Ifa
Ifa
Ifa
energias en el tejido Espacio-Temporal. Siendo Ifa un sistema de datos, los cuales estructuralmente estan
diseñados desde lo primitivo de la creacion, para decodificar como se desarrollo el Universo Meta - Multi
Dimensional. Ifa ,a traves de sus Odus: patrones de energia y comportamiento. Se desplega por toda la
creacion siendo este la biblioteca sagrada de Olodumare ( Dios Creador). Con fuerte arraigo en similitud
a las fuerzas de la mecanica cuantica de la ciencia moderna, podriamos decir que Ifa es ciencia ancestral
africana que maneja una gran proporcion de modelos cuanticos de operacion en sus redes de
informacion , aun asi su cuerpo teorico y pratico se sustentan en codigos binarios los cuales recrean
realidades y narran la condensacion de la luz del Cosmos en la materia Cosmogonica del espacio y
tiempo. el Ifa provee datos a los fieles y sus sacerdotes para la conciliacion del Self del individuo y el
Mundo Natural que lo rodea que llamamos Sociedad. La meta Ultima del Ifa es alcanzar la evolucion del
caracter y la elevacion de la conciencia que se halla en el Ori (Cabeza).
Los Orisa son parte de este juego en la creacion. Los Orisa, similares analogicamente a las fuerza arqueo
tectonicas de los campos morfogeneticos que tanto investigo Rupert Sheldrake,cientifico e investigador
de como se manifestava el universo de una manera viva y mutable al tiempo de la creacion circundante.
Siendo estos Campos Morfogeneticos una fuerza primitiva del universo, que modelan con sus Conciencia
teleologicas la realidad en la que vivimos. El Universo al contrario de como lo vio la ciencia tradicional
del siglo 20. Es un universo vivo y cambiante con sus recreaciones dimensionales regidas por estos
campos de fuerzas u Orisa que modulan las representaciones de realidad y su naturaleza de una forma
constante y participativa con las acciones de los hombres y mujeres. Ifa es Canalizado y Desifrado por su
Profeta Orunmila, los Orisa son Complementarios a este cuerpo que condensa Orunmila. El Ifa y El
Orixaismo son el culto a la energia que primordialmente le dio vida y esencia al Mundo. El estar en
armonia con los Orisa, es estar en armonia con la naturaleza en distintos niveles representativos de la
misma. Nuestro caracter , nuestro Self esta atravesado tanto por los Odu de ifa en cierta proporcion
como por la energia de Orisa. El cultuar las fuerza antropomorficas de los Orisa ,equilibra , ajusta y
corrige el caracter ,para un correcto desenvolvimiento de la Personalidad, en la realidad que se desplega
la eternidad condensada que llamamos tiempo.IFa Y Orisa , son fuerzas , son energias, son Conciencias
de la Naturaleza, son Antropomorfismos de esta ultima. Pero ante todo son la expresion de la Fe, la
Inteligencia y La sabiduria que la Etnia africana nos ah heredado de los principios de los tiempo. Ase Ire
O!!! Mojuba Baba Orunmila O!....Iba`se Ifa O!
El tema del ọ̀bẹ (cuchillo) ha sido muy polémico en la tradición afrocubana. Veamos lo que dicen las
leyendas alegóricas al respecto. Primero, el ìtàn (relato) que recoje el Ifá afrocubano. Luego la versión de
Osamaro, que si bien no habla específicamente del instrumento de sacrificio, tiene puntos de contacto
con el mito criollo. Luego responderemos la pregunta ¿pánádù o páran láti rúbọ jẹ?
Ọ̀sá méjì # 2: Consagración de Ọ̀rúnmìlà en ọ̀bẹ
Ìtàn òrìşà :
En los tiempos primigenios, Òòşàgírínìyàn era el encargado de supervisar a los aláàgbẹ̀dẹ (herreros).
También había creado, junto a Ògún, la Ẹgbẹ́ Balógun (sociedad del comandante de los guerreros
veteranos), cuyos miembros eran los únicos intitulados para usar el cuchillo y hacían fuertes ritos para
poner a prueba el valor y la resistencia de los neófitos. Sólo así, ellos podían alcanzar el título de ọmọ
agada (hijos de la cimitarra[1]).
Òòşàgírínìyàn, a su vez, tenía un hijo, llamado Tàlàbí, el cual era ọmọ agada, y éste sostuvo una disputa
con Ìyáláşẹ Ayaba Àjẹ́ (reina de las brujas[2]).
Utilizando un abẹ (cuchillo), Tàlàbí mató a uno de los hijos Àjẹ́ que, entonces, le declaró la guerra a
muerte, por lo cual el hijo de Òòşàgírínìyàn tuvo que refugiarse en casa de Ọ̀rúnmìlà (conocido aquí
como Ọ̀sá méjì).
Ọ̀rúnmìlà lo protegió, cuidó y alimentó. Por medio de un ẹbọ, logró que fuera invisible.
En cambio, como muestra de gratitud, Ọ̀rúnmìlà le pidió el àdá (machete) a Tàlàbí. Pero como este era
un awo (secreto) de su sociedad, dijo que era preciso antes hablar con Òòşàgírínìyàn àti Ògún.
El Adivino consultó su Ifá y se vio Ọ̀sá méjì. Ifá le anunció el ‘fuego de la guerra’, que traía detrás y le
recomendó hacer páná Odù para yáná wa por su trifulca con la brujería.
Ọ̀rúnmìlà convocó a Ògún, Ọbàtálá àti Òòşàgírínìyàn (¡!), para que hicieran los ritos pertinentes.
Estos, en gratitud por lo que había hecho por Tàlàbí, prepararon todos los detalles láti wẹ agada fún. Lo
llevaron a un ihò, donde le desnudaron el torso, Ògún avivó èédú con su fuelle y Ọbàtálá tànná
mẹ́rìndínlógún.
Ambos arrodillaron a Ọ̀rúnmìlà delante del mismo, momento en el que arribó Ọlọ́fin (el rey), jefe de la
Ẹgbẹ́ Balógun, rodeado con su comitiva (los Olódù), que empezaron a realizar los ritos al tiempo que
cantaban:
Entonces se acercó Baba Èjì Ogbè, rezó su oríkì y comenzó a echarle de la ìda lẹ́hìn Ọ̀rúnmìlà.
Ifá ó dára
Èmi ó dára
Y así hicieron sucesivamente cada uno de los Olódù, hasta Ọ̀ràngún, tras lo cual, levantaron a Ọ̀rúnmìlà
quien había resistido con fuerza y valor la prueba suprema, demostrando ser digno ọmọ agada.
Wọn wẹ Ọ̀rúnmìlà pẹ̀lú ewéfá y desecharon gbogbo aşọ rẹ̀ níhò. Ìrẹ̀tẹ̀gúntán lo cerró.
Entonces, Ògún retó a Ọ̀rúnmìlà a una pelea. Ọ̀rúnmìlà no lo deseaba, pero tuvo que ceder. Durante la
pelea todos cantaban:
Agada mọ sára o
Agada mọ sára o
Agada mọ sára o
Ọ̀rúnmìlà, en respeto a Ògún àti Ọbàtálá los dueños de Agada Òòşà (la cimitarra de Ọbàtálá), dejó caer la
cimitarra, que ahora también le pertenecía, ya que se volvió parte de la Ẹgbẹ́ Balógun.
Como colofón hicieron un banquete, en que comieron Ògún, Ọ̀rúnmìlà àti Ọbàtálá.
Desde entonces, sus hijos son ọmọ agada y Ọ̀rúnmìlà empezó a consagrarlos en ella.
Nota: siempre que haga esta ceremonia, hay que fi adìẹ méjì f’Ọbàtálá, que actúa como delegado
(ibíkejì) de Olódùmárè.
Ọ̀sá méjì finalmente resuelve sus problemas con los hechiceros mediante un acuerdo
Ọ̀sá méjì fue quien trajo a los hechiceros a la tierra y quien los salvo de su total extinción de la faz del
planeta.
Inicialmente el asunto concernía a Òrìşàńlá, quien como el propio representante de Dios en la tierra,
encabezaba a todas las divinidades, incluida la comunidad de hechiceros.
Òrìşà tenía dos lagos al fondo de su casa. Uno de ellos solía quedarse sin agua durante la temporada de
seca. Mientras el otro suministraba agua todo el año. Ambos lagos eran utilizados comúnmente por
todos y cada uno.
Pero las esposas de Òrìşà se mofaban de él por permitir a los hechiceros, entre otros, hacer uso de su
lago. Él reaccionó haciendo que el lago de todas las estaciones fuera para el uso exclusivo de su hogar,
mientras permitía a los hechiceros utilizar el que se quedaba sin agua en la temporada de seca.
