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Alienación Parental Caso Luci C. Vs Rodolfo V.

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Universidad de Guadalajara

Centro Universitario de los Lagos (CULAGOS)/Sede San Juan


de los Lagos
Abogado Semiescolarizado

Soraima de Sanjuan Plascencia Jiménez


3º Semestre

ESTUDIO DE CASOS DE
INSTITUCIONES JURIDICAS III

Juan José Acevez Gómez

TRABAJO FINAL

San miguel el alto, jalisco a 25 de noviembre de 2022


1
Contenido
INTRODUCCIÓN..................................................................................................................................3
ALIENACIÓN PARENTAL......................................................................................................................4
RESUMEN DE LOS HECHOS.................................................................................................................5
LA INTERVENCIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO EN JUZGADOS FAMILIARES ANTE LA ALIENACIÓN
PARENTAL..........................................................................................................................................7
CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO..............................................................................................................9
ESTRATEGIAS LEGALES PARA LOGRAR EL SAP..................................................................................10
LA ALIENACIÓN PARENTAL EN LA CONSTITUCIÓN...........................................................................11
ALIENACIÓN PARENTAL EN LA CONVENCIÓN DE NACIONES UNIDAS SOBRE LOS DERECHOS DEL
NIÑO DE 1989..................................................................................................................................12
ALIENACIÓN PARENTAL Y DERECHOS HUMANOS EN EL MARCO JURÍDICO NACIONAL. ALGUNAS
CONSIDERACIONES..........................................................................................................................13
AUTONOMÍA PROGRESIVA DE LOS DERECHOS DE LA INFANCIA......................................................14
ACERCA DEL DERECHO DE CONVIVIR CON SUS PROGENITORES......................................................14
DERECHO A LA IDENTIDAD...............................................................................................................15
EFECTOS DE LA ALIENACIÓN PARENTAL...........................................................................................15
ALIENACIÓN PARENTAL Y CONDUCTAS RELACIONADAS CON ÉSTA EN LOS CÓDIGOS PENALES......18
CONCLUSIÓN....................................................................................................................................20
BIBLIOGRAFÍA...................................................................................................................................22

2
INTRODUCCIÓN
La situación de los niños y niñas implicados en la separación de sus padres se
complica aún más si los divorcios son de un alto nivel de conflicto, ya que en
muchas ocasiones la persona que ostenta la guarda y custodia no deja que el otro
progenitor vea a los hijos.
En general, los padres con un alto nivel de conflicto tienen discusiones frecuentes
y tratan de debilitar y sabotear el papel del otro como padre, devaluándolo. Esto
comienza cuando uno de los padres discute o a habla de forma negativa acerca
del otro enfrente del niño o incluso cuando llega al extremo de hacer que el niño
transmita mensajes que incluyen insultos y amenazas al otro progenitor, lo cual
pude haber comenzado inclusive desde antes de la separación. En estas
circunstancias el problema se vuelve muy complejo, ya que el conflicto de pareja
en lugar de resolverse, se recrudece con la separación y en muchos de los casos
puede tocar aspectos psicológicos profundos de cada una de las partes,
generando una interacción sumamente complicada entre ellos que afecta
directamente a los hijos.
El conflicto entre los padres prepara de manera directa el escenario para que los
hijos se alejen del progenitor con el que no viven. Gardner12 estudió este
fenómeno, siendo el primero en hacer una descripción minuciosa de lo que sucede
cuan do los hijos rechazan sistemáticamente al padre con el que no viven y lo
nombró Síndrome de Alineación Parental, en los años ochenta. Lo define como:
Un desorden que surge principalmente en el contexto de las disputas de custodia
de los hijos. Es principalmente la manifestación de la campaña de denigración del
niño contra un padre, campaña que no tiene justificación. Es el resultado de la
combinación de la adoctrinación sistemática de uno de los padres y de la propia
contribución del niño.
Al hablar de alienación parental nos referimos a un fenómeno que cada día afecta
a un mayor número de niñas, niños y adolescentes, así como a familias
involucradas en situaciones de conflictos conyugales o que enfrentan procesos de
separación o divorcio emocional.
Es de suma importancia que las familias estén conscientes de que tienen en sus
manos la responsabilidad de que los niños, las niñas y los adolescentes sean
personas felices y fuertes, con la confianza de ser respetados y de formar parte
importante de un proyecto de vida.
Las niñas y los niños no pueden crecer y ser personas, en todos los sentidos, si a
lo largo de su infancia se les ha enseñado que un padre al que antes querían y

3
que les dedicaba tiempo, ahora es alguien odiado. Esta distorsión de la realidad
afectará sus futuras relaciones con otras personas.

ALIENACIÓN PARENTAL
El término se refiere a la conducta llevada a cabo por el padre o madre que
conserva bajo su cuidado al hijo(a) y realiza actos de manipulación con la finalidad
de que el menor de edad odie, tema o rechace injustificadamente al progenitor que
no tiene su custodia legal.
Como consecuencia, las visitas y convivencias que tendrían que llevarse a cabo
de manera regular, en las fechas y horarios acordados por las partes, o en su
defecto establecidos por el Juez que conoce del caso, enfrentan toda clase de
obstáculos por parte de quien aliena o manipula, que van desde el chantaje,
propiciar la culpa, la incomodidad o la pérdida de aprecio del hijo(a) hacia el otro
progenitor. El tema de la alienación parental se ha pensado de manera más
frecuente en casos de separación de parejas y divorcio, sin embargo, es posible
identificarlo en parejas que aún no han iniciado ese proceso.
Para el psicólogo clínico y forense José Manuel Aguilar, la alienación parental
genera un síndrome (conjunto de signos y síntomas que caracterizan una
enfermedad), el cual define como: “un trastorno caracterizado por el conjunto de
síntomas que resultan del proceso por el cual un progenitor transforma la
conciencia de sus hijos, mediante distintas estrategias, con el objeto de impedir,
obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor, hasta hacerla
contradictoria con lo que debería esperarse de su condición”
Sin embargo, el mismo autor nos comenta que el primero en definir el síndrome de
alienación parental fue Richard Gardner en 1985, quien también es Psiquiatra
Clínico y define este fenómeno como un trastorno que surge principalmente en el
contexto de las disputas por la guarda y custodia de los niños, cuya primera
manifestación es una campaña de difamación contra uno de los padres por parte
del hijo, campaña que no tiene justificación. El fenómeno resulta de la
combinación del sistemático adoctrinamiento (lavado de cerebro) de uno de los
padres y de las propias contribuciones del niño dirigidas a la denigración del
progenitor objetivo de esa campaña.

