Arqueoastronomia y Semiotica La Imagen D
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Arqueoastronomia y Semiotica La Imagen D
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Egiptología 2.0 | 85
A lo largo de las últimas tres décadas, la arqueoas-
tronomía ha despuntado como disciplina con
personalidad propia dentro de las ciencias históricas.
La visión que los antiguos tenían del cielo nos ayuda
a comprender mejor el desarrollo de su cultura y de
su sociedad en términos generales; a mayores, en-
WUDQGRDYDORUDUDVSHFWRVPiVHVSHFt¿FRVVHWUDWD
de una herramienta útil a la hora de despejar algu-
nas incógnitas detectadas en las cronologías y da-
taciones tradicionales. En otro orden de cuestiones,
la arqueoastronomía ha demostrado tener solvencia
VX¿FLHQWH FRPR SDUD HVFXGULxDU HQ HO RULJHQ \ IRU-
mación de mitos y creencias religiosas. Su aplica-
ción depende, por tanto, de la suma equilibrada de
conocimientos provenientes de diversas especialida- Juan Antonio Belmonte Avilés. | I. A. C.
des, erigiéndose en la perfecta combinación de las efecto. Este modelo se ha enriquecido más tarde
ciencias exactas, como la física y las matemáticas, y mediante la inclusión de nuevos elementos, igual-
las ciencias sociales, como la historia, la antropolo- mente imprescindibles, como código, ruido, referen-
gía y la etnología. Para el caso concreto del antiguo te y retroalimentación. Aplicando estas etiquetas y
Egipto, dos de los mayores activos en el ámbito his- partiendo del Libro de los Muertos, por ejemplo, se
panohablante son la prueba misma de este carác- puede obtener que nosotros nos hemos convertido
ter multidisciplinar de la arqueoastronomía: el mur- en depositarios indirectos de una concatenación de
ciano José Antonio Belmonte Avilés (1962), Doctor fórmulas religiosas (mensajes) que los escribas del
en Astrofísica por la Universidad de La Laguna, y el antiguo Egipto (emisores) pusieron por escrito (ca-
valenciano José Lull García (1972), Doctor en Geo- QDOHQOHQJXDMHURJOt¿FDPRQXPHQWDOFyGLJRKDFH
grafía e Historia por la Universitat de València. Fruto miles de años, si bien los destinatarios originales (re-
de su colaboración, pronto verá la luz la monografía ceptores) de estos sortilegios fueron las almas de los
Ancient Egyptian Astronomy, culmen de sus traba- GLIXQWRVD¿QGHTXHéstas lograsen sortear los obs-
jos previos, a los que cada uno de ellos ha sabido táculos que hacían peligrar su pervivencia en el más
aportar el aprendizaje recibido en materias, en teoría allá (efecto). Se plantea aquí la primera complica-
dispares, en la práctica auxiliares, como la astrono- ción, al escrutar y dar hoy sentido a un mensaje que
mía y la arqueología. Acerca de esta complementa- no se ha concebido realmente para nosotros y que,
riedad ha dicho Lull lo siguiente, al ser entrevistado por lo tanto, no comparte la cosmovisión propia de
por Carmen del Puerto Varela para Voces, proyecto nuestro tiempo, de la que tan difícil nos resulta des-
divulgativo desarrollado por el Instituto Astrofísico de pojarnos. Como seres sociales que somos, inmersos
Canarias: “Formamos un buen equipo, pues su for- en el mundo de las comunicaciones globales, recibi-
mación profesional como astrofísico y su pasión por mos a diario cientos de impactos informativos que
el antiguo Egipto se complementan perfectamente transponemos, automáticamente, a la lógica vigente
con mi formación profesional como egiptólogo y mi en la actualidad: de ahí la tendencia, cada vez ma-
pasión por la astronomía. En mi opinión, esta com- yor, de sojuzgar el pasado a través de los valores y
binación es una fórmula ideal para abordar muchos criterios intrínsecos al presente. Venimos, por así de-
de los problemas que ofrece la antigua astronomía FLUORFRQXQDFRQ¿JXUDFLyQSUHLQVWDODGDSRUGHIHFWR
egipcia”.
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Triángulo semiótico. | María Rosa Gallego López.
Egiptología 2.0 | 87
das rocas del Sinaí en busca de valiosas turquesas,
que para los acomodados sacerdotes de Amón que
servían a su dios entre los ornamentados muros de
su templo en Karnak? En lo que respecta a la cons-
WUXFFLyQGHPHQVDMHV\DODFUHDFLyQGHVLJQL¿FDGRV
estos ligeros cambios de interpretación gozan de
una importancia vital, variando la carga informativa
de los párrafos, igual que una misma partitura de pia-
no ve acrecentados sus matices en función de quién
es el músico que la ejecuta o de cuál es el estado de
Sandalias de Nefertari. | Museo Egizio di Torino. ánimo que éste atraviesa.
de Halicarnaso (484-425 a. C.), que visitó y escribió Por seguir ahondando en este ejemplo, el signo S34
sobre el país del Nilo cuando todavía se trataba de del listado de Gardiner, anx, representa la correa de
una civilización viva, lo que la Piedra de Rosetta no una sandalia, con la lazada que se anuda alrededor
puede proporcionar a la egiptología del siglo XXI y del tobillo y las tres tiras de cuero (dos laterales y una
a los modernos investigadores es la esquematiza- que baja por el empeine hasta la comisura entre los
ción conceptual de la mentalidad egipcia propiamen- GHGRVJRUGR\VHJXQGR,GHRJUi¿FDPHQWHIXQFLRQD
te dicha a través de sus referentes, aparentemente como “correa de sandalia”, alfabéticamente, como el
derogados hace más de dos milenios. Y así, la com- sustantivo “vida” o el verbo “vivir”. Pero, ¿qué tiene
prensión del discurso egipcio, más allá de su sim- que ver lo uno con lo otro? La clave parece estar en
ple literalidad (o interpretación exegética), resultaría la imagen de esta sandalia, vista desde arriba, ya
una quimera: toda traducción que podamos hacer de sin suela. Como si en el anx se hubiera completado
los textos legados por las civilizaciones antiguas se el discurrir de la existencia y, por ende, la base del
vuelve torpe y pierde frescura, al verse desnudada, calzado se hubiese deshilachado hasta desaparecer
cada palabra, de las connotaciones y denotaciones totalmente. Se nos muestra, entonces, la vida como
que en su cultura de origen saltarían a la vista y que un proceso, del cual cada vez resta menos según la
para nosotros resultan inimaginables. Más que tra- vamos viviendo, lo mismo que la suela se desgasta
ducciones, se trata de auténticos “artefactos egipto- según se camina. Y cuando esta suela desaparece
lógicos”, apelando a la expresión acuñada por el teu- por completo, como en el signo S34, la vida llega
tón Jan Assmann (1938) para referirse a la forma en a su momento culminante, justo antes de empren-
que transliteramos y pronunciamos el antiguo egip- der el viaje al más allá. No en vano, rizando más
cio y que, no cabe duda alguna, dista bastante de la y más esta alegoría, los faraones llegaron a crear
sonoridad real que antaño, cuando todavía estaba SDUDVXVKRPEUHVGHPD\RUFRQ¿DQ]DHOFDUJRKR-
viva, hubo de tener esta lengua, hoy por hoy muerta. QRUt¿FRGHSRUWDVDQGDOLDVGHO5H\(VWRVFRUWHVDQRV
se encargaban de acompañar y guiar al monarca en
Es posible que la palabra pr, “casa, morada”, escrita sus decisiones, en sus pasos, en sus discursos, en
sobre los murales de una tumba en el Valle de los VX DJHQGD R¿FLDO HQ VX YLGD S~EOLFD« 'H DKt TXH
Reyes por los artesanos de Deir el-Medina, recrease los portasandalias llevasen anudado al cuello un pe-
para sus autores la imagen mental de las viviendas queño cajetín con el sello del faraón, a propósito de
de este mismo poblado, cuyo diseño conocemos HVWDPSDUVX¿UPDHQWRGRVORVGHVLJQLRV\PDQGDWRV
bastante bien gracias a las excavaciones arqueo- reales.
lógicas practicadas en este yacimiento. ¿Pero esta
misma palabra, pr, tallada sobre las mastabas de la Resulta del todo imposible e impensable trasladar
IV Dinastía en Guiza, no habría hecho alusión al ur- esta cosmovisión al papel, cada vez que translitera-
banismo prototípico de la aldea de los constructores mos el signo S34 en una frase y nos vemos obligados
de las pirámides, descubierta en 1998 por Mark Le- a traducirlo simplemente como “vida”. Y exactamen-
hner (1950)? Es más, las lecturas “casa” y “morada”, WH OR PLVPR RFXUUH FRQ HO UHVWR GH ORV MHURJOt¿FRV
que solemos utilizar de forma indistinta, evocan reali- VREHUELDPH]FODGHHVFULWXUDDOIDEpWLFDHLGHRJUi¿FD
dades muy diferentes, cada una con sus peculiarida- que trajo de cabeza a aquel genio que osó descifrar-
des: “casa” parece limitarse a nombrar la estructura la y a todos aquellos que trataron lo mismo con dis-
DUTXLWHFWyQLFD DO HGL¿FLR HQ Vt PLHQWUDV ³PRUDGD´ tinto éxito. Ante este sesgo, lo idóneo desde el punto
implica un uso habitacional para dicha construcción, de vista semiótico sería que cada traductor, antes
llegando a manifestar, incluso, una implicación per- de llevar a cabo su particular traducción, desvelase
sonal entre el habitante y el habitáculo, al aportarle el en base a qué tipo de referentes socioculturales ha
calor y el sentimiento de lo hogareño. ¿No ocurre lo condicionado la lectura de los textos en lengua ver-
mismo con anx, “vida”? ¿Hubo de representar lo mis- nácula de cara a la reconstrucción de los mismos
mo la “vida” para aquellos mineros que se la jugaban en una lengua extranjera. Por ejemplo, todavía en
a diario trabajando a duras penas entre las escarpa- la actualidad los cristianos de todo el orbe terráqueo
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Ruinas de Troya, en la península de Anatolia.
| iStock.
practican el belenismo, reconstruyendo cada 25 de restaurar su sentido primigenio. Pues un texto sin
diciembre un diorama donde se muestra la escena contexto, no es más que un pretexto.
del nacimiento de Jesús de Nazaret en un establo.
