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Dinero, Poder y Política

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Dinero, poder y política: financiamiento electoral como clave en la influencia


de Odebrecht en Perú y México

Article · January 2019


DOI: 10.18800/politai.201901.005

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3 94

1 author:

Kenyi Martinez Encarnacion


Pontifical Catholic University of Peru
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Dinero, poder y política: financiamiento electoral
como clave en la influencia de Odebrecht en Perú
y México

Money, power and politics: electoral financing as key in the


influence of Odebrecht in Peru and Mexico

Kenyi Martinez Encarnación (*)


Pontificia Universidad Católica del Perú
ORCID: 0000-0003-1349-1593

Fecha de recepción: 21 de mayo


Fecha de aceptación: 5 de agosto

ISSN en línea: 2415-248

Martínez Encarnación, K. (2019) «Dinero, poder y política: financiamiento electoral como clave en la
influencia de Odebrecht en Perú y México». Politai: Revista de Ciencia Política, Año 10, primer semestre,
N°18: pp. 128-168.

DOI: https://doi.org/10.18800/politai.201901.005

* Estudiante de Ciencia Política y Gobierno en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha sido ponente en el "IV
Congreso Internacional Estudiantil de Derecho Administrativo", organizado por la facultad de Derecho de la UNAM
en el Instituto Nacional de Administración Pública- Ciudad de México.
Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

Sumilla

En la actualidad, Odebrecht es el caso más emblemático de corrupción en América


Latina, involucrando a decenas de políticos, empresarios y obras públicas de países
como Perú y México. Sin embargo, el problema no solo se trata de corrupción, sino que
detrás hay un sistema poco conocido, donde la preocupación tiene que ver con las
“reglas de juego” y sus “jugadores”. Por ello, este artículo pretende explicar por qué
Odebrecht pudo influir en las decisiones de los Estados peruano y mexicano para
adjudicarse contrataciones públicas. En esa línea, se sostiene que fueron por tres
razones. En primer lugar, su entrega oportuna era atractiva para los políticos, porque
tenían eficacia para terminar las obras antes de que acaben su mandato; y por ende,
puedan inaugurarlas con un incentivo adicional (“lado bueno de la empresa”). En
segundo lugar, otro factor fue su influencia en el Estado, porque crearon una red de
corrupción con las esferas más altas de Gobierno a través del financiamiento electoral,
sobornos, lobbies y constructoras locales para ganar licitaciones (“lado oscuro de la
empresa”). El financiamiento electoral resulta clave, porque creaba las bases para luego
armar una red peligrosa a fin de buscar más poder en la política a través del dinero. En
tercer lugar, un último factor fue la debilidad institucional, porque la firma brasileña
aprovechó un contexto de leyes “sastres”, que no solo evitaban fiscalizaciones y
rendición de cuentas, sino que facilitaba la corrupción como si fuesen hechas a las
medidas del “cliente”. Finalmente, se explican estos tres factores a partir de dos
megaproyectos en Perú y México: Metro de Lima Línea 1 y Refinería Miguel Hidalgo
Tula I.

Palabras clave: Odebrecht, líderes políticos, acuerdos, corrupción, financiamiento


electoral, entrega oportuna, influencia en el Estado y debilidad institucional.

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

Abstract

Currently, Odebrecht is the most emblematic case of corruption in Latin America,


involving dozens of politicians, businessmen and public works, including Peru and
Mexico. However, the problem is not only about corruption, but it is behind a little
known system, where the concern has to do with the "rules of the game" and their
"players". Therefore, this article aims to explain why Odebrecht was able to influence
Peruvian and Mexican states’ decisions about awarding public contracts. In that line, it
is argued that they were for three reasons. First, their timely delivery was attractive to
politicians, because they were effective in finishing the works before they finished their
term; and, therefore, they can inaugurate them with an additional incentive ("good side
of the company"). Second, another factor was its influence on the State, because they
created a corruption net with the highest levels of government through electoral
financing, bribes, lobbies and local constructions to win tenders ("dark side of the
company"). In particular, electoral financing was key, because it creates the basis for
later building a dangerous network in order to seek more power in politics through
money. Third, a final factor was institutional weakness, because the Brazilian firm took
advantage of a context of "tailor" laws that not only avoided audits and accountability,
but also facilitated corruption as if they were made to the measures of the "client ".
Finally, it explains these three factors from two megaprojects in Peru and Mexico:
Metro de Lima Line 1 and Miguel Hidalgo Tula I Refinery.

Keywords: Odebrecht, political leaders, agreements, corruption, electoral financing,


timely delivery, influence on the State and institutional weakness.

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

Introducción

En la actualidad, Odebrecht es el caso más emblemático de corrupción en América


Latina. De hecho, en marzo del 2014, un caso de gran repercusión mediática y política
como Lava Jato estalló en Brasil y casi de inmediato involucraría a decenas de políticos
latinoamericanos, incluso hasta África. Posteriormente, en el 2015, Marcelo Odebrecht
reveló que había expandido su negocio a través de una compleja red de corrupción entre
sobornos, sobrecostos y financiamiento de campañas para obtener beneficios en
contrataciones públicas, entre ellos Perú y México. Sin embargo, el problema no solo
trata de corrupción, sino que detrás hay todo un sistema que la facilita: “captura
corporativa estatal”. En esa línea, este problema no se trata de cuestiones ideológicas,
sino que la preocupación tiene que ver con “las reglas de juego” y sus “jugadores” (el
que ofrece, el que recibe y el que fiscaliza).

Por ello, el presente artículo pretende explicar por qué Odebrecht pudo influir en las
decisiones del Estado peruano y mexicano para adjudicarse contrataciones públicas, es
decir, por qué la firma brasileña influyó para ganar licitaciones en dos países con altos
índices de corrupción, pero con diseños estatales diferentes: unitario y federal. En esa
línea, se propone que hubo un acuerdo entre la firma brasileña y los líderes políticos
para influir ventajosamente en sus países, donde la constructora gané licitaciones por
tres razones (entrega oportuna, influencia en el Estado y debilidad institucional) a partir
de dos megaproyectos en Perú y México: Metro de Lima Linea 1 y Refinería Miguel
Hidalgo Tula I.

El presente estudio se divide en cinco secciones. En primer lugar, se presenta una breve
revisión de la literatura acerca de captura corporativa estatal en países latinoamericanos.
En segundo lugar, se definen algunos conceptos básicos como punto central de la
investigación. En tercer lugar, a partir del caso Odebrecht, se explican tres factores que
configuran su sistema de “conquista”: entrega oportuna, influencia en el Estado y
debilidad institucional. En cuarto lugar, se comparan estos tres factores a partir de dos
casos representativos de su modus operandi en Perú y México: Metro de Lima Linea 1 y
Refinería Miguel Hidalgo Tula I. Finalmente, se presentan las conclusiones sobre este
fenómeno a partir de las investigaciones encontradas en ambos países, y se finaliza con
algunas reflexiones sobre la relación entre dinero, poder y política.

1. LA CAPTURA CORPORATIVA ESTATAL Y SUS VARIANTES

La captura política es una forma de influencia extrema sobre el Estado para inclinar las
decisiones a favor de unos cuantos privilegiados que concentran recursos, los cuales
pueden ser élites económicas, élites políticas, partidos políticos e incluso familias
(Durand 2010:10). Sin embargo, el presente trabajo se limita a realizar una breve
revisión de la literatura sobre captura política por parte de actores corporativos,
entendidas como élites económicas influyentes. Por ello, estudiar la relación empresa-
Estado, constituye un campo de estudio relevante, porque hay un creciente interés sobre
cómo se maneja el poder entre las élites políticas y élites económicas para obtener
beneficios mutuos, es decir, si hay un “acuerdo” establecido entre ambos actores para
influir ventajosamente en el Estado a cambio de beneficios personales. En esa línea, se
explican tres de sus variantes:

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

Primero, autores como Stigler y Peltzman sostiene que la “captura regulatoria” es un


tipo de fallo en una entidad reguladora para actuar a favor de ciertas empresas o grupos
de interés como, por ejemplo, regulaciones “flojas” en beneficio de grandes firmas en
sectores extractivos, energéticos, etc (1971 y 1976: 211-240). Es decir, es una relación
de empresa- sector regulador, donde grandes corporaciones dotadas de recursos y
conectadas políticamente influyen solo en las decisiones del ente que los regula a su
favor 1.

Segundo, autores como Hellman, Jones y Kaufmann sostienen que la “captura estatal” es
una relación empresa-Estado, entendida como “influencias indebidas”, porque las
corporaciones recurren principalmente a la corrupción para armar una red estrecha con
la élite política local, que les permita “capturar” funcionarios públicos a varios niveles
del Estado (2000). Por ejemplo, las grandes firmas pueden diseñar estrategias a través de
pagos de comisiones ilícitas (sobornos) para obtener beneficios indebidos. En breve, las
empresas recurren principalmente a los mecanismos de corrupción para influir en el
Estado 2.

Tercero, autores como Durand sostienen que este fenómeno va más allá de la
corrupción: captura corporativa estatal como “influencia excesiva”. Por ello, argumenta
que es una situación donde élites económicas y élites políticas dotadas de grandes
recursos logran proyectarse ventajosamente en el Estado, quienes recurren a
mecanismos que van más allá de la corrupción: financiación de campañas, lobbys en la
sombra, “comprar” leyes, “puerta giratoria”, “alianzas” con otras empresas, incluso
influencias en los medios de comunicación de masas y opinión pública 3 (2010:12-16).
Es decir, es una situación donde las corporaciones y líderes políticos hacen un “acuerdo”
establecido para formar “influencias excesivas”, y a veces indebidas, en las decisiones
del Estado, porque recurren a mecanismos que varían entre lo legal, ilegal y dudoso a fin
de obtener ventajas personales contrarias al desarrollo social, y, por ende, pueden poner
en peligro a la democracia.

2. MARCO TEÓRICO

Para fines del presente trabajo, es importante definir algunos conceptos e identificar a
los actores “captores” con sus mecanismos, porque indica quién arma la red, y cómo se
benefician. En primer lugar, sobre captura corporativa estatal, se entiende como una
situación donde se maneja el poder entre corporaciones, sean nacionales o extranjeras; y
líderes políticos, sean caudillos, “salvadores de la patria” o partidos hegemónicos, para
influir ventajosamente en el Estado a fin de obtener beneficios personales en contra del
desarrollo social, usando una serie mecanismos legales, ilegales y dudosos (Durand
2010, Membreño 2007 y Omelyanchuk 2001). En esa línea, es una relación empresa-

1 De acuerdo a Stigler, las regulaciones solo se aprueban a favor de las grandes firmas. Ver George Stigler, “The Theory of
Economic Regulation”, Bell Journal of Economics and Management Science,N° 2 (Spring 1971): 3-21. Ver también Sam
Peltzman, “Toward a More General Theory of Regulation”, Journal of Law and Economics, 19, N° 2 (1976), pp. 211-240.
2 De acuerdo Hellman, Jones y Kaufmann, las grandes corporaciones influyen en el Estado, quienes recurren solamente a
mecanismos de corrupción como sobornos o “coimas”, Ver Hellman, Jones y Kaufmann, “Seize the State, Seize the Day: State
Capture, Corruption and Influence in Transition”, Washington DC: Banco Mundial, Policy Research Working Paper 2444, pp.1-39.
http://siteresources.worldbank.org/INTABCDEWASHINGTON2000/Resources/hellman.pdf
3 De acuerdo con Durand y otros autores, los grandes actores económicos pueden embarcarse en capturar al Estado recurriendo
a mecanismos legales e ilegales o combinándolos creativamente. Ver Cuando el poder extractivo captura el Estado: lobbies,
puerta giratoria y paquetazo ambiental en el Perú, Lima, 2016, OXFAM, p.12-16.

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Estado, donde las corporaciones, dotadas de grandes recursos, pueden recurrir


principalmente a la corrupción para armar una red estrecha con la élite política local, que
les permita capturar funcionarios públicos a varios niveles del Estado: presidentes,
ministros, parlamentarios, funcionarios públicos, etc (Hellman, Jones y Kaufmann
2000). Primero, pueden moldear el marco institucional, es decir, las reglas de “juego”,
para que puedan operar sin presiones. Segundo, diseñan estrategias a través de pagos de
comisiones ilícitas para adjudicarse contrataciones públicas.

En segundo lugar, sobre el modelo de influencias Odebrecht, es un sistema de la firma


brasileña con una serie de mecanismos legales, ilegales y dudosos- financiamiento de
campañas, sobornos y lobbies- para mantener relaciones cercanas a largo plazo con una
serie de personajes influyentes como presidentes, ministros, funcionarios, entre otros, a
fin de evitar fiscalizaciones, regulaciones y trámites burocráticos (Durand 2018: 75-80).
En especial, el financiamiento electoral es clave, porque significa la base del pacto con
el político para luego armar la red de corrupción a niveles inferiores.

En tercer lugar, sobre corrupción, se entiende como el mal uso del poder empresarial,
político y burocrático a fin de obtener mezquinos intereses privados en contra del
desarrollo social través de una serie mecanismos que varían entre lo legal, ilegal y
antiético (corrupción negra, gris y blanda) distorsionando las reglas que protegen los
intereses públicos y a las entidades encargadas de luchar contra la corrupción (Quiroz
2013: 30-34). En esa línea, se trata de una situación enraizada en las estructuras sociales
y ligada a una evolución institucional precaria que no ha podido detener
comportamientos oportunistas, donde la preocupación tiene que ver con las “reglas de
juego” y sus “jugadores” (el que da el soborno, el que lo recibe, y el encargado de
combatirla). En consecuencia, las normas favorables al desarrollo son inexistentes, están
distorsionadas o se muestran inestables; y, por ende, se producen sucesivas olas de
corrupción.

