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Analisis El Principito

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El Principito de Antoine de Saint-Exupéry

¿Quién fue Antoine Saint-Exupéry, el autor de El Principito?

Antoine de Saint-Exupéry fue un conocido aviador francés de principios del siglo XX.
A pesar de sus primeros intentos de hacer carrera en el sector naval,
finalmente Saint-Exupéry enfocó su vida a la que terminaría siendo su gran
pasión: la aviación. Comenzó trabajando en el servicio postal por vía aérea, en la
línea Toulouse a Senegal, al mando de la compañía Latécoère.
Más tarde, en Argentina, el escritor conoció a Consuelo Suncín, la que sería su
mujer, y se convirtió en el director de una filial de la compañía Aéropostale,
organizando así la red postal con América Latina. Su novela Vuelo nocturno está
inspirado en sus vivencias como aviador durante esta etapa de su vida. Después de
la bancarrota de esta empresa, Saint-Exupéry se enfocó al periodismo y la escritura
hasta el año 1939, cuando fue reclutado por el ejército del aire con motivo del
inicio de la Segunda Guerra Mundial.
La historia que se cuenta en El Principito está basada en hechos reales de la vida
del autor. Saint-Exupéry sufrió un accidente de avión en el Sáhara de la misma
forma que el narrador de la novela. En el trayecto de París a Saigón, mientras
intentaba batir un récord de rapidez junto a André Prevot, su Caudron C-630 se
estrelló en el desierto. Durante esta angustiosa experiencia de cuatro días, los dos
hombres sufrieron alucinaciones causadas por el calor y la deshidratación que
inspirarían más tarde a Antoine para escribir El Principito. Los dos hombres
lograron salvar la vida gracias a un beduino que dio con ellos y los rescató.
A pesar de su colaboración para el ejército aliado, Charles de Gaulle declaró
públicamente que el aviador estaba del lado del bando alemán. Estas
declaraciones, sumadas a los dolores que sufría regularmente, hicieron que el
escritor cayera en una adicción al alcohol. El 31 de julio del año 1944 el piloto
despegó en una base aérea de Córcega para realizar una misión de reconocimiento
de la que nunca regresó. El avión se dio por desaparecido al mediodía y no se supo
nada más hasta el año 1998, cuando se encontró el brazalete de Saint-Exúpery a
menos de un kilómetro de la isla de Riou.

Breve resumen de El Principito

Un aviador sufre un accidente en el desierto del Sáhara. Privado de víveres y sin


agua, el hombre sabe que su única opción de sobrevivir es reparar el avión para
poder escapar del infierno de arena.

Pasada la primera noche solo, el aviador despierta cuando un niño, el Principito,


topa con él y le solicita un dibujo de un cordero. Aunque el hombre no se explica
cómo es posible que un muchacho pueda sobrevivir en un entorno como ese,
accede a sus deseos y hace varios intentos sobre el papel.
Después de dar con una versión que parece contentarle, el Principito gana
confianza y le cuenta al piloto la historia de su vida y de cómo ha terminado en ese
punto del desierto. Una serie de viajes increíbles, de personajes extravagantes y
grandes dosis de fantasía componen la historia del misterioso Principito. Poco a
poco el aviador evolucionará psicológicamente, dejará a un lado su necesidad de
reparar el avión y adoptará la filosofía de vida del pequeño príncipe.
Análisis de El Principito, los personajes

Personajes principales de la historia:

El piloto - el narrador de la historia (escrita en primera persona), que identificamos


como el propio Saint-Exupéry. El propio narrador se nos presenta como un hombre
que no se ha sentido comprendido a lo largo de su vida, como si estuviera
desconectado desde pequeño del mundo de los adultos. A lo largo de la vida, a
medida que ha cumplido años ha fingido actuar como los adultos pero no se siente
uno de ellos. A raíz del encuentro con el Principito el piloto evoluciona. Es esta
relación con su yo niño la que le hace ver que había más de adulto dentro de él de
lo que pensaba. Página a página el piloto evoluciona y antepone aquellas cosas que
no se ven con los ojos por encima de las necesidades básicas del ser humano.

