Clase 4 Primaria
Clase 4 Primaria
Clase 4 Primaria
INSTITUCIONAL Y
PEDAGÓGICA
EJE 2
CLASE 4
La función directiva y el marco político pedagógico
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¡Bienvenidos y bienvenidas!
Les damos la bienvenida a la Clase 4 del Nodo 3. Este desarrollo tiene como objetivo
abordar cuestiones relacionadas a la función directiva y su implicancia en los marcos
políticos pedagógicos, en favor de garantizar el derecho a la educación. Estaremos
abordando uno de los documentos que, como equipos directivos y en conjunto
con los demás actores, dinamizan en las escuelas el Proyecto Político
Pedagógico en su doble acepción como documento que plasma intenciones,
acciones y coordenadas de lo que se propone la institución, pero que también adquiere
“vida” y se recrea en la cotidianidad escolar.
DESARROLLO
El marco político pedagógico que nos rige garantiza ampliamente el derecho a la educación
de cada estudiante y -por ende- su inclusión. El mismo marco jurídico nos habilita y nos
obliga a hacerlo, tal como se presentó en la clase anterior.
El desafío que nos convoca es transitar responsablemente el camino para que cada
resolución, circular, normativa, se haga carne en nuestras escuelas. a fin de garantizar las
trayectorias escolares en aquellos niños y niñas que habitan nuestras aulas. Normativa que
hace que esta tarea no recaiga en el simple voluntarismo, todo lo contrario, en tanto
agentes del Estado nos pone en condición de obligación.
Uno de los desafíos que hoy nos enfrentamos quienes estamos en las aulas se sustenta en
generar propuestas educativas que les permitan a quienes transitan por nuestras aulas,
tener experiencias que restituyan sus derechos, superando viejos dispositivos
homogeneizantes. Esto implica el diseño y puesta en marcha de instancias que, desde
nuevos soportes organizativos, curriculares, didácticos y pedagógicos, permitan acceder a
nuevos tránsitos por los saberes científicos, sociales, culturales y políticos.
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tiempos de enseñanza (Resolución N°3100/22 CGE). La Nueva Escuela Primaria, no solo
genera esta oportunidad para revisar las propuestas que se generan en cada institución,
sino también los modos en que se gestionan los mismos dentro de esta nueva grilla horaria,
poniendo el foco en la alfabetización inicial (Resolución N°380/22 CGE) y en la resolución
de problemas, como centralidad en los 6 años de escolaridad primaria (Resolución
N°475/11 CGE).
Ampliar el horario escolar es contar con más tiempo para enseñar, para aprender, con más
tiempo para compartir, para construir saberes colectivamente, para investigar, indagar,
profundizar. Tener más tiempo es una oportunidad para, a partir de sistematizar aquellas
experiencias positivas, generar otras nuevas que eviten la fragmentación de saberes, de
áreas, de aprendizajes, de enseñanzas, de tiempos, de modos de “hacer escuela”.
Partir del Derecho a la Educación es entender al otro, al sujeto educativo como sujeto de
derecho. Esto conlleva necesariamente a revisar posiciones pedagógicas que recuperen el
horizonte de la igualdad habilitando la irrupción de lo nuevo.
Se requiere mirar de otro modo el punto de partida de los/as estudiantes y la propia mirada,
confiando plenamente en que la educación es la posibilidad de abrirse a nuevos mundos.
Esto es creer que el acto educativo puede inaugurar nuevas e inesperadas condiciones.
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Debatir acerca de la igualdad de derechos frente a lo público y lo común implica reconocer
que son debates en torno al conocimiento que conlleva a dilemas éticos y políticos.
Requiere preguntarnos tanto por las condiciones de producción, apropiación y distribución
de los bienes culturales que habilitan las experiencias educativas. En cada intervención
pedagógica, en cada texto sugerido, en cada marcación que se hace, se transmite una visión
del mundo. Esto genera otro desafío al equipo directivo en tanto deben encabezar y
conducir un proceso colectivo que permita generar, crear y sostener condiciones
institucionales que permitan que los alumnos y alumnas se apropien de aprendizajes
significativos y que les permitan sostener su escolaridad.
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las instituciones educativas consiste en
incluir a aquellos estudiantes que se alejan de ciertos parámetros establecidos como
necesarios, requiriendo el diseño y desarrollo de otros tipos de estrategias para poder dar
continuidad a su recorrido escolar. Es necesario romper con la idea del conocimiento como
producto o elaboración externa que se debe confrontar o validar, poniendo en valor los
conocimientos sociales que poseen los y las estudiantes.
Plasmar todas estas ideas, intenciones, acciones en letra escrita, es la intención final que
tiene la elaboración del Proyecto Político Pedagógico.
Este Proyecto Político Pedagógico trasciende el documento escrito. Para que tenga “vida”
requiere de acuerdos colectivos, que reflejen las intencionalidades de esa institución
escolar, se traduzcan en el accionar diario, marquen a modo de coordenadas las líneas
desde las cuales se abordarán las situaciones, problemas, conflictos que aparezcan en el
día a día, definiendo las acciones y la direccionalidad que formarán parte de la propuesta
escolar.