4
RESUMEN DE LOS HECHOS
Todo comienza en 2014 cuando la señora Lucía C. Y el señor Rodolfo V. Deciden
terminar su matrimonio. De su matrimonio tienen dos hijas Natali V. Y Hadday V.
Tras varias ocasiones de separación, deciden terminar su matrimonio después de
muchas discusiones por el motivo de que la señora Lucia se desatendía de las
menores por irse de fiesta, llegar en estado de ebriedad y a unos minutos de que
el señor Rodolfo tuviera que irse a trabajar. El Sr. Rodolfo iniciaba sus labores a
las 04:00 am de lunes a sábado en una panadería.
El sr. Rodolfo se encontraba en compañía de un amigo de confianza quien le
estaba ayudando al cuidado de las menores, ya que una de ellas presentaba
fiebres muy altas y para que en dado caso de que la señora Lucia no se
presentara antes del horario laboral del Sr. Rodolfo hubiera quien las cuidara
mientras la Sra. Llegaba.
Al arribo de la señora a su domicilio, el sr. Rodolfo le cuestiono el no responder a
las llamadas telefónicas que éste le había realizado para avisar el estado de salud
de su hija, a lo cual la Sra. Lucia respondió con violencia agrediendo física y
verbalmente a su marido, pero debido a su estado de ebriedad, al querer empujar
al sr. Rodolfo cayo al piso, siendo testigo de todo lo sucedido el señor Fernando
amigo de éste.
Tras la separación, comienzan los problemas por la convivencia con las menores,
aunque no eran tan notorios sino hasta que el señor Rodolfo comienza una nueva
relación sentimental.
Para este punto la señora Lucia mantiene la postura de no convivencia alegando
que las menores no tienen que pasar tiempo con la nueva pareja sentimental del
señor Rodolfo.
Las menores en varias ocasiones hicieron comentarios de que su madre decía
que su padre era una mala persona porque las había abandonado por otra mujer y
la había golpeado sin mencionar la larga cantidad de palabras ofensivas para
referirse al padre de las menores.
Las cosas se complican un poco más cuando el señor Rodolfo y su nueva pareja
sentimental deciden embarazarse, pues la señora Lucia comienza a decirle a sus
hijas que su padre ya no las quiere y por eso va a tener un bebé. Para este punto
las menores tienen una buena relación con la nueva pareja de su padre al punto
en el que las menores le dicen que quieren que ella sea su mamá frente a su
madre, lo que la señora lucia toma a mal.

5
A raíz de esto la convivencia de las menores con el padre comienza a presentar
problemas, pues la señora Lucia niega este derecho en repetidas ocasiones
alegando que las niñas son manipuladas.
Los problemas continúan por la pensión alimentaria pues, aunque el señor Rodolfo
le daba un poco más de lo establecido por la ley la señora Lucia quería más
porque si tenía para comprar un vehículo, tenía para darle más de pensión.
Una ocasión el señor Rodolfo le dijo que ya no le daría pensión en efectivo, que lo
daría en especie pues la señora Lucia estrenaba ropa y calzado cada 8 días y las
menores siempre traían los zapatos rotos y al señor Rodolfo no le parecía justo
que anduvieran así. Esto molesto a la señora Lucia y negó la convivencia de las
menores por más de un mes, hasta que la pensión volvió a darse en efectivo.
La señora lucia cito al señor Rodolfo ante un abogado él cual le hizo mención que
debido al sueldo y a un nuevo menor por parte del señor Rodolfo la pensión era
menos de lo que estaba percibiendo. Llegado el día de la convivencia, la señora
Lucia la negó, y ya no quiso la pensión alimenticia para sus hijas. Por su parte, el
señor Rodolfo procedió a abrir una cuenta bancaria a nombre de su hija Hadday V
y comenzó a depositar la pensión alimenticia en dicha cuenta, lo cual sucede
hasta el día de hoy.
El señor Rodolfo buscó los medios para seguir viendo a sus hijas, yendo a la
escuela de las menores a la hora del receso y así poder verlas ya que cuando las
veía en alguna calle de la ciudad y las saludaba, la señora Lucia les jalaba el pelo
o las pellizcaba si respondían el saludo. Esta violencia también ocurría si las
menores saludaban a la pareja sentimental de su padre, por lo que ésta optó por
dejar de saludarlas.
La señora Lucia hizo mención en la escuela de que el padre de sus hijas no podía
estar cerca de ellas y se le niega la entrada.
Con el paso del tiempo las menores crearon un sentimiento de rechazo contra su
progenitor. El señor Rodolfo fue a casa de sus hijas a buscarlas, pero éstas lo
corrieron alegando que no querían volver a verlo porque éste las había
abandonado por otra mujer, porque golpeaba a su madre, que jamás cuido de
ellas, a pesar de que él era quien les preparaba alimentos, las llevaba a la
guardería, las bañaba y cuidaba de ellas, y que no las buscaba, aun cuando las
veía en la escuela y estaba afuera de su casa. La señora Lucia le decía en todo
momento a la menor que palabras debía decirle a su padre y hacia gestos de
aprobación o desaprobación con cada palabra que mencionaba la menor.

