Este documento explora el término "Evangelios Sinópticos" y la "Cuestión Sinóptica". Explica que los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas comparten mucho contenido pero también tienen diferencias. Plantea las teorías sobre las relaciones entre estos evangelios y cómo se transmitió su contenido, incluyendo la posibilidad de que usaron fuentes comunes como Marcos o Q. Finalmente, enfatiza la complejidad de explicar tanto las similitudes como las diferencias entre los evangelios sinópticos.
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Este documento explora el término "Evangelios Sinópticos" y la "Cuestión Sinóptica". Explica que los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas comparten mucho contenido pero también tienen diferencias. Plantea las teorías sobre las relaciones entre estos evangelios y cómo se transmitió su contenido, incluyendo la posibilidad de que usaron fuentes comunes como Marcos o Q. Finalmente, enfatiza la complejidad de explicar tanto las similitudes como las diferencias entre los evangelios sinópticos.
Este documento explora el término "Evangelios Sinópticos" y la "Cuestión Sinóptica". Explica que los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas comparten mucho contenido pero también tienen diferencias. Plantea las teorías sobre las relaciones entre estos evangelios y cómo se transmitió su contenido, incluyendo la posibilidad de que usaron fuentes comunes como Marcos o Q. Finalmente, enfatiza la complejidad de explicar tanto las similitudes como las diferencias entre los evangelios sinópticos.
Este documento explora el término "Evangelios Sinópticos" y la "Cuestión Sinóptica". Explica que los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas comparten mucho contenido pero también tienen diferencias. Plantea las teorías sobre las relaciones entre estos evangelios y cómo se transmitió su contenido, incluyendo la posibilidad de que usaron fuentes comunes como Marcos o Q. Finalmente, enfatiza la complejidad de explicar tanto las similitudes como las diferencias entre los evangelios sinópticos.
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Evangelios Sinópticos
Arturo Rafael Real Peralta
Licenciado en Ciencias Religiosas Pontificia Universidad Javeriana Especialista en Estudios Bíblicos Fundación Universitaria Claretiana La palabra “Evangelio” y su contenido La palabra “Evangelio”, no es más que la transcripción del término griego “euaggelion”, formado, a su vez, de otros dos: el adverbio “eu”, que significa “bien”, y el verbo “aggello”, “yo anuncio, comunico un mensaje, una noticia”. La palabra “Evangelio” y su contenido “Anuncio”, “noticia” se sitúan en el plano de la objetividad: sabemos que tal hecho, tal acontecimiento se produjeron de tal modo y en tal momento. Por el contrario, “evangelio” se sitúa en el plano de la interpretación: reconozco una buena noticia en tal acontecimiento que se me comunica. La palabra “Evangelio” y su contenido Cuando las primeras comunidades cristianas escogen la palabra “evangelio” para denominar ese acontecimiento único e inédito que se les comunica y del que quieren dar testimonio, se manifiestan decididamente comprometidas con el mensaje. La palabra “Evangelio” y su contenido Decir “buena noticia” excluye toda neutralidad y refleja un reconocimiento, una opción de fe. Otras personas, al tener noticias de los mismos hechos, pudieron guardar sus distancias o incluso reaccionar negativamente. Ejemplo el juicio severo de Tácito: “Este nombre (chrestiani, cristianos) les viene de Cristo, quien en época de Tiberio fue condenado a muerte por el procurador Pilato”. El término “Evangelio” en los textos profanos El término “euaggelion”, evangelio, era conocido y usado por los autores profanos. En un primer momento significó “el regalo que se daba al portador de una buena noticia”. En el griego clásico, además de este sentido de regalo, viene a designar más especialmente “el sacrificio ofrecido con ocasión de una buena noticia”. El término “Evangelio” en los textos profanos Finalmente, en el griego helenístico, equivale a la buena noticia en sí misma. Y se usa sobre todo para designar