Derecho Civil
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l. EL PAGO O CUMPLIMIENTO
1. Planteamiento introductorio
219. DIEZ-PICAZO, Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial, op. cit., págs. 470 a 473.
280. Para estudiar el tema, vid, BELTRAN DE HEREDIA, El cumplimiento de los
obligaciones Madrid, 1956, CRISTÓBAL MONTES, El pago o cumplimiento de los
obligaciones, Madrid, 1986; ORTEGA PRADO, El pago como negocio abstracto, Revista
General de Legislación y jurisprudencia, Madrid, 1945, pág, 634, PASCUAL ESTEVILL, El
pago, Barcelona, 1986
En cualquier caso, conviene precisar que el sentido general del cumplimiento "como todo acto
de exacta ejecución de una prestación debida en virtud de un deber de prestación de una
relación, obligatoria281 trasluce la complejidad que encierra el propio dinamismo de la relación
obligatoria considerada como un fenómeno jurídico de a carácter unitario y orgánico. El pago
puede ser, por tanto, no solo la exacta correspondencia entre el deber jurídico (deuda) y la
prestación realizada, sino también el medio normal que el deudor tiene para liberarse del
vínculo obligacional, como el medio idóneo que también tiene el deudor para satisfacer
regularmente el interés del acreedor.
Debe tenerse en cuenta que el pago desde el punto de vista positivo un concepto operativo
adscrito a diversas funciones normativas que tienen como finalidad última que la relación
obligatoria, en cuanto instrumento de cooperación social, se lleve a cabo de un modo pleno
ordenado en consideración tanto a los principios y reglas que la informan, como a la voluntad
social de las partes.
2. Definición de pago
¿El pago es un hecho jurídico, un acto jurídico o un negocio jurídico?, está claro que se trata
de un acto jurídico, pues depende de voluntad del obligado y significa el cumplimiento de la
obligación debida, que a la vez produce su extinción.
El CC contempla principalmente la figura del pago en el capítulo VI, párrafo 1, libro V, primera
parte, bajo el título significativo de "Cumplimiento de las obligaciones", en los artículos 1880
a 1422. La primera cuestión que salta a la vista es que en su regulación no se contenga una
definición de pago, ahondando aún más en esa última de abstracción y generalidad que se
ha señalado. En este sentido, el artículo 1380 del Código Civil no contempla una definición
del pago propiamente dicha, pues se limita a decir que el cumplimiento de la prestación puede
ser ejecutado por un tercero, tenga o no interés y ya sea consintiendo o ignorándolo el deudor.
284. La Exposición de Motivos del Código Civil afirma: 'El Código Civil de 1877, al igual que
muchos códigos antiguos, reglamentó el pago entre los medios de extinción de las
obligaciones y ciertamente que es el medio normal para extinguirlas, por lo que no es
defectuosa su colocación en dicho lugar. Sin embargo, técnicamente debe figurar como
efecto de las obligaciones, pues paro que éstos se extingan deben antes satisfacerse o
cumplirse y este cumplimiento es el efecto inmediata y directo de la obligación, puesto que
los partes contratan pora que la prestación se realice, y aunque es imperceptible el
momento que separa los dos aspectos del pago (cumplimiento y extinción), toda vez que se
operan simultáneamente, no cabe dudo que para que se declare la cancelación debe cates
cumplirse o pagarse
El artículo 1385 del Código Civil enuncia: "No es válido el pago que se haga directamente al
menor o incapaz. Sin embargo, si lo pagado se invirtió en su beneficio personal o la
conservación de su patrimonio, se extingue la obligación en la parte invertida en esos fines".
De este precepto puede deducirse la siguiente regla. En relación con el presupuesto general
de capacidad puede afirmarse que el pago realizado por quien no tenga la capacidad legal
requerida es un pago inválido, es decir, el deudor no se libera de la obligación, y puede ser
repetido como principio general. Sin embargo, si lo pagado se invirtió en beneficio personal
del menor o incapaz o en la conservación de su patrimonio, se extingue la obligación
únicamente en la parte invertida en esos fines.
