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Género Lírico-Narrativo y Dramático

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EL GÉNERO LÍRICO

El género lírico es una forma de expresión literaria en la que un autor manifiesta y


transmite sus emociones o sensaciones personales en relación a alguien o algo que
despierta su inspiración.
Este género suele expresarse en poemas, es decir mediante versos, aunque también puede
ser en prosa mediante la prosa poética. Un ejemplo de poema es El país del sol, de Rubén
Darío. Un ejemplo de prosa poética es Los pequeños poemas en prosa, de Charles
Baudelaire.
Históricamente el género lírico se conoce de esa manera debido a que en la Antigua
Grecia los pobladores utilizaban el instrumento musical conocido como lira para
acompañar sus cantos. Además, este tipo de manifestación poética es visible en los
episodios bíblicos relacionados con los salmos de David y los cánticos de Moisés.

Las obras líricas sobresalen principalmente por la melodía, el ritmo y la armonía, los
cuales se mezclan de manera equilibrada para poder conectar al lector con las emociones
más íntimas del autor. El contenido del género lírico está basado en imágenes literarias o
figuras retóricas, tales como la metáfora, la alegoría o el símil.

Para que un texto pertenezca al género lírico debe cumplir con ciertas características y
contar con algunos elementos, entre los cuales destacan el hablante lírico, el objeto lírico
y el motivo lírico. En la literatura moderna son innumerables los autores que han
desarrollado esta forma expresiva.

Expresividad

Una de las principales características del género lírico es la expresividad y la forma en


que se transmiten los sentimientos, emociones, pensamientos y sensaciones. El contenido
de este género literario puede manifestar alegría, tristeza, desesperanza, gozo, felicidad,
entre otros.

Autoría

El género lírico sobresale porque el autor —es decir, quien anuncia lo que siente— lo
hace en primera persona, eso significa que se involucra con lo expresado.

Temática

La lírica o el género lírico puede tratar gran variedad de temas, todo ello va a depender
de los sentimientos del autor o enunciante. El contenido de este tipo de expresión puede
estar relacionado con la vida, la naturaleza, el fin de la existencia o el paisaje.

Estructura

Las obras desarrolladas dentro del género lírico se estructuran o desarrollan en versos,
pero también se da la particularidad de escribirse en prosa y se le denomina “prosa
poética”. La métrica y el ritmo están sujetas al autor y son los que le dan entonación y
musicalidad a la obra.
El género narrativo, has de saber que este tiene un origen en la Edad Media, y
concretamente de Europa, continente en el que empezó a usarse en algunos lugares con
el objetivo de recordar hechos históricos, tradiciones, personajes que habían sido héroes,
grandes capitanes y sus heroicas aventuras…
Características del género narrativo

En las obras narrativas, un narrador presenta una acción o sucesión de acontecimientos


en la que participan una serie de personajes que se ubican en un espacio determinado y
durante un tiempo preestablecido. Todos estos componentes vienen a ser los elementos
de la narración (que veremos a continuación más detalladamente).

Una narración literaria se identifica por recrear un mundo de ficción, aunque en algunos
casos son hechos inspirados en la realidad. Aún así no deja de ser una narración ficticia
porque el autor siempre aporta episodios nuevos inventados o carga la realidad de matices
subjetivas y por tanto deja de ser 100% real.

Otra característica de este tipo de textos es que habitualmente se usa la tercera persona,
aunque también es frecuente la primera persona cuando el principal protagonista de la
narración es el propio narrador del libro.

Aunque antiguamente en el género narrativo era habitual encontrar versos, hoy día lo más
común es que la narrativa esté escrita totalmente en prosa.

Elementos de la narración

Los elementos que forman una narración son los siguientes:

• El narrador: Puede ser externo a la acción, si relata los hechos en tercera persona
sin participar de ellos, o interno, cuando relata los acontecimientos en primera
persona como protagonista o testigo de los hechos. El narrador externo
habitualmente es un narrador omnisciente que sabe y conoce todo de todos los
personajes que componen la obra, incluidos sus pensamientos e intimidades.
• Los personajes: Son aquellos que desencadenan los diferentes acontecimientos
que vemos narrados en la obra. Sus características se transmiten a través de sus
acciones, diálogos, y descripciones. Entre los personajes destaca siempre el
protagonista que es el que lleva el peso de la acción y el antagonista que se opone
a él. También, dependiendo de la obra, podemos encontrar más o menos
personajes secundarios.
• La trama narrativa o acción es el conjunto de sucesos que se desarrollan en la
narración. Estos acontecimientos o sucesos se sitúan en un tiempo y en un espacio,
y se disponen según una estructura sencilla como en los cuentos o relatos, o más
compleja, como en las novelas.

Además de los elementos que hemos visto, hay otros que también son importantes en este
estilo literario, y que se utilizan habitualmente para definir, no solo a la hora de leer, sino
también de escribir. Estos son:

La ambientación

La ambientación tiene relación con el lugar, momento, situación… en que va a tener lugar
la trama. Es decir, estás haciendo que se lector se ponga en situación en cuanto a dónde
se desarrolla la trama, en qué año tiene lugar, qué contexto político y social hay, y cómo
viven los personajes.

