ramsés II radica en el plano ho- un desvío de 43 días, tal que el 11 de abril se corres-
rizontal sobre el cual se ejecutaron los proyectos de pondería con los días I Smw 10 a I Smw 12; cayendo
Abu Simbel y Tell el-Amarna, frente al plano inclina- el 28 de septiembre hacia los días II Axt 27 y II Axt 29.
do de Deir el-Bahari. Añadiendo esta variable, hacia Ninguna de estas fechas se aproxima al día IV Axt
el año 1463 a. C. el Sol se posicionaba a una altura 29, la única que se cita de forma explícita en la tum-
de 25º y un acimut de 99º, transcurridas dos horas ba secreta de Senenmut: “Los trabajos de epigrafía
desde su aparición en Levante, únicamente los días \WUDGXFFLyQGHORVWH[WRVUHYHODURQTXHORVJUD¿WRV
11 de abril (hacia los días 293 y 295 del calendario hieráticos inscritos en diferentes partes de los muros
ideal egipcio, en el año de la apocatástasis, entre los de la cámara ‘A’, que consignan el día veintinueve

Egiptología 2.0 | 129


Cámara del Rey, las 24 horas del día, los 365 días
del año. La pretensión: lograr que, en virtud del movi-
miento aparente de las estrellas, la punta de la azue-
la celestial se introdujese, como un rayo de luz, en
el interior del sepulcro, preparando al difunto para su
salida al día luego de haber cumplido debidamente
el ritual de la “Apertura de la boca”. Por el contrario,
en detrimento de dicha hipótesis estelar, se podría
objetar que el corredor ‘a’ de la DB353 no está enfo-
cado hacia el cielo circumpolar, sino a 9º al sur del
este, despojado aparentemente de toda relación con
dicho ceremonial. Además, tampoco arroja ninguna
GDWDFLyQ HVSHFt¿FD GHQWUR GHO FDOHQGDULR HJLSFLR
que ayude a comprender mejor la meta que con él
se persigue.
Alineación del Pequeño Templo de Atón en
La hipótesis solar sí que proporciona fechas concre-
Amarna. | Lucia Gahlin.
tas, aunque ninguna de ellas concuerda con el Jubi-
(referido a su medianoche, dando paso al día treinta) leo Real de Hatshepsut que, como va dicho, ofrece la
del cuarto mes de Ajet (estación de la inundación), única referencia temporal escrita en el enterramiento
VH UH¿HUHQ H[DFWDPHQWH DO GtD DQWHULRU DO GHO LQL- de Senenmut. Es cierto que el 28 de septiembre tie-
cio del Jubileo de la reina Maat-Ka-Ra Hatshepsut” ne lugar apenas una semana después del equinoc-
(Martín Valentín y Bedman; 2009). Esta jornada se cio de otoño y que, dado el carácter deslizante del
corresponde con el día 119 del calendario egipcio, el calendario egipcio, por aquel entonces esta jornada
cual en el año de la apocatástasis habría tenido lugar concurría con la Bella Fiesta de Opet; pero también
entre los días 17 y 19 de octubre pero que, en el año lo es que el trabajo obrado por el visir real a la hora
1463 a. C. hubo de coincidir hacia los días 21 y 23 de de orientar el templo funerario de Hatshepsut hacia
noviembre, computando en base al año juliano, o en- el solsticio de invierno y el 1 de febrero demuestra
tre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre, partiendo tal precisión que, de haber sido voluntad de este ar-
del año sidéreo. Al revés del sistema de cajas de luz quitecto que su morada para la eternidad quedase
instalado en Deir el-Bahari, donde Senenmut plasmó eternamente ligada al equinoccio otoñal, no habría
con exactitud la fecha del oráculo que vino a anun- “fallado” ni siquiera por una semana. El egiptólogo
ciar la entronización de Hatshepsut, el 1 de febrero francés François Joseph Chabas (1817-1882), en Le
de 1477 a. C., la alineación astronómica de la DB353 Calendrier des Jours Fastes et Néfastes de l’Année
no trató de acentuar la celebración del Jubileo Real Égyptienne, no señala ninguna efeméride relevante
de esta reina-faraón; por lo que debe esconder otra entre los días III Axt 5 y III Axt 7, así como tampoco
motivación mágico-religiosa. entre los días II Axt 27 y II Axt 29. El 11 de abril del año
1463 a. C., contemplado desde el cielo de Tebas, el
Cabría preguntarse cuál de ambos alineamientos Sol transitaba sobre Tauro, justo en su mayor acer-
es el principal y cuál el secundario, bien el estelar camiento al cúmulo estelar de las Pléyades. Desde
(poniendo el acento sobre la estrella Aldebarán), el punto de vista de la astronomía egipcia, el orbe
bien el solar (centrado en los días 11 de abril o 28 solar se hallaría en el interior de la constelación del
de septiembre, dirimiendo, a su vez, cuál de estas huevo, esto es, la crisálida en la que el alma del di-
dos jornadas podría ser la más idónea a la hora de funto debía de madurar hasta romper su cascarón,
H[WUDHUHOVLJQL¿FDGRLQPDQHQWHDWDORULHQWDFLyQDV- naciendo entonces a la vida eterna, a imitación del
tronómica), bien que ambos sean válidos por acúmu- ave Fénix. Los egipcios dibujaban una de las partes
lo, bien que los dos sean fortuitos (una simple coin- del alma, el Ba, con cuerpo de ave y cabeza huma-
dicencia afortunada o serendipia). De estas cuatro na: es la entidad liminal que puede desplazarse con
opciones, a favor de la primera hipótesis convendría libertad plena entre el plano físico y el espiritual, en
DUJXPHQWDU TXH WDQWR ORV RUL¿FLRV SHUIRUDGRV HQ HO contraposición con el Ka, que permanece anclado a
serdab de Dyeser –dirigidos hacia Kocab-, como los la tumba. Pero, para que el Ba despliegue sus alas,
canales astronómicos que atraviesan la Gran Pirá- en primera instancia tiene que superar el estado em-
mide de Keops –encarrilados hacia Sirio, el Cinturón brionario y abandonar el cascarón.
de Orión, Kocab y Thuban- obedecen a una cuestión
estelar: una vez al día, estas estrellas interceptaban La tumba de Senenmut está orientada hacia el orto
OD WUD\HFWRULD GH GLFKRV RUL¿FLRV \ FDQDOHV FRQ OD solar, así que desde su interior es imposible advertir
salvedad de Thuban que, como polar de la época, la puesta del Sol. Pese a todo, dicho momento del
permanecía estática, siempre en el mismo punto de día, durante el 11 de abril, supone un contexto astro-
la bóveda celeste y en alineación constante con la nómico demasiado sugerente como para no referen-

 | Egiptología 2.0


La formidable pirámide natural de El-Qurn, que
sirvió de enterramiento a los faraones y nobles
del Imperio Nuevo. | Earth Trekkers.

ciarlo. La cordillera tebana oculta la franja inferior del


cielo a todos aquellos que observen Deir el-Bahari
desde la orilla opuesta del Nilo. Estas montañas se
asemejan a una gigantesca pirámide, debido a la si-
lueta triangular de su cumbre más elevada, El-Qurn,
que corona a 420 metros sobre el nivel del mar. A
medida que el tono rojizo del horizonte occidental se
torna violáceo, y más tarde funde a negro, se van
encendiendo en esta región del cielo las estrellas
de la constelación de Sah-Orión, descubriéndola
totalmente acostada, como reposando dentro de un
ciclópeo ataúd. A medida que la rotación terrestre Estatua de granodiorita, esculpiendo la imagen
de la diosa lejana, Sejmet, en una de las salas
del Museo Egizio di Torino.
| Università di Bologna.

empuja a dichos luceros hacia Poniente, Sah-Orión,


el cuerpo astral de Osiris, parece penetrar en la cor-
dillera tebana, como si unos porteadores invisibles
lo depositasen en su pozo funerario, en el corazón
de la pirámide natural de El-Qurn. Al igual que en
los cortejos fúnebres del antiguo Egipto, donde las
viudas o hijas caminaban justo detrás del féretro,
también Isis-Sirio marcha en pos del sarcófago de
su esposo, desapareciendo poco después tras las
paredes del circo rocoso de Deir el-Bahari. Se cree
que Senenmut permaneció soltero toda su vida, ra-
zón por la cual se desconoce qué mujer pudo ha-
ber desempeñado este acompañamiento durante
las exequias. Más allá de cómo se acomodó en el
pasado la organización real de esta comitiva luctuo-
sa, la esquematización astronómica de la misma sí
que ofrece una respuesta satisfactoria pues, donde
en el cielo Osiris-Sah-Orión antecede los pasos de
Isis-Sepedet-Sirio, en la tierra restan, tan solamen-
te, las moradas para la eternidad previstas para Se-
nenmut y Hatshepsut (aunque, en realidad, ésta se
mandaría enterrar en la tumba de su padre, la KV20,
luego de ampliarla).

Hatshepsut con apariencia leona. Por cierto que Chabas recoge un aniversario des-
| Kenneth Garrett. tacable para el día I Smw 10, correspondiente al 11

Egiptología 2.0 | 131


de abril, convirtiendo esta fecha gregoriana al ca- pecinado en dar caza a Máni (la Luna), acechándola
lendario egipcio tomando como fundamento el año FDGDQRFKHDVXSDVRSRUHO¿UPDPHQWRFRQREMHWR
sidéreo. Este registro, aparentemente ajeno a los de devorarla. Cuando estaba a punto de darle alcan-
misterios osiríacos, fue traducido al francés en los ce, se producía un eclipse lunar. Sköll (“traición”),
siguientes términos: “L’OEil sacré, la régente qui est hermano de Hati, actuaba de modo parejo, pero
DXFLHOSDUWSRXUO¶DႇDLUHGHODUHFKHUFKHHWV¶DUUr- con el Sol. De estos lobos se decía que, durante el
te à l’avant parmi les révoltés contre leur seigneur, 5DJQDU|N OD EDWDOOD GH¿QLWLYD HQWUH ODV IXHU]DV GHO
dans Khathi”. El sagrado Ojo de Ra, la diosa Sejmet, ELHQ\GHOPDODPERVVDFLDUtDQ¿QDOPHQWHVXYRUD]
regente del cielo, se detiene contra los rebeldes que apetito, deglutiendo la luz de todo el universo. Los
osaron enfrentarse al dios Sol. Hace alusión a la in- griegos, quienes proyectaron sobre sus dioses todas
WHUYHQFLyQ GH HVWD ¿HUD OHRQD OD QpPHVLV HJLSFLD las virtudes y defectos de que eran capaces los hom-
GXUDQWHHOHSLVRGLRPtWLFRTXHHVFHQL¿FDODDestruc- bres, entreveían en los eclipses un arranque de có-
ción de la Humanidad. Solamente cesó en su esca- lera de alguna divinidad contra la especie humana,
tológico afán luego de ser vencida por la astucia del arrebatándole la luz temporalmente y abandonándo-
propio Ra, arrepentido de ordenar el exterminio de la la a merced de las sombras, para su escarmiento.
humanidad y que, para evitarlo, embriagó a Sejmet En efecto, eclipse, ਩țȜİȚȥȚȢ en la lengua de Homero,
a base de cerveza teñida de ocre rojo, de la cual tiene por étimo la palabra “abandono”.
ésta bebió copiosamente, tomándola por la sangre
de sus víctimas propiciatorias. Este mismo párrafo En teoría, los registros del antiguo Egipto guardan
es interpretado en inglés por Patty A. Hardy, en su silencio acerca de la mayor parte de los eventos as-
artículo “The Cairo Calendar as a Stellar Almanac”, tronómicos y fenómenos atmosféricos recogidos en
como: “Proceeding of the white one of heaven ups- el párrafo anterior. Muchas monografías se escudan
tream to seek at the front among (those who rebelled bajo la presunta ausencia de testimonios al respec-
against their) master in the Delta”. Avance de aquella WRWDQWRJUi¿FRVFRPRHVFULWRVVLELHQHOSUREOHPD
que es albina en el cielo, corriente arriba, en busca podría estribar más en la lectura sesgada que tra-
de quienes se revolvieron contra su maestro, en la dicionalmete se ha hecho de determinados pasajes
UHJLyQGHO'HOWD3HUR¢TXpD¿QLGDGSRGUtDJXDUGDU RMHURJOt¿FRVTXHHQODSURSLDLQH[LVWHQFLDGHWDOHV
este mito con el reinado de Hatshepsut y la tumba de menciones. En otras palabras, estaríamos perdidos
Senenmut, máxime, considerando que dicha narra- en la traducción, tan frustrados por el idioma y las
ción fue compuesta habiendo transcurrido, cuando costumbres de un país ajeno como el personaje de
menos, una centuria desde sus muertes, durante los Bill Murray en la cinta Lost in Translation¿OPDGDHQ
tumultuosos tiempos de la reforma religiosa de Aje- SRU6R¿D&RSSROD(VORTXHDFDUUHDODLJQR-
natón? Primero cabe analizar los textos de la cámara rancia del referente, uno de los tres vértices del trián-
‘A’ de la DB353 y, acto seguido, revisar la política gulo semiótico, imprescindible para que se consume
arquitectónica que caracterizó al reinado de la propia la comunicación, como ya se ha insistido al princi-
Hatshepsut. pio de este artículo. Pero desde que la arqueoas-
tronomía ha despuntado como herramienta auxiliar
3DVDSRUWHDODVHVWUHOODV de la historia, muchos investigadores aprecian que,
en realidad, estos eventos y fenómenos laten tras
Una civilización trimilenaria, como la del antiguo muchos símbolos y metáforas, inscritos en frescos y
Egipto, a lo largo de su dilatada trayectoria hubo de papiros, generalmente de temática mágico-religiosa,
VHUWHVWLJRGHLQ¿QLWXGGHHYHQWRVDVWURQyPLFRV\GH o incluso en las matemáticas que forman el entra-
fenómenos atmosféricos: formación de novas y su- mado arquitectónico de sus majestuosos templos y
pernovas, pasos cometarios, caída de bólidos lumi- de sus megalómanas tumbas. No podía ser de otro
nosos, tormentas de meteoros, conjunciones plane- modo: un país tan íntimamente ligado a los cultivos
tarias, halos solares y lunares, falsos amaneceres, que fue tildado de “granero de Roma”, estaba obli-
auroras boreales, espejismos, parhelios, espectros gado a dominar el arte de la astronomía, como paso
de Brocken, entre otras muchas curiosidades, hoy previo para controlar la naturaleza. Sirvan las pala-
IiFLOPHQWHH[SOLFDEOHVJUDFLDVDORVDYDQFHVFLHQWt¿- bras del astroforense vallisoletano Miguel Santan-
cos pero que, antaño, hubieron de atribuirse a la in- der-García (1979), al departir sobre el papel del cielo
tervención divina: en la mitología nórdica, el arco iris en la antigüedad, como “un libro que tenían escrito
era Bilröst, el “camino reluciente”, que comunicaba e interpretaban. Les decía en qué momento plantar
la Tierra (Midgard), con el reino de los dioses (As- y cosechar, y les servía como calendario para seguir
gard); más o menos, el mismo concepto ideado por las estaciones. Era la Wikipedia de la Antigüedad,
los griegos para dar sentido a este puente celestial, FRQXQPRQWyQGHLQIRUPDFLyQTXHFRGL¿FDEDQPH-
entre el Olimpo y el ámbito de los mortales, personi- diante leyendas”, al ser preguntado por Sergio Ferrer
¿FiQGRORDWUDYpVGH,ULVODHQFDUJDGDGHWUDQVPLWLU en febrero de 2015 a colación de su estudio sobre el
los mensajes de los dioses. De vuelta a las tradicio- sistema Henize 2-428, para una entrevista publicada
nes escandinavas, el lobo Hati (“odio”) estaba em- ese mismo año en (O&RQ¿GHQFLDO

132 | Egiptología 2.0


ciudades del cielo nocturno y haciendo peligrar la ob-
servación de aquellos fenómenos que, como la luz
zodiacal, resultan demasiado tenues a ojo desnudo.
De hecho, aún cuando las condiciones lumínicas son
las más apropiadas, en parajes totalmente apartados
GH ODV IXHQWHV GH OX] DUWL¿FLDO HO HIHFWR FRPELQDGR
entre la inclinación del eje terráqueo y el movimien-
to de traslación de nuestro planeta provoca que no
todos los meses del año resulten igual de ventajo-
sos a la hora de divisar este fenómeno: el momento
más recomendable es el del novilunio más próximo
a los equinoccios. Para el caso concreto del hemis-
Eclipse solar. | Joshua Cripss. ferio norte, entre 80 y 120 minutos tras la puesta de
Uno de los fenómenos presuntamente desconocidos 6ROGHVGH¿QDOHVGHIHEUHUR\KDVWDFRPLHQ]RVGH
para el antiguo Egipto fue la luz zodiacal. Presunta- mayo (favorecida, en los meses de invierno, por la
mente, porque la ausencia de pruebas no es prueba inversión térmica), sobre el horizonte occidental; o
de lo contrario. Que no se tenga evidencia sobre la entre 80 y 120 minutos antes de la aurora, desde
luz zodiacal en los textos egipcios no implica que los ¿QDOHVGHDJRVWRKDVWDFRPLHQ]RVGHQRYLHPEUHHQ
sacerdotes horarios no la observasen, valorasen o el horizonte oriental. En tales jornadas, si la negrura
DWULEX\HVHQ XQD HVSHFLDO VLJQL¿FDFLyQ < FXDOTXLHU de la noche así lo permite, en las antípodas del orbe
demostración que lo niegue, sustentándose tan sola- celeste se podría contemplar incluso la luz antiso-
mente en la falta de pruebas viene a ser, en realidad, lar, o Gegenschein: se trata del extremo contrario
una falacia conocida en lógica como argumento ad del disco de polvo interplanetario, manifestando un
ignorantiam. Podría, de hecho, haberse dado el caso fulgor todavía más lánguido que el de la luz zodiacal.
de que los egipcios asignasen una palabra –o con- Dentro de este abanico de fechas se encuentran los
MXQWRGHSDODEUDVHQOHQJXDMHURJOt¿FDSDUDGH¿QLU días 11 de abril y el 28 de septiembre, coinciden-
la luz zodiacal y que no se haya traducido del modo tes con el alineamiento astronómico de la tumba de
adecuado. En los Textos de las Pirámides, en aque- Senenmut en Deir el-Bahari, como si la DB353 es-
llos pasajes donde más palpable se torna el subtexto tuviese vibrando en la misma longitud de onda que
astronómico, algunas regiones de la bóveda celes- el cosmos, durante el apogeo de la luz zodiacal. Es
te, caso particular de la franja próxima al horizonte, más, dicho rango temporal es compatible con el que
son invocadas en atención a diversos apelativos. Al- caracteriza a varias de las alineaciones dúplices del
guno de ellos, más que a una constelación, podría antiguo Egipto: la más paradigmática, la del Templo
referirse a esta débil banda de luz triangular, visible Mayor de Ramsés II en Abu Simbel, que se produce
sobre el plano de la eclíptica en las dos horas que los días 21 de febrero y 21 de octubre de cada año,
anteceden al orto o suceden al ocaso solar: muestra un mes antes del equinoccio de primavera y un mes
HOUHÀHMRGHO6ROVREUHXQJLJDQWHVFRGLVFRGHSRO- después del equinoccio de otoño, respectivamente;
vo interplanetario –similar a los anillos de Saturno, reproduciendo el mismo arquetipo al que previamen-
pero mucho menos denso y formado por partículas te se había ajustado el eje central del Pequeño Tem-
de menor tamaño- que se extiende desde el corazón plo de Atón en Tell el-Amarna. ¿Casualidad o cau-
del Sistema Solar hasta la órbita de Júpiter. Es la salidad? Y, en el segundo de los casos, ¿qué podría
materia que los cometas expulsan a medida que se KDEHUVLJQL¿FDGRODOX]]RGLDFDOGHQWURGHOPLVWLFLV-
calientan, en su viaje de aproximación al astro rey; mo egipcio?
entonces, los gránulos de debris quedan desperdi- Recientemente, al estudiar el cromatismo de los blo-
gados por el espacio, formando una ciclópea espiral ques pétreos empleados para la construcción de las
que converge paulatinamente hacia el Sol por causa dos pirámides del faraón Seneferu en Dashur, una
del efecto Poynting-Robertson. blanca y otra roja, se ha propuesto que, tras esta
A medida que el Sistema Solar envejece y disminu- premeditada elección, se aspiraría a crear un monu-
ye el número de cometas en la Nube de Öpik-Oort, mento conmemorativo de la dualidad de la monar-
sus retornos se vuelven más esporádicos, lo que a quía egipcia, expresando este carácter binomial del
su vez redunda en la progresiva pérdida de inten- faraón, Rey del Alto y del Bajo Egipto, acudiendo a
sidad en la luz zodiacal, ligeramente más brillante sus dos símbolos más representativos, las coronas
hace tres milenios y medio –en tiempos de Senen- EODQFD\URMD$GHPiVD¿QGHMXVWL¿FDUHOFRORUGH
mut-, de lo que es hoy en día; máxime si se conjuga ambos astributos, los astrofísicos Belmonte Avilés y
esta circunstancia con el grave problema de polución Giulio Magli buscaron respuestas en su campo de
lumínica que afecta a nuestra moderna sociedad – trabajo: “Las pirámides podrían estar asociadas a fe-
adicta al derroche energético-, privando ya a muchas nómenos celestes concomitantes con posibles ma-
nifestaciones del poder del rey tras su muerte. En

Egiptología 2.0 | 133


FLHVHQ \ KDVWD GLYLQL]DVHQ OD OX] ]RGLDFDO ÀRWD HQ
el aire desde las postrimerías del siglo XIX. Así, en
1893 vio la luz el libro Im Reiche des Lichts, escrito
por el ingeniero industrial alemán Hermann Gruson
(1821-1895), conjeturando que el dios Sopdu en-
carnaría la materialización física de la luz zodiacal,
basándose en su nombre, formado a partir del signo
M44 del listado de Gardiner, una espina con forma
de triángulo isósceles que delinea la misma silueta
que adopta la luz zodiacal, al simular un cono so-
bre el plano de la eclíptica. Esta suposición gozó de
muy buena acogida, contando entre sus seguidores
con egiptólogos de la talla del anglonormando Peter
le Page Renouf (1822-1897) y del berlinés Heinrich
Karl Brugsch (1827-1894), el cual dedicó a esta te-
PiWLFDHQVD\RVFRPR³ǻRXOD/XPLqUH=RGLDFDOH´
o “La Lumière Zodiacale et sa représentation sur les
Monuments égyptiens (Note suppleméntaire)”, am-
bos contenidos en el XV volumen de Proceedings
of the Society of Biblical Archæology, publicado en
1893. Entre dichos expertos se popularizaría la idea
de que los egipcios vislumbraron en la luz zodiacal
una especie de rampa ascendente hacia la bóveda
celeste a través de la cual las almas de los difuntos
SRGUtDQSRQHUVHHQUXPERGHVXJORUL¿FDFLyQDVWUDO

