Su006 23
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CORTE CONSTITUCIONAL
Sala Plena
Magistrado sustanciador:
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
I. ANTECEDENTES
1. Hechos relevantes
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Expediente T-8.301.427
Magistrado Sustanciador: Antonio José Lizarazo Ocampo
11. Auto de 6 de marzo de 2020. La Sala Penal del Tribunal Superior del
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Expediente digital “6_ANEXO 6 - Auto de Tribunal niega impugnación especial.pdf”.
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Esta decisión siguió el tenor de la decisión con Rad. N.º 48142 de la Sala de Casación Penal de la Corte
Suprema de Justicia que señala que “el derecho de impugnación de que trata la sentencia C-792 de 2014 es
diferente al recurso de apelación, por lo que contra el auto que niega la impugnación de la sentencia
condenatoria proferida por primera vez en segunda instancia, sólo procede el recurso de reposición, no el de
queja”.
8
Expediente digital “2012 00162 P Bernardo Hoyos_0004.pdf”.
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12. Frente al recurso de queja, señaló que es improcedente respecto del auto
que niega la impugnación de la sentencia condenatoria, pues de conformidad
con la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, este auto solo admite
recurso de reposición. La queja únicamente procede contra las decisiones que
tienen la virtualidad de ser controvertidas a través del recurso de apelación.
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17. Por último, indicó que fue condenado por la Sala Penal del Tribunal
Superior de Barranquilla por no pagar el dinero que los funcionarios de dicha
corporación le exigieron para su absolución. Para sustentar tal afirmación,
adjuntó al escrito de tutela copia de dos declaraciones extrajudiciales rendidas
por personas que participaron en el proceso penal, y una copia de la denuncia
formulada el 29 de mayo de 2020 contra los magistrados que profirieron la
sentencia condenatoria11.
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21. Contestación de la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Barranquilla: mediante escrito de 11 de diciembre de 2020 13 solicitó negar
el amparo toda vez que las providencias cuestionadas no constituyen ninguna
vía de hecho, sino que el demandante pretende reabrir el debate sobre una
sentencia en la que ya se adelantó el recurso de casación, así fuera de manera
parcial. Insistió en que para la época en que se profirió la sentencia no operaba
la doctrina de la doble conformidad.
25. Por último, la Sala señaló frente a la acusación del peticionario de que la
13
Expediente digital “T-2020-03352-BERNARDO HOYOS.pdf”.
14
Expediente digital “Oficio respuesta a tutela (Dr. Aroldo Wilson Quiroz Monsalvo-Sala Casación Civil-C-
43557-Bernardo Hoyos Montoya)-FORMATO NUEVO-escudo-.pdf”.
15
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27. De otro lado, señaló que en virtud del principio y derecho fundamental a la
igualdad, la doble conformidad judicial debe concederse porque la sentencia
condenatoria fue proferida a menos de dos meses de que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitiera la sentencia Ali
Alibux contra Suriname, y en todo caso, porque es posterior a los fallos de
Ulloa Herrera contra Costa Rica y Mohamed contra Argentina. Resaltó que el
recurso de casación fue inadmitido con posterioridad al 30 de enero de 2014.
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32. En sesión del 25 de enero de 2022, la Sala Plena avocó conocimiento del
presente caso, previa recepción del correo electrónico enviado por el
apoderado del demandante mediante el cual solicitaba la asunción de
competencia por la Sala Plena, además de advertir como asunto novedoso el
caso Saulo Arboleda contra Colombia adelantado ante la CIDH21.
19
Tras recibir dos escritos de insistencia. El primero, de parte del entonces magistrado Alberto Rojas Ríos
fundamentado en tres razones: (i) la necesidad de precisar el alcance de la línea jurisprudencial sobre la
garantía de la doble conformidad, (ii) la necesidad de reafirmar la aplicación de la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en nuestro país, y (iii) la conveniencia de evitar decisiones de la Corte
Interamericana sobre responsabilidad del Estado colombiano por el incumplimiento del contenido del Pacto
de San José. La segunda insistencia fue presentada por la Defensoría del Pueblo fundamentada en la estimada
vulneración del debido proceso y la garantía fundamental a la doble conformidad.
