Te Ayudamos A Dejar de Fumar
Te Ayudamos A Dejar de Fumar
Te Ayudamos A Dejar de Fumar
Eva Belén
de Higes Martínez
ISBN: 978-84-945873-2-0
Dep. Legal: B 21504-2016
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida ni trans-
mitida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendo las fotocopias, graba-
ciones o cualquier sistema de recuperación de almacenaje de información, sin el permiso escrito del
titular del copyright.
Te ayudamos a
dejar de fumar
Coordinadora
9 Prólogo
11 Introducción
13 Introducción al tabaquismo
28 Dependencia y síndrome de abstinencia
42 Valoración del fumador
54 Tratamiento del tabaquismo
65 Seguimiento del fumador
74 Tabaquismo pasivo y prevención
85 Bibliografía y referencias
Autores
Coordinadora
Autores
7
8
Prólogo
Es por ello que, dentro de las actividades que se vienen desarrollando a lo largo del
Año SEPAR 2015-2016 de la EPOC y el Tabaco, sin duda, unas de las más importantes
y reconfortantes son aquellas específicamente dirigidas a nuestros pacientes, con la
idea y objetivo de aportar soluciones prácticas y concretas a los retos que suponen
mejorar su salud y calidad de vida. Dejar de fumar es una de las decisiones más im-
portantes y saludables que pueden tomar nuestros pacientes, y en concreto a la hora
de prevenir y tratar la EPOC, la más eficaz y coste-efectiva.
Quiero desde aquí mostrar mi más sincero agradecimiento y felicitación a los profesio-
nales SEPAR que con gran ilusión han participado en la coordinación y autoría de los
diferentes temas tratados.
9
Introducción
El consumo de tabaco está tan extendido que ha pasado a formar parte de nuestras
vidas como algo cotidiano, aunque desde hace décadas se conocen sus efectos noci-
vos para la salud. Si eres fumador, seguramente te habrás planteado alguna vez dejar
de fumar. Si no lo eres, quizás haya personas de tu entorno que están en esta situa-
ción. El problema es que dejar de fumar se percibe en muchas ocasiones como una
meta inalcanzable. Los fumadores suelen sentir que con el abandono del tabaco van
a perder un aliciente importante en su vida. Además, ante la idea de dejar de fumar
se presentan otras incertidumbres: ¿tendré ansiedad?, ¿cómo voy a afrontar los pro-
blemas si no puedo fumar?, ¿existen tratamientos para ayudarme a dejar de fumar?,
¿cómo puedo conseguirlos?...
Interesante...
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11
01
INTRODUCCIÓN
AL TABAQUISMO
13
Las cifras del tabaquismo
El tabaquismo es uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial,
la gran epidemia de nuestro siglo. Veamos algunas cifras relacionadas con el consu-
mo de tabaco.
Para empezar, podemos hablar del número de afectados. En nuestro país, según la
última Encuesta Nacional de Salud (ENS), publicada en 2012, un 24% de las personas
mayores de 15 años eran fumadores habituales, un 3% fumadores ocasionales y casi
un 20% exfumadores. En países en vías de desarrollo, estas cifras son aún mucho
mayores.
Pero las cifras que realmente asustan son las de los efectos que el tabaco produce
sobre la salud. El tabaco es la primera causa de muerte evitable en los países desa-
rrollados. Es responsable de cerca de seis millones de muertes anuales en el mundo,
lo que equivale a una muerte cada 6 segundos, y se calcula que para el año 2020 esta
cifra aumentará hasta los 10 millones de muertes anuales en el mundo.
Uno de cada dos fumadores fallece por enfermedades relacionadas con el tabaco. Pero
el tabaco no sólo afecta a los fumadores, se calcula que cada año más de 600.000
personas no fumadoras fallecen a causa de la exposición pasiva al humo de tabaco.
14
Figura 1. Distintas causas de muerte prematura en España
Drogas 1
ilegales
SIDA 2
Tráfico 20
Tabaco 150
Existen otras cifras importantes relacionadas con el tabaco, y son las económicas. La
industria tabaquera nos ha hecho creer que los impuestos del tabaco son una fuente
de riqueza para un país. Nada más lejos de la realidad. El tabaco consume alrededor
del 6-15% del gasto sanitario global en los países desarrollados, y esta situación es
mucho más grave en países donde los recursos sanitarios son mucho menores. Pero
además, hay que tener en cuenta otros costes indirectos, como bajas laborales, inca-
pacidades… Por ejemplo, uno de cada cuatro fumadores fallece cuando todavía está
en edad laboral.
En España se recaudan algo más de 8.000 millones de euros por los impuestos con-
juntos de alcohol y tabaco. El gasto sanitario que producen las enfermedades por
tabaco supera los 15.000 millones de euros, sin contar más de 500 millones por en-
fermedades asociadas al tabaquismo pasivo y más de 7.000 millones de euros de
pérdidas para la empresa pública y privada por costes indirectos. Como queda claro,
no salen las cuentas.
15
Composición del tabaco
Antes de enfrentarnos con nuestro enemigo, el primer paso es conocerlo bien.
El tabaco es una planta procedente de América, pero actualmente su cultivo está ex-
tendido por todo el mundo. La hoja de tabaco se somete a distintos procesos y pos-
teriormente se le añaden aditivos para mejorar su aroma y su sabor antes de manipu-
larlo para obtener los productos derivados del tabaco. El 90% del tabaco se consume
en forma de cigarrillos, pero existen otras muchas formas de consumir tabaco: puros,
pipas, tabaco de liar, pipas de agua, tabaco de mascar… Todas ellas son perjudiciales
para la salud.
Las principales sustancias del humo del tabaco que producen enfermedades son: mo-
nóxido de carbono, nicotina, nitrosaminas, alquitranes y sustancias oxidantes. Pero
la mayoría de los fumadores desconocen que existen muchas otras sustancias dentro
del humo del tabaco. Nombres como amoniaco, arsénico, cianuro de hidrógeno, cro-
mo o polonio nos pueden resultar familiares. Pero, ¿habías pensado alguna vez que
estas sustancias pudieran llegar a nuestro organismo a través de un cigarrillo? Pues
esto nos puede dar una idea de los efectos tóxicos del tabaco.
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Ácido
esteárico Tolueno
(cera de vela) (solvente Nicotina
industrial) (insecticida)
Cadmio
(pilas)
Ácido acético
(vinagre)
Pintura
Butano
(encendedor)
Metano
(gas cloacal) Fósforo
Metanol
(combustible
de cohetes)
Arsénico Amoníaco
(veneno) (limpia baños)
Lo peor de las enfermedades producidas por el tabaco no es que sean graves y con-
duzcan a una muerte prematura, sino el sufrimiento que producen. Pueden ser en-
fermedades crónicas que se padezcan durante muchos años con un deterioro muy
importante de la calidad de vida, como un infarto cerebral que postre a una persona
en una silla de ruedas. En otras ocasiones, en cambio, producen un desenlace fatal en
poco tiempo tras un sufrimiento intenso para el fumador y su familia, como ocurre con
distintos tipos de cáncer.