De tales planteamientos se hizo eco Lefébure en


el artículo “The Zodiacal Light according to the An-
cients”, editado en noviembre de 1900 en The Ob-
servatory: A Monthly Review of Astronomy. En todo
FDVRFDEUtDGHVHFKDUHVWDLGHQWL¿FDFLyQSXHVPLHQ-
Halo solar. | Pinterest.
tras la luz zodiacal se produce en el eje este-oeste,
particular, la luz zodiacal, Venus (o ambos) para el 6RSGXVHUHODFLRQDJHRJUi¿FDPHQWHFRQHOSRORVXU
caso de la corona blanca y la aurora boreal o la luz más allá del Alto Egipto e, incluso, allende la región
del amanecer para el de la corona roja. Las pirámi- de Nubia, en dirección a las ignotas fuentes del río
des bien pudieran ser consideradas como luz pe- Nilo: “Tú eres Rahes, que preside sobre el Alto Egip-
WUL¿FDGD´ (Belmonte Avilés y Magli; 2017:190). Esta to, como Dedun que preside sobre Nubia, como So-
hipótesis reconecta con la formulada por el francés pdu, que está bajo sus árboles ksbt” (Declaraciones
André Jean Maucherat, del Laboratorio Astrofísico 480 y 572), es decir, las acacias de copa plana, tan
de Marsella, quien allá por el año 2009 defendió, en características de la sabana sahariana. De ahí que
/HV3KHQRPqQHV&pOHVWHVHWO¶$UWƠJ\SWLHQ, que el FRQYHQJD PHMRU OD LGHQWL¿FDFLyQ GH 6RSGX IDFHWD
grado de inclinación de las distintas coronas y toca- astral de Horus, con la estrella Canopo: primero, por-
dos de los dioses y faraones en el antiguo Egipto que, siglos después de ocasarse la civilización faraó-
es armonizable con la variación angular de la luz nica, todavía las comunidades beduínas asentadas
zodiacal entre los solsticios y equinoccios. Para su en el Sinaí tomaban Canopo como punto referencial
demostración utilizó, mayoritariamente, representa- del meridión, en contrapartida a la estrella polar en
ciones artísticas de mediados del segundo milenio el septentrión; y, segundo, por su relativa proximidad
antes de nuestra era, a excepción de un relieve del D6LULRMXVWL¿FDQGRFRQHOORODD¿UPDFLyQFRQWHQLGD
faraón Sejemjet, tercer mandatario del Imperio An- en el versículo 1636 de los Textos de las Pirámides,
tiguo. En marzo de 2011, Noah Brosch, astrofísico donde expresamente se menciona que “Horus-So-
del Observatorio Wise de la Universidad de Tel Aviv, pdu ha surgido de ti (Isis) en su nombre de <Horus
compartiría una breve disertación a través de sus re- que está en spdt (Sirio)>” (Declaración 593).
des sociales, titulada “Thinking about Archeoastro-
En época más reciente, el investigador Howard D.
nomy”, interesándose por esta explicación, aunque
-RQHV KD SURSXHVWR TXH GHWUiV GHO SHU¿O WULDQJXODU
blandiendo la falta de respaldo estadístico para la
de la luz zodiacal se encuentre la fuente original del
muestra analizada por Maucherat y recomendando
simbolismo de las pirámides lisas del antiguo Egip-
un examen más amplio y minucioso.
to; recalcando que ya el Astrónomo Real de Escocia
La posibilidad de que los antiguos egipcios cono- Charles Piazzi Smyth (1819-1900), uno de los prin-

134 | Egiptología 2.0


Richard Talcott, conjuntamente con la egiptóloga Pa-
tricia Blackwell Gary, propuso en 2006, en el artículo
“Spica’s Egyptian connection”, que el marcador as-
tronómico para el alzamiento del Pilar Dyed habría
sido el orto helíaco de Spica, la estrella más brillante
GHODFRQVWHODFLyQ9LUJRHYHQWRTXHKR\VHYHUL¿FD
hacia el 8 de septiembre pero que, hacia el año 6000
a. C., se habría producido hacia el 10 de julio. Estos
mismos autores son de la opinión que la luz zodiacal
fue entendida, entre los antiguos egipcios, como el
heraldo de Ra retornando desde el inframundo; hi-
pótesis planteada en “Stargazing in Ancient Egypt”.
Una compilación de las distintas propuestas que se
han sugerido para encuadrar la luz zodiacal dentro
Halo solar. | Adel Ahmadyan. del sistema de creencias de los faraones fue esboza-
cipales estudiosos de la Gran Pirámide de Keops en da por la egiptóloga Mona Z. El-Shieb, a través de la
el siglo XIX, dedicó largas horas a observar la luz zo- conferencia “The Zodiacal Light in Ancient Egypt: Be-
diacal, llegando a realizar una ilustración de Palermo tween Old and New Theories”, organizada en 2014
GRQGHHVWHIHQyPHQRUHFXHUGDDOD¿VRQRPtDGHORV por la facultad de arqueología de la Universidad de El
obeliscos egipcios. Tal proposición, expuesta en el Fayún en el marco de la Primera Conferencia Inter-
artículo “Zodiacal Lights and the Pyramids”, divulga- nacional “New Trends in Archaeological Sciences”.
do en 1990 en The Journal of the British Astronomi- Lo cierto es que la clave para leer correctamente
cal Association, más que amoldarse a las ciclópeas este fenómeno podría encontrarse, como se ha ade-
pirámides del Imperio Antiguo, encajaría mejor con la lantado, en alguno de los nombres con que los Tex-
tipología excesivamente apuntada que presentan las tos de las PirámidesGHVLJQDQDYDULDV]RQDVGHO¿U-
pirámides de Meroe y Napata, en el Reino de Kush. mamento, donde los egipcios diferenciaban distintas
Según recapitula Jones, el magín popular de nues- marismas, o campos anegados de agua, cada una
tros ancestros entendió la luz zodiacal “no solamen- con su propio barquero, donde los difuntos podían
te como el hogar cósmico de las deidades estelares cruzar a nado o en navío, inspirándose seguramen-
sino también como una autopista hacia el cielo”, pro- te en los humedales del Delta, con sus pequeños
fundizando en este concepto en otro artículo, “Zo- islotes sobresaliendo, lo mismo que sobresalen las
diacal Light and Ancient Symbolism”, que la misma estrellas de entre las aguas cenagosas del cielo noc-
revista incluyó en su número 103, correspondiente turno. En aquellas regiones donde el negro palio de
al año 1993. Aborda aquí el mito de Er, con que Pla- la noche cede el paso a un tímido resplandor, advir-
tón culmina su diálogo La República, describiendo el tieron los egipcios ríos o lagos, siguiendo un proce-
tránsito de las almas hacia el más allá como si cruza- so mental parejo al que llevó a los astrónomos mo-
sen por un pasillo de luz a través del cielo, análogo a dernos a bautizar como “mares” aquellos contornos
la escalera celestial que en el bíblico sueño de Jacob más oscurecidos del orbe lunar: así, la Vía Láctea
VLUYH D ORV iQJHOHV SDUD DSHDUVH GHO ¿UPDPHQWR R hubo de parecerles un riachuelo serpenteante, que
ascender hasta él. En cuanto a la mitología egipcia, apodarían como mr nxA, el Canal (de riego) Sinuoso.
argumenta Jones que los traductores de los Textos Esta pista contribuye a desentrañar el misterio de
de las Pirámides habrían equivocado la luz zodiacal las demás marismas celestiales, en tanto en cuanto
con la9tD/iFWHDLGHQWL¿FiQGRVHFRQHO³3LODUGHODV espacios del planisferio celeste suavemente ilumi-
(VWUHOODV´TXH¿JXUDHQHOYHUVtFXOR 'HFODUDFLyQ nados: por ejemplo, la Campiña del Tamarisco (De-
254). claración 669), contenedora del nido de Thot, podría
(VWDGH¿QLFLyQGHDOJXQDPDQHUDUHFXHUGDDODO]D- interpretarse ora como el halo lunar, ora como la luz
miento del Pilar Dyed, un fetiche prehistórico vincula- cenicienta, también llamada luz cinérea, que ilumina
do a las actividades agrarias y cuyas representacio- la parte del disco lunar que no alcanzan los rayos
nes varían, entre inclinado y enderezado, lo mismo solares pero que sí está alumbrada por el resplandor
que varía la posición de la luz zodiacal a lo largo del TXHUHÀHMDOD7LHUUD
año trópico. Este ritual marcaba el inicio de la esta- Otrosí la Campiña de las Ofrendas, sxt-Htpw, de la
ción de la germinación, prt, hacia el 21 de octubre cual se dice que estaba enclavada en el norte, en-
en el calendario ideal egipcio, en la tetraetéride de la tre las estrellas imperecederas (Declaraciones 419 y
apocatástasis, coincidiendo con uno de los períodos 509), cerca del trono de hierro, allí donde los dioses
aconsejados para la observación de la luz zodiacal, se reúnen con sus kas (Declaración 512) y donde
en este caso particular, antes del amanecer. Por su converge la línea de la plomada durante el ritual de
parte, el editor de la revista Astronomy Magazine, estiramiento de la cuerda (Declaración 518); en cuyo

Egiptología 2.0 | 135


de las Ofrendas. Dado que la palabra Htp, además
de ofrenda, también se puede traducir como “estar
VDWLVIHFKR GHVFDQVDGR SDFL¿FDGR FRPSODFLGR«´
el nombre de esta región celeste se podría interpre-
tar, sin perder sentido, como Campiña de (aquellos)
que están satisfechos, descansados, complacidos,
en paz…, expresando el destino que anhelan las al-
mas de los difuntos.

En la Campiña de Jepri (Declaración 470) se viste


el difunto, ante la presencia de Ra, encaramándose
luego al horizonte oriental para su ascensión diaria,
en alusión a la claridad del alba, que precede a la
aparición matutina del Sol: despunta la mañana y los
muertos, al igual que los vivos, se desperezan, se
asean y atavían, preparándose para sus tareas coti-
Aurora Boreal. | Pinterest.
dianas. En lo que respecta a la Campiña de Ra, sxt-
quilómetro cero se encuentra la Gran Isla, hacia la ra (Declaración 436), podría tratarse, en oposición
cual vuelan los dioses-golondrina, es decir, las es- a la Campiña del Tamarisco, del halo solar. Mayor
trellas imperecederas (Declaración 519), quedando FRPSOHMLGDGODRIUHFHODLGHQWL¿FDFLyQGHOD&DPSL-
dicho archipiélago rodeado por los Lagos de la Tur- ña de los Dioses, sxt-nTrw (Declaración 437), donde
quesa (Declaraciones 473 y 627). El único fenómeno el difunto encuentra su abundancia; la Campiña de
astronómico productor de una inusitada iluminación Kenset o Canal (de riego) de Kenset (Declaraciones
del cielo circumpolar es la aurora boreal (o austral, 205, 210, 254, 471, 510, 519, 525), que se vincu-
en función del hemisferio), bastante regular en latitu- la a Nubia, esto es, al meridión, así como al Gran
des altas, pero excepcional en latitudes medias y ba- Toro o Toro del Cielo –el planeta Saturno-, además
jas, haciendo de las luces del norte un espectáculo de a la constelación del rebaño de bueyes, cerca de
único y asombroso, inolvidable para quien lo presen- la estrella matutina –¿Venus?-; o la Campiña de la
Contienda (Declaración 522), donde se encuentra el
Ojo de Horus, ya recompuesto, y que podría simboli-
zar el efecto lumínico del anillo de diamante o de las
SHUODVGH%DLO\TXHVHPDQL¿HVWDHQWRUQRDODIDVH
de totalidad de un eclipse solar.

Pero, en los Textos de las Pirámides, la Campiña por


excelencia es la de las Juncias, retratando una visión
totalmente bucólica de la existencia ultraterrena: “Al
SULQFLSLRVyORHOUH\\DOJXQRV¿HOHV LPDMX \IDPL-
liares privilegiados accedían a este paraíso, donde
el sol no quema demasiado y donde sopla la dulce
Luz zodiacal, apuntando hacia las Pléyades; con
brisa del norte. La cebada y la espelta crecen en es-
Sirio y Orión junto a la Vía Láctea.
| Daniel López. Cielos del Teide. tos campos, y el rey difunto trabaja con sus propias
manos las tierras sagradas. El Libro de los muertos
cia sin estar habituado a ello, tal y como aconteció describe la muralla de hierro que cerca los campos
durante el Evento Carrington, allá por 1859, o con la de Ialu y el río que los atraviesa. El alma del difun-
VHxDOFREUL]DTXHORVMDSRQHVHVGH¿QLHURQFRPRXQD to siembra y luego recoge la cosecha, de la que se
“cola de faisán”, en el año 620 a. C. Su tonalidad de- alimenta. Trabaja y se entrega al amor; tiene hijos,
pende de la altitud a la que interactúen las partículas apresa pájaros que después come, se pasea en bar-
eléctricas del viento solar con el campo magnético ca por el lago y, por la noche, se sienta bajo el sicó-
terrestre: a 200 quilómetros de elevación, la escasez moro y juega a las damas” (Rachet; 1995:136). La
de átomos de oxígeno monoatómico (O) genera au- Campiña de las Juncias, sxt-iArw, está anegada por
roras boreales entre rojas y moradas; mientras que, el agua que le aporta el Canal (de riego) Sinuoso –la
D  TXLOyPHWURV GH OD VXSHU¿FLH OD PD\RU DEXQ- Vía Láctea-, cerca de Sirio, en el margen oriental del
dancia de dicho gas, sumada al acúmulo de molécu- ¿UPDPHQWRORPLVPRTXHWDPELpQVHLQXQGDHOYDOOH
las de nitrógeno ionizado (N2), provoca que las luces del Nilo durante la estación de la crecida, anunciada
del norte presenten matices verdosos y amarillentos. por el orto helíaco de dicha estrella (Declaraciones
Precisamente, este último tipo de auroras son las 263, 264, 265, 266, 507, 519 y 609). Funciona como
que concuerdan en coloración con los Lagos de la un auténtico bajío navegable (Declaración 268), que
Turquesa, conformantes del paisaje de la Campiña se puede cruzar a bordo de la Barca del Relámpago,

136 | Egiptología 2.0


biendo luego las ofrendas alimenticias que provie-
nen desde la tierra de los vivos (Declaración 493).
El trono de Horus está situado en la Campiña de las
Juncias (Declaraciones 504 y 671), razón por la cual
también se conoce uno de sus departamentos como
la Campiña del Bello Trono (Declaración 517), fren-
te al trono de hierro, ocupado por Osiris, localizado
en otra sección del cielo. Este lugar fabuloso se ha
puesto en común con los Campos Elíseos de la mi-
tología griega, cuyo nombre, ਹȜȪıȚĮʌİįȓĮ rezuma
DVWURQRPtD SRU ORV FXDWUR FRVWDGRV SXHV VLJQL¿FD
algo así como las llanuras que son alcanzadas por
los rayos del Sol (Helios). Sin olvidar que para el
egiptólogo holandés Henri Frankfort (1897-1954), la
Campiña de las Juncias es una abstracción de la Co-
lina Primigenia, tal y como dejó por escrito en Kings-
hip and the Gods. Cuenta la leyenda que, sobre esta
elevación cónica del terreno, en medio del océano
primordial, se posaron por primera vez los rayos del
Sol, dando origen a la vida.

La fórmula 149 del Libro de los Muertos, que distribu-


ye la noche en catorce divisiones o moradas, asigna
la segunda –unos cincuenta minutos tras la puesta
del Sol- a la Campiña de las Juncias, “cuyos muros
son de cobre, (en donde) la altura de tu cebada es
de cinco codos, con espigas de dos codos y tallos
de cuatro codos (y en donde) hay bienaventurados
de nueve codos de altura, siendo cada uno de ellos
Saturno, Toro del Cielo, en su reciente conjunción quienes lo siegan en compañía de Horakhty! Co-
FRQ-~SLWHUVREUHOD*UDQ(V¿QJHGH*XL]D
nozco la puerta que está en medio de la Campiña
| Amr Abdulwahab.
de las Juncias, por la que sale Re en el Oriente del
singlando por el Campo de los Cielos Inferiores (De- cielo, cuya (zona) Sur es el Lago de las ocas khar y
claración 548), mientras maneja su timón el barque- la Norte el estanque de las ocas ro, lugar por don-
ro Hr.f-HA.f (Declaraciones 505, 517, 519 y 616). Se de navega Re con un viento de tempestad. Soy el
emplaza cerca de la línea del horizonte (Declaración encargado de las jarcias en la barca divina, soy el
317), donde ³ODVSXHUWDVGHO¿UPDPHQWRVHDEUHQGH que navega incansablemente en la barca de Re. Co-
par en par para el amanecer” (Declaraciones 325, nozco los dos sicomoros de turquesa de entre los
461, 479, 510 y 563), no muy lejos de spdt y de sAH cuales surge Re y que crecen sobre los Pilares de
(Declaración 442), esto es, de Sirio y de Orión, en Shu por la puerta del Señor de Oriente, por donde
cuyo corazón resplandece el lucero de la mañana sale Re” (Lara Peinado; 1993:283), en consonancia
¢9HQXV" 'HFODUDFLRQHV\ 3RUDOOtGHV¿OD con la descripción dada en los Textos de las Pirámi-
el resto de los halcones divinos (Declaración 655), des. Además, el capítulo 86 le proporciona al difunto
una referencia, quizás, a los demás planetas, gene- la naturaleza de la golondrina, asegurando conocer
UDOPHQWH UHSUHVHQWDGRV FRPR ¿JXUDV KLHUDFRFpID- “los caminos misteriosos y las puertas de la Campiña
las. de las Juncias” (Lara Peinado; 1993:149).

En este territorio es posible venerar al dios Sopdu Entre septiembre y octubre, los egipcios verían sus
(Declaración 306), la cristalización sagrada de Ca- cielos llenarse de grandes bandadas de golondrinas
nopo. Existe además un estanque, excavado por la que, al escasear su alimento en Europa, migraban
Serpiente de la Alabanza (Declaración 254) y llama- al sur para pasar el invierno en la sabana sudanesa,
do Lago del Chacal, S sAb (Declaraciones 268, 301, completando dicho viaje en apenas un mes. Tal fe-
512 y 697), que sirve a las almas de los bienaventu- nómeno, pero a la inversa, se repetía entre febrero
rados para bañarse al comienzo de cada nuevo día y marzo, con cientos de millares de ejemplares cru-
en el más allá (Declaraciones 253, 323, 325, 470, zando la bóveda celeste hacia el septentrión. De ahí
471, 479, 510, 526, 563, 564 y 567), siendo lava- que las estrellas imperecederas equivalgan a los dio-
dos por los Seguidores de Horus (Declaración 525) ses-golondrina. La habilidad de estas aves para per-
\ SXUL¿FDGRV SRU OD 'LYLQD (QpDGD HQ HO /DJR GH manecer en el aire durante grandes lapsos de tiem-
la Duat (Declaraciones 268, 512, 671 y 697), reci- po, siempre impoluto su plumaje, llevó a múltiples

Egiptología 2.0 | 137


constelación Tauro –cerca de Sirio y de Orión-, cuan-
do ésta aparece en el cielo oriental, antes de la albo-
rada. Describe un paisaje celeste característico de
las semanas que suceden al orto helíaco de Sirio, en
las inmediaciones del solsticio de verano, momento
en que también se produce la inundación. Dado que
la luz zodiacal ocurre precisamente en el plano de
la eclíptica, cabría la posibilidad de que este fenó-
meno estuviese directa o indirectamente relaciona-
do con la Campiña de las Juncias; no obstante, no
entra dentro de los períodos más favorables para su
observación. Por otra parte, la pendiente que traza
la propia luz zodiacal sobre el horizonte y su pre-
sencia intermitente en el cielo nocturno, la hace más
compatible, ya no tanto con la meta o destino al que
Campiña de las Juncias, en una de las viñetas del aspiran a conseguir las almas, si no con el medio
Libro de los Muertos del Papiro de Ani. que éstas deben recorrer para alcanzar dicho des-
| James Wasserman. tino. Este mecanismo de elevación, que también se
cita en los Textos de las Pirámides, es la Duat, tér-
culturas a asociarlas con pureza y espiritualidad. El mino que, por metonimia, con el decurso de los años
signo G36 de listado de Gardiner, una golondrina, re- acabaría designando a todo el inframundo.
presenta el bilítero wr, evocando lo grande y podero-
VRPDVQRWDQWRHQWDPDxRVLQRHQPDJQL¿FHQFLD Este conjunto de sortilegios explica cómo el difunto
Por cierto que las fechas de ida y retorno coinciden, asciende al más allá desde la Duat (Declaración 247),
una vez más, con las de las principales alineaciones la cual consiste en una escalera entretejida mediante
dúplices en templos y santuarios del antiguo Egipto, los rayos del Sol: “Asciendo por esta escala que mi
así como con los máximos de observación de la luz padre Ra hizo para mí. Horus y Seth me cogen de
zodiacal. Y si un equipo internacional liderado por la las manos y me llevan a la Duat” (Declaración 271).
bióloga sueca Marie Dacke apuntó en 2013 cómo los Pese a su materia prima, no responde a un contex-
escarabajos peloteros, especialmente vinculados en to diurno, sino nocturno, dentro del vecindario de la
Egipto a la regeneración de los ciclos cósmicos, se constelación de Orión: “Que se ponga una escalera
orientan mediante la Vía Láctea, en el artículo “Dung hacia la Duat para ti en el lugar donde está sAH” (De-
Beetles Use the Milky Way for Orientation”, publica- claración 610), “la Duat ha asido tu mano en el lugar
do en Current Biology; los experimentos del etólo- donde se encuentra sAH” (437), lo que convierte al di-
go Stephen T. Emlen han demostrado cómo existe funto en “el compañero de sAH, que cruza el cielo con
también una gran diversidad de pájaros, caso de los sAH, que navega por la Duat con Osiris” (Declaración
azulejos índigo, capaz de reconocer la estrella polar 466), no muy lejos de Sopdu y del Toro del Cielo -Sa-
y de establecer su ruta de vuelo en función de ella, turno- (Declaración 262). El tamaño de la Duat pare-
en cooperación con las células magnéticas de sus ce variar –como las márgenes del Nilo-, de ahí que,
retinas, como auténticas brújulas vivientes que son. en sus momentos de mayor extensión, parezca de-
vorar las praderas celestiales donde reposan Orión y
/D VXPD GH ODV LQGLFDFLRQHV JHRJUi¿FDV VHxDOD- Sirio: “sAH es absorbido por la Duat, puro y vigoroso
das por los Textos de las Pirámides y el Libro de los en el horizonte; spdt es absorbida por la Duat, pura y
Muertos ubicaría la Campiña de las Juncias en la in- vigorosa en el horizonte” (Declaración 216). En efec-
tersección entre el plano de la eclíptica –por donde to, la Duat se desborda como “la Gran Inundación
discurren los planetas- y el ecuador galáctico, en la que está en el cielo” (Declaración 513), explicando
que la masa de agua fresca que se extiende junto
a la Campiña de las Juncias sea, precisamente, el
Lago de la Duat. Es más, Horus preside la Duat (De-
claraciones 7 y 408) desde su trono en la Campiña
de Juncias, como si ambas áreas fuesen limítrofes o,
incluso, se solapasen entre sí. Ahora bien, mientras
el paraíso pastoril se asociaba al horizonte oriental
y, por ello, al crepúsculo matutino; la Duat es visible
en Occidente, vinculándose, por tanto, al vespertino
(Declaración 257).