Para que se considere que el pago es válido y extinga la obligación, es indispensable cumplir
con los presupuestos exigidos por los artículos 1383 a 1388 del Código Civil:
a) Que quien paga sea una persona con capacidad plena para realizar el acto;
1. Consideraciones generales
Toda obligación presupone la existencia de dos o varias personas, acreedor y deudor. Si bien,
atendiendo a la obligación, al acreedor se le suele llamar sujeto activo (porque es el que lo
puede reclamar) y al deudor sujeto pasivo (porque es el que lo tiene que padecer), esta
clasificación no es del todo correcta puesto que en el momento del cumplimiento ocurre todo
lo contrario, que el deudor es el sujeto activo (porque es el que tiene que actuar) y el acreedor
el sujeto pasivo (porque es el que se tiene que recibir).
En este marco de sujetos del cumplimiento, es de enfatizar que como acto integrado en la
dinámica de la obligación el pago cuenta con dos protagonistas institucionales: el "solvens",
que es la persona que realiza el pago o cumple con la obligación, normalmente el deudor
284. La Exposición de Motivos del Código Civil afirma: 'El Código Civil de 1877, al igual que
muchos códigos antiguos, reglamentó el pago entre los medios de extinción de las
obligaciones y ciertamente que es el medio normal para extinguirlas, por lo que no es
defectuosa su colocación en dicho lugar. Sin embargo, técnicamente debe figurar como
efecto de las obligaciones, pues paro que éstos se extingan deben antes satisfacerse o
cumplirse y este cumplimiento es el efecto inmediata y directo de la obligación, puesto que
los partes contratan pora que la prestación se realice, y aunque es imperceptible el
momento que separa los dos aspectos del pago (cumplimiento y extinción), toda vez que se
operan simultáneamente, no cabe dudo que para que se declare la cancelación debe cates
cumplirse o pagarse
(también llamado por la situación y actividad que realiza "sujeto activo del pago); y el
"accipiens", que es la persona que recibe el pago o a cuyo favor se realiza la prestación
debida, normalmente el acreedor (también llamado en correlación con el solvens "sujeto
pasivo del pago). El principal legitimado para efectuar el pago es naturalmente el deudor,
pues él es quien se obligó a realizarlo en el negocio constitutivo de la obligación, por tanto, a
él únicamente le es exigible el cumplimiento. Dada la transmisibilidad de las obligaciones en
el fenómeno sucesorio, fallecido el deudor serán los herederos los obligados al cumplimiento,
e incluso los mismos legatarios en el supuesto particular de la distribución de la herencia en
legados. Normalmente el cumplimiento viene realizado personalmente por el deudor, sin
embargo, cuando así venga pactado o, en su caso, lo permita el contenido de la obligación,
el pago puede realizarse a través de un representante del deudor.
Por otro lado, el principal legitimado para recibir el pago no es otro que el acreedor. El es el
auténtico sujeto activo de la relación obligatoria y, por tanto, quien viene legitimado para
reclamar al obligado el cumplimiento de la obligación.
2.1. Requisitos
a) La prestación del tercero debe reunir los requisitos objetivos del pago, debe ser exacta
respecto a la prestación debida (art. 1386 del Código Civil).
2.2. Efectos
El artículo 1382 del Código Civil establece: "El que pague por cuenta de otro puede repetir lo
que pagó, a no ser que lo hubiere hecho contra la voluntad expresa del deudor". En este caso
solo podrá repetir del deudor el monto pagado y ante todo que el pago lo hubiere hecho contra
la voluntad expresa del deudor.
Si el acreedor no se opone a este pago y acepta el pago del tercero en principio, despliega
los efectos correspondientes: se realiza la prestación debida con la consiguiente función
satisfactiva del crédito y el deudor queda liberado frente a las posibles acciones y facultades
del acreedor.