Conociendo que su lago no podía suministrarles agua durante la temporada de calor, los hechiceros
fueron por adivinación sobre qué hacer para garantizar que este los abasteciera durante el año entero.
Se les aconsejó que dieran un macho cabrío a Èşù. Luego que Èşù se lo comió, se zambulló en el lago
exclusivo de Òrìşàńlá, removió la piedra con la cual estaba represado el manantial de éste y la transfirió
al lago de los hechiceros.
Seguros de que su lago no se secaría más, los hechiceros designaron a dos pájaros para que lo
protegieran de los intrusos
Cuando llego la temporada de seca, el lago de Òrìşàńlá se secó rápidamente y el de los hechiceros
permaneció lleno de agua. Los hechiceros les mostraron a los dos pájaros una señal de aviso para que los
alertara si algún intruso venía a coger agua de su lago.
Cuando la familia de Òrìşàńlá empezó a quedarse sin agua, fueron al lago de los hechiceros. Los pájaros
les permitieron coger agua pero las esposas también se metieron en el lago para bañarse. Fue entonces
que las aves comenzaron a dar el aviso a sus jefes.
Ikaare fue el primero en anunciar: “Aya Òrìşà wẹ̀ òò” y Otuutu gritó: “Aya Òrìşà pọnmi tú tú tú”.
Con esto, los intrusos se dieron cuenta de que había guardias cuidando el lago. Rápidamente, huyeron
hacia su casa.
Cuando los hechiceros llegaron les preguntaron a los custodios por la identidad de los invasores y ellos
respondieron que eran miembros de la familia de Òrìşàńlá.
Los hechiceros juraron castigar a Òrìşàńlá por contravenir su propio decreto, al permitir que su familia
utilizara el lago de ellos.
ÒÈní a sọ̀rọ̀,
Todos los pájaros del bosque (lit. hijos de los animales salvajes) hablaran como seres humanos
Cuando Òrìşàńlá escuchó en la distancia el canto de guerra de los hechiceros, huyo de su casa para
buscar refugio junto a Ògún.
Ògún se preparó para batallar con los invasores y se sentó a la entrada de su casa en espera del arribo de
los hechiceros.
Tan pronto llegaron a la puerta de Ògún, éste sacó su machete que despidió fuego. Pero ellos se tragaron
a Ògún con sus instrumentos de pelea y Òrìşàńlá escapó por la puerta de atrás.
Se refugió en la morada de Şàngó y corrió igual suerte. Òrìşàńlá corrió a las casas de todas las otras
divinidades pero todas fueron tragadas por los hechiceros invasores.
Él hizo que Òrìşàńlá se ocultara debajo del mismo y lo cubrió con una tela blanca, con la cabeza
sobresaliendo a través de ésta (esto se representa hoy por la elevación que sobresale bajo una cubierta
blanca en el santuario de Ọ̀rúnmìlà y recibe el nombre de oríta).
Ọ̀sá méjì entonces sacó su bandeja de adivinación (apako) y sobre ella esparció el polvo de adivinación e
hizo marcas de su propio Ifá y con ùròkẹ̀ lo esparció sobre la casa gritando ẹ̀rọ̀, ẹ̀rọ̀, ẹ̀rọ̀! (¡paz, paz, paz!).
Cuando los hechiceros llegaron al cruce de caminos cercanos a la casa se desorientaron y quedaron
confundidos, pero enviaron a sus dos rastreadores a donde estuviera Òrìşàńlá.
Ambos encontraron a Ọ̀rúnmìlà a la entrada de su casa y le dijeron que habían llegado allí siguiendo las
huellas de Òrìşàńlá.
Él les confirmó que de hecho lo tenía retenido; pero les argumentó que ya se encontraba tan deteriorado
y falto de vida que si le daban muerte en ese estado no habría carne en él.
Los convenció que le dieran siete días para engordarlo antes de que ellos lo mataran. Ofreció entonces
compartir la carne de Òrìşàńlá.
Les habló de un encantamiento (cuya mención está prohibida, pues llama a destrucción). Su esencia es
que los hechizo para que aceptaran cualquier explicación que les ofreciera para poder retener a Òrìşàńlá.
A la mañana siguiente, Ọ̀sá méjì hizo adivinación y se le dijo que diera una adìẹ dúdú a Ifá y un òbukó a
Èşù. Èjì Ọ̀sá lo hizo enseguida sabiendo que los Àgbà òru acortarían la duración de los días y noches
siguientes.
También se le dijo que preparara un banquete con conejos para los hechiceros y vino de palma
envenenado con ìyẹ̀ròsùn y el encantamiento que no pudo ser mencionado con anterioridad.
También preparó un recinto cercado frente a su casa y obtuvo una especie de goma adhesiva, llamada
aare en yorùbá y ubo en bínní, para embadurnados con la goma y los colocó dentro del lugar de
recepción.
Poco después llegó el día fijado y en ese momento Ọ̀sá méjì preparó el banquete y colocó la comida y la
bebida en el recinto. Tan pronto llegaron, los hechiceros se sentaron y comenzaron a comer y beber.
Una vez finalizado el banquete le dijeron a Ọ̀sá méjì que trajera ante ellos a Òrìşàńlá y antes de que
pudiera darles respuesta uno de ellos lo avistó en el santuario, donde este esperaba por los invasores.
Cuando iban a atacar, no pudieron moverse, pues Èşù los había pegado firmemente a sus puestos.
Entonces, trataron de hacer rodar sus asientos, pero la goma del cercado inmovilizó sus alas y fueron
completamente dominados.
En este punto, Ọ̀sá méjì le dio su cuchillo de Ifá (àdá) a Òrìşàńlá, quien se aferro a ùròkẹ̀ y comenzaron a
destruir a los hechiceros uno tras otro.
Luego de terminar el combate, ambos suspiraron con alivio, sin saber que una de los hechiceras, había
buscado refugio en el mismo punto donde Òrìşàńlá se había escondido antes.
Cuando Òrìşàńlá la vio, quiso darle la misma suerte que los demás, pero Ọ̀sá méjì dijo que no podía
matar a quien buscara refugio en el santuario de Ifá. Que como mismo se respetó su vida, debía respetar
la de ésta.
Entonces ellos sacaron a la hechicera, quitaron la goma de su cuerpo. Cuando la detallaron se dieron
cuenta que estaba encinta. Ọ̀sá méjì dijo que estaba prohíbo matar a una embarazada (en bínní esto se
dice: “aigbozi gbeken”).
Òrìşàńlá insistió que si se permitía sobrevivir a la mujer, ella produciría más hechiceros que intentaran
destruir el mundo al igual que lo habían tratado de hacer los de la primera generación de hechiceros
(se cree que si a aquella mujer se le hubiera dado muerte esa noche, hubiera significado el fin de los
hechiceros sobre la faz de la Tierra – nota del original).
No obstante, Òrìşàńlá sugirió que había que obligarla a jurar que no destruiría personas inocentes en la
Tierra.
Ọ̀sá méjì propuso entonces a Òrìşàńlá que Ilẹ̀ fuera la única divinidad capaz de destruir los hechiceros si
ellos se portaban mal, ya que esta es la única potencia que sobrevive a todas las potencias y fuerzas de la
tierra.
Él cavó un hueco en el suelo y lo llenó con gbogbo t’ẹ́nu jẹ y lo cubrió con obì (nueces de cola). Para
luego hacerla jurar que Ilẹ̀ diera cuenta de ella o cualquiera de sus descendientes si sin justa causa
mataran a un hijo de Dios o de Ọ̀rúnmìlà. Ella juró y comió obì.
Pero, como no podía matar a nadie, la àjẹ́ pidió una ofrenda de comida a cambio.
Òrìşàńlá dispuso entonces que cualquier transgresor, debía compensarla con un àgbò, òbukó, ẹiyẹ y
regaría su ẹ̀jẹ̀ en el exterior de la casa, como señal de que ha pagado por la ofensa cometida. Los oşó o
àjẹ́ debían dejarlo tranquilo.
(Ese es el significado de la sara que los hijos de Dios hacen hasta este día – nota del original).
Por otra parte, Ọ̀sá méjì le dijo que si ella veía cualquier alimento confeccionado en una olla y
depositado en un cruce de caminos, junto a la orilla o sobre un horno, debía saber que era de un hijo de
Ọ̀rúnmìlà y debía aceptar la comida y dejar tranquilo a quien se la ofrecía.
Esto es el ètùtù (izobo en bínní) que Ọ̀rúnmìlà frecuentemente aconseja que sus seguidores realicen la
noche cuando tienen problemas con los hechiceros.