Cópula de Geb y Nut en el Papiro de Tameni. En el hemisferio boreal, la aparición de la luz zodiacal
| British Museum. tras el ocaso, durante las semanas que anteceden y

138 | Egiptología 2.0


suceden al equinoccio de primavera, concuerda con $SUHQGLHQGRDUHVSLUDU
esta descripción de la Duat: es entonces cuando la
rampa de luz se proyecta a través de las constelacio- Hasta la dominación romana perduró entre los egip-
nes de Tauro y Géminis hasta rebasar el arco dibuja- cios la creencia en que, para ayudar a los muertos en
do por el contorno de la Vía Láctea, delimitando una su tránsito al más allá, uno de los aspectos cruciales
IUDQMD GHO ¿UPDPHQWR VREUH HO KRUL]RQWH VXGRHVWH de su reanimación en la otra vida consistía en que el
cuyo vacío llenan las constelaciones de Orión y Can alma del difunto aprendiese a respirar nuevamente.
Mayor. Según la versión 0.18.3 del programa Ste- Este auxilio cobraría tal importancia con el devenir
llarium, ésta es la escena que recrean las estrellas de los siglos que, durante la Baja Época y el Período
el 11 de abril del año 1463 a. C. tras la puesta del +HOHQtVWLFRVHOOHJyDFRGL¿FDUEDMRODIRUPDGHO Li-
Sol, dando pábulo, quizás, a la representación del bro de las Respiraciones, redactado, según se decía,
plano de la eclíptica, a lo largo de sus 360º (aunque por la mismísima Isis, la gran maga, compilando los
solamente la mitad de los decanos podría haberse hechizos de los que se había valido para recompo-
avistado durante aquella noche), que fue incorpora- ner los fragmentos de Osiris y devolverlos a la vida.
da al panel meridional de la cámara ‘A’ de la DB353. El Segundo Libro de las Respiraciones, algo más tar-
Y, dado que su corredor “a” está orientado hacia dío, se atribuiría a la mano de Thot, en cuyos rollos
Aldebarán, en la constelación de Tauro, a la sazón se consignan las instrucciones para los hipocéfalos,
parte de sAH, también señalaría hacia la posición de unos discos solares que se colocaban bajo la cabeza
la luz zodiacal, facilitando entonces el ascenso de GHOGLIXQWRFRQXQDYHUVLyQVLPSOL¿FDGDGHOFDStWX-
Senenmut por la Duat, de no ser porque su tumba de lo 162 del Libro de los Muertos, esto es, la fórmula
Deir el-Bahari mira a Oriente, en lugar de a Occiden- para encender una llama bajo la cabeza del justo de
te, que es donde se produce esta estampa. Ahora voz. Tanto uno como otro bebieron de textos religio-
bien, el 28 de septiembre del año 1463 a. C., antes sos mucho más antiguos, pues la recuperación del
del amanecer, la luz zodiacal emergería por el este, aliento vital en el más allá ya preocupó a las gentes
como un pentáculo vertical que surca las constela- del Imperio Antiguo, de cuya época datan las prime-
ciones de Virgo (donde planta sus pies la hipopóta- ras evidencias de la celebración de la “Apertura de
ma celeste) y Leo, dividiendo el cielo en dos mitades: la boca”. Seguramente, esta costumbre tuvo como
al norte, y casi a ras del horizonte, aparece Arturo fuente de inspiración el parto, momento en que los
(núcleo de la constelación del noray), mientras que, neonatos, al abandonar el útero materno, requieren
a bastante más altura, se yergue la Osa Mayor (msx- en ocasiones de algún estímulo externo que despe-
tyw), improvisando una radiografía del cosmos que je sus vías respiratorias, generalmente una palma-
parece haber servido como patrón al confeccionar la GDHQODVQDOJDVD¿QGHSURYRFDUHOOODQWRDXQTXH
plancha septentrional de la techumbre astronómica éste suela aparecer de forma instintiva. También los
de Senenmut. muertos, estrenando nueva corporeidad y nuevo en-

Por cierto que, en base a la cartografía egipcia y sus


particulares leyes de la perspectiva, donde los ob-
jetos verticales, caso de las puertas, se plasman en
horizontal, formando un ángulo recto, cabe apuntar
que una rampa cónica –la luz zodiacal- ubicada entre
los pies de la hipopótama celeste y la constelación
del león, se bosquejaría, más o menos, en la misma
posición que adopta el vértice isósceles representa-
do en el panel septentrional de la DB353 y común-
PHQWHLGHQWL¿FDGRFRQXQDUWHIDFWRSDUDREVHUYDUOD
culminación de las estrellas. Por otra parte, la visión
de la luz zodiacal, como un pináculo macilento que,
desde la Tierra, se eleva hacia la bóveda estrellada
KDVWDLQVHUWDUVHGHOOHQRHQOD¿JXUDFXUYDGDGH1XW
la Vía Láctea, pareciera encajar en otro mito –puesto
en paralelo al del Curso (de riego) Sinuoso y el Lago
de la Duat-, acerca del engendramiento de Osiris, en
pleno coito de sus progenitores: aquí, la luz zodiacal
encarnaría la tumescencia peneal nocturna de Geb,
con la que el dios se despierta antes de la amaneci-
GDRLQFOXVRHOUHJXHURGHVHPHQTXHÀX\HGHVGH
el extremo de su glande circunciso hasta penetrar en
la fértil vagina de su compañera. Apertura de la boca de Tutankamón.
| Treasures of ancient Egypt.

Egiptología 2.0 | 139


Entre las reliquias Dixon, descubiertas en la Cá-
PDUD GH OD 5HLQD GH OD *UDQ 3LUiPLGH ¿JXUD XQ
cuchillo psS-kf, relacionado con los ritos funerarios
de Keops. | British Museum.

torno, son, de algún modo, recién nacidos. Según la tal estado de alteración psíquica, el sacerdote sem
séptima estrofa del Gran Himno de Atón, inscrito en se introduciría en el interior de un saco, adoptando
el muro occidental de la Tumba de Ay (TA25), era el entonces la forma del tekenu. Es ésta una enigmáti-
Sol el que realizaba este gesto sobre los nenoatos: FD¿JXUDSUHVHQWHHQORVULWRVIXQHUDULRVGHO,PSHULR
“Cuando surge del vientre a respirar, el día de su na- Nuevo, transportada junto al sarcófago y los vasos
cimiento, abres su boca, y provees sus necesidades. canopos: muestra a un hombre, unas veces senta-
Cuando el polluelo pía en el huevo, en su cascarón, do en la posición del escriba, otras postrado sobre
dentro, le das el aliento que le hace vivir; cuando tú su vientre en oración, mientras es arrastrado por un
le has completado, rompe el cascarón y sale del hue- carro de bueyes o sobre un pequeño trineo. Durante
vo, para anunciar su terminación”. este sueño cataléptico, el sacerdote sem, como si
de un auténtico chamán se tratase, proyectaba su
Esta liturgia era presidida por el sacerdote sem, re- FRQFLHQFLDKDFLDORVFRQ¿QHVGHOXQLYHUVRHQEXVFD
conocible por su curiosa indumentaria: una piel de del alma del difunto, para mostrarle el camino de re-
leopardo. El signo F9 del listado de Gardiner, repre- greso hasta la tumba.
sentando el busto de dicho animal, se emplea como
determinativo o abreviatura de pHty, “fuerzas físicas”, En tiempos de Senenmut y sus coetáneos, durante
facultades que eran transferidas a quien vestía su el Imperio Nuevo, se procedía entonces a salmodiar
cuero cabelludo. Elisa Castel, en Egipto: Signos y XQ SDVDMH HVSHFt¿FR GHO Libro de los Muertos, en
Símbolos de lo SagradoDODGHQWUDUVHHQODVLJQL¿- FRQFUHWRVXFDStWXORPRPHQWRHQTXHHOR¿FLDQ-
cación de los felinos, señala cómo “algunos pueblos te adoptaba la personalidad de Ptah-Socar, mientras
negroafricanos tienen la idea de que el uso de pie- uno de sus asistentes asumía la de Thot. Por su par-
les de felinos moteados (leopardos y guepardos) tie- WH HO GLIXQWR VH LGHQWL¿FDED D Vt PLVPR FRQ HO 2MR
nen la propiedad de contagiar a su portador con las de Ra, Sejmet, en el crepúsculo vespertino: “Que mi
cualidades inherentes al animal, además de ser un boca sea abierta por Ptah, que las vendas que amor-
H¿FD]HOHPHQWRSURWHFWRU3RURWURODGRHQPXFKDV dazaban mi boca sean desatadas por el dios de mi
culturas la piel del animal aportaba a la persona que ciudad. Que acuda además Thot, plenamente pro-
la llevaba una facultad muy importante: favorecer el visto de fórmulas mágicas; sean desligadas las ven-
estado de trance”. En este sentido, el artículo “A Rite das de Seth que amordazaban mi boca (y) sean se-
of Passage: The Enigmatic Tekenu in Ancient Egyp- paradas las manos de Atum que estaban colocadas
tian Funerary Ritual”, publicado por Greg Reeder en como protección de ella. Mi boca me ha sido restitui-
1994 en el quinto volumen de la revista KMT: A mo- da, mi boca me ha sido abierta por Ptah, mediante su
dern Journal of Ancient Egypt, postuló que durante cuchillo de hierro (celeste), con el cual abrió la boca

 | Egiptología 2.0


Proyección del vértice triangular hacia muñeca, codo y hombro de Sah-Orión. | Alfonso Fernández.

Egiptología 2.0 | 141


de los dioses. Soy Sekhmet-Uadjet, que reside en el de Upuaut. [Separo tu boca por ti] con la azuela de
Occidente del cielo. Soy Shayt que está en medio de hierro que separa la boca de los dioses. ¡Oh Horus,
las Almas de Heliópolis” (Lara Peinado, 1993:70). La abre la boca de este Rey! Horus ha abierto la boca
opinión general entre los egiptólogos es que el Ojo de este Rey, Horus ha separado la boca de este Rey
de Ra se hermane con el propio disco solar. No obs- con ésa con la que separa la boca de su padre, con
tante, en “Muerte en Amarna: Incidencia del Cometa ésa con la que separa la boca de Osiris, (14) con el
Halley en el cisma religioso de la XVIII Dinastía”, se hierro que proviene de Seth, con la azuela [de hierro
ha planteado la posibilidad de que el fenómeno as- que separa la boca de los dioses. La boca de este
WURQyPLFRFRGL¿FDGRWUDVHOVLPEROLVPRGHGRVPLWRV Rey se abre con ella, y él se mueve y habla con la
egipcios, el de la Diosa Lejana y el de la Destrucción Gran Enéada en la Mansión del Príncipe que está
de la Humanidad, respondería mejor a una aproxi- en] On, y asume la corona wrrt ante Horus, Señor de
mación cometaria, en lugar de a un eclipse solar, los Nobles” (Declaración 21).
como se comentará más adelante en este mismo ar-
tículo. Es interesante esta visualización de las almas El signo U19 del listado de Gardiner muestra la
rasgando el cielo como un brillante cometa, nada azuela del Upuaut, un apero de carpintería emplea-
más completarse su “Apertura de la boca”, pues se do para desbastar la madera: representa el bilítero
trata de una noción compartida con la cultura gre- nwFRQHOVLJQL¿FDGRGH³WLHPSR´$O¿Q\DOFDEROD
colatina, tal y como ocurrió con el Cometa de César vida, como la madera, es aquello que se va mode-
(C/-43 K1) o con los patricios que fueron “invitados” lando y desgastando con el transcurrir del tiempo;
a suicidarse bajo el mandato de Nerón para que fue- toda criatura llega al mundo como un bloque de ma-
sen sus almas, y no la del emperador, las que el co- teria prima que, a lo largo de su existencia, ha de
meta secuestrase hacia el más allá. Curiosamente, VHUWDOODGRKDVWDTXHSRU¿QHQVXOHFKRGHPXHUWH
obró así por consejo de un astrólogo egipcio, Balbilo, quede concluso. Sobre el difunto, con la azuela del
alejandrino de pura cepa e hijo de Trasilo de Men- Upuaut, se dan los últimos retoques correspondien-
des, astrólogo como su progenie, a quien consultaba tes a la vida terrenal y los primeros de la vida espiri-
cada decisión de relieve el emperador Tiberio. tual. Además, cuando la azuela, nwA, toca un cuerpo
DOTXHVHOHKDDFDEDGRHOWLHPSROHWUDQV¿HUHXQD
Durante la “Apertura de la boca”, entre libaciones y ración extra de tiempo, nw. Otro de los apodos de
sahumerios, los sacerdotes de Upuaut hacían uso este artilugio, que ayuda igualmente a esclarecer su
de diverso instrumental: es el caso del psS-kf, un gan- naturaleza, fue nTrty, la formación dual de la palabra
cho rematado en forma de cola de pez, cuya propia GLRVHQIHPHQLQRFRQHOVLJQL¿FDGRGH³OD D]XHOD 
denominación, “divisor de su espíritu Ka”, explica la doblemente divina”, o bien “las dos (azuelas) divi-
función que se le asignaba, separando los distintos nas”. Esta segunda acepción podría relacionarse
elementos constitutivos del ser humano según los con la duplicación de esta herramienta en el cielo cir-
antiguos egipcios, permitiendo así que el Ka, el Ba cumpolar, a través de la Osa Mayor y la Osa Menor,
y el Aj del difunto pudiesen coexistir a pesar de en- de tamaños distintos, aunque de siluetas similares.
contrarse en planos físicos diferenciados. Otro de De ahí que la azuela del Upuaut también se nombre
los utensilios era el bastoncillo wr HkAw, con aspecto como msxtyw, denominación genérica que se daba a
de serpiente: en su nombre de “grande en magia”, la constelación del Muslo de Seth (la Osa Mayor), re-
por ósmosis, inundaba de facultades mágicas aquel presentada con el signo F23 del listado de Gardiner,
cuerpo con el que entraba en contacto, energizando el trilítero xpSFRQHOVLJQL¿FDGROLWHUDOGH³PXVOR´/D
su aura para que, toda vez imbuida de las extraor- etimología de msxtyw es reveladora: forma parte de
dinarias facultades de un auténtico mago, surtiesen la familia de palabras ms (“hijo”), msi (“nacer”), msxn
efecto los conjuros pronunciados sobre su cadáver. (“morada de los dioses”), msxnt (“lugar de nacimien-
Por su parte, el Dba, “dedo”, de uso más tardío, to- to”) y msxnt (una diosa protectora de las parturien-
maba la apariencia de una falange, recalcando así tas y de los neonatos). El vocablo msxtyw incluye los
la regresión del espíritu a la etapa fetal y a la pri- signos F31, ms, tres pieles de zorro unidas, y Aa1,
mera infancia, al cual se le debe introducir, como a x, una placenta humana, del listado de Gardiner, co-
cualquier recién nacido, un dedo en la cavidad bu- munes a la mayor parte de las expresiones egipcias
FDOSDUDYHUL¿FDUTXHQRKD\DUHVWRVGHSODFHQWDQL relacionadas con el alumbramiento y la primera in-
otra obstrucción de las vías respiratorias, revelando fancia, en perfecta sintonía con el contexto religioso
al mismo tiempo si la criatura está sana y responde previsto para el ritual de “Apertura de la boca”, como
FRQQDWXUDOLGDGDOUHÀHMRGHVXFFLyQ8QDGHODVKH- estadio estrictamente necesario para el renacimiento
rramientas más ancestrales, integrante de este pro- astral del difunto.
tocolo desde tiempos del Imperio Antiguo y citada de
forma explícita en los Textos de las Pirámides, es la Varios aspectos de la “Apertura de la boca” vincu-
azuela del Upuaut: “(13) [Tu boca está en perfecto lan este ritual con el cielo circumpolar, ya no sola-
estado (¿), porque la separo por ti, separo tus párpa- PHQWH SRUTXH HVD UHJLyQ GHO ¿UPDPHQWR IXHVH HO
dos por ti. Oh Rey, abro tu boca por ti] con la azuela destino último del alma del difunto, donde gozar de

142 | Egiptología 2.0


cielo entre mis hermanos los dioses. Uso mis brazos
como un ganso, agito mis alas como un milano; el
volador que vuela, Oh hombres, escapo volando de
vosotros” (Declaración 302). Tomando como referen-
FLDODD]XHODFHOHVWLDOHVWRHVOD2VD0HQRUD¿QGH
averiguar qué estrella se dispone a golpear su cabe-
zal, simplemente hay que proyectar la recta que une
a Pherkad (Gamma Ursæ Minoris) con Kocab (Beta
Ursæ Minoris): dicha línea imaginaria cruza sobre
algunas estrellas secundarias, de escasa magnitud,
entre las constelaciones del Lince, del Auriga y de
*pPLQLVKDVWDLQWHUQDUVHHQODHQRUPH¿JXUDGHOUH-
loj de arena, Orión, señalando hacia Betelgeuse (rmn
sAH, “el brazo de Sah-Orión”). Este meridiano común
hubo de ser especialmente notorio y útil hacia el año
150 a. C., cuando discurría por el polo celeste. Al
respecto, sorprende el preciosismo y detalle de la te-
chumbre astronómica de la cámara ‘A’ de la BD353:
en efecto, situando a Kocab en las manos de la diosa
Serket (Lull García; 2004:237), donde parecen con-
verger las líneas del vértice isósceles, y prolongan-
do estos surcos hacia el panel meridional, se llega
precisamente al área ocupada por sAH, el cual boga
sobre su barca y sostiene el cetro wAs y la cruz egip-
cia, anx, unos atributos que lo convierten en “aquél
Estandarte de Upuaut, entre los relieves del que tiene autoridad sobre la vida” o “que domina la
Templo de Kom Ombo. | Amnte Nofre. existencia”. No en vano, gracias a la inserción de
estos trazos en la plancha septentrional, se plasma
la eternidad junto a la única estrella aparentemente el preciso instante en que el sacerdote sem, con un
inmóvil del orbe celeste –la polar-, sino porque en ligero movimiento de muñeca, martillea suavemente
este preciso lugar se encuentra la Osa Menor, como sobre la máscara funeraria de la momia: ¡Osiris ha
va dicho, la versión astral de la azuela del Upuaut resucitado!
FX\R SHU¿O LPLWD HO LQVWUXPHQWR TXH ORV VDFHUGRWHV
funerarios empleaban para golpear suavemente los La azuela del Upuaut hubo de forjarse, por fuerza
órganos sensibles de la momia o de la estatua Ka, mayor, a partir de hierro meteórico extraído de aque-
a propósito de restaurar sus funciones corporales. llos pedruscos cósmicos que, atravesando las dis-
El nombre del dios Upuaut está compuesto por los tintas capas de la atmósfera terrestre, impactaban
vocablos wpi, “abrir”, y wAt.w, “caminos”. Tal es su contra el suelo egipcio, lo que hacía de este material
misión: franquear las sendas que comunican el valle un recurso tan escaso como valioso, con unas pro-
de los vivos y las junqueras de los muertos, de modo piedades mágico-religiosas idóneas para comunicar
que las almas puedan circular libremente entre am- tierra y cielo, enviando al difunto hacia el mismo en-
bos espacios. Al igual que los ángeles psicopompos clave desde el cual se desprendían tales meteori-
de la religión judeocristiana, Upuaut servía de guía tos: “Separa la boca de Osiris, (14) con el hierro que
al fallecido en su escalada hacia las esferas superio- proviene de Seth” (Declaración 21). Estos versículos
res: “(1090) Upuaut abre un camino para mí. Shu me fueron inscritos en las pirámides de Pepy II (VI Di-
eleva, las Almas de On ponen una escalera para que nastía) y Kakaura Ibi (VIII Dinastía) a mediados del
yo pueda alcanzar el Cielo, y Nut pone su mano so- tercer milenio antes de nuestra era, en plena Edad
bre mí como lo hizo por Osiris el día en que él murió” de Bronce. No fue hasta el siglo XII a. C. cuando
(Declaración 505). la siderurgia dio el salto cualitativo que permitiría la
obtención de mineral de hierro mediante labores de
Se trata de una de las numerosas fórmulas de as- fundición y forja. El hierro utilizado con antelación
censión presentes en los Textos de las Pirámides, tuvo un origen diametralmente opuesto a la minería,
si bien para mayor precisión deberían ser conocidas ya no bajo tierra, sino en el cielo, basándose en la
como fórmulas de catasterización, pronunciadas recolección de sideritos, es decir, la localización de
con el objeto de lograr la metamorfosis del difunto fragmentos de meteoritos compuestos mayoritaria-
en un astro, permitiendo que se alce hacia la bóve- mente por hierro y níquel. Su huella química es fácil
da celeste bajo el aspecto de un pájaro. Con razón, de reconocer, puesto que ambos metales se combi-
WDQWRHO%D\HO$MDVXPHQLJXDOPHQWHOD¿VRQRPtD nan en los sideritos creando aleaciones de camacita
de un ave: “(463) Upuaut ha hecho que yo vuele al y taenita. En hábitats verdes, el rápido crecimiento