Se debe a que, cuando San Jerónimo (340-420) ver- 1RKD\TXHROYLGDUTXHOD¿QDOLGDGGHFXDOTXLHUSUR-
tió la Biblia a la lengua del Tíber, por orden del Papa ceso comunicativo es la acertada comprensión del
San Dámaso I (304-384), la conocida Vulgata Latina, mensaje por parte de su receptor. Pero que ésta sea
utilizó la palabra praesepium, pesebre, para referirse la vocación de un mensaje no equivale a que siem-
al espacio donde fue depositado Jesús de Nazaret pre satisfaga su cometido: de ahí que al paradigma
WUDV VX QDFLPLHQWR 6LHQGR ¿HOHV DO JULHJR GH VLQD- de Lasswell se haya añadido un elemento denomina-
goga semítico en que está escrito el Evangelio se- do “ruido”, cuya función no es otra que entorpecer la
gún San Mateo, la frase se leería algo así como “lo FRPXQLFDFLyQ\DVHDGL¿FXOWiQGRODHQSDUWH\DVHD
acostó en un abrevadero, por no haber otro sitio en interrumpiéndola por completo. Un corte de energía
la estancia”, si bien la lectura que ha perdurado es en el suministro eléctrico que deja en suspenso la
“lo colocó en un establo, por no haber otro lugar en la emisión de un programa de televisión, un goterón
posada”. Dos mil años después de su redacción, dis- de tinta que emborrona varias líneas de un pergami-
WLQWRVUHIHUHQWHVKDQLQVSLUDGRGLVWLQWRVVLJQL¿FDQWHV no, un accidente aéreo que destruye todo el correo
OR PLVPR TXH GLVWLQWRV VLJQL¿FDQWHV KDQ SURGXFLGR SRVWDODERUGR«(OUXLGRQRVHUH¿HUHVRODPHQWHDO
GLVWLQWRVVLJQL¿FDGRV'HDKtTXHODWUDGXFWRORJtDVH estruendoso sonido del martillo hidráulico de una re-
haya convertido en estudio universitario, especial- troexcavadora opacando una conversación hasta el
mente vinculado a las relaciones internacionales, a punto de convertirla en un diálogo de besugos: rui-
¿QGHHYLWDUFXDOTXLHUFULVLVGLSORPiWLFDFDXVDGDSRU do también es lo que se produce cada vez que un
XQ LQVLJQL¿FDQWH \ IiFLOPHQWH HQPHQGDEOH HUURU GH referente extraviado, o directamente desconocido,
traducción o de interpretación. Y, aunque no vaya conduce a un error de traducción o de interpretación.
a estallar ninguna beligerancia entre nosotros y los La arqueología en general, y la egiptología en parti-
antiguos egipcios, no estaría de más, aprovechando cular, no es ajena a este tipo de ruidos. El magnate
el carácter multidisciplinar de la arqueoastronomía, prusiano Heinrich Schliemann (1822-1890) no des-
sumarle también el campo de la semiótica, al me- cubrió las ruinas de Troya por azar: desde su niñez
QRVDODKRUDGHUHGH¿QLU\FODUL¿FDUORVUHIHUHQWHV estuvo convencido de que los escenarios homéricos
de aquellos discursos de naturaleza astronómica, ya descritos en la Ilíada estaban asociados a un refe-
sea a nivel textual o subtextual, que contribuyan a rente real, mientras que para la mayoría de los histo-
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riadores decimonónicos estos paisajes y paisanajes dad de Sidney, Nicola Harrington, al observar que los
formaban parte únicamente de un relato mítico cuyo restos óseos de sus propietarios comparten lesiones
UHIHUHQWH¿FFLRQDOKDEUtDEURWDGRGHODLPDJLQDFLyQ típicas de bailarines profesionales, es de la opinión
del más célebre de los aedos de la Época Arcaica de de que se trataría de miembros de una comunidad al
Grecia. La perspectiva de estos otros académicos, servicio de los dioses, actuando entonces tales toca-
su enfoque personal, constituyó un ruido entre ellos dos como iconos distintivos de su condición. No falta
mismos y los versos de Homero. en este nuevo repertorio de soluciones el argumento
de la fecundidad: ³2WUD¿QDOLGDGGHORVFRQRVSRGUtD
Valgan también como muestra los mal llamados co- estar relacionada con la fertilidad o la sensualidad
nos de perfume. En las pinturas murales de los ente- femeninas, ya que su iconografía, por lo menos en
rramientos del antiguo Egipto no es extraño localizar Amarna, aparece asociada a escenas de carácter fa-
a algún personaje luciendo, sobre su cabeza, un to- miliar y de nacimiento. También en el yacimiento han
cado cónico de tonalidad macilenta que, durante lar- aparecido estatuillas que representan mujeres des-
gos años, se ha tenido por una porción de grasa o de nudas portando dichos elementos. «La rareza de los
cera aromática cuyo derretimiento, por causa de la conos, su asociación con, al menos, una mujer adul-
temperatura ambiente o con el propio calor corporal, ta y las preocupaciones centradas en la familia en
OLEDUtDVREUHVXSRUWDGRUGHIRUPDSDXODWLQDXQHÀX- los cultos personales en el antiguo Egipto convierten
vio suave y refrescante. Ahora bien, la reciente apa- la fertilidad y el remedio a los problemas vinculados
rición de un par de estos objetos en sendos esquele- a ella en un intento de explicación de la presencia de
tos de la necrópolis sur de Amarna ha puesto en tela los conos en estos enterramientos», concluyen los
de juicio la explicación tradicional: “Los objetos fue- autores de este interesante estudio” (Muñoz, 2020).
ron sometidos a un análisis espectroscópico con un Diáfano ejemplo de cómo el acceso al referente ori-
equipo portátil que reveló que no eran sólidos, sino JLQDO SXHGH DOWHUDU OD VLJQL¿FDFLyQ DWULEXLGD D WRGD
huecos, y estaban elaborados, casi con seguridad, una categoría de objetos.
con cera de abejas. Los análisis, sin embargo, no han
permitido hallar restos de ninguna esencia en ellos” Hallazgos similares ocurren con relativa frecuencia
(Muñoz, 2020). Se han sugerido nuevas respuestas, en instituciones museísticas de todo el planeta, a
conectando estos conos con la reforma religiosa de causa de la errónea catalogación de reliquias his-
Ajenatón, apelando al enclave donde han sido loca- tóricas o la inadecuada elucidación sobre su uso y
lizados. Por su parte, la arqueóloga de la Universi- VLJQL¿FDGR 7RPDQGR HQ FRQVLGHUDFLyQ HVWD SUHFD-
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riedad en la lectura de los mensajes antiguos, es in- cas que sus dogmas de fe traen aparejados median-
dubitable que, en el intervalo de más de tres milenios te la legislación mosaica.
y medio que nos separa de la confección del Libro
de los Muertos, ruidos similares habrán ensombreci- No obstante, yendo más allá de esta primera lectu-
GRHOVLJQL¿FDGRGHPXFKDVGHVXVIUDVHVKDELHQGR ra, el egiptólogo alemán Rolf Krauss (1941) propu-
ocurrido otro tanto en multitud de textos mágico-re- so una lectura en clave astronómica, que conseguía
ligiosos del antiguo Egipto. No se trata de atacar a dotar de coherencia interna a muchos de los pasajes
los traductores ni a sus resultados, sino de enfatizar que con anterioridad resultaban bastante oscuros y
la complejidad de su trabajo y las trabas a las que que, ahora, ya no parecerían serlo tanto, gracias a
estos profesionales se enfrentan al pretender redes- la publicación de Astronomische Konzepte und Jen-
cubrir y conectar con el mensaje original, haciendo seitsvorstellungen in den Pyramidentexten. Como en
auténticos esfuerzos para conseguir el mayor de los un antiguo aparato de radio, donde el dial se despla-
UHVSHWRV\ODPD\RUGHODV¿GHOLGDGHVKDFLDVXVLJ- za por un amplio rango de frecuencias, la emisión
QL¿FDGR(VXQSDQRUDPDIUXVWUDQWHGRQGHODFRMHUD solamente se puede sintonizar correctamente cuan-
del triángulo semiótico por causa de la pérdida del do el dial coincide con la frecuencia exacta en la que
referente se asemeja a la de un trípode, incapaz de se está emitiendo la transmisión, mientras que en las
mantener el equilibrio luego de que se le haya roto frecuencias restantes solamente se logra escuchar
uno de sus tres puntos de apoyo. Es aquí donde ruido blanco. Pues bien, cuando el traductor de un
más actúa el savoir faire de cada traductor, al suplir escrito mágico-religioso del antiguo Egipto ubica su
y compensar esta cojera, remendando el contexto campo referencial en el ámbito de la astronomía, los
LQYLVLEOHD¿QGHYROYHUORYLVLEOHSDUDTXHODWUDGXF- mensajes cobran, de repente, un sentido comple-
ción resulte lógica y coherente consigo misma: sin mentario que mejora notablemente comprensión del
duda, su experiencia previa lo ayuda, pero también texto en su conjunto. Cada vez que las inscripciones
lo condiciona, a la hora de recuperar y desentrañar mencionan al dios Ra, la mente del lector se deba-
el espíritu primigenio del texto o, al menos, lo que el WHHQWUHGRVSRVLEOHVUHIHUHQWHVSULPHURXQD¿JXUD
propio traductor considera que debería ser el espíritu hieracocéfala, con un orbe solar sobre su cabeza;
primigenio del texto, sabiendo que no es lo mismo segundo, el Sol, simple y llanamente. Otro tanto su-
un texto religioso, que uno médico, uno matemático, cede ante cada alusión a Osiris, donde las opciones
uno novelesco o uno poético… En gran medida, el lo sitúan entre una silueta humana, con la piel teñi-
género literario orienta la clave de cifrado a través de da de verde, envuelta en un sudario y ataviada con
la cual se debe efectuar el desciframiento, ponien- los atributos de poder, o la constelación de Orión.
GRGHPDQL¿HVWRORVLQWHUHVHVGHODXWRU\OD¿QDOLGDG Y así sucesivamente, con los distintos personajes
con que se le presenta un mensaje al lector. Aunque del panteón egipcio. Aquí se ha preferido siempre
a veces, un profundo conocimiento sobre el género la segunda alternativa –la cosmocéntrica-, frente a
OLWHUDULRHQFXHVWLyQQRUHVXOWDVX¿FLHQWHSDUDFRP- la primera –la antropocéntrica-, considerando que la
pletar exitosamente esta tarea. astronomía ha demostrado ser una de esas frecuen-
cias que nos permiten ponernos en perfecta sintonía
Han pasado más de dos décadas desde la primera con el pensamiento de los antiguos egipcios: el refe-
vez que leí los Textos de las Pirámides¸ otro tanto rente (la idea subyacente) que faltaba para comple-
con los Textos de los Sarcófagos y el Libro de los tar un triángulo semiótico donde ya teníamos media-
Muertos y, bajo su capa de literalidad, sigue dándo- QDPHQWHFODURVORVVLJQL¿FDQWHVODVSDODEUDV\ORV
me la impresión de que muchas de sus descripcio- VLJQL¿FDGRVODVDFHSFLRQHV
nes evocan una realidad que trasciende más allá de
ORFRWLGLDQR8QDQiOLVLVVXSHU¿FLDOGHVXVOtQHDVSR- 7UDVORVSDVRVGH6HQHQPXW
dría arrojar, de buenas a primeras, que no es mucho
Hecha esta aclaración sobre la necesidad de ana-
lo que en ellas se puede descubrir acerca de la vida
lizar los textos discursivos sobre astronomía en el
diaria en el antiguo Egipto; incluso, para consistir en
antiguo Egipto tomando en consideración la cons-
un compendio de carácter religioso, las menciones a
WUXFFLyQGHPHQVDMHV\ODFUHDFLyQGHVLJQL¿FDGRV
las deidades del panteón egipcio resultan caóticas y
SRGHPRV VXPHUJLUQRV HQ XQ HMHPSOR HVSHFt¿FR \
hasta tangenciales. Se podría decir, más bien, que
tratar de sustraer la semiótica subyacente. Para el
los Textos de las Pirámides conforman un pastiche
caso, qué mejor que uno de los primeros testimo-
de ideas religiosas, puestas en boca del faraón di-
nios arqueoastronómicos de carácter explícito: la
funto, de cara a orientar el rumbo de sus pasos en
techumbre astronómica de la tumba secreta de Se-
el más allá; a diferencia, por ejemplo, de la Teogonía
nenmut en Deir el-Bahari. Más allá de los elementos
de Hesíodo, donde de forma organizada, siguien-
ornamentales de este hipogeo, tal monumento en sí
do una estructura cohesionada, se narra la historia
mismo ha espoleado la imaginación de los investi-
de las estirpes divinas de la mitología griega; o del
gadores, pues extraña que Senenmut, factótum de
Pentateuco, a través del cual se establece el origen
Tebas en tiempos de la XVIII Dinastía, mandase ex-
legendario de la religión hebrea, así como las prácti-
Egiptología 2.0 | 91
tre ambos espacios, puede ponerse en concurso con
la persecución sufrida por la memoria de Hatshepsut
D ¿QDOHV GHO UHLQDGR GH VX KLMDVWUR SHUtRGR GXUDQ-
te el cual también se habría vandalizado cualquier
vestigio que ensalzase al valido de la reina, como
cómplice necesario de sus políticas.