Esta es la razón por la cual se marca Ọ̀sá méjì en la bandeja de Ifá cuando se realizan ofrendas a la noche.
Análisis: Como vemos, ambas leyendas, hacen referencia al pacto de no agresión establecido entre àjẹ́
(las brujas) y Ọ̀rúnmìlà/Ọbàtálá.
La versión de Osamaro, tiene mucho más detalles y no menciona la agada, pero tiene básicamente el
mismo desarrollo (en la primera es Tàlàbí, ọmọ Òòşà, que se refugia en casa de Ifá y en la segunda es el
mismo Òrìşàńlá, el que busca refugio; en ambos casos, la ira de àjẹ́ la provocan familiares de Ọbàtálá —
o sea, los humanos en sentido genérico, ya que Ọbàtálá es el padre de la Humanidad).
Existe otra variante, en la que Yemòó, esposa de Ọbàtálá, fue a bañarse en la laguna prohibida de las àjẹ́,
cuando estaba menstruando y tiñó sus aguas de rojo, despertando la ira y el lado mortífero de las brujas
(que se activan con el olor de sangre).
Sin embargo, ¡sorpresa! el olúwo Şọlágbádé Pópóọlá, en su versión de Ọ̀sá Méjì (verso # 12), afirma que
Ọbàtálá le regaló en gratitud su Àdá Òòşà y que éste era, desde entonces, una exclusividad de Ifá y de los
babaláwo.
Como en las dos leyendas previas, Ọbàtálá desata la ira de las Hechiceras y tuvo que buscar refugio en la
casa de Ọ̀rúnmìlà, que ideó un modo de vencerlas:
Ó-tẹ́-jẹẹ́jẹ́-ti-káà-wá
Ọbàtálá le robó la mujer a Ọ̀pẹ̀hẹ́, el hijo de la Jefa de las Brujas; por ello, las Ìyàmi empezaron una feroz
persecución, en la que atacaron a todas las deidades. Şàngó, Ògún, Ọ̀şun tuvieron que enfrentar la
crueldad de las àjẹ́.
Ọ̀rúnmìlà, consultó a Ifá y éste recomendó darle abundantes alimentos (gbogbo tẹ́nu jẹ ¡!) y con àdá
Òòşà (¡!), le cortó la cabeza. En gratitud, Ọbàtálá — como en la leyenda afrocubana — le transfirió su
instrumento.
Ọ̀rúnmìlà lo recibió con una frase que nos es muy familiar en el odù Òdíròsùn:
Àdá Òrìşà ni
Este elemento es muy curioso. Y curioso es por la función que cumple este ‘machete de Ọbàtálá’ (verlo
en la foto) en el culto de Ifá (que nos confirma la idea que expresaremos en unas líneas).
En la leyenda afrocubana, el personaje proclama la famosa frase: Àdá lọ́wọ́ mi, àdá ni Òrìşà, àdá ni ọba!
(tradicionalmente se interpreta como ‘por mis propias manos me hice rey’, lit. tengo el machete en la
mano, el machete es Ọbàtálá, el machete es el rey), luego de haber vencido pruebas impuestas por
Òrìşàńlá.
Ògún se entiende. Es el òrìşà de la guerra. El aláàgbẹ̀dẹ = herrero. Pero ¿Ọbàtálá, òrìşà de la paz… a la
cabeza de una sociedad de veteranos de guerra?
Lo primero que tenemos que reparar es que Òòşàgírínìyàn u Òòşàgìyán son los apodos de Ọbàtálá en
Èjìgbò, donde por razones históricas se acentuó su lado combativo. Su apelativo Ajagùn’nà, indica un
carácter guerrero y conquistador.
Ọ̀rúnmìlà, como adivino, no tenía por qué tener una cimitarra. Por ende, se comprende que ese àşẹ
(poder/ facultad) lo reciba de Ògún & Ajagùn’nà.
El Adivino consulta Ifá y al ver Ọ̀sá méjì, el oráculo le recomienda atenuar la acción Odù, cuyos vínculos
con àjẹ́ son innegables.
Por lo cual, más que un modo de transferir la capacidad/ autoridad de sacrificar (como se ve hoy la
ceremonia de Pánádù), es un pacto — representado por el àdá o agada — entre Ifá àti àjẹ́.
Notas al pie:
El Pánádù o Pínódù no es ni remotamente un antecedente del polémico ‘cuchillo’ de òòşà, cuyo origen
puede estar en el ẹbọ del año (hoy abandonado), que suponía sacrificio de animales cuadrúpedos a
todas las deidades, no en un rito de titularidad o mayoría, como hoy se entiende.
Y aunque se afirme que ‘nace’ en Ọ̀wọ́nrínşogbè, no hay un solo indicio que los justifique.
Una de ellas afirma que tras su reconsagración en La Habana, Ọbádíméjì ‘determinó’ que todos deberían
‘confirmar’ su karí òòşà, mediante un nuevo sacrificio de envergadura.
Àjàyí y Ẹfúşẹ, que cuestionaron su iniciación previa, en señal de humildad, le volvieron a sacrificar
cuadrúpedos a sus òrìşà.
Por otro lado, era un modo de confirmar el sacerdocio de muchos individuos cuyas credenciales eran
dudosas y difíciles de verificar (por ejemplo ‘iniciados en África’ o el ‘campo’).
En otra, se afirma que María Towa, La reina de los lúkúmì, usando su autoridad, compelió a los ‘balógun’
de su época a ‘transferirle’ su autoridad exclusiva.
Se entendía, como aún se cree en Brasil, que los devotos de Ògún, detentaban el àşẹ natural del
sacrificio.
Para ello crearon un rito en el que los olóògún le pasaban a una ìyálóòòşà mediadora, ese ‘àşẹ’.
Es importante reiterar que balógun es un título militar y nada tiene que ver con el culto de Ògún, cuyos
iniciados deben llamarse olóògún o aşọgún.
Tampoco está clara la base del apodo de María, renombrada ìyá òòşà del linaje de Micaela Salazar.
Sin negar que tanto en África, como en Brasil, hay ritos de ‘instalación’ en cargos (oyè)[1], el cuchillo
afrocubano no tiene credenciales ancestrales pues no es más que una nueva ofrenda de gran porte, con
un nuevo ìta y la consagración del ‘caracol de Ògún’ (el que cual no existe en África).
Como muchos ritos emergentes o puntuales, el ọ̀bẹ, pasó a ser casi obligatorio (siendo con Babalúayé,
los procederes más habituales en la santería, a parte del santo mismo y Olókun).
Hoy no sólo deben consagrarlo aquellos con Ògúndá tòun ti Òdí u Ògúndá tòun ti Ògúndá en sus ìta, sino
todos aquellos que hayan llegado a un número determinado de ahijados o todos aquellos que deseen
oficiar de orí-àtẹ (a los cuales les han ido sumando desde Ifá otras obligaciones, como Orò, Ọ̀sányìn, la
‘ceremonia de Ìrẹ̀tẹ̀gúntán’ y otros ‘poderes’ indescriptibles e inútiles).
Hay ramas como las del Trapito en que los nuevos olóòòşà no podían asentar a nadie, sin antes pasar por
este dispendioso rito.
Lo mismo sucedía con la prole de Adela Alonso Odù-ọlá, que no sólo introdujo el cuchillo en Matanzas,
sino que impuso su recepción para asentar, lo que provocó, a juicio de algunos, la pérdida del ẹbọ ọdún.
Su entrega en secreto a Cheo Shangó, trajo conflictos con Felipa Calderón, para entonces la ìyálóòòşà
mayor de Matanzas.
Hasta el sol de hoy, hay linajes matanceros que deploran este proceder que no sólo recarga la mano con
los animales (pues comen todos los que son y los que no son), sino que se deben hacer regalos a los
presentes (lo cual puede ser reflejo de la etiqueta y el protocolo yorùbá, pero al mismo tiempo es
ejemplo de la habilidad de nuestros ancestros para granjearse favores por medio de la religión[2]).
Eso no se puede decir del Pánádù, que tiene algunos ọfọ̀ àşẹ alegóricos.
De la simple ceremonia que se describe en el ìtàn de Ifá, se pasó a una intrincada consagración con
pasos demasiado elaborados y reglas, cuyo origen no está claro.
Llamativo es que Ọ̀sá méjì no figure entre los odù indispensables para el mismo.
