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Reino de Dios

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La presencia del Reino de

Dios
Manifestaciones de la practica
liberadora de Jesús

Tema 4
Palabra clave: DIGNIDAD
Frase clave:
Los
pobres
reciben
la buena
noticia
(Is 26,19)
Oración: Señor Jesús, tú que te hiciste
hombre para enseñarnos a
vivir plenamente como seres humanos, te
pedimos que nos bendigas
con tu presencia en este encuentro
bíblico. Ayúdanos a hacer silencio
interior para escucharte y dejar que tus
palabras, como la levadura,
transformen nuestros corazones y se
llenen de Ti Amén
Reflexión sobre el símbolo

Dialoguemos:
Que realidades
vemos en el
símbolo?

Que sentimientos
nos surgen al
mirar el dibujo?
La Iglesia nos habla sobre la Nueva Evangelización

Todavía se conservan vivas las tradiciones de piedad y religiosidad


popular cristiana; pero este patrimonio moral y espiritual corre hoy el
riesgo de ser desperdigado bajo el impacto de múltiples procesos de
secularización y difusión de sectas. Sólo una nueva evangelización
puede asegurar el crecimiento de una fe profunda, capaz de hacer de
estas tradiciones una fuerza de libertad.
Los laicos se deben implicar en esta tarea de la Iglesia. En concreto,
les corresponde testificar cómo la fe cristiana constituye la única
respuesta válida a los problemas y expectativas que la vida plantea
hoy. Esto es posible si los laicos saben superar la fractura entre
el Evangelio y la vida, recomponiendo su vida familiar, laboral y
social, unidad donde el Evangelio encuentra inspiración y fuerza
 
 
para realizarse en plenitud.
La síntesis entre Evangelio y deberes cotidianos que los laicos deben
plasmar, es el más convincente testimonio de que, no el miedo sino
la adhesión a Cristo es el factor determinante para que vivamos y
crezcamos, configurando un modo de vida conforme a la dignidad
humana. ¡Somos amados por Dios! Ese es el sorprendente anuncio
que debe dar la Iglesia. La palabra y vida de cada cristiano deben
resonar en este anuncio: ¡Dios te ama, Cristo viene por ti; Cristo es
Camino, Verdad y Vida!’
Lectura y estudio del texto: Lc 7,18-23
Dialoguemos
- ¿Para qué son enviados los mensajeros de Juan? ¿Qué signos
de
Jesús llaman su atención?
- ¿Qué sentimientos surge en ellos al escuchar lo que Jesús hace
por
pobres?
- ¿Cuáles de estas actitudes están presentes en nuestras
comunidades?
Estudio del texto
El bautista ha sido encarcelado por Herodes (Lc 3,19-20),
seguramente siente que su vida llega a su fin. Sabe que el
Mesías debe venir, pero
¿cuánto más hay que esperar? Ha escuchado de Jesús y de lo que
está haciendo y envía a sus discípulos a preguntárselo.
Los discípulos de Juan llegan donde Jesús y la pregunta es
respondida haciendo notar las obras de sanación realizadas
por Jesús a favor de “muchos”; al final se menciona la vista para
los ciegos.
—  Al final, se anuncia una bienaventuranza que puede sonar extraña,
—  porque aparece en forma negativa: bienaventurado el que no encuentra
—  en Jesús ocasión de tropiezo, de obstáculo en el camino de la fe. ¿Cómo
—  comprender esto? De hecho es una frase que va más allá del mensaje
—  para Juan; se dirige a quien escucha la Palabra.
—  La fe proclamada por Jesús se comprende si se considera que la
—  responsabilidad está de parte del lector: donde hay riesgo de
escandalizar;
—  se necesita deponer la mirada inquisidora y de pretensiones prejuiciosas,
—  para abrirse con libertad a lo que Dios está realizando por medio de
—  Jesús. Es la lógica del Reino de Dios, que supera la heroica coherencia
—  de Juan (Lc 7,28).
Dialoguemos
— - ¿Vivimos a la escucha de la Palabra
buscando nuestra conversión?
— - ¿Sabemos acoger los signos de la
presencia de Jesús en nuestros tiempos?
— - ¿Confiamos en el Evangelio de manera
activa, como verdaderos discípulos?
Mensaje para hoy
—  El Evangelio nos invita hoy a asumir actitudes concretas que vayan
—  construyendo caminos de liberación para los excluidos y marginados,
—  denunciando toda estructura injusta y opresora que amenace la vida en
—  cualquiera de sus dimensiones.
—  Estamos invitados a convivir con aquellos que son excluidos no sólo de
—  la sociedad, sino, a veces, hasta por nosotros mismos, con argumentos tan
—  escandalosos como las diferencias ideológicas, religiosas, económicas o
—  sociales. Los cristianos y cristianas tenemos que luchar para que no nos
—  condicionen las realidades externas, ni nos sintamos derrotados cuando
—  hablen mal de nosotros por atender solidariamente a los excluidos de
—  la sociedad: pandilleros, madres solteras, drogadictos, gente de la calle,
—  prostitutas. ¡Estos son los signos del Reino que deben hacernos felices,
—  así como lo fue Jesús liberando de cadenas a los oprimidos!
—  La Nueva evangelización se vuelve novedad cuando denunciamos tantas
—  injusticias a nivel social, religioso, educativo, familiar. No podemos ser
—  cómplices ni encubridores de la maldad que viven nuestros hermanos
—  y hermanas. Debemos comprometernos como cristianos a vivir las
—  actitudes proféticas de Jesús, para hacer presente el Reino de Dios en
—  medio nuestro.
—  Finalmente, el texto bíblico de Lucas nos invita a reconocer este estilo
de
—  Jesús: paciente, acogedor, iluminador. La escucha de la Palabra requiere
—  de una visión inclusiva de lo que ha sido revelado, sin absolutizaciones.
—  En cada caso, la Escritura viene plenamente iluminada en Jesús y nos
—  invita, además, a saber leer la acción de Dios en el mundo; lo que puede
—  ser extendido a los “signos de los tiempos”.
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