92 | Egiptología 2.0
Hatshepsut ofreciendo vino.
| Metropolitan Museum of Art. Egiptología 2.0 | 93
to de los hijos del faraón surgido de su concubinato
con otra de las esposas secundarias del harén real, a
saber, el príncipe Tutmosis III, luego coronado como
Menjeperra. Pero ambos, tanto Tutmosis III como la
princesa Neferura, se encontraban a la muerte de su
padre en la más tierna de las infancias, obligando a
la constitución de un consejo de regencia presidido
por la propia viuda del faraón, Hatshepsut, la cual
encarnó el nuevo rostro del poder en Egipto.
94 | Egiptología 2.0
Museum de Londres (EA174) o la estatua-cubo de
granito que exhibe el Ägyptisches Museum de Berlín
(Inv. 2296). Ahora bien, esta folletinesca versión de
su vida es producto de la concepción romántica de la
historia, a la que tanto apelaron los historiadores del
siglo XIX y del primer tercio del siglo XX, a la hora de
rellenar aquellas lagunas a las que no dan respuesta
las fuentes documentales, lo mismo que también se
pergeñó una rocambolesca novela para responder
al misterio de la tumba intacta, pero sin momia, de
la reina Hetepheres en Guiza (Jacq; 1998:38-39) o
que se teorizó sobre la relación pasional tenida entre
la reina Nefertiti y el escultor Dyehutymose, luego de
que el egiptólogo berlinés Ludwig Borchardt (1863-
1938) descubriese el fabuloso busto de la soberana
en su taller, endosando a este artesano la paternidad
de las dos hijas menores de la pareja real de Amar-
na e incriminando a este DႇDLUH amoroso la caída
en desgracia de Nefertiti y la de su favorito (Rachet;
1995:189).
3DUDHQWHQGHUELHQOD¿JXUDGH6HQHQPXWKD\TXH
comprender previamente la excepcionalidad de su
época. En el milenio y medio que separa las dinas-
tías I y XVIII, muy pocas mujeres se habían desen-
vuelto en el papel de reina-faraón y tan solamente
una de ellas con plena certeza: Sebekkara Sebekne-
feru, última gobernante de la XII Dinastía. Por ello, la
iconografía del faraón estaba, a base de costumbre
\ GH UHSHWLFLyQ OLJDGD H LQVSLUDGD HQ OD ¿VRQRPtD
masculina, tal que Hatshepsut hubo de adoptar un Senenmut, como tutor de la princesa real
aspecto rayano en lo hermafrodita para su repertorio Neferura. | Eric López Contini.
HVFXOWyULFR FRPR VH YHUL¿FD UiSLGDPHQWH HFKDQGR
un vistazo a los famosos colosos osiríacos de Deir ción de la masculinidad de Hatshepsut, absorbiendo
el-Bahari, tocados con la barba ritual. Esta exacerba- el paradigma que la precedía en el trono, tuvo un
claro objetivo sociopolítico: el de encajar al máximo
con un puesto diseñado por hombres para un hom-
bre, sin renunciar del todo a su femineidad. “En su
condición de Gran Esposa Real, la reina Hatshepsut
estaba casada con Tutmosis II; en su condición de
faraón debía reconstituir una pareja real. Sin embar-
JR +DWVKHSVXW QR OOHJy D FDVDUVH ¢VLJQL¿FD HVR
que traicionó la regla principal de la institución faraó-
nica, según la cual ésta debía encarnarse en un mo-
narca y una gran esposa real? De ninguna manera.
Lo que ocurre es que todos los faraones masculinos
reinaron en compañía de una esposa ritual, mientras
que las mujeres faraones permanecieron ‘solteras’.
Al ascender al rango de reyes, adquirían la condición
de hombre, siendo ellas mismas su propia esposa
y constituyendo en sí mismas la pareja real” (Jacq;
1998:86). En esta logia masculina, donde ella hubo
de ser percibida como un elemento discordante, y
hasta transgresor, tuvo que echar mano de aquellos
hombres a los que mejor conocía y de los cuales con-
WDEDFRQODVHJXULGDGGHTXHVXFRQ¿DQ]DHVWDUtDD
buen recaudo. Y Senenmut, como administrador de
Rostro de Hatshepsut, con la barba ritual. los bienes de Hatshepsut en tiempos de Tutmosis II,
| Araldo de Luca. era uno de estos hombres. Ya por amistad sincera,
Egiptología 2.0 | 95
ya por simple adhesión, con amor secreto o sin él,
con hija espuria o sin ella…
6HDFRPRIXHUHOD¿JXUDGH6HQHQPXWVHGHVYDQH-
ció hacia el año 16 del reinado de Hatshepsut: fue
un annus horribilis para la soberana egipcia, en que
perdió a tres de sus más allegados y férreos apoyos
en la corte. Junto a Senenmut también se esfumaron
de los registros escritos la princesa Neferura, sueño
de perdurabilidad de la dinastía; así como el Sumo
Sacerdote de Amón, Hapuseneb, mano derecha de
la reina en los asuntos teológicos y posible ideólo-
JR GH OD WHRJDPLD D ¿Q GH OHJLWLPDU VX HQWURQL]D-
ción, primero mediante el dictamen oracular del dios
Amón, asegurando luego que había sido esta misma
divinidad la que, adoptando el cuerpo de Tutmosis I,
depositara en el vientre de su consorte la semilla de
la que nacería Hatshepsut. Por lo general, en las ins-
cripciones del antiguo Egipto, la súbita desaparición
de algún personaje suele ser sinónima de su muerte,
atendiendo a que rara vez se listaban los nacimien-
tos o defunciones de forma expresa. Se deduce que
la reina-faraón no solamente tuvo que simultanear
la ausencia de sus tres principales baluartes y más
acérrimos colaboradores, sino que enfrentarse en
solitario al declive del régimen que gracias a ellos
había instaurado, todo ello en paralelo a su propio
TXHEUDQWRItVLFRHOH[DPHQGHODPRPLDLGHQWL¿FD-
da como Hatshepsut (KV60a) muestra a una mujer
Estatua Ka de Hapuseneb, en el Museo Civico calva y obesa, enferma de diabetes y con una pési-
Archeologico de Bologna (KS 1822). ma salud bucodental, que parece haber sucumbido
| Museo Civico Archeologico. a consecuencia de un cáncer de mama, o tal vez de
hígado, probablemente derivado, o cuando menos
empeorado, por los agentes cancerígenos detecta-
dos en las lociones y afeites que sus sirvientas le
aplicaban como parte de sus continuos tratamientos
dermatológicos, a los que Hatshepsut se sometía
para suavizar la picazón que sufría por mor de un
mal cutáneo, quizás eczema, puede que psoriasis.
Los últimos años de su reinado se antojan un cami-
QRHVSLQRVRSHUIHFWRUHÀHMRGHODGHFDGHQFLDGHVX
vigor físico y la pérdida de su protagonismo político,
fagocitado gradualmente por su sobrino, a medida
que se fueron estrechando en torno a él los verdade-
ros círculos de poder.
(O³3UR\HFWR6HQHQ0XW´
96 | Egiptología 2.0
personaje. No obstante, el aspecto inacabado que
VHDGYLHUWHHQHOSURJUDPDLFRQRJUi¿FRGHHVWH\D-
cimiento, así como el hallazgo del sarcófago en un
terrible estado de fragmentación, alrededor de la
capilla de Senenmut en Sheij Abd el-Qurna (TT71),
parecen contrariar la posibilidad de que la DB353
VHOOHJDVHDXWLOL]DU¿QDOPHQWHFRPRHWHUQROXJDUGH
reposo para los restos mortales Senenmut. Que el
óbito del visir se feche hacia el año decimosexto de
Hatshepsut, a falta de un lustro para la conclusión de
su reinado, no obstaculizaría, a priori, la categoría y
dignidad de sus honras fúnebres, como quizás sí po-
dría haber sucedido si a la sazón el trono lo ocupa-
se, ya en solitario, Tutmosis III. Con independencia
de la época en que fue perseguida drásticamente la
memoria de Senenmut, los planos de la DB353 se
hubieron de bosquejar mucho antes, estando vivo,
cuando gozaba de una especial preeminencia sobre
el resto de la corte. Como tal, y por lógica, si la cá-
mara ‘C’ contiene el nicho, la cámara ‘B’ tuvo que
proyectarse, cuando menos en la mente del artista,
como antecámara destinada a almacenar los distin-
tos elementos del ajuar funerario de su propietario.
Egiptología 2.0 | 97
parte subterránea excavada en la montaña del mo-
numento funerario del rey Mentu-Hotep II (Neb-he-
pet-re), (2055-2004 a.C.), en Deir El Bahari (TT 281)”
0DUWtQ 9DOHQWtQ \ %HGPDQ $O WRSRJUD¿DU OD
zona para elaborar la planimetría geofísica, la misión
española se percató de la presunta desviación del
eje longitudinal de la DB353, en comparación con la
alineación idéntica que presentan los demás templos
de este enclave, ya sean los mandados levantar por
Nebhepetra Mentuhotep II, Hatshepsut y Tutmosis III
en Deir el-Bahari, ya sea el Templo de Amón-Ra en
Karnak en la orilla opuesta del río Nilo, todos ellos
Francisco Javier Martín Valentín y Teresa Bed- enfocados hacia el orto solar del solsticio hiemal.
man, directores del “Proyecto Sen-en-Mut”.
Esta aparente anomalía detectada en el trazado de
| Diputación de Pontevedra.
la DB353 no resultaría ser tal, pues “el eje de la cá-
de lluvia caídas en el año 1997; hacer los pertinentes mara ‘A’, coincide con el vertical de la ‘falsa puerta’,
trabajos de restauración y consolidación del monu- y, a su vez, está orientado en relación a la cámara in-
mento, y dotarle de elementos funcionales que pro- terior de la capilla de Hathor en el recinto del templo
tegieran sus partes más delicadas (…) y facilitasen de Hatshepsut en Deir El Bahari” (Martín Valentín y
el acceso de los especialistas a su interior” (Martín Bedman; 2009), con un margen de error de apenas
Valentín y Bedman; 2009). Además, para prevenir en 2’’.
lo venidero que este hipogeo fuese escenario, tal y
Si en un plano de Deir el-Bahari se prolonga de
como aconteció en el pasado, de nuevos niveles de
IRUPDLQGH¿QLGDODWUD\HFWRULDGHOFRUUHGRUµD¶GHOD
riada o de desprendimientos pétreos provenientes de
tumba secreta de Senenmut, se observa cómo esta
la montaña circundante, se encomendó igualmente la
recta traspasa, en primer término, la estela de falsa
instalación de obra civil exterior especialmente idea-
puerta de la cámara ‘A’, donde estratégicamente se
da para la protección de todo el monumento. Así, a lo
ha representado el Doble Ojo de Horus (wDAt). Lue-
largo de seis campañas, entre los años 2003 y 2008,
go, la línea continúa en diagonal a través de la pri-
el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto se dedicó
mera terraza del templo de Hatshepsut, cruzando la
a satisfacer tal cometido, procediendo al estudio y
DYHQLGDGHHV¿QJHV\ODSDVDUHODDVFHQGHQWHSDUD
documentación de la DB353, colocando rampas de
franquear, acto seguido, la sección meridional de la
GHVFHQVR\SXQWRVGHOX]DUWL¿FLDOHQVXLQWHULRUGH
segunda terraza. Aquí, esta recta se tropieza de lleno
cara a su ulterior musealización, ampliando los ca-
con el atrio de la Capilla de Hathor, yéndose a empo-
nales de drenaje de aguas, insertando mecanismos
trar contra una segunda pareja de ojos de Horus, de-
de control de temperatura y humedad para vigilar la
liberadamente añadida a los motivos ornamentales
estabilidad ambiental, realizando, así mismo, “una
de su muro exterior norte. El eje no se detiene, sino
copia facsímil de la llamada cámara ‘A’ del monu-
que prosigue hasta la fachada norte del santuario
mento en la que se encuentra el ‘techo astronómico’,
rupestre, donde nuevamente se le interpone una ter-
para su exhibición al público en un pabellón instala-
cera pareja de ojos de Horus, en perfecta simetría.