Por último, sobre entidades públicas, como cualquier institución, se rigen por reglas del
Derecho Administrativo y existen una serie de principios como, por ejemplo, eficacia y
transparencia, de orden constitucional en las administraciones públicas que permiten
conseguir un buen funcionamiento de los servicios públicos a la ciudadanía (Danos
2017, Jinesta 2009 y Rubio 2017). En ese sentido, para garantizar un ambiente de
confianza entre las instituciones públicas y la sociedad, las normas que la rigen- leyes,
decretos, etc- deben cumplir con dichos principios a fin de mejorar su funcionamiento,
fortaleciendo a las entidades públicas con recursos normativos, técnicos y mayor
autonomía para luchar contra la corrupción.
Asimismo, para fines del presente, se identifican los siguientes mecanismos utilizados
por los actores “captores”- empresarios y políticos- que varían entre lo legal, ilegal y
antiético 4:

1. Financiamiento de partidos es la base del pacto entre Marcelo Odebrecht


y los líderes políticos para luego armar la red de corrupción en tres
niveles (jefes, intermedios y decisores).

4 Estos mecanismos están vinculados a la “corrupción blanda” entendida como conductas oportunistas para obtener ventajas
personales mediante prácticas “legales”. Ver Arturo Del Castillo: “Medición de la corrupción: un indicador para la rendición de
cuentas”.

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2. Soborno es un arreglo ilegal entre una autoridad-funcionario público y el


empresario mediante la entrega de dinero para ganar licitaciones.
3. Lobbys son personajes conectados políticamente para asegurar que las
decisiones sean favorables para el acuerdo empresarios-políticos como si
fuesen gestores de intereses.
4. Alianzas estratégicas con constructoras locales son relaciones colusivas
para aprovechar sus conexiones políticas y penetrar ventajosamente en
los mercados nacionales sin competencia a fin de que todos salgan
ganando (repartición de obras).
5. Leyes “sastres” son normas que incentivan la conducta para facilitar la
corrupción, evitando las fiscalizaciones y rendiciones de cuentas. Dicho
de otra manera, son reglas que no garantizan un sistema de pesos y
contrapesos, debilitando a los actores encargados de luchar contra la
corrupción.

3. ODEBRECHT Y SU SISTEMA DE “CONQUISTA”: TRES FACTORES

Para fines del presente trabajo, la captura corporativa estatal es entendida como una
situación donde se maneja el poder entre élites económicas y élites políticas para influir
ventajosamente en el Estado a fin de obtener intereses personales en contra del
desarrollo social, haciendo uso de una serie mecanismos legales, ilegales y dudosos. En
esa línea, para desarrollar infraestructura nacional, este manejo de poder se expresa en
arreglos o acuerdos entre los empresarios y los líderes políticos en cada país.

Por ello, en un contexto de construcción de obras, los principales actores son dos:
grandes empresas constructoras y el Gobierno. Por un lado tenemos, a la gran
constructora brasileña Odebrecht, la cual llegó a convertirse en la mejor empresa de
construcción y símbolo de prestigio en América Latina; y por otro lado, a políticos y
funcionarios de varios niveles de Gobierno, empezando por el presidente quien tiene la
iniciativa de los megaproyectos, y terminando hasta el administrador público, que
autoriza quién gana la licitación de la obra.

En esa línea, a continuación se desarrollan tres factores del modus operandi de


Odebrecht para adjudicarse contrataciones públicas. Este debe ser entendido en un
contexto de acuerdos establecidos entre ambos actores (empresarios y líderes políticos),
es decir, se explican tres elementos de su sistema de “conquista” para ganar más obras.

3.1. ENTREGA OPORTUNA: “OBRAS A TIEMPO”

Un factor que influyó en la adjudicación a Odebrecht fue la entrega oportuna, porque


esta empresa era eficaz para terminar las obras públicas antes de que los políticos acaben
su mandato, a fin de que puedan inaugurarlas como un incentivo personal, pues les
generaría redito político. En esa línea, uno de los pilares de Odebrecht que lo hizo
especial en el mercado de la construcción era este tipo de entrega en el plazo solicitado
por los presidentes, incluso podían entregarla antes, a fin de inaugurarla en medio de una
alta presencia pública, porque los políticos tienen un interés especial para culminar las
obras a fin de aumentar su capital político (Durand 2018:76). Dicho de otra manera, la
constructora brasileña podía ofrecer las garantías a partir de las inauguraciones para que

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los políticos aumenten sus probabilidades de éxito en unas eventuales elecciones o


simplemente dar seguridad a las inversiones del Gobierno como símbolo de “eficacia”
durante su gestión política. En breve, la capacidad de entrega oportuna no solo daba la
obra a tiempo, sino que ofrecía ciertas garantías a los intereses del Gobierno 5, porque
tenían el soporte financiero, prestigio y trayectoria empresarial como constructora para
cumplir las obras en las fechas previstas.

Asimismo, la entrega oportuna de Odebrecht se basaba en una relación clientelar entre el


político y el empresario. En ese sentido, la base de este sistema clientelista se encuentra
en la acumulación por parte de los políticos y empresario de recursos necesarios para
consolidar sus probabilidades de éxito, cada uno en su ámbito: por un lado, el político
podría reducir la competencia en “el mercado político” para facilitar un triunfo electoral,
ganando votos con la inauguración de obras; y por otro, el empresario puede reducir la
competencia en el mercado concentrando cada vez más recursos económicos, incluso
alcanzar una condición de privilegio o “monopolio” en el mercado de la construcción
(Bresson 2010: 87-88). En efecto, estos recursos necesarios los podía ofrecer Odebrecht
con la entrega oportuna para que ambos actores (Gobierno y empresa) se beneficien,
porque así como el político puede ganar votos a partir de las inauguraciones de obras
públicas, la empresa puede proyectarse internacionalmente en el mercado constructor a
partir de la culminación de esta. En suma, la capacidad de entrega oportuna era símbolo
de “eficacia” para el político y la constructora, donde había beneficios mutuos.

Por ejemplo, Odebrecht entregó el titánico Proyecto Olmos en Lambayeque- Perú, uno
de los más difíciles del mundo por las condiciones de construcción. En esa línea, el 18
de noviembre del 2014, el presidente Ollanta Humala pudo inaugurar esta mega obra
hidroenergética, la cual fue un emblema durante su gobierno, pero luego sería
cuestionada por presuntos sobornos (El Comercio 2014).

No obstante, para lograr esa eficacia con la entrega oportuna, la habilidad de


organización de Odebrecht era una condición importante. De hecho, a medida que
Odebrecht se fue formando como empresa de ingeniería pesada fue perfeccionando sus
relaciones internas para mejorar su organización y ofrecer servicios que le permitan
lograr la internacionalización. En ese sentido, en 1981, Norberto Odebrecht empezó a
desarrollar proyectos de cambio organizacional y publicó el libro “Sobrevivir, crecer y
perpetuar: tecnología empresarial Odebrecht (TEO)” como una representación para
desarrollar su modelo de negocios, porque proyectaba una idea de transformación
interna a partir de una estructura jerárquica y descentralizada para convencer a sus
gerentes y empleados en creer y perseguir la misión basada en tres verbos del libro:
“sobrevivir, crecer y perpetuar” (Norberto 2011: 5-6). Asimismo, Durand sostiene que la
finalidad del libro era servir a sus clientes, es decir, los gobiernos, empresas y
accionistas, porque se había creado una división de trabajo entre gerentes y trabajadores
para generar ganancias para sus clientes y, en especial, a los Gobiernos y a los
accionistas, que eran principalmente los miembros de la familia Odebrecht (2018: 70-
71). En breve, la entrega oportuna de Odebrecht se basaba en la habilidad de

5 La entrega oportuna de servicios era clave para el modelo de negocios de Odebrecht a fin de perfeccionar sus relaciones
externas con sus clientes, políticos, funcionarios, entre otros stakeholders. Ver también Francisco, Durand, Odebrecht: la
empresa que capturaba gobiernos, Perú, PUCP, 2018, pp. 76-77

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organización interna para ofrecer servicios que satisfagan a sus clientes, entre ellos los
Gobiernos y presidentes 6

En consecuencia, al perfeccionar sus relaciones internas para internacionalizarse, la


entrega oportuna era atractiva para los Gobiernos. De hecho, la Tecnología Empresarial
de Odebrecht (TEO) no solo sirvió como inspiración para la internacionalización para
hacer más obras, sino que se convirtió en un “atractivo” para muchos presidentes por su
eficiencia para terminar obras lo más rápido posible e inaugurarlas. En ese sentido, la
TEO reflejó la maduración de la constructora para internacionalizarse y servir de
“capital político”, porque no solo llegaron a convertirse en la mayor empresa de
ingeniería y construcción de América Latina, sino que era la mayor exportadora de
servicios de ingeniería brasileña, donde hicieron decenas de obras para presidentes de
Brasil, Perú, etc (Zebinden, Oliva y Gaspar 2007: 102-103). Por esa razón, la entrega
oportuna de Odebrecht pudo influir en la adjudicación de contrataciones públicas,
porque tenían la trayectoria internacional, experiencia y capacidad para terminar las
obras en el tiempo requerido, incluso antes, como símbolo de “eficacia” a partir de la
cual los políticos puedan inaugurarlas.

En suma, un factor para la adjudicación fue la entrega oportuna, que se trataba de dar la
“obra a tiempo” para satisfacer a sus clientes (presidentes, accionistas, etc), porque
tenían la trayectoria empresarial, experiencia y eficacia para terminarlo en el plazo
solicitado, incluso antes, a fin de que los políticos puedan inaugurarla para aumentar su
capital político, o ganar votos. Por ello, Odebrecht y su entrega oportuna, fue atractivo
para muchos gobiernos.

3.2 INFLUENCIA EN EL ESTADO: “ARREGLOS BAJO LA MESA”

Tan importante como la entrega oportuna, eran las relaciones externas de Odebrecht,
porque tiene que ver con la capacidad de influencias excesivas que mantuvo en el
Estado para asociarse a grandes obras públicas. Por esa razón, otro factor para ganar
licitaciones fue la influencia en el Estado, porque crearon una red de corrupción con las
esferas más altas de Gobiernos a partir del financiamiento electoral, sobornos,
influyentes constructoras locales y lobbies para ganar licitaciones. En consecuencia, esto
permitía mantener relaciones cercanas a largo plazo con una serie de importantes
personajes como presidentes, ministros, directivos públicos entre otros para ganarse su
“confianza”, evitar fiscalizaciones y adjudicarse contrataciones públicas mediante la
corrupción.

En ese sentido, Odebrecht tenía un modelo de influencias donde usaban una serie de
mecanismos, como sobornos, “lobbys”, “puertas giratorias”, financiamiento político,
cuya finalidad era crear una red para ser “amigo de todos” y conseguir más obras con el
mayor nivel de ganancias posibles (Durand 2018: 76). Por esa razón, en el 2006, la
constructora brasileña creó una división llamada Departamento de Operaciones
Estructuradas (DOE o mejor conocido como departamento de “sobornos”) para
gestionar varios mecanismos de corrupción blanda que varían entre lo legal, lo ilícito y
lo antiético.

6 La Tecnología Empresarial Odebrecht (TEO) fue un principio de la firma brasileña para ser un grupo nacional y empezar su
proyección internacional que satisfagan a sus clientes, Ver también, Norberto, Odebrecht, Tecnología Empresarial Odebrecht:
sobrevivir, crecer y perpetuar, Salvador. Fundación Odebrecht, 2011, pp. 5-6.

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Asimismo, este departamento era importante por dos razones. En primer lugar, la
autorización y presupuesto de las obras dependían de políticos y funcionarios públicos,
y, por ende, debían ser incorporados a una red de corrupción que manejaba Marcelo
Odebrecht para organizar los arreglos a través de una serie de mecanismos del DOE
(Durand 2018:76-77). En otras palabras, era gente que debía ser ganada a su causa por
su gran poder de influencia en las licitaciones públicas. En segundo lugar, los diversos
mecanismos, como sobornos, financiamiento no declarado, “intermediarios” y empresas
“offshore”, fueron institucionalizados por Odebrecht como si fuesen actividades
normales en su forma de operar para crear una red de corrupción a fin de lograr
contratos y aumentar sus ganancias 7. En suma, la importancia de su modus operandi
radica en que incorporaron personajes influyentes a su red de corrupción y la
formalizaron como una práctica cotidiana o normalizada de la empresa haciendo uso de
diversos mecanismos que variaba entre lo legal, lo ilegal y lo dudoso.

En consecuencia, para mantener y ampliar las redes de corrupción, Durand sugiere que
el modus operandi de Odebrecht fue en tres niveles: decisores, operadores y ejecutores 8.
En primer lugar, el nivel más alto era de decisores, porque se creó una relación especial
entre el empresario y funcionarios públicos y políticos de primer nivel, incluso
presidentes, para armar la red “desde arriba” y adjudicarse contrataciones públicas. Por
ese motivo, el centro de la telaraña de corrupción de Odebrecht eran las relaciones
privadas entre “los grandes jefes”, Marcelo Odebrecht o, en su defecto, el responsable
de cada país con las esferas más altas de Gobierno y partidos políticos, porque el modelo
de influencias de Odebrecht aspiraba a tener contacto personal con los presidentes. En
suma, el nivel de decisores era una relación entre jefes con un gran poder de influencia,
pero indirecto en el proceso de licitación y, por ende, la necesidad de armar la red a
niveles inferiores.