6
LA INTERVENCIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO EN JUZGADOS
FAMILIARES ANTE LA ALIENACIÓN PARENTAL
La institución del Ministerio Público se encuentra sustentada a nivel constitucional,
como puede advertirse en el precepto 21. Realizan sus funciones los
representantes sociales adscritos a los Juzgados, resaltando la protección y
representación de los intereses individuales y sociales de los niños, niñas y
adolescentes, procurando en todo momento el interés superior de los menores
sobre otros intereses o cualquier eventualidad.
Y en esa virtud, “se entenderá como interés superior del menor la prioridad que ha
de otorgarse a los derechos de las niñas y los niños respecto de los derechos de
cualquier otra persona, con el fin de garantizar, entre otros, el derecho a la salud
física y mental, alimentación y educación que fomente su desarrollo personal
dentro de un ambiente de respeto a su persona y las decisiones del menor de
acuerdo a su edad y madurez psicoemocional”.
El Ministerio Público debe tener una gran sensibilidad y capacidad para poder
abordar los conflictos de los padres sin olvidar en ocasiones a todos los miembros
de sus respectivas familias, quienes se disputan a sus hijos como si fueran un
botín de guerra; sí de guerra, que al acudir al Juzgado de lo Familiar con el fin de
que se determine la custodia así como un régimen de convivencias y el pago de
los alimentos de sus hijos, éstos pasan a un segundo plano, sin importar su interés
superior, violentando así los derechos de los menores.
Así, los padres centran toda su atención en “ganar el juicio a su contrario” a costa
de la seguridad y bienestar de sus hijos, a quienes hacen partícipes del conflicto y
como consecuencia del procedimiento judicial, involucrándolos de tal manera que
pretenden que sean los hijos quienes decidan por ellos y resuelvan el problema de
sus padres. Es decir, los manipulan para que decidan quedarse con uno de ellos,
sin advertir el daño psicológico que ocasionan a su hijo durante el proceso judicial
de su separación. Los padres llegan a actuar de una forma irracional o
inconsciente, tanto en el lugar donde conviven con sus hijos, como en el juicio
frente al Juez y al Ministerio Público.
La ley ordena que, ante el conflicto para determinar la custodia de los hijos, el
Juez debe señalar la fecha para que tenga verificativo una audiencia para
escuchar al menor, con la presencia del C. Agente del Ministerio Público y ahora
con el asistente del menor. De ser necesario, se solicita la presencia de un
psicólogo y sin la presencia de los padres, con el fin de que los menores puedan
expresarse con toda libertad y señalar de forma espontánea por qué sí y por qué
no desean convivir con su padre o madre según sea el caso.

7
Esta audiencia es el momento crítico para los menores, ya que al escucharlos se
percatan que, por lo general, el hijo se expresa mal del padre con el que no vive.
Aquí inicia su conflicto interno, en razón de que no tiene a su lado al padre con el
que reside para que lo apoye en ese momento, por lo cual es lógico que se ponga
nervioso y muestre ansiedad, que en ocasiones termina en llanto por haber
olvidado lo que le indicó su progenitor y cómo tenía que decirlo ante el Juez y el
Ministerio Público. Esto es preocupante porque el padre manipulador hace creer a
su hijo ciertas vivencias que no han ocurrido y el menor tiene que expresarlas
como si las hubiera experimentado. Todo el sufrimiento que en ese momento
padece y siente el menor se debe a que el padre con el que vive lo ha aleccionado
para que se pronuncie en su favor y hable cosas absurdas e indebidas del otro
progenitor, con quien no quiere ir a vivir. Sin embargo, lo más grave para los hijos
se presenta cuando ante cualquier adversidad el padre alienador ha convencido al
hijo a través de un proceso estratégico, de tal manera que todo lo que le refiera
respecto del otro padre que no vive con el hijo, éste lo cree. En este contexto, el
menor asume la forma o personalidad del padre alienador, haciendo suyo el
conflicto de sus padres, pero siempre dándole la razón al padre alienador con el
que vive.
Entonces, llega a ocurrir que el menor, con esa “fortaleza falsamente adquirida”,
ya no necesita de su padre o madre alineadora para comparecer a ser escuchado
ante el Juez y el Ministerio Público en la audiencia y manifestar una serie de
cuestiones denigrantes contra su otro progenitor –inclusive relacionadas con
aspectos jurídicos y en especial con los escritos y constancias que este(a) ha
presentado en el juicio–, a quien ha empezado a odiar y a quien de repente, sin
que se haya dado cuenta, le manifiesta que ya no lo quiere y le reclama por hablar
mal del padre con el que vive. En ese momento afirma con toda seguridad que
nadie le ha dicho lo que tiene que decir, que lo dice porque lo siente y que además
está “perfectamente consciente” del trámite del juicio que están llevando sus
padres, toda vez que él mismo lee los escritos al lado del progenitor con el que
habita.
Si el Ministerio Público no pone la debida atención, se puede pensar que el niño,
niña o adolescente, al ser escuchado, expresa de una manera libre y espontánea
su rechazo hacia el progenitor con el que no desea convivir. Sin embargo, al
exponer sus razonamientos, se puede percatar de que no son congruentes, que
maneja conceptos que no son acordes con su capacidad de discernir. En
consecuencia, solicitamos al juez se practiquen estudios psicológicos tanto a las
partes como a los menores, para que dichos dictámenes auxilien a pronunciarse
respecto a cuál de los padres es el más apto para detentar la guarda y custodia de
sus hijos. En realidad, los menores no deberían ser sometidos a dichos estudios,
como si fueran parte del procedimiento, además de experimentar el problema de