do en los alrededores del hipogeo”, destinado a fun-
Se interna en la montaña y alcanza su destino: la
cionar como centro de visitantes (Martín Valentín y
pared posterior del sagrario, reservada para “la últi-
Bedman; 2009).
ma escena del culto de Hator, la consagración de la
Una de las novedades más interesantes que han reina, que lleva la corona doble y la barba ritual, por
ofrecido los informes técnicos del “Proyecto Sen-en- parte de Amón y Hator” (Siliotti; 1997:102). Se trata
Mut” es la demostración de que la DB353 forma una de la metempsícosis de Hatshepsut, la captación en
unidad indivisible junto con el Dsr Dsrw. No se trata piedra del instante mismo de su transcender, su evo-
de proyectos independientes entre sí, sino de espa- lución de mujer a diosa, su progresión desde simple
cios comunes, con múltiples vasos comunicantes y mortal hasta sacrosanta reina-faraón. Un trance que
un simbolismo compartido, redundando en una crea- Hatshepsut no afronta en soledad, sino en compa-
FLyQGHVLJQL¿FDGRRULJLQDO\XQLWDULD$VtHOHTXLSR ñía de su amigo más íntimo y más leal servidor. En
de Martín Valentín y Bedman “ha concluido que el un rincón, furtiva, casi desapercibida, se vislumbra la
hipogeo TT 353 forma parte del conjunto del templo piadosa silueta del visir, en recogimiento: “La parte
de Hatshepsut en Deir El Bahari, como cripta subte- construida en la roca consiste en un vestíbulo con
rránea, cuya cámara ‘A’ queda fuera del recinto del dos columnas desde el cual se accede al Santua-
templo, mientras que las ‘B’ y ‘C’ se encuentran den- rio propiamente dicho, donde tenían lugar las partes
tro del mismo, excavadas bajo su primera terraza. más secretas de los rituales religiosos; consiste en
El hipogeo parece tener innegables paralelos con la la primera sala estrecha y larga con techo above-
dado y cuatro nichos pequeños en las paredes del
98 | Egiptología 2.0
Ka de Mentuhotep II. En la vertical de este pozo se
yergue el gran túmulo de la terraza superior –del cual
se desconoce a ciencia cierta si encarnó una peque-
ña pirámide, un obelisco parejo al de los templos so-
lares de la V Dinastía, una mastaba o una recreación
de la colina primigenia donde se posarían por vez
primera los rayos solares-, rodeado por una exquisi-
ta columnata a modo de deambulatorio. A mayores
GHHVWHFHQRWD¿RHOWHPSORIXQHUDULRGH0HQWXKRWHS
II disponía de un segundo corredor subterráneo: el
patio porticado al que se llega luego de sobrepasar
el gran túmulo consistía, en realidad, en un enorme
dromos cuyo corredor penetra en la montaña a lo
largo de 150 metros en plano inclinado, hasta aden-
Parapeto moderno, guardando la entrada de la trarse a una profundidad de 45 metros bajo el nivel
tumba de Senenmut. | Michael J. Fuller. del rasante, donde se excavó la cámara mortuoria,
con una capilla de alabastro en forma de santuario
norte y del sur, desde donde se puede entrar en la pr wr, como símbolo del Alto Egipto. Al disponer de
última cámara. Las paredes están cortadas por dos estos dos hipogeos, el uno dedicado a ensalzar los
nichos grandes y en la esquina de uno de ellos, bien atributos del Bajo Egipto, el otro los del Alto Egipto,
escondido, aparece inesperadamente el retrato de Mentuhotep II recuperaba para el Imperio Medio la
Senmut, como si el arquitecto hubiera deseado parti- ancestral costumbre del doble enterramiento faraó-
cipar mágicamente, junto con la reina, en los rituales QLFRTXHGDWDGHORVWLHPSRVGHODSULPHUDXQL¿FD-
más secretos del culto de Hator” (Siliotti; 1997:102). ción. El universo subterráneo de Deir el-Bahari se
Es una meta ya señalada por el eje longitudinal de la enriquecería con la DB353, a imitación del serdab de
tumba de Senenmut: así, su destino no es otro que Mentuhotep II.
profesar a su señora la más acendrada de las devo-
ciones; asistir, con discreción, pero para todo tiempo De este modo, la tumba secreta de Senenmut, no
IXWXURDODJORUL¿FDFLyQGHVXDPDVHUSRUVLHPSUH SDUHFHKDEHUVLGRWDQVHFUHWD<DOLJXDOTXHODH¿-
jamás, el dilecto siervo al que se le está permitido gie sedente de Mentuhotep II, guarda una curiosa
contemplar en primera persona el rostro de una divi- relación con el Heb Sed: “Los trabajos de epigrafía
nidad… Y perdurar con ella. \WUDGXFFLyQGHORVWH[WRVUHYHODURQTXHORVJUD¿WRV
hieráticos inscritos en diferentes partes de los muros
¿Interés romántico o mero servilismo de cara a la de la cámara ‘A’, que consignan el día veintinueve
posteridad? Cualquiera que haya sido la motivación, (referido a su medianoche, dando paso al día treinta)
no altera el resultado. En lo tocante a la articulación del cuarto mes de Ajet (estación de la inundación),
conjugada de la DB353 y el templo de millones de VH UH¿HUHQ H[DFWDPHQWH DO GtD DQWHULRU DO GHO LQL-
años de Hatshepsut en Deir el-Bahari, la misión es- cio del Jubileo de la reina Maat-Ka-Ra Hatshepsut”
pañola señaló sus concomitancias con el jardín botá- (Martín Valentín y Bedman; 2009). La reina-faraón
nico y templo funerario de Mentuhotep II, de cuyo es- celebró su Jubileo Real durante el año decimosex-
tilo arquitectónico bebería Senenmut sin tapujos. El to de su reinado, lo que situaría la confección de la
recinto sagrado de Mentuhotep II cuenta con varios cámara ‘A’ hacia el año 1463 a. C., suponiendo que
conductos subterráneos: es el caso de Bab el-Ho- la muerte de Tutmosis II se haya producido hacia
san, la “puerta del jinete”, zanja en la que zozobró el el año 1479 a. C., en lo que coincide la práctica to-
caballo de Howard Carter (1874-1939) durante una talidad de los investigadores. Tal y como veremos
inspección de esta zona. Se accede a esta oquedad más adelante, el egiptólogo alemán Christian Leitz
por la gran explanada inferior, conduciéndose me- (1960), al estudiar el orden de las constelaciones y
diante un pasillo descendente que, sorteando varios planetas de la techumbre astronómica de Senenmut
requiebros, se abre paso hasta un pozo funerario, para su Studien zur ägyptischen Astronomie, llegó
GRQGHVDOLyDODOX]XQDH¿JLHHQWURQL]DGDGHOIDUDyQ a la discutida conclusión de que muestran escenas
cortada de arenisca, donde el rey luce los atavíos reales del planisferio celeste hacia el año 1463 a.
propios del Heb Sed, además de la corona roja del C., adecuándose a la perfección a la datación tradi-
Bajo Egipto, mostrando su piel una pigmentación ne- cional para este período. Esto ofrece un marco con-
gra, color que, a imagen de la tierra limosa de la ribe- textual idóneo para tratar de recuperar el mensaje
ra nilótica de la que dependía el renacimiento anual FRGL¿FDGRHQHVWDHVWDQFLDWDQWRHQODHOHFFLyQGH
de las cosechas, fue vinculado al concepto de lo cí- citas provenientes del corpus religioso, como en su
clico y regenerativo. Esta estatua sedente recuerda LQWHUDFFLyQFRQODHVWDPSDGHO¿UPDPHQWRQRFWXUQR
al Ka de Dyeser que se emplazó en su serdab de Cosa distinta es dilucidar si la fecha inscrita en la cá-
Saqqara, de ahí que a veces se la nombre como el mara ‘A’ se ha seleccionado por corresponderse con
Egiptología 2.0 | 99
Doble Ojo de Horus en la estela de falsa puerta
de Senenmut, en el Neues Museum de Berlín.
| Egiptología
| Osama Shukir2.0
Muhammed Amin.
la cabeza del carnero en el solsticio de invierno, has-
ta que el disco solar llegó a encajar perfectamente
en medio de su cornamenta, tal y como muestran las
representaciones de Amón-Ra con la corona atef”
(Fernández Pousada; 2019:119).
Dejando a un lado el templo de Mentuhotep II, en el Sistema de cajas de luz de Deir el-Bahari, orien-
caso de Hatshepsut nos encontramos ante un es- tadas hacia el 1 de febrero. | David Furlong.
Es más o menos lo mismo que hizo Sir William Ma- tas, constelaciones y zodíacos, así como las lámi-
tthew Flinders Petrie (1853-1942) en Wisdom of the nas de los mismos, haciendo de esta monumental
Egyptians, una de sus últimas obras, impresa en colección una obra de consulta imprescindible sobre
1940, donde al compendiar los logros de la civiliza- esta materia. Debido a su visión integradora de las
FLyQGHO1LORHQP~OWLSOHVGLVFLSOLQDVFLHQWt¿FDVGH- GLVWLQWDVWUDGLFLRQHVFLHQWt¿FDVDEUD]DGDVSRUHODQ-
dicó los dos primeros capítulos, precisamente, a glo- tiguo Egipto, la aproximación a la techumbre de Se-
sar, sin demasiado detalle, el grado de desarrollo que nenmut se realizó en consonancia con el resto de los
alcanzaron en la astronomía, tanto observacional conocimientos astronómicos de que hicieron gala los
como instrumental. De especial interés son las dos sacerdotes horarios. De ahí que, por ejemplo, Par-
láminas en las que Petrie desarrolla su concepción ker y Neugebauer asociasen los doce círculos de las
DFHUFDGHODV¿JXUDVGHO]RGtDFRHJLSFLRHQWUHFUX- mensualidades con el antiguo calendario lunar o que
zando los planos de la eclíptica y del ecuador celes- reconociesen en el cortejo de deidades benefacto-
te, y destacando en una de las planchas la conste- ras, escoltando a las constelaciones circumpolares,
lación del gigante, Nejt, y en la otra a la hipopótama, a varios de los sacrosantos patronos de los festiva-
Reret; si bien constituye un análisis generalista que, les que, a diario, se celebraban durante el mes lunar.
aun extrapolando datos provenientes de la DB353 y Al ahondar en el listado de los decanos, se toparon
de otras fuentes primarias egipcias, ni siquiera cita con que parecía derivar del Grupo V de los deca-
de modo expreso la tumba de Senenmut. nos inscritos en sarcófagos del Imperio Medio, con-
cretamente, en aquellos enterramientos efectuados
Fruto de la colaboración mantenida entre el egiptó- HQWUH\D&(QSUXHEDGHHVWD¿OLDFLyQ
logo estadounidense Richard Anthony Parker (1905- DSRUWDURQHYLGHQFLDV¿OROyJLFDVGHVFXEULHQGRHQOD
1993) y el astrónomo austríaco Otto Eduard Neuge- cámara ‘A’ de la DB353 términos y grafías propias
bauer (1899-1990), surgió, en la década de los 60, GHODOHQJXDMHURJOt¿FDGHPHGLDGRVGHOD;,,'LQDV-
la ambiciosa tetralogía Egyptian Astronomical Texts, WtD$XQDVt\GDGRDOLQÀXMRTXHHMHUFLyHOVLVWHPD
bajo el paraguas de la Universidad Brown, en Provi- elegido por el visir de Hatshepsut durante los siglos
dence, en cuyos cuatro volúmenes se exploran, con posteriores, Parker y Neugebauer bautizaron a la ca-
gran profusión de detalle, los decanos tempranos, tegoría de listados compatibles con éste como fami-
los relojes estelares ramésidas, los decanos, plane- lia decanal de Senenmut, en contraposición con las
familias decanales de Seti IA, Seti IB, Seti IC y Tanis. Proción y Gomeisa, las estrellas más brillantes del
Can Menor, oscureciendo así la hipotética solución
En 1968, el jurista británico Rupert Seeley Gleadow de Gleadow.
