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Evangelios Sinópticos

Arturo Rafael Real Peralta


Licenciado en Ciencias Religiosas
Pontificia Universidad Javeriana
Especialista en Estudios Bíblicos
Fundación Universitaria Claretiana
La palabra “Evangelio” y su contenido
La palabra “Evangelio”, no es más que la
transcripción del término griego “euaggelion”,
formado, a su vez, de otros dos: el adverbio
“eu”, que significa “bien”, y el verbo “aggello”,
“yo anuncio, comunico un mensaje, una
noticia”.
La palabra “Evangelio” y su contenido
“Anuncio”, “noticia” se sitúan en el plano de la
objetividad: sabemos que tal hecho, tal
acontecimiento se produjeron de tal modo y
en tal momento.
Por el contrario, “evangelio” se sitúa en el
plano de la interpretación: reconozco una
buena noticia en tal acontecimiento que se
me comunica.
La palabra “Evangelio” y su contenido
Cuando las primeras comunidades cristianas
escogen la palabra “evangelio” para
denominar ese acontecimiento único e inédito
que se les comunica y del que quieren dar
testimonio, se manifiestan decididamente
comprometidas con el mensaje.
La palabra “Evangelio” y su contenido
Decir “buena noticia” excluye toda
neutralidad y refleja un reconocimiento, una
opción de fe. Otras personas, al tener noticias
de los mismos hechos, pudieron guardar sus
distancias o incluso reaccionar negativamente.
Ejemplo el juicio severo de Tácito: “Este
nombre (chrestiani, cristianos) les viene de
Cristo, quien en época de Tiberio fue
condenado a muerte por el procurador Pilato”.
El término “Evangelio” en los textos
profanos
El término “euaggelion”, evangelio, era
conocido y usado por los autores profanos. En
un primer momento significó “el regalo que se
daba al portador de una buena noticia”. En el
griego clásico, además de este sentido de
regalo, viene a designar más especialmente
“el sacrificio ofrecido con ocasión de una
buena noticia”.
El término “Evangelio” en los textos
profanos
Finalmente, en el griego helenístico, equivale
a la buena noticia en sí misma. Y se usa sobre
todo para designar el anuncio de una victoria
militar. El anuncio del nacimiento del príncipe
heredero, de su mayoría de edad o de su
subida al trono eran otras tantas “buenas
noticias”.
El término “Evangelio” en la Biblia
Griega
 No es una invención de Jesús o de los primeros
cristianos el uso que hacen de la palabra
evangelio; al parecer, lo tomaron de la Biblia
griega. Esta utiliza unas veinte veces el verbo
“euaggelizesthai” y seis veces el sustantivo
“euaggelion”, “euaggelia”. Es particularmente
significativo el modo de usarlo del Segundo y el
Tercer Isaías: la “buena noticia” que se anuncia es
la de la próxima llegada del Reino de Dios, y se
dan como signos la paz, la liberación (Israel se
encuentra exiliado en Babilonia o acaba de ser
liberado) y la felicidad (Is 40:9; 52:7; 62:6; 61:1).
El término “Evangelio” en el Nuevo
Testamento
En los escritos del Nuevo Testamento
observamos un significativo cambio de
sentido. Los 54 casos en que se emplea el
verbo “euggelizein” y los 76 en que se emplea
el sustantivo “euaggelion” se podrían
distribuir en tres grandes categorías: a) Jesús
anuncia la buena noticia de la llegada del
Reino de Dios.
El término “Evangelio” en el Nuevo
Testamento
b) Los discípulos anuncian la buena noticia de
Jesús. c) Marcos escribe la buena noticia de
Jesús. El anunciante pasa a ser el anunciado, y
el acto de proclamación se convierte en texto.
En cambio los evangelios nada nos dicen
explícitamente ni sobre sus autores, ni sobre
sus primeros destinatarios, ni sobre las
circunstancias que los motivan.
El término “Evangelio” en el Nuevo
Testamento
Más aún: es claro que los evangelios se basan
