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La Fe Como Herramienta para La Razón y La Ciencia Como Apoyo para Razonar Mejor Nuestra Fe

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La fe como herramienta para la razón y la ciencia como apoyo

para razonar mejor nuestra fe


(…) La poca ciencia te aleja de Dios, mientras que la mucha ciencia te devuelve a
Él (…)

Sir Luis Pastuer. (1822-1895)

Concepto de fe: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo


que no se ve”

Biblia. Hebreos. Cap. 11Verso 21

(…) “La razón me prueba que existe un ser que confeccionó la materia de este
mundo” “Sentimos que dependemos de un ser invisible” (…)

Francisco María Arouet “Voltaire”

1964-1778.

Hablar de fe es decir CEER, pero ¿Hay capacidad en ellos para compartir e


impartir conocimiento teológico? ¿Hasta qué punto debemos creer? ¿Cuáles son
los parámetros o reglas a seguir? ¿Estoy en el derecho de saber que me
enseñan? ¿Es mi iglesia, congregación o grupo fiable a lo que dicen o enseñan?
¿Cómo hacer para no llegar a ser un fanático religioso? ¿Es necesario pertenecer
a un grupo para creer en Dios? ¿Qué dice la biblia sobre los grupos que creen en
Dios? ¿Cómo hago para no caer en este tipo de grupos dominantes con doctrinas
que no son del Señor? Estas interrogantes son pocos a las que muchas personas
se plantean.

En el mundo, se está cumpliendo una gran profecía para nuestros tiempos y es


que hay una gran necesidad de hambre y sed espiritual de la palabra de Dios, lo
encontramos escrita en el libro del profeta Amos Cap. 8 Versos 11. Nos enseña lo
siguiente:

He aquí vienen días, dice el Señor, en los cuales enviare hambre a la tierra, no
hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.

Para evitar estas son necesarias las acciones de lo que se enseña y se dice, hay
un dicho en mi llano:

“Del dicho al hecho, hay mucho trecho”

Refrán popular
A todas estas, lo que se ha venido perdiendo en diferentes congregaciones es el
accionar, el poner en práctica lo que dice, se enseña. Para esto nos vamos
relacionar con 2 ciencias “AXIOLOGIA Y DEONTOLOGIA”.

La primera trata sobre la disciplina filosófica que estudia los valores de las cosas,
y o es la disciplina filosófica que estudia los valores y su evolución histórica
muestras las huellas de la confrontación teórica entre escuelas de pensamientos a
menudo opuestas entre sí. De esto se desprenden ciertos principios tales como la
rectitud, integridad, honestidad, la dignidad humana, el servicio o idea de
contribuir, el potencial, entre nosotros. Esto nos lleva humanamente a ser
axiológico, ¿Qué quiero decir? Somos capaces de seleccionar los valores
morales, éticos estéticos y espirituales. Dando como resultado que la axiología es
la teoría filosófica encargada de investigar esos valores, con especial atención a
los valores morales.

La segunda: Parte de la ética que trata de los deberes y principios que afectan a
una “PROFESION” Ok, encierro esta palabra, porque tiene que ver con un oficio,
pero la vamos a implementar en profesión de fe.

Otro concepto: La deontología es la rama de la ética que trata de los deberes,


especialmente de los que rigen actividades profesionales, así como el conjunto de
deberes relacionados con el ejercicio de una profesión. A su vez, es parte de la
filosofía moral dedicada al estudio de las obligaciones o deberes
morales. Wikipedia.

Entonces hablar de fe, es decir creer, pero con acciones la misma Biblia nos
enseña en el libro de hebreos. 11. 6 “Que sin fe es imposible agradar a Dios…”

El Señor dijo en muchas oportunidades si pides: te daré, si buscas: hallaras, si


tocas: se te abrirá. En pocas palabras, la fe es ACCION, y eso es mostrar las
obras, porque vivimos por fe, más no por vista. (1ra de Cor. 5.7).

El oír nos lleva a que nuestra fe aumente. (Romanos 10:17)

¿Acaso el Señor no deja que estudiemos la ciencia, su método y metodología


científica?

