Sociología: Pensando Sociologicamente
Sociología: Pensando Sociologicamente
Sociología: Pensando Sociologicamente
TEXTOS:
● “Pensando sociologicamente” Bauman
● “Las relaciones de producción y la estructura clasista” Giddens
● “Primeras obras de Durkheim” Giddens
● “Individualismo, socialismo y grupos profesionales” Giddens (desde la 182)
● “Conceptos fundamentales de la sociología” Giddens
● “Primeras lecciones de sociología de Pierre Bourdieu” (45-56, 63-76)
● “Primeras lecciones de sociología de Pierre Bourdieu” (56-62, 93-106)
● “Pierre Bourdieu y la política democrática”
PENSANDO SOCIOLOGICAMENTE
La sociología tiene sus propias perspectivas cognitivas que inspiran series de preguntas
para interrogar las acciones humanas, como también sus propios principios de
interpretación. La sociología se distingue por visualizar las acciones humanas como
componentes de configuraciones más amplias: conjuntos no azarosos de actores
entrecruzados en una red de dependencia mutua. Los sociólogos se preguntan qué
consecuencia tiene esto para los actores humanos, las relaciones en las que entramos y las
sociedades de las que formamos parte. Esto modela el objeto de la investigación
sociológica, de modo que, las configuraciones, las redes de dependencia mutua, el
condicionamiento recíproco de la acción y la expansión o confinamiento de la libertad de los
actores se cuentan entre las preocupaciones más destacadas de la sociología.
La sociología se vincula con el sentido común.
LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN Y LA ESTRUCTURA CLASISTA - MARX
La producción de la vida material es una condición necesaria de toda historia, que lo mismo
hoy que hace miles de años necesita cumplirse todos los días, simplemente para asegurar
la vida de los hombres.
Cualquier tipo de sistema productivo trae consigo un determinado conjunto de relaciones
entre los individuos que participan en el proceso de producción. El concepto de «individuo
aislado» solo sirve para encubrir el carácter social que la producción siempre manifiesta.
Los seres humanos nunca producen simplemente como individuos, sino que siempre lo
hacen como miembros de una determinada forma de sociedad. Por tanto, no hay ningún
tipo de sociedad que no se funde en un determinado conjunto de relaciones de producción.
En toda forma de sociedad hay «una suma de fuerzas de producción, una relación
históricamente creada con la naturaleza y entre unos y otros individuos, que cada
generación transfiere a la que sigue.
EL DOMINIO CLASISTA
Las clases surgen, según Marx, allí donde las relaciones de producción entrañan una
división diferenciada del trabajo que permite una acumulación de producción excedente;
ésta puede pasar a manos de un grupo minoritario, que de este modo se coloca en una
relación explotadora respecto a la masa de productores. La clase no debe identificarse ni
con la fuente de ingresos ni con la posición funcional en la división del trabajo. las clases no
son más que desigualdades en la distribución de ingresos y, por tanto, que el conflicto de
clases
puede mitigarse o incluso eliminarse del todo introduciendo medidas que minimicen las
diferencias entre los ingresos. Luego, para Marx, las clases son un aspecto de las
relaciones de producción. Las clases se constituyen por la relación de grupos de individuos
respecto a la posesión de propiedad privada sobre los medios de producción. Todas las
sociedades clasistas se constituyen alrededor de una línea divisoria entre dos clases
antagónicas, la dominante y la sometida. Clase, tal como la entiende Marx, implica
necesariamente una relación conflictiva. los capitalistas forman una clase sólo en la medida
en que se ven obligados a sostener una lucha común contra otra clase. Pues, por lo demás,
ellos mismos se enfrentan unos con otros, en el plano de la competencia, en pos de
ganancias en el mercado.
IDEOLOGÍA Y CONCIENCIA
Según Marx, la conciencia está enraizada en la praxis humana, que a su vez es social. Éste
es el sentido de la frase: «No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por
el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia». El concepto que tiene Marx del
papel que desempeñan las formas concretas de ideología en las sociedades clasistas se
sigue directamente de estas consideraciones más generales. El principal defecto del
idealismo filosófico e histórico está en su pretensión de analizar las propiedades de una
sociedad deduciéndolas del contenido de los sistemas de ideas que predominan en ella.No
se tiene en cuenta para nada que la relación entre valores y poder no es unilateral: la clase
dominante dispone de medios para difundir las ideas que legitiman su posición de
predominio. La ideología debe estudiarse en conexión con las relaciones sociales en que
viene incluida: tenemos que estudiar los procesos concretos que dan origen a los varios
tipos de ideas, juntamente con los factores que determinan qué ideas se colocan en lugar
destacado dentro de una sociedad dada.