el anuncio de una victoria militar. El anuncio del nacimiento del príncipe heredero, de su mayoría de edad o de su subida al trono eran otras tantas “buenas noticias”. El término “Evangelio” en la Biblia Griega No es una invención de Jesús o de los primeros cristianos el uso que hacen de la palabra evangelio; al parecer, lo tomaron de la Biblia griega. Esta utiliza unas veinte veces el verbo “euaggelizesthai” y seis veces el sustantivo “euaggelion”, “euaggelia”. Es particularmente significativo el modo de usarlo del Segundo y el Tercer Isaías: la “buena noticia” que se anuncia es la de la próxima llegada del Reino de Dios, y se dan como signos la paz, la liberación (Israel se encuentra exiliado en Babilonia o acaba de ser liberado) y la felicidad (Is 40:9; 52:7; 62:6; 61:1). El término “Evangelio” en el Nuevo Testamento En los escritos del Nuevo Testamento observamos un significativo cambio de sentido. Los 54 casos en que se emplea el verbo “euggelizein” y los 76 en que se emplea el sustantivo “euaggelion” se podrían distribuir en tres grandes categorías: a) Jesús anuncia la buena noticia de la llegada del Reino de Dios. El término “Evangelio” en el Nuevo Testamento b) Los discípulos anuncian la buena noticia de Jesús. c) Marcos escribe la buena noticia de Jesús. El anunciante pasa a ser el anunciado, y el acto de proclamación se convierte en texto. En cambio los evangelios nada nos dicen explícitamente ni sobre sus autores, ni sobre sus primeros destinatarios, ni sobre las circunstancias que los motivan. El término “Evangelio” en el Nuevo Testamento Más aún: es claro que los evangelios se basan en tradiciones preexistentes, que recogen. Una primera lectura detecta con facilidad lo que en lenguaje técnico se llaman perícopas, es decir, pequeñas secciones literarias de carácter unitario con un principio y un final bien marcados, cada una de las cuales tiene su propio género literario (milagro, parábola…). El término “Evangelio” en el Nuevo Testamento La misma existencia de tres evangelios sinópticos es ya un fenómeno literario singular. ¿Cómo es posible que existan estos tres evangelios con semejanza tan notables, pero que sin embargo no son mera copia uno de otro? A veces encontramos diferencias importantes en textos muy venerados de probable origen litúrgico, en los que cabía esperar una transmisión idéntica. La Cuestión Sinóptica Planteamiento del problema: Una lectura atenta del relato de los tres primeros evangelistas nos advierte enseguida que hay grandes parecidos entre los tres y, a la vez, no pocas divergencias entre ellos. Las coincidencias, en general, son de fondo. A esta realidad se la ha calificado desde J. J. Griesbach como “hecho o cuestión sinóptica”. Se apoya en las “concordancias y discordancias”. La Cuestión Sinóptica ¿Cuáles son las mutuas relaciones entre los tres? Ya Taciano, en su Diatessaron, intentó “armonizar” los tres (cuatro) relatos, tejiendo una trama seguida en la narración a base de “retazos” tomados de uno o de otro. En cambio, la Iglesia prefirió mantener la “cuatriforma” evangélica. A partir del s. XVIII se multiplicaron los esfuerzos para exponer y explicar, de alguna manera, este importante hecho. Fruto de todos los esfuerzos han sido las Sinopsis. La Cuestión Sinóptica Complementariamente, se comprueba otro hecho no menos importante: hay lugares o relatos o dichos en que coinciden los tres; otros en que coinciden sólo dos (normalmente Mateo/Lucas); otros, solamente uno de los tres. He aquí la descripción: a) La Triple Tradición La triple tradición (coinciden los tres): Se trata del material transmitido por los tres. También se le ha dado el nombre de “tradición marquiana”, porque Marcos ocupa la posición intermedia entre Mateo y Lucas. Al valorarla, comprobamos que cubre más de la mitad de Marcos (330 versículos de los 661 de que se compone todo el escrito); alrededor de un tercio de Mateo (330 versículos de los 1068 que contiene); casi un tercio de Lucas (330 versículos de los 1150 del total). b) La Doble Tradición La doble tradición (coinciden dos): Se trata del material más o menos semejante que encontramos en Mateo y Lucas, pero no en Marcos. Abarca