En segundo lugar, el nivel medio era de operadores, porque ellos participaban en el pago
de sobornos del líder empresarial probablemente a los niveles alto y bajo. En efecto, en
ese proceso de contacto participaban los intermediarios, o mejor conocidos como
operadores, que servían para coordinar reuniones con los jefes de ambos lados (Durand
2018: 80-81). En breve, los operadores eran hombres de confianza de quienes estaban en
un alto cargo público, de modo que si hay un destape de corrupción los “jefes” no se
verían involucrados directamente.

En tercer lugar, el nivel bajo era de los ejecutores, porque ellos eran los encargados del
comité de licitación y que en su mayoría eran administradores públicos con poder
directo en el proceso de adjudicación, que fueron incorporados a la red a través de
sobornos para garantizar que la constructora brasileña ganará obras, es decir, era gente
encargada de decidir a quién se adjudica la contratación pública. En pocas palabras, para
influir en el Estado, tener conexiones políticas y adjudicarse obras, Odebrecht organizó
sus redes en tres niveles: decisores, intermediarios y ejecutores.

7 La Caja 2 fue una división creada por la constructora para el pago de sobornos y financiamiento no declarado a partidos
políticos en países en los operaba. Ver también Gestión, ¿De qué se trata la Caja 2 de la empresa Odebrecht?, Lima, publicada
el 15 de noviembre del 2018
https://gestion.pe/peru/politica/trata-caja-2-empresa-odebrecht-nndc-250048
8 De acuerdo con Durand, sus tres niveles de corrupción (decisores, operadores y ejecutores) eran clave para ganar
licitaciones,Ver Francisco Durand, Odebrecht: la empresa que capturaba gobiernos, Perú, PUCP, 2018, pp. 80-82.

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En consecuencia, para conseguir más poder, su sistema funcionaba como un “arreglo


bajo la mesa” entre la empresa que tenía el dinero, y los políticos, que autorizaban las
obras desde arriba a cambio de “favores”.

3.2.1. FINANCIAMIENTO ELECTORAL: “DEUDA A FUTURO”

Históricamente, en América Latina, el dinero y la política ha sido una relación


problemática para las democracias, porque es dinero que busca beneficios particulares:
contratos con el gobierno, acceso para influir en regulaciones favorables o, incluso,
comprar impunidad cuando un gobierno entre en funciones. En la actualidad, se sigue el
mismo destino, pero la preocupación tiene que ver con la forma en que se financia la
política, es decir, cuando la entrega de dinero es a cambio de favores personales en
contra del desarrollo social.

Por ello, el financiamiento político de Odebrecht era clave, porque no solo comprometía
al político, sino que creaba un terreno fértil para luego armar la red desde arriba, es
decir, “entre jefes”. En esa línea, el financiamiento electoral, que muchas veces no era
declarado por los partidos, fue importante porque significa las bases para acceder a una
relación cercana con el político con reuniones privadas; y mantener una relación
especial a largo plazo con una serie de personajes influyentes como presidentes,
ministros, congresistas, funcionarios, etc. Por eso, a medida que Odebrecht se iba
internacionalizando, se dedicaron más recursos a la financiación de partidos para tener
influencia 9. En consecuencia, para que la empresa “sobreviviera”, Emilio Odebrecht,
padre de Marcelo, afirmó que en Brasil existía una regla de oro: “o se contribuía a todos,
o a nadie” para ayudar a los partidos en sus necesidades de campaña y a cambio obtener
favores (Durand 2018: 82).

Gráfico 1: Financiamiento de Odebrecht a los partidos políticos en Brasil

9 Solían financiar campañas políticas a todos los candidatos, incluso dar un paquete de servicios que ayudaban a los partidos
políticos a competir ventajosamente. Ver también, IDL-Reporteros, Dinero para todos, Lima, publicado el 15 de marzo del 2018.
https://idl-reporteros.pe/audios-jorge-barata-keiko-fujimori-ppk-alejandro-toledo-alan-garcia-susana-villaran/

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Fuente: The Intercept Brasil y CONNECTAS

Por ejemplo, en Brasil, Odebrecht financió de forma oficial a 28 de los 35 partidos


políticos. Pero solo tres de ellos concentraron más de la mitad de los aportes del grupo
empresarial. Uno de ellos fue el Partido de los Trabajadores (PT) con tendencia
izquierdista, que ha gobernado Brasil entre 2003 y 2016, quien lidera el top de las
agrupaciones políticas que más dinero recibieron de Odebrecht con 21 millones de
dólares, de los cuales puede ser dinero disfrazado para obtener ventajas en
contrataciones públicas 10.

Sin embargo, años después, los fiscales brasileños revelaron que el financiamiento de
campaña era canalizado ilegalmente a través de la Caja 2, es decir sin reconocimiento
del partido o candidato en sus cuentas oficiales, de modo que se puede tratar de un
“pacto silencioso” entre el empresario y el candidato para aumentar las posibilidades de
influir en un eventual gobierno sin generar sospechas.

En consecuencia, este financiamiento electoral de Odebrecht era como una especie de


“acuerdo tácito” o “pacto silencioso” que creaba una deuda a futuro porque, por un lado,
había una obsesión del empresario de recuperar el dinero invertido en campaña y, por
otro, comprometía al candidato o político para devolverle el “favor” cuando llegue al
poder. En otras palabras, era como un Quid pro quo, un intercambio de favores (algo por
algo). Por ese motivo, Casas y Zovatto sostienen que es usual que empresas
constructoras financien campañas puesto que sus negocios y ganancias dependen de
contrataciones estatales y regulaciones públicas (2011: 22). No obstante, las
contribuciones privadas en campañas electorales pueden ser peligrosas porque ponen en
riesgo el interés público a tal punto de privatizar las decisiones de los funcionarios
públicos por el apoyo brindado. En breve, el financiamiento electoral de Odebrecht
creaba una deuda a futuro, porque comprometía a los políticos para luego devolverle el
favor, significando el comienzo de la red de corrupción que iba en contra del desarrollo
social. Es decir, si Odebrecht quería ser el “amigo de todos”, el financiamiento era el
inicio de esa “amistad”.

Asimismo, otra mecanismo importante del modus operandi de Odebrecht era formar
alianzas estratégicas con influyentes constructoras locales para repartirse obras, incluso
se convirtió en una necesidad para posicionarse en el mercado de cada país, porque a
través de ellas no solo aprovechaban las debilidades institucionales del sistema, sino que
aumentaban sus conexiones políticas para llevar a cabo sus obras en medio de sobornos,
sobrecostos y baja fiscalización 11.

En suma, la influencia en el Estado fue otro factor de Odebrecht para ganar licitaciones,
porque crearon una red de corrupción a través del financiamiento electoral, sobornos,
lobbies e influyentes constructoras locales con las esferas más altas de Gobierno que

10 El grupo Odebrecht solía financiar a todos los partidos políticos brasileños, donde los más consentidos eran los candidatos a
presidentes, gobernadores, diputados del PT para luego tener acceso especial. Ver Belisario, Adriano, Los tentáculos de
Odebrecht en las campañas políticas de Brasil, The Intercept y Connectas.
https://www.connectas.org/especiales/odebrecht/
11 Los clubes de la construcción solían repartirse contratos y ganancias para competir estratégica y ventajosamente sin
competencia en los países que operaban. Ver también, La República, Club de la construcción ya existía desde el 2001, Lima,
publicada el 6 de abril del 2019.
https://larepublica.pe/politica/1457054-club-construccion-existia-2001

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

luego operaba a tres niveles (decisores, operadores y ejecutores). En especial, el


financiamiento electoral era clave porque no solo significaba la base de esa red, sino que
comprometía a los líderes políticos para mantener relaciones a largo plazo a fin de
obtener ventajas en contrataciones públicas (deuda a futuro). Por ello, si Odebrecht
quería ser “el amigo de todos”, el financiamiento electoral era el inicio de esa “amistad”.

3.3. DEBILIDAD INSTITUCIONAL: “HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA”

Un tercer factor que influyó en la adjudicación fue la debilidad institucional, porque


Odebrecht pudo aprovechar un contexto de “legislación débil” que no solo evitaba
fiscalizaciones o rendiciones de cuentas, sino que facilitaba la corrupción para operar sin
presiones, desafiando exitosamente el control de entidades públicas, partidos políticos,
prensa, entre otros actores en la lucha contra la corrupción. En consecuencia, ganaban
licitaciones de manera directa o, como se suele decir, adjudicaciones arregladas, porque
no hay un sistema de peso y contrapesos que detenga esos comportamientos
oportunistas.

Asimismo, el éxito de la entrega oportuna y la influencia en el Estado variaba según el


país, porque su nivel de riesgo dependía de la institucionalidad de cada país para frenar
la corrupción. Por ejemplo, en Estados Unidos, con entidades fuertes y rigurosa
fiscalización, Odebrecht era como un “pez chico en una pecera grande”, porque no tenía
el nivel de conexiones y contactos políticos como los tenía en Brasil y Perú, donde era
un “pez grande en una pecera chica” (Durand 2018: 79). En otras palabras, el nivel de
riesgo, o éxito, del “modus operandi” de Odebrecht dependía de la institucionalidad del
país, porque hay países con “reglas más fuertes” y fiscalizaciones rigurosas, y otros
simplemente son flexibles a la rapiña corruptela.

En consecuencia, la debilidad institucional fue aprovechada por Odebrecht para operar


sin presiones. En esa línea, siguiendo la lógica de Quiroz, el éxito de su modus operandi
se basa en defectos institucionales, porque se trata de una corrupción sistémica (“el que
da”, “el que recibe” y “el que fiscaliza”) enraizada en las estructuras sociales y ligada a
una evolución institucional precaria que no puede detener comportamientos oportunistas
de empresarios, políticos y burócratas a fin de obtener ventajas personales contrarias al
desarrollo social (2013: 33-34) 12. En breve, el problema de la captura no se trata de
cuestiones ideológicas, sino que la preocupación tiene que ver con “las reglas de juego”
y sus “jugadores”, porque no hay un sistema de pesos y contrapesos para detener esos
comportamientos oportunistas a través de recursos normativos y técnicos que
fortalezcan a los actores encargados en la lucha contra la corrupción (los que fiscalizan).
En efecto, esto trajo dos consecuencias: actores con baja capacidad sancionadora y la
inmunidad.

En primer lugar, las entidades públicas, encargadas de luchar contra la corrupción no


pueden proteger los intereses colectivos, porque no disponen de herramientas
normativas y técnicas para prevenir, controlar y sancionar la corrupción. Asimismo, los
funcionarios públicos que formaron parte de las redes de Odebrecht empleaban
mecanismos de corrupción cada vez más sofisticadas que desafiaron las técnicas de

12 De acuerdo con el historiador Alfonso Quiroz, la corrupción es consecuencia de la debilidad institucional en un contexto donde
las reglas de desarrollo y control o son inexistentes o, simplemente, son manipulables por estos “pactos silenciosos” entre
políticos y empresarios. Ver Quiroz, Alfonso, La historia de la corrupción en el Perú, Lima, IEP, 2013.

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anticorrupción. Por ejemplo, los mecanismos habituales de Odebrecht como los


sobornos, intermediarios, “doleiros” (personas que llevan dinero en maletas) entre otros
tipos de acuerdos, son prácticas que pasan inadvertidas ante la “lupa” de los
fiscalizadores (Portal 2018: 103) 13. Como resultado, las entidades públicas no pueden
cumplir los principios de eficacia y transparencia, que rigen a todo órgano público a
partir del Derecho Administrativo, porque el lento proceso de control público no son
equiparables para frenar los avances de la corrupción con mecanismos cada vez más
sofisticados, de modo que benefician al interés personal en contra del público (Jinesta
2009). En pocas palabras, las entidades públicas no pueden prevenir, controlar y
sancionar la corrupción de Odebrecht para ganar obras, porque sin una “ley clara” que
los dote de capacidades técnicas son presa fácil” de la corruptela, con mecanismos que
pasan inadvertidos y desafían con éxito los controles de fiscalización.

En segundo lugar, como las entidades no pueden sancionar la corrupción, un gran


problema institucional fue la impunidad, la cual fue aprovechada por Odebrecht. De
hecho, la impunidad fue su “materia prima”, porque los funcionarios públicos que
defendían puramente intereses personales, siguen operando sin ser castigados y, tienen
incentivos para seguir delinquiendo en contra del desarrollo social. Dicho de otra
manera, para ganar licitaciones, un elemento clave en las redes de Odebrecht era la
impunidad, porque los funcionarios públicos, que deberían ser sancionados, siguen
delinquiendo en contra del interés colectivo.

Sin embargo, como se sugiere líneas arriba, el modelo de influencia de Odebrecht


empezaba a partir del financiamiento electoral para ganar licitaciones, porque era la base
del “pacto silencioso”. En ese sentido, en momentos electorales, las “reglas de juego”
contra la corrupción no son capaces de frenar esos comportamientos oportunistas,
porque los “vacíos legales” o “porosidades institucionales” son aprovechados por
personajes oportunistas de los partidos políticos para “pitufear” o lavar el dinero, el cual
no suele ser declarado 14. En consecuencia, las entidades electorales no pueden fiscalizar
este tipo de prácticas, porque sin un respaldo normativo, ni herramientas técnicas, ni
“inteligencia financiera” pasan inadvertidas ante la lupa fiscalizadora; y, por ende, no
logran el “enforcement” de la ley. En breve, son prácticas casi “invisibles” ante el
fiscalizador, que sin apoyo normativo, técnico, etc, facilita la corrupción.