El Principito - es la representación de la infancia del autor de la novela. Desde un


primer momento, a raíz de que identifica el dibujo de la boa con el elefante en su
interior, somos conscientes de que es alguien especial. Este hecho nos da una pista
también acerca de que se trata de un personaje que ve más con ojos de niño que
con la mirada de los adultos. La historia del Principito está construida por completo
a través de metáforas, es la infancia olvidada que regresa para unas últimas
enseñanzas antes del paso definitivo a la madurez.

El zorro - representación de la amistad. Es el zorro quien le pide al Principito ser


domesticado y le enseña las claves de la amistad y del cariño, al mismo tiempo que
le da uno de los mejores consejos que encontramos a lo largo del libro: lo
importante es invisible a los ojos, se tiene que mirar con el corazón. Siendo
consciente de que el Principito iba a partir y se iba a quedar solo, el zorro no dudó
a la hora de establecer una relación de amistad con el pequeño, a sabiendas de que
le iba a causar dolor. Es la clara muestra de un amor desinteresado, una unión de
dos seres que viven en soledad y se necesitan.

La flor de tres pétalos - representación del amor, de las primeras personas que son
importantes en la vida de alguien: la familia. Se trata de una de las primeras
relaciones de amor que se experimentan en la infancia, un lazo fuerte, pero no por
ello perfecto. A pesar de ser bella, la rosa es caprichosa y le gusta ser compadecida.
Estos pequeños defectos terminan deteriorando la relación con el Principito
después de haber surgido en su planeta, y éste decide marcharse. Este personaje
nos enseña que a las personas hay que quererlas por lo que son, con defectos
incluidos, no sólo se deben amar las virtudes. Los defectos también hacen a las
personas únicas.
La serpiente - el paso del tiempo, el fin de la infancia, la muerte de una etapa. Al
final del libro es la que ayuda al Principito a dar el paso y a tomar un segundo
plano, volviendo a su planeta. Ya en un momento del libro, antes del final, ofrece
esta alternativa al niño, pero éste afirma no estar preparado todavía en esa
ocasión.
Personajes secundarios:

Los baobabs - son las amenazas, lo negativo, que puede aparecer en cualquier
momento de la vida, el germen de las ideas y experiencias negativas. Bien puede ser en
forma de persona o de una situación desfavorable, hay que ser metódico e intentar que
esta negatividad no nos afecte (que no afecte a nuestro planeta).

El cordero - es el reclamo por el que empieza la relación entre el piloto y el Principito.


Su significado es positivo en un principio, ya que es un medio de lo más apropiado para
acabar con los baobabs del planeta del niño. A su vez, también es una amenaza para la
flor. Esto puede representar las amistades o relaciones, que tanto pueden ser positivas
o causar aflicción.
Las rosas - son muy similares a la flor del Principito, son personas que nos recuerdan a
nuestros seres queridos, pero no son como ellos. Es fácil desencantarse al observarlas
debido a que siempre pensamos cuando somos niños que las personas especiales para
nosotros son únicas. Hay que ser capaz de ver ese algo que hace a nuestros seres
queridos especiales para conseguir quererlos de verdad, con defectos incluidos.

Las representaciones de los adultos - a lo largo de todo el libro se manifiesta la


desconexión con el mundo de los adultos y su código extraño para el piloto. Como fase
de aprendizaje durante el crecimiento, se establecen grupos de hombres como
habitantes de asteroides. Las clases son muy diversas y en cada uno de estos
estereotipos se destaca uno de los males de la sociedad moderna.

El rey - el ansia de poder y reconocimiento. La representación de la necesidad malsana


de dar órdenes a los demás e intentar dirigir sus pasos. A pesar de la soledad que ésto
suele conllevar, son muchos los que se afanan en intentar orientar el destino de los
demás, aún con buenas intenciones.