casi una quinta parte del escrito de Mateo y Lucas. Algunos autores piensan que este material son solamente palabras (logia) de Jesús y han convenido en llamarla Q (fuente común a Mateo y Lucas). c) La Tradición Simple La tradición simple (sólo uno): Los materiales propios o de Mateo o de Lucas. Comprende unos 500 versículos. En algunos casos se trata de materiales redaccionales: propio de adiciones de cada uno en que expresan sus preocupaciones teológicas. Pero la mayor parte del material procede también de las “fuentes” que solo conocen cada uno de ellos por su lado. Se ha convenido en llamarlos materiales S (fuente suplementaria). La Cuestión Sinóptica Si se niega cualquier tipo de dependencia entre ellos ¿cómo justificar los numerosos acuerdos? Si afirmamos su mutua dependencia ¿cómo explicar las omisiones y las adiciones? La Cuestión Sinóptica El hecho sinóptico está caracterizado no sólo por la naturaleza de los materiales, sino también por el orden en que se distribuyen esos materiales. Los estudiosos se inclinan a pensar frecuentemente que la explicación de este fenómeno habría que buscarla en el esquema de una catequesis primitiva. Evento Mt Mc Lc
Preparación al Ministerio 3:1-4:11 1:1-13 3:1-4:13
Ministerio en Galilea 4:12-18:35 1:14-9:50 4:14-9:50
Una subida a Jerusalén 19:1-20, 34 10:1-52 9:51-19:41
Pasión y Resurrección 26:1-28:20 14:1-16:20 22:1-24:53
La Cuestión Sinóptica Ante estos hechos, parece que se trataría de un “plagio” mutuo. Pero una lectura más atenta nos descubre que, dentro de la concordancia global y de base, se trata de un mismo Evangelio, de un mismo Jesús, de un mismo Reino, existen discordancias manifiestas. He aquí algunos ejemplos: La Cuestión Sinóptica 1) La más notable de ellas es la que presenta Mateo en relación a Mc/Lc.: mientras que Mc de 1:21 a 6:13 y Lc 4:31 a 9:6 siguen un mismo orden, Mt sigue el suyo propio. Especialmente el discurso misionero y parabólico (caps. 10 y 13) son presentados en un orden diverso. Además, la distribución de las “sentencias” o “dichos” de Jesús es diferente en Mt y Lc: el primero las concentra en unos discursos largos y compactos, mientras que en Lc se hallan habitualmente diseminadas por el relato. La Cuestión Sinóptica 2) Lucas por su parte, sigue el mismo orden que Mc., insertando los materiales que recoge de sus propias fuentes en el cañamazo narrativo de Mc, sin romperlo. No obstante esta tónica general, a veces se separa y se permite notables desplazamientos e inversiones: v.g.. Mc 1:6-30 comparado con Lc 5:1-11. En el relato de la Pasión estos desplazamientos son especialmente frecuentes. La Cuestión Sinóptica Interesa llevar un poco más lejos todavía el hecho sinóptico. Los parecidos y las diferencias afectan al contenido y al orden de los materiales utilizados y a su misma expresión. Si el conjunto de estas discordancias exige, por lo menos, un contacto literario entre los evangelios sinópticos, los casos de discordancia invitan a no deducir precipitadamente una dependencia literaria inmediata. Ante este cúmulo de hechos verificables siempre que se desee ¿qué solución se puede ofrecer? La Cuestión Sinóptica En sus líneas generales, el problema fue ya captado desde la antigüedad. Y así encontramos que San Agustín compuso una obra titulada De consensu evangelistarum. Pero el momento en que el problema toma fuerza surge con la aplicación a la Biblia del método histórico-crítico del siglo XVIII. En líneas muy generales, es necesario recordar al menos los enunciados de los aportes más importantes: La Cuestión Sinóptica Nuestros Evangelios serían distintas traducciones y extractos de un antiquísimo escrito apostólico, redactado en arameo, el Evangelio de los nazarenos. Los evangelios sinópticos son independientes y todos se inspiraron en un protoevangelio muy extenso. La Cuestión Sinóptica Hubo un largo proceso de compilación. Los tres sinópticos tomaron sus materiales de la tradición oral, pero ninguno de ellos conoció más materiales que ésos. Esta tradición justifica las concordancias. La Cuestión Sinóptica Esta tradición, ya desde muy pronto, habría recibido (hacia los años 35-40) un esquema