3. Receptores del pago
Como se ha dicho el accipiens por excelencia no es otro que el acreedor, pues solo él tiene
conferido el poder de exigir al deudor la prestación debida. En caso de su fallecimiento o de
la transmisión inter vivos del crédito serán los adjudicatarios del crédito o el cesionario, los
receptores del pago, respectivamente. No obstante, el Código Civil, al igual que ocurre con el
deudor, amplia el ámbito de la legitimación a favor de otras personas que sin ostentar la
titularidad del crédito pueden ser sujetos de pago, mandatario o representante legal.
Según el artículo 1384 del Código Civil: "El pago debe hacerse al acreedor o a quien tenga
su mandato o representación legal. El pago hecho a quien no tuviere facultad para recibirlo,
es válido si el acreedor lo ratifica o se aprovecha de él". La autorización puede configurarse
en tenor a dos supuestos: a) Autorización mediante mandato. En este caso el acreedor resulta
realmente legitimado para el cobro con base a un título de representación; y, b) También
puede darse mediante representación legal (padres, tutores, etc.). La falta de poder suficiente
puede ser suplida por el acreedor con su ratificación.
El artículo 1385 CC preceptúa: "No es válido el pago que se haga directamente al menor o
incapaz. Sin embargo, si lo pagado se invirtió en su beneficio personal o en la conservación
de su patrimonio, se extingue la obligación en la parte invertida en esos fines".
Dicho supuesto se encuentra regulado en el Código Civil en el artículo 1389: "Es válido el
pago hecho de buena fe al que está en posesión del derecho de cobrar, aunque sea después
vencido en juicio sobre la propiedad del crédito". Como se observa, se trata de una medida
de protección o tutela del deudor que honestamente cree pagar al legítimo acreedor. En todo
caso, conviene matizar que el efecto liberatorio no extingue la relación obligatoria, pues el
verdadero acreedor podrá exigir del accipiens el cobro recibido.
Su razón de ser es clara. En principio dicho ingreso proporciona al acreedor la misma utilidad
que la recepción en mano y, además, representa un medio cómodo para ambas partes.
Los ingresos en cuentas bancarias se tratan de una indicación de pago. Habrá una indicación
de pago siempre que exista un acuerdo expreso entre deudor y acreedor acerca de este
específico modo de pago y también si existe una expresa decisión del acreedor o bien se
trata de pagos hechos a un tercero, en este supuesto el tercero es el banco. Es de subrayar
que el pago sólo será válido si se ha convertido en utilidad para el acreedor.
VON THUR,²⁹⁰ reclama la aceptación del acreedor para predicar del ingreso en cuenta
corriente para considerar un pago válido, toda vez que aquellos ingresos no confieren al
accipiens el dinero, sino un crédito contra el banco.
Existen diversos tipos de tarjetas que se diferencian entre sí por las distintas características
que revisten: tarjetas de crédito en sentido estricto, tarjetas de débito y tarjetas de compra.
En cualquier caso, con respecto a todas ellas el establecimiento mercantil adherido al sistema
de utilización de las tarjetas como medio de obtener el cobro de los bienes o servicios que
ofrece en el mercado, está obligado a aceptarlas como consecuencia del contrato celebrado
con el emisor de las tarjetas, si bien debe verificar su validez y la conformidad de la firma que
aparezca en la factura con la que figure en la tarjeta de que se trate. Tendrá que exhibir
públicamente el distintivo con el que se distinga el sistema al que esté adherido, sin que pueda
aplicar recargo sobre el precio a los clientes que utilicen la tarjeta como medio de pago.