Asimismo, las leyes que regulan a los partidos políticos, que son actores claves en este
“juego”, no han significado cambios sustantivos para fortalecerlos, sino por el contrario
los han expuesto fácilmente al poder económico y han hecho del dinero una forma
perversa de relacionarse con grandes constructoras como Odebrecht. En esa línea,
Tuesta señala que los partidos peruanos que son débiles y sin recursos propios están
expuestos a quienes detentan los recursos económicos que se han extendido cada vez
más hacia fuentes ilegales e ilícitas, y así acumular recursos, favorecerse o favorecer a
terceros y eludir la justicia sin un control partidario interno y externo (2019). Es decir,
sin una norma que los fortalezca, los partidos políticos para ganar sus campañas se han
vuelto vulnerables al dinero de las corporaciones, quienes “influyen” para obtener
“jugosos” beneficios a cambio de ganar obras para luego inflar sus costos y repartirse

13 Sin un esquema de prevención que sea dínámico y adaptables con normas a este fenómeno enraizado en las estructuras del
Estado, los mecanismos de corrupción son casi invisibles ante la fiscalización. Ver Portal, Juan Manuel, “La fiscalización superior
en el marco de combate a la corrupción”, ¿Cómo combatir la corrupción?, México, 2018, pp.95-118.
14 El fondeo ilegal es una práctica habitual de los partidos políticos que es imposible de fiscalizar. Ver Amparo Casar, María let
al.Dinero bajo la mesa. Financiamiento y gasto ilegal de campañas políticas en México, Ciudad de México, MCCI, pp. 9-12.

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

ganancias 15. En breve, los partidos políticos sin recursos propios y campañas cada vez
más costosas están expuestos al dinero de corporaciones o al dinero mal habido a
cambio de “favores”.

En suma, la cuestión de la corrupción no solo se trata de Odebrecht y los líderes


políticos, sino también de los que fiscalizan. Por ello, la debilidad institucional fue otro
factor para ganar licitaciones, porque la firma brasileña aprovechó un contexto favorable
de leyes “sastres” que no solo evitaban fiscalizaciones o rendiciones de cuentas, sino
que facilitaba la corrupción, porque no hay un sistema de pesos y contrapesos que
detenga esos comportamientos oportunistas. En especial, en momentos electorales, las
entidades tampoco pueden prevenir, controlar y sancionar la corrupción, porque no
cuentan con una “ley clara”, que les disponga de dotaciones normativas y técnicas para
defender los intereses colectivos. Asimismo, los partidos políticos, sin incentivos que los
fortalezca, se han vuelto vulnerables al dinero de las corporaciones.

4. ODEBRECHT Y SU MODUS OPERANDI EN PERÚ Y MÉXICO

Perú y México son dos países involucrados en el caso Odebrecht en América Latina, los
cuales comparten semejanzas y diferencias, porque aunque ambos son países que
reportan altos niveles de corrupción, con políticos y obras públicas cuestionadas,
igualmente poseen diferencias en 16 sus sistemas de organización del Estado, siendo
unitario y federal respectivamente. De esa manera su legislación y normativas para
combatir la corrupción también difieren. En esa línea, el presente trabajo debe ser
entendido en un contexto de “acuerdo establecido” entre Odebrecht y los líderes
políticos de cada país para influir ventajosamente en sus Estados a través del
financiamiento electoral, lobbies, sobornos, influyentes constructoras locales en relación
a los tres factores presentados ( sistema que facilita la corrupción), donde el
financiamiento electoral es clave porque no solo se trata del inicio de la red, sino que
significa la base de ese “pacto silencioso”.

15 Los partidos sin apoyo de dinero estatal se han vuelto vulnerables al dinero de las corporaciones y grupos de interés. Ver
también, Tuesta Soldevilla, Fernando, Con mi dinero no te metas, Perú, Comercio, publicado el 27 de marzo del 2019.
https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/lava-jato-financiamiento-partidos-reforma-mi-dinero-metas-fernando-tuesta-soldevilla-
noticia-638886
16 Perú y México comparten una corrupción a causa de una constante cultural con percepciones altas de este fenómeno
después de casos como Lava Jato. ¿Pero esto realmente se debe a la cultura o un precario desarrollo institucional con normas
que incentivan la conducta de los individuos para corromperse?. Ver gráfico 2.

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

Gráfico 2: Percepciones de políticos involucrados por corrupción en


Perú y México

Fuente: Barómetro de las Americas 2016-2017. En Hacia la Democracia del Bicentenario. (CANRP) 1era
edición mayo del 2019.

Para fines del presente trabajo, la corrupción es entendida como el mal uso del poder
empresarial, político y burocrático para obtener ventajas personales en contra del
desarrollo social (Quiroz 2013: 30) usando los siguientes mecanismos que varían entre
lo legal, ilegal y antiético 17:

1. Soborno es un arreglo ilegal entre una autoridad-funcionario público y el


empresario mediante la entrega de dinero para ganar licitaciones.

2. Leyes “sastres” son normas para incentivar la conducta en cierto fin que evitan
las fiscalizaciones y rendiciones de cuentas, facilitando la corrupción.

Por ello, una vez resumidos los mecanismos de captura, el estudio se centrará en tres
factores del sistema de “conquista” de Odebrecht a partir de dos megaproyectos en Perú
y México: Metro de Lima Línea 1 y Refinería Miguel Hidalgo Tula I.

17
Estos mecanismos están vinculados a la “corrupción blanda” entendida como conductas oportunistas
para obtener ventajas personales mediante prácticas “legales”. Ver Arturo Del Castillo: “Medición de la
corrupción: un indicador para la rendición de cuentas”.

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

4.1. METRO DE LIMA LINEA 1- PERÚ

El Metro de Lima, antes llamado Tren Eléctrico, es un proyecto antiguo de transporte


que empezó con Alan García, pero que no fue terminado por denuncias de corrupción
durante su primer Gobierno (1895-1990). De hecho, el Metro de Lima es un caso
emblemático del sistema de Odebrecht para ganar obras, pues fue un contexto de
acuerdos establecidos entre el Gobierno y la empresa, lo cual solo refuerza la tendencia
nacional de corrupción persistente en la historia peruana por las siguientes dos razones.

Por un lado, el Tren Eléctrico se inició durante su primer Gobierno y estuvo a cargo del
Consorcio Tralima, dirigida por una empresa italiana de Sergio Siragusa Mule, quien
tiempo después revelaría que pagó sobornos para facilitar el proyecto de construcción.
Asimismo, en 1993, ante los fiscales, atestiguó que él mismo había entregado dinero en
efectivo y realizado depósitos a una cuenta del Barclays Bank de Gran Caimán
perteneciente a Alfredo Zanatti, amigo íntimo de García, por unos siete millones de
dólares para ganar la adjudicación (Quiroz 2013: 343). En consecuencia, el Tren
Eléctrico, ideado en 1896, sería uno de los muchos casos de corrupción investigado tras
su salida y un proyecto abandonado de gobierno en gobierno (Fujimori en 1990-2000 y
Toledo 2001-2006) como símbolo de ineficiencia, incluso “vergüenza”, de su primer
gobierno.

Por otro lado, dieciséis años después, la historia parece repetirse. El proyecto fue
retomado en el 2006, cuando Alan García fue elegido presidente por segunda vez.
Asimismo, luego de que en el 2001 prescribieron cualquier cargo en su contra, el
presidente priorizó personalmente que el Metro de Lima saliera adelante con la finalidad
de culminar esa obra inconclusa, la cual había sido símbolo de fracaso de su primer
gobierno, por lo que se motivó a construirlo a cualquier costo, incluso haciendo uso de
arreglos “bajo la mesa” (Durand 2018: 135). En breve, el Metro de Lima se convirtió
para García en una deuda personal que debía cumplir a toda costa, incluso incurriendo
en prácticas corruptas.

Por ello, el 2 de marzo del 2010 el consorcio Tren Eléctrico de Lima, conformado por
Odebrecht y Graña y Montero, ganaría la licitación para llevar a cabo la obra, en medio
de denuncias de corrupción por sobornos, sobrecostos y tráfico de influencias a cambio
de obtener ventajas en la licitación de la Línea 1 del Metro de Lima durante su segundo
gobierno (Informe Lava Jato 2019, IDL-Reporteros 2018 y La República 2019). Así, el
Metro de Lima se convertiría en uno de los tantos casos de corrupción que serían
investigados.

Sin embargo, el gran problema no solo es acerca de corrupción, sino que existe un
sistema que la facilita en el país. En esa línea, Quiroz afirmaba que la historia de la
corrupción en el Perú es cíclica, porque se trata de un sistema de corrupción ya
existente, enraizado en las estructuras centrales de la sociedad, en la formación del
Estado y ligada a una evolución institucional precaria que no ha podido detener
comportamientos oportunistas en contra del desarrollo social 18.

18 De acuerdo a su tesis, la corrupción sistemática entre el que da, el que recibe y el que observa, se da cuando las
reglas formales al desarrollo, formales e informales, son inexistente, inestables o distorsionadas para los free
behavior.Ver Quiroz, Alfonso. La historia de la corrupción en el Perú. Lima, IEP, 2013, p. 33

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

En ese sentido, resumido el contexto, se explica por qué Odebrecht pudo influir en el
Estado peruano para adjudicarse el Metro de Lima. Por ello, se sostiene que hubo un
acuerdo entre la firma brasileña y las esferas más altas del gobierno aprista a partir de
tres razones: entrega oportuna, influencia en el Estado y debilidad institucional. Dicho
de otro modo, en contra de la sabiduría popular que ve a Odebrecht como emblema de
corrupción en la actualidad, se presenta un caso que va más allá de la corrupción en sí
misma, sino que identifica sus factores para ganar licitaciones en un país donde la
corrupción tiene largos antecedentes.

En primer lugar, un factor clave para ganar la licitación del Metro de Lima fue su
entrega oportuna, pues la constructora tenía la eficacia para terminarla antes de que
García acabe su mandato. Dicho de otra manera, esta cualidad cumplía sus expectativas
políticas a fin de inaugurarla antes de que culmine su periodo de gobierno (2006-2011),
porque se trataba de una necesidad política por una obra inconclusa durante su primera
gestión (1985-1990).

En esa línea, culminar esa obra era una prioridad política para el expresidente aprista.
De hecho, el exdirectivo de Odebrecht en el Perú revelaría lo siguiente: “Era el proyecto
más importante que el presidente tenía en su gestión, ¿no? Porque era una obra en la
ciudad, visible, de la que mucha gente iba a tomar conocimiento, como lo tomó. Cada
cruce, cada interrupción que hacía en las calles era publicado en los periódicos […]
[Alan García] sabía que era una obra que tenía un impacto político importante para él
y tenía que resolver ese problema el proyecto” (IDL-Reporteros 15 de octubre del
2017). En breve, era una necesidad política de García que Odebrecht podría ayudar a
cumplirla por la fama de la firma brasileña para construir obras en tiempo record.

Sin embargo, un problema que enfrentaba García era que varias empresas no se
animaban a presentarse en los concursos de licitación de la obra, ya que la forma de
financiamiento era un contrato totalmente desequilibrad. Incluso la convocatoria fue
declarada desierta en muchas ocasiones y el presidente no podía ampliar plazos, pues
quedaba poco tiempo antes de que termine su gobierno. Por ello, Alan García estaba
cansado de la ineficiencia de Proinversión, encargada de la concesión del Metro de
Lima, motivo por el cual pasó el proyecto de la Municipalidad de Lima al Ministerio de
Transporte y Comunicaciones para dar viabilidad y rapidez a la ejecución del proyecto
(IDL-reporteros 2019). En ese momento, los años pasaban y la obra emblema del
gobierno de García seguía inconclusa 19.

Por esa razón, la obra debería estar lista antes de que acabe su mandato, y Odebrecht
probablemente era la única empresa para cumplirlo en ese tiempo, puesto que tenía la
experiencia empresarial para culminar en tiempo record, y si es necesario trabajar triple
turno para terminarla 20. Por su parte, había un constructora china que buscaba ejecutar la
obra, no obstante no llegaba a presentarse en el concurso, pues no tenía una propuesta
viable; en cambio, Odebrecht contaba con una trayectoria empresarial, una propuesta
técnica viable, y era la única empresa con una alta calificación para ganar la licitación,

19 Entre pasar del MML al MTC la facultad del Metro, a García le quedaban menos de dos años para terminar el Metro, Ver
también, IDL-Reporteros, Así habló Barata: las confesiones del ex jefe de Odebrecht desde Curitiba, Perú, publicado el sábado
04 de mayo del 2019. https://idl-reporteros.pe/asi-hablo-barata/
20 https://idl-reporteros.pe/asi-hablo-barata/ Odebrecht trabajo a triple turno para terminarla a dos semanas de que García dejó la
banda presidencial. Ver, El País, Alan García dice adiós con la inauguración del Metro de Lima, Perú, publicado el 11 de julio del
2011. https://elpais.com/internacional/2011/07/11/actualidad/1310335216_850215.html

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

porque había construido decenas de obras en todo el mundo, incluso en Europa , EEUU
y demás países en tiempo record (IDL- Reporteros/ declaraciones de Jorge Barata ante
fiscales brasileños en el 2016).