A veces, los escritores obvian este elemento pero sí que van dejando pinceladas que el
lector, conforme va leyendo, se forma la idea de la situación. Por eso, muchas veces se
convierte más en una elección accesorio que en uno imprescindible.

Sin embargo, es muy importante para darle mayor solidez a la trama ya que aporta matices
que ayudan a desarrollar mejor todos los elementos.

El estilo

El estilo es la forma en que el autor se desenvuelve en el género narrativo. Dicho de otras


palabras, hablamos del sello del autor, su forma de usar la lengua, los recursos literarios…
En definitiva, su forma de escribir.

Cada autor es un mundo, y cada uno tiene una forma u otra de escribir. Por eso, a la hora
de leer, una novela te puede gustar o desencantar, y sin embargo si coges otra del mismo
estilo puedes tener otros sentimientos para con ella.

Por ejemplo, hay autores cuya firma de estilo es expresar con las palabras muchos
sentimientos; mientras, otros son incapaces de hacer eso y se limitan a ser muy
descriptivos para que el lector tenga todos los datos y recree en su mente lo que lee para
que experimente lo que pudieron sentir los personajes.

La temática

Para finalizar, el último de los elementos del género narrativo es la temática. Esta
está relacionada con la trama y el argumento, es decir, lo va a definir la propia historia.
Y según sea, podrá entrar dentro de una temática romántica, histórica, policíaca (o novela
negra), de ciencia-ficción, terror…

Si bien antes te hemos hablado del narrador y de los personajes, dos de los elementos más
importantes del género narrativo, nos gustaría profundizar un poco más sobre ellos. Y es
que son tanto o más importantes que la propia trama narrativa. De hecho, aunque
esta última sea muy original y esté bien pensada, si el narrador no es capaz de situar al
lector, y los personajes no están desarrollados de manera realista, toda la historia puede
cojear y perderá fuerza.
El narrador
Aunque hemos dicho que el narrador en el género narrativo suele escribirse en tercera
persona, o incluso en primera persona (ambos del singular), lo cierto es que también se
puede escribir en segunda persona. Para que te sea más sencillo entenderlo:
• Primera persona: El narrador es también el personaje protagonista de la historia,
lo que hace que toda la obra se centre en él o ella mismo/a, para conocer los
sentimientos, los pensamientos y las acciones que va viendo.
• Esto tiene también un problema, y es que no puedes desarrollar por completo a
los demás personajes puesto que has de centrarte en lo que piensa/hace/expresa el
personaje protagonista.
• Segunda persona: No es tan utilizada en este género, pero sí que encuentras
libros donde la usan y, lo hace utilizando como referencia el tú, estando
relacionado con una persona, un objeto o un animal.
• Tercera persona: Es la más utilizada porque realmente permite desarrollar a
todos los personajes y todos los hechos. Es una forma de que el lector no solo
empatice con el protagonista, sino también con cada uno de los personajes. De
esta manera, se convierte solo en un mero espectador narrando lo que pasa, dicen,
experimentan los personajes, tanto protagonistas como secundarios, terciarios…
Los personajes
En el caso de los personajes, como sabes una obra de género narrativo puede tener muchos
personajes. Pero hay varias figuras para clasificarlos. Y estas son:
• Protagonista: El personaje al que le ocurre la historia que se cuenta. En otras
palabras, es la voz cantante de la obra. Este protagonista casi siempre es una
persona, animal, objeto… Pero uno solo. Sin embargo, en la historia de la
literatura ha habido muchas obras en las que, en lugar de un solo protagonista, ha
habido varios.
• Antagonista: Como se suele decir, todo héroe necesita a un villano. Y el
antagonista es ese «villano», la persona que se opone al protagonista y que lo que
quiere es que este no gane. De nuevo volvemos a lo anterior, lo normal es que
solo haya un «malo», pero hay muchas obras en las que hay más de uno.
• Personaje dinámico: Esta forma de llamarlo es como se definiría a los personajes
secundarios importantes. Son personajes que se meten de relleno para dar más
solidez a todo el conjunto, pero que, al ser dinámicos y acompañar a los
protagonistas y antagonistas, se convierten en una poderosa herramienta para
dirigir los pasos de la historia hacia donde se quiere.
• Personajes estáticos: Podríamos decir que son los personajes terciarios, esos que
se citan unas cuantas veces pero que en realidad no tienen mayor aporte a la
historia, sino que son solo una forma de situar la trama y a los personajes, pero
sin que influyan en estos.

¿Qué es el género dramático?