Egiptología 2.0 | 143


de la vegetación oculta con prontitud las cuencas de mente la hendedura en la muralla celestial de hierro
impacto o astroblemas, cubriéndolas de maleza. No que también debe atravesar el faraón para alcanzar
así el desierto, donde las elevadísimas temperatu- la inmortalidad entre las estrellas imperecederas”. A
ras derivadas de una explosión cósmica, o incluso favor de esta argumentación está la propia etimolo-
a causa de la caída de un rayo, esparcen a su al- gía de la constelación del Muslo, msxtyw, en pleno
rededor lechatelieritas o fulguritas que funcionan, corazón del cielo circumpolar; o que el hierro me-
para el rastreador bien entrenado, como un reguero WHyULFR VHD FDOL¿FDGR FRPR ³HO KLHUUR TXH SURYLHQH
de migas de pan. Constituye, por consiguiente, un GH6HWK´SRUWUDWDUVHGHODUHJLyQGHO¿UPDPHQWRHQ
espacio idóneo para la búsqueda de restos meteóri- que habita dicho dios.
cos: de ahí que el Sahara continúe siendo, todavía
en la actualidad, uno de los destinos favoritos a don- Existe cierta lógica para ubicar el nacimiento de
de acuden, tanto expertos como legos en la materia, los dioses, msxnt, en el entorno de la estrella polar:
para aprovisionarse de muestras. Es más, son tan como seres inmortales, su origen se debe de encon-
cuantiosos los meteoritos recabados en esta región trar entre las estrellas indestructibles, ixmw-sk, per-
que se engloban dentro de una categoría especial, manentemente dentro del arco de visión, sin ortos,
bajo el acrónimo NWA (África Noroeste). Por lógica, ni ocasos. Allí se localizará, por tanto, la matriz de
el desierto líbico también hubo de erigirse, para los 1XWMXVWL¿FDQGRODSUHVHQFLDGHHVWDGLRVDHQODVHF-
antiguos egipcios, en su principal fuente y suministro ción reservada al cielo septentrional en los relojes
de hierro meteórico. estelares diagonales pintados bajo las tapas de los
ataúdes del Imperio Medio. En la esfera de lo terre-
En el anterior número de Egiptología 2.0, al abordar QDO¿HOUHÀHMRGHODFHOHVWLDOWDPELpQODDVWURQRPtD
la biografía del emperador romano Heliogábalo y el jugó un papel determinante entre los ensalmos re-
peculiar culto que rindió al betilo de Emesa, se exa- citados a la hora de socorrer a las parturientas y a
PLQyDIRQGROD¿ORORJtDGHODSDODEUDbiA, utilizada en los neonatos: “En el momento del alumbramiento se
MHURJOt¿FRVSDUDUHIHULUVHDOKLHUURPHWHyULFR\FX\R invoca a Nut, la diosa del cielo. En ella están todos
determinante consiste en un recipiente cóncavo lle- los dioses, las estrellas que transmiten la luz y que
no de agua, el signo N41 del listado de Gardiner: VRQODVDOPDVJORUL¿FDGDV(OPDJRSLGHTXHODEy-
“Para Almansa Villatoro, se trata de un contenedor veda de las estrellas descienda sobre la mujer que
semiesférico de hierro que representaría una espe- da a luz y la proteja” (Jacq; 1999:180). No en vano,
cie de visión en miniatura del cielo para los antiguos una de las protagonistas del cielo septentrional, se-
HJLSFLRV HO ¿UPDPHQWR VHUtD XQ LQPHQVR FXHQFR gún las representaciones del Imperio Nuevo, es la
sólido de metal, repleto de líquido; de ahí que cual- hipopótama, unas veces citada como ist-DAmt Hb pt,
quiera de estos dos elementos pudiese precipitarse otras nombrada como rrt. Bajo esta última denomi-
desde las alturas, uno en forma de meteoritos, el otro nación, constituye “la segunda constelacíon con más
en forma de lluvias. Añade que este recipiente en- entradas en las tablas de los relojes ramésidas” (Lull
carnaría el útero de la diosa Nut, mientras que su García; 2004:227). Se trata de la diosa Reret, una
contenido sería el líquido amniótico proveniente del de las sacralizaciones del hipopótamo y patrona de
interior de esta diosa; lo cual explicaría, a su vez, la obstetricia, muy presente en los partos, en calidad
la inclusión del signo N41 en palabras vinculadas a de bienhechora durante este feliz proceso: su posi-
la feminidad, como Hmt, “mujer, esposa” (…). Dis- ción en la bóveda celeste viene a ser la más propicia
crepamos, en todo caso, de la formulación genérica para ejercer de comadrona, ayudando al nacimiento
que proyectaría a todo el orbe celeste la condición de las estrellas. La egiptóloga Rosa Thode, en su es-
de bóveda ferrosa, pues hasta el signo N41 demues- tudio conjunto con Francisco López sobre el panteón
tra estar en sincronía solamente con un determinado egipcio, dice de Reret que “mantenía encadenados
punto cardinal, el septentrión. De hecho, este jero- ORVSRGHUHVGHODRVFXULGDGHYLWDEDODLQÀXHQFLDPD-
JOt¿FRSRUWULSOLFDGRVHFRQYLHUWHHQLGHRJUDPDGH ligna de Seth y mantenía libre el camino por el cielo
la palabra pHww³FRQ¿QHVGHOQRUWHHOOHMDQRQRUWH´ del sol primaveral (…). Hay quien la considera un
indicando que no todo el cielo es de hierro, que no epíteto de Nut”. En efecto, los planisferios egipcios
todo él es útero de Nut, sino un área muy restringida solían incorporar una soga o una cadena de eslabo-
y especial dentro del mismo: la región circumpolar, nes con la que el Muslo de Seth se amarraba al no-
donde el Muslo de Seth comparte espacio con la di- ray, sujeto por Reret. Incluso, en algunos diagramas
vina azuela del Upuaut. Cuenta el mito del nacimien- tardíos, como el del sarcófago de Anjhapy, datado
to de los cinco dioses, en los días epagómenos, que en la XXX Dinastía, es la propia Reret quien, como
el vientre de Nut fue bruscamente rasgado durante carcelera de Seth, sostiene directamente las atadu-
el parto de Seth: “Y que en el tercer día nació Tifón, ras entre sus propias manos (Lull García; 2004:240).
ni en el tiempo ni por el lugar debido, sino rasgando
con un golpe a su madre se lanzó fuera por el cos- Ahora bien, antes de todo nacimiento, por imperio-
tado” (De Iside et Osiride 12, 355F). Allí donde en sa necesidad, debe producirse el engendramiento.
el cielo está la huella de Seth, en efecto, está igual- Y cuando es Nut, la diosa del cielo, la que alumbra,

144 | Egiptología 2.0


“Apertura de la boca”, en una de las viñetas del Papiro de Hunefer (EA9901,5). | British Museum.

tiene que ser Geb, el dios de la tierra, como su cón- entre las viñetas del Libro de los Muertos, como la
yuge, quien previamente interviene y colabora en el 87 del 3DSLUR*UHHQ¿HOG (EA10554) o la 3 del Papiro
acto de la concepción, fecundando a su consorte. de Tameni (EA10008), ambos en dependencias del
Bajo esta premisa, los fallecidos, antes de su resu- British Museum: el cuerpo de Geb, totalmente des-
rrección, eran conducidos al sepulcro y depositados nudo, aparece recostado en decúbito supino, con la
en el sarcófago, ubicado en la parte más profunda piel verdosa a causa de la vegetación, a veces inclu-
de la tumba, el pozo funerario, formando parte de VRFXELHUWRGHKRMDVVREUHpODUTXHDGDOD¿JXUDGH
las mismísimas entrañas de Geb, como esperma Nut, igualmente en cueros, de tez lapislázuli tatuada
que aguarda a ser diseminado. Los corredores de con estrellas doradas de cinco puntas. El padre de
la tumba de Senenmut, ascendiendo a lo largo de ambos, Shu, en representación de la atmósfera, se
97’36 metros con un ángulo de inclinación de 25º, interpone, separando el cielo de la tierra, evitando
desde la cámara ‘C’ hasta el exterior de la DB353, el apareamiento salvo en los últimos cinco días del
emulan los conductos deferentes del falo erecto de DxR'HELGRDODLGHQWL¿FDFLyQGHOGLIXQWRFRQ2VLULV
Geb, bien apuntado hacia el palio nocturno. El alma los progenitores de éste último, Geb y Nut, asumen
del difunto, atravesando este pasaje, equivale a la si- igualmente la paternidad celestial de todos y cada
miente que se proyecta hacia la matriz de Nut y que, uno de los muertos, de todas y cada una de las cria-
toda vez en el vientre materno, es gestada para la turas que moran en la Duat: las estrellas. Para el
vida eterna, renaciendo luego, ya convertida en una caso particular de Senenmut, su luminaria no es otra
auténtica estrella, con la ayuda de la partera celes- que Aldebarán, uno de los astros más occidentales
tial, Reret. La cópula de Geb y Nut suele recrearse de la constelación de Sah-Orión y, como tal, de los

Egiptología 2.0 | 145


Escena de sexo entre Geb y Nut, sarcófago de
Butehamón XXI Dinastía.
| VacationTravelAdventure.

primeros de este asterismo que se vislumbran en el


horizonte oriental, pregonando el nacimiento sideral
de Osiris (o, más concretamente, de Osiris-Senen-
mut), pero también de los primeros en cruzar los
umbrales de Occidente, avisando de su llegada al
inframundo; en armonía con la especial relevancia
\VLJQL¿FDFLyQGDGDDOGHFDQRXry aryt en la tapa del
ataúd de Heny.

/DLQVFULSFLyQGHOWHFKRDVWURQyPLFRGH6HQHQ-
PXW

Esta digresión sobre la ceremonia de la “Apertura de


la boca” pretende contribuir a la contextualización
de las plegarias escritas en la cámara ‘A’ de la tum-
ba de Senenmut en Deir el-Bahari; concretamente,
aquellas que conforman la leyenda de la techumbre
DVWURQyPLFDODVFLQFROtQHDVGHMHURJOt¿FRVGLVSXHV-
tas en la divisoria entre sus paneles septentrional y
meridional. Para la presente traducción, además de
la meticulosa reproducción facsimilar llevada a cabo
por Wilkinson para el Metropolitan Museum of Art de
Nueva York, se ha tenido en cuenta la transliteración
del egiptólogo teutón Jan Assmann (1938), así como
su traducción al alemán, contenidas dentro del volu-
men 14 de Altägyptische Totenliturgien, publicado en
2002 por la editorial Universitätsverlag C. Winter. Se
ha cotejado, igualmente, con la traducción al caste-
llano de los Textos de las Pirámides, con sus notas
y comentarios, hecha en 2003 por Francisco López
y Rosa Thode para el sitio web www.egiptologia.org.

La línea III, en el centro, de estructura bimembre,


incluye la titulatura real de Hatshepsut (“¡Que viva
la Horus poderosa de espíritus, las Dos Señoras
próspera en años, la Horus de Oro divina en
apariciones, la Reina Maatkara del Alto y del Bajo
Egipto!”), más dos de los cargos funcionariales os-
WHQWDGRVSRU6HQHQPXWDVtFRPRVX¿OLDFLyQJHQHD-
lógica (“¡Que viva el amado de Amón-Ra, Portador
del sello de la Reina del Bajo Egipto y Mayordomo
Hemistiquio de la techumbre astronómica de Se-
de Amón, hecho por Rames, justo de voz, nacido de
nenmut. | Metropolitan Museum of Art.

146 | Egiptología 2.0


Hatnefer!”). Este renglón constituye la carta de pre- Declaración 424: “(771) ¡Oh, este Osiris-Jentiamen-
VHQWDFLyQ FRQ TXH VH LGHQWL¿Fy D Vt PLVPR HO SUR- tiu-Senenmut! Mejenti-irti te guardará a ti como (el
SLHWDULR GH OD '% H[SOLFD GH IRUPD WHOHJUi¿FD pastor) te guarda los terneros; te guardará a ti más
quién fue el Senenmut histórico, señalando la familia que los espíritus. (772) Osiris-Senenmut, toma esta
a la que perteneció y la profesión a la cual se dedi- ofrenda divina tuya con la que estás satisfecho cada
có, emplazándolo además dentro de una cronología día: (773) un millar de panes, de cervezas, de bue-
ELHQGH¿QLGDHQWLHPSRVGHOD;9,,,'LQDVWtD1RVH yes, de aves, de todas las cosas dulces (para el Ka
aleja demasiado de la información que todavía hoy del) Mayordomo de Amón, Osiris-Senenmut, justo de
se graba en las lápidas de nuestros modernos ce- voz”. El último versículo de esta misma declaración,
menterios: el nombre del difunto, junto a los apelli- por no caber aquí, encabeza la siguiente línea, la II,
dos de la familia y las fechas de su nacimiento y de- si bien, al quedarse demasiado corto como para re-
función. Una cruz, una estrella de David o cualquier llenar el espacio restante, se le añaden al término
otro símbolo religioso, lo adscriben a un determina- los dos primeros versículos de la Declaración 366:
do credo; mientras que las siglas D.E.P. (“Descanse “(774) ¡Oh, este Osiris-Jentiamentiu-Senenmut! Se
en paz”), o su versión latina R.I.P. (“Requiescat in te otorga la inundación, se te brinda la abundancia,
pace”), vienen a plasmar las aspiraciones de cual- que para ti ha traído tu hermano el Anciano. (626)
quier panteón: prorrogar al máximo la corrupción del ¡Levántate! Tu madre Nut te ha dado a luz. Geb ha
cuerpo cadavérico, mientras se conduce al alma de golpeado tu boca. La Gran Enéada te saluda y ha
quien yace tras la lauda sepulcral hacia la salvación puesto a tu enemigo debajo de ti. (627) ¡Eleva a
eterna. Pues bien, esta aspiración, grosso modo, es aquél que es más grande que tú, en tu nombre de
compartida por las otras cuatro líneas del hemisti- Gran (Palacio de la) Sierra, este Senenmut!”. Los
quio de la techumbre astronómica de Senenmut, ex- otros seis versículos de la Declaración 366 (donde
trapolando para ello varios pasajes de los Textos de se recoge el engendramiento mágico de Horus-Sop-
las Pirámides. du por Osiris, luego de ser resucitado por Isis-Sirio,
en un contexto netamente astronómico) se supri-
7UDQVOLWHUDFLyQGHORVWH[WRVMHURJOt¿FRVHVFULWRVHQHOKHPLVWLTXLRHQWUH men, dando un salto a la Declaración 367, la cual
ORVGRVSDQHOHVDVWURQyPLFRVGHODFiPDUDµ$¶GHOD'%
sí se reproduce íntegra en la línea IV: “(634) ¡Oh,
(I) hA wsir xnti-imn.tiw sn-n-mwt pn sA.w tw mxnti-ir.ti sA.w=k HA bHs.w=k
sA.w tw r id.t Hmir(T) Ax.w wsir sn-n-mwt pn Ssp n=k Htp-nTr=k pn Htp=k im=f
este Osiris-Jentiamentiu-Senenmut, Mayordomo
ra nb xA m t Hnq.t kA.w Apdw x.t nb.t bnr.t wsir mr pr imn sn-n-mwt mAa-xrw de Amón! Horus es traído a ti para protegerte, para
(II) hA wsir xnti-imn.tiw sn-n-mwt pn Di n=k baH=k n(i)=k bsn=k n=k inn n=k traerte los corazones de los dioses. No debes langui-
xr sn=k nxx wTs tw ms.n tw mw.t=k nw.t sk.n=k gb r=k i.nD tw psD.t rdi=s decer, ni gemir, porque Horus te ha dado su Ojo para
n=k xft=k Xr=k fA n=k wr r=k m rn=k n itfA=wr sn-n-mwt pn
que con él puedas ver delante de los dioses. (635)
(IV) hA wsir xnti-jmn.tiw mr pr imn sn-n-mwt pn ini n=k Hr nD=f tw in=f n=k
ib.w nTr.w im=k gA.w im=k aS rDi.n n=k Hr ir.t=f mAn=k im=s xnt nTr.w ab.n
Horus ha reunido tus miembros para ti y te ha recom-
n=k Hr a.wt=k dmD=f tw n xnn.t im=k nDr.n n=k DHwti xft=k Hna imi-xt=f puesto para que no haya desorden en ti. Thot se ha
(V) hA wsir xnti-jmn.tiw a.wi=k m wpi Hr=k m wpi-wa.wt wsir xnti-imn.tiw apoderado de tu enemigo y de aquellos que forman
sn-n-mwt pn Htp Di nsw.t Hmsi=k iA.wt Hr.T wnwn=k iA.wt sn=f Hmsi=k xnd bjA parte de su séquito”. Este hemistiquio se resuelve de
wDa=k mdw=k xn.t psD.t aA.t im.t iwnw
forma circular, tal que con la línea V se retorna a la
Declaración 424, colocando aquí los dos versículos
7UDGXFFLyQDOHPDQD -DQ$VVPDQQ GHOKHPLVWLTXLRHQWUHORVGRVSDQH-
OHVDVWURQyPLFRVGHODFiPDUDµ$¶GHOD'%
que todavía faltaban de la misma: “(769) ¡Oh, Osi-
(I) O Osiris Chontamenti N hier! Hüte dich vor Mechenti-irti, deinem Hütter
ris-Jentiamentiu! Tus brazos son los de(l dios chacal)
hinter deinen Kälbern (?). Hüte dich vor . . . mehr als die Ax.w. Osiris N hier! wpiw, tu rostro es el de Upuaut. (770) Osiris Jentia-
Nimm dir dieses Gottesopfer mit dem du täglich zufrieden bist: Tausend an mentiu-Senenmut, una ofrenda que el Rey da para
%URWDQ%LHUDQ5LQGHUQ*HÀJHOXQGDOOHQV‰HQ'LQJHQ2VLULV1
que ocupes los montículos de Horus y escales los
(II) O Osiris Chontamenti N hier! Gegeben ist dir deine Überschemmung, dir
gehört dein Natron, das, was dir durch deinen Bruder gebracht wurde. Alter, montículos de tu hermano (Seth), para que ascien-
erhebe dich! Geboren hat dich deine Mutter Nut und Geb hat deinen Mund das al trono de hierro y sojuzgues con rectitud tus
IUGLFKDXVJHZLVFKW(VJU‰WGLFKGLH*UR‰H*|WWHUQHXQKHLWLQGHPVLHGLU
deinen Feind unter dich gibt. (UKHEHIUGLFKGHQGHUJU|‰HULVWDOVGXLQ
asuntos, a la cabeza de la Gran Enéada que está en
GHLQHP1DPHQ*UR‰H6lJH1KLHU Heliópolis”.
(IV) O Osiris Chontamenti N hier! Horus wird dir gebracht, damit er dich
EHVFKW]HGDPLWHWGLUGLH+HU]HQGHU*|WWHUEULQJH'XVROOVWZHGHUHUPD- Varios aspectos llaman poderosamente la atención.
tten noch sollst du ächzen, denn Horus hat dir sein Auge gegeben, darmit
du vor den Göttern damit siehst. Horus hat für dich deine Glieder zusam-
Primeramente, y con carácter general, se trata de
mengesucht, er hat dich vereinigt, damit keinerlei Unordnung in dir ist. Thot una oración de ofrendas donde, pese a su aparente
hat für dich deinen Feind gepackt zusammen mit denjeningen, die in seinem desorden interno, fácilmente se puede reconocer el
Gefolge sind.
formulismo Htp Di nsw en las líneas I y V. Este tipo de
(V) 2 2VLULV &KRQWDPHQWL 1 KLHU 'HLQH $UPH VLQG :SM GHLQ *HVLFKW LVW
Upuaut, Osiris Chontamenti N. Ein Opfergebet, damit du die horischen Hügel plegarias se solían acomodar en la capilla funeraria,
besetzst, damit du die Hügel seines Bruders begehst und damit du den erzenen próximas al Ka del difunto, ante la cual se presenta-
Thron besteigst. Mögest du über deine Angelegenheiten Recht sprechen an
GHU6SLW]HGHU*UR‰HQ1HXQKHLWGLHVLFKLQ+HOLRSROLVEH¿QGHW
ban los exvotos, encima de una mesa de ofrendas.
Esta casuística ubicaría en la cámara ‘A’ de la DB353
La línea I contiene los tres versículos centrales de la a la estatua Ka de Senenmut, como ya se podía vis-
lumbrar debido a la presencia, en esta misma sala,

Egiptología 2.0 | 147


de la estela de falsa puerta. Por cierto que la misma tío Seth. Según Rosa Thode, se trata de uno de los
simetría y circularidad observada entre las líneas I intervinientes en el ritual de “Apertura de la boca”,
y V reaparece entre las líneas II y IV, síntoma de la cuyo ojo derecho era el Sol y el izquierdo la Luna. Su
cuidada elección de cada pasaje y de su esmerada SURSLD¿VRQRPtDHQWUDHQFRQH[LyQFRQODVHFXHQFLD
reconstrucción a modo de collage textual. Mientras de dobles ojos alineados desde el santuario rupestre
la línea II alude al Gran (Palacio de la) Sierra, itfA wr, de la Capilla de Hathor hasta el corredor ‘a’ de la
uno de los sobrenombres de Osiris ligado al aserra- DB353, trayendo aparejadas unas profundas conno-
do y amputación de sus miembros, cuando Seth y taciones astronómicas, asentadas sobre la natura-
sus secuaces lo descuartizaron en catorce pedazos; leza cósmica de ambos ojos. La sola aparición de
la línea IV recoge la reunión y ensamblaje de dichos Mejenti-irti en el desarrollo de esta liturgia, per se, no
fragmentos, en paralelo al prendimiento de Seth y obliga a que todo el ceremonial deba ser abordado
de su cohorte de conspiradores. Se contraponen así y comprendido en clave astronómica, pero redunda
descomposición (muerte) y recomposición (resurrec- a favor de esta posibilidad. Es, por así decirlo, una
ción), los dos conceptos básicos de la religiosidad invitación a seguir escudriñando los demás compo-
egipcia y, en consecuencia, los dos complementos QHQWHVGHHVWDSUiFWLFDUHOLJLRVDD¿QGHHOXFLGDUVL
inseparables sobre los cuales se ha de cimentar el su lectura más adecuada es aquella que gravita so-
simbolismo de su arquitectura funeraria. bre la astronomía.

