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7.1 Lepra

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Cerda Partida Fernando. Lira Castañeda Marcio.

Rincón Reyes Clarissa


Infectología - 486
7.1 Lepra
La lepra es una enfermedad ancestral, descrita ya en textos de las civilizaciones de la
antigüedad. Se trata de una enfermedad infecciosa crónica, causada por una bacteria
llamada Mycobacterium leprae, que afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la
mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos. Se puede curar y el tratamiento en
las fases iniciales puede evitar la discapacidad. Además de las deformaciones físicas, los
afectados sufren también estigmatización y discriminación.

La palabra lepra proviene del vocablo griego que significa “escama”,que seguramente fue
usada para denominar muchas enfermedades distintas a la lepra, como psoriasis o vitíligo.
Con el tiempo, esta palabra se convirtió en sinónimo de impureza, y la enfermedad se
consideró símbolo de todos los horrores y sufrimientos; y se creyó que era muy contagiosa,
lo cual hizo que se trasmitiera un horror exagerado que ha llegado a lo absurdo.

En el mundo la lepra continúa siendo un problema de salud pública en países como La India
y Brasil. En México 21 estados presentan incidencia, de los cuales 5 representan la mayor
carga de enfermedad con 60% de la prevalencia nacional: Sinaloa, Michoacán, Nuevo León,
Guerrero y Nayarit. La razón hombre:mujer es 2:1. Los grupos de edad más afectados son
de 25 y más años. El indicador de eliminación establecido por la OMS es de menos de 1
caso por cada 10 mil habitantes. En México prevalecen 23 municipios prioritarios en 10
estados sin alcanzar dicho indicador.

La lepra se transmite a través de las gotículas expulsadas por boca y nariz. Para contraerla
hay que mantener durante meses un contacto estrecho y prolongado con una persona
afectada que no reciba tratamiento.
El paciente deja de transmitir la enfermedad cuando comienza a recibir tratamiento.
La lepra afecta principalmente la piel, los nervios periféricos superficiales, los ojos y otros
órganos como los testículos.

Es frecuente que el motivo de consulta de los pacientes con lepra sea la presencia una
dermatosis diseminada, aunque también puede ser por paresias, parestesias o
manifestaciones sistémicas como fiebre y pérdida de peso.

Lepra Tuberculoide: Se presenta como escasas máculas hipopigmentadas, hipoestésicas,


bien delimitadas con bordes eritematosos elevados y zonas centrales atróficas. En el rostro
es difícil encontrar disminución de la sensibilidad debido a una abundante inervación
sensitiva. Se asocia con anhidrosis y pérdida de anejos.
Debido a que la LT representa un estado inmunológico competente, no es típico observar
lesiones grandes o en gran número. La LT puede presentar resolución espontánea debido al
buen sistema inmunológico del huésped.

Lepra Lepromatosa: Se caracteriza por pápulas y nódulos que confluyen, pudiendo originar
una marcada infiltración difusa de la piel que da lugar a la denominada facies leonina y a la
madarosis. Las lesiones suelen ser simétricas y bilaterales. En etapas tempranas la piel
suele tener una apariencia infiltrada y cérea.
En esta polaridad suele haber más afectación nerviosa e incapacidad que en la
tuberculoide. Existen dos variedades clínicas de la LL, que son la nodular y la difusa.

Casos dimorfos: Tienen una presentación clínica aguda o subaguda y provienen de casos
indeterminados. Se considera una situación clínica inestable y transitoria en la cual se le
debe iniciar el tratamiento oportuno. Casi todos los casos dimorfos evolucionan hacia LL.
Clínicamente se presentan como placas eritematoescamosas circulares o anulares con
bordes externos difusos e internos bien delimitados.

1. Examen clínico basado en la valoración de las lesiones de la piel buscando signos


cardinales como es la presencia de una mancha hipocrómica o eritematosa e hiperestésica,
ya que entre 80 y 90% de los casos, la «lepra indeterminada» comienza con esta
manifestación.
2. Demostrar la hipertrofia (engrosamiento) y alteración funcional de los troncos nerviosos
periféricos, lo que se constituye como un factor histológico característico de la lepra, que
puede diferenciarla de otros trastornos granulomatosos.
3. Demostrar la existencia de M. leprae en las baciloscopias practicadas en cortes de piel o
en material de biopsias para estudio histopatológico en deterioros de la mucosa de la nariz,
lóbulo de la oreja y cutáneas.

Atendiendo a estos signos, y a efectos del tratamiento, se clasifican los casos en los tipos
paucibacilar y multibacilar.
● Caso paucibacilar: casó con una a cinco lesiones cutáneas, sin presencia
demostrada de bacilos en un frotis cutáneo.
● Caso multibacilar: caso con más de cinco lesiones cutáneas; o con afectación
nerviosa (neuritis pura o neuritis más cualquier número de lesiones cutáneas); o con
presencia demostrada de bacilos en un frotis por raspado de incisión cutánea,
independientemente del número de lesiones cutáneas.

El esquema terapéutico actualmente recomendado reúne tres fármacos: dapsona,


rifampicina y clofazimina, cuya administración combinada se conoce como tratamiento
multimedicamentoso o politerapia

Se ha comprobado que la detección y el tratamiento de los casos con politerapia, por sí


solos, no bastan para interrumpir la transmisión. Para prevenir mejor la enfermedad, la OMS
recomienda que, con el consentimiento del caso inicial, se rastreen sus contactos
domésticos, vecinales y sociales y se les administre una dosis única de rifampicina como
tratamiento quimioprofiláctico.

Referencias:
● World Health Organization: WHO. (2023, 27 enero). Lepra (Mal de Hansen).
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/leprosy
● Leprosy. A millenary disease still in force. Rev Mex Patol Clin Med Lab. 2021; 68 (1):
18-33
● Guerrero, E. T., Martínez, F. V., Diéguez, C. E. A., Arrazola, J., Carlos, B., & Arenas,
R. (2011). Lepra en México. Una breve reseña histórica. Dermatología Revista
Mexicana, 55(5), 290-295.

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