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Enfermedades cardiovasculares
El monóxido de carbono (CO) es la sustancia que produce la mayor parte del daño
vascular. Estrecha los vasos sanguíneos y facilita la formación de placas de grasa y
coágulos en su interior. Todo ello provoca que la sangre circule con dificultad. Ade-
más, el CO impide que la sangre trasporte oxígeno, fundamental para que nuestros
órganos funcionen.
El descenso del riego sanguíneo en el corazón se agrava por los efectos de la nicotina,
que produce aumento de la tensión arterial y de la frecuencia cardiaca (es decir, el
corazón tiene que trabajar con más esfuerzo y rapidez). La consecuencia de todo ello
es la aparición de enfermedades cardiacas, como la angina de pecho o el infarto de
miocardio.
Bloqueo de la
arteria coronaria
derecha
18
Pero los problemas vasculares no sólo afectan al corazón. Los fumadores tienen casi
el doble de riesgo de tener infartos cerebrales, y este riesgo llega a multiplicarse por
cuatro en fumadores de más de 20 cigarrillos diarios.
Enfermedades respiratorias
19
niños expuestos pasivamente al tabaco, ya que sus vías respiratorias están en pleno
desarrollo.
Tumores
El tabaco es la causa del 30% de los tumores malignos. Algunos de ellos están direc-
tamente producidos por el tabaco (pulmón, laringe, esófago, boca), y en otros es un
factor asociado a su producción (estómago, páncreas, riñón, vejiga, hígado, colon,
mama, pene, cuello de útero…).
20
Otros efectos del tabaquismo sobre la salud
La piel y el pelo de los fumadores tienen peor aspecto y envejecen antes. Pero no es
sólo un problema estético, pues además la salud de la piel empeora. Los fumadores
que se someten a una cirugía tienen mayor riesgo de hemorragias o infecciones de la
herida quirúrgica por problemas de cicatrización.
Por supuesto que la motivación para dejar de fumar es imprescindible, pero la mayo-
ría de los fumadores tienen una importante dependencia del tabaco, debida en gran
parte a la adicción a la nicotina, aunque esta no es la única causa. En ocasiones los
fumadores se ven incapaces de dejar de fumar, y ese miedo a no conseguirlo puede
provocar que ni siquiera lleguen a intentarlo o que incluso nieguen querer dejar de
fumar.
Es frecuente que los fumadores que intentan dejar de fumar no lo consigan o tengan
recaídas incluso años después de haberlo dejado. Solo el 5% de los fumadores con-
sigue dejar de fumar por su cuenta. Pero cuando el intento se realiza en condiciones
óptimas, puede llegarse a tasas de éxito de hasta el 60%. Por eso es fundamental
solicitar ayuda cuando se va a hacer un intento de abandono del tabaco.
21
Si quieres, podrás
dejar de fumar.
Estamos aquí para
ayudarte a conseguirlo.
22
¿Por qué se produce la adicción al tabaco?
¿Recuerdas la primera vez que fumaste un cigarrillo? Seguramente no te produjo una
sensación muy placentera: tos, mareo, irritación de los ojos... ¿Por qué entonces los
fumadores siguen fumando? La respuesta es que el tabaco produce adicción en la
mayoría de los fumadores, es decir, el fumador necesita compulsivamente fumar para
sentirse bien, y ese consumo está fuera del control de su voluntad. La dependencia
del tabaco se debe en gran medida a la nicotina, que es una droga muy adictiva. De
hecho, es la sustancia con mayor poder adictivo de las que se conocen, incluyendo
otras como la heroína, la cocaína... Esto se debe a la rapidez con la que actúa, que es
mayor incluso que la de sustancias que se inyectan en la sangre.
Cuando das una calada a un cigarrillo, la nicotina llega a tu cerebro en tan solo siete
segundos. Allí se une a tus células nerviosas en unos receptores, y eso libera una
sustancia llamada dopamina, que es la responsable de la sensación placentera que
sientes. Cuanta más nicotina llega al cerebro, más receptores se van produciendo,
y por ello el fumador cada vez necesita una dosis mayor de nicotina. Sin embargo,
cuando no llega nicotina al cerebro, lo que se produce es un síndrome de abstinencia
que obliga al fumador a volver a fumar.
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Célula
transmisora
Señal
nerviosa
ioso
nal nerv
Termi
Dopamina
Receptores
Célula receptora
24
¿Qué puedo hacer para dejar de fumar?
Como ya hemos comentado, el primer paso es tomar la decisión de dejar de fumar.
Pero no tienes que estar solo durante tu proceso de abandono. Solicitar ayuda aumen-
tará considerablemente tus posibilidades de éxito.
Los profesionales sanitarios de los centros de salud, tanto médicos como enfermeras,
están capacitados para evaluar las características de cada fumador y ofrecerle una
ayuda personalizada, mediante consejos y, en caso necesario, tratamientos farmaco-
lógicos. Además, en los casos que precisen una atención más especializada podrán
derivar al fumador a un especialista en tabaquismo.
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¿Qué beneficios se consiguen al dejar de fumar?
Cuanto antes se abandone el tabaco, mayores beneficios se conseguirán, ya que po-
drá evitarse la aparición de enfermedades. Sin embargo, tener ya algún problema de
salud no debe desanimarte, pues la evolución de ese problema será mucho mejor si
dejas de fumar, y además podrás evitar la aparición de complicaciones o de nuevas
enfermedades.
Algunos de los efectos del tabaco mejoran a los pocos días de dejar de fumar, como el
control de la tensión arterial y la frecuencia cardiaca.
En los pacientes con EPOC, dejar de fumar mejora los síntomas, enlentece la pérdida
de capacidad pulmonar y disminuye la mortalidad.
Otros beneficios
El riesgo de tumores empieza a reducirse desde que se deja de fumar, aunque tarda
entre 15 y 20 años en igualarse al de los no fumadores, dependiendo de grado de
consumo previo de tabaco.
26
Otros beneficios para la salud se resumen en la siguiente tabla.
Pero además, dejar de fumar no sólo repercute en la salud del fumador. No debemos
olvidar otros beneficios adicionales que también son muy importantes:
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02
DEPENDENCIA Y SÍNDROME
DE ABSTINENCIA
El tabaco produce en los fumadores dependencia, que es la necesidad compulsiva
de consumir cigarrillos. Con el tiempo, el fumador pierde el control sobre el consumo.
Esta dependencia se manifiesta cuando el fumador disminuye o anula el consumo de
tabaco, a través de un conjunto de síntomas que provocarán que se encuentre fran-
camente mal y así vuelva a consumirlo, obligándole a administrar a su organismo de
nuevo nicotina.
