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La 

placenta previa 
es un trastorno del embarazo en el que la placenta obstruye total o parcialmente el
orificio del cuello del útero, es decir, el orificio por el que debería salir el bebé en el
momento del parto.

Hay 3 tipos de placenta previa:

Placenta previa total. La placenta cubre por completo la abertura del cuello del útero.

Placenta previa parcial. La placenta cubre parcialmente la abertura del cuello del
útero.

Placenta previa marginal. La placenta está cerca del borde del cuello del útero pero no
lo cubre.

La causa de la placenta previa se desconoce. Se piensa que puede deberse a:

Causas uterinas. Como consecuencia de anomalías en la parte superior de la cavidad


uterina (cesáreas, legrados, multiparidad, miomas, antecedentes de placenta previa,
etc.) que favorecen la implantación y el desarrollo de la placenta en la parte inferior de
la misma.

Causas placentarias. Como consecuencia de un aumento exagerado del tamaño de la


placenta (gestaciones múltiples, riego sanguíneo bajo, tabaquismo, consumo de
cocaína, etc.).

 la placenta previa se presenta como un sangrado vaginal repentino e indoloro de


sangre roja y líquida.  contracciones uterinas dolorosas

El diagnóstico de placenta previa es clínico y su confirmación, ecográfica. Se debe


sospechar placenta previa en cualquier embarazada con sangrado vaginal más allá de
la semana 20 de la gestación

En el tratamiento se debe tener en cuenta el grado de sangrado, la edad gestacional, la


vitalidad fetal, las patologías asociadas y si existe o no trabajo de parto. Estas pacientes
pueden necesitar suplementos de hierro para corregir la posible anemia debida a la
hemorragia. Durante el tratamiento con hierro deben realizar una dieta rica en
fibra para evitar el estreñimiento, dado que este puede precipitar otra hemorragia por
el esfuerzo.
La gestación ectópica
también conocida como embarazo extrauterino, surge como consecuencia de alguna
complicación durante el descenso del embrión por la trompa. Éste no es capaz de
llegar al útero e implanta en un lugar anómalo que no permite su desarrollo.

A continuación, enumeramos los tipos de embarazo ectópico que existen:

Embarazo ectópico tubárico o ampular

el embrión anida en la trompas de Falopio. Produce inflamación y obstrucción


tubárica.

Embarazo ectópico ístmico

la implantación tiene lugar en el istmo, al final de la trompa de Falopio.

Embarazo ectópico ovárico

el embrión implanta en el ovario y puede confundirse con un quiste.

Embarazo ectópico cervical

la anidación tiene lugar en el cuello uterino o cérvix.

Embarazo ectópico abdominal

el embrión implanta dentro de la cavidad peritoneal, aunque es muy infrecuente.

Embarazo ectópico intramural

se localiza en el miometrio, la capa muscular interna del útero y es el tipo más raro de
todos.

Los signos y sintomas son los siguientes:

Dolor abdominal muy fuerte que suele ser unilateral

Sangrado vaginal anormal

Debilidad y sensación de desmayo

Dolor de lumbago

Dolor en los hombros

Presión intensa en el recto

Palidez y tensión baja


Los dos métodos más importantes a la hora de diagnosticar un embarazo ectópico son
la determinación de la hormona beta-hCG en sangre y la ecografía transvaginal.

Tratamiento

Muchos de los embarazos ectópicos suelen resolverse solos, mediante un aborto


espontáneo que generalmente es tubárico. Si esto no se produce de manera natural,
será necesario interrumpir el embarazo mediante tratamiento quirúrgico o
tratamiento médico con fármacos

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