Si fuera así, la Biblia no enseñara de ciencia y sabiduría, la misma dice que


debemos buscarla tal como buscamos la plata y el oro, para poder entender el
tema de Dios y hablar con práctica y conocimiento sobre El.

DESARROLLO
Al Comenzar el desarrollo de este mensaje me enfocare en las preguntas que
inquietan a muchos. ¿Hay capacidad en ellos para compartir e impartir
conocimiento teológico?

Comencemos con el ministerio del Maestro. El busco 12 hombres a los cuales


capacito durante 3 y medio año aproximado, esto me lleva a razonar, que es
necesario la preparación para “PROFESAR” nuestra fe, dentro del grupo habían:
Pescadores, un contador, Mateo, luego del ascenso del Señor a los cielos se
añadieron otros con profesiones destacadas. Entre los cuales destacan el Apóstol
Pablo, Dr. De la ley Mosaica, perito arquitecto en tiendas, poliglota (Hablar otras
lenguas) Lucas era médico, Tercio era secretario (Escriba) Marcos fue secretario
(Escriba) y ayudante de Pablo y Pedro. Un día leí algo así:

“El mundo llama hombres capacitados, Dios llama hombres para capacitarlos”

Desde esta perspectiva va mi aporte para ustedes: Es deber de formarnos con


valores éticos y ministeriales, recordemos que no tenemos al frente a cualquier
persona, ellos son los ojos de Dios, la niña de sus ojos.

Efesios 4:11-13
Reina-Valera 1960
11
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas;
a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del
13
ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a
la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

Es menester, repito, la preparación del ministerio, estamos viviendo los últimos


tiempos y debemos estar alerta.

La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.

Salmo. Cap. 119. Verso 130


13
Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. 14 No
descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la
imposición de las manos del presbiterio. 15 Ocúpate en estas cosas; permanece en
ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. 16 Ten cuidado de ti
mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo
y a los que te oyeren.

1 Timoteo 4:13-16 Reina-Valera 1960.


15
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene
de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

2 Timoteo 2:15 Reina-Valera 1960.


Continuando con la preguntas ¿Hasta qué punto debemos creer? Para disuadir
donde puede asistir para congregarse es menester tener conocimiento el siguiente
conocimiento: ¿A qué organización está afiliada? ¿si cumple los requisitos con su
país en el registro de cultos y servicios religiosos? ¿Si los ministros están
debidamente identificado con su carnet o dualidad de sus servicios como Pastor?
Hago esta observación la mayoría de aquellas personas que fungen como
ministros que no están registrados ni sujetos a ningún líder estén muy pendientes
de los locales que alquilan, por lo general trabajan de esta manera para estafar,
engañar, robar, y hacer fechorías, luego que hacen estas atrocidades se marchan
y nadie los conoce, ¿Por qué? Porque no hubo discernimiento de investigarlos, en
Colombia pasó un caso de un Pastor que solicitaba dinero para hacer la iglesia
más grande del mundo y ¡zúas! Desapareció como por arte de magia. En Lara un
hombre se hacía pasar por Pastor y duro como 35 días de campaña, hasta los de
la mala vida lo ayudaron a comprar sonido, terreno, instrumentos sillas, igualmente
vendió todo y se fue. Estamos viviendo estos tiempos malos, personas avaros,
amadores más de lo material que de Dios.

Esta pregunta la hacen muchos ¿Cuáles son los parámetros o reglas a seguir?

En la pregunta anterior les dije que estuvieran muy, pero muy pendiente acerca
del ministro u o iglesia que visitan, interroguen. ¿De dónde vienen? ¿Quiénes son
sus líderes principales? ¿Si tiene credenciales que los identifiquen como ministros
de culto? ¿Qué preparación teológica tienen? Si evaden estas preguntas, que son
muy sencillas y prácticas usted tendrá que salir rápido de allí y buscar una
congragación donde se cumple la palabra.

35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por
los otros. 36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A
donde yo voy, no me puedes seguir ahora; pero me seguirás después.

Juan 13:35 Reina-Valera 1960.

¿Cuáles son los parámetros o reglas a seguir?