En esa línea, Odebrecht ganaría la adjudicación el 2 de marzo del 2010 en consorcio con
Graña y Montero, terminando el primer tramo el 11 de julio del siguiente año para que
García lo inaugure (IDL-Reporteros 2018). Es decir, la firma brasileña entregó la obra
en quince meses para que García estrene el primer tramo del Metro de Lima ante una
alta presencia pública y medios de comunicación, olvidando la obra que se dejó
inconclusa durante su primer Gobierno.

En suma, sobre la entrega oportuna, la inauguración del Metro de Lima fue el 11 de julio
del 2011, es decir, a dos semanas que culmine su gobierno (El País 2011). Por ello,
Odebrecht influyó para ganar la licitación del metro, porque tenía la trayectoria
empresarial, experiencia y eficacia para terminarla en un tiempo conveniente para el
gobierno de García, el cual arrastrada esa obra como promesa desde 1986; y, a su vez,
García recibía el mérito o redito político por haberla construido.

En segundo lugar, otro factor en la adjudicación, fue la influencia de Odebrecht en el


Estado, porque crearon una red de corrupción con las esferas más altas de Gobierno
aprista en tres niveles empezaba con el financiamiento electoral hasta la conformación
de una alianza colusiva con Graña y Montero, influyente constructora local. Dicho de
otro modo, armaron una compleja red de corrupción con la élite política que le permitió
mantener una relación especial a largo plazo con el presidente, ministros y altos
directivos públicos entre otros personajes importantes a través del financiamiento de
campañas, sobornos, empresas locales, lobbies, entre otros mecanismos. Esto era el lado
“oscuro” de Odebrecht que ha sido poco estudiado por la literatura, y que siempre iba
acompañado de su entrega oportuna (“lado bueno de la empresa”).

Para empezar, el financiamiento electoral era clave porque significaba la base para
acceder a una relación especial con el político a largo plazo. Por esa razón, Odebrecht
solía financiar campañas políticas, entre ellas, según declaraciones de Jorge Barata,
entregaron un aporte de US$200 mil al exministro aprista Luis Alva Castro, quien se
presentó como intermediario de Alan García para la campaña presidencial del 2006 a
través de la Caja 2 (Convoca y Ojo Público el 23 de abril del 2019) 2122. De hecho, Jorge
Barata reconoce que aportar a su campaña le ayudó a “abrir las puertas” para coordinar
reuniones íntimas entre Marcelo Odebrecht y el presidente en Palacio de Gobierno, y
“negociar” los diferentes proyectos que llevarían a cabo; declarando lo siguiente: “Si
nosotros no hubiéramos hecho un aporte de campaña, difícilmente íbamos a tener una
reunión tan pronta, tan rápida y con tanta disponibilidad del gobierno”, porque las
empresas que no ayudan, no son ayudadas” (IDL-Reportero 5 de mayo del 2019). En
breve, el financiamiento electoral de Odebrecht creaba un terreno fértil para mantener
una relación especial con personajes políticos muy influyentes sobre la base de la
corrupción.

21 De acuerdo a Barata, hicieron aportes no contabilizados a pedido de Alva Castro, quien se presentó como el intermediario de
García. Ver también, Ojo Público, Odebrecht pagó US$200 mil para campaña aprista a través de intermediario de Alan García,
Perú, publicado el 23 de abril del 2019 https://ojo-publico.com/1164/odebrecht-pago-us200-mil-para-campana-aprista-traves-de-
intermediario-de-alan-garcia
22 https://ojo-publico.com/1164/odebrecht-pago-us200-mil-para-campana-aprista-traves-de-intermediari o-de-alan-garcia

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Asimismo, el financiamiento electoral creaba una deuda a futuro, pues comprometía al


político para devolverle el “favor”. Por ello, como sostiene Marcelo Odebrecht, su
intención era apoyar a todos los candidatos presidenciales de Perú, todos los partidos y
congresistas, incluso sabiendo que no iban a salir elegidos, los apoyaban, porque la
oposición también podría causar problemas; y, entonces, era lógico financiarlos para
incluirlos en su red (IDL-Reporteros 2017) 23.

Sin embargo ese financiamiento solía ser ilegal, debido a que eran aportes no
declarados, para que no despierten sospechas si Odebrecht recibía una licitación. Por ese
motivo, la constructora hizo aportes a la campaña de García que provenían de la Caja 2
del Departamento de Operaciones Estructuradas, es decir, dinero “no contabilizado”; o
como señala Marcelo, “se usaba mucho la Caja 2, porque se estaba escondiendo que
estábamos apoyando a determinados políticos (IDL-Reporteros 2017 confesiones de
Marcelo).

Según investigaciones de IDL-Reporteros, de los 200 mil dólares confesados por Barata,
se ha demostrado la entrega de 100 mil dólares. Estos aportes fueron repartidos de dos
maneras: por un lado, $60 mil dólares a ‘Laque’, que es el seudónimo, de Luis Alva
Castro; y, por otro lado, $40 mil dólares, al ‘Apra’, que no figura con seudónimo alguno,
y que corresponde al Partido Aprista Peruano como lo revela el siguiente documento del
DEO:

Imagen 1: el “APRA”, “Laque” y la Caja 2

Fuente: IDL-Reporteros, publicado el sábado 06 de abril, 2019 a las 19:40.

En esa línea, registros en los servidores del DEO e informes judiciales, les permiten
afirmar que el seudónimo ‘Laque’ corresponde a Luis Alva Castro; y que el de ‘Apra’
designa al Partido Aprista Peruano (IDL-Reporteros 2019). Por su parte, curiosamente,
Luis Alva Castro aparece como uno de los mayores aportantes apristas en la campaña

23 De acuerdo a Marcelo Odebrecht, apoyaron a todos los candidatos a presidentes, congresistas, etc. Ver IDL-
Reporteros, Apoyamos a todos, Perú, publicado el 30 de diciembre del 2017.
https://idl-reporteros.pe/apoyamos-a-todos/

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

electoral del 2006, de acuerdo con las investigaciones realizadas sobre la base del
reporte oficial de sus campañas política, tal y como lo revela el siguiente gráfico:

Gráfico 3: el mayor aportante aprista en la campaña del 2006: Luis


Alva Castro

Fuente: Ojo Público en Fondos de Papel PAP-ONPE

En consecuencia, el financiamiento electoral fue la base para continuar con la red de


corrupción durante el Gobierno a fin de ganar obras. Es decir, con los aportes no
declarados, el financiamiento político de Odebrecht era un “pacto silencioso” que no
solo endeudaba al político, sino que la red continuaba forjándose, casi de inmediato en
el gobierno, para continuar expandiéndose a niveles inferiores (Durand 2018: 140).

De esa manera, para ganar la licitación del Metro de Lima, durante el Gobierno de
García la red de corrupción fue de tres niveles. En primer lugar, el nivel de “jefes” era
entre García y Marcelo, este empezaba desde el financiamiento electoral. En segundo
lugar, el nivel de “intermediarios” era entre Luis Nava, secretario general del Palacio de
Gobierno y amigo íntimo del García, Jorge Cuba, viceministro de comunicaciones y
personaje cercano a Cornejo (ministro del Ministerio de Transporte y Comunicaciones);
y Jorge Barata, quien era el nexo entre Odebrecht y el gobierno. Finalmente, el tercer
nivel de “ejecutores”, donde Barata se relacionaba con los encargados de aprobar la
licitación del Metro de Lima, como Mariella Huerta, Edwin Luyo y Santiago Chau
(Durand 2018:140-142). De ese modo, se creó una red de corrupción, que empezaba
desde el financiamiento electoral, entre Odebrecht, el Gobierno y otros personajes para
luego ser estructurado en tres niveles (jefes, intermediarios y ejecutores), como lo revela
el siguiente gráfico:

Gráfico 4: Metro de Lima y su red en tres niveles

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

Fuente: Francisco Durand y Emilio Salcedo en investigaciones PUCP

Estas relaciones se lograban través de “arreglos” colusivos con Cuba y otros


funcionarios del MTC, los cuales participaban en la toma de decisiones del Comité de
Licitación del Metro de Lima Tramo 1, para posteriormente recibir sobornos en cuentas
y empresas offshore de Andorra provenientes del DEO. Por ello, fueron 8 millones 100
mil dólares en coimas por el Metro de Lima, hasta ahora confesadas por Jorge Barata
que se pagaron a través del Departamento de Operaciones Estructuradas (DEO) para
ganar la licitación (Informe Lava Jato, IDL-Reporteros 2018). Asimismo, otro gran
problema de la corrupción fue el sobrecosto. Este se incrementó en 26.5% para el tramo
I en comparación con su valor base, mientras que en el tramo II, fue de 54.4 %. Es decir,
terminaron costando casi 2 mil millones de dólares por sobre su valor real, además de
las coimas confesadas a Edwin Luyo y Santiago Chau, personas con gestión directa en el
proceso de licitación, como lo revelan las investigaciones en el siguiente gráfico:

Gráfico 5: Sobrecostos y sobornos del Metro de Lima

149
Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

Fuente: IDL-Reporteros publicado el jueves 21 de septiembre, 2017 a las 17:22.

Asimismo, en el nivel 2, el de los intermediarios, Luis Nava Guibert fue un personaje


clave en la red del Metro de Lima, exsecretario de la presidencia de la República y
amigo de confianza de García. Es decir, era el nexo que facilitaba la relaciones entre el
presidente García con Odebrecht, pues tal como reconoce Barata ante los fiscales
peruanos, para él “hablar con Nava era como hablar con el mismísimo expresidente”
(IDL-Reporteros 2019 en Así Habló Barata).

En esa línea, fue él quien sugirió a Miguel Atala, el cual posiblemente actuó como
testaferro del expresidente a través de una cuenta “offshore” en la Banca Privada de
Andorra, donde recibió sobornos de 1 millón 300 mil dólares del DEO 24. Años después

24 De acuerdo a Miguel Atala, vicepresidente de Petroperú, el dinero depositado en su cuento era en realidad para
Alan García. Ver, Gorriti, Gustavo, Las confesiones de Miguel Atala,publicado en IDL-Reportero publicado el martes
30 de abril, 2019 a las 8:53
https://idl-reporteros.pe/la-confesion-de-miguel-atala/

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

en declaraciones ante la Fiscalía, reconoció lo siguiente: “que recién en el año 2008,


tomó conocimiento que el dinero que estaba depositado en la cuenta Ammarin
Investment INC, que era de mi titularidad, por el monto de US$ 1,312,000, era en
realidad del presidente Alan García Pérez” (IDL-Reporteros 2019 en confesión de
Miguel Atala). Es decir, los sobornos de Odebrecht a las cuentas offshore de Atala,
recomendado por Luis Nava, tenían como beneficiario del dinero al expresidente, tal
como lo revela la siguiente transcripción.

Imagen 2: Las confesiones de Atala sobre Alan García

Fuente: Informe Lava Jato en IDL-Reportero publicado el martes 30 de abril, 2019 a las 8:53

Por otra parte, para Odebrecht, era una necesidad formar alianzas con constructoras
locales, puesto que son muy influyente en el país y pueden conocer y aprovechar las
debilidades de sistema 25. En esa línea, El grupo Graña y Montero, la constructora más
importante del Perú, acompañó a la firma brasileña en el Metro de Lima y ganaron esta
licitación con el Consorcio Tren Eléctrico Lima, quienes realizaron otras grandes obras
durante el Gobierno aprista: IIRSA Norte y Sur, y el Gasoducto del Sur (Durand 2018:
162-163). Es decir, era una constructora local que mantuvo relaciones “estrechas” con el
gobierno de García y sus relaciones con los diferentes niveles del Estado fueron
frecuentes y favorables para sus negocios.

En suma, sobre la capacidad de influencia, Odebrecht pudo adjudicarse el 2 de marzo y


10 de junio del 2010 el tramo 1 y 2 del Metro de Lima respectivamente, puesto que
crearon una red de corrupción con las esferas más altas del Gobierno aprista en tres
niveles (decisores, intermediarios y ejecutores), usando financiamiento de campañas,
sobornos cuentas offshore , entre otros mecanismos para ganar la licitación; así como
mantener relaciones estratégicas con Graña y Montero, la constructora más importante

25 Graña y Montero, miembro del club de la construcción, confesó haber realizado sobornos para la adjudicación de una obra.
Ver también, La República, Graña y Montero admitió que pagó soborno de S/ 12.5 mllns, Perú, publicado el 07 de junio del 2019.
https://larepublica.pe/politica/1483640-grana-montero-admitio-pago-soborno-s-125-mllns
.

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

del país. Asimismo, esa red empezaba desde el financiamiento electoral y era clave, ya
que comprometía a García para retribuir el apoyo” brindado a través del financiamiento,
el cual se construyó como una deuda a futuro. De esa manera se crearon las bases para
mantener, con la futura coalición gobernante, una relación especial a largo plazo; con
personajes muy influyentes que se encargaran del proceso de licitación directa o
indirectamente. Entonces, si Odebrecht quería ser el “amigo de todos”, el financiamiento
era el principio de esa “amistad”

En tercer lugar, un último factor en la licitación fue la debilidad institucional que hay en
el país, pues Odebrecht aprovechó un contexto de legislación débil que facilitó la
corrupción, usando sus diferentes mecanismos (“lobbys”, sobornos, financiamiento de
campañas, etc), los cuales variaron entre lo legal, lo ilegal y lo dudoso, pasando siendo
imperceptibles al control de entidades públicas, partidos políticos, prensa, entre otros
actores en la lucha contra la corrupción. Dicho de otro modo, no hay un sistema de
pesos y contrapesos que pueda detener los comportamientos oportunistas, porque no
cuentan con una “ley clara”, que les disponga de recursos normativos y técnicos para
prevenir, controlar y sancionarla, sino por el contrario la facilita.