Cada vez que el fumador enciende un cigarrillo y da una calada, inhala una canti-
dad de humo compuesta por más de 4.500 sustancias tóxicas para la salud. De todas
ellas, una de las más importantes es la nicotina, que es una droga responsable de la
adicción y actúa a nivel cerebral provocando sensaciones como relajación en situa-
ción de estrés, aumento de la atención, mejora de la memoria o disminución de la
irritabilidad, entre otras.
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Tipos de dependencia
Cada fumador es distinto. Por ello, si quieres dejar de fumar, es muy importante que
acudas a un profesional bien formado en el campo del tabaquismo, alguien que ana-
lice bien tu enfermedad. Es vital que transmitas al profesional sanitario toda la infor-
mación relacionada con tu dependencia.
1. Dependencia física
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Los síntomas más frecuentes e importantes son: sudoración, estreñimiento, pulsa-
ciones de corazón bajas (bradicardia), aumento del apetito, dolor de cabeza, tensión
arterial baja, etc.
2. Dependencia psíquica
El mantenimiento del hábito del tabaquismo está influido por características de la per-
sonalidad del propio fumador y por características psicológicas que el tabaco genera
en el fumador desde el inicio del consumo. Cuando el consumo cese, estas saldrán a
la luz en forma de síntomas como inseguridad, inquietud, ansiedad, falta de concen-
tración, etc.
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También es frecuente que los fumadores se sientan más seguros y acompañados en
situaciones de espera o entrada a lugares poco conocidos con un cigarro en la mano,
es una sensación de “no estoy sólo”. Sin pensar que luego le tocará aprender a vivir y
a enfrentarse a todas esas situaciones sin el cigarro.
3. Dependencia conductual
La dependencia conductual son los gestos y acciones que el fumador realiza mecáni-
camente durante el hábito de fumar, la mayoría de veces sin siquiera ser consciente
de ellos. Por ejemplo, un fumador de 20 cigarros al día realiza el gesto de llevarse el
cigarro a la boca unas 70.000 veces al año.
31
Si piensas en actividades rutinarias que realizas habitualmente mientras fumas, te
darás cuenta de que en ocasiones no te apetece fumar, pero el hecho de iniciar esas
actividades inmediatamente te lleva a encender el cigarrillo (conectar el ordenador,
entrar en el coche, coger el teléfono…). Son gestos que van asociados, conductas au-
tomatizadas. Pueden ir asociados a determinados olores y sabores (el olor de tabaco
que estimula el deseo de fumar), a imágenes (la imagen del paquete de tabaco o inclu-
so solo el nombre de la marca), al consumo de otras sustancias (bebidas alcohólicas,
café), etc.
4. Dependencia social
El ambiente es tan importante, que los amigos y lugares que se frecuentan pueden
incentivar el inicio del hábito tabáquico o prevenir de él. Por suerte, la visión social del
tabaco está cambiando y ya no está de moda ser fumador, lo que puede conllevar que
menos jóvenes se inicien en su consumo.
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¿Qué es el síndrome de abstinencia?
El síndrome de abstinencia es el conjunto de sensaciones y signos desagradables que
puedes sentir cuando disminuyas o ceses el consumo de tabaco. Dentro del síndrome
de abstinencia, hay un síntoma de especial importancia que se llama “craving”: el
deseo irrefrenable de consumir tabaco tras unas horas sin fumar.
Todos los síntomas del síndrome de abstinencia son sentidos por cada fumador de
diferente forma y con distinta intensidad, puesto que cada fumador es diferente.
Sin embargo, se puede modificar este síndrome de abstinencia cuando el fumador
es acompañado durante el proceso de abandono por profesionales sanitarios que le
brindan el mejor tratamiento posible. Todos estos factores, junto con la motivación del
fumador, harán que el síndrome de abstinencia sea menor, garantizando así muchas
más posibilidades de éxito en el proceso.
El craving es el síntoma más importante del síndrome de abstinencia, puesto que du-
rante los primeros días nos da mucha información de cómo lo está pasando el fuma-
dor y de su grado de dependencia. Es la necesidad urgente de fumar que aparece
cuando se lleva unas 8-12 horas sin fumar, y es la causa más frecuente de recaída en
los primeros días.
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Saber qué significa y poder identificarlo cuando esté ocurriendo nos hará mucho más
fuertes y nos ayudará a combatirlo. Debemos construir estrategias para afrontarlo.
Salir a pasear, pensar en otra cosa, como puede ser el motivo para dejar de fumar, o
bien beber agua o realizar ejercicios respiratorios son las estrategias más frecuentes.
Cada fumador debe conseguir diseñar sus propias estrategias con ayuda de los profe-
sionales que le asesoran. Por supuesto, los profesionales sanitarios intentarán que tú
tengas la menor intensidad de craving posible, si es necesario utilizando medicación.
Existen varios tratamientos que han demostrado su eficacia contra el craving.
Ansiedad
Suele aparecer en la mayor parte de los fumadores, siempre con mayor intensidad
en los primeros días y en situaciones de estrés o de noticias complicadas. Puede du-
rar aproximadamente de uno a dos meses. Puede cursar con sudoración de manos
y cuerpo, sensación de nerviosismo, inquietud, imposibilidad de estarse quieto…
Desarrollaremos estrategias para hacerle frente.
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Irritabilidad
También conocida como “mal genio” o falta de paciencia. Es muy común durante las
primeras dos o tres semanas, más intensa al principio. Puede producir problemas de
convivencia, por lo que es conveniente informar a familiares y amigos si estás inten-
tando dejar de fumar, para que éstos se muestren más comprensivos con tu situación.
Tristeza
De muy variable intensidad, puede sentirse simplemente como una bajada del ánimo,
pero hay personas que llegan a deprimirse con bastante intensidad. Es importante
identificarla pronto para tratarla si es necesario y buscar acciones que la mantengan
controlada, ya que además de poder convertirse en un problema de salud, es uno de
los síntomas de alerta por su alta relación con las recaídas.
Dificultad de concentración
Aunque hay personas a las que dejar de fumar les disminuye el apetito, es cierto que
es lo menos frecuente. Lo habitual es que el apetito aumente, sobre todo porque la
nicotina lo disminuye mientras se fuma, o porque aumenta la necesidad de picar entre
horas. Aquí hay que tener en cuenta que el componente boca-mano del que hemos
hablado antes es el que puede incitar a estar llevándose cosas a la boca, como frutos
secos, caramelos, chicles… sin ser consciente de ello. Buscaremos alternativas.
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Para algunas personas, el miedo a ganar peso es un obstáculo muy importante que
frena la decisión de dejar de fumar. Es verdad que los fumadores aumentan entre
3 y 5 kilos al dejar de fumar, pero los beneficios para la salud compensan con creces
este problema, que además puede resolverse más adelante. En general, no se reco-
mienda hacer dietas estrictas durante el proceso de abandono, pero mejorar hábitos
de salud (aumento de consumo de frutas y líquidos y hacer algún ejercicio físico) pue-
de ayudarnos a controlar el aumento de peso.