Otro detalle notorio es que tanto en una leyenda, como en la otra se mencionen los ihò, donde se
depositan las ofrendas comestibles de las àjẹ́, lo cual refuerza la idea que el Pánádù sólo sirve para
atenuar la acción de Ìyàami (no por gusto, el ẹsẹfá y el ìtàn sean de Ọ̀sá méjì, el odù que las acompañó
en su llegada a la tierra).
Aunque siguiendo la línea narrativa del mito la mayoría de las acciones rituales se desarrollen entre
Ògún àti Ọbàtálá.
La función original del Àdá Òòşà (una vez más invitamos a ver foto), también nos sugiere algo semejante.
La mención del Ẹgbẹ́ Balógun debe ser más bien un detalle cultural, para enriquecer la narrativa.
Notas al pie:
[1] Como el Deka del Candomblé, en el cual luego de un aparatoso proceso en que se vuelve a raspar al
iniciado, se le entregan los implementos de la misma: ọ̀bẹ, owó mẹ́rìndínlógún, etc.
[2] Ej. obligación de tocarle a la madrina/ al padrino antes de su òrìşà, hacerle sacrificios forzosos a sus
deidades en determinadas circunstancias o controlar el derecho del primer santo, la cesta del primer
cumpleaños, quedarse con ciertos implementos que antaño se pedían dobles y otros
Ejemplos así, demuestran la necesidad 1) de conocer la historia de nuestra tradición; 2) los antecedentes
de la misma. La reescritura de la historia de la práctica afrocubana que habrá empezado hará unos 20
años, es cada vez más acelerada y atroz.
La negación del pasado por medio de hechos notoriamente falsos, atenta no sólo contra la memoria de
quienes la practicaron y preservaron, sino contra el desarrollo armónico de la ritualidad y sus principios
teológicos.
Y no son los tradicionalistas, el peligro mayor como muchos quieren presentar (pues es justamente el
tradicionalismo que, involuntariamente, nos recuerda o confirma nuestros antecedentes más
auténticos), sino las personas se han dado, por ignorancia de los puntos antes mencionado, a reinventar
la Regla de Òòşà y el Ifá antillano, con injertos cada vez más fantasiosos y vacuos en materia espiritual.
Cada día aparecen nuevos y nuevos ritos, sin los cuales – afirman – no es válida tal o más cual
consagración. Cada día hay más ‘òrìşà’ y ‘poderes’, de los cuales nadie antes había escuchado, pero por
obra y gracia del ‘Espíritu Santo’, emergen en libretas o misteriosas casas de campo.
Cada día, los olórìşà pierden más terreno en ceremoniales y consagraciones que por derecho propio les
competían y ahora, al decir de algún tratado ‘ajustado’ de Ifá, son potestad de los babaláwo, cuya
función originaria era sólo la adivinación y los procederes que de ella emanaban.
Nos lo confirman nuestros awo primeros – la gran mayoría sin consagraciones de òòşà y con mínima
interferencia en ese universo[3].
Nos lo confirman los adivinos de la actual Nigeria que siguiendo esa misma línea, operan con Ifá y en
casos específicos, de acuerdo a sus ritos y consagraciones personales, operan como sacerdotes de otras
deidades, pero sin reclamar una titularidad que sólo tendrán los ‘dueños del culto’ (olóòòşà).
A los dos puntos previos, me atrevería a sumar un tercero, que ayudaría a la mejor comprensión y
rescate de una práctica más legítima y auténtica: la lengua.
Sin ella, no podríamos entender el verso que encabeza la leyenda y todas las invocaciones que ésta
contiene.
Sin ella no podemos comprender de lo errados que están los iniciados cuando afirman cosas que los
orin, oríkì, àdúrà (cantos, loas, rezos) – no alterados, aunque sí desgastados – niegan explícitamente,
pero sin que nadie lo pueda reconocer.
Los olórìşà dejaron de ser ọlọ́bàtálá, ọlọ́şun, ọlọ́ya, aláganjú, oníyemọja, Yewa o Şàngó, para volverse
‘hijos’ (‘ọmọ’ que según algunos compete a los varones, lo cual es sencillamente incorrecto).
Tampoco son ‘príncipes’ los ‘oní’ de ninguna clase, que apenas significa ‘el que tiene’ (ante a, e, o, la ‘n’
se transforma en ‘l’ y forma alá, elé, oló).
Dejaron de guiarse por la sapiencia ancestral, contenida en leyendas y costumbres, para orientarse por
intuiciones, inspiraciones espirituales (las cuales, por muy acertadas que estén, responden a dos
criterios: se habla a partir de lo que ‘caballo’ – médium – sabe o a partir de su ignorancia, en cuyo caso,
viene a ser, muchas veces, un ejercicio de notoria fantasía, casi siempre sazonado por el exceso y la falta
de sentido común).
Oír a una ìyálóòòşà declarar con peligrosa inocencia, que “da Olókun como se lo orienta el muerto”,
incapaz de sentarse en una estera (sí, en una estera, porque la adivinación yorùbá, sólo procede en ese
espacio, no en una mesa) para confirmar con las deidades de forma inequívoca lo que habrá de requerir
una consagración dada, es más que triste, preocupante, porque si algo no está garantizada (por su
casuismo y exclusividad) es la capacidad espiritual.
Tampoco, basado única y exclusivamente, el éxtasis que si bien es una fuente válida de información,
muchas veces está más condicionado por la sugestión que la presencia real de òòşà.
Ejemplos de òrìşà ‘desinformados’, que gùn (montan, se suben – único verbo aceptable en este caso,
porque el òrìşà no ‘baja’, el ọ̀run de los yorùbá está en el subsuelo y el òrìşà sube por el…) a los iniciados
y dan datos notoriamente falsos.
Una persona impresionable, puede caer en trance con mayor facilidad y experimentar estados de
alteración de consciencia genuinos, pero no por ello fruto de una posesión de òòşà.
Los neófitos son bautizados con caprichosos ‘nombres’, que no responden a los más básicos y
elementales principios de la onomástica yorùbá.
Llamarse ‘Baba ẹfun orí’, ‘Ayaba Ikú’ o ‘Ọmọ Inlẹ̀ Adé’, no recuerda ni remotamente a Ẹfunmúyìíwá,
Ọyágádé u Omíkúnlé, orúkọ òòşà, conocidos y utilizados por importantes sacerdotes del pasado
afrocubano.
A un yorùbá le sonará, cuando menos raro, ser el ‘manto de Ọbàtálá’, el ‘abanico o la hierba de Ọ̀şun’,
una ‘flecha que pincha’ (si algo pincha es los sentidos de quien realmente domina el arte de sọ orúkọ).
Aumentó exponencialmente la cantidad de odù que sugería hacer Ifá o desarrollarse como orí-àtẹ.
En el último caso de Ọ̀wọ́nrín tòun ti Ìròsùn (11-4), se ha extendido la lista que cada vez crece más,
afirmando que ‘fulano tiene camino de ọba’ – título inadecuado – por el simple hecho de ser
homosexual o no tener los consabidos tres méjì (algo cada vez más olvidado) para pasar a Ifá.
Muchas personas que hoy ofician, tanto en uno, como en otro campo, no tenían ni ‘camino de ọba’, ni
‘camino de Ifá’, porque sencillamente, lo primero que carecen son de las condiciones humanas e
intelectuales (y con ellas la bendición y la confirmación de òòşà que, en ciertos casos, puede haber
marcado una tendencia, pero no impone una salida, menos cuando a ojos vista, no hay forma de
concretizarla).
El àşẹ es más que un ‘poder misterioso, venido del Cielo’ que reciben los humanos para operar.
El àşẹ es una CAPACIDAD, que incluye, en el terreno que sea, una predisposición innata (talento,
cualidades) y supone un necesario desarrollo (que se da por estudio, aprendizaje y práctica, siempre con
fuentes confiables a la mano – algo, realmente, crítico en la práctica criolla, cuyos exponentes, cada vez
confían más en la web o en mayores desinformados por dudosa literatura y una práctica empobrecida).
Un individuo que no sepa cantar, no tenga habilidades para las lenguas, que no disponga de un amplio
espectro cultural y una notable inteligencia emocional, para dominar la vida y sus aspectos, difícilmente,
esté llamado a ejercer cualquier tipo de sacerdocio, tenga los odù que tenga (menos cuando no se ve
siquiera insinuado el potencial).
Muchos dirán ¡pero los esclavos…! (y vendrá la eterna cantaleta de los ‘400 años de òòşà’, los santos en
el barracón y la típica demagogia patriotera, que afirma defender el legado, negándolo con hechos
concretos).