Mediante la tarjeta de débito el titular de esta puede realizar toda clase de operaciones (retiro
y abono de dinero en efectivo, traspasos órdenes de pago, consultas, etc.), así como pagar
el precio de los bienes y servicios adquiridos a un comerciante adherido al sistema con cargo
a la cuenta que tenga abierta dicho titular con la entidad de crédito emisora y gestora de la
tarjeta. En este supuesto no hay concesión de crédito por parte de la entidad emisora, ya que
solo se obliga a atender las órdenes de pago del titular de la tarjeta cuando posea fondos
suficientes en la cuenta bancaria vinculada a la tarjeta de débito. Por tanto, el pago se hace
automáticamente al establecimiento con cargo a tales fondos sin que puedan realizarse
reintegros en descubierto sin especificar autorización de la entidad.
Conviene señalar que la misma tarjeta puede funcionar a la vez como tarjeta de crédito y
débito, si bien entonces su uso diferente procederá de dos contratos que poseen su propia
individualidad.
La tarjeta de compra es una tarjeta emitida por un establecimiento comercial a favor de sus
clientes, lo que les permite aplazar el pago (se) exigirán conjuntamente los pagos al final del
291. Cfr.GETE ALONSO, El pago mediante tarjetas de crédito, Madrid, 1990, idem, Las
tarjetas de crédito, Madrid, 1997.
período pactado) e incluso en ocasiones obtener crédito del establecimiento, aproximándose
en este caso sus características a las propias de la tarjeta de crédito en sentido estricto. No
obstante, se diferencia de ella porque el empresario o profesional al que se le presenta es al
mismo tiempo el emisor de la tarjeta y el concedente del crédito, no pudiendo ser presentada
para pagar a otro comerciante. La entrega de la tarjeta no produce el efecto de extinguir la
obligación de pago, que sólo tendrá lugar cuando el titular desembolse la cantidad debida al
acreedor.
Para que el pago sea regular y produzca plenos efectos liberatorios, es necesario que el deber
de prestación aparezca perfectamente cumplido y que el interés del acreedor quede
satisfecho. Decidir en cada caso concreto en qué medida debe entenderse que ha quedado
cumplido el deber de prestación mediante el acto solutorio realizado por el deudor exige un
juicio de confrontación o de contraste entre la prefiguración ideal de la prestación (programa
de la prestación debida) la realización efectiva de la misma. Este tipo de confrontación tiene
que ser hecho por las propias partes.
La cuestión de los requisitos objetivos del pago se plantea inicialmente como el resultado de
un sencillo silogismo jurídico. En la premisa mayor el cumplimiento queda definido
programáticamente como la realización de la prestación debida. En la premisa menor se
contempla el pago realmente efectuado. La conclusión o consecuencia jurídica se obtiene del
contraste de ambas premisas. Si la prestación llevada a cabo coincide o se ajusta a la
prestación programada en el negocio constitutivo de la obligación se dará el presupuesto de
exactitud, con lo que el interés del acreedor resultará objetivamente satisfecho. Si se produce
el resultado contrario estaremos ante un supuesto de prestación defectuosa y el acreedor
podrá negarse a recibir el pago. Al acreedor le corresponde, en primer lugar, esta valoración
de contraste a través de su facultad de control sobre la prestación realizada. En caso de
oposición del deudor serán los tribunales los encargados de decidir.
292. De acuerdo con la Exposición de Motivos del Código Civil: "la obligación de dar debe interpretarse
en el sentido de entregar una cosa mueble o inmueble, ya para constituir sobre ella un derecho real, o
para transmitir solamente el uso, goce o tenencia, o, para restituirla a su dueño. Dar, pues, significa
toda obligación de entregar, como en la compra venta en que el comprador tiene que dar al vendedor
el precio y éste a aquél la cosa vendida. Efectos de la obligación de dar, son los siguientes:
a) Entrega de la cosa y de sus accesorios o pertenencias;
b) Entrega de los frutos que produzca desde que se contrajo la obligación;
c) Responsabilidad por los daños y perjuicios que sufra la cosa mientras no sea entregada".