Cada iglesia tiene reglas internas de convivencia en sus congregaciones, la


primera regla de fe, es la biblia de ella se desprenden cada una de nuestras
acciones, como dije en la respuesta de la pregunta anterior, la mejor es el amor
entre nosotros Eso no tiene padrote.

¿Estoy en el derecho de saber que me enseñan?


13
Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. 14 No
descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la
imposición de las manos del presbiterio. 15 Ocúpate en estas cosas; permanece en
ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. 16 Ten cuidado de ti
mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo
y a los que te oyeren.

1 Timoteo 4:13-16 Reina-Valera 1960.

Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado;


Y adquirir inteligencia vale más que la plata.

Proverbios 16 16. Reina-Valera 1960

¿Estoy en el derecho de saber que me enseñan?

15
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene
de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

2 Timoteo 2:15 Reina-Valera 1960

¿Es mi iglesia, congregación o grupo fiable a lo que dicen o enseñan?

11
Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la
palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas
cosas eran así.

Hechos 17:11 Reina-Valera 1960

¿Cómo hacer para no llegar a ser un fanático religioso?


Generalmente se clasifica al fanático como una persona ignorante e ingenua, con
un razonamiento apenas suficiente para justificar y defender sus creencias
mediante la agresión o ¿Qué dice la Biblia sobre el fanatismo religioso?

- El fanatismo es inherente a la condición humana, es el peor pecado de soberbia


del hombre, que cree estar en posesión de la verdad e intenta imponerla a otros
hombres, aunque sea derramando sangre. Si hay un pecado que Dios no puede
perdonar es que alguien mate en su nombre, nada hay más contradictorio.
juzgando a los demás como herejes.

¿Es necesario pertenecer a un grupo para creer en Dios?

A esta respuesta la dejare con este estudios tomado del internet.

¿Dónde dice la Biblia que hay que ser miembro de una iglesia?

¿Eres miembro de una iglesia? Quizás no lo veas necesario. Eso de ser miembro
de una iglesia no suena muy espiritual, ¿verdad? Suena más bien a papeleo, a
burocracia, justo lo que no necesitamos en la iglesia. Y hay cada vez más iglesias
que no tienen una membresía formal, oficial; los creyentes que asisten a la iglesia
son la gente de la iglesia y ya está. Y no pocos creyentes preguntan: “¿Dónde dice
la Biblia que hay que ser miembro de una iglesia?” Normalmente la pregunta es
retórica; no se espera una respuesta – ya se sabe que la Biblia no dice en ninguna
parte que haya que ser miembro de una iglesia, ¿verdad? Pero, ¿es así? Es cierto
que no hay ningún versículo de la Biblia que diga: “Hay que ser miembro de una
iglesia”. Pero yo sí creo que la Biblia enseña que todo creyente debería ser
miembro de una iglesia local. ¿Dónde lo enseña? Pues, aquí van siete
argumentos basados en cosas que dice la Biblia sobre el creyente y la iglesia
local:

1. Miembros del cuerpo de Cristo

En 1ª de Corintios 12 el apóstol Pablo compara a las personas que constituyen


una iglesia local con los miembros del cuerpo humano: “Así como el cuerpo es
uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo
muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo” (v.12). La comparación ocupa
buena parte del capítulo, y llega a una conclusión en el versículo 27: “Vosotros,
pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”. Aunque esto
se pueda debatir, parece ser que en el contexto se está hablando de la iglesia
local más que de la Iglesia universal. Soy consciente de que la palabra “miembros”
en este pasaje viene de la comparación con el cuerpo humano, y que por lo tanto
se puede considerar metafórica cuando se aplica a la iglesia. No obstante, para
que la comparación sea válida tiene que haber algo en la iglesia que corresponda
a los miembros del cuerpo humano, y no parece que haya ninguna buena razón
por la que este texto no pueda servir de punto de partida para una teología
neotestamentaria de la membresía de la iglesia local.