en tradiciones preexistentes, que recogen.
Una primera lectura detecta con facilidad lo
que en lenguaje técnico se llaman perícopas,
es decir, pequeñas secciones literarias de
carácter unitario con un principio y un final
bien marcados, cada una de las cuales tiene su
propio género literario (milagro, parábola…).
El término “Evangelio” en el Nuevo
Testamento
La misma existencia de tres evangelios
sinópticos es ya un fenómeno literario
singular. ¿Cómo es posible que existan estos
tres evangelios con semejanza tan notables,
pero que sin embargo no son mera copia uno
de otro? A veces encontramos diferencias
importantes en textos muy venerados de
probable origen litúrgico, en los que cabía
esperar una transmisión idéntica.
La Cuestión Sinóptica
Planteamiento del problema: Una lectura
atenta del relato de los tres primeros
evangelistas nos advierte enseguida que hay
grandes parecidos entre los tres y, a la vez, no
pocas divergencias entre ellos. Las
coincidencias, en general, son de fondo. A esta
realidad se la ha calificado desde J. J.
Griesbach como “hecho o cuestión sinóptica”.
Se apoya en las “concordancias y
discordancias”.
La Cuestión Sinóptica
 ¿Cuáles son las mutuas relaciones entre los tres?
Ya Taciano, en su Diatessaron, intentó
“armonizar” los tres (cuatro) relatos, tejiendo una
trama seguida en la narración a base de “retazos”
tomados de uno o de otro. En cambio, la Iglesia
prefirió mantener la “cuatriforma” evangélica. A
partir del s. XVIII se multiplicaron los esfuerzos
para exponer y explicar, de alguna manera, este
importante hecho. Fruto de todos los esfuerzos
han sido las Sinopsis.
La Cuestión Sinóptica
Complementariamente, se comprueba otro
hecho no menos importante: hay lugares o
relatos o dichos en que coinciden los tres;
otros en que coinciden sólo dos (normalmente
Mateo/Lucas); otros, solamente uno de los
tres. He aquí la descripción:
a) La Triple Tradición
 La triple tradición (coinciden los tres): Se trata
del material transmitido por los tres. También se
le ha dado el nombre de “tradición marquiana”,
porque Marcos ocupa la posición intermedia
entre Mateo y Lucas. Al valorarla, comprobamos
que cubre más de la mitad de Marcos (330
versículos de los 661 de que se compone todo el
escrito); alrededor de un tercio de Mateo (330
versículos de los 1068 que contiene); casi un
tercio de Lucas (330 versículos de los 1150 del
total).
b) La Doble Tradición
La doble tradición (coinciden dos): Se trata del
material más o menos semejante que
encontramos en Mateo y Lucas, pero no en
Marcos. Abarca casi una quinta parte del
escrito de Mateo y Lucas. Algunos autores
piensan que este material son solamente
palabras (logia) de Jesús y han convenido en
llamarla Q (fuente común a Mateo y Lucas).
c) La Tradición Simple
La tradición simple (sólo uno): Los materiales
propios o de Mateo o de Lucas. Comprende
unos 500 versículos. En algunos casos se trata
de materiales redaccionales: propio de
adiciones de cada uno en que expresan sus
preocupaciones teológicas. Pero la mayor
parte del material procede también de las
“fuentes” que solo conocen cada uno de ellos
por su lado. Se ha convenido en llamarlos
materiales S (fuente suplementaria).
La Cuestión Sinóptica
Si se niega cualquier tipo de dependencia
entre ellos ¿cómo justificar los numerosos
acuerdos? Si afirmamos su mutua
dependencia ¿cómo explicar las omisiones y
las adiciones?
La Cuestión Sinóptica
El hecho sinóptico está caracterizado no sólo
por la naturaleza de los materiales, sino
también por el orden en que se distribuyen
esos materiales. Los estudiosos se inclinan a
pensar frecuentemente que la explicación de
este fenómeno habría que buscarla en el
esquema de una catequesis primitiva.
Evento Mt Mc Lc