Por esa razón, para cada obra, se les creaba un marco legal beneficioso a través de leyes,
decretos y resoluciones hechas especialmente para Odebrecht. En esa línea, en el 2006,
se aprobó la Ley 28670, o también conocida como la “Ley Odebrecht”. Aquella
facilitaba la corrupción, porque ignoraba un sistema de rendición de cuentas, declarando
al Metro de Lima como prioridad y necesidad pública, incluso otros proyectos como la
Interoceánica Sur y el Gasoducto (2006, art.1) 26. Es decir, era una ley ad hoc que no
solo burlaba filtros básicos de transparencia y regulación, sino que podría ser evidencia
sobre un caso de “captura normativa” como recurso clave para ganar licitaciones, porque
creaba un contexto legal favorable, incluso general, para que el sistema de Odebrecht
pueda tener éxito; siempre acompañado con su entrega oportuna y los “arreglos bajo la
mesa”.

Por ejemplo, entre el 2010-2011, se aprobó el decreto supremo 081-2010-EF: un marco


normativo-administrativo importante que generaba un contexto colusivo para beneficiar
a la constructora brasileña. Esta norma, creada en favor de Odebrecht, era clave para el
Metro de Lima, porque evitaba fiscalizaciones incómodas por parte de la Contraloría
General de la República (autoridad que vigila el correcto uso de los recursos estatales); y
dicho decreto en cuestión fue aprobado, curiosamente, por García y los ministros
Cornejo (Comunicaciones y Transporte encargado de la obra) y Mercedes Araoz
(Economía y Finanzas) (Durand 2018:158). En breve, el contexto legal pudo facilitar el
proceso para que Odebrecht gane la licitación, porque evitaba incómodas fiscalizaciones
de las entidades encargadas de luchar contra corrupción y, por el contrario, aceleraba el
proceso de adjudicación, fomentando la corrupción.

26
La Ley pro Odebrecht fue coordinada por el congresista Gilberto Díaz y Toledo, donde se declara como interés
nacional al Metro de Lima, IIRSA Sur, Trasvase Olmos, etc. Ver, Ley Nº28670: ley que declara como necesidad
pública e interés nacional diversos proyectos de inversión, Congreso de la República Perú, promulgada el jueves 26
de enero del 2006. Ver también, La República, La ley que favoreció a Odebrecht y otras brasileñas fue
“conversada” con Toledo, Perú, publicada el 27 de enero del 2017. https://larepublica.pe/politica/1010607-la-ley-
que-favorecio-a-odebrecht-y-otras-brasilenas-fue-conversada-con-toledo

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

Como se vio líneas arriba, el financiamiento electoral era clave para Odebrecht, porque
comprometía al político a retribuir el beneficio económico dado a través de beneficios
en la legislación, sentando así las bases para armar la red de corrupción. Por ello, cuando
realizaron aportes a la campaña de García en el 2006, la normativa de financiamiento
político tampoco era lo suficientemente clara como para frenar la corrupción. De hecho,
son flexibles debido a sus porosidades legales, las cuales son aprovechadas.

Por ejemplo, en el 2003, se promulgó la Ley 28094, o Ley de Partidos Políticos, la cual
intentaba regular el financiamiento político. Dicha legislación fue aprovechada para
facilitar la corrupción, pues la ley contiene vacíos legales, que pudieron haber sido
aprovechados por los partidos políticos y por Odebrecht para operar sin presiones
institucionales. Un ejemplo de tales vacíos es el artículo 31 de la ley en mención, ya que
establece que los candidatos pueden recibir aportes directos, incluso de fuentes
anónimas, para el financiamiento de las campañas (Tuesta: 457). Estas porosidades
legales pueden terminar siendo peligrosas para el proceso, porque pueden ser
aprovechadas por partidos políticos y empresas privadas que ocultan sus aportes,
comprometiendo el interés público.

En efecto, cuando Marcelo apoyaba a todos los candidatos presidenciales del Perú lo
hacía ilegalmente, porque eran aportes no declarados a fin de evitar sospechas si
llegaban al poder para ganar licitaciones; declarando lo siguiente:“Lo que me
informaron es que en Perú no era un delito hacer donaciones no contabilizadas. […] Sé
que en algunos países se podían hacer donaciones de empresas extranjeras, en otros no.
[…] y la mayoría de veces los pagos eran hechos por nuestros socios [en referencia a la
Caja 2]” (IDL-Reporteros 2018). En consecuencia, entidades, como la Gerencia de
Supervisión de Fondos Partidarios de la ONPE (que se encargaba de detectar fondos
ilícitos) no son capaces de cumplir sus funciones, porque es “dinero bajo la mesa”
invisible a ellos por porosidades legales, que facilitan la corrupción.

En esa línea, por ende, entre muchos artículos como el 31º de la presente ley sobre
aportes no declarados de origen prohibido, no son posibles realizar su enforcement en
momentos electorales, porque no disponen de recursos normativos, técnicos, inteligencia
financiera entre otros mecanismos sofisticados para prevenir, controlar y sancionar la
corrupción, que cada vez utilizan formas creativas, como “aportes fantasmas” o
“pitufeos”.

Asimismo, sobre financiamiento, la Ley 28094 tampoco fortalece a los partidos


políticos, por el contrario, los vulnera frente al dinero de las corporaciones, porque estos
al no recibir financiamiento estatal se vuelven vulnerables a dinero mal habido , el cual a
menudo se declara bajo la modalidad del “pitufeo” 27. Es decirque existe un patrón en el
que aquellos que más aportan, suelen recibir algún tipo de beneficio una vez que el
candidato asume el gobierno, ocultando sus aportes a fin de evitar sospechas por parte
de entidades encargadas de la luchar contra la corrupción.

En consecuencia, hay una serie de incongruencias entre los partidos políticos y sus
supuestas formas de financiamiento, porque en sus informes oficiales entregados a la

27 No hubo financiamiento público (solo en el papel) para las elecciones del 2006, y los partidos políticos sin organización, sin cohesión interna, sin recursos son vulnerables al
dinero mal habido de grupos de interés o corporaciones. Ver también, Tuesta Soldevilla, Fernando, “Representación política: partidos por la mitad”, en Partidos políticos y
elecciones: representación política en América Latina, Lima, Perú, PUCP, pp. 252-254.

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

ONPE, aparecen personas que niegan haber aportado o dicen haber dado menos dinero
del registrado. Incluso, usan beneficiarios de programas sociales destinados a familias en
extrema pobreza que, sin embargo, aparecen como aportantes a campañas (Ojo Público
2016).

Por ejemplo, según investigaciones, más de 5 mil beneficiarios de los programas


sociales Juntos y Pensión 65 aparecen como financistas del APRA en la campaña del
2006. Es decir, la forma en que se financió genera suspicacias, ya que estos aportantes
estaban focalizados en programas destinados a personas en pobreza extrema. Esta
evidencia permite concluir que se podría tratar de una práctica de “pitufeo” para ocultar
dinero de corporaciones, como Odebrecht (2016). Asimismo, muestran que durante la
campaña que llevó a Alan García a la presidencia, el partido registró aportes por más de
172 mil soles procedente de 157 deudores del estado por delitos de corrupción 28.

Por esa razón, “hecha la ley, hecha la trampa”; y partidos, como el APRA, pueden
aprovechar estos vacíos normativos, ocultando sus aportes y dividiéndolos, porque
mientras que partidos políticos, como Alianza Para el Progreso, que dependen de
grandes cantidades; el APRA depende de aportes en pequeñas cantidades, declarando
que el 99% de sus ingresos provienen de aportes entre 1 y 10 soles, que como se vio
líneas arriba, pueden pertenecer a personas en situación de pobreza extrema (Fondos de
Papel y Ojo Público 2016) Es decir, se puede tratar de dinero al menudeo, cuya
intención es ocultar aportes de grandes corporaciones, como Odebrecht.

De esa manera, sin una norma que los fortalezca, los partidos políticos, que deberían ser
actores claves, solo son actores vulnerables frente al dinero de las corporaciones, las
cuales influyen para obtener vastos beneficios como, por ejemplo, ganar licitaciones
para obras que luego incrementen intempestivamente sus costos, repartirse las ganancias
y expandir sus negocios. Entonces, cuando llegan al poder los partidos políticos
representan solo los intereses de aquellos que financiaron sus campañas, que suelen ser
grupos de interés, que buscan obtener beneficios (“quid pro quo”), cuando deberían de
representar a todos los ciudadanos, poniendo en peligro a la democracia (Rodríguez 84-
86).

En resumen, Odebrecht pudo influir para ganar la licitación del Metro de Lima línea 1
por tres razones. En primer lugar, su entrega oportuna era atractiva para García, porque
podían terminar la obra antes de que acabe su mandato, incluso si es necesario hacer
“arreglos baja la mesa” a fin de culminar la obra, que era símbolo de ineficacia de su
anterior Gobierno (16 meses en construir). En segundo lugar, influyeron en el Estado
para ganar la adjudicación del Metro, porque crearon una red de corrupción con las
esferas más altas del Gobierno aprista en tres niveles (decisores, intermediarios y
ejecutores) y armaron una alianza con Graña y Montero, la constructora más influyente
del país, ganando la licitación del Tramo 1 y 2 del Metro de Lima. En especial, el
financiamiento electoral fue clave, porque creaba una deuda a futuro, la que
comprometía a García para apoyar a la constructora, a la vez que sirvió para crear las
bases de una relación colusiva entre “jefes”. Finalmente, en tercer lugar, la debilidad
institucional fue aprovechada por la constructora, porque había un contexto normativo

28 La transparencia no es un valor en los partidos políticos peruanos, quienes suelen sacar la vuelta a la ley con prácticas ilícitas. Ver también, Ojo Público,
Candidatos y millones: dinero, poder y mentiras, Perú, publicado en Fondos de Papel publicado en mayo del 2016. https://fondosdepapel.ojo-
publico.com/campanas-presidenciales/

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

de leyes “sastres” que no solo evitaban fiscalizaciones o rendiciones de cuentas, sino


que facilitaba la corrupción, como si las leyes fuesen hechas a las medidas de la
corrupción, o resumido en una frase muy común: “hecha la ley, hecha la trampa”.

4.2. REFINERÍA MIGUEL HIDALGO TULA I- MÉXICO

El 23 de diciembre del 2016 en una Corte de Estados Unidos, ejecutivos de Odebrecht


confesaron que pagaron sobornos por 10.5 millones de dólares a funcionarios mexicanos
a cambio de obtener beneficios indebidos entre 2010 y 2014 29. Una obra involucrada fue
la Refinería Miguel Hidalgo Tula I, la cual fue ejecutada por Odebrecht en un ambiente
de irregularidades durante el Gobierno priista de Peña Nieto.

Asimismo, el 15 de febrero del 2014, Braskem, una empresa offshore de Odebrecht,


ganó la licitación de la Refinería Miguel Hidalgo I para el acondicionamiento,
movimiento y aprovechamiento de residuales del presente proyecto. Sin embargo, según
investigaciones, funcionarios de PEMEX asignaron de manera directa a la constructora
brasileña que coinciden con pagos de sobornos, y un presupuesto inflado artificialmente,
que representaba un sobrecosto de 61% respecto al presupuesto original, se elevó a 2 mil
315 millones de pesos, es decir, una adjudicación arreglada con sobrecostos ( MCCI
2017).

En esa línea, resumido el contexto mexicano, estamos ante un problema tan grave como
complejo; que no solo se trata de escándalos y sobrecostos en obras, sino que detrás hay
un sistema que facilita la corrupción. Por ello, se pretende explicar por qué Odebrecht
influyó en el Estado mexicano para adjudicarse la Refinería Miguel Hidalgo Tula I.

En primer lugar, un factor clave que influyó en la adjudicación fue su entrega oportuna,
que, de hecho, era atractivo para Peña Nieto por el contexto político que se manejaba,
porque podían terminarla antes de que acabe su mandato (2012-2018), y que se había
convertido en una prioridad para su Gobierno por la reforma energética que estaban
impulsando 30. Es decir, Odebrecht podía entregar la obra a tiempo a fin de inaugurarla
durante su gobierno permitiéndole dar avances a su promesa política de mejorar la
industria petrolera para los mexicanos, que empezaba a ser materia de crítica, incluso
símbolo de fracaso durante su gestión (Expansión, 2013)

29 A pesar de los escándalos, las autoridades mexicanas no se han inmutado sobre el caso Lava Jato, parece ser que prefieren el silencio para
evitar escándalos en la opinión pública. Ver, MCCI, Investigaciones de Lava Jato en 13 países, Ciudad de México. publicado el 26 de julio del
2017. https://contralacorrupcion.mx/investigacioneslavajato/
30 La reforma energética era una iniciativa de Peña Nieto para aumentar el crecimiento económico con la modernización del sector petrolero,
pero algunos grupos de izquierda empezaban a cuestionarla. Ver, Expansión, Reforma energética abre debate en México, publicado el 19 de
junio del 2013. https://expansion.mx/economia/2013/06/19/reforma-energetica-abre-debate-en-mexico

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

Por ello, entre el 2011 y 2012, el Gobierno Federal publica la construcción de la


Refinería Bicentenario en Hidalgo en su programa plurianual de inversiones prioritarias,
como necesidad pública. Este sería un proyecto impulsado por el expresidente Felipe
Calderón en el 2009 y que Peña Nieto lo reemplazaría por la modernización de una
refinería ya existente en el Estado de Hidalgo durante el 2014 (Olmos 2018).