fijo, explicándose este esquema por la constancia de la predicación misionera de los Apóstoles. Esta hipótesis de la tradición encontró muchos adeptos durante los siglos XIX y XX tanto en el campo católico como en el protestante. La Cuestión Sinóptica Juan es inferior a los evangelios sinópticos a nivel de fuente histórica. El orden entre ellos sería Mt – Lc - Mc. Marcos es un narrador-sintetizador, un mero satélite de Mateo sin luces personales. Su estilo gráfico y directo es artificial. La Cuestión Sinóptica Hay que considerar a Marcos como prioritario. En el primer y tercer Evangelios encontramos vestigios de un plan común sólo en aquellas partes que tienen en común con Marcos; pero no en aquellas que son propias de ellos dos solos. En las comunes a los tres, el “acuerdo” se da mediante Marcos. La Cuestión Sinóptica La fuente Q no tiene ningún tipo de tradición que tuviera un orden de narración diferente a la de Marcos. Lo anterior es sólo una pequeña muestra de las largas y difíciles discusiones llevadas a cabo por los especialistas a lo largo de unos cien años. Nadie ha podido decir la última palabra. De todos modos; hoy en día casi todo el mundo está más o menos de acuerdo en una posible solución que ha sido llamada “la teoría de las dos fuentes”. La Cuestión Sinóptica Marcos es el primer evangelio y en él abrevan Mateo (reproduce 600 versículos de Mc) y Lucas. Ocupa, pues, un lugar clave, si bien Marcos responde también a fuentes más antiguas. Mateo y Lucas son independientes entre sí. Lucas no conoció el evangelio de Mateo, aunque ambos concuerdan en Marcos. La Cuestión Sinóptica Esta hipotética fuente (Q de Quelle = fuente, en alemán) de “dichos o palabras de Jesús” no ha llegado hasta nosotros; puede ser reconstruida a partir de las semejanzas que ofrecen los evangelios de Mateo y Lucas. La Cuestión Sinóptica Por su parte, el evangelio de Juan plantea fuentes diversas así como estilo, forma e interpretaciones diferentes, aunque, sin duda, pertenece a ese género literario exclusivo que llamamos evangelio, pues se centra en la persona de Jesús, en su ministerio histórico y en los grandes relatos de la pasión, muerte y resurrección. Esas fuentes propias que maneja Juan pueden cifrarse sucintamente en éstas: La Cuestión Sinóptica Fuentes judías. Resuenan con evidencia páginas del AT con sus profetas y sabios. Y parecen existir contactos con escritos de la comunidad esenia de Qumrán (luz/tinieblas; verdad/mentira), etc. Fuentes platónicas. Una visión griega y helenista que hace que este evangelio presente a Jesús como Logos o Verbo de Dios. La palabra como preexistencia que se pronuncia en el tiempo. La Cuestión Sinóptica Fuentes gnósticas. Sin duda este evangelio es beligerante con ciertos postulados gnósticos (afirma, por ejemplo, con contundencia, la verdadera humanidad de Jesús, su cuerpo como real y personal); pero con sutil inteligencia parece utilizar recursos gnósticos como el presentar a Jesús como el revelador de los secretos designios de Dios. Incluso, la figura clave del “discípulo amado” y su proximidad al Señor parece estar pergeñada “al modo gnóstico”: el que recibe la revelación, el que posee la clarividencia o la sensibilidad para el mensaje y su desentrañamiento. Bibliografía AUNEAU, Joseph et al.(1982). Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles. Ediciones Cristiandad. Huesca, Madrid, España. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael et al. (1992). Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles. Editorial Verbo Divino. ESTELLA (Navarra), España. Bibliografía BULTMANN, Rudolf. (2000). Historia de la Tradición Sinóptica. Editorial Sígueme. Salamanca, España. CARAM, Paul G. (1999). Los Evangelios Sinópticos: Mateo – Marcos – Lucas. Zion Christian Publishers. Waverly, New York, USA. Bibliografía COMENTARIO BÍBLICO BEACON. (1982). Tomo VI. Mateo, Marcos y Lucas. Casa Nazarena de Publicaciones. Lenexa, Kansas E.U.A. BIBLIOTECA HERDER. (1957). Sección de Sagrada Escritura. Volumen 25. Editorial Herder. Barcelona, España. VIDAL MANZANARES, César. (1993). El primer Evangelio: El Documento Q. Editorial Planeta, S. A. Córcega, Barcelona, España.