La Regla de Òòşà, no tiene más que 150 años y en el estado que llegó a los 90, tendrían unas siete
décadas de vida (pues fue a finales de los 20, que se consolidó el repertorio que fue ajustándose en los
años siguientes, ej.: se agregó Ọya àti Aganjú, en la ‘ensalada’ de los ‘oló’ y los oníşàngó
respectivamente, luego se sumó Aganjú a Ọ̀şun[4]).
Los ‘yorùbá’, empezaron a entrar en la isla, a finales del s. XVIII, cuando eran franca minoría. Sólo tras
1830, con la caída de Ọ̀yọ́, su número se multiplicó y de exportadores de esclavos (entre ellos los
ẹ̀gbádò), se volvieron esclavos exportados.
Por mera cronología, no podría existir algo siquiera parecido a la Regla de Òòşà de hoy:
1) no había ‘yorùbá’; 2) no tenían tiempo (no levantándose a las 5 am para irse a descansar cerca de las
10 de la noche, con apenas algunas horas del domingo libre).
Por otro lado, está es una religión netamente urbana, de gente libre (aunque estaban los famosos ará
oko – gente de campo – que conservaron sus muchas y legítimas prácticas hasta la década del 50-60)
que tenía tiempo y economías, para realizar los complejos ritos que se definieron como norma
(eliminando todo lo demás, inclusive el de Oòduà, que no fue ‘suficiente’, en la nueva tendencia ritual,
como un proceder propio e independiente).
Personas que, a pesar de desarrollarse en ambientes francamente hostiles (de ahí el tono marginal,
fatalista de la mayoría de las prescripciones, hoy cada vez más vigente), de no responder a los criterios
de instrucción del momento, eran amplios conocedores de su universo de origen, cuya cultura, tanto
filosófica, como espiritual eran muy ricos.
Nadie parece entender que la santería, fue ‘moderna’ a finales del XIX y principios del XX (¿de dónde
salen, si no, los chales, las telas, los códigos de vestimenta, las porcelanas y otros requerimientos? si no
de estar a tono con la etiqueta del momento).
Pero hoy se desfasó y sólo se reconecta con los tiempos, al ceder en el campo de la ética y relajar las
costumbres.
Madrinas y padrinos demagógicos que afirman con vehemencia no pactar con estas nuevas tendencias
sobran, pero la práctica, demuestra con abundancia de ejemplos, que estas son apenas declaraciones y
que en la realidad objetiva cada día, dejan hundir un poco más el culto…
Reiteramos: el conocimiento de nuestra historia (1), de su antecedente africano (2) y del idioma yorùbá
(3) (con un poco, quizás, de religión comparada, aunque con el mismo sentido crítico), son los elementos
más indispensables de un indispensable, valga la redundancia, rescate de tradiciones o su defensa.
Es mi convicción que al venir de una misma matriz, retornando a nuestras prácticas primigenias,
estaremos retornando a África, sin salir un minuto de aquí, ya que África ‘vino a nosotros’ hace siglo y
medio; con ello, además, lograremos un lenguaje común con el ‘tradicionalismo’[5], hoy visto como el
gran villano, por todos aquellos que temen al rescate.
¿Quién teme al rescate? ¿Quién teme a que afloren las esencias auténticas, verificables, en detrimento
de la superchería que actualmente gana cada vez más terreno?
Uno, los inocentes, crédulos, que copian de tratados, sin verificar datos, ni tener constancia de que lo
que afirman sea cierto. Los que necesitan las ‘magias y brujerías aparatosas’, que se imponen a la
velocidad de la luz, para poblar su pobre universo espiritual.
Pero, sobre todo, los que han hecho, de la santería/Ifá un modus vivendi, con abultados honorarios, que
no se corresponden con el ejercicio intelectual y espiritual que se realiza (aunque sí, hay que
reconocerlo, con el esfuerzo y la labor que todos estos ceremoniales, sobre-ritualizados, conllevan).
Matar la gallina de oro, eliminando la infinita secuencia de consagraciones (pré y post-òòşà/Ifá), retonar
a una práctica más ortodoxa y por ello comedida (y a su vez comedida y por ello ortodoxa), obviamente
no es del interés de los cuales, en una mezcla rara de convicción y mala fe, insisten en mantenerse en las
turbias aguas del desconocimiento.
Notas al pie:
[3] Hay quien afirma que el Ifá afrocubano es el Ifá de Ìjẹ̀bú, en cuyo territorio la mujer tenía proscrita la
participación en ese culto y los hombres, a su vez, no se iniciaban en el misterio de los òrìşà, lo cual es
congruente con la práctica de los primeros años de la fe afrocubana, que el babaláwo sólo tenía
deidades heredadas o lavadas.
[5] Obvio, que buscar el lenguaje común con el tradicionalismo no es un propósito en sí, es apenas un
beneficio colateral que ayuda a la mayor armonía entre las comunidades de òrìşà que a su vez ayuda a
un protocolo más uniforme y universal, gracias al cual, los olóòşà podrían desarrollarse sin dificultad en
cualquier comunidad; la idea final es retornar a esa esencia/ sabiduría ancestral que generó
instrumentos espirituales tan únicos, como profundos y misteriosos; es innegable que a pesar de las
adaptaciones y ajustes, algunos muy atinados, otros no tanto, y el brillo de gran número de sacerdotes
de la diáspora, el saber sobre cuya base trabajaron y cuyo origen y modo de operar sigue siendo un
misterio, no fue superado; y ese saber nació en África.
MÈRÌNDÍNLOGÚN
Éjì Ogbè
Oriiki :
La manera de igualdad es levantar ganancia con firmeza decorada en movimiento lento, la falta de
serenidad se detiene al envejecer. Él es viejo en veinte. Fue la adivinación para Òbálofún (Òbátàlá) y
Òrúnmìlà cuando disputaban cuál de los dos era mayor.
Itan :
Òrúnmìlá últimamente estaba siendo superior, Òrìsà (Òbátàlá) fue, dijo que él era su mayor. Òrìsà dijo,
Òrúnmìlá tu eres un niño pequeño. Òrìsànlá (Òbátàlá) se quitó el gorro de su cabeza, y mostró su cabeza
blanca como las plumas de la garza, sin nada de negro. Su cabeza sin afeitar era totalmente blanca,
Òrìsànlá era el más anciano. Òrìsà dijo que su cabeza era más vieja en edad. Òrúnmìlá le rindió pleitesía
a Òrìsànlá (Òbátàlá) postrándose de rodillas en el suelo. Òrúnmìlá dijo que el más anciano era Òrìsà. Que
Òrìsà estaba en el mundo antes que él.
Fue Òbátàlá quien trajo al mundo los sistema de adivinación : mèrìndínlogún y obi.
Todo tiene su origen y las escrituras de Ifá tiene muy bien documentado y explicado de qué forma
Olódùmarè padre creador del universo y fuente inagotable de sabiduría dicto las directrices para cumplir
su deseo de poblar a “Ilé Aye que significa la Casa de Aye” con seres humanos y de qué manera se
multiplicaron según transcurría el tiempo, cabe destacar que para la creencia Yoruba el Incesto es un
tabú muy importante ya que a diferencia de otras religiones y cultura diferimos en la forma de que se
multiplicaron los seres humanos sobre el planeta, la exposición que realizo no es la única pero si está
respaldada por los versos de los distintos Odù donde se protagonizó tales sucesos y fue Òrúnmilà el
arquitecto que organizo esta información para el entendimiento de los seres humanos. Para entender
paso a paso este proceso empecemos por quien es Akamara y como llega Olódùmarè a la tierra para
después ordenar la creación de los seres humanos.
“Akamara” :
No tiene agua.
Akamara.
El sistema solar, especialmente el planeta tierra fue entregado a un Irúnmolè superior femenino llamado
Aye (debe ser indicado o mencionado que Aye no hace parte de los 401 Irúnmolè que usualmente viajan
del cielo a la tierra y que vuelven al cielo) el planeta tierra es el “Ilé Aye que significa la Casa de Aye” y no
“Aye” como erróneamente muchas personas se refieren a la tierra.
Para poder servir al sistema solar, Akamara creo 801 Irúnmolè. La tarea primordial de estos Irúnmolè era
ver el desarrollo, la paz, la armonía, el progreso y sustentación del sistema solar.