Durante el Imperio Nuevo, esta faceta de Osiris, La línea II contiene la noticia más explícita sobre
Gran (Palacio de la) Sierra, fue tenida por Señor del la “Apertura de la boca”, mentando a Geb como su
Jubileo Real y morador en el Santuario de la Llama hierofante: “Geb ha golpeado tu boca”. La consorte
(wsir itfA wr nb Hb-sd Hry-ib pr-nsr), tal y como se cons- de este dios también asume, en dicho versículo, un
WDWDDWUDYpVGHORVUHJLVWURVHSLJUi¿FRVGHOWHPSOR SDSHO GH YHUGDGHUD WUDVFHQGHQFLD FXDQGR VH D¿U-
IXQHUDULRGH$PHQKRWHS,,,LGHQWL¿FiQGRVHDGHPiV ma que “Tu madre Nut te ha dado a luz”. Bajo su
con la divinidad momiforme que confería a los muer- condición de diosa del cielo, en cuyo cuerpo divino
tos la vida eterna, como Ra, en el cielo (aHaw n ra m VHHQFDUQDHO¿UPDPHQWRHOQDWDOLFLRGHVXKLMR2VL-
pt), según condensa una inscripción del templo fu- ris-Senenmut debe adoptar necesariamente la apa-
nerario de Ramsés III, en Medinet Habu. Hubo de riencia de un astro, con independencia de que sea
gozar de gran popularidad, puesto que en las leta- éste de carácter diurno o nocturno: ora el Sol, ora la
nías de Osiris, contenidas en el capítulo 142 del Li- Luna, ora un planeta, ora una estrella... En caso de
bro de los Muertos, su quincuagésima manifestación preferir por la solución diurna, por lógica, debe de ser
no es otra que la de Gran (Palacio de la) Sierra (Lara coincidente con la hipótesis solar dada para la ali-
Peinado; 1993:250). Sin necesidad de abandonar la neación de toda la tumba, los días 11 de abril o 28 de
región tebana, se lo descubre en los enterramientos septiembre. La opción nocturna, por su parte, arroja-
de Najtmin (TT87) y de Jeruef (TT192), fechados, ría datos compatibles con la estrella Aldebarán, por
respectivamente, bajo los reinados de Tutmosis III cuya posición en el cielo los egipcios la adjudicaban
y de Amenhotep III. Otrosí, en el Valle de los Reyes a la constelación de Sah-Orión, el cuerpo astral de
destaca su presencia en dos de las cuatro capillas Osiris, siendo esta divinidad, precisamente, uno de
doradas de Tutankamón (KV62). Mucho más lejos, los vástagos nacidos de Geb y Nut, engendrados
en Abidos, centro neurálgico de los misterios osiría- desde la Tierra, pero gestados en el cielo.
cos, el nombre de itfA wr se repite entre los asientos
textuales del Osireión. Se puede profundizar sobre Este ceremonial reaparece en la línea V, con la
esta advocación divina a través de la monografía mención al dios Upuaut, en medio de una serie de
The Naos of Amasis: A Monument for the Reawake- referencias astronómicas, a saber, el trono de hie-
ning of Osiris, publicada en 2019 por el egiptólogo rro meteórico y los montículos de Horus y Seth; sin
italiano Marco Zecchi, profesor asociado de la Uni- olvidar que la azuela de este dios, también de hie-
versità di Bologna. rro meteórico, replica a la perfección la silueta de la
Osa Menor. El trono de hierro, el signo Q1 del lista-
&RQFXUUHQ DTXt GRV PDUFDGRUHV HVSHFt¿FRV GH OD do de Gardiner, presente en los nombres de Osiris e
ceremonia de “Apertura de la boca”, entre estas ci- Isis, se incluye en las declaraciones 413, 424, 437,
tas escogidas de los Textos de las Pirámides, más 459, 461, 483, 509, 512, 536, 537, 553, 582, 610,
allá de la estrecha relación existente entre el Gran 612, 666, 667, 673, 674, 676 y 689 de los Textos
(Palacio de la) Sierra y el Jubileo Real, una efeméri- de las Pirámides. En bastantes de estos pasajes se
de que se menciona en la cámara ‘A’, en este caso presenta en compañía de los montículos de Horus
relativa a la energización de Hatshepsut tras 16 y Seth (424, 553, 612 y 676), también citados como
años sentándose en el trono. En la línea I se pone a montículos meridionales y septentrionales, respecti-
Senenmut bajo la protección de Mejenti-irti, “Aquél vamente: ³3DUD3LDQNRႇTXHQRHPSOHDHOWpUPLQR
en cuya frente está el Doble Ojo”, para muchos, un montículos, sino lugares, se trata de las regiones de
simple apodo de Horus, antes de ser cegado por su Horus y Seth (Las Dos Tierras), pero parece que el

148 | Egiptología 2.0


término Montículos, más empleado por otros auto- fundido, por aquel entonces inédito, sino tan sola-
UHVVHUH¿HUHDORFDOL]DFLRQHVGHVFRQRFLGDVVLELHQ mente en ese escaso hierro que llega del cielo en
efectivamente podría tratarse de lugares del cielo forma de meteoritos ferrosos. Los pequeños objetos
LGHQWL¿FDGRVFRQHO$OWR\%DMR(JLSWR´ (López y Tho- HODERUDGRVDSDUWLUGHHVWHPHWDO LGHQWL¿FDEOHVSRU
de; 2003:49). El piramidión de Amenemhat III men- su elevado porcentaje de níquel) se conocen des-
ciona los (tres) montículos de Sah, aludiendo con de los tiempos del Predinástico y fueron aplicados
práctica seguridad a las tres estrellas del Cinturón para la equipación mortuoria de los faraones, como
de Orión, representadas simbólicamente sobre la ca- UHFLHQWHPHQWHYLQRDFRQ¿UPDUHODQiOLVLVGHODGDJD
beza de Osiris a través del signo D61 del listado de de Tutankamón”. Prosigue Magli, aseverando que el
Gardiner, cuando este dios adopta la identidad de trono de hierro de Keops se encontraría en el ex-
Sah, su cuerpo sideral. A tenor de este criterio, los tremo superior de la segunda Gran Galería, bajo la
montículos de Horus y Seth equivaldrían a las prin- vertical del piramidión, un lugar adonde el alma del
cipales estrellas de sus respectivas constelaciones: faraón podría acceder siguiendo el canal astronómi-
spdw (Canopo), para el caso de Horus, sobre el hori- co norte de la Cámara de la Reina, cuyo recorrido se
zonte meridional; y msxtyw (Osa Mayor) para el caso detiene muy cerca de esta misteriosa oquedad, que
de Seth, en el septentrión. IXH FRQ¿UPDGD SRU WUHV YtDV GLVWLQWDV SHOtFXODV GH
emulsión nuclear examinadas por especialistas de
También el trono de hierro –cuya mención se ciñe,
la Universidad de Nagoya, en Japón; hodoscopios
preferentemente, a las fórmulas de ascensión y pos-
de centelleo manejados por la organización, también
terior entronización divina- se encuentra “en el cie-
nipona, para la Investigación en Física de Altas Ener-
lo, en compañía de los dioses” (Declaración 413);
gías con Aceleradores; así como detectores de gas
más concretamente, “al norte del cielo” (Declaración
operados por la Comisión de la Energía Atómica de
  GRQGH VH DEUHQ ODV SXHUWDV GHO ¿UPDPHQWR
la Universidad de París Saclay, en Francia.
nocturno (Declaración 461), no muy lejos del Gran
Poste de Amarre, esto es, la constelación del noray A mayores, el versículo 774 de los Textos de las Pirá-
(declaraciones 437, 461, 483, 553, 610 y 676). Quien mides añade un curioso marco temporal a todo este
se establece sobre este sitial, se establece “a la ca- pasaje, cuando el ritualista pronuncia: “Se te otorga
beza de las estrellas imperecederas” (declaraciones la inundación, se te brinda la abundancia” (Decla-
537, 666 y 674), teniéndolas al alcance de su mano ración 366); sabiendo de antemano que la llegada
(Declaración 459), para guiarlas y propiciar su apari- de la crecida era anunciada en la antigüedad por el
ción (Declaración 610). Con tal motivo, las estrellas orto helíaco de la estrella Sirio, en torno al solsticio
imperecederas se inclinan ante quien las gobierna, de verano, marcando un nuevo giro de la rueda de
reverenciando su ilimitado poder (Declaración 667). las estaciones dentro del calendario ideal egipcio.
De todo lo cual se deduce que el trono de hierro pre- El intersticio entre uno y otro año, a través de los
side el hemisferio boreal, dentro del grado de circum- 5 días epagómenos, correspondía a una efeméride
polaridad, lo que conviene bien al material del que singular: el nacimiento de los hijos de Geb y Nut. Tal
está forjado, dada su naturaleza meteórica, propia, hecho se vivía con cierta inquietud, ante el temor de
en efecto, de esta región celeste, al menos, desde la que los resortes de la maquinaria celeste no funcio-
idiosincrasia del antiguo Egipto. nasen como es debido, impidiendo el natural adve-
nimiento y desarrollo del siguiente ciclo. Esta apren-
Estas referencias, especialmente la Declaración
VLyQKDFLDODQRFKHGHDxRYLHMRVHSRGUtDGH¿QLUWDO
536, invitaron al físico italiano Giulio Magli, profesor
vez, como micromilenarismo. En el ámbito funerario,
de Arqueoastronomía en el Politécnico de Milán, a
una turbación idéntica sobrecogía los ánimos del di-
sugerir que la Gran Pirámide de Keops alberga su
funto, nervioso e inseguro ante la posibilidad de no
propio trono de hierro, enclavado en un enorme va-
superar con éxito el Juicio de Osiris: los Textos de las
cío de más de 30 metros de largo que, en noviembre
Pirámides, los Textos de los Sarcófagos, el Libro de
de 2017, dejó al descubierto la muografía y termo-
los Muertos…, son algunas de las colecciones más
grafía infrarroja del proyecto Scan Pyramids, bauti-
populares, casi enciclopédicas, de sortilegios, con
zándose este espacio como segunda Gran Galería,
TXH HO DOPD GHVD¿DED D ORV P~OWLSOHV DGYHUVDULRV
dada su disposición y proporciones. En “A possible
que la asaltaban en el más allá, evitando el fracaso
explanation of the void discovered in the pyramid of
en dicha lid a toda costa, como aquel alumno que no
Khufu on the basis of the pyramid texts”, Magli ex-
se siente del todo preparado y acude a examinarse
ploraría la posibilidad de que dicho trono estuviese
portando consigo un aluvión de chuletas. Estos dos
fabricado a imagen y semejanza del de su madre,
PLHGRV VH VRODSDQ HQ HO WLHPSR XQR FRPR UHÀHMR
la reina Hetepheres I, preservado del paso del tiem-
del otro, en los últimos 5 días del año: si el fallo era
po junto a los demás ajuares de la tumba G7000X:
positivo, el difunto renacería como Osiris y el mundo
“Podría tratarse de un objeto similar: una silla de ce-
seguiría su curso. Cabe decir que la interconexión
dro decorada con láminas de hierro, en vez de oro.
entre el veredicto de los muertos y el compás de
Por supuesto, no se puede pensar todavía en hierro

Egiptología 2.0 | 149


espera entre uno y otro año se advierte ya en los
ataúdes del Imperio Medio –merced a la selección
de decanos triangulares-, así como en la necrópolis
de Guiza –como mammisi de los dioses y del faraón
difunto, y considerando la alineación de sus pirámi-
des con el solsticio de verano y la hierofanía solar del
Axt-. Estos precedentes explicarían, en la techumbre
astronómica de Senenmut, el porqué de la exalta-
ción de la constelación del león, destacada entre las
circumpolares en lugar de inscribirse en el panel me-
ridional, en compañía de las otras tres del zodíaco
egipcio –el huevo, el carnero y la barca-: todo ello
porque, a la sazón, el solsticio de verano sorprendía
al Sol sobre las estrellas de Leo y Cáncer.
Grupo de bisontes rojos de la Cueva de Lascaux.
(OVHUGDEGH6HQHQPXW | Getty Images.

El hemistiquio de la techumbre de la cámara ‘A’ de lares se viese alterada a propósito para adaptarse
la DB353 establece la función de dicha sala, como PHMRUDODVLJQL¿FDFLyQGHHVWHFHUHPRQLDOmsxtyw,
escenario de la ceremonia de “Apertura de la boca”, que hasta entonces había tomado el aspecto de una
en consonancia con los alineamientos astronómicos pata de buey, en correspondencia con el muslo que
del serdab de Dyeser y de la Cámara de la Reina le había sido cercenado a Seth por su sobrino Horus
de la Gran Pirámide de Keops. A partir de los ataú- durante la disputa sucesoria por el trono de las Dos
des del Imperio Medio, la unión física del difunto o 7LHUUDVVHFRQYLHUWHHQOD;9,,,'LQDVWtDHQOD¿JXUD
de su Ka con el norte dejó de ser imprescindible: la íntegra de esta res. ¿Por qué? Pues porque “uno de
magia ya no se ejercía por contacto directo, sino por los ritos comprendidos en la ceremonia de apertu-
empatía, donde la representación del cielo sustituyó UDGHODERFDHUDHOVDFUL¿FLRGHXQWRUR8QDSDWD
al cielo en sí mismo, desapareciendo los conductos y el corazón de la víctima eran presentados al di-
astronómicos y surgiendo en su lugar los diagramas IXQWR\FRORFDGRVEDMRVXQDUL]/D¿QDOLGDGGHHVWD
estelares. No importa que la tumba de Senenmut operación era que el fallecido aspirase la vitalidad
en Deir el-Bahari no tenga un pequeño pasaje que contenida en el cuerpo del animal” (Egiptomanía;
permita a su propietario observar la azuela celestial, 1997:829). El exvoto de un muslo en la Tierra, colo-
pues todo el poder de esta herramienta se le habría cado sobre la mesa de ofrendas del difunto, vendría
transferido por homeopatía a la plancha septentrio- a catasterizarse durante la noche, convirtiéndose en
nal de la cámara ‘A’, siguiendo el principio de que lo la constelación del Muslo (Osa Mayor), en medio del
similar produce lo similar. Constituye el mismo tipo septentrión, una región celeste que, apropiadamen-
de magia que llevó al etnólogo francés Henri Breuil te, recibía el nombre de Campiña de las Ofrendas.
(1877-1971) a imaginarse que los bisontes de Las- Es otro ejemplo de magia empática –verdadero ar-
caux, Capilla Sixtina del arte paleolítico, se concibie- quetipo de la elaboración del mito sobre la Cabellera
URQ D ¿Q GH HVFHQL¿FDU HQ OD FDYHUQD HO WULXQIR GHO de Berenice-, donde el chivo expiatorio se represen-
hombre sobre el animal, como preludio y anticipo de ta al completo antes de su inmolación, en vísperas
lo que estaba destinado a suceder horas más tarde de ser degollado a manos de Anu, el arponeador, un
durante la caza real. Hoy en día, la explicación de avatar de Horus.
Breuil sobre las pinturas rupestres de Lascaux está En lo tocante a la Osa Menor, la propia azuela del
superada –se considera, incluso, que los rebaños Upuaut, en la techumbre astronómica de Senenmut
mostrarían la disposición de estrellas y constelacio- asume el físico de un escorpión: de las 7 estrellas
nes, tal y como fueron sistematizadas por el hombre que conforman el Carro Menor, las del cuadrilátero
de Cromañón-, pero la sencillez de su razonamiento demarcarían el vientre y sus dos pinzas, mientras
sigue resultando útil a la hora de explicar el posible que las otras tres representarían su cola bien apun-
funcionamiento de la techumbre astronómica de la tada, rematada con el aguijón. Pese a la presunta
tumba de Senenmut a través de la magia empática. incongruencia, la sustitución de la azuela celeste por
Lo mismo que una leyenda ayuda a leer un mapa, los un alacrán no carece de sentido, teniendo en cuenta
MHURJOt¿FRVGHGLFKRKHPLVWLTXLRD\XGDQDLQWHUSUHWDU que la etiqueta que acompaña a este artrópodo cla-
el sentido de los dos paneles astronómicos, eviden- UL¿FDVXLGHQWLGDGFRPRODGLRVD6HUNHW “El vértice
ciando que la apertura de los ojos, de la nariz y de la que aparece en la clepsidra de Karnak, de la dinastía
boca gozaba de unas profundas connotaciones as- XVIII, está situado nuevamente delante de los no-
tronómicas. Es más, resulta bastante probable que rays que sostiene Isis-Djamet. Aunque Mesjetiu tiene
ODSURSLD¿VRQRPtDGHODVFRQVWHODFLRQHVFLUFXPSR- tres estrellas en su cola el vértice no apunta direc-

 | Egiptología 2.0


tamente a la última sino que conduce a las manos
tendidas de Serqet. Es, pues, muy posible, que en
el cielo circumpolar las manos de Serqet debieran
situarse en la posición de otra estrella importante.
Según la reconstrucción que he realizado de esta
constelación, mientras que la cabeza de Serqet po-
GUtDHVWDUVLWXDGDHQ3RODULV Į80L VXPDQRGHUH-
FKD HVWDUtD HQ .RFKDE ȕ80L  eVWD VHUtD SRU WDQ-
to, la estrella que parece actuar como referencia en
el vértice representado en la clepsidra. Kochab, de
magnitud 2, es una estrella importante, pues en 15º
alrededor del polo norte celeste era, hacia 1500 a.
C., la única visible con sus características” (Lull Gar-
FtD 6LELHQVXYHUGDGHUDLGHQWL¿FDFLyQQR
es objeto de consenso académico: “Esta frustrante
falta de información se traduce en su localización en
tantos lugares posibles de la bóveda celeste como
LQYHVWLJDGRUHVKDQWUDWDGRGHLGHQWL¿FDUODHVWUHOODV
secundarias de la Osa Mayor según Beigel, Coma
Berenices según Chatley, Virgo según Davies, o en
las estrellas de Draco según Etz, por mencionar sólo
los más destacados” (Belmonte Avilés; 2012:62). En
realidad, Kocab podría tratarse de la pinza izquierda
del escorpión y Kynosoura de su glándula de vene-
QRDXQTXHHQODFiPDUDµ$¶HQYH]GHJUD¿DUVHHVWD
peligrosa criatura, se la muestra bajo su semblante
humano, como una mujer tocada con el disco solar.
Todavía en el zodíaco rectangular de Dendera se ob-
servan reminiscencias de la vetusta asociación entre
la Osa Menor y Serket, colocando a Escorpio, una
de las constelaciones zodiacales, junto a la azuela
del Upuaut.

Serket es la diosa de la magia: es ella, pues, la que


garantiza la efectividad de toda la magia empática
que se ha puesto en juego en esta techumbre astro-
nómica y de la cual va a depender el éxito de la cele-
bración a perpetuidad de la “Apertura de la boca”, en
DXVHQFLD GH RUL¿FLRV R FDQDOHV DVWURQyPLFRV FRPR
los previstos en el serdab de Dyeser y en la Gran
Pirámide de Keops. A priori, podría argumentarse
que, de ocupar un lugar en el panel septentrional de
la DB353, no fuese usurpando el privilegiado lugar
e indispensable papel de la azuela del Upuaut. Sin
embargo, como abogada de quienes son víctima de
la picadura de un escorpión, se rogaba la intercesión
GHHVWDGLYLQLGDGSUHFLVDPHQWHSDUDHYLWDUODDV¿[LD
generada por dicha ponzoña, revertiendo sus efec-
WRV'HDKtTXHORVWH[WRVHJLSFLRVGH¿QDQD6HUNHW
como “aquella que facilita la respiración en la gar-
ganta” y, por extensión, la que interviene durante los
partos como “aquella que posibilita la respiración del
recién nacido”, fundamentándose en la propia eti-
PRORJtD GH VX QRPEUH HQ MHURJOt¿FRV HO YHUER srq
VLJQL¿FD³KDFHUUHVSLUDULQKDODU´6HWUDWDSXHVGHO
mismo contexto simbólico al que remite la azuela del
Upuaut, representando, ya no a la herramienta en sí,
Serket, con signos de la vida entre sus pinzas, sino a la diosa que ostenta el mismo poder y funcio-
en la tumba de Nefertari. | Pinterest. nalidad, capaz de brindar el aire a los pulmones de

Egiptología 2.0 | 151


Senenmut, en la hora de su renacimiento astral.

