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Resumen - Introducción Al Antiguo Testamento

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Introducción al Antiguo Testamento

La importancia del Antiguo Testamento


El Antiguo Testamento es una de las literaturas más fascinantes
y provocativas de las civilizaciones antiguas que ha llegado
hasta nosotros. Es altamente estimado como sagrada escritura
por las tres religiones más grandes del mundo: Islam, Judaísmo
y Cristianismo. Aunque los hechos que relata sucedieron hace
mucho tiempo y en escenarios nada familiares, todavía hoy nos
sentimos fascinados por ellos. El Antiguo Testamento es una
completa biblioteca de libros diversos que reúne todos los
elementos de aventura, emoción y suspenso que podemos
esperar de una novela policiaca de nuestros días.

La diversidad de los contenidos del Antiguo


Testamento
El Antiguo Testamento no es un libro de una pieza, sino una
completa biblioteca de libros diversos. Desde los grandes relatos
épicos sobre héroes nacionales como Moisés, Débora, David o
Ester, hasta otros libros más reflexivos, como Job o el
Eclesiastés, hay aquí para todos los gustos y para todos los
ánimos y sentimientos. Los relatos de intriga y pasión se
combinan con disquisiciones filosóficas sobre el sentido de la
vida humana. Tratar de establecer el sentido de estos libros tan
marcadamente distintos no resulta una tarea sencilla.

La cosmovisión del Antiguo Testamento


El Antiguo Testamento presenta una cosmovisión que es
esencial para comprender su significado y sentido. El Dios del
que habla tiene jurisdicción sobre el mundo entero y es descrito
de manera esencialmente personal, como uno con quien los seres
humanos pueden tener un trato personal. Los primeros libros de
la colección afirman rotundamente este mensaje, que será
después expuesto y remarcado en las páginas que siguen.
Cualquier lectura del Antiguo Testamento que no tome en
cuenta su propia cosmovisión tan solo proporcionará una
comprensión muy parcial de su significado y sentido.

La dificultad de diferenciar entre el hilo


conductor y las historias particulares
Una de las dificultades más frecuentes con las que se cruza el
lector del Antiguo Testamento es tratar de diferenciar entre el
hilo conductor del conjunto y las historias particulares que lo
configuran. Esta dificultad surge por el largo proceso de
formación sufrido por cada uno de los libros, y por el hecho de
que la colección misma pasó por varios procesos de edición
antes de alcanzar su formato actual. En consecuencia, no resulta
muy difícil hallar opiniones encontradas en sus páginas.

El conjunto narrativo del Antiguo


Testamento
Independientemente de sus orígenes literarios, la forma en que
estos libros fueron compilados para formar la última edición de
la Biblia Hebrea tenía como propósito presentar un mensaje
coherente que apareciera condensado en cada uno de los relatos
y los proyectara a un horizonte más amplio que su propio
contenido particular. El significado del Antiguo Testamento
trasciende el sentido de cada uno de sus componentes. En las
primeras páginas, el escenario es a escala internacional, y si bien
el enfoque principal es sobre un pequeño grupo de gente, los
primeros episodios recorren buena parte del mundo antiguo.
Desde temprano, sin embargo, el interés principal gira en torno a
un matrimonio sin hijos -Abrahán y Sara- que vive en Ur, una
ciudad de Mesopotamia.

La entrega de la ley de Dios y la vida en la


tierra de Canaán
En este capítulo se describe cómo la entrega de la ley de Dios a
Moisés en el monte Sinaí fue un momento crucial en la historia
del pueblo de Israel. Aunque las leyes del Antiguo Testamento
pueden parecer severas e irracionales desde nuestra perspectiva
moderna, el pueblo de Israel nunca las vio como una carga
pesada. Los diez mandamientos comenzaron con el recuerdo del
amor y la bondad de Dios. Después de la huida dramática de la
esclavitud en Egipto, conocida como el éxodo, Israel se
estableció en la tierra de Canaán y comenzó a formular nuevas
preguntas acerca de su fe en Dios.

La lucha contra los dioses y diosas de


Palestina
En este capítulo se describe cómo Israel se vio tentado a
abandonar al Dios de sus padres y a volverse al culto de otras
religiones más convenientes, que le permitirían dejar su
responsabilidad moral y espiritual en los lugares de culto en vez
de constituir la base de la vida cotidiana en casa y en el
mercado. La lucha contra los dioses y diosas de Palestina fue
una batalla de lealtades entre el Dios del desierto y los nuevos
dioses y diosas de la tierra de Canaán: Baal, Astarté, Anat y sus
cómplices. Desde los primeros momentos, hubo héroes locales,
similares a los llamados "jueces", preparados para combatir esa
traición espiritual.

El ocaso de la nación de Israel


En este capítulo se describe cómo los éxitos nacionales de Israel
alcanzaron su cenit en los días de David y Salomón, pero
entonces mismo comenzó el ocaso. El vasto reino fue dividido y
los profetas clamaron contra la corrupción política y social que
indicaba el ocaso de la nación entera. El ocaso de Israel se
consumó por completo en el año 586 a.C., cuando su capital,
Jerusalén, con sus magníficos edificios, fue tomada y
parcialmente destruida por el rey babilonio Nabucodonosor II.
Aunque esto supuso un desastre de proporciones inmensas, de
las cenizas de la derrota surgió una nueva vida.

La visión de una nueva creación y un nuevo


éxodo
En este capítulo se describe cómo los nuevos guías de Israel
tuvieron una visión mucho más amplia que sus predecesores,
convencidos de que también este nuevo desastre formaba parte
del plan de Dios para su pueblo. Reelaboraron las lecciones del
pasado, plenamente convencidos de que Dios no olvidaría sus
anteriores promesas. Habría una nueva creación y un nuevo
éxodo en mayor escala que en el pasado, porque todo el mundo
sería ahora el escenario de la renovada actuación de Dios. Israel
se convertiría en luz de las naciones, para que la salvación
alcance hasta el confín de la tierra.

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