20
Las piezas solicitadas fueron: (i) copia digital de la sentencia de primera instancia proferida por el Juzgado
Sexto Penal del Circuito de Barranquilla Adjunto, en el proceso penal con radicado No.
080013104002200900262; (ii) copia digital del cuaderno de segunda instancia correspondiente a todas las
piezas procesales y actuaciones relacionadas con el recurso de apelación contra la sentencia del 30 de
septiembre de 2011, presentado por el ciudadano Bernardo Hoyos Montoya ante la Sala Penal del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Barranquilla; (iii) copia digital de todas demás las solicitudes, memoriales
y/o actuaciones surtidas por el ciudadano Bernardo Hoyos Montoya y/o su apoderado ante el Tribunal
Superior Distrito Judicial de Barranquilla, relacionadas con el proceso penal, así como de las decisiones
judiciales que sobre aquellos se hayan producido; y (iv) copia digital de cuaderno procesal correspondiente a
todas las actuaciones referidas al trámite del recurso extraordinario de casación presentado por el apoderado
judicial del ciudadano Bernardo Hoyos Montoya dentro del proceso penal de referencia.
21
Expediente digital archivo “Solicitud revisión tutela.pdf”.
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35. Por medio de auto 480 de 30 de marzo de 2022, esta corporación dispuso
suspender los términos del proceso por tres (3) meses contados a partir del
momento en que se allegaran efectivamente las pruebas decretadas de acuerdo
con lo dispuesto en el artículo 64 del Acuerdo 02 de 2015. El 21 de abril de
2022, a través de correo electrónico remitido por Secretaría General de la
Corte Constitucional, el despacho sustanciador recibió un vínculo enviado por
el Juzgado 5° de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Barranquilla,
con acceso a las piezas procesales requeridas con antelación, a saber: las
actuaciones asociadas al recurso extraordinario de casación, el cuaderno
procesal correspondiente al recurso de apelación surtido ante el Tribunal de
Barranquilla y la copia de la sentencia de primera instancia en el proceso
penal tramitado en contra del señor Bernardo Hoyos Montoya. Asimismo, en
el marco del traslado de dichas pruebas, la Sala Penal del Tribunal Superior de
Barranquilla, manifestó acogerse a lo que se encuentre probado dentro del
trámite y a la decisión que se asuma por la Corte Constitucional.
Competencia
38. Tanto la primera como la segunda instancia del proceso de tutela negaron
la pretensión formulada por el demandante de revocar los autos del 4 de
febrero y 6 de marzo, ambos de 2023, para en su lugar conceder la
impugnación especial, por considerar que no había vulneración del derecho
fundamental al debido proceso. Por otra parte, ambas instancias declararon
improcedente, por incumplimiento del requisito de subsidiariedad, el reclamo
relativo a que la condena penal había sido producto de un delito por parte del
juez. En consecuencia, en sede de revisión, la Corte procederá a decidir si los
jueces de instancia le dieron acertadamente la razón al Tribunal Superior de
Barranquilla en cuanto negó la impugnación especial frente a la sentencia de 2
de diciembre de 2013 que declaró penalmente responsable al demandante por
primera vez en segunda instancia por el delito de peculado por apropiación en
favor de terceros. O si por el contrario, con esta decisión dicho Tribunal
incurrió en los defectos de (i) decisión sin motivación, (ii) desconocimiento
del precedente, o (iii) violación directa de la Constitución. Adicionalmente,
deberá constatar si la declaratoria de improcedencia respecto del segundo
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42. Bajo tales supuestos constitucionales y los artículos 6-1 del Decreto Ley
2591 de 1991, 2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 25
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos 24, la Corte
Constitucional ha admitido la procedencia de la acción de tutela para la
protección de derechos fundamentales vulnerados por decisiones judiciales (i)
respecto de las cuales no existan otros recursos o medios de defensa judicial,
(ii) cuando, no obstante su existencia, se utilice como mecanismo transitorio
para evitar un perjuicio irremediable, y (iii) cuando, atendiendo a las
circunstancias en que se encuentre el solicitante, los medios existentes no sean
eficaces.