Aunque ya en el versículo 1435 de los Textos de las


Pirámides aparece una constelación con este nom-
bre (Declaración 569), la vinculación de Serket con el
norte no debe ser anterior al Imperio Nuevo, quizás,
ni siquiera anterior al reinado de Hatshepsut: como
protectora de la caja de los vasos canopos y de las
cuatro esquinas del sarcófago faraónico, a Serket se
le concedió la presidencia del oeste; frente a Isis, que
ocupa la del sur, punto cardinal en donde campea la
estrella Sirio; Neit, que guarda el este; y Neftis, que
gobierna el norte. Una de las primeras ocasiones en
GRQGH 6HUNHW VH PDQL¿HVWD \D HQ VLPELRVLV FRQ HO
cielo septentrional es la fórmula 32 del Libro de los
Muertos. Durante este pasaje, el difunto conjura a
los cocodrilos del oeste (que se nutre a partir de las
estrellas infatigables, invocando para ello la ayuda
de Seth), del este (apelando a Osiris), del norte (acu-
diendo a Atum, mencionando la presencia de Serket
en su ombligo) y del sur (solicitando la intercesión
de Sopdu). El texto en el que se desarrolla esta es-
cena es inequívocamente estelar, lo cual induce a
pensar que detrás de la referencia de los dientes y
las mandíbulas de los cuatro cocodrilos devoradores
GHHVWUHOODVVHHVFRQGHQODVVLHUUDVD¿ODGDVGHORV
cuatro horizontes (septentrional, meridional, oriental
y occidental), los cuales mastican las estrellas du- La diosa escorpión, protegiendo la caja de los
rante su cíclica danza nocturna. Ahora bien, con el vasos canopos de Tutankamón.
nombre estrellas infatigables se conocía, entre los | Mercedes Blanco.
sacerdotes horarios del antiguo Egipto, a los plane- que se ajusta a la función práctica del vaso canopo
WDVPyYLOHVTXHYDJDQHUUDQWHVSRUHO¿UPDPHQWR presidido por Hapi y que concuerda con el campo se-
Seth y Osiris son protectores de estos objetos celes- mántico de la astronomía. Por su parte, el determina-
tes: Mercurio y Venus, respectivamente. La posición WLYRTXHVX¿MDHOQRPEUHGHHVWDGLYLQLGDGHOVLJQR
de Mercurio –siempre a la vera del Sol- en el oeste, Aa5 del listado de Gardiner, consiste en una sección
remite al crepúsculo vespertino, acompañando a Ra del atalaje de una barca: se trata del ideograma de
HQVXSXJQDGLDULDFRQWUDODVHUSLHQWH$SR¿VPLHQ- la palabra remo o timonel, Hpt, invitando a pensar en
tras que la de Venus, en el este, únicamente se pue- la navegación sobre las aguas celestes, tal y como
de compatibilizar con su faceta de lucero del alba. hacen a diario el Sol y la Luna, connotando además
Sopdu, la estrella Canopo, resplandece adecuada- la singladura de las almas en pos de la región sep-
mente en el sur; mientras que Serket, en el meollo tentrional del cielo, donde éstas puedan recuperar el
del norte, corresponde sin ambages a la Osa Menor. aliento y agenciarse la inmortalidad.
Por su parte, de entre los cuatro hijos de Horus, Huelga decir que los cuatro cocodrilos citados en la
tenidos en Serket e interpretados como los cuatro fórmula 32 del Libro de los Muertos también hacen
pilares de Shu y los cuatro timones del cielo (esto DFWRGHSUHVHQFLDHQODVLQWD[LVGHO¿UPDPHQWRDUWL-
es, las cuatro bisagras de la atmósfera y las cuatro culada en el panel septentrional de la DB353. Dos de
direcciones de una brújula: los puntos cardinales), estos cocodrilos envuelven a la hipopótama, situa-
el que protegía el norte era Hapi, Hpy, reconocible dos el uno al frente y el otro a su espalda, carentes
por su particular cabeza de babuino: su vaso canopo de nomenclatura, mientras que otros tantos saurios
contenía los pulmones del difunto, pues era en el rodean la constelación del león, el uno sobre su lomo
septentrión donde estos dos órganos gemelos se y el otro bajo sus muslos, designándose, respectiva-
proveerían, a través de la “Apertura de la boca”, del mente, HAkw, “el saqueador”, y Htp rdwy, “el sosegado
aire necesario para henchirse y volver a respirar. El de pies” (Lull García; 2004:206-07). De algún modo,
propio nombre de Hapi, teónimo muy similar a los estos cuatro cocodrilos, ubicados en los cuatro ex-
MHURJOt¿FRVGDGRVSDUDHOGLRVGHO1LOR\HO7RUR$SLV WUHPRVGHODHVFHQDVRQODUHSUHVHQWDFLyQ¿JXUDWLYD
se engloba dentro de la misma familia de palabras de los cuatro horizontes, guardando y protegiendo
que HpdFRQHOVLJQL¿FDGRGH³DEULUODERFD´\Hptt, los accesos al cielo circumpolar, controlando que
“curso del Sol y de la Luna”, mediante una etimología

152 | Egiptología 2.0


nadie penetre salvo quienes previamente han su-
perado con buena fortuna el pesaje del corazón. Y
lo mismo que la presencia de una partera es crucial
durante el alumbramiento, también la participación
de rrtODKLSRSyWDPDVHMXVWL¿FDSOHQDPHQWHDTXt
como asistente al renacimiento divino.

6X ¿VLRORJtD HV LJXDO GH SRGHURVD \ VLPEyOLFD TXH


su profesión. Sin lugar a dudas, uno de los perso-
najes más temidos durante el viaje de anagnórisis
que debían realizar los egipcios en su tránsito al más
allá era la bestia Ammyt, una criatura imaginaria, que
hibridaba cabeza de cocodrilo, cuartos delanteros de
león (zarpas con las que hiere y captura a su pre-
sa, dejándola a merced de sus maxilares) y cuartos
traseros de hipopótamo (el cual, nadando, alcanza
velocidades inimaginables, sin que nadie escape a
este fatal destino). El dios Anubis guiaba al espíritu
del difunto hasta la Sala de las Dos Verdades, ha-
ciéndolo comparecer allí ante el Tribunal de Osiris:
su corazón se depositaba en el platillo de una ba-
lanza, teniendo como contrapeso en el otro platillo la
simple pluma de un avestruz; si las cargas del cora-
zón eran iguales o, incluso, más livianas que el valor
de este minúsculo peso, entonces se obtenía mAat,
un vocablo que expresa tanto el equilibrio como la
justicia, pues a ojos de los egipcios ambos concep-
tos eran uno y el mismo, quedando el difunto decla- Plantilla de la Osa Menor superpuesta al tocado
rado como ecuánime, o justo de habla, mAa xrw. Mas de Serket. | Alfonso Fernández.
si el corazón traicionaba a su propietario, lastrado
la hipopótama y los cuatro cocodrilos. Así, si la con-
por sus actos furtivos y siéndole entonces desfavo-
¿JXUDFLyQ GHO QRUWH HVWi RUGHQDGD \ FDGD HVSHFLH
rable la sentencia, todo ser impuro debía enfrentarse
ocupa el lugar que le toca alrededor del Gran Poste
DVXH[WLQFLyQGH¿QLWLYDWULWXUDGRHQWUHODVLQH[RUD-
de Amarre, en efecto hay mAat en el cielo septentrio-
bles fauces de Ammyt, la “devoradora de muertos”,
nal y, gracias a esta condición, las puertas de la eter-
que lo reducían todo a la nada absoluta. Ahora bien,
nidad se abren ante el difunto: está listo para rena-
tras esta descriptiva narración subyace, otra vez, la
cer, a expensas del ritual de “Apertura de la boca”.
astronomía.
No obstante, si las piezas del norte están desordena-
Las tres bestias que conforman el heterogéneo cuer- das y los distintos seres que conforman dicho espa-
po de Ammyt son, precisamente, las tres clases de cio se han entremezclado entre sí, de esta confusión
DQLPDOHVTXHVHSDVHDQSRUHVWDVHFFLyQHVSHFt¿FD solamente puede surgir la monstruosidad, la aberra-
de la techumbre astronómica de Senenmut: el león, ción con nombre propio: Ammyt. Ella es la expresión

Zodíaco rectangular de Dendera. | Pinterest.

Egiptología 2.0 | 153


Ammyt, durante la psicostasis, o pesaje de las
almas, en el Papiro de Ani (EA10470,3).
| British Museum.

ti” (Declaración 367).

La trascendencia del proceso de descomposición y


recomposición de Osiris y la necesidad de que todo
egipcio se sometiese necesariamente a este rito ini-
ciático en el más allá, condujo al investigador hún-
garo Gábor W. Nemes a relacionar tal procedimiento
con la inclusión de la constelación del Muslo de Seth
HQHOFLHORVHSWHQWULRQDOH[SORUDQGRVXVLJQL¿FDGR
en el artículo “The mythological importance of the
FRQVWHOODWLRQ0VপWMZLQPRUWXDU\UHSUHVHQWDWLRQVXQ-
til the end of the New Kingdom”, publicado en 2020
Hapi, vaso canopo con cabeza de babuino, del por la revista Égypte Nilotique et Méditerranéenne:
Período Saíta. | Metropolitan Museum of Art. “Es concebible que la pata delantera que mató a Osi-
ris sea al mismo tiempo la garantía de la vida eterna,
GHJUi¿FDGHFyPRORVDVWURVSXHGHQRSRQHUVHDOD ya que su complejo ritual de iniciación, inspirado en
eternidad y de que su socorro resulte indispensable el martirio de Osiris, solamente pudo haberse produ-
SDUD HYLWDU WDQ GHVGLFKDGR ¿QDO 4XH ODV FRQVWHOD- cido luego de su fallecimiento y transformación. Así,
ciones circumpolares se hayan arreglado como un desde el estado de rey y héroe cultural en la tierra,
gigantesco puzzle de luz, capaz de fragmentarse trascendió para convertirse en la deidad mortuoria
\ GHVIUDJPHQWDUVH D ¿Q GH FRQFHGHU HO GRQ GH OD primaria y gobernante del inframundo”. La pata de
persistencia o de negarlo, entronca con una de las buey actuaría como un constante recordatorio de
premisas básicas de la religión en el antiguo Egipto: que la vida eterna solamente se le brinda a las al-
cada vez que un muerto tornaba nuevamente a vivir, mas luego de que el cuerpo físico se enfrente a la
en realidad, no estaba sino replicando la resurrec- desintegración y corrupción. A mayores, “volviendo
ción mítica de Osiris, el redivivo original. De ahí que a las constelaciones del norte, podemos ver que el
todos y cada uno de los recién llegados a la Duat drama místico de la muerte y renacimiento de Osiris,
fuesen un Osiris; y, lo mismo, cada momia se consti- que es simbólicamente idéntico al aspecto de Horus
tuía en un Osiris todavía en estado fragmentario, con SXUL¿FDGR\UHQDFLGRWLHQHOXJDUDOOtHQHOFHQWURGHO
su hígado, sus pulmones, su intestino y su estómago eje, en torno de mnitwy, los dos postes de amarre
disgregados del resto de su organismo. De ahí la im- en manos de la diosa madre primordial, quien por
portancia, para el futuro sobrenatural de Senenmut, sí sola simboliza el vértice del axis mundi, alrededor
de que el versículo 635 de Los Textos de las Pirámi- del cual se despliegan los patrones mítico-religiosos
des sea uno de los seleccionados para su techumbre de las narrativas textuales posteriores y, por lo tan-
astronómica: “Horus ha reunido tus miembros para ti to, ofrece un medio para recordar y volver al vientre
y te ha recompuesto para que no haya desorden en materno, en la región atemporal de las estrellas im-

154 | Egiptología 2.0


El Ba del difunto saliendo al día, a través de la
estela de falsa puerta. | Elizabeth Frood.

imperecedera: “He recorrido los caminos de Rostau


por agua y por tierra […], son los caminos de Osiris,
están en el cielo”, según reza el Libro de los Dos
Caminos, inscrito en los féretros del Imperio Medio.

Pero, ¿por qué acudir en este hemistiquio a los Tex-


Pájaro Ba (EA66683). | British Museum. tos de las Pirámides, un discurso arcaico del que
existían versiones posteriores que sí muestran con
perecederas del cielo del norte”. regularidad las tumbas del Imperio Nuevo, caso par-
ticular del Libro de los Muertos? Se estaría apelan-
Las estrellas circumpolares no se ocultan jamás
do a un simbolismo ya vigente desde la antigüedad,
tras el horizonte, siendo visibles todas las noches
plasmando y repitiendo el código que consta tanto
del año, característica que monopolizan este tipo
en el piramidión de Amenemhat III como en el ataúd
de constelaciones. Incluso el Sol, Ra, está sometido
de Idy, en el serdab de Dyeser y en la Gran Pirámi-
al ciclo de regeneración diaria. Los moradores del
de de Keops; incluso en lo relativo al Doble Ojo de
norte no duermen nunca, inmanentes a todo tiempo.
Horus, a tenor de cuanto se advierte en los informes
La “Apertura de la boca” producía este mismo efecto
técnicos del “Proyecto Sen-en-Mut”, luego de descu-
HQTXLHQGHHOODVHEHQH¿FLDEDODUHVXUUHFFLyQGHO
brir la alineación existente entre la cámara ‘A’ de la
difunto le permitía compartir tales atribuciones, sien-
DB353 y el sagrario de la capilla dedicada a Hathor,
do visible todas las noches, sin ocultarse nunca por
uno de los rincones más fascinantes del templo de
el horizonte. No es de extrañar que para la cabeza
Hatshepsut en Deir el-Bahari, donde se agazapa el
de Ammyt se haya elegido, no la de la hipopótama,
relieve de su arquitecto y visir. A través de esta se-
WDPSRFRODGHOOHyQVLQRODGHOFRFRGULORFX\RVD¿-
cuencia de dobles ojos que miran hacia el amanecer,
lados dientes reproducen la silueta aserrada de un
el difunto sería consciente de la llegada de un nue-
horizonte plagado de montañas. Ninguna estrella
vo día: adoptaría, entonces, la apariencia de un ave,
FLUFXPSRODU SRGUtD SRU GH¿QLFLyQ UHFLELU HO FDVWLJR
manteniendo, eso sí, su cabeza humana.
de ser engullida por las mandíbulas del horizonte,
luego de una confesión negativa del corazón fallida. Transformado en un Ba, Senenmut podía desplazar-
Lógico que esta región del cielo se metamorfosease, se desde el santuario rupestre de Hathor hasta la
por tanto, en la morada celestial a la que los mortales puerta falsa de su tumba, atravesarla y disfrutar de
se dirigían tras superar el Juicio de Osiris. El león re- la existencia ultraterrena en el mismo plano físico de
presenta la tierra, de cuya fauna es considerado rey; los vivos. Con el ocaso, el Ba de Senenmut realizaría
el hipopótamo domina el agua, en antítesis; mientras este mismo viaje, pero a la inversa, de fuera a den-
que el cocodrilo, cuyo ataque sorpresa suele produ- tro, internándose en el útero de la vaca celeste, cuyo
cirse en la orilla de los ríos, marca la transición entre sagrario tapizan las estrellas, recreando la residen-
DPERV HOHPHQWRV OtTXLGR \ VyOLGR SHUVRQL¿FDQGR FLD GHO YLVLU UHDO HQWUH ODV GHPiV iQLPDV GHO ¿UPD-
ELHQDOKRUL]RQWH(VWDV¿HUDVFRQVWLWX\HQDGHPiV mento nocturno, compartiendo ahora plano espiritual
los tres mayores peligros, las tres peores maneras con los muertos. La bisagra entre ambos mundos la
de encarar la muerte, a que se enfrentaban los anti- constituiría la cámara ‘A’, diseñada como una má-
guos egipcios. Por ello, la suma de los tres, Ammyt, quina de movimiento perpetuo, destinada a restau-
viene a simbolizar como nadie los riesgos de la pere- rar las funciones vitales de Senenmut siguiendo las
grinación al más allá. El difunto debía completar, por ténicas de la “Apertura de la boca”, un ritual tan infa-
WLHUUD\FDXFHÀXYLDOORV&DPLQRVGH2VLULVDQWHVGH lible y trascendental que llevaba operativo más de un
adentrarse en el cielo y convertirse en una estrella milenio, desde los enterramientos faraónicos de la III

Egiptología 2.0 | 155


Dinastía, como el de Dyeser en Saqqara.

(OGtDGHODLUD

8QÀHFRSHQGLHQWHVHJ~QORDWHVWLJXDGRKDVWDDKR-
ra, el capítulo 23 del Libro de los Muertos UH¿HUH
cómo el difunto, durante el ceremonial de “Apertu-
UDGHODERFD´VHLGHQWL¿FDEDFRQHO2MRGH5DHQ
el cielo crepuscular, Sejmet, la terrible diosa de la
venganza e implacable protagonista de la versión
egipcia del Apocalipsis. A mayores, solamente hay
dos jornadas en todo el año en que la luz del Sol se
interna por el corredor descendente hasta alumbrar
la cámara ‘A’ de la tumba de Senenmut, siendo uno
de ellos, precisamente, el 11 de abril, fecha que, en
torno al año 1463 a. C., coincidía con el día I Smw 10.
Dice el calendario de los días fastos y nefastos en el
antiguo Egipto que en ese preciso día se conmemo-
raba una triste efeméride, cuando Sejmet se halló en
medio de aquellos que negaban la autoridad de Ra,
para acometer su exterminio. Nada tienen los atribu-
tos de Sejmet que envidiar a las palabras del físico
norteamericano Julius Robert Oppenheimer (1904-
1967), uno de los padres del Proyecto Manhattan,
quien, consciente del uso nocivo que podría tener la
bomba atómica, sorprendió al mundo entero citando
XQRVYHUVRVGHOD%KDJDYDGJƯWƗWH[WRVDFUDWtVLPR
del hinduismo: “Ahora, me he convertido en la Muer-
te, la destructora de mundos”. Esta sentencia se po-
dría predicar de Sejmet sin perder ni un ápice de su
valor, pues sus fauces de felino arrebatan la vida de
IRUPDUiSLGDHLQHOXGLEOHOXHJRGHTXHVXVD¿ODGDV
zarpas imposibiliten al enemigo.

Cada cultura ha imaginado a su particular Sejmet.


Sus apariencias son distintas, distintos son sus mo-
dus operandi, pero la historia acaba invariablemente Relieve de la diosa Sejmet, en el templo de Kom
Ombo. | Wikimedia Commons.
igual, a las puertas de un genocidio. Y cada cultura
se ha esforzado por encontrar una panacea a través guez en honor de la diosa Hathor” (Martín Valentín
de la cual evitar dicho desenlace, dando esquinazo y Bedman; 2009). En efecto, dentro del recinto sa-
al “día de la ira, el día en que los siglos se reduzcan grado del Dsr Dsrw existe una capilla dedicada a Ha-
a cenizas”, como reza un célebre himno cristiano, thor, la dulce faceta del amor. Porque, al igual que
escrito hace siete centurias por Fr. Tomás de Celano en El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde,
(1200-1260). Para los egipcios, esa liberación llegó la furibunda Sejmet y la benévola Hathor son dos
GHPDQRVGHODFHUYH]DFX\RVHÀXYLRVDOFRKyOLFRV identidades antitéticas que conviven bajo una misma
lograrían, in extremis y por la intromisión de Ra, nu- corporeidad; cruel recuerdo de que del amor al odio
blar el juicio de Sejmet, dejando la venganza a me- hay solamente un paso. Cuando Ra llama a su pre-
dio ejecutar. Año tras año, durante el Festival de la sencia a la vengadora de los dioses, es Hathor quien
Embriaguez, la cerveza corría a raudales por todo se presenta: “Bienvenida seas, Hator, Ojo que hizo
el país del Nilo, directamente al gaznate de hom- lo que deseé”, la saluda el Sol, pero cuando éste la
bres y mujeres, como si de esta borrachera colectiva despide con la encomienda de aniquilar al género
dependiese la subsistencia de toda su civilización. humano, en ella “el poderoso (Sajmet) vino a existir”
Ahora bien, uno de esos centros de culto, donde (Vidal Manzanares; 1998:153).
se consumían ingentes cantidades de cerveza para
evitar el ocaso de los tiempos, no fue otro que Deir En realidad, Sejmet es un conglomerado de divini-
el-Bahari: “Finalmente, los abundantes restos cerá- dades, generalmente leontocéfalas, que comparten
micos de vasos tipo Tjefenet, hallados, muestran, VX ¿HUR WDODQWH \ VH GHVHPSHxDQ FRPR YHUGXJRV
entre otras cosas, la evidencia en Deir El Bahari del al servicio de los demás dioses, castigando y escar-
FXOWR FRQ FHUYH]D GXUDQWH ODV ¿HVWDV GH OD HPEULD- mentando a la humanidad entera. Pero este fenome-

156 | Egiptología 2.0


Speos Artemidos. | Einsamer Schütze.

nal poder, domeñado por el faraón, también podía dolo todo a su paso; en el corazón de los hombres,
canalizarse en provecho de los intereses de Egipto, las pasiones negativas habrían engendrado el odio,
golpeando con rudeza a sus enemigos. Y a ello se la violencia y la codicia” (Jacq; 1998:91).
entrometió Hatshepsut, tratando de congratularse
con Sejmet y sus múltiples avatares, erigiendo tanto Desde hace décadas, muchos estudiosos han leído
la Capilla de Hathor en Deir el-Bahari, como el Speos la Gran Inscripción del Speos Artemidos interpretan-
Artemidos, en Beni Hassan, éste último dedicado a do que Hatshepsut se atribuye el mérito de la victoria
Pajet. Las leonas, como cazadoras natas que son, lo sobre el invasor hicso y su expulsión de Egipto, así
mismo hostigan a su presa que la degüellan de un como el desagravio al panteón nacional y la recons-
zarpazo: entrañaban, para los egipcios, uno de los trucción del país del Nilo, cosa que atentaría contra
mayores peligros a enfrentar, de ahí que este felino los pilares de la cronología de la XVIII Dinastía: “Al-
encarnase, dentro de su mitología, el arquetipo más WHUDQGRORVDxRV\ODKLVWRULD+DWVKHSVXWD¿UPDED
temido, el del ángel exterminador. El propio nombre haber sido ella misma la que expulsaría al ocupante
de Pajet deriva del verbo pxAFRQHOVLJQL¿FDGRGH para liberar aquel lugar excepcional, una montaña
³SXUJDUSXUL¿FDUFRUWDUSDUWLU«´KDFLHQGRGHHVWD desde la que hablaban los dioses. De este modo ha-
diosa “aquella que desgarra y despedaza”, pero tam- bría sido ella quien restableció la paz en todo el país,
bién, “aquella que depura y sanea”, pues sus accio- erigiéndose en garante de la libertad recuperada;
nes están siempre encaminadas a remediar los ma- FRQHO¿QGHFRQVHUYDUODVHSUHRFXSyGHOEXHQHVWD-
les provocados por terceros, aunque estos terceros do moral y material de su ejército, que debía hallarse
sean los propios humanos al ensoberbecerse contra en condiciones de luchar contra las fuerzas de las
los dioses: “Cuando su peligrosa fuerza llegaba a ser tinieblas” (Jacq; 1998:91). Nada más lejos de la rea-
domada y puesta al servicio de la luz, era capaz de lidad. Este texto debe ser puesto en boca de la diosa
ahuyentar a los temibles demonios del desierto del leontocéfala Pajet, como avatar de Sejmet en Beni
este y, aún más, transformarlos en genios protecto- Hassan, y no de la reina-faraón, tratándose entonces
res. En su santuario, donde se hallaba concentrada de una versión primitiva del relato que, más adelan-
la energía divina, Hatshepsut practicó esa gran ma- WH VHUtD UHHODERUDGR D ¿Q GH UHODWDU OD Destrucción
JLD GH (VWDGR FRQVLVWHQWH HQ LGHQWL¿FDU ODV SRWHQ- de la Humanidad, narrando cómo aquellos impíos,
cias destructivas, osando manipularlas e invertirlas tenebrosos ignorantes de la luz, que se apartan de
para que se convirtieran en constructivas. Si los ritos la voluntad del dios Sol, Ra, padecen en carnes pro-
no conseguían apaciguar a la leona Pajet, sobre la pias el riguroso azote de su Ojo: “Yo he restaurado
región se abatirían violentas lluvias que habrían for- lo que estaba en ruinas y he erigido lo que estaba
mado torrentes y arrastrado barro y grava, devastán- destruido, por primera vez desde que los asiáticos
estaban en Avaris y los bárbaros estaban entre ellos,