(1909-1974), tras documentarse a fondo durante sie-
te años, dio a conocer la que es, quizás, su mono- El mismo empeño que movió a Petrie a publicar en
grafía más reputada, The Origin of the Zodiac. Pese 1940 Wisdom of the Egyptians, guio también al es-
a no ser un experto en la materia, su curiosidad, por tadounidense Marshall Clagett (1916-2005), histo-
mero afán divulgativo, lo llevó a recabar toda la infor- riador de la ciencia, a abordar tal asunto a partir de
mación disponible sobre el modo en que las distintas 1989, aunque de modo mucho más pormenorizado,
civilizaciones, de las épocas más dispares, en regio- en su trilogía Ancient Egyptian Science: A Source
QHVJHRJUi¿FDVEDVWDQWHDSDUWDGDVHQWUHVtKDEtDQ BookRULJLQDOPHQWHSODQL¿FDGDFRPRXQDWHWUDORJtD
observado las estrellas, dibujando múltiples siluetas que luego dejó inconclusa, cuyo primer volumen está
sobre una misma materia prima, creando alrededor GHGLFDGRDOR¿FLRGHOHVFULED\DODVLQVWLWXFLRQHVGL-
de estos puntos de luz un interminable catálogo de dácticas en el antiguo Egipto; el segundo al cómputo
mitos y supersticiones. En sus páginas se pasa re- del tiempo y la astronomía de dicha civilización; y el
vista a los logros astronómicos alcanzados por los tercero a sus fórmulas y operaciones matemáticas.
observadores del lejano Oriente, en países como Con respecto a la cámara ‘A’ de la DB353, Clagett
China, el Tíbet, la India o Persia; así como también esbozó primero una descripción pródiga en detalles,
los de la América precolombina, al otro lado del para traducir después, palabra por palabra, sus pa-
charco. Rastrea en la Biblia y explora la convicción neles meridional y septentrional, esmerándose en
profesada por los astrólogos babilonios sobre si la completar esta información a través de comentarios
GLVSRVLFLyQGHORVDVWURVLQÀX\HHQHOGHYHQLUGHORV destinados a mejorar la comprensión de toda la se-
acontecimientos, contemplando el cielo como una cuencia astronómica.
valiosa veta de oro a través de la cual precisar los
escrutinios acerca del futuro. Como no podía ser de 3HVHDUHFRQRFHUDELHUWDPHQWHODVGL¿FXOWDGHVTXH
otra manera, el cribado que hace Gleadow del con- coartan la exacta correlación entre las constelacio-
tinente africano pasa necesariamente por el Antiguo nes egipcias y las de nuestro moderno catálogo de
Egipto, a cuyas nociones sobre astronomía dedica estrellas –más allá del consenso existente a la hora
íntegramente el capítulo duodécimo de la menciona- de vincular la Osa Mayor con el Muslo de Seth-, no
da obra. En lo tocante a la techumbre astronómica renunció del todo a la posibilidad de que las concor-
de la DB353, Gleadow adopta las teorías del astrólo- dancias esgrimidas por Pogo en su día sean, si no
go irlandés Cyril Fagan (1896-1970), paladín del lla- ciertas, cuando menos, razonables, pese a rechazar
mado zodíaco sideral frente al tropical, el cual fechó la asimilación de Cisne con Anu y poner en duda las
su composición hacia el 16 de julio del año 2767 a. propuestas de Chatley, especialmente en lo que toca
C., fundándose en las tablas del matemático James a los límites de la hipopótama. En muchos aspectos,
Hynes, cuando se solapó el orto helíaco de Sirio con Clagett se erige en seguidor de las ideas presenta-
la jornada de año nuevo para la latitud de Heliópo- das décadas atrás por Parker y Neugebauer. Y en lo
lis. Según Gleadow, hacia el solsticio de verano del concerniente a las 24 porciones en que se dividen
año 2767 a. C., Marte, Júpiter, Saturno y Venus se los círculos mensuales del cielo boreal, este autor
habrían encontrado en conjunción, a escasos 7º de las compatibilizó con 12 pares de estrellas asocia-
longitud de la elevación de Asellus Australis y Ase- das a las 12 horas nocturnas de los días primero y
OOXV%RUHDOLVOXFHURVTXHpOLGHQWL¿FDEDFRQStwy, la decimosexto del mes egipcio, a semejanza de as 24
constelación de las Dos Tortugas. Hoy por hoy, las WDEODVXWLOL]DGDVHQORVUHORMHVUDPpVLGDVD¿QGHED-
Dos Tortugas se equiparan, con bastante certeza, a lizar el tránsito y culminación de los decanos.
para su sostén eran depositadas por los vivos en la que se le brindaría en ésta última, frente a otro más
inmediata capilla funeraria. A partir del Imperio Me- privado para el que se reservaba Deir el-Bahari. Es
dio, se supliría el serdab por un simple nicho abierto, PiVFRPRYLVLUGH(JLSWRODGHL¿FDFLyQGH,PKRWHS
reservado para cobijo de la estatua Ka del difunto y su lejano antecesor en el cargo, no hubo de ser aje-
parte integrante de su ajuar funerario, sin necesidad na a Senenmut, cuya sacralización quizás pretendió
de tapiar esta sección de la tumba. emular éste último, creándose en la TT71 un cen-
tro de peregrinaje inventado a tales efectos, como
Uno de los elementos más llamativos de la cámara agregado de su verdadera tumba en la DB353. No
µ$¶GHOD'%DGHPiVGHVXPDJQt¿FRWHFKDPHQ en vano, de una prebenda similar disfrutaría poco
es la estela de falsa puerta, atributo que, como va después Amenhotep, hijo de Hapu, visir de Nebma-
dicho, estuvo históricamente vinculado con la es- atra Amenhotep III, al autorizársele la construcción
tancia que albergaba a los dobles de los muertos. de un templo funerario junto al del soberano en cuyo
Así, resulta factible que el proyecto de Senenmut UHLQDGRÀRUHFLy'HKDEHURFXUULGRDVtHODPELFLRVR
contemplase la introducción, aquí, de su mejor es- plan de Senenmut se vería truncado por su prema-
tatua, ante la cual se habrían de realizar los oportu- tura muerte y, al hallarse inconclusos los trabajos en
nos sahumerios y se ofrecerían las correspondien- la DB353, sus albaceas se habrían decantado por
tes viandas, se invocarían las oraciones de rigor y aquél, de ambos panteones, cuyas obras estuviesen
se practicaría la magia de la resurrección. Asumiría, más adelantadas, dándole entonces sepultura en la
entonces, un cometido análogo al previsto para su TT71 y quedando la cámara ‘A’ de la tumba secreta
capilla funeraria de Sheij Abd el-Qurna (TT71), dife- de Senenmut privada de su misión original.
renciándose, quizás, en el culto de carácter público
0iVDQWHFHGHQWHV3LUiPLGHV\SLUDPLGLRQHV
(VHOPLVPROHQJXDMHTXHUHÀHMDODFDUDRULHQWDOGHO
piramidión de Nymaatra Amenemhat III, sexto faraón
de la XII Dinastía, procedente de la Pirámide Negra
de Dashur. La cronología baja para este monarca,
señalada por Krauss atendiendo a las fechas lunares
para el reinado de Senusert III, emplazaría el man-
dato de su hijo, Amenemhat III, entre los años 1818
y 1773 a. C. (Belmonte Avilés; 2012:306), situándolo Piramidión de Nimaatra Amenemhat III, procedente
unos 300 años después del ataúd de Idy. El Doble de la pirámide negra de Dashur. | Merya Attia.
Ojo de Horus, tan presente en el lateral este de los
sarcófagos del Imperio Medio, adorna esta misma descubierta en la necrópolis de Saqqara Sur. Fue
vertiente en dicho piramidión, protegiendo los cartu- éste uno de los reyezuelos de la XIII Dinastía, cuyo
chos reales, prestando sus pupilas al monarca para gobierno, según las estimaciones de Krauss, abar-
contemplar el surgimiento de un nuevo día, recrean- caría el período comprendido entre los años 1732 y
GRXQDH[SUHVLyQHQMHURJOt¿FRVTXHVHVXHOHWUDQV- 1728 a. C. (Belmonte Avilés; 2012:307), medio siglo
literar ptr nfr.w y traducir como “contemplando el después de la coyuntura de Amenemhat III, demos-
esplendor” del Sol naciente. El texto que acompaña trando que, a la sazón, seguía vigente la teología as-
dice: “Declaración: aparición pública del Rey del Alto tronómica empleada en dinastías anteriores:
y del Bajo Egipto, Señor de las Dos Tierras, Nimaa-
tra, para que presencie al Señor del horizonte cruzar “Al efectuar una lectura global de ambos piramidio-
el cielo superior. Que él haga resplandecer al Hijo de nes se observa cómo el eje este-oeste conforma un
Ra, Amehemhat, como un Dios, Señor de la eterni- todo, leído en este orden, donde el faraón renace
dad, el Hijo de Ra, que no perezca. Dicho por Ra: le cada mañana, cual el Sol de la aurora, dirigiéndose
doy cosas maravillosas y bellas al Señor de la Doble luego a sus dominios en Occidente, donde lo recibe
Corona, Iti Iwatauy. Me complazco de ello, pues es el dios [Anubis] que le permitirá regresar a la vida
mi deseo. Dicho por el horizonte: me complazco de HOGtDGHVSXpVHQXQFLFORTXHQRWLHQH¿Q3RUHO
ello, pues es mi deseo”. Se está departiendo, en rea- contrario, en el eje sur-norte, leído también en este
lidad, sobre el renacimiento matutino del soberano, VHQWLGR HO IDUDyQ HV LGHQWL¿FDGR FRQ 2VLULV FX\RV
como miembro de pleno derecho del séquito solar. miembros, piernas y esqueleto, aparentan sobrevo-
lar la tierra (Geb), representando de forma metafóri-
En cuanto a las demás escuadras de este piramidión, ca la evolución de Orión por los cielos, a través de
SRUHOODVGHV¿ODQGHLGDGHVDVWURQyPLFDVSDUWLFXODU- cuyas tres cumbres penetra el rey difunto en la Duat,
mente en el caso de la cara norte, al rememorarse proyectándose después hacia el norte, con la voca-
sobre ella cómo “se eleva el Ba del Rey del Alto y ción de convertirse allí en la estrella que domina a
del Bajo Egipto hacia las (tres) cumbres de Orión, se todas las demás, quizás Thuban, la Polar de la épo-
hermana con la Duat, se establece sobre las estre- ca, o tal vez Kocab, la punta de la azuela cósmica del
llas del norte como Hijo de Ra, Amenemhat”. Consis- Upuaut. ¿Acaso no evoca este lenguaje las mismas
te en una reducción básica, abajada a un nivel des- ideas contenidas siglos antes en los Textos de las
criptivo, del mensaje ya presente en los mapas del Pirámides? ¿Y el destino del rey, expresado en estos
cielo acuñados para los relojes estelares diagonales, GRV HMHV GH FRRUGHQDGDV JHRJUi¿FDV QR UHFXHUGD
reduciendo el sur únicamente a qAw sAH, literalmente al auxilio recibido por el alma del faraón durante su
“los (tres) montículos (o altitudes) de Sah”, segura- ascensión astral gracias al soporte de los cuatro hi-
mente una evocación de las tres estrellas del Cintu- jos de Horus, es decir, los cuatro puntos cardinales?’’