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44. Por tales razones, ha señalado que “la acción de tutela contra sentencias
judiciales es un instrumento excepcional, dirigido a enfrentar aquellas
situaciones en que la decisión del juez incurre en graves falencias, de
relevancia constitucional, las cuales tornan la decisión incompatible con la
Constitución. En este sentido, la acción de tutela contra decisión judicial es
concebida como un “juicio de validez” y no como un “juicio de corrección”
del fallo cuestionado, lo que se opone a que se use indebidamente como una
nueva instancia para la discusión de los asuntos de índole probatoria o de
interpretación del derecho legislado, que dieron origen a la controversia”28.
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que se cumplan los requisitos de procedencia general contra providencias judiciales y la acción no comparta identidad procesal con la
sentencia atacada, se demuestre el fraude en su proferimiento y no se cuente con otro medio de defensa.
Si se trata de actuación de tutela una será la regla cuando esta sea anterior y otra cuando es posterior. Si se trata de actuación previa al
fallo y tiene que ver con vinculación al asunto y se cumplen los requisitos generales de procedencia de la acción, el amparo puede
proceder incluso si la Corte no ha seleccionado el asunto para su revisión; y si es posterior a la sentencia y se busca el cumplimiento de
lo ordenado, la acción no procede a no ser que se intente el amparo de un derecho fundamental que habría sido vulnerado en el trámite
del incidente de desacato y se cumplen los requisitos generales de procedibilidad de la acción contra providencias judiciales, evento en
el que procedería de manera excepcional.”.
33
Corte Constitucional, Sentencia C-590 de 2005, reiterada sucesivamente, entre otras, en la Sentencia SU-037 de 2019.
34
Artículo 29 de la Constitución Política.
35
Corte Constitucional, Sentencia SU-424 de 2016.
36
En la Sentencia T-324 de 1996 dijo la Sala Tercera de Revisión: “[…] sólo en aquellos casos en los cuales el acto que adscribe la
competencia resulte ostensiblemente contrario a derecho, –bien por la notoria y evidente falta de idoneidad del funcionario que lo
expidió, ora porque su contenido sea abiertamente antijurídico–, el juez constitucional puede trasladar el vicio del acto habilitante al acto
que se produce en ejercicio de la atribución ilegalmente otorgada. Sólo en las condiciones descritas puede el juez constitucional afirmar
que la facultad para proferir la decisión judicial cuestionada no entra dentro de la órbita de competencia del funcionario que la profirió y,
por lo tanto, constituye una vía de hecho por defecto orgánico”.
37
Corte Constitucional, Sentencias T-008 de 1998, T-937 de 2001, SU-159 de 2002, T-996 de 2003 y T-196 de 2006.
38
En razón del principio de independencia judicial, el campo de intervención del juez de tutela por defecto fáctico es supremamente
restringido.
39
En la Sentencia SU-159 de 2002 señaló la Corte: “[…] opera cuando la decisión que toma el juez desborda el marco de acción que la
Constitución y la ley le reconocen al apoyarse en una norma evidentemente inaplicable al caso concreto, bien sea, por ejemplo (i.) porque
ha sido derogada y ya no produce ningún efecto en el ordenamiento jurídico, (ii.) porque ella es claramente inconstitucional y el
funcionario se abstuvo de aplicar la excepción de inconstitucionalidad, (iii.) porque su aplicación al caso concreto es inconstitucional,
(iv.) porque ha sido declarada inexequible por la propia Corte Constitucional o, (v.) porque, a pesar de estar vigente y ser constitucional,
no se adecua a la circunstancia fáctica a la cual se aplicó, porque a la norma aplicada, por ejemplo, se le reconocen efectos distintos a los
expresamente señalados por el legislador”.
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(v) Error inducido: sucede cuando la decisión que vulnera los derechos
fundamentales del accionante40 es producto de un engaño por parte de
terceros.