Estos son los síntomas más frecuentes, pero existen otros que puedes desarrollar en
mayor o menor medida, para los cuales tu profesional sanitario tendrá respuesta, por
ejemplo, dolor de cabeza, estreñimiento, cansancio, sensación de mareo, taquicar-
dia…
Lo habitual es que las 2-3 primeras semanas sean las peores y que se vaya mejorando
hacia las 4-5 semanas, cuando los síntomas irán disminuyendo en intensidad y dura-
ción. Pero es cierto que no siempre es así, a veces aparecen más tarde (hacia la 4-5
37
semana), o incluso hay personas que lo desarrollan durante un periodo de tiempo más
largo (hasta 8-10 semanas).
38
de sus síntomas pueden aparecer por circunstancias distintas a las del propio proceso
de dejar de fumar.
Cada persona deja de fumar por un motivo (salud, economía, estética, autoestima...).
Encuentra el tuyo y dale la importancia que se merece. Quieres cambiar de vida, quie-
res quitarte ese lastre que inunda tus días… ¡CONVÉNCETE, ES EL MOMENTO! Y noso-
tros te vamos a ayudar.
39
SÍNTOMA CONSEJO PARA CONTROLARLO
• Pasea.
Irritabilidad • Dúchate o toma un baño.
• Evita el café o las bebidas con cafeína.
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SÍNTOMA CONSEJO PARA CONTROLARLO
41
03
VALORACIÓN DEL FUMADOR
Para que un paciente deje de fumar, tiene que querer hacerlo y tomar una determina-
ción firme. Para ello es muy importante que reconozca el tabaquismo como una en-
fermedad. La OMS lo define como una enfermedad crónica, recidivante y con carácter
adictivo.
El tabaco, tanto por su principal principio activo, la nicotina, como por su forma de
comercialización y consumo, es considerado una de las drogas con mayor capacidad
de generar adicción.
Es importante saber que existen diferentes grados de tabaquismo, así como carac-
terísticas individuales y ambientales que hacen más o menos difícil el abandono del
tabaco.
Algunos fumadores con baja dependencia a la nicotina son capaces de dejar de fumar
por su cuenta, aunque representan un porcentaje bajo. Existen programas de autoa-
yuda que proporcionan al fumador estrategias que puede aplicar por sí mismo para
facilitar el abandono del consumo de tabaco y así lograr el éxito.
42
Muchas son las preguntas y dudas que el fumador se plantea en el día a día y que pue-
den retrasar la fecha en que decida dejar de fumar: “Tengo miedo de dejar de fumar
sólo”, “Necesito ayuda y apoyo”, “Yo no tengo voluntad”.
¿Cómo
se deja
de fumar?
Todavía
fumo
Asimismo, los fracasos previos o los síntomas del síndrome de abstinencia en ante-
riores ocasiones no deben suponer un obstáculo para intentarlo de nuevo. Por todo
ello, muchos fumadores buscan ayuda para dejar de fumar. En España existen muchas
consultas de deshabituación tabáquica tanto en centros de salud como en hospitales,
cuyo objetivo es ayudar a los pacientes a incrementar las posibilidades de éxito a la
hora de dejar el tabaco.
El primer paso que debe realizar un fumador que quiera dejar de fumar es acudir a su
centro de salud. Allí será informado de los programas de ayuda a los fumadores. Para
evitar posibles recaídas, resulta fundamental una atención individualizada en función
de las características de cada fumador por parte de los profesionales sanitarios (médi-
co de atención primaria, enfermero, neumólogo, psicólogo…), tanto en el control como
en el seguimiento completo del paciente hasta que deje de fumar.
43
Si quieres dejar de fumar, consulta en tu centro de salud
cómo podemos ayudarte.
Algunos estudios han señalado que una consulta mínima de 3-5 minutos con un profe-
sional sanitario aumenta las posibilidades de éxito, incluso llega a duplicarlas.
1. Grado de tabaquismo
2. Intentos previos de abandono
3. Dependencia física y psicológica
4. Motivación
5. Fase de abandono
44
Haz el cálculo de tu consumo acumulado de tabaco con esta sencilla fórmula:
45
Con cualquiera de estos datos se puede clasificar el grado de tabaquismo de Leve a
Muy Intenso.
Los intentos previos son parte fundamental del abandono definitivo, ya que entre-
nan al fumador y demuestran que es capaz de lograrlo. Un intento serio implica que
durante más de 24 horas ha conseguido mantenerse abstinente. Supone un cambio
conductual con respecto al tabaco. Para afrontar ese cambio, debes conocer que la
dependencia del tabaco no es sólo física, sino que también hay una dependencia
psicológica y conductual.
Los intentos previos de abandono y el periodo más largo (por corto que sea) que con-
seguiste mantenerte sin fumar son una parte fundamental para conseguir la cesación
definitiva. Siempre se debe reflexionar, principalmente, sobre cuáles fueron las difi-
cultades que encontraste, qué estrategias utilizaste para vencer esas dificultades, a
qué atribuyes la recaída…
46
También hay que indagar acerca de tu trabajo, ambiente familiar, aficiones… en defi-
nitiva, todo lo que rodea al fumador, en busca de apoyos y debilidades sobre las que
hacer especial hincapié.
TEST DE FAGERSTRÖM
47
4. ¿Fumas aunque estés tan enfer-
Sí ................................ 1 punto
mo que debas guardar cama la
No ............................... 0 puntos
mayor parte del día?
Existe una variante muy sencilla del Test de Fagerström que resulta igualmente útil
para valorar el grado de dependencia física con sólo una pregunta, es el denominado
“Tiempo hasta el Primer Cigarrillo”.
Valoración de la motivación
Se trata de una variable básica que hay que conocer en todo intento de abandono,
ya que aunque quieras dejar de fumar, si no tienes suficiente motivación el fracaso
está asegurado. Durante la entrevista, se te preguntará sobre los motivos que te han
48
llevado a dejar de fumar (salud, económicos, presión familiar, modelo hacia los hijos,
higiene personal…). En muchas ocasiones, tienes un motivo principal para intentar el
abandono, pero es importante hacerte pensar en otros motivos que te ayudarán en tu
intento.
Otra forma aún más sencilla para medir la motivación es una escala numérica del 0 al
10 pidiendo al fumador que indique cuánta importancia tiene para él dejar de fumar. El
nivel de motivación no debe confundirse con otro término denominado autoeficacia,
que indica cuán capacitado se siente el fumador para dejar de fumar.
49
Diagnóstico de Fases de Abandono
¿Eres fumador?
No Sí
No Sí
Precontemplación
No Sí
Contemplación Preparación
50
EVALUACIÓN DEL FUMADOR
Preparación
Contemplación para la acción
Empieza a pensar que es Decide intentarlo
buena idea dejar
el tabaco
Acción
Intenta dejarlo
Precontemplación
Consumo consonante,
sin interés en dejar de fumar
SALIDA
Recaída
Abstinencia
Se mantiene
sin fumar
Lo habitual es que el paciente que acude en busca de ayuda para dejar de fumar se en-
cuentre, como mínimo, en fase de contemplación. Si el fumador no ha llegado a esta
fase, puede que no esté listo para hacer un intento. De hacerlo, tiene muchas posibi-
lidades de fracasar, lo que puede suponer una frustración para él y para el terapeuta.