Aye estaba sola en el planeta tierra. Esta fue la razón por la cual Aye busco los servicios de uno de los
801 Irúnmolè conocido como “Forankun Kan soso owu” quien después se conoció como Òrúnmilà, para
que viniera y realizara una consulta de Ifá para ella. En este tiempo, no existían aún los Ikín, el Opele, ni
el Iyèròsùn. Es decir, no existía un animal, ni planta alguna en el planeta. Cuando Fonrankun Kan soso
Owu llego, le dijo a Aye que pusiera sus palmas en la tierra. Haciendo esto, el Odù Òyekú Logbe apareció
en el piso. En este Odù, Ifá dice :
Forankun Kan soso owu -El awo de Aye, fue quien consulto Ifá para Aye-
Forankun Kan soso owu (Òrúnmilà) le dijo a Aye que ella había solicitado la consulta de Ifá porque ella se
sentía sola, sin compañía en su casa. A ella se le dijo que otro ser quien sería más grande, superior a ella,
incluso más grande y superior que los 801 Irúnmolè quienes están encargados en proteger al sistema
solar y en general al planeta tierra, pronto aparecerá. Ella fue aconsejada de ofrecer ebo, ella cumplió. El
contenido de los materiales de este ebo no será mencionado en esta oportunidad.
El aspecto importante de este ebo que se ofreció, fue que al día 303, un ser, un ser todo poderoso
emergió del pote donde se pusieron los materiales del ebo. El pote produjo un arco iris en el día 303. El
poder, la gloria, la fuerza, la influencia y la autoridad de este ser todo poderoso era totalmente
abrumadora. Tanto Aye como Forankun Kan soso owu inclinaron sus cabezas en señal de súplica a este
ser.
¿ Cuál sería el nombre con el cual se llamaría a este ser todo poderoso ? El nombre fue “Olodu-Ikoko ti
ntan osumare” que significa “el dueño del pote que originó la luz del arco iris” este nombre luego se
abrevio a Olódùmarè, el todo poderoso.
Tan rápido como Olódùmarè apareció en la escena, una consulta a Ifá se produjo. Así como Aye lo hizo;
Olódùmarè puso sus palmas en la tierra y el Odù Idi Aisun (Odi Ìrosùn) fue revelado. En este Odù.
Forankun kan soso owu explico que en todo el sistema solar, ningún ser mandara con tanto poder,
fuerza, energía, autoridad e influencia como Olódùmarè. Forankun kan soso owu también dijo que
Olódùmarè no tendría sus propios hijos, no podría dormir ni siquiera por un momento. En este Odù, Ifá
dice :
Olosun Idi es para niños. Idin Aisun no es para niños. Idin Aisun es un Odu delicado
Esta fue la declaración de Ifá para Olódùmarè Agotun. Quien extendió el manto del honor sobre el mar.
En el comienzo del tiempo. Él fue aconsejado a ofrecer ebo. El cielo llora. Los seres humanos se
confunden con la lluvia.
Este Odù deja claro que Olódùmarè no puede dormir y no puede engendrar sus propios hijos. En lugar
que Olódùmarè engendre un hijo, el normalmente derrama lágrimas de lluvia que hacen posible que
todos los seres en la tierra engendren sus hijos y se multipliquen.
Olódùmarè ordeno a los 801 presentarse ante él. El los dividió en tres grupos. 200 Irúnmolè estarán
permanentemente a su mano derecha; 200 estarán permanentemente a su mano izquierda; y los
restantes 401 Irúnmolè viajaran ida y vuelta del cielo a la tierra.
Ellos también consultaron Ifá por los 200 Irúnmolè al lado izquierdo de Olódùmarè.
E igualmente preguntaron por Osun, mi Madre aquella que carga el título de Otooro en la tierra de Efon.
La descendencia de la lluvia, quien se hace cargo de todas las actividades en la tierra Ido. Cuando venían
de Ikole-Orun a Ikole Aye.
Tan rápido como esto se hizo, la tarea de poblar al planeta tierra comenzó. Para esta misión hubo tres
intentos de bajar a la tierra y comenzar la tarea que estaba por realizarse el primer Irúnmolè fue Ogún, el
cual lo intento y fallo, luego ordenaron esta misión a Obàtálá y también fallo y en el tercer lugar
mandaron a Òrúnmilà el cual tuvo éxito ya que fue el único que consulto Ifá antes de bajar del cielo a la
tierra para esta misión. Òrúnmilà fue a consultar Ifá en la casa de un grupo de awo llamado Agba dudu
Orimo. Durante la consulta el Odù Èjì Ogbè fue revelado. En este Odù, Ifá dice :
Agba Dudu Orimo. Ellos adivinaron Ifá para Orunmila. Cuando venía hacer el planeta habitable. En el
principio. Al comienzo del tiempo. Él fue aconsejado de ofrecer ebo. El cumplió.
El grupo de Awo le dijo a Òrúnmilà todo lo que él tenía que traer con él, de manera que el triunfara en su
misión. Cuando el planeta está listo y ya tenía agua, plantas, animales, etc. Olódùmarè mando a unos
seres llamados Èniyàn para que vivieran con Aye permanentemente. Estos seres por mucho tiempo
vivieron en el planeta en plena armonía con Aye, pero después de un tiempo ellos comenzaron a destruir
el plantea y a otros planetas. Ellos se corrompieron por el inmenso poder esotérico y espiritual que
poseían. Olódùmarè se puso muy bravo y después de darles muchas oportunidades para que cambiaran
su carácter y forma de actuar, oportunidades que por cierto ignoraron, Olódùmarè finalmente decidió
removerlos, eliminarlos del todo. Así fue como Olódùmarè ordeno a las aguas que estaban bajo la tierra
emerger e inundar todo de forma que los Èniyàn se ahogaran. Estos 6 posos u hoyos donde estaba el
agua luego se convirtieron en los 6 océanos del mundo. Todas las aguas junto con Olókun y Olosa
formaron más de las tres cuartas partes de la superficie de la tierra. Muchos de los Èniyàn trataron de
correr y salvarse. Algunos se subieron a las más altas montañas del mundo, otros se escondieron en
cuevas, y otros se ocultaron en huecos en los árboles. Algunos de estos Èniyàn se salvaron. En otras
palabras, no todos murieron. Algunos de estos Èniyàn viven con nosotros en estos momentos.
El mundo estaba todo cubierto de agua y Olódùmarè decidió reconstruirlo. Olódùmarè decidió enviar a
Obàtálá una vez más para que hiciera el planeta habitable, Obàtálá acepto la tarea pero fallo una vez
más en lograr su objetivo. Olódùmarè entonces ordeno a un Irúnmolè llamado Olofin-Otete, también
conocido como Oduduwa a que hiciera al plantea habitable. Antes de comenzar con su trabajo, Olofin-
Otete decidió consultar Ifá con Òrúnmilà antes de bajar al planeta. El Odù revelado fue Okanran Ajagbule
(Òkànràn Ọwọnrín). En este Odù, Ifá dice :
Òkànràn Ajagbule. El dueño de la tierra tiene siempre derechos sobre la tierra. Un extraño ahora sabe
cómo caminar sobre la tierra. Esta fue la declaración de Ifá para Oodua (Oduduwa). Cuando venía a la
tierra que estaba cubierta con agua. Se le aconsejo ofrecer ebo. El cumplió.
El cumplió con el ebo y siguió todas las instrucciones dadas por Òrúnmilà. Oduduwa reconstruyo el
mundo, el uso la cesta de arena que uso Akamara para crear el universo, el la esparció sobre las aguas y
las partes donde él lo hizo pronto se convirtieron en tierra sólidas. El bajo los niveles del agua e hizo que
crecieran las plantas.
Cuando era el momento de crear al primer ser humano, Olódùmarè lo hizo por si solo. El primer ser
Humano que fue creado por Olódùmarè tenía el nombre de Ninibinini o Eni-bi-eni, significando :
El nombre luego fue ajustado a Ninibinini. En otras palabras, el primer ser humano que fue creado era
una mujer y no un hombre como algunas otras escrituras lo han indicado. Olódùmarè personalmente
creo esta mujer. Olódùmarè personalmente trajo a esta mujer a la tierra, la paso a través de Odo Aro y
Odo Eje (los ríos de tinte y sangre). El luego entrego a esta mujer a Oduduwa, como su esposa y le fue
asignada la tarea de poblar la tierra. A su llegada ella tenía entre 14 y 15 años de edad y estaba lista para
procrear. Entre Oduduwa y Ninibinini, dio a luz en ocho ocasiones y todos los niños sobrevivieron.
Fueron 8 pares de gemelos, para un total de 16 hijos. Es así como la creación en la tierra cambio a
procreación. No existe la claridad sobre cuántos de estos 16 hijos eran hombres o mujeres, lo importante
aquí es que se debe mencionar es que estos 16 hijos no tienen nada que ver con los primeros 16 Odù de
Ifá son diferentes.
Un trapo no se rasga con facilidad. Una hoja fresca de banana no se rompe como la tela. Esta fue la
declaración de Ifá para Olódùmarè. El día que estaba. transportando a Ninibinini a este mundo. Él fue
aconsejado de ofrecer ebo. El cumplió.