2. La multitud de nombres

Después de la ascensión de nuestro Señor, leemos que “en aquellos días Pedro
se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en
número), y dijo…” (Hch. 1:15), y a continuación el apóstol Pedro propone a los
hermanos la elección de un sucesor de Judas Iscariote. Ahora, lo que en este
pasaje bíblico atañe a nuestro tema es un detalle interesante – y yo diría bastante
significativo – en lo que viene entre paréntesis en el versículo 15. Una traducción
literal de las palabras entre paréntesis sería algo así: “Y la multitud de nombres
era, en total, sobre ciento veinte”. ¿Por qué “la multitud de nombres”? Si bien,
como apuntan algunos comentaristas, no es el único caso del uso de la palabra
“nombres” para “personas”, el lenguaje aquí se parece bastante al del libro de
Números, cuando se habla de los censos que hubo en aquel entonces – “la cuenta
de los nombres” (Nm. 1:2); “conforme al número de sus nombres” (Nm. 3:43); “la
cuenta de los nombres” (Nm. 26:53); etc. Parece al menos una posibilidad
razonable que Hechos 1:15 implique la existencia de algún tipo de registro de los
primeros cristianos, y que se hubiese contado el número de los nombres que
aparecían en ese registro. Si fuera así, sería otro indicio, muy temprano, del
concepto de una reconocida membresía de la iglesia.

3. Añadidos a la iglesia

En el siguiente capítulo de Hechos de los Apóstoles, el capítulo 2, se nos dice que


los nuevos creyentes fueron “añadidos a la iglesia”: “Se añadieron aquel día como
tres mil personas” (v. 41); “Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían
de ser salvos” (v. 47b). ¿Qué significa ser “añadido a la iglesia”? Es cierto que
podría ser una referencia a la Iglesia universal – cuando alguien llega a ser
creyente, cuando se convierte, pasa a formar parte de esa Iglesia universal, el
pueblo de Dios. Pero, ¿acaso no sugiere el contexto de Hechos 2 la iglesia local?
Si se considera el bautismo en agua una ordenanza de la iglesia local, ¿no parece
más natural, al leer: “Fueron bautizados; y se añadieron…” (v. 41), aplicar ambos
verbos al ámbito de la iglesia local? Tal vez el lenguaje aquí nos ayude a definir la
distinción (bastante importante) entre asistir a una iglesia y pertenecer a una
iglesia.

4. Unidos a la iglesia

Todavía en el contexto de la Iglesia cristiana primitiva, leemos en Hechos 5:13:


“De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos…”. En cambio, no mucho
tiempo después, Saulo de Tarso, recién convertido, “trataba de juntarse con los
discípulos” (Hch. 9:26a). En ambos textos la palabra griega para “juntarse” es la
misma palabra que se usa en el contexto de la unión matrimonial: “Por esto el
hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer…” (Mt. 19:5). Entonces,
aplicada luego esa misma palabra a la unión y la comunión espiritual entre los
creyentes, no parece que la idea sea la de juntarse en una simple reunión, como
cuando nos juntamos con nuestros amigos, sino más bien la de juntarse en un
vínculo más fuerte y permanente, como cuando se juntan dos piezas de una
misma cosa con pegamento. De hecho, ¡nuestra palabra “cola” (de pegar con
cola) parece estar relacionada con la palabra griega en cuestión! Otra vez, es la
diferencia entre ir a la iglesia y ser de la iglesia.