8
la separación de sus padres. No obstante, estos y otros estudios se hacen
necesarios para que el Juez cuente con mayores elementos para dictar una
sentencia en beneficio de los hijos de las partes en conflicto. Al final, los hijos
resultan ser los más dañados, quedando en un estado psicoemocional deplorable
que en la mayoría de las ocasiones los padres no perciben.
Aún con estas diferencias marcadas y a pesar de que el SAP no tiene una
definición o catalogación unánime, se pueden observar ciertas conductas que
describen este procedimiento o afectación. Todas las conductas que se describen
a través del SAP son tendientes a crear en los hijos sentimientos de rechazo
contra uno de los padres, sentimiento que los hijos argumentan como propios y
que caracterizan a la alienación parental. El proceso de construcción del SAP
tiene dos fases definidas:
1. Una campaña de desprestigio e injurias por parte del progenitor custodio (la
denominada educación en el odio en el hijo menor)
2. El menor interioriza esos argumentos efectuando, de manera independiente, los
ataques al otro progenitor hasta rechazar el contacto con él (la expresión del odio
en el hijo ya educado)

CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO
Los criterios de identificación o de diagnóstico del SAP –o de aquello que implica
estas situaciones anómalas de los hijos hacia el padre, por lo general no
conviviente– dependen de la sintomatología en el niño:
1. Campaña de injurias y desaprobación
2. Explicaciones triviales para justificar la campaña de desacreditación
3. Ausencia de ambivalencia en su odio hacia el progenitor
4. Autonomía de pensamiento
5. Defensa del progenitor alienador
6. Ausencia de culpabilidad
7. Escenarios prestados y,
8. Extensión del odio al entorno del progenitor alienado.39 No obstante, estos
criterios de diagnóstico tienen importantes resquicios porque todas las pruebas
periciales, entrevistas y apreciaciones clínicas están saturadas de dichos criterios
de diagnóstico pero hay que ir más allá, hay que moverse de dichos parámetros,
de dichos criterios, e incluir evidencia científica –no manipulable– que demuestre

9
el daño y que deje claro que podemos hablar de síndrome de alienación parental o
de alienación parental.

ESTRATEGIAS LEGALES PARA LOGRAR EL SAP


La pauta conductual que define al SAP abre el abanico de posibilidades legales
para lograr su desarrollo. Si bien es cierto que la alienación parental, al ser una
forma en la que se juega con las emociones de los menores, puede perfectamente
ser ubicada como una forma de violencia familiar que se ejerce sin que, por regla
general, se detecte como tal y por lo tanto sus consecuencias permanecen
impunes u ocultas, y, por otra parte, “este padecimiento está estrechamente
relacionado con el uso inadecuado de recursos legales –falsas denuncias de
abusos sexuales y malos tratos, y uso de la terapia familiar tradicional y la
mediación para prolongar el conflicto”.
El dilema que se plantea ante estas situaciones que demeritan la función principal
del derecho hacia la protección integral de los menores involucrados, víctimas de
violencia tanto activa como pasiva, es la que en principio hace insostenible la
calificación del SAP ante un abuso de este calibre, en donde lamentablemente se
conjuntan los vericuetos legales con la falta de la “credibilidad” por parte de los
funcionarios de las denuncias del padre o madre alienado, la mala integración de
un expediente, etcétera. En definitiva, junto a las formas “tradicionales” de
violencia activa y pasiva, también encontramos en la actualidad dos formas de
violencia adicionales correlacionadas con el tema que estamos abordando y así se
nos presenta la violencia patrimonial y la violencia legal.
La violencia patrimonial se refiere al despojo de los bienes materiales y la violencia
legal se encamina al abuso de los apoyos jurídicos-legales, y ambas surgen
principalmente en contextos de separaciones o divorcios en donde las
propiedades y/o hijos se encuentran en disputa. De este modo, la alienación
parental también puede traer consigo estos tipos de violencia en contra del
progenitor alienado. De nueva cuenta, esos hechos seguramente tendrán
repercusión en el menor. Como puede observarse, la alienación parental está
conformada por una serie de actos violentos que difícilmente pueden detectarse
pero que, sin duda, constituyen una amenaza contra el orden familiar y, más aún,
contra el desarrollo y protección de los derechos fundamentales de los menores.
Se debe recordar que en la actualidad la protección de los menores ha tomado
más fuerza, y su protección debe anteponerse a los derechos, deberes e intereses
de los padres. La realidad actual nos fuerza a retomar una y otra vez las
diferencias sutiles de violencia familiar hacia los menores. Así, las interferencias
parentales o el extremo de éstas, el denominado SAP, hacen necesario abordar el

10
análisis del mismo y sus implicaciones derivadas. No se trata de una cuestión
banal y las consecuencias dependerán, del buen diagnóstico en uno u otro
sentido, para el menor que es víctima de la violencia familiar en los casos
concretos y puntuales de los conflictos interparentales.