Desde una perspectiva más concreta el presupuesto de exactitud puede analizarse desde
distintas facetas:
El pago, para ser regular y determinar la satisfacción del acreedor y la liberación del deudor,
debe ser íntegro, lo que significa que el deudor debe prestar todo aquello que hubiese sido
programado en la obligación y que apareciese comprendido dentro de ello. Lo que se exige
con este requisito es que la prestación prevista en la obligación se realice por completo, en
su totalidad.
El acreedor tiene la facultad de exigir que la prestación se realice por entero o completamente.
En caso contrario puede rechazarla justificadamente. A ello se refiere el artículo 1387 del
Código Civil: El pago deberá hacerse del modo que se hubiere pactado, y no podrá efectuarse
parcialmente sino por convenio expreso o por disposición de la ley. ²⁹³ Como señala
BERCOVITZ, la integridad de la prestación también se concreta en los siguientes hechos: a)
Entrega completa de la cosa, con sus respectivos frutos y accesorios (art. 1320 del Código
Civil); b) Idéntica solución se aplica respecto de las deudas que produzcan intereses.
Para que el pago sea plenamente regular y liberatorio es necesario que la prestación
efectuada coincida con la prometida. Ello exige una confrontación entre lo pagado y lo que se
prometió de la que resulte su conformidad, que puede ser expresa o deducirse de la
realización y aceptación de la prestación, sin reserva, ni protesta, por lo menos en aquellos
casos en que su carácter defectuoso sea aparente o manifiesto. El deudor de una cosa no
puede obligar a su acreedor a que reciba otra diferente, aun cuando fuere de igual o mayor
valor que la debida, así el artículo 1386 del Código Civil enuncia: "No se puede obligar al
acreedor a aceptar cosa distinta de la que se le debe, aunque el valor de la ofrecida sea igual
o mayor, salvo disposición especial de la ley".²⁹⁴
293. Hay ocasiones, sin embargo, en las que la obligación puede quedar extinguida mediante
la realización por parte del deudor de una prestación diferente de la prevista en la obligación.
Ello ocurre, cuando así lo acepta el propio acreedor, típicamente, en los supuestos de: "dación
en pago" y las "obligaciones facultativas".
294.En este sentido se pronuncia el artículo 1166 del Código Civil español
Si la obligación consiste en la entrega de una cosa indeterminada o genérica, y los
contratantes no determinaron la calidad y circunstancias de la cosa o género, el artículo 1321
del Código Civil dispone: "En las obligaciones de dar cosa determinada únicamente por su
especie, la elección corresponde al deudor, salvo pacto en contrario.²⁹⁵ El deudor cumplirá
eligiendo cosas de regular calidad, y de la misma manera procederá el acreedor, cuando se
le hubiere dejado la elección". Se trata, por tanto, de favorecer el equilibrio entre las
prestaciones.²⁹⁶
1. Introducción
295. Para que nazca la obligación de dar, es fundamental que la cosa se determine, por lo
menos en su especie, pues de lo contrario el contrato carecería de uno de los requisitos
esenciales para su existencia y validez, como es la cosa cierta materia del contrato, consultar
art. 336 del CPCYM (ejecución de obligación de dar).
296. CAFFARENA LAPORTA, El requisito de la identidad del pago en las obligaciones
genéricas Anuario de Derecho Civil, Madrid, 1985, pág. 909.
297. Consultar, ÁLVAREZ ÁLVAREZ, Lugar y tiempo del cumplimiento de las obligaciones
en la armonización del Derecho Europeo de Contratos, Revista para el Análisis del Derecho
INDRET, enero, 2017, www.indret.com, consulta, 16/12/18. "En la ejecución de los contratos
internacionales surgen múltiples problemas a la hora de determinar cuál es el lugar y el tiempo
del cumplimiento del contrato. Por ello es necesario que existan unas reglas comunes en las
legislaciones de los diferentes estados de la UE que unifiquen el derecho de contratos".