Es importante distinguir dos puntos relacionados entre sí, y que Marx pone de
relieve al tratar de la ideología. Primero, las circunstancias sociales en que acontece la
actividad de los individuos condicionan la percepción que éstos tienen del mundo en que
viven. Precisamente en este sentido el lenguaje constituye la «conciencia práctica» de los
hombres. Y segundo, en las sociedades clasistas las ideas de la clase dominante son las
que predominan en cualquier época. De esta última proposición se sigue que la difusión
de ideas depende en gran manera de la distribución del poder económico en la sociedad. La
ideología constituye una parte de la «superestructura» social: prevalece en cualquier época
un ethos que legitima los intereses de la clase dominante. Las relaciones de producción, a
través de la mediación del sistema de clases, componen «la base real sobre la que se
levanta una superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas
de conciencia social». Un individuo o un grupo pueden desarrollar ideas en desacuerdo en
parte con los puntos de vista que prevalecen en su época; pero estas ideas no llegarán a
destacar si no se articulan con los intereses de la clase dominante.
La actividad productiva de los individuos, en relación entre sí y con la naturaleza,
implica una continua interacción mutua entre comportamiento social y conciencia: la
estructura de dominio clasista condiciona la difusión y la aceptación de las ideas originadas
de este modo. El «fundamento real» de la sociedad, sobre el que se levanta la
«superestructura», consiste siempre en relaciones de individuos prácticos y activos, de
modo que siempre entraña tanto la creación como la aplicación de ideas. Lo más
significativo de la «superestructura» es que viene incluida en un sistema de relaciones
sociales que preceptúan y sancionan un sistema de dominio clasista.
Todas las formas de conciencia humana, incluyendo las ideologías más elaboradas y
complejas, están enraizadas en determinados conjuntos de condiciones sociales. Los
modos de pensar predominantes no arrojaran del todo su carácter ideológico hasta que la
dominación de clases en general deja de ser la forma de organización de la sociedad.
Toda clase dominante pretende la universalidad de la ideología que legitima su posición de
dominio. En toda sociedad relativamente estable hay un equilibrio entre el modo de
producción, las relaciones sociales que integran este modo de producción, y la
«superestructura» a él vinculada por medio, del dominio clasista.
INDIVIDUALISMO Y ANOMÍA
La diferenciación de la división del trabajo produce inevitablemente un descenso, del grado
de saturación de la conscience collective en la sociedad. El crecimiento del individualismo
acompaña a la expansión de la división del trabajo: y el individualismo sólo puede progresar
a expensas de la intensidad de las creencias y sentimientos comunes. Así, la conscience
collective «consiste, cada vez más, en maneras de pensar y de sentir muy generales y muy
indeterminadas, que dejan lugar libre a una creciente multitud de disidencias individuales».
La solidaridad mecánica va siendo reemplazada cada vez más en las sociedades
contemporáneas por un nuevo tipo de cohesión social (solidaridad orgánica). Pero el
funcionamiento de la solidaridad orgánica no puede interpretarse según la teoría utilitarista;
la sociedad contemporánea sigue siendo un orden moral. Hay un espacio donde la
conscience collective «se ha fortalecido y precisado»: en todo lo que se refiere al «culto del
individuo». El desarrollo del «culto del individuo» sólo es posible a causa de la
secularización de muchos sectores de la vida social. El «culto al individuo» es el reflejo
moral del crecimiento de la división del trabajo, pero su contenido es completamente distinto
del de las formas tradicionales de comunidad moral, y por sí solo no puede constituir la
única base de solidaridad en las sociedades contemporáneas.
Si el crecimiento de la división del trabajo no está unido ineludiblemente con la ruptura de la
cohesión social, ¿cómo se explican los conflictos, que son un rasgo tan evidente del mundo
económico moderno? Durkheim reconoce que el conflicto de clases que brota entre el
capital y el trabajo asalariado ha acompañado a la expansión de la división del trabajo que
se sigue de la industrialización. La división de las funciones económicas ha dejado atrás el
desarrollo de la reglamentación moral apropiada. En lugar de la reglamentación moral
requerida, la formación de relaciones contractuales tiende a estar determinada por la
imposición del poder coercitivo. Durkheim: “división forzada del trabajo”. Si bien el
funcionamiento de la solidaridad orgánica implica la existencia de reglas normativas que
regularizan las relaciones entre las distintas profesiones, esto no puede realizarse si una
clase impone unilateralmente estas reglas a la otra.
La disminución progresiva de la desigualdad de oportunidades («desigualdad externa») es
una tendencia histórica concreta que acompaña al crecimiento de la división del trabajo.
Según Durkheim, es fácil ver por qué esto tenía que ser así. Los efectos individualizadores
de la división del trabajo significan que las facultades humanas específicas que antes
permanecían ocultas llegan a ser cada día más susceptibles de actualización.