No obstante, hubo acuerdos preestablecidos para coordinar las condiciones de la obra


entre dos personajes. Por un lado, estaba Luis Meneses Weyll, director de Odebrecht en
México, y, por otro lado, Emilio Lozoya, ex director de Pemex, a quién le comentó que
estaban interesados obtener la licitación de ese proyecto de gran magnitud, no obstante
su acuerdo fue bajo ciertas condiciones; declarando lo siguiente:

“Cuando el gobierno anunció en el último trimestre del 2013, que invertiría en la


ampliación de una refinería ya existente. Entonces todo lo que habíamos planeado para
la nueva refinería Bicentenario, sirvió para elaborar el proyecto de la ampliación de la
refinería ya existente en Tula (...) entonces le pedí su apoyo para que nosotros
pudiéramos ganarlo [a Lozoya] (...) Entonces él fue muy claro al indicarme que
teníamos que cumplir con los requisitos técnicos, administrativos y comerciales para
que pudiéramos posicionarnos [como una empresa calificada responsable de cumplir el
“pacto”] (...) y él buscaría operar y respaldar a nivel de consejo de la administración,
que son los que toman la decisión final [sic]” (Quinto Elemento Lab 5 de diciembre del
2017).

Entonces, cabe precisar que una condición en la adjudicación era su eficiencia en


negocios, porque implicaba ser responsable con la entrega oportuna de la obra. Es decir,
era como un “me das la obra y te lo cumplo”, porque con su trayectoria empresarial, que
la convirtió en la mejor constructora de América Latina, podían entregar la Refinería
Miguel Hidalgo, un titánico proyecto que arrastraba años de espera para inaugurarla, y,
por ende, dar avances a su promesa política de modernizar el sector petrolero mexicano.

Por esa razón, desde la licitación en el 2014 hasta la inauguración, Odebrecht terminó la
primera ampliación de la Refinería Miguel Hidalgo Tula el 3 de marzo del 2017 a fin de
presentarla con una alta presencia pública y medios de comunicación, les tomó casi tres
años construir esta mega obra para presentarla públicamente 31. En consecuencia, Peña
Nieto inauguró la torre fraccionadora de la planta de coque, que era parte de la
reconfiguración de la refinería, a fin de que PEMEX sea una empresa más competitiva,
eficiente y moderna, que era parte de su flamante reforma energética (Martínez 2017).
En consecuencia, el mismo día en la inauguración, el expresidente priista declararía lo
siguiente: “Con esta planta, hay una gran contribución al desarrollo nacional, y a todas
y todos los mexicanos (…) A partir de la reforma energética que se está implementando
(…) está haciendo que PEMEX sea una empresa más productiva, más eficiente y que
pueda competir con cualquier empresa del mundo (...) y que estamos orgullosos de esta
gran empresa nacional” (Presidente Enrique Peña Nieto 2017). En otras palabras,
gracias a la entrega oportuna de Odebrecht, inaugurar la obra significó dar avances a la
reforma energética que él estaba impulsando.

31 El 03 de marzo del 2017, Peña inaugura la torre fraccionadora de coquización, que era parte de la reconfiguración de la refinería. Ver, Martínez, Miguel Ángel, InauguraI Peña
planta coquizadora de 2,600 mdd en refinería de Hidalgo, publicado por la Agencia Quadratin el 03 de noviembre del 2017. https://hidalgo.quadratin.com.mx/principal/inaugura-
pena-planta-coquizadora-2600-mdd-refineria-hidalgo/

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

De este modo, Odebrecht pudo “influir” para adjudicarse la Refinería Miguel Hidalgo
Tula I, porque contaban con la capacidad tecnológica, soporte financiero, trayectoria
empresarial, experiencia y eficacia para entregar la obra (casi 3 años) antes de que acabe
el mandato de Peña Nieto. De tal manera con la inauguración, este dio avances a su
promesa de reforma energética para los mexicanos, la cual era prioridad durante su
Gobierno.

En segundo lugar, otro factor clave fue su influencia en el Gobierno, porque crearon una
red de corrupción con las esferas más altas de la administración de Petróleos Mexicanos
(PEMEX), relaciones colusivas con una constructora hidalguense muy influyente como
CITAPIA, a partir del financiamiento político en las Elecciones Federales del 2012, en
las cuales ganó Enrique Peña Nieto.

El financiamiento electoral de Odebrecht era clave para mantener relaciones a largo


plazo, porque comprometían al político, o a su entorno más cercano, para obtener
ventajas en contrataciones públicas. En esa línea, para este caso, el hombre clave fue
Emilio Lozoya, quien entonces se desempeñaba como director de asuntos
internacionales del candidato priista. En efecto, según investigaciones, Braskem, la filial
petroquímica de Odebrecht, acompañó “de tiempo completo” a la campaña presidencial
de Enrique Peña Nieto durante el 2012 a través de Lozoya 32. Según Carlos Fadigas,
director de Braskem, transfirieron sobornos a una empresa ligada a él, declarando lo
siguiente:

“Acompañamos de tiempo completo toda la campaña del PRI, del Partido


Revolucionario Institucional (PRI), y del actual presidente Enrique Peña Nieto. No sólo
de él, sino también de su equipo (en referencia a Emilio Lozoya)”, expresó Fadigas en
una reunión privada con inversionistas realizada en febrero de 2013 (MCCI 22 de
octubre del 2017)

Asimismo, Luis Meneses Weyll, quien se desempeñaba como director de Odebrecht en


México, acompañó a la campaña del PRI y su trato habría sido con Emilio Lozoya, a
quién habría transferido 4 millones de dólares, según investigaciones:

“A principios del 2012, constaté que Emilio Lozoya había conseguido una
posición destacada en el principal partido de oposición en el país (el PRI), que
disputaba las elecciones presidenciales de julio del 2012 y cuyo candidato era el
favorito en las encuestas[en referencia a Peña Nieto] (...) decidí invertir y
materializar en algo que venía ocurriendo en los últimos años (financiar
campañas), principalmente para posicionarnos ante una eventual victoria, y
ante un eventual posicionamiento de él en el futuro Gobierno, y fue una apuesta
que hicimos (...) Le dije que estaríamos de acuerdo en contribuir con cuatro
millones (..) Él estuvo de acuerdo y no puso ninguna objeción”, expresó ante la
justicia brasileña (Quinto Elemento Lab 2017 en base a documentos del caso
Lava Jato).

32 Braskem, la filial petroquímica de Odebrecht, acompaño a la campaña del PRI en el 2012, a través del director de asuntos internacionales, Emilio Lozoya. Ver, MCCI, Filial de
Odebrecht acompañó ‘de tiempo completo’ campaña de Peña Nieto, Ciudad de México, publicado el 22 de octubre del 2017.
https://contralacorrupcion.mx/odebrechtepn/

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

Según investigaciones de MCCI, la firma petroquímica Braskem, filial de Odebrecht,


intervino durante los días de la campaña presidencial con tres transferencias por 1.5
millones de dólares a la empresa Latin America Asia Capital, ligada a Emilio Lozoya,
tal como los revelan los siguientes documentos:

Entonces, como se expuso líneas arriba, Odebrecht solía invertir en las campañas para
después conseguir contratos gubernamentales, porque el financiamiento electoral, como
cualquier otra empresa que aporta, endeuda al político en el nivel más alto de la red,
entre jefes. En este caso, apostaron por Lozoya, porque no solo se había convertido en
uno de los líderes del comité de campaña, sino que probablemente se convertiría en una
persona muy influyente en la administración pública de México, quién sería tiempo
después director de PEMEX, empresa estatal responsable de quién ganaría la licitación
de la refinería.

Cuando el PRI asumió el gobierno, y se confirmó a Emilio Lozoya como director de


Petróleos Mexicanos, entre 2013 y 2014, los sobornos de Odebrecht de 5 millones de
dólares a nombre de una empresa offshore Zecapan SA, que estaba ligada al entonces
director de la petrolera, coincidieron con fechas claves para la adjudicación de la
Refinería Miguel Hidalgo Tula 1, tal como lo revelan las investigaciones de MCCI en la
siguiente cronología:

Imagen 3: Adjudicación millonaria coinciden con fechas de sobornos:


Cronología de hechos

Fuente Convoca/ Raúl Olmos - MCCI el 18 mayo del 2018

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Politai: Revista de Ciencia Política, 2019, Año 10, primer semestre, N°18:pp. 128-168.

Una fecha clave fue el 27 de enero del 2014, porque el Consejo de Administración de
PEMEX, que presidía Lozoya, tomó el acuerdo CAPR-004/2014 33 donde se simularía
una competencia para asignar sin licitación a la firma brasileña, es decir, Odebrecht sería
el único licitante. De hecho, al día siguiente, la subdirección de proyectos del área de
refinación, a cargo de Jesús Lozano Peña, un hombre de confianza del entonces director,
elaboró un dictamen de adjudicación directa para otorgar a Odebrecht la Refinería
Miguel Hidalgo Tula I (Raúl Olmos 2018). De esa manera, el contrato sería firmado 15
de febrero de ese mismo año, donde Odebrecht ganaría arbitrariamente la modernización
de la refinería.

Asimismo, otro mecanismo para considerar en el proceso es la relación colusiva que


mantuvo con una influyente constructora local: CITAPIA. Según investigaciones de
MCCI, para ejecutar la obra, Odebrecht contrato a tres constructoras locales, las cuales
eran empresas recurrentes del entonces Secretario de Gobernación, Osorio Chong:
Construcciones Sky Universal, Grupo Constructor Tulancingo y CITAPIA. En especial,
esta última fue clave para el entonces director de Odebrecht en México, Luis Meneses
Weyll, porque fue una empresa recomendada por Emilio Lozoya para obtener contratos,
declarando lo siguiente:

“Y le indique a él (Lozoya) que la asociación que habíamos comenzado en 2011


con Tapia (dueño de la constructora) por su recomendación estaba en buen
camino, que habíamos consolidado varios planes, y que nuestra prioridad sería
ganar contratos”, confesó ante la justicia brasileña ( Quinto Elemento Lab
2017).

Esta constructora no solo fue importante porque tenía influencia en el Estado de


Hidalgo, donde se desarrollaba la obra, sino que a su vez tenía influencia en los tres
niveles de Gobierno, incluso eran los favoritos de PEMEX, porque habían logrado
cuantiosos contratos con ellos; y de Osorio Chong, ex secretario de Gobernación, ex
gobernador del Estado hidalguense y hombre de confianza de Enrique Peña Nieto
(Aristegui 2017). Es decir, eran muy influyentes en la política y en la administración
pública mexicana 34; y, por ese motivo, Meneses Weyll comenta que “el dueño de
CITAPIA, Juan Carlos Tapia, que era de la ciudad hidalguense de Tula, transitaban
entre todo el espectro político y en las tres esferas de gobierno, siendo capaz de
conquistar la millonaria obra que se avecinaba” (MCCI 2017). Es decir, era una
constructora muy influyente y de una larga trayectoria con PEMEX 35.
No obstante, el modelo de influencias de Odebrecht tenía como finalidad llegar a lo más
alto de las relaciones entre jefes: hasta el presidente. En ese sentido, hay denuncias sobre
una relación colusiva entre Enrique Peña Nieto y Marcelo Odebrecht, es decir, al nivel
máximo de jefes. Según el periodista Raúl Olmos, las investigaciones deben llegar a
fondo, incluso si involucran al presidente, porque MCCI reveló que hubo hasta cuatro

33 Pemex reservó cualquier documento sobre la asignación directa del contrato de esta refinería a Odebrecht hasta el 2021, con el argumento de que forma parte de las
investigaciones que realiza la PGR.
34 CITAPIA, la empresa que Lozoya, recomendó a Odebrecht, había logrado cuantiosos contratos con PEMEX de 72 millones de dólares entre 2012 y 2015. Ver, Aristegui Noticias, Los
negocios de CITAPIA con Pemex, el socio que Lozoya “recomendó” a Odebrecht, México, publicado el 16 de agosto del 2017. https://aristeguinoticias.com/1608/mexico/los-negocios-de-citapia-
con-pemex-el-socio-que-lozoya-recomendo-a-odebrecht/

35 Osorio Chong, ex gobernador de Hidalgo y secretario de Gobernación, es uno de los personajes involucrados en esta trama por su estrecha relación con CITAPIA,
Odebrecht y con la refinería. Ver MCCI, El casero de Osorio Chong gana contratos con Odebrecht, Ciudad de México, publicado el 4 de noviembre del 2017.
https://contralacorrupcion.mx/odebrecht-osoriochong/

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reuniones previas entre los jefes ( 2018) 36. Una de ellas fue en la ciudad de Querétaro el
12 de noviembre de 2012 cuando asumió la presidencia, y otra fue a través de un
intermediario de Marcelo, Carlos Fadigas, quien comentó lo siguiente: “Ya hemos
tenido conversaciones con el gobierno de México, no sólo con el presidente Enrique
Peña Nieto, también con Emilio Lozoya, actual presidente de PEMEX, y me parece que
la dirección en la que quieren ir, es muy coherente con la campaña” ( Raúl Olmos 2018
y MCCI 2017).