En arte y literatura, cuando hablamos del género dramático nos referimos al género
teatral, también llamado drama (del griego drama, “acción” o “actuación”). Este es un
género que se caracteriza por representar situaciones a través del diálogo y las
acciones de los personajes, ya sea en el texto escrito (el “guión” teatral) o en una
representación escénica (la “puesta en escena” teatral).
Sin embargo, a diferencia de otros géneros literarios y narrativos, los eventos del género
dramático ocurren en un presente continuo, frente a los ojos del espectador, y sin la
intermediación de un narrador de ningún tipo.
Aunque es común manejar los términos drama y teatro como sinónimos, muchos
especialistas señalan ciertas diferencias:
• Drama: Se refiere específicamente a la parte escrita de este arte, o sea, a un
género literario, por lo tanto, es fruto de un dramaturgo.
• Teatro: Involucra la parte actuada, o sea, un arte escénica en sí misma. Es decir
que es obra de un director teatral.
Sin embargo, ambos aspectos están unidos y son inseparables a la hora de pensar este tipo
de representación artística.
El género dramático tuvo sus orígenes en la antigüedad griega, específicamente en el
culto a Dionisos, dios del vino y de la alegría, cuyas celebraciones consistían en el canto
de himnos y, posteriormente, la representación de escenas mitológicas.
Características del género dramático
El género dramático se caracteriza por lo siguiente:
• Los antiguos griegos llamaban “drama” a toda forma de actuación,
independientemente de su contenido. Su equivalente actual sería “teatro”. No
debemos confundir este uso del término con lo que hoy en día entendemos por
“dramático”, o sea, vinculado a la tragedia y al sufrimiento emocional.
• Si bien posee un texto literario de base, está pensado fundamentalmente para
su escenificación, o sea, para ser actuado en un escenario. Por ello el texto
dramatúrgico posee indicaciones y marcas para guiar la representación, aunque
esta última queda libre a interpretación del director de la obra.
• Representa un conjunto de acciones que forman parte de un relato, pero a
diferencia de la narrativa lo hace en un presente inmediato, o sea, hace ocurrir
las cosas frente al espectador, y normalmente carece de todo tipo de narradores.
• El género dramático combina el arte literario y el arte escénico, y es
considerado uno de los géneros artísticos más potentes de la tradición occidental.
Actualmente, se considera que existen siete géneros dramáticos mayores, diferenciados
entre realistas (apegados a lo verosímil) y no realistas (que se toman licencias frente a lo
real), y que son:

La tragedia. Género realista, de gran tradición en Occidente, que se dedica a narrar la


caída de personajes ilustres, para conmover al público a partir de su sufrimiento. Un claro
ejemplo de ello son las tragedias griegas clásicas, como Edipo Rey de Sófocles.
La comedia. Género realista, contrapartida de la tragedia, dado que se ocupa de
personajes vulgares, comunes y corrientes, representados mediante la ridiculización o
exageración de sus rasgos, moviendo a los espectadores a la risa o a la simpatía. Esto
ocurre a partir de una identificación con el personaje que, en muchos casos, puede apuntar
a un trasfondo moralista, pues busca dejar algún tipo de enseñanza. Un perfecto ejemplo
de comedia son las piezas del francés Molière (1622-1673), como El tartufo o El avaro.
La pieza. Género realista, caracterizado por someter a personajes comunes y corrientes a
situaciones complejas y experiencias límites, que sin embargo no causan necesariamente
una transformación en el fuero interno del personaje. Un ejemplo de ello es Casa de
muñecas del escandinavo Henrik Ibsen (1828-1906).
La tragicomedia. Género realista, de protagonistas arquetípicos o incluso estereotípicos,
que a lo largo de la obra persiguen algún tipo de ideal: el éxito, el amor, etc. Como su
nombre lo indica, reúne elementos trágicos y cómicos en una anécdota compleja, que
también abre lugar al sarcasmo y la parodia. Un ejemplo de ello es La tragicomedia de
Calisto y Melibea de Fernando de Rojas (c. 1470-1541).
El melodrama. Género no realista, que relata anécdotas complejas protagonizadas por
personajes dotados de reacciones emocionales exageradas, y que acompañadas por
música y otros “efectos” teatrales buscan en el espectador una respuesta emocional
superficial. Desde el siglo XVII existe principalmente como un género de ópera, y
posteriormente en la radio, cine y televisión. Un buen ejemplo de ello es el Pagliacci de
Ruggero Leoncavallo (1857-1919) o Madame Butterfly de Giacomo Puccini (1858-
1924).
La obra didáctica. Género no realista, presentada al público en forma de reflexión o de
silogismo, y que marcha en pos de una enseñanza o un aprendizaje, a través de personajes
sencillos y una anécdota compleja. Un perfecto ejemplo de ello es El círculo de tiza
caucasiano del alemán Bertolt Brecht (1898-1956).
La farsa. Género no realista, que echa mano a elementos de cualquier otro de los géneros
dramáticos, para llevar a sus personajes hacia situaciones caricaturescas o simbólicas, a
menudo funcionando como una parodia. Desde cierto punto de vista, no se trata de un
género en sí mismo, sino de un procedimiento de reapropiación de los demás. Un ejemplo
de farsa es Esperando a Godot de Samuel Beckett (1906-1989).

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