REPRODUZCÁMONOS SOCIALMENTE
Tocqueville La igualdad social se impone a la desigualdad hereditaria de las posiciones. La
escuela es el instrumento de realización del ideal igualitario.
Bourdieu. La escuela contribuye a la producción de clases sociales. Campo escolar como
un mercado: por el lado de la oferta: determinar los mecanismos que aseguran la
reproducción social, por el lado de la demanda: analizar las consecuencias de los usos
diferenciados de la institución por las distintas clases sociales.
La cultura escolar es la cultura de la clase dominante. No es neutral
Es una cultura particular de la clase dominante transformada en cultura legítima, objetivable
e indiscutible, es arbitraria y de naturaleza social.
Tanto la selección de disciplinas como de contenidos son el producto de relaciones de
fuerza entre grupos sociales. La cultura escolar no es neutral, es de clase. El capital cultural
heredado por los hijos de las clases superiores compone un marco propicio de aprendizajes
y explican el buen rendimiento escolar de los niños de esta clase.
Los criterios de juicio de la excelencia escolar utilizados por los docentes son sociales.
Los buenos resultados escolares son mucho más probables cuando el habitus de docentes
y alumnos es idéntico, homólogo.
La ideología del don oscurece los mecanismos de la reproducción.
Ideología de acuerdo con el sentido común. Las desigualdades de rendimiento escolar
reflejan desigualdades de aptitudes, consideradas como innatas.
La ideología del don legitima las desigualdades escolares y sociales.
La neutralidad proclamada en las enseñanzas conduce a la exclusión de las clases
dominadas y refuerza la legitimidad de las dominantes. Los criterios de éxito son sociales.
Con la ideología del don la escuela naturaliza lo social y transforma desigualdades sociales
en desigualdades de capacidad. La escuela es conservadora y mantiene la dominación de
los dominantes sobre las clases populares.
Las clases populares están sometidas a una violencia simbólica.
El sistema escolar impone y legitima la arbitrariedad cultural dominante imponiendo a las
clases dominadas el saber de las clases dominantes.
La escuela exige la cultura libre, aún sólo cuando los herederos encuentren en su medio
familiar los medios de adquirirla. Estos se verán reconocidos y transformados en ventajas
académicas los saberes que toman de su entorno familiar.
La falta de homología entre la cultura de las categorías desfavorecidas y las de la
dominante provoca una aculturación específica de los dominados. Los individuos aprenden
a prever su futuro de conformidad con su experiencia presente y por lo tanto no desear
aquello que, en su grupo social, aparece como poco probable. Las clases populares se
muestran menos dispuestas a depositar en la escuela sus esperanzas de ascenso.
El crecimiento del alumnado modificó el valor de los títulos escolares.
Devaluación de títulos. En el dominio de la enseñanza, el reparto creciente de diplomas
provocó una “inflación de títulos”, su valor nominal es constante, pero el real se devaluó.
La competencia entre los distintos tipos de usuarios provocó un traslado global de la
estructura social.
La utilización del sistema de enseñanza no es igualitaria. Las diferencias cualitativas revelan
ser aún más discriminatorias. La segregación interna: las desigualdades de acceso a la
enseñanza son progresivamente sustituidas por desigualdades de escalafones a través de
las ramas y las opciones que delimitan trayectorias muy jerarquizadas por el valor que se
les atribuye y la composición social de su público.
Los padres que gozan de un capital cultural y social elevado disponen de una mayor
cantidad de fuentes de información sobre las ramas y los establecimientos.
Las estrategias escolares son un elemento central de las estrategias de reproducción y
afectan a las demás estrategias. Las estrategias de inversión escolar son tanto más
rentables cuanto más elevado es el capital cultural de origen, pero también cuando el
diplomado puede disfrutar del capital social de sus padres. El origen social influye sobre el
acceso al empleo a través de la red de relaciones. Un origen social tiende a favorecer los
ascensos durante la vida activa en los jóvenes cuya inserción profesional inicial se
considera como un cambio de categorías. La inversión escolar solo puede ser rentable si no
se dispersa en varias cabezas: privilegiar calidad antes que cantidad.
MODO DE PRODUCCIÓN:
DERECHO:
ESTADO:
LUCHA:
CONCIENCIA:
DOMINACIÓN:
CONCEPTOS DURKHEIM:
CONCIENCIA COLECTIVA: compuesto cuyos elementos son las inteligencias individuales.
Creencias y sentimientos compartidos conjuntamente por los miembros de la sociedad.
Mente social en su conjunto.
TIPO DE SOLIDARIDAD:
DERECHO:
ESTADO:
CONCEPTOS WEBER:
RELACIÓN SOCIAL:
LUCHA:
ESTADO:
SENTIDO DE LA ACCIÓN:
FORMAS DE LEGITIMACIÓN:
DOMINACIÓN: