URBELTZ, J. A. - Notas Sobre El Xirolarru en El País Vasco
URBELTZ, J. A. - Notas Sobre El Xirolarru en El País Vasco
URBELTZ, J. A. - Notas Sobre El Xirolarru en El País Vasco
J UAN A N T O N I O U R B E L T Z
INDICE:
Introducción.
Gaita - Dulzaina, problemática lingüística.
Gaitas en el entorno geográfico próximo al País Vasco.
Conclusión.
Los nombres de la gaita de odre en el País Vasco.
Observaciones sobre música de cornamusa en el País Vasco.
Apuntes iconográficos y comentarios sobre la gaita de odre en el País Vasco.
La Puebla de la Barca.
Cornamusa de El Villar.
Cornamusa de Salinas de Leniz.
Cornamusa de Pamplona.
Cornamusa de la catedral de Pamplona.
Cornamusa de Olite.
Cornamusas de Ujue.
Dos últimas notas sobre cornamusas.
Bibliografía.
INTRODUCCION
Más que referirse al presente, las líneas de D. Telesforo de Aranzadi son ab-
solutas y parecen querer dejar bien sentado que la gaita de odre no se tocó entre
nosotros en un tiempo pasado. Una afirmación tan tajante no puede ser tenida
en cuenta si nos atenemos al estilo casi telegráfico que presentan algunos infor-
mes etnográficos del eximio antropólogo, al que siempre habrá que reconocerle
un agudo sentido de la observación, y una fina ironía en la presentación de es-
tudios comparados.
(1) ARANZADI, Telesforo de, “Problemas de Etnografía de los Vascos”, R.I.E.V., 1907, T. 1,
p. 594. Otro trabajo sobre este instrumento, al que más adelante haremos referencia fue
publicado por D. Gonzalo Manso de Zúñiga en el B.R.S.V.A.P., año VII-Cuaderno 2
(Miscelánea, p. 281).
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Vamos a pasar, desde este breve preámbulo, a conocer las disgresiones eti-
mológicas de J. Corominas sobre dos importantes sustantivos que dan nombre a
un instrumento del País Vasco. En primer lugar la palabra gaita y, seguidamen-
te, dulzaina (2).
GAITA
Se hace eco nuestro autor de la existencia de dos grupos de autores con opi-
niones enfrentadas.
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NOTAS SOBRE EL “XIROLARRU” EN EL PAÍS VASCO
La exposición que hace nuestro autor sobre gaits/gaita, nos parece correcta.
Hay una cierta asociación de la cabra con el instrumento que, por otro lado, pa-
rece vincularse con estadíos de modo de vida pastoril. El mismo lo trata de de-
mostrar en unos párrafos donde habla de los nombres de cornamusas occitanas
(Auvernia, Limousin, Poitou). Los nombres de cabreto (chobreto), cabro,
cgabro, o actualmente el francés cabrette y derivados, son indicativos de la aso-
ciación del vocablo con el instrumento y el propio animal (3).
Lo que no nos parece correcto, y esto por razones varias que vamos a expo-
ner, es el párrafo final donde, el propio Corominas, al considerar la posibilidad
del origen galaico del vocablo gaita deja una puerta abierta para que también
se pueda entender un origen gallego del instrumento propiamente dicho.
Que la cornamusa tiene arraigo en Galicia está fuera de toda duda. Pero no lo
ha tenido en menor medida en Asturias, Santander, Burgos, Alava (en algunas
zonas como luego veremos) todo el macizo de los Pirineos, Cataluña, Baleares,
Landas, Provenza, Auvernia, Bélgica, Flandes, Alemania, países del Báltico,
Polonia, Moravia, Eslovaquia, Valaquia, Hungría, Italia, Sicilia, Rumania,
Croacia, Servia, Bosnia, Albania, Bulgaria, Macedonia, Grecia, etc., sin citar a
los pueblos de origen celta, para no caer en el tópico de asignar el instrumento
en cuestión a los pueblos de la estirpe citada.
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Cerrando este punto al caso concreto de nosotros, los vascos, se pudiera con-
siderar que no conocíamos el tambor hasta que no lo tomamos de los pueblos
del entorno pues aunque tenemos una palabra no muy conocida para designarlo
“arrats”, habitualmente se conoce como “danborra” y “atabal”. Que, según pa-
rece, son de claras procedencias; latina la primera y árabe la segunda. El mismo
argumento se puede presentar con la palabra alboka, que, a lo que se supone
parece emparentarse con el árabe bûq (especie de trompeta, v. Corominas), lo
mismo que el español albogue, aunque, como comenta M.ª Carmen García-Ma-
tos, pudiera derivarse de “palabras arábigo-moriscas, tales como Al-bukum o
Al-buk. En lengua vasca pervive la K de Al-buk (sic)” (4).
Sospechamos, por lo que luego veremos, que las líneas de Corominas han
servido para sustentar la hipótesis de la difusión de este instrumento por gran
parte de Europa en una época relativamente reciente, siglos XII al XV, si tene-
mos en cuenta el arcaismo del artefacto en cuestión.
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NOTAS SOBRE EL “XIROLARRU” EN EL PAÍS VASCO
Los que han escrito sobre este tipo de instrumentos, con algunas monografías
de gran calidad (como es el caso de Baines), no conceden mayor atención a la
extensión de este vocablo. No existiendo además una atención recurrente con
vistas a una fijación de su dispersión geográfica. Es más, a veces, en Baines,
tenemos la sensación de que ni el nombre en la propia lengua tuviera una mayor
importancia.
Baines atribuye un origen árabe a la palabra gaita sin que nos presente una
mayor precisión:
“The instrument is called gaita, a general Spanish term (from Arabic) for
“pipe” (7)“.
Por otra parte D. Rafael Meré no atribuye a este vocablo una fijación docu-
mental anterior al siglo XVI (8), para los países de Europa oriental. En contra-
posición debemos anotar una cita que ofrece Manga Janós en su obra “La Musi-
que Populaire Hongroise et ses Instruments” (9):
Eslovenia GAJDE
Croacia GAIDA
Servia GAJDE
Hungría del Sur GAIDE
Eslovaquia GAJDA
Moravia GAJDA y GAJDY
Polonia GAJDY
Rutenia GAIDA
Turquía GHAIDA
Sobre la relación que damos en el trabajo sobre los nombres que ofrece Meré, hay que
decir que en Rumania la gaita se conoce con el nombre de cimpoi, posiblemente relacionado
con zampoña, zampogna, etc. En vasc. hay una palabra intrigante para un instrumento sun-
priñu, que quizá esté también relacionada.
En cuanto al nombre esloveno de gaita (gadje) que presenta nuestro autor decimos que en
Eslovenia no se conoce con este nombre: Tradicijska Narodna Glazbala Jugoslavije, varios
autores, ZAGREB, 1975, p. 57. “Les gaide, les diple, la misnica et les dude sont connues dans
de nombreuses régions de Yougoslavie sauf en Slovénie, oú seul le nom dude est encore
connu.”
(7) BAINE, Anthony, Bagpipes, Oxford, 1973, p. 32.
(8) MERE, Rafael, Catálogo, p. 73.
(9) MANGA, Janós, La Musique populaire hongroise et ses instruments, Budapest, 1975, p.
49.
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A renglón seguido pasa a citar otro nombre de la cornamusa húngara que, en-
tendemos, se encuentra también en Alemania y Checoslovaquia (10):
Que el vocablo gaits-gaita haya pasado a los árabes es muy posible, y Coromi-
nas nos habla de ello. La superioridad de la cultura árabo-andaluza en el con-
junto del Islam parece que fue importante y por ello muy bien pudo ser recogi-
do por los turcos. Pero la primacia político-militar de éstos quizá hizo posible su
introducción y posterior arraigo en la Europa-oriental. Esto explicaría, más cla-
ramente, la celeridad con que se pudo extender el vocablo, sin necesidad que él
tuviera que ser acompañado por el propio instrumento. Además tenemos la pa-
labra duda (cornamusa), que Manga Lajós considera de origen árabe y que qui-
zá corresponda al alemán dudelsack, pero que no parece tener un origen en la
Península Ibérica.
DULZAINA
DULZAINA
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NOTAS SOBRE EL “XIROLARRU” EN EL PAÍS VASCO
poco más o menos, y tiene diferentes taladros en que se ponen los dedos.
Parécese en la figura a lo que hoy llamamos flauta dulce. Usaron mucho
los Moros de este género de instrumento, y aun hoy se usa mucho en los
Reinos de Murcia y Valencia. Su etimología procede de la dulzura de su
sonido, u de la palabra Dulciana con que en la baxa Latinidad nombraron
a cierto instrumento Músico de estas mismas circunstancias. CERV.Quix.
to.2.cap.26. Porque entre Moros no se usan campanas, sino atabales, y un
género de dulzáinas, que parecen nuestras chirimias.
Esta aproximación a los términos gaita y dulzaina, son necesarios para poder
comprender, en cierta manera, el que se empleen los dos vocablos sin saber,
concretamente y en cada caso, a que tipo de instrumento se está refiriendo a la
nota examinada. Este comentario lo hacemos sobre los documentos que posee-
mos en el País Vasco y cuya imprecisión fue comentada por el P. Donostia.
Como primera conclusión, que más adelante observaremos con más deteni-
miento, podemos adelantar que el nombre gaita es occidental, procedente de
Galicia, mientras que el término dulzaina (en el País Vasco, y entre los instru-
mentistas de la zona vascófona se conoce como dultziña) tiene una procedencia
francesa, pero que también nos pudo llegar a través de romances mediterráneos
(catalán dolçaina y valenciano donçaina) que, además, tiene un tipo de música
emparentado con la música de gaita de la zona navarra de Estella.
Como el lector podrá observar hay una riqueza morfológica que, en alguna
manera, es de las más importantes de Europa.
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Area del carro chillón Area de cornamusas
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Por tanto podemos anotar las características generales de este tipo de corna-
musas a occidente del País Vasco.
Odre de piel
Soplador
Puntero melódico
Roncón
Ronquillo (sólo en algunos modelos, no en los más primitivos)
(15) ALEXANDRE, Charles, La Cornemuse dans les Pyrinées Françaises. Bulletin du Musée
Instrumental de Bruxelles, vol. VI-, 1/2 - 1976, p. 25: ilustración inferior recogida por
Marcel Gastellu, p. 29: comentario a la ilustración.
(b) ALEXANDRE, Charles, op. cit. p. 28.
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Odre de piel
Soplador
Puntero melódico
Roncón
Ronquillo
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NOTAS SOBRE EL “XIROLARRU” EN EL PAÍS VASCO
Por último tenemos una cornamusa en el norte del Pirineo, en la plana de Las
Landas que se conoce con el nombre de bohasac (Fig. 5 y 6). Es un tipo de cor-
namusa muy particular. Puntero melódico y roncón están construídos sobre la
misma pieza de madera, normalmente en boj, y las cañas son del tipo “lengüeta”
como las de alboka, aunque de menor tamaño. Su posible existencia en Zube-
roa y Baja-Navarra es muy vaga, pero, posible, pues el resto de la organografía
tradicional es el mismo prácticamente para toda esta amplia área geográfica.
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(c) Foto C. Sarrieu. Disco LDX 74470. Le Chant du Monde Gascogne. Francoise Dague et les
Ballets Occitans de Toulouse.
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CONCLUSION
Visto el asunto de esta manera, nada tiene de extraño que en el País Vasco, y
en otro tiempo, se hubiesen empleado diferentes tipos de cornamusa dentro de
su territorio y, no uno sólo, como, probablemente, se pudiera suponer, si tene-
mos en cuenta la visión que sobre este tipo de asuntos se suele tener por estos
pagos.
El P. Donostia trae otras dos palabras para este instrumento —tuta y tsaran-
bel— que, además de cornamusa, parecen significar canto agudo (26).
(21) DONOSTIA, P. José Antonio de, Historia de las danzas antiguas de Guipuzcoa de sus melodías y
sus versos - Instrumentos musicales del pueblo vasco, ZARAUZ, p. 81.
(22) AZKUE, Resurreción Mª de, Diccionario Vasco-Español-Francés, T. 1, p. 177.
(23) DONOSTIA, P., op. cit., p. 81.
(24) LARRAMENDI, P. Manuel de, Diccionario Castellano Bascuence y Latín. Debemos suponer que
tanto Iztueta como Azkue, tomaron este significado del Diccionario de Larramendi.
(25) DONOSTIA, P., op. cit., p. 81.
(26) DONOSTIA, P., op. cit., p. 81.