El vanidoso - la necesidad de reconocimiento ajeno para poder sentirse valorado. Hay a


quien no le llega con la aprobación propia y necesita de la de los demás para sentirse
pleno y confiado. Estas personas son como un pozo imposible de llenar, siempre
necesitan más y más halagos, aunque no haya nadie más con quien compararse, éstos
necesitan escuchar que son los mejores en algo.

El bebedor - todas aquellas personas atadas por una adicción. Es terriblemente


contradictorio en estos individuos que estén enganchados a algo que odian y que se
metan en un círculo vicioso del que es difícil salir.

El hombre de negocios - las personas que dar valor a todo, que consideran que algo
solo vale lo que se paga por él. Personas cerradas de mente, que sólo se preocupan por
las cosas importantes, de adultos. Son el arquetipo de adultos serios.

El farolero - representación de la gran masa obrera de la sociedad. Está formada por


personas que se dedican a un oficio, realizando una tarea, y no se cuestionan nada más
allá de su labor. De poder mejorar su vida con un pequeño gesto, este tipo de personas
lo pasarían por alto y seguirían complicándose por el mero hecho de cumplir la norma
establecida y seguir viviendo en su burbuja de seguridad.

El sabio - es la figura que da forma a aquellas personas demasiado cobardes para salir
al mundo real y vivir por sí mismas lo que leen en los libros. Personas con mente
científica en su mayoría, pero poco proactivas, que esperan que otros se muevan para
poder terminar su tarea. Saben mucho pero también dependen mucho de los demás.

Análisis de El Principito, por capítulos

El Principito consta de un total de 27 capítulos con enseñanzas distintas en cada uno de


ellos. A pesar de ser una historia con continuidad y de no tratarse de capítulos
autoconclusivos, cada uno tiene una intención específica.

Aunque no es un capítulo en sí, en esta novela tiene bastante peso la dedicatoria


inicial. En ella Saint-Exupéry no se deshace, como es habitual, en agradecimientos, sino
que comienza la historia pidiendo perdón. Pide perdón a los niños a los que va dirigida
su obra, porque tiene que dedicársela a otra persona, a Leon Werth.

Esto nos desvela que el público objetivo de la obra de Saint-Exupéry son, en primer
término al menos, los niños. Leon Werth aparece en el texto como el mejor amigo del
escritor francés, un hombre que "vive en Francia, donde pasa hambre y frío". Werth
era un periodista judío que sufrió la represión antisemita de la Segunda Guerra
Mundial en la Francia ocupada.

Además de esto, el autor nos introduce ya de primeras una de sus temáticas


principales del libro: el paso del tiempo y la nostalgia de la infancia. Para prueba de
esto, en la dedicatoria escribe "todas las personas mayores primero fueron niños (pero
pocas lo recuerdan)". Como veremos más adelante, esta dualidad niños/adultos se
mantiene a lo largo de todo el libro.

Capítulo I

El narrador nos cuenta una anécdota de su infancia por la que descubrimos que se
siente ajeno al mundo de los adultos. De niño el protagonista dibujó una boa con un
elefante en su interior, pero las personas mayores de su entorno sólo eran capaces de
ver un sombrero al contemplarlo. Con esta anécdota de infancia, el narrador nos
expresa que nunca ha conseguido abandonar por completo su niño interior a lo largo
de los años y lo incomprensible que le resulta el mundo de los adultos.

Capítulo II

El narrador, que es piloto de profesión, sufre un accidente en el desierto del Sáhara.


Esta situación límite tiene mucho que ver con la vida del propio Saint-Exupéry, que
ezperimentó una situación similar, como ya indicamos anteriormente. La única
esperanza para el piloto de salir con vida reside en arreglar su avión con los pocos
medios de los que dispone.