En las obligaciones duraderas, en cambio, su objeto supone un período más o menos
prolongado en el que se van realizando unas prestaciones continuadas o unas prestaciones
periódicas, casos, por ejemplo, del contrato de suministro, contrato de obra o del contrato de
arrendamiento. La idea de tiempo también es útil para fijar y diferenciar el inicial de la relación
obligatoria, es necesario establecer cuando empieza a tener eficacia obligacional con el
respectivo ejercicio de derechos y deberes, y el momento final, esto es, cuando la relación
obligatoria se extingue por el transcurso del tiempo previsto por las dando lugar a una
extinción inmediata del vínculo obligacional o a una extinción mediata en la medida que
resulten relaciones pendientes entre las partes y los terceros, es el caso del período de
liquidación y partición tras la disolución del contrato de sociedad.
Desde una perspectiva más concreta, que es la que ahora interesa, la idea de tiempo sirve
para determinar el momento en que la prestación resulta exigible, dando lugar al llamado
tiempo del pago. ²⁹⁸
3. El lugar de pago
Determinar el lugar exacto en el que hay que cumplir la obligación es tan importante que es
aconsejable que las partes lo prevean en el titulo constitutivo de la obligación, pero para los
casos en que no lo hagan, la propia ley ha establecido cuáles serán los lugares de pago en
algunas obligaciones en caso concreto.
Por lo que se refiere al lugar, el Código Civil establece una regla general y dos subsidiarias o
supletorias. En efecto, el artículo 1398 dispone: "El pago se hará en el lugar designado en el
contrato. Si no se designó y se trata de cosa cierta y determinada, se hará el pago en I lugar
en que la cosa existía al tiempo de contraerse la obligación. En cualquier otro caso, el pago
debe hacerse en el domicilio del deudor al tiempo de exigirse la obligación".
En la práctica es frecuente someter la eficacia del contrato (el nacimiento de las obligaciones)
a condición, de esta forma, la obligación no será exigible ni se deberá cumplir hasta que
ocurra el suceso contemplado como condición, ejemplo, cuando apruebes la carrera te regalo
un vehículo.
La relación obligatoria puede, por consiguiente, quedar sometida por obra de la voluntad de
las partes a una condición, que puede afectar u la totalidad de la relación obligatoria o a una
parte de esta; que puede impedir la entrada en vigor de la reglamentación de intereses
prevista por las partes o la exigibilidad de los derechos establecidos en ella. Por ejemplo, la
compraventa de un terreno queda pendiente de que se conceda una autorización
administrativa (municipal) para edificar en él, de modo tal que si la autorización no se concede,
la compraventa no será eficaz ni se considerará celebrada; las partes establecen que el precio
de venta se determinará según un determinado volumen de edificación presupuesto, pero
que si el volumen finalmente permitido es menor, el precio sufrirá una reducción proporcional;
la compraventa de un caballo de carreras se hace depender de que el caballo gane el próximo
gran premio; la constitución de una sociedad de que sea concedida por un tercero una licencia
de explotación de un invento o de una marca; los honorarios de un arquitecto de que el
proyecto realizado obtenga la licencia municipal de obras.³⁰⁰
Como se ha expuesto, el sentido y alcance de la condición prevista por las partes es el eje
vertebrador de la eficacia que pueda desplegar la relación obligatoria sometida a condición.
En la configuración de dicho sentido y alcance destacan dos regímenes jurídicos distintos,
según la naturaleza de la condición tomada como punto de referencia, a saber, la condición
suspensiva y la condición resolutoria.
En la condición suspensiva encontramos que las partes al establecerla han convenido en que
la existencia de las obligaciones provenientes del acto celebrado por las partes está
suspendida en espera de que ocurra el acontecimiento futuro y de realización incierta; se le
llama condición suspensiva, en espera de que acontezca: las obligaciones y derechos
respectivamente del deudor y acreedor han nacido, pero su exigibilidad se encuentra en
suspenso. Esto es, se encuentran en un estado de pendencia (en el Derecho Romano se
decía pendente condictione, estado de un juicio que está pendiente de resolución.