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Por lo que al País Vasco se refiere nos encontramos con una palabra en el
Diccionario de Azkue, Tsaranbel, (para cornamusa), que naturalmente puede
tener una relación con una pequeña “dulzaina” suletina que se conoce con el
nombre de xanbela.
Abundando aún más sobre este nombre para la cornamusa que ofrece Az-
kue, anotaremos que en el Dicc. de Autoridades se hace una descripción de la
Chirimía que corresponde a una dulzaina de amplio pabellón sonoro. El origen
del vocablo parece iniciarse en el fr. ant. “chalemie”, por influjo del fr. ant.
“charamela”, “charambela”, procedente del fr. ant. “chalemelle”; que a su vez
viene del latín “calemelus”, diminutivo de “calamus” — caña, flauta de caña”.
Esta forma “xaramel”, anotada por Corominas, parece relacionada con el su-
letino “xanbel”.
Hay una nota sobre músicos de la corte de Carlos II de Navarra en la que, en-
tendemos, hay una referencia a la xanbela o instrumento próximo a ella (30):
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NOTAS SOBRE EL “XIROLARRU” EN EL PAÍS VASCO
(33) Hermanos LACUNZA, Método de Gaita Navarra, PAMPLONA, 1968, ps. 41 y 42. SAMPEDRO Y
FOLGAR, Casto, Cancionero Musical de Galicia, PONTEVEDRA, 1942, PS. 64-65-66.
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Sin entrar en consideraciones de otro tipo podemos observar que las 12 intro-
ducciones de gaita navarra acaban en calderón, hay además otros muchos calde-
rones en el comienzo de las introducciones citadas y en la finalización de partes
tocadas al “rubato”.
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LA PUEBLA DE LA BARCA
(35) DONOSTIA, P., op. cit., p. 98. La cita del P. Marina viene en el tomo I del Diccionario citado y
nosotros la tomamos de la edición facsímil publicado en la “Biblioteca de la Gran Enciclopedia
Vasca”, ZALLA (Vizcaya), 1968, p. 52:
“Regularmente en los días festivos pasan las tardes jugando á bolos y naypes, ó baylando al son
del pandero, y á veces del tamboril: este instrumento, aunque tan común en el país vascongado, no
se conoce en algunas hermandades situadas en los extremos de la provincia, y en ellas se suple el de-
fecto de esta música con la de la gayta gallega”.
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NOTAS SOBRE EL “XIROLARRU” EN EL PAÍS VASCO
(36) DONOSTIA, P., Música y Músicos en el País Vasco, B.V.A.P., Monografía, nº 5, ps. 6-7, SAN
SEBASTIAN, 1951. En las ps. 50-51 hay una extensa nota del P. Donostia sobre la palabra “Vasco-
nizare”, el Abad Aymeric de Peyrac y la palabra “Cabreta” en los trabajos de Du Cange, Frederic
Godefroy y J.B.B. Roquefort.
(37) COROMINAS, J., op. cit., T. II, p, 613.
(38) COROMINAS, J., op. cit.. T. II, p. 613.
(39) Alava LA PUEBLA, from the original sketch by F. H. Locker F.R.S., publicado en Londres
por Rodwell and Martin el 16 de Junio de 1823.
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Fig. 8. Cornamusa en La Puebla.
NOTAS SOBRE EL “XIROLARRU” EN EL PAÍS VASCO
Entre los plafones del primer cuerpo se encuentra esta representación del Na-
cimiento. En la iglesia trabajaron (40) Guiot de Beaugrant, hasta el año 1549 en
que murió, siendo ayudado por su hermano Juan y su sobrino Mateo de Beau-
grant. También trabajaron los Araoz, Andrés y su hijo Juan. Aunque la parte
de trabajo que corresponde a cada familia de escultores no es conocida, debe-
mos suponer que la escena del Nacimiento es obra de los Beaugrant.
(40) Catálogo Monumental Diócesis de Vitoria, T. I, Rioja Alavesa, entre las páginas 62 y 63. II(en
color), Retablo mayor: Nacimiento.
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ghel, aunque el pintor flamenco nos las ofrece con una morfología sensiblemen-
te diferente, con los dos roncones de una mayor longitud. También Alberto
Durero tiene una cornamusa de un tipo parecido al de Elvillar, pudiéndonos
extender en otros muchos ejemplos (Fig. 10).