A la mañana del segundo día en el desierto el piloto se despierta al sonido de una voz
infantil. Un niño vestido con una ropa extraña le solicita un dibujo de un cordero. A
pesar de lo extraño de la situación, el piloto accede y después de varios intentos da con
la representación perfecta de lo que le pide el Principito: una caja en la que se contiene
un cordero oculto en ella. El Principito empieza a parecernos en este momento la
materialización del piloto de niño. Una pista de ésto la encontramos en el hecho de
que al hacer la prueba de dibujar la boa con el elefante, el Principito no ve un
sombrero como los demás, sino la boa.

Capítulo III

En este capítulo el piloto intenta saber más acerca de la procedencia del Principito,
pero no recibe respuestas. Ésto puede interpretarse como un primer intento de
regresión a la infancia por parte del piloto (Saint-Exupéry realmente), ya que hemos
asumido que la figura del Principito representa la infancia del piloto.

Capítulo IV

Aquí se dan las primeras pinceladas de la vida del Principito. Descubrimos que viene de
un planeta muy pequeño, y es que el mundo de un niño es pequeño, se compone de
pocas cosas a las que da mucha importancia. El piloto necesita buscar una referencia
real para creer su historia y que los demás lo hagan tmabién, identificando su planeta
como el asteroide B612. Al necesitar el propio narrador la referencia real del asteroide
se cuestiona si él mismo no será como los adultos y vive en torno a las cifras y datos.

Capítulo V

Es aquí cuando aparecen los baobabs por primera vez en la historia. Los baobabs son
árboles que crecen en los planetas y pueden invadirlos por completo, acabando con
todo lo que hay en ellos como una plaga. Es el Principito quien habla de la disciplina
que hay que tener para mantener a los baobabs, símbolo del mal y lo negativo que
amenaza a la infancia, a raya. Pueden tener la interpretación, ya que se advierte de que
no hay que confundir a los baobabs con los rosales, de personas malintencionadas o
malas compañías.

Capítulo VI

El piloto comienza a comprender el mundo del Principito, toma contacto de nuevo con
su niño interior. Se hace mención en este capítulo a las puestas de sol, que en el
planeta del pequeño príncipe se producen a decenas por día. Las puestas de sol tienen
una atracción especial para el Principito, pueden representar el paso del tiempo (el
tiempo en la infancia vuela, es la etapa más corta de la vida), así como el ansia infantil
de crecer.
Capítulo VII

Primera discusión entre el piloto y el Principito. Este último se muestra preocupado por
si su cordero podría llegar a comerse la flor de tres pétalos de su planeta. La flor es el
ser con el que el Principito tiene un mayor vínculo, representa la familia o los lazos
fuertes que se establecen a una edad temprana. El cordero se nos presenta por
primera vez como un elemento que puede ser negativo, hasta el momento sólo se veía
como un aliado contra el problema de los baobabs.

El piloto se empecina en reparar su avión y termina cansándose de las preocupaciones


del ingenuo Principito. Le echa en cara que lo que piensa no son cosas serias,
angustiado por la necesidad de hacer funcionar el avión de nuevo y salvar su vida. Al
final recapacita cuando el Principito llora, deja lo que está haciendo y dibuja un bozal
para el cordero en un intento de calmar al niño.

Capítulo VIII

Se ahonda en este capítulo en la figura de la flor del Principito. Esta flor, en vez de ser
representada como una figura virtuosa y digna de cariño, es descrita como bella pero
caprichosa. Con esto Saint-Exupéry quiere hacer hincapié en que a las personas hay
que amarlas incondicionalmente por lo que son, con sus defectos y no sólo por sus
virtudes.

Capítulo XIX

Seguimos conociendo la historia del Principito y se nos revela cómo abandonó su


planeta. Abandonó a su flor después de meditar durante un tiempo la idea, cansado en
parte de sus ansias de compasión y de sus caprichos. La flor es consciente de que va a
marcharse de su lado y le pide que lo haga cuanto antes, lamentando no haber sabido
expresarle mejor su amor. Encontramos en esta forma de despedirse similitudes con
una relación maternal, identificando así a la flor como una suerte de madre.