rón de Orión y excluyendo a Isis-Sirio de la ecuación; (Fernández Pousada; 2018:39).
mientras que el norte se resume como sbAw mHttw,
“las (tres) estrellas septentrionales”, sin delimitar su Esta repartición del destino estelar del rey, entre el
SHUWHQHQFLDRQRDODFRQVWHODFLyQGHO0XVOR/D¿QD- cielo del meridión y el del septentrión, se puede re-
lidad de este código astronómico persigue colaborar trotraer mucho más atrás, a la Era de las Pirámides.
en la ascensión del alma de Amenemhat III durante La más perfecta de todas ellas, la Gran Pirámide de
su viaje a la bóveda celeste, como titular y propieta- Keops, en Guiza, juega con este doble simbolismo:
rio de la Pirámide Negra de Dashur. En contenido, es de sus dos cámaras principales, conocidas popu-
bastante afín a la piedra apical de Userkara Jendyer, larmente como del Rey y de la de la Reina, parten
'HQWURGHHVWHFHUHPRQLDOLVPRQHROtWLFRWDUGtR\¿-
nal, que varias de estas hileras de menhires se hayan
orientado hacia el cielo circumpolar, misma dirección
en que más tarde se colocó la estatua Ka de Dyeser,
Fred Wendorf, investigando el lecho de las forma- las pone en correlación con las creencias religiosas
ciones megalíticas de Nabta Playa. | Pinterest.
del antiguo Egipto, “donde las estrellas [del norte]
tres de los cuatro canales astronómicos de la Gran nunca mueren, pues allí ni siquiera existe la muerte
Pirámide de Keops, así como con los diagramas ce- (…). No se debe descartar que las rocas en forma
lestes introducidos en los relojes estelares diagona- de hongo situadas bajo las estelas fuesen tenidas
les del Imperio Medio. A mayores, entre los días 8 como lanzaderas, para proyectar al difunto, recreado
y 9 de noviembre del año 2005, Ciudad del Cabo, por los megalitos verticales, hacia la Duat” (Schild
la capital legislativa de Sudáfrica, acogió el Afri- y Wendorf; 2003:15). No existe prueba documental
can Astronomical History Simposium, una serie de alguna a favor de que, en un período tan temprano
conferencias en las que participaron los principales como el de Nabta Playa, las pompas fúnebres ya in-
especialistas mundiales en el ámbito de la etnoas- cluyesen algún rito homólogo al de la “Apertura de la
tronomía del continente negro. El primer ponente no boca”. Sin embargo, tras esta mirada al septentrión
fue otro que el astrofísico californiano John McKim podría subyacer la génesis de dicho ceremonial. Y si
Malville (1934), del departamento de Ciencias Astro- los egipcios del Imperio Antiguo brindaron sus ofren-
física y Planetaria de la Universidad de Colorado y das a los muertos, dejándolas en una pequeña mesa
DVHVRUFLHQWt¿FRGHOHTXLSRGH:HQGRUIFX\RLQIRU- ubicada cerca de la estela de falsa puerta de su
me Astronomy and Stelae at Nabta Playa puso sobre mastaba –al otro lado del serdab y, por lo tanto, de
la mesa los últimos hallazgos de Nabta en materia la estatua Ka-, el territorio de Nabta Playa consiste,
de alineaciones estalares. Entre las novedades, un en sí mismo, en una descomunal mesa de ofrendas
triple alineamiento con la estrella Arturo, calculado al aire libre, instalada junto a un serdab colectivo y
para las fechas correspondientes a 4450 a.C., 4320 sin paredes: las alineaciones de menhires se hallan
a.C. y 3780 a.C. Con esta inclusión, la constelación HQ ODV YHFLQGDGHV GHO 9DOOH GH ORV 6DFUL¿FLRV XQD
del noray, sostenida entre las manos de la hipopóta- suave garganta en cuyo curso se descubrió cerca
ma (Hb pt), resplandecería con fuerza en las obser- GH XQD GHFHQD GH W~PXORV VDFUL¿FLDOHV /DV H[FD-
vaciones de Nabta. vaciones revelaron, en su interior, la existencia de
restos de ganado inmolado: ovejas, cabras y hasta
Que sean estos cuatro asterismos –una pareja para una vaca, las más valiosas ofrendas con que una
el cielo septentrional y otra para el meridional-, pre- sociedad agroganadera del Neolítico podía agasajar
cisamente, y no cualquier otro, induce a pensar en a sus muertos, ya sea para que los espíritus de los
la herencia cultural que los nabtianos traspasaron ancestros fuesen propicios a los vivos, ya sea para
a los nilóticos. Y si, como parece, el pensamiento garantizar sus necesidades en el más allá, haciendo
egipcio tomó prestada esta anatomía del cosmos de Nabta Playa el Centro Ceremonial más antiguo
circunscribiéndola de modo particular al contexto fu- del continente africano o, cuando menos, del que
QHUDULRORLGyQHRUHVXOWDUtDTXHHVWD¿QDOLGDGIXHVH hasta la fecha se tenga noticia.
compartida ya por los habitantes de Nabta Playa. En
HVWHVHQWLGR:HQGRUISXVRGHPDQL¿HVWRFyPRPX- /DRULHQWDFLyQDVWURQyPLFDGHOD'%
chos de los megalitos verticales de este yacimiento
Queda dicho que la planta de los templos funerarios
arqueológico se han tallado en su parte posterior,
de Mentuhotep II y Hatshepsut en Deir el-Bahari se
generando auténticas ³¿JXUDV DQWURSRPyU¿FDV FRQ
diseñó persiguiendo una deliberada conexión con el
hombros, lo que sugiere que sirvieron como estelas
cosmos, alineando ambos monumentos hacia el orto
conmemorativas de los difuntos” (Schild y Wendorf;
solar durante el solsticio de invierno en el hemisferio
SUH¿JXUDFLyQGHODVLPiJHQHVSpWUHDVHQ
boreal, cuando el astro rey orbita sobre el Trópico
representación del cuerpo incorruptible de los muer-
de Capricornio, traduciéndose este hecho en la fran-
tos que fueron introducidas por los egipcios en sus
Hatshepsut con apariencia leona. Por cierto que Chabas recoge un aniversario des-
| Kenneth Garrett. tacable para el día I Smw 10, correspondiente al 11
En este territorio es posible venerar al dios Sopdu Entre septiembre y octubre, los egipcios verían sus
(Declaración 306), la cristalización sagrada de Ca- cielos llenarse de grandes bandadas de golondrinas
nopo. Existe además un estanque, excavado por la que, al escasear su alimento en Europa, migraban
Serpiente de la Alabanza (Declaración 254) y llama- al sur para pasar el invierno en la sabana sudanesa,
do Lago del Chacal, S sAb (Declaraciones 268, 301, completando dicho viaje en apenas un mes. Tal fe-
512 y 697), que sirve a las almas de los bienaventu- nómeno, pero a la inversa, se repetía entre febrero
rados para bañarse al comienzo de cada nuevo día y marzo, con cientos de millares de ejemplares cru-
en el más allá (Declaraciones 253, 323, 325, 470, zando la bóveda celeste hacia el septentrión. De ahí
471, 479, 510, 526, 563, 564 y 567), siendo lava- que las estrellas imperecederas equivalgan a los dio-
dos por los Seguidores de Horus (Declaración 525) ses-golondrina. La habilidad de estas aves para per-
\ SXUL¿FDGRV SRU OD 'LYLQD (QpDGD HQ HO /DJR GH manecer en el aire durante grandes lapsos de tiem-
la Duat (Declaraciones 268, 512, 671 y 697), reci- po, siempre impoluto su plumaje, llevó a múltiples
Cópula de Geb y Nut en el Papiro de Tameni. En el hemisferio boreal, la aparición de la luz zodiacal
| British Museum. tras el ocaso, durante las semanas que anteceden y
torno, son, de algún modo, recién nacidos. Según la tal estado de alteración psíquica, el sacerdote sem
séptima estrofa del Gran Himno de Atón, inscrito en se introduciría en el interior de un saco, adoptando
el muro occidental de la Tumba de Ay (TA25), era el entonces la forma del tekenu. Es ésta una enigmáti-
Sol el que realizaba este gesto sobre los nenoatos: FD¿JXUDSUHVHQWHHQORVULWRVIXQHUDULRVGHO,PSHULR
“Cuando surge del vientre a respirar, el día de su na- Nuevo, transportada junto al sarcófago y los vasos
cimiento, abres su boca, y provees sus necesidades. canopos: muestra a un hombre, unas veces senta-
Cuando el polluelo pía en el huevo, en su cascarón, do en la posición del escriba, otras postrado sobre
dentro, le das el aliento que le hace vivir; cuando tú su vientre en oración, mientras es arrastrado por un
le has completado, rompe el cascarón y sale del hue- carro de bueyes o sobre un pequeño trineo. Durante
vo, para anunciar su terminación”. este sueño cataléptico, el sacerdote sem, como si
de un auténtico chamán se tratase, proyectaba su
Esta liturgia era presidida por el sacerdote sem, re- FRQFLHQFLDKDFLDORVFRQ¿QHVGHOXQLYHUVRHQEXVFD
conocible por su curiosa indumentaria: una piel de del alma del difunto, para mostrarle el camino de re-
leopardo. El signo F9 del listado de Gardiner, repre- greso hasta la tumba.