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NOTAS SOBRE EL “XIROLARRU” EN EL PAÍS VASCO
cercanos al mundo tradicional, no del País Vasco, que nosotros sepamos, pero
si de algunas otras zonas de Europa.
Las dimensiones de estos dos roncones, sensiblemente más cortos que los que
nos ofrecen Durero y Brueghel, debemos suponer son debidas a patrones de
tipo estético, alejados de cualquier referencia con el mundo tradicional.
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Los dos primeros pastores llevan un sayo de media manga, abierto al costado,
y en el caso del paso que se encuentra arrodillado, lo sujeta con un cinturón. A
través de la abertura de esta prenda podemos ver el calzón de este primer pas-
tor: rasgado en su pernera izquierda y cuya media esta sujeta con las correas de
las abarcas. Tienen éstas el estilo clásico del País, y su manera de ser sujetadas,
todavía ha sido corriente en el Pirineo, al igual que en todo el Mediterráneo,
desde Italia a los Balcanes.
El tercer pastor, que ofrece un cordero, parece llevar, sin duda alguna una
prenda pastoril conocida con el nombre de “kapusai”.
CORNAMUSA DE PAMPLONA
(41) LETONA ARRIETA, José - LEIBAR GURIDI, Juan, Valle de Léniz (1ª parte), p. 147. Publicaciones
Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián.
(42) DONOSTIA, P., Instrumentos Musicales del Pueblo Vasco, p. 82, con referencia a D. José Mª
Iribarren.
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NOTAS SOBRE EL “XIROLARRU” EN EL PAÍS VASCO
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Este centauro es común a muchas comparsas de carnaval, tanto del País Vas-
co como de otras partes de Europa.
El dibujo no ofrece de una manera nítida las posiciones que ocupan el caba-
llero y su montura. La cabeza del caballito presenta una cierta semejanza con el
“Zamalzain” de Zuberoa, pero la posición del hombre no es tan clara. Si bien
sus piernas cuelgan del costado del caballo, de manera semejante a algunas re-
presentaciones de “cavallets” catalana-baleares, la grupa del caballito se pro-
longa hasta el suelo dando forma a sus patas traseras.
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NOTAS SOBRE EL “XIROLARRU” EN EL PAÍS VASCO
Dejaremos de lado este recorrido sobre tan singular figura para decir, aunque
no sea gran cosa, algo sobre el propio instrumento.
Es, éste, del mismo tipo que los que hemos señalado para el occidente de la
Península Ibérica, semejante al de Dorleta. El roncón se halla perfectamente
montado sobre el hombro izquierdo, y debajo del codo de este mismo lado se
puede apreciar el odre; del mismo sale un puntero que representa una forma có-
nica, abierta en pabellón, con una morfología parecida a la actual dulzaina o
gaita de Navarra.
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Nada nuevo diremos sobre esta representación, aunque si algo, muy poco,
sobre el instrumento. Este no lleva roncón proyectado sobre el hombro, apare-
ciendo con claridad el puntero.
Poco más podemos decir, pues no es claro, en este grabado, que el puntero y
roncón se encuentren en una misma pieza, como sucede con el buhassac de
Landas.
CORNAMUSA DE OLITE
Los pies y parte de las piernas que nos deja ver el sayal los cubre con peales,
pero en una disposición diferente a lo que conocemos con el nombre de “barta-
nak”.
CORNAMUSAS DE UJUE
En este edificio, mitad fortaleza, mitad basílica, hemos encontrado tres cor-
namusas de variada morfología.
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Fig. 15. El anuncio de los pastores (detalle). Pintura mural procedente de Olite. Siglo
XIV. Museo de Navarra. Pamplona.
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(h) MERE, Rafael, op. cit., p. 122, Fotografía del Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
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NOTAS SOBRE EL “XIROLARRU” EN EL PAÍS VASCO
Hay otros muchos apuntes sobre cornamusa que dejaremos para un trabajo
más extenso. Para finalizar incluiremos unas notas que realizó D. Gonzalo
Manso de Zúñiga (46), con referencias a Vizcaya y Alava.
(46) MANSO DE ZUÑIGA, Gonzalo, Las Cornamusas, B.R.S.V.A.P., Año VII - Cuaderno 2, p, 281
(Miscelánea).
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