5. Elecciones en la iglesia

La Iglesia cristiana aún era muy joven cuando surgieron los primeros problemas.
Lucas nos habla de uno de esos problemas en Hechos 6: “Hubo murmuración de
los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas
en la distribución diaria” (v. 1). ¿Y la solución?: “Los doce convocaron a la multitud
de los discípulos, y dijeron: …Buscad…de entre vosotros a siete varones de buen
testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de
este trabajo” (vv. 2-3). Y así lo hicieron: “Agradó la propuesta a toda la multitud; y
eligieron a Esteban…” (v. 5). De este pasaje surgen las siguientes preguntas,
todas ellas relacionadas con el tema de la membresía de la iglesia: (1) ¿A quiénes
se dirigieron los doce apóstoles cuando surgió este problema?; (2) ¿Quiénes
podían participar en la búsqueda de los siete varones; (3) ¿Quiénes podían ser
propuestos y nombrados para el trabajo en cuestión?; y (4) ¿Quiénes eligieron a
los siete encargados de la distribución diaria? El pasaje sugiere una misma
respuesta a las cuatro preguntas: “los discípulos”. A la hora de solucionar
problemas, de tomar decisiones, de nombrar y elegir responsables, etc., tenía que
haber un reconocimiento claro de las personas que podían participar en todo ello.
¿Cómo se distinguía entre las personas reconocidas como creyentes o discípulos
y las personas que estaban con ellos pero que todavía no habían dado ninguna
evidencia de haberse convertido? No hace falta que insistamos en la palabra
“membresía”, pero el concepto parece necesario para este tipo de circunstancias.
Hechos 15 (el concilio de Jerusalén) es otro caso parecido: “Pareció bien a los
apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones…” (v.
22). No creo que sea difícil ver la necesidad hoy también de que se tenga claro
quiénes pueden y quiénes no deben participar en toda una serie de actividades y
responsabilidades en la iglesia local. La alternativa (que algunos han vivido) es el
caos de hacer todo en las reuniones públicas, en las que cualquier persona,
aunque no sea creyente, tiene voz y voto, con las (a veces) nefastas
consecuencias para la causa del evangelio.

6. Los pastores y sus ovejas

En Hechos 20 (vv. 17 y ss.) tenemos el discurso del apóstol Pablo a los ancianos
de la iglesia de Éfeso. En el versículo 28 leemos: “Mirad por vosotros, y por todo el
rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la
iglesia del Señor…”. Una de las lecciones de este pasaje parece ser que los
ancianos, los obispos y los pastores eran – y son – según el Nuevo Testamento,
las mismas personas (aunque luego se puedan hacer matizaciones, basadas en
algunos textos bíblicos). Pero otra lección, y una que tiene que ver con el tema
que aquí nos ocupa, es que los líderes espirituales de las iglesias locales han sido
puestos por el Espíritu Santo en el rebaño del Señor para que miren por las
ovejas. Es decir, tienen una serie de responsabilidades, y tienen derecho a contar
con una serie de actitudes, etc., de ciertas personas en particular: las personas
que constituyen ese rebaño del Señor. Un pastor (o anciano u obispo) no lo es de
todos los habitantes de su parroquia; es pastor de las ovejas del Señor de una
iglesia local en particular. Pero ¿quiénes son esas ovejas? ¿Son todas las
personas que asistan a la iglesia? ¿Son todos los creyentes que asistan a la
iglesia? Por supuesto, un pastor querrá ayudar y servir a todas las personas que
pueda; pero, ¿quién no sabe que hay incluso creyentes que no quieren ser
pastoreados por nadie? No, este texto y la existencia de pastores (bajo el Señor,
por supuesto) y ovejas también apuntan a la necesidad de un reconocimiento claro
de quiénes son los que forman la iglesia local – es decir, de una membresía de la
iglesia local.

7. Problemas en la familia

La palabra “iglesia” sólo se encuentra dos veces en los cuatro Evangelios: en


Mateo 16:18 y en Mateo 18:17. El contexto de la segunda de estas dos referencias
es el de la disciplina que tiene que haber en toda iglesia local: “Si tu hermano
peca…”. El Señor Jesucristo dice cuáles son los pasos que se deben dar en
aquellos casos que requieran esa disciplina. El tercer paso es: “Si no los oyere a
ellos, dilo a la iglesia” (v. 17). Cuando dice el Señor aquí: “la iglesia”, ¿a qué se
refiere? ¿A quiénes hay que decirlo? ¿A qué personas hay que informar de
cualquier caso que requiera disciplina? No parece muy apropiado anunciar a todos
los presentes en una reunión pública los detalles de un pecado que se ha
cometido, ¿verdad? Unos creyentes que estén visitando la iglesia ese día no
tienen por qué enterarse de todos los problemas de la familia, ¡y menos aun las
personas que ni siquiera son creyentes! Entonces, ¿cómo se hace? ¿Cuál es el
foro apropiado para tratar ese tipo de situaciones? Parece difícil dar una respuesta
convincente si no se cree en la membresía de la iglesia. En cambio, si existe esa
membresía, nada más natural que tratar problemas de la familia en el seno de la
familia que debe ser cada iglesia local. El apóstol Pablo secunda la enseñanza del
Señor sobre este tema en 1ª de Corintios 5 (entre otros pasajes), donde, en el
contexto de un caso de inmoralidad, pregunta a los creyentes en Corinto: “¿No
juzgáis vosotros a los que están dentro?” (v. 12). Y añade: “Porque a los que están
fuera, Dios juzgará” (v. 13). Parece más natural entender las palabras “dentro” y
“fuera” aquí no en el sentido físico – cualquier persona podría estar dentro de la
iglesia físicamente – sino en el sentido de pertenecer a la iglesia, de ser miembro
de la iglesia. Y, además, ¿cómo se puede practicar (cuando sea necesario) la
excomunión – este pasaje en 1.ª Corintios 5 trata ese tema – si no hay una
membresía de la iglesia?