En breve, sobre capacidad de influencia, Odebrecht se adjudicó la Refinería Miguel


Hidalgo Tula I, porque crearon una red de corrupción con las esferas más alta de
administración de PEMEX, encargada de la licitación, y con una constructora local
influyente como CITAPIA. En especial, el financiamiento electoral del 2012 fue clave,
porque no solo creó las bases para generar la red de corrupción, sino que “endeudaban”
a Lozoya para después ganar contratos gubernamentales, incluso esta red pudo haber
llegado hasta el nivel más alto de jefes: Enrique Peña Nieto. En todo caso, sería materia
de discusión para que las autoridades judiciales mexicanas lleven las investigaciones a
fondo, o como afirma el periodista mexicano Raúl Olmos: las investigaciones implican
llegar la presidente.

Finalmente, en tercer lugar, otro factor clave fue la debilidad institucional, porque
Odebrecht aprovechó un contexto de instituciones sin autonomía que facilitaba la
corrupción. De esa manera, instituciones encargadas de luchar contra la corrupción,
como la Procuraduría General de la República (PGR), no pueden garantizar su labor,
porque no tiene las condiciones necesarias para realizar sus funciones con
imparcialidad.

Por ejemplo, según la Dr. María Amparo Casar, la PGR nunca ha sido una institución
autónoma e independiente ni en la Constitución, ni en la práctica, porque ha sido una
institución en manos y al servicio del Poder Ejecutivo, permitiendo que siga la
impunidad y que los políticos se encubran mutuamente. (MCCI 2017 en la Consulta
Nacional de modelo de Procuración)

Entonces, para conseguir contrataciones gubernamentales, no es coincidencia que


Odebrecht arme una red de corrupción con altas esferas del Gobierno mexicano, porque
una institución sin autonomía, que se encarga de la supervisión y la rendición de
cuentas, se convierte en una institución que realiza parcialmente sus funciones con
influencia, interna y externa, y desde arriba en la lucha contra la corrupción (PGR
2017:29-30).

A diferencia de Perú, México es uno de los países con mayor financiamiento público en
América Latina a sus partidos políticos desde el 1997 hasta la actualidad; es decir,
aporta fuertes cantidades de dinero estatal para sus gastos en campaña, lo que supone
protegerlos de clientelismo electoral con empresas privadas. Por ello, en las Elecciones

36 De acuerdo a investigaciones periodísticas, hubo hasta cuatro reuniones entre Peña Nieto y Marcelo Odebrecht, y que sus influencias no se limitaron a PEMEX, al

Gobierno Federal, sino también a líderes de otros partidos políticos.Ver, MCCI, Filial de Odebrecht acompañó ‘de tiempo completo’ campaña de Peña Nieto, Ciudad de

México, publicado el 22 de octubre del 2017. Ver también, Olmos, Raúl, Gigante de lodo: Odebrecht y su historia de corrupción en México, Ciudad de México, Grijalbo, 2018.

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Federales del 2012, se asignaron casi 2 mil millones de dólares a los partidos políticos
en sus actividades de campaña, tal como lo revela el siguiente gráfico:

Gráfico 6: Financiamiento público de los partidos políticos en México otorgados


por IFE-INE para gastos ordinarios y campañas

Fuente: IFE-INE en Amparo Casar y Ugalde en “Dinero bajo la mesa: financiamiento ilegal y gasto de
campañas políticas en México-primera edición mayo del 2018.

Sin embargo, curiosamente, el financiamiento público es insuficiente para combatir el


fondeo ilegal de las campañas. De hecho, en las elecciones del mismo año, hubo una
baja fiscalización para sancionar los aportes ilegales de Odebrecht a la campaña priista,
porque aunque México cuenta con uno de los sistemas más complejos del mundo en la
materia, legislaciones contra la corrupción como el LEGIPE, o entidades públicas como
el Instituto Federal Electoral (IFE hoy INE) con frecuencia carecen de la infraestructura,
inteligencia financiera y autonomía para detectar el flujo total del dinero que fluyen a las
campañas y los gastos que se realizan. (Amparo y Ugalde 2018). Es decir, las entidades
electorales mexicanas pueden ser capaces de lo que reportan los partidos, pero buena
parte de lo que ocurre en las campañas es dinero no declarado, por tanto invisible para
sus capacidades fiscalizadoras y al “enforcement” de sus leyes electorales.

En consecuencia, el Instituto Federal Electoral (IFE hoy INE) no pueden garantizar el


cumplimiento de la eficacia y transparencia en materia administrativa del artículo 77,
numeral 2 inciso f y g del COFIPE sobre financiamiento de partidos políticos que los
fortalece técnicamente, permitiendo aportes de personas extranjeras y empresas de
carácter mercantil (2018). Es decir, a pesar de tener grandes cantidades de
financiamiento público, dotaciones normativas y técnicas, entidades encargadas de
luchar contra la corrupción se ven superadas con mecanismos cada vez más sofisticados
ante su control fiscalizador, porque partidos como el PRI reciben dinero ilegal de
empresas como Odebrecht a través de miembros de sus comités de campañas con
mecanismos que parecen invisibles a la fiscalización.

En suma, Odebrecht influyó para adjudicarse la Refinería Miguel Hidalgo Tula I por tres
razones. En primer lugar, su entrega oportuna era atractiva para Peña Nieto, porque con

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su soporte financiero, trayectoria empresarial y eficacia entregaron una ampliación de la


obra (casi 3 años) antes de que acabe su mandato, y con la inauguración, dar avances a
su promesa de reforma energética, que era prioridad durante su Gobierno. En segundo
lugar, crearon una red de influencias con las esferas más alta del Gobierno Federal, de la
administración de PEMEX, encargada de la licitación directa, a partir de financiamiento
de campañas, sobornos y armar una alianza estratégica con CITAPIA, influyente
constructora hidalguense. En especial, el financiamiento electoral del 2012 fue clave,
porque no solo creaban las bases para armar la red de corrupción en el Gobierno priista,
sino que comprometían a Lozoya para luego obtener licitaciones para obras públicas,
incluso pudo haber llegado hasta el nivel más alto de jefes: el presidente Enrique Peña
Nieto. Finalmente, en tercer lugar, aprovecharon un contexto de debilidad institucional
que no solo evitaba la fiscalizaciones o rendición de cuentas, sino que facilitaba la
corrupción, porque había entidades públicas que carecían de autonomía para ejercer sus
funciones (PGR), o entidades electorales que carecen de inteligencia financiera (IFE)
para detectar el dinero “debajo de la mesa” de Odebrecht, que son invisibles para sus
capacidades fiscalizadoras para prevenir, controlar y sancionar la corrupción.

Conclusiones

El problema no solo se trata de corrupción, porque este es consecuencia de todo un


sistema, que usa mecanismos legales, ilegales y antiéticos que facilitan la captura
corporativa estatal, donde hay un acuerdo pre establecido entre Odebrecht y los líderes
políticos para influir ventajosamente en sus países a cambio de privilegios. Sin embargo,
el problema de la captura no se trata de cuestiones ideológicas, o peor aún como se
afirma, por el capitalismo, sino que la preocupación tiene que ver con las reglas de
juegoy sus jugadores (el que da, el que recibe y el que fiscaliza). En esa línea, a partir de
dos megaproyectos, este artículo ha explicado tres factores de su sistema para ganar
licitaciones en Perú y México: entrega oportuna, influencia en el Estado y debilidad
institucional.

Por un lado, en Perú, los arreglos llegaron al nivel más alto de influencias: Alan García y
Marcelo Odebrecht. En esa línea, ganaron la licitación del Metro de Lima por tres
razones. En primer lugar, su entrega oportuna era atractiva para García, porque podían
terminar la obra antes de que acabe su mandato a fin de inaugurarla, la cual se había
convertido en símbolo de ineficacia y “vergüenza” de su anterior Gobierno (lograron
construirlo en tiempo record: 16 meses).

En segundo lugar, influyeron en el Estado para ganar la adjudicación, porque crearon


una red de corrupción con las esferas más altas del Gobierno aprista en tres niveles
(jefes, intermediarios y ejecutores) a través del financiamiento electoral, sobornos,
lobbies y mantener relaciones colusivas con Graña y Montero, quienes fueron sus socios
influyentes en la licitación de la obra. En especial, el financiamiento electoral era clave,
porque significaba la base de ese “pacto silencioso” que comprometía a García para
apoyar a la constructora a largo plazo: dinero a cambio de obras.

En tercer lugar, la debilidad institucional fue aprovechada, porque había un contexto


normativo de leyes “sastres” que no solo evitaban fiscalizaciones y rendiciones de
cuentas, sino que facilitaba la corrupción, como si las leyes fuesen hechas a las medidas
del cliente -Odebrecht-, de modo que desafiaban exitosamente el control de entidades

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públicas (CGR, ONPE, etc), partidos políticos débiles, prensa, entre otros actores en la
lucha contra la corrupción.

Por otro lado, en México, también parece que el arreglo establecido llego al nivel más
alto de jefes: Marcelo y Peña Nieto. En esa línea, Odebrecht ganó la licitación de la
Refinería Miguel Hidalgo Tula I por tres razones. En primer lugar, su entrega oportuna
era “atractiva” para Peña Nieto, porque podían entregar una ampliación de la obra (en
casi 3 años) antes de que acabe su mandato, y dar “avances” a su promesa de reforma
energética, la cual no solo era prioridad durante su Gobierno, sino que empezaba a ser
materia de crítica.

En segundo lugar, crearon una red de influencias con las esferas más altas del Gobierno
Federal (Peña Nieto y Osorio Chong), con PEMEX ( Emilio Lozoya), encargada de la
licitación directa, así como formar una alianza estratégicas con una constructora
influyente en el Estado hidalguense: CITAPIA. En especial, el financiamiento electoral
del 2012 fue clave, porque no solo creaban las bases para armar la red de corrupción en
el Gobierno priista, sino que comprometían a Lozoya para luego obtener beneficios en
obras.

En tercer lugar, aprovecharon un contexto de debilidad institucional que no solo


evitaban fiscalizaciones y rendiciones de cuentas, sino que facilitaba la corrupción,
porque a diferencia de Perú, el caso mexicano sin leyes “sastres” tiene mejores recursos
normativos, técnicos, financiamiento público generoso, etc, pero la preocupación tiene
que ver con otro asunto: un conjunto entidades públicas que carecían de autonomía para
ejercer sus funciones imparcialmente como la PGR, Fiscalía, IFE-INE, quienes pueden
haber sido presionados por el Ejecutivo. O como afirma, la Dr. María Amparo Casar,
estaban obligados a cumplir el principio de “tapaos los unos a los otros”.

Asimismo, la cuestión de la corrupción proviene tanto del Estado unitario-federal como


del sector privado, porque hay un binomio perfecto de la corrupción enraizado en las
estructuras centrales de la sociedad y ligada a una evolución institucional precaria,
donde las empresas deben obedecer a presiones de políticos y funcionarios, o a veces es
la empresa quien toma la iniciativa y diseña sus formas de influir en ella. En esa línea, a
diferencia de los políticos que cambian por periodo de gobierno, los empresarios
siempre están en el sistema para perfeccionarlo; a tal punto de pasar desapercibidos con
sus socios, porque sus aportes no solo eran “dinero bajo la mesa”, sino que se hacían a
través de intermediarios o personas de confianza, de modo que no se ven involucrados ni
el político ni el empresario ni sus socios. Es decir, la corrupción proviene de ambas
partes.

A modo de reflexión, el manejo de poder entre empresarios y líderes políticos se expresa


en “arreglos silenciosos”, usando una serie de mecanismos que varían entre lo legal,
ilegal y dudoso, como sobornos, lobbys, constructoras locales y financiamiento de
campañas para influir ventajosamente en sus países. En especial, el financiamiento
electoral es la base de ese “pacto silencioso”, porque no solo compromete al político
para luego devolverle el favor (deuda a futuro), sino que los empresarios que tienen el
dinero buscan más poder en la política, distorsionando la democracia: dinero que busca
privilegios. Por ello, el financiamiento electoral es clave, porque crea un terreno fértil
para acceder a una relación especial con una serie de personajes influyentes a fin de

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obtener beneficios particulares en contra del desarrollo colectivo. Así, es el inicio de una
amistad que pone en peligro a la democracia: relaciones peligrosas entre dinero, poder y
política.

Para finalizar, el caso Odebrecht es solo “la punta del iceberg” en una vieja trama,
porque los empresarios y líderes políticos suelen hacer el mismo pacto desde tiempos
remotos en otros grandes sectores (mineros, constructores, energéticos, grupos
bancarios, etc), pero el problema de la “captura” no se trata de cuestiones ideológicas,
porque pueden estar tanto en gobiernos de izquierda como de derecha. La preocupación
tiene que ver con la forma en que se financia la política y sus “jugadores” (el que da, el
que recibe y el que fiscaliza), que se da cuando las normas son inexistentes, están
distorsionadas, o se muestran inestables para luchar contra estos comportamientos
oportunistas en contra del desarrollo social. Por ello, el caso Lava Jato debe servir como
inspiración para empezar una nueva era con reformas institucionales que conduzcan a un
auténtico desarrollo social-económico, y mejoré la política al servicio del ciudadano.

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