Más adelante, no muy lejos. Únanse a nosotros en medio de la felicidad. Vengan y perciban todo el iré
de la vida. Si solo queda un día o dos. Para que el mundo de Olufe se dañe. Omoniyorogbo arreglara el
mundo de Olufe. Arregla el mundo. Omoniyorogbo por favor arregla el mundo. Para que el mundo no se
dañe. Omoniyorogbo por favor arregla el mundo.
El tiempo pasa, y estos niños comenzaron a crecer y madurar, y así comenzaron a verse de forma sexual
entre ellos, ya que comenzaron a entrar en la pubertad. Un Irúnmolè llamado Omoniyorogbo noto esto y
se lo informo a Olódùmarè lo que estaba pasando y así evitar el incesto (porque el incesto es tabú en
Ifá), él le dijo a Olódùmarè que si esto sucedía, la raza humana estaría destruida, porque los niños de
tales relaciones sexuales, tendrían una alta probabilidad de desarrollar problemas de salud,
deformidades, incapacidades, y otros problemas tales como físicos, mentales y biológicos, él también le
dijo a Olódùmarè que esto crearía una gran competencia sexual y rivalidad entre los hijos de los mismos
padres y solamente habría caos.
Esto fue lo que llevo Olódùmarè a ordenar a Èsù Òdàrà, Ogún, Obàtálá y a Òrúnmilà crear 2000 seres
humanos para que así se unieran con los hijos de Oduduwa. Èsù Òdàrà fue el encargado de proveer la
arena (barro, arcilla) la que obtuvo de la cesta que Akamara uso para crear el universo, la cual también
uso Oduduwa para crear tierras sólidas que flotaran sobre las aguas, Ogún fue el encargado de crear y
oxidar los huesos de los hombres y mujeres. Por esta razón es que los hombres son conocidos como
Okunrin (hierro fuerte) y las mujeres como Obìnrin (hierro suave). Obàtálá estaba encargado de moldear
los cuerpos de los hombres y mujeres y Òrúnmilà estaba encargado de consultar Ifá durante todo este
proceso y de supervisar.
No hay grietas en la casa. Tampoco hay grietas en la pared. Como nuestras discusiones secretas se
convirtieron de dominio publico. Este fue el mensaje de Ifá para Òrúnmilà. Cuando él, Orisa nlá, Ogún y
Èsù estaban creando a los seres humanos en el principio del tiempo. Él fue aconsejado de ofrecer ebo. El
cumplió
Los primeros seres humanos creados con la arena por estos Irúnmolè fueron de color negro. Estos
Irúnmolè crearon 2000 seres humanos usando arena. El tiempo paso, y Olódùmarè decidió que estos 16
y 2000 seres humanos no eran suficientes para cubrir todo el planeta. Así que ordeno a Èsù, Ogún,
Obàtálá y Òrúnmilà crear más seres humanos. Ellos lograron esta tarea, pero esta vez ellos decidieron no
usar la arena sino partes de animales, plantas, árboles, pájaros, etc, para crear 2000 seres humanos más.
Más tarde ellos crearon otros grupos que fueron de color amarillo y rojos.
Sobre esto una estrofa de Ifá dice en el Odù Eji-Ogbe :
Igba nlá es el nombre por la cual es llamado el cielo. Ayanmo es el nombre de la madre tierra. Olonimoro
es el nombre por el cual es llamado Orisa nlá. El periodo en que Orisa nlá creo 2000 seres humanos (de
arcilla). En este mismo periodo. Fue el tiempo en que creo otros 2000 seres humanos (de madera).
Después de que este proceso termino, uno de los miembros del grupo de Obàtálá de nombre Oluorogbo
y con la ayuda de otros miembros del mismo equipo, decidieron crear más seres humanos de forma
secreta. Fueron ellos los que crearon el grupo de seres humanos de color blanco.
También es importante mencionar que durante todo este proceso de creación de los seres humanos
negros, amarillos, rojos y blancos otro miembro del grupo de Obàtálá de nombre Edun Beleje (el mono)
era muy curioso y travieso, le gustaba tocar todo, es por esto que él fue el responsable en causar las
deformaciones de cualquier tipo en los seres humanos. Muchos reprochan y culpan a Obàtálá por esto,
pero realmente no fue su culpa, fue Edun Beleje quien hizo estas deformaciones. La culpa fue dada a
Obàtálá porque como todos sabemos, si un miembro de un grupo hace algo malo, el líder de ese grupo
siempre será el responsable por lo que dicho miembro de su grupo haga.
Oduduwa estuvo eternamente agradecido con Omoniyorogbo por asegurarse de que el mundo que
Oduduwa había fundado no fuera destruido por el tabú.
Los primeros 16 hijos de Oduduwa fueron conocidos como Omo Olu Iwá, que significa los hijos de Olu
Iwá. Ellos también son conocidos como Omo Oduduwa, que significa los hijos de Oduduwa. Esto es
debido a que Oduduwa es Olu Iwá, el dueño del carácter humano o dueños del destino humano.
La conducta de estos 16 hijos era de buen carácter y se unieron a estos 4000 para la procreación y
multiplicación de los seres humanos llamados Omo Eniyan.
Ifá explica que los 4000 seres humanos creados por Obàtálá, eran diferentes a los 16 hijos de Oduduwa y
Ninibinini ya que son considerados mitad humano y mitad Irúnmolè, ellos eran superiores. Los rasgos de
los Irúnmolè fueron transferidos después a todos los seres humanos a través del proceso de la creación.
Esta transferencia fue posible gracias a Obàtálá, cuando la creación humana fue reemplazada por la
procreación. En Ogbè funfun (Ogbè Òfún) Ifá dice :
Aquello que es brillantemente blanco. Aquello que se expande. Aquello que brilla como blanco. Estas
fueron las declaraciones de Ifá para Oosanla Òsèèrèmàgbò. Aquel que asiste a las esposas de otras
personas para que salgan embarazadas. Y también asiste a las esposas de otras personas para produzcan
y den luz sin problemas. Fue aconsejado ofrecer ebo. Obalufon, por favor ayúdame a hacerle el amor a
mi esposa. Para que ella salga embarazada
Cuando Obàtálá y los demás estaban moldeando el segundo grupo de 2000 Omo Eniyan, Olódùmarè
instruyo que tan pronto como la tarea fuese completada, el proceso de crear humanos debería ser
cambiado a un proceso de procreación como era el caso de Oduduwa y Ninibinini. Esto fue para facilitar
la producción de seres humanos sin necesidad de ir a un proceso de creación cada vez que se necesitara
crear nuevos seres humanos. También haría posible para los 4000 nuevos Omo Eniyan, cohabitar con los
16 hijos biológicos de Oduduwa.
Fue por estas dos razones que Obàtálá preparo estas dos sustancias liquidas de color blanquecino; una
para los hombres y la otra para las mujeres. La sustancia masculina fue en forma de esperma y la
femenina fue en forma de óvulos. Las dos estaban supuestas a mezclarse durante el acto sexual. La
resultante de la mezcla entre estas dos sustancia, le seria dado entonces el Ase de Obàtálá, y esto se
transformaría en un embarazo y el embarazo llevaría el nacimiento de un bebe, así fue como los rasgos
de los Irúnmolè que los hijos de Oduduwa y Ninibinini poseían, también estuvieron disponibles a todos
los seres humanos nacidos a través de la Procreación.
Es importante también indicar que durante esta etapa toda la tierra estaba unida en un solo bloque. En
otras palabras, era una sola, Panguea, todos los seres humanos vivían juntos durante este periodo. Pero
cuando la tierra comenzó a separarse y romperse, los grupos también se separaron.
ORÍKÌ AYELALA
Igbo, igbo, igbo, Yeye, Yeye, Yeye, Ore Yeye, Ore Yeye, Ore Yeye
Traducción :
Alabe, alabe, alabe, Madre, Madre, Madre, la misma Madre, la misma Madre, la misma Madre
Traducción :
Saludo a la jefa de las Madres, Reina poderosa e imponente. Ella es quien se dá los baños en ginebra
como los hombres extranjeros
Traducción :
Ella es quien ejecuta la venganza cuando el que hace la maldad se ha olvidado. Ella nunca puede ser
culpable cuando entra en acción. Asé.
ORÍKÌ ORÍ
Traducción :
Ahora que acabo de levantarme, presento mis respetos al reino de los antepasados.
Ire gbogbo maa’ wa’ba’ me, Orí mi da’mi da’iye. Ngò kú mó. Ire gbogbo ni t’èmí.Imole ni ti Àmakìsì. Ase.
