Bitácora 3 - 17 de Agosto
Bitácora 3 - 17 de Agosto
Bitácora 3 - 17 de Agosto
Bitácora n. 3
El día de hoy trabajamos la Unidad A: Texto moral social: entre la utopía y el realismo.
El componente temático de este día aborda el tema de la Moral Social y el Pensamiento
Cristiano.
El texto propuesto para la reflexión personal y grupal de hoy ha sido el de José Ignacio
Calleja, Moral social cristiana: presupuestos y claves para un modelo crítico, Handbook
2008.
2. Aprendizajes adquiridos.
El día de hoy no he podido asistir a clases presenciales, por lo tanto mi comentario será a
partir de tres ideas que me llamaron profundamente la atención del texto propuesto para
hoy.
La primera idea que quiero resaltar del texto tiene que ver con una de las problemáticas
que resalta el autor a la hora de responder a la pregunta si realmente estamos legitimados
ética y teológicamente para hablar de moralidad humana (pregunta que toma de
Marciano Vidal). Esa problemática sobre todo desde la Iglesia se basa en la existencia de
una moral cristiana poco sensible, a las necesidades de los pobres, pero también con la
tendencia a disponer de un cierto monopolio moral en su sociedad.
Es una realidad tan tangible como una pared de concreto, que cuando hoy escuchamos
hablar de lo moral en la iglesia lo primero que viene a la cabeza son una serie de
prohibiciones, sobre todo en temas de sexualidad y en temas muy polémicos como lo son
el aborto o las discusiones de las ideologías de género. Todavía falta mucho camino hoy
por andar para que la Iglesia católica asuma una moral que parta de la persona, y tenga en
su horizonte más cercano la capacidad de discernir desde lo más genuino del evangelio lo
que ayuda a cada persona vivir con dignidad. Cualquier programa o sistematización de la
moral social cristiana debe tener eso muy claro.
La segunda idea que hasta el momento se me va apareciendo como una especie de
consigna que voy descubriendo en los textos trabajados hasta el momento, tiene que ver
con la importancia de encarar lo social con todas las herramientas que nos brindan no solo
las ciencias naturales, sino los distintos saberes sociales que son parte de la vida. A pesar
de que el mundo cada vez más se tecnifique y las ciencias naturales ocupen un lugar
fundamental en su “desarrollo” los demás saberes también tienen voz y voto para dar una
respuesta a las preguntas claves de la existencia humana. Ya lo plantea muy bien el autor:
“el error fundamental de esa concepción racionalista-cientificista es una metodología que
separa los distintos saberes humanos: ciencia, ética, estética, filosofía, religión, etc.” Yo
añadiría que también los saberes populares y los conocimientos tradicionales de nuestros
pueblos autóctonos tienen cosas importantes que decirnos de la realidad social.
Por último me pareció muy interesante como el autor no lee la antropología cristiana
como enemiga u opuesta de otras a la hora de realizar una reflexión teológica de lo moral.
El evangelio no debe convertirse en un especie de manual de conducta que tiene todas las
respuestas para que el ser humano viva y conviva con otros en sociedad. Lo que viene a
decir Jesús es que cada ser humano es valioso y digno, y desde su propia condición e
iluminado por el evangelio debe discernir en cada momento como ser mejor hijo y
hermano. El encuentro con Jesucristo debe operar en nosotros un cambio y una
transformación real en lo que somos y hacemos. Quedarnos atrapados en las normas y los
contenidos sin vivir esta experiencia de encuentro y relación íntima personal a la que
Jesús, no nos deja convertirnos en sujetos morales adultos, plenamente conscientes y
libres.
Para la próxima sesión continuamos con la Unidad A: Texto moral social: entre la utopía y
el realismo. El componente temático de ese día abordará la Moral Social, su relación con la
S.E y la DSI. Y el texto propuesto para la reflexión personal y grupal será el Virginia Raquel
Azcuy, La práctica interdisciplinaria y su discernimiento.