Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Niveles de Inflación en 2020 y 2021 Por La Pandemia en El Salvador

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 6

Niveles de inflación en 2020 y 2021 por la pandemia en el

Salvador

Un virus que se originó en China a finales de 2019, fue declarado pandemia el


11 de marzo del corriente año por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
quienes manifestaron que “La OMS ha evaluado este brote durante los últimos
días y estamos profundamente preocupados, tanto por los niveles alarmantes
de propagación y gravedad, como por los niveles alarmantes de inacción. Es
por ello que hemos decidido decretar el estado de pandemia”. Esto permitió
vislumbrar que se trataba de una crisis global no solo en la salud, sino en todos
los sectores y en todos los países.

Esta crisis sanitaria causada por el COVID-19 ha llevado a una recesión


mundial y ha afectado diversos ámbitos desde los sistemas de salud,
principalmente a aquellos con sistemas fragmentados y en la economía
causando una suspensión de la actividad productiva por las medidas de
distanciamiento social ocasionando el cierre de fábricas, aumento del
desempleo y una recesión mundial considerada como una crisis que superará
la experimentada en 2009, impactando tanto economías avanzadas como de
mercados emergentes y en desarrollo.

Las medidas de contención sanitaria vinculadas a la pandemia de enfermedad


por coronavirus (COVID-19) ocasionaron una contracción del PIB del 7,9% en
términos reales en 2020 (frente al 2,6% registrado en 2019), la tercera caída
más pronunciada desde los primeros años de la guerra civil. Este desempeño
se debió al debilitamiento de la demanda interna, que provocó la pérdida de
empleo y la caída del ingreso de los hogares y las empresas, así como a una
contracción de la demanda externa en un entorno internacional recesivo. La
cuenta corriente de la balanza de pagos arrojó un superávit equivalente al 0,5%
del PIB, frente a un déficit del 0,6% en 2019, por la contracción de las
importaciones y el dinamismo de las remesas. Ante el ingente gasto en salud y
programas sociales, así como el desplome de la actividad económica, el déficit
del sector público no financiero sin pensiones fue equivalente al 9,0% del PIB,
frente al 1,8% registrado el año anterior.
La variación interanual del índice de precios al consumidor (IPC) en diciembre
fue del −0,1%, lo que se explica principalmente por la reducción de los precios
internacionales del petróleo y la debilidad de la demanda interna. El Instituto
Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) informó que el promedio anual del
número de trabajadores cotizantes se redujo un 3,0% (2,4% en 2019). Para
contener la expansión de la pandemia de COVID-19, el 21 de marzo de 2020,
el Gobierno de El Salvador decretó el estado de emergencia nacional, con
estrictos protocolos de contención. Las principales medidas fueron la
suspensión de actividades en sectores económicos como los de puertos y
aeropuertos, el cierre temporal de las escuelas, la paralización del sistema de
transporte público, la suspensión temporal de las actividades comerciales y el
cierre del aeropuerto internacional. Para aliviar la situación crítica de los
hogares más vulnerables y de las empresas, el Gobierno puso en marcha
diversos programas, entre los que destacan la entrega de un bono único de
300 dólares a 1,5 millones de personas, la distribución de paquetes de
alimentos y la inyección de capital, mediante el Fideicomiso para la
Recuperación Económica de las Empresas Salvadoreñas (FIREMPRESA), por
valor de 600 millones de dólares, administrado por el Banco de Desarrollo de El
Salvador (BANDESAL). Con esta última medida se buscó apoyar con subsidios
a la planilla de las microempresas y pequeñas y medianas empresas
(mipymes), así como al sector informal. Además, se construyó el Hospital El
Salvador para atender exclusivamente a pacientes con COVID-19.

Después de 85 días de confinamiento, y superada la primera ola de contagios,


el 16 de junio se inició el proceso de reapertura económica, que se completó el
24 de agosto de 2020 en todos los sectores productivos (excepto en el caso del
aeropuerto internacional). En las elecciones legislativas del 28 de febrero de
2021, el partido del presidente Nayib Bukele logró la mayoría calificada con 56
escaños, más 8 de sus aliados, de un total de 84 legisladores que componen la
Asamblea Legislativa durante el período 2021-2024. La Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que en 2021 la economía
salvadoreña crecerá un 7,5, gracias a la recuperación gradual del consumo y la
inversión. También se verá impulsada por la continuidad de los programas de
apoyo al sector productivo, el fortalecimiento de las alianzas público-privadas
para alentar la inversión en infraestructura y la diversificación de la matriz
energética.

El plan de vacunación comenzó el 17 de febrero y tiene como meta haber


vacunado a 4,5 millones de salvadoreños a finales de 2021. El Ministerio de
Hacienda prevé que el déficit del sector público no financiero alcanzará el 4,7%
del PIB, ante una recuperación de la recaudación tributaria. El déficit de la
cuenta corriente llegará al 3,5% del PIB debido al repunte de las importaciones.
La inflación se situaría en torno al 2% en diciembre, ante el incremento del
precio internacional del petróleo, y se espera una paulatina recuperación del
empleo.

En 2020, los ingresos totales y las donaciones del sector público no financiero
registraron una caída del 5,8% en términos reales, ante la reducción del 6,1%
en los ingresos corrientes. Los ingresos tributarios y no tributarios disminuyeron
un 4,1% y un 18,4%, respectivamente. Las tres principales fuentes de
recaudación mostraron un retroceso: el impuesto sobre la renta (−0,5%), el
impuesto sobre el valor agregado (IVA) (−4,2%) y el impuesto a las
importaciones (−19,0%).

