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La Neutralidad Del Dinero

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La neutralidad del dinero: El Efecto Fisher

La importancia del dinero en el corto y en el largo plazo es uno de los ejes que dividen
el pensamiento económico. Hay quienes piensan que el dinero es solo un velo,
totalmente neutral al quehacer económico, y hay quienes aseguran que el dinero cumple
un rol central, a lo menos en el corto plazo. ¿Afecta el dinero la actividad económica
real?

Pese a que este debate se ha mantenido por siglos, no existe un consenso que determine
con rigor el rol del dinero en la economía.

Para la corriente dominante el dinero es neutral en el corto y en el largo plazo. La


pregunta central que se hace la teoría es sobre la conexión que existe entre los
fenómenos monetarios y los fenómenos reales de una economía, es decir si el dinero
cumple un rol más allá de la "economía de trueque". La respuesta de toda la economía
clásica, neoclásica y monetarista es siempre la misma: "el dinero es neutral, es solo un
velo del sistema", y no influye en la economía ni en el corto ni en el largo plazo.

De acuerdo con estas escuelas, los fenómenos monetarios no afectan los fenómenos
reales de la economía y solo tienen un único impacto en el nivel general de precios: es
decir que la inflación es siempre y en todo momento un fenómeno monetario...

Teoría Cuantitativa del dinero

Azpilcueta describió los efectos inflacionistas de la masiva llegada de oro y plata


producto del saqueo realizado por los conquistadores y navegantes a los confines del
mundo desde el siglo XIV.
La formulació n moderna de la teoría cuantitativa es atribuible
a Irving Fisher; MV=PT, identidad que expresa que la cantidad
de dinero existente en la economía (M), por el nú mero de
veces que se usa cada unidad monetaria (V) es equivalente al
valor total de las transacciones efectuadas (P*T).

De acuerdo a esta identidad de Fisher, y siempre bajo el


supuesto de una economía en pleno empleo (regla general de
los economistas clá sicos), la velocidad de circulació n del
dinero (V) es constante por razones "tecno-institucionales"
determinadas por los há bitos de pago y de gastos de la
comunidad. Del mismo modo, el nivel de actividad o nú mero
de transacciones (T) se asume constante, lo que deja el nivel
de precios (P) en funció n de la cantidad de dinero (M). De
acuerdo a esta relació n, la causalidad va de izquierda a
derecha y es la cantidad de dinero la que determina el nivel de
precios.
MV=PY, donde se considera que el valor del ingreso real de la
economíoa (P*Y) es equivalente a la demanda monetaria (M),
por el nú mero de veces que en promedio se usa cada unidad
monetaria en operaciones econó micas (V).

Las controversias sobre el papel del dinero en la economía han sido permanentes entre
las distintas escuelas de pensamiento y autores, estando su origen, probablemente, en la
época de desarrollo del pensamiento escolástico. Algunos de los pensadores que
podemos situar en esta corriente medieval ya bosquejaban una primitiva “teoría
cuantitativa del dinero”, al asociar vagamente las variaciones en los precios de las
mercancías con la entrada de oro y plata en Europa procedente de las colonias españolas
de América.

Este planteamiento exógeno del dinero derivaría de la supuesta e histórica vigencia en el


mundo de un sistema dinero-mercancía, en el que la base monetaria de los países podía
verse alterada por el intercambio comercial (esto es, por la existencia de flujos
internacionales de metales preciosos entre las naciones) o por el descubrimiento de
nuevos yacimientos de oro, siendo, por tanto, las variaciones de la cantidad de dinero en
circulación no susceptibles de manipulación política ni controlables directamente por
los agentes, esto es, exógenas al sistema

De igual modo, en un sistema capitalista como el actual, donde prevalece el dinero fiat o
fiduciario, cuyo valor se sustenta en una relación de confianza en la institución emisora
(al no tener dicho dinero como contrapartida un determinado montante de metales
preciosos), y donde opera el multiplicador monetario a través del control de reservas por
parte del Banco Central, la exogeneidad vendría determinada en cuanto a que los bancos
actúan como simples agentes pasivos, intermediando entre los depósitos de los
ahorradores y los préstamos a sus clientes, y también en cuanto a que el Banco Central
es capaz de controlar tanto a corto como a largo plazo la base monetaria.

A pesar de ser cuestionable esta postura, o eso pensamos, constituye la visión


predominante sobre el dinero en los manuales de macroeconomía, los cuales mantienen
con profusión el legado histórico y artificial del dinero-mercancía y del patrón oro, lo
que entendemos es un fatal malentendido para la comprensión de la importancia del
dinero para la producción, y por tanto, para el empleo. Y en definitiva para percibir su
capacidad de alterar las variables reales de la economía, y no solo de modificar las
variables nominales, o sea los precios, como sostienen las posturas más ortodoxas

La cuestión adquiere mayor complejidad cuando analizamos una moderna economía de


crédito, donde los bancos comerciales pueden ser contemplados como agentes creadores
de dinero a través de sus operaciones de préstamo, no siendo, por tanto, meros
intermediarios entre el ahorro individual y la inversión. En un sistema de estas
características, la oferta monetaria es necesariamente endógena, estando dirigida por la
demanda de créditos y no por las restricciones que dependen de la oferta y de las
dotaciones de dinero existentes fruto del ahorro previo.
Esta concepción está presente de manera indiscutible en el núcleo de todas las corrientes
post-keynesianas e implica que el dinero nunca puede ser neutral (Lavoie, 1984). Su
admisión llevaría a considerar que, en una Economía Monetaria de Producción, con un
sistema bancario creador de dinero fiduciario-crédito, las empresas toman prestado para
financiar el proceso productivo, reembolsando el préstamo cuando el output es vendido
mediante la entrega al prestamista de los depósitos acumulados, saldando así la deuda
previamente contraída. En definitiva, en esta óptica el dinero tendría un origen
claramente endógeno y un carácter nítidamente no neutral, habida cuenta de su
capacidad de dinamizar la producción y el empleo.

La principal contribución de este trabajo es la confrontación de la visión ortodoxa del


dinero, exógena y neutral, con los nuevos desarrollos monetarios del análisis post-
keynesiano, los cuales, a pesar de ser ya notables, siguen sin adquirir gran notoriedad en
los manuales de teoría económica.

Esta concepción del dinero, como mero agilizador de las transacciones (como “vehículo
para transportar el valor de las cosas”, decía Say), no se aleja en demasía del
denominado “análisis real” de Schumpeter, el cual toma el dinero como un “velo”
adoptado simplemente para facilitar las transacciones de los costes asociados a una
economía de trueque, sin reconocérsele la más mínima capacidad de influencia sobre la
producción y el empleo (Schumpeter, 2012). Esta sería, por tanto, y con matices, la
visión dominante entre finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XX, que difiere
sustancialmente de la existente durante el período mercantilista previo

CAGAN
http://www.rcuela.net/docs/Docencia/UNI/Apuntes-02.pdf

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