En la relación obligatoria con condición suspensiva, la producción del evento opera como un
requisito necesario para el pleno desenvolvimiento de la relación obligatoria, de forma que
entre el momento de la celebración del negocio jurídico y el de la producción del evento
condicionante, la relación obligatoria atraviesa una fase intermedia que puede ser llamada
como situación de pendencia; el acreedor sólo puede exigir cuando la condición se haya
cumplido. Pero ya en esta fase de pendencia de la condición, en ese lapso durante el cual
existe una incertidumbre si llegara o no a nacer el crédito, existe una situación jurídica
merecedora de amparo por parte del ordenamiento Jurídico. No tiene todavía el posible
acreedor un derecho, pero sí una expectativa que ha de ser ya objeto de protección, y así lo
reconoce el artículo 1276 del Código Civil, cuando señala: "El acreedor puede, antes del
cumplimiento de la condición, ejercitar las acciones conducentes a la conservación de su
derecho". No es preciso este precepto, porque todavía no se trata de un acreedor, y porque
no son acciones para la conservación de su derecho, que aún no tiene, las que puede
ejercitar. En realidad, se trata de acciones precautorias, encaminadas a que su expectativa
de derecho no quede burlada.
En la condición resolutoria, la obligación produce desde el primer momento todos sus efectos
como si fuera pura, y es exigible, pero si la condición se cumple, la obligación se resuelve,
queda sin efecto. De acuerdo con el artículo 1278 del Código Civil: "La condición resolutoria
expresa opera de pleno derecho." Al respecto, la Exposición de Motivos afirma: "La condición
resolutoria expresa, es aquella que determina la resolución de la eficacia del acto en que se
incluye, no hay necesidad en este caso de nueva declaración de las partes, ni mucho menos
de intervención judicial para que el negocio jurídico tenga eficacia. Una vez cumplida la
condición no hay nada más que hacer sino cumplirlo".
Si el régimen de la condición establecida por las partes es resolutorio, significa que la relación
obligatoria despliega todos sus efectos desde el momento mismo de su constitución, de forma
que la producción del evento condicionante opera como un hecho que pone fin a una relación
plena y eficaz. En este contexto, los pagos realizados deben reputarse perfectamente válidos
y eficaces, aunque sometidos al sentido dado a la condición. Así, por ejemplo, cuando las
partes han previsto que el efecto de la resolución sea absoluto, el cumplimiento de la
condición determina la supresión de lo actuado con anterioridad.
El artículo 1390 del Código Civil establece: "El deudor que paga tiene derecho de exigir el
documento que acredite el pago; y de retener éste mientras dicho documento no le sea
entregado".
El modo normal de justificación del pago es el reconocimiento. que emita del mismo hecho el
acreedor. El recibo posee el valor de una confesión extrajudicial. Como recibo debe
considerarse también la nota escrita o firmada por el acreedor, a continuación, al margen o
al dorso de la documentación relativa a la obligación cumplida. También la factura es un
documento con el cual se puede acreditar el pago realizado.
Aunque son admisibles todos los medios de prueba reconocidos por la ley (factura), el recibo
expedido por el acreedor resulta la práctica usual de otorgar al deudor un medio de prueba
básico para la acreditación del pago. El artículo 1392 del Código Civil regula: "La entrega del
documento original que justifica el crédito, hecha por el acreedor al deudor, hace presumir la
liberación de éste, mientras no se pruebe lo contrario.
En los pagos periódicos (por ejemplo, los que se realizan de forma mensual), la constancia
de pago del último mes que corresponda hace presumir el pago de los meses anteriores,
salvo prueba en contrario (art. 1402 CC).
1. Definición
Imputar, en este contexto, significa atribuir un pago determinado a una deuda concreta. Esta
figura jurídica viene a solucionar otro problema que puede plantearse en relación con el pago.
