Analisis El Principito
Analisis El Principito
Analisis El Principito
Antoine de Saint-Exupéry fue un conocido aviador francés de principios del siglo XX.
A pesar de sus primeros intentos de hacer carrera en el sector naval,
finalmente Saint-Exupéry enfocó su vida a la que terminaría siendo su gran
pasión: la aviación. Comenzó trabajando en el servicio postal por vía aérea, en la
línea Toulouse a Senegal, al mando de la compañía Latécoère.
Más tarde, en Argentina, el escritor conoció a Consuelo Suncín, la que sería su
mujer, y se convirtió en el director de una filial de la compañía Aéropostale,
organizando así la red postal con América Latina. Su novela Vuelo nocturno está
inspirado en sus vivencias como aviador durante esta etapa de su vida. Después de
la bancarrota de esta empresa, Saint-Exupéry se enfocó al periodismo y la escritura
hasta el año 1939, cuando fue reclutado por el ejército del aire con motivo del
inicio de la Segunda Guerra Mundial.
La historia que se cuenta en El Principito está basada en hechos reales de la vida
del autor. Saint-Exupéry sufrió un accidente de avión en el Sáhara de la misma
forma que el narrador de la novela. En el trayecto de París a Saigón, mientras
intentaba batir un récord de rapidez junto a André Prevot, su Caudron C-630 se
estrelló en el desierto. Durante esta angustiosa experiencia de cuatro días, los dos
hombres sufrieron alucinaciones causadas por el calor y la deshidratación que
inspirarían más tarde a Antoine para escribir El Principito. Los dos hombres
lograron salvar la vida gracias a un beduino que dio con ellos y los rescató.
A pesar de su colaboración para el ejército aliado, Charles de Gaulle declaró
públicamente que el aviador estaba del lado del bando alemán. Estas
declaraciones, sumadas a los dolores que sufría regularmente, hicieron que el
escritor cayera en una adicción al alcohol. El 31 de julio del año 1944 el piloto
despegó en una base aérea de Córcega para realizar una misión de reconocimiento
de la que nunca regresó. El avión se dio por desaparecido al mediodía y no se supo
nada más hasta el año 1998, cuando se encontró el brazalete de Saint-Exúpery a
menos de un kilómetro de la isla de Riou.
La flor de tres pétalos - representación del amor, de las primeras personas que son
importantes en la vida de alguien: la familia. Se trata de una de las primeras
relaciones de amor que se experimentan en la infancia, un lazo fuerte, pero no por
ello perfecto. A pesar de ser bella, la rosa es caprichosa y le gusta ser compadecida.
Estos pequeños defectos terminan deteriorando la relación con el Principito
después de haber surgido en su planeta, y éste decide marcharse. Este personaje
nos enseña que a las personas hay que quererlas por lo que son, con defectos
incluidos, no sólo se deben amar las virtudes. Los defectos también hacen a las
personas únicas.
La serpiente - el paso del tiempo, el fin de la infancia, la muerte de una etapa. Al
final del libro es la que ayuda al Principito a dar el paso y a tomar un segundo
plano, volviendo a su planeta. Ya en un momento del libro, antes del final, ofrece
esta alternativa al niño, pero éste afirma no estar preparado todavía en esa
ocasión.
Personajes secundarios:
Los baobabs - son las amenazas, lo negativo, que puede aparecer en cualquier
momento de la vida, el germen de las ideas y experiencias negativas. Bien puede ser en
forma de persona o de una situación desfavorable, hay que ser metódico e intentar que
esta negatividad no nos afecte (que no afecte a nuestro planeta).
El hombre de negocios - las personas que dar valor a todo, que consideran que algo
solo vale lo que se paga por él. Personas cerradas de mente, que sólo se preocupan por
las cosas importantes, de adultos. Son el arquetipo de adultos serios.
El sabio - es la figura que da forma a aquellas personas demasiado cobardes para salir
al mundo real y vivir por sí mismas lo que leen en los libros. Personas con mente
científica en su mayoría, pero poco proactivas, que esperan que otros se muevan para
poder terminar su tarea. Saben mucho pero también dependen mucho de los demás.
Esto nos desvela que el público objetivo de la obra de Saint-Exupéry son, en primer
término al menos, los niños. Leon Werth aparece en el texto como el mejor amigo del
escritor francés, un hombre que "vive en Francia, donde pasa hambre y frío". Werth
era un periodista judío que sufrió la represión antisemita de la Segunda Guerra
Mundial en la Francia ocupada.