Egiptología 2.0 | 157


El origen del Festival de la Embriaguez, estrecha-
mente vinculado con la astronomía, puede trazar-
se hasta los lejanos tiempos del Predinástico. Es,
al menos, la hipótesis que ha defendido la egiptó-
loga norteamericana Victoria Jensen desde su di-
sertación “Predynastic precursors to the Festival of
Drunkenness: beer, climate change, cow-goddes-
ses, and the ideology of kingship”, pronunciada du-
rante el XI Congreso Internacional de Egiptólogos,
que tuvo lugar en Florencia entre el 23 y el 30 de
agosto de 2015. Las primeras referencias seguras
a este festejo proceden del listado de solemnidades
Hatshepsut visitando la “Gruta de Artemisa”. religiosas incluidas en los Papiros de El Lahun, de
| Marek Szyszko. la XII Dinastía, situándolo, por aquel entonces, en
el día I Axt 20. Una mención más temprana, aunque
destruyendo lo que se había hecho. Gobernaban sin objeto de controversia, se remontaría a la V Dinastía,
Ra y no actuaban de acuerdo con el mandato divino. en función de una de las lecturas que se han hecho
Yo he desterrado la abominación de los dioses y la del calendario del Templo Solar de Nyuserra-Iny en
tierra ha borrado sus huellas”, según la traducción de $EX*RUDE$¿QGHUHWURWUDHUORVFRPSRQHQWHVSUL-
Cristina Pino Fernández para su artículo “Los textos mitivos de esta celebración a las culturas de Nagada
de la liberación. Una aproximación a los testimonios II (o Gerzeense, fechado entre los años 3500 a 3200
HVFULWRVVREUHHO¿QDOGHOGRPLQLRGHORVKLFVRV\HO a. C.) y Nagada III (o Semaniense, que se extiende
comienzo del Imperio Nuevo”, editado en 1999 en el entre los años 3200 y 3000 a. C.), esta investigadora
Boletín de la Asociación Española de Orientalistas. apeló al arraigado culto que ya en el Predinástico
se le rendía a Bat, una divinidad bovina frecuente-
El eje central del Speos Artemidos, la “Gruta de Ar-
mente confundida con Hathor y casi omnipresente
temisa”, así nombrado por la equiparación de Pajet
en las manifestaciones artísticas de dicho período.
con esta diosa griega, se alinea astronómicamente
El rostro estilizado de este bóvido –con una estrella
a 13º de acimut, formando un ángulo de 17º de altu-
en la frente, una en la punta de cada cuerno y una
ra con respecto al horizonte y encuadrándose den-
HQ HO OyEXOR GH FDGD RUHMD D¿QDGR HQ HO PRUUR \
tro de una declinación de 73 ¾ º. Según la versión
con las astas curvadas en espiral hacia el cráneo,
0.18.3 del programa Stellarium, hacia el año 1463
HVHOPRGHORHQTXHSDUHFHLQVSLUDUVHHOSHU¿OGHODV
a. C., por este punto exacto del cielo transitaba a
bailarinas de terracota esculpidas en dicha época,
diario la estrella Urodelus (Épsilon Ursæ Minoris),
representando, quizás, a las sacerdotistas destina-
una de las tres que conforman el mango de la azuela
das al culto de Bat, en pleno desarrollo de una danza
del Upuaut, en la Osa Menor. Muy cerca discurrían
extática, bajo los efectos del alcohol, girando a gran
varias estrellas de la Osa Mayor: Alioth (a 16º de al-
velocidad, igual que los derviches de Turquía.
tura, apenas un grado por debajo), Megrez y Miraz
(ambas a 15º de altura, dos por debajo de lo espera- Recurre, además, a los hallazgos arqueológicos rea-
do) y Dubhe (algo más desatinada, a 14º de altura). lizados en el área de Hieracómpolis. En los pozos de
En este sentido, Belmonte Avilés, Fekri, Abdel-Hadi, su Centro Ceremonial (HK29A) se han descubierto
Shaltout y González García, abordarían tangencial- cerca de 37.500 fragmentos óseos, provenientes de
mente en 2010 la vinculación de dicho templo con VDFUL¿FLRVDQLPDOHVODSUHVHQFLDHQWUHHVWRVUHVWRV
la declinación para la pata de buey, msxtyw, en la de ganado doméstico de primera calidad –bovino
antigüedad, un enfoque recogido en su artículo “On y caprino, fundamentalmente-, así como pescado
the orientation of Ancient Egyptian Temples: (5) Tes- en abundancia, se tiene por indicio de un hipotéti-
ting the theory in Middle Egypt and Sudan” y divul- co festín gastronómico desarrollado en este encla-
gado por Journal for the History of Astronomy: “No ve, a la par que la inclusión de fauna salvaje entre
podemos estar seguros de si ambos fenómenos (la estos holocaustos –caso de cocodrilos, tortugas,
presencia de un santuario rupestre y su orientación hipopótamos o gacelas- se interpreta como símbolo
hacia la salida y puesta de estas estrellas) están re- GHOFRQWUROVREUHODDQDUTXtDXQPRWLYRLFRQRJUi¿-
lacionados pero, en vista del aspecto escatológico co bastante común en el arte predinástico, donde el
de Mesjetiu, la hipótesis no suena del todo descabe- rey se hace digno merecedor de este estatus social
llada. Esta conjetura podría salir reforzada tomando porque posee una cualidad única: el don de poner
en consideración al resto de los santuarios excava- paz entre las fuerzas del bien y del mal, como con-
dos en la roca, dentro del área de Speos Artemidos. tenedor del caos, impositor de la victoria del orden
Encarando el alto acantilado que se yergüe frente a humano y defensor del equilibrio cósmico. Por otra
ellos, las puertas de estos templos se abren hacia el SDUWHHVWHDFWRVDFUL¿FLDOVHKDSXHVWRHQUHODFLyQ
PLVPRVHFWRUGHO¿UPDPHQWR´ con la crecida del río Nilo, dado a que era durante

158 | Egiptología 2.0


“Señora de los 16 (codos)”, a quien el faraón hacía
entrega de otras tantas tinajas de agua, aludiendo
con el número 16 a la altura ideal que debían regis-
trar los nilómetros durante la crecida, como señal óp-
WLPDSDUDD¿DQ]DUORVFXOWLYRVULEHUHxRVVLELHQHVWH
epíteto, compartido con Isis, también ha sido pues-
to en correlación con la duración del Ciclo Sotíaco
(Sánchez Rodríguez; 2000:70).

Este origen predinástico del Festival de la Embria-


JXH]YLHQHDMXVWL¿FDUTXH\DGHVGHDQWLJXRHOSUL-
mer mes del año, que en el calendario ideal egip-
cio daba comienzo con la conjunción entre el orto
helíaco de Sirio y el solsticio de verano, nuncios de
la crecida, fuese denominado txy, una palabra de
FX\D IDPLOLD WDPELpQ IRUPDQ SDUWH HQ MHURJOt¿FRV
txi (“emborracharse”) y txw (“borracho”), si bien este
nombre más adelante se vio sustituido, rebautizando
al primer mes del año con el teóforo Thot. A los habi-
tantes de este poblado, como avezados astronómos,
VHOHVDWULEX\HDGHPiVODGH¿QLFLyQGHOFDOHQGDULR
solar: “Se conoce un petroglifo descubierto por A. I.
Rawdan y J. O. Mills, en Nejen [Hieracómpolis], da-
tado en época predinástica, donde se han registrado
las elevaciones solares de solsticio a solsticio, hecho
fundamental para calibrar la longitud del año astro-
nómico. Observaciones similares podrían haber ser-
vido como base para la creación del calendario civil”
(Sánchez Rodríguez; 2000:71).

Tríada de Menkaura, entre las diosas Bat (dere- (Q FXDQWR D OD GLRVD %DW VX LPDJHQ ¿JXUD HQ OD
cha) y Hathor (izquierda). | Wikimedia Commons. paleta de esquisto verde del faraón Horus Narmer
(JE32169), además de en la Paleta de Gerza (JE
dicha estación cuando mayor disponibilidad tendrían
 HQXQFXHQFRGHSyU¿GRFXVWRGLDGRHQWUHORV
los pobladores del asentamiento de Hieracómpolis
para apresar a tan variada gama de animales silves-
WUHVHQXQDVIHFKDVHVSHFLDOPHQWHVLJQL¿FDWLYDVGH
cara al ciclo de la regeneración natural, cuando más
se precisa de los poderes extraordinarios del faraón,
como garante de la estabilidad por encima de todo
cambio y contraposición.

Cabe sumar la circunstancia de que Hieracómpolis


se destacó por su industria cervecera, con diversas
factorías capaces de producir, cada una de ellas, en-
tre 100 y 200 galeones de este brebaje al día. Es-
tos obradores se dividen en dos grupos claramente
diferenciables: el conjunto de cervecerías próximas
a los campos de cultivo (HK24), enfocadas hacia el
consumo en general; frente a las cervecerías de la
terraza del wadi (HK11), orientadas, casi con total
certeza, a abastecer de ofrendas funerarias la ne-
crópolis de la élite local (HK6). En virtud de esta tre-
menda exaltación de la cerveza, Victoria Jensen es
de la opinión que dicha bebida hubo de establecerse
como plato fuerte del festín gastrónomico de la cre-
FLGDFRPSDUWLHQGRSURWDJRQLVPRFRQORVVDFUL¿FLRV
animales. Por su relación con la inundación, Hathor
era conocida entre los egipcios como nbt mDdny, la
Bailarina de terracota. | Brooklyn Museum.

Egiptología 2.0 | 159


Paleta de Gerza. | Tumblr.

El-Din, publicada en 2009. El nombre de esta diosa,


bAtVLJQL¿FD³HODOPD´FRQWHUPLQDFLyQHQIHPHQLQR
por ello, y por las cinco estrellas que dibujan una W
sobre su semblante –a imitación de la constelación
Casiopea, en el septentrión-, se considera a Bat la
primera representación del cielo, antes incluso que
Nut, si bien sus atributos se fueron diluyendo entre
los de Hathor a partir del Imperio Medio, momento
en que ésta última se apropiaría del icónico sistro de
Bat, tal y como se muestra en la Capilla de Mentuho-
WHS,,HGL¿FDGDGHQWURGHOUHFLQWRVDJUDGRGH'HQGH-
ra. La Historia de Sinuhé, ambientada en tiempos de
-HSHUNDUD6HQXVHUW,\DHQOD;,,'LQDVWtDFDOL¿FD
a Hathor como nb.t sbAw, “señora de las estrellas”,
un epíteto que correspondería realmente a Bat, en
calidad de “dama del cielo”, nb.t pt.

Pese a este sincretismo religioso, el recuerdo de la


búfala sagrada permaneció latente hasta el Imperio
Nuevo, no solamente por encabezar la tríada del
nomo séptimo del Alto Egipto, sino relacionándose
también con el Jubileo Real: se la menciona en el
Hatshepsut amantada por la diosa vaca, con el templo funerario del visir real Amenhotep, hijo de
amuleto de Bat al cuello. | Michael J. Fuller.
Hapu, de la XVIII Dinastía, en un amuleto adornado
fondos del Petrie Museum (UC 16245) y en un sello con el rostro de Bat y el nudo de Isis, regalo para
cilíndrico de Umm el-Qaab (tumba U210), entre otros el faraón en su Heb Sed. Su memoria se patentiza
objetos. Sin embargo, no se trataría de una vaca, también entre las escenas de Deir el-Bahari, donde
sino de una búfala, tal y como explica Mohamed la reina-faraón Hatshepsut es amamantada a tra-
Gamal Rashed, en su trabajo “Goddess Bat and the vés de las ubres de su madre celestial, una vaca de
confusion with Hathor”, inserto en la monografía The rasgos hathóricos de cuyo cuello pende el amuleto
Horizon, studies in Egyptology in Honour of M. A. Nur de Bat. Consta igualemente en algunos emblemas

 | Egiptología 2.0


PXUDOODVFRPRXQWRURDVLVWHDOGHV¿OHGHODYLFWRULD
supervisa el recuento de los caídos y doma a los dos
serpopardos –una representación simbólica del Alto
y del Bajo Egipto, así como de la confrontación habi-
da entre Horus y Seth-.

Narmer asume todas estas tareas bajo los auspicios


de Bat, cuyos cuatro rostros se equiparan aquí con
ODVFXDWURHVTXLQDVGHO¿UPDPHQWRHQWUHODVFXDOHV
VH LQFUXVWD HO VHUHM GHO SULPHU IDUDyQ D ¿Q GH ¿MDU
su destino entre las estrellas, al mismo nivel que la
diosa del cosmos. Los cuatro estandartes, procesio-
QDQGRGHODQWHGHOIDUDyQWDPELpQHVWiQD¿OLDGRVD
aspectos astronómicos: un ave relacionada con el
6ROXQSiMDURGHSLFRDODUJDGRFRQVLJQL¿FDGROXQDU
un chacal réplica de Upuaut, catasterizado en la Osa
Menor; y una placenta, elemento asociado a Jomsu,
dios de carácter también lunar. “Clemente [de Alejan-
dría (c. 150-215)] menciona la costumbre de llevar
FXDWUR¿JXUDVGHRURDOIHVWLYDOGHORVGLRVHV(UDQ
dos perros, un halcón y un ibis que, como el número
FXDWURWHQtDXQVLJQL¿FDGRPLVWHULRVR/RVSHUURVUH-
presentaban los hemisferios, el halcón el Sol y el ibis
la Luna; pero no dice si esto era común en todos los
festivales o si estaba reservado a deidades particu-
lares” (Gardner Wilkinson; 2002:316-17).

Reverso de la Paleta de Narmer. | British Museum. Anterior al yacimiento de Hieracómpolis es el de


1DEWD3OD\DGRQGHLJXDOPHQWHVHPDQL¿HVWDHOLQWH-
rés por la astronomía, los exvotos de ganado real y
el culto a los bóvidos. De hecho, el Centro Ceremo-
nial de Nabta Playa podría ser precursor directo del
de Hieracómpolis (HK29A). Unos trescientos metros
al norte del crómlech megalítico de Nabta, los primiti-
vos habitantes de la región erigieron un túmulo pétreo
en cuyo interior fueron inhumados los restos íntegros
de una vaca, joven pero adulta, en una cámara que
fue excavada en el suelo, con paredes anulares de
arcilla y techada con ramas de tamarisco. Una vez
GH¿QLGD HVWD SULPHUD HVWUXFWXUD ORV FRQVWUXFWRUHV
cubrieron la capilla amontonando rocas partidas, en
un cúmulo que supera el metro de alto y los ocho de
diámetro. En las inmediaciones, otros siete túmulos
similares contienen los restos de varias cabezas de
Solsticio hiemal, en el círculo lítico de Stonehenge. ganado, aunque en ninguno de los casos existe una
| Gail Johnson. cámara excavada de forma semejante, sino que los
huesos fueron colocados entre las piedras. Estas re-
GHSDFL¿FDFLyQHQPHGLRGHORVGRVFRPEDWLHQWHV VHVIXHURQLGHQWL¿FDGDVSRUHOSURSLR)UHG:HQGRUI
Horus y Seth, como ocurre en un pectoral de Das- como la expresión más ancestral del culto a Hathor
hur, bajo la atenta mirada del Doble Ojo. De ahí su aunque, dadas las fechas, quizás convenga mejor
importancia en el Jubileo Real, nutriendo, por una Bat como destinataria de tal devoción. Salvando las
SDUWH DO FXHUSR ItVLFR GHO IDUDyQ \ FRQ¿ULpQGROH D distancias, se advierte cierto paralelismo entre este
su espíritu la potestad de equilibrar las fuerzas cons- enfoque de Nabta Playa y la hipótesis planteada por
tructivas y destructivas de la naturaleza. Esta asocia- el arqueólogo británico Mike Parker Pearson (1957)
ción de ideas, acerca del triunfo sobre el enemigo, para explicar la función del círculo lítico de Stone-
ODDUUDVWUDUtD%DW\DGHVGHOHSULPHUDXQL¿FDFLyQVX henge, cuyo ideario ha quedado plasmado en el
rostro corona por dublicado tanto el anverso como documental Stonehenge Decoded, dirigido en 2008
el reverso de la Paleta de Narmer, donde este sobe- por Christopher Spencer para National Geographic
rano subyuga al enemigo con su maza, derroca las Television.

Egiptología 2.0 | 161


Las sospechas de Parker Pearson pasan por que
Stonehenge formase parte de un Centro Ceremonial
conjunto con el anillo de madera, o Woodhenge, de
Durrington Walls, comunicándose con él a través de
una calzada de sílex, a orillas del río Avon. Sus alinea-
mientos solsticiales son especulares y, por lo tanto,
complementarios: las tribus locales se desplazarían
a Stonehenge al amanecer del solsticio estival, para
contemplar el surgimiento del Sol en medio del gran
trilito; acto seguido, se trasladarían en procesión por
la avenida ceremonial hasta Woodhenge, a propósi-
to de celebrar allí la vida y agradecer a los antepasa-
dos la fertilidad de cosechas y ganados, participando
en un fastuoso banquete, comiendo y bebiendo en
abundancia, hasta el hartazgo, a tenor de la ingente Cometa Halley. | NASA.
cantidad de pitanza que aquí se ha desenterrado. En
esa misma jornada, el Sol se alinea con el círculo en un fragmento de vasija descubierto en el Centro
de madera de Durrington Walls al ocaso, marcan- Ceremonial de Hieracómpolis (HK29A), si bien los
GRHO¿QDOGHODIUDQFDFKHOD7DOFRQYLWHUHFXHUGDDO elementos constitutivos del mito de la Destrucción de
festín gastronómico que tenía lugar en Hieracómpo- la Humanidad parecen datar de mucho más tarde, en
lis con ocasión de la misma efeméride astronómica. el Imperio Nuevo, cuando este relato adopta su for-
Por cierto que los materiales constructivos, madera PDGH¿QLWLYD1LQJXQDGHODVUHIHUHQFLDVD%DWOOHYD
para Woodhenge en cuanto a dominio de los vivos a pensar en ella como encarnación de la venganza
y piedra para Stonehenge como feudo de los muer- divina y furia del panteón egipcio. Cabe presuponer,
tos, se habrían elegido como metáfora de aquello por tanto, la existencia de dos procesos evolutivos
que es caduco frente a lo perenne, de un recinto independientes, a través de los cuales Bat, por una
pasajero en contraposición a uno eterno, moradas, parte, y Sejmet por otra, fueron asimiladas a Hathor,
respectivamente, de lo temporal y de lo atemporal… a causa de ciertas concomitancias entre las dos
Ahora bien, en el solsticio de invierno, la romería se primeras con ésta última. Esta concurrencia habría
R¿FLDUtDGHO UHYpVVHDFXGLUtD D:RRGKHQJH DQWHV entremezclado sus mitos y, así, la narración sobre
del orto, para recibir allí la aurora, siendo testigos HO2MRGH5DOD'LRVD/HMDQDWHUPLQyFRQÀX\HQGR
de su alineación solar, encaminándose luego a Sto- a través de Hathor, con Bat y su exacerbación de
nehenge, transportando las cenizas de los fallecidos la cerveza, a principios del año ideal egipcio. Tal fu-
en el último año para que pudiesen reunirse con sus sión se produciría, como fecha más temprana, entre
ancestros y ser aceptados por éstos. De hecho, al- PHGLDGRV\¿QDOHVGHO,PSHULR1XHYRFXDQGRDOJ~Q
rededor de este crómlech se han localizado huesos factor externo hubo de propiciar la refundición de ta-
calcinados de, cuando menos, 240 personas distin- les identidades: esta datación tan tardía se extrae
tas, distribuidos en 56 fosas e inhumados a lo largo a partir del hecho de que el Festival de la Embria-
de un período de 500 años, resultando ser el mayor guez, más allá de las dos referencias aisladas en el
cementerio crematorio de aquel tiempo en Gran Bre- Templo Solar de Nyuserra-Iny y en los Papiros de El
taña. Es casi seguro que se trate tan solamente de Lahun, no vuelve a citarse hasta el reinado de Hats-
los jefes tribales, cabezas de cada clan, mientras los hepsut, cuando cobró una extraordinaria importan-
miembros de menor rango serían despedidos con cia, en conformidad con los honores rendidos a Pajet
sencillez, arrojados al curso del río Avon. La alinea- en Beni Hassan. Bajo las órdenes de esta soberana
ción solar de Stonehenge con la puesta de Sol en el se alzó el “Pórtico de la Embriaguez” (wAh/whA n tx),
VROVWLFLRKLHPDOLQYROXFUDUtDHO¿QDOGHOKRPHQDMHD como anexo al Templo de Mut en Karnak, localiza-
los familiares difuntos, coincidiendo con la muerte y do en 2006 gracias a las excavaciones practicadas
resurrección del propio astro rey, preparándose para por la egiptóloga norteamericana Betsy Morrell Brian
vencer a la noche más larga del año. (1949). Pero, ¿cuál pudo ser este factor externo?