LA ALIENACIÓN PARENTAL EN LA CONSTITUCIÓN


Expresamente tenemos que en México, a partir de la firma y ratificación de la
mencionada Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de 1989 y dada
su trascendencia e impacto, se han realizado una serie de reformas de gran
relevancia, entre la que destacamos aquella al artículo 4 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, en el cual eleva a rango constitucional, desde
la fecha de su publicación en el Diario Oficial de la Federación del 7 de abril de
2000, el derecho de “los niños, niñas y adolescentes a la satisfacción de sus
necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su
desarrollo integral”, es decir, incorpora, por primera vez en el ordenamiento
jurídico mexicano, una descripción amplia, y sobre todo puntual, de los derechos
de niños y niñas.
Si ligamos este artículo 4 constitucional, en su párrafo noveno, con el tema de la
alienación parental, tenemos que en él se establece la obligación, en primer lugar,
de los ascendientes, tutores y custodios de preservar los derechos de los niños y,
de forma subsidiaria, la intervención del Estado. Esta disposición constitucional
entiende que los padres son los primeros destinatarios de las obligaciones y
facultades a través de las cuales se garantiza el correcto desarrollo de los
menores. De esta forma, la alienación parental, además de constatarse como
violencia en contra de los menores, también es un incumplimiento a la obligación
impuesta por la Constitución, ya que a través de ella son los propios padres, o
quienes tengan la custodia del menor, quienes obstaculizan su libre desarrollo.
La aprobación de la ley reglamentaria del mencionado artículo 4 constitucional, la
Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes,
complementó el proceso iniciado desde la ratificación de la Convención de 1989,
subrayando la prioridad de la aplicación del interés superior del niño, niña y
adolescente al referirse, entre otras expresiones, a que “el niño viva en familia” y
que el niño “tenga una vida libre de violencia”. La Ley sobre la Protección de las
Niñas, Niños y Adolescentes, a lo largo de sus artículos, contiene disposiciones de
interés para el tema de la alienación parental. En primer lugar, en su artículo 2
párrafo primero fracción II y párrafo segundo, articulo 6 fracciones I, XII, XIII y XV,
y articulo 11 por mencionar algunos.
Además, en el artículo 12 se enuncia la igualdad de los padres con respecto al
cuidado y educación de los hijos y se señala, de forma clara, que el hecho de que

11
los progenitores no vivan en el mismo hogar, no impide que cumplan con sus
obligaciones. De esta misma forma, en el artículo 9, y un poco remarcando lo
establecido en el mencionado artículo 11, se establece que los niños tienen
derecho a un crecimiento sano y armonioso, tanto en el aspecto físico como
mental. Así, nuevamente la alienación parental atenta contra el derecho
consagrado en este artículo.

ALIENACIÓN PARENTAL EN LA CONVENCIÓN DE NACIONES


UNIDAS SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO DE 1989
la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño de 1989
definitivamente es un parteaguas en la regulación sobre los derechos del niño, al
ser, además del primer instrumento internacional con fuerza vinculante sobre la
materia, un instrumento integral, dado que entre sus disposiciones podemos
encontrar un extenso catálogo de derechos reconocidos a los menores, así como
obligaciones Estatales y medios de control.
Se considera un Convenio integral al contener el mencionado catálogo de
derechos de los menores, entre los cuales se incluyen derechos individuales,
económicos, sociales y culturales. Entre los derechos más destacables
reconocidos a los menores, desde nuestra perspectiva y para los términos que
convienen a esta contribución, encontramos: la libertad religiosa, la libertad de
asociación, el derecho a un nivel de vida suficiente, el derecho a la educación, y la
protección integral de la familia, consagrada en los artículos 9, 10 y 11 de la
Convención.
En el caso que ahora tratamos, la alienación parental y la sustracción y mediación
familiar internacional, los artículos 9, 10 y 11 resultan de suma importancia puesto
que se enfocan en la protección integral de la familia.
El artículo 9 señala el derecho del niño a no ser separado de sus padres, a menos
de que la autoridad judicial determine, con base en “el interés superior del menor”,
que dicha separación es conveniente, ya sea porque el niño es objeto de maltrato
o descuido por parte de sus progenitores. En su párrafo tercero, y en clara
continuación, expresa que el niño que esté separado de uno o de ambos padres,
tiene derecho a mantener contacto con sus progenitores, aún en el caso de la
interrupción de la convivencia, por lo que el Estado deberá garantizar dicha
convivencia. En este punto cabe señalar que la convivencia entre el padre y el hijo
debe ser permitida por el “padre tenedor” a través de cualquier medio. Así, la
intercepción de correspondencia, prohibir las llamadas telefónicas, evitar los
encuentros personales, son algunas formas en la que se viola este derecho
fundamental del menor.

12
En este mismo sentido, el artículo 10, complementario del artículo 9, señala que el
niño cuyos padres residan en diferentes Estados tendrá derecho a mantener
periódicamente relaciones personales y contactos directos con ambos, es decir,
que los Estados deberán asegurar el derecho del niño a la convivencia con sus
progenitores, a pesar de que estos habiten en diferentes Estados, por lo que se
deberá permitir la movilidad tanto del menor como de los padres. Como ya lo
señalábamos, el derecho del menor a la convivencia con los padres no puede
verse mermado por las acciones de uno de los progenitores o por las acciones del
Estado al ser un derecho fundamental de la niñez y, como tal, debe ser respetado.
En cuanto al artículo 11 del mismo cuerpo normativo internacional, éste señala el
caso de los traslados ilícitos de menores, un tema que está íntimamente
relacionado con el otorgamiento de guarda y custodia. El traslado ilícito de
menores puede ser una forma de alienación parental, en donde el padre no
conviviente sustrae al menor que está a cargo del ex cónyuge y en consecuencia
se vulnera el derecho del menor a la convivencia con los padres, y el
derecho/deber del padre de guarda y custodia. De un simple repaso, realmente
somero, a la normativa que constituye la Carta Magna de la Niñez, es decir, la
Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño de 1989, podemos
perfilar que la alienación parental es una forma de violencia en contra del
menor, y en virtud de ella se origina responsabilidad penal y civil del padre
que ejerce dicha violencia.

