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Cognitivo Conductual

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TEORIAS DE LA PERSONALIDAD:

COGNITIVO CONDUCTUAL

NOHELIA MALLERLY MORALES MACIAS


PSICOPATOLOGIA DE LA PERSONALIDAD   DOCENTE: LIC. JOHANA SAMPEDRO
TEORIAS DE LA PERSONALIDAD
COGNITIVO CONDUCTUAL
El estudio de la personalidad pertenece al campo de estudio de la psicología. La
personalidad puede explicarse desde varios enfoques; en primer lugar, permite conocer
de manera aproximada los motivos que conducen a un individuo a actuar, sentir, pensar
y desenvolverse en un medio; también es posible conocer la manera en la cual un
individuo puede aprender e interactuar en el entorno.

La personalidad se puede definir como la estructura dinámica que tiene un individuo,


esta estructura se compone de características psicológicas, conductuales, emocionales y
sociales; estas características se desarrollan a partir de la interacción de elementos
ambientales y biológicos. Se han desarrollado teorías de la personalidad para describir y
explicar la conducta de las personas; a través del tiempo surgieron otras tipologías
sencillas, cuyo objetivo era describir las diferencias individuales dependiendo de las
características observadas en las conductas.

Las explicaciones pseudocientíficas originaron diferentes corrientes de conocimiento,


como el psicoanálisis de Sigmund Freud con el desarrollo del aparato psíquico, así
como otros estudios de diferentes psicoanalistas; después se desarrollaron los modelos
cognitivos, que surgieron a partir de las limitaciones teóricas y prácticas de la corriente
conductual, así como el reduccionismo y la metodología del paradigma mecanicista.
Finalmente se desarrollaron otros modelos pertenecientes a las corrientes humanistas,
por una parte, se originaron como resistencia a paradigmas anteriores del tipo
mecanicista, así como por la curiosidad de explorar áreas del ser humano que antes no
era posible estudiar, entre esas áreas se encuentra la personalidad; de esta manera, las
teorías de Abraham Maslow, Carl Rogers y Fritz Perls complementaron el paradigma
humanista. No existe una teoría única de la personalidad, sin embargo, hay varias
teorías que explican y comprenden al ser humano desde puntos de vista particulares y
diferentes.

El estudio de la personalidad se puede remontar alrededor de un siglo antes de Cristo;


desde entonces los griegos se interesaron por personificar diferentes papeles en el drama
de dicha cultura, para lo que las personas utilizaban máscaras que cubrían sus rostros;
de esta manera les era posible representar distintos estilos de vida diferentes a los
propios, sin dejar de ser ellos mismos. Es decir, asumir diferentes personalidades dentro
de una misma persona, por lo cual el concepto personalidad se origina del término
persona. Años más tarde, Cicerón (106-43, citado por Cerdá, 1985) definió el término
personalidad, enfocándose desde cuatro diferentes significados:

a) la forma en cómo un individuo aparece frente a las demás personas;

b) el papel que una persona desempeña en la vida;

c) un conjunto de cualidades que comprenden al individuo;

d) como sinónimo de prestigio y dignidad, mediante el cual se asignaba el término


persona de acuerdo con el nivel social al que se perteneciera.

Pensando desde una manera histórica, hay que tener en cuenta que no existe definición
única de personalidad. Podemos abordar el tema desde el uso común del concepto o
desde una perspectiva científica. Surgen así dos formas de entender el concepto, las
cuales continúan hasta nuestros días: persona como algo exterior vs. Persona como algo
interior, pero Theodore Millon (2019) cita “Entre los diversos criterios utilizados para
significar la normalidad están una capacidad para funcionar de manera autónoma y
competente, una tendencia a adaptarse al entorno social de uno de manera efectiva y
eficiente, un enfoque subjetivo sentido de satisfacción y satisfacción, y la capacidad de
autorrealizarse o cumplir con los potenciales de uno”.

La Terapia Cognitivo Conductual puede definirse actualmente como la aplicación


clínica de la ciencia de la psicología, que se fundamenta en principios y procedimientos
validados empíricamente (Plaud, 2001). Desde los momentos iniciales, hace ya cinco
décadas, en que la Terapia de Conducta se adhería fuertemente a los principios y teorías
del aprendizaje, una larga y compleja evolución se ha dado en esta disciplina,
habiéndose ampliando su sustentación teórica más allá de las teorías del
condicionamiento, para pasar a considerar en la explicación del comportamiento
humano factores y modelos procedentes de otros ámbitos de la psicología (psicología
evolutiva, social, cognitiva, etc.).

La Terapia de Conducta hace su aparición en el escenario de los tratamientos


psicológicos a mediados de los años cincuenta del siglo pasado, como alternativa radical
a las psicoterapias imperantes de la época, posicionándose especialmente frente al
modelo psicoanalítico. La teoría conductual parte de la idea de que toda la conducta
(adaptada y desadaptada) es aprendida y puede modificarse mediante los principios del
aprendizaje. De esta forma, en lugar de indagar acerca de posibles conflictos y
estructuras subyacentes, los terapeutas de conducta empezaron a centrarse en la
conducta observable y el ambiente en el que se produce. Desarrollaron para este análisis
el proceso de evaluación conductual, alternativa también radical a los sistemas
diagnósticos tradicionales, y concibieron la terapia como una empresa empírica y
fundamentada en la metodología experimental propia de la investigación científica.