(O2MRTXHWRGRORGHVWUX\H $xR Período Orbital


D& 71’86 años
El carácter dual de Bat, a medio camino entre Horus D& 69’82 años
y Seth, entre lo favorable y lo desfavorable, reconec- D& 68’15 años
ta con la personalidad bipolar de Hathor-Sejmet, al D& 68’89 años
WLHPSRTXHD¿DQ]DHOIDFWRUDVWURQyPLFRVXE\DFHQWH D& 70’52 años
a la vendetta de los dioses, como señora del cielo. Se D& 72’68 años
sabe que el festín gastronómico de la crecida hubo
D& 74’53 años
GHYLQFXODUVHDODGLRVD%DWSRUTXHVXURVWUR¿JXUD

162 | Egiptología 2.0


D& 75’06 años
D& 74’97 años
D& 74’27 años
D& 74’35 años
D& 75’70 años
D& 75’73 años
D& 76’15 años
D& 76’12 años
D& 76’17 años
D& 76’75 años
D& 76’88 años
D& 77’12 años

En el artículo “Muerte en Amarna: Incidencia del


Cometa Halley en el cisma religioso de la XVIII Di-
nastía”, se ha analizado la correlación entre varios
retornos del Cometa 1P/Halley, fechados, concreta-
mente, en los años 1404 y 1334 a. C., y la progresiva
solarización de los cultos tebanos. A mayores, se ha
expuesto la posibilidad de que la aproximación de
este cuerpo celeste al Sol pueda haberse interpre-
tado por los sacerdotes horarios como el regreso de
la diosa lejana, el Ojo de Ra, Sejmet. Una excesiva
ablación meteórica, por encima de la media, podría
desencadenar un episodio de enfriamiento equipa-
rable al vivido durante la Pequeña Edad de Hielo de
la antigüedad tardía, igualmente motivado por el 1P/
Halley, cuando su paso del año 530 se saldó con la
Plaga de Justiniano. El mito sobre la Destrucción de
la Humanidad se inspiraría, entonces, en los brotes
de peste bubónica que, tras los perihelios de 1404 y
de 1334 a. C. afectaron a Egipto, estigmatizando con
esta enfermedad a toda la época de la revolución
amarniense.

La órbita del 1P/Halley en el año 1404 a. C. fue la


que más se aproximó a la Tierra, tanto que los as-
trónomos Donald K. Yeomans –del Laboratorio de Hathshepsut entronizada.
Propulsión a Reacción de la NASA- y Tao Kiang | Metropolitan Museum of Art.
(1929-2009) –vinculado al Observatorio Dunsink, en
C., tales valores aproximados, dentro de una ten-
el Instituto de Estudios Avanzados de Dublín-, consi-
dencia decreciente, apuntarían, más o menos, siete
deran que el tirón gravitacional ejercido por nuestro
décadas atrás, entre los años 1474 y 1473 a. C., a
planeta hubo de interactuar con la órbita cometaria,
modo orientativo, con un ligero margen de error im-
PRGL¿FiQGRODHLPSLGLHQGRVDEHUFRQWRWDOH[DFWLWXG
posible de determinar con precisión.
las fechas de sus retornos anteriores, cuya demos-
tración se publicó en 1981 en el artículo “The long- A pesar de que el oráculo que predijo la entronizai-
term motion of comet Halley”, dentro de la revista cón de Hatshepsut como reina-faraón está datado a
Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. 1 de febrero de 1477 a. C., a mediados del segun-
(QHOJUi¿FRTXHDFRPSDxDDOWH[WRSDUWLHQGRGHOD do año del reinado de Tutmosis III, existe entre los
reconstrucción formulada por Yeomans y Kiang, se egiptólogos el consenso de que su madrastra se li-
observa la progresiva dilatación del período orbital mitaría a ejercer la regencia hasta el sexto o séptimo
del 1P/Halley en los retornos correspondientes a la año de reinado, momento en que sí se autoproclamó
era faraónica: en la actualidad, se le estima un lapso soberana de las Dos Tierras. Dado que Tutmosis III
de 75’32 años entre cada perihelio; no obstante, los alcanzó los 54 años de reinado y que su momia es
FLQFR SDVRV PiV DQWLJXRV YHUL¿FDEOHV HQWUH  la de un varón en plena cincuentena, se estima que,
y 1129 a. C., arrojan una media de tan solamente al tiempo de la coronación de Hatshepsut, su hijastro
69’81 años. Pese a desconocer la jornada exacta del habría de contar entre 7 y 13 primaveras: aunque en
perihelio inmediatamente anterior al del año 1404 a. el antiguo Egipto no existían, como tal, los conceptos

Egiptología 2.0 | 163


de minoría o mayoría de edad, el paso a la adultez
lo marcaba la llegada de la pubertad, entre los 12
y los 14 años, pudiendo entonces casarse Tutmosis
III y formar una pareja real completa, sin necesidad
de más apoyo femenino que el de su propia Gran
Esposa Real. De ahí que la acción de Hatshepsut
la ayudara a perpetuarse en el poder, en la misma
coyuntura en la que debería de haber renunciado a
pOHQEHQH¿FLRGH7XWPRVLV,,,(ODxRVH[WRGHHVWH
monarca discurrió entre los años 1474 y 1473 a. C.,
mientras que el séptimo se desarrolló entre los años
1473 y 1472 a. C., fechas hacia las cuales se hubo
de producir uno de los acercamientos del Cometa
1P/Halley al núcleo del Sistema Solar. Ahora bien,
¿pudo aferrarse la reina-faraón a este presagio as-
WURQyPLFRSDUDMXVWL¿FDUVXSHUPDQHQFLDHQHOWURQR"

No sería la primera vez en la historia en que un lí-


der apelase al pánico colectivo para lograr el some-
timiento de las multitudes. Por consejo de sus ase-
sores, entre ellos, el visir, Hatshepsut podría haber
anunciado al pueblo cómo el luminoso astro que con-
templaban cada noche sobre sus cabezas, hendien-
GRHO¿UPDPHQWRFRPRXQSXxDOGHOX]HQFDUQDED
a la más vieja y peligrosa enemiga de la humanidad:
la todopoderosa vengadora de los dioses, Sejmet,
“aquella que es albina en el cielo”, según proclama el
Calendario del Cairo. Prueba de esta conducta sería
la recuperación de un ceremonial ya obsoleto, del
cual no se tenían noticias desde los lejanos tiempos
del Imperio Medio: el Festival de la Embriaguez, ce-
OHEUDGRD¿QGHDSODFDUODVLUDVGHO2MRGH5D$HVWD
deidad se le reservó un espacio privilegiado en el
Templo de Mut en Karnak (el “Pórtico de la Embria-
guez”), construyendo, además, en Deir el-Bahari, un
santuario rupestre en honor de Hathor, donde el de-
rroche de alcohol podría confundir a los dioses y evi-
tar su castigo, según atestiguan los restos cerámicos
allí descubiertos por el “Proyecto Sen-en-Mut”. Todo
este recinto sagrado destila la esencia felina de Sej-
met, con un sinfín de leones representados tanto en
bajorrelieve como en escultura de medio bulto. Toda
vez dominado el ángel exterminador, su energía po-
dría ser canalizada en provecho de Egipto, según el
discurso que ya esgrimen a su favor los textos del
Speos Artemidos, como si por efecto directo de los
ritos expiatorios practicados en Tebas, Sejmet, aquí
personada bajo la identidad de Pajet, se hubiese
puesto al servicio de Hatshepsut. Leones de Deir el-Bahari. | .DPLOD %UDXOLĔVND 
Michael J. Fuller.
3DUDTXHHVWDHVWUDWHJLDFRQWDVHFRQODVVX¿FLHQWHV
garantías, la escatología asociada a los cometas ha- y 19 del reinado de Nebpehtyra Ahmose I, primer so-
bría de contar de antemano con algún precedente berano del Imperio Nuevo, aunque no existe anuen-
que avalase esta fobia aparentemente infundada. Al cia entre los académicos a la hora de fechar los años
respecto, llama la atención que sobre Pajet se haga extremos para dicho faraón. Durante varias décadas
recaer en exclusiva el mérito de la expulsión hicsa, se pensó que habría heredado el trono hacia el año
según las palabras prodigadas en la Gran Inscrip- 1570 a. C. (Guy Rachet; 1995:279), fecha luego ajus-
ción del Speos Artemidos. Se calcula que este éxito tada al año 1560 a. C. En las cronologías de Jaromir
hubo de producirse, a más tardar, entre los años 18 Malek (1943) y John Robert Baines (1946), Jürgen

164 | Egiptología 2.0


von Beckerath (1920-2016) e Ian Shaw (1961), se
acomoda el comienzo de la XVIII Dinastía al año
1550 a. C.; siendo retrasado hasta 1549 a. C. por
Aidan Mark Dodson (1962) y Dyan Hilton, mientras
que Erik Hornung (1933), Rolf Krauss (1942) y David
$ODQ :DUEXUWRQ   SUH¿HUHQ GHPRUDU OD DFFH-
sión de Ahmose I hasta 1539 a. C. (Belmonte Avilés;
2012:309). No obstante, los últimos análisis por ra-
diocarbono indican que la coronación de Ahmose I
hubo de ocurrir entre los años 1566 y 1552 a. C. (con
SURPHGLR KDFLD HO DxR  D &  FRQ XQD ¿DELOL-
dad del 68%, la cual mejora hasta el 95% si se toma
como referencia el rango temporal comprendido en-
tre 1570 y 1544 a. C. (con promedio hacia el año
1557 a. C.). La lógica dicta, por consiguiente, que la
Dinastía XVIII echó a andar dentro de una orquilla
que se mueve entre 1559 y 1557 a. C., enmarcando
la conquista de Ávaris y la diáspora hicsa en torno al
trienio 1541-1539 a. C.

A partir del retorno del Cometa 1P/Halley entre los


años 1474 y 1473 a. C. es posible calcular cómo su
anterior perihelio hubo de producirse entre los años
1544 y 1542 a. C., en pleno asedio de la capital de
los semitas en el Delta del Nilo y en vísperas de la
YLFWRULD GH¿QLWLYD GH ODV PLOLFLDV WHEDQDV FRPDQGD-
das por Ahmose I. Acorde a lo descrito en la Gran
Inscripción del Speos Artemidos, el Ojo de Ra se ha-
bría manifestado en medio de la contienda habida
entre egipcios y hicsos, en calidad de aliada de los
primeros y como azote de los segundos. La señal
celeste no pasaría desapercibida para los partidarios
de Ahmose I, cuyo nombre de coronación, nb pHty
ra, incluía, precisamente, la cabeza de un felino, el
signo F9 del listado de Gardiner, un eco simbólico
de la poderosa Sejmet, por ser ella quien aniquilaba
a los rivales de Egipto, objetivo compartido por las
aspiraciones de la Dinastía XVII. Mediante la apari-
ción del 1P/Halley, la resonancia del propio cartucho
del faraón conseguía expandirse hasta el mismísi-
mo cielo, escribiéndose en el papiro de las estrellas Cabeza de Ahmose I, en piedra caliza.
como exclamación de júbilo: “¡Ra es el señor de las | Metropolitan Museum of Art.
fuerzas físicas!”. Nada se dejaba al azar a la hora de miendo a Egipto en el caos y la anarquía, estimulan-
determinar la titulatura faraónica, donde cada nom- do su escisión en pequeños reinos de taifas. Ésta
bre funciona como un resorte mágico, condensando sería la amenaza que Hatshepsut y su cohorte de
la misión de su poseedor en la Tierra y, para el caso sabios pretendería desactivar entre los años 1474 y
de un rey, sintetizando la línea programática de su D&FRQVROLGDQGRXQSRGHUVLQ¿VXUDVHQYH]
gobierno. De ahí que para Ahmose I se acordase el de alentar facciones y partidismos entre el bando de
nombre Horus de Oro Ts tAwy, “Aquél que anuda las la propia reina-faraón y el de su hijastro Tutmosis III.
Dos Tierras”, depositando en él las esperanzas de Un pretexto religioso del cual valerse y tras del cual
TXH VH FRQYLUWLHVH HQ HO WDQ VRxDGR XQL¿FDGRU GHO escusarse para satisfacer una meta más personal
Alto y del Bajo Egipto, como venturosamente acon- que política: dos reyes, por el coste moral de uno.
teció. Debieron de sentarse, a la sazón, las bases del rela-
to legendario sobre la Destrucción de la Humanidad,
La expulsión de los gobernantes extranjeros, hqA
donde la impiedad de los hombres hacia el dios Sol
xAswt, es buen ejemplo de cómo el brío de Sejmet
bebería de la espiritualidad hicsa, cuyos mandata-
podía abogar por los intereses de la monarquía. Sin
rios reprobaron a todo el panteón egipcio, desban-
embargo, un uso pernicioso o irresponsable de este
cando a Ra para consagrar a una deidad cananea,
mismo ardor podría aparejar el efecto contrario, su-

Egiptología 2.0 | 165


Mural de la XII Dinastía, conocido como la “Llegada de los hicsos”. | Brown University.

y como nos ha llegado, data del período postamar-


niense, con otra herejía como telón de fondo y man-
chadas, en este caso, las manos de Sejmet con el
pútrido olor de la enterobacteria Yersinia Pestis, alias
la muerte negra.

Después de todo, la vinculación de Sejmet con los


cometas podría ser, incluso, mucho más temprana;
quizás, tan antigua como el yacimiento arqueológico
de Nabta Playa: al menos, así lo piensa el físico nor-
teamericano Donald T. Haynie, miembro del equipo
docente de la Universidad del Sur de Florida. En su
artículo “A Great Comet and Ceremonial Site Deve-
lopment at Nabta Playa”, publicado en 2015 en la
revista Mediterranean Archaeology and Archaeome-
try, prestó atención al Gran Cometa de 1811 (C/1811
F1), cuyos anteriores perihelios tuvieron lugar, res-
pectivamente, en los años 1283 ± 31 a. C. y 4377
± 62 a. C. Haynie relaciona ambos eventos con la
HGL¿FDFLyQ HQ (JLSWR GH GRV PRQXPHQWRV VREUH OD
línea del Trópico de Cáncer: Abu Simbel y Nabta Pla-
ya. En la anterior colaboración con Egiptología 2.0
se ha advertido sobre cómo el paso de este cometa
en tiempos de Ramsés II pudo haber inducido una
fuerte hambruna en Asia Menor, soponiendo el parti-
cular canto del cisne del Imperio Hitita; pese a todo,
la construcción de Abu Simbel se le ha adscrito a
otra efeméride astronómica de igual naturaleza: el
retorno del Cometa 1P/Halley en el año 1266 a. C.,
Gran Cometa de 1811, sobre el Castillo de Katz. FRQODFRQVHFXHQWHLQWHQVL¿FDFLyQGHODWDVDKRUDULD
| CHR Schreiber. zenital de las Oriónidas.
Baal, como nuevo titular de los ritos heliopolitanos, Arguye Donald T. Haynie que algún factor externo
tras asimilarla a Seth. El Papiro Sallier I (BM 10.185), relacionado con la mecánica celeste –y que él iden-
que recoge la narración de la 'LVSXWDHQWUH$SR¿V\ WL¿FDFRQODDSUR[LPDFLyQGHO&)HQWRUQRDO
Seqenenra Taa, pone el énfasis en dicha apostasía, año 4377 ± 62 a. C.- hubo de suscitar entre los ha-
haciendo que la gesta de los tebanos, al combatir bitantes de Nabta Playa el anhelo de desarrollar una
frente a Ávaris, cobre visos de una auténtica cruzada calculadora pétrea, tecnología punta del Neolítico,
nacional contra la profanación de las más arraigadas que les permitiese almacenar sus meticulosas ob-
creencias del antiguo Egipto: “El rey Apopi, v.p.s., servaciones del cosmos. Apuntala este argumentario
tomó para sí a Seth como (único) señor, y no servía disertando sobre cómo, de las distintas formaciones
a ningún (otro) dios que hubiera en todo el país [ex- de menhires orientadas hacia la Osa Mayor, Orión,
cepto a] Seth. Construyó un templo, un trabajo bue- Sirio o Arturo, existe una en concreto, alineada con
no y de eternidad, al lado de la mansión del rey Apo- el nordeste a 30º de acimut, que no parece señalar
pi, v.p.s. Y solía aparecer [al alba] del día para hacer hacia ninguna estrella o constelación reseñables. Di-
VDFUL¿FLRV«D6HWK\ORVQREOHV>GHO3DODFLR@YSV cho vacío podría colmarse apelando a algún fenó-
iban portando guirnaldas, como se hace en el tem- meno puntual, como el estallido de una supernova
plo de Re-Harakhty” (Serrano Delgado; 1993:108). o la aparición de un cometa, para el caso, el C/1811
En este nivel de elaboración del mito, todavía no F1, cuyo precitado perihelio encaja dentro del rango
formaba parte de la ecuación la cruda enfermedad de fechas de los demás alineamientos astronómicos
que salpimentó de cadáveres al Doble País, bajo el de Nabta Playa. En un terreno todavía más espe-
SRQWL¿FDGR GH $MHQDWyQ OD UHGDFFLyQ GH¿QLWLYD WDO FXODWLYRVHPXHYHQHOGLVHxDGRUJUi¿FR&KULVWRSKHU

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Cielo estrellado del Templo funerario de Hatshepsut en Deir el-Bahari. | Pinterest.

Knight (1950) y el físico Robert Lomas (1947), al de- del cuerpo osiríaco a diversos puntos de Egipto don-
fender que los crómlech, como Stonehenge, Nabta de, en efecto, se veneraban las reliquias del buen
o los gilgal israelitas, habrían servido para detectar dios, nTr nfr. No en vano, el máximo de las Orióni-
la llegada de cometas, predecir su trayectoria y cal- das, el 21 de octubre, coincidía en el calendario ideal
cular su mayor o menor grado de aproximación a la egipcio con el día I prt 1, como clausura del Festival
Tierra, en función de aquellos portales del círculo de Koiahk (kA Hr kA), cuando se celebraba la muer-
lítico donde resultase visible su posición; según lo te y renacimiento de Osiris mediante la erección del
expuesto en las páginas de Uriel’s Machine, una mo- pilar Dd, su columna vertebral. A ojos de un egipcio,
nografía bastante heterodoxa que vio la luz allá por no puede haber recomposición (resurrección), sin
el año 1999. descomposición (muerte), por lo que el desmembra-
miento divino se convierte en antesala de su triunfo
Cabe recordar aquí que el acimut del corredor ‘a’ de sobre la postrera sombra. Curioso, cuando menos,
la tumba de Senenmut en Deir el-Bahari, próximo a que el inicio de la estación de Axt, la inundación, ven-
los 99º, es bastante similar al del Templo Mayor de ga marcado por una efeméride astronómica afín a
Ramsés II en Abu Simbel, de 100º 30’. Ambos mo- Isis (el orto helíaco de Sirio), mientras la estación de
QXPHQWRV IXHURQ HGL¿FDGRV HQ IHFKDV SUy[LPDV DO prt, la siembra, haga lo propio con otra de Osiris.
retorno del Cometa 1P/Halley, en lo concerniente a
sus pasos señalados entre 1474 y 1473 a. C., y 1266 En todo caso, el hermanamiento de la DB353 con
a. C. Más allá de la interpretación religiosa que los Abu Simbel, a través de las Oriónidas, habla a favor
arúspices del faraón darían para cada uno de estos de un profundo simbolismo que hundiría su raíz en la
perihelios, compatible en el primero de los casos con noche de los tiempos, tratando de solventar uno de
la renovación del voto a Sejmet y la recuperación, los mayores enigmas que atormenta a la humanidad:
a tales efectos, del Festival de la Embriaguez, este ¿Adónde vamos cuando morimos? ¿Acaso hay vida
evento hubo de redundar desde un punto de vista después de la vida?
meramente astronómico en la producción de sendos
picos de intensidad de la tasa horaria zenital de las /D LGHD GH TXH QR VRPRV VHUHV ¿QLWRV GH TXH OD
Oriónidas. Y, viendo recrecer esta lluvia de meteo- PXHUWHQRHVHO¿QDOVLQRRWURSULQFLSLRKXERGHLQV-
ros, bien merecería de otra explicación del clero: pirársela al hombre la propia naturaleza: la Luna se
dado que el radiante de estas estrellas fugaces se llena y vacía, crece y decrece, en ciclos de 29’53
encuentra en Orión, parte integrante de sAH, la ver- días; lo mismo, las horas de luz diarias se estiran y
sión astral de Osiris, cada partícula que desde esta acortan entre cada solsticio, por períodos equivalen-
sección del cielo se precipita, a modo de fogonazo tes al año trópico; los árboles se deshojan en otoño,
UHODPSDJXHDQWH SRGUtD VLJQL¿FDUVH FRPR OD FDtGD SHURYXHOYHQDÀRUHFHUDODVLJXLHQWHSULPDYHUDHQ
de los distintos miembros de Osiris, en múltiples di- un bucle que se repite una y otra vez… ¿Por qué, en-
recciones, luego de ser despedazado por Seth y su tonces, la vida humana podría agotarse sin más, sin
traicionero contubernio, yendo a parar las porciones opción a regenerarse de forma espontánea, como

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HVODEyQLQWHUPHGLRGHXQFtUFXORLQ¿QLWRSRUORVVLJORVGHORVVLJORV"(OPLHGRDPRULUVHLPEULFDDVtHQODPHQ-
WHGHOVHUKXPDQRDOHQWiQGRORDFRQFHELUHOHWHUQRUHWRUQRWRPDQGRODIRUPDGHXQPiVDOOiTXHVXHOHVHU¿HO
espejo del más acá.

Y todo pánico se desmorona al considerar la muerte como un simple portal, como la boca de un agujero de
gusano por el cual todos hemos de adentrarnos y que, con los matices incorporados por cada cultura, conduci-
ría hacia una nueva existencia, más o menos similar a la anterior, unas veces transmigrando las almas a otros
animales, otras reencarnándose en cuerpos humanos, en ocasiones cruzando el río del olvido o abrazando el
seno del demiurgo. Para los antiguos egipcios, este destino de ultratumba acogió múltiples facetas, no exclu-
yentes entre sí: ser un pájaro que sobrevuela el mundo de los vivos, ser un poblador más de cuantos moran
plácidamente en la Campiña de las Juncias, ser una estrella indestructible que comparte cielo con las demás
constelaciones del septentrión… Ya lo dijo el Gran Jefe Seattle en 1854, durante su respuesta al presidente
estadounidense Franklin Pierce (1804-1869): “Mis palabras son como las estrellas, nunca se extinguen”, pues
para quienes viven en plena armonía con el cosmos, estrellas y perpetuidad son las dos caras de una misma
moneda, sinónimos inalienables de la inmortalidad.

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