(vi) Falta de motivación: implica el incumplimiento del deber de dar cuenta
de los fundamentos fácticos y jurídicos de la decisión41.
(vii) Desconocimiento del precedente: se configura cuando el funcionario
judicial desconoce la regla jurisprudencial establecida42 en la materia de que
se trate, sin ofrecer un mínimo razonable de argumentación43.
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49. Legitimación por activa. En el presente caso la tutela fue presentada por
Jorge Fernando Perdomo Torres en calidad de apoderado judicial del señor
Bernardo Hoyos Montoya52. En efecto, el proceso penal se siguió contra
Bernardo Hoyos y las providencias del Tribunal Superior que se cuestionan a
través de la tutela niegan la solicitud de doble conformidad presentada por el
señor Hoyos Montoya. En tal sentido, se encuentra acreditada la legitimación
en la causa por activa.
50. Legitimación por pasiva. En este caso, la tutela fue interpuesta contra la
Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, misma
que negó el trámite de impugnación especial y confirmó tal decisión en sede
de reposición. De allí que se encuentre acreditado el requisito de legitimación
en la causa por pasiva.
Relevancia constitucional
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Inmediatez
Subsidiariedad
54. En este caso se tiene que el señor Bernardo Hoyos fue vinculado a un
proceso penal tramitado bajo la Ley 600 de 2000, en primera instancia fue
condenado por el delito de contrato sin cumplimiento de los requisitos legales
y absuelto por el delito de peculado por apropiación en beneficio de terceros.
Contra esa decisión la defensa del señor Hoyos Montoya y de otros
coacusados, así como la fiscalía delegada y el Ministerio Público,
interpusieron el recurso de apelación.
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58. De otro lado, tal como lo señalaron las salas de casación Civil y Laboral
de la Corte Suprema de Justicia en primera y segunda instancia
respectivamente, en caso de que se tenga conocimiento de la comisión de un
delito en el proceso que dio lugar a la condena del señor Hoyos Montoya, el
ciudadano cuenta con los mecanismos propios de la justicia penal y
disciplinaria y que de conformidad con lo dicho por su apoderado, ya ha hecho
valer a través de la interposición de la denuncia formulada ante la fiscalía el
29 de mayo de 2020. De otro lado, debe advertirse que de conformidad con el
artículo 220 de la Ley 600 de 2000, la acción de revisión procede contra las
sentencias ejecutoriadas, en los siguientes casos: “5. Cuando se demuestre, en
sentencia en firme, que el fallo objeto de pedimento de revisión se fundamentó
en prueba falsa”.
59. Por ello, se reitera que la tutela no es el mecanismo para reabrir el debate
dogmático sobre el delito de peculado por apropiación en beneficio de
terceros, ni tampoco para acreditar responsabilidad penal en el marco de un
proceso judicial. En particular, se advierte que la decisión condenatoria por el
delito de contrato sin cumplimiento de requisitos legales que fue confirmada
por el Tribunal no puede ser objeto de análisis alguno, dado que ya hizo
tránsito a cosa juzgada. En ese sentido, solo se estima satisfecho el requisito
de subsidiariedad en lo que respecta a la negativa de conceder la impugnación
especial.
60. Por último, conviene señalar que el recurso de queja fue rechazado por
improcedente en atención al precedente de la Corte Suprema de Justicia que
para ese momento se encontraba vigente, sin embargo, el actual estado de la
jurisprudencia penal57 posibilita la concesión del recurso de queja ante la
negativa de una impugnación especial. Lo anterior no afecta la satisfacción del
requisito de subsidiariedad puesto que el accionante no cuenta con el recurso
extraordinario de queja, el cual resultaría extemporáneo.
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68. En efecto, los procesos adelantados bajo la Ley 600 de 2000 tienen
implicaciones prácticas particulares, como lo es el hecho de que la Corte
Suprema de Justicia no tiene un superior jerárquico. Por lo anterior, la Corte
reconoció que el régimen para tramitar la doble impugnación en este escenario
repercute directamente en el esquema del proceso penal, en las competencias
de los órganos jurisdiccionales y en el alcance de otros recursos y, por ello,
debe ser objeto de regulación por el legislador.