Capítulo X

Comienzan los viajes del Principito por los asteroides 325, 326, 327, 328, 329,330 y la
Tierra. En el primero de los asteroides el niño se encuentra con un rey. El Principito
aprende que la voluntad definitiva reside en uno mismo y no hay necesidad de cumplir
órdenes ajenas.

Capítulo XI

En el siguiente asteroide, de nuevo se topa con un único habitante: un vanidoso.


Resulta ridículo querer ser reconocido como el mejor de un planeta en el que sólo hay
un habitante y vivir de la opinión de los demás, necesitar que corroboren lo que uno
piensa.

Capítulo XII

El siguiente planeta es el del bebedor. En este caso el Principito se enfrenta cara a cara
con otra de las partes negativas del mundo de los adultos: los vicios y la falta de
autocontrol. El personaje del bebedor está atrapado en un círculo vicioso, bebe para
olvidar la vergüenza que le produce beber.

Capítulo XIII

A continuación el Principito pasa al planeta del hombre de negocios. Es éste un hombre


que maneja constantemente cifras y números, pero son cantidades de estrellas lo que
cuenta. El Principito le hace reflexionar acerca de que no le reporta ningún beneficio a
las estrellas el hecho de que él las posea, que realmente no son suyas ni lo necesitan.
Con el hombre de negocios pensando por primera vez en algo que no son números, el
Principito se marcha al siguiente asteroide.

Capítulo XIV

En el próximo destino el pequeño príncipe conoce al único de todos los habitantes de


los asteroides que le resulta medianamente simpático: el farolero. Éste es la
representación del sector obrero de la población, un hombre que trabaja de sol a sol,
que vive por y para su deber en la vida y no se cuestiona romper en forma alguna con
su destino miserable. Este asteroide es uno de los más importantes ya que hace
referencia a la aceleración del mundo, al aumento de los ritmos de producción y a la
cosificación de las personas, especialmente de los trabajadores.

Capítulo XV

El último de los asteroides que visita el Principito es uno de mayores dimensiones que
los anteriores, bastante pequeños todos hasta el momento. En este último el habitante
es un sabio, un hombre de letras y no de acción. El sabio tiene, a pesar de su cultura,
muchas limitaciones debido a que apenas experiemnta: no se desplaza, no descubre
por sí mismo, necesita de la colaboración de los demás para conseguir demostrar sus
teorías o refutarlas... Es el sabio quien inocula la idea de la muerte y de la futilidad de
la vida en el Principito. Cuando le pregunta el sabio por el planeta del que procede
apenas da importancia a la flor, ya que es perecedera. Saber que su flor morirá algún
día entristece enormemente al Principito.

Capítulo XVI
Al fin aterrizamos en la Tierra. Aquí vemos cómo los tipos de hombres que apreciamos
en cada uno de los asteroides se reparten en dustintas cantidades a lo largo del
planeta. Vemos que lo que más escasea en el planeta azul son los reyes y que, sin
embargo, el número de faroleros es desorbitado.

Capítulo XVII

Primer encuentro con la muerte (del Principito, de la infancia, anuncio de la llegada de


la etapa adulta) representada en forma de serpiente. Curioso que sea este animal el
que se encargue de marcar los tiempos vitales del Principito, ya que coincide con el del
dibujo de la niñez del piloto al principio de la obra.

El niño muestra además su soledad, desea encontrar algún habitante del planeta
Tierra. Se empieza a sentir cansado después de su partida del planeta.

Capítulo XVIII

El Principito se se pregunta dónde están los hombres, ha caído en un desierto y no se


ha encontrado con ninguno todavía. Una flor que se encuentra en el camino le dice que
los hombres son extraños, que no tienen raíces. Un ser que no pertenece a nada, que
no tiene raíces y que vaga libre sin ataduras puede ser peligroso. Crítica a la
deshumanización de la sociedad del siglo XX por parte de Saint-Exupéry, quizás
enfocado a las causas de la Segunda Guerra Mundial.

