Plan de Clase Proyecto Monstruos
Plan de Clase Proyecto Monstruos
Plan de Clase Proyecto Monstruos
Plan de clase
Escuela/jardín: Jardín N° 903 “Juana Manso”
Objetivos
Percibir y reconocer
Representar esquemas simples a partir de la utilización de los elementos del lenguaje por
medio del dibujo.
Contenidos
Modos de Conocer
Indicadores de Avance:
En el sum del establecimiento las docentes ambientarán el espacio para poder desarrollar
el incentivo de la clase. Se colgará una tela blanca como fondo del escenario, unas telas
negras para cubrir el lugar donde se desarrollará la historia, una luz que estará situada en
el piso para generar sombras sobre el telón blanco. Desde este contexto se contará una
historia.
Inicio:
Las docentes, ubican a los niños, todos sentados mirando hacia el escenario que ya está
armado. Se presentan generando un breve intercambio con los niños, se crea el clima,
apagando las luces del sum y encendiendo la del escenario. Con música de fondo
comienza a leerse el cuento Nina y los Monstruos, en el transcurso de la lectura, se va
contando la historia con sombras que se van proyectando sobre la tela blanca, los sonidos
de ciertos personajes estarán presentes en el proceso.
Una vez terminado el cuento se hará en el lugar una puesta en común, donde los
docentes mediante preguntas guiarán a los niños sobre qué tipos de formas pudieron ver,
que características tenían los monstruos del cuento, etc.
Desarrollo:
Los docentes ingresan a las salitas con su respectivo grupo de trabajo. Los organizan
sentándolos por mesas de trabajo
Se retomará el diálogo con los niños acerca del intercambio realizado en el sum, se les
proponen componer un monstruo a partir del grafismo. Para ellos se repartirán hojas A4y
tizas húmedas. Durante el proceso de trabajo, las docentes recorren la sala, asisten a los
niños en el proceso de producción, realizan preguntas para enfatizar las características de
los personajes presentados
Cierre:
Terminada esta instancia, a medida que los niños terminen sus producciones los docentes
las presentarán en el pizarrón para visualizar y sociabilizar acerca de lo que representaron.
Para finalizar se llevará a cabo el acondicionamiento del lugar de trabajo.
Recursos: Telas, luces, computadora, cuento, siluetas de cartón, hojas tamaño oficio, tizas,
trapos húmedos, recipientes contenedores.
Evaluación
Criterios de evaluación
• El reconocimiento de algunas características de las obras (las formas figurativas o no, paleta de
colores, uso del espacio, composición, materiales utilizados, etcétera).
-En relación con el uso y el manejo de herramientas y materiales en la bidimensión
La utilización y las combinaciones intuitivas del color y las texturas con intencionalidad
representativa;
Monstruos pequeños.
Monstruos gordos.
Monstruos flacos.
Monstruos con cuernos, con dientes afilados, con tentáculos, con garras y hasta con cien patas.
Nada de nada.
Antes sí me asustaban, un día, me puse a hablar con uno de ellos y dejaron de asustarme.
Primero conocí a Cucurucho, el monstruo de la silla, una noche que hacía mucho frío y lo veía
temblar.
Cuando ves a un monstruo pasando frío, ya no te puede asustar. Le dejé una de mis mantas y nos
pusimos a charlar.
Me contó que ellos no nos quieren asustar, que se aburren mucho y les gustaría jugar, por eso
entran en nuestros dormitorios pero, luego, como son muy tímidos, no se atreven a hablar. Me
dijo que no es cierto que sólo salgan de noche, lo que pasa es que el resto del día estamos tan
distraídos con tantísimas cosas que no nos fijamos en ellos.
-¿Y los mayores? -le pregunté-. ¿Por qué ellos no los ven nunca?
Y me contó, además, que cuando los niños gritamos ellos se asustan muchísimo y les dan ganas de
llorar.
La noche siguiente conocí a Pochoclo, el monstruo del armario. Abrió la puerta salió, tropezó con
mis muñecas y... ¡zas!, se cayó.
La tercera noche le tocó el turno a Chocolino, el monstruo que se esconde bajo la cama. Las
pelusas le hicieron cosquillas en la nariz y lo oí estornudar.
La pobre es tan torpe que no encontraba el modo de salir entre las patas de la mesa.
Ahora son mis amigos y pasamos los días juntos. Jugamos. Nos reímos. Me cuidan. Nos cuidamos.
Y, por las noches, cuando todo el mundo está dormido, nos reunimos en mi cuarto y charlamos
muy bajito.
Por eso no temo a los monstruos porque cuando te ríes con ellos ya no te pueden asustar.
Fin