Preparación al Ministerio 3:1-4:11 1:1-13 3:1-4:13

Ministerio en Galilea 4:12-18:35 1:14-9:50 4:14-9:50

Una subida a Jerusalén 19:1-20, 34 10:1-52 9:51-19:41

Pasión y Resurrección 26:1-28:20 14:1-16:20 22:1-24:53


La Cuestión Sinóptica
Ante estos hechos, parece que se trataría de
un “plagio” mutuo. Pero una lectura más
atenta nos descubre que, dentro de la
concordancia global y de base, se trata de un
mismo Evangelio, de un mismo Jesús, de un
mismo Reino, existen discordancias
manifiestas. He aquí algunos ejemplos:
La Cuestión Sinóptica
 1) La más notable de ellas es la que presenta
Mateo en relación a Mc/Lc.: mientras que Mc de
1:21 a 6:13 y Lc 4:31 a 9:6 siguen un mismo
orden, Mt sigue el suyo propio. Especialmente el
discurso misionero y parabólico (caps. 10 y 13)
son presentados en un orden diverso. Además, la
distribución de las “sentencias” o “dichos” de
Jesús es diferente en Mt y Lc: el primero las
concentra en unos discursos largos y compactos,
mientras que en Lc se hallan habitualmente
diseminadas por el relato.
La Cuestión Sinóptica
2) Lucas por su parte, sigue el mismo orden
que Mc., insertando los materiales que recoge
de sus propias fuentes en el cañamazo
narrativo de Mc, sin romperlo. No obstante
esta tónica general, a veces se separa y se
permite notables desplazamientos e
inversiones: v.g.. Mc 1:6-30 comparado con Lc
5:1-11. En el relato de la Pasión estos
desplazamientos son especialmente
frecuentes.
La Cuestión Sinóptica
 Interesa llevar un poco más lejos todavía el hecho
sinóptico. Los parecidos y las diferencias afectan
al contenido y al orden de los materiales
utilizados y a su misma expresión. Si el conjunto
de estas discordancias exige, por lo menos, un
contacto literario entre los evangelios sinópticos,
los casos de discordancia invitan a no deducir
precipitadamente una dependencia literaria
inmediata. Ante este cúmulo de hechos
verificables siempre que se desee ¿qué solución
se puede ofrecer?
La Cuestión Sinóptica
En sus líneas generales, el problema fue ya
captado desde la antigüedad. Y así
encontramos que San Agustín compuso una
obra titulada De consensu evangelistarum.
Pero el momento en que el problema toma
fuerza surge con la aplicación a la Biblia del
método histórico-crítico del siglo XVIII. En
líneas muy generales, es necesario recordar al
menos los enunciados de los aportes más
importantes:
La Cuestión Sinóptica
Nuestros Evangelios serían distintas
traducciones y extractos de un antiquísimo
escrito apostólico, redactado en arameo, el
Evangelio de los nazarenos.
Los evangelios sinópticos son independientes
y todos se inspiraron en un protoevangelio
muy extenso.
La Cuestión Sinóptica
Hubo un largo proceso de compilación.
Los tres sinópticos tomaron sus materiales de
la tradición oral, pero ninguno de ellos
conoció más materiales que ésos. Esta
tradición justifica las concordancias.
La Cuestión Sinóptica
Esta tradición, ya desde muy pronto, habría
recibido (hacia los años 35-40) un esquema
fijo, explicándose este esquema por la
constancia de la predicación misionera de los
Apóstoles. Esta hipótesis de la tradición
encontró muchos adeptos durante los siglos
XIX y XX tanto en el campo católico como en el
protestante.
La Cuestión Sinóptica
Juan es inferior a los evangelios sinópticos a
nivel de fuente histórica. El orden entre ellos
sería Mt – Lc - Mc.
Marcos es un narrador-sintetizador, un mero
satélite de Mateo sin luces personales. Su
estilo gráfico y directo es artificial.
La Cuestión Sinóptica
Hay que considerar a Marcos como prioritario.
En el primer y tercer Evangelios encontramos