ALIENACIÓN PARENTAL Y DERECHOS HUMANOS EN EL MARCO


JURÍDICO NACIONAL. ALGUNAS CONSIDERACIONES
Para abordar el tema de la alienación parental como una afectación a los derechos
humanos de la niñez, es menester remitirnos a la Doctrina de Protección Integral,
así como al Principio del Interés Superior y a la Autonomía Progresiva de los
Derechos de la Infancia, ya que éstos implicaron la necesidad de crear nuevos
marcos teóricos y de referencia que trajeron también cambios institucionales como
resultado de la búsqueda del reconocimiento de la personalidad de niñas, niños y
adolescentes.
Uno de los avances alcanzados con la Convención Internacional sobre los
Derechos del Niño es el cambio de paradigma con respecto a la infancia. La
Convención se fundamenta en la doctrina de la protección integral, que reconoce a
los niños como sujetos de derecho, es decir, que de acuerdo con su desarrollo
tienen capacidad para involucrarse en los asuntos que les conciernen, asumiendo
de igual modo las responsabilidades inherentes al cumplimiento de deberes; en
suma, les otorga el ejercicio paulatino de la ciudadanía. Con la doctrina de la
protección integral ya no se habla de menores sino de niñas, niños y adolescentes
o jóvenes, se reconoce su condición de sujetos de derecho, se incluye a todas y a
13
todos, se promueven sus derechos, se asume su carácter de personas en
desarrollo, capaces de ir adquiriendo responsabilidades progresivamente, con
potestad para expresar su opinión. Como se mencionó con anterioridad, hubo un
cambio doctrinario: de la doctrina de la situación irregular se pasó a la doctrina de
la protección integral.

AUTONOMÍA PROGRESIVA DE LOS DERECHOS DE LA INFANCIA


Hablar de autonomía progresiva remite a la necesidad de construir una nueva
concepción del niño(a) y de la forma en que ahora se relaciona con su familia,
comunidad, sociedad y el Estado. Asimismo, conlleva la obligación de cambiar el
paradigma tradicional e identificarlos como personas, donde la infancia sea una
etapa de desarrollo efectivo y progresivo de la autonomía personal, social y
jurídica. De ahí que el niño(a) además de ser sujeto de derechos, también sea
susceptible de tener deberes a su cargo. A partir de este momento, niñas, niños y
adolescentes no pueden seguir siendo definidos como objetos de protección de
políticas asistencialistas, sino como titulares de derechos que ameritan una supra-
protección o medidas especiales de protección, dadas con base en su condición.
También se supera la definición tradicional hecha a través de su incapacidad, para
pasar a ser reconocidos como sujetos de pleno derecho.

ACERCA DEL DERECHO DE CONVIVIR CON SUS


PROGENITORES
En ocasiones, como resultado de desavenencias conyugales, el derecho a convivir
con el padre y la madre, no puede ejercerse debido a la separación o el divorcio.
Este derecho consiste en la posibilidad real de toda niña, niño o adolescente a
vincularse con cualquiera de sus progenitores en caso de conflicto entre éstos.
Este derecho está íntimamente relacionado con el derecho a la identidad, pues los
componentes que la integran derivan, en gran medida, de las relaciones y los
antecedentes familiares que pueden verse seriamente dañados e incluso
acabados por las conductas de manipulación de cualquiera de los progenitores en
contra del otro, impidiendo el desarrollo de visitas y convivencias en caso de no
continuar con la vida en pareja. Para ampliar más lo anterior, se ha afirmado que:
“es la familia la primera mediación del yo al nosotros, a donde las personas
aprenden una serie de valores y prácticas fundamentales para su desarrollo
futuro”. También es dable pensar que las malas prácticas como la alienación
parental puedan ser aprendidas y llevadas a cabo en algún momento de la vida.
Las relaciones familiares son dinámicas y se interrelacionan, de ahí que, en
muchas ocasiones, al presentarse la disolución del vínculo matrimonial o la
separación de la pareja, en algunos casos se presente de manera recurrente el
fenómeno del divorcio parental.

14
Este divorcio va más allá de la ruptura del vínculo matrimonial y traspasa el
sistema conyugal, afectando el sistema filial, ya que hijas e hijos pueden verse
afectados por la manipulación que el padre o madre alienador hace de ellos.

DERECHO A LA IDENTIDAD
La identidad como constructo social tiene una faceta dinámica, debido a que se va
desarrollando de manera paulatina (en circunstancias y dimensiones de tiempo y
espacio). Niñas y niños van formando su personalidad, construyéndose como lo
que realmente son, como “ellos mismos”. Esto a través del nombre, características
físicas, sentimientos, ideas, creencias, proyectos, habilidades, que le permiten
desarrollarse y proyectarse en su especificidad o en su mismidad.
La singularidad que les caracteriza toma en este momento gran importancia, ya
que niñas, niños y adolescentes son, al igual que las demás personas, sujetos
titulares de todos los derechos humanos y de ahí su igualdad con los demás,
aunque también son diferentes debido a su singularidad. Habiendo reconocido
esta igualdad dentro de la diferencia, es que la atención que se les proporcione
deba ser especial. De igual forma, es obligación de los Estados facilitar los medios
para que niñas y niños puedan construir su personalidad y además preservarla.
El artículo 7 de la Convención precisa que el niño tiene derecho “a conocer a sus
padres y a ser cuidado por ellos”, en la medida de lo posible. Es indudable que
una de las principales funciones de la familia es la primera socialización, así como
apoyar la conformación de la personalidad de los sujetos. La presencia de figuras
paternas y maternas idóneas apoyará el desarrollo de la personalidad del menor
de edad. Es así que en ese núcleo primario se fomentará o en su caso se impedirá
que niñas y niños desarrollen su autoestima y autoconcepto, condiciones que les
acompañarán a lo largo de su vida.