Capítulo XIX

El punto más grande de soledad que experimenta el Principito es en este capítulo, al


poco tiempo de haber llegado a la Tierra. Cuando el Principito intenta hacerse amigo
de las montañas, la única respuesta que obtiene es el eco de su propia voz.

Capítulo XX

Antes de encontrarse con un hombre en la Tierra, el Principito se topa con un jardín de


flores similares a la suya. Este descubrimiento abate terriblemente al pequeño, que
siente que la persona que más quiere no tiene nada de especial. Puede ser comparable
a la gran desilusión que sentimos al descubrir, cuando estamos dejando de ser niños,
que los adultos no son seres todopoderosos.

Capítulo XXI

Primera amistad fuerte que experimenta el Principito. El niño se encuentra con un


zorro que le pide ser domesticado, que cree un vínculo único entre ellos acercándose a
él poco a poco, dedicándole tiempo. Este trabajo de constancia termina estableciendo
un fuerte lazo de amistad entre los dos que hace que el zorro llore en el momento en
que el Principito decide partir y alejarse de su lado para seguir su camino. Antes de
abandonarlo, el zorro le da el consejo de que debe mirar siempre con el corazón, ya
que lo importante es invisible a los ojos. Esta es una inteligente apreciación de cara a la
vida adulta, como preparación para esta nueva etapa vital. También puede apreciarse
una enseñanza de amor a los animales en este capítulo, una relación más fiel y pura de
lo que suele ser habitual con las personas.

Capítulo XXII

Aquí el Principito se encuentra en su camino con un ferroviario, que le explica cómo


viaja la gente. Todas las personas necesitan moverse de un lugar para otro, pero la
mayoría de ellas no tienen un destino claro en la mente. Ésta es una metáfora de los
objetivos vitales y lo necesarios que son para no perder tiempo y desviarse del camino
que uno se marca. También se hace mención aquí a lo difícil que resulta encontrar el
propio camino, sin embargo los niños siempre saben hacia dónde van.

Capítulo XXIII

Siguiendo con los encuentros con los hombres del Principito (ahora que está a punto
de alcanzar la madurez), llega el turno del mercader. Este hombre comercializa con un
producto que elimina el deseo de beber. Se potencia aquí el valor de lo natural, de lo
que requiere esfuerzo, en contraposición a lo artificial y mecanizado. El hecho de ganar
tiempo en sí no es positivo si no se aprovecha como es debido, son soluciones fáciles
del mundo moderno globalizado.

Capítulo XXIV

Hilando con el tema de la sed del capítulo anterior, el piloto y el Principito marchan en
la busca de un pozo para sobrevivir a la deshidratación. El piloto camina sin tener muy
claro que vayan a encontrar nada, sólo por seguir al Principito, a esa parte ingenua y
soñadora de su ser. Al final de la tarde encuentran un pozo perfectamente construido.
El piloto se sorprende, pero ésta es una enseñanza vital más que le aporta el pequeño:
si se cree en algo y se pone empeño, es posible conseguirlo.

Capítulo XXV

Ambos beben del pozo, al piloto le parece que todo parece preparado, una gran suerte.
Es aquí cuando el Principito le revela el motivo por el que llegó a ese punto del
desierto: se va a cumplir un año de su llegada a la Tierra y vuelve al punto en el que
aterrizó. Esta coincidencia, aterrizaje de ambos en el mismo punto con diferencia de un
año es un indicativo más de que el Principito es la infancia del piloto. También se intuye
que está próxima la partida del pequeño principe de nuevo hacia su planeta.

Capítulo XXVI

El Principito termina su viaje y abandona la Tierra. Para volver a su planeta es necesario


que se deje morder por la serpiente. Como él mismo dice, parecerá muerto pero
realmente seguirá allí. La infancia, cuando termina no se va para siempre, de alguna
manera permanece en cada individuo y forma una parte importante de la
personalidad. Es, sin duda, el capítulo en el que el piloto experimenta una tristeza
mayor.

