La Famosa Triade
La Famosa Triade
La Famosa Triade
III PAC
La Famosa Tríade
Pestalozzi se refiere a esa famosa tríade cuando escribe sobre el ser humano, su
potencial, su formación y educación. La encontramos citada centenares de veces en sus
escritos y también en otros contextos que estructuran su reflexión. Contemplemos de
más cerca la famosa tríade. Como ya se ha dicho, la base de la enseñanza de Pestalozzi
consiste en desarrollar las capacidades naturales del niño Los seres humanos
disponemos evidentemente de muchísimas y muy diversas capacidades y habilidades
para darle forma a nuestras vidas. Pestalozzi las ordenaba en tres grupos refiriéndose a
la clasificación de la vida espiritual que ya existía en la antigüedad, el pensamiento, la
sensibilidad y la voluntad (acción). Simbólicamente esta tríade puede representarse
mediante la cabeza, el corazón y la mano y lo más sencillo de entender es lo que
Pestalozzi designa con la palabra “cabeza”. A ella pertenecen la percepción, la memoria,
la representación, el pensamiento y el lenguaje. Pestalozzi se refiere a menudo a estas
capacidades usando las palabras “mente” o “capacidades mentales o intelectual. Más
complicado es lo que entiende por “corazón”. No se refiere única mente a los diversos
sentimientos que acompañan nuestras percepciones y pensamientos sino, en primer
lugar , capacidades “éticas” o “ético-religiosas” básicas, muy complejo también es el
ámbito que designa con la palabra “mano”. Pestalozzi emplea las expresiones:
“capacidades físicas”, “capacidades manuales”, “capacidades artísticas”, “capacidades
domésticas” o también “capacidades sociales”. Hay que admitir que, desde un punto de
vista lógico, esta repartición es problemática cada vez que se refería a la “mano”, había
que incluir también las capacidades del intelecto. Pestalozzi se mantiene fiel a su tríade
y deduce de ella dos requisitos básicos: en primer lugar, que ninguna de estas
capacidades debe ser descuidada sino más bien hay que desarrollarlas todas de manera
óptima y armoniosa y en segundo lugar, que se debe reconocer y aceptar que cada uno
de estos grupos de capacidades se desarrolle según sus propias leyes. s, las
capacidades del corazón. Sólo estas le permiten al ser humano alcanzar su verdadera
meta: la humanización capacidades del corazón” y de “educación del corazón”. Pero algo
en mí se rebela a hacerlo, pues sé que estas expresiones no son actuales Para
Pestalozzi no hay duda alguna, la base de la acción moral no es la cabeza sino el
corazón. El empleo del lenguaje reposa sobre el acuerdo tácito de que el contenido que
formulamos sólo es aceptable a los demás, cuando las palabras y las frases que se
emplean son capaces de suscitar en el interlocutor imágenes y una comprensión propia.
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL FRANCISCO MORAZÁN
VICE RECTORÍA ACADÉMICA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
CARRERA DE EDUCACIÓN ESPECIAL