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fecha en la que fue proferida la precitada sentencia Liakat Ali Alibux contra
Surinam.
80. De acuerdo con los principios generales sobre el efecto de las normas
procesales en el tiempo, y de conformidad con el principio de favorabilidad
aplicable en esta materia, la sentencia C-792 de 2014 no comprende la
posibilidad de impugnar las sentencias dictadas en procesos ya terminados
para ese momento. Según ha afirmado esta Corporación “únicamente opera
respecto de las sentencias que para entonces aún estuvieran en el término de
ejecutoria, o de las que se expidan después de esa fecha”76. Lo cierto es que
73
Sentencias C-794 de 2014, SU-215 de 2016, SU-397 de 2019.
74
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal AP 2118 de 2020.
75
Ibid.
76
Corte Constitucional, SU-215 de 2016
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hasta entonces, la Corte fijó un referente temporal para recurrir las condenas a
partir de los estándares derivados de la sentencia C-792 de 2014 sobre los
efectos en el tiempo de los fallos de constitucionalidad, y de la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia 77 en cuanto remite al artículo 43 de la Ley 153
de 188778.
82. Puede decirse entonces que, dado el déficit legislativo, la Corte Suprema
de Justicia debió dar respuesta procesal a la impugnación especial. Así
entonces determinó que en los casos en que la sentencia condenatoria se
impusiera por primera vez por los Tribunales, la impugnación especial sigue la
lógica de la apelación. Lo anterior significa que es un recurso procesal que se
interpone contra una sentencia cuando ésta es proferida, y que el objeto de
estudio se circunscribe a lo allí cuestionado por el condenado. Sin embargo,
dado que ni la Ley 600 de 2000 ni la Ley 906 de 2004 prevén los términos
para interponerla, la Corte Suprema de Justicia definió que correspondía
aplicar los términos que prevé la disposición procesal penal aplicable según el
caso81.
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83
Si bien esta providencia reconoce la procedencia tanto de la casación como de la impugnación especial, en
este caso concreto se solicitó y concedió la impugnación especial.
84
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal en auto AP1901–2021 Rad. N.º 40158. En concordancia
con lo anterior, mediante Rad. N.º 42510 de 2022 la Corte Suprema negó la impugnación especial “porque
para la fecha de emisión del fallo condenatorio la posibilidad de impugnación era viable por la vía del
recurso extraordinario de casación. Ello, bajo el entendido de que dicho proveído es anterior al 30 de enero de
2014, fecha tenida como referente para el reconocimiento de un mecanismo procesal diferente para cuestionar
la primera condena.” (Énfasis añadido).
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87. La tutela bajo revisión fue presentada por Bernardo Hoyos contra la
providencia de la Sala Penal del Tribunal de Barranquilla que negó la
impugnación especial y confirmó la negativa al resolver el recurso de
reposición. Dicho recurso se instauró a su vez contra la sentencia proferida por
el mismo Tribunal el 2 de diciembre de 2013, mediante la cual resolvió en
apelación confirmar la condena contra el señor Hoyos Montoya por el delito
de contrato sin el lleno de los requisitos legales, y revocar la absolución por el
delito de peculado por apropiación a favor de terceros, condenando por
primera vez en relación con éste último. Se procederá entonces a analizar los
tres defectos en los que según el accionante habría incurrido la sentencia que
negó el recurso de impugnación especial.
88. A juicio del accionante, la providencia fue adoptada sin motivación, dado
que el Tribunal se limitó a citar extensos apartados de jurisprudencia sin
analizar detenidamente el caso en concreto.
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Aluden como referente adicional al caso Saulo Arboleda contra Colombia. Sin embargo, este caso se refiere
a la situación de un aforado y además, se encuentra en trámite ante la CIDH, por lo que no será analizado.
86
Correspondiente al expediente T-6.011.878.
87
Correspondiente al expediente T-6.056.177.