Capítulo XXVII

En el capítulo final de la obra somos testigos de primera mano de cómo este encuentro
misterioso ha cambiado por completo la forma de pensar del piloto. Después de seis
años, el narrador recuerda su encuentro con el Principito e intenta encontrarlo en el
firmamento. De la misma forma, se siente preocupado por si no aseguraría bien al
cordero con el bozal y la cuerda, pensando que quizás se haya podido comer la rosa.
Esta es una metáfora del miedo que se siente al iniciar la etapa de la madurez e ir
dejando la infancia atrás, entran dudas de si se hizo todo bien, de si se pudo haber
hecho más. La niñez, la etapa más pura del hombre, sigue ahí de alguna forma a lo
largo de nuestra vida y no hay que subestimar su valor.

Opinión de El Principito

El Principito es un libro que a primera vista parece orientado a un público infantil.


Tanto los dibujos que acompañan la historia y el principito en sí, un personaje inocente,
infantil y puro, nos impulsan a pensar que es un libro para niños. Aunque los más
pequeños de casa se pueden acercar sin problema a este título, lo más seguro es que la
lectura se quede en la superficie si lo comparamos con la idea que se extrae con unos
cuantos años más, una vez concluida la infancia.

Es inevitable que al estar escrito en primera persona e identificar al narrador como el


propio Saint-Exupéry la lectura sea más inmersiva. El empleo de la primera persona
ayuda también a que los lectores hagamos un ejercicio de regresión a nuestra infancia
de la misma forma en que lo hace el piloto de la historia. Nos gustó especialmente que
quien más aprende del otro es el propio piloto del Principio y no a la inversa. Esta
sabiduría del personaje infantil que cambia la escala de valores del narrador es un
punto de inflexión muy interesante para el protagonista. Se crea una relación de nuevo,
después de años de desconexión, entre el yo adulto y el yo niño del piloto.

Disfrutamos de un texto plagado de metáforas, por lo que tanto los niños como los
adultos pueden disfrutar de la lectura. Mientras que los niños se maravillarán con el
mundo mágico que crea Saint-Exupéry, las personas con más edad podrán apreciar
todas las capas de la historia y sus menciones al paso del tiempo.

Además, la historia está plagada de metáforas que pueden tener varias lecturas, desde
un significado intimista hasta una interpretación de corte más histórico y en relación a
los acontecimientos de la época en que fue escrito el libro. El texto está plagado de
enseñanzas positivas como la amistad, el amor, la entrega, la ayuda... Las relaciones
entre los personajes de la novela tienen una intención clara en cada caso. Realmente,
en El Principito, todos los personajes cuentan con alguna característica más
desarrollada que las demás, lo que les imprime un carácter específico y más adecuado
para construir esta fábula.

Aunque la primera vez que leímos el libro fue en la niñez y no nos gustó demasiado,
quizás lo vimos muy fantasioso y naif para nuestros gustos, ahora nos ha enamorado. El
paso de los años han hecho que la historia nos cale más hondo. Las temáticas que se
tocan en el libro nos interesan y el análisis de las distintas clases de personas
conforman una idea del mundo muy interesante y que se ajusta todavía hoy en día
bastante a la realidad.

Conclusiones de El Principito

Definitivamente, si hay un libro que se debe releer a lo largo de la vida ése es, sin duda,
El Principito. Ya nos habíamos acercado al mundo mágico de Saint-Exupéry hace años,
pero hemos extraído conclusiones muy distintas esta vez. Y éso es precisamente lo
mágico del libro, que evoluciona de la mano con el propio lector a lo largo de las
distintas etapas de la vida, con una lectura completamente distinta.

Estamos convencidos de que si lo leemos dentro de 2-3 años la moraleja que


identificaremos será bastante distinta a la que hemos recogido en esta ocasión. Y es
que estamos seguros de que no sólo afecta el momento de la vida en que se lee el
libro, sino también el estado anímico con que se coge el volumen entre las manos.

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