Nuestro cometido, en ese caso, será aportarte argumentos para motivarte a progresar
en ese proceso hasta llegar a la fase de preparación.
La recaída es una etapa a la que se puede llegar desde la Fase de Acción o Manteni-
miento, y desde la que se puede regresar a cualquiera de las fases anteriores.
¿Y si vuelvo a fumar?
Si después de un tiempo vuelves a fumar uno o varios cigarrillos, NO TE DESANIMES!...
y valora…
51
• De los errores se aprende; decide qué tienes que hacer para evitar otro fallo en
el futuro.
• Revisa las razones que te motivaron para tomar la decisión de dejar de fumar y
valora aquellos beneficios que has conseguido. Las dificultades irán disminu-
yendo con el tiempo y la práctica.
Recuerda que aunque lleves un tiempo sin fumar, te encontrarás con situaciones (bo-
das, cumpleaños, reuniones con amigos…) en las que antes fumabas. Es normal que
en esos momentos te acuerdes del cigarrillo.
52
¡YA NO
¡Enhorabuena por FUMO!
haber tomado
la decisión de dejar de fumar!
Y recuerda: ¡si no enciendes el primer cigarrillo,
nunca encenderás el segundo!
53
04
TRATAMIENTO DEL
TABAQUISMO
Has tomado una de las decisiones más importantes de tu vida, para tu vida y la de los
que te rodean: DEJAR DE FUMAR.
Este reto, difícil pero no imposible de superar, tendrá una probabilidad de éxito mayor
bajo el asesoramiento y supervisión de un profesional sanitario. Tras una adecuada
evaluación del tipo de fumador al que perteneces (grado de tabaquismo, niveles de
dependencia, abandonos y recaídas previos así como motivación y ganas de dejarlo) y
el diseño de un tratamiento individualizado y adaptado a tus posibilidades, podremos
afirmar que en unos meses serás EXFUMADOR.
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a. Si tú NO quieres abandonar actualmente el consumo de tabaco, no te preocu-
pes. Durante la entrevista que mantengamos en la consulta analizaremos las
razones por las que no quieres dejar de fumar y te explicaremos lo relevante
que es para ti dejar de fumar, los daños y riesgos para tu salud si sigues fu-
mando y las recompensas y beneficios que obtendrás si lo dejas. Esta interven-
ción, llamada Entrevista Motivacional, la repetiremos en futuras visitas. Aún así,
habrá fumadores que sigan sin querer dejar de fumar pero estén dispuestos a
reducir el consumo y el daño que el tabaco produce en su salud. Si es tu caso,
este proceso puede hacerse con ayuda de tratamiento farmacológico si es ne-
cesario, y ello puede ayudarte a aumentar tu motivación para decidirte a dejar
de fumar definitivamente, ya que empezarás a sentir los beneficios de reducir
el consumo de tabaco, y además, con la ayuda del tratamiento para el control
del síndrome de abstinencia, te sentirás más capaz de dejarlo definitivamente.
En la entrevista motivacional,
el propio fumador hará un balance de pros y contras.
El objetivo es que cambie de opinión
y se decida a dejar de fumar.
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¿Qué fumadores deben realizar un tratamiento para dejar de fumar?
A todos los fumadores que deseen hacer un intento serio de abandono de tabaco, es
decir, en fase de preparación, se les debe ofrecer un tratamiento combinado conduc-
tual y farmacológico, ya que así se incrementa significativamente la posibilidad de
éxito del intento.
Además, se sabe que retrasar el abandono del consumo tiene un impacto en la pérdi-
da de años de vida del fumador y en la salud de los no fumadores que conviven con él.
Hay situaciones especiales en las que los tratamientos farmacológicos podrían estar
contraindicados o en las que habría que indicarlos con precaución, de ahí la importan-
cia de consultar con un profesional sanitario: fumadores con situaciones médicas que
contraindiquen el uso de los medicamentos utilizados para el tratamiento del taba-
quismo, fumadoras embarazadas o en período de lactancia, fumadores adolescentes
y fumadores de bajo consumo (menos de 10 cigarrillos diarios).
A todo fumador que quiera dejar de fumar, además de ofrecerle un adecuado trata-
miento farmacológico y cognitivo-conductual, se le debe asesorar sobre determinados
aspectos cotidianos que pueden interferir en su camino hacia el abandono.
56
Conductas relacionadas con la dieta, actividad física, ejercicios de relajación y una
buena higiene de sueño son medidas esenciales durante el proceso para minimizar la
intensidad de los síntomas de abstinencia, mantener la motivación y el bienestar del
paciente, así como prevenir recaídas a corto y largo plazo.
Independientemente del tratamiento elegido, habrá que acordar y fijar una fecha de-
nominada Día “D”, elegida por el propio fumador y a partir de la cual se abandonará
definitivamente el consumo. Este paso se puede realizar de forma brusca o con un
descenso gradual del consumo, dependiendo de cada fumador, y se iniciará el trata-
miento farmacológico, como mínimo, la semana previa al abandono definitivo.
57
En nuestro país, disponemos de tratamientos de acción rápida (chicles, comprimidos
y espray bucal) y de acción prolongada (parches de 16 o 24 horas), ambos con diferen-
tes presentaciones y dosis.
La TSN puede utilizarse como tratamiento único o de forma combinada, bien con otras
presentaciones de TSN (un parche + una forma de acción rápida) o con fármacos no
nicotínicos.
Otras indicaciones de la TSN son su uso en fumadores que no están decididos a dejar
de fumar pero quieren reducir el consumo como paso previo a la cesación definitiva
o para reducción de daño, o en aquellos fumadores que se ven obligados a un aban-
dono temporal (un ingreso hospitalario, un viaje largo…) y necesitan tratamiento para
controlar el posible síndrome de abstinencia.
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INSTRUCCIONES DE USO DE LOS PARCHES DE NICOTINA
A B C
D E F
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INSTRUCCIONES DE USO DE LOS CHICLES DE NICOTINA
Colocar el chicle
Introducir el
entre la encía y
chicle y mascarlo
la mejilla hasta que
lentamente
desaparezca el sabor
Repetir el proceso a lo
largo de 1/2 hora
Bupropión
Es el primer fármaco para dejar de fumar que no contiene nicotina. Aunque es un fár-
maco perteneciente al grupo de los antidepresivos, su actividad en el complejo circui-
to cerebral implicado en la adicción al tabaco evita los efectos placenteros de la nico-
tina y produce un buen control del síndrome de abstinencia, por lo que se considera
fármaco de primera línea.