sentando el busto de dicho animal, se emplea como
determinativo o abreviatura de pHty, “fuerzas físicas”, En tiempos de Senenmut y sus coetáneos, durante
facultades que eran transferidas a quien vestía su el Imperio Nuevo, se procedía entonces a salmodiar
cuero cabelludo. Elisa Castel, en Egipto: Signos y XQ SDVDMH HVSHFt¿FR GHO Libro de los Muertos, en
Símbolos de lo SagradoDODGHQWUDUVHHQODVLJQL¿- FRQFUHWRVXFDStWXORPRPHQWRHQTXHHOR¿FLDQ-
cación de los felinos, señala cómo “algunos pueblos te adoptaba la personalidad de Ptah-Socar, mientras
negroafricanos tienen la idea de que el uso de pie- uno de sus asistentes asumía la de Thot. Por su par-
les de felinos moteados (leopardos y guepardos) tie- WH HO GLIXQWR VH LGHQWL¿FDED D Vt PLVPR FRQ HO 2MR
nen la propiedad de contagiar a su portador con las de Ra, Sejmet, en el crepúsculo vespertino: “Que mi
cualidades inherentes al animal, además de ser un boca sea abierta por Ptah, que las vendas que amor-
H¿FD]HOHPHQWRSURWHFWRU3RURWURODGRHQPXFKDV dazaban mi boca sean desatadas por el dios de mi
culturas la piel del animal aportaba a la persona que ciudad. Que acuda además Thot, plenamente pro-
la llevaba una facultad muy importante: favorecer el visto de fórmulas mágicas; sean desligadas las ven-
estado de trance”. En este sentido, el artículo “A Rite das de Seth que amordazaban mi boca (y) sean se-
of Passage: The Enigmatic Tekenu in Ancient Egyp- paradas las manos de Atum que estaban colocadas
tian Funerary Ritual”, publicado por Greg Reeder en como protección de ella. Mi boca me ha sido restitui-
1994 en el quinto volumen de la revista KMT: A mo- da, mi boca me ha sido abierta por Ptah, mediante su
dern Journal of Ancient Egypt, postuló que durante cuchillo de hierro (celeste), con el cual abrió la boca
tiene que ser Geb, el dios de la tierra, como su cón- entre las viñetas del Libro de los Muertos, como la
yuge, quien previamente interviene y colabora en el 87 del 3DSLUR*UHHQ¿HOG (EA10554) o la 3 del Papiro
acto de la concepción, fecundando a su consorte. de Tameni (EA10008), ambos en dependencias del
Bajo esta premisa, los fallecidos, antes de su resu- British Museum: el cuerpo de Geb, totalmente des-
rrección, eran conducidos al sepulcro y depositados nudo, aparece recostado en decúbito supino, con la
en el sarcófago, ubicado en la parte más profunda piel verdosa a causa de la vegetación, a veces inclu-
de la tumba, el pozo funerario, formando parte de VRFXELHUWRGHKRMDVVREUHpODUTXHDGDOD¿JXUDGH
las mismísimas entrañas de Geb, como esperma Nut, igualmente en cueros, de tez lapislázuli tatuada
que aguarda a ser diseminado. Los corredores de con estrellas doradas de cinco puntas. El padre de
la tumba de Senenmut, ascendiendo a lo largo de ambos, Shu, en representación de la atmósfera, se
97’36 metros con un ángulo de inclinación de 25º, interpone, separando el cielo de la tierra, evitando
desde la cámara ‘C’ hasta el exterior de la DB353, el apareamiento salvo en los últimos cinco días del
emulan los conductos deferentes del falo erecto de DxR'HELGRDODLGHQWL¿FDFLyQGHOGLIXQWRFRQ2VLULV
Geb, bien apuntado hacia el palio nocturno. El alma los progenitores de éste último, Geb y Nut, asumen
del difunto, atravesando este pasaje, equivale a la si- igualmente la paternidad celestial de todos y cada
miente que se proyecta hacia la matriz de Nut y que, uno de los muertos, de todas y cada una de las cria-
toda vez en el vientre materno, es gestada para la turas que moran en la Duat: las estrellas. Para el
vida eterna, renaciendo luego, ya convertida en una caso particular de Senenmut, su luminaria no es otra
auténtica estrella, con la ayuda de la partera celes- que Aldebarán, uno de los astros más occidentales
tial, Reret. La cópula de Geb y Nut suele recrearse de la constelación de Sah-Orión y, como tal, de los
/DLQVFULSFLyQGHOWHFKRDVWURQyPLFRGH6HQHQ-
PXW
Durante el Imperio Nuevo, esta faceta de Osiris, La línea II contiene la noticia más explícita sobre
Gran (Palacio de la) Sierra, fue tenida por Señor del la “Apertura de la boca”, mentando a Geb como su
Jubileo Real y morador en el Santuario de la Llama hierofante: “Geb ha golpeado tu boca”. La consorte
(wsir itfA wr nb Hb-sd Hry-ib pr-nsr), tal y como se cons- de este dios también asume, en dicho versículo, un
WDWDDWUDYpVGHORVUHJLVWURVHSLJUi¿FRVGHOWHPSOR SDSHO GH YHUGDGHUD WUDVFHQGHQFLD FXDQGR VH D¿U-
IXQHUDULRGH$PHQKRWHS,,,LGHQWL¿FiQGRVHDGHPiV ma que “Tu madre Nut te ha dado a luz”. Bajo su
con la divinidad momiforme que confería a los muer- condición de diosa del cielo, en cuyo cuerpo divino
tos la vida eterna, como Ra, en el cielo (aHaw n ra m VHHQFDUQDHO¿UPDPHQWRHOQDWDOLFLRGHVXKLMR2VL-
pt), según condensa una inscripción del templo fu- ris-Senenmut debe adoptar necesariamente la apa-
nerario de Ramsés III, en Medinet Habu. Hubo de riencia de un astro, con independencia de que sea
gozar de gran popularidad, puesto que en las leta- éste de carácter diurno o nocturno: ora el Sol, ora la
nías de Osiris, contenidas en el capítulo 142 del Li- Luna, ora un planeta, ora una estrella... En caso de
bro de los Muertos, su quincuagésima manifestación preferir por la solución diurna, por lógica, debe de ser
no es otra que la de Gran (Palacio de la) Sierra (Lara coincidente con la hipótesis solar dada para la ali-
Peinado; 1993:250). Sin necesidad de abandonar la neación de toda la tumba, los días 11 de abril o 28 de
región tebana, se lo descubre en los enterramientos septiembre. La opción nocturna, por su parte, arroja-
de Najtmin (TT87) y de Jeruef (TT192), fechados, ría datos compatibles con la estrella Aldebarán, por
respectivamente, bajo los reinados de Tutmosis III cuya posición en el cielo los egipcios la adjudicaban
y de Amenhotep III. Otrosí, en el Valle de los Reyes a la constelación de Sah-Orión, el cuerpo astral de
destaca su presencia en dos de las cuatro capillas Osiris, siendo esta divinidad, precisamente, uno de
doradas de Tutankamón (KV62). Mucho más lejos, los vástagos nacidos de Geb y Nut, engendrados
en Abidos, centro neurálgico de los misterios osiría- desde la Tierra, pero gestados en el cielo.
cos, el nombre de itfA wr se repite entre los asientos
textuales del Osireión. Se puede profundizar sobre Este ceremonial reaparece en la línea V, con la
esta advocación divina a través de la monografía mención al dios Upuaut, en medio de una serie de
The Naos of Amasis: A Monument for the Reawake- referencias astronómicas, a saber, el trono de hie-
ning of Osiris, publicada en 2019 por el egiptólogo rro meteórico y los montículos de Horus y Seth; sin
italiano Marco Zecchi, profesor asociado de la Uni- olvidar que la azuela de este dios, también de hie-
versità di Bologna. rro meteórico, replica a la perfección la silueta de la
Osa Menor. El trono de hierro, el signo Q1 del lista-
&RQFXUUHQ DTXt GRV PDUFDGRUHV HVSHFt¿FRV GH OD do de Gardiner, presente en los nombres de Osiris e
ceremonia de “Apertura de la boca”, entre estas ci- Isis, se incluye en las declaraciones 413, 424, 437,
tas escogidas de los Textos de las Pirámides, más 459, 461, 483, 509, 512, 536, 537, 553, 582, 610,
allá de la estrecha relación existente entre el Gran 612, 666, 667, 673, 674, 676 y 689 de los Textos
(Palacio de la) Sierra y el Jubileo Real, una efeméri- de las Pirámides. En bastantes de estos pasajes se
de que se menciona en la cámara ‘A’, en este caso presenta en compañía de los montículos de Horus
relativa a la energización de Hatshepsut tras 16 y Seth (424, 553, 612 y 676), también citados como
años sentándose en el trono. En la línea I se pone a montículos meridionales y septentrionales, respecti-
Senenmut bajo la protección de Mejenti-irti, “Aquél vamente: ³3DUD3LDQNRႇTXHQRHPSOHDHOWpUPLQR
en cuya frente está el Doble Ojo”, para muchos, un montículos, sino lugares, se trata de las regiones de
simple apodo de Horus, antes de ser cegado por su Horus y Seth (Las Dos Tierras), pero parece que el
El hemistiquio de la techumbre de la cámara ‘A’ de lares se viese alterada a propósito para adaptarse
la DB353 establece la función de dicha sala, como PHMRUDODVLJQL¿FDFLyQGHHVWHFHUHPRQLDOmsxtyw,
escenario de la ceremonia de “Apertura de la boca”, que hasta entonces había tomado el aspecto de una
en consonancia con los alineamientos astronómicos pata de buey, en correspondencia con el muslo que
del serdab de Dyeser y de la Cámara de la Reina le había sido cercenado a Seth por su sobrino Horus
de la Gran Pirámide de Keops. A partir de los ataú- durante la disputa sucesoria por el trono de las Dos
des del Imperio Medio, la unión física del difunto o 7LHUUDVVHFRQYLHUWHHQOD;9,,,'LQDVWtDHQOD¿JXUD
de su Ka con el norte dejó de ser imprescindible: la íntegra de esta res. ¿Por qué? Pues porque “uno de
magia ya no se ejercía por contacto directo, sino por los ritos comprendidos en la ceremonia de apertu-
empatía, donde la representación del cielo sustituyó UDGHODERFDHUDHOVDFUL¿FLRGHXQWRUR8QDSDWD
al cielo en sí mismo, desapareciendo los conductos y el corazón de la víctima eran presentados al di-
astronómicos y surgiendo en su lugar los diagramas IXQWR\FRORFDGRVEDMRVXQDUL]/D¿QDOLGDGGHHVWD
estelares. No importa que la tumba de Senenmut operación era que el fallecido aspirase la vitalidad
en Deir el-Bahari no tenga un pequeño pasaje que contenida en el cuerpo del animal” (Egiptomanía;
permita a su propietario observar la azuela celestial, 1997:829). El exvoto de un muslo en la Tierra, colo-
pues todo el poder de esta herramienta se le habría cado sobre la mesa de ofrendas del difunto, vendría
transferido por homeopatía a la plancha septentrio- a catasterizarse durante la noche, convirtiéndose en
nal de la cámara ‘A’, siguiendo el principio de que lo la constelación del Muslo (Osa Mayor), en medio del
similar produce lo similar. Constituye el mismo tipo septentrión, una región celeste que, apropiadamen-
de magia que llevó al etnólogo francés Henri Breuil te, recibía el nombre de Campiña de las Ofrendas.
(1877-1971) a imaginarse que los bisontes de Las- Es otro ejemplo de magia empática –verdadero ar-
caux, Capilla Sixtina del arte paleolítico, se concibie- quetipo de la elaboración del mito sobre la Cabellera
URQ D ¿Q GH HVFHQL¿FDU HQ OD FDYHUQD HO WULXQIR GHO de Berenice-, donde el chivo expiatorio se represen-
hombre sobre el animal, como preludio y anticipo de ta al completo antes de su inmolación, en vísperas
lo que estaba destinado a suceder horas más tarde de ser degollado a manos de Anu, el arponeador, un
durante la caza real. Hoy en día, la explicación de avatar de Horus.
Breuil sobre las pinturas rupestres de Lascaux está En lo tocante a la Osa Menor, la propia azuela del
superada –se considera, incluso, que los rebaños Upuaut, en la techumbre astronómica de Senenmut
mostrarían la disposición de estrellas y constelacio- asume el físico de un escorpión: de las 7 estrellas
nes, tal y como fueron sistematizadas por el hombre que conforman el Carro Menor, las del cuadrilátero
de Cromañón-, pero la sencillez de su razonamiento demarcarían el vientre y sus dos pinzas, mientras
sigue resultando útil a la hora de explicar el posible que las otras tres representarían su cola bien apun-
funcionamiento de la techumbre astronómica de la tada, rematada con el aguijón. Pese a la presunta
tumba de Senenmut a través de la magia empática. incongruencia, la sustitución de la azuela celeste por
Lo mismo que una leyenda ayuda a leer un mapa, los un alacrán no carece de sentido, teniendo en cuenta
MHURJOt¿FRVGHGLFKRKHPLVWLTXLRD\XGDQDLQWHUSUHWDU que la etiqueta que acompaña a este artrópodo cla-
el sentido de los dos paneles astronómicos, eviden- UL¿FDVXLGHQWLGDGFRPRODGLRVD6HUNHW “El vértice
ciando que la apertura de los ojos, de la nariz y de la que aparece en la clepsidra de Karnak, de la dinastía
boca gozaba de unas profundas connotaciones as- XVIII, está situado nuevamente delante de los no-
tronómicas. Es más, resulta bastante probable que rays que sostiene Isis-Djamet. Aunque Mesjetiu tiene
ODSURSLD¿VRQRPtDGHODVFRQVWHODFLRQHVFLUFXPSR- tres estrellas en su cola el vértice no apunta direc-
(OGtDGHODLUD
8QÀHFRSHQGLHQWHVHJ~QORDWHVWLJXDGRKDVWDDKR-
ra, el capítulo 23 del Libro de los Muertos UH¿HUH
cómo el difunto, durante el ceremonial de “Apertu-
UDGHODERFD´VHLGHQWL¿FDEDFRQHO2MRGH5DHQ
el cielo crepuscular, Sejmet, la terrible diosa de la
venganza e implacable protagonista de la versión
egipcia del Apocalipsis. A mayores, solamente hay
dos jornadas en todo el año en que la luz del Sol se
interna por el corredor descendente hasta alumbrar
la cámara ‘A’ de la tumba de Senenmut, siendo uno
de ellos, precisamente, el 11 de abril, fecha que, en
torno al año 1463 a. C., coincidía con el día I Smw 10.