Estos principios convirtieron a la teoría conductual en una orientación psicoterapéutica


revolucionaria, cuya contribución al desarrollo de la psicoterapia científica, apartada de
su anterior carácter artístico, ha sido determinante. No obstante, los avatares e
inconvenientes han sido muchos a lo largo de su existencia, por ejemplo, la ausencia
(aún a día de hoy) de una teoría unificada del aprendizaje, las controversias sobre el
papel de las variables cognitivas, así como su naturaleza y medida, el pragmatismo
clínico apartado del debate teórico, o el surgimiento de paradigmas epistemológicos
cuestionadores de los modelos racionalistas subyacentes a algunas de las orientaciones
más influyentes, son algunas de las circunstancias y motivos que han sido y son
responsables del proceso de transformación de la teoría conductual en lo que es en la
actualidad.

Albert Ellis es uno de los principales teóricos del corriente cognitivo conductual,
desarrolló modelos importantes basados en comportamientos relacionados con ideas o
creencias. A partir de Ellis, se crearon modelos similares, que pretendían modificar
patrones de comportamiento disfuncional e ideas irracionales, sin embargo, y de manera
implícita, se encuentran involucradas las emociones en el proceso, y aunque no está
completamente desarrollada la teoría para modificar las emociones, si lo está para
modificar ideas y comportamientos. Ellis desarrolló el modelo de la Terapia Conductual
Racional Emotiva (TCRE), que pretende correlacionar conductas con ideas y la carga
afectiva de ambas; inicialmente, este modelo fue diseñado a partir de tres pasos
secuenciales en A, B y C.

 La letra A se refiere a la activación de experiencias, como, por ejemplo, problemas


laborales, insatisfacción en relaciones afectivas, traumas de la infancia o todo aquello
que haya causado infelicidad o desaliento en la vida.

 La letra B está relacionada a las creencias, o como explicó Ellis, a las ideas
irracionales que provocan los sentimientos de infelicidad actuales de la persona; estas
ideas no tienen una base real, pueden haber sido inculcadas por la familia durante la
infancia o por experiencias insatisfactorias previas, como se menciona en el paso
anterior del modelo.

 La letra C corresponde a las consecuencias de las experiencias anteriores y de las


ideas irracionales, el resultado son los síntomas neuróticos o las emociones
disfuncionales como el pánico, la depresión o la rabia.

Es importante reconocer que este modelo o terapia no pretende ubicar hechos pasados o
el origen de las creencias irracionales, su objetivo es modificar la conceptualización que
tiene cada persona de estas ideas, sobre todo porque son afirmaciones absolutas o
generalizadas que rigidizan el pensamiento.

El trabajo del terapeuta se focaliza en analizar estas ideas confrontándolas con evidencia
real de su existencia y ubicarlas en el presente, esto es porque la mayoría de estas
creencias se originaron en el pasado. Ellis propone en su teoría que el ser humano busca
de manera constante la manutención de su vida y la permanencia de la salud, lo cual
depende de la calidad y estructura del Sí mismo de cada persona. A diferencia de otros
teóricos, Ellis considera que la sociedad no obstaculiza el desarrollo del Sí mismo, sino
que lo promueve.

Si bien la principal limitación de la TC (y la mayoría de las otras psicoterapias) es que


no funciona con todos los pacientes el tema de la objetividad es un aspecto que
difícilmente se podrá corregir, ya que los resultados de la TC dependen de una
interpretación del terapeuta que difícilmente será completamente objetiva.

Por último, el compromiso del paciente en seguir con su tratamiento será siempre un
aspecto que marque el éxito o el fracaso de la terapia, por lo que se corrobora que no es
una táctica que le funciona a todos por igual.

La Terapia Cognitivo Conductual se ha convertido en las últimas tres décadas en la


orientación psicoterapéutica que ha recibido mayor evidencia empírica y experimental
sobre su eficacia y efectividad en una gran diversidad de problemas y trastornos
psicológicos. Este hecho ha generado una ampliación creciente de sus ámbitos de
aplicación, y no sólo por su capacidad para resolver problemas, sino por hacerlo,
además, de una forma que resulte rentable en términos de coste-beneficio, al tratarse de
intervenciones de tiempo limitado, con la posibilidad de llevarse a cabo en grupo y
capaces de integrarse con facilidad en ámbitos de tratamiento interdisciplinar.

BIBLIOGRAFÍA

1. Aiken, L. (2019). Tests psicológicos y evaluación. México: Pearson Educación.


2. Beck, A., Freeman, A., Pretzer, J., Davis, D., Fleming, B. & Ottaviani, R.
(1995). Terapia cognitiva de los trastornos de personalidad. Barcelona: Paidos.
3. Brainsky, S. (2018). Manual de psicología y sicopatología dinámica. Bogotá,
Colombia: Carlos Valencia.
4. Engel, B. (2019). Teorías de la personalidad. Mexico: Mc Graw Hill.
5. González, O., Pérez, N. & Redondo, M. (2020). Procesos básicos en una
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6. Keegan, E., Arana, F., De Rosa, L., Galarregui, M., Lago, A., Miracco, M., &
Partarrieu, A. (2022). Guía para perfeccionistas en problemas: Una
intervención cognitivo conductual breve. EUDEBA.

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