El descenso de los ingresos no tributarios se explicó sobre todo por la


disminución de las contribuciones a la seguridad social. Para combatir la
evasión y elusión fiscales, y fortalecer los ingresos fiscales, en octubre de 2019
se puso en marcha el Plan Antievasión, que hasta abril de 2021 ha permitido
recuperar un monto acumulado de 345 millones de dólares. El Ministerio de
Hacienda estima que por la pandemia se dejaron de percibir 718,8 millones de
dólares de ingresos corrientes, es decir, un 12,9% menos que la meta
presupuestada inicialmente. La carga tributaria representó un 18,5% del PIB
(17,7% en 2019).

El gasto corriente, que representó un 27,7% del PIB, tuvo un repunte real
interanual del 18,9%, como producto del aumento del consumo (7,2% real), el
pago de intereses (9,5%) y las transferencias (85,5%). Estas últimas estuvieron
dirigidas, entre otras cosas, al pago de bonos en efectivo a las familias, la
compra de alimentos, insumos médicos, subsidios y paquetes escolares para
enfrentar las consecuencias de la pandemia. Por su parte, el gasto de capital y
la inversión bruta se desplomaron un 19,6% y un 19,9%, respectivamente, por
la reorientación de recursos hacia gastos relacionados con la emergencia
sanitaria.

Además, también se destinaron recursos a resarcir los daños provocados por


las tormentas tropicales Amanda y Cristóbal. El saldo de la deuda pública a
diciembre de 2020 ascendió a 21.652 millones de dólares, equivalentes al
85,8% del PIB (15,9 puntos porcentuales por encima de la cifra registrada al
cierre de 2019). Para enfrentar la emergencia sanitaria, la Asamblea Legislativa
autorizó la gestión de dos préstamos por un monto total de 3.000 millones de
dólares. Algunos de los fondos provinieron de organismos multilaterales como
el Fondo Monetario Internacional (FMI) (389 millones de dólares), el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) (300 millones de dólares) y el Banco
Mundial (20 millones de dólares). También se colocaron 1.000 millones de
dólares a una tasa del 9,5% a 32 años en el mercado de eurobonos. Las letras
del tesoro, como instrumento financiero de corto plazo, registraron un saldo de
1.409 millones de dólares a diciembre de 2020, monto equivalente al 5,7% del
PIB (3,7% en 2019).

Debido a que la economía salvadoreña está dolarizada desde 2001, el Banco


Central de Reserva de El Salvador no cuenta con una política monetaria, por lo
que la tasa de interés se determina en función de la oferta y la demanda. Así,
en 2020, las tasas de interés mostraron un comportamiento diferenciado, pues
mientras que las tasas pasivas registraron caídas, las tasas activas mostraron
ligeros incrementos.

La tasa de interés nominal promedio ponderada del sistema bancario para los
depósitos a un plazo de 30 días se ubicó en un 3,2% en diciembre de 2020
(3,3% real), frente a un 3,6% al cierre de 2019 (3,6% real). En sentido contrario,
la mayoría de las tasas de interés nominales activas presentaron una tendencia
al alza; por ejemplo, los préstamos a las empresas a más de un año pasaron
del 10,3% en diciembre de 2019 (10,3% real) al 10,8% en diciembre de 2020
(10,9% real). La excepción entre las tasas activas fueron los créditos para la
adquisición de vivienda; en este caso, se registró una reducción de 0,3 puntos
porcentuales.

La cartera de crédito canalizado al sector productivo a través de la banca


comercial sumó 14.842 millones de dólares a fines de 2020, lo que supone un
crecimiento del 1,5% a tasa interanual, por debajo del aumento del 5,8% de
2019. Esta desaceleración tuvo un desempeño sectorial diferenciado: mientras
que se registró un incremento en el crédito a los sectores de los servicios
(8,3%), la construcción (5,0%) y las tarjetas de crédito (4,2%), el crédito a la
agricultura y a la vivienda se contrajo un 5,2% y un 1,1%, respectivamente.

El Banco Central de Reserva de El Salvador impulsó en 2020 normas


temporales para garantizar la estabilidad y liquidez del sistema financiero y
atenuar los efectos negativos de la pandemia, como las Normas Técnicas
Temporales para el Cálculo de la Reserva de Liquidez o las Normas Técnicas
Temporales para el Tratamiento de Créditos Afectados por COVID-19,
orientadas a los usuarios de servicios financieros (préstamos, tarjetas de
crédito y otros) y destinadas a evitar el cobro de intereses moratorios o que el
perfil crediticio de los usuarios se viera afectado.

En los primeros meses de 2021, las tasas de interés activas y pasivas


mostraron una reducción generalizada en casi todos los plazos. La tasa de
depósitos a 180 días pasó del 4,2% nominal en abril de 2020 (5,3% real) al
3,8% en abril de 2021 (0,97% real), lo que supone una reducción de 0,4 puntos
porcentuales. Lo mismo sucedió con las tasas de interés activas para
préstamos a las empresas a menos de un año, que bajaron de un 7,0% a un
6,2% en el mismo período, registrando una caída de 0,7 puntos porcentuales.

En materia de comercio exterior, el Ministerio de Economía está llevando


adelante diversas acciones para fomentar el aprovechamiento de los múltiples
acuerdos comerciales vigentes. Con esa finalidad, está diseñando planes para
priorizar los acuerdos comerciales, como el del Reino Unido, que entró en vigor
en enero de 2021. En mayo de 2021, la Asamblea Legislativa ratificó el
Convenio de Cooperación Bilateral entre El Salvador y la República Popular
China, que recibirá 500 millones de dólares de cooperación no reembolsable en
inversión, en rubros relacionados con el agua potable, la energía y proyectos
culturales, turísticos y de transporte, entre otros.

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/47192/69/
EE2021_ElSalvador_es.pdf

También podría gustarte