60
Se presenta en comprimidos de 150 mg. Se inicia el tratamiento tomando un compri-
mido diario desde 7 días antes del Día D. A partir del séptimo día se tomarán dos com-
primidos diarios con un intervalo de al menos 8 horas entre las tomas. Se recomienda
mantener el tratamiento entre 8 y 12 semanas.
PRIMERA SEMANA
SEGUNDA SEMANA La fecha para dejar de fumar se plantea durante la segunda semana
Este fármaco podría ser una buena opción en aquellos fumadores con síntomas depre-
sivos y miedo al aumento de peso.
Vareniclina
61
na, de tal modo que fumar no se acompañe de la sensación placentera que se obtenía
previamente al tratamiento, por lo que tiene un efecto para evitar las recaídas.
Se presenta en comprimidos. El tratamiento se inicia una semana antes del Día D. Los
primeros 3 días se tomará un comprimido diario de 0,5mg, del día 4 al 7 se tomarán
dos comprimidos diarios de 0,5 mg con un intervalo mínimo de 8 horas entre tomas.
A partir del día 8, se tomarán ya dos comprimidos de 1 mg en dos tomas con el mismo
intervalo. Se recomienda realizar el tratamiento durante 12 semanas, aunque en situa-
ciones especiales pueden necesitarse pautas más largas.
TERAPIA DE
DOSIS DE INICIO MANTENIMIENTO
1 1 8 8 1 1
2 2 9 9 2 2
3 10 3
3 10 Continúe 3
el tratamiento
4 4 11 11 4 4
5 5 12 12 5 5
6 13 6
6 13 6
7 14 7
7 14 7
Días 1-3: 0,5 mg una vez al día Días 8-14: 0,5 mg dos veces al día Días 15-21: 0,5 mg dos veces al día
Días 4-7: 0,5 mg dos veces al día
12 Semanas de tratamiento
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enfermedades crónicas respiratorias, cardiovasculares y psiquiátricas, lo conviernten
en un fármaco ampliamente utilizado para dejar de fumar.
Iniciar un tratamiento farmacológico para dejar de fumar por cuenta propia es un error
que puede conllevar, por un lado, un fracaso terapéutico, y por el otro, consecuencias
importantes para su salud.
Las consecuencias negativas para tu salud al iniciar un tratamiento por tu cuenta es-
tán relacionadas principalmente con las enfermedades que padezcas y los medica-
mentos que tomes para ellas. Los fármacos para dejar de fumar pueden presentar
contraindicaciones, efectos secundarios, algunos de ellos graves, e interacciones con
otros fármacos.
Por tanto, el profesional sanitario es quien debe orientarte sobre cuál es el mejor tra-
tamiento para ti según tus antecedentes médicos, perfil de fumador, uso previo de
medicación para dejar de fumar así como experiencias y resultados previos.
63
¿Existen otras terapias útiles para dejar de fumar?
La hipnosis, la acupuntura, la terapia con láser, la medicina alternativa o los sustitutos
del cigarrillo han sido utilizados como tratamiento para dejar de fumar. Sin embargo,
existen pocos o ningún dato científico que apoyen el uso de dichas terapias en el pro-
ceso de abandono del consumo de tabaco.
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05
SEGUIMIENTO DEL FUMADOR
Seguimiento del fumador durante el proceso de
abandono
En este capítulo vamos a analizar brevemente algunos aspectos a tener en cuenta
durante el proceso de abandono del tabaquismo.
Explicaremos cómo debe realizarse el seguimiento del fumador, quién debe realizarlo,
cómo serán las consultas (seguimiento presencial o telefónico, visitas individuales o
grupales) y los objetivos de este seguimiento (control de síntomas del síndrome de
abstinencia, cómo prevenir recaídas…).
Se calcula que solo el 5% de los fumadores consiguen dejar de fumar sin ayuda pro-
fesional. No obstante, tus posibilidades de éxito aumentarán considerablemente si
recibes consejo, tratamiento y supervisión por parte de un profesional de la salud.
Esto te ayudará a vencer los obstáculos que vayan apareciendo durante el proceso de
abandono. Cuanto más estrecho sea el seguimiento del fumador, más posibilidades
de éxito tendrá.
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En función de las características de cada fumador y de la disponibilidad de recursos,
podrá realizarse una asistencia básica en Centros de Salud de Atención Primaria u Ofi-
cinas de Farmacia o bien una atención más especializada por neumólogos, psicólogos
e incluso Unidades Especializadas en Tabaquismo.
• Consulta individual: Este tipo de consulta es la que hacen cara a cara el fumador
y el profesional que le atiende. Algunos fumadores la prefieren porque creen que
se sentirían cohibidos de hablar en un grupo. Consume más recursos, ya que el
profesional atiende a un solo fumador en cada sesión.
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• Consulta grupal: Varios fumadores son atendidos por un profesional, lo que me-
jora el aprovechamiento de los recursos sanitarios. Además, permite que los
fumadores intercambien experiencias y consejos y ayuda al fumador a sentirse
acompañado y comprendido durante el abandono.
• Consulta telefónica: Debería prestarse en los casos en que el fumador tiene difi-
cultades para acudir a la consulta, en los que sólo es necesaria una intervención
menos intensa, o en los que es necesaria una intervención puntual y directa
por algún motivo concreto. Puede ser proactiva, si la planifica un terapeuta, o
reactiva, si la busca el fumador sin una supervisión previa (líneas telefónicas de
ayuda al fumador). El seguimiento telefónico permite acceder a muchos fumado-
res que quieren dejar de fumar pero no pueden o no están dispuestos a dedicar
el tiempo que un tratamiento intensivo presencial requiere.
En los últimos años han aparecido también otras formas de seguimiento ligadas a las
nuevas tecnologías y que facilitan este proceso para el fumador a la vez que ahorran
recursos sanitarios. Entre estas estrategias están los mensajes telefónicos con recor-
datorio de los consejos al fumador, aplicaciones de Internet…
67
¿Qué haremos en las visitas de seguimiento?
En las visitas de seguimiento evaluaremos distintos aspectos que son importantes
para garantizar el éxito del intento de abandono y resolver los problemas que puedan
ir surgiendo.
a. Confirmar si sigues sin fumar. Si sigues sin fumar, te felicitaremos por tu esfuer-
zo. En caso contrario, debemos distinguir entre dos situaciones:
-- Si has tenido una recaída puntual, no pasa nada, podemos seguir adelan-
te con el intento de abandono. Es sólo un resbalón y podemos analizar el
motivo para evitar que se repita.
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d. Revisar las técnicas conductuales. Analizaremos las situaciones de ries-
go y las medidas para evitar las mismas (no tener cerca objetos rela-
cionados con el tabaco, evitar el café o el alcohol temporalmente…).
Debemos buscar entornos familiares o sociales donde te sea más fácil mantener
la abstinencia.
En la mayoría de los casos se realizan visitas de seguimiento hasta los 6-12 meses. Si
ya llevas un año sin fumar, enhorabuena, puedes considerarte exfumador.