EFECTOS DE LA ALIENACIÓN PARENTAL


Como se ha podido observar, la alienación parental es un problema complejo,
multifactorial, que puede ser abordado desde diversos ángulos, de ahí que sus
efectos sean diversos. A nivel general, podemos citar los siguientes:

 Psicológicos: Respecto a la persona que la sufre, se observa afectación


emocional y psíquica, debida a la situación de estrés que se vive,
afectación a la personalidad, al normal desarrollo del individuo, agravada
por múltiples evaluaciones, contradicción de criterios de validez e
interpretativos, etcétera.
 Jurídicos: Los efectos en este ámbito son diversos: en primer término, las
partes enfrentan (en la gran mayoría de los casos) largos, intrincados y
desgastantes procedimientos, cuyo costo se traduce en desgaste

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emocional y económico, así como en inversión de tiempo para quienes
están implicados. Estos procedimientos involucran en algunos casos el
cambio de guarda y custodia, la pérdida de patria potestad e incluso
pueden generar la comisión de faltas administrativas o hasta delitos. Otra
secuela importante es el alto grado de riesgo de que esta niñez alienada
pueda repetir estas conductas que tan bien aprendió, convirtiéndose ahora
en padres o madres alienadores, con las indeseables consecuencias,
formándose así un círculo vicioso que perpetúa la presencia de estos casos
en los Tribunales Familiares.

 Familiares: A nivel del núcleo primario, es fácil identificar en primer término


la ruptura de vínculos familiares: aislamiento del niño o la niña, pérdida de
comunicación y convivencia, desgaste de la relación afectiva, cambios en la
dinámica familiar y en algunos casos pérdida o alteración de la identidad y
personalidad de niñas, niños y adolescentes que la viven.
 Sociales: Sin duda alguna, los efectos de la alienación son diversos y su
impacto en la conformación del tejido social es dañino, ya que no sólo
afecta a niños y niñas, sino además a todas las personas que se
encuentran vinculadas en su cuidado, atención, convivencia, etcétera.
Sólo a manera de ejemplo, la alienación parental es nociva en al menos tres
direcciones:
1. El hijo sufrirá la deprivación paterna/materna y el dolor de la distancia de un ser
significativo que necesita cercano.
2. El padre o la madre ven cercenados sus derechos funcionales, lo cual les puede
causar dolor, culpa y resentimientos.
3. En muchos casos la madre se verá sensiblemente afectada con una sobrecarga
de tareas y funciones al sentirse obligada (o por elección personal) a suplir las
ausencias paternales desde su condición materna. Interpretada esta situación a
contrario sensu, es probable que el padre que obtuvo la custodia y es alienador
pueda llegar a presentar la misma conducta. De lo anterior se infiere que pensar
en la alienación parental como un detonador de problemas sociales no resulta tan
inesperado.
Finalmente, se ha observado que quienes sufren alienación parental pueden
presentar:

 Depresión crónica
 Problemas para relacionarse en ambientes psicológicos y sociales

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 Trastornos de identidad e imagen
 Desesperación
 Sentimientos de culpa
 Sentimientos de aislamiento
 Comportamiento hostil
 Falta de organización

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ALIENACIÓN PARENTAL Y CONDUCTAS RELACIONADAS CON
ÉSTA EN LOS CÓDIGOS PENALES
Entidad Delitos relacionados
Aguascalientes Artículo 35. Sustracción de menores por familiares (de 2 a 4
años de prisión) .
Baja California Artículo 237 Ter. Retención de menor/Impedimento de
régimen de visitas y convivencias (de 1 a 3 años de prisión).
Baja California Artículo 232. Sustracción de menores (de 3 meses a 2 años
Sur de prisión). Si quien retiene al menor ejerce la patria potestad,
pero no la custodia (de 3 días a un año de prisión).
Campeche Artículo 286. Obstruir las visitas y convivencias con el menor
(de 1 a 3 años de prisión).
Coahuila Artículo 319 f VII. Negativa del derecho de convivencia entre
padres e hijos (de 1 a 4 años de prisión).
Colima Artículo 164. Sustracción de menores (de 1 a 6 años de
prisión).
Chihuahua Artículo 170. Retención de menores (de 1 a 5 años; siendo
familiar, hasta la mitad de las penas).
Chiapas Artículo 225. Retención y sustracción del menor (de 1 a 5
años de prisión). Si es familiar, hasta la mitad de la pena
Durango Artículo 165. Sustracción de menor. De 1 a 5 años de prisión.
(Si es familiar las penas se aumentarán hasta en un 50%).
Estado de Artículo 263. Sustracción de hijo. De 1 a 5 años de prisión.
México
Guanajuato Sin tipo penal.
Guerrero Artículo 190 A. Sustracción de menores. Cuando se pretenda
suspender el ejercicio de la guarda y custodia (de 1 a 5 años
de prisión).
Hidalgo Artículo 232. Sustracción de menores cometido por un familiar
(de 1 a 3 años de prisión).
Jalisco Artículo 179 p. II. Sustracción de menores por familiares (de 6
meses a 2 años de cárcel).

Michoacán. Artículo 224. Sustracción de menor (de 1 a 6 años de prisión).