Capítulo I
El narrador nos cuenta una anécdota de su infancia por la que descubrimos que se
siente ajeno al mundo de los adultos. De niño el protagonista dibujó una boa con un
elefante en su interior, pero las personas mayores de su entorno sólo eran capaces de
ver un sombrero al contemplarlo. Con esta anécdota de infancia, el narrador nos
expresa que nunca ha conseguido abandonar por completo su niño interior a lo largo
de los años y lo incomprensible que le resulta el mundo de los adultos.
Capítulo II
A la mañana del segundo día en el desierto el piloto se despierta al sonido de una voz
infantil. Un niño vestido con una ropa extraña le solicita un dibujo de un cordero. A
pesar de lo extraño de la situación, el piloto accede y después de varios intentos da con
la representación perfecta de lo que le pide el Principito: una caja en la que se contiene
un cordero oculto en ella. El Principito empieza a parecernos en este momento la
materialización del piloto de niño. Una pista de ésto la encontramos en el hecho de
que al hacer la prueba de dibujar la boa con el elefante, el Principito no ve un
sombrero como los demás, sino la boa.
Capítulo III
En este capítulo el piloto intenta saber más acerca de la procedencia del Principito,
pero no recibe respuestas. Ésto puede interpretarse como un primer intento de
regresión a la infancia por parte del piloto (Saint-Exupéry realmente), ya que hemos
asumido que la figura del Principito representa la infancia del piloto.
Capítulo IV
Aquí se dan las primeras pinceladas de la vida del Principito. Descubrimos que viene de
un planeta muy pequeño, y es que el mundo de un niño es pequeño, se compone de
pocas cosas a las que da mucha importancia. El piloto necesita buscar una referencia
real para creer su historia y que los demás lo hagan tmabién, identificando su planeta
como el asteroide B612. Al necesitar el propio narrador la referencia real del asteroide
se cuestiona si él mismo no será como los adultos y vive en torno a las cifras y datos.
Capítulo V
Es aquí cuando aparecen los baobabs por primera vez en la historia. Los baobabs son
árboles que crecen en los planetas y pueden invadirlos por completo, acabando con
todo lo que hay en ellos como una plaga. Es el Principito quien habla de la disciplina
que hay que tener para mantener a los baobabs, símbolo del mal y lo negativo que
amenaza a la infancia, a raya. Pueden tener la interpretación, ya que se advierte de que
no hay que confundir a los baobabs con los rosales, de personas malintencionadas o
malas compañías.
Capítulo VI
El piloto comienza a comprender el mundo del Principito, toma contacto de nuevo con
su niño interior. Se hace mención en este capítulo a las puestas de sol, que en el
planeta del pequeño príncipe se producen a decenas por día. Las puestas de sol tienen
una atracción especial para el Principito, pueden representar el paso del tiempo (el
tiempo en la infancia vuela, es la etapa más corta de la vida), así como el ansia infantil
de crecer.
Capítulo VII
Primera discusión entre el piloto y el Principito. Este último se muestra preocupado por
si su cordero podría llegar a comerse la flor de tres pétalos de su planeta. La flor es el
ser con el que el Principito tiene un mayor vínculo, representa la familia o los lazos
fuertes que se establecen a una edad temprana. El cordero se nos presenta por
primera vez como un elemento que puede ser negativo, hasta el momento sólo se veía
como un aliado contra el problema de los baobabs.
Capítulo VIII
Se ahonda en este capítulo en la figura de la flor del Principito. Esta flor, en vez de ser
representada como una figura virtuosa y digna de cariño, es descrita como bella pero
caprichosa. Con esto Saint-Exupéry quiere hacer hincapié en que a las personas hay
que amarlas incondicionalmente por lo que son, con sus defectos y no sólo por sus
virtudes.
Capítulo XIX
Capítulo X
Comienzan los viajes del Principito por los asteroides 325, 326, 327, 328, 329,330 y la
Tierra. En el primero de los asteroides el niño se encuentra con un rey. El Principito
aprende que la voluntad definitiva reside en uno mismo y no hay necesidad de cumplir
órdenes ajenas.
Capítulo XI
Capítulo XII
El siguiente planeta es el del bebedor. En este caso el Principito se enfrenta cara a cara
con otra de las partes negativas del mundo de los adultos: los vicios y la falta de
autocontrol. El personaje del bebedor está atrapado en un círculo vicioso, bebe para
olvidar la vergüenza que le produce beber.
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
El último de los asteroides que visita el Principito es uno de mayores dimensiones que
los anteriores, bastante pequeños todos hasta el momento. En este último el habitante
es un sabio, un hombre de letras y no de acción. El sabio tiene, a pesar de su cultura,
muchas limitaciones debido a que apenas experiemnta: no se desplaza, no descubre
por sí mismo, necesita de la colaboración de los demás para conseguir demostrar sus
teorías o refutarlas... Es el sabio quien inocula la idea de la muerte y de la futilidad de
la vida en el Principito. Cuando le pregunta el sabio por el planeta del que procede
apenas da importancia a la flor, ya que es perecedera. Saber que su flor morirá algún
día entristece enormemente al Principito.