69
Pero, como ya hemos dicho, no te confíes, puedes tirar por la borda el esfuerzo reali-
zado si por algún motivo fumas puntualmente.
Estos deslices suelen ser más frecuentes en momentos fijos del día (después de las
comidas, por la tarde-noche al relajarte, en ciertos ambientes sociales…) y pueden
producirte intensa frustración y culpabilidad, hacerte sentir incapaz de conseguir de-
jar de fumar. Todo ello condiciona el abandono del consumo del tabaco. El 90% de las
pequeñas recaídas llevan a recaída completa o fracaso.
Consideraremos que hay una verdadera recaída si existe mantenimiento del consumo
del tabaco durante más de siete días consecutivos, o cuando se consuman 5 o más
cigarrillos al día durante tres días consecutivos, tras un período de abstinencia previo
de al menos 24 horas.
70
si varios fumadores del mismo entorno dejan de fumar al mismo tiempo. Debes
buscar cuál es tu patrón social de consumo para evitar las situaciones de riesgo.
Existen fumadores que prefieren fumar en momentos de soledad o relajación,
otros en cambio fuman más en momentos de estrés, en situaciones de euforia…
Esto es muy importante para evitar recaídas tardías. El exceso de confianza y la
fantasía de que eres capaz controlar tu adicción puede llevarte a fumar muchos
años después de haberlo dejado. ¿Crees que no te afectará un consumo oca-
sional? ¡Terrible error! Lo que coloquialmente llamamos BBC (bodas, bautizos,
comuniones…) es una de las principales causas de recaída años después de
haber dejado de fumar.
• Factores personales: Los factores individuales predictores de recaída son múlti-
ples. Algunos se relacionan con las propias características del fumador (sexo fe-
menino, edad inferior a 40-45 años, nivel educativo, estrato social o económico
bajos). Otros son motivacionales, tanto a favor del abandono (salud, economía,
familia...) como en contra por miedo al abandono (preocupación por aumento
de peso, miedo a no poder afrontar situaciones de estrés, no querer renunciar al
placer de fumar…). También influyen negativamente algunos estados emociona-
les (depresión, ansiedad) y fisiológicos, que son los más determinantes en las
primeras semanas del proceso de abandono, derivados de la propia naturaleza
adictiva de la nicotina y del síndrome de abstinencia que surge con el cese del
tabaco.
En este apartado vamos a enumerar una serie de consejos que no debes olvidar duran-
te el proceso de abandono del tabaco para evitar recaídas durante el mismo.
• Haz una lista de motivos a favor y en contra de fumar, piensa hacia qué lado se
inclina la balanza y recuérdalo cuando tengas dudas sobre tu decisión.
• Dejar de fumar es difícil pero no imposible, merece la pena que le dediques
tiempo y esfuerzo adicional.
• Escoge una fecha próxima para dejar de fumar, no aplaces la decisión o nunca
llegará el momento perfecto.
• Vive al día, piensa en no fumar sólo por el día presente.
• Retira de tu entorno todo lo que te recuerde al tabaco.
• Recuerda que habrá momentos en los que sentirás intensas ganas de fumar.
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Tranquilo, durará solo unos minutos. Relájate…respira profundamente…siente
como el aire puro y limpio invade tus pulmones… retenlo todo el tiempo que
puedas en tu interior… sácalo despacio, concéntrate en lo que estás haciendo.
Repite varias veces.
• Suprime todos los hábitos que realizabas asociados a un cigarro al menos du-
rante las primeras semanas. Habrá cosas que no podrás suprimir pero sí modi-
ficar.
• Come frecuentemente en cantidades pequeñas y bebe muchos líquidos evitan-
do bebidas alcohólicas y excitantes. Es posible que engordes, pero si vigilas tu
dieta, sólo ganarás escasos kilos que después podrás eliminar fácilmente.
• Integra nuevas rutinas y hábitos saludables: deporte, música, etc. Estás mejo-
rando tu vida.
• Descubre que, en las situaciones de tensión, tú eres el único capaz de dominar-
las, no necesitas para nada el cigarrillo. Ahora eres tú quien domina al tabaco.
• Busca aliados. Habla con personas que hayan dejado de fumar. Si otras per-
sonas de tu entorno dejan de fumar al mismo tiempo que tú, será más sencillo
para ambos.
• No te desesperes si tienes síntomas del síndrome de abstinencia. Existen trata-
mientos eficaces para aliviar estos síntomas. Solicita información sobre ellos a
tu profesional sanitario.
• Tu riesgo de padecer enfermedades como cáncer de pulmón, infarto de miocar-
dio y bronquitis disminuye vertiginosamente cada día que superas sin fumar.
• El estado de tu piel y tu capacidad para distinguir sabores y olores mejorará
notablemente con el abandono del consumo del tabaco.
• Si tienes algún desliz o pequeña recaída, tranquilo, pero consulta lo antes posi-
ble con tu profesional sanitario. No estamos para juzgarte, solo para ayudarte.
Algo no andaba bien y podemos corregirlo.
• De haber tenido fracasos previos, piensa en los motivos que te llevaron a fumar
de nuevo; te servirá para no repetir los mismos errores.
• Estás ahorrando mucho dinero desde que no fumas, date un capricho para pre-
miarte.
• No cedas nunca, ni siquiera por un solo cigarrillo.
• Felicítate por cada día que pasas sin fumar, es un gran logro. Esta vez seguro
que vas a conseguir dejar de fumar.
72
LIBÉRATE DEL TABACO
73
06
TABAQUISMO PASIVO
Y PREVENCIÓN
¿Qué es el tabaquismo pasivo?
El tabaquismo pasivo (o involuntario) afecta a aquellas personas que, sin ser fumado-
ras, están expuestas con frecuencia al aire contaminado por el humo del tabaco, que
está compuesto en un 25% por la corriente principal exhalada por el fumador y en un
75% por la corriente secundaria que sale del cigarro.
El fumador inhala solo el 15% del humo que desprende su cigarro, mientras que el
85% restante queda disperso en el aire. Este humo es incluso más dañino que el inha-
lado por el fumador, porque contiene mayores concentraciones de sustancias perju-
diciales. Los niveles de nicotina y de alquitrán de la corriente secundaria del cigarrillo
son tres veces superiores a los de la corriente principal; el cadmio se encuentra en una
74
concentración seis veces superior y la concentración de monóxido de carbono (CO) es
alrededor de cinco veces mayor que en el humo inhalado por el fumador. El amoníaco
también está en dosis aumentadas. Además, contiene otros irritantes y tóxicos, como
cianhídrico, dióxido de azufre y formaldehido; por tanto, el sujeto no fumador se ve
seriamente afectado.
Una persona no fumadora expuesta al humo del tabaco durante una hora inhala una
cantidad equivalente a 3 cigarros.
Pero además, tiene otras consecuencias graves a largo plazo que indicamos a conti-
nuación.