Morelos Artículo 203 p. II. Sustracción de menor por familiar (de 1 a 5
años de prisión). Si es familiar, hasta la mitad de la pena
. Nayarit Artículo 264. Sustracción de menor por familiar (de 1 a 6 años
de prisión).
Nuevo León Artículo 285. Sustracción de menor (de 2 a 5 años de prisión).

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Oaxaca Artículo 347 Bis. Sustracción de menor por pariente (de 1 a 5
años de cárcel).
Puebla Artículo 283 Bis. Sustracción de menores. Impedir las
convivencias decretadas por resolución judicial o estipulada
en convenio (de 2 a 5 años de prisión).
Querétaro Artículo 212 p. II. Sustracción de menor por un familiar (de 1 a
4 años de prisión).
Quintana Roo Sin tipo penal
San Luis Artículo 138. Sustracción de menor por familiar (de 4 a 12
Potosí años de prisión).
Sinaloa Artículo 242 Bis. Retención o sustracción de menores (de 1 a
3 años de cárcel). f III.- Impedir visitas y convivencias. f IV.-
Incumplir en la custodia compartida.
Sonora Artículo 301 G. Sustracción y retención de menor por
ascendiente (de 1 mes a 3 años de prisión).
Tabasco Artículo 209 Bis. Sustracción o retención de menores (de 1 a
3 años de prisión). Impedir las convivencias.
Tamaulipas Artículo 300 Bis. Sustracción y retención de menores por los
padres (de 2 a 6 años de prisión); custodia compartida.
Tlaxcala Artículo 232. Sustracción de menor (de 1 a 6 años de prisión
si es por pariente).
Veracruz Artículo 241. Sustracción de menores (de 2 a 6 años de cárcel
si hay parentesco).
Yucatán Artículo 283. Sustracción de menor (de 1 mes a 6 años de
prisión).
Zacatecas Artículo 242. Sustracción de menores (de 1 a 6 años de
cárcel).

México (como país) lo menciona en su artículo 366. Quáter. Interferencia en la


visita y convivencia (de 1 a 3 años de encarcelamiento).

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CONCLUSIÓN
 Cada vez que me preguntan qué quiero ser de mayor… todo se complica.
Según los mayores hay que hacerse adulto para entenderlo todo… Yo no
quiero ser nada de mayor, pensándolo bien, yo no quiero crecer,
sinceramente ni siquiera quiero ser mayor1
No nos extrañaría nada que ésta fuera una especie de respuesta común para
muchos de nuestros niños, niñas y adolescentes que se encuentran en medio de
una batalla campal liderada por sus progenitores. Debe dar miedo el crecer si lo
que visualizamos son escenarios como los descritos en las líneas de esta
contribución.
Pensar y repensar qué queremos de bueno para nosotros despliega todo lo mejor
para nuestros hijos.
Pensar y repensar desde la óptica de pertenecer a una comunidad, a una
sociedad y saber que todo, lo bueno y lo malo, se nos revierte, directa o
indirectamente, nos dará la pauta para que nuestras acciones cotidianas y
nuestras responsabilidades personales, parentales, laborales, etcétera, cambien
hacia un rumbo diferente porque todo pareciera que tiene un efecto de
boomerang; si doy algo bueno normalmente recibo algo bueno, si doy algo malo,
probablemente se me revierta.
Pensar y repensar que debemos ir hacia la sensibilización y difusión de una
cultura del acuerdo, de una cultura hacia la paz, es un objetivo indubitado y una
necesidad inminente.

La alienación parental es un problema complejo, ya que su origen es multifactorial,


de ahí que la atención que se proporcione a quienes la padecen deba ser
especializada. El Estado Mexicano, como garante de los derechos de la infancia,
debe atender estas demandas.
Para garantizar adecuadamente los derechos de la niñez, el marco jurídico que los
regula debe ser revisado y actualizado, buscando su armonización a nivel federal.
Por lo tanto, todas las entidades federativas deben contar con un marco jurídico
mínimo de garantías para este sector de la población, dando así cumplimiento a
los compromisos contraídos a nivel internacional en esta materia.
La dificultad para lograr definir la alienación parental más allá del ámbito
psicológico no debe ser obstáculo para que a nivel jurídico se determine en que
consiste ésta, quiénes son los sujetos que intervienen, el fin que se persigue con

1
15 días en agosto, Director Edu González, Festival Jameson. Cine destilado. Tropofilms.
notodofilmfest.com.

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estas conductas, así como los mecanismos para prevenirla, atenderla y, en su
caso, sancionarla en la legislación vigente.

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BIBLIOGRAFÍA
CNDH. (diciembre de 2011). Alienación Parental. Obtenido de https://www.corteidh.or.cr

Miguel Carbonell, Los derechos fundamentales en México, 2a. ed. México, UNAM / Porrúa /
CNDH, 2006

Blanco Barea, María José, Delito de maltrato y lesiones a menores mediante la aplicación del
‘síndrome de alienación parental’, 2005.

http://www.diariodesevilla.es/arti-cle/opinion/457004/psicopatologia/la/normalidad.html

Tomás Ortiz de la torre, José Antonio, “Retención de hijos menores de edad por parte del
progenitor extranjero o español que no tiene la guarda y custodia”, en Asociación Española de
Abogados de Familia, Puntos capitales de derecho de familia en su dimensión internacional.
Madrid, Dykinson, 1999.

https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/CPEUM.pdf

https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2021-01/Ley_GDNNA.pdf

https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf_mov/Codigo_Penal_Federal.pdf

http://sil.gobernacion.gob.mx/Archivos/Documentos/2016/04/
asun_3378595_20160429_1460651744.pdf

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