Capítulo XVI
Al fin aterrizamos en la Tierra. Aquí vemos cómo los tipos de hombres que apreciamos
en cada uno de los asteroides se reparten en dustintas cantidades a lo largo del
planeta. Vemos que lo que más escasea en el planeta azul son los reyes y que, sin
embargo, el número de faroleros es desorbitado.
Capítulo XVII
El niño muestra además su soledad, desea encontrar algún habitante del planeta
Tierra. Se empieza a sentir cansado después de su partida del planeta.
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Siguiendo con los encuentros con los hombres del Principito (ahora que está a punto
de alcanzar la madurez), llega el turno del mercader. Este hombre comercializa con un
producto que elimina el deseo de beber. Se potencia aquí el valor de lo natural, de lo
que requiere esfuerzo, en contraposición a lo artificial y mecanizado. El hecho de ganar
tiempo en sí no es positivo si no se aprovecha como es debido, son soluciones fáciles
del mundo moderno globalizado.
Capítulo XXIV
Hilando con el tema de la sed del capítulo anterior, el piloto y el Principito marchan en
la busca de un pozo para sobrevivir a la deshidratación. El piloto camina sin tener muy
claro que vayan a encontrar nada, sólo por seguir al Principito, a esa parte ingenua y
soñadora de su ser. Al final de la tarde encuentran un pozo perfectamente construido.
El piloto se sorprende, pero ésta es una enseñanza vital más que le aporta el pequeño:
si se cree en algo y se pone empeño, es posible conseguirlo.
Capítulo XXV
Ambos beben del pozo, al piloto le parece que todo parece preparado, una gran suerte.
Es aquí cuando el Principito le revela el motivo por el que llegó a ese punto del
desierto: se va a cumplir un año de su llegada a la Tierra y vuelve al punto en el que
aterrizó. Esta coincidencia, aterrizaje de ambos en el mismo punto con diferencia de un
año es un indicativo más de que el Principito es la infancia del piloto. También se intuye
que está próxima la partida del pequeño principe de nuevo hacia su planeta.
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
En el capítulo final de la obra somos testigos de primera mano de cómo este encuentro
misterioso ha cambiado por completo la forma de pensar del piloto. Después de seis
años, el narrador recuerda su encuentro con el Principito e intenta encontrarlo en el
firmamento. De la misma forma, se siente preocupado por si no aseguraría bien al
cordero con el bozal y la cuerda, pensando que quizás se haya podido comer la rosa.
Esta es una metáfora del miedo que se siente al iniciar la etapa de la madurez e ir
dejando la infancia atrás, entran dudas de si se hizo todo bien, de si se pudo haber
hecho más. La niñez, la etapa más pura del hombre, sigue ahí de alguna forma a lo
largo de nuestra vida y no hay que subestimar su valor.
Opinión de El Principito
Disfrutamos de un texto plagado de metáforas, por lo que tanto los niños como los
adultos pueden disfrutar de la lectura. Mientras que los niños se maravillarán con el
mundo mágico que crea Saint-Exupéry, las personas con más edad podrán apreciar
todas las capas de la historia y sus menciones al paso del tiempo.
Además, la historia está plagada de metáforas que pueden tener varias lecturas, desde
un significado intimista hasta una interpretación de corte más histórico y en relación a
los acontecimientos de la época en que fue escrito el libro. El texto está plagado de
enseñanzas positivas como la amistad, el amor, la entrega, la ayuda... Las relaciones
entre los personajes de la novela tienen una intención clara en cada caso. Realmente,
en El Principito, todos los personajes cuentan con alguna característica más
desarrollada que las demás, lo que les imprime un carácter específico y más adecuado
para construir esta fábula.
Aunque la primera vez que leímos el libro fue en la niñez y no nos gustó demasiado,
quizás lo vimos muy fantasioso y naif para nuestros gustos, ahora nos ha enamorado. El
paso de los años han hecho que la historia nos cale más hondo. Las temáticas que se
tocan en el libro nos interesan y el análisis de las distintas clases de personas
conforman una idea del mundo muy interesante y que se ajusta todavía hoy en día
bastante a la realidad.
Conclusiones de El Principito
Definitivamente, si hay un libro que se debe releer a lo largo de la vida ése es, sin duda,
El Principito. Ya nos habíamos acercado al mundo mágico de Saint-Exupéry hace años,
pero hemos extraído conclusiones muy distintas esta vez. Y éso es precisamente lo
mágico del libro, que evoluciona de la mano con el propio lector a lo largo de las
distintas etapas de la vida, con una lectura completamente distinta.