vestigios de un plan común sólo en aquellas
partes que tienen en común con Marcos; pero
no en aquellas que son propias de ellos dos
solos. En las comunes a los tres, el “acuerdo”
se da mediante Marcos.
La Cuestión Sinóptica
 La fuente Q no tiene ningún tipo de tradición que
tuviera un orden de narración diferente a la de
Marcos.
 Lo anterior es sólo una pequeña muestra de las
largas y difíciles discusiones llevadas a cabo por
los especialistas a lo largo de unos cien años.
Nadie ha podido decir la última palabra. De todos
modos; hoy en día casi todo el mundo está más o
menos de acuerdo en una posible solución que
ha sido llamada “la teoría de las dos fuentes”.
La Cuestión Sinóptica
Marcos es el primer evangelio y en él abrevan
Mateo (reproduce 600 versículos de Mc) y
Lucas. Ocupa, pues, un lugar clave, si bien
Marcos responde también a fuentes más
antiguas.
Mateo y Lucas son independientes entre sí.
Lucas no conoció el evangelio de Mateo,
aunque ambos concuerdan en Marcos.
La Cuestión Sinóptica
Esta hipotética fuente (Q de Quelle = fuente,
en alemán) de “dichos o palabras de Jesús” no
ha llegado hasta nosotros; puede ser
reconstruida a partir de las semejanzas que
ofrecen los evangelios de Mateo y Lucas.
La Cuestión Sinóptica
Por su parte, el evangelio de Juan plantea
fuentes diversas así como estilo, forma e
interpretaciones diferentes, aunque, sin duda,
pertenece a ese género literario exclusivo que
llamamos evangelio, pues se centra en la
persona de Jesús, en su ministerio histórico y
en los grandes relatos de la pasión, muerte y
resurrección. Esas fuentes propias que maneja
Juan pueden cifrarse sucintamente en éstas:
La Cuestión Sinóptica
 Fuentes judías. Resuenan con evidencia páginas
del AT con sus profetas y sabios. Y parecen existir
contactos con escritos de la comunidad esenia de
Qumrán (luz/tinieblas; verdad/mentira), etc.
 Fuentes platónicas. Una visión griega y helenista
que hace que este evangelio presente a Jesús
como Logos o Verbo de Dios. La palabra como
preexistencia que se pronuncia en el tiempo.
La Cuestión Sinóptica
 Fuentes gnósticas. Sin duda este evangelio es
beligerante con ciertos postulados gnósticos (afirma,
por ejemplo, con contundencia, la verdadera
humanidad de Jesús, su cuerpo como real y personal);
pero con sutil inteligencia parece utilizar recursos
gnósticos como el presentar a Jesús como el revelador
de los secretos designios de Dios. Incluso, la figura
clave del “discípulo amado” y su proximidad al Señor
parece estar pergeñada “al modo gnóstico”: el que
recibe la revelación, el que posee la clarividencia o la
sensibilidad para el mensaje y su desentrañamiento.
Bibliografía
AUNEAU, Joseph et al.(1982). Evangelios
Sinópticos y Hechos de los Apóstoles.
Ediciones Cristiandad. Huesca, Madrid,
España.
AGUIRRE MONASTERIO, Rafael et al. (1992).
Evangelios Sinópticos y Hechos de los
Apóstoles. Editorial Verbo Divino. ESTELLA
(Navarra), España.
Bibliografía
BULTMANN, Rudolf. (2000). Historia de la
Tradición Sinóptica. Editorial Sígueme.
Salamanca, España.
CARAM, Paul G. (1999). Los Evangelios
Sinópticos: Mateo – Marcos – Lucas. Zion
Christian Publishers. Waverly, New York, USA.
Bibliografía
COMENTARIO BÍBLICO BEACON. (1982). Tomo
VI. Mateo, Marcos y Lucas. Casa Nazarena de
Publicaciones. Lenexa, Kansas E.U.A.
BIBLIOTECA HERDER. (1957). Sección de
Sagrada Escritura. Volumen 25. Editorial
Herder. Barcelona, España.
VIDAL MANZANARES, César. (1993). El primer
Evangelio: El Documento Q. Editorial Planeta,
S. A. Córcega, Barcelona, España.

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