Conclusión

Aunque a primera vista parezca bíblico, y hasta suene espiritual, afirmar que el
tener una membresía de la iglesia no es algo establecido por Dios, sino algo
impuesto por los hombres, creo que una reflexión seria sobre el tema llevará a la
conclusión de que el tener esa membresía de la iglesia es necesario, bueno y
bíblico. No se puede basar la teología cristiana en textos aislados: hay que
profundizar en la enseñanza bíblica. Sin duda, ¡esto requiere más trabajo! Y
hemos visto que lo que enseña la Biblia sobre el tema de este artículo es: (1) Que
los creyentes de una misma iglesia local han de ser “miembros” los unos de los
otros; (2) Que hay algunos indicios de una membresía en la iglesia primitiva; (3)
Que los primeros cristianos no solo asistían a la iglesia; pertenecían a la iglesia;
(4) Que en el Nuevo Testamento “juntarse” no significaba tanto estar con…, sino
más bien ser de…; (5) Que la necesidad de tomar decisiones (a veces muy
importantes), y de proponer, nombrar, elegir, ser elegido, etc., requiere un
reconocimiento claro de quiénes tienen voz y voto; (6) Que los pastores necesitan
saber con qué ovejas cuentan; y (7) Que existen problemas que son de la familia y
por lo tanto hay que saber quiénes son de la familia y quiénes no. Una de las
características de nuestros tiempos es la falta de compromiso, ¿verdad? Es así en
todos los ámbitos de la vida. Pues, una iglesia cristiana difícilmente puede ser lo
que el Señor quiere que sea sin que haya creyentes comprometidos – con el
Señor y con su causa – o sea, ¡verdaderos miembros de iglesia!

Andrés Birch es miembro del concilio de Coalición por el Evangelio. Es un


misionero británico, actualmente es el director de la European Mission
Fellowship (Fraternidad Misionera Europea), en el Reino Unido. Puedes seguir a
Andrés en Twitter.

¿Qué dice la biblia sobre los grupos que creen en Dios?

Somos el cuerpo de Cristo, el Apóstol Pablo enseño que somos y pertenecemos a


su cuerpo en 1 era de Corintios cap., 8 versos 13

¿Qué es el cuerpo de Cristo?


Corpus Mysticum (en latín), cuyo significado es Cuerpo místico de Cristo o más
genéricamente Cuerpo de Cristo es el nombre dado a la Iglesia como
un cuerpo único en que Pablo describe a la Iglesia como un cuerpo único, siendo
el propio Cristo su Cabeza.

¿Cómo entiendes la frase La Iglesia es el cuerpo de Cristo?


Es una forma típica de comparación que vamos a encontrar en San Pablo, porque
él habla de la Iglesia como un cuerpo donde todos los miembros diversos
contribuyen al bien del mismo.

¿Cómo hago para no caer en este tipo de grupos dominantes con doctrinas que
no son del Señor?

Vivir una vida de ayuno oración y lectura bíblicas, de no dejándonos de congregar


como muchos tienen por costumbre. Hebreos 10:25.

DIOS LES BENDIGA SU HERMANO Y PASTOR JESUS MEDINA

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