• Cáncer de pulmón. Estar expuesto al humo del tabaco es una causa de cáncer
de pulmón en los no fumadores. La Agencia Internacional para la Investigación
sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) demostró que la
exposición involuntaria al humo del tabaco provocaba cáncer de pulmón en per-
sonas que no habían fumado nunca. El riesgo de sufrir cáncer aumenta un 20%
en las mujeres y un 30% en los hombres. Se estima que en España se producen
cada año 376 muertes por cáncer de pulmón en fumadores pasivos.
• Enfermedades cardiovasculares. Los fumadores pasivos ven aumentado entre
un 25% y un 35% el riesgo de sufrir un infarto de miocardio y un 25% el riesgo de
sufrir una muerte de origen cardíaco.
• Enfermedades respiratorias. El humo del tabaco puede provocar EPOC (Enfer-
medad Pulmonar Obstructiva Crónica) en adultos no fumadores o desencadenar
crisis de asma. Los niños expuestos al humo del tabaco presentan mayor riesgo
de padecer enfermedades respiratorias graves –neumonía, bronquitis, asma in-
fantil– y de padecer otras enfermedades a lo largo de su vida.
75
• Exposición del feto. En España, el 58% de las embarazadas fuma al inicio del em-
barazo y solo un tercio abandonará el consumo del tabaco durante el embarazo.
Las consecuencias de este tabaquismo sobre el feto son múltiples. La nicotina
que fuma la madre pasará al feto a través de la placenta, lo que es conocido
como “tabaquismo pasivo en útero”, que puede provocar abortos espontáneos,
mayor probabilidad de rotura prematura de membranas, partos prematuros, dis-
minución del peso del recién nacido, patologías del aparato respiratorio del feto,
incluso muerte súbita del lactante y aumento de la mortalidad perinatal e infantil.
Por todo ello, es necesario dejar de fumar en el primer momento del embarazo y
de forma radical. Fumar poco sigue provocando los mismos daños en el feto. No
es cierto el mito de que la abstinencia es peor que seguir fumando.
76
¡Tu humo es su problema!
• El 55-70% de las personas están expuestas en algún momento al humo del tabaco.
Un 30% en su lugar de trabajo y un 12-16% en el domicilio.
• Un 12% de los no fumadores son fumadores pasivos durante al menos 8 horas
diarias y el 30-40% al menos una hora diaria.
• En conclusión, una cifra muy elevada de personas está involuntariamente en
contacto con el humo del tabaco.
• En la Unión Europea, el programa contra el cáncer estima que se producen
22.000 fallecimientos al año debido al tabaquismo pasivo.
77
A los niños
A las embarazadas
78
A los ancianos
A las mascotas
79
que esta exposición está relacionada con una disminución de la capacidad y el rendi-
miento académico en comparación con los niños no expuestos, y que puede producir
efectos neurotóxicos.
A pesar de que pasen horas desde la última vez que se fumó, ese humo de tercera
mano permanece en las habitaciones. Así, aunque se fume cuando no estén presentes
los niños, continúa el riesgo. Muchas personas aprovechan para fumar cuando no hay
nadie en casa para proteger a su familia, pero es importante que sepan que el peligro
sigue presente. La única alternativa es hacerlo fuera de los ambientes cerrados, de lo
contrario provocan la aparición de enfermedades en los que le rodean.
80
¿Cómo se puede evitar el tabaquismo pasivo?
Las políticas de los últimos años, en especial la
Ley 42/2010, de 30 de diciembre, que regula la
venta, el suministro, el consumo y la publicidad
de los productos del tabaco, han favorecido los
espacios libres de humos, y así se ha mejorado
las cifras en cuanto a tabaquismo pasivo.
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¿Qué medidas pueden ayudar a frenar la epidemia
del tabaquismo?
Dada la propagación de la epidemia del tabaquismo, en cierto modo respaldada por
intensas campañas de marketing y publicidad de la industria tabaquera para favo-
recer su negocio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó estrategias para
limitar el consumo y la distribución del tabaco. Las medidas que se pueden adoptar
para frenar el tabaquismo son:
• Incrementar los impuestos del tabaco. Esta es una medida eficaz, en particular
para reducir el consumo de tabaco entre los jóvenes.
82
• Crear espacios públicos totalmente libres de humo en lugares de trabajo inte-
riores, medios de transporte, lugares cerrados y, según proceda, otros lugares
públicos.
• Informar sobre los productos de tabaco. Los fabricantes deben revelar a las au-
toridades el contenido y las emisiones de los productos de tabaco.
• Regular los aditivos del tabaco analizando y midiendo el contenido y las emisio-
nes de los productos de tabaco.
• Hacer el empaquetado menos atractivo. Con imágenes y advertencias grandes,
claras, visibles y legibles de los riesgos del tabaco.
• Informar y educar sobre los riesgos del tabaco. Poner en marcha programas de
concienciación del público sobre los riesgos que para la salud acarrean el con-
sumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco.
• Prohibir totalmente la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco.
• Reducir los puntos de venta a los puntos oficiales (estancos).
• Subvencionar los tratamientos de deshabituación tabáquica. Poner en marcha
programas que engloben el diagnóstico y el tratamiento de la dependencia del
tabaco en servicios de asesoramiento sobre el abandono del tabaco.
• Prohibir la venta a menores de edad.
83
A pesar de todo ello, la Organización Mundial de la Salud advierte que solo un tercio
de la población mundial, unos 2.300 millones de personas, está cubierto por al menos
una medida de limitación del consumo de tabaco, por lo que es necesario que más
países se sumen a la lucha contra el tabaco.
La mejor forma de frenar el tabaquismo es la educación, empezando por los más pe-
queños para evitar que adquieran este hábito letal. En este sentido, todos somos ac-
tores principales a través de nuestra función modélica. Padres, profesores, profesio-
nales sanitarios… debemos dar ejemplo para que nuestros niños no imiten conductas
dañinas, como fumar.
84
07
BIBLIOGRAFÍA
Y REFERENCIAS
Bibliografía
1. Convenio marco de la OMS para el control del tabaco. Organización Mundial de
la Salud, Ginebra.
2. Jiménez Ruiz CA, Fagerström KO, eds. Tratado de Tabaquismo. Tercera Edición.
Editorial Aula Médica 2012.
3. Solano Reina S, Jiménez Ruiz CA, Riesco Miranda JA. Manual de Tabaquismo.
Tercera Edición. Editorial Respira - SEPAR 2012.
4. http://www.who.int/tobacco/framework/WHO_fctc_spanish.pdf.
5. http://www.who.int/tobacco/es/
Referencias
• http://www.aecc.es/https://www.dejadefumarconayuda.es/
• http://www.separ.es/pacientes
• http://www.cnpt.es/dejar-de-fumar.asp
• http://www.who.int/topics/tobacco/es/
• http://www.publicaciones-isp.org
• http://www.ganavida.org
• http://www.nofumadores.org
• http://www.msssi.gob.es
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