La imputación surge cuando un deudor tiene varias deudas de una misma especie con un
solo acreedor e interesa saber cuál de ellas es la que se paga con la prestación realizada. Su
naturaleza responde, por tanto, a un principio de seguridad o certeza jurídica, en la medida
que se determina el destino que haya de darse a la prestación realizada con base a uno o
algunos de los créditos de que sean titulares activos y pasivos las mismas personas. Así, el
artículo 1404 del Código Civil dispone: "El deudor de diversas obligaciones a favor del mismo
acreedor, tiene derecho a declarar al hacer el pago, a qué deuda debe aplicarse". Como se
.
desprende del precepto, su ejercicio requiere de la declaración del deudor dirigida al acreedor
para que este muestre su conformidad al respecto.³⁰¹
Por consiguiente, la imputación de pagos puede definirse como "el criterio o criterios por virtud
de los cuales, en el caso de pluralidad de obligaciones, se decide a cuál de ellas debe
entenderse referido el pago realizado".³⁰²
a) Existencia de varias deudas a cargo de un solo deudor a favor de un solo acreedor. Estas
deudas pueden proceder de una misma relación obligatoria, o bien ser consecuencia de
relaciones obligatorias diversas. Ejemplo del primer caso, el arrendatario que adeuda al
propietario la renta de varios meses; del segundo, el deudor que debe a un mismo acreedor
Q10,000 por la renta del último mes vencido del inmueble que habita como arrendatario,
. 301 Para ampliar el estudio del tema, consultar: RODRÍGUEZ CANO, La imputación de
pagos, Madrid, 1973. También en Comentarios al Código Civil, Vol II1, Ministerio de
Justicia, Madrid, 1991, pág. 163 y siguientes; BERCOVITZ, La imputación de pagos,
Madrid, 1973; BORRAIO DACRUZ, La imputación del pago, Revista de Derecho Notarial,
Madrid, 1955, pág. 151.
302.DIEZ-PICAZO, Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial, op. cit., pág. 522.
303. Consultar art. 1765 del Código Civil
Por otro lado, Los Principios PECL en el artículo 7:109 establece: "Imputación de pagos (1)
A salvo las disposiciones del apartado (4), cuando una parte que tiene varias deudas de
idéntica naturaleza ofrece un cumplimiento que no alcanza para extinguirlas todas, dicha
parte puede declarar, al tiempo de hacerse el pago, a cuál de las deudas debe aplicarse el
mismo. (2) Si la parte que debe cumplir no formula tal declaración, la otra parte puede
imputar el pago a la deuda de su elección en un plazo razonable. Esta parte debe informar a
la parte deudora de su elección. Sin embargo, la imputación del pago a una obligación será
inválida cuando: (a) La deuda no estuviere vencida. (b) Fuera ilicita (c) 0 fuera litigiosa (3) Si
ninguna de las partes procediera a la imputación del pago, salvo los disposiciones del
apartado (4), el pago se aplicaró a la obligación que satisfaga alguno de los siguientes
criterios en el orden indicado: (a) La obligación vencida o la que venza en primer lugar (b)
La obligación que ofrezca menor nivel de garantias para el acreedor. (c) La obligación que
resulte más onerosa al deudor. (d) La obligación más antigua. Si no resulta aplicable
ninguno de los criterios anteriores, el pago se imputará a prorrata entre todas las deudas.
(5) En las deudas de dinero, todo pago del deudor se ha de imputar, en primer lugar a los
gastos, en segundo lugar a los intereses y finalmente al capital, salvo que el acreedor
dispongo otra aplicación.
Q5,000 correspondientes a un plazo vencido de la compra del automóvil y Q1,000 por el
alquiler de un garaje.
b) Las deudas tienen que ser homogéneas o "de la misma especie". Es decir, no es posible
la imputación respecto de cosas específicas y determinadas; sí, en cambio, cuando se trata
de deudas pecuniarias o de entregar cosas genéricas de la misma especie.
d) Que el pago realizado no sea suficiente para extinguir todas las deudas.