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98. Ahora bien, cosa distinta es que esta Corporación hubiera acudido a la
jurisprudencia de la CIDH (particularmente el caso Liakat Ali Alibux contra
Surinam), cuando en la sentencia SU-146 de 2020, debió llenar el vacío
normativo detectado en relación con el alcance temporal de la garantía de
88
Ver entre otras la sentencia SU-113 de 2018.
89
Corte Constitucional, Sentencia SU-455 de 2020.
90
Corte Constitucional, sentencias SU-113 de 2018, T-225 de 2022,
91
El precedente judicial cumple unos fines específicos: a) lograr una concreción del principio de igualdad en
la aplicación de las leyes; b) constituir una exigencia del principio de confianza legítima, que prohíbe al
Estado sorprender a los ciudadanos con actuaciones imprevisibles y; c) garantizar el carácter normativo de la
Constitución y la efectividad de los derechos fundamentales, así como la unidad y coherencia del
ordenamiento jurídico. Cfr. Corte Constitucional, Sentencias C- 539 de 2011, SU-611 de 2017, T-208ª de
2018, T-093 de 2019 y SU-217 de 2022.
92
Corte Constitucional, sentencia SU-113 de 2018.
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99. Para ello, observó que dicha sentencia había jugado un papel central en
establecer el alcance del derecho convencional previsto en el artículo 8.2.h. de
la CADH y que contenía un pronunciamiento expreso sobre el caso aforado
juzgado en única instancia por el máximo órgano de justicia de su país. Así, si
bien reconoció que “la determinación de lo que un derecho de la Convención
significa, máxime cuando Colombia ha aceptado la competencia contenciosa
de dicho organismo, involucra tener en cuenta lo que al respecto ha dicho su
intérprete autorizado”, y por ello constituye un criterio hermenéutico
relevante, ello no implica, insistió, “acogerlo de manera irreflexiva” 94, por lo
que es imperativo considerar en cada caso95 su fuerza hermenéutica, que
dependerá también de la uniformidad y reiteración de la jurisprudencia de la
CIDH, además de su compatibilidad con la Constitución Política.
101. Tal escenario no es, sin embargo, el que debe resolver la Corte en esta
oportunidad, pues el alcance temporal de la doble conformidad para los casos
de no aforados condenados por primera vez en segunda instancia, ha sido
claramente precisado y reiterado a partir de criterios jurisprudenciales
internos.
93
La Corte ha reconocido que como criterio interpretativo puede ser tenido en cuenta, considerando su
pertinencia en cada caso. Ver sentencias C-327 de 2016 y C-146 de 2021. Igualmente, en la Sentencia C-101
de 2018, la Corte reiteró que, a pesar de reconocer la importancia de las decisiones de la CIDH, estas no
pueden ser trasplantadas automáticamente al ordenamiento interno.
94
Corte Constitucional, SU-146 de 2020.
95
Corte Constitucional, sentencias C-327 de 2016 y C-146 de 2021. Igualmente, en la Sentencia C-101 de
2018, la Corte reiteró que, a pesar de reconocer la importancia de las decisiones de la CIDH, estas no pueden
ser trasplantadas automáticamente al ordenamiento interno.
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Constitución
104. Esta causal se configura cuando: (i) el juez deja de aplicar una
disposición ius fundamental en un caso concreto; o (ii) aplica la ley al margen
de los dictados de la Constitución96. Frente al primer evento, se ha precisado, a
su vez, que se cumple cuando (a) en la solución del caso se dejó de interpretar
y aplicar una disposición legal de conformidad con el precedente
constitucional; (ii) cuando se trata de un derecho fundamental de aplicación
inmediata; y (iii) cuando el juez en sus resoluciones vulneró derechos
fundamentales y no tuvo en cuenta el principio de interpretación conforme con
la Constitución. En el segundo evento la Corte ha precisado que, dada la
supremacía constitucional, los jueces deben aplicar las disposiciones
constitucionales con preferencia a las legales mediante el ejercicio de la
excepción de inconstitucionalidad97.
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IV. DECISIÓN
RESUELVE
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Comuníquese y cúmplase.
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