Traducción :
Permita a todas las cosas buenas venir a mí. El Espíritu Interno me da vida. Nunca me moriré. Permita a
todas las cosas buenas venir a mí. Los espíritus de luz pertenecen a Àmakìsì. Asé.
ORÍKÌ ORÍ
Orí, pèlé, Atèté níran Atètè gbe ni kòòsà. Kò sóòsà tíí dá ‘níí gbè léyìn orí eni.
Traducción :
Ori, yo lo alabo. Quien siempre se bendecirá rápidamente a sí mismo. Usted es quien bendice a una
persona antes que cualquier divinidad. Ninguna divinidad bendice a una persona sin el permiso de su
cabeza.
Orí pèlé, Orí àbíyè, eni orí bá gbeboo rè, kó yosèsè. Ase.
Traducción :
Ori, nosotros le saludamos, cabeza destinada a vivir, persona cuyo Ori escoge aceptar el sacrificio,
permítale regocijarse. Asé.
ORÍKÌ ORÍ
Òtún awo Ègbá Òsì awo Ìbarà bí a kò bá fi òtún kí a fi òs ì we òsì ara kì í mó.
Traducción :
En la mano derecha el adivino de Egba, en la mano izquierda el adivino de Ibara, no podemos fracasar
hay que limpiar correctamente el lado derecho con la mano derecha y el lado izquierdo con la mano
izquierda.
Dífá fún Awun tó nlo rè é we orí olà l’ódò Àwè l’ówó, àwè ní ire gbogbo. Ase.
Traducción :
En el lanzamiento de Ifá para Awun en el día en que él iba a limpiar su cabeza para tener abundancia.
Puede que la limpieza traiga riqueza y buena fortuna. Asé.
LA INICIACIÓN EN IFÁ
Cuando el sacerdote maestro considera que el alumno ya ha superado las distintas etapas de Ifa
mencionadas anteriormente, el autoriza al alumno su iniciación. De las numerosas etapas en la
ceremonia de iniciación las cuatro principales son las siguientes.La primera etapa es la ceremonia de la
marca que es conocida como sísí òpèlèjá (ceremonia que marca el dominio del odu usando la cadena de
adivinación). Esta es una ceremonia muy importante en donde se ofrecen sacrificios y a Orunmila y una
fiesta para todos los sacerdotes de Ifa de la comunidad correspondiente. La ceremonia que dura un dia
implica el uso de la siguiente comida tanto para el sacrificio como para la fiesta :
èko (gachas de maiz solido), abo adìe (gallina), eku (rata), eja (pescado), iyán (pure de ñame), okàa
(comida sólida hecha con harina de ñame), y oti (bebidas).
La segunda etapa de los rituales de iniciación implica la propiciación de Esù. Esta ceremonia se llama
gígún Esù (la parafernalia de Esu para los futuros sacerdotes). Durante esta ceremonia la figura de Esù y
la parafernalia de Esù son presentadas a los futuros sacerdotes. Los sacrificios también se dedican
también a Esù y Orunmila.
La tercera etapa es conocida como fífojú kan odu (iniciación en los secretos de odu).
Durante esta ceremonia los futuros sacerdotes homenajean a algunos sacerdotes de Ifa presentes y
ausentes y después al sagrado recipiente de Odu (Igba Iwa), la esposa mística de Ifa. El contenido real de
este recipiente no se revela, la información acerca de esto se considera como el secreto mayor del culto
de Ifa.Hay mucho toque de tambor, bailes y cantos a intervalos apropiados durante la ceremonia de
iniciación de Odu. Dos de los ese Ifa que generalmente se cantan durante la ceremonia son mostrados a
continuación :
Modé ò f’ ojú b’ odù lásán
a f’ojú b’ odù,
a ríre ò.
a f’ ojú b’ odù,
a ríre.
a ò kú mó.
a ríre.
Traducción :
Se hizo la adivinación de Ifa para Oragun de illa, quien recibirá a un visitante de la ciudad de idan.
Se le dijo que cuando viera al visitante debía empezar a cantar : hemos visto a Odu, hemos tenido
suerte.
a ku olóríi pàtepàte;
ìwònwò a dìde.
l’ ókè ìlefun.
a f’ ojú b’Odù.
a ríre.
a ò kú mó.
a f’ ojú b’ Odù,
a rire.
Traducción :
Se hizo la adivinación de Ifa para Oragun de illa, quien recibirá a un visitante de la ciudad de Idan.
Se le dijo que cuando viera al visitante debía empezar a cantar hemos visto a Odu, hemos tenido suerte.
no moriremos.
a ku olóríi pàtepàte;
ìwònwò a dìde.
l’ ókè ìlefun.
a f’ ojú b’Odù.
a ríre.
a ò kú mó.
Traducción :
los sacerdotes menos cualificados se levantan y abandonan. La adivinación de Ifa se ha cumplido para
Orunmila
en la colina de ikefun.
La cuarta y ultima etapa de la iniciación es conocida como wíwo igbo Ifa (entrada al sagrado bosque de
Ifa).
Esta es la mas elaborada de todas las principales etapas de la ceremonia de iniciación de Ifa. Más de
doscientos diferentes artículos incluyendo comidas, bebidas, ropas, cuentas y muchos otros materiales
se necesitan en esta ceremonia. los mas importantes son :
yanrìn òkun (arena cogida playa), yanrìn òsà ( arena cogida del lago), èèbà epo (calabaza aceite de
palma), òpòlopò iyò (mucha sal), àgò adie (un gallinero lleno de aves), igi ònà (una figura de madera),
aso funfun òpá márun (cinco yardas de ropa blanca), òpòlopò owó-eyo (muchos cauris).
La ceremonia de la fiesta con bailes y cantos del ese de Ifa dura varios días. Se ofrecen sacrificios a varios
dioses incluyendo Orunmila. Cuatro o cinco sacerdotes jefes de culto, llevan al futuro sacerdote al
bosque sagrado donde lo examinan detenidamente sobre los diferentes aspectos del cuerpo literario de
Ifa. Durante toda su estancia en el bosque, el futuro sacerdote se ata un trozo de tela blanca alrededor
de su cuello y cintura. Sale del bosque sagrado a la cabeza de una larga procesión de miembros del culto
que bailan y cantan. Uno de los cantos para la ocasión es :
Awá te ó nífá o, k’ ó túnra e tè; títè lla t’ èjì ogbè t’ó fi m’ óri wo’ gbó. àwá tè ó nífá o, k’ó o túnra e t è́ , b’
ó o d’ órí òpe, má se jjjowó sí.
Traducción :
Te hemos iniciado en los secretos de Ifa. Debes reiniciarte tu mismo.Así fue como Ejì Ogbè se inicio pero
se introdujo en el bosque el mismo.
Se debe resaltar que el entrenamiento de los sacerdotes de Ifa no termina con las ceremonias de
iniciación. Un buen sacerdote de Ifa continua su aprendizaje durante toda su vida y se da cuenta que la
etapa de post-iniciación de su entrenamiento es muy importante. Ningún sacerdote de Ifa puede
superarse en su trabajo sino afianza su etapa de post-iniciación.
Durante su entrenamiento, se le ha inculcado fuertemente que es su obligación el ayudar a todos sus
clientes en todos sus problemas y cuando fracase en conocer las soluciones inmediatas a los problemas
debe ser capaz de saber dónde y como conseguir la información útil para ayudar a su cliente. Por tanto,
cuando un cliente llega con un problema que el sacerdote de Ifa no sabe como solucionar, el pide a su
cliente que vuelva mas tarde. Antes de que el cliente regrese, el sacerdote de Ifa se reúne con sus
colegas para conseguir información. Es bastante común para los sacerdotes de Ifa llevar una lámpara en
la mano, para ver a sus compañeros sacerdotes especialmente cuando se han enfrentado a un problema
aparentemente intratable. De este modo, el sacerdote de Ifa aprende mas y mas día tras día,
mejorándose cada vez que actúa.El entrenamiento del sacerdote de Ifa al principio es esencialmente
amplio y general pero después se va especializando. Entre las áreas mas importantes en la que un
sacerdote de Ifa puede especializarse están la curación, el canto de los textos de Ifa y el conocimiento de
los textos mas poco comunes del cuerpo literario.El entrenamiento de especialización es muy corto e
intenso. Según las palabras sabias de uno de los sacerdotes de Ifa, especialista en sanación: “ningún
sacerdote de Ifa deseoso de llegar a ser un celebre especialista en sanación, se sentirá contento con su
maestría hasta que pueda curar al cojo, al enano y al jorobado”.