Esta construcción es una oportunidad para debatir acerca de cómo las mutaciones sociales,
culturales, económicas que nos acontecen ponen en tensión las construcciones de sentido,
que ofician a modo de legitimación del acto educativo. Es una oportunidad para detenerse a
pensar cómo la escuela transita estos cambios.
Se vuelve importante en este tránsito responsable por la lectura y puesta en acción de las
resoluciones, circulares y normativas, la confianza con el equipo de conducción y docentes,
confianza en el pensamiento y en la comunicación de las ideas. Laurence Cornu (1999) hace
referencia a la confianza en las relaciones pedagógicas, desde el lugar de director/a; generar
espacios de confianza es indispensable e incluso vital para la puesta en acción de los
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marcos políticos pedagógicos. Para la autora francesa, la confianza es una hipótesis sobre la
conducta futura del otro y también consiste en no inquietarse del no-control del otro y del
tiempo. En otras palabras, se trata de una construcción cotidiana que debe hacer el director,
que está ligada a la educación democrática y a garantizar el derecho a la educación de
todos/as.
Apropiarnos del marco político pedagógico es habilitar la mirada hacia los niños y jóvenes
en tanto sujetos de derecho y viendo a cada escuela como ámbito privilegiado de
construcción de la ciudadanía, ampliando derechos. Se trata de garantizar y hacer crecer, a
aquellos que son menores, crecer, volverse mayores.
Este marco contrasta con el efecto no deseado que significa naturalizar la impotencia del
accionar de la escuela frente a las condiciones contextuales que significan el riesgo
pedagógico. Derivada de esto es la naturalización en la atribución del fracaso escolar a
aquel niño o niña que no aprende en los tiempos y formas instituidos.
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¿Qué significa que el proyecto es “político”?
En esta instancia es pertinente recuperar los aportes de autores/as que presentamos con
anterioridad, quienes nos aproximan a pensar el proyecto institucional como un proyecto
político, que es tal porque supone toma de decisiones en relación a la vida escolar, a la
ciudadanía institucional, a una de las primeras experiencias de lo público en la vida de
los/las estudiantes, a experiencias en el orden de lo democrático, que conforman el bien
común y los aprendizajes en tal sentido.
El proyecto político pedagógico es una práctica social, intersubjetiva y situada que conlleva
un proceso deliberativo, por lo tanto, participativo. Todo ello hace de esta práctica un
accionar responsable, comprensivo y comunicativo. Lo central es la preocupación por el
cambio y la transformación partiendo de las situaciones y los problemas iniciales. (Mena, et
al, 2010).
Por lo antes dicho, es importante resaltar que el proyecto pedagógico apunta a cambiar y
transformar la realidad de sus estudiantes; es entonces una herramienta política. La
actividad de proyectar se inscribe siempre en una intencionalidad política porque contiene
debates que son epistemológicos, teóricos, ideológicos, que dan origen a acuerdos que se
constituyen en herramienta y que poseen los sujetos para propiciar procesos de
transformación institucional planificada (Rossi y Grinberg, 2005).
Ahora bien, es posible afirmar entonces, recuperando a Frigerio y Poggi (1999), que los
proyectos dan cuenta y se sostienen en una posición ética. La ética se vincula o conlleva
distintas concepciones de eficacia, fundamentalmente aquella según la cual los proyectos
no pueden reducirse a una cuestión técnica.
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saberes, y criterios de evaluación de los procesos y de los resultados.
Por eso, el Proyecto Político Pedagógico va más allá de enseñar, aprender y evaluar.
Desde estos análisis, la reflexión permite abrir la trama acerca de la educación como
práctica social y política. Pensar la educación de este modo implica sabernos parte, sujetos
activos desde la acción en la construcción de reflexiones, pensamientos, argumentaciones y
experiencias de enseñanzas y aprendizajes.
En esta tarea tan singular y compleja los equipos directivos deben considerar a los
CEF y PE como ámbitos formativos de trabajo colectivo, donde se deben poner en
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tensión el conocimiento pedagógico, la problemática institucional, los proyectos y
desafíos de cada comunidad, “para garantizar los aprendizajes, la inclusión con
calidad y en definitiva el derecho inalienable de aprender”1(pág.18)
Actividad 1
Tomando como punto de partida lo desarrollado en la presente clase, acerca de que “el
proyecto político pedagógico es una práctica social, intersubjetiva y situada que conlleva
un proceso deliberativo, por lo tanto, participativo” les proponemos realizar las
siguientes consignas:
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Consejo Federal de Educación. Anexo Resolución N°316/17 Programa Nacional de Formación Permanente
Nuestra Escuela. Plan de acción 2017-2021
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Actividad 2
El texto podrá tener entre 500 y 600 palabras como máximo, utilizando tipografía Arial,
tamaño 11, con interlineado de 1.5
Bibliografía
https://www.ubiobio.cl/miweb/webfile/media/267/Castoriadis%20Cornelius%20-%20El%2
0Imaginario%20Social%20Instituyente.pdf
4.4 TERIGI, F. (2008) Lo mismo no es lo común. En: Frigerio, G. y Diker, G. (comps) Educar:
posiciones acerca de lo común. Del Estante Editorial. Buenos Aires, Argentina.
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4.5 TORRES, R.M. (2003) Educación para todos: la tarea pendiente. Educere, vol. 7, núm.
23, octubre - diciembre. Universidad de los Andes, Venezuela.
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