Dice el calendario de los días fastos y nefastos en el
antiguo Egipto que en ese preciso día se conmemo-
raba una triste efeméride, cuando Sejmet se halló en
medio de aquellos que negaban la autoridad de Ra,
para acometer su exterminio. Nada tienen los atribu-
tos de Sejmet que envidiar a las palabras del físico
norteamericano Julius Robert Oppenheimer (1904-
1967), uno de los padres del Proyecto Manhattan,
quien, consciente del uso nocivo que podría tener la
bomba atómica, sorprendió al mundo entero citando
XQRVYHUVRVGHOD%KDJDYDGJƯWƗWH[WRVDFUDWtVLPR
del hinduismo: “Ahora, me he convertido en la Muer-
te, la destructora de mundos”. Esta sentencia se po-
dría predicar de Sejmet sin perder ni un ápice de su
valor, pues sus fauces de felino arrebatan la vida de
IRUPDUiSLGDHLQHOXGLEOHOXHJRGHTXHVXVD¿ODGDV
zarpas imposibiliten al enemigo.
nal poder, domeñado por el faraón, también podía dolo todo a su paso; en el corazón de los hombres,
canalizarse en provecho de los intereses de Egipto, las pasiones negativas habrían engendrado el odio,
golpeando con rudeza a sus enemigos. Y a ello se la violencia y la codicia” (Jacq; 1998:91).
entrometió Hatshepsut, tratando de congratularse
con Sejmet y sus múltiples avatares, erigiendo tanto Desde hace décadas, muchos estudiosos han leído
la Capilla de Hathor en Deir el-Bahari, como el Speos la Gran Inscripción del Speos Artemidos interpretan-
Artemidos, en Beni Hassan, éste último dedicado a do que Hatshepsut se atribuye el mérito de la victoria
Pajet. Las leonas, como cazadoras natas que son, lo sobre el invasor hicso y su expulsión de Egipto, así
mismo hostigan a su presa que la degüellan de un como el desagravio al panteón nacional y la recons-
zarpazo: entrañaban, para los egipcios, uno de los trucción del país del Nilo, cosa que atentaría contra
mayores peligros a enfrentar, de ahí que este felino los pilares de la cronología de la XVIII Dinastía: “Al-
encarnase, dentro de su mitología, el arquetipo más WHUDQGRORVDxRV\ODKLVWRULD+DWVKHSVXWD¿UPDED
temido, el del ángel exterminador. El propio nombre haber sido ella misma la que expulsaría al ocupante
de Pajet deriva del verbo pxAFRQHOVLJQL¿FDGRGH para liberar aquel lugar excepcional, una montaña
³SXUJDUSXUL¿FDUFRUWDUSDUWLU«´KDFLHQGRGHHVWD desde la que hablaban los dioses. De este modo ha-
diosa “aquella que desgarra y despedaza”, pero tam- bría sido ella quien restableció la paz en todo el país,
bién, “aquella que depura y sanea”, pues sus accio- erigiéndose en garante de la libertad recuperada;
nes están siempre encaminadas a remediar los ma- FRQHO¿QGHFRQVHUYDUODVHSUHRFXSyGHOEXHQHVWD-
les provocados por terceros, aunque estos terceros do moral y material de su ejército, que debía hallarse
sean los propios humanos al ensoberbecerse contra en condiciones de luchar contra las fuerzas de las
los dioses: “Cuando su peligrosa fuerza llegaba a ser tinieblas” (Jacq; 1998:91). Nada más lejos de la rea-
domada y puesta al servicio de la luz, era capaz de lidad. Este texto debe ser puesto en boca de la diosa
ahuyentar a los temibles demonios del desierto del leontocéfala Pajet, como avatar de Sejmet en Beni
este y, aún más, transformarlos en genios protecto- Hassan, y no de la reina-faraón, tratándose entonces
res. En su santuario, donde se hallaba concentrada de una versión primitiva del relato que, más adelan-
la energía divina, Hatshepsut practicó esa gran ma- WH VHUtD UHHODERUDGR D ¿Q GH UHODWDU OD Destrucción
JLD GH (VWDGR FRQVLVWHQWH HQ LGHQWL¿FDU ODV SRWHQ- de la Humanidad, narrando cómo aquellos impíos,
cias destructivas, osando manipularlas e invertirlas tenebrosos ignorantes de la luz, que se apartan de
para que se convirtieran en constructivas. Si los ritos la voluntad del dios Sol, Ra, padecen en carnes pro-
no conseguían apaciguar a la leona Pajet, sobre la pias el riguroso azote de su Ojo: “Yo he restaurado
región se abatirían violentas lluvias que habrían for- lo que estaba en ruinas y he erigido lo que estaba
mado torrentes y arrastrado barro y grava, devastán- destruido, por primera vez desde que los asiáticos
estaban en Avaris y los bárbaros estaban entre ellos,
Tríada de Menkaura, entre las diosas Bat (dere- (Q FXDQWR D OD GLRVD %DW VX LPDJHQ ¿JXUD HQ OD
cha) y Hathor (izquierda). | Wikimedia Commons. paleta de esquisto verde del faraón Horus Narmer
(JE32169), además de en la Paleta de Gerza (JE
dicha estación cuando mayor disponibilidad tendrían
HQXQFXHQFRGHSyU¿GRFXVWRGLDGRHQWUHORV
los pobladores del asentamiento de Hieracómpolis
para apresar a tan variada gama de animales silves-
WUHVHQXQDVIHFKDVHVSHFLDOPHQWHVLJQL¿FDWLYDVGH
cara al ciclo de la regeneración natural, cuando más
se precisa de los poderes extraordinarios del faraón,
como garante de la estabilidad por encima de todo
cambio y contraposición.
Knight (1950) y el físico Robert Lomas (1947), al de- del cuerpo osiríaco a diversos puntos de Egipto don-
fender que los crómlech, como Stonehenge, Nabta de, en efecto, se veneraban las reliquias del buen
o los gilgal israelitas, habrían servido para detectar dios, nTr nfr. No en vano, el máximo de las Orióni-
la llegada de cometas, predecir su trayectoria y cal- das, el 21 de octubre, coincidía en el calendario ideal
cular su mayor o menor grado de aproximación a la egipcio con el día I prt 1, como clausura del Festival
Tierra, en función de aquellos portales del círculo de Koiahk (kA Hr kA), cuando se celebraba la muer-
lítico donde resultase visible su posición; según lo te y renacimiento de Osiris mediante la erección del
expuesto en las páginas de Uriel’s Machine, una mo- pilar Dd, su columna vertebral. A ojos de un egipcio,
nografía bastante heterodoxa que vio la luz allá por no puede haber recomposición (resurrección), sin
el año 1999. descomposición (muerte), por lo que el desmembra-
miento divino se convierte en antesala de su triunfo
Cabe recordar aquí que el acimut del corredor ‘a’ de sobre la postrera sombra. Curioso, cuando menos,
la tumba de Senenmut en Deir el-Bahari, próximo a que el inicio de la estación de Axt, la inundación, ven-
los 99º, es bastante similar al del Templo Mayor de ga marcado por una efeméride astronómica afín a
Ramsés II en Abu Simbel, de 100º 30’. Ambos mo- Isis (el orto helíaco de Sirio), mientras la estación de
QXPHQWRV IXHURQ HGL¿FDGRV HQ IHFKDV SUy[LPDV DO prt, la siembra, haga lo propio con otra de Osiris.
retorno del Cometa 1P/Halley, en lo concerniente a
sus pasos señalados entre 1474 y 1473 a. C., y 1266 En todo caso, el hermanamiento de la DB353 con
a. C. Más allá de la interpretación religiosa que los Abu Simbel, a través de las Oriónidas, habla a favor
arúspices del faraón darían para cada uno de estos de un profundo simbolismo que hundiría su raíz en la
perihelios, compatible en el primero de los casos con noche de los tiempos, tratando de solventar uno de
la renovación del voto a Sejmet y la recuperación, los mayores enigmas que atormenta a la humanidad:
a tales efectos, del Festival de la Embriaguez, este ¿Adónde vamos cuando morimos? ¿Acaso hay vida
evento hubo de redundar desde un punto de vista después de la vida?
meramente astronómico en la producción de sendos
picos de intensidad de la tasa horaria zenital de las /D LGHD GH TXH QR VRPRV VHUHV ¿QLWRV GH TXH OD
Oriónidas. Y, viendo recrecer esta lluvia de meteo- PXHUWHQRHVHO¿QDOVLQRRWURSULQFLSLRKXERGHLQV-
ros, bien merecería de otra explicación del clero: pirársela al hombre la propia naturaleza: la Luna se
dado que el radiante de estas estrellas fugaces se llena y vacía, crece y decrece, en ciclos de 29’53
encuentra en Orión, parte integrante de sAH, la ver- días; lo mismo, las horas de luz diarias se estiran y
sión astral de Osiris, cada partícula que desde esta acortan entre cada solsticio, por períodos equivalen-
sección del cielo se precipita, a modo de fogonazo tes al año trópico; los árboles se deshojan en otoño,
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de los distintos miembros de Osiris, en múltiples di- un bucle que se repite una y otra vez… ¿Por qué, en-
recciones, luego de ser despedazado por Seth y su tonces, la vida humana podría agotarse sin más, sin
traicionero contubernio, yendo a parar las porciones opción a regenerarse de forma espontánea, como
Y todo pánico se desmorona al considerar la muerte como un simple portal, como la boca de un agujero de
gusano por el cual todos hemos de adentrarnos y que, con los matices incorporados por cada cultura, conduci-
ría hacia una nueva existencia, más o menos similar a la anterior, unas veces transmigrando las almas a otros
animales, otras reencarnándose en cuerpos humanos, en ocasiones cruzando el río del olvido o abrazando el
seno del demiurgo. Para los antiguos egipcios, este destino de ultratumba acogió múltiples facetas, no exclu-
yentes entre sí: ser un pájaro que sobrevuela el mundo de los vivos, ser un poblador más de cuantos moran
plácidamente en la Campiña de las Juncias, ser una estrella indestructible que comparte cielo con las demás
constelaciones del septentrión… Ya lo dijo el Gran Jefe Seattle en 1854, durante su respuesta al presidente
estadounidense Franklin Pierce (1804-1869): “Mis palabras son como las estrellas, nunca se extinguen”, pues
para quienes viven en plena armonía con el cosmos, estrellas y perpetuidad son las dos caras de una misma
moneda, sinónimos inalienables de la inmortalidad.
Belmonte Avilés,
vilés, J. A. (2012): Pirámides, templos y es- Alfonso Daniel Fernández Pousada se licenció en pe-
trellas. Astronomía
stronomía y arqueología en el antiguo Egipto. riodismo por la Universidad de Santiago de Compos
Compos-
Crítica. Barcelona. tela, profesión que ha ejercido en Radio Voz y Cadena
COPE, emisora, ésta última, a la que está vinculado
Jacq, C. (1999): El Saber Mágico en el Antiguo Egipto. desde 2005 y donde actualmente dirige un magazine
Círculo de Lectores. Barcelona. dominical.
Jacq, C. (1998): Las Egipcias. Círculo de Lectores. Su pasión por la egiptología le ha llevado a participar
Barcelona. en diversos seminarios organizados por el Instituto de
Estudios del Antiguo Egipto y a publicar un traba
trabajo de
Lull García, J. (2004): La Astronomía
stronomía en el Antiguo
A investigación sobre los adelantos astronómicos de la
València.
Egipto. Universitat de València. Valencia. civilización del Nilo.